AUTORES/AS (p.o. de firma): Enrique Coraza de los Santos
TÍTULO: Un destino casi invisible y una memoria viva, la del exilio republicano
español en Uruguay
REF. REVISTA/LIBRO: DIASPORAS. Revista de la Asociación para el Estudio de los
Exilios y las Migraciones Ibéricas Contemporáneas (AEMIC), n° 12 - diciembre
FECHA PUBLICACIÓN: 2011 ISSN 1577-3256
Un destino casi invisible y una memoria viva, la del exilio republicano español en
Uruguay.1
Enrique Coraza de los Santos
Resumen
La bibliografía sobre el exilio republicano español en América Latina sigue en
cierta medida la importancia que los distintos países tuvieron en razón de su número, su
significación o las particularidades en la recepción que algunos comportaron. Los
autores y autoras que han realizado obras que cubren el subcontinente no suelen incluir
a Uruguay como un destino significativo. En esa memoria de los destinos, Uruguay no
suele figurar, o lo hace simplemente como una referencia más en un listado de destinos
menores. Sin embargo, en la memoria de los uruguayos, las referencias al exilio español
son significativas en los campos de la cultura, la política y hasta el sindicalismo. Por
tanto, nuestra intención es realizar un acercamiento, desde diferentes fuentes, al exilio
republicano español en Uruguay, a esa presencia y referencias en la memoria de los
uruguayos y uruguayas partiendo de su significación en el presente.
Palabras claves: Exilio, España, Uruguay, Cultura, Política.
Abstract.
The bibliography about the Spanish republican exile in Latin America has to do,
somehow, with the importance that host countries had because of the number of the
received refugees, their significance or the special features of their reception. Uruguay
is not usually studied as a significant destiny by the authors who write about this
subcontinent. In that destiny’s memory, Uruguay is not usually included, or it is as one
more reference among a minor listed destinies. However, in Uruguayans’ memory, the
references to the Spanish exile are quite relevant in culture, politics and even unionism.
1 Agradezco para este trabajo a Silvia Acerenza del Fondo del Centro Republicano Español de la Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UDELAR y al personal del servicio de préstamos de la
Biblioteca Nacional en Montevideo. Finalmente a María Aránzazu Díaz Regañón Labajo por su lectura y
comentarios. Este trabajo es una versión ampliada de un abordaje del tema en Dutrénit Bielous, S.; Allier
Montaño, E. y Coraza de los Santos, E. (2008): Tiempos de exilios. Memoria e Historia de españoles y
uruguayos. México, Fundación Carolina-Textual-Instituto Mora.
According to this, we will try here to approach to the Spanish republican exile in
Uruguay from different historical sources, to its presence and its references on the
Uruguayan men and women’s memory, starting from its current significance.
Key words: Exile, Spain, Uruguay, Culture, Politics.
Introducción
Al hablar de historias del presente, de los exilios y las migraciones uruguayas en
España no podemos desconocer la relación con los procesos migratorios entre España y
Uruguay a lo largo del siglo XX y mostrar las correspondencias que existen entre ambos
sentidos de los movimientos de población. Estos movimientos, de ida y vuelta,
generaron relaciones de diferente índole que hicieron que, el capital -real y simbólico-
utilizado y creado por unos migrantes y una sociedad local, fuera utilizado por otros
migrantes que se desplazaron en sentido contrario.
“En el momento de mayor represión contra los uruguayos exiliados
en Buenos Aires, nos refugiamos en la Embajada de España y, como mi
padre había nacido en la provincia de Zamora, obtuve la nacionalidad. El
gobierno español nos otorgó la documentación y fuimos repatriados en el
barco Cabo San Roque,2 que nos dejó en Vigo el 18 de noviembre de 1976.
Aquel fue el mismo transatlántico que 70 años antes llevó a mi abuela
María de su empobrecida Galicia natal a Uruguay. Son paradojas que
condensan historias de vida, encuentros y desencuentros de nuestros
pueblos” (Miguel Fernández Galeano 2005: 39).
Se profundiza en las formas de proyección social y las diferentes estrategias que
los exilios republicanos españoles produjeron. En muchos casos, estos comportamientos
serán similares a los desarrollados, años después, por los exilios uruguayos en España, y
en otros, se observan fórmulas de reutilización de discursos, circunstancias coyunturales
nacionales y/o internacionales, experiencias previas, o las propias realidades de los
países, como estrategias para insertarse en la sociedad de destino.
2 El Cabo San Roque, propiedad de la empresa naviera "Ybarra y Cía SA", con sede en Sevilla, fue
construido en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval en factoría de Bilbao. Botado
el 6 de octubre de 1956, para ser entregado a sus armadores en abril de 1959. El proyecto fue español,
siendo uno de los mayores transatlánticos construidos en España. Después de su botadura, es incorporado
a la línea regular entre Génova y Buenos Aires con escalas intermedias en Barcelona y Santa Cruz de
Tenerife; línea por aquel entonces muy utilizada en el tráfico de emigrantes hacia Brasil, Uruguay y
Argentina. En los años siguientes es utilizado en la organización de cruceros turísticos por las costas
sudamericanas. Fuente: http://www.galeon.com/polosur/PRESENCIA8.htm (Consulta: 12 de noviembre
de 2010). Si bien, de acuerdo con las fuentes, el testimonio tiene un error respecto al nombre del barco, la
importancia radica en la memoria personal y familiar de un viaje de ida y vuelta entre estos dos puntos,
que se considera, a su vez, como parte de la historia del Uruguay.
El desarrollo del exilio republicano español en Uruguay se presenta tomando en
cuenta diversas variables. Una de ellas, es relativizar la importancia que éste tiene en el
conjunto del exilio republicano, ya que Uruguay no representó uno de sus principales
destinos; sin embargo en algunos aspectos pueden observarse la presencia de figuras
destacadas o labores de proyección política y sindical importantes para la sociedad
uruguaya.3
El Uruguay que recibe la “España peregrina”4
La llegada de exiliados republicanos hacia América Latina se da en una
coyuntura difícil para el continente y para las circunstancias particulares que viven los
diferentes países del mismo. Las consecuencias de la crisis del 29 en Estados Unidos y
su proyección sobre el resto de América generarán situaciones de inestabilidad. Esta
inestabilidad, afectará la dimensión económica y política ya que, en muchos de ellos, los
sectores oligárquicos reclamarán medidas políticas de control y gobiernos fuertes que
desembocarán en procesos autoritarios, populistas o dictatoriales. A este elemento, se va
a sumar la repercusión que tendrá el crecimiento del fascismo y las tendencias
autoritarias en Europa, proyectándose en la política, con una división de los sectores
políticos y sociales en torno a la adhesión al fascismo o a la democracia liberal
(Halperin, 1995; Hobsbawm, 1995).
Uruguay, no es ajeno a este proceso y la reacción desde el punto de vista político
es la que se produce desde el gobierno del Dr. Gabriel Terra (1931-1938), líder del
Partido Colorado, proveniente del batllismo.5 Terra, apoyado en los sectores
conservadores del otro partido tradicional, el Blanco o Nacional,6 y en los sectores
oligárquicos, dará un golpe de Estado e instaurará una dictadura el 31 de marzo de 1933
que se va a extender hasta 1938. Como ya mencionara, la situación existente en los años
3 Tal vez aquí encontremos una diferencia respecto a la memoria existente en otros países, mientras en
muchos de ellos la referencia es al “exilio español”, en Uruguay lo es más a “los exiliados españoles”,
asociados a figuras nominalizadas, destacando su trascendencia en distintos campos más que al espacio
genérico como marca histórico colectiva. 4 Nombre de la revista literaria fundada por José Bergamín en México.
5 El Partido Colorado, uno de los Partidos Políticos más antiguos del mundo, nace como divisa en 1836,
representa fundamentalmente a los sectores urbanos e industriales y mantiene una tendencia liberal
republicana con una predominancia en el gobierno entre 1865-1959, 1966-1973, 1985-1989, 1994-2004.
Dentro de éste destaca la figura de José Batlle y Ordoñez (1903-1907 y 1911-1915) que lleva adelante
gobiernos de profundas reformas sociales y legislación de avanzadas conquistas laborales que terminó
identificando una forma hacer gobierno y hasta un paradigma socio-político cultural: el batllismo. 6 El Partido Blanco o Nacional es también uno de los más antiguos, nacido, al igual que el colorado como
divisa en 1836 y asociado fundamentalmente a los sectores rurales y de tendencia conservador y católico.
Ha disputado tradicionalmente el poder al Partido Colorado pero con menos oportunidades de gobierno,
entre 1959-1966 y 1989-1994.
30 condicionaba en algunos aspectos los proyectos o las salidas que la oligarquía
pretendía imponer para enfrentar la situación imperante. Desde que asume el poder
constitucionalmente en 1931, el presidente Terra deja explícita su disconformidad con
las limitaciones que le imponía la Constitución de 1918, especialmente en el área
económico-financiera, que era justamente lo que el sector que representaba el gobierno
pretendía reformar. Por ello, uno de los objetivos fundamentales del gobierno, y en
concreto del Dr. Terra, será la reforma de la Constitución, y la fórmula, un golpe de
Estado. Ahora, ¿qué relación existe entre estos cambios y el exilio republicano español?
El lazo, lo localizamos en las condiciones con las que se van a encontrar los españoles
republicanos cuando pretendan llegar a Uruguay, ya sea directamente desde España,
desde Francia, Venezuela, México o países limítrofes como Brasil o Argentina.
Una de las reformas incorporada en la nueva constitución uruguaya impulsada
por Terra y plebiscitada el 19 de abril de 1934 es la restricción a la entrada de
inmigrantes. En realidad, endurece las medidas adoptadas por la ley 8868 del 19 de julio
de 1932 que ya establecía causales de “inadmisión” y de expulsión de extranjeros.7 Una
serie de decretos y reglamentos promulgados entre 1932 y 1934 van a sumarse a una ley
que por su carácter restrictivo se conocerá como la ley de indeseables. Estas leyes, se
van a complementar con una nueva ley de inmigración aprobada el 13 de octubre de
1936 que añade nuevos motivos para denegar la entrada de extranjeros como los
“factores políticos” o la necesidad de un certificado consular. El 23 de noviembre de
1937 se unifican las diferentes reglamentaciones sobre inmigración en un decreto
presidencial donde “... se hace clara alusión al conocimiento que se tenía de la entrada
de refugiados que no cumplían con los requisitos establecidos en la ley de inmigración
de 1936, o cuya entrada se hacía de forma ilegal” (Facal Santiago. S. 2002: 178). En
1936, en los periódicos montevideanos se denunciaba esta situación evidenciando la
preocupación social y política de ciertos sectores por lo que consideraban una injusticia:
7 En 1931 el senador del Partido Nacional Rodríguez Larreta realiza una exposición frente a la Cámara
planteando ya el ingreso de lo que denomina “inmigración indeseable” y lo que de acuerdo con el
pensamiento de su fracción política significaba de competencia excesiva para el obrero nacional la
incorporación de obreros extranjeros: “En nuestro país, con nuestra admirable y sin duda generosa
libertad, presenciamos el espectáculo de que vienen los mendigos y ancianos a cobrar las pensiones a la
vejez; que llegan los enfermos y dementes a ocupar gran parte de los hospitales, que vienen los rufianes y
maleantes a establecer el cuartel general de sus operaciones, y que aún llegan los trabajadores a
disputarles el salario y el trabajo a los hijos del país que se lo ganan con dificultad en estas horas de
crisis.” Si se observan los argumentos de este representante nacional uruguayo para rechazar la
inmigración se pueden establecer interesantes paralelismos con los utilizados por ciertos representantes
políticos españoles de sectores conservadores a este fenómeno en la España actual o muchos casos
similares en otros países, ya sea en el pasado o en la actualidad que son, o han sido, receptores de
inmigrantes.
“…es una mala copia de la ley de residencia argentina, ha levantado la protesta unánime
de todos los núcleos políticos independientes, de las organizaciones obreras y culturales
de todos los hombres y mujeres que aman la libertad de la inmensa mayoría del país”.8
La protesta popular desembocó en una convocatoria de una gran manifestación el 25 de
octubre de 1936 y una huelga general de apoyo a la España Republicana. Asimismo, se
organizan en diferentes locales partidarios, especialmente del Partido Socialista
Uruguayo, conferencias de líderes políticos en apoyo a la causa republicana con una
gran afluencia de público.9 La Dra. Paulina Luisi, del Partido Socialista del Uruguay en
nombre de la Asociación de intelectuales, artistas, periodistas y escritores expresa:
“Bajo la apariencia de defensa social y racionalización de la
corriente de extranjeros, tiene una sola y única finalidad: el ataque a toda
idea de renovación social, la voluntad de utilizar la coerción contra toda
tendencia que aspire a un resurgimiento nacional. Tal ha sido, por lo
demás, en todos los países, la experiencia dolorosa que han realizado estas
leyes, creando el fantasma de las `ideas disolventes´ para hacerles servir de
instrumento a la persecución de toda ideología opuesta a las fuerzas que
detentan el poder”10
De todas formas, como ya mencionáramos, existieron excepciones a estas trabas
gubernamentales, representadas por funcionarios de inmigración o por representantes
consulares que intentaron burlar las directivas del Ministerio de Relaciones Exteriores
con tal grado de extensión de esta práctica, que hizo que retirara a los consulados la
facultad de entregar visados o llegó a costarle el puesto a muchos cónsules, en algunos
casos por dimisión y en otros por destitución.
En Uruguay, existieron ciertos obstáculos hacia la entrada de los republicanos,
pero de cualquier forma muchos lo hicieron, ya sea en forma directa desde su huida de
España o Francia, o a través de las fronteras con Brasil o Argentina. Los que provenían
de países limítrofes lo hacían huyendo de las restricciones que allí les imponían o
terminaron quedándose en Uruguay después de lo que en principio consideraban como
un lugar de tránsito hacia otros destinos.
8 El Sol. “Una gran agitación popular contra la ley `indeseable´. Todos los trabajadores, todos los hombres
libres formarán en la gran manifestación del domingo 25”. Montevideo, tercera semana, octubre de 1936. 9 El Sol. “Grandes demostraciones obreras contra la ley `indeseable´ y los sindicatos estatales” y
“Conferencia en el Centro `Augusto Babel´”. Ibidem. 10
Fondo del Centro Republicano Español. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Universidad de la República (Montevideo, Uruguay).CRE. Fondo Paulina Luisi. Sección “Ley de
Indeseables”. 1 - “Ley contra Indeseables”, Montevideo, marzo de 1937. Exhortación en nombre de la
Asociación de Intelectuales Artistas, Periodistas y Escritores, A.I.A.P.E. 2fs.
“A Uruguay los expatriados llegaron de a poquito, individualmente,
por casualidad o por lazos de amistad” (Grillo, 1995) “[...] la migración
se extendió en el tiempo y fueron llegando a medida que las circunstancias
personales y/o políticas lo permitían, porque los migrantes carecieron de la
calidad legal de refugiados, porque algunos censos proyectados no se
realizaron y también porque para muchos españoles el arribo a nuestro
territorio fue pasajero" (Lagarralde, Visconti, Martínez, s/f).
La situación será diferente para los que llegarán años más tarde, en los 50. Fernando
Aínsa desembarca en Montevideo con su familia y sobre ese momento nos dice:
“Nadie podía sentirse verdaderamente desterrado o expatriado en el
Uruguay de entonces, tantas facilidades teníamos los españoles, desde la
ciudadanía legal adquirida sin dificultad hasta los derechos cívicos y políticos
que nos permitían ser electores y elegidos en un sistema democrático hasta ese
momento indiscutido y único en el continente” (Aínsa, 1989: 159).
Considerando las cifras demográficas, podemos ver que, para el censo de 1908
la población del Uruguay era de 1.042.686, dónde los extranjeros representaban un
17.38 % y, para el de 1963, la población era de 2.595.510 y los extranjeros un 8 %.11
En
este contexto, los datos de arribo de españoles en el período que va desde la Guerra
Civil hasta mediados de los años 50 es el siguiente:
Inmigrantes españoles llegados al puerto de Montevideo 1938-195612
Años 1936-47 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 Total
237
(1938)13
1092 1179 2874 3997 3786 3840 3926 4467 358614
28984
El cuadro, nos muestra el aumento de llegada de españoles15
desde la década de
los 40 a la década de los 50 del siglo XX, dónde comienza a disminuir, considerándose,
el inicio de los años 60, como el fin de la última oleada inmigrante en Uruguay.
Muchos de los republicanos que llegan a Montevideo lo hacen porque tenían
familia establecida, o mantenían contactos que les permitieron en muchos casos obtener
contratos de trabajo y poder ingresar al país, evitando así, las dificultades interpuestas
por el gobierno. A su vez, sirvieron como salvoconductos, además de la acción de
11
Fuente: Instituto Nacional de Estadística www.ine.gub.uy (consulta 10 de mayo de 2011). 12
Elaboración propia. Fuente: República Oriental del Uruguay. Dirección General de Migración. La
inmigración en los últimos veinte años. Pedido de informes del representante nacional Sr. Enrique Erro.
Montevideo, 1956. 13
Para este período el informe sólo consigna los totales desagregando entre españoles e italianos
solamente para el año 1938. 14
Para el año 1956 recoge los datos del período enero a octubre. 15
En los censos los registros son bajo el concepto de “nacionalidad” pero no podemos afirmar que todos
sean exiliados, ya que especialmente a partir de fines de los años 40 se suma al exilio una nueva
emigración desde España de carácter económico dónde encontramos a gente que finalmente puede salir
del país después de la segunda guerra mundial y otros que lo hacen por las condiciones de vida de la pos
guerra. La segunda advertencia es que aquí consignamos solamente los llegados en barcos al puerto de
Montevideo, por tanto quedan fuera todos aquellos que lo hicieron a través de las fronteras terrestres o
puertos menores.
ciertas autoridades consulares, los lazos con las organizaciones políticas uruguayas e
instituciones creadas en esos años, a la luz de la situación que estaba viviendo España,
como el Círculo Republicano Español. “De esta forma, los contactos familiares, junto
con los laborales o políticos fueron los que permitieron los primeros pasos de estos
inmigrantes en el país. Aunque el acercamiento a instituciones o colectividades
particulares también jugó un rol fundamental” (Lagarralde, Visconti, Martínez, s/f).
Las bases generadas por la inmigración española de oleadas anteriores, como lo
eran las redes establecidas y el mundo asociativo, permitió a los exiliados españoles
acomodarse a la realidad del país de destino, minimizando, en parte, el trauma del
exilio. Esto, se dio gracias a la particularidad de encontrar espacios culturales y sociales
de referencia identitaria, nacionales y regionales, especialmente para aquellos que
provenían de zonas donde ésta es muy importante, como catalanes, gallegos y vascos.16
En el Uruguay de los 30 y los 40 del siglo XX, asistieron a un enfrentamiento
ideológico similar al que dejaban en Europa. Si bien, por un lado reproducía el mismo
espacio de confrontación dejado, por otro, les permitía continuar con su lucha y sus
reivindicaciones, viabilizando y ayudando de esa forma a la permanencia de una
identidad ideológica y un sentido de vida en el exilio que se podía ver como una
prolongación de la lucha que se percibía como perdida en su espacio de origen.17
“Vivía en Montevideo, en un mundo de refugiados, donde la
devoción a la España republicana derrotada era tan grande como el odio a
la España franquista triunfante. En el Uruguay de entonces la solidaridad y
la simpatía hacia la causa republicana eran totales” (Aínsa, 1989: 159).
En Uruguay, bajo el gobierno de Terra, parte de la sociedad uruguaya y de la
colectividad española se inclinaba por la ideología nazi-fascista y franquista (Zubillaga,
16
Sin embargo, no debemos caer en las generalidades y simplificaciones de afirmar que los exiliados se
integran en las asociaciones en situaciones exentas de conflictos o problemas, como bien lo aclara Carlos
Zubillaga (2010) para el caso de los exiliados gallegos. 17
Este es un punto muy importante referido a los discursos sobre el exilio y la reutilización que éstos
hacen de referentes existentes en el pasado y en el presente para acercarse a la sociedad de destino y
elaborar sus estrategias identitarias. Así como los exiliados republicanos utilizarán la lucha anti fascista
como elemento de referencia para desarrollar su estrategia de lucha contra el franquismo a la vez que para
ser comprendidos por la sociedad uruguaya; de igual forma los exiliados uruguayos en España utilizarán
el exilio republicano español, no sólo como red de sustento, sino también como estrategia discursiva para
presentarse a la sociedad española como personas y grupos que vivían la misma realidad que miles de
españoles habían sufrido y sufrían en América. De esta forma puede observarse en el discurso del exilio
uruguayo elementos como la lucha anti-fascista (recordemos que los exiliados uruguayos llegan a una
España que vive los últimos años de la experiencia dictatorial del franquismo) y la mención al exilio
republicano como anclajes de identidad y acercamiento. Esta idea también es compartida por otras
investigaciones como el trabajo desarrollado por Silvina Jensen (2004) para su tesis doctoral sobre el
exilio argentino en Cataluña. También es de destacar que estas estrategias fueron posibles ya que tanto en
el caso del exilio republicano en Uruguay como en el caso de los exiliados uruguayos en España los
gobiernos permitieron (con matices, por supuesto, ya que la coyuntura política a veces no era la más
adecuada) las expresiones y manifestaciones de carácter político de éstos.
2009); otra parte importante de la sociedad uruguaya, los partidos políticos de izquierda,
las alas más progresistas de los partidos tradicionales, buena parte del mundo cultural y
de la colectividad española, se identificaba con la lucha contra el fascismo. De esta
forma el exiliado se encontró con un espacio de solidaridad propicio para continuar con
su lucha
“... la Guerra Civil aglutinó a los sectores populares a favor de la
España Republicana, Comités de apoyo a la República fueron creados en
los barrios de Montevideo, en ciudades y pueblos del interior, dirigentes de
los partidos políticos democráticos y organizaciones sociales integraron
este tema a su discurso durante décadas [...] se constituyeron instituciones
como Casa de España y el Círculo Republicano Español, con la finalidad
de organizar y canalizar la solidaridad.” (Lagarralde, Visconti, Martínez,
s/f)
La presencia de los republicanos en el abanico del asociacionismo español fue
dándose en forma paulatina a partir de la instauración de la II República en España el 14
de abril de 1931, llegando a dominarlo y a establecer fuertes relaciones con los sectores
políticos uruguayos, como las líneas más progresistas del batllismo, algunos sectores del
partido nacional, el partido socialista y el partido comunista del Uruguay. De esta
forma, nacen instituciones como el Círculo Republicano Español en 1933.
El comienzo de la Guerra Civil, en 1936, reunió a los distintos sectores
republicanos y democráticos en un frente común con una presencia muy relevante en la
sociedad uruguaya que, uniéndose a la lucha antifascista, se prolongó hasta el fin de la
Segunda Guerra Mundial. En los periódicos de la época es posible rastrear las
adhesiones a los dos frentes de acuerdo con las tendencias políticas de cada uno de
ellos.18
La prensa uruguaya respondía fundamentalmente a intereses partidarios teniendo
a la izquierda periódicos como El Sol, de tendencia socialista y Justicia, comunista.
Dentro de los Partidos Tradicionales, El Día, que defendía los intereses del Partido
Colorado con una posición favorable a la república, y El Debate, órgano del Partido
Nacional más católico y favorable a los nacionales. Finalmente, El País representaba los
grupos más al centro del partido nacional o blanco, con una actitud de información pero
de condena al levantamiento militar, y al franquismo posteriormente. Reparando en los
titulares podemos dar cuenta de esta alineación, que es una muestra del clima que se
18
No se pretende hacer un análisis detallado de la prensa a lo largo de todo el período de la guerra, lo que
daría lugar a un artículo en sí mismo, sino, simplemente dar cuenta de las diferentes reacciones al
comienzo de la guerra, en la medida que definen las posiciones de los medios, políticas y sociales,
durante la contienda y por tanto frente a lo que será el exilio republicano.
vivía en Uruguay como reflejo y preocupación de lo que estaba sucediendo en España.19
Desde los medios de prensa de la izquierda se alentaba al apoyo al bando republicano y
se condenaba la agresión fascista, tanto los socialistas: “El Partido Socialista del
Uruguay expresa su adhesión al pueblo español que con heroicidad sin límites está
aplastando la criminal revuelta fascista contra la República y la Democracia”;20
como
comunista: “El pueblo español, con heroísmo sin igual, se hace contra el fascismo. Los
fascistas son directamente sostenidos por Hitler, Mussolini y todos los reaccionarios”.21
Por su parte en el partido nacional observamos dos tendencias en sus órganos de prensa,
desde El Debate de corte católico se insiste, desde antes del estallido de la guerra, en lo
que se consideran atropellos a los bienes y personas de la iglesia y se nominaliza el
levantamiento militar en similares términos a los que lo hace la ultra derecha española:
“Va ganando terreno la revolución española” o “Progresa la revolución española”.22
Como ya mencionáramos, desde El País, de una tendencia más moderada, se remite a
las agencias internacionales, especialmente U.P. con una actitud de apoyo al gobierno
republicano: “La rebelión de la península va perdiendo terreno cada vez más,
considerando, las autoridades que el restablecimiento del orden será cuestión de poco
tiempo. Fuertes contingentes leales marchan al sur para dominar las posiciones de los
amotinados”.23
En el caso de los intereses de un importante sector del partido colorado
reflejado a través del diario El Día, desde un primer momento se hacen eco de la
situación en su primera página con grandes letras: “Una rebelión militar pone a prueba
la solidez del gobierno de España”.24
Uruguay estuvo presente de diferentes formas en la Guerra Civil Española.
Desde el punto de vista institucional, junto a la embajada argentina, en los primeros días
siguientes al 18 de julio de 1936, asiló a personas que frente al alzamiento militar
temían las represalias de los grupos de izquierda.25
Pero como ciudadanos, luchando a
19
Es importante aclarar que la presencia a diario en la prensa montevideana de cobertura nacional no era
un fenómeno solamente achacable a los acontecimientos de la guerra civil, sino que eran temas
recurrentes, al menos en lo relevado para el siglo XX donde se daba cuenta, principalmente, de los hechos
políticos, sociales y culturales españoles. También es constatable, que a partir de las elecciones de 1936
primero, y del golpe militar contra la república que da inicio a la guerra civil, después, la crónica se
vuelve permanente y con varios artículos, fotografías y con grandes titulares de portada en todos los
periódicos. El siguiente acontecimiento que tendrá igual cobertura será la Segunda Guerra Mundial. 20
El Sol. Montevideo, primera semana de agosto de 1936. 21
Justicia. Montevideo, 7 de julio de 1936. 22
El Debate. Montevideo, 21 de julio de 1936 y 25 de julio de 1936. 23
El País. Montevideo, 22 de julio de 1936. 24
El Día. Montevideo, 19 de julio de 1936. 25
Esto ocurría antes de que en septiembre de 1936 se rompieran relaciones diplomáticas con la República
Española y se retirara la embajada de Madrid (Zubillaga, 2010).
favor de la República, fue parte de las Brigadas Internacionales, enviando un total de 56
combatientes.26
Asimismo, a iniciativa de la Dra. Paulina Luisi, que formaba parte en
Uruguay de comités pro ayuda, especialmente para los niños desplazados por la guerra,
se constituyó la “La Casita Uruguaya” en Torrente, Valencia. La Casita era un centro de
acogida para niños y niñas que además recibía ayuda con enseres y alimentos
directamente provenientes de los comités de ayuda en Uruguay.27
Durante la Guerra
Civil, la Dra. Luisi presidirá el “Comité de Damas de Ayuda al Pueblo Español” e
integrará otros, como el “Comité Pro España Democrática” y el “Comité de Afirmación
Republicana”, desde donde realiza una amplia labor nacional e internacional.28
En 1939,
propone al gobierno y al parlamento la creación de un “Centro de Emigrados de
España”.
En España, al finalizar la contienda mundial, pronto se perdieron las
esperanzas29
de que el avance aliado contra el fascismo en Europa se continuara con una
invasión a España después del año 45. Estas circunstancias, sumadas al inicio de la
Guerra Fría, la consolidación del régimen dictatorial franquista, su aceptación
internacional en los años 50 del siglo XX, frustraron las esperanzas de los republicanos
de lograr la finalización rápida de la dictadura. Esta serie de elementos, sumados a la
llegada de nuevos inmigrantes españoles al Uruguay, ajenos a las luchas político-
ideológicas de los años 30 y los 40 del siglo XX, desembocó finalmente en la ruptura30
26
Fuente: http://lamemoriaviva.wordpress.com/2009/11/09/homenaje-a-los-brigadistas-internacionales-
uruguayos-que-participaron-en-la-guerra-civil-espanola/ (Consulta, 10 de junio de 2011). 27
CRE. Fondo Paulina Luisi. Sección República Española. Serie. Solidaridad con la República Española.
Doc. 7: Copia de cartas de niños de Torrente, agradeciendo la ayuda enviada desde Uruguay. Las cartas
están fechadas entre el 26 y 27/2/1938; el envío de las mismas por la Office International pour l’enfance,
es del 23/4/1938 28
Entre sus labores ya destacadas, a partir de su experiencia en la diplomacia internacional intercede para
ayudar a los refugiados españoles a conseguir un destino seguro. En 1937 se dirige al gobierno de México
para solicitar el asilo para deportados republicanos por el gobierno uruguayo bajo el amparo de la “Ley de
Indeseables”. CRE. Fondo Paulina Luisi. Sección “Ley de Indeseables”. “4 – Carta al Sr. Ministro de la
República de México, don Luis Padilla Nervo, Carta en la que Paulina Luisi le brinda al ministro un
informe sobre los deportados, para los que solicita permiso de residencia en México, 21/3/1937. 4 fs. 29
Desde el periódico Lealtad en Montevideo se expresaba un año antes del fin de la guerra mundial:
“Existe la creencia bien fundada de que, a lo largo del año 44, se desenlazará seguramente la sangrienta
pugna europea; el conflicto planteado al mundo se encauzará hacia las soluciones que prometen un
porvenir mejor. Esas circunstancias crearán oportunidades de incomparable valor para nuestro pueblo.
Será indispensable disciplinar las fuerzas de la democracia española, impulsar todo lo posible sus
actividades y desarrollar sin tregua su acción en el e exterior para impedir que la causa de España pueda
ser eclipsada en el instante de afirmar el derecho de los pueblos a su soberanía y a sus libertad”.
Montevideo, 22 de enero de 1944. 30
Si bien existía un frente anti franquista en el exilio, éste no estaba exento de conflictos internos entre
los diferentes grupos, especialmente a partir de las distintas posturas adoptadas ante la marcha del
régimen español. En el año 1964, frente a la política de búsqueda de posibles aperturas o de cambio en las
acciones en España de las fuerzas del PCE, la CNT de tendencia anarquista, desde su representación en
Uruguay lanza un duro ataque a los comunistas acusándolos de oportunistas. ACRE. Sección Miscelánea.
del frente de izquierda que formaba el Círculo Republicano. Hasta 1940 las dos grandes
instituciones que incorporaron el republicanismo fueron la Casa de Galicia y el Círculo
Republicano Español, sustituyéndose posteriormente al final de la guerra civil por el
Centro Republicano Español de tendencia socialista y la Casa de España, comunista.31
“Habiéndose realizado la fusión del `Círculo
Republicano Español´ con los de `Casa de España´, ha
quedado constituido el Centro Republicano Español. Esta
nueva entidad –ajena a toda influencia política extraña-,
desarrollará sus actividades dentro de las más puras
normas del republicanismo español, tales como han sido
plasmadas en la Constitución de 1931, y aspira a
englobar en su seno a todos los españoles republicanos y
a los amigos de la República Española en el Uruguay.”
(Martínez, 1999: T I, 45)
Estas dos corrientes pervivieron hasta los años 197032
pero ya con una escasa
presencia en la vida pública y política uruguaya.33
La Casa de España de Montevideo va
a subsistir hasta junio de 1979 cuando, debido a la recuperación democrática española y
a las primeras elecciones libres, decide disolverse, ya que su sentido pierde vigencia al
retornar al estado de derecho (Martínez, 1999: T II, 297).
Con la llegada de los exiliados, comienza una nueva dimensión de las
movilizaciones acontecidas durante la guerra civil, de las propias organizaciones
españolas, y de los sectores políticos, sindicales, culturales y sociales de apoyo
uruguayo. Su objetivo pasará a ser la recepción y ayuda para recibir el exilio y la
denuncia de la ilegitimidad del gobierno franquista. Estas acciones se desarrollan, tanto
desde los espacios de representación, como con la creación de algunos medios de
prensa. Destacan entre ellos algunos como Lealtad definido como órgano de la
Serie Comunicados y declaraciones. Documento 11/15 de junio de 1964, Caja 10 Sobre 2, fs.: 37-38.
También otro episodio a título ilustrativo lo constituye, en 1966, la declaración de los grupos en el exilio
frente a los reclamos del gobierno franquista al inglés por la devolución del Peñón de Gibraltar. Mientras el
PCE, a través de Casa de España, apoya tal medida por históricamente justa, el Centro Republicano, si bien
lo suscribe (pero extendiéndola a otros puntos como las bases norteamericanas o incluso Portugal por
derecho histórico) no comparte el pedido por considerar que al ser un derecho no se debe pedir, sino exigir.
ACRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. Documento 15/14 de octubre de 1966,
Caja 10 Sobre 2, fs.: 43-44. Estos ejemplos muestran las divergencias existentes, aspecto que también se
podrá observar en el exilio uruguayo como bien lo ha trabajado Markarian (Markarian, V. 2006). 31
Lealtad. “Editorial”. Montevideo, 10 de abril de 1941 32
En 1977, como resultado de las elecciones generales en España el Gobierno de la República en el
Exilio se declara disuelto e insta a las diferentes organizaciones a seguir la misma práctica. El Centro
Republicano Español en Uruguay a propósito manifiesta: “Las Instituciones de la República en el Exilio
ponen así término a la misión histórica que así se habían impuesto. Y quienes las han mantenido hasta
hoy, se sienten satisfechos porque tienen la convicción de haber cumplido con su deber”. CRE. Sección
Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. DOC: 29. Montevideo; 1977, 7 de julio. Caja 10, Sobre 2,
fs. 71 a 76. 33
Un desarrollo exhaustivo y documentado de este proceso se encuentra en José Ramón Rodríguez Lago
(1988).
Democracia Española, República Española como órgano del Centro Republicano o
España Libre. Incluso se disponía de espacios radiales como la hora radial del “Centro
Republicano Español” dos días a la semana en CX 10 Radio Ariel. La presencia de
medios españoles en Uruguay era muy abundante, especialmente en cuanto a revistas.
Considerando el período que va de la guerra civil, a fines de los años 40, encontramos
por ejemplo: Comité Sindical pro-ayuda al proletario español, España Democrática, La
España Moderna, España Nacionalista, La Gaceta Española, Revista Española, La Voz
de España y Raza Celta (gallega) (Acerenza Prunell, S. 2005). Es decir, la sociedad
uruguaya era partícipe de lo que sucedía en España desde múltiples medios, y por ende,
el exilio, no le era ni extraño ni ajeno, de ahí que, en un país donde la participación y
movilización ciudadana era importante, estos temas formaran parte de sus
cotidianeidades.
Entre las instituciones que se formarán podemos mencionar el Frente Español
anti franquista, que desarrolla importantes actividades públicas de apoyo a la lucha
contra la dictadura, así como de apoyo a la resistencia dentro de España.34
Se formará el
Movimiento Uruguayo de Solidaridad con el Pueblo Español que, entre otras
actividades, se ocupó de recabar finanzas para enviar a España para los movimientos de
resistencia y los familiares de los que estaban en las cárceles del régimen.35
Otra
organización será la Comisión Pro Amnistía para los presos políticos de España y
Portugal36
que contará con la adhesión de las instituciones de los gobiernos nacional
uruguayo y departamental de Montevideo. Finalmente, las consideradas organizaciones
españolas anti franquistas residentes en Uruguay: la CNT, Izquierda Republicana, PCE,
los llamados Partidos Vascos, el PSOE, la UGT y Ezquerra Republicana de Cataluña.37
El exilio español de la memoria uruguaya
México, Argentina, Chile, República Dominicana y otros países de América
Latina tienen la referencia del exilio español como un espacio complejo donde
convergen personajes, acciones, aportes y una memoria de esa “España peregrina” en el
país. Sin embargo, en Uruguay esa memoria es diferente. Si bien existe, no lo vamos a
negar, una referencia al exilio como conjunto, es cierto que los referentes están
34
CRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. Documento 1Caja 10 Sobre 2, fs.:1 35
CRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. Documento 8/1964, Caja 10 Sobre 2,
fs.: 15-16. 36
CRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. Documento 2, Caja 11 Sobre 5, fs.: 2 37
CRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y declaraciones. Documento 7/19 de octubre de 1957,
Caja 10 Sobre 2, fs.: 14 y 15.
formados, más que por el espacio en sí, por una cuestión más nominal, relacionada con
hombres y mujeres que fueron importantes en distintos ámbitos. Por lo que hablar el
exilio republicano español en Uruguay es hablar de figuras, de nombres, de redes y
relaciones establecidas por éstos.
En el conjunto del exilio destacó una nutrida presencia del exilio cultural,
fundamentalmente en Montevideo, que además de relacionarse con la importante
actividad que la ciudad concentraba, sirvió de plataforma para nuclear espacios de
solidaridad. Para muchos exiliados significó una oportunidad laboral, especialmente en
las letras, aunque nada comparable como lo desarrollado en Argentina o México.
Algunas revistas contaron entre sus colaboradores con personajes importantes, si bien
como señala Rosa María Grillo “...Uruguay no ofrecía muchas oportunidades para que
los intelectuales desterrados pudiesen sobrevivir con los recursos derivados de su oficio
de escritor” (Grillo, 1995). Me parece importante mencionar algunos personajes que, o
bien se exiliaron durante buena parte de su vida en Montevideo, o pasaron parte del
mismo en la capital uruguaya. Nombres como los de José Bergamín (1947-1954 y en
1964), considerado una de las figuras más importantes e influyentes del exilio en
Montevideo, catedrático de literatura española en la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Universidad de la República; León Felipe, que dictó conferencias entre
1947 y 1948; Juan Ramón Jiménez, que estuvo en 1948; Rafael Alberti y María Teresa
León que, si bien vivieron en Buenos Aires, gustaban de veranear en Punta del Este;
José Carmona Blanco; Francisco Contreras Pazo y Benito Milla, o Álvaro Fernández
Suárez, que llega a Montevideo en 1940 comenzando a colaborar ese mismo año en
Marcha, una de las publicaciones más influyentes e importantes en el ámbito cultural y
político de la izquierda uruguaya. En esta publicación, colaborará Francisco Contreras
Pazo en los años 1950,38
así como Ferrandiz Alborz con el diario El Día. Otros, incluso
crearán sus propios medios, como Benito Milla, quien después de un duro exilio en
Francia se instala en Uruguay y en 1956 funda y dirige la revista Deslinde (1956-1961),
continuando después con Temas (1965-1967). En el plano editorial, Milla crea varias de
ellas en el exilio, en Montevideo, la Editorial Alfa, y a fines de los 60 se traslada a
Venezuela donde aparece la Editorial Monte Ávila. En la revista Deslinde participará
38
Francisco Contrera Pazo, será Profesor de Idioma Español y Literatura y asesor de Letras en la
Intendencia de Montevideo. En el año 1968 es detenido dentro de las medidas de control y represión que
los gobiernos autoritarios de la época van a comenzar a desarrollar hacia los distintos ámbitos de la
sociedad uruguaya, entre ellos la educación. Será liberado rápidamente pero muestra la participación de
los exiliados en la vida político social del Uruguay. CRE. Sección Miscelánea. Serie Comunicados y
declaraciones. Documento 4, Caja 10, Sobre 2, fs.: 8 y 9.
José Carmona Blanco como crítico literario y teatral. Finalmente, en este plano literario,
Fernando Aínsa, quien se destaca como ensayista y cuentista publicando trabajos sobre
el exilio español en Uruguay. (Grillo, 1995; Aínsa, 1989).
No sólo en el mundo de las letras sobresalen los exiliados del ámbito cultural,
también en el teatro39
o las artes plásticas. Uno de los personajes más destacados es
Margarita Xirgú, amiga personal e integrante del grupo de Federico García Lorca.
Margarita Xirgú se encuentra en La Habana en el momento del estallido de la guerra y
de la muerte de su amigo Federico; nunca regresará a su España natal y muere en
Montevideo el 25 de abril de 1969. Dirige la Comedia Nacional y la Primera Escuela
Municipal de Arte Dramático en Montevideo (1949) que hoy en homenaje lleva su
nombre. Cuando deja la dirección de la escuela, la sustituye otro exiliado español, José
Estruch. En el año 1943, como directora general del SODRE, Margarita Xirgú integra
en la nueva compañía a sus antiguos compañeros españoles en el exilio: Amelia de la
Torre y Enrique Diosdado.
“Aunque Montevideo no figure entre las grandes capitales del exilio
español, como lo fueron México, Buenos Aires, La Habana (pienso en María
Zambrano y Manuel Altolaguirre) o San Juan de Puerto Rico (pienso en
Pablo Casals y Juan Ramón Jiménez) fue –sin embargo- una ciudad donde
encontraron refugio artista y escritores que marcarían la vida intelectual del
país” (Aínsa, 1989: 164).
En las Artes Plásticas destacan los escultores Pablo Serrano y Eduardo Yepes:
mientras el primero regresa a España en los años 1940, el segundo se radica en
Montevideo pudiendo verse importantes muestras de su trabajo en diferentes puntos de
la ciudad. (Aínsa, 1989). Otro personaje importante, tanto en las letras como el
periodismo, la poesía o el ensayo, y en las artes plásticas como pintor, grabador,
muralista y escenógrafo es Luis Seoane, que vive su exilio compartido entre
Montevideo y Buenos Aires, colabora ayudando a los exiliados y emigrantes gallegos y
es un firme defensor de la causa galleguista (Martínez, 1999: T II, 365).
En la música, debemos mencionar a Enrique Casal Chapí, intelectual y músico
que se exilió primero en República Dominicana, en 1941, para pasar luego a
Montevideo, en 1945. Actuó como director artístico de Radio Nacional y su Orquesta
Sinfónica, actividades que simultaneó con la dirección de la Asociación Coral y la
39
En este apartado el agradecimiento a Marita Fornaro, Directora de la Escuela Universitaria de Música
de la Universidad de la República (Montevideo-Uruguay) y Marcelo Sienra del Centro de Investigación,
Documentación y Difusión de las Artes Escénicas (CIDDAE) del Teatro Solís (Montevideo-Uruguay).
cátedra de composición del Conservatorio de Música. Fue maestro de otros grandes
músicos uruguayos: Ricardo Storm, Jaures Lamarque Pons y Nydia Pereyra Lisazo.
Se puede decir que el exilio republicano en el Cono Sur, especialmente lo que se
refiere al exilio cultural, y concretamente el que se radica en Montevideo y Buenos
Aires, es un exilio rioplatense. Estas dos ciudades, si bien históricamente rivales, han
mantenido una historia común en el ámbito de la cultura, compartiendo características
similares en muchas áreas, como la música con el tango, o el teatro y las letras. Los
exiliados, y exiliadas de ambas márgenes, acostumbraban a compartir su estancia en las
dos capitales así como, una red que las incluía a ambas. No ocurre lo mismo en otros
ámbitos, como el sindical o el político, donde las divergencias entre las historias
políticas de ambos países no guardan estas relaciones tan estrechas y las redes, que sí
existieron, eran más débiles.
Las estrategias del exilio republicano español y su proyección en la
política y el sindicalismo uruguayo.
Es interesante comenzar con algunos testimonios de personajes del escenario
político partidario uruguayo actual que mencionan la relevancia del exilio español en
alguna faceta de su formación ideológica, en la del partido político o movimiento
revolucionario al que pertenecían:
“El `trotskista´ Abraham Guillén, militante del POUM, trabajaba
en el diario Acción, y algunos de sus textos inspirarían una década
después la filosofía y la acción del MLN `Tupamaros´ uruguayo.
Anarquistas españoles contribuirían a la formación del grupo Comunidad
del Sur, de gran incidencia en el pensamiento comunitario uruguayo de
los años 1960 y en los fundadores en el exilio de Suecia, en los años 1970,
de la Editorial Nordam/Comunidad...” (Aínsa, 1989: 167)
En este sentido es relevante el testimonio del hoy Presidente de la República
Oriental del Uruguay, José Mujica, del MPP y destacado integrante del MLN
Tupamaros, quien en el libro escrito por el periodista César Campodónico nos dice:
"[con amigos como Renzo Pi y Alejandro Paternain] éramos muy
afines [...]. Hacíamos tertulias, íbamos a la Facultad de Humanidades,
también a la casa de José Bergamín, conocimos a Paco Espínola. El tema
de la guerra civil española durante mi juventud estaba presente, aparecía a
cada paso, dejó una herencia cultural muy importante. Yo no me acuerdo
de los tiempos de la guerra civil porque era muy niño. En cambio, los
recuerdos que tengo de las tertulias de Bergamín son imborrables, fue uno
de los hombres más brillantes que conocí en mi vida. Era impactante.
Íbamos a escucharlo a la Facultad de Humanidades por la calidad de su
mensaje. Él aglutinaba a la gente joven, era uno de esos tipos que andaba
por la vida sembrando. Y a aquella edad uno era como una esponja,
absorbía todo. Al fin de cuentas, ese fue un capital que me quedó [...]."
(Campodónico, 1999: 23)
Encontramos este tipo de referencias en otro ex dirigente Tupamaro y escritor,
Mauricio Rosencof:
“Yo tenía tres años y viví con mucha intensidad el comienzo de la
guerra de España en casa, porque mi vieja tejía calcetines para las
Brigadas Internacionales, mi viejo discutía en yiddish la participación de la
guerra y dejaban de llegar las cartas de los familiares. [...] Recuerdo que la
primera canción que sonó en mis oídos fue Ay, Carmela.” (Butazzoni, 2002:
17).
Y es un recuerdo en la mente del General Líber Seregni, hoy fallecido y quien
fuera el líder fundador del Frente Amplio (hoy partido de gobierno):
“Para mí hay dos grandes vertientes que explican por qué se implicó
tanto nuestro pueblo en la guerra de España: una es la presencia de una
fuerte inmigración española muy importante... Bueno, cada quién tiene un
pariente español en la familia. La otra es la situación política nacional e
internacional. En mi casa, los problemas de España estaban muy
presentes”. (Butazzoni, 2002: 17-18).
Una exiliada uruguaya en Barcelona que trabajó mucho en el área de la
solidaridad comentaba:
“Y en este tema de la solidaridad... a mí me fue muy fácil porque,
porque acá en Uruguay, muchos años yo fui solidaria con la España
republicana, [...] seguía existiendo, el padre de Carmiña (exiliada
uruguaya en Barcelona cuyo padre fue exiliado español) era el encargado
de la Casa de España acá. Entonces acá la solidaridad con España, pero
después la solidaridad con Cuba, es decir, el tema de la solidaridad para mí
era una cosa normal...40
”
Otra exiliada, Marta Nelly, gestora de un espacio cultural de referencia del exilio
uruguayo en Barcelona habla de sus conexiones con el exilio republicano y así lo refleja
una entrevista realizada en 1978: “Ella vivió la emigración española del 39 a
Sudamérica de los españoles republicanos y el movimiento de Solidaridad que hubo en
su país. Ahora se da el viaje de vuelta”.41
Estas reflexiones se dan desde el exilio barcelonés de algunos uruguayos:
“Uruguay, como formación étnica-cultural, sin duda, es el país
suramericano más nítidamente ensamblado con Europa (fundamentalmente
con la parte latina). Su historia, no solamente política o económica, sino la
historia familiar de su población tiene sus raíces en los pueblos de España e
Italia. El abuelo `gallego´ o `tano´ es lo primordialmente más generalizado.
De lo expuesto se desprende que Uruguay siempre ha sido un país de
inmigrantes, un país receptor de pueblos trasplantados, un país síntesis de
pueblos. Hoy los términos se alteran y Uruguay se convierte en país de
40
Entrevista: EL/Montevideo/08-2001. 41
S/a: “Con Marta Nelly y desde la radio barcelonesa. Plataforma con Hispanoamérica” Tele/eXpres. 27
de febrero de 1978.
emigrantes. ¿Cuántos se han ido en los años 70? ¿Un 20 % de la
población? ¿Un 30 %? ¿Más aún? El hecho es que los descendientes de
aquellos abuelos o padres en un significativo porcentaje vuelven a la tierra
de sus antepasados. La historia familiar (que es parte de la historia de un
país que para hacerse también tuvo que hacer, como pueblo su éxodo) sigue
bajo el signo de la migración, de los trasplantes. ¿Un destino de desarraigo
permanente?”42
Un exiliado uruguayo en Madrid, protagonista de las primeras organizaciones de
ayuda a los exiliados comenta:
“El pueblo español, por su lado, venía de sufrir cuarenta años de
franquismo y sus primeros gobiernos democráticos carecían de la
experiencia y los instrumentos para garantizar los derechos humanos de los
refugiados. En este sentido CEAR empezó a satisfacer sus necesidades, pero
también garantizó a la sociedad española en su conjunto y al propio Estado
la tarea de empezar a saldar su deuda con las democracias y los pueblos
que habían acogido de manera solidaria y humanitaria a los exiliados de la
dictadura de Franco” (Fernández Galeano, M. 2005: 43).
Existieron fuertes relaciones entre las organizaciones políticas y sindicales del
republicanismo español en el exilio, tanto en Europa como en América, con las
organizaciones uruguayas. Esos contactos se realizaron durante la época de la guerra
civil española y el franquismo, inscritas dentro del movimiento de solidaridad con la
causa republicana; como lo demuestra la gran cantidad de correspondencia existente
entre las organizaciones mencionadas.43
De la misma forma se dio en los años 1970
entre la Convención Nacional de Trabajadores del Uruguay (CNT)44
en el exilio y sus
homólogas españolas, ahora luchando en la legalidad de la transición española. En
1977, Roberto Olmos, representante de la Central Sindical en el exilio en Europa, en
una carta desde París, donde se encontraba invitado por la CGT de Francia para explicar
42
Denis José. “Inmigrantes; ni más, ni menos” Nexo. Barcelona. Casa del Uruguay, nº 1, 2ª época, enero
de 1980. 43
Como ejemplo podemos citar la enorme correspondencia entre la Secretaría General de la
Confederación de Sindicatos Obreros, el Comité Obrero de Acción Sindical Independiente, la Federación
de Empleados y Obreros de Telecomunicaciones y la Confederación Sindical de Uruguay. Fundación
Largo Caballero (Madrid-España) FLC –UGT Madrid – AI/SRI- Secretaría de Relaciones Internacionales –
382-20 / 1952/64/71. Uno de estos documentos que nos parece interesante reseñar es la reproducción de
un telegrama con fecha 23 de diciembre de 1958 dirigido al dictador, el Jefe del Estado Español,
“Generalísimo” Franco y que decía: “FEDERACIÓN DE EMPLEADOS OBREROS DE
TELECOMUNICACIONES DEL URUGUAY EP AFILIADA INTERNACIONAL CORREOS
TELÉGRAFOS TELÉFONOS DE TODO EL MUNDO LIBRE HACE PRESENTE SU
PENSAMIENTO Y ACCIÓN A FAVOR LIBERTAD COMPAÑEROS OBREROS Y
PROFESIONALES UNIVERSITARIOS DETENIDOS POR DEFENDER DERECHOS HUMANOS” y
firman: Antonio Nicolini –Presidente- Emio A. Felloni – Secretario General. Lo interesante es que en los
años 70 y 80 del siglo XX, los representantes del movimiento sindical español de Comisiones Obreras y
UGT desarrollan las mismas acciones con telegramas de similares reivindicaciones a las autoridades de la
dictadura cívico militar uruguaya. 44
Central Única de Trabajadores nacida el 1º de octubre de 1966.
las condiciones de los trabajadores uruguayos, dirigida a los compañeros de Comisiones
Obreras en España, señalaba:
“Está de más decirles con cuanta atención seguimos el proceso que
uds. viven en estos momentos, ya que para los trabajadores y el pueblo
uruguayos, las luchas de los trabajadores y pueblo de España nunca le
fueron ajenas, sino por el contrario, llegaron a formar parte de su propia
lucha. Y este sentimiento jamás llegó a disminuir en lo más mínimo. Por
eso, aún en los momentos tan difíciles por los que atravesamos no dejamos
de sentir la satisfacción por vuestros éxitos [...] El destino, por así decirlo,
ha querido que tantos españoles exiliados en nuestra patria hayan podido
volver a la suya; mientras que muchos uruguayos hayan debido tomar el
camino del exilio ahora en España”.45
El 17 de mayo de 1937 la CGT del Uruguay se dirige a la UGT España con el
fin de:
“hacer más amplia la solidaridad del pueblo uruguayo con la
España democrática y antifascista que se bate en forma heroica contra los
enemigos interiores y exteriores segura que con la solidaridad de todos los
pueblos que luchan por sus libertades terminará con la bestia negra” y
continúa “...el movimiento sindical desea compartir la responsabilidad del
momento junto a los trabajadores de España, ampliando la solidaridad
moral y material y sugiere a los camaradas que componen la Ejecutiva de
la U.G.T., como una de las formas de ampliar esta corriente de opinión y
encauzarla hacia la solidaridad más amplia. Iniciar el acercamiento de
nuestra Central Obrera y demás Sindicatos...”.46
Desde ese momento además se aboga por estrechar lazos entre el mundo sindical
de ambos países:
“Sólo esperamos del compañero tres cosas 1º) Mantener estrechas
relaciones con nuestra organización y con el movimiento de nuestro país.
2º) Que esta nota y también una contestación para mantener la ligazón, les
sea pasada y pedida al Sindicato del Calzado de Valencia. Solicitamos de
ellos que nos manden correspondencia; afiches, material de propaganda,
etc. y 3º) desde aquí, los exhortamos a la unidad sindical y del pueblo...”47
.
Los contactos entre los diferentes exiliados republicanos en América pueden
observarse a través de la correspondencia. Como la establecida entre Antonio Guardiola
(exiliado en Montevideo) y Amaro Rosal (exiliado en México) informándose sobre las
situaciones en que se encontraban las colonias de españoles, las instituciones que
acogen actividades de los Comités y Organizaciones de ayuda a la España Republicana
45
Fundación 1º de mayo (Madrid-España) F1M. Delegación Exterior. Comunicados en solidaridad con el
pueblo uruguayo de la Convención de Trabajadores de Uruguay, la FSM y el Consejo Mundial de la paz.
13-13. 1977. Convención Nacional de Trabajadores del Uruguay. Carta de Roberto Olmos –CNT del
Uruguay- a CCOO en España. París, enero 23 de 1977. Folios 1 y 2. 46
Fundación Pablo Iglesias. Archivo del Movimiento Obrero (Alcalá de Henares-España) FPI. Organizaciones
políticas y sindicales extranjeras UGT – C.E. Confederación General del Trabajo de Uruguay FPI/AH 48-
32-V-VI-1937 Folio 001. 47
Ibidem.
y la situación política de los países de residencia.48
Ejemplo de ello es la mantenida
entre Venancio Lozoya desde Montevideo y Amaro Rosal en París, en este caso
abocado a las relaciones entre el gremio bancario uruguayo y los exiliados de los
gremios bancarios españoles “...es natural que desde el primer momento busqué el
contacto con los colegas y he conseguido entre ellos buenas amistades y una cierta
autoridad que me ha permitido llevarles la inquietud por los problemas de España”.49
Además de la correspondencia existe un continuo fluir de informaciones e invitaciones
para participar en los Congresos de UGT en el exilio, especialmente en Francia,50
o
estrechar relaciones con los diferentes gremios bancarios de América Latina;51
de todas
formas las cartas siempre reflejaban el amplio mundo de la solidaridad que se desarrolló
desde el movimiento sindical: “La simpatía y el cariño de estos pueblos por nuestra
causa, es terreno propicio a nuestra empresa”.52
El intercambio epistolar alcanza,
además, al exilio francés por parte de la UGT a través de su Secretario, Amaro Rosal,53
invitando a los Congresos a realizarse en Francia54
o establecer contactos con diferentes
ramas del movimiento sindical como las Federaciones de Funcionarios Públicos.55
Podemos encontrar contactos entre dirigentes políticos, como la activa
correspondencia y amistad establecida entre Rodolfo Llopis, Secretario General del
PSOE en el Exilio (Francia) y Emilio Frugoni, Secretario General del PSU.56
En este
caso respondía a invitaciones a participar de los Congresos del PSOE en el Exilio,57
o a
intercambio de informes sobre lo ocurrido en las diferentes instancias de reuniones de
los Partidos Socialistas, las del exilio o europeas, como la celebrada por la Conferencia
Socialista Internacional en Copenhague (1950) donde fue admitida la adhesión del
PSU,58
o informes de las Direcciones Ejecutivas59
o incluso intercambio de
48
FPI. Correspondencia con particulares. Antonio Guardiola (Montevideo) FPI/AARD-301-13 (1937 -
1941) folios 001 a 009. 49
FPI. Correspondencia con particulares. Venancio Lozoya (Montevideo) FPI/AARD-317-11 (8-06-1945
/ 5-05-1949) folio 003 (11 de enero de 1946) 50
Ibidem. Folio 006 (11 de marzo de 1946) 51
Ídem. Folio 021(octubre 8 de 1947) 52
Ídem. Folio 036 (1949) 53
FPI. Correspondencia con Centrales Sindicales. Unión General de Trabajadores. FPI/AARD-290-41 IV
– 1946 / III- 1948. 54
Ibidem. Folio 001 (18 de abril de 1946) 55
Ídem. Folio 003 (20 de marzo de 1948) 56
FPI. Organizaciones políticas y sindicales extranjeras. Uruguay: Partido Socialista. FPI/AE-616-9
1950-1960, folios 001 – 009. 57
Ibidem. Folio 001 (25 de junio de 1950) 58
Idem. Folio 002 (s/f) 59
Idem. Folio 003 (3 de noviembre de 1950)
publicaciones.60
Asimismo éstos se daban entre las agrupaciones socialistas en el exilio
con el Comité Ejecutivo del PSOE en el exilio en Francia, en concreto entre la
Agrupación Socialista Española de Montevideo,61
cuyo Secretario General era José
Salvide, para intercambiar opiniones, informes y posiciones, especialmente frente a la
realización de Congresos del Partido.62
En otros casos se refería al desarrollo de
campañas continentales o internacionales de acercamiento de los diferentes Partidos
Socialistas con el PSOE en el exilio con figuras desde Uruguay como Fulton Pagola63
o
Líber Troitiño,64
ambos respectivamente Secretarios de Relaciones Exteriores del PSU.
Después del cambio en la Ejecutiva Socialista Uruguaya los contactos continuaron con
Germán D’Elía.65
Los contactos del PSOE en el exilio se realizaban con el Centro
Republicano Español que funcionaba en Montevideo, en la calle Río Branco 1372,
especialmente con motivo de la constitución de la Comisión Pro Liberación de todos los
Presos Político-Sociales de España, intentando, incluso, extender la campaña en el
ámbito continental,66
o conmemoraciones como los aniversarios de la proclamación de
la II República Española.67
En la intervención de la UGT española en un acto realizado
en Madrid por el XV aniversario de la CNT de Uruguay el 29 de octubre de 1981 se
expresaba:
“Los lazos que hermanan a los trabajadores de nuestros países
tienen raíces históricas: A mediados del siglo pasado, emigrantes españoles
y de otros países europeos, exponentes de la Europa convulsionada por la
lucha que generó la Revolución Industrial, llevó consigo al Cono Sur
Latinoamericano –especialmente a Uruguay y Argentina- aparte de su
oficio, la experiencia de organización sindical de aquella época. Tan hondo
son estos lazos que ya en 1904 se funda el Centro Socialista Obrero 1º de
Mayo, denominado por todos Partido Socialista del Uruguay y junto con él
se crea la Unión General de Trabajadores, que aunque débil y escasa
influencia, fue cimentando los pilares que sesenta años después hicieron
posible la Central Única. Los trabajadores españoles somos conscientes
que esa unidad orgánica de los trabajadores uruguayos, forjada en el
correr de los años, es el fruto de largas y duras luchas, que en sus últimos
diez años de acciones conjuntas, de discusiones ideológicas, de acuerdos
progresistas, entre las distintas vertientes que constituyen el plural
60
Ídem. Folio 009 (11 de junio de 1953) 61
FPI. Comités Departamentales. Secciones Uruguay: Montevideo. FPI/AE-605-6 (1951-1969, folios 001
a 031. 62
Ibidem. Folio 001 (15 de diciembre de 1951) 63
Ídem. Folio 011 (6 de julio de 1953) 64
Ídem. Folio 015 (21 de julio de 1954) 65
Ídem. Folio 017 (15 de enero de 1955) 66
Ídem. Folio 031 (15 de mayo de 1955) 67
FPI. Cartas del Centro Republicano Español a Luis Jiménez de Asúa (Montevideo) ALJA-427-3
(28/3/1955 - 11/3/1969), folio 001 (28 de marzo de 1955).
sindicalismo uruguayo no fue un pacto de cúpulas, sino una activa y
prolongada práctica social del conjunto de los trabajadores fue la que forjó
esa unidad de octubre de 1966”.68
La correspondencia y la amistad de Emilio Frugoni con personajes del
socialismo español en el exilio eran abundantes, especialmente con Rodolfo Llopis y
Julián Gorkin,69
y este último mantenía, asimismo, estrecho contacto con exiliados
españoles en Montevideo como Víctor G. Salmador70
sobre la situación que se vivía en
Uruguay, y ya en los años 1960, sobre la marcha de los diferentes acercamientos
políticos que comenzaban a estructurar estrategias para un posible cambio de rumbo en
la política española y la recuperación democrática. Eran los años del desarrollismo, del
acercamiento de las élites tecnocráticas del Opus Dei al gobierno franquista, de Manuel
Fraga Iribarne en el Ministerio de Información y Turismo (nombrado en julio de 1962),
de la llegada del turismo europeo a las costas españolas, de la “apertura” al mundo. En
una visita de Víctor G. Salmador a España le comenta sus impresiones a Julián Gorkin:
“Y la pavorosa conclusión obtenida en mi trato con la ‘masa’ es: si
ahora hubiese elecciones libres, las ganaría el que saliera con un ‘slogan’
de este estilo: Votad a Fulano, que dará un Seat 600 a cada español y un
televisor de propina. Y que no consentirá que se arme ningún merengue que
impida a los que ya tienen Seat y televisión, disfrutarlo plácidamente”.71
Triste balance para la lucha por la recuperación de la República y la democracia
en España.
En estos años, existió una corriente de solidaridad con la lucha de los
trabajadores españoles por medio de la “Comisión Uruguaya de solidaridad e
intercambio cultural con el pueblo español”. Esta institución se encargaba, a través de
contactos con las organizaciones sindicales españolas, de distribuir la información en el
medio sindical y político uruguayo para lograr la denuncia de la situación del
franquismo y la lucha de los trabajadores españoles.72
Un paralelismo más a destacar: las estrategias de las organizaciones del exilio
español o las montadas desde la sociedad y las organizaciones políticas y sindicales
uruguayas. Entre ellas se destacan los canales de colaboración y de integración de las
organizaciones en el exilio a las actividades desarrolladas por sus homónimas en el país
68
FLC. AI/SRI. Secretaría de Relaciones Internacionales. Correspondencia de Manuel Simón con la
Convención Nacional de Trabajadores del Uruguay (CNT). 2089-003. 27/04/1978 a 14/11/1983. 69
FPI. Correspondencia entre Julián Gorkin y Emilio Frugoni (París-Montevideo) AJGG-559-14
(11/11/1955 – 2/5/1963). 70
FPI. Correspondencia entre Julián Gorkin y Víctor G. Salmador (París-Montevideo) AJGG-561-6
(3/8/1966 – 1/10/1966). 71
Ibidem. 72
F1M. Delegación Exterior. Solidaridad con la Jornada de Lucha del 27 de octubre de 1967. 17-26.
1967.
de destino, el apoyo para presentar ante los gobiernos o los organismos internacionales
sus denuncias y sus campañas de solidaridad o de aislamiento del régimen dictatorial, y
en el plano más concreto, los envíos de cartas o telegramas a las autoridades de los
gobiernos dictatoriales reclamando por los presos políticos, las libertades en general o
de algún personaje en particular. Si tenemos en cuenta que para los exiliados uruguayos
uno de los valores más importantes que consideran a la hora de organizarse es la
experiencia acumulada, podemos incluir la colaboración y solidaridad con el exilio
republicano español como uno de esos antecedentes. La prueba de ello la tenemos en la
referencia permanente que en España van a hacer los exiliados uruguayos (y hacen hoy
en día aún los inmigrantes económicos) a la ayuda al exilio español, o incluso a la
recepción de la inmigración, como capital acumulado que, en una situación inversa,
busca la contrapartida.
Notas finales
Este no es ni mucho menos un desarrollo exhaustivo de toda la documentación
existente sobre las relaciones entre estos dos mundos,73
lo que intentan estos extractos,
es reflejar, constituirse en una muestra de las estrechas relaciones que unen a Uruguay y
España, especialmente desde la óptica de los exilios en el siglo XX.
Uruguay no fue un destino privilegiado, en términos numéricos, del exilio
republicano español, pero sí muy importante si lo consideramos en la huella que dejó y
marcó en diferentes ámbitos como la cultura, la política, el sindicalismo y en las
referencias sociales en general. Su aporte, su obra, sus redes y su presencia calaron con
tal profundidad que se convirtió y permanece, como un referente en la memoria social e
histórica de los uruguayos y uruguayas. Por ello, insistimos, no basamos el valor del
mismo en términos estadísticos, sino en términos simbólicos. El pasado más reciente, el
de los exilios y las migraciones uruguayas que cubren desde el último cuarto del siglo
XX a la primera década del XXI, es un testimonio de ello, de un pasado vivo, que en
definitiva, por tanto, no es pasado sino que es presente.
73
También debemos advertir que si bien estas relaciones fueron importantes, especialmente en el caso de
los partidos socialistas, uruguayo y español, en el plano electoral el PSU no era una fuerza relevante. El
PSU, si bien tuvo una importancia simbólica destacada en el plano sindical y político uruguayo,
especialmente a partir de la figura de Emilio Frugoni, (hasta los años treinta la representación
parlamentaria se consiguió, en varias instancias electorales, por la abstención del partido nacional), en los
resultados electorales mantenía porcentajes muy bajos de representación política. En las distintas
elecciones nacionales entre 1938 y 1966 (los años de mayor intensidad en los contactos con el exilio
republicano hasta la integración de éste en el Frente Amplio en 1971) los resultados respecto al total de
votos fueron: 1938, 3.5 %; 1942, 1,6 %; 1946, 2,4 %; 1950, 2 %; 1954, 2,8 %; 1958, 3,5 %; 1962, 2,3 %
y 1966, 0,9 %. Fuente: Faraone, R; París, B y Oddone, J (1997).
Los testimonios, escritos, publicados u obtenidos a partir de entrevistas con los
exiliados y exiliadas uruguayos, son un referente vivo de los resultados de ciertos
movimientos de población. La elección de Uruguay, por parte del exilio republicano
español, obedece a razones que tienen que ver con lazos familiares, culturales o de
paisanazgo de corrientes anteriores. En otros casos, redes con organizaciones o personas
pertenecientes a la política, el mundo sindical y, en algunos casos, la cultura, que
viabilizaron, o ayudaron, a la huída o la recepción. Finalmente, para muchos, la
oportunidad de bajar en un puerto donde, las autoridades locales no se presentaban tan
hostiles a su llegada. A veces, circunstancias coyunturales o hasta particulares que
terminaron por conformar la recepción y residencia, para algunos, más o menos
transitoria y, para otros, por más tiempo, en Uruguay. A partir de aquí, la unión de una
comunidad en la que, la presencia de España y su realidad, no le era ajena y la
coyuntura de una realidad política convulsa que unía lo internacional a lo nacional, fue
el ambiente de esa inserción. Estos elementos, permitieron capitalizar recursos a partir
de unir su causa a valores y luchas que eran coincidentes con las que se desarrollaban
por parte de la sociedad y la política uruguaya en ese momento. Todo ello, fue el
germen de un capital, que ya era social y cultural (debido a la existencia anterior de
oleadas de inmigrantes españoles), y que sumó aspectos políticos y sindicales. Esta
realidad, no se va a circunscribir exclusivamente al período de la guerra civil o los
primeros años de lucha antifranquista; la densidad de esa red, va hacer que, en la década
de los 60 y 70 del siglo XX, buena parte de estos exiliados y exiliadas formen parte de
las luchas de los uruguayos y uruguayas. La búsqueda de alternativas, por parte de
éstos, a la crisis que en esos años se produce en el país y el ataque a las libertades y
derechos democráticos los encontrará codo con codo. Así, la militancia desde la
política, las organizaciones armadas, o desde el sindicalismo combativo, encontrará a
todos y todas como luchadores de una misma causa e ideales similares que, sin
embargo, habían nacido en espacios geográficos y tiempos distintos.
Desatada la violencia política en Uruguay, extendida la represión y el terrorismo de
Estado, la democracia autoritaria primero, y la dictadura cívico militar después,
provocará, dentro de las consecuencias humanas, una que significará el extrañamiento
físico territorial: el exilio. A esos exilios, marcharán tanto uruguayos y uruguayas, como
españoles y españolas que se consideraban parte de un mismo colectivo identitario
militante (mas allá de las diferencias entre las distintas opciones ideológicas, partidarias
o de estrategia de acción). Los exilios, que tienen como característica, la urgencia de la
huida por temor a la integridad física o las posibilidades de vida bajo ciertas
condiciones de libertad, plantea uno de los dilemas importantes: ¿a dónde? Esas redes,
esa densidad en distintos ámbitos generada en el contacto entre españoles y uruguayos
representará una respuesta y una opción adoptada por muchos. La reproducción de
condiciones similares a las encontradas por el exilio español, en el sentido de llegar a
España como víctimas de un proceso autoritario y dictatorial, en una sociedad que
despertaba de más de treinta años de sufrirla, recreó nuevamente las condiciones para
utilizar la coyuntura como elemento discursivo que permitiera capitalizar recursos para
la lucha de los exilios uruguayos. La activación de las redes existentes para desarrollar
la militancia, y la compenetración en ideales y estrategias, cuando no, la integración
directa en las nóveles organizaciones políticas y sindicales españolas permitió, además,
transferir experiencias de organización, ideas y debates y hasta estrategias de acción
directa que reproducían, en cierta forma, lo vivido, en un sentido inverso, en el Uruguay
de los 40 y 50 del pasado siglo.
Para concluir, este relato pretende, no sólo cubrir un hueco en la historia de los exilios
españoles, integrando a Uruguay (dentro de las limitaciones ya expresadas), sino
también, marcar su particularidad y valor, no sólo en el pasado, sino en el presente. En
segundo lugar establecer que esa importancia no sólo radica en la memoria individual,
histórica, social, política o cultural, también, en los procesos que generó. Éstos, se
convirtieron en un capital, en un recurso, que se demostró como tal cuándo, tiempo
después, fuera utilizado por una sociedad que le tocó vivir circunstancias similares.
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