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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
Heracles/Hércules. Manifestaciones literarias y artísticas: Un viaje por
la historia
Alumno/a: Sandra Arjona Torres Tutor/a: Prof. D. José Luis de Miguel Jover Dpto.: Lenguas y Culturas Mediterráneas
Julio, 2016
2
ÍNDICE
Resumen y palabras clave .......................................................................................................... 3
1. Introducción ........................................................................................................................... 4
2. El mito de Heracles/Hércules ................................................................................................. 5
2.1 Nacimiento e infancia ................................................................................................... 5
2.2 Primeras hazañas ........................................................................................................... 6
2.3 Los doce trabajos ........................................................................................................... 7
2.4 Otras hazañas durante los doce trabajos ...................................................................... 11
2.5 Hazañas posteriores a los trabajos ............................................................................... 12
2.6 Deyanira, muerte y apoteosis ...................................................................................... 13
3. Manifestaciones literarias del mito....................................................................................... 14
3.1 Manifestaciones clásicas ............................................................................................. 14
3.2 Manifestaciones medievales ........................................................................................ 17
3.3 Manifestaciones en la edad Moderna .......................................................................... 20
3.4 Manifestaciones en la edad Contemporánea ............................................................... 25
4. Manifestaciones artísticas..................................................................................................... 29
4.1 Artes plásticas ............................................................................................................. 29
4.2 Música ......................................................................................................................... 33
4.3 Cine ............................................................................................................................. 34
5. Conclusiones ........................................................................................................................ 37
6. Bibliografía ........................................................................................................................... 38
7. Anexo I ................................................................................................................................. 42
3
Resumen
La figura de Heracles, personaje de la mitología griega, siempre ha seducido a los
artistas occidentales y entre ellos a los escritores de todas las épocas. El décimo trabajo de
éste, traer vivas a Micenas las vacas de Gerión, se desarrolla en la antigua Gades (la actual
Cádiz). La vinculación que existe con nuestra historia va a ser el detonante del estudio de este
mito y personaje.
En este trabajo estudiaremos algunas de las manifestaciones artísticas y literarias
producidas por el mito desde la antigüedad hasta nuestros días. Cuando nos referimos a
manifestaciones artísticas queremos indicar que aludimos al sentido amplio del término y en
estas destacaremos, además de la literatura, la arquitectura, la escultura, la pintura, la música y
la cinematografía.
Analizaremos, además, como el mito se mantiene vivo a lo largo de la historia,
llegando, a veces transformado, hasta la cultura de nuestros días y que a pesar del tiempo
transcurrido sigue siendo fuente de inspiración para escritores y artistas.
Palabras clave: Heracles, Hércules, mito, mitología, arte, literatura.
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1. Introducción
La popularidad de la que goza la figura de Heracles (Hércules), desde la antigüedad
hasta nuestros días, es innegable. Las continuas referencias que existen en la literatura y el
arte, incluso en la actualidad, han hecho que la mayoría de la gente conozca a este héroe de la
mitología griega. Es más, el diccionario de la Real Academia Española define la palabra
hércules y el adjetivo hercúleo, prefiriendo la denominación latina, como “Hombre de mucha
fuerza y gran musculatura”, en alusión a la proverbial fortaleza del más grande héroe de la
mitología clásica.
Heracles es el paradigma del héroe y, sin temor a equivocarnos, podemos decir que
esta circunstancia es la que hace que sea el más conocido y popular. Objeto de reverencial
respeto y también de odio (p.ej. como personaje de la Comedia Antigua), debido a esta
popularidad, son numerosas y muy diversas las reacciones que este personaje ha suscitado,
desde la Antigüedad hasta nuestros días, no sólo en los ritos y el culto de los héroes, sino
también en la literatura y, sobre todo, en las principales manifestaciones artísticas, incluido el
denominado séptimo arte.
Es incuestionable que la tradición clásica ha dado forma a la literatura tal y como la
entendemos hoy. El nacimiento de la literatura occidental se produce en el momento en que se
sientan las bases de la poesía épica, la lírica y el teatro. Como tal tradición que reconoce en
las obras de los períodos arcaico y clásico un modelo que debía conservarse y transmitirse
para que formara parte del patrimonio poético, fue una operación que se puso en marcha ya
en la época helenística (Brunet, 1997:40-43). La Biblioteca de Alejandría y los primeros
filólogos que trabajaron en ella fueron los verdaderos responsables de que dicha tradición
adquiriera carta de naturaleza. En palabras de Highet (2012: 7) “Los griegos inventaron casi
todos los géneros literarios que nosotros utilizamos: la tragedia y la comedia, la epopeya, la
novela y muchos otros”.
En cuanto a las artes plásticas, la música y la cinematografía, esta misma popularidad
y la fascinación que produce el héroe ha hecho que aparezca representada en numerosas obras
y que sea uno de los temas más interpretados por los artistas.
Resulta interesante conocer por qué y cómo llegan los mitos, en general, y este en
particular, hasta nosotros y por qué siguen interesando y fascinando en el presente. Es por
esto que el objetivo de este estudio es plasmar la huella que ha dejado el mítico personaje a lo
largo de la historia. Sin embargo, no pretende ser un trabajo exhaustivo de catalogación como,
por ejemplo, el expuesto en The Oxford Guide to Classical Mythology in the Arts, 1300-
5
1900s, pero sí queremos exponer una mínima muestra para que filólogos e historiadores
dispongan de una pequeña y humilde herramienta para su estudio y, además, dejar constancia
de cómo el mito se ha ido perpetuando a través del tiempo, llegando hasta nuestros días,
incluso en los nuevos formatos artísticos del siglo XX y XXI.
La importancia que tiene la tradición clásica en la literatura y en otros ámbitos
artísticos se pondrá de manifiesto en este trabajo. El conocimiento de los clásicos será
imprescindible para poder entender y analizar en profundidad cualquier obra de arte, literaria
o no.
2. El mito de Heracles/Hércules
Como cuestión previa queremos indicar que, a partir de ahora, cuando nos refiramos al
héroe griego le denominaremos Heracles, y, cuando tratemos al personaje romano,
escogeremos el nombre de Hércules, siguiendo la recomendación de Ruiz de Elvira1. Con
todo, pese a ello, el Heracles griego y el Hércules romano no desarrollan exactamente las
mismas cualidades heroicas, y más parecen responder a las distintas coordenadas de sus
respectivas culturas. Es cierto que el nombre latino de Hércules es el nombre más conocido
por una amplia mayoría de gente.
Para poder conseguir el objetivo de nuestro estudio es necesario realizar un recorrido
por la vida y hazañas de este personaje que, aunque complicadas y extensas, intentaremos
resumir y exponer las más destacadas debido al carácter del mismo. Después de este,
entenderemos mejor las manifestaciones artísticas producidas por el mito.
2.1. Nacimiento e infancia
Heracles es el último héroe que Zeus engendra en mujer mortal. Su madre fue
Alcmena (hija de Electrión y nieta de Perseo) a quien engaña haciéndose pasar por su esposo,
Anfitrión, cuando este se encuentra ausente de Tebas luchando en la guerra contra los
Teléboas para vengar la muerte de los hermanos de esta. Anfitrión debe cumplir esta misión
para poder consumar el matrimonio, condición impuesta por su esposa.
1 En su obra Mitología Clásica Ruiz de Elvira nos aconseja: “En cuanto a la transcripción española de su
nombre, es recomendable la forma ‘Hércules’ (pura transcripción de la forma latina Hercules) más bien que la
forma ‘Heracles’…”, pag. 207.
6
Al parecer, durante el día siguiente, tras la noche que pasa con Zeus y que se prolonga
durante treinta y seis horas, yace con el verdadero Anfitrión. Antes habla con Tiresias para
saber por qué Alcmena lo recibe tan fríamente. Al contarle lo sucedido este considera un
honor compartir su esposa con Zeus. Alcmena en estos dos días concibe dos gemelos,
Heracles, hijo de Zeus, e Ificles, hijo de Anfitrión. Al nacer fue llamado Alcides ( el fuerte),
pero, cuando se comprueba que realmente es hijo de Zeus, la diosa Hera la hostigará hasta la
saciedad y de ahí mudará su nombre por el de Heracles, que significa “la gloria de Hera”.
Desde su nacimiento y antes de este, Hera, esposa de Zeus, lo perseguirá e influirá en
su destino como venganza a la infidelidad de su marido. Inicia su persecución al convencer a
su hija Ilitía, diosa de los partos, para que retrasase su nacimiento y adelante el de su primo
Euristeo para hacerlo rey de Micenas, reinado que le había asignado Zeus a Heracles. Una vez
nacido, Hera le envía dos grandes serpientes a su cuna, pero Heracles las estrangula con sus
dos manos gracias a la fuerza sobrehumana heredada de su padre (en otras versiones como la
de Ferécides, es Anfitrión quien echa las serpientes para saber quién era su hijo).
También queremos destacar la influencia de Hera en la tradición catasterística de la
Vía Láctea. Las tres versiones que existen, aunque diferentes, coinciden en que la Vía Láctea
se forma con la leche materna que sale del pecho de Hera al dar de mamar a Hércules.
La educación que recibe en Tebas está dirigida a la conducción de carros, enseñanza
que obtiene de Anfitrión; a la lucha con los brazos y cuerpo, obtenida de Autólico; a disparar
el arco, tomada de Éurito, rey de Ecalia; a luchar con las armas, recogida de Cástor y a tocar
la cítara y a cantar sus acordes, enseñanza recibida de Lino. Un día en clase de música y tras
una riña Heracles mata a Lino (hermano de Orfeo) y después de salir inocente Anfitrión lo
envía a la montaña para cuidar su ganado. Es aquí donde se hace adulto.
2.2. Primeras hazañas
La primera hazaña que realizó Heracles fue dar muerte al león del Citerón cuando
tenía dieciocho años. El león asolaba a los ganados de Anfitrión y de Tespias, rey de Tespio.
Transcurridos cincuenta días acabó con el león y durante las noches yació con las cincuenta
hijas de Tespio sin saberlo, el creía que se acostaba con la misma. De estas uniones nacieron
las Tespiades. Según Apolodoro, se cubrirá con la piel de este león en sus futuros trabajos.
La segunda hazaña tuvo lugar cuando camino de Tebas se encontró con los emisarios
del rey Ergino de Orcómeno que debían recaudar los tributos consistentes en recoger cien
vacas al año. Es entonces cuando Heracles viendo la injusticia les hace frente y les corta
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orejas, narices y manos y se las ata a los cuellos, enviándolos a ver a Ergino. Este vuelve para
vengarse, pero Hércules lo derrota y lo mata, imponiendo un impuesto doble a los Micenos.
En esta batalla muere Anfitrión. El rey Creonte de Tebas como agradecimiento le cede la
mano de su hija mayor, Mégara. Con ella tiene tres hijos: Terímaco, Creontiades y Dicoonte.
Además recibe de los dioses algunos regalos: Hermes le regala una espada; Hefesto, una
coraza dorada; Apolo un arco con flechas y Atenea un manto.
Después de esto, Hera le hace volverse loco y en este estado mata a sus hijos y a dos
de su hermano Ificles. Después de estos sucesos recupera la lucidez y, purificado por Tespio,
va a Delfos a consultar a Apolo dónde debe vivir. Tal es el argumento de una de las más
famosas tragedias de Eurípides, Heracles, que sirvió de modelo a la tragedia de Séneca
Hercules furens, como veremos después. En Delfos se le encargará la realización de los
famosos trabajos.
2.3. Los doce trabajos
Cuando el héroe va a Delfos, la Pitia le da el nombre de Heracles, a petición de Apolo,
y deja de llamarse Alcides, nombre procedente de su abuelo Alceo. Le comunica que debe
ponerse a las órdenes de Euristeo, el cual le encargará la realización de diez trabajos (en
realidad fueron doce, pues Euristeo decidió que el de la hidra de Lerna y el establo de Augías
no eran válidos al haber recibido ayuda y le ordenó otros dos más).
Todas las versiones de este mito coinciden en el nombre y en el número de los trabajos
pero, no así, en el orden. Según Apolodoro, Euristeo le ordena a Hércules los siguientes
trabajos (El primero directamente, los demás a través del heraldo Copreo):
1. Traerle la piel del león de Nemea. Cuando Hércules va camino de Nemea para
acabar con el león, llega a Cleonas y se aloja en casa de Molorco. Este se dispone a
ofrecer un sacrificio a Zeus. Es entonces cuando Hércules le pide que espere
treinta días. En caso de que perezca en el intento debe ofrecer el sacrificio al
propio Heracles en calidad de héroe o si tiene éxito en la misión lo ofrezca a Zeus.
Cuando encuentra al león se da cuenta de que sus flechas no le hacen nada pues
rebotan en su piel. Por esto lo ahoga pasándole el brazo por el cuello. Le quita la
piel ayudado por las garras del león y tras pasar por la casa de Molorco y ofrecer el
sacrificio a Zeus le lleva la piel a Euristeo. Este al ver la piel es presa de pavor y
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ordena que se quede en las afueras de la ciudad. Será Copreo quien le dará, a partir
de entonces, las ordenes de los siguientes trabajos.
2. Dar muerte a la Hidra de Lerna. La Hidra era un monstruo con múltiples cabezas
(según las versiones de cinco a cien), donde la central era inmortal, que tenía
atemorizados a los habitantes de la región. Al cortar, Heracles, las cabezas,
brotaban dos por cada una que cortaba. Con ayuda de su sobrino Iolao hicieron una
hoguera para quemar las heridas que quedaban en el cuello tras cortar las cabezas
para que no brotaran de nuevo. La cabeza inmortal la aplastó con una roca. En esta
lucha, Hera envía un cangrejo gigante, pero Hércules también lo mata. Después de
la lucha Heracles sumerge las flechas en la bilis de la Hidra. Las heridas
producidas por estas causarán el paso de dios a mortal y a los mortales les
producirá la muerte.
3. Traer viva a Micenas la cierva de Cerinía. La cierva, a pesar de ser hembra, tenía
cuernos de oro. La causa para cumplir esta misión era que estaba consagrada a
Ártemis. Como Hércules no quiere hacerle daño la persigue cuidadosamente
durante un año. Al final le dispara una flecha en el momento que está pasando por
el río Ladón. Sin herirla de muerte, carga con ella sobre los hombros y la
transporta a través de Arcadia en dirección a Micenas. En el viaje de regreso se
encuentra con Apolo y Ártemis que le recriminan lo que ha hecho. Al explicar la
situación dejan que lleve la cierva a Euristeo.
4. Traerle vivo el jabalí de Erimanto. Heracles persigue y acosa al jabalí hasta que
consigue meterlo en un lugar donde la nieve es muy profunda, cuando no se puede
mover, lo captura a lazo y lo lleva vivo a Micenas. Antes y camino de Erimanto
tendrá un episodio con los Centauros en Fóloe.
5. Limpiar los establos del rey Augías. Heracles se presenta al rey Augías ocultando
la orden que tiene de Euristeo y pacta la limpieza de sus establos en un solo día,
como pago recibirá la décima parte del ganado. Heracles desvía los cursos de los
ríos Alfeo y Peneo haciéndolos pasar por los establos y provocando que la
corriente al arrastrar el estiércol los deje limpios. El rey Augías al enterarse de que
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lo había hecho por orden de Euristeo se niega a entregarle lo pactado. En el juicio,
el hijo del rey, Fileo, defiende a Heracles y los dos son exiliados.
6. Ahuyentar a las aves de Estinfalo. Estas aves tenían sus picos, patas y zarpas de
cobre. Atacaban a sus presas con las plumas a modo de flecha. Para ahuyentarlas,
Atenea le da a Hércules unas castañuelas de bronce que había recibido antes de
Hefesto. Cuando las hace sonar, salen las aves ahuyentadas. Es entonces cuando
Heracles las mata a flechazos.
7. Traer vivo de Creta un toro. Se trata del toro que hizo brotar Posidón del mar y que
entrego a Minos, rey de Creta, que había prometido sacrificar todo lo que saliese
del mar. Al no sacrificarlo, Posidón hizo salvaje al toro y, además, hizo que
Pasífae, su esposa e hija del Sol, se enamorase del toro, concibiendo poco después
al Minotauro. Heracles lo captura y lo lleva ante Euristeo.
8. Traer a Micenas las yeguas antropófagas de Diomedes, rey de Tracia. Las yeguas
habían sido enseñadas por Diomedes para alimentarse de la carne de sus
huéspedes. Hércules fuerza la entrada a los establos y se lleva las yeguas en
dirección al mar donde las deja al cuidado de Abdero, hijo de Hermes. Es entonces
cuando Heracles mata a Diomedes y les da de comer a las yeguas sus restos.
Mientras lucha, las yeguas devoran a Abdero y funda la ciudad de Abdera junto a
su sepulcro. Es entonces cuando las doma y las lleva a Euristeo quien las deja en
libertad.
9. Traer el cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas. El cinturón, recibido de Ares,
su padre, como insignia real, era deseado por Admeta, hija de Euristeo. Hércules
convence a Hipólita para que le dé el cinturón, pero Hera se entromete para hacer
creer que la intención de Heracles es raptar a Hipólita. Por esto debe enfrentarse a
las Amazonas y consigue el cinturón tras matar a Hipólita. En este trabajo nuestro
héroe llega a Troya donde se produce la liberación de Hesíone.
10. Traer vivas a Micenas las vacas de Gerion. Gerion vivía en Eritía, isla que es
actualmente Cadiz. Era un ser monstruoso de tres cuerpos fusionados de cintura
para arriba y separados de caderas para abajo. Poseía un rebaño que era cuidado
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por Euritión y por el perro bicéfalo Orto. Es uno de los viajes más largos que
realiza Heracles, pasando por Europa, África y llegando a Tarteso, en la costa de
España, donde colocará las famosas columnas como recuerdo de su paso. Heracles
mata al pastor y al perro primero, y, después, a Gerion. Mete las vacas en la vasija
de oro que le regala antes el Sol, y que le sirve de embarcación, admirado por la
audacia de Heracles al apuntarle con su arco debido al calor existente. Tras una
serie de hazañas los lleva ante Euristeo, quien las sacrifica en honor a Hera.
11. Traerle las manzanas de oro de las Hespérides. Las Hésperides eran tres hermanas,
hijas de Atlante y Hespéride. En su jardín, situado en el monte Atlas, en el país de
los Hiperbóreos, crecían unos árboles que daban manzanas de oro. Estas estaban
custodiadas por un dragón de cien cabezas llamado Ladón. Heracles, para conocer
su ubicación, primero pregunta a las ninfas del río Erídano quienes a su vez le
dicen que debe preguntar a Nereo, hijo de Ponto y Gea, que tiene visión profética.
Nereo pone la condición de que tiene que atraparlo. Como este cambiaba de forma
constantemente, Heracles lo amarra con unas cadenas y Nereo le confiesa que es
Prometeo quien le puede decir dónde está el jardín. Cuando Heracles llega al
Cáucaso, lugar donde se encuentra Prometeo, ve a este encadenado. Un águila se
come su hígado, por la noche se regenera para volver a repetir el castigo. Heracles
decide liberarlo y mata al águila. Prometeo entonces le dice dónde está el jardín y
le da los consejos para conseguir las manzanas. Es Atlante quien debe cogerlas.
Para eso debe dejar de sostener la bóveda celeste, Heracles es el encargado de
sostenerla mientras Atlante las coge. Una vez que este tiene las manzanas quiere
huir y haciendo caso del consejo de Prometeo engaña a Atlante diciéndole que le
ayude a ponerse una almohadilla en la cabeza para poder sujetarla mejor. Es en
este momento cuando Hércules escapa con las manzanas.
12. Traer del Infierno a Cérbero. Este era un perro de tres cabezas y cola de dragón y
múltiples cabezas de serpiente en el lomo. Heracles desciende al Infierno por una
abertura del Ténaro. Allí se encuentra primero con Meleagro y Medusa. A esta la
acomete con la espada hasta que Hermes le hace saber que es una sombra.
Meleagro le dice que cuando regrese al mundo de los vivos deberá casarse con su
hermana Deyanira, cosa que hará y que tendrá como consecuencia su muerte. Ya
en las puertas encuentra a Teseo y Pirítoo encadenados por haber descendido con
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el propósito de raptar a Persefone. Libera a Teseo pero, al producirse un terremoto,
no puede liberar a Pirítoo. Hades autoriza a llevarse el perro si es capaz de
llevárselo sin hacer uso de sus armas. Resguardado por su coraza y por la piel del
león agarra a Cérbero y, a pesar de que es mordido por una serpiente de la cola, lo
doma. Junto con Teseo salen a la tierra y le lleva el perro a Euristeo, volviéndolo a
dejar en el Infierno.
2.4. Otras hazañas durante los doce trabajos
Durante los doce trabajos, Heracles, fue protagonista de otras hazañas, algunas de las
cuales resumiremos a continuación.
Para realizar el cuarto trabajo, Heracles pasa por la región de Fóloe y se hospeda en
casa del centauro Folo. Al pedir a Folo, reticente, que abra un tonel de vino propiedad de los
Centauros, vienen todos armados al olor del vino y Heracles lucha con ellos. Matando a
varios, los demás huyen y se refugian detrás de Quirón. Este recibe un flechazo en la rodilla,
disgustando a Heracles. Bajo el dolor insoportable pide a Zeus que le haga mortal. Mata a los
Centauros. Folo, al final, muere accidentalmente, mientras examina una flecha le cae en el
pie.
En el octavo trabajo, Heracles acompañado de algunos voluntarios llega a Feras de
Tesalia y cuando se encuentra en el palacio del rey Admeto, libera a Alcestis, su esposa, de
los brazos de la Muerte. Admeto antes había conseguido de las Parcas que, llegado el día,
pudiera liberarse de la muerte si alguien voluntariamente está dispuesto a morir en su lugar.
Solo Alcestis se ofrece.
Después del noveno trabajo y apoderarse del cinturón de Hipólita, llega a las costas de
Troya y lleva a cabo la liberación de Hesíone, hija del rey Laomedonte. Troya se ve asolada
por un monstruo marino enviado por Posidón y por una epidemia enviada por Apolo como
consecuencia de que Laomedonte no cumple el pacto al construir estos las murallas de Troya.
Para evitar estas calamidades sacrifica a su hija, tal y como le dice el oráculo, y encadena a su
hija a una roca en la orilla del mar para ofrecérsela al monstruo. Heracles salva a Hesíone
matando al monstruo marino (abre sus mandíbulas y permanece en su vientre tres días antes
de matarlo) previo pacto con su padre (la recompensa serían unos caballos divinos). Este
incumple el pacto y como consecuencia, años después, Heracles se vengaría atacando la
ciudad de Troya y matando a Laomedonte.
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En el décimo, cuando regresa con las vacas metidas en la vasija de oro y llega a
Liguria, dos hijos de Posidón, Yalebíon y Dercino, intentan robarle el ganado y Heracles los
mata. Después sigue hacia Toscana y Caco, monstruo hijo de Vulcano le roba algunas vacas,
Heracles al darse cuenta le da muerte y recupera las reses. Otra hazaña que realiza en este
viaje es la de dar muerte a Érix, hijo de Posidón, cuando un toro escapa del rebaño de
Heracles y pasa a Sicilia mezclándose con los rebaños de este. Posteriormente en Tracia, Hera
envía unos tábanos para dispersar al ganado. Finalmente Hércules los recupera.
En el undécimo, después de hablar con Nereo, recorre África y lucha con Anteo, rey
de África e hijo de Posidón, todos los extranjeros que pisaban su tierra estaban obligados a
luchar con él. Heracles logra vencerlo y darle muerte levantándolo en vilo y cortándole la
energía que recibía de la Tierra y que era la fuente de su fortaleza. Después de esto, continúa
por Egipto y se enfrenta a Busiris, también hijo de Posidón. Este sacrificaba a los extranjeros
en el altar de Zeus pues Frasio, adivino de Chipre, le había dicho que para que los campos de
Egipto fueran fértiles debía sacrificar a un extranjero cada año. A Heracles lo encadena e
intenta sacrificarlo pero Hércules se libera y da muerte a Busiris y a su hijo Anfidamante.
2.5. Hazañas posteriores a los trabajos
Heracles regresa a Tebas cuando termina los doce trabajos y casa a Mégara con su
sobrino Iolao. Busca casarse de nuevo y se entera de que el rey Éurito dará en matrimonio a
su hija a quien venza a él y sus hijos en el tiro con arco. Cuando Heracles vence, Éurito falta a
su palabra por temor a que Heracles se vuelva loco nuevamente y mate a los hijos que pueda
tener con su hija Íole.
Después, Autólico roba las vacas de Éurito y este sospecha de Heracles. Ífito, hijo del
rey, vuelve a defenderlo y pide ayuda al héroe para encontrar las vacas. Heracles vuelve a
enloquecer y mata a Ífito arrojándolo desde lo alto de las murallas de Tirinto. Para purificarse
de este nuevo crimen se dirige a Pilos donde se encuentra Neleo quien le niega la purificación.
Se dirige entonces a casa de Deífobo, hijo de Hipólito, y lo purifica pero cae gravemente
enfermo. Acude a Delfos para curarse, la Pitia no quiere emitir el oráculo y Hércules intenta
conseguirlo por la fuerza, lucha incluso con Apolo pero Zeus los separa con un rayo y
Hércules obtiene el oráculo. Este le dice que curará su enfermedad si es vendido como
esclavo, permanece tres años así y entrega a Éurito el precio que paguen por él. Hermes es el
que lo pone en venta y lo compra Ónfala, reina de Lidia. Éurito no acepta el dinero. Durante
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los tres años que permanece como esclavo realiza varias hazañas. Captura y encadena a los
Cércopes, mata a Sileo y a su hija y entierra a Ícaro, hijo de Dédalo.
Terminado el período de los tres años, emprende la expedición del castigo contra
Troya y Laodemonte. Cuando regresa, Hera produce una tempestad que le hace llegar a la
tierra de Cos y se produce un enfrentamiento con sus habitantes. Herido por Calcodonte, es
salvado por su padre Zeus. Posteriormente emprenderá seguidamente las expediciones de
castigo contra Augías, Neleo y contra Esparta.
A su regreso de Esparta y pasar por Tegea, deja embarazada a Auge, hija del rey Aleo.
Su hijo Télefo será salvado por los dioses que enviaron una cierva para que lo amamantase al
dejarlo Tegea en un altar de Atenea y posteriormente Aleo en el monte Partenio.
2.6. Deyanira, muerte y apoteosis
Cuando deja Tegea, Heracles se dirige a Calidón y solicita casarse con Deyanira, hija
de Eneo, rey de Etolia, tal y como acordó con Meleagro, hijo también del rey. Sin embargo,
existe otro pretendiente con el que tiene que luchar y vencer, el río Aqueloo.
Después de casarse con Deyanira y permanecer en el palacio de Eneo, ayuda a los
calidonios en la guerra contra los tesprotos. Al tomar la ciudad de Efira deja embarazada a
Astioque, hija del rey Filante, y tiene un hijo, Tlepólemo. Desde allí envía a siete de sus hijos
a Tespio, tres a Tebas y los cuarenta restantes a Cerdeña.
De regreso a Calidón tiene la desgracia de matar accidentalmente a Éunomo por que le
desagradó la bebida que le servía. Su padre perdonó a Heracles, pero este se obliga a sufrir el
destierro y, con su esposa, sale en dirección a Traquis. En el viaje tienen que pasar el río
Eveno. El río viene muy crecido y el centauro Neso pasa a Deyanira a la otra orilla e intenta
violarla, Hércules con una de sus flechas envenenadas lo mata. Moribundo engaña a Deyanira
diciéndole que recoja el semen que de él ha caído a tierra y lo mezcle con la sangre de la
herida para hacer un filtro mágico que recupere el amor de Hércules si alguna vez lo pierde.
Deyanira no se da cuenta de que la sangre esta envenenada por la flecha de Hércules y que los
efectos serán mortales. Una vez que llega a Traquis emprenderá la lucha contra los Dríopes y
después contra Ecalia (para enfrentarse contra Éurito), que será la última lucha que mantenga
antes de su muerte debido a la venganza del centauro Neso.
Deyanira, temerosa de que Iole seduzca a su marido (como vimos, Éurito se niega a
conceder a Heracles la mano de su hija), utiliza el filtro de Neso impregnando una capa con la
sangre y la envía junto con Licas para dársela ya que se encuentra en el monte Eta. Al
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ponérsela empieza a hacer efecto el veneno e intenta quitársela arrancándose la propia piel.
Mata a Licas arrojándolo al mar y ordena que lo lleven a Traquis para castigar a su esposa,
quien se suicida al enterarse. Entonces ordena hacer una pira para que lo quemen. Nadie
quiere encender la pira. Fue Peante, rey de Melibea quien la prende recibiendo a cambio el
arco y las flechas de Heracles. Sófocles abordará de un modo magistral esta tormentosa
relación marital entre Deyanira y Heracles en Las Traquinias, una tragedia de fuerte tensión
psicológica. Algo más diremos sobre esta tragedia un poco más abajo.
La parte inmortal del héroe asciende al Olimpo subida al carro de Zeus. Allí se casa
con Hebe, hija de Hera y Zeus, con la que tiene dos hijos: Alexiara y Aniceto (la
reconciliación con Hera). Como recuerdo de todas sus hazañas se le regala un puesto entre las
estrellas, la constelación de Hércules, uno de los más famosos ‘catasterismos’ de la mitología
clásica.
3. Manifestaciones literarias del mito
Como dice Highet (2012: 11): “Nuestro mundo es, en muchos aspectos, una
continuación del mundo de Grecia y Roma (…) en la mayor parte de nuestras actividades
intelectuales y espirituales somos nietos de los romanos y biznietos de los griegos”. Muchas
de las cosas que realizamos están influenciadas por estas culturas. Si lo pensamos, en muchos
aspectos de nuestra existencia, no han cambiado tanto las cosas desde que griegos y romanos
aparecieran sobre la tierra. Es por esto por lo que las manifestaciones literarias de los mitos
van a ser muy abundantes y se van a adaptar con el paso del tiempo conformando la literatura
actual.
3.1. Manifestaciones clásicas
Hay que tener en cuenta que inicialmente los mitos se transmitían por los aedos,
cantores épicos de la antigua Grecia. El inicio, por tanto, de la transmisión de estos era oral.
Es más tarde, alrededor del s. V a. C., cuando los griegos empiezan a escribir y abandonan la
oralidad pasando de ser meros transmisores a ser creadores, adaptando los mitos que antes
han oído y creando nuevas versiones de estos.
Son abundantes las manifestaciones literarias del mito de Heracles en la antigua
Grecia, según Grau (1995: 10): “Una de las figuras más utilizadas en el repertorio trágico
griego, es precisamente Hércules, por su doble naturaleza que provoca grandes conflictos”.
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Ya en La Iliada de Homero, el poema conocido más antiguo de la literatura europea,
aparecen numerosas referencias significativas al mito de Heracles. También podemos destacar
en La Odisea el canto XI (Nekya/Descensus ad ínferos), donde Heracles conversa con
Odiseo.
Hesiodo es otro autor griego que en su obra Teogonía, una de las versiones más
antiguas sobre el linaje de los dioses y el origen del cosmos, le dedica un espacio notable a
nuestro personaje. Lo incluye al final de la obra en lo que será un catálogo de héroes
aparecidos de la unión de los dioses y humanos, después de repasar todas las generaciones de
los primeros y solo cuando consigue la inmortalidad.
Basándose en Los trabajos y los días, también de Hesiodo, se le atribuye a Pródico,
filósofo sofista, el fragmento de Heracles en la encrucijada donde debe elegir entre dos
caminos representados por dos mujeres que representan la virtud y la lujuria, la primera le
llevará a la inmortalidad mientras que la segunda no conducirá a nada. La versión de
Jenofonte, Memorabilia, se hará muy popular en épocas posteriores:
Cuando Heracles estaba pasando de la niñez a la adolescencia, momento en el que los jóvenes
al hacerse independientes revelan si se orientarán en la vida por el camino de la virtud o por el
vicio, cuentan que salió a un lugar tranquilo y se sentó sin saber por cuál de los dos caminos se
dirigiría. Y que se le aparecieron dos mujeres altas que se acercaban a él, una de ellas de
hermoso aspecto y de naturaleza noble, engalanado de pureza su cuerpo, la mirada púdica, su
figura sobria, vestida de blanco. La otra estaba bien nutrida, metida en carnes y blanda,
embellecida de color, de modo que parecía más blanca y roja de lo que era y su figura con
apariencia de más esbelta de lo que en realidad era, tenía los ojos abiertos de par en par y
llevaba un vestido que dejaba entrever sus encantos juveniles” (Capelli, 1999, tomado de
Zaragoza, 1993: 66-67)
El del camino que se bifurca o bivium será uno de los temas más recurrentes en las
narraciones caballerescas espirituales del siglo de Oro (Herrán, 2013: 37), además de en otras
muchas manifestaciones artísticas
Apolodoro, sin embargo, será el autor que exponga la biografía más completa. En su
obra Biblioteca del siglo I o II d.C., donde hace una compilación de la historia de los mitos
griegos desde el principio del universo hasta la Guerra de Troya, recopila de diferentes
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fuentes todas las aventuras de nuestro héroe. Será, sin duda, una de las obras de referencia
para examinar cualquier mito y en particular el mito del que tratamos.
Otro autor que tendrá especial relevancia en épocas posteriores de la literatura y que
está considerado como uno de los precursores del género bucólico o pastoril será Teócrito.
Escribirá los poemas denominados idilios, pequeñas composiciones poéticas. Destacar con
relación a nuestro tema el idilio XXIV, el pequeño Heracles, y el XXV, Heracles matador del
león. En el primero nos narra la aventura de cómo Heracles mata, con sus propias manos, a
dos serpientes cuando él y su hermano Ificles eran todavía unos niños que estaban en la cuna.
Sin duda, existen otros muchos autores que en sus obras harán referencia a nuestro
personaje. No obstante, es imposible que en este estudio podamos entrar en detalle en cada
uno de ellos. Como muestra podemos destacar a Eurípides quien le dedica entre otras las
siguientes obras: Heracles, ya mencionada; Los Heráclidas, en el que trata los entuertos de la
relación conflictiva entre Euristeo y Heracles tras su muerte (Moormann y Uitterhoeve, 1997:
178) y Alcestis, en la que rescata a esta, la mujer de Admeto, del reino de los muertos. Este
autor lo que hace en estas obras será criticar a los dioses y poner límites al héroe como
síntoma de la crisis de valores tradicionales en la Atenas del siglo V a.C. (Grau, 1995: 13).
Basándose en este último, Séneca escribirá Hércules furioso en el que introducirá
cambios en la narración de la historia. En esta obra el conflicto que mantiene Licos con
Hércules estará motivado porque aquel quiere cortejar a Mégara. Sin embargo, en la obra de
Eurípides se cuenta como Heracles mata a Licos después de asesinar este, en su ausencia, a
Creonte y amenazar la vida de Mégara, sus tres hijos y su padre. Otra obra del autor en la que
se narran los sucesos que llevarán a la muerte y apoteosis del héroe, y en la que se presenta a
Deyanira como una mujer varonil y celosa, será Hércules en el monte Eta. En estas dos obras
el autor hace un planteamiento desde el punto de vista humano y no desde el punto de vista
mítico (Grau, 1995: 13).
Para finalizar, mencionar a Sófocles quien tratará también los acontecimientos que
llevan a la muerte de Heracles en Las Traquinias. Es una tragedia que es de utilidad
mitográfica pues ha dado a la biografía un marco cronológico que no poseía: sucesivamente,
los doce trabajos, los conflictos con Éurito, la muerte de Ífito, la servidumbre con Ónfala, la
expedición contra Éurito, la relación amorosa con Iole, el envío de la capa con la tela
envenenada por Deyanira y la muerte en la pira (Moormann y Uitterhoeve, 1997: 179).
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3.2. Manifestaciones medievales
A partir del siglo III d. C., el cristianismo verá a Hércules como el esclavo que tras
arduos trabajos conseguirá un lugar en el cielo (Moormann y Uitterhoeve, 1997: 180) y se
considerará como ejemplo del buen cristiano. Se establecerán una serie de paralelismos con la
figura de Cristo. Por una parte su doble naturaleza, hijo de un dios y de una mujer mortal.
Además, nuestro personaje baja a los infiernos y vence a Cerbero como Cristo que también
desciende a estos y derrota a Satán. También los sufrimientos padecidos por el veneno de la
capa, su muerte en la pira y su ascensión al Olimpo, se corresponderán con el sufrimiento,
muerte en la cruz y ascensión a los cielos de Cristo. En la Biblia aparecen también
paralelismos con el mito de Hércules que podemos considerar manifestaciones literarias. Es el
caso de Sansón, despojado de su fuerza por Dalila, igual que Hércules se deja privar de esta
por Ónfala, y su lucha con el león a quien mata también con sus propias manos igual que
nuestro personaje. Estas semejanzas harán que se desarrolle esta visión del héroe en la
tradición alegórica medieval y en el Renacimiento temprano y se presente como si estuviera
cristianizado.
La Edad Media se va a caracterizar por la existencia de un profundo sentimiento
cristiano que empapará la vida en occidente y que hará que la mitología se reduzca a la
mínima expresión. No obstante, el anterior paralelismo establecido hará que Hércules
represente el ejemplo del gran esfuerzo que debe realizar el cristiano para llevar una vida
virtuosa y alcanzar la inmortalidad. Por ello, se retomará el tema de Hércules en la
encrucijada, y el bivium aparecerá en esta época como símil de la imagen del buen cristiano
que tiene que elegir entre dos caminos, el de la virtud para alcanzar la inmortalidad y el del
pecado. Será en Italia, de la mano de Petrarca, donde se recuperará a Hércules como símbolo
de la libre voluntad y de la gloria humana, y donde el bivium volverá a tener plena vigencia
(Capelli, 1999: 505).
Como hemos visto es Apolodoro quien realiza una biografía completa, ordenada y
racional en la que se distinguen los doce trabajos ordenados por Euristeo y las hazañas
secundarias que surgen de estos. En la Edad Media, sin embargo, esta distinción desaparecerá,
todos se interpretarán combinando las tres corrientes exegéticas en boga: la evemerista (según
la cual los dioses paganos no son más que personajes históricos de un pasado mal recordado),
la astrológica (catasterismo) y la alegórica (significado simbólico de los mitos). Además, los
estudiosos de la época acuden, por desconocimiento de la literatura griega, a autores tardíos y
fuentes secundarias (Jiménez, 2012: 163).
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De este modo, en la literatura medieval española, dominada por la Iglesia Católica,
Hércules va a ser, como se ha dicho, un ejemplo del triunfo del Bien contra el pecado. En esta
época nos vamos a encontrar con dos autores que se van a ocupar de Hércules y sus doce
trabajos en clave moral y evemerista: Alfonso X el Sabio y Enrique de Villena. El primero
escribirá la General Estoria con anterioridad al Genalogiae deorum gentilium libri XV (libro
XV de la genealogía de los dioses paganos) de Boccacio, que es una recopilación muy
completa de la mitología griega y que se usaría para el análisis de la mitología hasta bien
entrado el Renacimiento. Con posterioridad a la publicación de esta, el segundo, escribirá Los
doce trabajos de Hércules. La diferencia entre las dos obras estará en las fuentes y en la
intencionalidad. El propósito de Alfonso X el Sabio a la hora de escribir la General Estoria es
darle majestuosidad al pasado de la monarquía, mientras que el segundo publica su obra para
darse propaganda a sí mismo (Jiménez, 2012: 164).
La General Estoria es una historia universal, redactada entre 1272 y 1284, en la que se
cuentan los sucesos bíblicos junto a las leyendas de los “gentiles”. Toma como fuente
principal el cómputo de las edades establecidas en las Crónicas de San Jerónimo,
continuadas, a su vez, por Eusebio de Cesarea en las que se enfrentan en paralelo los sucesos
acaecidos en las distintas civilizaciones año por año. Empieza con la creación del mundo y su
fin era llegar hasta la etapa en la que se escribió pero quedó inacabada. En la Segunda Parte
narra la Estoria de Ercules y cuenta la historia de Hércules desde su nacimiento hasta su
muerte. Como expone Fernández-Ordóñez (1992: 76) “es el resultado de haber combinado
muy diversas fuentes en una estoria unada que realzará la importancia histórica de este
personaje tan admirado por Alfonso X”. Las fuentes de las que “bebe” principalmente son: las
Metamorfosis de Ovidio, las Etimologías de Isidoro y el Libro de los linajes de los gentiles.
En la obra de Alfonso X, cabe destacar la narración de la expedición llevada a cabo
por Hércules en busca de las vacas de Gerion pues la convierte en un hecho histórico en la
que habría fundado varias ciudades españolas. Al llegar a una isla en el extremo de Andalucía
levanta dos columnas y funda Gades Ercules que significa “términos de Hércules”. Con
sorpresa, a Gerión lo hace hijo de Euristeo y afirma que las tres cabezas simbolizan el
dominio sobre Galicia, la Lusitania y la Bética. Enterado Hércules del mal gobierno de este lo
derrota y conquista todas estas tierras. Tras conquistarlas vuelve a Cádiz y al recorrer el
Guadalquivir siguiendo su curso funda Sevilla (Jiménez, 2012: 166).
Este hecho se producía en la Edad Media de forma habitual de manera que se
intentaba que los reinos contaran con grandes antepasados míticos. El paso del Anfitriónida
por Hispania, refrendado por los testimonios de los antiguos, daba la oportunidad de
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relacionarlo con las lejanas raíces de Castilla. Esto es lo que hizo Alfonso X con Hércules en
su General Estoria, acudir a la leyenda del mito para dar un pasado majestuoso a España
(Jiménez, 2012: 167).
Por otro lado, Los doce trabajos de Hércules de Enrique de Villena se escriben, según
él mismo cuenta en una carta a Mosén Pere publicada en el libro, para “cresçimiento de
virtudes e purgamiento de viçios” (Villena, 2007: 16). Mosén Pere Pardo fue un noble
valenciano que pidió a Enrique que escribiera su primera obra, Los dotze treballs de Hèrcules
que se publicaría en 1417. Más tarde, Juan Fernández de Valera le pide que la traduzca al
castellano. Es en esta donde aparece un prólogo y la carta de referencia. En la introducción de
la obra explica el desarrollo de cada capítulo (doce). Comienza con la historia nuda, tal y
como la cuentan los antiguos; sigue y explica la alegoría que existe detrás de ella
(declaración); después cuenta la verdad que esconde (verdad) y por último la enseñanza
moral que nos proporciona (aplicación).
La estructura que sigue es la misma que la del italiano Coluccio Salutati en De
laboribus Herculis (finales del siglo XV), pero añade las alegorías como ejemplo para la
sociedad de la época. Esta nueva interpretación que se produce en la obra nos servirá para
conocer las distintas clases sociales existentes en este tiempo. Para Villena existen doce
estados en la vida y es por esto por lo que según él hay que fijarse en este mito: el estado del
príncipe, de prelado, de caballero, de religioso, de ciudadano, de mercader, de labrador, de
ministral, de maestro, de discípulo, de solitario y de mujer. A su vez, cada uno de estos
contendrá diversos niveles.
Las fuentes que utiliza para su desarrollo son: el Metamorphoseos de Ovidio, la
Mitología de Fulgencio, la Genealogía de Boccaccio, la Eneida de Virgilio, las Etimologías
de Isidoro y la Consolación de la filosofía de Boecio.
Como expone Jiménez (2012: 174) “la obra de Villena ofrece el prototipo del héroe
como exemplum virtutis”, aunque no solo esto, nos muestra otros conceptos como el de la
necesidad de conjugar la vida activa con la vida contemplativa y contiene una enseñanza para
la sociedad.
Por último, aunque los autores que hacen mención a nuestro héroe en sus obras son
numerosos y el presente estudio solo pretende ser una pequeña muestra, nombraremos al
Marqués de Santillana y su obra el Favor de Hércules contra Fortuna que recurriendo a la
simbología mítica de nuestro héroe expresará su deseo de que España sea liberada de los
monstruos que la devoran y enfrentará a Álvaro de Luna con Hércules; a Raoul Le Fèvre y su
obra Le libre du fort Hercules (1464) y a Pietro Andrea Bassi con Le fatiche d’Ercole (1475).
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3.3. Manifestaciones en la edad Moderna
Comienza esta época en el siglo XVI y vendrá marcada por el avance del Humanismo
que pretende recuperar el legado de los clásicos. El nuevo actor de esta época será el noble
que para servir en la Corte, y ganar favores y gracias del rey, debe, además de ser ducho en el
manejo de las armas, dominar las letras según establecen los humanistas en el studia
humanitatis.
La poesía de esta centuria es, en buena medida, fruto del acoplamiento de la poesía de
cancionero española y la poesía italianizante. Provienen las dos de la poesía provenzal que al
extenderse por la península y por Italia sufren un proceso que las diferencia, aunque, como
expone Prieto (1991: 11): “…mantuvieron gustos comunes hasta llegar a su encuentro, como
cierto conceptismo, cierta predilección por la antítesis, por los juegos de palabras, las
aliteraciones o los bisticci”.
Pero, además, el estilo italiano en nuestra poesía no hubiera sido posible sin echar
mano del concepto de imitatio, pues el renacimiento de nuestra literatura se origina con este
(Cruz, 1988:1). Gracias a ello, el escritor conecta con la cultura clásica, haciendo que el
pasado y el presente se unan, para crear nuevas formas de expresión que sirvan y le den un
sentido propio de identidad al nuevo hombre del Humanismo. En este siglo se continuará con
la controversia establecida en el cuatrocientos entre dos tipos de imitación (Cruz, 1988: 21).
La imitación compuesta es la que se produce cuando el autor bebe de múltiples fuentes para
crear su obra, será la preferida por Séneca, Petrarca o Poliziano, y estará en contraposición
con la imitación simple, donde el autor crea su obra basándose en unos pocos modelos,
seguida por Cicerón. La primera será apoyada por el mismo Erasmo en su obra Ciceronianus
(1528).
Este volver a los clásicos hace que comiencen a difundirse, al ser editados, los autores
griegos. Los literatos comienzan a introducir los mitos en sus obras, pero lo harán
interesándose por ellos para la búsqueda de una perfección formal y buscando expresar sus
sentimientos, a diferencia de la época anterior.
Una fuente que está considerada como el primer manual español de mitología es la del
bachiller Juan Pérez de Moya, Philosophia secreta de la gentilidad, dividida en siete libros.
La diferencia con anteriores tratados es que esta obra busca las enseñanzas que existen tras las
fábulas mitológicas. El libro cuarto está dedicado a los héroes y a los semidioses. De Hércules
recogerá veinte aventuras. También aparece como ejemplo para explicar las fábulas antiguas:
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Hércules, hijo de Júpiter (según fingimiento poético), concluidos sus trabajos vitorioso fue
colocado en el Cielo. Tomando esto según sentido literal, no se entiende otra cosa más de lo que
la letra suena. Y según Alegoría o moralidad, por Hércules se entiende vitoria contra los vicios.
Y según sentido Anagógico significa el levantamiento del ánima que desprecia las cosas
mundanas por las celestiales. Y según sentido Prologico, por Hércules se entiende un hombre
fuerte, habituado en virtud y buenas costumbres. Y según sentido Físico o natural, por Hércules
se entiende el Sol, y por sus doce trabajos o hazañas, los doce signos del Zodíaco, sobrepujados
dél por pasar por ellos en un año.
Garcilaso de la Vega que puso voz a la escuela italianista en España también hizo uso
del mito. En la Égloga III describe una naturaleza idílica (tópico del locus amoneus) y
presenta un lugar hermoso, sereno y apacible donde hace aparición una ninfa. Imita a las
culturas griegas y romanas haciendo uso de las historias de dioses, ninfas y héroes de la
mitología. Del que estamos tratando podemos destacar la alusión a Alcides (Hércules) en la
Égloga III, en él se comparan los árboles como símbolo de tres personajes mitológicos:
El álamo de Alcides escogido
fue siempre, y el laurel del rojo Apolo;
de la hermosa Venus fue tenido
en precio y en estima el mirto solo;
el verde sauce de Flérida es querido,
y por suyo entre todos escogiólo:
doquiera que de hoy más sauces se hallen,
el álamo, el laurel y el mirto callen.
El sevillano Juan de Mal Lara, prestigioso humanista de la segunda mitad del
Quinientos, escribe un poema narrativo de sesgo épico-alegórico en octavas reales que
compara los doce trabajos de Hércules con las gestas bélicas del emperador Carlos V, el
Hércules animoso (Escobar, 2002: 737).
Otro autor que introduce numerosas menciones al mito de Hércules en sus obras y
principalmente en el Quijote fue Miguel de Cervantes. En este autor, tal y como asegura
López (2006: 105), el héroe ocupa un lugar de honor. Lo nombra, al menos, quince veces de
forma directa y otras veinte indirectamente. Entre otras, podemos encontrar las alusiones al
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mito en La Galatea. En el libro IV, refiriéndose al amor y a la época en la que fue esclavo de
Ónfala, nos dice: “…éste redujo los fuertes brazos del famoso Hércules…”. Ya en el siglo
XVII, las encontramos en La casa de los celos cuando realizaba tareas pertenecientes a la
mujer:
“Aquí está el grande Alcides, no cortando
de la hidra lernea las cabezas,
sino a los pies de Deyanira hilando,
con mujeriles paños y ternezas”.
Más tarde, las encontraremos en el Quijote. Cuando el ingenioso hidalgo dice a
Sancho respecto a la virtud y a la calumnia: “…dondequiera que está la virtud en eminente
grado, es perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser
calumniado de la malicia (…) De Hércules, el de los muchos trabajos, se cuenta que fue
lascivo y muelle”. En el momento en el que el caballero del Bosque dice a don Quijote
refiriéndose a los trabajos de Hércules: “Esta tal Casildea, pues, que voy contando pagó mis
buenos pensamientos y comedidos deseos con hacerme ocupar, como su madrina a Hércules,
en muchos y diversos peligros, prometiéndome al fin de cada uno que en el fin del otro
llegaría el de mi esperanza”. En la canción de Grisóstomo hace referencia a Cerbero: “Y el
portero infernal de los tres rostros, con otras mil quimeras y mil monstruos, lleven el doloroso
contrapunto; que otra pompa mejor no me parece que la merece un amador difunto”. Al
explicar cómo se vuelve loco Don Quijote, Cervantes escribe: “Mejor estaba con Bernardo del
Carpio, porque en Roncesvalles había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de la
industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos”. Cuando
don Quijote se queda solo con los duques, le dice a la condesa sobre la muerte de Roldán:
“…y así, cuando Bernardo del Carpió le mató en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar
con el hierro, le levantó del suelo entre los brazos, y le ahogó, acordándose entonces de la
muerte que dio Hércules a Anteón, aquel feroz gigante que decían ser hijo de la Tierra…”.
En pleno barroco siguen apareciendo alusiones literarias de nuestro personaje pues en
esta etapa sigue perdurando lo clásico. Ahora bien, frente al concepto renacentista que usa el
mito como recurso se encuentran los poetas barrocos, a estos les interesa el mito por sí
mismo. Como consecuencia el mito estará presente en estos literatos y nuestro héroe también.
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Quevedo en su Comparación elegante de Hércules con sus penas, y del Non Plus
Ultra de sus columnas, que desmintió el rey católico, nos muestra en realidad las penas del
amante que son comparadas con las fieras que el héroe venció y no como el título parece dar a
entender la comparación de Hércules con las penas del amante. El sufrimiento del poeta es
comparado con los leones, centauros, quimeras y monstruos a los que se enfrenta Hércules.
Comienza el poema con la muerte del héroe en el monte Oeta debido al veneno puesto por
Deyanira en la capa. El último terceto compara las famosas “columnas de Hércules”, que
ponen de manifiesto que más allá de ellas no hay nada (Non Plus Ultra), con los ojos de Lisi,
su amada:
Si el cuerpo reluciente que en Oeta
se desnudó, en ceniza desatado
Hércules, y de celos fulminado
(ansí lo quiso Amor), murió cometa,
le volviera a habitar aquella inquieta
alma, que dejó el mundo descansado
de monstruos y portentos, y el osado
brazo armaran la cava y la saeta,
sólo en mi corazón hallara fieras,
que todos sus trabajos renovaran,
leones y centauros y quimeras.
El Non Plus Ultra suyo restaurarán
sus dos columnas, si en tus dos esferas,
Lisi, el fin de las luces señalaran.
Lope de Vega, en su soneto 93 de Rimas, alude a la lucha con la hidra de Lerna y la
compara con su lucha contra la mala fortuna. Las cabezas de la hidra serán muchas, igual que
sus desdichas, por eso se da por vencido y deja de luchar:
Rompe las conchas Hércules famoso
de la Hidra feroz, y el campo esmalta
de veneno y de sangre, el tronco salta
por la violencia del bastón ñudoso;
pero súbitamente el escamoso
cuello brota, en lugar de aquella falta,
siete cabezas de cerviz más alta,
temblando el eco al silbo temeroso.
Así yo, triste (que vencer deseo
esta sierpe cruel de mi fortuna
en tantas diferencias de batallas),
con mis desdichas sin cesar peleo;
mas donde quiero remediar alguna,
resultan tantas que es mejor dejallas.
También el del poeta, sevillano y mecenas de Lope de Vega, Juan de Arguijo, que
dentro de la escuela sevillana se distinguió por su amor hacia los temas clásicos y en uno de
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sus sonetos, concretamente el LII titulado A Hércules, menciona los doce trabajos realizados
por Hércules:
El jabalí de Arcadia, el león de Nemeo,
y el toro a los cien pueblos pavoroso
cayeron a mis pies, y victorioso
de la hidra me vio el lago Lerneo.
El can de tres gargantas y Tifeo,
fieras guardas del claustro tenebroso,
no estorbaron mi intento generoso,
ni le valió caer al fuerte Anteo.
Ejemplos de mi ilustre vencimiento
son Aqueloo, Busiris y Diomedes,
y el rey a quien huir Hesperia mira.
Mas, ¿porqué ufano mas victorias cuento,
cautivo en tu prisión? ¡Cuánto más puedes
si me rendiste, oh bella Deyanira!
En 1635, Pedro Calderón de la Barca sustituye a Lope de Vega como dramaturgo de
cámara y empieza a interesarse por las comedias mitológicas. En esta época escribe Fieras
afemina amor, es una obra de marcado carácter simbólico, donde se narran las aventuras del
héroe y cuya fuerza debe ser controlada (afeminada) por el amor.
Luis Vélez de Guevara, como ejemplo también de que el valor de los súbditos no es
sino un reflejo del de sus señores, escribirá El Hércules de Ocaña, drama en el que el soldado
Céspedes llega a vencer a poderes naturales y sobrenaturales (Moormann y Uitterhoeve,
1997: 182). Alonso Céspedes fue uno de los soldados españoles más audaces del siglo XVI y
se comparó con el héroe debido a la fuerza que poseía, eclipsó al que tenía la misma fama,
Diego de Paredes y si este último tenía el mote de Sansón de Extremadura, aquel mereció el
de Alcides castellano y Hércules de Ocaña. Anteriormente, Lope de Vega escribió sobre él El
valiente Céspedes. Más tarde con trozos de la obra de Lope y de Vélez, Juan Bautista
Diamante escribirá otra obra titulada también El Hércules de Ocaña.
Otro ejemplo es el del autor Tirso de Molina. Lo mitológico aparece en su obra de
forma accidental en forma de alusiones, citas y comparaciones. Todo su bagaje cultural,
intelectual y erudito debido a su formación universitaria provocará la creación de una comedia
íntegramente mitológica El Aquiles. En ella nos demuestra su conocimiento humanístico,
aunque si nos abstraemos del escenario, de las referencias históricas y de los nombres de los
personajes, parecerá que estemos presenciando mentalmente una intriga heroico-amorosa,
desarrollada entre los cortesanos de Felipe IV (Palomo, 1998). Además de intervenir Alcides
(Hércules) como personaje, podemos destacar en la escena tercera del acto primero a Ulises,
medio desnudo y loco, hablando sobre el episodio del Minotauro:
Toquen las cajas aprisa,
y pues Grecia a Troya pasa,
abrase Ulises su casa.
¿Hércules está en camisa?
Deyanira le pegó
la ponzoña del centauro.
Creta encierre al minotauro,
que Pasifé le parió;
pobre Minos, ¿qué dolor
de cabeza os atormenta?
El marido que se ausenta
eche en remojo su honor.
Toro se llama la cama
del matrimonio en latín,
etimología ruin
sacará de ella la fama;
díganlo los adivinos,
mientras yo mi ausencia lloro,
¿la Pasifé con el toro
y sin azotallas Minos?
¡Oh bellaco¡ ¿De malicia
qué laberintos trazáis
y a mi Troya me enviáis?
¡Malos años¡ No hay justicia.
¿Pasifé abrazando al toro
y Venus al mostruo de oro?
¡Malos añosj No hay justicia
Para finalizar este apartado pondremos el ejemplo de Félix María de Samaniego (de la
etapa neoclásica) que en su fábula XI, el carretero y Hércules de las Fábulas en verso
castellano para el uso del Real Seminario Vascongado también menciona a nuestro
personaje:
En un atolladero
El carro se atascó de Juan Regaña;
Él a nada se mueve ni se amaña,
Pero jura muy bien: gran Carretero.
A Hércules invocó; y el dios le dice:
«Aligera la carga; ceja un tanto;
Quita ahora ese canto;
¿Está?» «Sí, le responde, ya lo hice.»
«Pues enarbola el látigo, y con eso
Puedes ya caminar.» De esta manera,
Arreando a la Mohina y la Roncera,
Salió Juan con su carro del suceso.
Si haces lo que estuviere de tu parte
Pide al cielo favor: ha de ayudarte.
3.4. Manifestaciones en la edad Contemporánea
La lírica de final de la edad moderna, el neoclásico, tiene como una de sus
características más destacadas el uso de la recreación mitológica. Los escritores de esta etapa,
además de utilizar el simbolismo del mito como ejemplo de comportamiento y virtudes,
también lo emplean en la propia descripción de los mismos o en la explicación de las
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aventuras de los dioses y héroes. Valga como ejemplo la Fábula de Alfeo y Aretusa de José
Antonio Porcel y Salamanca, o la Elegía a las Musas de Leandro Fernández de Moratín. En el
siglo XIX, sin embargo, comienza a disminuir la presencia de los mitos en la literatura. A
continuación haremos una enumeración de algunos de los escritores que mencionan a
Hércules en sus obras.
Podemos empezar por citar, al principio de la edad contemporánea, a José de
Espronceda. En su obra, inacabada, el Diablo Mundo, una alegoría sobre la existencia en la
que su protagonista, Adán, elige vivir eternamente lo que le trae malas consecuencias,
podemos encontrar en el canto III alusiones a Hércules, aunque esta mención se reduce a su
nominación pues es presentado como arquetipo del héroe donde se enaltecen sus cualidades y
valor simbólico:
…viendo aquel tagarote con espanto
que con salvaje júbilo le mira,
que le acaricia rudo,
Hércules sin pudor, Sansón desnudo,…
…se abrió de golpe la entornada puerta
y de tropel entraron los vecinos,
y hallaron al patrón, que a hablar no acierta,
y al Hércules haciendo desatinos.
En el artículo Donde las dan las toman, publicado por Mariano José de Larra en el
Duende Satírico del 31 de diciembre de 1828 donde nos muestra sus conocimientos
etimológicos y nos indica que el español se ha formado a partir del latín con préstamos de
otras lenguas e invenciones populares, D. Ramón, en el diálogo que mantiene con el duende y
refiriéndose al veneno con el que nuestro personaje impregna las flechas, le dice a este:
…Conozca usted que sus banderillas iban mojadas con la sangre del centauro Quirón, o en la de
la Hidra, y producen, por lo menos, como las de Hércules, a Filoctetes, largos padecimientos,
terribles llagas, que sólo se borran con los restos y polvo del arma que hirió, semejantes a la
que hacía la lanza de Aquiles.
José Zorrilla en el prólogo del tomo segundo de sus poesías, titulado A mis amigos don
Juan Donoso Cortés y don Nicomedes Pastor Díaz, dedica los versos a sus amigos. En él hace
referencia a nuestro personaje, entre otros:
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Al publicar el segundo he tenido presentes dos cosas: la patria en que nací, y la religión en que
vivo. Español, he buscado en nuestro suelo mis inspiraciones. Cristiano, he creído que mi
religión encierra más poesía que el paganismo. Español, tengo á mengua cantar himnos á
Hércules, á Leonidas, á Horacio Cocles y á Julio César, y abandonar en el polvo del olvido al
Cid y á Don Pedro Ansurez, á Hernán Cortés y García de Paredes.
Es hermosa la evocación que hace el Duque de Rivas de la Alameda vieja de Sevilla
en la publicación de La lira andaluza de 1838, Los Hércules.
Jacinto Verdaguer escribe La Atlantida, un poema escrito en catalán en 1877, formado
por diez cantos y una conclusión. En una parte de la obra se narran las gestas de Hércules
contra Gerion. Más tarde Manuel de Falla la adaptará como cantata escénica.
En el soneto Caupolicán de Rubén Darío publicado en el diario santiaguino La Época
el 11 de noviembre de 1888 nos encontramos con los siguientes versos que comparan al
caudillo mapuche con el héroe:
Es algo formidable que vio la vieja raza:
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.
Alceste, la obra de Benito Pérez Galdós, estrenada en 1914, es una obra de teatro en
tres actos que se inspira en Alceste (Alcestis), mujer de Admeto a quien Hércules rescata de la
muerte después de estar dispuesta a sacrificar su vida por la de su marido.
Otro autor que recupera la figura y el mito de nuestro personaje es Tomás Morales en
Las rosas de Hércules, en la que expresa en algunas de sus poesías influencias de Catulo,
Ovidio y Ausonio (Moormann y Uitterhoeve, 1997:182). El canto que inaugura sus poesías y
que nos lleva al pasado mítico de Canarias es:
Bajo las rubias ondas del estío inclemente,
por apacibles cuencas y huyentes peñascales,
Hércules recorría las tierras de Occidente.
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Por último, cerraremos este capítulo con el escritor Rafael Alberti. En Arboleda
perdida, dedicada a sus memorias, realizará innumerables alusiones al héroe pues la añoranza
que siente hacia su tierra natal El Puerto de Santa María en Cádiz le hará evocarlo.
Destacaremos en el libro IV la siguiente:
El dios fuerte, el héroe fundador, el pescador de atunes, el venerado, que subiría a instalarse en
el escudo de la ciudad, para contemplar muchos siglos después, como un mezquino ambicioso
reyezuelo moro sumergiría su templo en las bocas del océano. Podría aún oírse entre la sangre
el inmenso mugido de los toros andaluces que robo el héroe caballero del mar, patrón de la
marina, gigante Geryón, pastor y rey de las tres cabezas, después de darle muerte.
Terminará esta obra con el poema La fuerza heracleana que será un canto a la
permanencia sobre Cádiz de Hércules y que comenzará con una cita del Hercules furens de
Séneca (Ramos, 2001: 69). También encontramos referencias en Ora marítima que se abre
con un canto a la vinculación de Gades con Heracles y la cierra con su poema Cádiz sueño de
mi infancia. En este último canto a Heracles y su fuerza, le pide que vuelva, renazca y bañe
con su vigor su tierra (Ramos, 2001: 70).
Destacar también los manuales mitológicos en los que se hace referencia a nuestro
personaje, el realizado por Patricio de la Escosura, miembro de la Real Academia Española,
Manual de Mitología: compendio de la historia de los dioses, héroes y mas notables
acontecimientos de los tiempos fabulosos de Grecia y Roma (1845), en cuya obra se
menciona a Hércules en el apartado de héroes y semidioses (págs. 234-249); así como el
Diccionario Manual de la Mitología de Luis Bordas del año 1855, que también hace
referencia a Hércules (págs. 89-92).
Una vez terminada esta breve muestra, el siguiente apartado lo dedicaremos a recoger
algunas de las manifestaciones artísticas, incluyendo las artes plásticas, la música y el cine.
4. Manifestaciones artísticas
La historia de Hércules es una de las más ricas de la mitología griega y como
consecuencia el mundo del arte está repleto de sus manifestaciones. De las cuatro etapas en
29
que podemos dividir esta, nacimiento e infancia, doce trabajos, hazañas realizadas después de
estos y muerte y divinización, es la de los doce trabajos y sus hazañas secundarias realizadas a
lo largo de estos las que desde el punto de vista del arte son más famosas e interesantes. Sin
embargo, no podemos olvidar, como ya se ha comentado, el episodio situado en su juventud
en el que tendrá que elegir entre la virtud y la lujuria. El tema del bivium o Hércules en la
encrucijada, el del camino que se bifurca, será otro de los temas recurrentes en el arte. La
fuerza física y la fuerza moral se recogerán como modelo en las distintas representaciones que
de él se hacen.
4.1. Artes plásticas
En la iconografía que se suele utilizar para representar a Hércules podemos destacar
dos atributos que serán los más frecuentes: La piel del león que representa su victoria sobre el
del Citerón y la maza. La primera, normalmente la lleva sobre el cuerpo, aunque, a veces, se
suele representar sujetándola con el brazo. La segunda aparece cuando Hércules se apoya en
ella, la sostiene en el aire o sobre el hombro y cuando la utiliza como arma para luchar. En
otras representaciones la maza aparecerá sola y servirá para identificar a nuestro héroe.
Como exponen Moormann y Uitterhoeve (1997: 179) los doce trabajos se conocen
todos por pinturas en vasos desde el siglo VIII hasta el siglo V. Serán numerosas las
representaciones que se hagan del héroe en estos vasos. Las más populares, sin duda, serán las
del león de Nemea, el jabalí de Erimanto, las Amazonas, Cerbero y el toro de Creta.
Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3
Fig. 4
Fig. 5
En la escultura también podemos encontrar referencias a los doce trabajos, por
ejemplo en las metopas del Heraion en Paestum.
Fig. 6
Fig. 7
Otro escultor del siglo IV que representó grupos escultóricos en bronce de los doce
trabajos fue Lisipo, de él conocemos una copia de la cierva de Cerinía y Hércules Farnesio
recogido en innumerables reproducciones.
Fig. 8
Fig. 9
31
De la época romana se conocen relieves en el teatro de Corinto, en sarcófagos
procedentes de Asia Menor. En Liria, Valencia, se encontró el mosaico donde se vuelven a
reproducir los doce trabajos y una escena de Hércules con Ónfala. Además en esta época
muchos personajes y emperadores se retrataban como si fueran el mismo Hércules.
Fig. 10
Fig. 11
En la Edad Media, Hércules cristianizado tiene a veces como homólogo a Sansón en la
escultura gótica de algunas iglesias como la de St Trophîme de Arlés y de las catedrales de
Moissac y Langres. También se encuentran en el Renacimiento temprano en un relieve de la
catedral de San Marco de Venecia del siglo XIII y en un relieve de Antonio Federighi en la
catedral de Siena (Moormann y Uitterhoeve: 1997: 182).
Fig. 12
De entre los escultores italianos podemos destacar a: Antonio Pollaiuolo que es el
autor de la obra Ercole e Anteo (antes de 1492), es una escultura de bronce, situada en el
museo de Bargello de Florencia; Baccio Bandinelli que esculpió, en mármol, la obra Ercole e
Caco (1527-1534); Guglielmo Della Porta y su escultura en bronce Hércules mata a las
Serpientes (1577) y Antonio Cánova con su obra Ercole e Lica (1795-1815).
32
Fig. 13
Fig. 14
Fig. 15
En el ámbito de las obras pictóricas podemos distinguir las de Van Heemskerck, que
se conservan en el museo Rijksmuseum de Amsterdan, representarán los trabajos junto con
los de Sansón. En el Museo del Prado, Hércules y Ónfala de Francisco de Goya o los diez
cuadros de Francisco Zurbarán sobre diez de los trabajos de Hércules.
Fig. 16
Fig. 17
Fig. 18
Algunos autores italianos como Luca Giordano que pintó entre otros Hércules en la
pira que se encuentra en el Museo del Prado o Hércules en la encrucijada de Annibale
Carracci situado en el Museo de Capodimonte.
Fig. 19
Fig. 20
33
Rubens será otro de los pintores que tiene obras relacionadas con Hércules. Entre ellas
podemos destacar Hércules matando al dragón del jardín de las Hespérides y El nacimiento
de la Vía Lactea, ambos localizados en el Museo del Prado.
Fig. 21
Fig. 22
Ahora, para concluir este apartado, con tres ejemplos, las Torres de Hércules
diseñadas por el arquitecto Rafael de la Hoz que se encuentran en el municipio de Los Barrios
de Cádiz; el Templo de Hércules Victorioso situado en el Foro Boario de Roma y la Torre de
Hércules, torre y faro, ubicada en la ciudad de La Coruña; veremos cómo el mito se traslada a
la arquitectura.
Fig. 23
Fig. 24
Fig. 25
4.2. Música
En el terreno de la música han sido numerosas las obras que han sido inspiradas por
nuestro personaje. Como exponen Moormann y Uiterhoeve (1997: 181) “En el siglo XVIII se
puso música muchas veces a un libreto de Metastasio, Alcide in bivio (Hasse, entre otros en
34
1760)”. También a una pieza teatral de Christoph Martín Wieland de 1773, Alceste, le puso
música Schweitzer.
Pero, no solo las anteriores, las óperas dedicadas a Heracles/Hércules han sido
muchas. Entre todas podemos destacar la ópera de Reinhard Keiser y folleto de Christian
Heinrich Postel del año 1699 y título Hércules y Hebe, cuyo tema principal será el
matrimonio de Hércules con Hebe. Con este mismo tema tendremos la ópera Le Nozze
d’Ercole e d’Ebe de Christoph Willibald Gluck del año 1747. Otra, basada en las
Metamorfosis de Ovidio y Las Traquinias de Sófocles será la de Francesco Cavalli, L'Ercole
amante, en el año 1662. Georg Friedrich Händel igualmente compuso en 1744 la obra llamada
Hércules, un drama musical en tres actos, con libreto en inglés del reverendo Thomas
Broughton, también basada en Las Traquinias y las Metamorfosis. Antonio Vivaldi será otro
compositor que le dedicará otra en el año 1723, la llamada Ercole su’l Termodonte, en ella
narra la aventura del noveno trabajo con la variación de que en vez de quitarle el cinturón a
Hipólita le quita la espada. Otros compositores fueron Christophe Graupner con su obra de
1708 Hércules y Teseo y Antoine Dauvergne con otra de 1761, Hercule mourant.
Para finalizar haremos mención de las serenatas de Nicola Porpora quien en 1712
compuso Serenata à 3 (Deianira, Iole, Ercole) y en 1739 Le nozze d'Ercole ed Hebe; y
Maurice Thiriet que realizó en 1953 una coreografía para ballet titulada Herakles.
4.3. Cine
Con la aparición del cine en 1895 una nueva forma de expresión llegó hasta nosotros.
Los años posteriores con su desarrollo supondría una nueva forma de acceder a la cultura por
parte de la mayoría de las personas. La realización de las primeras películas de carácter
histórico hará que las personas que antes no podían alcanzar estos conocimientos puedan
llegar hasta ellos. Aunque, es verdad que la interpretación que se hace de los mitos en el cine
puede llegar a deformarlos, no por esto debemos dejar de prestarle atención pues siempre
harán llegar a un gran público parte de nuestra cultura.
En 1914 se estrena en todo el mundo la película de cine mudo Cabiria, basada en
fuentes mitológicas, cuyo protagonista era Maciste que realmente era Hércules pero que se le
cambió el nombre a última hora. Antes de este año ya se habían realizado cuatro filmes de
carácter mitológico que tenían como protagonista a nuestro héroe. En el año 1909, Hércules
en el regimiento de Pathé, donde un gigante sobrevive a las balas del enemigo que intenta
eliminarle, puede considerarse la primera adaptación cómica del mito, y en 1910, Hércules y
35
el gran bastón, donde el héroe lucha contra la Hidra de Lerna, el León de Nemea y el Jabalí
del Erimanto, de Gaum y Les douze Travaux d’Hercule, película de dibujos animados de
Émile Cohl (Magadán, 2009:205).
Posteriormente es el cine italiano el que toma el relevo. Desde el año 1917 hasta el año
1922 nos encontramos con las siguientes películas: Ercole de M Febo (1917); L’ultima fática
d’Ercole de E. Graziani-Walter (1918); Eracleide (1919) y La cintura delle amazzoni (1920),
ambas de Mario Guaita; y Il trionfo di Ercole (1922) de Fr. Bartolini (Magadán, 2009: 205).
Después de 1920, Hércules no reaparecerá hasta el año 1957 fecha en que las
superproducciones americanas aparecerán en el cine. La primera de estas será Le Fatiche di
Ercole, conocida por Hércules en su versión inglesa y en 1959, se estrenará su continuación,
Ercole e la pricipessa di Lidia, conocida por Hercules Unchainted, ambas de P. Francisci
(Magadán, 2009: 205).
Estas películas darán comienzo al llamado género péplum en el cine. El termino
proviene del griego πέπλος (peplos) que designa la vestimenta femenina de la época clásica.
Al principio solo se refería a los filmes de origen italiano con temática ambientada en el
mundo antiguo grecorromano, más tarde se amplió para referirse a cualquier producción de
carácter épico. El término dejará de utilizarse en el año 1964.
La influencia de las dos películas anteriores hará que aparezcan, durante los años 60,
numerosos títulos que pretendían cosechar los éxitos de las primeras. Como ejemplo de estas
podemos encontrar a Ulysses Against the son of Hercules (1962), Ercole sfida Sansone
(1963), Ercole, Sansone, Maciste e Ursus, gli Invicibili (1964), Ercole contro Moloch (1963),
El desafío del gigante (1965), Ercole al centro de la Terra (1961), Ercole alla conquista di
atlantide (1961), Gli amori di Ercole y la Vendetta di Ercole (1960). Entre las películas que
tienen como protagonista a nuestro personaje pero que no recrean la mitología podemos
destacar Hercules of the desert (1960), Ercole contro i mongoli (1960), Hercules against the
barbarians (1964), The Fury of Hercules (1962), Ercole contro i figli del sole (1963), Il
trionfo di Ercole (1964), Ercole contro Roma (1960), Hercules and the moon men (1964),
Hercules and the princess of Troy (1966). Ercole contra i tirani de Babilonia (1964).
En los años 70 y 80 podemos destacar Hercules in New York (1970), protagonizada
por Arnold Schwarzenegger, Hércules (1983) y Hercules II (1985), ambas protagonizadas por
Lou Ferrigno. Estas últimas pertenecen al género llamado péplum fantástico que hace
mención a aquellas películas que mezclan elementos fantásticos con los épicos. En el año
1997 Disney estrenaría el film de dibujos animados Hércules con una recaudación de 245
millones de dólares en todo el mundo.
36
Por último, indicaremos que en todas estas películas existen algunas que se ajustan en
mayor o menor medida al mito de referencia y otras que se distinguen por su falta de rigor y
de precisión histórica. Todas, sin embargo, tienen aspectos comunes. Las disputas con
espadas, persecuciones, venganzas, largas caminatas, etc. Además, suele aparecer la novia del
protagonista, una mujer rubia e inocente que será la que le ayude a curar las heridas. También
la malvada, morena y con ojos de reptil, acompañada de su amante, el déspota, normalmente
con barba. El héroe casi siempre va acompañado de un amigo que o es un cómico que cuida
de la novia o es fuerte como él. Normalmente los soldados del déspota capturan al amigo y a
la novia y finalmente lo capturan a él también. Sometido a alguna prueba para liberar a los
prisioneros (carreras de carros, enfrentamiento con animales salvajes, peleas con forzudos…)
logrará pasarlas utilizando su fuerza bruta. El déspota suele morir atrapado en sus aparatos de
tortura o por sus propios animales. Para finalizar, el héroe y su novia vuelven a juntarse para
cabalgar hacia el ocaso (Santana, 2014: 84).
37
5. Conclusiones
A lo largo de este estudio hemos visto una pequeña muestra de cómo el mito de
Heracles/Hércules se ha ido manifestado a través de la historia. Numerosas han sido las obras
que los autores de todos los tiempos han realizado, ya sean en el ámbito de la literatura como
en el artístico. Imposible aglutinar todas y cada una de ellas en un trabajo como este.
Sin embargo, con esta pequeña muestra se ha puesto de manifiesto la importancia que
tiene la mitología en la literatura y en general en todos los ámbitos artísticos. La tradición
clásica siempre ha estado presente como musa de los autores.
A lo largo de la historia han ido surgiendo distintas versiones del mito que unos y
otros autores han recogido o han creado. Unas épocas han sido más ricas en expresiones que
otras, pero lo que sí es cierto es que hasta nuestros días llega la influencia del mito. Sin ir más
lejos, podemos disfrutar de la exposición titulada Mythes fondateurs: D’Hercule à Dark
Vador (Mitos fundadores: De Hércules a Darth Vader) en la Petite Galerie del museo del
Louvre del 17 de octubre de 2015 hasta el 4 de julio de 2016. Según Dominique de Font-
Réaulx, conservadora jefa del Louvre, refiriéndose a la presencia de la figura del malvado de
la saga Star Wars, Darth Vader, declaró2: “En el museo hubo cierta resistencia, pero fui muy
tozuda. Para mí, era esencial incorporar a figuras contemporáneas. Quería recordar que los
creadores de hoy, se llamen George Lucas, Tim Burton o Hayao Miyazaki, también se
inspiran en lo que encuentran en el museo” y añade: “El propio Lucas ha reconocido que se
inspiró en el mito de Hércules. Ambos tienen una increíble fuerza que no logran controlar”.
Fig. 26
Y es que como dice Highet (2012: 11) “Nuestro mundo es, en muchos aspectos, una
continuación del mundo de Grecia y Roma (…) en la mayor parte de nuestras actividades
intelectuales y espirituales somos nietos de los romanos y biznietos de los griegos”.
2 Declaraciones recogidas de http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/08/actualidad/1452278028_564929.html
38
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42
7. Anexo I
Figura 1.- Vasija con la imagen de Hércules luchando contra el león de Nemea.
Datación: 520-510 a.C. Origen: Ática (Antimeno). Localización: Museo de Bellas
Artes, Boston.
Figura 2.- Ánfora con la imagen de Hércules entregando el jabalí de Erimantea al rey
Euristeo. Datación: último cuarto del siglo VI a.C. Origen: Ática. Localización: Museo
Metropolitano de Arte, Nueva York.
Figura 3.- Ánfora con la imagen de Hércules luchando con Hipólita, reina de las
amazonas. Datación: 500 a.C. Origen: Ática. Localización: Museo Metropolitano de
Arte, New York.
Figura 4.- Vasija con la imagen de Hércules con Cerbero frente a Euristeo. Datación: 525
a.C. Localización: Museo Louvre.
Figura 5.- Detalle de una vasija con la imagen de Hércules y el toro de Creta. Datación:
480-460 a.C. Origen: Ática. Localización: Museo Louvre.
Figura 6.- Metopa con la imagen de Hércules y los Cercopes. Datación: siglo VI a. C.
Localización: Museo Arqueológico Nacional de Paestum.
Figura 7.- Metopa con la imagen de Hércules en el momento en el que mata al gigante
Alcioneo. Datación: siglo VI a. C. Localización: Museo Arqueológico Nacional de
Paestum.
Figura 8 - Escultura en bronce que representa a la captura de la cierva de Cerinía.
Probablemente es una copia de la de Lisipo. Localización: Museo Arqueológico
Regional de Palermo.
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Figura 9 - Escultura en bronce que representa a Hércules Farnesio. Probablemente es una
copia de la de Lisipo. Localización: Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Figura 10 - Mosaico romano. Datación: siglo III d. C. Localización: Museo Arqueológico
Nacional de Madrid.
Figura 11 - Busto del emperador Cómodo con los atributos de Hércules. Datación: año
190 a.C. Localización: Museo Capitolino de Roma.
Figura 12 - Relieve que representa la fusión de escenas del viejo testamento y la
mitología. La creación del hombre, Adán culpa a Eva, la expulsión, Hércules y el león
de Nemea, Hércules y el Centauro de Antonio Federighi. Datación: segunda mitad del
siglo XV. Localización: Catedral de Siena.
Figura 13 - Escultura de bronce de Ercole e Anteo del italiano Antonio Pollaiuolo.
Datación: antes de 1492. Localización: Museo de Bargello de Florencia.
Figura 14 - Escultura en mármol, Ercole e Caco del italiano Baccio Bandinelli de 1527-
1534. Localización: Plaza de la Señoría, Florencia.
Figura 15 – Escultura en mármol, Ercole e Lica del italiano Antonio Cánova de 1795-
1815. Localización: Museo Nacional de Arte Moderno de Roma.
Figura 16 - Hércules vence al centauro Neso de Van Heemskerck. Datación: ca. 1550 -
1560. Localización: Rijksmuseum de Amsterdam.
Figura 17 - Hércules y Ónfala de Francisco de Goya. Datación: 1784. Localización:
Museo del Prado.
Figura 18 - Hércules lucha con el león de Francisco de Zurbarán. Datación: 1634.
Localización: Museo del Prado.
44
Figura 19 - Hércules en la pira de Luca Giordano de Zurbarán. Datación: 1697.
Localización: Museo del Prado.
Figura 20 - Hércules en la encrucijada de Annibale Carracci. Datación: 1596.
Localización: Museo de Capodimonte, Nápoles.
Figura 21 - Hércules matando al dragón del jardín de las Hespérides de Pedro Pablo
Rubens. Datación: 1639 - 1640. Localización: Museo del Prado.
Figura 22 – El nacimiento de la Vía Láctea de Pedro Pablo Rubens. Datación: 1636 -
1638. Localización: Museo del Prado.
Figura 23 – Torres de Hércules diseñadas por el arquitecto Rafael de la Hoz que se
encuentran en el municipio de Los Barrios de Cádiz.
Figura 24 – Templo de Hércules Victorioso. Datación: ca. 120 a.C. Localización: Foro
Boario de Roma
Figura 25 – Torre de Hércules, torre y faro. Datación: siglo I. Localización: La Coruña
Figura 26 – Cartel anunciador de la exposición Mythes fondateurs en la Petite Galerie del
museo del Louvre.