Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos.
En esto entró Jesús, se puso en medio
y les dijo:
¡Paz a vosotros!
Diciendo esto les enseñó las manos
y el costado.
Después, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis
les quedan retenidos. Jn 20, 19-22
Domingo 2º de Pascua – Ciclo A
- ¡Sí!... En sueños…
He visto al Señor
¡Pues no! También yo…
“Tuve hambre… tuve sed”…
¡Sí! Puedes ver al Señor
“Estuve enfermo… o en la cárcel”…
“Estuve desnudo”…
¿Sí…?
¿Dónde?
ja, ja, ja, ja …
Tomás y quizá también el resto de discípulos, tú, mucha gente . . . dudamos.Pero Jesús no critica las dudas.
Ve que la resistencia de Tomás a creer revela su honestidad.
Por eso Jesús le muestra sus heridas.
¿Lo dudas?
Tomás deja entrever el largo camino que hay que recorrer
hasta llegar a la fe en Cristo resucitado.
No pidamos a Dios "pruebas" de la resurrección.Miremos a Jesús.
Él nos ofrece "signos" de su amor y entrega.
Y nos invita a superar las dudas con confianza en Él:
"No seáis incrédulos, sino creyentes".