LIBROS SAPIENCIALES
1. LOS LIBROS SAPIENCIALES
La literatura sapiencial:
Salmos, Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico, Sabiduría, Cantar de los
cantares.
2. EL MARCO DE LA SABIDURIA
El sabio y la sabiduría es dar respuesta a los grandes desafíos que presenta la
historia y a sus ambigüedades, ser sabio es tener un profundo conocimiento del
ser humano, de la vida y también Dios valora la cotidianeidad enmarcada en el
contexto social.
El sabio es hijo de su sociedad navegada entre estas dos actitudes, los
sapienciales no dudan en calificar a la sabiduría como una verdadera hija de Dios,
creada desde la eternidad que diseña y ejecuta las grandes obras de la creación
(Prov. 8, 22ss).
La vida, como donación del creador, la sabiduría tiene como tarea principal crear
vida, alimentarla y protegerla.
3. CONTEXTO HISTORICO DE LOS LIBROS SAPIENCIALESOrigen de la sabiduría (Antiguo Próximo Oriente)
La transmisión oral lo ayudo a elaborar una sabiduría popular, producto de la
reflexión dada en la familia, el clan o la tribu de Egipto y Mesopotamia, la
monarquía mantuvo esta prioridad de cultivar la sabiduría.
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Proceso histórico de la literatura sapiencialTrasfondo popular
La sabiduría en Israel surge en espacios y ambientes netamente campesinos, en
la vida diaria, donde se gesta la experiencia sapiencial de Israel.
Es la historia del mismo pueblo la que ayuda a los sabios a descubrir un acceso a
los valores sublimes de la vida y a encontrar un camino oportuno y maravilloso
para construir la historia de forma diferente, alternativa, asimilando la cotidianidad.
El tiempo de la monarquíaEl proceso de reflexión que el pueblo vivió a lo largo de su historia solo se
empieza a escribir en el tiempo de la monarquía.
Los escribas cortesanos tuvieron que beber en las fuentes de la sabiduría popular
para poder eternizar la sabiduría. Fue en este momento histórico donde los
escribas colocaron ciertas normas básicas para, de esta manera, poder transmitir
y guiar a los demás con una enseñanza adecuada y práctica.
El postexilio y la canonización de la literatura sapiencialLa experiencia del destierro, momento muy amargo para el pueblo de Israel. El
fracaso de la monarquía, la dominación extranjera y la destrucción de las
instituciones israelitas templo arraigado en el corazón y en la conciencia del
pueblo sobre su razón de ser en la historia y a interrogarse sobre el origen del mal
y de la injusticia en el mundo.
4. ASPECTOS LITERARIOS DE LOS LIBROS SAPIENCIALESLa literatura sapiencialLo mas importante es esta literatura es la forma en que los diferentes escritos
quieren enseñarle al israelita de Jerusalén y al de la diáspora a vivir, a
comportarse como es debido en las diferentes circunstancias de la vida y a
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desempeñar de manera correcta los diferentes oficios que le corresponden a cada
uno dentro de la comunidad.
El sabio tiene la habilidad, la agudeza y las cualidades necesarias para afrontar
con éxito todas las adversidades y las bondades de la vida y de la historia y
enseñarle a la comunidad a hacer lo mismo, toda la Biblia tiene, de alguna
manera, presencia sapiencial, ya que desde muy antiguo el pueblo fue elaborado
su sabiduría y fue formando escuelas populares de observación y de reflexión
para tener una noción clara del mundo. Después de la Ley y los Profetas, la Biblia
hebrea presenta los “Escritos” (Ketubim) obras Poéticas.
Conexiones de la literatura sapiencialLos sabios de Israel se presentan al pueblo como maestro de sabiduría, como
conocedores de las realidades cotidianas y como aquellos que descubren la
presencia de Dios a través de lo ordinario de la vida.
La sabiduría bíblica y extra bíblica tiene su arraigado fundamental en la vida, si,
pero en una vida experimentada y vivida en plenitud.
La tradición, que tiene su origen en la misma vida del pueblo, a partir de los
estratos básicos del cuerpo social: la familia, el clan y la tribu. Tales espacios
comunitarios hacen posible que se geste una tradición que determina el
comportamiento humano y social de los israelitas y de Israel respectivamente.
Esta tradición, acuñada a través de un proceso histórico, y transmitida por vía oral,
fue tomando forma hasta convertirse en una literatura que, aun teniendo muchas
cosas en común, mantiene una línea de pensamiento autónomo.
Vocabulario utilizado por la sabiduríaUno de los elementos de la literatura sapiencial al que hay que prestar mucha
atención es el vocabulario que utiliza para expresar la sabiduría histórica de Israel:
Dios: No es solo la realidad espiritual que domina la historia, sino la que
esta presente e invade todos los ámbitos de la vida, hasta los mas secretos.
Temor de Dios: Es el reconocimiento de su existencia y de su actuar en la
historia y en la vida del pueblo, que lleva a un respeto amoroso de Dios.
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Sabiduría: Se entiende en la literatura sapiencial como una cualidad y un
principio de vida. Es también una cualidad practica y en esta literatura se
aplica al arte del buen vivir o como señal de buena educación (Prov. 1,2a-
7b)
Justicia: Es un tema-valor que la sabiduría adorna con su belleza y por el
cual se conecta con toda la producción literaria bíblica (prov.1, 3b) La
justicia se convierte en una realidad que lo penetra todo: el
comportamiento, el pensamiento y el discurso o palabra.
Habilidad: Es un termino que se utiliza dentro de la sabiduría y se aplica a
dos formas distantes entre si. Los seres humanos podemos tener habilidad
para realizar tanto buenas como malas acciones (Prov. 1, 4, 8,12).
Doctrina: La sabiduría sabe que, de alguna manera, lo sapiencial se
convierte en una doctrina de la vida, de la historia, del ser humano y de
Dios (Prov. 1,5a). toda la sabiduría se transforma en una verdadera
enseñanza o en un verdadero aprendizaje de los valores fundamentales
que dan sentido a la vida humana.
Rectitud: Es una palabra muy cercana a la justicia. Es una actitud que
manifiesta el equilibrio de la creación. Es una palabra que invita actuar
como Dios para que la Creación llegue a su plenitud (Prov. 1,3b).
Muerte: Es el resultado de no practicar la sabiduría y de abandonar los
preceptos de Yahvéh.
Vida: Es el resultado de acoger la sabiduría y practicar el respeto a Yahvéh
y a su proyecto. La vida es una realidad lógica para aquellos que se
consubstancian con el proyecto de justicia que anima el Dios creador de la
literatura sapiencial.
Ver-Mirar: para poder entender algo de la vida o de la historia es necesario
ver o mirar, pero mirar con detención, con profundidad. Este mirar no
equivale a ver solo con los ojos sino entender con profundidad, a apropiarse
de las cosas, equivale al ya entiendo, el ya lo asumir, ya lo domino, que
nosotros utilizamos en lo cotidiano.
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Corregir: Es una actitud a la que esta invitado todo ser humano para ir
mejorando su propia vida y construyendo una historia humana mas digna y
mas universal.
JOB
Estamos acostumbrados a ver pasar imágenes que nos hablan de violencia y de
agresividad y tal parece que quedamos anestesiados ante el dolor y el mal que ni
siquiera ya nos escandalizamos.
¿De dónde viene el mal? Es una pregunta acuciante que el libro de Job trata de
responder.
¿Porque el dolor Dios mío?
El libro de Job es singularmente moderno, provocativo, no apto para conformistas.
Es difícil leerlo sin sentirse interpelado y es difícil comprenderlo si no se toma
partido… es la pasión de un autor genial, anticonformista (Alonso Schökel).
El libro de Job es una obra poética genial, descollante de toda la poesía bíblica y
universal. Muchas de sus palabras salen rara vez en la biblia y son por eso
difíciles de traducir. Hay pues en el libro de Job un rico mundo simbólico y
teológico sapiencial y antropológico.
1. Nombres de Dios
El libro de Job emplea cinco nombres para designar a Dios (Yahweh,
Elohim, El, Eloah,Shadday).
Se trata del Dios revelado a Moisés y por su medio a todo Israel, que nos
recuerda el marco narrativo nombrándolo Yahweh treintaydos veces. Junto
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a ese nombre, emplea diecisiete veces Elohim, que es el segundo nombre
de Dios en todo el antiguo testamento.
Los estudiosos de la sagrada escritura identifican que el nombre de
Yahweh aparece en el antiguo testamento casi siete mil veces y el nombre
de Elohim más de dos mil quinientas veces.
De dios se van predicando una serie de calificativos. Es el hacedor del
mundo y del hombre (4, 17 y 35,10) o el extendedor del cielo y del espacio
(9,8 y 26,7) los amigos de Job ven a Dios como el Juez justo que premia a
los que viven según la justicia y castiga a los malvados. Pero Job lo ve
como un ojo vigilante y un espía policiaco (7,8.20); como su acusador y
hasta enemigo cruel (30, 21) que lo maltrata y no da la cara cuando lo sitúa.
Se puede decir que más de la mitad del libro está hablando de Dios, se le
habla a Dios o habla Dios mismo, en definitiva es un escrito eminentemente
de reflexión acerca de Dios.
2. Estructura del marco narrativo (1-2 y 42,7-17).El marco narrativo presenta los personajes la situación planteada por la relación
entre ellos y su solución. Se comprende de un prologo y un epilogo.
El prologo se subdivide en seis pequeñas escenas repartidas entre el cielo y la
tierra.
1, 1-5: escena preliminar, presentación de Job, el personaje principal. La
perspectiva es de un narrador sabio que conoce hasta los planes de Dios.
Esta perspectiva del sabio se mantiene en todo el libro.
1,6-12: escena celeste uno: apuesta de Dios sobre Job, frente a la
sospecha de satan, uno de los personajes inferiores de su corte.
1,13-22: escena terrestre uno: desgracias naturales y sociales sobre el
entorno económico familiar de Job. Job supera la prueba.
2,1-6: escena celeste dos: se repite la apuesta pero ahora tocándole en la
propia carne a Job, como pide satan.
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2,7-10: escena terrestre dos: cuando la plaga alcanza a Job aparece su
mujer incitándole a revelarse contra Dios; pero Job rechaza tal postura.
2,11-13: escena final: enterado de la desgracia de Job, vienen tres amigos
a compadecerlo y consolarlo, durante siete días de silencio.
El epilogo ocupa apenas once versículos; es mucho más sencillo y concentra en
el personaje principal. Se subdivide en dos partes.
42, 7-9: Dios aprueba a Job y condena a sus amigos que eran sus
supuestos defensores. Los perdona cuando Job intercede por ellos.
42,10-17: Dios restaura a Job de todas las desgracias multiplica sus bienes
y muere tras una larga vida y feliz.
El discurso poético podemos dividirlo en tres partes.
Primera parte: Job y los tres amigos. (3-27). Es lo que más se aproxima a una
disputa sapiencial. Se ocupan del problema del sufrimiento y su sentido, así como
de la postura del hombre y de Dios. Los amigos de Job van endureciendo su
postura crítica hasta volverse acusadores y Job le responde cada vez mas
sarcásticamente.
3-11: Job maldice su nacimiento y rechaza a un Dios espía. Sus amigos
tratan de aconsejarlo, recordando la suerte distinta del justo y del malvado.
12-20: Job expresa su extraña esperanza de lograr justicia ante Dios los
amigos endurece la teoría de la retribución y empiezan a acusar a Job.
21-27: Job rechaza esa doctrina y la revierte contra Dios. Sus acusadores
le recuerdan cual es el destino de los malvados y lo invitan a convertirse
Intermedio sapiencial (28) el autor sagrado introduce esta pausa reflexiva sobre
la dificultad de alcanzar la sabiduría. Solo Dios mismo posee la sabiduría plena y
se la da al hombre religioso.
Segunda parte: Job (Elihu) y Dios (29-42,6) Job ya no se dirige a los amigos, si
no a la asamblea de su pueblo. Lo que no parece esta previsto es la intervención
de Elihu que por otro lado carece de respuesta por parte de Job. Por fin y contra
todo lo razonablemente esperable, Dios se muestra y le habla a Job.
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29-31: Job habla a su gente, recordando su glorioso pasado y lamentando
su desgraciado presente y llevando a término su desafío al mismo Dios que
cree su enemigo y acusador. le va a responder Dios
30-37: Elihu centra muy bien el problema, pero se convierte en el defensor
de la justicia de Dios más que en árbitro neutral y menos en defensor de
Job al que acaba acusando de blasfemo.
38-42,6: Dios se le aparece a Job en medio de la tormenta y le dirige dos
discursos. En el primero lo abruma con tantas preguntas sobre la maravillas
de la creación que Job no sabe que contestar. En el segundo Dios vuelve a
presentarle un par de animales fantásticos que el controla y preguntarle
sobre su capacidad de controlarlos. Y Job reconoce el poder de Dios y su
propia osadía al criticarlo.
LOS SALMOSI. INTRODUCCION
Los salmos son libros de oraciones están destinados directamente a la oración de
la comunidad. Aunque podemos rezar con ellas. No son doctrina sino plegaria o
sea nos hacen entrar profundamente en la relación entre Dios y el hombre.
Es un libro pequeño de 150 poemas, escalones levantados entre la vida y la
muerte, espejos de nuestras rebeldías y de nuestras fidelidades de nuestras
agonías. Es pues un libro que habla, sufre, gime, muere, resucita y canta.
Son plegarias extrañas nacidas un poco más de dos milenios. Nos sorprende por
el ritmo las imágenes, la violencia de los sentimientos o en pocas palabras son la
vida convertida en plegaria.
Los salmos hacen de explotar nuestro egoísmo. Descubrimos que únicamente
como pueblo es como nos encontramos con Dios y nos arrastra el inmenso amor
que tiene Dios con su pueblo
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II. DIVISIONES DEL SALMO
El salterio comprende 150 salmos. Estos 150 salmos están repartidos en
cinco libros, de amplitud desigual que termina cada uno con una doxología,
excepto el último libro, ya que el salmo 150 sirve de doxología a esta parte y a
todo el salterio. Estos libros son: sal-41., 1- 41., 42-72., 73-89., 90-106., 107-
150.
III. AUTORES Y FECHA DE 3 COMPOSICION
Al rey David se le atribuye 73 salmos aunque sabemos que no hay una autoría
propia de cada salmo.
Los salmos atribuidos a los hijos de Core y de Asaf con los dos salmos
atribuidos a Salomón (72 y 127) y el salmo 90 atribuido a Moisés. En algunos
casos se observa el interés de tener en cuenta la atribución por ejemplo el
salmo 51 a David.
Los salmos recogidos en el salterio son de los siglos VIII Y II a.C. porque es
cuando se institucionalizo la vida cultual y los cantores sucedieron a los
profetas y por eso se piensa que todos los salmos actuales hayan sido escritos
después del destierro
IV. LOS GENEROS LITERARIOS DE LOS SALMOS
Reconocer el género literario de un salmo es un paso que hay que dar para
comprenderlo. Es captar la intención del salmista. Entonces es primordial
determinar el género literario porque de ahí depende todo un conjunto de
investigaciones, de lingüística, de sociología y de historia.
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La estructura nos ha llevado a distinguir trece géneros literarios.
4. 1. Las Suplicas
Los salmos más numerosos son las suplicas
(6,7,13,17,25,26,35,38,39,42,43,44,51,55,69,70,71,74,77,79,80,86,88,90,102,1
09,119,130,137,140,141,142 y 143).
El suplicante se pone bajo la protección de un superior para escapar de un
peligro que podía venir a veces de la misma persona a la que se suplicaba.
Mediante ciertos gestos simbólicos, el suplicante expresa que se pone por
completo en manos de la persona a la que imploraba.
Entonces suplicar a Dios es presentarse ante él en postura de suplicante
ejemplo levantar los ojos, tender las manos, postrarse ante Dios.
4. 2. Los Himnos
Los himnos ( 8, 19,33 , 65,92,104,113,117,138,146,147,148,149,150).
Los himnos son cantos de alabanza, un género tan universal como la suplica.
¿Por qué se alaba al señor no se alaba por sus atributos sino por la creación
de sus maravillas en la historia.
4.3. Acción De Gracias
Dios multiplica sus beneficios con cada uno de nosotros y por eso nosotros
agradecemos o sea damos acción de gracias.
Estos salmos de acción de gracias (18, 22, 30, 32, 34, 40, 41, 66, 103, 107,
116,118).
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La estructura de los salmos de acción de gracias van estrechamente unidas al
desarrollo de sacrifico de acción de gracias.
Su sentido fundamental es reconocer la superioridad del Señor y por eso hay
que celebrarlo, proclamar su trascendencia. Es reconocer de donde nos viene
todo bien y reconocer nuestras faltas o sea confesar nuestros pecados.
4.4. Liturgia
Centradas en un oráculo estos salmos (3,20, 54,56, 57, 60, 85,108) estos
salmos comprenden una petición para que se pronuncie el oráculo. Hay una
reacción ante ese oráculo.
Estos textos aparecen mucho en las suplicas en donde el oráculo es siempre
solicitado y obtenido por un rey. Es pues el deseo ardiente de recibir la palabra
de Dios y a la convicción de que es Dios el que nos habla.
4.5. Los Salmos Reales
Los salmos reales (2, 21, 45,72, 89, 101,110) estos salmos no acompañan a
una entronización solo evocan cualquier entronización. Entonces no es
cualquier entronización si no la del rey mesías.
4.6. Salmos Del Reino
Los salmos del reino (24,29. 47, 68, 93, 96, 97, 98,99) se tratan de una
entronización simbólica del Señor –Rey.
Los salmos del reino celebran algunos aspectos aparentemente
contradictorios: el señor es el rey de Israel y al mismo tiempo el de todas las
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naciones. Es también el rey del cosmos y el rey victorioso escatológico (las
cosas que pasaran después de la muerte con Dios).
4.7. Cantico de Sión
Fueron compuestos seguramente para la fiesta real de Sion. Quiere decir que
es propiamente en la fiesta de los tabernáculos que tenía como objeto propio la
proclamación de la elección de la ciudad de David y la supremacía del templo
de Jerusalén.
Estos canticos (46, 48, 76, 87, 132) tiene la estructura propia de los himnos
con la diferencia que las alabanzas comienzan inmediatamente sin invitación
de los himnos.
Su tema principal es la elección de Sion que es un lugar sagrado del señor
para Israel.
4.8. Salmo de peregrinación
Los salmos de peregrinación (15, 84, 91,122) cantan la alegría de los
peregrinos que llegan finalmente a las puertas del templo.
Y la estructura de estos salmos tienen la exclamación inicial de alegría, de
admiración de amor y además existe el intercambio de saludos entre los
peregrinos y los levitas. También hablan de una catequesis en las puertas, los
que venían de lejos podían estar contaminados de paganismos o no saber muy
bien lo que Dios esperaba de ellos.
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4.9. Salmos Graduales
Los salmos graduales o cantos de subida son 15 salmos sucesivos del 120 al
134 y que en líneas generales van marcando las etapas de la subida a
Jerusalén, desde el anuncio de la peregrinación hasta la despedida en el
momento de regresar.
4.10. Peticiones De Bendición.
Los Salmos 67 y 144 son peticiones de bendición. El salmista combina los
elementos de origen para formar un texto coherente. Un rey pide la bendición
de Dios para que este conceda a Israel el éxito en la guerra, prosperidad y
fecundidad pero en el fondo lo que se pide es la victoria escatológica.,
4.11. Salmos Del Ritual De La Alianza
Los salmos del ritual de la alianza (1,
37,50,78,81,95,100,105,106,111,112,114,115,135,136, 143).
La alianza es el elemento clave de la revelación judeo-cristiana y esta alianza
concluida en la cruz y resurrección de Cristo se fue preparando bajo diversas
formas alianza con Noé, con Abraham y la del Sinaí.
Israel al hablar de alianza entiende como la alianza del amor a su pueblo.
4.12. Salmos de exhortación profética contra los impíos
Estos salmos( 9,10,11, 12,14, 28, 52, 59,62,64,75,82,83,94) estos salmos
reflejan una situación en donde el pueblo de Israel se reunía y un profeta toma
la palabra para acusar a los impíos o previene encontra de ellos a una
muchedumbre que con frecuencia se siente tentada a seguirle.
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La estructura de estos salmos evocan un oráculo o una teofanía o un juicio y la
descripción de los impíos.
4.13. Salmos del huésped de: Emmanuel, Dios con nosotros.
Son doce salmos (4, 5, 16, 23, 27, 31, 36, 49, 61, 63, 73, 139).
Los textos aluden a la forma de consultar al señor y una manera de expresar
esa consulta es estar con el señor en la unidad huésped delante de él, morar
en su casa albergarse y alegrarse a las sombras de sus alas
PROVERBIOS
El libro de los Proverbios es el más típico de la literatura sapiencial de
Israel. Cf.pags.647-649. Se formo entorno a dos colecciones: la de 10-22
16. Titulada “Proverbios De Salomón” (375 sentencias), y la de 25-29 que
comienza “también estos son proverbios de Salomón, transcritos por los
hombres de Ezequías” (128 sentencias). A estas dos partes se añadieron
algunas apéndices: a la primera, las “Palabras De Los Sabios”, 22, 17, 24,
22, y “sigue la colección de los sabios”, 24, 23-24; a la segunda , las
“Palabras de Agur”, 30, 1-14, seguidas de proverbios numéricos, 30, 15-33,
y las “palabras de Lemuel”,31,1-9. Este conjunto esta precedido por una
larga introducción, 1-9, en la que un padre hace a su hijo recomendaciones
de sabiduría y la misma Sabiduría toma la palabra. El libro concluye con un
poema alfabético, que ensalza a la mujer perfecta, 31, 10-31.
El orden de las secciones es indiferente, no es el mismo en la Biblia griega
y, dentro de cada sección, las máximas se enlazan sin plan alguno y con
repeticiones. El libro, es, pues, una colección de colecciones, encuadradas
por un prologo y un epilogo. Refleja una evolucion iteraría que ya hemos
esbozado en la introducción general a los libros sapienciales (pág. 648).
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Las dos grandes colecciones representan el masal en su forma primitiva, y
solo contienen breves sentencias, generalmente de un solo dístico. La
formula de expresión se hace ya más amplia en los apéndices; los
pequeños poemas numéricos de 30, 15-33, cf.6, 16.19, añaden a la
enseñanza el atractivo de una presentación enigmática, conocida ya
antiguamente, cf. Am 1. El prologo, 1-9, es una serie de instrucciones
interrumpida por dos arengas de la Sabiduría personificada, y el epilogo, 31
10-31, es una composición erudita.
Esta evolucion de la forma corresponde a una diferencia de época. Las
partes más antiguas son las dos grandes colecciones de 10-22 y 25-29.
Son atribuidas a Salomón, quien, según 1 r 5 12, “pronuncio tres mil
sentencias”, y fue siempre tenido por el sabio más grande de Israel. Fuera
de este testimonio de la tradición, el tono de los Proverbios es demasiado
anónimo para que sea posible atribuir con seguridad al rey tal o cual
máxima particular, mas no hay razón para dudar de que el conjunto se
remonta a su época; las máximas de la segunda colección eran ya antiguas
cuando los hombres de Ezequías las recogieron hacia el año 700. Como
estas dos colecciones formaban el núcleo del libro, le dieron su nombre:
todo el recibe el nombre de “proverbios de Salomón”, 1 1. Pero los títulos
de las pequeñas secciones indican que este título general no se ha de
tomar a la letra, ya que también abarca la obra de sabios anónimos, 22 17-
24 34, y las palabras de Agur y de Lemuel, 30 1-31 8. Y aun en el caso de
que estos nombres de dos sabios árabes sean imaginarios y no
pertenezcan a personajes reales, prueba con todo la estima en que era
tenida la sabiduría extranjera. Cf.pag. 647. Prueba clara de tal estima la dan
algunas “palabras de los Sabios”, 22 17-23 11, que se inspiran en las
máximas egipcias de Amenemope, escritas al comienzo del primer milenio
antes de nuestra era.
Los discursos de Pr 1-9 se amoldan a las “instrucciones” que son un genero
clásico de la sabiduría egipcia, pero también a los “consejos de un padre a
su hijo” recientemente descubiertos en un texto acàdico de Ugarit. La
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personificación misma de la Sabiduría tiene antecedentes literarios en
Egipto, donde fue personificada Maat, la justicia-Verdad. Pero la imitación
no es servil y mantiene la originalidad del pensador israelita que transforma
esa imitación con su fe yahvista. Podemos datar confiadamente antes del
Destierro toda la parte central del libro, los caps. 10-29; la fecha de los
caps. 30-31 es dudosa. En cuanto al prólogo, 1-9, seguramente es
posterior: su contenido y sus conexiones literarias con los escritos
posteriores al Destierro permiten fijar su composición en el siglo V a.C. este
parece haber sido también el momento en que la obra adquirió su forma
definitiva.
Como el libro representa varios siglos de reflexión de los sabios, vemos en
el un progreso doctrinal. En las dos antiguas colecciones predomina un
tono de sabiduría humana y profana que desconcierta al lector cristiano.
Aun asi, ya en ellas, uno de cada siete proverbios tiene carácter religioso.
Se trata de la exposición de una teología practica: Dios premia la verdad, la
caridad, la pureza de corazón y la humildad, y castiga los vicios opuestos.
La fuente y el resumen de todas estas virtudes es la sabiduría, que es
temor de yahveh, 15, 16,33; 16 6; 22 4, y solo en yahveh se ha de confiar,
20 22; 29 25. La primera parte ofrece idénticos consejos de sabiduría
humana y religiosa; insiste en faltas que los antiguos sabios silenciaban; el
adulterio y las relaciones con la mujer ajena, 216s; 5 2s, 15s. el epilogo
manifiesta igualmente un mayor respeto por la mujer. Y sobre todo, el
prologo da, por primera vez, una enseñanza ordenada sobre la sabiduría,
su valor, su papel de guía y de moderador de las acciones. La Sabiduría
misma toma la palabra, hace su propio elogio y define su relación con Dios,
en quien está desde la eternidad y a quien asistió cuando creo el mundo, 8
22-31. Es el primero de los textos sobre la sabiduría personificada que en
conjunto han sido presentados en la pág. 648.
La enseñanza de los proverbios esta ya sin duda superada por la de Cristo,
sabiduría de Dios, pero algunas de las máximas anuncian ya la moral de
del Evangelio. Se ha de recordar también que la verdadera religión
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únicamente se edifica sobre una base de honradez humana, y el uso
frecuente que el nuevo testamento hace de este libro (catorce citas y una
veintena de alusiones) impone a los cristianos el respeto al pensamiento de
estos antiguos sabios de Israel.
ECLESIASTÉS
Introducción
Este pequeño libro se titula “Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén”.
La palabra “Cohélet” (o “Qohelet”), cf. 1 2 y 12; 7 27; 12 8-10, no es nombre
propio, si no un nombre común empleado a veces con artículo, y aunque su forma
es femenina, se construye como masculino. Según la explicación más probable,
es un nombre de función y de signa al que habla en la asamblea (qahal, en griego
ekklesia; de ahí los títulos latino y español, tomado de la Biblia griega), en una
palabra, el “predicador”. Se le llama “hijo de David y rey en Jerusalén” cf.1 12, y
aunque no aparezca escrito el nombre, ciertamente se le identifica con salomón, a
quien claramente alude el texto, 1 16 (cf.1 R 3 12; 5 10-11; esta atribución es mera
ficción literaria del autor que pone sus reflexiones bajo el patrocinio del más ilustre
de los Sabios de Israel. El lenguaje del libro y su doctrina, de la que seguidamente
hablaremos, impiden situarlo antes del destierro. Se ha impugnado a menudo la
unidad de autor, y se han distinguido dos, tres, cuatro y hasta ocho manos
diferentes. Pero se va renunciando cada vez más a una partición que parece
desconocer el género y el pensamiento del libro, y a la que se opone la unidad de
estilo y de vocabulario, aunque sí ha sido publicado por un discípulo que añadió
los últimos versículos, 12 9-14.
Como en otros libros Sapiensales, por ejemplo Job y Eclesiásticos, por no decir
nada de Proverbios, que son algo heterogéneos, y el pensamiento fluctúa, se
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rectifica y se corrige. No hay un plan definido, si no que se trata de variaciones
sobre un tema único, la vanidad de las cosas humanas, que se afirman al
comienzo y al fin del libro, 1 2 y 12 8. Todos es falaz: la ciencia, la riqueza, el amor
y hasta la misma vida. Esta no es más que una serie de actos incoherentes y sin
importancia, 3 1-11, que concluye con la vejez, 12 1-7, y con la muerte; esta afecta
igualmente a sabios y a necios, ricos y pobres, animales y hombres, 3 14-20. El
problema de Cohélet es el de Job: ¿tienen aquí abajo su sanción el bien y el mal?
Y la respuesta de Cohélet, como la de Job, es negativa, porque la experiencia
contradice a las soluciones admitidas, 7 25-8 14. Solo que Cohelet es hombre de
buena salud y no busca como Job la razón del sufrimiento, comprueba la vacuidad
del bienestar y se consuela recogiendo los modestos goces que puede ofrecer la
existencia, 3 12-13; 8 15; 9 7-9. Digamos más bien que trata de consolarse,
porque se encuentra totalmente insatisfecho. El misterio del mas haya le
atormenta, sin que vislumbre una solución, 3 21; 9 10; 12 7. Pero Cohelet es un
creyente, y si bien queda desconcertado ante el giro que Dios da a los asuntos
humanos, afirma que Dios no tiene por que rendir cuentas, 3 11, 14; 7 13, que se
han de aceptar de sus manos tanto las pruebas como las alegrías, 7 14, que se
han de guardar los mandamientos y temer a Dios, 5 6; 8 12-13.
Es evidente que esta doctrina está lejos de ser coherente. Más ¿no será mejor
atribuir las incoherencias a un pensamiento inseguro de si mismo, por que aborda
un misterio estremecedor sin contar con los elementos de solución, antes de
dividir el texto entre varios autores que se corrigen y contradicen mutuamente? A
Cohélet, como a Jacob, solamente puede dársele la respuesta con la afirmación
de una sanción de ultratumba, cf. Págs. 648s.
El libro tiene las características de una obra de transición. Las seguridades
tradicionales se debilitan, pero nada firme la sustituye aún. En esta encrucijada
del pensamiento hebreo se ha tratado de encontrar influencia extranjeras que
habrían actuado sobre Cohélet. Hay que destacar las comparaciones a menudo
propuestas con las corrientes filosóficas del estoicismo, del epicureísmo y del
cinismo, que Cohélet pudo conocer por medio del Egipto helenizado; ninguna de
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estas comparaciones es decisiva y la mentalidad del autor se haya muy alejada de
la de los filósofos griegos. Se han fijado paralelos, más aceptables en apariencia,
con composiciones egipcias como el Dialogo del Desesperado con su alma a los
Cantos del Arpista, y más recientemente con la literatura mesopotámica de
sabiduría y con la Epopeya de Guilgames. Pero no se puede demostrar la
influencia directa de ninguna de estas obras. Las coincidencias se dan sobre
temas que a veces son muy antiguas que eran ya el fondo común de la sabiduría
oriental. Y precisamente la reflexión personal de Cohélet ha trabajado sobre esta
herencia del pasado, como lo dice su editor, 12 9.
Cohélet es un judío de Palestina probablemente de Jerusalén mismo. Emplea un
hebreo posterior, sembrado de aramaismo, y utiliza dos palabras Persas.
Esto supone una fecha bastante posterior al destierro, pero anterior a los
comienzos del siglo II a.C., en el que Be Sira utilizo ya el librito; de hecho la
paleografía sitúa en las proximidades del 150 a. C. fragmentos de Qo encontrados
en las cuevas de Qumrán. El siglo III es por lo mismo la fecha de posición más
probable. Es el momento en que Palestina, sometida a los Tolomeos, comienza a
recibir la corriente humanista y no ha sentido a un la sacudida de fe y esperanza
de la época de los Macabeos.
El libro solo marca un momento en el desarrollo religioso y no se le ha de juzgar
separándolo de lo que le ha precedido y de lo que le seguirá. Al subrayar la
insuficiencia de las viejas concepciones y forzar a los espíritus a enfrentarse con
los enigmas humanos, apela a una revelación más elevada. Da una lección de
desprendimiento de los bienes terrenos y, al negar la felicidad de los ricos, prepara
al mundo para oír que son “bienaventurados los pobres”, Lc 6 20.
CANTAR DE LOS CANTARES19
Introducción
El cantar de los cantares, es decir, el cantar por excelencia, el cantar más bello,
canta en una en una serie de poemas el amor mutuo de un Amado y una Amada,
que se juntan y se pierden, se buscan y se encuentran. Al amado se le llama “Rey”
14 y12, y “Salomón”, 37y 9; a la Amada se le llama “la Sulamita”, 71, nombre en
el que se ha querido ver el nombre de Salomón o el de la Sunamita que aparece
en la historia de David y de salomón, 1 R 1 3; 2 21 22. Como la tradición sabia que
Salomón había compuesto cánticos, 1 r 5 12, se le atribuyo este cantico por
antonomasia, de donde el título del libro, 1 1 como se hizo, porque también era
sabio, con los Proverbios, el Eclesiastés y la Sabiduría. A causa del título, se
clasificó al Cantar entre los libros sapienciales, en la Biblia griega después del
Eclesiastés, en la Vulgata entre el Eclesiástico y la Sabiduría, precisamente dos
libros “salomónicos”. En la biblia hebrea, el cantar está colocado entre los
“escritos” que forman la tercera y más reciente parte del canon judío.
Posteriormente al siglo VIII de nuestra era, cuando el cantar fue utilizado en la
liturgia pascual, se convirtió en uno de los cinco “meguil.lot” o. rollos que se leían
en las grandes fiestas. Este libro, que no habla de Dios y que usa un lenguaje de
amor apasionado, ha resultado chocante. En el siglo I de nuestra era surgieron
dudas sobre su canonicidad en los medios judíos y se resolvieron apelando a la
tradición. Y fundándose en ésta lo ha aceptado siempre la iglesia cristiana como
escritura sagrada. No hay libro del antiguo testamento que haya recibido
interpretaciones más dispares.
La más reciente rastrea el origen del cantar en el culto de Istar y de Tammuz, y en
los ritos del matrimonio divino, de hierogamía, que se supone realizado por el rey,
sustituto del dios. Un ritual así tomado de los cananeos, se habría practicado
antiguamente en el culto de yahveh, y el cantar sería el librito, expurgado y
revisado, de esa liturgia. No puede demostrarse esta teoría cultual y mitológica;
resulta improbable. No es posible imaginarse a un creyente israelita plagiando
estas representaciones de una religión de la fecundidad simplemente para obtener
20
de ella cantares de amor. Si hay coincidencias de expresión entre los himnos a
Istar o a Tammuz y los poemas del cantar, será porque uno y otros hablan el
lenguaje del amor.
La interpretación alegórica es mucho más antigua. Llegó a ser común entre los
judíos a partir del siglo II de nuestra era: el amor de Dios por Israel y el del pueblo
por su Dios son representados como las relaciones entre dos esposos; es el
mismo tema del matrimonio que los profetas desarrollan desde Oseas. Los
autores cristianos, sobre todo bajo la influencia de orígenes y a pesar de la
oposición individual de Teodoro de Mopsuesta, siguieron la misma línea que la
exégesis judía, pero la alegoría se convierte en ellos en la de las bodas de Cristo
con la Iglesia, o en la de la unión mística del alma con Dios. Muchos comentaristas
católicos modernos siguen en general esta interpretación alegórica en formas
diversas. Se atienen al tema general de Yahveh esposo de Israel, o bien tratan de
encontrar en el conjunto del cantar de historia de las conversiones de Israel, de
sus desilusiones y de sus esperanzas. El carácter inspirado y canónico del cantar
exige, a su parecer, que cante a algo distinto al amor profano. Pero las
justificaciones exegéticas que dan del sentido alegórico, acumulando los paralelos
verbales con el resto de la Biblia, aparecen artificiales y forzadas.
En consecuencia, un número creciente de exegetas católicos se adhiere a la
interpretación literal que hoy reúne la casi totalidad de los votos. Reanudan así la
tradición más antigua. No existe ningún indicio de una interpretación alegórica del
cantar antes de nuestra era, y los escritos de Qumrán no descubren ningún
vestigio; el Nuevo Testamento; por más que se haya dicho, no aporta ningún
testimonio; los judíos del siglo I cantaban el cantar en las fiestas profanas de
matrimonio y siguieron haciéndolo a pesar de la prohibición lanzada por Rabbí
Aqiba. El cantar mismo no manifiesta ninguna intención alegorizante,
contrariamente a los profetas que, cuando recurren a la alegoría, lo dicen
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explícitamente y ofrecen la clave, Is 57; Ez 16 2; 17 12; 23 4; 31 2; 32 2 ,etc. Nada
nos indica que haya de aplicarse sobre el cantar un papel perforado para traducir
su código y leer en el algo distinto al sentido que brota naturalmente del texto: una
colección de cantares que celebran el amor mutuo y fiel que sella el matrimonio.
Proclama la legitimidad y celebra el valor del amor humano, y el tema no es solo
profano, puesto que Dios ha bendecido el matrimonio, considerado, no tanto como
medio de procreación, como la asociación afectiva y estable del hombre y de la
mujer, Gn 2. Bajo la influencia del yahvismo, la vida sexual, que el medio ambiente
cananeo concebía a imagen de las relaciones entre divinidades de la fecundidad,
queda aquí desmitologizada y es considerada con un sano realismo. El mismo
amor humano es incidentalmente el tema de otros libros del Antiguo Testamento
por ejemplo en algunos relatos antiguos del Génesis, en la historia de David, en
los Proverbios y el Eclesiástico, donde se le trata de la misma manera y a veces
con expresiones que recuerdan las del Cantar, y su honestidad justifica y la
transposición que los Profetas hacen de él a las relaciones de Yahveh con Israel.
No hay, pues, dificultad en que se le haya dedicado un libro, en que este haya sido
admitido en el Canon. No nos toca a nosotros fijar límites a la inspiración de Dios.
Se puede buscar el origen del cantar en las fiestas que se acompañaban a la
celebración del matrimonio, cf. Jr 7 24; 16 9; Sal 45, y se han establecido
comparaciones útiles con las ceremonias y los cantos de las bodas de los árabes
de Siria y Palestina. Pero el cantar no es una colección de cantos populares. Sean
cuales fueron los modelos que haya podido conocer el autor del cantar es un
poeta original y un hábil literato. Los mejores paralelos se encuentran en los
cantos de amor del antiguo Egipto, que son obras literarias, pero no es posible
afirmar que se haya inspirado en ellos. Israel hubo de tener como sus vecinos una
poesía amorosa y, en un ambiente semejante, el lenguaje del amor ha empleado
las mismas imágenes y las mismas hipérboles. El cantar no sigue ningún plan
definido. Es una colección de cantos, a los que solo les une su tema común, que
es el amor. Los “cinco” poemas entre los cuales se distribuye la traducción
solamente sugieren agrupamientos posibles de unidades más cortas, y no
debemos buscar del uno al otro ningún progreso ni del pensamiento ni de la
22
acción. Las colecciones de cantos egipcios que han llegado a nosotros tienen la
misma disposición. Se trata de repertorios en los que se podía escoger según la
circunstancia o el auditorio, y ello explica que las piezas sean variaciones sobre
los mismos temas y que existan numerosos duplicados. No estaban destinados a
ser cantados o recitados todos ellos seguidos.
Si se renuncia a la ayuda de la alegoría para descubrir en el cantar alusiones a
acontecimientos históricos, su fecha es de difícil precisión. Algunos le hacen
remontarse hasta el reinado de Salomón, pero los aramaismos de su lenguaje y el
préstamo de una palabra persa, 4 13, y de otra griega, 3 9, imponen una fecha
posterior al destierro, en el siglo V o IV a.C. el lugar de composición es
ciertamente Palestina.
Independientemente de la atribución que se hizo a Salomón, el gran Sabio, la
interpretación literaria del cantar legítima su clasificación entre los libros
Sapienciales: como ellos se preocupa de la condición humana y considera uno de
sus aspectos vitales. Enseña a su manera la bondad y la dignidad del amor que
acerca al hombre y a la mujer, destruye los mitos que se le adherían entonces y lo
libera de las ataduras del puritanismo como también de las licencias del erotismo.
No debe perderse esta lección para nuestra época. Por lo demás, es licito, por
encima del sentido literal, aplicar el Cantar a las relaciones de Cristo con su
Iglesia, lo cual, sin embargo, no lo hizo San Pablo en Ef 5, o a la unión de las
almas con el Dios de amor, y esto justifica el uso admirable que de él hicieron
místicos como San Juan de la Cruz.
TRABAJO EN CASA
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Los libros del eclesiástico y sabiduría se le pide al alumno que investigue en algún
libro diccionario y especialmente en la biblia. Los puntos principales a abordar son:
el autor, composición, canonicidad, temas principales y si es posible ubicar los
libros en el tiempo y en la historia de Israel.
Bibliografía
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Libros Sapienciales, Equipo Dirigido Por Félix E. Cisterna Editorial
Claretiana, Buenos Aires, Argentina. 2001.
Orar Con Los Salmos, Marina Mannati. Editorial Verbo Divino, Navarra
España, 1980.
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