VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015
Eje Temático: Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la
relación política y espacio.
Coordinador: Adrián Velázquez (Flacso, CONICET, UNSAM)
“Espacio y poder: variaciones sobre el AMBA”
Marisa Scardino (FSOC/ FADU – UBA)
Abstract: El presente ensayo tomará como punto de partida la reflexión acerca de la
configuración actual del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en relación a la
dinámica del mercado del suelo. El ya afianzado establecimiento de barrios cerrados y
countries, los nuevos centros comerciales de grandes proporciones y los polos industriales
ubicados en gran parte de los municipios del AMBA, disputan en la actualidad el espacio que
había estado -desde hace décadas- destinado a los sectores de más bajos ingresos,
profundizando aún más las diferencias y aumentando la fragmentación socioespacial.
Asimismo, las huellas en el territorio de los movimientos especulativos del capital, ponen en
evidencia la paradoja en la que se encuentran los gobiernos locales tensionados entre la
necesidad de atraer inversiones directas y la dificultad para gobernar territorios cada vez
menos sostenibles.
En este contexto, se reflexionará acerca de la relación entre política y espacio, entre forma
social y forma espacial, intentando identificar su concomitancia. ¿Es posible delinear una
cartografía resultante? ¿Es posible cartografiar los efectos del capital? ¿Se relaciona éste
último con el mapa de las luchas por el derecho a la ciudad?
Las transformaciones experimentadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires como
consecuencia de la implementación de un conjunto de lineamientos económicos con claro
sesgo neoliberal, han sido profundamente estudiadas por investigadores y teóricos (Torres,
Cicollela, Fernández Wagner, Reese, entre otros). Los efectos de estas políticas, que
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
incluyeron la liberación de los mercados, la estabilidad monetaria mediante la convertibilidad
económica, el control de la inflación y procesos de desregulación y privatización de empresas
públicas -como los más sobresalientes-, pueden observarse con claridad en la estructura
territorial de la región.
A diferencia de algunas tendencias económicas cuyos efectos sociales han comenzado a
revertirse lentamente desde finales del 2002 y principios del 20031 con un ritmo que en los
últimos años parece ralentizado, las modificaciones en la estructura urbana implican siempre
marcas que perduran a lo largo de la historia, como capas arqueológicas superpuestas que, de
una forma u otra, van condicionando la modalidad de los cambios territoriales. En este
sentido, en el AMBA2 pueden encontrarse las huellas territoriales de la implementación de los
diferentes modelos económicos del país:
o Etapa del modelo agro-exportador (1870-1930) caracterizada territorialmente por
una matriz monocéntrica y radial dada por la presencia del puerto de Buenos Aires y el
tendido ferroviario que permitió el transporte de las materias primas extraídas en el
interior del país para su posterior venta y exportación. En esta etapa, es posible decir
que la ciudad cumplía un rol predominantemente político y comercial, como centro de
captación del excedente producido por las actividades productivas agropecuarias.
o Etapa del modelo de industrialización y sustitución de importaciones (1931 -
1970) se caracterizó por un proceso de consolidación y densificación de la mancha
urbana. Esta fue la etapa de consolidación del conurbano bonaerense y el surgimiento
de nuevos centros secundarios en relación con los ejes marcados por las líneas de
ferrocarril y de las nuevas carreteras, ampliando el área urbana en una sucesión de
anillos concéntricos (fundamentalmente se consolidó la primera corona).
1 Nos referimos aquí al proceso de reactivación económica de Argentina que incluyó un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que se mantuvo con tasas sostenidas que oscilaron el 7% anual, el desendeudamiento externo y la refinanciación de la deuda externa, la reactivación del mercado interno y del sector industria y la disminución de la tasa de desocupación. 2 Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) denominación del continuo urbano que se ha ido conformando en forma radio-convergente en el entorno de la CABA y que incluye 30 Partidos de la PBA ubicados hasta distancias de aproximadamente 50 km. de su núcleo fundacional y actual Área Central. Están incluidos en el AMBA: (i) en toda su extensión: Avellaneda, Gral. San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Lanús, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Morón, Quilmes, San Isidro, San Miguel, Tres de Febrero y Vicente López; (ii) en forma parcial (por incluir sectores insulares o zonas rurales): Alte. Brown, Berazategui. E. Echeverría, Escobar, Ezeiza, F. Varela, Gral. Rodríguez, La Matanza, Marcos Paz, Merlo, Moreno, Pilar, Pte. Perón, San Fernando, San Vicente y Tigre
2
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
Es importante destacar aquí que el crecimiento urbano de este período adquirió
diferentes formas. Por un lado, aumentó la densificación de las áreas centrales de la
ciudad y en los sectores subcentrales, surgieron las “villas miserias” albergando a las
poblaciones de menores recursos. Por otro lado, la expansión de la mancha urbana en
los partidos del conurbano estuvo encabezada por los sectores populares que
accedieron a los loteos económicos para viviendas autoconstruidas y a los barrios de
vivienda obrera construidos por el Estado. Este movimiento hacia la periferia de la
clase trabajadora fue posible en gran medida por los subsidios otorgados al transporte
y por los procesos de autoconstrucción de vivienda sin el requerimiento previo de
urbanización. Esto es lo que Torres denominó primer proceso de suburbanización.
(Torres, 1998)
o Etapa del modelo neoliberal (1971-2003) podría a su vez, dividirse en dos
momentos: el primero, de transición hasta el inicio de la década del ’90 y un segundo
momento de profundización del modelo y de marcada inserción global (Torres. 2001).
El momento de transición, vino aparejado a un proceso de decadencia del centro
urbano principal y de precarización de la periferia. La nueva marca en la estructura
urbana estuvo dada por el trazado y construcción de las autopistas3, al mismo tiempo
que aumentó la población asentada en las villas de emergencia y los asentamientos
informales. En el segundo momento de profundización de las políticas, nuevas e
importantes transformaciones socio- territoriales se pusieron en marcha en función del
cambio en el régimen de acumulación del capital y la implementación de un intenso
proceso de desindustrialización. Las diferencias sociales se agudizaron y con ellas los
procesos de segregación socio-espacial. En este segundo momento, la ciudad intentó
posicionarse en una red de ciudades globales entre las cuales, dentro de las cuales y
alrededor de las cuales circula el capital excedente. (Harvey. 1977). Analicemos
algunos de los cambios con mayor detalle.
A partir del análisis realizado por Pablo Cicolella (1999), en esta segunda etapa del modelo
neoliberal, la ciudad tendió a organizarse en función de los nuevos parámetros de producción
y de consumo, priorizando la lógica de funcionamiento de los servicios terciarios avanzados
3 Solamente dos de las autopistas proyectadas fueron inauguradas bajo el gobierno de facto: la Autopista 25 de Mayo (AU1) y la Autopista Perito Moreno (AU6). El resto del trazado se concretó a partir de la década del ’90.
3
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
por sobre los de la industria. Específicamente en las ciudades latinoamericanas, a diferencia
de ciudades globales como Nueva York o Londres, “la reestructuración económica, social y
territorial parece estar más vinculada a lo que podríamos denominar servicios banales,
básicamente vinculados al consumo, y no a la producción (shopping centers, super e
hipermercados, centros de espectáculo, hotelería internacional, restaurantes, parques
temáticos, construcción y marketing de barrios privados, servicios conexos y todos los
síntomas de los procesos de gentrification).” (Cicolella. 1999).
Esta compleja reestructuración fue posible en mayor medida, porque la implementación de las
políticas económicas neoliberales antes mencionadas, generaron un escenario atractivo para
las inversiones económicas directas que requieren -fundamentalmente- un marco legal
sumamente laxo, que les permita mantener su volatilidad al menor costo (Bauman, 1999). Fue
así que Argentina y fundamentalmente el AMBA, concentró gran parte de esas inversiones
extranjeras que se centraron en la compra de empresas de servicios públicos, grandes
equipamientos de consumo, ocio y espectáculo y los proyectos urbanísticos de gran escala.
Estas fuertes inversiones, al mismo tiempo, incentivaron una creciente proporción de
inversiones locales mayormente focalizadas en la construcción de nuevas urbanizaciones
periféricas y a la redefinición y construcción del sistema de autopistas metropolitanas.
Específicamente en cuanto a la organización de la estructura urbana del área metropolitana
puede decirse que “las nuevas formas de producción y articulación del espacio constituyen a
la vez un rasgo distintivo y uno de los factores explicativos de las nuevas formas de
metropolización. Se ha pasado de un espacio metropolitano compacto, que avanzaba en
forma de "mancha de aceite", con una morfología, bordes o tentáculos bastante bien
definidos, hacia un crecimiento metropolitano en red, conformando una verdadera ciudad-
región, de bordes difusos, policéntrica, constituyendo en algunos casos, verdaderas
megalópolis o archipiélagos urbanos. En otras palabras, se pasa de territorios estructurados
fundamentalmente en base a la articulación horizontal y contigua de los lugares o regiones, a
un territorio estructurado tridimensionalmente y verticalmente por medio de redes y en forma
de red.” (Cicollella. 1999).
4
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
El mercado del suelo
Una nueva estructura territorial va definiéndose con claridad para fines de la década del
noventa y la dinámica adquirida en el mercado del suelo se volvió de suma relevancia. En este
período, el mercado inmobiliario tuvo un alto nivel de actividad y acompañó la lógica de las
inversiones de capital extranjero y local.
En el centro de la ciudad de Buenos Aires, aumentó la construcción de viviendas que
fundamentalmente incrementaron la cantidad de torres ubicadas de forma predominante en la
franja centro-norte de la ciudad. Este aumento en la cantidad de viviendas construidas a partir
de la década de los ’90 no respondía a las necesidades concretas de la falta de vivienda de
sectores medios altos, medios y bajos. En este sentido, basta comparar la cantidad de
viviendas vacías que sigue teniendo hoy en día la ciudad, con la cantidad de hogares con
déficit habitacional para notar que la oferta de viviendas desocupadas supera dos veces y
medio el déficit.4 Como caso emblemático, basta recordar el convenio urbanístico firmado
entre la ex Municipalidad de Buenos Aires, el Ayuntamiento de Barcelona y la Corporación
Puerto Madero, para la reconversión y refuncionalización de 170 ha. del viejo puerto ubicadas
en el corazón mismo de la ciudad. Sin dudas, el proyecto de Puerto Madero, puede ser
entendido como representativo de las nuevas “macrotendencias” generalizadas en el contexto
de esta nueva ciudad global. A su vez, en el mismo período aumentó desproporcionadamente
la población que habita en las villas y asentamientos precarios de la ciudad, ampliando cada
vez más las fronteras de un mercado informal de vivienda.
Por otra parte, la inversión inmobiliaria del Gran Buenos Aires se centró en el desarrollo de
emprendimientos de vivienda nuevamente orientadas a segmentos altos de consumo (barrios
cerrados, countries, clubes de campo y marinas) y equipamientos de consumo de mediana y
gran escala. Estos desarrollos se alejaron parcialmente del tendido ferroviario para situarse en
los intersticios urbanos, en los sectores no urbanizados que han mejorado su accesibilidad por
las mejoras de las condiciones viarias. “Los datos generales recabados sobre esta verdadera 4 Según los datos presentados por el arquitecto y urbanista R. Fernández Wagner en base a los resultados del Censo 2010, en la CABA, de 1.425.840 viviendas censadas, hay 340.975 vacías, mientras que los hogares que habitan en condiciones deficitarias rondan los 140.000. A su vez, las comunas que presenta un mayor porcentaje de viviendas desocupadas se corresponden con los distritos residenciales más tradicionales, como Recoleta (34,5 %), Palermo (29,5 %), San Cristóbal y Balvanera (25,2%), Belgrano, Colegiales y Núñez (24,6%) y Caballito (21,9%). (El resumen de la información fue presentada en una nota del Diario ‘Página 12’, Suplemento Cash: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-7449-2014-02-17.html)
5
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
‘revolución residencial’ urbana, muestran que durante la década pasada se produjeron cerca
del 70% de las urbanizaciones cerradas existentes en la RMBA, las cuales ocupan una
superficie estimada en 25 mil ha., lo cual, por ejemplo, es superior en magnitud a la
superficie de la Ciudad de Buenos Aires que posee casi 21 mil ha. Otro dato significativo es
que se ha ampliado en una década más del 10% del área urbanizada de la región, definiendo
un patrón de urbanización de baja densidad sujeto a altos costos de urbanización.”
(Fernández Wagner. 2003: 46)
Los circuitos de las inversiones relatados en combinación con la poca intervención del Estado
para regular o planificar las intervenciones territoriales implicaron la profundización de la
fragmentación socio espacial que perdura hasta nuestros días. “Territorios fragmentados”,
“Ciudad dual”, “Territorios integrados vs. Territorios excluidos” dan cuenta del mismo
proceso: la agudización de las tensiones sociales, la profundización de las diferencias, el
aumento de la polarización social y la coexistencia de circuitos diferenciales dentro de la
región.
Las huellas en el territorio de estos procesos de cambio pueden verse actualmente en la
superposición y coexistencia de dos modelos de crecimiento diferentes en la estructura urbana
del AMBA. Un primer modelo de expansión compacto, basado en la anexión de nuevo
territorio mediante la sumatoria de loteos sin infraestructura urbana preexistente, pero de
trama abierta en relación con el entorno del barrio y basados en los procesos de
autoconstrucción de viviendas. Este modelo fue el predominante hasta mediados de la década
del ’70, estuvo encabezado por los sectores medios y bajos y es lo que Horacio Torres (2001)
denominó ‘primera suburbanización’5. Sobre este modelo se superpone un nuevo patrón de
crecimiento de tipo norteamericano, difuso, cerrado y privatista, basado en la mejora de la
accesibilidad dada por las nuevas infraestructuras de transporte como las autopistas y que
permitió importantes inversiones inmobiliarias en tierras periurbanas o rurales. Este proceso
encabezado por los sectores de más altos ingresos fue denominado por Torres (1998) como
‘proceso de suburbanización de las elites’.
La superposición de ambos patrones de crecimiento, complejizan aún más la estructura urbana
y la cuestión social en el área: la tierra que por cuestiones de localización estuvo -hasta fines
5 Este patrón de crecimiento es el que se desarrolla mayormente en la etapa del modelo de industrialización y sustitución de importaciones descripta previamente.
6
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
de la década del ’70- socialmente destinada a la clase baja y a los sectores excluidos del
mercado formal del suelo es, a partir de los ’90 y hasta la actualidad, un espacio de disputa
entre aquellos y los sectores de más altos ingresos. Barreras físicas y sociales, ostentación
arquitectónica y precariedad habitacional, áreas compactas y hiatos y vacíos, coexisten en la
en la trama urbana de gran parte de los municipios del conurbano bonaerense.
(Imágenes aéreas de diferentes sectores del Gran Buenos Aires que evidencian algunos de los fenómenos
relatados anteriormente.)
Por supuesto, que el patrón de crecimiento urbano está relacionado con la dinámica adquirida
por el mercado del suelo que, en las últimas décadas, contó con el apoyo de una normativa
urbana más focalizada en garantizar la reproducción del capital y de la renta urbana que en
resolver los problemas relacionados con la producción del hábitat, favoreciendo movimientos
especulativos del capital y promoviendo un paulatino pero constante aumento del valor del
suelo. Como comenta Reese (2011), la incorporación de suelo rural al perímetro urbano –esto
es la transformación de renta rural en renta urbana-; los cambios de usos del suelo por usos
más rentables y el incremento de indicadores de ocupación y edificación del suelo, son
algunas de las herramientas de gestión del suelo más utilizadas que posibilitan la generación
de un excedente que, en el caso de no ser recuperado por los gobiernos locales, queda en
manos de los actores privados.
En otras palabras, los cambios ocurridos en el patrón de expansión del AMBA en las dos
últimas décadas ponen de manifiesto la lógica propia de la reproducción misma del capital,
que coloca a las ciudades y su proceso de urbanización, como un fenómeno no solamente
funcional sino también necesario para la circulación y generación de excedente. En palabras
7
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
de Harvey: “Dado que el mercado autorregulador lleva a los distintos grupos de ingreso a
ocupar diferentes localizaciones, podemos considerar los modelos geográficos de la
estructura residencial urbana como expresión geográfica tangible de una condición
estructural de la economía capitalista”. (Harvey. 1977:285)
El rol de los gobiernos locales
La reforma política y del Estado que acompañó la implementación del paquete de medidas
económicas neoliberales, incluyó una modificación del rol de Estado en la cual se cedió parte
de sus responsabilidades al mercado y a los gobiernos locales. Responsabilidades, toma de
decisiones, negociaciones, implementación de políticas y parte importante del financiamiento
quedó entonces en manos de las autoridades locales que se vieron sobrepasadas de
atribuciones ya que, en muchos casos, no contaban ni con la estructura, ni con los recursos
económicos, técnicos y profesionales, para hacerle frente al desafío.
Los gobiernos locales se trasformaron entonces en actores clave a la hora de resolver los
conflictos socio-territoriales cada vez más complejos y que involucran a un creciente número
de actores sociales. En la medida en que el proceso de fragmentación social también implicó
una nueva distribución en las relaciones de poder, más capilar, más difusa; los gobiernos
locales se ubicaron como parte de un “complejo entramado de autoridades de diversa índole:
desde luego que aquí cuentan las autoridades propiamente políticas, pero sujetas a y
sosteniendo una red heterogénea de intermediarios de poder, integrada por organizaciones
de expertos, especuladores inmobiliarios, lobbies empresarios, vecinos autoconvocados,
asociaciones de consumidores, partidos políticos, asociaciones profesionales, ONG, etc. En
suma, diversas expresiones de comunidades diversas a las cuales las autoridades políticas
deben dirigirse cuando pretenden contestar de algún modo las demandas que se les
formulan.” (De Marinis. 2000).
En este contexto y específicamente en el caso del AMBA, es incumbencia de los gobiernos
municipales la administración del corpus legal y normativo vigente sobre el territorio,
pudiendo aplicar o no, algunas de las herramientas disponibles para la gestión del suelo,
pudiendo generar modificaciones o excepciones a la normas y, en este sentido, son los que
pueden articular las demandas del mercado con el problema social (Fernández Wagner y
8
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
Varela. 2003). Las disputas entonces se presentaron en torno a la disyuntiva de conseguir y
atraer nuevas inversiones para sus territorios (suponiendo que esto redundaría en una mayor
recaudación fiscal) y mitigar los impactos negativos -tanto sociales como territoriales- que
estas inversiones traen mayormente aparejadas.
Lamentablemente, en gran parte de los municipios del AMBA, la disputa se resolvió
rápidamente a favor del capital, de las grandes inversiones, de los nuevos proyectos
residenciales y comerciales. Se priorizó así la posibilidad de posicionar mejor “la marca
municipal” en el área, asumiendo una ganancia en términos simbólicos y de prestigio, aunque
estas inversiones fragmenten, dispersen y encarezcan cada vez más el territorio volviéndolo
progresivamente menos sostenible.
La disyuntiva no es menor y claramente se trata de una temática mucho más amplia de la que
se ha planteado aquí utilizando como ejemplo las mutaciones políticas, sociales y territoriales
del AMBA. De todos modos, es interesante observar como la lucha por la producción y
reproducción del espacio conjuga las tensiones y contradicciones propias del sistema
capitalista. Si, como comenta Harvey (1977), una ciudad basa su reputación en relación a su
locación con respecto a la circulación geográfica del excedente, ¿las luchas que se oponen al
ingreso de capitales, es decir, aquellas que se oponen a una mejora de esta posición relativa
en los circuitos de capital, son batallas que realmente implican un sentido de justicia social?
¿O se está empujando aún más al límite a los sectores ya excluidos, ya privados de todo
bienestar, por una batalla que sólo algunos sectores más acomodados y progresistas podrían
sostener? ¿Es posible la batalla en pos de una distribución más equitativa del excedente en el
actual contexto de una obscena concentración de capital, luego de observar la respuesta de los
gobiernos a la crisis financiera del 2008?
Espacio y sociedad
A diferencia de las sociedades preindustriales, el proceso de industrialización introdujo un
cambio sustantivo en la organización geográfica: la posibilidad de reemplazar el “espacio
efectivo” por el “espacio creado”6. La posibilidad entonces de re-crear el espacio, de dotar de 6 Siguiendo a Harvey “El espacio efectivo fue creado a partir de la diferenciación ecológica, desviando bienes y servicios de las zonas de oferta a las de demanda, lo que permitía la acumulación de excedente en las zonas urbanas. Podían desarrollarse estilos de vida regionales y locales y el paisaje era creado por unas sutiles
9
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
nuevos recursos no-naturales a un determinado recorte espacial para diferenciarlo de otros,
estará dada entonces por la distribución de inversiones de capital fijo. Pero, como se ha visto,
el tipo de ciudades que se recrean en base a la lógica de funcionamiento del capital, tienden
ser territorios excluyentes, fragmentados y en última instancia, ajenos a los deseos,
expectativas y necesidades de gran parte de la población que (todavía) en ellos habita.
Como comentan Fernández Wagner y Varela (2003) los teóricos sociales no han zanjado aún
el debate sobre el tipo de relación que se establece entre la estructura social y la estructura
espacial y en este sentido, si son las transformaciones espaciales las que modifican la
estructura social, o si por el contrario, son los cambios sociales los que se reflejan
territorialmente. Son interesantes, las reflexiones que David Harvey le dedica a esta cuestión
no menor, en gran parte sostenidas por el análisis del corpus teórico elaborado por Marx. En
base a ellas quisiera destacar lo siguiente:
o El urbanismo en tanto “conjunto de relaciones sociales que refleja las relaciones
establecidas en la sociedad como totalidad” (Harvey. 1977:319) ha de considerarse
como una estructura diferente de las relaciones sociales de producción que
interacciona con otras estructuras de forma permanente.
o La ciudad como entidad de carácter propio surgió a partir de las contradicciones entre
las relaciones sociales de producción (enfrentamiento campo/ciudad). “Decir que la
función del urbanismo era modelar una superestructura en apoyo de un determinado
modelo de relaciones sociales de producción, no quiere decir que el urbanismo fuese
un mero producto de las fuerzas de la base económica de la sociedad” (Harvey.
1877:320).
o En base ello, las formas espaciales no han de considerarse “como objetos inanimados
dentro de los cuales se despliegan procesos sociales, sino como cosas que ‘contienen’
procesos sociales en la misma medida en que los procesos sociales son espaciales.
(…) El problema de cómo reflejar de modo conveniente la interpenetración entre un
proceso social y una forma espacial que surge de la práctica humana es, en sí mismo,
un problema que debe ser resuelto a través de la práctica humana, no un problema
interrelaciones simbióticas entre las actividades sociales y la naturaleza orgánica. La industrialización creo el poder de alterar todo eso” (1977: 325).
10
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
que se refiera sólo a las propiedades de la realidad en sí”. (Harvey: 1977:3). (Las
comillas y la bastardilla son del texto original).
Es así como Harvey propone el trabajo con categorías cuyos ‘significados son considerados
fluctuantes’ (1977), que permitan mostrar cómo alguno de los sentidos derivados pueden
privilegiarse en lugar de otros, en el proceso de apropiación y uso por diferentes grupos,
sirviendo de este modo para racionalizar, justificar o legitimar prácticas sociales concretas.
Así, la categoría de espacio puede variar entre un sentido “absoluto”, “relativo” o “relacional”
dependiendo del contexto de uso, pudiendo incluso yuxtaponerse en espacio y tiempo. En esta
línea, no sería tan relevante la pregunta por la verdad o falsedad de un concepto, sino que
sería mucho más provechoso para el análisis la pregunta por las condiciones de posibilidad de
la emergencia de un concepto, así como también de sus posibles efectos.
La lucha entonces por el tipo de ciudad que queremos, por cómo ha de re-crearse el espacio
en el cual nos constituimos en quiénes somos, en dónde habitamos, conformamos nuestras
familias, trabajamos, circulamos, paseamos, disfrutamos y sufrimos, no puede abandonarse.
“El derecho a la ciudad es por tanto, mucho más que un derecho de acceso individual o
colectivo a los recursos que ésta almacena o protege; es un derecho a cambiar y reinventar
la ciudad de acuerdo con nuestros deseos. Es además un derecho más colectivo que
individual ya que, la reinvención de la ciudad depende inevitablemente del ejercicio de un
poder colectivo sobre el proceso de urbanización” (Harvey. 2013:20). Pero es importante
decir, que el “derecho a la ciudad” es también un significante vacío, todos están en situación
de apropiarse de él y en su nombre reclamar por un modelo de ciudad diferente, acorde a sus
deseos. Por ello, la batalla ha de darse en el territorio así como también en el campo de las
ideas, siendo nuestra responsabilidad la producción de conceptos potentes que puedan ser
apropiados por aquellos grupos que hoy resultan excluidos de estos procesos, para dotar de
sentido su defensa en pos de un territorio más inclusivo y menos fragmentado.
11
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
Bibliografía
BAUMAN, Z. (1999). La globalización. Consecuencias humanas. Brasil: Fondo de cultura
económica.
CICOLELLA, P (1999). “Globalización y dualización en la Región Metropolitana de Buenos
Aires. Grandes inversiones y reestructuración socioterritorial en los años noventa” en Revista
EURE (Santiago). [On-line]. V.25 Nº 76 Santiago. Diciembre, 1999. (Fecha de última
consulta: 26/05/2015). Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-
71611999007600001&script=sci_arttext
DE MARINIS, P. (2000). “Una genealogía histórica de las tecnologías de gobierno de
poblaciones en los espacios urbanos”. Ponencia presentada en el Encuentro de investigadores:
Lo Urbano en el Pensamiento Social; Instituto de Investigaciones Gino Germani. Buenos
Aires.
FERNÁNDEZ WAGNER, R, Y VARELA. O. (2003). “Mercantilización de los servicios
habitacionales y privatización de la ciudad. Un cambio histórico en los patrones de expansión
residencial de Buenos Aires a partir de los noventa”. En CATENAZZI, A. y LOMBARDO, D
(Organizadores): La cuestión urbana en los noventa en la Región Metropolitana de Buenos
Aires. Universidad Nacional de General Sarmiento. Buenos Aires: Ed. Al margen.
HARVEY, D. (1977). Urbanismo y desigualdad social. Madrid: Siglo XXI.
--------------- (2013). Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana.
Madrid: Akal Editores.
REESE, E. (2011). “Instrumentos de gestión urbana, fortalecimiento del rol del municipio y
desarrollo con equidad”. En: Carajillo de la ciudad. Revista digital. Año 3. Octubre, 2011.
(Fecha de la última consulta: 26/05/2015). Disponible en:
http://www.cafedelasciudades.com.ar/carajillo/10_art4.htm
TORRES, H. (1978). “El mapa social de Buenos Aires en 1943, 1947 y 1960. Buenos Aires y
los modelos urbanos”. En revista Desarrollo Económico, Vol.18, Nº 70. Buenos Aires.
12
VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea, Bs. As., 2015.Topologías del poder: perspectivas teóricas y abordajes empíricos sobre la relación política y espacio.
Scardino, Marisa (FSOC/FADU – UBA)
-------------- (1993). “El mapa social de Buenos Aires (1940-1990)”. Serie Difusión N° 3.
Buenos Aires: SICyT, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos
Aires.
-------------- (1998). "Procesos recientes de fragmentación socioespacial en Buenos Aires: La
suburbanización de las élites". Presentado en: Seminario de investigación urbana: El nuevo
milenio y lo urbano. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de
Ciencias Sociales, UBA.
-------------- (2001). “Cambios socio-territoriales en Buenos Aires durante la década de 1990”.
Revista EURE (Santiago). V.27. Nº 80. Santiago de Chile. Mayo 2001.
Subsecretaría de Urbanismo y vivienda. Dirección provincial de Ordenamiento Urbano y
Territorial (2007). “Lineamientos estratégicos para la Región metropolitana de Buenos
Aires”. Buenos Aires.
13