Latinoamérica: países abiertos, ciudades cerradas
LUIS FELIPE CABRALES BARAJAS
(coordinador)
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA UNESCO
Latinoamérica: países abiertos, ciudades cerradas
LUIS FELIPE CABRALES BARAJAS
(coordinador)
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA (UNESCO)
2002
Esta publicación fue realizada con el apoyo del Programa Gestión de las Transformaciones Sociales (MOST) de la UNESCO.
Primera edición, 2002 D.R. © Universidad de Guada1ajara
Centro Univer itario de Ciencias Sociales y Humanidades Guanajuato 104 -Guadalajara, Jalisco
© Organización de la aciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO)
7, place de Fontenoy,
75352 Paris 07 SP Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son las del autor y no reflejan necesariamente el punto de \~Sta de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Culrura (U 'ESCO). Las denominaciones empleadas y la presentación de los datos que en ella figuran no implican por parte de la UNESCO ninguna toma de posición respecto al estatuto jurídico de los países, ciudades, territorios o zonas, o de sus autoridades, ni respecto a sus fronteras o límites.
ISB : 970-27-01 94-5
Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico
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Lecturas antropológicas
Construir mundos, levantar muros y preservar patrimonios: condominios y fraccionamientos cerrados en la Ciudad de México
PATRICIA SAFA
La comunidad: el mundo imaginado en las urbanizaciones privadas en Bueno's Aires
MóNTCA LACARRIEU
Las metrópolis del Cono Sur o retorno a cidade medieval: os condomínios fechados da metrópole paulistana
AMALJA INÉS GERAIGES DE LEMOS
FRANCISCO CAPUANO SCARLATO
R EINALDO PAUL PÉREZ MACHADO
Buenos Aires y urbanización cerrada: nuevas formas de apropiación y fragmentación del espacio urbano
CRISTINA TERESA CARBALLO
Nuevas fronteras intraurbanas: de los barrios cerrados a los pueblos privados. Buenos Aires, Argentina.
SONIA VJDAL-KOPPMANN
Urbanizaciones privadas en Buenos Aires: ¿hacia un nuevo modelo de ciudad latinoamericana?
MICHAELJANOSCHKA
Importando la periferia a Buenos Aires. Urbanizaciones cerradas en la ciudad consolidada
GUILLERMO TELLA
MAX WELCH GUERRA
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Los barrios cerrados de Santiago de Chile: ' n busca de la seguridad y la privacidad perdidas
ADR IANO ROVJRA PINTO
Ciudades medias Os condomínios horizontais fechados cm cidades médias brasileiras
Juuo CESAR DE LIMA RAMIR ES
BEATRfZ RJBEIRO SOARES
Novos territórios urbanos e novas formas de hábitat no Estado de Sao Paulo, Brasil
MAR IA ENCARNA(AO BELTRAO SPOSlTO
Los condominios horizontales en Presidente Prudente, Brasill
ÜSCAR ALFREDO SOBARZO MIÑO
Nuevos desarrollos residenciales y procesos de segregación socio-espacial en la expansión oeste de Rosario
ÜSCAR BRAGOS
ALICIA MATEOS
S ILVINA PONTONI
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Formas de cerrar la ciudad: de los barrios a las manzanas 481 FERNANDO GAJA l. DÍAZ
e studios comparativos Urbanizaciones cerradas en Puebla y Toluca
ISABEL RODRÍGU EZ CHUMILLAS
MANUEL MOLLÁ Rurz-GóMEZ
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LATINOAMERI CA: PAÍSES ABI ERTOS, CTUDAD ES CERRADAS
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Formas de cerrar la ciudad: de los barrios a las manzanas
Fernando Caja l. Díaz
Campana vespertina
Vendrán más años malos,
y nos harán más ciegos;
vendrán más años ciegos
y nos harán más malos
Vendrán más afias tristes
y nos harán más fríos
y nos harán más secos
y nos harán más torvos.
Rafael Sánchez Ferlosio, 1993
La manzana cerrada como alternativa al barrio cerrado La creciente inseguridad ciudadana y el deterioro de los servicios públicos - y de forma significativa del espacio urbano- aumentan el deseo de muchos ciudadanos de encastillarse en un ámbito seguro, protegido y donde los indeseables estén excluidos. En el Estado español, las urbanizaciones «cerradas» son ilegales, y aunque el fenómeno haya hecho aparición, se encuentran con la resistencia que algunos ayuntamientos oponen, junto con el hecho de que su privatización obliga a la asunción de los costes de mantenimiento de las infraestructuras urbanas . En este contexto, y ante las dificultades jurídicas y administrativas -y los inconvenientes económicos-, han aparecido otras formas de encerrarse: son las que podríamos denominar «manzanas o supermanzanas cerradas». En la ponencia se estudian las razones jurídicas que dificultan la aparición de «urbanizaciones cerradas», para posteriormente analizar las alternativas
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LATINOAMERICA: PAÍSES ABIERTOS, CIU DADES CERRADAS
que la promoción inmobiliaria ha elaborado. En esta segunda etapa, el análisis toma en consideración argumentos de índole morfológica: la estructura urbana y las formas dominantes en la producción del espacio urbanizado, considerando la evolución desde la manzana tradicional a los modos contemporáneos, a partir de la exposición de casos reales.
Mas allá del cierre: la restricción de la accesibilidad a los espacios urbanos El cierre de los espacios urbanos, la aparición de urbanizaciones o enclaves aislados, es una más de las manifestaciones de una epidemia que aqueja al espacio urbano de todo el planeta: el de su insularización y privatización. El espacio urbano tradicionalmente ha sido público y continuo, pero en la actualidad este carácter lo está perdiendo de forma alarmante rápida y generalizada. Junto a las «urbanizaciones cerradas» aparecen otros fenómenos o modelos urbanísticos que impiden el acceso libre e irrestricto de los ciudadanos a espacios que anteriormente fueron abiertos y libres: son los «Centros comerciales», «plazas» o «malls»; son las grandes infraestructuras de la movilidad motorizada, que no unen sino separan las piezas urbanas; son las áreas monofuncionales controladas: parques empresariales y tecnológicos, hospitales y universidades - grandes equipamientos- . En definitiva, todo un conjunto de actuaciones que acaban destruyendo una característica básica y fundamental del espacio urbano: su libre accesibilidad. En esta ponencia, nos centramos en el estudio del fenómeno del cierre, en sentido estricto, de los espacios residenciales, pero queremos llamar la atención sobre la existencia de otros procesos complementarios, específicamente los modos en que se plantea la accesibilidad en las grandes ciudades, que refuerzan esta patología, y que convergen en un mismo objetivo: la desaparición y destrucción del espacio urbano libre.
UN FENÓMENO MUNDIAL (GLOBAL )
CON ESPECIFICIDADES LOCALES
Estamos ante un fenómeno mundial que hunde sus raíces en la segregación social creciente, y en su derivada: la inseguridad ciudada-
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FORMAS DE CEllllAR LA CIUDAD ...
na. Con particularidades y especificidades, porque nunca será igual la «Ciudad cerrada» de una sociedad en expansión (demográfica y urbanística) en la «periferia global», que la de otras más o menos estabilizadas en el «centro». Añádase a esta matización, en las sociedades de la Europa Occidental, el creciente racismo y xenofobia, ante el fenómeno de la inmigración, y que contribuyen al deseo de aislamiento urbano, de la insularización, de separación del extraño y diferente.
¿Qué entendemos por ciudad cerrada? En contra de la imagen más extendida (y tópica), la ciudad no siempre ha sido un lugar abierto. Paradigma y prueba de ello fueron las ciudades amuralladas, cuyas puertas permitían un estricto control de los accesos, y que solían cerrarse por la noche o en determinadas ocasiones. Pero estas fortificaciones separaban el espacio urbano del rústico, el campo de la ciudad: fuera estaba la no-ciudad. Lo que hoy está pasando es diferente, porque el control de accesos, es selectivo, social, privado y excluyente. En la antigüedad sólo a los enemigos declarados se les impedía el acceso a la ciudad amurallada, y eran las «ÍL1erzas del orden» quienes llevaban a cabo esa labor. 1 Ahora se le impide a todo aquel ciudadano que no pueda justificar su voluntad de acceder a esos recintos privados, segregados y normalmente de alto nivel.
Intuitivamente el concepto de «ciudad cerrada» es muy claro, y aparentemente requiere pocas precisiones: es la ciudad con accesos controlados, y que permite filtrar o excluir a determinadas personas en detrimento de otras. Pero esta definición plantea enseguida, problemas e incertidumbres, ya que, por ejemplo, las ciudades medievales amuralladas de la península ibérica serían en sentido estricto «ciudades cerradas», cuando frecuentemente han sido propuestas y consideradas como el paradigma de la ciudad integrada, interclasista, el espacio de la libertad - «el aire de la ciudad da la
1 Recuérdese que pese a todo el derribo de las muralJas, perdida su utilidad defensiva, fue celebrado por la ciudadanía con un estallido de alegría, caso de la Ciudad de Valencia en l 865.
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LATINOAMERICA: PAÍSES ABI ERTOS, CJUDADES CERRADAS
libertad», afirmaba un viejo adagio germánico-. Por tanto, no es sólo una cuestión de control de accesos, aunque este aspecto sea importante.
¿Podemos definir la «ciudad cerrada» desde el punto de vista social como el espacio de la exclusión? No por casualidad algunos de estos barrios o urbanizaciones se anuncian bajo la etiqueta de exclusivos, utilizado como sinónimo de lujoso, cuando en realidad deberían decir excluyentes. Los promotores de este tipo de ámbitos saben bien que un argumento de venta consiste en asegurar al potencial comprador la exclusión de personas non gratas. De nuevo, sin embargo, hay que tener cuidado con las consecuencias precipitadas, y sobre todo con las ensoñaciones o imaginarios colectivos que nos llevan a suponer que las ciudades premodernas fueron el espacio de la total integración. Si bien es cierto que existía una considerable superposición, o al menos contacto y relación entre clases y estamentos sociales, frecuentemente se daban situaciones de extrema exclusión de grupos étnicos o nacionales sometidos.
La experiencia de la conquista y colonización castellana en América es un claro ejemplo de ello, con la construcción de «barrios de indios», pero en la península ibérica encontramos casos de exclusión igualmente extremos como los practicados en casi todas las ciudades importantes de la Corona de Aragón con los calls judíos o los ravals musulmanes. En el caso de los calls se construyeron incluso murallas para aislar y envolver a la población a la judía, que era literalmente separada del resto en el interior de los cascos urbanos. Por el contrario, los ravals ocupaban frecuentemente espacios extramuros, pero en ambos casos eran siempre tejidos urbanos separados y excluidos del resto de la ciudad.
Por tanto, si el control de accesos y la exclusión social o separación física no son rasgos diferenciadores o definitorios del fenómeno moderno de la «ciudad cerrada», ¿dónde radica su fundamento? En mi opinión, la «ciudad cerrada» moderna, segregada y selectiva, es diferente en el sentido de que ha acabado con el concepto tradicional de espacio público. En la ciudad medieval europea, aunque el acceso estuviera vigilado y se dieran barrios o enclaves étnicos, existía una potente red de espacios públicos, comunes. El espacio
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FORMAS DE CERRAR LA CIUDAD ...
público era el lugar de encuentro, del acuerdo y del disenso, pero era reconocido como el espacio de todos, como una absoluta propiedad pública. Para intentar establecer con precisión este concepto, vamos a fijar primero una metodología para la disección y el análisis del espacio urbano.
Elementos constitutivos del espacio urbano: espacios parcelados vs espacios comunes2
ESPACIOS PÚBLICOS Y PRIVADOS
En el hábitat humano, desde la aparición de los primeros asentamientos neolíticos, se han combinado los espacios privados con los públicos. Los primeros han sido siempre lugares cerrados, ámbitos definidos por contraposición a los segundos. El correcto equilibrio y la acertada interrelación de ambos son una de las claves de un buen diseño urbanístico. En el espacio privado hay un estricto control de los accesos: es el ámbito de la privacidad, de la intimidad. Pero junto a él, complementándole y dándole sentido, siempre ha existido el espacio público, un ámbito abierto, accesible, lugar de encuentro, libre. Por tanto, en el espacio urbano siempre es posible distinguir estos dos tipos esenciales de ámbitos: los espacios privados y los públicos. El elemento esencial, diferencial, el que los define y distingue, es el grado de accesibilidad. Pero este criterio tiene una dificil plasmación física o espacial; por eso propondremos en su lugar otro, de indudable contenido espacial: la parcelación.3 Nuestra hipótesis, para el análisis que sigue, es que la parcelación se vincula directa y unívocamente con la accesibilidad: donde haya parce-
2 Un desarrollo de esta metodología analítica se encuentra en Gaja i Díaz, Fernando (1997): «Bases for comparative studies of urban tissues: a quantitative approach », IVth International Seminar on Urban Form, 18-21 de julio de 1997, University of Birmingham, Birgmingham. .i Utilizamos la expresión habitual en el castellano del Estado español, equivalente a loteo, es decir división de una propiedad en parcelas, lotes o fragmentos perfectamente delimitados y jurídicamente identificables.
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LATINOAMERlCA: PAISES ABIERTOS, CIUDADES CERRADAS
lación habrá restricciones para el acceso. En cambio, no podemos asimilar la existencia o inexistencia de parcelación con la naturaleza de la propiedad: pública o privada. La administración o el sector público dispone de propiedades fundiarias parceladas, donde, sin entrar en consideraciones jurídicas sobre su capacidad de enajenación o las limitaciones de los usos, tiene la potestad de seleccionar y restringir el acceso.
Los bienes de propiedad, los parcelados, están en el mercado y pueden ser vendidos (a través de procedimientos específicos y con mayores controles, requisitos y garantías en el caso de que sean de propiedad de organismos públicos); los suelos no parcelados, públicos, no pueden ser vendidos, mientras mantengan ese carácter. Por tanto, a nuestros efectos no importa quien ostenta la propiedad («estatal» o pública, frente a privada), sino si están parcelados o no. Si aceptamos la premisa anterior y dividimos el espacio urbano en estas dos categorías antagónicas, suelos parcelados y no parcelados, confirmaremos que las actividades con acceso restringido se ubican siempre en los primeros. En cambio, las actividades sin acceso restringido lo hacen en los segundos. A los espacios parcelados, los llamaremos indistintamente así o de propiedad; mientras que a los segundos, los podemos etiquetar también como comunes, abiertos, libres o sin propiedad.4
Todavía perduran los ecos de la polémica que se organizó en el Estado español, cuando un dirigente político de la derecha reclamó su derecho a impedir algunas manifestaciones que le resultaban contrarias u hostiles en la vía pública al tiempo que proclamaba «la calle es mía», y la reacción que suscitó por parte de las fuerzas de oposición que le recordaron que la calle no es de nadie, que es de todos. Los espacios no parcelados o comunes son (¿han sido?) ámbitos abiertos y accesibles a todo el mundo, sin restricciones (o con limitaciones temporales, provisionales y motivadas por alguna circunstancia específica: celebraciones, eventos, manifestaciones o in-
4 Aunque es un dato controvertido, en el marco legal del Estado español los suelos que llamamos no parcelados no se inscriben como propiedad en el Registro.
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fORMAS DE Cf:.'RRAR LA CIUDAD ...
·luso conflictos sociales que obligan a suspender esos derechos en aras del «orden público»). Por el contrario, los espacios de propiedad, los parcelados, no son por naturaleza accesibles a todo el mundo, sólo a quienes sus propietarios o gestores indiquen o permitan.
CON TlN U ID AD Y ACCESIBILIDAD
DE LOS ESPACIOS COMUNES
Retengamos esa característica esencial: los espacios comunes, con independencia de su titularidad jurídica (pública, demanial. .. ), son espacios de libre uso y acceso, y su conformación deriva de este hecho. Pero hay más; los espacios parcelados son continuos, forman una red que garantiza precisamente la primera condición de la accesibilidad. El espacio común, publico de la ciudad siempre ha estado formado por una red continua y abierta.
En cambio, el espacio parcelado es discontinuo, está fragmentado en piezas que son precisamente los lotes o parcelas, cada una de las cuales tiene un dueño perfectamente definido y reconocido corno tal en el Registro de la Propiedad, y tanto nos da, a nuestros efectos, que ese amo sea una persona fisica, jurídica o una corporación de derecho público. Ambas categorías son entidades excluyentes, de modo que todo espacio urbano puede ser analizado en términos binarios: espacio común vs parcelado, y adscrito a una de tales categorías. Esta distinción se manifiesta de forma radical en los tejidos urbanos históricos, paradigmáticamente en los de la Europa meridional, pero, por otro lado, se da muy diluida en bastantes tejidos urbanos modernos ·-quizás sea esta una razón más para apoyar las críticas que niegan su carácter de urbano- . De hecho la difusión o pérdida de esta diferenciación es una señal inequívoca de que nos hallamos ante un suelo de dudoso carácter urbano, sin urbanidad, un espacio donde «la ciudad pierde su nombre».
LA TRAMA URBANA
La disposición general, la organización de los espacios comunes, se conoce normalmente como trama urbana. Frecuentemente se asimila con los trazados viarios, denominación que destaca o sobrevalora la función vial de estos espacios, cuando no es en absoluto la
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LATlNOAM ERfCA: PAÍSES AB IERTOS, CIUDADES CERRADAS
Figura 1 Análisis del espacio urbano del municipio de Mislata
. '\
Espacios parcelados Mis lata Espacios no parcelados Mislata
Fuente: Taller de Planeamiento Urbanístico (http:\www.upv.es\plu). Autores: Balboa Ramón, Victoria & Breliere, L1urent, Fichero: 00-01 A 11-0 l .dwf.
única, y en determinados ámbitos ni siquiera debe ser la dominante. Utilizaremos la expresión trama urbana para describir la estructura de los espacios comunes, para destacar su característica fundamental: la idea de continuidad, de estructura ordenada y jerarquizada, y también para ir introduciendo la idea de su naturaleza polifuncional.
EL MONOPOLIO DE LA MOVILIDAD MOTORIZADA
En la actualidad, sin embargo, los espacios comunes se organizan en torno a un hecho fundamental: el tráfico motorizado frente a los usos peatonales y ciudadanos. La movilidad motorizada domina y monopoliza el uso de los espacios comunes o abiertos; las evidencias son abrumadoras. En un contexto de construcción urbana altamente especulativa, como es el caso del estado Español donde los promotores intentan reducir al mínimo las cesiones de suelo, la inmensa mayoría de los espacios comunes está destinada a la vialidad motorizada. Es quizás una obviedad afirmar que la movilidad, el transporte o la accesibilidad no es la úntca función propia del espa-
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FORMAS DE CERRAR LA CIUDAD ...
cio común, pero en los tiempos que corren vale la pena proclamarlo: los espacios comunes no están integrados exclusivamente por los viales.
El hecho de que el automóvil haya invadido y monopolizado stos espacios no puede llevarnos a identificar espacio común con
espacio vial, aunque por otra parte en nuestra sociedad sea uno de los componentes inevitables e irrenunciables. La variedad de usos presentes en los espacios comunes peatonales es mucho mayor: desde las áreas de paseo hasta las de juego, pasando por las de recreo, deporte, los accesos a las parcelas ... encontramos plazas y jardines, bulevares y alamedas, avenidas y calles, todo un catálogo de espacios urbanos libres que hoy está en trance de extinción aplastado por las exigencias de una circulación motorizada que lo invade todo. Es otra forma de privatizar el espacio urbano: vaciarlo de sentido más allá de la mera movilidad.
L A EXTINCIÓN DE LA VIDA URBANA
Los espacios abiertos de la ciudad han sido el soporte de múltiples funciones urbanas, más allá del tráfico: la actividad comercial en plazas; eventos y actos culturales, políticos, lúdicos o festivos, desfiles y manifestaciones en avenidas y bulevares; la simple recreación, la socialización, el trato con el vecino enjardines, parques, glorietas y espacios de estancia. Todo este rico repertorio de actividades que son la base del atractivo de la vida urbana está amenazado por la desaparición de los espacios en los que se desarrolla: bien por su privatización directa y dura, con el cierre del espacio libre, o indirectamente por su reducción o desvanecimiento ante la invasión del tráfico motorizado.
Los «ENCLAVES MONOFUNClONALES»
En paralelo al cierre en sentido estricto de los espacios abiertos, asistimos a otro fenómeno no menos preocupante y grave: la construcción de enclaves monofuncionales, también cerrados, que sustituyen a los espacios abiertos como soporte de las actividades de la socialización urbana básica. Son los nuevos espacios pseudo colectivos, buques insignia de la ciudad contemporánea de la post mo-
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LATINOAMERICA: PAÍSES ABIERTOS, CIUDADES CERRADAS
dernidad: los centros comerciales, las áreas deportivas, o los complejos culturales, cada vez más grandes, y sobre todo más separados y segregados del tejido urbano preexistente. Unos espacios donde el acceso sólo es posible en automóvil y donde existe por supuesto un férreo, aunque sutil, control.
La inexistencia de elementos duros y visibles de restricción del acceso no debe engañarnos, el control es interno, imperceptible, pero omnipresente: en un medio climatizado artificialmente, con música ambiental, suave iluminación, hay una permanente observación y vela con discretas cámaras de televisión en circuito cerrado y vigilantes privados intercomunicados y prestos a intervenir y expulsar a cualquier individuo que rompa las normas que los gestores - privados- han decidido imponer -en el caso de los centros comerciales se rigen por un criterio básico: que ningún elemento extraño impida ni distraiga el consumo-. Nada más lejos del tradicional espacio público. Estas áreas serán espacios abiertos al público, pero no son espacios públicos, abiertos, comunes y libres.
Los ESPACIOS PARCELADOS
Completando nuestro marco conceptual de referencia, señalemos que, por su parte, los espacios parcelados se organizan sobre la base de su división, loteo o parcelación, refrendada administrativamente en el Catastro de Urbana. La parcelación es una variable importantísima que por supuesto transciende su naturaleza jurídica y económica para convertirse en un elemento de primera relevancia en la conformación de las ciudades. Y no me refiero ahora y aquí a las conexiones entre estructura de la propiedad fundiaria y modelo urbano - de la misma forma que cabría mencionar las relaciones existentes entre otras variables económicas, por ejemplo, la estructura de la producción inmobiliaria, y la forma urbana-: me refiero a la vinculación directa que existen entre la forma de producirse la parcelación -el tamaño, la disposición, la escala de la agregación (las «manzanas»), la accesibilidad ... - y la forma urbana resultante.
Los espacios parcelados, privados o más propiamente de propiedad, incluyendo a las propiedades públicas, son el negativo de los públicos. En este momento no vamos a extendernos en el análi-
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fORMAS DE CERRAn LA CIUDAD ...
s e.l e procesos de segregación o de parcelación ni la forma de ocup11ción de las parcelas por la edificación, pero sí mencionaremos 1111 c, en sentido ascendente, la agregación de las parcelas da lugar a In formación de «manzanas», que son los elementos que realmente l1il cractúan con los espacios comunes.5
! ,c1 ilegalidad de las urbanizaciones cerradas en el Estado español l •'. n el Estado español el cierre de la ciudad, en el sentido en que lo hemos definido: la prohibición, restricción o limitación del acceso a los espacios públicos o comunes es ilegal. Desde que se aprobaron las modernas leyes urbanísticas estatales,6 los suelos ocupados por los espacios públicos o comunes son necesariamente bienes de dominio y uso público, existiendo la obligación de su cesión gratuita y libre de cargas (y en perfecto estado de urbanización) a la administra'ión pública, 7 por tanto, cualquiera que sea la forma de planeamiento
5 Significativamente en catalán las manzanas son denominadas «illes de cases», islas de casas, reflejando bien la realidad naturaleza del espacio urbano: unas islas edificadas frente a un ámbito continuo y abierto que todo lo envuelve. 6 Sintéticamente, la evolución del marco normativo de la acción urbanística presenta los siguientes hitos: a) 1956, aprobación de la primera Ley del Suelo (Ley del Régimen del Suelo y Ordenación Urbana) b) 1976, 1ª Reforma c) 1992, 2ª Reforma, socialista; prácticamente anulada en su totalidad por el Tribunal Constitucional en 1997. d) 1998, Ley de Régimen del Suelo y Valoración del Suelo, del Partido Popular, de clara intención liberalizadora (desreguladora). 7 Incluso una ley de intención desreguladora y privatizadora como la 6/1998, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones, es contundente en este sentido: Art. 18.1 Deberes de los propietarios de suelo urbaniza ble: «Ceder obligatoria y gratuitamente a la Administración todo el suelo necesario para los viales, espacios libres, zonas verdes y dotaciones públicas de carácter local al servicio del ámbito de desarrollo en el que sus terrenos resulten incluidos» .
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LATl NOAM ERI CA: PAÍSES ABIERTOS, CIUDADES CERRADAS
y gestión (ejecución) por la que se opte siempre debe finalizar con la entrega a la administración pública de esos suelos de cesión obligatoria, que son algo así como un impuesto o contribución de los agentes sociales privados a la construcción del espacio urbanizado. En otros sistemas urbanísticos no siempre existe esta obligación, y los suelos públicos son frecuentemente expropiados o incluso adquiridos por la administración, de modo que mientras no se da esa actuación permanecen en manos de la propiedad privada.
SUELOS LUCRATIVOS VS DOTACIONES O CESIONES
En el caso español, las leyes del suelo, que han consolidado un sistema que hoy (casi) nadie discute, imponen que la ordenación urbanística debe establecer la diferencia esencial entre espacios parcelados o susceptible de uso lucrativo y las cesiones, que carecen de aprovechamiento lucrativo y que deben ser gratuitamente traspasadas a la administración.
No vamos a entrar en la consideración de los complejos mecanismos que aseguran esta transferencia (no es el objeto de esta ponencia ni aporta ningún elemento de reflexión y análisis esencial), pero sí señalaremos que junto a estas cesiones en suelo no parcelado, existen también otras, igualmente obligatorias y gratuitas, sobre suelos parcelados y que se destinan a ubicar los equipamientos y dotaciones de los servicios públicos (escolares, sanitarios, administrativos y deportivos, entre otros), e incluso, en determinados supuestos, de suelos parcelados lucrativos, como parte del proceso de «recuperación de plusvalías por la comunidad» .
A diferencia de las primeras, las cesiones de suelos parcelados, una vez efectuadas, pasan a formar parte del patrimonio municipal y como tales propiedades son inscritas en el Registro de la Propiedad. La existencia de espacios parcelados de cesión dotacional no altera nuestro análisis ni incide en la conformación de ciudad cerrada: acogen a edificios de propiedad pública, pero no son espacios comunes, libres o abiertos.
En los primeros años (1956-1976) de aplicación de estas normas -que suponían una ruptura histórica en el estatuto de la propiedad fundiaria, de sus obligaciones y cargas- en un contexto de
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FORMAS DE CERRAR LA CIUDAD ...
i 11d isciplina urbanística, especulación y corrupción, su cumplimiento l'uc, por decir de una forma suave, laxo. A medida que la normativa t11 ·banística se ha ido consolidando y detallando las obligaciones de los propietarios de efectuar cesiones gratuitas y libres de cargas a la administración pública, y sobre todo a medida que la sociedad ha ido exigiendo su cumplimiento, y la administración se ha dotado de medios materiales y humanos para hacerlo efectivo, las cesiones han devenido un hecho normal, normado y aceptado. Su cantidad, condiciones y tipos han ido evolucionando con el tiempo, pero el principio, plenamente consolidado e indiscutido, establece la obligación de efectuar gratuitamente la cesión de los espacios comunes o de naturaleza pública.
Como ya hemos señalado, y siguiendo el método de análisis que se ha expuesto, las cesiones pueden clasificarse en dos grandes bloques: las que afectan a los espacios parcelados donde se ubican todos los equipamientos que precisan un solar (escuelas, gimnasios, bibliotecas, aulas de tercera edad, centros sociales ... ), y las que se ubican sobre los espacios comunes: viarios, plazas y jardines. Nos interesan ahora las segundas.
Desde 1978 el Estado español se ha estructurado como un Estado formalmente federal - hecho negado en la práctica por razones sobre la que sería largo extenderse- , constituido por comunidades autónomas. Equivalentes a Estados federados, tienen amplias competencias exclusivas en múltiples materias, una de ellas es el Urbanismo. En uso de esa potestad, nuestra comunidad (el País Valenciano), ha promulgado una legislación urbanística propia: la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística de 1994. Es el texto al que nos referiremos en todo lo que sigue.
En la actualidad las cesiones de suelos comunes son de dos tipos, las llamadas estructurales o primarias («generales» en la legislación estatal española, sin vigor en el País Valenciano) y las pormenorizadas o secundarias («locales» en la Ley del Suelo estatal). Las primeras son normalmente ejecutadas directamente por la administración o impuestas como carga excepcional a los urbanizadores o promotores privados en determinados supuestos. Son, en el sentido del texto legal, las grandes infraestructuras de la movilidad
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o los grandes equipamientos supraurbanos. Las segundas siempre son ejecutadas por los privados, pero cedidas inexcusablemente a la administración cuando su construcción ha finalizado. Hoy es ya absolutamente impensable que un promotor, un urbanizador, no ceda estos suelos perfectamente acabados, de modo que una vez efectuada la cesión es totalmente imposible impedir el acceso a esos suelos no parcelados, comunes, condición que hemos definido como esencial en la formación de la «Ciudad cerrada».
La conclusión es clara: en el Estado español, específicamente en el País Valenciano no pueden existir las «urbanizaciones cerradas», ya que atentan contra el principio de cesión pública de los suelos no parcelados. Analizaremos un caso en que un ayuntamiento se opone al cierre de una urbanización con estos argumentos . «Y sin embargo, ... se mueve». Sin embargo, en la realidad se detectan intentos por alterar este estado de cosas. El modelo del american [sic] way of life insistentemente promocionado en los medios, la alarma y el miedo ante la delincuencia8 y la voluntad de aislarse, se conjugan para que exista una presión a favor de constituir barrios y urbanizaciones cerradas en la línea de las que abundan en todo el continente americano. Son propuestas que atentan contra la legalidad vigente, y contra la tradición cultural, y que no tienen razón de ser en las actuales circunstancias del Estado. Vamos a plantear un caso, en las proximidades de la Ciudad de Valencia: la urbanización Santa Cruz de Gracia (Godella-Paterna), en el que un intento por encerrarse ha suscitado un conflicto con la administración local. Un
8 Un temor forzado y estimulado artificialmente. Según datos recogidos por Mario Gaviria (1996), La Séptima Potencia. Ediciones B, Barcelona, la tasa de delincuencia en el Estado español es, hasta la fecha, de las más bajas del mundo. En 1991, y según información que reproduce, procedente de The Economist (enero de 1994), la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes se situaba en (1.2), la cuarta más baja del mundo sólo superior a Japón (0.7), Inglaterra, Alemania y China (1.0). Su población reclusa, por apuntar otro dato, era de 74 presos por cada 100,000 habitantes, frente a los casi 600 de EUA.
Nuevamente Japón encabezaba la clasificación con 38.
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FORMAS DE CERRAR LA CIUDAD ...
·aso ciertamente revelador de las actuaciones de dos administra·iones locales, de sus intereses, ideologías y prioridades.
OS COSTES DEL MANTENIMIENTO DE LA URBANIZACIÓN
Un método para forzar el reconocimiento de los «enclaves cerrados» es crear un conflicto en torno a quien asume los costes del mantenimiento de la urbanización. En efecto, como ya se ha indicado la cesión de los suelos comunes, perfectamente acabados, se materializa en la firma del Acta de Recepción, que normalmente suscriben un funcionario municipal y el promotor. Hasta ese momento la administración puede exigir reformas, reparaciones, o simplemente no aceptar la cesión si ésta presenta vicios de construcción. Pero a partir de ahí, la administración asume su mantenimiento, junto a los demás servicios urbanos. Es decir, el municipio debe conservar los pavimentos, pagar el alumbrado, mantener el ajardinamiento de las calles ... así como garantizar la seguridad (policía municipal y bomberos), regular el tráfico, recoger las basuras y efectuar la limpieza urbana. En definitiva, asume todos los costes del mantenimiento de la urbanización y los servicios urbanos que por ley tiene encomendados.
La cesión de los espacios públicos en realidad es para muchos ayuntamientos un «regalo envenenado», porque las corporaciones municipales son los parientes pobres de la administración pública del Estado español. A pesar del espectacular aumento de la recaudación fiscal, que ha pasado de 3,434 millones de dólares a 207,735 millones en 1992 ( Gaviria, 1996:369) los ayuntamientos no han aumentado sus ingresos en igual proporción. Ante la solvencia -por no hablar directamente de afluencia o directamente despilfarroque se percibe en las Administraciones estatal y autonómica, la municipal sigue siendo, en gran medida, el reino de la escasez y la penuria. Item plus, las urbanizaciones «Candidatas a encerrarse» son un sumidero de recursos: tienen elevados costes de mantenimiento, consecuencia de sus ralas densidades, y de sus ubicaciones periféricas y aisladas, con unas repercusiones per capita, que superan con creces lo que en ellas se recauda por la vía tributaria; son «Un mal negocio» para los ayuntamientos. ¿A quién puede extrañar que al-
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gunos de ellos agobiados por los costes de la prestación de unos servicios urbanos que apenas pueden sufragar, estén dispuestos a aceptar que los propietarios de las urbanizaciones corran con los gas tos a cambio de permitirles algo tan aparentemente inofensivo como un control de accesos?
Un ejemplo: desde el año 2000, funciona en la Comarca de L'Horta de Valencia una Asociación de Propietarios de Viviendas en Urbanizaciones creada con la finalidad de forzar a las administraciones municipales a hacer frente a sus obligaciones en materia de servicios urbanos. Oficialmente, porque en realidad sus objetivos son otros: llegar a un pacto que libere a las administraciones de sus cargas a cambio de permitirles encerrarse, aunque formalmente los suelos sigan siendo públicos. La mayoría de los ayuntamientos se niegan a semejante transacción, pero ... todo es cuestión de tiempo.
Otra alternativa al bloqueo jurídico en que se encuentra la creación urbanizaciones cerradas lo constituye la construcción de lo que denominaremos «supermanzanas cerradas» y «t01Tes (o condominios) equipados ». En esencia, consiste en el amurallamiento de una porción de terreno que no incluya suelos no parcelados. Esta porción es necesariamente una manzana o una isla delimitada por espacios comunes. Presenta dos variedades: en la primera se intenta constituir grandes manzanas que permitan la inclusión de elementos comunes (área verde, piscina, deportivos, sociales ... ) que la hagan atractiva. Esto es difícil, porque los planes urbanísticos, normalmente redactados por la administración pública, excepto si se trata de planes parciales, han estandarizado un tamaño de manzana que no suele superar los 100 metros de lado. Es pues necesario controlar el proceso desde el principio y no es viable para el promotor que simplemente interviene al final, limitándose a edificar. La segunda varianle, la que más difusión tiene, consiste en la edificación de la manzana habitual del planeamiento, de dimensiones no muy amplias, de forma completa, unitaria y, sobre todo, amurallada. Esta alternativa tiene fuertemente limitada la capacidad de incluir equipamientos comunitarios y sólo puede dar lugar a la constitución de condominios o torres amuralladas. Es la que previsiblemente va a tener más implantación.
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'aso de estudio: resistencia ante las urbanizaciones cerradas. La ruz de Gracia (Godella-Patema)
La urbanización La Cruz de Gracia se encuentra situada al noroeste de la Comarca de L'Horta, entre los términos municipales de Godella y Paterna, en uno de los ejes residenciales metropolitanos de mayor nivel, un entorno de gran valor, económico, paisajístico y urbaníslico. La aprobación de la urbanización (27 de febrero de 1968) tiene lugar en un contexto dominado por la indisciplina urbanística y las irregularidades. En este caso, el hecho de estar atravesada por el límite de los términos municipales, introdujo un factor de conf-t.1-sión y descontrol adicional. Como consecuencia de todo ello, no consLa fehacientemente que se produjera la cesión de los suelos no parcelados. De modo que el cerramiento de la urbanización no cometía en realidad ninguna irregularidad, ya que sólo englobaba suelos es
trictamente privados. Las determinaciones del plan parcial aprobado en 1968 eran
las siguientes: Viales y aparcamientos Parcelas residenciales Parcelas «Servicios Comunes»
Total Edificabilidad Neta Número de viviendas
40,210 m2
103,390 m 2
23.42% 60.21%
Verde 28,120 m2 26,220 m2 16.37% Otros 1,500 m2
171 ,720 m 2 100% 1 m3/m2
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Nota: como «servicios comunes» se consideran: una capiUa, una guardería, una cafetería-restaurante, un club deportivo y social y la caseta de información (control) ele Ja entrada, tocios ellos ubicados en zona verde (!) . Para los 1,500 m2 ele «otras dotaciones» no se precisa su uso. El listado es suficientemente elocuente ele la naturaleza, pri
vada, de los servicios comunes.
Las determinaciones del Plan Parcial original (en 1985 se aprobó una modificación que eliminaba, entre otras cosas, todas lasconexiones exteriores previstas, excepto una, centralizándolas y facili-
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tando así el control de los accesos) revelan dos aspectos interesantes: a) la escasa cuantía de las cesiones, que se sitúan en una proporción 1 a 2 (inversa a la actual); y b) la indefinición, deliberada o no, pero imprecisión, en el reconocimiento del carácter de dominio público de los suelos no parcelados (viales y aparcamientos) y de las parcelas destinadas a «Servicios comunes» (área verde y otros).
En la actualidad la situación de cierre de la urbanización enfrenta a los vecinos con el Ayuntamiento de Godella, pero no así con el de Paterna. El equipo de gobierno de Godella9 mantiene una definida y decidida línea de intervención para abrir las urbanizaciones cerradas. Lo tiene, en este caso, muy difícil, porque el acceso se produce desde el término municipal de Paterna, cuya corporación se muestra bastante inactiva en esta cuestión, a pesar de los requerimientos de Godella, y de hecho, hasta la fecha, no han habido avances significativos, sin que se haya producido la cesión de los suelos no parcelados. El Ayuntamiento de Godella quiere impedir la consolidación de un precedente que sirviera de modelo para una buena parte de las urbanizaciones que se han formado en su término, con población procedente de la Ciudad de Valencia en busca de un hábitat de baja densidad y vivienda unifamiliar, a l estilo de suburbs angloamericanos.10
9 En Jos comicios municipales de 1999, una alianza de fuerzas de izquierda, integrada por socialistas del Partit Socialista del País Valencia - Partido Socialista Obrero Español, excomunistas de Esquerra Unida y nacionalistas de izqu ierda del Bloc Nacionalista Valencia- , gana las elecciones, poniendo fin a un etapa de tolerancia en relación a este tipo de actuaciones. Curiosamente Paterna se encuentra también gobernado por la izquierda, aunque las diferencias de criterio, en este problema, son considerables. 10 Ultimando esta ponencia, y sin materialmente tiempo para poderlo documentar, encontramos un caso opuesto al que nos ocupa: la exitosa apertura de la urbanización Campolivar. Según los primeros datos, el Ayuntamiento de Godella firmó en 1992 un convenio con la Asociación de Propietarios por el que se producía la cesión de los suelos no parcelados, perfectamente urbanizados, a cambio de asumir -~
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as «manzanas cerradas», otra forma de cerrar la ci11dorl La presión social en busca de un hábitat protegido es i11 ces: 11il r, y ante las dificultades legales, los promotores se han lanzado a l:i h11 s queda de modelos alternativos que ofrezcan esa privacidorl, SlW 11 i · dad y aislamiento, ante un medio supuestamente hostil. Las sol11 ciones ensayadas son varias, nosotros consideraremos dos: a) l;1
«supermanzana cerrada»; y b) la «torre equipada». 11
En efecto, el carácter público de los suelos de cesión, que im pide el cierre de las urbanizaciones, ha dado lugar a la aparición d" propuestas que intentan orillar este escollo. Una de ellas, de dudosa proyección en el futuro, es la llamada «Supermanzana cerrada»; de dudoso futuro porque su construcción requiere zonas de nuevo crecimiento y operaciones urbanísticas de cierto tamaño. Sin embargo, existen algunas como el caso de la bautizada Las Puertas de
Polifilo, en el PAI12 de Ademús.
Caso de estudio: la supermanzana Las Puertas de Polifilo (Ciudad de Valencia) La «supermanzana cerrada» consiste en «amurallar», blindar o ais
lar una manzana, de tamaño muy superior a lo habitual, del resto
+ los costes de mantenimiento y abrir la urbanización, una de las más antiguas (promovida por el Barón de Campolivar a finales del siglo XIX) y de mayor nivel económico (con parcelas de más de 4,000 m2) de la Comarca de I.:Horta. En 2001, y ante el incumplimiento de los compromisos de reurbanizar por parte de la Junta de Vecinos, la
corporación municipal ha formulado un Programa de Actuación Integrada, en aplicación de la ejecución subsidiaria y va a acometer las obras, repercutiéndolas a los vecinos por medio de contribuciones
especiales. 11 Con mayor precisión debería ser denominado condominio equipado. El término, pese a su fidelidad y belleza, es de escaso uso en el
castellano del Estado español. 12 El acrónimo PAI, corresponde a Programa de Actuación Integrada, una de las figuras de intervención creada por la LRAU (Ley Reguladora
de la Actividad Urbanística) en 1994.
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del medio urbano. En su interior se reproduce a pequeña escala una especie de trama urbana que incluye algunos servicios y equipamientos urbanos. Pero la «Supermanzana cerrada» apenas tiene relación con su entorno inmediato: no hay, por supuesto, comercio -el denominado zócalo comercial tan característico de la ciudad latino-europea- , no hay bares ni terrazas, no hay ni siquiera accesos a las viviendas: la calle se vacía de elementos de actividad, convertida en simple viario que permita el acceso por un puesto de control e ingreso.
Estas actuaciones sólo son posibles en el seno de lo que la normativa urbanística vigente define como un «Sector» (el ámbito de
Figura 2 Localización de la urbanización Puertas del Polifilo
- Ingreso/estacionamiento
D Distribución de manzanas
Fuente: Fuente: Urbanice S.A.
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,,,;'
FORMAS DE CEIVWI LA CIUDAD ...
El Sector de Ademús, 1998
Sup. Sup. Sup. Total m2 Usos Lucrativos Dotacional
(Ces iones) AdemúsA 534,577 170,963 32% 363,614 68% Ademús B 115,396 30,036 26% 85,360 74% Total Ademús 649,973 200,999 31% 448,974 69% Total PAls 3'506,452 I' 178,994 34% 2 327,458 66%
Sup. Sup. Dotacional Dotación Parcelada* Viario (No parcelados)
AdemúsA 184,176 34% 179,438 34% Ademús B 37,332 32% 48 ,038 42% Total Ademús 221,508 34% 227,476 35% Total PAls I' 158,222 33% 1' 169,236 34%
* Suponemos que además de las dotaciones escolares y de los equipamientos, las dotaciones verdes también se efectúan como y en suelos parcelados.
una operación unitaria de planeamiento, urbanización y eventualmente gestión) de gran tamaño, ya que para que puedan desarrollarse, primero deben hacer frente a las cesiones de suelos no parcelados, y no cuestionar el carácter público de estos espacios. Adicionalmente, deben reservar otros suelos en el interior de la manzana para albergar los elementos privados de relación social que son su razón de ser, y que permitirán el enclaustramiento y la supresión de la vida social urbana que antes tenía lugar en los espacios públicos abiertos. En nuestros cálculos y análisis a estos espacios los llamaremos comunitarios: suelos privados, sustraídos a un posible uso lucrativo, donde se desarrolla la vida social privatizada, aislada, encerrada, homogeneizada. Este modelo no es nada fácil, porque supone duplicar o al menos aumentar los costes de la urbanización, y de hecho en los casos que hemos podido detectar sólo se construyen viviendas de alto nivel, las únicas que permiten absorber estos sobrecostes. Veámoslo con un ejemplo. El Sector de Ademús, al noroeste de la Ciudad de Valencia, es el mayor de todos los que diseñó el vigente PGOU de Valencia de 1988.
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Si analizamos el peso o, como dicen los economistas «la presión fiscal», que suponen las cesiones establecidas por el planeamiento, comprobaremos que en las actuaciones mediante PAI son bastante elevadas.
Porcentualmente, en todo el sector de Ademús los suelos lucrativos representan 31 % de la superficie bruta, es decir, que 69% de la superficie debe ser cedida, previa su completa y satisfactoria urbanización (de ellos casi la mitad son espacios parcelados con destino a servicios públicos, y la otra mitad espacios no parcelados, fatalmente asimilados a viales). La media de todos sectores de la ciudad, indica que sólo aproximadamente una tercera parte es suelo lucrativo (del que hay que descontar además una cesión adicional de 10%), y las otras dos terceras partes son impuesto o contribución urbanística en especie. Los promotores, lógicamente, lo consideran muy levado, pero estas cesiones representan el coste de construcción del espacio de la ciudad, que antes asumía la administración Pública.
Ahora bien, a nuestros efectos, esto significa que la constitución de una «Supermanzana cerrada» supone reducir los suelos realmente lucrativos, a partir de una situación ya dificil. es decir supone incrementar los costes de la urbanización. Pasemos a considerar la ordenación interna de una «Supermanzana cerrada», Las Puertas de Polifilo. De nuestras mediciones se deduce una ocupación en planta por vivienda de aproximadamente 132 m2 (6 de fachada por unos 22 de profundidad).
El total de 85 viviendas ocupan una superficie de 11,220 m2, de
los 15,774 m2 (sin contar los suelos exteriores a la valla o cierre: aceras, viales ... ). Es decir, que 29% del espacio parcelado (privado) de la manzana se dedica a elementos comunes. Aunque la cantidad de suelos no edificables disminuye notablemente (la proporción de 1 a 2 en el exterior de la manzana, se invierte ampliamente aquí), la carga de los suelos no directamente lucrativos es ya muy elevada. Lo peor no es que se esté promocionando un modelo elitista, inalcanzable para la mayor parte de la población (el precio de estas viviendas se sitúan cerca de los 270,000 o 250,000 pesetas), sino su contribución al empobrecimiento del espacio urbano, al aislamiento.
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Torre de Montolivet.
Caso de estudio: Los «condominios equipados», torre en Montolivet (Ciudad de Valencia) La construcción de «supermanzanas cerradas» es ciertamente cara, por los sobrecostes que impone, y además difícil, por los problemas para encontrar manzanas de gran tamaño, que no son habituales en el planeamiento. Por eso la oferta de un hábitat aislado, cerrado y controlado ha ensayado otras fórmulas. El último peldaño, en una escala descendente, son los «condominios, torres o bloques equipados». Se trata ele un modelo tipológico habitual en otras latitudes, pero absolutamente inusual en el contexto eurolatino, porque rompe con un principio hasta hace poco indiscutido en la construcción de la ciudad: la imposición de la pared medianera como elemento de organización edilicia.
En la «torre o condominio equipado» (y aislado) frecuentemente la manzana se reduce hasta igualarse a la parcela; por eso el viario que circunda esta «micromanzana» suele ser de menor ran-
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LATI NOAM ERI CA: PAÍSES AB IERTOS, CIUDADES CERRA DAS
Figura 3
Entorno Torre Montollivet
Entorno lorrc de Montolivct
O Áreas verdes
D Edificios
Superficie total manzana (=Parcela) 2,864.66 m2
Superficie edificada 957.47 m2
Superficie equ ipamientos comunitarios 1,907.19 m2
Edificabilidad total 17,854.40 m2
·+ Ocupación de la micro-manzana ~
Coeficiente de edificabilidad neta (en parcela)* 62,326 m2 tfm2
* Para tener una cabal de lo exagerado de este índice, señalemos que la densidad máxima legal de 75 viviendas corresponde a un coeficiente bruto de entre 0.75 a 1.00 m2t/rn2,
y neto de entre 1.50 a 2.00 m2t/m2.
go, incluso sólo peatonal. Veamos un ejemplo. En las inmediaciones de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias (paradigma del gran proyecto urbano, huero icono de un simulacro de postmmodernidad), la expansión urbanística en los últimos diez años ha sido espectacular. Torres en altura, con frecuencia superior a las 20 plan-
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1 ítS, conforman un paisaje urbano, en clara ruptura con el perfil tradicional de Valencia (en acertada opinión de un colega venezolano, un perfil más miamiero que mediterráneo). La edificación en esta zona, de nivel medio y medio-alto está optando de forma generalizada por el modelo que se describe en la figura 3.
Las «torres o bloques equipados», al igual que las «supermanzanas cerradas», proponen en el interior del espacio parcelado un programa que incluye, en primer lugar, el control de accesos y la seguridad, así como unos equipamientos colectivos que en estos casos son de mínimo absoluto. Apenas una minúscula piscina, un pequeño jardín y a veces una cancha de tenis o paddle, en una parcela donde normalmente se ubican una o más torres de apartamentos de enorme volumen. Pero no hay que pensar que estos condominios protegidos y con unos equipamientos casi simbólicos se dirigen a una demanda de mucho menor nivel económico; muy frecuentemente ofrecen viviendas de grandes dimensiones, un hábitat de lujo donde el contenido de unos reducidos servicios colectivos se ve compensado con una mayor seguridad.
Tanto las «supermanzanas cerradas» como los «condominios o torres equipadas», no son estrictamente hablando, y a partir de nuestra definición, «ciudad cerrada»: no se produce una restricción o prohibición del acceso a los espacios comunes (no parcelados), pero al vaciarlos de actividad, al insularizar la vida urbana -<le estos ámbitos se sale en automóvil y la calle casi nunca se utiliza, porque no hay nada que hacer en ella- producen unos efectos similares a las actuaciones duras de cierre de la ciudad, al estilo de las urbanizaciones cerradas. Son modelos que de extenderse - y parece que la tendencia es clara en ese sentido- van a debilitar o ultimar la vida social en los espacios comunes, una contribución más (y no insignificante) a la creciente anomia social.
Conclusiones l. Desde un punto de vista social, la»ciudad cerrada» es una expresión canónica de una sociedad fragmentada, la respuesta insolidaria y escapista a la inseguridad que se deriva de los procesos de desintegración social.
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2. ¿Por qué existe ese deseo de algunos sectores de la pobJacion - inicialmente los más potentados, pero poco a poco, también las clases medias- de aislarse, de encerrarse, de rechazar el contacL con los demás ciudadanos que no sean de su clase o capa social? En América Latina (también en angloamérica) la pregunta parece innecesaria: es una opción en busca de seguridad, ante el aumento de la criminalidad común y callejera. Pero la pregunta recobra sentido, cuando se formula en contextos donde los niveles de delincuencia son relativamente bajos, y, sin embargo, el fenómeno ya está haciendo aparición. ¿Qué buscan o desean los súbditos del Estado español que se aíslan en urbanizaciones o manzanas cerradas?
3. Desde un punto de vista fisico, «cerrar la ciudad» es impedir o restringir el libre acceso y uso de los espacios urbanos no parcelados, comunes o abiertos; el ámbito tradicional de la vida ciudadana, escenario de actos y eventos de todo orden y tipo: comerciales, festivos, culturales, políticos ... de conflictos y consensos, de una riqueza y libertad que es la base y naturaleza de la vida urbana.
4. En el Estado español, la ilegalidad del cierre de los espacios no parcelados ha hecho que se planteen diversas alternativas, siempre con el objetivo de encastillar y aislar el hábitat.
S. La primera es negociar con la administración la asunción de los costes de mantenimiento de la urbanización a cambio delpenniso para encerrarse. Esta opción se sitúa hoy por hoy en la ilegalidad.
6. Alternativamente se han elaborado modelos morfo-tipológicos que sin cuestionar el carácter público del espacio no parcelado, permitan ofrecer aislamientos, segregación, es decir seguridad. El primero es la llamada «Supermanzana cerrada», pero el incremento de los costes del suelo y de la urbanización, así como las dificultades para conseguir manzanas de gran tamaño, ponen en entredicho esta opción.
7. En un orden decreciente, la siguiente opción es el «condominio o torre equipada». Esta fórmula por sus menores costes y mayores facilidades sí tiene asegurada su continuidad.
8. Si la «macromanzana cerrada» puede ser considerada un «condominio horizontal» -de hecho así es jurídicamente y así funciona desde el punto de vista de la repercusión de los costes de man-
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ll 111imiento- , la «torre o condominio equipado» puede a su vez ser descrita como una «micromanzana cerrada». Revela esta correspondencia semántica, la identidad del fenómeno y confirma nuestra :1 proximación metodológica: desde el punto de vista del espacio físico, la clave de la cuestión está en la apropiación, privatización ( privación) de los espacios no parcelados; su eliminación como bien 'Omún y colectivo.
9. En un sentido estricto tanto las «Supermanzanas cerradas» orno los «condominios equipados» no constituyen una forma de
«Cerrar» la ciudad, ya que no afectan ni cuestionan el carácter público de los espacios no parcelados. Ahora bien, esta forma de hacer ciudad supone:
Una seria afección del rol de los espacios públicos que pierden gran parte de su sentido, al ser vaciados de actividad. Como se ha señalado, el problema de fondo es la pérdida de la integración social y fisica de la ciudad: lo que denominamos insularización (o archipielaguización) del espacio urbano. La desaparición del espacio público como categoría, supone, en paralelo, su sustitución por el espacio colectivo, pero privado. 10. La aceptación o el impulso de estas tipologías edilicias
(«macro o micro manzanas amuralladas»; «Condominios verticales u horizontales encerrados») que decisivamente contribuyen a la destrucción de la vida social urbana, es un acto de irresponsabfüdad por parte de las autoridades urbanísticas. Es urgente modificar las determinaciones del planeamiento para acabar con esta práctica viciosa
11. Las consecuencias de este fenómeno desbordan el estricto marco fisico de la ciudad: empobrecimiento de la vida social y urbana; pérdida de la calle como lugar de encuentro casual, abierto y aleatorio; homogeneización y segregación social ... un panorama inaceptable como modelo, frente a una sociedad integrada, equitativa y socialmente sostenible.
12. No puedo dejar de reseñar a modo de epílogo, una reflexión dirigida a mis colegas de profesión. El hecho de que haya sido Richard Rogers, arquitecto de prestigio mundial, además de sir, quien
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haya lanzado la andanada, la pone a resguardo salvo de su descalificación.
Como miembros de una profesión actualmente desprovista de ética, los arquitectos no han encauzado bien el problema. Así, muchos de ellos se convierten en cómplices de la segregación urbana al asumir encargos donde se les pide explícitamente que instalen barreras y vías privadas para apartar a los indeseables, colaborando así, a una privatización del espacio público con fines estrictamente comerciales, (Rogers, Richards (1997:69): Cities far a small planet, Philip Gumuchdjian, Faber and Faber; Londres).
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Estudios comparativos