Lo que hay que restituir además de la tierra: aportes a la construcción de
paz desde la comunicación y el tejido social. Caso de los parceleros de
Santa Paula (Córdoba)
Paola Forero Ospina
Nadya Hernández Beltrán
Universidad Santo Tomás
Facultad de Comunicación
Maestría en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social
Bogotá D.C., Colombia
2015
Lo que hay que restituir además de la tierra: aportes a la construcción de
paz desde la comunicación y el tejido social. Caso de los parceleros de
Santa Paula (Córdoba)
Paola Forero Ospina & Nadya Hernández
Tesis presentada como requisito parcial para optar al título de:
Magister en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social
Director:
Jairo Ordónez
Universidad Santo Tomás
Facultad de Comunicación
Maestría en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social
Bogotá D.C., Colombia
2015
1
Agradecimientos
Nuestros más sinceros agradecimientos a quienes hicieron posible este proyecto: los
parceleros y parceleras de Santa Paula, en Córdoba. Gracias por dedicar los domingos, y su
tiempo en familia a contarnos y enseñarnos; por recibirnos en sus casas; por reír y soñar;
por la paciencia; por confiar en nosotras; y darnos más de lo que podemos devolver.
2
Resumen
Este documento aborda el caso de los parceleros de Santa Paula (en el departamento
de Córdoba), como insumo para revisar los aportes que desde la comunicación y el tejido
social sirven a la comprensión de la construcción de paz en el ámbito local. Todo ello en un
momento en el que Colombia negocia una salida política a un conflicto armado de más de
cinco décadas, y donde, desde 2011 se puso en marcha le Ley de Víctimas y Restitución de
Tierras.
El estudio, se planteó observar un entorno micro, con la finalidad de aproximarse a
las características del proceso comunicativo, las relaciones sociales, y la dimensión
relacional del conflicto, para comprender la construcción de paz en el territorio.
Para dichos propósitos, la investigación inició con la revisión de fuentes secundarias
que permitieron establecer el contexto del caso; posteriormente, se aplicó una encuesta de
caracterización entre los parceleros, con el propósito de obtener insumos para el diseño
metodológico. Otros elementos constitutivos de la metodología fueron las visitas
exploratorias y de seguimiento a las parcelas, diseño y aplicación de instrumentos de
recolección de información, sistematización y análisis de datos. Para el desarrollo de la
investigación se implementaron grupos focales in situ, mapas sociales, diarios de campo y
entrevistas semiestructuradas.
Como hallazgos, se destacan las relaciones comunitarias establecidas a partir de
valores comunes, formas comportamentales, de significados y sentido que definen la
identidad socio cultural de los parceleros; las relaciones vecinales y productivas que se
constituyen como vías para fomentar recursos y motivar intercambios. En cuanto a
comunicación, es necesario fortalecer sus procesos de diálogo y participación, así como las
3
habilidades cognitivas y técnicas del grupo, en lo que se refiere principalmente a expresión
oral y escrita. En materia de construcción de paz, se evidencian las necesidades básicas no
atendidas como foco de conflictos; la percepción del "otro" y el "nosotros" como formas
divisorias que impiden la consolidación de las relaciones; y la asociación de de "paz
negativa" como concepto de paz predominante.
Todo lo anterior sugiere la importancia de entender la comunicación, el tejido social
y la construcción de paz, como elementos de una misma matriz, que propone ampliar la
mirada más allá del aspecto jurídico y la formalización de propiedad frente a la tierra;
otorgando un lugar al fenómeno social y sus especificidades, en el contexto de la transición
hacia la superación del conflicto armado.
Palabras clave:
Construcción de paz
Tejido social
Comunicación
Restitución de tierras
Córdoba (Colombia).
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Tabla de Contenidos
1. Introducción ........................................................................................................................ 8
2. Contexto............................................................................................................................ 11
3. Construcción de paz: una posibilidad desde lo cotidiano ................................................. 14
4. El tejido social que busca reconfigurarse ......................................................................... 18
4.1. El tejido social como urdimbre de redes ................................................................... 24
5. Comunicación como columna vertebral de la vida en comunidad ................................... 26
5.1. Educación + comunicación ........................................................................................ 29
5.2. Comunicación para el cambio social ......................................................................... 30
6. Método .............................................................................................................................. 35
6.1. Naturaleza del objeto de investigación ...................................................................... 35
6.2. Abordaje cualitativo .................................................................................................. 37
6. 3. Estudio de caso ......................................................................................................... 38
6.4. Instrumentos .............................................................................................................. 39
6.4.1. Encuesta de caracterización ................................................................................ 39
6.4.2. Grupos focales .................................................................................................... 40
6.4.3. Mapas sociales .................................................................................................... 40
6.4.4. Entrevistas semiestructuradas ............................................................................. 41
6.4.5.Diario de campo................................................................................................... 41
6.5. Sistematización y análisis de información ................................................................. 41
7. Hallazgos .......................................................................................................................... 45
7.1. Caracterización ...................................................................................................... 45
7.2. Tejido social: restaurar las relaciones quebrantadas.............................................. 46
7.2.1. Relaciones comunitarias ..................................................................................... 47
7.2.2. Relaciones productivas ....................................................................................... 52
7.2.3. Relaciones ciudadanas ........................................................................................ 53
7.2.4. Redes de sociabilidad ......................................................................................... 56
7.2.5. Redes de transacciones ....................................................................................... 57
7.3. Redes de comunicación: lo narrativo como apuesta por el proceso comunicativo 62
7.3.1. Diálogo ............................................................................................................... 63
7.3.2. Participación ....................................................................................................... 67
7.4. Construyendo paz: la oportunidad de resarcir las heridas del conflicto ................ 69
8. Conclusiones ..................................................................................................................... 73
8.1. Caracteristicas del proceso comunicativo.............................................................. 73
8.2. La emergente comunidad de Santa Paula .............................................................. 75
8.3. Comunicación y tejido social: elementos de la transformación pacífica de los
conflictos ...................................................................................................................... 78
9. Discusión .......................................................................................................................... 80
9.1. El fenómeno social en la política pública .................................................................. 80
9.2. La investigación social .............................................................................................. 83
9.4. Recomendaciones para investigaciones futuras ........................................................ 85
Lista de referencias ........................................................................................................... 87
10. Apéndice ......................................................................................................................... 90
5
Lista de tablas
Tabla 1 Elementos que propician el conflicto y alternativas para afrontarlos en los
diferentes marcos relacionales. Elaboración de las autoras a partir de la propuesta de
Romero, Arciniegas, & Jiménez (2006). ...................................................................... 24
Tabla 2 Mapa de categorías de la investigación. Elaboración de las autoras. ...................... 44
6
Lista de Gráficos
Gráfico 1 Localización de la Hacienda Santa Paula, departamento de Córdoba (Colombia)
...................................................................................................................................... 10
Gráfico 2 Representación gráfica sobre los ámbitos de relaciones que proponen Romero,
Arciniegas, & Jiménez (2006). Elaboración de las autoras de la investigación . ........ 21
Gráfico 3 Modelo de comunicación horizontal, desarrollado por Luis Ramiro Beltrán
(1980)............................................................................................................................ 26
Gráfico 4 Triángulo de la transformación pacífica de los conflictos de Galtung que
incorpora las nociones de tejido social y comunicación. Elaboración de las autoras. . 78
7
Lista de fotos
Foto 1 Mapa social, construido por los parceleros de Santa Paula, a partir de los ámbitos de
relaciones que proponen Romero, Arciniegas, & Jiménez (2006). .............................. 47
Foto 2 Relato elaborado por los parceleros, en un grupo focal, a partir de las preguntas
¿Qué queremos que se sepa de nosotros? ¿A quién se lo queremos contar? ¿Para qué
queremos que lo sepan? ................................................................................................ 67
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1. Introducción
La política de restitución de tierras que se viene implementando en Colombia desde
el año 2012, cuenta a la fecha con 1.041 casos resueltos, cuyos fallos restituyen 94.000
hectáreas en el país (Morales & Segura, 2015). En el departamento de Córdoba se han dado
63 sentencias que devuelven las tierras a 557 familias, entregando 3.490 hectáreas
(Funcionario Unidad de Restitución de tierras territorial Córdoba, comunicación personal,
10 de julio de 2015).
Estos avances son una forma de materializar los objetivos que se persiguen con los
diálogos de paz de La Habana, pues los colectivos tienen la oportunidad de gozar de
mejores condiciones de vida a las que antecedieron el conflicto (Ministerio del interior,
2011).
Dicha coyuntura nos lleva a pensar en posibles escenarios de transición hacia la paz,
cuyo análisis debe aterrizarse en la geopolítica colombiana, particularmente en aquellas
regiones que han sido fuertemente golpeadas por el accionar de los diferentes grupos
armados ilegales, como es el caso de Córdoba.
Este departamento ha sido escenario de los diferentes momentos de la historia de la
violencia de los últimos 50 años (Observatorio de programa presidencial de Derechos
Humanos y DIH, 2009). Más recientemente, se convierte en el espacio social en el que, tras
décadas de dominio de frentes guerrilleros, surgen autodefensas como estrategia de
expulsión contrainsurgente; grupos que en alianza con otras instituciones legales e ilegales,
tomaron posesión de inmensas extensiones de tierra, generaron desplazamientos forzados,
abandonos y despojos.
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El presente documento, es producto de la investigación realizada con los parceleros1
de la finca Santa Paula, ubicada en el corregimiento de Leticia, municipio de Montería.
Quienes son beneficiarios de la política de restitución de tierras, y en su tránsito a la
reparación integral se han convertido en caso emblemático, por al menos, las siguientes
razones: porque el despojo fue producto de las acciones de los hermanos Castaño
precursores del paramilitarismo en Colombia, porque es uno de los primeros casos de
restitución colectiva en el país, y porque -en medio de las dificultades- puede decirse que
ha resultado exitoso en los términos que la Ley 1448 propone.
Este caso plantea retos no solo en la ejecución de la política pública, sino también
en la posibilidad de (re) construir vínculos y relaciones sociales que resultaron fracturadas a
causa de la violencia (Ministerio del Interior, 2011). Hecho que resulta pertinente para
analizar la forma en que se articulan e inciden las nociones de tejido social, comunicación y
la construcción de paz para la investigación desarrollada.
En ese sentido, la revisión de este universo particular permite la comprensión de
procesos similares, los cuales se irán dando cada vez con mayor frecuencia, en la medida en
que se continúe implementando la política de restitución de tierras, como una forma de
reparación a las víctimas del conflicto armado colombiano. Centrando las preocupaciones,
no solo en el aspecto jurídico y la formalización de propiedad frente a la tierra, sino en las
relaciones que se dan en el plano social, y que exceden el abordaje material de la
restitución, en tanto el retorno de un grupo no implica necesariamente la construcción de
una comunidad o el restablecimiento del tejido social.
1 El término parcelero deviene de la ley 135 de 1961, en la que se define parcela como “una extensión de
tierra para una unidad agrícola familiar (UAF)” que un campesino podría explotar en el marco de la reforma
agraria.
10
Gráfico 1 Localización de la Hacienda Santa Paula, departamento de Córdoba, Colombia
Este escrito presenta los hallazgos de la investigación realizada entre junio de 2014
y abril de 2015, y ensambla tres unidades de análisis: construcción de paz, tejido social, y
comunicación. En un primer momento se desarrolla el contexto del caso; para luego
abordar lo relativo a construcción de paz, sus implicaciones desde lo local, y su dimensión
relacional; posteriormente se describen y analizan las relaciones, redes e intereses que
propician o dificultan la reconstrucción del tejido social. En un siguiente apartado, se
integra la comunicación como proceso que complementa la matriz de análisis de la
investigación; para finalmente dar cuenta de las particularidades del método y los hallazgos
de este ejercicio académico. Por último, se plantean las conclusiones y la discusión de los
resultados.
11
2. Contexto
La hacienda Santa Paula es el escenario en el que se da el primer proceso de
restitución de tierras en el departamento de Córdoba. Este predio se caracterizó por ser un
latifundio (1.118 hectáreas) en el que quienes ostentaban título de propietarios eran
miembros activos de grupos armados ilegales (Circulo de periodistas de Bogotá, 2012).
En la actualidad, se ha dado la restitución completa a cerca de 190 familias que han logrado
el restablecimiento de sus derechos sobre las parcelas que un día les fueron donadas y que
nunca pudieron aprovechar a causa del dominio paramilitar en la región, a través de 26
sentencias que han emitido para el predio de Santa Paula los jueces especializados en
restitución de tierras (Funcionario Unidad de Restitución de tierras territorial Córdoba,
comunicación personal, 10 de julio de 2015).
Las particularidades del caso están contenidas en el expediente # 230013121001-
2012-00001-00 #interno 024 del 13 de febrero de 2013 del Tribunal Superior, Distrito
judicial de Antioquia, sala especializada en restitución de tierras, proferida por el juez
Javier Enrique Castillo Cadena.
Para entender el hecho que le otorga derechos sobre la propiedad de la tierra a los
beneficiarios de restitución de tierras de Santa Paula, se hace inminente entender la forma
de adquisición de las parcelas y su posterior despojo a manos de las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá, - ACCU.
A fines de 1990, y en la coyuntura del proceso de paz que se adelantaba con el
Ejército Popular de Liberación-EPL, las ACCU o Tangueros, constituyen la Fundación por
la Paz de Córdoba (Funpazcor), liderada por Sor Teresa Gómez Álvarez, cuñada de Fidel y
Carlos Castaño, quien asume la representación legal y la gerencia, y que en alianza con los
sectores más influyentes de la sociedad y el poder económico de la región crean un
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escenario de legitimidad sobre donaciones de predios que eran presentadas como aportes al
proceso de paz que se adelantaba en ese momento. Esta "reforma agraria integral", consistía
en la entrega de tierras acompañada de asistencia técnica y financiación, entre las que se
encontraban los predios Las Tangas, Santa Paula, Arquía, Cedro Cocido, Las Chavarías,
Doble Cero, Campo Alegre, Damasco, Tisló, Santa Mónica, Pasto Revuelto, Betulia,
Jaragüay, La Pampa, Palma Sola, Roma, Las Campanas, Nueva Holanda, Micono, entre
otras (El Tiempo, 2014).
Estas fincas fueron divididas en parcelas, que se asignaron a campesinos sin tierras
de las sectores aledaños, jornaleros de la zona, miembros activos de las AUC y/o sus
familias, así como a desmovilizadas del EPL, y a pobladores de barrios vulnerables de
municipios como Montería, Tierralta y Valencia. Aunque en apariencia estas donaciones
pretendían brindarle condiciones de restablecimiento socioeconómico a los receptores,
pronto se mostraron los verdaderos intereses2 que tenía la junta directiva de Funpazcor; las
dádivas fueron solo una fachada, ya que a los parceleros se les limitó la venta de los
predios, hasta pasados 10 años de la entrega; y se les prohibió instalarse en sus propiedades
o explotarlas de manera autónoma.
Sin embargo, con la muerte de Fidel Castaño en 1994, sus hermanos Carlos y
Vicente quedaron al mando de las ACCU cambiando algunas de las estrategias de la
organización, lo que permitió que en algunos casos los parceleros, temporalmente,
usufructuaran los terrenos, y/o los habitaran. En el año 1997, Vicente Castaño y Diego
2 Respecto a los intereses de grupos paramilitares al entregar en donación extensiones de tierra, las
investigaciones que adelanta la Fiscalía plantean que Funpazcor “además de ser un filtro para canalizar los
dineros del grupo ilegal, fue la combinación perfecta para el desarrollo del negocio personal de la familia
Castaño en el sector de la ganadería a gran escala” adicionalmente esta estrategia permitió que los Castaño
lograran ocultar al Estado grandes extensiones de tierra (El Tiempo, 2014).
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Fernando Murillo alias “Don Berna”, dan la orden de recuperar esas tierras y repartírselas
entre sí, configurando el despojo del que serían víctimas los parceleros que dan origen al
caso que aborda este documento.
Dicho despojo se ejerció de manera violenta, a través de amenazas y presión
psicológica, frases como "si no vende usted, le compramos a la viuda", sembraron el terror
entre quienes entregaron sus predios a precios irrisorios, o los abandonaron para evitar la
represión de los armados, generando profundas heridas en la confianza, así como rupturas
en las relaciones sociales y territoriales.
14
3. Construcción de paz: una posibilidad desde lo cotidiano
La transición del conflicto armado hacia la paz supone una profunda transformación
de Colombia. Este proceso requiere esfuerzos que son posibles, pese a su complejidad,
siendo la construcción de una paz estable y duradera, el reto global que en materia social
tiene el país actualmente.
En esta línea, el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, ha expresado:
Que las guerrillas dejen las armas es por supuesto una condición ineludible de la
transición. Pero no es lo principal. Lo principal es lo que pasa después. Lo
principal es entender la paz como una oportunidad, como una gran palanca de
cambio para hacer lo que no hemos logrado hacer en cincuenta años de guerra. Se
requiere la energía de la paz para poner en marcha la transformación de las
condiciones que han mantenido vivo el conflicto (2014, p.4).
Desde dicho punto de vista, la construcción de paz requiere una participación amplia,
fortalecida por una sociedad civil que reconoce su valor, y cuyos lazos sociales se han
recuperado lo suficiente como para superar las lógicas del conflicto. Una paz, que requiere
condiciones macro (la firma de los acuerdos entre las partes armadas), pero que solo es
posible en los escenarios micro (la cotidianidad local).
En principio, es necesario plantear, desde el interés de este documento, que la
construcción de paz no es una tarea que sucede a la firma de los acuerdos entre las partes en
conflicto. Y que como lo ha propuesto Lederach:
(...) la “construcción de la paz” es más que la reconstrucción posterior al
acuerdo (...) la construcción de la paz se entiende como un concepto global
que abarca, produce y sostiene toda la serie de procesos, planteamientos y
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etapas necesarias para transformar los conflictos en relaciones más pacíficas y
sostenibles (Lederach, 1998, pp. 47-48).
Nociones como la de paz territorial reconocen la trascendencia de los entornos locales y
de las relaciones cotidianas, como insumos necesarios para la transformación social, donde
no hay actores sociales más relevantes que otros, sino que cada nivel de la sociedad tiene
un rol:
Necesitamos que todos los sectores de la sociedad –campesinos, indígenas,
afrodescendientes, empresarios, universidades, organizaciones sociales,
miembros de la Iglesia– se sientan parte de un mismo proceso, que la paz es
de ellos y con ellos, que todos pueden y deben aportar (Jaramillo, 2014, p. 4)
Adicionalmente, se destaca la importancia de reconocer las víctimas como sujetos que
contribuyen a la construcción de paz (Belloni, 2008), y no simplemente como objeto de las
políticas de restitución de tierras, y reparación.
Para hacer posible lo anterior, se requiere la transformación, no solo de las condiciones
que dieron origen al conflicto, sino de las prácticas tradicionales donde la política pública
se ejecuta de manera vertical; de modo que se escuchen las voces de los sectores base de la
sociedad. Entonces, la construcción de paz adquiere sentido cuando se trasciende el
enfoque top-down (de arriba hacia abajo), y se concentran los esfuerzos en estrategias
bottom-up (de abajo hacia arriba).
Para comprender la noción de construcción de paz (peacebuilding), es necesario apelar a
la forma en la que históricamente se ha abordado dicho concepto. En la Agenda para la Paz
(1992) Naciones Unidas define peacemaking, como una acción que lleva las partes hostiles
a un acuerdo, obtenido por medios pacíficos; y peace-keeping como una técnica para la
prevención de conflictos –armados- y el mantenimiento de la paz, a través de la presencia
16
de la ONU en el campo. Más tarde, en 1995 este mismo organismo incluiría en el
Suplemento a la Agenda por la Paz el concepto post-conflict peace-building definido como
las medidas que se utilizan para evitar la recaída en el conflicto, así como para sanar las
heridas que ha dejado el mismo.
En otra línea, Johan Galtung, trabajó desde la década de los 70, en la noción de
construcción de paz, como un proceso que trasciende a las élites y al Estado, centrándose
en escenarios particulares, entendiéndola como “un emprendimiento político que tiene
como objetivo crear paz sostenible enfrentando las causas estructurales o profundas de los
conflictos violentos a partir de las capacidades locales para la gestión pacífica de los
mismos” (Galtung, 1976, pp. 297-298).
En esta línea, denomina paz positiva a la ausencia de violencia estructural o indirecta,
entendida como aquella que impide la satisfacción de las necesidades, un tipo de agresión
sistemática y directamente relacionada con las estructuras sociales: "si descartas tus propias
necesidades básicas o las de otros, estás sentenciándote a ti mismo –o a otros- a una vida
indigna de los seres humanos. Estarías ejerciendo violencia" (Galtung J. , 2003, p.13). Por
esta razón, la paz positiva supone la superación de estos andamiajes, hace énfasis en la
justicia y el desarrollo, en la satisfacción de necesidades de seguridad, bienestar, libertad e
identidad. Por tanto, la paz deja de ser la ausencia de guerra para convertirse en un proceso
democrático en el cual todas las personas alcanzan la efectividad de sus derechos.
En contraposición, la paz negativa se comprende como la ausencia de violencia directa,
es decir ofensivas físicas, violaciones, robos, ataques a la naturaleza, daños materiales, y
otras manifestaciones de este orden, pero con un gran componente de violencia estructural.
Pero la construcción de paz no puede ser entendida en un nivel meramente abstracto,
pues está ligada a múltiples perspectivas. Lederach (1998) propone un abordaje que
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comprende cuatro dimensiones: la personal, la relacional, la estructural y la cultural (p.
111).
Para los propósitos pertinentes a este documento, señala que:
La dimensión relacional representa los cambios efectuados y deseados para la
relación. Aquí tomamos en consideración las áreas de la interdependencia y la
afectividad relacional, así como los aspectos interactivos, comunicativos y
expresivos del conflicto. Descriptivamente, la transformación se refiere a
cómo los modelos relacionales de la comunicación y la interacción se ven
afectados por el conflicto (...) como receta, la transformación representa la
intervención intencionada que reduce en lo posible los fallos en la
comunicación y lleva al máximo el punto de entendimiento, y que saca a la
superficie de manera explícita los objetivos, esperanzas y temores
relacionales de las personas implicadas, en términos de afectividad e
interdependencia (Lederach, 1998, p. 112).
Considerando la importancia del contexto y la cultura, así como las particularidades
locales, se evidencia que la construcción de paz se basa en las relaciones de las personas.
Una afirmación, que pese a su sencillez no carece de fuerza, pues como se advirtió en este
apartado, además de abordar los niveles macro, es necesario observar, analizar, y
comprender la forma en que este concepto se entrecruza con lo relacional, la convivencia,
la interacción y la comunicación.
Tal y como apunta Lederach (1998) "estamos orientados a la construcción de relaciones
que en su totalidad formen nuevos modelos, procesos y estructuras. La construcción de la
paz a través de la transformación constructiva de conflictos es simultáneamente un enfoque
visionario y sensible al contexto" (p. 114).
18
4. El tejido social que busca reconfigurarse
Pensar desde el ámbito de las relaciones sociales que se transforman con ocasión del
conflicto armado, requiere que se asuma una postura analítica lo suficientemente amplia e
integradora que reconozca que no hay certezas incuestionables, que den cuenta en su
totalidad de la manera como se debería idealmente recomponer todo lo que la guerra
quebrantó.
Existe una relativa unicidad en los abordajes comprensivos que pretenden dar
cuenta de la forma como colectivos humanos, algunos de ellos organizados formalmente
como comunidades, han tenido que ajustar su vida en los nuevos territorios de llegada y
propiciar condiciones para adaptarse y procurar nuevas condiciones para coexistir.
Basta con revisar las aproximaciones más comúnmente estudiadas en materia de
desplazamiento forzado, para identificar una serie de unidades de análisis ineludibles, tal
como Donny Meeterns lo plantea:
En los estudios sobre desplazamiento, desarraigo y reconstrucción, temas como la
ruptura de tejido social y la pérdida o transformación de identidades han contado
con un creciente interés académico y político. En efecto, el desplazamiento
constituye, más allá de pérdidas materiales y derechos vulnerados, un conjunto de
interacciones y procesos subjetivos de «negociación» y, a veces, de «negación» de
identidades sociales (Meertens, 2002, p. 1).
Sin duda, estos elementos que redundan en propuestas de intervención o proyectos
que pretenden el restablecimiento de los derechos vulnerados a causa del conflicto armado,
en ocasiones pasan por alto que además de brindar condiciones para la estabilización
socioeconómica de las víctimas, o reparación de corte material, tipo indemnizaciones
administrativas o restitución de tierras, tal como sucede con el grupo de parceleros de Santa
19
Paula, es necesario intervenir desde un abordaje integrador y holístico que permita el
restablecimiento de relaciones sociales, comunitarias y familiares.
Restrepo (2002), en este sentido rescata:
La identidad, la cotidianidad y las redes de interacciones sociales de los
desplazados forzados a causa del conflito armado, como dos componentes
esenciales para la reconstrucción de los proyectos y modelos de vida: uno, los
efectos y rupturas dejadas por el desplazamiento forzado y dos, las fortalezas y
estrategias de afrontamiento o recursos propios que permiten la superación de las
crisis o daños, y que ayudan en la transformación de un pasado doloroso (p. 41).
Sin embargo, este abordaje requiere profundizarse en tanto estas categorías
relacionales conducen a revisar elementos identitarios de los individuos que han sido
víctimas de desplazamiento forzado. Para Meertens (2002) el desplazado enfrenta dos
momentos de tensión que lo involucran desde el punto de vista identitario:
La ruptura identitaria que supone el hecho del desplazamiento y las contradicciones
en las nuevas sociabilidades urbanas que tejen los y las desplazadas a su llegada.
Partimos de una noción procesual, contextual y relacional de la identidad. Esta no es
estática, se ubica en contextos concretos y cambiantes y siempre se define con
relación al otro (p.1).
Asimismo Meertens (2002), citando a Malki plantea que la identidad es una
categoría movible "[La] Identidad (...) siempre es móvil y cambiante, en parte una auto-
construcción, por otra parte una categorización impuesta por otros, en parte una condición,
un status, una etiqueta, un arma, un escudo, un fondo de memorias (...)”, esto para explicar
que el cambio del contexto y del territorio conduce a una trasformación de las relaciones
sociales, y de esta manera en muchos casos “activa resistencias, nuevas búsquedas y
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representaciones de lo propio”, que se asocian a la movilidad como referente identitario
para los desplazados.
Adicionalmente la autora resalta que los “procesos de redefinición identitaria de los
desplazados están supeditados a su condición de transitoriedad (…)” (p.2), esta constituye
un elemento importante, imprescindible para acceder a las instancias de ayuda estatal y no
estatal, así como para promover procesos organizativos por iniciativa propia.
Ahora bien, otro elemento que merece ser resaltado con miras a la lectura del caso de los
parceleros de Santa Paula y aquellos aspectos que los cohesionan como grupo social, es en
palabras de Meertens (2002) el “status común que no se deriva de alguna característica
como la etnia o la filiación política. Su carácter es mucho más circunstancial y ligado a su
condición de habitantes de una región en disputa entre los actores armados” (p.2).
Otro componente a considerar, en virtud de la fractura de elementos cohesionadores que
más adelante revisaremos a la luz del concepto de tejido social, lo constituye el hecho de
que la exposición a la violencia “ha minado la confianza de los desplazados que presas del
miedo les ha llevado a renunciar a sus derechos ciudadanos y a abandonar las pertenencias
políticas, sociales y culturales que en diferentes grados habían funcionado antes como
referentes identitarios” (p.2).
Para analizar a mayor profundidad las transformaciones cotidianas en la vida de
quienes han retornado a habitar los territorios de los que han sido violentamente
expulsados, hace falta retomar modelos analíticos que sirvan de base para abstraer y
comprender la forma como se entretejen, definen o configuran los vínculos de socialización
y que, desde la comprensión de las ciencias sociales, se ha denominado tejido social;
conviene entonces en este punto revisar los elementos que incluyen abordajes para la
definición de esta noción:
21
Castro y Gachón en Chávez (2004) plantean que el tejido social constituye un
“entramado de relaciones cotidianas que implican relaciones de micro vínculos en
un espacio local y social determinado” (p. 178), lo cual supone la existencia de
“relaciones dinámicas mutuas y de influencia recíproca entre los habitantes de una
vereda, barrio, municipio o localidad y que están cumpliendo una función de apoyo,
soporte y movilización de los elementos fisiológicos y piscoafectivos a la persona”
(p. 178). En este sentido, el apoyo social se representa como un ámbito en el que a
través de la cultura, costumbres y prácticas cotidianas se genera cohesión que hace
posible perseguir algún fin determinado.
Romero, Arciniegas, & Jiménez (2006), asumen el tejido social como un “conjunto
de relaciones efectivas que determinan las formas particulares de ser, producir,
interactuar y proyectarse en los ámbitos familiar, comunitario, laboral y ciudadano”
(p. 20). Asimismo plantean un modelo de análisis en el que puede comprenderse ese
marco de relaciones, a continuación se muestra un gráfico en el que se recogen estos
ámbitos:
Gráfico 2. Representación gráfica, elaboración de las autoras de la investigación, sobre los ámbitos de
relaciones que proponen Romero, Arciniegas, & Jiménez (2006).
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Los diferentes círculos representan entornos en los que se desenvuelve la vida de un
individuo en interacción con otros: familiar, comunitario, laboral y ciudadano.
Para Chávez & Falla (2004), la reconstrucción del tejido social, es un aspecto de
vital importancia para la población desplazada por la violencia; ya que en ausencia de
vínculos se dio la necesidad de generar sentido de comunidad, porque “al plantear la idea
de convivencia cotidiana sugiere abordar y conceptuar un espacio, un lugar y un conjunto
de personas donde sea posible desarrollar la interacción” (p. 172).
De acuerdo al estudio desarrollado por Chávez & Falla (2004), la reconstrucción del
tejido social con población desplazada, requiere que a través de la conformación de redes
comunitarias se propicien espacios de integración, en donde construyan y/o consoliden
valores como la solidaridad, el compromiso y el respeto, y que a través de estos se
favorezca el fortalecimiento de la construcción de identidad ciudadana.
La existencia de este proceso de autorregulación ciudadana permite desarrollar
patrones sociales de comportamiento que facilitan la convivencia pacífica en los lugares de
llegada de los desplazados. En sintonía con esta idea Romero, Arciniegas, & Jiménez
(2006) plantean:
(…) La reconstrucción de tejido social puede ser entendida como un proceso
pedagógico y vital, asumido e impulsado con claros fines de cambio social.
De ahí la importancia de construir pilares como la atención integral al ser
humano, las redes de apoyo comunitario, el fortalecimiento de la acción
colectiva y el apoyo a la autogestión (p. 20).
Ahora bien, a fines de promover el desarrollo de los grupos o individuos que
transitan hacia la reparación, se requiere promover escenarios para la:
23
(…) Cohesión social y territorial, que solo es posible si los distintos actores
vinculados a un territorio determinado, establecen relaciones de convivencia que en
conjunto apuntalan el sentido de identidad y pertenencia. La cohesión territorial, a
su vez, implica la articulación de espacios, recursos e instituciones, en los mismos
términos (p.22).
En general, los procesos de cohesión social se logran, tal como lo ha planteado
Beristain ante la ruptura de vínculos o el enfrentamiento de situaciones extremas al interior
de colectividades, como una forma de reaccionar ante la falta de un tejido social (Beristain
& Frances, 2003).
Asimismo, este modelo plantea una serie de elementos que pueden generar
conflictos en el marco de las relaciones familiares, comunitarias, productivas y ciudadanas,
y propone estrategias para afrontarlos. La propuesta de Romero, Arciniegas, & Jiménez
(2006) , se condensa en la siguiente matriz:
Ámbitos
relacionales
Problemas o conflictos Estrategias de afrontamiento al
conflicto
Relaciones
familiars
Violencia Intrafamiliar. Resolución pacífica de conflictos y
comunicación.
Relaciones
comunitarias
Dificultades de convivencia:
inexistencia de normas, irrespeto
por la propiedad.
Es necesario fomentar valores
comunitarios como la solidaridad,
reciprocidad, el liderazgo y respeto
por el otro; en general, pautas de
buena convivencia.
Relaciones
productivas
Asistencialismo, delincuencia, falta
de estrategias de generación de
ingresos.
Fomentar la autogestión,
autoorganización, revalorización de
los recursos del entorno y
participación en redes de apoyo
social, intentando identificar las
vocaciones vitales productivas.
24
Relaciones
ciudadanas
Clientelismo, marginalidad,
exclusión y la ausencia de un pacto
social que comprometa a la
sociedad en general.
Empoderamiento ciudadano,
formación en derechos y deberes.
Tabla 1 Elementos que propician conflicto y alternativa para afrontarlos en los diferentes marcos relacionales.
Elaboración de las autoras a partir de la propuesta de Romero, Arciniegas, & Jiménez (2006).
Chávez & Falla (2004), por su parte incluye un elemento importante en
virtud de la organización social, pues plantea que es el tejido social lo que le
da “la garantía de continuidad y consolidación de las experiencias
organizativas” pues estas se asocian a “los nexos que establezcan con el
tejido de la relaciones cotidianas que preexisten en el barrio o zona” (p.
177).
4.1. El tejido social como urdimbre de redes
Un abordaje que retoma la noción reticular, en analogía con los tejidos del orden
microscópico que conforman órganos o estructuras más amplias y complejas, en el plano de
las interacciones sociales, supone que las personas intercambian continuamente
información y se retroalimentan en los diferentes escenarios sociales, tal como lo plantea
Henao (1998):
Los vínculos sociales que permiten el desarrollo de la experiencia de vida,
constituyen nudos, tramas, que han podido ser concebidas y distinguidas como
redes de un vasto tejido social. Estas redes conforman, mediante una representación
analítica, una especie de fronteras entre el individuo y la comunidad/sociedad, entre
su identidad y alteridad social, entre los sujetos que constituyen su conjunto social
como un sistema aparentemente natural y el sistema social general (p. 10).
25
Lo cual implica que en grupos de individuos se establezcan diferentes tipos de
relaciones que se enfocan en intereses o metas comunes. Henao (1998) propone que estas
relaciones que están en el plano afectivo, económico, político o cultural y que se expresan
en las interacciones cotidianas, a su vez “conforman una urdimbre de redes que han sido
clasificadas en tres grandes grupos” (p.2):
Redes de sociabilidad: Entendida desde la perspectiva de Joseph (1988, p. 133):
“como una urdimbre de relaciones selectivas y diferenciadas que hace que un
individuo esté relacionado con un número limitado de personas”, integrada por las
relaciones de vecindad, de amistad o de parentesco.
Redes de comunicación: relacionadas con la interacción cotidiana, y sobre las cuales
se profundizará en el siguiente capítulo.
Redes de transacción: Se relaciona con lo que Joseph (1988) reconoce como la
movilización de recursos, negociación para la resolución de conflictos, a los que se
apela cuando se busca o persigue un objetivo concreto, ayuda, o favor para resolver
un problema.
26
5. Comunicación como columna vertebral de la vida en comunidad
Para hacer posible la experiencia compartida, la vida en comunidad, el desarrollo
colectivo, es necesario entenderse, intercambiar sentido, reconocer al otro, y poner de
manifiesto opiniones e ideas; lo cual es posible a través de la comunicación, comprendida
como práctica de interacción y de construcción de sentidos a partir de la cual se construye
socialidad, es decir, nuestros modos de ser y estar juntos (Mata, 2009).
Las lógicas comunitarias son evidentemente comunicativas, pues es a través de la
interacción, el diálogo, las percepciones, las subjetividades, los acuerdos y los disensos, que
se consolidan las apuestas conjuntas.
Es importante destacar, que el concepto de comunicación al que se hace referencia en
este documento, trasciende los modelos que privilegian el establecimiento de roles fijos
entre el emisor (quien trasmiten la información), y el receptor (quien recibe dicha
información), y se centra en una perspectiva en la cual la comunicación se entiende como
proceso de interacción social democrática, que se basa sobre el intercambio de símbolos por
los cuales los seres humanos comparten voluntariamente sus experiencias bajo condiciones
de acceso libre e igualitario, diálogo y participación (Beltrán L., 1980)
DERECHOS, NECESIDADES Y RECURSOS DE COMUNICACIÓN
MÚLTIPLES FINALIDADES DE LA COMUNICACIÓN
Gráfico 3 Modelo de comunicación horizontal, desarrollado por Beltrán S., Luis Ramiro (1980, p. 16).
ACCESO
DIÁLOGO
PARTICIPACIÓN COMUNICADORES COMUNICADORES
27
Dado que el modelo de comunicación horizontal se consideró para construir las
categorías de análisis de esta investigación, se definen sus componentes:
Acceso: es la precondición para la comunicación horizontal, ya que sin
oportunidades similares para todas las personas de recibir mensajes, no puede haber
interacción social democrática.
Diálogo: es el eje de la comunicación horizontal, y se comprende como lo
contrario al monólogo. Además, es esta categoría la que convierte a los participantes
del proceso de la comunicación en “comunicadores”.
Participación: es la igualdad de oportunidades, para todas las personas, de
emitir mensajes (Beltrán L., 1981).
Otros elementos que intervienen en la propuesta del autor boliviano son la libertad, el
igualitarismo, y la influencia. En el mismo esquema se observa que el proceso
comunicativo es un constante fluir entre comunicadores, mediado por los elementos
mencionados en el párrafo anterior, y que dicha relación puede tener múltiples finalidades,
toda vez que se da en un marco de derechos y necesidades, donde también es posible usar
los recursos disponibles para alcanzar sus objetivos.
Por eso, cuando se afirma la necesidad de entender la comunicación como proceso, se
propone al mismo tiempo recomponer el sentido narrativo de la historia a través de los
procesos comunicacionales. Es decir, articular entre sí acontecimientos donde los actores
sociales se construyen y constituyen simbólicamente, surgen como protagonistas, e
impregnan de sentido el proceso histórico del que son partícipes (Uranga, 2009).
La revisión bibliográfica efectuada se centró en hallar desarrollos específicos sobre la
comunicación en contextos comunitarios, acogiendo diferentes propuestas conceptuales que
28
al respecto se han planteado: comunicación participativa, comunicación horizontal, edu-
comunicación, etcétera y a su vez agrupándolas en una sola categoría, designada como
comunicación para el cambio social (Alfaro, 2005) (Gumucio A. , 2006) (Servaes, 2008a).
Como se evidencia, buena parte de los autores consultados, son de origen
latinoamericano, o bien han planteado sus teorías desde el sur global. Esto tiene directa
relación con los contextos que interesan a la investigación, pues los mismos tienen
características específicas que conllevan a evaluar teorías que contemplan escenarios de
conflicto armado, lucha por la reivindicación de los derechos, tejido social fragmentado o
inexistente, entre otras.
Todos estos elementos, y otros, estuvieron presentes en el inicio de la comunicación
para el desarrollo en América Latina, ya que la práctica, ciertamente, antecedió a la teoría
(Beltrán, 2005). Ya a finales de la década de 1940 y principios de 1950, Bolivia con las
radios mineras y Colombia con las radio escuelas, estuvieron a la vanguardia al proponer el
uso de medios de comunicación, a favor de las necesidades de las audiencias.
La producción teórica al respecto fue principalmente norteamericana. Sin embargo, hacia
1970, sobrevino “el decenio del fuego”:
Centenares de personas se empeñaron en incrementar y mejorar la práctica de
nuevos formatos comunicativos. Y varios estudiosos de la comunicación, a la
par con hacer proposiciones para el cambio del modelo de desarrollo, se
esmeraron en renovar la teoría sobre ella (Beltrán, 2005, p.17).
Estos académicos, daban cuenta de la comprensión de la comunicación, a través de
la comprensión del mundo. No les eran ajenas las discusiones sobre los modelos de
desarrollo económico, ambiental y social; lo que les permitía afianzar sus argumentos
teóricos, desde evidencias empíricas.
29
Lo que se quiere poner de precedente a través de estas referencias, es que muchas de
estas apuestas siguen en vía de materializarse. Infortunadamente, la búsqueda de una
perspectiva participativa, horizontal, democrática en la comunicación, continúa siendo un
objetivo pendiente para los interesados en este tema.
Evidenciando así, que la problematización en torno a la comunicación para el
cambio social, sigue siendo una discusión vigente. Por lo que se examinan algunos de los
planteamientos, que han permitido la disertación sobre cuál es el deber ser de este campo, y
que provienen de una fuerte crítica a la comunicación pensada de forma meramente
instrumental, como canalizadora de información y propaganda.
5.1. Educación + comunicación
El concepto se construyó a partir de los aportes de Paulo Freire, quien a través del
postulado de la educación para la libertad, sugirió aproximaciones que resultaban muy
familiares para los comunicadores de la época.
Muchas de las contribuciones del brasileño, señalaban el acto educativo, como un
acto comunicativo. Proponía por ejemplo, que la vida humana sólo tiene sentido en la
comunicación (Freire, 1970), y dicha comunicación tendría que ser comprendida como
equivalente del diálogo:
El diálogo es una relación horizontal de A con B. Nace de una matriz
crítica y genera criticidad. Cuando los dos polos del diálogo se ligan así,
con amor, con esperanza, con fe el uno en el otro, se hacen críticos en la
búsqueda común de algo. Solo ahí hay comunicación. Solo el diálogo
comunica, Freire en Kaplún (1998, p. 60).
30
Así, en condiciones de igualdad y reciprocidad, es cómo es posible vivenciar la
participación, la libre expresión, y comprender la realidad. El diálogo como ejercicio
aparentemente primario, conserva en sí mismo la razón de ser de la comunicación, que es el
entendimiento y la puesta en común de saberes, historias, perspectivas e ideas.
Mario Kaplún (1998), también fortaleció este enfoque, desde su punto de vista “los
hombres y los pueblos de hoy se niegan a seguir siendo receptores pasivos y ejecutores de
órdenes. Sienten la necesidad y exigen el derecho de participar, de ser actores,
protagonistas, en la construcción de la nueva sociedad auténticamente democrática” (p. 63).
Esto se refiere principalmente al contexto mediático, pero también puede ser llevado a
escenarios en los cuales hay sujetos y colectividades que han sido tradicionalmente
marginadas. Así pues, la planeación de la política pública, la escuela, etc., se convierten en
entornos en los cuales las comunidades sienten necesidad de involucrarse de manera activa,
y la comunicación es una herramienta que puede facilitar dicha participación.
5.2. Comunicación para el cambio social
Los avances en este campo empezaron a ser discutidos y teorizados a finales del siglo
XX, entonces, la Fundación Rockefeller definió la comunicación para el cambio social
“como un proceso de diálogo público y privado a través del cual las personas definen
quiénes son, qué quieren y cómo pueden obtenerlo”3 (1999, p. 8).
Estos sujetos, a menudo obviados de la escena mediática y política, gestan en sus
entornos más inmediatos iniciativas orientadas a recuperar su voz. Por lo que se podría
decir que:
3 Traducción de las autoras.
31
La comunicación para el cambio social nace como respuesta a la indiferencia y al
olvido, rescatando lo más valioso del pensamiento humanista que enriquece la teoría
de la comunicación: la propuesta dialógica, la suma de experiencias participativas y
la voluntad de incidir en todos los niveles de la sociedad (…) (Gumucio, 2004, p. 4).
Esta área de la comunicación no ha sido ajena a otros enfoques, todo lo contrario.
Alejandro Barranquero, sugiere fuertes relaciones entre la comunicación para el desarrollo
y la comunicación alternativa; y resume sus similitudes en la práctica participativa de la
comunicación para el desarrollo social (2010, p.8). En la cual deben evidenciarse los
siguientes aspectos:
Orientación crítica y compromiso con una praxis transformadora.
Metodologías participativas y localizadas.
Interdisciplinariedad, hibridación teórica y perspectiva cultural.
Crítica a los modelos comunicativos imperantes.
Fomentar un tipo de comunicación abiertamente comprometida con las
transformaciones sociales.
Sin embargo, esta comunicación es concebida como un proceso de valor, y parte de una
cuidadosa planeación en la cual es importante escuchar múltiples voces, pero muy
especialmente, la voz de la comunidad en la cual se va a llevar a cabo el plan de trabajo.
Rosa María Alfaro explica que:
La comunicación para el cambio social es aquella que, intencionalmente
dirigida y sistemáticamente planificada, está orientada a la consecución de
cambios concretos, tanto en la sociedad, como en las instituciones, con
vocación por el cambio, el bienestar, la calidad de vida, la organización, la
32
esperanza, el servicio público y la democracia (citada por Barranquero A. ,
2007, p. 119).
Por la relevancia de sus aportes, se hace referencia al trabajo de Clemencia Rodríguez
(2004), quien ha estudiado iniciativas de comunicación, orientadas a la construcción de paz
en medio del conflicto armado. La autora plantea que al respecto hay dos enfoques, uno
epidemiológico y otro de tejido social. Siendo este último el que nos interesa, señala que "la
meta es abrir espacios de comunicación donde los individuos puedan -colectivamente-
construir vínculos entre ellos, basados en el respeto mutuo, la solidaridad y el disfrute
colectivo de los espacios públicos" (en línea).
De la misma manera, encontramos este planteamiento muy relacionado con el de José
Miguel Pereira (2005), quien contempla diferentes concepciones y prácticas de la
comunicación: como proceso de información y de formación de opinión pública; en la
construcción de sentido colectivo; y como red tejido y movilización para el cambio social
(p. 433).
En esta última categoría, resalta que la comunicación debe ser concebida como
"procesos de interacción y participación ciudadana para construir acuerdos colectivos y
generar movilización social. Comunicar es construir red, tejido social, interacción e
interconexión" (Pereira, 2005, p. 433).
Pereira & Cardozo (en Pereira, 2005, p. 433), mencionan las siguientes prácticas y
estrategias como elementos de la misma:
Estrategias de comunicación de carácter propositivo que buscan reunir, en torno a
problemáticas comunes, metas similares, para acuerdos y diseño de proyectos de
vida.
33
Diseño, concertación y ejecución de programas y proyectos con el Estado y las
empresas privadas.
Redes sociales de ciudadanos y usuarios.
Redes de radios y televisiones comunitarias.
Uso social de las TIC – interactividad.
Incremento de la ciudadanía para la participación: legislación y control de calidad.
Comunicación educativa.
Comunicación para cambio social.
Al reformular las nociones tradicionales de comunicación, sucede una ruptura que
es también un reto para el comunicador. Por lo que vale la pena preguntarse, cuál es el rol
del mismo en esta “nueva” dinámica: “su principal cometido es el de recoger experiencias
de los destinatarios, seleccionarlas, ordenarlas y, así estructuradas, devolvérselas, de tal
modo que ellos puedan hacerlas conscientes, analizarlas y reflexionarlas” (Kaplún, 1998, p.
79).
Desde dicha perspectiva, las posibilidades del comunicador se amplían y su tarea a
la vez de complejizarse, adquiere sentido. Para los objetivos particulares de esta
investigación, refuerza el planteamiento sobre el cual, se pretende comprender el proceso
comunicativo, en relación a la configuración del tejido social y la construcción de paz.
En esa correspondencia, se debe comprender que la comunicación tiene la capacidad de
articular experiencias, otorgar sentido, establecer relaciones, generar encuentros, producir
conocimiento, compartir saberes y armonizar prácticas sociales. Así como son constitutivas
del tejido social las redes de sociabilidad y las redes de transacciones, lo son también las
redes de comunicación:
34
Que suponen una reciprocidad profunda entre sus miembros, y permiten
evidenciar la capacidad de los individuos o grupos de establecer acciones
concretas con el fin de modificar su entorno social en situaciones que
comprometen sus intereses, mediante códigos culturales y sistemas de
comunicación y cohesión. (Joseph I. , 1988, p. 134).
En el contexto en el que se da esta investigación, es imperativo reflexionar sobre el
hecho de que el despojo del que fueron víctimas los parceleros de Santa Paula, comprende lo
material (la tierra), pero también representa rupturas en lo social, lo colectivo y lo simbólico,
y la única manera de recuperar estos aspectos tiene que ver con el restablecimiento de lo
relacional, es decir, la configuración del tejido social, lo cual se posibilita a través de la
comunicación, como se evidencia más adelante en las conclusiones del presente documento.
35
6. Método
6.1. Naturaleza del objeto de investigación
Con el fin de describir el camino metodológico a través del cual se desarrollaron los
objetivos de la presente investigación, se hace fundamental revisar la naturaleza del objeto
de estudio, esto es los procesos comunicativos, de configuración de tejido social, y la
incidencia de los mismos en la construcción de paz.
Para fines de la investigación cualitativa, a través del estudio de caso desarrollado,
es necesario asumir una mirada pragmática que resulte coherente con el abordaje de la
comunicación como proceso humano.
La teoría crítica de Habermas, nos ubica en el escenario de repensar la racionalidad
como único lugar para entender la comunicación como la base de las relaciones sociales.
Estos planteamientos emergen de una reflexión crítica sobre la ciencia, que parte
necesariamente de una reflexión profunda de la función del conocimiento como aspecto
fundamental para generar una crítica de la sociedad, (Habermas, 1999). Sin duda, este
aspecto fundado en lo epistemológico, es el resultado de una crítica a la modernidad y su
estandarte, la razón humana como la única y válida explicación del mundo:
Si bien Habermas certifica la defunción de la razón sustancial, encarnada antaño en
la religión y la metafísica, esto no significa aceptar también la muerte de la razón,
sino que, más bien, se trata de que la razón, ahora menos pretenciosa, se transforme
en una razón procedimental que siga siendo la depositaria de los fundamentos de
validez de la ciencia y de los principios de la vida social (…) Lo que sucede, a
juicio de Habermas, es que solo con la consolidación de la modernidad y lo que ello
implica (desvinculación del mito y la religión como esferas totalizadoras de sentido)
pueden llegar a constituirse esferas de valor diferenciadas con un potencial
36
emancipatorio intrínseco y cada una con su pretensión de validez (Carretero, 2006,
p. 5).
Habermas, en coherencia con esta postura crítica a la modernidad, y en consonancia
con la escuela de Frankfurt y con algunos planteamientos marxistas, plantea que la teoría
puede alcanzar clarificación sobre su papel potencialmente emancipatorio en el proceso
histórico (Habermas, 1999), esto significa que la teoría tiene una función pragmática en la
que la acción como concepto sociológico transforma la realidad. Este principio cobra
coherencia con el planteamiento de la transformación del conflicto tal como lo plantea
Lederach (1996) y encuentra total resonancia con los objetivos del presente estudio. Por tal
razón, al ubicar la teoría crítica como una forma de generar reflexividad para el cambio o la
transformación social, Habermas y los teóricos de la escuela de Frankfurt, vienen a plantear
cómo la teoría del conocimiento es indisociable de la teoría social.
En este sentido, al ubicarnos en la teoría crítica se comprenden los sujetos como
críticos, reflexivos y dotados de un saber preteórico que hace posible la acción
comunicativa, siendo esta de especial interés para la presente investigación, ya que plantea
un escenario en el que:
(...) Los planes de acción de los actores implicados no se coordinan a través de un
cálculo egocéntrico de resultados, sino mediante actos de entendimiento. En la
acción comunicativa los participantes no se orientan primariamente al propio éxito;
antes persiguen sus fines individuales bajo la condición de que sus respectivos
planes de acción puedan armonizarse entre sí sobre la base de una definición
compartida de la situación. De ahí que la negociación de definiciones de la situación
sea un componente esencial de la tarea interpretativa que la acción comunicativa
requiere (Habermas, 1999, p. 367).
37
Y es justamente la búsqueda del entendimiento, la construcción del consenso, el
proceso del diálogo lo que nos inquieta. Como ha quedado planteado en otros apartes de
este documento, el interés de esta investigación, tiene como eje la comunicación como un
proceso de construcción colectiva, que permite gestar procesos al interior de las
comunidades y grupos, con el propósito de lograr la transformación social, particularmente
la construcción de paz.
6.2. Abordaje cualitativo
El método cualitativo plantea un abordaje complejo en el que las cualidades del
sujeto/objeto de investigación, en nuestro caso de naturaleza social, se presentan en su
particularidad, esto significa, como lo plantea Bonilla (1997), que lo social se asume como
una realidad construida, inacabada y por tanto que se rige por leyes sociales y
normatividades que provienen del universo cultural de los grupos humanos:
La investigación cualitativa intenta hacer una aproximación global de las
situaciones sociales para explorarlas, describirlas y comprenderlas de manera
inductiva, es decir a partir de los conocimientos que tienen las diferentes personas
involucradas en ellas y no deductivamente, con base en hipótesis formuladas por el
investigador externo (Bonilla, 1997, p. 69).
Por tanto, la investigación cualitativa busca privilegiar la información de primera
mano, para generar un análisis de la misma a partir de un estudio exhaustivo de la
problemática que pretende abordar. En este sentido, el conocimiento cualitativo solo es
accesible al investigador cuando comprende el marco de referencia particular del grupo
estudiado (Bonilla, 1997), esto es el contexto que permite su surgimiento y las cualidades
propias de su existencia.
38
6. 3. Estudio de caso
La investigación desarrollada, centra sus esfuerzos en el método de estudio de caso, por
considerarlo el más apto para abordar la complejidad de los procesos y escenarios
explorados. Es necesario mencionar que el estudio de caso no persigue una generalización
estadística, tal como lo harían otros métodos y abordajes investigativos, sino el desarrollo
de una teoría que puede ser transferida a otros casos con los que guarde o comparta
características similares (Martínez, 2006).
La investigación desarrollada a partir del método de estudio de caso, implica un
abordaje inductivo, en el que a partir de las complejidades del caso se genera una lectura
analítica de la problemática social explorada.
Para tales fines Yin citado por Martínez (2006, p. 16), propone cinco componentes
de gran relevancia para definir las etapas de un estudio de caso:
1. Definir las preguntas de investigación: las preguntas de investigación y las
proposiciones teóricas servirán de referencia o punto de partida para la recolección
de los datos desde los distintos niveles de análisis del caso, y para el análisis
posterior de los mismos.
2. Determinar las proposiciones teóricas, fundadas a partir de constructos o factores
generales (que contienen una serie de variables o dimensiones).
3. Determinar la(s) unidad(es) de análisis o categorías.
4. Establecer la vinculación lógica de los datos a las proposiciones.
5. Construir los criterios para la interpretación de los datos.
39
6.4. Instrumentos
Si bien el proceso investigativo procuró ahondar en las relaciones sociales y la
comunicación como procesos que aportan para la construcción de paz en Santa Paula, es
una investigación que tiene un alcance exploratorio frente a un fenómeno de estudio
novedoso, que recién inicia en Colombia, y que además es cambiante y dinámico, y por
tanto no pretende cerrar la discusión en esta materia, sino abrir la puerta a escenarios de
reflexión y análisis que redunden en acercamientos, colaboraciones e intervenciones más
cercanas a las realidades y expectativas de los beneficiarios de la política de reparación
integral, lo cual es un reto en materia metodológica y teórica.
Varias herramientas fueron utilizadas en la investigación, entre las que se encuentran:
encuesta de caracterización, grupos focales, mapas sociales, diario de campo y entrevistas
semiestructuradas.
6.4.1. Encuesta de caracterización
En la primera visita exploratoria se aplicó la encuesta de caracterización mediante un
recorrido para llegar a cada parcela. En total fueron encuestadas 31 personas, entre hombres
y mujeres, quienes en ese momento ya eran beneficiarias de la restitución. a las cuales se
les indagó sobre aspectos como el lugar de procedencia, edades del núcleo familiar,
máximo grado de escolaridad alcanzado, religión, etnia, ocupación y otros elementos
relacionados con su participación en organizaciones sociales o comunitarias, valores con
los que identifican al grupo de parceleros y reconocimiento de líderes (ver Anexo 1:
formato encuesta de caracterización). Estos aspectos permitieron obtener elementos, como
ya se mencionó, para el diseño de los instrumentos más pertinentes y adecuados a ser
trabajados con el grupo de parceleros.
40
Hay que aclarar que aunque la investigación es de corte cualitativo, esto no impide el
uso de instrumentos cuantitativos, para lograr la aproximación a ciertos datos que de
manera dispersa sería imposible sistematizar, y comprender.
6.4.2. Grupos focales
Con los resultados a mano, se tomó la decisión de poner en marcha tres grupos focales
sobre los temas de la investigación. Estos tenían dos objetivos: recolectar
información concreta sobre las percepciones de los parceleros a través de ejercicios
participativos de diálogo y puesta en común; y observar las características del
proceso comunicativo en un marco de interacción narrativa, una vez se
desarrollaban estos ejercicios se realizaban preguntas que buscaban fomentar la
discusión de los asistentes sobre las categorías que están imbricadas en los procesos
comunicativos: acceso, participación y diálogo.
Tanto el número de asistentes, como la población participante fue fluctuante, pero se
contó con un grupo base de cerca de 20 personas en cada ejercicio, todas las sesiones se
llevaron a cabo en Santa Paula.
6.4.3. Mapas sociales
A través de esta técnica que proviene la IAP “se reflejaron gráficamente las
asociaciones, características del hábitat, y condicionantes socioeconómicos” Villasante (en
Musito, Herrero, Cantera, & Montenegro, 2004, p.159), del grupo de parceleros. Estos
mapas permitieron expresar las relaciones de atracción, desacuerdo, conflicto, jerarquía, y
dependencia que existen en relación a cuatro ámbitos: relaciones familiares, relaciones
41
vecinales y comunitarias, relaciones productivas, relaciones ciudadanas, asimismo permitió
obtener una red de actores y relaciones que se establecen entre ellos.
6.4.4. Entrevistas semiestructuradas
Para contrastar y complementar la información obtenida se realizaron entrevistas
semiestructuradas; las preguntas realizadas giraron en torno a elementos que definen la
noción de comunidad de los parceleros: sentido de pertenencia, interrelación grupal,
participación, así como la descripción del concepto en sí mismo. Como último bloque, en la
entrevista se indagó sobre paz y territorio, con fines de explorar la visión a futuro de los
parceleros y su percepción sobre la construcción de paz (ver Anexo 2: formato entrevista
semiestructurada). Los hallazgos fueron socializados con el grupo de parceleros, una vez
concluyó el trabajo de campo.
6.4.5. Diario de campo
Un instrumento transversal al desarrollo de la investigación, fue el diario de campo,
en el cual se sistematizaron las observaciones que las investigadoras hicieron en los
diferentes momentos del trabajo de campo en materia de actitudes, comportamientos y
reacciones que tenían los parceleros (y ellas), durante la ejecución de las diferentes
herramientas de investigación (Ver Anexo 3: formato diario de campo).
6.5. Sistematización y análisis de información
La información recolectada fue sistematizada a través del Software de Análisis de
datos Cualitativos, Atlas ti 6.2, que permite realizar un ejercicio de teoría fundamentada
(Strauss & Corbin, 2002), esta perspectiva de análisis consiste en la construcción de teoría a
42
partir de los datos, sin embargo, la investigación desarrollada no se limita a este abordaje
analítico, pues busca articular propuestas teóricas ya desarrolladas, con elementos
obtenidos a través de la investigación. Vale mencionar que aunque algunas categorías y
subcategorías de análisis emergieron en el proceso de sistematización y análisis de la
información obtenida en campo, no son el único insumo analítico, pues la investigación
aplicó planteamientos teóricos ya mencionados en los capítulos III, IV y V de este
documento a fines de tener herramientas para la comprensión y el estudio de caso.
Se incluyen entonces, varios momentos en el procesamiento analítico de los datos:
en un primer momento, se desarrolló un proceso analítico a través del cual se identificaron
y definieron los conceptos en los datos (codificación abierta) (Strauss & Corbin, 2002).
Esto fue posible a través de un análisis línea por línea de los grupos focales, mapeo social,
entrevistas y los diarios de campo ya sistematizados, selección de citas (fragmentos de los
la información de los diferentes instrumentos aplicados, que remiten a una categoría
particular), adjudicación de categorías y definición de las mismas. Simultáneamente se
construyeron memos analíticos y aclaratorios (herramienta del software) con el fin de
fortalecer aquellas categorías que no alcanzaban la saturación teórica.
En un segundo momento, se desarrolló un proceso en el cual se relacionaron las
categorías entre sí, (codificación axial) (Strauss & Corbin, 2002), esto supuso un
ordenamiento jerárquico en donde cada una de estas fueron subordinadas a otras, en
relaciones que fueron establecidas por medio de una red semántica (Ver Anexo 4: Red
semántica de la investigación), que permite configurar los ejes de interpretación de las
categorías definidas con anterioridad.
Finalmente, esta red obtenida permite llegar a la última fase de análisis: la
codificación selectiva, (Strauss & Corbin, 2002, p. 157), que consiste en desarrollar
43
analíticamente las relaciones semánticas obtenidas en la codificación axial, esto con el fin
de construir un modelo analítico que de cuenta de los procesos comunicativos, de
configuración de tejido social; y la incidencia de los mismos en la construcción de paz en
el caso de los parceleros de Santa Paula. Este ejercicio analítico se resume en el mapa de
categorías y subcategorías de análisis de la investigación, relacionadas a continuación:
Unidad
de análisis
Categorías Subcategorías
Comunicación Acceso Posibilidad de recibir mensajes
Diálogo Igualitarismo/igualdad política y social
Cercanía
Recurso de comunicación
Influencia
Dificultades/obstáculos en la comunicación
Espacios de comunicación
Participación Estrategias de comunicación
Movilización
Metas similares
Consenso
Disenso
Historias de vida
Rituales
Construcción de
paz
Dimensión relacional
del conflicto
Contextos en los que el conflicto se hace manifiesto
Escalamiento
Desescalada
Necesidades básicas no atendidas
Forma en que las personas se perciben a sí mismas
Forma en que las personas se perciben unas a otras
Forma en que las personas perciben el conflicto
Proactividad
Reactividad
Paz positiva/ Paz negativa
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Unidad
de análisis
Categorías Subcategorías
Tejido social Redes de sociabilidad Apoyo entre parceleros
Relación entre parceleros
Percepción de los parceleros sobre la asociatividad
Individualismo
Participación en actividades de esparcimiento
Redes de transacciones Relaciones vecinales
Participación en proyectos productivos
Relaciones ciudadanas Acciones para la construcción de paz
Relaciones positivas de los parceleros con
instituciones y entidades
Relaciones negativas de los parceleros con
instituciones y entidades
Visión a futuro
Temor a la repetición de hechos de violencia
Presencia de grupos armados
Liderazgo Gestión y apoyo de líderes
Imagen de los líderes de Santa Paula
Sentido de comunidad Valores comunes
Historia común de los parceleros
Apropiación de las parcelas
Relación de apropiación previa (al despojo) del
territorio
Tabla 2 Mapa de categorías que guió el análisis de datos arrojados por los diferentes instrumentos.
Elaboración de las autoras.
45
7. Hallazgos
7.1. Caracterización
A través de los datos que arrojó la encuesta de caracterización fue posible identificar
elementos diferenciales en cuanto a grupos étnicos, creencias religiosas, lugar de
procedencia y lugares de asentamiento posteriores al despojo.
A la pregunta "¿De acuerdo con su cultura, pueblo o rasgos físicos, es o se reconoce
como (...)?, la mayoría de los parceleros respondieron "ninguno"; por lo que se evidencia
que no se manifiesta un autoreconocimiento étnico como índigenas, afrodescendientes,
rom, raizales, etc.
Respecto al componente religioso, el 64% manifiesta practicar alguna creencia: 42%
son católicos, 16% evangélicos, y 6% cristianos. En cuanto al lugar de nacimiento, se
encontró que 26% de los encuestados son oriundos del municipio de Montería y algunas
zonas rurales: 10% de Leticia, 6% de Martinica. Figuran otros municipios como Lorica,
San Pelayo, Puerto Escondido, Tierralta; e incluso lugares fuera de Córdoba como Necoclí
y San Juan de Urabá. 92% se consideran víctimas de desplazamiento forzado.
Al indagar por los lugares que han habitado los últimos 20 años por causa de la
violencia, 55% dice que vivió en Montería, 10% en Martinica, y los demás de manera
dispersa mencionan, entre otros municipios, a Palmito (Sucre), Puerto Escondido
(Córdoba), Sahagún (Córdoba), Saragosa (Antiquia), Guadual (Antioquia), Apartadó
(Antioquia).
El grueso de la población (45%) la componen hombres, entre los 48 y los 59 años, el
81% señala saber leer y escribir, 25% han cursado el bachillerato incompleto, 13% ha
terminado su formación secundaria, 34% logró la primaria completa, y 16% no finalizó sus
primeros años de formación. 12% no ha recibido educación formal.
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Como vocación productiva, destacan la agricultura con un 61% (siendo cultivos
predominantes de yuca, maíz y plátano), y la ganadería con el mismo porcentaje, como
formas de obtener el sustento económico de la familia. Tambien aparecen otras actividades
que ejercen los parceleros: jornalero, conductor, carpintero, vigilante, comerciante,
cuidador de animales, pastor.
Si bien se encontraron elementos comunes en términos sociodemográficos, los datos
obtenidos a través de la encuesta no fueron suficientes para definir nociones conducentes a
la definición de los parceleros como grupo de población homogéneo en los términos que
fueron indagados.
Dado que la parte final de la encuesta (participación y ejercicio de liderazgo) llegó a ser
compleja al momento de su aplicación, estos aspectos no resultaron suficientemente
desarrollados para contemplarlos en este apartado, y sus especificidades se abordaron a
través de los grupos focales implementados posteriormente.
7.2. Tejido social: restaurar las relaciones quebrantadas
Como una forma de aplicar los modelos teóricos adoptados por esta investigación,
el grupo construyó un mapa social que da cuenta de las relaciones vecinales, comunitarias,
productivas y ciudadanas, que además hicieron posible identificar aquellos actores que
configuran el tejido social en Santa Paula; así mismo, se desarrollaron entrevistas
semiestructuradas que buscaron profundizar aspectos que quedaron apenas mencionados
en el mapeo social, y que se desarrollarán por ámbitos de relación en este apartado.
Es importante mencionar que el ejercicio permitió identificar además la percepción
del grupo en cuanto a relaciones al interior de la comunidad, y con las entidades que hacen
presencia en el territorio, lo que facilitó la participación, el intercambio de opiniones e
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incluso la interpelación. La actividad permitió distinguir distintos puntos de vista, y que
los niveles de satisfacción que hay con las instituciones con las que se relacionan son
diversos; estas relaciones surgen en el presente, como la posibilidad de reparar las
relaciones que en el plano social y ciudadano se vieron afectadas.
Foto 1 Mapa social, construido por los parceleros de Santa Paula, a partir de los ámbitos de relaciones que
proponen Romero, Arciniegas, & Jiménez, (2006).
7.2.1. Relaciones comunitarias
Con el fin de aproximarse a los niveles de relación que fueron planteados en la revisión
teórica sobre tejido social, se abordó el plano comunitario, a partir de lo que implica vivir
en colectivo, estos insumos se obtuvieron tanto del mapeo social, como de entrevistas
semiestructuradas a hombres y mujeres miembros del grupo de parceleros:
Para mí una comunidad es donde uno se organiza a nivel de una asociación o
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de una junta de acción comunal, aquellas personas organizadas, fomentan
unos proyectos, se llevan a cabo y todo es repartido entre la comunidad
(Fabio, 53 años)4.
En el mismo sentido, los parceleros identificaron que es necesario que la comunidad
además de estar organizada, comparta un espacio geográfico para constituirse como tal:
(…) Un grupo de personas que estamos acá, [¿que estamos acá en Santa
Paula?], exactamente, pues en general los parceleros, pero yo no le puedo
hablar de comunidad de los que viven en Montería ¿verdad?, sino de los que
estamos acá. Es un grupo de personas que nos decidimos a venirnos, a
apersonarnos de lo que es de nosotros nuevamente (Elisa, 47 años).
Aunque esta definición goza de claridad, plantea además la comunidad como
categoría diferenciadora de otros: “Porque ya nosotros somos, aquí ya habemos ciento y
pico de familias, claro que no estamos todas acá. Pero ya ahora que estemos acá, para mí
eso es una comunidad” (Luis, 53 años).
Ahora bien, en el plano de las relaciones comunitarias los parceleros establecen
vínculos a partir de valores comunes, formas comportamentales, de significados y de
sentido que definen su identidad socio cultural:
(….) Ese sentido de pertenencia. La berraquera de uno haberse venido para
acá. Porque para los que ya estamos, somos pocos los que estamos aquí, para
los que ya estamos restituidos, somos pocos, entonces yo pienso que no es
por la casa, ni por tener ganas, es por ser berraco de venirse para acá
4 Los nombres consignados en este documento corresponden a seudónimos, para proteger la privacidad de los
participantes en la investigación. Algunos testimonios fueron editados en función de la sintáxis del texto
escrito.
49
(Beatriz, 48 años).
Resalta la idea de la decisión y el carácter que tuvieron los parceleros para retornar,
como una condición definitoria de su ser como colectivo. En este mismo sentido la
construcción de un referente histórico común que los identifica, se vincula a la vivencia de
del despojo y la restitución:
De hecho yo pienso que todos hemos hecho parte de esa historia: desde el
inicio que nosotros estábamos acá, después cuando nos quitan las parcelas,
vivimos el desplazamiento, después la búsqueda de mirar nuevamente si nos
devolvían nuestras tierras (Beatriz, 48 años).
Esto llama la atención, en especial porque el despojo y la restitución están asociados al
conflicto, y aparentemente el grupo parece no contar con elementos adicionales en su
historia de vida como colectivo. En este sentido, la vivencia del conflicto resulta ser un
elemento unificador como referente histórico de los parceleros, confirma los postulados
teóricos ya citados, si asumimos que en los estudios desarrollados a propósito de
comunidades que han vivenciado desplazamiento forzado u otras formas de desarraigo, una
vez llegan al territorio que les fue arrebatado, no cuentan con elementos comunes que se
deriven de sus características culturales o identitarias, sino de aquellas condiciones
circunstanciales como el ser habitantes de territorios en conflicto (Meertens, 2002), o como
el caso de los parceleros, quienes más que compartir elementos que los cohesionen como
grupo de población homogéneo, tal como se mencionó en los hallazgos de la
caracterización desarrollada en el estudio de caso, cuentan principalmente con una historia
común centrada en el despojo de las tierras del que fueron víctimas.
Otro elemento que amplía la comprensión de las relaciones comunitarias, es la
apropiación de las parcelas, entendida como los hechos que implican, más allá de la
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propiedad legal, una relación fuerte, traducida en habitar este espacio físico, establecer
relaciones sociales y productivas, y todo aquello que conduce a construir y elaborar el
espacio como tal, que hoy se hace posible por el retorno voluntario a los predios, en
muchos casos en precarias e improvisadas condiciones:
Aquí debajo de este palo. Se vino Julio conmigo, aquí cocinamos,
empezamos a cocinar allí en la parte del mango, y de ahí nos vinimos
rodando, hicimos unos mellizos [dos palos de madera que se ponen juntos
y funcionan como cimientos para una vivienda] por aquí, y después
hicimos un cambuchito de plástico, y así, nos fuimos acomodando. Hasta
que me entregaron a mí y ya más contento (Fabio, 53 años).
Así mismo la explotación de las parcelas a través de proyectos productivos, conducen a
fortalecer esa relación de apropiación, y permite a los parceleros reconocer un cambio
sustancial a las condiciones en las que se encontraban en el pasado: “(…) ya tenemos algo
de donde vamos a devengar, no sueldo, pero algo que nosotros vamos a tener por medio de
ese ganadito que tenemos allá, poquito pero sí ya tenemos algo que es de nosotros (Beatríz,
48 años).
Las relaciones productivas, además de favorecer una apropiación evidente de los
predios, han coadyuvado a que gradualmente los parceleros puedan autogestionar sus
recursos, que en un principio constituyen condiciones para la supervivencia, y que les
permite tener una percepción positiva del entorno actual:
No, aquí sí ha cambiado mucho. Porque ahora nosotros estamos aquí, ya
somos los dueños, los propietarios. Ahora sí es de verdad. Antes nos
entregaron esto, pero esa gente estaba por ahí, y ellos decían eso es suyo
pero arriéndemelo yo le pago...por ejemplo ese era mi caso. Acá cada dos
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meses me daban un chequecito por el arriendo de la tierra, y yo no tenía
nada. La diferencia ahora es que esto no existía, estos corrales, estas
divisiones, estos ranchos que hemos construido, la cosecha, esto no existía,
esto es un cambio grande (Elisa, 47 años).
Estos cambios de circunstancias encuentran en el pasado un contraste, si se
comparan con la época en la que Funpazcor les prohibió a los parceleros instalarse en sus
propiedades o explotarlas de manera autónoma, como fue mencionado en el apartado sobre
el contexto del caso. En este sentido, la experiencia de apropiación previa (al despojo) del
territorio por parte de los parceleros en Santa Paula, es diversa, algunos cuentan que vivían
en el predio y otros no; sin embargo, se hace una referencia más hacia el soporte económico
que les brindaba la parcela:
(…) Duramos como unos siete años que íbamos y veníamos pero como le digo
no podíamos hacer nada. Eso estaba montado, no podíamos hacer nada, así la
misma fundación Funpazcor, era que nos daba un chequecito, cada 2 meses
por el consumo del pasto, y bueno a la vuelta de unos 3 años fue cuando nos
volvieron a entregar, pero no podíamos hacer casi nada (…) (Beatríz, 48
años).
Esta situación propició que los parceleros no tejieran vínculos con sus vecinos
o compañeros, en tanto sus visitas al predio eran esporádicas, y como se mencionó
anteriormente, la explotación de la parcela en términos productivos estaba siempre
mediada por Funpazcor.
52
7.2.2. Relaciones productivas
Frente a las relaciones productivas se exploraron principalmente las actividades que les
permiten a los parceleros fomentar y movilizar recursos, tales como programas de
generación de ingresos y /o capacitaciones orientadas a actividades que hacen posible el
soporte económico. En este aspecto se resalta la percepción positiva de los programas y
entidades que los respaldan:
El SENA sí, para qué decir que no si sí, porque el SENA ha estado pendiente,
porque aunque los cursos no han terminado, son los que han estado más
pendientes, yo hice el piscicultura, e hice el de ganadería (Joaquín, 57 años).
Igualmente para los parceleros la posibilidad de ser productivos por sí mismos, propicia
recursos de autogestión y de apropiación de la parcela:
(…) Ahorita nosotros tenemos desde recibir los alimentos, el ganado, la
lechita, el queso, la mantequilla, por medio del queso uno consigue lo demás.
Como uno hace el quesito fue y lo vendió o lo cambia por la yuca, lo cambia
por la carne (Julio, 63 años).
Estos hallazgos permiten identificar el cambio sustancial de los parceleros en
términos de subsistencia económica; si bien las condiciones actuales están más
enfocadas a garantizar la seguridad alimentaria de las familias, gradualmente los
parceleros son autónomos en procurar su bienestar.
53
7.2.3. Relaciones ciudadanas
En cuanto a las relaciones ciudadanas, se estudiaron especialmente el empoderamiento
ciudadano y la formación en derechos y deberes. Se exploraron las acciones para la
construcción de paz, asociadas a aportes y esfuerzos cívicos que conducen a la
transformación de las relaciones entre los parceleros como parte del proceso para la
construcción de paz:
Pues yo pienso que la paz empieza por casa, y vivir aquí nosotros en paz, que
podamos tener buenas relaciones, que uno mantenga con el vecino, con el
compañero, bien (…) (Joaquín, 57 años).
Un hallazgo en esta materia, tiene que ver con las relaciones que establecen como grupo
con instituciones y entidades; y la connotación de las mismas: positivas o negativas. En el
primer conjunto se incluyen aquellas que expresan confianza en organizaciones externas
para el desarrollo de actividades, proyectos y programas que los benefician:
La policía, ah no, pues nos ha brindado confianza, se han relacionado bastante
con nosotros, vienen constantemente, pues cuando han podido, nos brindan
seguridad, y sí, siempre han estado, se han relacionado bastante con nosotros,
bueno digo conmigo, porque siempre llegan a las casas preguntan y brindan
confianza y a la vez también brindan protección (Óscar, 40 años).
Consideramos que este es un hallazgo significativo, pues al ser las Fuerzas Armadas
parte de los actores del conflicto y en muchos casos victimarios de civiles, buena parte de la
población desconfía de las figuras de autoridad estatal. Un ejemplo de ello son los llamados
“falsos positivos” (ejecuciones extrajudiciales), que sacaron a la luz las flagrantes y
constantes violaciones de los derechos humanos por parte del Estado y la fuerza pública. Y
sorprende más en la medida que se ha probado que fuerzas del Estado trabajaron
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conjuntamente con los Castaño, Don Berna, y otros paramilitares en la región de Córdoba.
En el segundo grupo, se encuentran aquellas relaciones que manifiestan inconvenientes
y se asocian principalmente a la negligencia o desatención a las necesidades manifiestas:
(…) Nos ofrecieron unos mercados, todavía no hemos visto el primero; las
ayudas humanitarias, a unos cuantos se las dan a otros no (Luis, 45 años).
El engaño y el incumplimiento, aparecen de forma reiterada como factores que debilitan
la relación del grupo de parceleros con las entidades, lo que afecta su capacidad de
interlocutar con la institucionalidad. Otros aspecto que debilita notablemente la relación
con las entidades, tiene que ver con las prácticas asociadas al clientelismo, que se agravan
enormemente en tanto están insertas en las lógicas y vida política de la población en
general:
Nosotros somos la comunidad que estamos votando por ellos para ayudarles,
eso lo digo, eso da pena, y al Alcalde y al Gobernador debería darles
vergüenza cuando vienen a coger votos. Que tengamos que sacar un paciente
o un enfermo en hamaca al pueblo, porque no tenemos la carretera… que eso
no se gasta ninguna millonada ahí, por qué, porque el Alcalde trabaja es por
negocio al pueblo, y el Gobernador no viene a esta vereda ahora que no es
tiempo de elecciones, en tiempo de elecciones sí vienen a hacerle promesas
falsas a uno (Joaquín, 57 años).
Una vez se exploraron las relaciones de los parceleros con instituciones y entidades,
se indagó la visión a futuro de Santa Paula, que tiene que ver con las expectativas
compartidas o no, que permiten conocer la proyección de los aspectos comunes del grupo,
asociadas principalmente a las condiciones de infraestructura y oferta institucional para el
goce efectivo de derechos:
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Empezamos a construir un gran futuro, en el cual generaremos fuentes de
empleo, gocemos de todos los servicios públicos (agua, luz, educación,
salud), mejores vías de acceso, más participación e integración entre vecinos
(Grupo focal sobre comunicación).
Vale mencionar, que la visión a futuro de los parceleros, se encuentra marcada por
un ideal de vida urbana (estructura habitacional) que debería ser modelo para la disposición
y organización física y material de Santa Paula:
(…) Todo esto habitado, con todas las casas construidas, y con toda la gente acá,
ya esto no sería sino como un barrio, porque ya estamos, mire esa construcción
que tenemos acá. Por ejemplo, aquí los vecinos míos no se han venido, yo estoy
sola acá, para acá, sola. Pero cuando vengan mis vecinos, y si hacen las casas
cerca, entonces eso es como un barrio donde uno está completamente cerca el
uno del otro, donde uno sienta que ya hay mucha gente, porque ahora habemos
muy pocos. Entonces que ya tengamos agua, por lo menos la luz, que es tan
fundamental acá (Elisa, 47 años).
Otro elemento que merece ser resaltado en el marco de las relaciones ciudadanas, es
la persistencia de la idea que tienen algunos parceleros, sobre la repetición de hechos de
violencia que puedan generar nuevas victimizaciones:
(…) Que de pronto pasados dos años, tres años, nuevamente aparezcan y nos
intimiden, y nos quieran sacar de acá, porque ya todo está quieto, porque nos
lo entregaron. Entonces eso es lo que yo entiendo, que ellos se den cuenta que
de verdad ya, que nos dejen a nosotros ya tranquilos acá (Elisa, 47 años).
El temor a la repetición de hechos de violencia está asociado a la percepción de
inseguridad, pues los parceleros consideran que se pueden dar condiciones que promuevan
56
nuevamente la ocurrencia del despojo a manos de grupos armados ilegales, este elemento
encuentra relación con la compresión de paz negativa asociado a la ausencia de conflicto
armado, que será desarrollado en el capítulo sobre construcción de paz.
7.2.4. Redes de sociabilidad
En el plano de las redes de sociabilidad, que como se mencionó en el apartado que
define los conceptos claves de la investigación, permite entender hasta dónde se extiende el
espacio de la comunidad en cuanto al apoyo entre parceleros. Se reconocen
comportamientos cooperativos o de altruismo, a través de la movilización de recursos y la
negociación para la resolución de conflictos. Este nivel de relación hace alusión a las redes
a las que se apelan cuando se busca o persigue un objetivo concreto; en el caso de los
parceleros, la unión se manifiesta en hechos eventuales en los que se requiere del soporte de
los demás:
La relación que tenemos nosotros es como familiar, porque nosotros nos
tratamos aquí como hermanos, como si fuéramos de la misma familia. Un
ejemplo, aquí el señor Julio, si él un día no tiene plata y yo tengo, y si otro
día él tiene y yo no tengo, también. Si yo un día por lo menos, no tengo para
comprar comida o no traigo nada, la señora de él me llama, Luis venga a
almorzar, mire (Luis, 53 años).
La unión es un hallazgo en las relaciones de apoyo de los parceleros que aparece como
recurso de afrontamiento a las adversidades que cotidianamente deben resistir los mismos.
Si bien la unión resulta un recurso influyente, esta se plantea conforme se requiere o
demanda, no necesariamente se expresa como posibilidad de generar transformaciones o
movilización en escenarios de participación, en tanto es el resultado de situaciones que se
57
presentan como circunstanciales y con personas con quien se guarda cierta cercanía o
familiaridad, en general vecinos; la unión requiere fortalecerse desde un abordaje que
incluya el ser como colectivo de los parceleros, que es un elemento que aún está difuso y
exige robustecerse en la proyección a futuro de la comunidad.
7.2.5. Redes de transacciones
Ahora bien, en cuanto a las redes de transacciones que configuran relaciones que
persiguen objetivos concretos, la investigación tuvo como hallazgo que la cercanía física es
clave para entender la manera como se relacionan los parceleros; en este sentido, las
relaciones vecinales son un ejemplo para la movilización de recursos, negociación para la
resolución de conflictos, ayuda o favor para resolver un problema y que por tanto, se opta
por “amigos y a amigos de amigos con los cuales se puede hacer provisionalmente una
alianza” (Joseph I., 1988, p. 135).
De pronto tengo un vecino más cercano que es Pedro, y de pronto con él sí ya
soy más cercano, a él le comento, y sí, nos apoyamos más acá. Porque
estamos más cerca, por la cercanía, pero sí hay apoyo. Cualquier cosa yo lo
llamo: “vaya allá y me mira tal cosa” y enseguida. Y lo mismo cuando él
necesita algo. Y aquí, por ejemplo, le digo “mire que ya va a venir el agua,
saque el tanque, para que venga no lo agarre de sorpresa”, y así, cualquier
información que yo tenga, que sepa que es de ayuda para ellos (María, 48
años).
Otro de los aspectos que fue explorado en el marco de las redes de transacciones fue
la percepción que tienen los parceleros sobre la asociatividad, por considerarla como una
posibilidad de relación que se construye entre el individuo y el colectivo, al respecto, se
58
abordaron las ideas y opiniones relacionadas con los escenarios de organización social; en
este sentido, es importante mencionar que si bien existe un intento de organización a través
APAVIDESPA5 (Asociación de Parceleros Víctimas de Desplazamiento de Santa Paula), y
contrario a posibilitar un espacio de integración del colectivo, desde la perspectiva de
algunos parceleros pareciera generar división:
No, aquí cada quien anda por su lado. Si le dicen que estamos organizados,
bueno, allá tienen una junta, no sé, allá de pronto. Yo no hago parte de eso.
Organizados, depronto si vamos a ese aspecto, ellos tienen una junta, y hacen
reuniones, y reuniones, y reuniones, pero, bueno, de pronto sí. Yo por
ejemplo sí estoy como una rueda suelta, depronto otros le van a decir que no,
que ellos no (Elisa, 47 años).
Las percepciones sobre la asociatividad son diversas, para algunos la organización y
líderes de la misma, no representan los intereses del colectivo:
Las personas que están en esas organizaciones no son las adecuadas, no sé.
Por ejemplo yo personalmente, pienso que las personas que están en estas
asociaciones no funcionan porque no piensan en el bien de la comunidad
(Elisa, 47 años).
Sin embargo, para otros parceleros, el organizarse es una condición vital para
pensarse más que como individuos, como grupo que comparte circunstancias de vida
similares, y que por tanto requieren motivar un proyecto de vida como comunidad:
Eso, organizarse. Porque si uno no está organizado, para mí uno es una sola
persona, y una sola persona no va a conseguir lo que una comunidad quiere,
5 Asociación conformada por parceleros restituidos de Santa Paula; sus líderes realizan principalmente
gestiones en materia de oferta institucional disponible para víctimas de despojo o abandono.
59
bien sea centro de salud, o ya sea escuela, muchas cosas, para la comunidad
(Fabio, 53 años).
Los propósitos de la organización social desde la óptica de los parceleros van desde
la gestión de proyectos y ayudas por parte de las diferentes entidades estatales y no
estatales, hasta la proyección como colectivo productivo autosostenible; llama la atención
que para las mujeres parceleras este es un objetivo alcanzable, en donde se identifica la
expectativa frente a proyectos productivos con enfoque de género:
(…) Organizados sería maravilloso que todos estuviésemos viviendo. Un
ejemplo, vamos a organizar un galpón de gallinas, las mujeres 3 ó 4 mujeres
vamos a organizarnos para esto. Me parecería ser una organización (Beatriz, 48
años).
Frente a la asociatividad emerge otra categoría asociada al liderazgo como proceso
social y/o comunitario, en el que una persona, organización o grupo orienta la consecución
de una meta u objetivo; es importante aclarar que la entidad que propicia el
direccionamiento goza de un reconocimiento y/o aceptación por la mayoría del grupo que
representa; en este sentido, para los parceleros quien goza de un reconocimiento y
percepción positiva por parte de los parceleros es Yolanda Izquierdo6:
Después de todo eso, una líder que se llamaba Yolanda, pidiendo justicia para
todos los beneficiarios de las parcelas Santa Paula, tocó las puertas del
gobierno para pedir ayuda y recuperar nuevamente esas tierras (Grupo focal
6 Líder representante de los parceleros de Santa Paula, fue clave para que cerca de 800 familias adelantaran
gestiones para la restitución de tierras despojadas en el departamento de Córdoba. Fue asesinada en el año
2007 por ordenes de Sor Teresa Gómez, directora de Funpazcor, quien fue condenada por este delito: Ver "El
asesinato de Yolanda Izquierdo", en Verdad Abierta, http://www.verdadabierta.com/la-historia/483-
timeline/5231-asesinato-de-yolanda-izquierdo
60
sobre comunicación).
En la actualidad la percepción sobre los líderes está más asociada al rol de personas claves
en el grupo de parceleros para los procesos de restitución de tierras:
(…) Uno de los primeritos que vino a mostrar la finca fui yo. Y ahí sí,
trabajando por la comunidad, todavía es hora que estoy trabajando por la
comunidad, porque yo veo que hay que impulsarla y trabajar juntos, para
tener un porvenir mejor. Yo estoy al día de todo lo que está pasando, por eso
me eligieron a mí como líder, aquí en Santa Paula (Julio, 63 años).
No hay necesariamente un consenso sobre la imagen de los líderes de Santa Paula, pues
algunos parceleros manifiestan que los que existen no representan sus intereses aunque
gocen de cierto reconocimiento:
Entonces yo pienso que el líder es la persona que ve por los demás, y que
lucha por el beneficio de una comunidad, no por el beneficio propio. Y aquí
quitan uno y ponen otro, e igual es lo mismo. Entonces eso no lo comparto, y
no hago parte tampoco de eso (Beatriz, 48 años).
Sin embargo, los espacios democráticos al interior de la comunidad fortalecen
no solo el proceso organizativo, sino también la capacidad de acción y el valor
individual de algunos de los parceleros:
Yo estoy al día de todo lo que está pasando, por eso me eligieron a mí como
líder, aquí en Santa Paula. Porque es que yo no digo “yo no voy a perder
tiempo, ni voy a sacar plata de mi bolsillo para ir a eso”, a donde quiera que
me digan mire lo invitamos a…allá estoy yo (Julio, 63 años).
Otra de las subcategorías que fue analizada en el marco de las redes de
transacciones, fue la participación en actividades de esparcimiento, entendida como la
61
vinculación en escenarios de encuentro social. Si bien estos son espacios transitorios, que
van mejorando la cercanía, como se planteará en el apartado sobre redes de comunicación,
aún se requiere que existan iniciativas propias de los parceleros y no un agente externo que
las promueva:
(…) Yo he escuchado "no, que yo no puedo salir porque es que yo estoy
solo." Pero no es eso, es motivación, yo sé que si de pronto se da la
oportunidad y vamos a reunirnos, y vamos a hacer una actividad, y vamos a
pasar un rato, sí se puede. Lo que pasa es que no ha habido iniciativas (Elisa,
47 años).
Este aspecto llama la atención, pues al explorar las relaciones antes de la
vivencia del despojo, se encuentra que las actividades de esparcimiento que se
realizaban eran promovidas por los mismos comandantes de las AUC, probablemente
como mecanismos de control social:
(…) Anteriormente sí, recién venidos aquí la primerita vez, que esto era de los
Castaño, había campeonato de fútbol, de béisbol, y por ahí se iba uno a mirar
allá. Pero por ejemplo yo, a mí eso no me gusta, entonces yo iba era a
divertirme, a verlos jugar allá a los muchachos (Julio, 63 años).
Sin duda, estos antecedentes son insumo para considerar la proyección de la
comunidad emergente de Santa Paula, para quienes en el pasado, incluso sus
actividades de esparcimiento eran resultado del control y el dominio paramilitar, lo
que exige la resignificación de estos espacios.
62
7.3. Redes de comunicación: lo narrativo como apuesta por el proceso comunicativo
Como se describió en el Capítulo 5, esta investigación apeló a propiciar espacios de
comunicación en los que los parceleros se asumieran como protagonistas, cuya voz,
permanentemente obviada en su condición de víctimas, fuera escuchada y valorada;
promoviendo el diálogo y la participación, recuperando la posibilidad de la interacción, y
sobre todo contando sus experiencias, deseos, visión del mundo y proyecciones. Todo ello a
través de la puesta en común y el trabajo colaborativo.
En este marco comprensivo, lo narrativo es esencial en el trabajo de campo en
comunicación, pues como lo señala Martín-Barbero (2001):
Contar es tanto narrar historias como ser tenidos en cuenta por los otros. Lo que
significa que para ser reconocidos necesitamos contar nuestro relato, pues no existe
identidad sin narración ya que esta no solo es expresiva sino constitutiva de lo que
somos. Tanto individual como colectivamente, pero especialmente en lo colectivo,
muchas de las posibilidades de ser reconocidos, tenidos en cuenta, contar en las
decisiones que nos afectan, dependen de la veracidad y la legitimidad de los relatos
en que contamos la tensión entre lo que somos y lo que queremos ser (en línea).
Este aspecto fue considerado de forma transversal en la aplicación de los instrumentos
de recolección de información. La puesta en común haciendo uso de recursos de
comunicación (imágenes, textos, oralidad) permitió identificar las particularidades del
proceso comunicativo entre los parceleros de Santa Paula, a través del análisis de las
subcategorías diálogo y participación.
63
7.3.1. Diálogo
Recibir y emitir mensajes es un ejercicio que se posibilita y construye a través del
igualitarismo, la cercanía, y la influencia. Y que se materializa a través de espacios y
recursos de comunicación.
En el caso de los parceleros de Santa Paula, se evidenció que el diálogo es viable, pero
aun no alcanza sus potencialidades, por diversas razones: pese a que en las actividades
grupales todos tenían la misma posibilidad de acceder y participar, no todos sentían igual
motivación, interés o daban por valiosos sus aportes. Lo que podría derivar en el
cuestionamiento de si es así como sucede en otros escenarios, donde de manera individual
algunos restringen su participación, por no considerar que tengan algo para decir y que ello
sea valioso.
Adicionalmente, la cercanía -como se señala en el capítulo sobre tejido social- está
limitada a las relaciones vecinales. Durante los ejercicios prácticos, se encontró que algunas
familias de parceleros no se conocen, esto también se debe a que no todos han regresado a
sus tierras, y las dificultades en este proceso impactan las relaciones, y el proceso
comunicativo que se gesta en las mismas. Sin proximidad (encuentro cara a cara), el
diálogo entre iguales, en este contexto, es prácticamente imposible.
Nos falta más comunicaciones, porque uno no se encuentra todos juntos, si
no que a veces nos vemos en reuniones el uno al otro porque todavía no
estamos allá (María, 62 años).
Pese a lo anterior, en algunos casos hay articulación y apoyo entre los que se consideran
cercanos, bien sea por afinidad o por vecindad, y se evidencia un alto grado de influencia.
Que se traduce en el interés o acto de convencer al otro de adoptar determinada idea o
comportamiento.
64
Nosotros convivimos bien, porque por ejemplo, uno le recomienda uno al
otro: mira por allá hay esto, o vamos a hacer esto, se comunica, nos
comunicamos. Entonces ahí hay buenas relaciones (Julio, 63 años).
Al revisar los factores que impiden que la comunicación se lleve a cabo de forma efectiva,
se encontraron aspectos tales como: dificultades para llegar a acuerdos, falta de confianza
al interior del grupo, y malos entendidos por rumores o chismes.
Porque los doctores van y vienen y los que permanecemos somos nosotros, y
somos los que tenemos que aprender a tener buenas relaciones, para convivir
bien, que el uno no esté tirándole al otro encima, que yo soy el que puedo,
que quiero, eso no está bien, y eso hay que regularlo entre nosotros mismos
(Grupo focal sobre tejido social).
Bueno entonces eso es para una de las cosas que sirve la comunicación. No
solamente para el chisme, no señor, para cosas que sean serias, para cosas que
sean de prioridad, de importancia para la comunidad (Grupo focal sobre
tejido social).
Otro de los obstáculos tiene directa relación con las habilidades técnicas y cognitivas,
aunque en principio dentro del grupo hay disposición para escuchar, poner en común
significaciones, y presentar a los demás los puntos de vista individuales; hay aspectos
por mejorar en lo que tiene que ver con retomar las ideas de los demás, trabajar en
equipo, y construir argumentos o paradigmas comunes. Por ejemplo, en el grupo
focal sobre comunicación en el que se desarrolló el ejercicio de formar una historia
retomando lo que alguien haya dicho previamente, dio lugar a un relato inconexo,
65
donde cada uno sumaba de manera muy independiente, y de algún modo obviando la
idea de retomar lo dicho por otro (a) compañero (a).
En cuanto a los espacios de comunicación, estos podrían dividirse en formales y no
formales. Los primeros son constituidos con un objetivo puntual, es el caso de las reuniones
internas o externas, asambleas, etc.; los cuales son esporádicos e incluyen un grupo amplio.
Según los hallazgos todavía están en vía de fortalecerse, y comprenderse como lugares y
momentos en los que los integrantes del grupo puedan revalorizarse y reposicionarse como
interlocutores, construyendo posibilidades de diálogo a nivel interno, y también con otros
sectores de la sociedad.
De momento son espacios transitorios, que van mejorando la cercanía y de esta manera
la configuración del tejido social:
Las actividades a las que han venido y en las que nos ha tocado integrarnos,
lo hemos hecho. Claro, nosotros nos unimos en eso, cuando nos toca. Yo le
digo, yo no visito a nadie pero si me toca una actividad nos encontramos, nos
reímos, echamos cuento, participamos, nos ponemos de acuerdo, en fin
(María, 48 años).
Los segundos, tienen más frecuencia y se valoran más que aquellos que están
formalizados, por su distensión:
Sí, sí, hemos tenido reunión, a veces me vengo para acá, o donde Fabio, voy
para allá a echarme una charladita, tranquilos, relajados, que no nos
acordamos de los problemas. Porque todo el mundo tiene sus problemas, pero
no nos acordamos de los problemas, sino de la tranquilidad, de lo que estamos
hablando (Joaquín, 57 años).
66
Se considera pertinente anotar, que también el espacio propiciado por la investigación fue
considerado valioso por los parceleros, como oportuno para el diálogo y la puesta en
común:
Las reuniones que hemos tenido con usted, donde hemos compartido, hemos
dicho parte también de lo que hemos sentido, cómo somos nosotros, también,
sí (Fabio, 53 años).
Los espacios de comunicación son posibles gracias a la puesta en marcha de recursos de
comunicación, los cuales se entienden como cualquier elemento energía/materia -
cognoscitivo, afectivo o físico- utilizable para hacer posible el intercambio de símbolos
entre los seres humanos. Son recursos de comunicación: los gestos, escritos, palabras,
dibujos, etc. Así como también material audiovisual, impresos, carteleras, entre otros.
Todos los grupos focales favorecieron el uso de recursos orales y visuales,
principalmente. Las preguntas realizadas, además de ser discutidas en subgrupos, debían ser
socializadas a través de dichos medios. En este sentido hay que señalar dos asuntos claves:
el primero, es que los jóvenes y niños hicieron las veces de centralizadores de la
información, con su ayuda se construían los recursos visuales; la segunda, es que una vez
los parceleros hacen uso de un recurso de comunicación, por ejemplo un relato, privilegian
una lectura casi ideal de la historia común. Lo cual se evidenció, principalmente, al
momento de preguntar ¿qué queremos que se sepa de nosotros los parceleros?, y ¿a quién
se lo queremos contar? Dos grupos diferentes apelaron a relatar los momentos previos al
despojo, la restitución, y la visión prospectiva, esto demuestra que hay una búsqueda
intensa de una historia de esperanza, emprendimiento y futuro.
67
Foto 2. Relato elaborado por los parceleros a partir de las preguntas ¿Qué queremos que se sepa de nosotros?
¿A quién se lo queremos contar? ¿Para qué queremos que lo sepan?
7.3.2. Participación
Tomar parte en el ejercicio comunicativo supone un involucramiento activo por parte de
quienes integran el mismo. Los hallazgos demuestran que los deseos individuales se suman
al deseo colectivo, en una meta que es transversal: la permanencia en el territorio.
Yo creo que nosotros no vinimos por un mes o dos meses, sino para
estabilizarnos aquí, vamos a estar aquí, ¿cierto? (Octavio, 55 años).
Gracias a esta perspectiva de estabilizar sus vidas en las parcelas, empiezan a darse
muestras de movilización, es decir, de activación procesos de cambio a través de gestiones,
trámites y esfuerzos a favor del proyecto de sociedad que imaginan. Uno de sus mayores
logros, ha sido la adecuación de la vía de acceso:
68
Como cuando estábamos con el camino bien malo, íbamos a buscar al
Alcalde, al Gobernador, y nos entrevistaban. Y esa es la comunidad de Santa
Paula que está haciendo presión, porque ese camino tan malo, ni en la moto
podía uno pasar (Joaquín, 57 años).
Sin embargo, para que estos ejercicios se fortalezcan, es necesario consolidar los
espacios de comunicación, los mecanismos de toma de decisiones, y la búsqueda de
acuerdos. Se perciben tensiones en estos aspectos:
Como decir que uno los convida a hacer cualquier actividad, ellos impulsan,
pero ya cuando están adentro “yo no voy a perder el tiempo”, “mira que ya
llevamos tiempo”, y quieren conseguir las cosas así, fácil (Julio, 63 años).
De otra parte, al revisar lo relativo a las acciones que se realizan por su valor simbólico
se encontró que este no es un aspecto fuerte en el grupo de parceleros, aunque hay un hito
histórico relevante y que se concibe como ceremonia: la entrega de las parcelas, efectuada
el 10 de abril de 2013, la cual contó con la presencia de altos funcionarios, como el
presidente Juan Manuel Santos; y que permanece en la memoria colectiva:
Yo pienso que la entrega, el día que vino el Presidente y nos dijo aquí están los
títulos y nuevamente ustedes son los dueños de esta tierra (…) fue algo como
que muy significativo (María, 45 años).
No obstante, eventos considerados especiales: celebraciones, fiestas religiosas,
ceremonias en torno a la forma de la siembra, etc., son escasos, o pasan
desapercibidos como rituales.
Esta ausencia de rituales puede derivarse de su interés por el tránsito a convertirse
en una comunidad menos rural, y más urbana. Donde la vida barrial cobra más
69
sentido que la campesina, y el peso de los elementos simbólicos no está tan centrado
en las ceremonias compartidas.
En materia de estrategias de comunicación, comprendidas como proceso proceso
estructurado de actividades comunicativas que se desarrolla con el propósito de
alcanzar determinados objetivos, no se obtuvieron hallazgos que permitieran un
análisis de esta subcategoría. Ni los parceleros, ni las instituciones con las que
interlocutan abordan una propuesta en esta línea, según lo observado durante la
investigación.
7.4. Construyendo paz: la oportunidad de resarcir las heridas del conflicto
Como se ha insistido a lo largo de este documento, la construcción de paz debe estar
conectada con las visiones locales, en el ámbito relacional. Para comprender esta unidad de
análisis, se exploraron los contextos en los que el conflicto se hace manifiesto, los niveles
en los cuales progresa ese conflicto (escalamiento), las experiencias para transformar la
cultura de guerra (desescalamiento), las formas en que las personas se perciben a sí mismas,
unas a otras, y al conflicto.
También se tomaron en cuenta las necesidades básicas no atendidas como asuntos
fundamentales que producen insatisfacción en la población; así como la proactividad y la
reactividad, en busca de comprender la forma en que los parceleros asumen las situaciones
que los afectan. Por último, se consideraron las nociones de paz positiva y paz negativa, en
un intento por identificar qué sentido se le da a la palabra paz, y sus implicaciones en la
vida en comunidad.
Se detectó que pese a que el conflicto es inherente a las relaciones humanas, y que solo
es dañino en la medida en que se busca su solución de manera violenta, los parceleros en
70
general evitan confrontarse unos con otros, y las principales tensiones derivan de asuntos
relacionales
Si empezamos a tener esas discordias aquí dentro de poco nos van a soltar de
madrinas, pero para que el gobierno pueda respaldarnos por medio de
proyectos, tiene que ser a través de… de la unidad y de grupo, y si yo no me la
llevo bien con el vecino, entonces sálvese quien pueda y a la hora de la verdad
va a haber otro desplazamiento (Octavio, 55 años).
Este fragmento da cuenta también de otro aspecto importante, y es la forma en que las
personas se perciben unas a otras, y que tiene que ver como las construcciones del "otro", y
en esta línea la posibilidad de cimentar un "nosotros".
En el discurso cotidiano es muy frecuente encontar expresiones como "los de aquí" y
"los de allá", haciendo referencia, o bien a la ubicación en el territorio, o a quienes han
retornado y aquellos que no. Estas clasificaciones representan motivos de escisión en la
dinámica del grupo:
A mí me gustaría que aquí todos fuéramos unidos, una sola familia, pero para
allá no hay eso así. Para allá hay ha habido bastantes problemas (...) Entonces
a mí eso no me gusta, me gustaría que fueran todos unidos, que no hubiese
diferencias entre nosotros mismos acá (Luis, 53 años).
En materia de necesidades básicas no atendidas, se hallaron múltiples
referencias a asuntos como la vivienda, prestación de servicios públicos, acceso a
salud y educación, entre otros. Hay varias problemáticas asociadas a las condiciones
de vida, que la población reconoce como insatisfechas; aspectos que, como quedó
señalado en el capítulo 2, están intrínsecamente ligados con la paz positiva
(estructural):
71
Los servicios, la salud, todas esas cosas que debemos tener acá y que todavía
no las tenemos. De lógica que si nosotros tenemos todo eso, vamos a estar
mejor y vamos a vivir mejor (María, 45 años).
Bueno, para que funcione mejor, del Estado, donde tengamos más apoyo, o se
cumpla más que todo lo que tiene que ver la ley, entonces nosotros nos
sentiríamos más contentos, y más apoyados, y sobre eso, ¿entiende? (Fabio,
53 años).
En esta misma línea, e intentando revisar la relación que existe entre dichas necesidades
y las nociones sobre el concepto de paz, se indagó al grupo de parceleros y se encontraron
componentes que hacen referencia a paz positiva:
Sí, porque me encuentro feliz. Me encuentro bien, con mi familia, con mis
amigos, aunque no lo tengo todo, así como le había dicho. Pero sí, me
encuentro en paz, bien, en ese sentido. Aunque no teniéndolo todo pero yo me
encuentro en paz y tranquilo. Para mí eso es parte de paz (Fabio, 53 años).
Como aquellos que interpelan a una comprensión de paz negativa:
Para mí la paz es que no vuelva otra vez el conflicto armado, que no vuelvan
las amenazas, y mucho menos muerte. Que no haya más ese temor (Beatriz,
48 años).
Que no haya ningún conflicto, ninguna clase de gente mala que no nos vayan
a atropellar, vivir en paz (María, 62 años).
72
Yo entiendo por paz que nos dejen ya tranquilos. Que no venga ya nadie a
molestarnos. Que de pronto esta gente entienda ya que nos debe dejar quietos,
que ya nadie se meta más con nosotros (Elisa, 47 años).
Sin embargo, se evidencia que pese a ser más constantes las voces que relacionan la
noción de paz a la inexistencia de conflicto, así como a la ausencia de violencia directa (en
términos de Galtung una paz negativa); hay también una constante alusión a las
condiciones relacionadas con la paz estructural: superación de las circunstancias
victimizantes, satisfacción de derechos sociales, reconocimiento de sus intereses y
procesos, entre otras. De modo que aunque enuncien una paz negativa como ideal, subyace
la importancia de los aspectos de la paz positiva.
73
8. Conclusiones
8.1. Caracteristicas del proceso comunicativo
Respecto a lo comunicativo, se evidencia que como proceso se encuentra aún en una
etapa básica, y que, para alcanzar sus potencialidades, será necesario fortalecer el diálogo
como esencia primaria de las relaciones sociales.
El encuentro en la vida diaria, permite conjugar diferentes visiones y prácticas, y el
intercambio que surge a partir de ello, como momento de diálogo hace posible la
construcción de lo colectivo; que como ya se expuso antes, no necesariamente es uniforme
o estándar. Gran parte de la riqueza del proceso comunicativo recae en la diferencia, y en la
forma que esta se tramita de manera participativa.
La comunicación es un lugar de encuentro en el espacio de la vida cotidiana, entre
quienes pueden tener prácticas diferentes. Y ese lugar, de producción de conocimiento, de
diálogo, y de intercambio, es donde el entendimiento emerge.
Para ello, es pertinente preguntarse sobre la viabilidad de superar y mejorar las
habilidades técnicas y cognitivas en un grupo, donde la mayoría de sus integrantes superan
los 50 años. Y sobre todo, si es parte de su interés encaminar los esfuerzos en esta línea.
Para ello, consideramos pertinente iniciar un proceso previo de sensibilización, que
destaque las necesidades que crubriría el fortalecimiento del proceso comunicativo, pues lo
encontrado en los grupos focales muestra que la comprensión de la comunicación está
fuertemente ligada al rumor o chisme; lo que desestima su valor para el grupo.
Por otra parte, el elemento de participación debe consolidarse a través de ejercicios que
permitan el empoderamiento, tanto individual como colectivo.
El ser comunitario es un ser ligado al territorio, a los ámbitos locales, y por tanto, es allí
donde debe darse su reconocimiento y su identidad. En este espacio lo comunicativo no
74
debe corresponder únicamente a lo mediático, lo institucional, o a lo propagandístico, sino
que debe explorarse con los parceleros.
Una posibilidad para llevar esto a cabo, es implementar estrategias comunicativas que
respondan a las necesidades del grupo de Santa Paula. Para lo que puede llegar a ser
pertinente evaluar alternativas como talleres formativos, cine foros, construcción de
crónicas de radio, etc., y complementar dichos esfuerzos con el fortalecimiento de espacios
como asambleas, reuniones, planteamiento de proyectos colectivos, entre otros. Estas dos
líneas permitirían ahondar en la comunicación como un elemento constitutivo, que articula
y fortalece la vida grupal. Que no solamente es vital para el desarrollo interno, sino, para la
intelocución en el ámbito de lo público.
Lo que, de realizarse, redundaría en la capacidad de ejercer una ciudadanía más activa,
empoderada de sus derechos y conocedora de sus deberes, cuya interrelación con entes
externos (Estado, agencias de cooperación, instituciones educativas, y otras) esté basada en
la afirmación de las propias fortalezas, y la búsqueda por resolver problemáticas a todos los
niveles, así como en la capacidad de visibilizarse de manera efectiva para sus propósitos
como grupo humano.
Este elemento es materia prima para la construcción de la paz estable y duradera, ya que
el ejercicio pleno de la ciudadanía fortalece el Estado de derecho, y la democracia. Y con
ello se crean las condiciones necesarias para asegurar la no repetición de hechos
victimizantes. Lo cual supone un enorme reto para Colombia, considerando algunas
experiencias donde la revictimización está a la orden del día, a través de despojos
posteriores al retorno, hostigamientos, amenazas, etcétera, por parte de quienes mantienen
el control del territorio.
75
El cambio social no se da a través de la imposición, es una construcción, que se puede
elaborar a través de múltiples elementos; entre ellos la comunicación. El devenir
comunitario debe ser planeado, concertado y dirigido. Es un ejercicio simple plantearse las
siguientes preguntas ¿es posible vivir en comunidad sin hacerse entender?, ¿compartir un
espacio físico, sin contacto o interacción suscita un proyecto colectivo?, y con la respuesta
a las mismas, se comprenderá la importancia de apelar a experiencias de producción y
articulación de sentido, es decir a la vivencia cotidiana de la comunicación como proceso, y
no meramente como acontecimiento (Uranga, 2009).
En suma, la comunicación se evidencia como posibilidad de reconocer, sensibilizar y
unir a través de la construcción de sentido colectivo. Como proceso humano, permite tejer
intereses comunes, afectividades, visión a futuro, y a partir de todo ello cohesionar los
elementos de la vida en comunidad, de manera horizontal, participativa e incluyente; todos
los anteriores, elementos incontrovertibles de una sociedad en paz.
8.2. La emergente comunidad de Santa Paula
Sin duda, uno de los elementos que proporciona la investigación desarrollada, es una
comprensión más amplia de las implicaciones de la reconstrucción del proyecto de vida de
un colectivo en el marco de una política que persigue restituir los derechos de propiedad
sobre las tierras despojadas, situación que, requiere considerar la comunidad como centro.
Esto es, darle un alto valor a las relaciones que día a día se configuran entre los parceleros y
que exceden el abordaje puramente material de la restitución de tierras.
En este sentido, la exploración a los diferentes marcos relacionales, dejan en el
ambiente la urgencia manifiesta de un sentido de comunidad entre quienes habitan y
quienes sin habitar el predio aún, ya empiezan a construir relaciones vecinales y de
76
productividad en el entorno actual. Si bien, este no es un proceso que se da de manera
espontánea, ni inmediata, elementos que afectan su posibilidad son justamente las secuelas
y referentes inmediatos del control y dominio territorial que en su momento tenían los
grupos armados ilegales. Lo que merece ser considerado en la construcción de un proyecto
de vida en comunidad de los parceleros, para facilitar su cohesión, y pensarse más alla de
su proyección individual y familiar; otro aspecto a tener en cuenta en la proyección a futuro
del colectivo de parceleros, que es evidente en los resultados de la investigación, es el
cambio de las condiciones de vida, que facilitan y coadyuvan en la autogestión y
productividad hacía la superación de su condición de víctimas y la conquista de su
autonomía ciudadana.
Desde el abordaje de las redes de sociabilidad, es importante resaltar que se cuenta con
insumos como el apoyo y las relaciones vecinales, que se constituyen como aportes que
promueven los intercambios entre los parceleros y que favorecen los sentimientos de unión,
aspecto que permite mantener los lazos entre las personas que conforman la comunidad
(Musito, Herrero, Cantera, & Montenegro, 2004, p. 47). Aunque existe una expectativa
ideal de las relaciones comunitarias de no conflicto, o inexistencia de heterogeneidad, la
realidad en las relaciones de intercambio plantean que “(…) las personas por el hecho de
compartir una comunidad, no son homogéneos entre sí y estas diferencias justamente
proporcionan una riqueza para las relaciones sociales (…)” (Musito, Herrero, Cantera, &
Montenegro, 2004, p. 47), por tanto no debe sorprender que, en ocasiones los parceleros
discrepen en las expectativas que tienen en las diferentes redes de sociabilidad.
En esa misma línea, habría que anotar que las relaciones comunitarias asociadas a la
construcción de paz deben reconocer la existencia del conflicto como posibilidad de
configurar procesos de desarrollo desde las expectativas propias del colectivo. El conflicto
77
trae intrínseco posibilidades para reconfigurar relaciones, como se mencionó en el aparte
sobre construcción de paz, es natural en las relaciones humanas, por lo que solo hace daño
en tanto se opte por una salida violenta para su resolución, como se ha insistido en este
documento.
A propósito de los hallazgos en materia de necesidades básicas no atendidas, esto se
establece como causa de la falta de empoderamiento, y de otras situaciones tales como:
ausencia de cohesión, reactividad, y falta de capacidades instaladas; lo que puede ser efecto
de la implementación de una política centrada en lo material, más que en un abordaje
integral que propicie el fortalecimiento de los escenarios para la configuración
autogestionada de tejido social, elemento que además se refleja en la percepción que de la
asociatividad tienen los parceleros quienes la relacionan principalmente como posibilidad
de producción económica, más que escenario para la consolidación de la organización, el
apoyo y el empoderamiento social.
Sin embargo, el hecho de que las relaciones productivas faciliten la apropiación del
territorio, es un insumo que merece contemplarse, pues hacen posible que los parceleros
tengan condiciones para promover autónomamente condiciones para su supervivencia, y en
consecuencia, rompan con la dependencia de ayuda estatal y no estatal para la exegilidad de
derechos y puesta en marcha de deberes ciudadanos. Esto se traduce en superar la
condición de víctimas, con la garantía de la presencia de la oferta estatal de bienes públicos,
para la no repetición de los hechos de violencia que facilitaron el despojo de tierras de los
parceleros.
78
8.3. Comunicación y tejido social: elementos de la transformación pacífica de los
conflictos
Una de los principales hallazgos de esta investigación, pretende sugerir la construcción
de paz, el tejido social y la comunicación como elementos de una misma matriz, que se
retroalimenta y define mayores y mejores posibilidades para la transformación del
conflicto: la comunicación es el centro de las relaciones sociales, sin las cuales no podría
configurarse una urdimbre de redes, para la construcción de paz.
Como una forma de enriquecer el triángulo de la transformación pacífica de los
conflictos de Galtung (2003), se propone el siguiente esquema, que incorpora al original las
nociones de tejido social y comunicación, como intrínsecamente ligadas a la empatía y la
creatividad:
Gráfico 4 Triángulo de la transformación pacífica de los conflictos de Galtung que incorpora las nociones de
tejido social y comunicación. Elaboración de las autoras.
Cn
Comunicación
Cn
Comunicación
N
No violencia
C
Creatividad
E
Empatía
T
Tejido social
79
La figura original comprende la paz como la posibilidad de gestionar el conflicto a
partir de tres elementos: entendimiento de las emociones del otro (empatía), capacidad de
atravesar las estructuras mentales (creatividad), y no violencia; esto se ha denominado
Método Trascend (Webel & Galtung, 2007), el cual pondera el conflicto como una
oportunidad, susceptible de ser abordada de formas no tradicionales, con el objetivo de
encaminar sociedades capaces de alcanzar su desarrollo, de manera pacífica.
Desde nuestra propuesta, se suma el tejido social como centro de una comunidad basada
en la comunicación, la no violencia, empatía y creativdad, pues como se ha desarrollado a
lo largo de este escrito, este se coincibe como una red en la que se establecen relaciones,
que ciertamente deben propender a la afinidad, la resolución pacífica de los conflictos, y la
posibilidad de superar los retos y problemáticas de manera transformadora.
Posteriormente, se incluye la comunicación como un elemento transversal, puesto que el
mismo Galtung ha señalado el diálogo como el aspecto conducente a la trancendencia
(Calderón, 2009, p. 79), y como se expuso en el texto, este es una variable básica en el
proceso comunicativo, junto por supuesto, con otros aspectos del mismo, que
complementan la búsqueda de la paz. A la vez, la comunicación media entre la no violencia
y la creatividad, siendo la manera de encaminar soluciones ingeniosas, que sobrepasan los
paradigmas tradicionales.
De modo que la relación propuesta en este apartado, se evidencia en la forma en la que
los grupos humanos son capaces de establecer intercambios a diferentes niveles, de acuerdo
a sus propias necesidades, y en ocasiones, con el objetivo de alcanzar metas comunes.
Asimismo, estas relaciones están mediadas por las formas de ver y comprender el mundo, y
las prácticas culturales ligadas a lo político, económico, comunitario y social. Todo lo
anterior en un contexto que propende a la búsqueda de la no violencia.
80
9. Discusión
Este apartado más que plantear fórmulas de respuesta a problemáticas identificadas
durante la ejecución de la investigación, pretende abrir la puerta a la reflexión sobre
aspectos que sería oportuno atender en diferentes órdenes: el fenómeno social en la política
pública, la urgencia de la investigación social, algunas consideraciones metodológicas y
recomendaciones para investigaciones futuras.
9.1. El fenómeno social en la política pública
Las políticas públicas a menudo parten de la urgencia por responder a la necesidad de
resolver problemáticas de diversa índole, en el caso de la Ley de Víctimas y Restitución de
Tierras y sus decretos reglamentarios, han sido el marco legal que ha soportado la
implementación de la política de Estado que persigue la reparación integral de las víctimas
de diferentes hechos ocurridos con ocasión del conflicto armado. En este sentido, se han
definido los procesos y procedimientos que, han procurado responder a una problemática
que si bien requiere de un abordaje legal que le de sustento y por tanto seguridad jurídica,
no necesariamente alcanza a regular el plano social de la problemática de la propiedad de la
tierra.
Lo anterior tiene implicaciones profundas, pues si bien la restitución material de tierras,
es un elemento principal y fundamental, no garantiza un éxito real, en tanto el conflicto ha
propiciado daños en las relaciones sociales de individuos, familias y comunidades que
tenían como plataforma de vida sus tierras. Por tanto, la forma en que el sujeto que ha sido
víctima se comprende con relación al mundo, establece un marco que posibilita sus
interacciones con otros iguales, y así con las instituciones.
81
Es necesario comprender, como ya se señaló antes, que la restitución de tierras como
parte de la reparación integral, solo cumplirá plenamente su labor, cuando estas personas
puedan reescribir su historia, a partir de unas condiciones básicas de vida digna, que
restablecen sus derechos, y les permiten transitar hacia un futuro que supera las condiciones
de violencia que marcaron su pasado.
Si bien el Estado colombiano puede no contar con la capacidad institucional, y la
infraestructura económica para atender de manera completa todas las necesidades de la
sociedad, sí debe contemplar en su política pública aspectos que permitan el fortalecimiento
de las comunidades de base, donde esta es implementada; y no solamente un abordaje a las
condiciones de seguridad jurídica con las que obviamente deben contar las comunidades
restituidas. De manera tal, que exista una corresponsabilidad, en la transformación de las
desigualdades, la resolución de conflictos, y la ponderación de derechos y deberes; en
búsqueda de un país con condiciones más dignas e incluyentes tanto para las poblaciones
rurales como las urbanas.
Lo cual, debe partir de la comprensión de que no por la formalización legal de la
tenencia de la tierra, se producen automáticamente lazos comunitarios y sociales, que sirvan
de insumo para la construcción de paz. En términos prácticos, hay que sumar al
componente jurídico los saberes de otras disciplinas, para fortalecer el planteamiento y la
implementación de las políticas públicas; y para ello es importante que el científico social
se involucre en estos temas.
Sin duda, este es un elemento que merece ser tenido en cuenta para lograr la
sostenibilidad de un proceso que pretende resolver problemáticas históricas que han
definido el campo colombiano, como la concentración de tierra, que en muchos casos ha
sido la motivación para el despojo, el desplazamiento, y consecuentes violaciones a los
82
derechos de propiedad, por lo que, el proyecto de restitución debe blindarse a fin de que los
campesinos consoliden su arraigo y exista una proyección a futuro para comunidades como
las de Santa Paula, quienes en su imaginario, no necesariamente tienen el ideal de vida
rural, sino que leen el campo como una condición a superar y por tanto, muy
probablemente por su referente citadino, tienen como referente e ideal de desarrollo el
territorio urbano.
Esta situación es compleja, porque si bien se restituye pensando en el sujeto desplazado
o despojado: un campesino, en buena medida este sujeto ha cambiado por el
desplazamiento, ahora se representa en un futuro urbano. Y se da así una situación
dilemática e incluso desafiante para la política pública: ¿promover el arraigo con el
campo?, o ¿atender los deseos de los ciudadanos y convertirlos en habitantes urbanos? Lo
primero puede sonar más lógico, pero tampoco se puede descartar lo segundo, pues
precisamente como este estudio intento mostrarlo, el campo es el lugar del destierro, y es
innegable que en Colombia la calidad de vida de las ciudades es superior a la de las áreas
rurales. Se abre la puerta a vislumbrar horizontes posibles pero no definitivos para resolver
este asunto: resignificar el campo, y que sean los parceleros quienes con nuevos elementos
de juicio y nuevas posibilidades tomen la decisión que mejor consideren para su futuro.
La ejecución de la política debe incluir además, escenarios para la reconciliación, con
garantía de presencia estatal para quienes han estado expuestas o que han participado
directamente en las diferentes violaciones a los derechos humanos, víctimas y víctimarios
que tendrán que convivir en lugares como el corregimiento de Leticia, donde es inaplazable
la transformación del territorio a todo nivel; que así como en el pasado estaba dominado
por los grupos paramilitares, hoy son los reductos de estos grupos ilegales, quienes
controlan subrepticiamente las dinámicas cotidianas de las comunidades que temerosas no
83
denuncian los hechos de violencia ante la inoperancia de la justicia, o que con múltiples
necesidades y pocas opciones de desarrollo económico, ceden a la oferta laboral de los
grupos delicuenciales, como medio para resolver prontamente sus necesidades más
apremiantes; elementos que deben ser considerados si lo que se quiere es que Santa Paula
en particular sea leído a futuro como uno de los modelos de los casos de restitución de
tierras que ha logrado éxito y sostenibilidad en el tiempo.
9.2. La investigación social
En este punto es relevante hacer énfasis en que en el contexto nacional actual, existe
una urgencia por la investigación social en contextos de transición a la paz, posacuerdo y
posconflicto; como compromiso de una academia que comprende su rol más allá de la
producción científica, y que es capaz de contribuir activamente en la transformación
histórica y la construcción de la paz. Lo cual es posible a través de abordajes
interdisciplinarios y creativos, en coordinación con la comunidad para la búsqueda de
cohesión y sana convivencia.
Así como para la confrontación de la teoría y la práctica, un ejercicio empírico tan
necesario para aportar a la comprensión de fenómenos complejos, que requieren de
reflexiones contrastadas en el terreno. La investigación empírica sin duda permite
comprender de manera más profunda, realidades asociadas con el cambio y la
transformación, desde el punto de vista de los directamente implicados.
Esta investigación da cuenta de la posibilidad de aproximarse al trabajo de campo, crear
lazos con la comunidad, establecer un diálogo en doble vía, y aproximar lo doctrinario a lo
fáctico, aquello que solo es posible explorar en el terreno. Ciertamente la riqueza de estos
grupos humanos, su saber y experiencia, complementan el ejercicio académico de leer,
84
constrastar, y escribir; a través de un encuentro cara a cara. Este estudio centró su mayor
preocupación en comprender el nivel local, sus vivencias y perspectivas, lo que sin duda
complejizó el análisis, y a su vez permitió darle mayor realce a un tema donde las
oportunidades para aportar están completamente abiertas.
9.3. Consideraciones metodológicas
En materia metodológica, esta investigación arroja diferentes elementos a tener en
cuenta. Por un lado, hay que mencionar que el sujeto de estudio es de surgimiento reciente;
está enmarcado en la implementación de la política de reparación integral, específicamente
parceleros que tienen un poco más de dos años como beneficiarios de restitución de tierras,
por tanto el estudio desarrollado tiene un alcance exploratorio. Este elemento sin duda
reviste una gran importancia para nuevos estudios, y abordajes metodológicos que quieran
desarrollarse a futuro, pues la población en particular y la temática son tanto recientes como
poco exploradas.
Si bien la investigación optó por un abordaje teórico-metodológico planteado desde
los principios de la investigación cualitativa, se requiere flexibilizar las herramientas e
instrumentos a aplicar, pues aunque los diseños metodológicos parten de una expectativa
frente a la respuesta de la comunidad como en este caso, con frecuencia las condiciones
logísticas, de disposición ambiental o incluso anímicas de la población, exigen que las
herramientas se adecuen o adapten a las expectativas y capacidades reales del sujeto de
investigación; en este sentido, se requiere que los abordajes metodológicos incluyan de
manera mas consciente el enfoque diferencial de género, etareo, o de discapacidad si fuese
el caso.
En investigaciones desarrolladas con población que está en camino de lograr la
reparación integral, es necesario clarificar los alcances y aportes por parte de los
85
investigadores y la investigación en general, pues puede fácilmente crear expectativas en
materia de ayudas o favores que redundaran en beneficios materiales, o que respondan a
necesidades básicas insatisfechas. Este elemento se suma, a que la población que ha sido
víctima puede traer una historia marcada por programas de los que han sido beneficiados,
centrados comúnmente en una lógica asistencialista; y romper o plantear otras lógicas
conducentes a fortalecer los recursos disponibles con los que cuentan las comunidades para
consolidar su empoderamiento, no es una tarea nada sencilla, más aún cuando las
comunidades beneficiarias de restitución tienen una expectativa centrada en la
cristalización de ideales condiciones materiales de existencia: vivienda y proyectos
productivos.
9.4. Recomendaciones para investigaciones futuras
A partir de los hallazgos ya señalados, se pueden dilucidar algunos temas que permitan
profundizar en aspectos que esta investigación solo deja esbozados: la experiencia de las
comunidades beneficiarias de la restitución de tierras en materia de reconciliación y
reparación; el enfoque de género y su contribución a la vida en comunidad a través del
empoderamiento de las mujeres; el establecimiento y continuidad de planes de vida
conjuntos; la perspectiva de permanencia en el territorio con poblaciones cuyos miembros
superan los 50 años de edad; acompañamiento y seguimiento a la efectividad de la política
pública desde la academia, entre otras. Asimismo, se considera pertinente considerar el rol
de la comunicación en escenarios de transición o posconflicto/posacuerdo, pensando el
enfoque que la misma debe tener en las comunidades, ONG, organismos de cooperación
internacional, e instituciones estatales. El punto es dotar de mayores y mejores elementos,
el objetivo de construir una paz duradera y sostenible, incluso mientras tienen lugar las
86
acciones para detener el conflicto armado. La base social es la tierra sobre la cual sembrar
las semillas de un país en paz, y el ejercicio académico múltiple en perspectivas, puede
posibilitar, a través de la reflexión, elementos que de otra manera sería imposible obtener.
Es imperante reconocer otros casos, contrastarlos, compararlos, y lograr el diálogo de
experiencias. Como ya se señaló, este mismo ejercicio puede profundizarse, pues fungió
como una manera de aproximarse a la problemática y sus múltiples aristas, mas queda
mucho por hacer.
De igual manera, se invita a no despreciar o temer a los proyectos de gestión en el
territorio. Una estrategia comunicativa participativa, orientada al cambio social, podría
tener resultados interesantes en esta u otras comunidades, y puede tomarse el presente
documento como punto de referencia.
En suma, esta investigación fue un esfuerzo por explorar tres de las variables intrísecas
de la vida en comunidad, en un escenario de restitución de tierras: en primer lugar, se
estableció la importancia de identificar que el tejido social no se constituye de manera
espontánea, y la política pública debe propender a su reestablecimiento, como una forma de
garantizar la permanencia en el territorio, pero también de consolidar el ejercicio ciudadano
y la participación democrática. En segundo lugar, se observó el potencial del proceso
comunicativo, como aporte al desarrollo de apuestas colectivas, forma de tramitar el
conflicto de manera no violenta, y gestión narrativa de las memorias y prospectivas. Por
último, se evidenció la construcción de paz, como un asunto impostergable, que sienta sus
raíces en las bases comunitarias y su microuniverso, donde el tejido social es un insumo
que posibilita y consuma la paz desde lo local, y la comunicación es un proceso que
permite la trascendencia del conflicto, como una apuesta por la superación de los hechos
victimizantes, y sus raíces simbólicas.
87
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90
10. Apéndice
Anexo 1: Formato encuesta de caracterización
Proyecto de investigación "Lo que hay que restituir además de la tierra: aportes a la
construcción de paz desde la comunicación y el tejido social, caso de los parceleros de Santa
Paula (Córdoba)."
Maestría en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social-Universidad Santo Tomás
Encuesta de caracterización social habitantes del predio Santa Paula
Corregimiento de Leticia-Montería (Córdoba)
Fecha: ___ /___ /____ (DD/MM/AÑO)
Nombre de la persona que responde la encuesta:
Lugar de nacimiento: (Municipio/Departamento)
Información geográfica
Municipio _________________ Corregimiento ___________________
Zona rural___ urbana ___
Barrio _____________________ Dirección _____________________________________
Vereda __________________
Teléfono de contacto 1_________________ Teléfono de contacto 2__________________
Grupo étnico
1. ¿De acuerdo con su cultura, pueblo o rasgos físicos, ... es o se reconoce como:
1.1 Indígena?
1.1.1 ¿A cuál pueblo indígena pertenece? _____________________
1.2 Rom?
1.3 Raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia?
1.4 Palenquero de San Basilio?
1.5 Negro(a), mulato(a), Afrocolombiano(a) o afrodescendiente?
1.6 Ninguno de los anteriores?
Religión
2. ¿Practica alguna religión? Sí___ No____
2.1 ¿Cuál?
Núcleo familiar
3. ¿Cuántas personas habitan en la vivienda? _____
3.1 ¿Pertenecen a un solo núcleo familiar? Sí___ No___ ¿a Cuántos?____
91
Ficha para el diligenciamiento de los miembros del grupo familiar
3.2 Empezando con el jefe del hogar, registre el nombre y apellidos de cada una de las personas que comen y duermen habitualmente en la
vivienda. Registre los miembros en este orden: jefe, esposo/a de jefe, niños/as de jefe, otros integrantes del hogar
Número de
integrantes
del hogar
Nombres y Apellidos
Género
Años
cumplidos
Relación de parentesco con el
Jefe(a) del hogar
Jefe(a).................. 1
Cónyuge............... 2
Hijo – hija.............. 3
Otros parientes..... 4
Otros no parientes... 5
Sabe leer y
escribir
(sí/no)
Actualmente
asiste a la
escuela
(sí/no)
Último grado
escolar
cursado y
aprobado
Otra formación
Técnico….1
Tecnólogo…2
Universitario….3
1
2
3
4
5
6
7
92
4. ¿Se considera víctima de alguno de los siguientes hechos?
Desplazamiento Forzado___ Despojo de tierras___
4.1 Por causa de la violencia, ¿ha vivido en más de un lugar durante los últimos 20 años?
(identificar los lugares que han sido habitados).
Vocación productiva
5. ¿De qué actividad provienen sus ingresos económicos?
5.1 Agricultura:
Cultivo que predomina _________________________________________
5.2 Ganadería
5.3 Otras actividades, ¿Cuáles? _______________________
Participación
6. ¿Pertenece a alguna de las siguientes organizaciones o grupos?
6.1 Organizaciones ambientales ___
6.2 Organizaciones de derechos humanos ___
6.3 Asociaciones culturales o deportivas ___
6.4 Juntas de trabajo comunitario o asociaciones de vecinos___
6.5 Organizaciones religiosas ___
6.6 Ninguna ___
7. ¿Cuál(es) de las siguientes acciones realizó en el último año para resolver un problema
suyo o de la comunidad?
7.1 Asistir a marchas, caminatas o manifestaciones ___
7.2 Contactarse con medios de comunicación___
7.3 Solicitar apoyo a personas que usted considera influyentes___
7.4 Organizarse con otras personas afectadas ___
7.5 Presentar una queja o solicitar apoyo de las autoridades correspondientes ___
7.6 Ninguna ___
Ejercicio de liderazgo
8. ¿Se siente usted parte de una comunidad? Sí__ No__
8.1 ¿Con cuáles de las siguientes palabras describiría dicha comunidad? Escoja tres.
Entendimiento
Diálogo
Familia
Igualdad
Visión común
Futuro
Derechos
Unidad
Transparencia
Solidaridad
Colaboración
Amistad
Conveniencia
Pasado
Interés
Poder
Autonomía
Empoderamiento
Participación
Coherencia
Justicia
93
9. ¿Identifica algún líder en Santa Paula? Sí___ No___
9.1 ¿Quién(es)? Por favor nómbrelos.
Entendimiento
Diálogo
Familia
Igualdad
Visión común
Futuro
Derechos
Unidad
Transparencia
Solidaridad
Colaboración
Amistad
Conveniencia
Pasado
Interés
Poder
Autonomía
Empoderamiento
Participación
Coherencia
Justicia
94
Anexo 2: Entrevista semiestructurada
Sentido de pertenencia
1. ¿Siente que participó en la historia de la restitución de los parceleros de Santa
Paula? ¿De qué manera?
2. ¿Qué cosas importantes ha vivido en Santa Paula?
3. ¿Recuerda algún evento especial, alguna fecha o acontecimiento que haya
vivido con los parceleros de Santa Paula?
4. ¿Se siente valorado e importante aquí entre los parceleros?
Interrelación
1. ¿Cómo describiría la relación que tiene con los otros parceleros?
2. ¿Cómo soluciona sus problemas personales? ¿A quiénes recurre?
3. ¿Cómo soluciona sus problemas familiares? ¿A quiénes recurre?
4. ¿Cómo soluciona sus problemas con los vecinos? ¿A quiénes recurre?
5. ¿Qué cosas le gustan de los parceleros?
6. ¿Qué cosas cambiaría de los parceleros?
7. ¿Qué hace falta para que las cosas funcionen mejor aquí en Santa Paula?
8. ¿Con quienes de los que viven aquí se siente más unido? ¿Por qué?
9. ¿Siente que en Santa Paula son todos un grupo unido? ¿Por qué?
10. ¿Siente que los parceleros están organizados o cada uno anda por su lado?
Participación
1. ¿Participa o ha participado en algo que se haya realizado entre los parceleros
de Santa Paula?
2. ¿Le gusta o le gustó participar? ¿Está conforme con su participación?
3. ¿En qué eventos recreativos ha participado en Santa Paula?
4. ¿En qué eventos deportivos ha participado en Santa Paula?
5. ¿En qué eventos de capacitación ha participado en Santa Paula?
6. ¿En qué actividades de generación de ingresos ha participado?
Comprensión del concepto de comunidad
1. ¿Qué es para usted una Comunidad?
2. ¿Quiénes pertenecerían a la Comunidad?
3. ¿Siente que aquí, en Santa Paula , existe una Comunidad?
4. ¿Siente que pertenece a esa Comunidad?
5. ¿Usted siente que ha participado en una Comunidad? ¿Cuál? ¿Cómo
describiría su participación?
95
Territorio
1. ¿Cree que Santa Paula ha cambiado en los últimos 20 años? ¿En qué?
2. ¿Siente cariño por Santa Paula? ¿Le gusta vivir aquí? ¿Qué es lo que más le
gusta?
3. ¿Cómo se imagina Santa Paula dentro de 10 años?
4. ¿Qué fue lo que más extrañó cuando estuvo fuera de Santa Paula?
5. ¿Por qué decidió regresar a Santa Paula?
Paz
1. ¿Qué es para usted la paz?
2. ¿Cómo se imagina vivir en paz?
3. ¿Cree que usted podría hacer algo para aportar a la paz de Colombia? ¿Qué?
4. ¿Se siente en paz viviendo en Santa Paula? ¿Por qué?
96
Anexo 3: Formato diario de campo
Registro Diario de Campo
Nombre de la observadora Lugar:
Hora: Fecha:
Observaciones generales
Interpretaciones generales
97
Anexo 4: Red Semántica de la investigación
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Acciones para la construcción de paz~
Apoyo entre parceleros~
Apropiación de las parcelas~
Historia común de los parceleros~
Identidad de los parceleros~
Participación en actividades de
esparcimiento~
Participación en proyectos
productivos~
Paz~
Recuperación de la confianza~
Relaciones vecinales~
Relación de los parceleros con
instituciones y entidades~
Relación entre parceleros~
SENTIDO DE COMUNIDAD~
Sentimiento de afecto por la parcela~
Unión entre parceleros~
REDES DE SOCIABILIDAD
TEJIDO SOCIAL
REDES DE TRANSACCIONES
LIDERAZGO
RELACIONES CIUDADANAS
Percepción de los parceleros sobre la
asociatividad
Individualismo
Visión a futuro
Temor a la repetición de hechos de
violencia
Presencia de grupos armados
Necesidades basicas no atendidas
Gestión y apoyo de líderes
Imagen de los líderes de Santa Paula
Relación de apropiación previa del
territorio
COMUNICACIÓN
REDES DE COMUNICACIÓN
ACCESO
DIALOGO
PARTICIPACIÓN
Igualitarismo
Interacción
Recurso de comunicación
Influencia
Construcción de sentido colectivo
Espacios de comunicación
Estrategias de comunicación
Movilización Metas similares
Acuerdos
Desacuerdos
Diseño, concertación y ejecución de
programas y proyectos con el Estado y
las empresas privadas
Difultades, ostáculos de comunicación
Historias de vida
Rituales
CONSTRUCCIÓN DE PAZ
DIMENSIÓN RELACIONAL DEL
CONFLICTO
Contextos en los que el conflicto se
hace manifiesto
Formas en las que la comunicación se
ve afectada por el conflicto
Formas en las que las personas se
perciben a sí mismas
Formas en que las personas se
perciben unas a otras
Forma en la que las personas
perciben el conflicto
Proactividad
Reactividad