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INSTITUTO SUPERIOR SEMPER EN ARTICULACIÓN CON LA UNIVERSIDAD
CATÓLICA DE SALTA
Tesista:
Godoy José Luis
DNI: 33.119.855
Director de Tesis:
Lic. Álvaro Muchiut
MP Nº 294
Delegación: Corrientes
La influencia de factores socioeconómicos sobre el
perfil atencional en niños de primer, segundo y
tercer grado de la escuela primaria de la ciudad de
Resistencia
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AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA
CANCILLER: S.E.R Mons. Mario A. Cargnello
RECTOR: lic. Jorge Antonio Manzaraz
VICERRECTOR ACADÉMICICO: Mg. María Isabel Virgili
SECRETARIA GENERAL: Dra. Adriana Ibarguren
FACULTAD DE ARTES Y CIENCIAS
DECANO DE ARTES Y CIENCIAS: Dr. Gustavo Iovino
VICEDECANA DE ARTES Y CIENCIAS: Mg. Raquel Adriana Sosa
SECRETARIA ACADÉMICA DE ARTES Y CIENCIAS: Amalia Susana Aramyo Alesso
JEFA DE DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA: Patricia del Valle Nallar
DELEGACIÓN CORRIENTES
DELEGADA RECTORAL SEDE CORRIENTES: Lic. Elizabeth Sigel de Semper
COORDINADOR DE LA CARRERA SEDE CORRIENTES: Lic. Miguel Moringa
PROFESOR DE LA CÁTEDRA: Lic. Fabián Yausaz
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INDICE GENERAL
Resumen……………………………………………………………………………… 1
Abstract …………………………………………………………………………….. 1
Introducción………………………………………………………………………….. 2
Problema de investigación ………………………………………………………….. 3
Estado del Arte ……………………………………………………………………… 4
Marco teórico ………………………………………………………………………. 10
Introducción…………………………………………………………………… 11
Crisis macroeconómica de América Latina y el Caribe… ……………………… 12
Situación en Argentina ………………………………………………………………… 14
Afinando la lupa: la situación socioeconómica de las regiones ………………15
Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Canasta Básica Total (CBT)……………… 16
La Atención……………………………………………………………………………… 17
Problemas de atención en las aulas………………………………….…………...23
¿Qué es realmente un problema de atención en el niño?........................................24
Objetivos …………………………………………………………………………… 26
Metodología …………………………………………………………………………… 27
Caracterización. Tipo de investigación……….………………………………………….27
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
TERCERA PARTE
4
Selección de los sujetos que participarán del estudio….………………………... 27
Datos arrojados por el INDEC ………………….………………………………………..31
Tabla de equivalencia…………….……………………………………………………….. 32
Determinación de los ingresos necesarios por hogar para superar el umbral de
indigencia y de pobreza………………………………………………… ……………………… 33
Herramienta de recolección de datos …..…………………………………………………….. 34
Técnicas de sistematización y análisis de dato…………………………………………….. 36
Análisis …………………………………………………………………………… 37
Análisis por escuela del nivel socioeconómico……………………………………. 37
Escuela 1 …………………………………………………………………………………… 37
Escuela2 ……………………………………………………………………………38
Comparación de escuelas del nivel socioeconómico.………………………………39
Diferencias en porcentajes de las Necesidades Básicas Satisfechas …….………..40
Análisis del perfil atencional con nivel socioeconómico ……………………………..42
Conclusión General…………………………………………………………………… 49
Puertas Abiertas ………………………………………………………………………50
Bibliografía ……………………….……………………………………………………51
CUARTA PARTE
QUINTA PARTE
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ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. INDEC. Valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y
de la Canasta Básica Total (CBT) para el adulto equivalente
32
Cuadro 2. INDEC. Necesidades energéticas y unidades consumidoras
según edad y sexo
33
ÍNDICE DE TABLAS
TABLA 1. Cantidad de sujetos según nivel socioeconómico. Escuela
1
37
TABLA 2. Cantidad de sujetos según nivel socioeconómico. Escuela
2
38
TABLA 3. Porcentajes de ambas escuelas según nivel
socioeconómico.
39
TABLA 4. Porcentajes de cuánto dinero perciben de más las familias
por encima de la canasta básica total
40
TABLA 5. Estadístico descriptivo de todas las pruebas con el nivel
socioeconómico de las familias.
42
TABLA 6. Estadístico descriptivo entre test de caras y nivel
socioeconómico.
44
TABLA 7. Estadístico descriptivo entre cuestionario de Achenbach y
nivel socioeconómico
45
TABLA 8. Estadístico descriptivo entre test de Stroop palabra-color y
nivel socioeconómico
46
ÍNDICE DE GRAFICOS
Gráfico 1. Porcentajes. Escuela 1
37
Gráfico 2. Porcentajes. Escuela 2
38
Gráfico 3. Comparaciones de ambas escuelas por porcentajes según
nivel socioeconómico
39
Gráfico 4. Comparación de lo que perciben las familias por encima de
la canasta básica total de ambas escuelas.
41
6
RESUMEN
El presente trabajo surge como continuación de otra investigación que fue realizado en la
ciudad de Resistencia, la cual versa sobre el perfil atencional de niños que cursaban los tres
primeros grados de la escuela primaria. El mismo se realizó en tres escuelas de dicha
ciudad con características y ubicaciones diferentes. Respecto de los resultados, se puede
observar que fueron muy distintos una escuela de otra, lo que llevó a establecer, entre otras
conclusiones, que la variable dependiente escuela era predictiva del rendimiento en la
mayoría de las pruebas administradas. Esta conclusión fue fundamental para preguntarse si
ello tendría relación con otra variable que no fue estudiada en aquella investigación, es
decir, la variable socioeconómica. Por ello, desde la psicología social, se embarcó en una
investigación acerca de dicha variable con la misma población. Para hallarla, se tomó en
cuenta los parámetros que prefija el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
respecto de la pobreza y la indigencia. Más específicamente, el INDEC fija regularmente la
línea de pobreza e indigencia respecto de un monto de dinero que cubriría los gastos
necesarios para satisfacer las necesidades de las familias según su composición. En base a
este parámetro, se entregó a las familias de los niños un cuestionario donde se recogió los
datos pertinentes que atañen a la misma. Una vez recogido estos datos, se correlacionó con
la investigación de origen para observar si la variable socioeconómica influye, o no, sobre
el perfil atencional en los niños.
Abstract
This paper is a continuation of another investigation that was conducted in the city of
Resistencia, which deals with the attentional profile of children who were in the first three
grades of primary school. It was carried out in three schools in the city with different
locations and characteristics. Regarding the results, we see that a school was very different
from another, which led to establish, among other findings, that the dependent variable was
predictive of school performance in most of the tests administered. This finding was critical
to ask whether this would have relationship with another variable that was not studied in
this investigation, ie, the socioeconomic variable. Therefore, from social psychology,
PRIMERA PARTE
7
embarked on an investigation of this variable with the same population. To find it, we took
into account the parameters prefixed by the National Institute of Statistics and Census
(INDEC) on poverty and destitution. More specifically, the fixed INDEC regularly and
extreme poverty line for an amount of money that would cover the expenses necessary to
meet the needs of families according to their composition. Based on this parameter, was
delivered to the families of children with a questionnaire that collected the relevant data
pertaining to it. Once collected these data, correlated with the original investigation to see if
the socioeconomic variable influences or not the attentional profile in children.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo surge como continuación de un proceso de investigación local
del Lic. Álvaro Muchiut sobre el perfil atencional de niños de primer, segundo y tercer
grado (EGB 1)1, el cual tuvo como objetivo establecer el perfil atencional del grupo etáreo
de la ciudad de Resistencia. Esto parte del proyecto “comprensión y contextualización del
Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), en el Nordeste
argentino. Prevalencia, presunciones diagnósticas, baremos locales”.
De las conclusiones que se establecieron, una resultó, para mí, de gran interés. La
misma hace referencia que “la variable dependiente escuela es predictiva del rendimiento
en la mayoría de las pruebas”(Muchiut, 2009). En efecto, según el tipo de gestión de la
escuela, marcaba la diferencia en el perfil atencional de los niños.
De esta forma, es el motor de la presente investigación preguntarse si los factores
socioeconómicos influyen sobre el perfil atencional en niños de primer, segundo y tercer
grado de la escuela primaria de la ciudad de Resistencia. La pregunta se hace material del
objetivo principal a abordar, estableciéndose identificar los factores socioeconómicos de
cada institución, y luego correlacionarlos entre ambos, y para cada escuela.
1 Modalidad educativa en Argentina vigente desde el año 2000 al 2009
8
Es menester la aclaración que ambas investigaciones toman la misma población,
ya que el estudio del Lic. Muchiut se realizó en el año 2009, y la presente en 2011.
En este contexto la variable socioeconómica se torna de gran importancia, ya que,
si bien el INDEC informa que Resistencia bajó el índice de pobreza de un 26, 3% a un
21, 4% en el último semestre de 2009, sigue siendo una de las provincias más pobres. Más
específicamente, se ubica en el cuarto lugar luego de Corrientes (la más afectada), Posadas
y Formosa. Por ello, se acentúa aún más la necesidad de formar parte de la investigación
del Lic. Muchiut, sumando mi aporte, puesto que en nuestra ciudad no existen estudios de
este tipo, dejando de lado una información vital a la hora de planificar y evaluar a los
estudiantes.
Para abordar el tema se recurre al método utilizado por el INDEC denominado
"enfoque del ingreso". Se trata de un método indirecto que consiste en calcular el ingreso
mínimo, o línea de la pobreza (LP), por encima de la cuál todas las necesidades básicas se
satisfacen e identificar a aquellos hogares o personas cuyos ingresos se ubican por debajo
de esta línea (INDEC, 2010).
Por otra parte, también se tiene en cuenta la Canasta Básica de Alimentos (CBA),
o conjunto de bienes que satisfacen las necesidades nutricionales y toma en cuenta los
hábitos de consumo predominantes. El valor monetario de esta canasta corresponde a la
Línea de Indigencia (LI). La“Línea de indigencia”, se concentra solamente en las
necesidades alimentarias, procurando establecer si los hogares cuentan con ingresos
suficientes como para cubrir una canasta básica de alimentos capaz de satisfacer un umbral
mínimo de necesidades energéticas y proteicas. De esta forma, los hogares que no superan
ese nivel son considerados indigentes
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: ¿influyen los factores socioeconómicos sobre el
perfil atencional en niños de primer, segundo y tercer grado de la escuela primaria de la
ciudad de Resistencia?
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ESTADO DEL ARTE
El trabajo realizado por el Licenciado Álvaro Muchiut (2009) trabajó con tres
escuelas centrándose en escolares de primer, segundo y tercer grado. De las mismas, se
tomó a todos los alumnos de las secciones “A” y “B” de cada año, mujeres y varones entre
6 y 9 años de edad, con un total de 512 niños. Se pretendió que la muestra sea significativa
y aplicable a todos los niños, por ello las escuelas estudiadas presentaron características
distintas en lo que se refiere a la ubicación y el tipo de gestión. Para ello se seleccionaron:
un establecimiento de gestión pública ubicado en el centro de la ciudad, urbano (escuela 1),
un segundo establecimiento, también de gestión pública, que se encuentra ubicado en la
periferia del cono urbano (escuela 2). La misma se encuentra ubicada en la zona sur de la
ciudad, a la cual asisten alumnos, en su mayoría, provenientes de la villa donde se
encuentra ubicada la misma. Y el tercer establecimiento de gestión privada subvencionada
por el Estado provincial, se encuentra emplazado fuera del casco céntrico de la ciudad, en
un barrio no periférico (escuela 3).
Entre las conclusiones que arrojó el estudio, una en particular fue de gran interés
para mí. Más específicamente, la escuela resultó una variable dependiente predictiva del
rendimiento en la mayoría de las pruebas, exceptuándose en la prueba de Achenbach
(Muchiut, 2009). De este modo, se evidenció que las escuelas tuvieron resultados distintos,
generándose una jerarquía en los resultados. Así, la escuela 1, ubicada en el área céntrica de
la ciudad, tiene las mejores puntuaciones en las pruebas de atención, seguida de la escuela
3, quien se encuentra fuera del casco céntrico de la ciudad, en un barrio no periférico, y por
último, la escuela 2, que se ubica en la periferia del cono urbano.
Dadas estas conclusiones, surge la pregunta si los factores socioeconómicos han
sido unas de las variables que incide en esta disparidad de resultados.
Esta pregunta no surge al azar, sino que se toma en cuenta el contexto donde se ha
realizado esta investigación. Recuérdese que la misma, se ha llevado a cabo en una de las
provincias del Nordeste argentino, y más precisamente, en la ciudad de Resistencia,
Provincia del Chaco, quien según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC),
SEGUNDA PARTE
10
ocupa el cuarto lugar entre las provincias más pobres de la Argentina (INDEC, 2010, citado
en diario online “nordesteya!” 2010). Si bien, según el INDEC, la taza de pobreza bajó un
2,1% en el último semestre de 2009, ubicándose con el 13,2 %, y la indigencia se redujo al
3,5 %, la región más castigada resultó el Norte del país. Así, la taza de pobreza en el
Nordeste es de 23,5 %, mientras que el Noroeste se ubicó con el 16,6 % (INDEC, 2010).
En tanto un análisis por regiones, la ciudad donde se realizó la investigación (siguiendo los
datos arrojados por dicha fuente), se encuentra en el cuarto lugar entre las provincias más
pobres con un 21,4 %, siendo la ciudad de Corrientes la más afectada presentando un
25,8%, seguida de Posadas con un 23,9 %, y luego Formosa con 23, 1 %.
Son dos los parámetros que utiliza el INDEC para hacer sus mediciones:
Considera “indigentes” a las personas que no pueden adquirir una Canasta Básica de
Alimentos (CBA), que constituye el umbral mínimo de las necesidades energéticas y
proteicas. “Pobres” son los que no pueden acceder a la Canasta Básica Total (CBT), que
incorpora a la anterior, bienes y servicios tales como vestimenta, transporte, educación y
salud.
Tener en cuenta los factores socioeconómicos no son datos menores, ya que, como
lo afirma Lera, María José (2009) en sus conclusiones: “la pobreza lleva a la pobreza”. En
su estudio llevado a cabo en España, comparó dos grupos de pobres: los de pobreza media,
representado por el colectivo perteneciente a la “barriada” (personas que viven en un
barrio) y los de pobreza crónica, representado por las familias que viven en los
asentamientos. La autora encontró diferencias significativas entre ambos grupos. Teniendo
en cuenta que el desarrollo lingüístico de niños y niñas es un indicador de su desarrollo
general, y se correlaciona directamente con sus capacidades intelectuales, observó que los
niños y niñas de pobreza crónica tienen un desarrollo verbal significativamente menor, en
comparación con niños de recursos medios; del mismo modo son afectados la extroversión,
la expresividad y la creatividad. De este modo, los grupos de pobreza media presentaban un
retraso de dos meses, y los de pobreza crónica un retraso de tres años y seis meses. Así, la
autora, da significatividad al factor social, poniéndose en evidencia el fuerte impacto en el
desarrollo infantil de la pobreza crónica, teniendo en cuenta que ambos colectivos eran
humildes, pero unos especialmente empobrecidos. Luego confirma que la pobreza tiene
11
efectos acumulativos, es decir, “el efecto negativo aumenta conforme la edad, y en los
casos de pobreza crónica, los enormes efectos además aumentan conforme los niños
crecen”.
Por su parte, Santín González (2001) en su estudio de 41 países, afirma que
determinadas características socioeconómicas, así como el nivel académico de los padres
del alumno y determinados hábitos, predeterminan, en media, el resultado académico de los
alumnos desde las etapas mas tempranas de enseñanza condicionando así la probabilidad de
fracaso escolar, el acceso a los niveles superiores de enseñanza, y en últimas instancias las
rentas futuras. El autor observó que en todos los países se dio el hecho que los alumnos con
padres que poseen más estudios obtienen, en media, mejores rendimientos. Es así que esta
influencia fue estadísticamente significativa al 99%. Por las mismas fechas, el autor
encuentra la misma correlación en los resultados obtenidos por el Instituto Nacional de
Calidad y Evaluación (INCE)2 . Este resultado se hace correlativa en cuanto a la posesión
de determinados recursos que facilitan el estudio y el aprendizaje, dando estadísticamente
significativa al 90% la posesión de ordenadores, y tener un lugar propio de estudio con un
95%; aún más la posesión de libros al 99%, estableciendo así que, a más cantidad de libros
disponibles en el hogar, mejores resultados académicos. No obstante, el autor aclara:
“(…) este resultado es menos concluyente
que el anterior, referidos al nivel de estudio
de los padres, ya que estas variables están
fuertemente correlacionadas con las
primeras a través del nivel de renta de la
familia” (Santín González, 2001, p. 11)
En la misma línea de idea, Gladys Jadue (1997) afirma que el bajo nivel educativo
de los padres incide sobre el rendimiento escolar de sus hijos. En efecto, el bajo
rendimiento está relacionado con la pobreza, los hábitos de vida, los modelos de interacción
familiar, la comunicación lingüística al interior del hogar, y las expectativas educacionales
2 El Instituto Nacional de Calidad Educativa (INCE) es un organismo que se dedica a la evaluación de la calidad del
sistema educativo español
12
para los hijos (Jadue, 1997). La autora fundamenta que la adquisición de mínimos bienes
influye en la disponibilidad de textos y materiales, además de la baja calidad y la escasez de
estrategias de aprendizaje que ayuden a los niños a tener éxito en la escuela. Más
específicamente, aunque valoren y deseen que sus hijos tengan un buen rendimiento en la
escuela, interactúan escasamente con sus hijos en actividades relacionadas con estrategias
de aprendizaje, el cual provoca que la experiencia de algunos alumnos de bajo NSE con que
las demandas académicas sean extremadamente reducidas, lo que constituye un principal
factor que afecta su capacidad para aprender.
Por otra parte, también atribuye responsabilidad a las características que
generalmente suelen tener los hogares pobres, como ser el hacinamiento:
“El hacinamiento, peculiaridad de los
hogares pobres, produce tensiones
intrafamiliares, y afecta la concentración, la
capacidad de retención y la discriminación
entre estímulos auditivos y visuales,
habilidades necesarias para el éxito en la
escuela” (Jadue, 1997)
Por su parte, en Argentina, Lipina S. J, Martelli M. I, Vuelta B. L, Injoque-Ricle I,
Colombo J. A. (2004), encontraron que el promedio de nivel educativo de los padres del
grupo necesidades básicas insatisfechas (NBI) correspondió a primaria incompleta,
mientras que en el grupo necesidades básicas satisfechas (NBS) a terciario incompleto, lo
que dio una diferencia de educación entre 8 y 10 años.
En cuanto al nivel ocupacional promedio de los padres NBI daba cuentas de
obreros no calificados y calificados, en tanto el de padres NBS al de empleados
administrativos, técnicos y profesionales en funciones específicas.
Jadue (1997) daba también importancia a las características de los hogares de
bajos recursos en tanto su consecuencia afectaba sobre habilidades como la concentración,
la capacidad de retención y la discriminación entre estímulos visuales y auditivos, todos
ellos necesarios para un buen rendimiento escolar. Lipina y cols (2004) encontraron que el
13
promedio de personas por habitación era de 4 o más en el grupo NBI, y en el grupo NBS
fue de 1,5.
Por otra parte, el aumento de el factor nivel socioeconómico (NES) era
correlativamente positivo a las eficiencias en los puntajes, es decir, a medida que el puntaje
NES aumentaba, también aumentaba la eficiencia y disminuían los errores. Lo mismo
ocurre con el coeficiente intelectual de ejecución (CIE), aumentando el NES, aumentaba el
CIE. Al respecto, el 35% de los niños pertenecientes al grupo NBI no alcanzaba un CIE de
80. Por todo ello, los autores concluyen:
“el puntaje promedio por el grupo NBI sería
indicador de un perfil caracterizado por pobreza
en la organización perceptual, en la habilidad
para el razonamiento no verbal, en la habilidad
espacial, dificultad para prestar atención a los
detalles, para ser persistente y para efectuar las
tareas con rapidez y eficiencia”
M. Marchesi, M.C. Grossi, A. Natinzon, A. Castro, S.L. Gigli, G. J. Nogueira-
Bonanata, L. Naveira, Florencia Nogueira Antuñano, M. Frugone, H. Leofanti (2005), en
una investigación también realizada en Argentina, llegan a similares conclusiones. En sus
resultados obtienen que un rendimiento cognitivo bajo se corresponde con un nivel
socioeconómico (NSE) igualmente bajo. Luego aclaran: “si bien los valores son inferiores,
están dentro de las normas conocidas para edad y sexo (…)” (Marchesi M, y cols, 2005).
Dato curioso que encuentran, además, es que al incluir una escuela de un NSE
“intermedio”, también obtuvieron resultados intermedios.
Según los autores, las áreas más afectadas en el rendimiento se evidenciaron en las
pruebas verbales junto con la atención, la memoria y las pruebas de integración (integración
de las funciones ejecutivas del niño). La explicación de estos resultados, es que el modelo
de relación verbal en los hogares de bajo NSE es más pobre, con predominio de frases
cortas y órdenes, y pocas explicaciones, lo que condiciona paralelamente un modelo de
estímulo/aprendizaje más precario. Dicho de otro modo, la influencia del lenguaje en otras
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funciones, y en particular las más complejas, puede ser un factor contribuyente a los
resultados que los autores obtuvieron, lo que concuerda con lo expuesto por Jadue (1997) y
Santín González (2001)
Por otra parte, siguiendo lo dicho por Jadue (1997) y Santín González (2001),
también fue significativo el nivel educativo de los padres sobre el rendimiento cognitivo de
los niños. De este modo, el bajo nivel (BN) educativo de los padres, agregando la edad
temprana de maternidad/paternidad, en el NSE bajo, aparecen como factores vinculables al
desempeño del niño (Marchesi M, y cols, 2005). Expresan los autores: “Su impacto es
grande y se expresa en dos niveles interdependientes, el cognitivo y el socioeconómico”. Es
decir, no sólo repercutirá en el desempeño cognitivo de sus niños, también determinará su
capacidad laboral y NSE futuro.
Un año más tarde, en el mismo país, Hector Gertel, Roberto Giuliodoi, Verónica
Herrero, Diego Fresoli, María Luz Vera y Guadalupe Morra (2006) en su estudio sobre el
rendimiento escolar que abarcó las diferentes regiones del país, obtuvieron resultados que
muestran que el sector de gestión del establecimiento también influye sobre el rendimiento
de los alumnos, si bien existen diferencias en la magnitud del mismo. De este modo, en las
regiones con mayor desarrollo económico, los alumnos tuvieron entre 5 y 7 puntos más de
nota que el promedio, mientras que en las regiones más pobres este efecto está en el orden
de los 9 a 10 puntos. También tuvo su importancia el índice de nivel socioeconómico
(INSE), donde, en la ciudad de Buenos Aires que presentó una situación socioeconómica
del hogar ampliamente superior, en relación a las restantes, obtuvo la menor proporción de
alumnos repitentes de todo el país, mientras que en las regiones de menor desarrollo
relativo se observó la mayor proporción de alumnos con estas características.
Por otra parte, los autores aportan algo más a lo expuesto por Jadue (1997),
Santín González (2001) y Marchesi M, y cols, (2005), en relación a la influencia del nivel
educativo de los padres. Llegan a observar la diferencia entre las regiones de mayor y
menor riqueza en el impacto de las variables asociadas a la escuela. Más específicamente,
los resultados muestran que el trabajo realizado en el aula impacta con mayor fuerza sobre
los resultados académicos de los alumnos que residen en las regiones más pobre, en
cambio, en regiones de mayor riqueza ocurre lo contrario. De este modo, confirman lo
15
expuesto en la literatura en donde establece que los países más industrializados el principal
determinante de los logros educativos están asociados con el hogar, mientras que en los
países de menor desarrollo relativo, la escuela juega un papel más importante en la
determinación de dichos logros (Gertel. H. y cols, 2006, citando a Lockheed y Longford,
1989, Coleman et al, 2000;). El aporte está en que se hace obvio que, en los grupos más
pobres, al no tener la disponibilidad para obtener recursos que ayuden al mejoramiento del
nivel académico, se valen solamente de las enseñanzas que reciben en las escuelas; no así
en los grupos de mejor nivel socioeconómico, en donde el hogar juega un papel más
importante como promotor de mejoramiento escolar.
Luego de estas conclusiones, se afianza aún mas la pregunta si en nuestra región
los factores socioeconómicos influyen sobre el perfil atención en niños.
Por ello, el objetivo de este trabajo será determinar si los factores socioeconómicos
influyen sobre el perfil atencional de niños, identificando primero los factores sociales,
luego los factores económicos, y por último, se correlacionará con los resultados obtenidos
por Muchiut (2009).
MARCO TEÓRICO
El estudio se caracteriza por ser una investigación de psicología social. Se
pretende abordar la problemática que versa sobre la influencia de los factores
socioeconómicos sobre el perfil atencional de niños de primaria de la ciudad de Resistencia.
Para ello, se parte de una investigación realizada en dicha región. Respecto de esto, resulta
de gran importancia hacer una aclaración: en dicha investigación la manera de concebir el
sistema educativo ha cambiado por estos días; por ello, se podrá ver diferencias en los
modos de concebirlos. El artículo 14 de la ley de Educación Nacional de Nº 26.206 declara:
“El Sistema Educativo Nacional es el conjunto organizado de servicios y acciones
educativas reguladas por el Estado que posibilitan el ejercicio del derecho a la educación.
Lo integran los servicios educativos de gestión estatal y privada, gestión cooperativa y
gestión social, de todas las jurisdicciones del país, que abarcan los distintos niveles, ciclos y
modalidades de la educación”.
16
En la investigación precedente el sistema educativo que regia en nuestro país
(Argentina) para los primeros ciclos llevaba el nombre de Educación General Básica
(EGB). Este ciclo se subdivide en EGB 1 para los tres grados iniciales (primero, segundo y
tercer grado), EGB 2 para los grados cuartos, quintos y sextos, y EGB 3 para séptimos,
octavos y novenos. Actualmente, ese sistema ha quedado sin efecto en la promulgación de
la nueva ley del sistema educativo nacional. Según el artículo 17, el nuevo sistema
educativo quedaría conformado de la siguiente manera: “La estructura del Sistema
Educativo Nacional comprende CUATRO (4) niveles —la Educación Inicial, la Educación
Primaria, la Educación Secundaria y la Educación Superior, y OCHO (8) modalidades. A
los efectos de la presente ley, constituyen modalidades del Sistema Educativo Nacional
aquellas opciones organizativas y/o curriculares de la educación común, dentro de uno o
más niveles educativos, que procuran dar respuesta a requerimientos específicos de
formación y atender particularidades de carácter permanente o temporal, personales y/o
contextuales, con el propósito de garantizar la igualdad en el derecho a la educación y
cumplir con las exigencias legales, técnicas y pedagógicas de los diferentes niveles
educativos. Son modalidades: la Educación Técnico Profesional, la Educación Artística, la
Educación Especial, la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, la Educación Rural, la
Educación Intercultural Bilingüe, la Educación en Contextos de Privación de Libertad y la
Educación Domiciliaria y Hospitalaria...”
Por otra parte, en el artículo 26 establece “La Educación Primaria es obligatoria y
constituye una unidad pedagógica y organizativa destinada a la formación de los/as niños/as
a partir de los SEIS (6) años de edad”.
Introducción
Los problemas socioeconómicos actuales datan de la década de los 80`, donde la
mayoría de los países de América Latina experimentaron una crisis económica y social,
cuya intensidad y duración afectó severamente el bienestar general de la población. Los
modelos de ajuste socioeconómico más la crisis inflacionaria profundizaron el
estancamiento económico y ampliaron la pobreza social, afectando principalmente a los
grupos ocupacionalmente más vulnerables; se redujeron las oportunidades de empleo, se
precarizaron las relaciones laborales, disminuyó el salario medio y aumentó la desigualdad
17
en la distribución del ingreso, además del aumento del déficit habitacional, del surgimiento
de enfermedades típicas de la pobreza y la promiscuidad y de la ampliación de la violencia
intrafamiliar que reproduce intergeneracionalmente relaciones sociales aniquilantes. El
estrato de la pobreza que ha crecido más aceleradamente es el de los “pobres extremos”,
familias que aún destinando todos sus ingresos exclusivamente a consumir alimentos, y con
la imposibilidad de gastar en otras necesidades como salud, vivienda, vestimenta,
transporte, etc., no alcanzan a cubrir el mínimo necesario para la satisfacción de sus
necesidades primarias (Kliksberg, Bernardo,1993).
Crisis Macroeconómica de América Latina y el Caribe
Durante los últimos veinte años, las crisis macroeconómicas han sido un fenómeno
recurrente en América Latina y el Caribe. Los años ochenta se caracterizaron por la crisis
de la deuda. El impacto sobre el desarrollo económico y social fue tan grande que el
período pasó a ser conocido como la “década perdida”. Si bien los años noventa han sido
mejores en comparación, veinticuatro países han experimentado por lo menos un año en el
que el ingreso per cápita disminuyó (Nora Lusting, 2000).
Las crisis macroeconómicas, con la excepción de las guerras, han sido la causa
más importante de los grandes incrementos en la pobreza, tanto en los ingresos como en el
consumo. Con frecuencia, también están acompañadas de una creciente desigualdad en los
ingresos. Los indicadores sociales, como las tasas de mortalidad infantil y los años
promedio de escolaridad, continúan mejorando, aunque a un ritmo mucho más lento (Nora
Lusting, 2000)
En una encuesta reciente se calificaba al desempleo como el principal problema
que enfrentan los pueblos de América Latina y el Caribe, mientras que los bajos salarios
ocupaban el tercer lugar (Nora Lusting cita a Latinobarómetro, 1998)
Un análisis de evaluaciones participativas de pobreza realizadas por el Banco
Mundial en 23 países del mundo, encontró que la inseguridad económica ocupa un lugar
18
importante entre las preocupaciones de los pobres. Se encontró que en América Latina y el
Caribe, el desempleo y la variabilidad del empleo y los salarios constituían severos
problemas. Además de la pobreza de ingresos causada por la inseguridad económica, los
pobres mencionaron que la falta de empleo, particularmente en las zonas urbanas, conduce
a problemas de abuso de alcohol, violencia doméstica y otros problemas familiares
conexos, así como a una creciente tasa de drogadicción y de tráfico de drogas entre los
jóvenes desempleados que viven en zonas pobres (Nora Lusting; 2000)
Existe un fuerte vínculo entre las desaceleraciones macroeconómicas y el
incremento de la pobreza. Se ha estimado que por cada punto porcentual que disminuye el
crecimiento, la pobreza se incrementa un 2 por ciento. Como en América Latina y el Caribe
las crisis tienden a estar acompañadas de incrementos en la desigualdad, el impacto de la
contracción económica tiende a revertir en forma desproporcionada los anteriores adelantos
en materia de reducción de la pobreza. Asimismo, los aumentos en la desigualdad
ocasionados por las crisis tienden a persistir en el tiempo (Nora Lusting, 2000)
La asistencia escolar y el nivel de alfabetización también se vieron afectados. En
México, después de 1982, la proporción de cada clase que se gradúa al nivel educativo
subsiguiente disminuyó, particularmente después del primer ciclo de la enseñanza
secundaria o durante ésta. También decreció el porcentaje de niños que se incorporan a la
escuela primaria como porcentaje del número total de niños en la cohorte pertinente de
edad. Si bien continuaron dismuyendo las tasas de deserción de la escuela primaria, la
desagregación ulterior indica que las tasas de deserción mejoraron solamente entre los
niños urbanos; en las zonas rurales la tasa de deserción se incrementó un 40 por ciento. En
Venezuela, la tasa de alfabetización de las personas de 15 a19 años de edad disminuyó en
los años ochenta, y en 1995 la matriculación primaria bruta disminuyó su ritmo de
crecimiento en Argentina y México (Nora Lusting, 2000).
Investigaciones recientes han hallado una vinculación entre las desaceleraciones
macroeconómicas y los indicadores de educación. Por ejemplo, en 18 países
latinoamericanos, el ritmo del incremento promedio en años de escolaridad se redujo de 1,9
años en los años cincuenta a 1,2 en los años setenta y ochenta (Behrman, Duryea y Székely,
19
1999). Más específicamente, el mejoramiento del nivel de instrucción comenzó a disminuir
para las cohortes nacidas entre 1960 y 1970, es decir quienes ingresaron al sistema escolar
entre 1975 y 1986, período que coincide aproximadamente con la crisis de la deuda en la
región (México). El deterioro de la situación macroeconómica explica el 80% de la
disminución en la tasa de mejoramiento del nivel de escolaridad (Nora Lusting, 2000)
Por otra parte, Durante los años noventa se ha puesto en evidencia un tipo
diferente de crisis. La causa más importante de las crisis fue la debilidad de los sistemas
bancarios y de la regulación financiera en un mundo que se caracteriza por la magnitud y la
volatilidad de los flujos internacionales de capital. En estas nuevas crisis, el
restablecimiento del equilibrio de la balanza de pagos se relaciona más estrechamente con
el restablecimiento del equilibrio en la cuenta de capital, por medio del restablecimiento de
la confianza de los inversionistas (Nora Lusting, 2000)
Otra consecuencia de las crisis macroeconómicas es que no sólo afectan el nivel de
vida actual de los pobres, sino su capacidad para salir de la pobreza. Durante las crisis, los
hijos de los pobres enfrentan problemas de desnutrición y con frecuencia abandonan la
escuela. Muchos hogares pobres se ven obligados a vender sus escasos activos, a precios
deprimidos. Ello contribuye a perpetuar la pobreza crónica y resulta perjudicial para el
crecimiento global de la economía (Nora Lusting, 2000)
La situación en Argentina
En cuanto lo que atañe a la Argentina, podemos ver que durante las dos últimas
décadas, experimentó una amplia reestructuración económica que ha generado cambios
tanto en lo económico como en lo social. Así, durante los años ochenta se aprecia una
economía con un amplio sector público, con altas tasas inflacionistas y con una estricta
protección comercial y del trabajo. Un segundo período, que se inicia en el año 1989, se
caracteriza por la implantación de un plan de estabilización, por la privatización de
entidades públicas, por la apertura comercial y por la desregulación del trabajo. Entre los
años 1990 y 1994 se implementó el Plan de convertibilidad, que estableció la paridad del
20
peso argentino con el dólar estadounidense, resultando una reestructuración satisfactoria
desde el punto de vista del crecimiento y de la inflación. Sin embargo, a partir del año 1995
se aprecian otras consecuencias −ahora negativas− como, entre otras, una apreciable
pérdida de empleo, sobre todo entre la mano de obra no cualificada, como consecuencia de
la incorporación de nuevas tecnologías. Este hecho tuvo una fuerte repercusión sobre la
estructura social de Argentina, provocando aumentos en la desigualdad al perder peso la
clase media y aumentar notablemente la clase baja, con la aparición de los denominados
“nuevos pobres”. (Alfaro y Nuñez Velazquez, 2005)
Otra consecuencia de la reestructuración viene determinada porque, tras la
apertura comercial, comenzaron a repercutir con virulencia las crisis externas, provocando
recesiones de las que nunca se recuperó totalmente y que dejó consecuencias como
estancamiento en el crecimiento del PIB3, altas tasas de inflación, desempleo, desigualdad y
pobreza. Con todas estas características, entre otras, se originó la gran crisis argentina de
finales del año 2001 (Alfaro y Nuñez Velazquez, 2005)
En relación con la evolución de la pobreza en Argentina, debe subrayarse la caída
en el umbral de pobreza relativo registrada en el año 2002 tras la crisis, consecuencia
directa de la pérdida de poder adquisitivo sufrida por la población. De esta forma, se
observa que en el año 2002 el umbral de pobreza exhibe un descenso de un 440% con
respecto al año anterior, producido por la crisis de diciembre del año 2001, como se
mencionó, seguida por una notable recuperación en el año 2003, año posterior a la crisis.
(Alfaro y Nuñez Velazquez, 2005)
Afinando la lupa: la situación socioeconómica de las regiones
En cuanto a la evolución regional, se aprecian patrones similares en todas las
regiones, tanto en relación con la incidencia como con la intensidad. Básicamente, la
tendencia es similar a la expuesta en el caso global, aunque la Patagonia destaca por ser la
región menos pobre y Cuyo por escapar del patrón general, adelantando su valor máximo
3 El PIB es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado.
También se lo denomina Producto Bruto Interno (PBI)
21
en un año (2001), lo que también ocurre con el noroeste argentino (NOA) en la evolución
de la incidencia. El noreste argentino (NEA) destaca por exhibir las más altas tasas de
pobreza en todo el período, así como en su intensidad sólo superada por Cuyo en el período
2002-2003, mostrando también un notable descenso en el año 2003 (Alfaro y Nuñez
Velazquez, 2005)
Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Canasta Básica Total (CBT)
Para la consideración del nivel socioeconómico en esta investigación, se tomará en
cuenta los parámetros que utiliza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)4
en la determinación de la pobreza y la indigencia, dado que la pobreza es, y ha sido por
mucho tiempo, una temática central en el análisis de la situación social de los países, lo que
ha llevado a que en muchos de ellos se encaren esfuerzos por delimitar el fenómenos de
manera cuantitativa, a fin de poder analizar sus características y cambios en el tiempo, así
como también para relacionarlo con otras variables relevantes del ámbito económico y
social. El procedimiento que utiliza dicha Institución parte de utilizar una Canasta Básica
de Alimentos (CBA), que constituye el umbral mínimo de las necesidades energéticas y
proteicas, y ampliarla con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta,
transporte, educación, salud, etc.) con el fin de obtener el valor de la Canasta Básica Total
(CBT). A partir de los ingresos de los hogares se establece si éstos tienen capacidad de
satisfacer, por medio de la compra de bienes y servicios, un conjunto de necesidades
alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. Para calcular la incidencia de la
pobreza se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la CBT;
para el caso de la indigencia, la proporción cuyo ingreso no superan la CBA. Más
específicamente, dicha fuente considera “indigentes” a hogares que sus ingresos no logran
superar el umbral de la CBA; en tanto “pobres” son aquellos hogares que no pueden
acceder a la Canasta Básica Total (CBT), que incorpora a la Canasta Básica Alimentaria
(CBA), bienes y servicios tales como vestimenta, transporte, educación y salud.
4 El Instituto Nacional de Estadística y Censos -INDEC- es el organismo público, de carácter técnico, que unifica la
orientación y ejerce la dirección superior de todas las actividades estadísticas oficiales que se realizan en el territorio de la República Argentina
22
De este modo, una vez identificados los sectores considerados pobres, indigentes y
los que no, se correlacionará con la conclusión de la investigación sobre el perfil atencional
de niños de la escuela primaria de la ciudad de Resistencia en donde establece que la
variable escuela era predictiva al rendimiento de la mayoría de las pruebas de atención.
La Atención
La atención es una función esencial para transitar por la vida de un modo
adaptado. Por lo general necesitamos atender para entender y para aprender. La mayor parte
de los actos de nuestro quehacer cotidiano requiere un mínimo de atención para que se lleve
a cabo exitosamente.
William James (1890) afirmaba: “Todo el mundo sabe lo que es la atención. Es
tomar posesión de la mente, de una forma clara y vivida, de uno de los que parecen ser
diferentes objetos o líneas de pensamiento que suceden de forma simultánea. Su esencia
son la localización y la concentración de la conciencia. Implica dejar de lado algunas cosas
para poder tratar de forma efectiva otras”.
Contrariamente al optimismo de James, y de acuerdo con Johnston y Dark (1982),
la atención puede entenderse de muy diversas maneras. No existe una definición clara y
universal del concepto de atención. Existen tres dificultades básicas a la hora de acotar los
estudios sobre ésta (Batle, nd). Tales dificultades corresponden a:
a) su definición conceptual divergente basándose en los diferentes fenómenos que engloba,
b) la multiplicidad de teorías que pueden dar cuenta de unos mismos datos empíricos,
c) la apelación frecuente a metáforas frente a la imposibilidad de una definición simple.
Sin embargo, todos reconocen la voluntad del sujeto humano, es decir, que éste no
es meramente reactivo ante la estimulación sensorial, sino que actúa sobre ella de modo
activo, buscando, seleccionando información para dirigir su conducta, en función de su
experiencia previa, su dotación genética, sus objetivos actuales, su estado de activación
23
fisiológica. La atención en consecuencia es una actividad interna, en relación directa con la
intencionalidad, la toma de decisiones y la planificación de acciones.
Van der Heijden (1992) entiende que la atención es una fuerza interna que
establece prioridad en el procesamiento de la información. Pero, ¿prioridad para qué?.
Según Allport (1989; 1993) afirma que una función primordial de la atención sería el
control de la acción. Con independencia de si hay una única fuente estimular o muchas,
programar una acción (mover el brazo hacia un objeto, mover los ojos hacia un lugar) exige
la selección de la fuente estimular destino para dotar al programa motor de los parámetros
de dirección y amplitud de la acción (movimiento hacia la izquierda o derecha, a X grados
de ángulo respecto al punto donde estamos mirando) con anterioridad a la programación y
ejecución de la misma.
Ruiz-Vargas y Botella (1987) hacen especial énfasis, en contra de una posición
muy extendida, que la atención “no es un proceso cognitivo”, sino la actividad mediadora
que participa en todos los procesos cognitivos. García Sevilla (1997), en una línea similar,
define la atención como “el mecanismo implicado directamente en la activación y el
funcionamiento de los procesos y/u operaciones de selección, distribución y mantenimiento
de la actividad psicológica”. La capacidad de funcionamiento de este mecanismo es
relativamente innato, pero se complementa con un segundo aspecto fundamental: la
habilidad o estrategia aprendida. Las personas diferimos en nuestra capacidad para
concentrarnos en una cosa y abstraernos de otras para atender a dos o más eventos a la vez
y para mantener durante una cierto tiempo la activación necesaria para el correcto
rendimiento, y esas diferencias se concretan en distintas estrategias atencionales, que en
realidad son un tipo de habilidad cognitiva aprendida que se van desarrollando y
combinando con otras de orden superior, la llamada: metaatención (Servera Barceló &
Galván Pascual, 2001). Las características más importantes de este funcionamiento de la
atención son cuatro: amplitud, intensidad, oscilamiento y control. Las mismas se
desarrollarás más adelante. Siguiendo esta línea de pensamiento, Strauss & cols (Soprano,
2006) define: El término “ATENCION” remite a un sistema complejo de componentes que
actúan entre sí y que permiten al individuo filtrar la información relevante, sostener y
24
manipular representaciones mentales y modular y monitorear las respuestas a los estímulos.
Batle (nd), por su parte, dice que “Prestar atención” implica tener la habilidad de focalizar
el esfuerzo mental en determinados estímulos, y al mismo tiempo, excluir otros. El autor
plantea: “la atención es un fenómeno complejo, presente en todas nuestras actividades, de
carácter polifacético que engloba los procesos por los cuales el organismo utiliza las
estrategias metódicas para identificar la información del entorno y los distribuye
adecuadamente para llevar a cabo de forma óptima tareas específicas”.
La otra línea de pensamiento es la que considera a la atención como un proceso
cognitivo. Es en esta línea que Tudela (1992) caracteriza a la atención como un mecanismo
central (cognitivo, no sensorial ni motor) cuya función principal es controlar y orientar la
actividad consciente del organismo de acuerdo a un objetivo determinado. Este autor
insiste: “no se trata de un filtro situado más pronto o más tarde en la secuencia horizontal
de procesamiento de información. Como estructura de control habría que representarla
verticalmente, activando e inhibiendo desde arriba, de acuerdo con la demanda de la
situación, aquellas estructuras propiamente encargadas de procesar la información. Del
mismo modo, Ballard (citado en Soprano, 1996) define a la atención como un proceso
cognitivo inobservable que se infiere a partir de conductas observables
A los fines del trabajo, se tomará la definición que plantea Soprano (2009). El
autor define diciendo: “desde el punto de vista de la neuropsicología cognitiva, la atención
es un mecanismo de selección de señales”. La actividad mental humana (la percepción, el
reconocimiento, la intención, la acción) está precedida siempre por un esfuerzo
neurocognitivo caracterizado por su direccionalidad y selectividad: la atención. Las
funciones atencionales contribuyen a la coherencia y la continuidad de un comportamiento
orientado hacia un fin; por eso están en la base de todos los procesos cognitivos. Ello
supone cambios en la selectividad, intensidad y duración de las respuestas neuronales
durante la acción. Pero la selección de los hechos más relevantes se hace no solo en función
de determinados dispositivos biológicos, sino también en dependencia de las necesidades
internas, demandas del medio y experiencia adquirida en el pasado ( Soprano cita a Álvarez
y Trápaga, 2005)
25
Por ello, los determinantes de la actividad atencional son múltiples, aunque
tradicionalmente se han dividido en extrínsecos (relativos a las características estimulares)
e intrínsecos (relativos al estado del sujeto), García-Sevilla (1997) atendiendo al hecho
probado de que ambos actúan a menudo de manera interrelacionada opta por una
clasificación más abierta centrada en las características de los objetos, el nivel de activación
fisiológica, los intereses y las expectativas, y los estados transitorios (Servera Barceló &
Galván Pascual, 2001).
El nivel de activación o arousal, esto es, el nivel de receptividad y responsividad
que el sistema nervioso posee en un determinado momento, es clave para entender el
funcionamiento atencional. La activación interviene especialmente en los procesos
emocionales y los mecanismos atencionales. En el caso que nos ocupa, «estar activado» es
imprescindible para garantizar capacidad de concentración y mantenimiento atencional. Por
supuesto no sólo puede ser perjudicial la falta de dicha activación, sino también el exceso.
Así, la eficacia en la ejecución de una tarea, en relación al arousal, suele presentar forma de
U invertida: a medida que aumenta nuestra activación aumenta nuestro rendimiento hasta
llegar al punto óptimo, por encima de este punto la ejecución decrece por efecto de
sobreactivación o cansancio. De todos modos el tipo de tarea matiza bastante la forma de
esta curva: ante tareas sencillas la ejecución es mejor en niveles altos de activación, sin
embargo ante tareas complejas de entrada suelen ser mejores niveles de activación más
bajos. Por otra parte, otra línea de trabajo muy interesante ha sido el estudio de la
variabilidad del nivel de activación en función de las horas del día; los ritmos biológicos
circadianos tienen influencia directa sobre la atención, aunque de forma variable en función
de diferencias individuales. Por ejemplo, se ha supuesto que las tareas atencionales
perceptivo-motoras se van realizando mejor conforme avanza el día, mientras las
memorísticas funcionan mejor al principio. Por otra parte, dentro de las horas del día se han
establecido momentos puntuales de máxima y mínima atención: las primeras horas de la
mañana y primeras de la noche ocupan los mejores lugares, mientras a media mañana o tras
las comidas cabe esperar peor rendimiento. En cualquier caso los agentes estresores o las
contingencias del medio, además de las propias diferencias en estrategias atencionales,
también juegan un papel fundamental, lo que sin duda complica aún más el tema.
26
En cuanto a los intereses y las expectativas, factores motivacionales en definitiva,
también cabe considerarlos clave para el análisis de la función atencional. Respecto a los
intereses es lógica la confirmación de que aquellos estímulos que tienen algún tipo de
interés para la persona se perciben antes y mejor. En el tema de las expectativas se han
desarrollado paradigmas experimentales muy diversos para analizar el efecto del llamado
set atencional, esto es, cómo se ve alterada la ejecución de la persona cuando previamente
se le da algún tipo de información sobre los estímulos que recibirá. Esta información es
conocida como el efecto priming o efecto de facilitación/preparación (Rosselló-Mir, 1996).
Su influencia sobre el rendimiento del sujeto puede ser positiva (si realmente es facilitador)
o negativa (si, por contra, es incongruente o inesperado para el sujeto).
Finalmente los estados transitorios a los que aludíamos como determinantes de la
atención se refieren a estados del propio sujeto. Entre los más destacados están la fatiga, el
estrés, el efecto de ciertas drogas y psicofármacos y el sueño (Servera Barceló & Galván
Pascual, 2001).
Podemos hablar de tres procesos atencionales: procesos selectivos, procesos de
distribución y procesos de mantenimiento o sostenimiento de la atención.
Atención selectiva-focalizada(Procesa sólo un imput):: permite seleccionar las
informaciones disponibles de modo de retener o tratar solo los estímulos pertinentes para la
actividad en curso, inhibiendo la respuesta a los otros estímulos presentes. El esfuerzo se
dirige hacia un campo concreto en el que pueden incidir otros procesos psíquicos. Atender
a una persona que habla en un ambiente ruidoso.
Atención dividida-Simultánea (Procesa todos los imputs): habilidad requerida para
compartir una atención selectiva entre dos o más fuentes distintas, detectando los estímulos
que pueden pertenecer a una u otra de estas fuentes de modo simultáneo. Una exigencia de
atención dividida se encuentra con frecuencia en el contexto escolar, cuando el alumno
debe escuchar al profesor y al mismo tiempo copiar del pizarrón. Son varios los estímulos o
27
situaciones que entran en el campo atencional. Realizar un trabajo en la PC, escuchando la
radio y esperando a que el lavarropas finalice.
Atención sostenida-vigilancia (Estado de Vigilancia): sobrepasa el estado de alerta,
llevando al sujeto a orientar de manera intencional su interés hacia una o varias fuentes de
información y a mantener ese interés durante un periodo prolongado de tiempo sin
discontinuidad. Esta forma de atención permite detectar o reaccionar ante pequeños
cambios que sobrevienen de modo más o menos frecuente. Una forma particular de
atención sostenida es la vigilancia, que requiere del organismo un estado de alerta continuo
por períodos muy largos de tiempo (varias horas generalmente); los estímulos a detectar
aparecen de forma excepcional y, por supuesto, imprevisible. Los sujetos hiperactivos e
impulsivos experimentan grandes dificultades para mantener esta vigilancia de modo
apropiado. El sujeto es capaz de mantener el foco de atención y permanecer alerta ante la
presencia de determinados estímulos durante períodos de tiempo relativamente largos.
De acuerdo con lo expuesto, cuando pedimos a un niño o a una niña que presten
atención a alguna tarea, le estamos pidiendo que:
a) responda a unos estímulos determinados a la vez que debe ignorar otros menos
relevantes (atención selectiva);
b) respondiendo a diferentes tareas que se le presentan de forma simultánea, intentando que
todas éstas funcionen obteniendo un rendimiento óptimo (atención dividida); y
c) que la concentración en las tareas que realiza persista el tiempo suficiente como para
conseguir de forma eficiente el objetivo propuesto (atención sostenida).
Así, su capacidad de atención dependerá del correcto funcionamiento de cada una
de estas áreas, y cualquier disfunción en estos sistemas evidenciará la presencia de un
déficit de atención dificultándoles el atender a actividades u objetos por periodos de
tiempos determinados. De esta forma, su atención divaga rápidamente de una cosa a otra,
acompañados estos cambios de foco atencional, por fallos en la captación o percepción de
detalles, pudiendo perderse aspectos sutiles de diferentes situaciones o contextos (Batle, nd).
28
Por ello, en el contexto educativo es de máxima importancia que el escolar ponga
en juego variados mecanismos cuando se encuentra inmerso en el desarrollo de los
aprendizajes académicos. Estos mecanismos están íntimamente relacionados con la
atención.
Es indiscutible la importancia que toman esos mecanismos, en cuanto a la
realización de tareas académicas se refiere. La diversidad atencional se pone de manifiesto
en innumerables ejecuciones escolares.
Por otra parte, en numerosas investigaciones dan cuenta que un rendimiento cognitivo bajo
se corresponde con un nivel socioeconómico (NSE) igualmente bajo, (Marchesi M, y cols,
2005), es decir, para que el rendimiento cognitivo se ponga en juego más eficazmente, es
necesario atender a las características socioeconómicas de los alumnos, ya que las mismas,
así como el nivel académico de los padres del alumno y determinados hábitos,
predeterminan el resultado académico de los alumnos
Problemas de atención en las aulas
Servera (1999) entiende que educadores y clínicos diagnostican con mucha
frecuencia problemas atencionales en los niños de modo global. Entran en la misma
categoría conductas de distracción, de no escuchar, de abandonar la tarea, de falta de
concentración, de falta de discriminación, de levantarse de la silla, etc. Y, en la misma
línea, como señalan López Soler y García Sevilla (1997), los procesos atencionales y las
conductas de atención no siempre son sinónimos: es posible simular gran atención visual y
auditiva hacia el profesor y tener el pensamiento a años luz de la clase. Tampoco es del
todo adecuado definir la atención en función de la ejecución sobre determinadas tareas,
puesto que fácilmente intervienen experiencias pre vías de aprendizaje y otros procesos
psicológicos (memoria, percepción, razonamiento, etc.). En cualquier caso, y pese a esa
falta de ligazón entre los modelos experimentales y la práctica clínica, padres y educadores
no dejan de referirse a los problemas atencionales de los niños como los más frecuentes,
sino los más graves en algunos casos (Servera Barceló & Galván Pascual, 2001).
29
¿Qué es realmente un problema atencional en el niño?.
López-Soler y García-Sevilla (1997) indican que este problema implica «fallos en
los mecanismos de funcionamiento de la atención que producen una falta de adaptación a
las exigencias del ambiente, o a nuestras propias exigencias». “Mecanismos de
funcionamiento”, refiere a la amplitud atencional, es decir, la cantidad de información que
el niño puede procesar al mismo tiempo y a la intensidad atencional, es decir, a la
capacidad para mantenerse sobre la tarea, respondiendo a sus demandas. La amplitud define
una función de selección o focalización (atendemos a un estímulo objetivo dejando de lado
todo lo que en aquel momento es irrelevante) y otra de cambio u oscilación (poder atender a
varias tareas o estímulos a la vez), mientras la intensidad se refiere a la capacidad de
mantenerse vigilante, alerta o activado (Servera Barceló & Galván Pascual, 2001).
Un niño puede tener problemas atencionales tanto en la amplitud como en la
intensidad, u obviamente en los dos. Pero no es fácil ni determinar en cuál de ellos, ni tan
solo si realmente los tiene. La determinación de la presencia o no de un problema
atencional en el niño depende de su desarrollo evolutivo, de factores intrínsecos u
organísmicos y de factores extrínsecos o ambientales (triple alianza).
Todos los procesos, mecanismos y operaciones cognitivas humanas tienen gran
dependencia del desarrollo evolutivo, pero sin duda la atención en grado extremo. Un niño
de siete años es capaz de reconocer y recordar los nombres (por otra parte nada familiares)
de 150 pokémons (una conocida serie de animación infantil), lo cual es indicativo del
desarrollo de una capacidad memorística relativamente importante. En cambio no suele
resultar muy difícil engañarle en juegos como el trile, descubrir en qué montón de cartas se
halla la escogida, o en otros donde «la vista es la que trabaja» y debe hacerlo rápido. En
este sentido las diferencias entre la capacidad atencional de adultos y niños, o entre niños
de diferentes edades, es un hecho ampliamente comprobado. No obstante, y aún
disponiendo de una cantidad ingente de información, como explican López-Soler y García-
Sevilla (1997) no disponemos de un cuerpo de investigaciones que pueda sistematizar
detenidamente cuál es el proceso gradual del desarrollo atencional. Hay, eso sí, diversos
30
modelos teóricos que intentan explicarlo (Burack y Enn, 1997; Bermejo, 1987; Vega,
1984).
En definitiva, si pretendemos detectar un problema atencional en el niño hay que
partir de la base que cuánto más pequeño es menor capacidad tiene para atender a la
información relevante, más susceptible es a la distracción, tiene menor flexibilidad para
orientarla, funciona con menos automatismos y tiene un menor autocontrol del mecanismo,
así como una menor capacidad para mantenerla en el tiempo. El problema es que no es fácil
cuantificar estas diferencias a lo largo del ciclo evolutivo (Servera Barceló & Galván
Pascual, 2001).
Por si esto no fuera poco, aún si dispusiéramos de un marco evolutivo sólido
todavía nos encontraríamos con que la capacidad atencionales altamente fluctuante a causa
de determinados factores orgánicos y ambientales. Entre los primeros están muchas
enfermedades o problemas de alimentación, así como los déficits sensoriales visuales y
auditivos. También podemos incluir las características personales, como el temperamento,
determinados rasgos de personalidad o, muy especialmente, la capacidad de autocontrol: la
impulsividad motora, los problemas para demorar gratificaciones o la poca tolerancia a la
frustración. También algunos estados transitorios como la fatiga, el estrés (la presión) y el
sueño alteran fácilmente el funcionamiento atencional. Entre los factores ambientales están
las características físicas de los estímulos, la presencia de distractores o estímulos
perturbadores, las características de la tarea y, muy especialmente, los aspectos
motivacionales y las expectativas. Si bien este último factor también puede depender de los
intereses del propio sujeto (Servera Barceló & Galván Pascual, 2001).
La influencia de los factores evolutivos, organísmicos y externos nos puede
llevar a una confusión a la hora de definir un problema atencional en el niño: podemos
observar «conductas de falta de atención», atribuibles a estos aspectos, y conceptualizarlas
erróneamente como «déficits de atención».
En resumen, lo que se quiere expresar es que la mera observación de conductas de
31
falta de atención (distracción, movimiento de pies y manos, cansancio, errores, etc.) no es
indicativa de la presencia de un déficit en el funcionamiento de los mecanismos de
amplitud o intensidad atencional. Por tanto, y en parte siguiendo a López-Soler y García
Sevilla (1997), cuando se inicia un proceso de detección de un déficit atencional infantil en
primer lugar hay que analizar el tipo de conductas de falta de atención que padres o
maestros han detectado a través de escalas de evaluación, listas de chequeo o registros de
observación. En segundo lugar hay que analizar si están presentes variables organísmicas
(como, por ejemplo, problemas de vista u oído) o externas (falta de motivación, ambiente
poco apropiado, etc.) que puedan ser responsables de dichas conductas. En tercer lugar hay
que tener en cuenta la edad del niño y evaluar de algún modo su nivel de desarrollo, con
especial atención al desarrollo de la inteligencia o a las capacidades más específicas de
procesamiento de la información (también pueden incluirse pruebas de percepción, de
lateralidad, de orientación temporo-espacial, etc.). Por último, es necesario aplicar pruebas
atencionales específicas de amplitud (selección/focalización y cambio atencional) y/o
intensidad (capacidad de mantenimiento) con índices psicométricos suficientes como para
poder valorar la puntuación del niño en relación a lo que sería de esperar (Servera Barceló
& Galván Pascual, 2001).
OBJETIVOS
Una vez presentado el tema, y el estado actual de las investigaciones, se arriba a los
siguientes objetivos
General
Determinar si los factores socioeconómicos influyen en el perfil atencional de los
niños en la ciudad de Resistencia
Específicos
Identificar los factores socioeconómicos de cada institución
Correlacionar con los resultados de la investigación del perfil atencional en niños
antes mencionada.
32
METODOLOGÍA
Caracterización. Tipo de investigación
La investigación se caracteriza por ser de corte cuantitativo para poder relacionarlo
con otra variable relevante a la investigación, es decir, establecer correlaciones con la
“atención”. Por ello, el tipo de investigación a realizar será “correlacional”. Los estudios
correlacionales miden dos o más variables que se pretende ver sí están o no relacionadas en los
mismos sujetos y después se analiza la correlación.
Se recuerda que este trabajo es la continuación de otra investigación llamada “El
perfil atencional del niño en la escuela primeria. Un estudio de caso en tres escuelas de la
ciudad de Resistencia” llevada a cabo por el Licenciado Álvaro Muchiut, en donde se midió
cuánto atiende un niño de primer, segundo y tercer grado en la ciudad de Resistencia.
Se opta por este tipo de trabajo ya que, el acercamiento al campo se produjo por
ser partícipe de esa primera investigación, en donde al ver los resultados que arrojaban el
análisis de los datos, en tanto unos resultados eran superiores a otros, me preguntaba si ello
tendría que ver con el nivel socioeconómico de los alumnos.
Selección de los sujetos que participarán del estudio
El estudio se centró en las familias de escolares de tercero, cuarto y quinto grado,
de las divisiones “A” y “B” del turno mañana, pertenecientes a dos escuelas de la ciudad
de Resistencia, Provincia del Chaco. Se tomaron esos cursos a fin de ser la misma
población de la investigación del Licenciado Muchiut, pues, su investigación se realizó en
el año 2009, y el mismo tomó a los escolares de primer, segundo y tercer grado,
pertenecientes a la antigua modalidad educativa EGB 1, por lo cual, el presente trabajo se
realizó dos años después. Contamos con un total de 90 familias que se les administró los
cuestionarios.
TERCERA PARTE
33
En el trabajo del Licenciado Muchiut se pretendió que la muestra sea significativa
y aplicable a todos los niños, por ello las escuelas que estudió presentaban características
distintas en lo que se refiere a la ubicación, la clase social y el tipo de gestión. Se
seleccionaron un establecimiento de:
Gestión pública ubicado en el centro de la ciudad, urbano, que funciona en dos
turnos, mañana y tarde, de los cuales, se tomó sólo el turno mañana (escuela 1)
Gestión pública ubicado en la periferia del cono urbano, funcionando, también, en
dos turnos, tomando a los fines de la investigación, solamente el turno mañana
(escuela 2)
Gestión privada, subvencionada por el Estado provincial, el cual se encuentra fuera
del casco céntrico de la ciudad, en un barrio no periférico. Funciona en dos turnos,
de los cuales, se tomó el turno mañana para la investigación (escuela 3)
En este trabajo solamente se tomó las dos escuelas de Gestión Pública, de modo de
obtener iguales variables con distintas características respecto a la ubicación.
Para abordar el tema que nos compete, la presente investigación recurre al método
utilizado por el INDEC denominado "enfoque del ingreso". Se trata de un método indirecto
que consiste en calcular el ingreso mínimo, o línea de la pobreza (LP), por encima de la
cuál todas las necesidades básicas se satisfacen e identificar a aquellos hogares o personas
cuyos ingresos se ubican por debajo de esta línea (INDEC, 2010). En otras palabras, el
método indirecto se caracteriza por utilizar “líneas de pobreza”, las cuales establecen el
ingreso o gasto mínimo que permite mantener un nivel de vida adecuado, según estándares
elegidos (Daniela Mathey, 2007)
De esta manera, consiste en medir los recursos del hogar, usualmente sus ingresos
o sus gastos, y estimar si estos son suficientes para que el hogar pueda gozar de un nivel de
vida aceptable, de acuerdo con los estándares sociales prevalecientes (INDEC, 2010)
El método “indirecto” lo relaciona con la posibilidad de realizar consumo
El “enfoque del ingreso” adopta diferentes criterios en términos de pobreza
34
absoluta o relativa. Estos conceptos, “absoluto” y “relativo”, son “interpretaciones” de la
manera en la que se forman socialmente las necesidades. Mientras que en el primer enfoque
sostiene que las necesidades (o al menos una parte de ellas) es independiente de la riqueza
de los demás, y no satisfacerla revela una condición de pobreza en cualquier contexto, el
segundo postula que las necesidades humanas no son fijas, y varían de acuerdo a los
cambios sociales y a la oferta de productos en un contexto social determinado, dependiendo
en última instancia del nivel de ingresos general. Dicho de otro modo, para este enfoque las
necesidades surgen a partir de la comparación con los demás, y la condición de pobreza
depende del nivel general de riqueza; por lo tanto, según este criterio la situación de
pobreza de una persona dependería de cuánto tenga su grupo social de referencia, y no tener
tanto como él implica una condición de “privación relativa” (INDEC, 2010 y Feres y
Mancero, 2001: 11).
El INDEC utiliza para esas estimaciones el “enfoque del ingreso” siguiendo el
concepto de pobreza absoluta.
De acuerdo con este método, un hogar es considerado pobre si su ingreso (esto es,
la suma de los ingresos que reciben todos los miembros del hogar) resulta menor que la
“línea de pobreza”. Este último es un concepto normativo pues representa el valor de todos
los bienes y servicios que se consideran necesarios para que el hogar satisfaga las
necesidades básicas. La idea sobre la que se sustenta el enfoque es evaluar si los recursos
con los que cuenta el hogar le permiten solventar un presupuesto que refleje la adquisición
de aquellos bienes y servicios que posibiliten a sus miembros convivir dignamente en
sociedad y desarrollarse personalmente
Específicamente, las estimaciones que produce periódicamente el INDEC surgen
de comparar los ingresos de los hogares que provienen de la Encuesta Permanente de
Hogares con el valor de la línea de pobreza que se computa regularmente. Para cada
período se calcula una línea de pobreza por hogar de manera de tomar en cuenta las
diferencias que existen entre ellos en cuanto a la cantidad de personas que lo componen, así
como en la distribución de sus miembros en términos de edades y géneros. Con ello se
contempla los distintos requerimientos que tienen hogares con tamaños diversos y personas
que difieren en esos atributos.
35
El punto de partida de dicha metodología es el cómputo del valor de la Canasta
Básica de Alimentos, o conjunto de bienes que satisfacen las necesidades nutricionales y
toma en cuenta los hábitos de consumo predominantes. El valor monetario de esta canasta
corresponde a la Línea de Indigencia. La“Línea de indigencia”, se concentra solamente en
las necesidades alimentarias, procurando establecer si los hogares cuentan con ingresos
suficientes como para cubrir una canasta básica de alimentos capaz de satisfacer un umbral
mínimo de necesidades energéticas y proteicas. De esta forma, los hogares que no superan
ese nivel son considerados indigentes (Mathey, 2007).
Para determinar dicha Canasta, se consideran inicialmente los valores
recomendados por los nutricionistas respecto de las cantidades mínimas de calorías y otros
nutrientes –por ejemplo, proteínas, hierro o ciertas vitaminas– que requieren personas de
distinto género y edad, y que realizan actividades de diferente intensidad. Las calorías
mínimas para el promedio de la población y para un varón adulto (con edades entre 30 y 59
años) que realiza actividades moderadas y adoptadas en la metodología de las estimaciones
del INDEC para Argentina es de 2700.
El componente no alimentario de la línea de pobreza se calcula de manera
indirecta, esto es, no se sigue un procedimiento similar al reseñado para la Canasta Básica
de Alimentos. El método al que se recurre se basa en postular que los hogares que
satisfacen sus requerimientos nutricionales también cubren las otras necesidades.
Específicamente, el componente no alimentario de la línea de pobreza se establece de
manera agregada considerando que su participación relativa debe ser la misma que los
gastos no alimentarios tienen en el gasto efectivo de la población de referencia. La relación
Gasto en alimentos/Gasto total se denomina coeficiente de Engel. Entonces, se parte del
gasto normativo de alimentación (el valor de la canasta básica) y se lo multiplica por la
inversa del coeficiente de Engel observado en la población de referencia. Por lo tanto, la
Línea de Pobreza de los hogares se calcula en función de la Canasta Básica Alimentaria a la
cual se le adiciona un actor de expansión (la inversa del coeficiente de Engel), que produce
un monto mínimo de ingreso necesario para cubrir todas las necesidades. Este
procedimiento de estimación del componente no alimentario de la línea de pobreza implica
36
que no se identifican explícitamente los bienes y servicios, tal como ocurre cuando se
elabora la Canasta Básica Alimentaria.
Datos arrojados por el INDEC
Si bien la investigación del Lic. Muchiut fue realizada aproximadamente por el
mes de septiembre de 2009 y la presente investigación se realizó en Septiembre de 2011, se
tomará como parámetro de medida los datos que arroja el INDEC para dicho mes del año
2011, ya que es el último informe que arroja dicha fuente para los cálculos de la Canasta
Básica Alimentaria (CBA) y Canasta Básica Total (CBT) para las familias. Esta
consideración se debe que a raíz de que los valores de CBA y CBT, de acuerdo al
seguimiento que va realizando el INDEC, van modificándose con el correr el tiempo,
seguimiento realizado a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). De modo que
el costo de vida para las familias del año 2009 ya no es el mismo que el actual.
Ahora bien, para dicho mes, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se ha
determinado en función de los hábitos de consumo de la población. Previamente se tomaron
en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que
un hombre adulto, entre 30 y 59 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas
necesidades. Se seleccionaron luego los alimentos y las cantidades a partir de la
información provista por la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares.
Para determinar la Canasta Básica Total (CBT) se consideraron los bienes y
servicios no alimentarios. Se amplia la CBA utilizando el “Coeficiente de Engel” (CdE),
definido como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados.
Tanto la CBA como los componentes no alimentarios de la CBT se valorizan cada
mes con las variaciones de precios relevados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC)
37
Cuadro 1. INDEC. Valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT)
para el adulto equivalente
Tabla de equivalencias:
Para calcular las unidades consumidoras en términos de adulto equivalente, se
utiliza la tabla de equivalencias de las necesidades energéticas.
38
Cuadro 2. INDEC. Necesidades energéticas y unidades consumidoras según edad y sexo
Determinación de los ingresos necesarios por hogar para superar el umbral de indigencia y
de pobreza:
La composición de cada hogar en términos de adultos equivalentes determina un
valor de CBA específico para ese hogar. Surge de multiplicar el costo de la CBA del adulto
equivalente por la cantidad de adultos equivalentes que conforman el hogar
Para obtener el valor de la CBT, se multiplica el valor de la CBA del hogar por la
inversa del Coeficiente de Engel.
Ejemplo:
A modo de ejemplo, si contamos con un hogar de tres miembros, compuesto por
una jefa de 35 años, su hijo de 18 y su madre de 61:
La jefa equivale a 0.74 de adulto equivalente
39
El hijo equivale a 1.06 de adulto equivalente
La madre equivale a 0.64 de adulto equivalente.
En total el hogar suma 2.44 unidades consumidoras o adultos equivalentes. Para
sacar el CBA de ese hogar, correspondiente al mes de Septiembre, se debe multiplicar la
cantidad de unidades consumidoras (o adultos equivalentes) de ese hogar por el cálculo de
CBA: (2.44 x 199,56 = 486,93). El CBA de ese hogar para el mes de Septiembre es de
$486,93.
Para obtener el CBT, se multiplica ese CBA ($486,93) por la Inversa del Coeficiente de
Engel (2.21) del mes de Septiembre, es decir: 486,93 x 2.21 = 1076.11.
Entonces, para ese mes, un hogar compuesto de dicha forma presenta un CBA de $486,93
y un CBT de $1076,11.
Herramientas de recolección de datos:
Para llevar a cabo la investigación se utilizó un cuestionario hecho conforme a los
datos que se necesita recoger para establecer el nivel socioeconómico de las escuelas. Estos
datos se refieren a la cantidad de personas que conviven en una familia, edades respectivas
y la cantidad de ingreso monetario que percibe esa familia.
Al final del trabajo se anexa el cuestionario.
Los mismos se basan del método utilizado por el INDEC, en tanto fuente oficial.
El mismo se entregó a los niños en las escuelas para que se los presenten a sus
padres, de modo que ellos rellenen el cuestionario.
El análisis del cuestionario se llevó a cabo de la siguiente manera: conforme uno
de los datos requeridos según el INDEC es la composición de hogares, es decir, cuánto son
en la familia, sexo y edad, es el primer punto del cuestionario, en donde los individuos
escribieron esos datos. Esta información es requerida para saber la unidad calórica de la
familia (ver cuadro 2) para multiplicarlo por la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que
estipula el INDEC, y así saber la CBA de esa familia, como línea de indigencia (LI).
40
Una vez obtenido este dato, se recurrió a saber cuánto es el monto que percibe la
familia. Para ello se colocó un cuadro con montos de dineros estimativos que percibiría
cada miembro del hogar según corresponda.
En caso de que … trabaje o reciba algún dinero, ¿qué monto de dinero es el que más se aproxima? (en caso que no trabaje o no reciba ningún tipo de sueldo, no
se marca nada)
Menos de 500
500-1000
1000-1500
2000-2500
2500-3000
Mas de 3000
Ej. Uno de los cuadros del cuestionario.
Debido a que pudiera haber miembros del hogar que trabajase pero que de igual
modo perciba un dinero, también se colocó un cuadro que represente a esos miembros. Se
les pidió que ubiquen con una cruz al monto de dinero que más se aproxime al dinero que
percibe el miembro del hogar. Los montos de dinero que se puso en los cuadros iban desde
$500 a más de $3000, con una separación de $500 cada uno. De esta forma, se estimó que
ese miembro del hogar percibía un dinero promedio entre un monto y otro. Por ejemplo, si
la cruz se encontraba entre 500-1000, se tomó como dinero estimativo a $750, del mismo
modo que entre 2500-3000, el dinero estimativo fue $2750. En caso que perciba menos de
$500 (el primer recuadro), se tomaba como medida estimativa $400, ya que menos de ese
monto no perjudicaría a la hora de estimar la Canasta Básica Alimentaria (CBA) o la
Canasta Básica Total (CBT). Lo mismo ocurre con el recuadro de más de $3000.
Una vez estimado el dinero que percibe, se sumó cada uno para obtener el total de
dinero estimativo que percibe la familia. Este dinero es comparado con la canasta Básica
Total (CBT) que estipula el INDEC para esa familia, para observar si se encuentra por
debajo o supera la Linea de Indigencia (LI) y la Línea de Pobreza (LP).
Por otra parte, el cuestionario llevó anexado la explicación del trabajo, de manera
que los padres que participaron en la investigación pudieron acceder a toda la información
41
posible respecto del trabajo para lograr una mayor predisposición y consentimiento de su
colaboración.
Es menester aclarar que debido a que los grupos son dinámicos y pueden ir
cambiando conforme pasen los años, sólo se evaluó los cuestionarios de aquellas familias
de los niños quienes hayan sido evaluados con las pruebas de atención del Lic. Muchiut.
Para ello, a cada niño que devolvía el cuestionario, se le pidió el nombre para luego
comparar con la base de datos del Lic Muchiut y excluir los que no estuvieron presentes.
También se excluyó aquellos cuestionarios que estaban incompletos. De esta forma, se tuvo
la misma población. Sin embargo, si bien se tuvo la misma población, no fue así en la
misma cantidad que la población del Lic. Muchiut.
Técnicas de sistematización y análisis de datos:
El análisis de los datos que se recogió en la investigación se realizó por medio de
la utilización de un programa estadístico informático llamado Statistical Package for the
Social Sciences o Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), desarrollado por
la Universidad de Chicago.
El programa está conformado por dos partes:
1. vista de variables: para definiciones de las variables y consecuentemente, de los datos; y
2. vista de los datos: matriz de datos. La cual contiene los comandos para operar en la parte
superior. (Sampieri et al., 2006)
Se utilizó gráficos circulares, los cuales son los más adecuados para poder ver el
total de los resultados, así como gráficos de columnas y barras para poder observar
diferencias y similitudes.
El paquete SPSS en versión para ambiente Windows trabaja de una manera muy
sencilla: éste abre la matriz de datos y el investigador usuario selecciona las opciones más
apropiadas para su análisis.
Para describir los datos obtenidos se comparó las puntuaciones de cada variable,
discriminados por escuelas, para luego correlacionarlos entre sí y con la investigación del
Lic. Muchiut.
42
ANÁLISIS
Análisis por escuela del nivel socioeconómico
Escuela 1:
Los resultados que arrojó la escuela 1 ubicada en el centro de la ciudad, urbano,
muestra que un 93% de la población estudiada cubre el monto mínimo de ingreso
necesario para cubrir todas las necesidades, de modo que puede gozar de un nivel de vida
aceptable, de acuerdo con los estándares sociales prevalecientes. En otras palabras, el hogar
contaría con los recursos que le permiten solventar un presupuesto que refleja la
adquisición de aquellos bienes y servicios que posibilitan a sus miembros convivir
dignamente en sociedad y desarrollarse personalmente.
Por otra parte, también arroja números en que el 7% de la población estudiada
estaría por debajo de la línea de pobreza, por lo que sólo serían cubiertos las necesidades
nutricionales de la familia, no satisfaciendo aquellos bienes y servicios no alimentarios. Por
definición, este 7% es representado por familias pobres.
Total 42
Necesidades Básicas Satisfechas
39
pobres 3
Tabla 1. Cantidad de sujetos según nivel socioconómico. Escuela 1
Gráfico 1. Porcentajes. Escuela 1
93%
7%
Escuela 1
Necesidades Básicas Satisfechas pobres
CUARTA PARTE
43
Escuela 2
La escuela 2 que se ubica en la periferia del cono urbano arroja resultados en
dónde se puede vislumbrar que el 75% de las familias cuenta con el monto mínimo de
ingreso necesario para solventar las necesidades nutricionales y de bienes y servicios no
alimentarios. Por ello, estas familias tienen la posibilidad de desarrollarse y convivir
dignamente en sociedad.
Por otro lado, cuenta con un 21% de familias que son consideradas pobres, en
cuanto sus ingresos solo bastarían para cubrir las necesidades nutricionales de la familia.
Esta escuela, además, refleja un 4% de indigencia, a diferencia de la Escuela 1 que
no mostró números respecto de esta característica. Este grupo de familias no contarían ni
siquiera con los recursos suficientes para satisfacer favorablemente las necesidades
nutricionales.
Total 48
Necesidades Básicas
36
Pobres 10
Indigentes 2
Tabla 2. Cantidad de sujetos según nivel socioconómico. Escuela 2
Gráfico 2. Porcentajes
75%
21%
4%
Escuela 2
Necesidades Básicas Pobres Indigentes
44
Comparación de Escuelas del nivel socioeconómico
En una comparación de las escuelas podemos ver, según lo muestran los gráficos,
que la escuela 1, ubicada geográficamente en el centro de la ciudad, urbano, se posiciona
mejor que la escuela 2, que se ubica en la periferia del cono urbano, en cuanto necesidades
básicas satisfechas, pobreza e indigencia, ya que cuenta con un 93% de la población quien
puede desarrollarse plenamente en sociedad en contrapartida de un 75% de la escuela 2, un
7% de pobreza para la escuela 1 y un 21% para la escuela 2, y no cuenta con números que
marquen índices de indigencia, a diferencia de la escuela 2 que cuenta con un 4% de
indigencia.
Escuela Esc 2 Esc 1
Necesidades Básicas
75% 93%
Pobres 21% 7%
Indigentes 4% 0 Tabla 3. Porcentajes de ambas escuelas según nivel socioeconómico
Gráfico 3. Comparaciones de ambas escuelas por porcentajes según nivel socioeconómico
Necesidades Básicas Pobres Indigentes
Esc 2 75% 21% 4%
Esc 1 93% 7% 0
0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%
100%
Comparación de Escuelas
45
Diferencias en porcentajes de las Necesidades básicas satisfechas
En otro punto, es interesante analizar las diferencias que marcan las escuelas en
cuanto calidad de las necesidades básicas satisfechas (93% para la escuela 1, y 75% para la
escuela 2).
En este análisis detallado podemos ver que, si bien ambos cuentan con un
porcentaje de necesidades satisfechas, la calidad de las mismas no son iguales. Lo que se
pretende ver es la cantidad de ingreso monetario que perciben las familias restando la
Canasta Básica Total (CBT) correspondiente a esa familia para que pueda gozar de una
vida digna. Más específicamente, el análisis refiere a que cada familia cuenta con un
número de Canasta Básica Total (CBT) estipulado por el INDEC, para que, superado esa
línea de pobreza (LP) según el ingreso, puede gozar una vida digna, pero ocurre que hay
familias que superan ampliamente la línea de pobreza marcado por la Canasta Básica Total
(CBT), y otras muestran un porcentaje muy cercano. Así, se restó el CBT al ingreso
monetario que cuenta la familia; luego se pasó ese monto de dinero a porcentajes con que
cuenta de más la familia.
% diferenc Esc 2 Esc 1
80 3% 25%
70 8% 21%
60 17% 18%
50 9% 15%
40 20% 12%
30 14% 9%
20 9% 10 17% menos de
10 3% total 100% 100%
Tabla 4. Porcentajes de cuánto dinero perciben de más las familias por
encima de la canasta básica total
46
Gráfico 4. Comparación de lo que perciben las familias por encima de la canasta básica total de
ambas escuelas
De este modo, la diferencia por escuelas marca que la escuela 1, que se ubica en el
centro de la ciudad, cuenta con mejores números que la escuela 2, que se ubica en la
periferia de la ciudad (ver tabla 4), ya que tiene el porcentaje más alto en lo que resta la
Canasta Básica Total (CBT) y el ingreso que tiene la familia. La escuela 1 presenta un 25%
de la población estudiada que cuenta con un 80% por encima de la línea de pobreza (LP), a
diferencia de la escuela 2, que tan sólo el 3% de la población tienen el mismo porcentaje.
Los que están un 70% por encima de la LP de la escuela 1 representan el 21% y la escuela 2
un 8%. Las familias que superan el 60% de la escuela 1 representa el 18%, y no muy
lejano, con un 17% la escuela 2. En cuanto al 50% superado, la escuela 1 muestra un 15% y
la escuela 2 un 9%. En el 40% superado los índices de la escuela 2 supera a la escuela 1 con
el 20% de la población, en tanto la otra escuela solamente 12%. Del mismo modo, en el
30% superado, la escuela 2 supera a la escuela 1 con 14% y la escuela 1 con el 9%. Así,
cuando llegamos a porcentajes superados más bajos, como el 20%, 10%, y menos de 10%,
solamente la escuela 2 presenta porcentajes (9%, 17% y 3%), en tanto la escuela 1 ya no se
registran porcentajes.
Por lo tanto, vemos en este análisis que la escuela 1 tiene mejores porcentajes en
los índices de mayores sobrantes del ingreso monetario de la familia respecto del CBT; y va
decreciendo en los porcentajes de familias cuando menos dinero le queda acercándose al
número estipulado a la CBT. Por otro lado, la escuela 2 tiene mejores porcentajes a aquellas
80 70 60 50 40 30 20 10menosde 10
Esc 2 3% 8% 17% 9% 20% 14% 9% 17% 3%
Esc 1 25% 21% 18% 15% 12% 9%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
Comparación de Escuelas
47
familias que cuentan con un 20% de diferencia entre el ingreso y el CBT, y luego decrece
(ver gráfico 4).
Análisis del perfil atencional con nivel socioeconómico
Una vez establecido el nivel socioeconómico de los estudiantes, se realizó
agrupaciones por procedencia sociocultural de modo de establecer correlaciones a través de
la prueba ANOVA con los resultados de las pruebas realizadas por el licenciado Muchiut
(2009) para conjeturar si el nivel socioeconómico es una variable asociada con el
rendimiento atencional. Las pruebas administradas por el Lic. Muchiut son: el test de
percepción de semajanzas y diferencias o Test de Caras (Thurstone y Yela, 1988), El Test
de Símbolos y Dígitos (SDMT) de Aaron Smith, El Test de Colores y Palabras o Test de
Stroop (Charles J. Golden),y la Escala de Achenbach: Cuestionario para docentes
(Subescala de Atención)
Junto con la base de datos del Lic. Muchiut, se realizó tres grupos: las personas
quienes cuentan con Necesidades Básicas Satisfechas (NBS), Pobres e Indigentes. Cada
uno con sus respectivas puntuaciones de las pruebas.
TABLA 5. Estadístico descriptivo de todas las pruebas con el nivel socioeconómico de las
familias
Suma de
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
achenbach Inter-
grupos
176,289 2 88,144 ,807 ,449
Intra-
grupos
9715,624 89 109,164
Total 9891,913 91
Caras Inter-
grupos
58,398 2 29,199 ,408 ,666
48
Intra-
grupos
6369,809 89 71,571
Total 6428,207 91
Stroopp Inter-
grupos
833,753 2 416,876 ,897 ,411
Intra-
grupos
41345,932 89 464,561
Total 42179,685 91
Stroopc Inter-
grupos
673,258 2 336,629 3,820 ,026
Intra-
grupos
7843,731 89 88,132
Total 8516,989 91
strooppc Inter-
grupos
343,682 2 171,841 4,631 ,012
Intra-
grupos
3302,438 89 37,106
Total 3646,120 91
simbolos y
digitos
Inter-
grupos
88,099 2 44,049 ,569 ,568
Intra-
grupos
6894,456 89 77,466
Total 6982,554 91
En una primera aproximación, podemos ver que en el Test de Caras no hubo
incidencia estadísticamente significativa con respecto a nivel socioeconómico de las
familias (0.666 > 0.05). El Test de Caras, si bien evalúa las aptitudes requeridas para
percibir rápidamente semejanzas y diferencias con patrones estimulantes parcialmente
ordenados, su carácter simple y un poco lúdico de los elementos hace que la prueba sea
49
muy adecuada para poblaciones de bajo nivel cultural y, en cambio, resulte demasiado
elemental para niveles culturales medio-altos. Dadas estas características se puede inferir
como respuesta que no haya asociación del nivel socioeconómico (NSE) con la atención.
Por otra parte, en el Test de Símbolos y Dígitos tampoco se encuentra una
incidencia significativa entre el nivel atencional y el nivel socioeconómico (0.568 > 0.05).
El test consiste en convertir símbolos con forma de figuras geométricas en números, según
una clave establecida. Con la prueba se evalúa la exploración y rastreo visual, atención
sostenida y selectiva visual, y velocidad de procesamiento de la información
TABLA 6. Estadístico descriptivo entre test de caras y nivel socioeconómico
Suma de
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
grados Inter-
grupos
,683 2 ,342 ,532 ,589
Intra-
grupos
57,175 89 ,642
Total 57,859 91
caras Inter-
grupos
58,398 2 29,199 ,408 ,666
Intra-
grupos
6369,809 89 71,571
Total 6428,207 91
simbolos y
digitos
Inter-
grupos
88,099 2 44,049 ,569 ,568
Intra-
grupos
6894,456 89 77,466
Total 6982,554 91
50
Del mismo modo, a criterio de los docentes tampoco se encuentra diferencia
significativa asociadas al nivel atencional y el nivel socioeconómico (0.449 > 0.05). A
través del cuestionario de Achenbach los docentes pueden realizar un juicio subjetivo
respecto de las conductas de los alumnos. Si bien es cierto que este cuestionario no es
exclusivamente para detectar déficits en la atención, sino más bien problemas conductuales
y destrezas sociales, incluye entre sus factores de evaluación ítems destinados a la conducta
impulsiva e hiperactiva, relacionados con la falta de atención. Por ello, a juicio de los
docentes, el nivel socioeconómico (NSE) no se haya asociado con el perfil atencional de los
alumnos.
TABLA 7. Estadístico descriptivo entre cuestionario de achenbach y nivel
socioeconomico
Suma de
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
grados Inter-
grupos
,683 2 ,342 ,532 ,589
Intra-
grupos
57,175 89 ,642
Total 57,859 91
achenbach Inter-
grupos
176,289 2 88,144 ,807 ,449
Intra-
grupos
9715,624 89 109,164
Total 9891,913 91
Sin embargo, podemos encontrar que en el Test Stroop Color y Palabra Color sí se
encuentran diferencias estadísticamente significativas (p < 0.05). Es interesante este
hallazgo debido que el Stroop palabra-color es el más revelador respecto de las
deficiencias atencionales, ya que evalúa el nivel de interferencia de estímulo. La tarea
implica cambiar de una respuesta habitual/automatizada a una inhabitual, en respuesta a
una demanda específica.
51
TABLA 8. Estadístico descriptive entre test de Stroop palabra-color y nivel
socioeconómico
Suma de
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
grados Inter-
grupos
,683 2 ,342 ,532 ,589
Intra-
grupos
57,175 89 ,642
Total 57,859 91
strooppc Inter-
grupos
343,682 2 171,841 4,631 ,012
Intra-
grupos
3302,438 89 37,106
Total 3646,120 91
De este modo, en la prueba del Test Stroop Palabra-Color, se pudo evidenciar
diferencias estadísticamente significativas (0,012 < 0,05) lo que implicaría que el nivel
socioeconómico se haya asociada con el rendimiento atencional de la muestra evaluada. Es
decir, en esta prueba, a menor nivel socioeconómico se evidencian mayores fallas en el
control atencional, y más específicamente en la atención de tipo dividida.
Sin embargo, no ha habido asociación de tal condición social en el resto de las
pruebas administradas. (p>0,05).Se pudo observar que en el Test de Caras así como en el
Test de Símbolos y Dígitos no muestran asociación estadísticamente significativa entre el
perfil atencional de los alumnos y la condición social de sus familias. El test de Caras
evalúa las aptitudes requeridas para percibir rápidamente semejanzas y diferencias con
patrones estimulantes parcialmente ordenados. En tanto el Test de Símbolos y Dígitos
consiste en convertir símbolos con forma de figuras geométricas en números, según una
clave establecida. Con la prueba se evalúa la exploración y rastreo visual, atención
sostenida y selectiva visual, y velocidad de procesamiento de la información. Por tanto,
52
según estas pruebas, el nivel socioeconómico no se ve asociado sobre los resultados de la
atención sostenida y la atención selectiva de los alumnos.
Por otra parte, es destacable ver que de las tres pruebas, (exceptuando Achenbach)
dos comparten características, es decir, refieren a símbolos (test de Caras y test de Símbolos
y Dígitos). Sin embargo, en el test de Stroop palabra-color, a diferencia de las anteriores,
se ven implicados procesos de lecturas, en donde sí hubo diferencias estadísticamente
significativas. Se podría inferir que lo que hace que haya diferencias estadísticamente
significativas es justamente estos procesos de lectura. Similar resultado encuentra Lera,
María José (2009) al observar que los niños y niñas de pobreza crónica tienen un desarrollo
verbal significativamente menor, en comparación con niños de recursos medios. Marchesi
y cols (2005) establecen idénticas conclusiones. Según los autores, las áreas más afectadas
en el rendimiento se evidenciaron en las pruebas verbales. La explicación de estos
resultados que dan los autores es que el modelo de relación verbal en los hogares de bajo
nivel socioeconómico es más pobre, con predominio de frases cortas y órdenes, y pocas
explicaciones, lo que condiciona paralelamente un modelo de estímulo/aprendizaje más
precario. En la misma línea, Gladys Jadue (1997) también lo explica respecto de la
interacción de los padres con sus hijos, y dice: “aunque valoren y deseen que sus hijos
tengan un buen rendimiento en la escuela, interactúan escasamente con sus hijos en
actividades relacionadas con estrategias de aprendizaje, el cual provoca que la experiencia
de algunos alumnos de bajo nivel socioeconómico con que las demandas académicas sean
extremadamente reducidas, lo que constituye un principal factor que afecta su capacidad
para aprender”.
Por último, comparando los resultados de la presente investigación con los del Lic.
Muchiut (2009), se ha evidenciado otro resultado importante. En la investigación del Lic
Muchiut se discriminó los resultados de los alumnos por escuela, encontrando diferencias
estadísticamente significativas en el perfil atencional de los alumnos. Por ello afirma que la
variable dependiente escuela es predictiva del rendimiento en la mayoría de las pruebas
administradas (excepto en Achenbach). En efecto, los niños de la escuela 1, que se
encuentra en el centro de la ciudad, obtienen puntuaciones significativamente más altas que
53
los de la escuela 2, que se ubica en la periferia del cono urbano, en las pruebas caras,
Stroop palabra, Stroop color, Stroop palabra-color y Símbolos y Dígitos. Más
específicamente, la escuela 2 obtiene puntuaciones más bajas en todas las pruebas.
En esta investigación, los alumnos fueron discriminados por procedencia social.
Los resultados evidenciaron que no se encontró distinto perfil atencional cuando se
discriminó la población por clase social (excepto en Stroop Palabra-Color). Este resultado
es importante ya que muestra que el factor escuela a la que asisten los niños tiene más
influencia sobre el perfil atencional que la variable de procedencia.
54
CONCLUSIÓN GENERAL
Una vez hecho las correlaciones y análisis correspondientes se establece las
conclusiones siguientes.
Si bien en el test Stroop color y stroop palabra-color se pudo evidenciar asociación
estadísticamente significativa, en las restantes pruebas no hubo tal asociación, por lo que se
establece que el nivel socioeconómico no se haya asociado a los procesos atencionales. Éste
hallazgo es sumamente interesante, ya que refuta la mayoría de investigaciones que sí
encuentran asociación entre tales variables. Podría decirse que en alumnos de primer,
segundo y tercer grado de la ciudad de Resistencia (Chaco) no hay asociación entre nivel
socioeconómico y perfil atencional.
Tampoco hay asociación significativa entre el nivel socioeconómico y la atención
en el cuestionario de Achenbach. Por tanto, a criterio subjetivo de los docentes, el nivel
socioeconómico no se ven implicados en la atención de sus alumnos
Por otra parte, es dable destacar que, si bien no hay diferencia estadísticamente
significativa en la atención y el nivel socioeconómico, sí las hay cuando se ponen en juego
los procesos de lectura. Esto es observable en el test de Stroop palabra-color pues en la
prueba se pone en juego los procesos de lectura, procesos que en las demás pruebas no se
ven implicados ya que se ven caracterizados por presentar símbolos. Por tanto, los procesos
de lecturas se hayan asociados al nivel socioeconómico de los alumnos de primer, segundo,
y tercer grado de los alumnos de Resistencia. Más específicamente, a menor nivel
socioeconómico de las familias los procesos de lecturas se ven más afectados.
Finalmente, una última conclusión establece el factor escuela. El factor escuela
tiene más influencia sobre el perfil atencional de los niños que la variable de procedencia.
Más específicamente, la propuesta escolar del establecimiento se ve más implicada en el
perfil atencional que el nivel socioeconómico de las familias de los alumnos.
QUINTA PARTE
55
Sugerencias para futuras investigaciones: Puertas abiertas
Sería muy importante que futuras investigaciones continúen con este proyecto para
ampliar la información que se podría contar en el ámbito local para poder construir una
mejor calidad en la enseñanza de los alumnos que son el futuro del país.
Por ello, seria interesante que futuras investigaciones evalúen por qué en la ciudad
de Resistencia el nivel socioeconómico de las familias no influye en el perfil atencional de
los alumnos, ya que este resultado refuta la mayoría de las investigaciones en donde sí
encuentran la influencia del factor socioeconómico por sobre la atención.
56
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