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La influencia de la yod en las vocales tónicas, y la evolución de las átonas con respecto a su posición. Carlos Enrique Ibarra. Profesor Frederick G. Hensey. ITL 396K - Introduction to Romance Linguistics Spring 2003

Yod

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  • La influencia de la yod en las vocales tnicas, y la evolucin de las tonas con respecto a su posicin.

    Carlos Enrique Ibarra.

    Profesor Frederick G. Hensey.

    ITL 396K - Introduction to Romance Linguistics

    Spring 2003

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    I. Introduccin.

    Para estudiar la evolucin de las vocales tonas del latn al espaol desde el punto

    de vista fonolgico, primero hay que establecer cul era el sistema voclico en latn. Para

    hacer esto, es necesario dividir el anlisis voclico en vocales tonas y vocales tnicas. El

    estudio completo de las vocales tnicas involucrara un trabajo aparte debido a su

    extensin, de modo que aqu slo se mencionar su clasificacin general, y la influencia de

    la yod en su evolucin. Posteriormente, se analizar el la evolucin del sistema voclico

    tono considerando la posicin de cada vocal.

    II. El sistema voclico tnico.

    Uno de los fenmenos ms importantes del latn hablado fue la prdida del valor

    fonolgico del contraste (cantidad) larga / breve en las vocales. La cantidad fue sustituida

    por el timbre. El esquema de evolucin fue el siguiente para las vocales tnicas:

    I A O U

    Tabla 1

  • 3

    En otras palabras, la I corta se transform en la I como se conoce ahora, la I larga y

    la E corta se fusionaron para dar origen a la E cerrada; la E larga se transform en E abierta,

    la A corta y la A larga se fusionaron para dar origen a la A como se conoce ahora, la O

    larga se transform en O abierta, la O larga y la U larga se transformaron en O cerrada, y la

    U corta se transform en la U como se le conoce ahora. Estos cambios se explican por

    medio de cuatro diferentes teoras. Varios autores, entre ellos Starka, Herman, Safarewicz,

    Pulgram y Franceschi sostienen que la diferenciacin por el timbre ya exista en el latn

    hablado, y que era, por tanto, un rasgo redundante. Starka, en particular, afirma que "en las

    lenguas en las que no hay diferencia entre timbre cerrado y timbre abierto, las vocales

    largas son siempre ms cerradas que las mismas vocales breves", mientras que Pulgram

    afirma que "el latn hablado por el pueblo haba perdido el rasgo de cantidad y [lo haba]

    sustituido por el timbre en el siglo III a. de C." (citados en Ariza 1990).

    Para otros, como Alarcos y Lausberg (en Ariza, 1990), el cambio se inici con la

    monoptongacin de AE en una vocal larga, pero abierta -monoptongacin que ya se haba

    producido en el siglo I, y que haba sido atestiguada por Varrn-, lo cual iba en contra de la

    tendencia de las largas a ser cerradas, como se refiri anteriormente. La monoptongacin de

    AU actu en el mismo sentido. Otros autores indican que la prdida de la primitiva

    diferencia cuantitativa es un fenmeno que se dio en todas las lenguas indoeuropeas,

    excepto el lituano y el letn, que an la conservan en la slaba tnica (en el griego ya se

    daban confusiones de cantidad en el siglo II a. de C.); finalmente, algunos ms indican que

    la prdida de cantidad obedeci a un influjo de sustrato, ya que empez en el norte de

    frica, y que de ah se fue extendiendo al resto del imperio latino. Franceschi afirma al

    respecto que la prdida se produjo a causa de las dificultades que las poblaciones

  • 4

    autctonas encontraban en reproducir la diferencia cuantitativa latina. Klausenbuger

    sostiene un punto de vista parecido basado en el nmero de vocales que existan en el osco,

    el umbrofalisco y el umbro.

    Es probable que el discutido cambio se haya producido a causa de todas estas

    situaciones entremezcladas, y que de ah se haya dado la prdida del sistema cuantitativo

    latino, y su sustitucin por el cualitativo romance. Adems de que el timbre voclico

    adquiri una importancia capital, el acento se volvi -segn Vnnen (1967)- "dinmico o

    de intensidad", lo cual quiere decir que en latn la posicin del acento dependa de si la

    penltima slaba era larga o breve, sin que tuviera ningn reflejo en el sistema fonolgico

    voclico, tal como sucede en el espaol actual. Sin embargo, en esa poca el acento

    estableci dos subsistemas voclicos; uno tnico y otro tono. Se explicar ms adelante

    cmo evolucion este ltimo sistema despus de discutir brevemente cmo afect la yod al

    esquema voclico tnico.

    II. 1 La yod.

    Los sonidos no son unidades aisladas, sino que constituyen un continuo, por lo que

    cada unidad se va ajustando en mayor o menor medida a los sonidos que le rodean

    (fenmeno de asimilacin). As, las vocales palatales anticipan su articulacin a la

    consonante precedente, produciendo su palatalizacin, lo cual se produjo principalmente

    por lo que se denomina una yod. La yod es un sonido palatal semivoclico o

    semiconsonntico, ms cerrado que cualquier /i/ puramente voclica. En palabras del

    espaol actual como tiene -[tjne]-, la realizacin del fonema /i/ es semiconsonntica o

  • 5

    semivoclica, respectivamente. Sin embargo, en tena, no hay yod porque la /i/ est en hiato

    y no forma grupo voclico de tipo semiconsonntico. La yod pudo originarse de varias

    maneras:

    a) por la ruptura de un hiato latino: VINEA (vi/ne/a) > vinya > via

    b) por la vocalizacin de una consonante implosica: LACTE > layte > leche

    c) por la mettesis de una vocal: BASIU > baysu > beso

    d) por la cada de una consonante: AMAUI > amay > am

    La yod puede palatizar a la consonante con la que est en contacto (t'y, k'y, d'y, g'y)

    y tambin puede cerrar en un grado a la vocal. Esto ltimo suele llamarse inflexin. Al

    parecer, la primera palatalizacin en el latn vulgar se produjo en el grupo TY. En los siglos

    II y III ya existan testimonios de tal ocurrencia, que parece haberse esparcido hacia todas

    las lenguas romances, an cuando despus cada una tuvo su propia evolucin. Este grupo

    evolucion en espaol hasta el actual fonema ibrico //, o /s/ en el espaol

    latinoamricano. Por ejemplo,

    TITIONE > tityone > tiyone > tizn.

    Poco despus debe haber ocurrido la palatalizacin de KY, puesto que ya en el siglo

    II se encuentra terciae en vez de tertiae. Aparte palatalizar a las consonantes sonoras /t/, /k/,

  • 6

    /d/ y /g/, la yod tambin pudo haber palatalizado a la /b/, aunque esto no ocurri siempre ya

    que las labiales se encuentran ms alejadas de la zona del paladar duro, lo que hace que

    sean ms resistentes a la palatizacin (Starka, en Ariza 1990). La yod palataliz tambin a

    /l/ y a /n/, fenmeno que ocurre en todas las lenguas romances.

    II.2 La inflexin y la yod.

    Como ya se mencion, la yod palatalizaba a las consonantes y poda inflexionar a

    las vocales; es decir, las cerraba hacia la siguiente vocal hacia abajo (en la escala de

    apertura). As, ya que en el latn tardo (alrededor del primer siglo) existan solamente siete

    vocales (ver tabla 1) como resultado de la reduccin del sistema de nueve vocales (Penny

    2002), entonces esta inflexin puede ilustrarse del modo siguiente:

    A > E, > , > I, O > y > U (1)

    O, visto de otro modo:

    I A O U (2)

    Algunos ejemplos de palabras que resultaron afectadas por esta inflexin son

    A > E: LACTE > leche

    > : LCTU > lecho

  • 7

    > I: VINDMIA > vendimia

    O > : FLIA > hoja

    > U: PLVIA > lluvia.

    De la tabla1 puede verse que el sistema voclico tnico del sistema romance comn

    constaba de siete vocales:

    I - - - A - O - - U (3)

    Existan, por consiguiente, dos vocales medias en las palatales y velares. Es decir,

    haba dos tipos de E y dos tipos de O. Las vocales abiertas diptongaron en gran parte del

    imperio romano. Como ejemplo se pueden citar

    PTRA > piedra

    BNU > bueno.

    Las causas de esta diptongacin son aparentemente diversas y muy complejas, y han

    sido discutidas ampliamente por muchos autores, principalmente durante el siglo XX, y

    exponer dichas causas sera el tema de un trabajo aparte. Baste decir que a grandes rasgos

    parece claro que la diptongacin es una consecuencia del reajuste del vocalismo tnico. En

    el sardo, por ejemplo, donde no existe diferencia entre // y //, ni entre /O/ y //, no existe

    diptongacin. Se puede pensar, como lo propone Schrr (en Ariza 1990), que hubo una

    diptongacin primitiva comn a todas las lenguas romances, y que despus cada lengua

    evolucion de forma diferente, pero, como Ariza (1990) discute, esta hiptesis presenta

  • 8

    serios inconvenientes. Es mejor considerar que la diptongacin es el resultado de dos cosas:

    a) el carcter largo de las vocales abiertas tnicas, y b) la hipercaracterizacin de dos

    vocales medias (es decir, la reduccin de un sistema de cuatro grados de apertura a uno de

    tres); as, se pas de

    Grados de apertura

    1 /I/ /U/

    2 // //

    3 // /O/

    4 /A/

    Tabla 2

    a

    Grados de apertura

    1 /I/ /U/

    2 /E/ /O/

    3 /A/

    Tabla 3

    Esta reduccin no tuvo por qu producirse en todas las lenguas romances, y por ello

    la distribucin de la tabla 2 se mantuvo en algunas, como en portugus.

    Si se presta atencin a las teoras de la lingstica espacial, y, en concreto, a la

    divisin del imperio romano en central y perifrica, y si se acepta que en el primero se

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    produjeron fenmenos ms innovadores y / o recientes que los que se han dado en el

    imperio perifrico, se podra llegar a la conclusin de que la diferenciacin entre slaba

    libre (con diptongacin) y slaba trabada (sin diptongacin) es un hecho relativamente

    reciente, una innovacin que no lleg al imperio perifrico (Pennsula Ibrica y Rumania).

    Es posible pensar tambin que en la diferenciacin antes mencionada influyera el sustrato

    germnico, como lo es tambin considerar que en algunas lenguas actuase tambin algn

    sustrato prerromano que cooperara a la diptongacin.

    Continuando la discusin acerca de la inflexin y la yod, y tomando en cuenta la

    breve explicacin de los orgenes de la diptongacin en espaol, se llega al esquema

    presente de las vocales tnicas en espaol, tomando en cuenta la inflexin ilustrada en (3):

    A O

    Sin inflexin: A JE E WE O

    Con inflexin: E E I O U

    Tabla 4

    III. El sistema voclico tono.

    Todos los cambios descritos anteriormente slo se dieron en el sistema de las

    vocales tnicas, ya que en el de las tonas no existe la diferencia fonolgica entre abiertas y

    cerradas, y por tanto este sistema de vocales tonas se redujo a cinco:

  • 10

    I E A O U

    Tabla 5

    Esto es lgico si se toma en cuenta que las tonas tienen una menor perceptibilidad,

    por lo que la diferencia entre abiertas y cerradas de E y O se neutraliz. Se deben tener en

    cuenta dos cosas: que el esquema de la tabla 5 no es vlido para las vocales finales, y que

    las leyes evolutivas de las tonas no son tan rgidas (por la menor perceptibilidad) como las

    de las tnicas. Las vocales finales se reducen a tres: /e/, /a/ y /o/. Esta reduccin tiene

    motivaciones morfolgicas. Al perderse las declinaciones latinas, la lengua se vio forzada a

    establecer morfemas que indicaran el gnero (tales morfemas no existan en latn, ya que la

    terminacin -A poda indicar tanto masculino como femenino, o neutro, por ejemplo). Para

    esto, se sirvi de la variacin voclica. Ya que el gnero neutro se perdi, la lengua

    necesitaba un elemento que marcara el gnero masculino, el cual vino dado por la

    terminacin -o; del mismo modo, la terminacin -a marc el gnero masculino, y la

    terminacin -e indic la ausencia de marca de gnero.

    El esquema mostrado en la tabla 5 no se cumple en numerosas ocasiones, por lo que

    pudiera decirse que la nica regla de las vocales tonas es que "no tienen reglas". En su

  • 11

    evolucin influye fuertemente la vocal tnica, asimilando o disimilando a la tona; tambin

    influyen la analoga con otras palabras, la etimologa popular, y otros factores.

    Menndez Pidal (1977) ha dividido el vocalismo tono en tres grupos: las vocales

    iniciales, las vocales mediales o internas y las vocales finales. La razn de esta clasificacin

    es el diferente comportamiento de cada grupo. Ya se ha visto cmo las vocales finales se

    reducen a tres; adems las vocales iniciales se suelen mantener, mientras que las tonas

    internas tienden a perderse. De este modo, se proceder al anlisis breve de cada uno de

    estos tres grupos.

    III.1 Las tonas iniciales.

    Suelen permanecer. Precisamente por su carcter tono, vacilan mucho, cambiando

    de timbre, cerrndose, abrindose, a causa de mltiples influjos. Esa vacilacin no tiene

    ninguna cronologa determinada, lo cual quiere decir que se ha dado desde la poca del

    imperio hasta el presente. Slo los diccionarios histricos o etimolgicos pueden indicar

    aproximadamente cundo se realiz el cambio. Cuando una tona no ha dado el resultado

    esperado segn el esquema evolutivo "normal", lo primero que se debe hacer es ver si el

    cambio ha sido debido al influjo de la tnica, como en

    FORMOSU > hermoso (disimilacin)

    NOVACULA > navaja (asimilacin).

  • 12

    III.1.1 La A.

    Suele conservarse como /a/, como en

    PANARIA > panera

    CAPISTRU > cabestro.

    La yod la inflexiona, como en el caso de

    MANSIONATA > mesnada

    LACTUCA > lechuga

    MAXELLA > mejilla.

    Incluso parece haber existido una doble inflexin, como en VARIOLA > veruela >

    viruela, en donde primero la yod cerr a la /a/ en /e/ y despus la wau del diptongo la

    volvi a cerrar (ya con /i/ en el siglo XVI). Como tambin ocurra con las tnicas, cuando

    el diptongo /ai/ procede de barbarismos o es de formacin tarda, se mantiene sin

    monoptongar:

    PAISAJE (galicismo)

    VAGINA > vaina (an era vana en el siglo XIII).

    Del mismo modo en que las tnicas, AU se monoptong en /o/ desde poca

    temprana (siglo II), como en

  • 13

    AURICULA > oreja (con /o/ ya en el Apendix Probi)

    AUSARE > osar.

    Cuando al AU latino le segua una vocal velar en la slaba siguiente, se disimilaba la

    velar del diptongo, ya en el latn vulgar:

    AUGUSTU > agosto

    AUGURIU > agero.

    En posicin inicial absoluta seguida de /s/ mas una consonante, se volvi /e/, como

    en

    ABSCONDERE > esconder

    AUSCULTARE > ascuchar > escuchar.

    Esta evolucin se debe a una confusin o analoga con la gran cantidad de palabras

    que en espaol comienzan con ES + consonante que provienen de EX + consonante, y de S

    + consonante.

    En los cultismos, el diptongo se mantiene sin monoptongar: auscultar, auricular.

    La /a/ puede tambin dar /e/ seguramente por confusin con el prefijo RE-, como en

    RAMANU > rebao, todava con A en Valds y otros autores del Siglo de Oro; con E ya

    en Nebrija. Valds dice que con E era forma ms urbana. Hoy existe con A en Alto Aragn,

    Galicia y Bogot (Corominas y Pascual, en Ariza 1990).

  • 14

    RANCORE > rencor

    la forma con E ya en Hita; la prefiere Valds como ms propia de Castilla. Todava con A

    en Nebrija y el Quijote (Corominas y Pascual, en Ariza 1990).

    A ennoblecimiento lxico o etimologa popular se debe el que Ranosa haya

    cambiado a Reinosa (o Reynosa).

    En situacin inicial absoluta se puede producir la afresis, como en:

    APOTHECA > bodega; la prdida es posterior a la sonorizacin.

    III.1.2 La E.

    Suele conservarse como /e/, como en:

    SENIORE > seor

    SECURU > seguro.

    Puede ser inflexionada por una yod o una wau, como en:

    CAEMENTU > cimiento

    RENIONE > rin

    CEREOLA > ciruela

    AEQUALE > igual.

  • 15

    Esta inflexin afectaba incluso a los cultismos en el Siglo de Oro, dicindose licin

    o quistin, y as de este cierre quedan lisiar, aficin, etc. Incluso hoy persiste la tendencia al

    cierre en palabras como tiniente.

    En los cultismos la I latina no evoluciona a /e/, comprese minuto con menudo,

    vigilia con vela.

    Por asimilacin con la tnica puede resultar /a/, como en:

    BILANCIA > balanza

    AERAMINE > alambr.e

    En el caso de RESECARE > rasgar, adems de una asimilacin, se puede

    considerar la influencia de la /r /, como en VERRERE > barrer. Sin embargo, la E puede

    resultar en /o/ por causas no muy bien comprendidas, como en EPISCOPU > obispo. Segn

    Corrominas y Pascual, no se trata de un paso espontneo de /e/ > /o/, sino un influjo

    labializador de la b a continuacin. Esto es posible, mas considerando la frecuencia de

    formas con afresis -el cataln bisbe, el italiano vescovo, el portugus bispo-, quiz resulte

    mejor pensar en un caso de aglutinacion de la /o/ del artculo: elo bispo > el obispo (como

    en "el arradio", o "el amoto").

    PERFIDIA > porfa (probablemente por el influjo de la preposicin por). En

    situacin inicial absoluta puede producirse la afresis:

    ELEEMOSYNA > limosna

  • 16

    ILLA > la

    GEMELLICU > iemellizo > emellizo > mellizo.

    III.1.3 La I, la O y la U.

    La I suele mantenerse como /i/, como en LIMITARE > lindar.

    Por disimilacin, puede pasar a /e/, como en VIVINU > vecino.

    La O normalmente se conserva como /o/: NOMINARE > nombrar.

    Puede ser inflexionada por una yod, como en:

    COGNATU > cuado

    MULIERE > mujer.

    Se cierra tambin espordicamente sin que se entienda bien por qu, como en:

    COPRIRE > cubrir

    DUBITARE > dudar.

  • 17

    Para Corominas y Pascual, esto se debe al influjo de la /b/ implosiva de la forma

    medieval dubdar; sin embargo, CUPIDITIA > cobdicia > codicia. En LOCALE > lugar, el

    cierre voclico es tardo, correspondiente al siglo XV.

    En algunos casos da /a/ a causa de asimilacin o disimilacin con la tnica, como

    en:

    COLOSTRU > calostro

    NOVACULA > navaja.

    La asimilacin ya se daba en el siglo VII. Por disimilacin, puede pasar a /e/, como

    en:

    ROTUNDU > redondo

    FORMOSU > hermoso.

    La U se suele conserar como /u/, como en SCUTELLA > escudilla. A veces puede

    abrirse en /o/, como en FUSTIGARE > hostigar

    III.2 Las tonas internas.

    Se estudian juntas porque tienen el mismo comportamiento; se suelen caer todas

    menos la /a/. Suelen considerarse "extremadamente dbiles". No existe una cronologa

    exacta de la prdida de las tonas; se caan ya en latn y se siguen cayendo hoy en el habla.

  • 18

    Se conocen las prdidas en latn por los testimonios epigrficos, por los testimonios de los

    gramticos, y por reconstrucciones filolgicas. As, en POSITU > puesto, la prdida es

    anterior a la sonorizacin, y, como caso opuesto, en DOMINICU > domingo, es posterior.

    III.2.1 Las protnicas o intertnicas.

    Caan ya en el latn vulgar cuando iban precedidas de /r/, /s/ y /l/: SOLITARU >

    soltariu > soltero.

    En poca romance, la sncopa escasea en el siglo X, y abunda en el XI; en estos

    casos, la prdida es posterior a la sonorizacin: IUDICARE > juzgar.

    Segn Darmesteter (en Ariza 1990), la vocal intertnica sigue la misma suerte que

    las vocales finales, pero esta tendencia no se cumple en el espaol. Como ya se explic, la

    /a/ se mantiene: CALAMELLU > caramillo. Poda disimilarse y convertirse en /e/,

    cayndose: COMPARARE > comperare > comprar. Cuando fue tarda, se conserv:

    ADLATENEO > aledao.

    La tona se mantiene en los cultismos: secular frente a seglar, luminaria frente a

    lumbrera, sanctificarse frente a santiguarse.

    Cuando hay dos tonas internas, cae la ms cercana al acento: RECUPERARE >

    recobrar, COMUNICARE > comulgar.

    La sncopa de una consonante puede preservar a la vocal:

    FUMIGARE > humear.

  • 19

    III.2.2 Las postnicas.

    Caan ya en el latn arcaico, ya Plauto escriba domnu en vez de dominu. En el latn

    vulgar es muy frecuente, sobre todo entre una lquida o una /s/ y otra consonante: POSITU

    > puesto, CALIDA > celda, y tambin entre /t/, /k/ o /g/ mas /l/. En el Apendix Probi

    existen numerosos ejemplos de esta sncope: "speculum non especlum", "vetulus non

    veclus", "angulus non anglus". Tambin es frecuente entre /b/ y /l/: "tabula non tabla", e

    incluso hay algn ejemplo de prdida entre /g/ y /d/: "frigida non fricda".

    La sncope puede ser anterior o posterior a la sonorizacin. El resultado es el que

    nos da la pauta para la cronologa:

    o Anterior (con conservacin de la consonante sorda): VENDITA > venta, POSITU >

    puesto.

    o Posterior (con sonorizacin): SEMITA > senda, GALLICU > galgo.

    o La no palatalizacin de la yod es seal de una sncope previa: LECTORILE > atril,

    VULTURE > buitre.

    o Como suceda con las protnicas, caen todas menos la /a/: ORPHANU > hurfano.

    En COLAFUS > golpe, la /a/ cay ya en el latn vulgar.

    La conservacin puede deberse a cultismo o a una presion culta, como sucede en

    APOSTOLU > apstol, CALICE > cliz. Hay una serie de palabras que conservan la

    tona, en las que difcilmente se puede hablar de cultismo: spero, nspero, mircoles,

    vspera. Acerca de estas, Coroinas y Pascual (en Ariza 1990) consideran que es normal

    en espaol la conservacin de /e/. Esto explica la conservacin en trbedes, husped (<

    HOSPITE), etc. Pero tambin se conservan en rbol, vbora o guila, palabras

    consideradas cultas o semicultas, aunque no lo parezcan. Como se mencion al

  • 20

    comienzo de la seccin III., las vocales tonas "no tienen reglas", y por tanto su cada o

    la falta de ella en estos casos obedece al hecho de que la cada no es una ley, sino una

    tendencia ms o menos general, que se puede cumplir en algunos casos, y en algunos

    no. De hecho, convivieron formas con conservacin y formas con sncopa, como en el

    caso de la terminacin -IDU:

    LIMPIDU > limpio, frente a

    RAPIDU > raudo.

    Cuando cay la /d/, la vocal se conserv porque ya no era tona interna.

    III.3 Las tonas finales.

    El vocalismo final, como ya se mencion, se reduce a /e/, /o/, /a/ por razones

    morfolgicas. Esto quiere decir que cuando se encuentra una /i/ o una /u/ al final de una

    palabra, se trata de un cultismo o de un barbarismo: metrpoli, espritu. Caso aparte es el

    del andaluz oriental, en donde existe una diferenciacin entre // - / / y /O/ - // producida

    por la prdida de la -/s/ final: dlrs (singular) y dOlOrOsO (plural), es decir, una

    diferenciacin producida por motivos morfolgicos, para mantener una marcacin de

    nmero, como ocurri con el francs /l/ - /l/.

    e

  • 21

    Puesto que /a/ y /o/ son vocales morfemticas, necesarias para marcar el gnero, no

    es de extraarse que se hayan conservado. El hecho de que en el habla infantil existan

    formas como idioto, imbcila, es una muestra de la fuerza morfmica de las terminaciones.

    III.3.1 La A.

    Se mantiene como tal: ANIMA > alma, BONA > buena. Solamente en dos casos se

    ha perdido: a) en los posesivos tonos, y b) en el artculo. MEA > ma, que se ha

    conservado en funcin adjetiva -con fuerte tendencia a la prdida del acento-, y as di mie

    > mi. El hiato ha pasado a ser diptongo, y despus perdi la /e/ final, tanto por su uso tono,

    como por asimilacin de las dos vocales palatales, como por la corriente prdida de /e/ al

    final. La tendencia a la ruptura del hiato y su conversin en diptongo se produjo tambin en

    los imperfectos de la 2 y 3 conjugacin y en los condicionales: HABEBAT > ava > avi.

    Estas formas en -/i/ son frecuentes desde el siglo XI hasta el XIII. En el siglo XIV se

    generaliza la forma actual -/a/, aunque todava -/i/ es frecuente en el Arcipreste de Hita;

    restos de -/i/ quedan en la primera mitad del siglo XV, e incluso los emplea Santa Teresa y

    al parecer, quedan restos todava en el habla actual de Toledo.

    En cuanto a los artculos, todava hoy muchas gramticas que dicen que la

    utilizacin del artculo l en sintagmas como "el aula", "el alma", con sustantivo femenino,

    se emplea para evitar la cacofona, lo cual resulta equivocado. Se trata de una evolucin de

    la antigua forma ela, que perdi la vocal final seguida de vocal, y hoy solo permanece con

    /a/ tnica. Lo mismo se puede decir de un.

  • 22

    Desde el siglo XVI se pierde la /a/ en expresiones del tipo "a fuer de", "a guis de",

    "en cas de" y similares. Es muy frecuente hiy en el habla rpida. La evolucin -AS > -ES es

    hoy caracterstica del asturiano central y parte del oriental.

    III.3.2 La O.

    Lo normal es que se mantenga como tal: BONU > bueno, CABALLU > caballo. La

    conversin de /u/ final latina en /o/ ya se ve desde los primeros documentos, sin embargo,

    quedan restos de /u/ todava en la primera mitad del siglo XIII al norte de Burgos. En

    funcin adnominal, es decir, seguida de un sustantivo, puede perderse la vocal final por su

    uso tono: TANTU > tan, SANCTU > san, DOMINU > don, MULTU > muy. Las formas

    con uso tnico, no apositivo, conservan la vocal: tanto, santo, dueo, mucho. Lo mismo

    pasa con MEU > mi -en vez de mo-, pero en este caso se puede hablar tambin no ya de

    prdida de vocal final, sino de prdida de la forma del masculino (se sabe que el espaol

    medieval tena flexin genrica en los posesivos).

    No se puede hablar con propiedad de prdida de /o/ en casos como CAPELLANU >

    capelln, o SACRISTANU > sacristn, pues hubo una confusin de sufijo: -ANU > -ANE;

    por tanto, lo que hay es una cada de /e/ final. Lo mismo se puede decir de casos como

    MONACU > monje, que es de origen francs; por tanto, la evolucin de la vocal final no

    corresponde a la fontica histrica del espaol, sino del francs.

    La /o/ puede convertirse en /e/ espordicamente:

    MODULU > molde

  • 23

    ROTULU > rolde

    COLAPHUS > golpe

    DUPLUX > doble

    CUPRU > cobre

    Se ha dicho que pueden ser cultismos, y en algunos casos puede ser as. Tambin es

    probable que exista una tendencia disimilatoria en palabras que tienen una vocal velar

    tnica.

    III.3.3 La E.

    Puesto que es la vocal no marcadora de gnero, no nos debe extraar que pueda

    caerse, como as sucede cuando va precedida de las consonantes /l/, /n/, /s/, /r/, /d/ y la

    actual //, siempre y cuando estas consonantes no formen grupo:

    RETE > red

    PANE > pan

    LUCE > luz,

    frente a

    PATRE > padre

    DIXI > dije

  • 24

    Hay casos en los que parece no cumplirse esta ley: cauce, peie, doce, etc. Pero en

    estas palabras hubo un antiguo grupo consonntico, por lo que tuvieron que mantenerse;

    cuando despus se reduce el grupo ya no se pierde la /e/:

    CALICE > calce > cauce

    PECTINE > peytine > peytne > peine

    DUODECI > dodece > dodce > doce.

    Algunos restos de conservacin de -e final tras /d/ (rede) quedan en Soria, Burgos y

    en la sierra de vila. La apcope se da ya en el siglo VI, pero hasta la primera mitad del

    siglo XI lo ms frecuente es que se mantenga, lo que indica que la apcope "tena muy

    escasa cabida en la lengua comn" (Menndez Pidal en Ariza 1990). La prdida deba tener

    connotaciones sociales peyorativas o vulgares. La apcope se extiende en la segunda mitad

    del siglo XI, pero todava en el siglo XII hay casos de mantenimiento, como en el Auto de

    los Reyes Magos, o en el Poema del Mo Cid, y ms tarde en la lrica popular y en el

    romancero.

    Junto a esto hubo desde el siglo XI una tendencia a la prdida extrema de /e/, es

    decir, detrs de cualquier consonante e incluso con grupo consonntico: mont, nuef, etc.

    Esta apcope extrema dura hasta finales del siglo XIII, y todava en el siglo XIV se

    encuentra en el Arcipreste de Hita, en Sem Tob y en documentos de Andaluca (Lapesa

    1980).

    Las causas de esta prdida extrema han sido estudiadas por Lapesa. En su opinin,

    el apcope se debi a diversos motivos: a) la introduccin de barbarismos, b) la cada de las

    tonas internas, que hizo que muchas consonantes quedaran en situacin implosiva

  • 25

    (cadnado, plazdo, trepde, cobdo, comde, setmana, etc.), por lo que, si podan ir cerrando

    slaba, se posibilitaba que tambin pudieran ir en situacin de final de palabra, y c) el

    influjo francs, tan importante en estos siglos. Lapesa dice: "Las regiones de ms intensa

    apcope en los siglos XII-XIII coincidan con dicesis regentadas durante largo tiempo pro

    franceses o provenzales: Osma, Sigenza, Segovia, Palencia". Sin embargo, Cataln (1971)

    objet a esta teora, ya que si la prdida era caracterstica, en el siglo XIV, en el habla de las

    serranas -segn el testimonio del Arcipreste de Hita-, no se poda hablar de influjo francs,

    pues lo que indicaba era que la apcope era un fenmeno popular, lo cual parece la

    explicacin ms plausible. La evolucin espontnea (popular) del idioma haba llevado a la

    existencia de una apcope extrema, y la influencia francesa y provenzal intensificaron esa

    tendencia. Es decir, parece que la prdida extrema de la /e/ tena connotaciones

    sociolingsticas, caracterizaban el habla vulgar. Sin embargo, por influencia francesa,

    perdi tal valor negativo, y pudo aparecer en un cdigo culto, como la lengua escrita.

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    Bibliografa.

    Ariza Viguera, Manuel. Manual de fonologa histrica del espaol. Madrid: Editorial

    Sntesis, 1990.

    Cataln, D. "En torno a la estructura silbica del espaol de hoy y del espaol de maana."

    El espaol. Orgenes de su diversidad. Madrid: Paraninfo, 1989

    (Originalmente publicado en Sprache und Geschichte. Festschrift fr H.

    Meier. Munich, 1971))

    Lapesa, Rafael. Historia de la lengua espaola. Madrid: Gredos, 1980.

    Menndez Pidal, Ramn. Manual de gramtica histrica espaola. Madrid: Espasa-Calipse,

    1977.

    Penny, Ralph. A History of the Spanish Language. Cambridge: Cambridge University

    Press, 2002.

    Vnnen, Veikko. Introduccin al latn vulgar. Madrid: Gredos, 1968.