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DE SSSSSSSS:': SSSSSS SSSSSSS$SSSSSS': VUELVE A BRILLAR EL SOL DE CA MUS Dos publicaciones que datan de no- viembré de 1981 pero que sólo hasta fechas más recientes han circulado con normalidad . ponen de manifies- to la revitalización de un interés cre- ciente. y creo que muy explicable. por la obra de Albert Camus (1913 -1960). el lucidísimo pensador franco -argelino que de no haber sufrido en un accidente automovilístico una muerte 'absurda'. 'injusta' y prematura. podría tal vez ce- lebrar en este año lo que sería apenas el septuagésimo aniversario de su naci- miento. De manera análoga a como en los últ imos años de la vida de Camus. cuando -en expresión de Vargas Lio- sa- "era un autor de moda y sus dra- mas. ensayos y novelas ayudaban a muchos jóvenes a vivir". parece que en la actua lidad un sector considerable de la human idad desalentada de nuestro tiempo busca el calor y la luz de ese sol de Camus (el sol de mediodía. realidad muy significativa a lo largo de toda su obra y todo su pensamiento). y es satis- factorio comprobar que las numerosas reedic iones de El extranjero (o de La peste) resultan insuficientes para col- mar nuestra sed intelectual (puede leer- se 'existencial'] del sol de Camus. Durante una sesión del Homenaje a Spinoza celebrado recientemente en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.A.M . el maestro Gregor io Ka- minsky advertía la dificultad de aliar la filosofía spinozista a uno de los dos grandes bloques teór icos que antagoni- zan en la fórmula 'idealismo vs. mate- ... Ana Rosa Péraz, Antonio Zirión: La muerte en el pensamiento de Albart Camus. México. D. F.. Ed. UNAM.• 288 pp. ... ... Mario Vargas Llosa : Entra Sartre y Ca- mus. Gaorga Santa Co. Virginia . USA .. Ed. Huracán. 144 pp. riatismo'. y sostenía con fundamento que el lugar más adecuado para Spino- za en dicha fórmula sería ese versus », esa disyunción. Me parece que algo se- mejante sucede con la 'doctrina' de Ca- mus y. por lo que se desprende del libro que aquí reseño. no creo improbable que sus autores compartan mi opinión. Camus representa una excepción. un día fuera de calendario en la historia de la filosofía : su pensam iento es sencillo. claro. natural. inocente. pero a la vez. y paradój icamente. rico. profundo. origi- nal. inconformista. El ensayo de Ana Rosa Pérez y Antonio Zirión también es claro y está redactado en uñ estilo pre- ciso y a la vez accesible. No obstante el carácter excesivamente reiterativo de algunas de sus secciones, constituye un buen rastreo de notas y citas sobre los subte mas estudiados y resulta una guía muy útil para comprender cabalmente el pensamiento de Camus. Prescindien- do de notas biográficas. los autores su- jetan la obra de Camus a una interpre- 43 tación propia. De ahí que. en determi- nado momento. escriben que - "este trabajo se propone poner en claro que el motivo fundamental que puede ha- llarse en el pensamiento de Camus es la muerte (. ..) El pensamiento de Camus no puede reducirse en modo alguno a una reflexión sobre la muerte. Es.antes que nada. una reflexión sobre el hom- bre y su condición (...) eso sí, dentro de esta reflexión el tema de la muerte jue- ga un papel de primer orden. un papel esencial y decisivo ". (p. .18 Yp. 33) . Esa interpretación está apoyada y enrique- cida por una recopilación exhaustiva de citas y propone "una hipótesis de lectu- ra, pero lectura filosófica, de la obra de Camus". (p. 341. Los autores encuen- tran, además , que su examen es " a vue- la pluma" y sostienen que " por abar- car mucho aprieta poco" , aunque qui- zás es el principal mérito de su trabajo: preparar el terreno para hacer posibles profundizaciones particulares y propo- ner, a la vez, un marco, un esquema

VUELVE A BRILLAR EL SOL DE CAMUS - Revista de la ... · reediciones de El extranjero (o de La peste) resultan insuficientes para col mar nuestra sed intelectual (puede leer se 'existencial']

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SSSSSSSS:': SSSSSS SSSSSSS$SSSSSS':

VUELVE A BRILLAREL SO L DE CAMUS

Dos publ icaciones que datan de no­viembré de 1981 pero que sólo hastafechas más recientes han circuladocon normalidad . ponen de manif ies­to la revital ización de un interés cre­ciente. y creo que muy explicable. por laobra de Albert Camus (1913-1960). ellucidísimo pensador franco -argelinoque de no haber sufrido en un accidenteautomovilíst ico una muer te 'absurda'.'injusta' y prematura. podría tal vez ce­lebrar en este año lo que sería apenas elseptuagé simo aniversario de su naci­miento. De manera análoga a como enlos últimos años de la vida de Camus.cuando -en expresión de Vargas Lio­sa- " era un autor de moda y sus dra­mas. ensayos y novelas ayudaban amuchos jóvenes a vivir" . parece que enla actua lidad un sector considerable dela human idad desalentada de nuestrotiempo busca el calor y la luz de ese solde Camus (el sol de mediodía. realidadmuy significat iva a lo largo de toda suobra y todo su pensamiento). y es satis­factorio comprobar que las numerosasreedic iones de El extranjero (o de Lapeste) resultan insufici entes para col­mar nuestra sed intelectual (puede leer­se 'existencial' ] del sol de Camus.

Durante una sesión del Homenaje aSpinoza celebrado recientemente en laFacultad de Filosofía y Letras de laU.N.A.M . el maestro Gregor io Ka­minsky advertía la dif icultad de aliar lafilosofía spinozista a uno de los dosgrandes bloques teór icos que antagoni­zan en la fórmula ' idealismo vs. mate-

... Ana Rosa Péraz, Antonio Zirión: Lamuerte en el pensamiento de Albart Camus.México. D. F.. Ed. UNAM.• 288 pp.

... ... Mario Vargas Llosa : Entra Sartre y Ca­mus. Gaorga Santa Co. Virginia . USA .. Ed.Huracán. 144 pp.

riatismo'. y sostenía con fundamentoque el lugar más adecuado para Spino­za en dicha fórmula sería ese versus »,

esa disyunción. Me parece que algo se­mejante sucede con la 'doctrina' de Ca­mus y. por lo que se desprende del libroque aquí reseño. no creo improbableque sus autores compartan mi opinión.Camus representa una excepción. undía fuera de calendario en la historia dela filosofía : su pensam iento es sencillo.claro. natural. inocente. pero a la vez. yparadój icamente. rico . profundo. origi­nal. inconformista. El ensayo de AnaRosa Pérez y Antonio Zirión también esclaro y está redactado en uñ estilo pre­ciso y a la vez accesible. No obstante elcarácter excesivamente reiterativo dealgunas de sus secciones, constituye unbuen rastreo de notas y citas sobre lossubte mas estudiados y resulta una guíamuy út il para comprender cabalmenteel pensamiento de Camus. Prescindien­do de notas biográficas. los autores su­jetan la obra de Camus a una interpre-

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tación propia. De ahí que. en determi­nado momento. escriben que - "estetrabajo se propone poner en claro queel motivo fundamental que puede ha­llarse en el pensamiento de Camus es lamuerte (. . .) El pensamiento de Camusno puede reducirse en modo alguno auna reflexión sobre la muerte. Es. antesque nada. una reflexión sobre el hom­bre y su condición (. . .) eso sí, dentro deesta reflexión el tema de la muerte jue­ga un papel de primer orden. un papelesencial y decisivo ". (p. .18 Yp. 33). Esainterpretación está apoyada y enrique ­cida por una recopilación exhaustiva decitas y propone "una hipótesis de lectu­ra, pero lectura filosófica, de la obra deCamus". (p. 341. Los autores encuen­tran, además , que su examen es " a vue­la pluma" y sostienen que "por abar­car mucho aprieta poco", aunque qui­zás es el principal mérito de su trabajo:preparar el terreno para hacer posiblesprofundizaciones particulares y propo­ner, a la vez, un marco, un esquema

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global de la filosofía de Camus . Consi­dero mi obligación en esta reseña es­quematizar ese esquema'. dada la im­portancia que éste tiene. pero no creopoder ser fiel al imperati vo de 'apretarmucho abarcando poco' -que tal vezme correspondería- y me permitiré elpecado de matizar algunas cuestionesen la descripción del esquema .

Según lo declaró el propio Camus.existen tres fases de su pensamiento: ladel absurdo. la de la rebel ión y la delamor. Esepensamiento no aspiraba al tí­tulo de sistema filosófico y sin embargosu coherencia interna lo distingue pro­piamente como pensamiento filosófico.El libro insiste correctamente en la pree­minencia de una dimensión metafísicadel hombre (la realidad de su muerte)sobre la dimensión histórica (las formasparticulares que puede tomar la muerteen la historia : el suicid io . el crimen.etc.) . La condición metafísica del hom ­bre (la eminencia de su desaparición) esabsoluta. le viene al hombre de lo inde­terminado. le es dada sin explicaciones:la condición histórica del hombre es re­lativa porque está contenida por la con­dición metafísica y es impuesta al hom ­bre por el hombre. Existe un presupues­to básico en esta concepción de Ca­mus : Dios. que por definición suminis­tra racionalidad y sentido. está ausenteen el mundo y de esta facticidad parteCamus para formular la inexistencia hi­potética. aunque no categórica. deDios. Camus no negó la posibilidad deque Dios existiera : sólo asumió la vidacomo si no exist iera. Como ha sido bienvisto por algunos críticos. se trata másde un 'anti -teísmo' que de un ateísmo.En el prefacio a su primera obra . El re­vés y el derecho. Camus escribió: " Paracorregir una ind iferencia natural. me vicolocado a mitad del camino entre lamiseria y el sol. La miseria me impidiócreer que todo está bien bajo el sol y enla historia ; el sol me enseñó que la his­toria no lo es todo. Cambiar la vida. sí.pero no el mundo. del que yo hacía midivinidad" .

Lo primero que asume Camus desdela perspectiva metafísica es el absurdoque surge de la confrontación entre unafán humano de racionalidad o - másgeneralmente- de pensamiento (paraCamus la razón es sólo un instrumentodel pensamiento. porque el pensamien­to es ante todo nostalgia humana. 'nos­talgia de unidad') y la irracionalidad in-

herente al mundo (" . . .el silenc io no ra­zonable del mundo". decía él). En estepunto es conveniente establecer la dis­t inc ión entre irracionalidad y absurdo:el absurdo surge de una relac ión de in­compatibil idad metafísica entre el hom ­bre y la irracionalidad del mundo; lairraciona lidad del mundo no es el ab­surdo, sólo es 'madre' del absurdo .pues únicamente cuando la razón hu­mana exige un sentido. una un idad delo real . nace el absurdo. Por ot ra parte.la vida es absurda porque hay que mo ­rir, vla muerte es la dispers ión absolutadel intento humano de unidad . pero " elgran coraje -decía Camus- consisteen mantener los ojos abierto s a la luz.así como a la muerte" ; es decir. la reali­dad del absurdo debe suministrar alhombre conc ienc ia y voluntad de re­chazo de la mue rte. debe despertar sulucidez antes que nutrir su posible ten­tac ión de suicidio ("suprim ido el sent i­do de la vida. queda todavía la vida" ). Elsent ido' de la existencia. relat ivo e in­manente al mundo. se convierte así enun puente que los hombres erigen yt ienden hacia otros hombres: la única

_ trascendencia es la que un hombre pro ­yecta hacia otro hombre. De este mo ­do. " Camus no se ent rega a una f iloso­fía irracionalista. .. (no se desilusionaante) la permanente resistencia de Imundo a dejarse redu cir a la unidad" (p.53 ); para el hombre el mundo es un exi ­lio porque el esfue rzo humano po r com­prender absolutamente el mundo fraca­sa. pero el mundo se le manifiesta tam ­bién como un reino porq ue es su únicapat ria posible. el único sit io donde pue­de dar realización a su vida (" La dudaen la razón pura no cierra el camino dela razón práctica"). a sus valores con ­venc ionales pero humanos al fin . y. ensuma, a su rebelión. La rebel ión . que espor pr incipio conc ienc ia de la muerte yreacción hac ia la muerte o anhelo de vi­vir y asunción del destino . define el ca­rácter provisional de la noc ión de lo ab­surdo en la concepción de Camu s; sí: elabsurdo es un prime r momento (Camusno es "absurdista" o nihilista así comoDescartes o Husserl no son escép ticos).un punto de part ida del pensamiento.pero a la vez representa un punto departida que se prolonga a través detodo el pensamiento rebelde como unaconstante que en su presencia mismaestá superada: Camus nunca evadió lapresencia del absurdo sino que le reco-

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noció plenamente realidad para explo­rarla y superarla superponiéndole lapresencia de la moral y los valores de larebelión. Ana Rosa Pérez y Antonio Zi­rión sostienen que " el problema noconsiste tanto en cómo salir del absur­do. puesto que se ha decidido mante ­nerlo. sino en cóm o vivir en é!". (p. 79)Y para Camus la rebelión constituye laúnica solución digna y coherente al pro­blema que el hombre encuentra al ver ­se inmerso en el absurdo . porque sin'saltar' sobre la situación al liquidar aalguno de los tres factores ontológ icosen cuestión (mundo. hombre. absurdo)- la fe en otro mund o liquida ría la lr ra­cionalidad de este mundo o a nuestromundo mism o. el suicid io suprimi rla alhombre. etc .- propone al hombre unaacti tud e to ica de conci encia piona , ca­bal. sobr I s realidades mapl zablasdel absurdo V d I mu rt Plantear ela unto d I b urdo va una forma delucid z Vd r bel ión contr I pres ncialat nto d I b urdo ; s n ce ario ac­tu Iiz r lo xperi nci d I b urdo p radquírir conc nel d IIa. poro sumi rn I pi no d I conci nCI I m nif _

taci én f ct lc d I bsurdo, V VIVir n unclim angus t oso p ro CI rto. ut nt icoy r pon bl (s rv d J mplo aqu IIar ti xión d El mito d Siuto - bi ntrald a discusión por P rOl V Zlf ión -

gún I cu I1 vid rut in rro del obr rosólo dqul r un tono tr6glCO cuandoé te es con ci nt d lo absurdo d sutrabajo V d u d stino - 51slfo cargan­do u p dr V subi ndo con IIa ha talo m Ito d I mont para luogo erro ­jarl al abismo V bej r d nuevo por ellarepit iendo sin tr gu e te acto " inútil ysin esperanz "- l . Vivir implica radical­m nte una actitud r Id ant lo in vi·tabi/id d d I mu rte : " Carnus vivió Vexpresó su amor a la vida siempre bajoel telón d fondo d I muerte" . Ip . 98)La lucid z d I r humano es asl el úni­co vehículo qu pu d conducir a loque e tamb n única felicidad d Ca­mus: la al gría d r. el placer d vivir,Pero r ( t humano) es esencialmen­te para Camu • r-consciente-da', Vvi­vir no es fácil n este régimen de injus­t icia metafí 'ca dond el orden d Imundo está suminist rado por la mu r­te. (Aunqu la idea d Dios. como creoque está b' n observ do. no consti tuyepara Cemul 'no un pretexto lit rano.una m ra cción para personificarel poder d dar mu rte según la con-

cepción expuesta. Dios resul taría inius ­too Dios result a contradic torio porqu emata, y en su impotencia para 'matar lamuer te' le va su existencia dudosa.) Vi­vir exige una rebelión que im ponga unprinc ipio de justicia a la injusticia enbruto del mundo: vivir es una rebeliónfrente al absurdo y a la injus ticia. y elobjeto de su rebelión se reduce a uno:la muer te, la muerte en cual quiera desus forma s o t ipos de man ifestación.porque " el hombre muere y eso es me­tafísico . Aho ra bien. el hombre mata alhombre, y eso ya es histórico sin dejarde ser metafísico ". (p. 141 ) Y a Camus-como hoya Borges- ya no le con­movía tanto la muerte . en abstracto .como el crimen : su razonamiento es es­te : si el homb re está de antemano 'con­denado a muerte' ¿para qué condenar­se él mismo ? Si bien es cierto que 'lamuerte hace indi ferente toda exper ien­cia ', la indiferenc ia misma es símbo lode lucidez y valor autént ico que permitela pos ibil idad (léase necesidad, felici­dad) de vivir senci lla pero pasionalmen­te cada instante. Se es indi ferente por­que no se espera otra vida sino una pro­longación de esta vida misma : se viveen el presente y no en el porven ir. Liber­tad es necesariamente libert ad ante lamuerte: " Saberse plenamente morta l-concluyen los autores- es estar ple­namente vivo " . (p. 112)

RESEÑAS

El pensamiento rel igioso que en­cuentra en el hombre a un ser débil. su­bordinado y resignado es reemplazado,por Carnus. por la moral. que es obraautónoma y autosuficiente del hombre.Así. " lo que cuenta para Camus. enefecto , no es pues decidir la cuest ión dela existencia de Dios desde un punto devista teórico, sino luchar contra un maly una muerte que son hechos seguros :luchar 'contra la creac ión tal como es­taba hecha'... (p. 123) Esta lucha. noobstante, no debe desembocar en la ac­titud del deicida que hace del hombre,contradictoriamente, un Dios, un sertrascendente e inmortal; el hombredebe conceder existencia a aquellocontra lo que se rebela . es decir, el 'po­der de matar', para af irmar su propiaexistencia, su auténtica natu raleza. Latrascendenc ia homb re-hombre resulta ,paradó jicamente, inmanente, concreta,real; para usar una imagen. el hombretiende a otro hombre un puente de pie­dra y no una escalera divina. Sobre estabase. la rebelión metafísica adquiereclaridad en su expresión histórica ('h is­toria ' es más para Camus 'política', si­tuac ión, relación entre hombres, quesucesión de los acontecimientos pasa­dos). donde el hombre puede afirmar sumora l. sus valores y la raíz misma de suacto rebelde . La rebelión (otra vez ver­sus) no asume ni el extremo irraciona-

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lista (pérdida de la lucidez) ni el extre­mo racional ista (legit imación de lamuerte) de las ideologías porque am­bas desembocan en un nihilismo -en­tendido y caracterizado de un modobastante particular por Camus- quebásicamente consiste en negar la vida.Por un lado , el absurdo como estado dehecho, y no la asunción consciente delfenómeno, conlleva a una forma de ni­hilismo que al olv idar la lucidez aceptasin más la muerte : "Pe rder esta lucidezdurante el mov imiento de rebeliónequivale a hacerse cómplice de lamuerte " . (p. 148) Por otro lado, unaconcepción racionalista de la ideología ,que " quiere encontrar el sent ido abso­luto del mundo en la histo ria" (p. 175).traiciona la tendencia natural de cadaindividuo a experimentar dignamente loabsurdo de su condic ión , y busca la uni­dad, real y racional , en un todo proféti­co; cont ra ella, Camus dice que "la to­talidad no es la unidad" . Camus nopudo militar en el marxismo , por ejem ­plo, porque la rebelión no es revolución:mientras que la rebelión parte de actosque sólo después pueden acaso formu ­larse en ideas, la revolución pone la to ­tal idad de los actos (de la vida humana)al servic io de unas cuantas ideas prees­tablecidas, sacrificando así al hombrepor el porvenir, matando en func ión deun ideal po lít ico, adaptando lo real a lasexigenc ias lógicas de lo ideal. La vida, siquiere conservársele , debe tener , y dehecho la tiene, una anterioridad y unapreeminenc ia ontológicas con respectoa la idea. En vista de que la revoluc iónsólo es degeneración de la rebelión, Ca­mus propuso Jo que una vez él denomi­nó un " buen nihilismo que conduzca alo relativo y a lo humano" , un movi ­miento de rebeldía que, partiendo delabsurdo, respete ante todo el autotelis­rno. casi lúd ico, de la vida (la vida abri­ga en sí misma su propio f in, su propiovalor, su presente sin futu ro) para edif i­car sobre este cimiento un estilo devida que reemplace toda posible ideolo­gía -que esencialmente está viciadapara Camus por su abst racción - yen­cuentr e en la moral el escudo más no­ble de la vida humana . Esta moral sefunda a la vez en la solidaridad (solidari ­dad que radicalmente es metafísica :solidaridad frente a la muerte ; aunqueesto evidentemente no se opone a queesta solidaridad pueda adquirir una for ­ma histórica: solidaridad contra el ase-

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sinato l , que como valor medio conducenatura lmente a un clima de lucidez, jus­t icia, libertad , amor. felicidad, garanti­zando el éxito de la rebelión y la segur i­dad del hombre, La rebelión es prime ra­mente individual (cada uno de nosotrosdecide personalme nte vivir descartan­do el suicidio) pero luego se torna co­munitar ia, solidar ia, Este es. por lo de­más. el sentido de la fórmu la camus ia­na de El hombre rebelde : " Yo me rebe­lo. luego somos" . El hombre rebelde re­conoce que está limitado históricamen­te pero tamb ién sabe que su natu ralezahumana debe imponer ciertos lím ites ala histor ia y lucha " en el absurdo y con­tra el absurdo. en la histo ria y contra lahistor ia" (p. 217), En su levantamientocontra la condición humana. la rebeliónafirma la naturaleza humana limitandoy exaltando su justo ser. Esta med ia­ción tan griega -de nuevo el versus­es típica del pensamiento ét ico de Ca­mus y por eso se puede decir que " todovalor moral es un término med io entre larealidad escueta y el mero ideal " (p.220): ni idealidad desentendida de loreal. ni realidad bruta. pues tanto lapura abstracción como la act itud bárba­ra liqu idan lo humano. El justo med io. lamesura griega. que lejos de tomar el as­pecto de mediocr idad toma el de unverdadero afán y una auténtica búsque ­da de justiciª'-f!s la base de una mora lcoherente que proclame valores relat i­vos (la libertad desmesurada. o absol u­ta . de un hombre . como ejemplo. ani­quilaría la libertad de los otros hom ­bres), Pero aun así la mora l de Camus.que es relat iva. adqu iere valor 'un iver­sal' 'para' los hombres. Lo ante rior sesustenta en la paradoja : " el valor de lavida del hombre funda un sent ido relati­vo pero con valor de absoluto" (p. 188).Y esto es radicalmente dife rente al plande un Estado totalitario que niega exis­tencia a lo individual al disolver en susleyes el sentido del hombre . Traicionarla rebelión en función de una libertad yuna just icia a largo plazo es una opera­ción que presupone suf rim ien to ymuertes que no admiten comp ensaciónalguna: y también: ningún hombre estan culpable que merezca la pena demuerte (castigo absoluto y definit ivo).En este punto fluctúa en el pensamien­to de Camus - como creo que lo detec­tan bien los auto res- un socrat ismopatente en la idea de que se realiza elmal por ignorancia (Un viejo citado en

La caída exclamaba : "[ Av. señor. no esque uno sea malo pero se pierde laluz !") . El conjunto de la filosofía políticade Camus puede resulta r simple y vagoa pr imera vista . pero es claro que inten­cionalmente deriva de una base de rea­lidades elementales que las ideolog ías,presuponiéndolas muchas veces comoválidas . acaba n po r perde rlas práctica­mente de vista a lo largo de sus abs­tractos desarrollos. " Camu s nunca pre­tendió poseer so luc iones especi fica­mente técn icas a problemas polít icosespecíficos. sino simplemente estable­cer líneas y marcos que con st ituiríansólo las premisas de aque llas solu cio­nes" (p. 196).

Camus proponía la democrac iacomo el régimen 'menos malo ', como lautopía menos pe ligrosa : buscaba unpacifismo que por teórico . act ivo. críti­co y rebelde. rehusara el calificativo'abstencionista'. Compromiso polít icofue para Camus compromiso con loshombres: "Siempre constit uye un pro ­greso -dijo alguna vez- que un pro ­blema político quede reemplazado porun problema humano" . Creo que es cla ­ro : a Camus le importaban más losobreros que las ideologías. Este es elsentido de un humanismo sincero. con­secuente y responsable,

" Pesimista en cuan to al dest ino hu­mano -declaró en ot ra ocasión - soyoptimista en cuanto al hombre" . Man­ten iendo f irme el principio de que " Elhombre 'es' sólo cuando es con scientede que no será" (p. 277). es pos ible. se­gún Camus. una fel ic idad relat iva perointensa. instantánea pero cálida: tardeo temprano será la muerte quien seapunte la victoria y por tanto no puedetratarse de salva r al hombre sino deatenderlo. Una fo rma de ate nder alhombre -quizá la más decisiva en elplano metafísico- es descubr ir le en elhecho de su muerte el verdadero senti­do de su vida : esto significa que el sen­tido equivale al destino . a la muerte.porque la muerte es la últ ima realidadfáct ica en la vida de cada individuo ypor esta cond ición de fina lista es lo quele brinda una imagen singula r. unitaria.cabal . cerrada . Porque la vida es finitatiene sentido: la inmortal idad del hom­bre daría a su vida un aspecto de inde­terminación . de proyección sin objeto.de fa lta absoluta de sentido . Es lamuerte. sorpres ivamente. lo que leofrece cons istencia. lo que le otorga ser

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a la vida: si la vida tenía un sentido rela­t ivo. la muerte. instancia absoluta. laerige al fi n en una dimensión absoluta.

y sin embargo qué apariencia tandesoladora mente inacabada presentala vida del prop io Camus. Esta amargaironía me permite plantear un últimopunto. Sobre la muerte de Camus. Sar­tre declaró que "pocas veces las carac­teríst icas de una obra y las circunsta n­cias del momento histór ico han exigidotan a las claras gue un escritor viva" .(Situaciones. IV)' En efecto, la terce rafase anunciada del pensamiento de Ca­mus se nos presenta amb igua. incon­clusa. Una sección del libro . por ejem­plo . nos revela a un Camus un tanto as­ceta contemplando lo mefable de un"enigma fe liz" que lo " ayuda a com ­prender todo" , Camus mtule profunda­men te un 'sentido de lo sagrado' ajenoa un Dios O a una vIda futu ra del alma .Con ello urg e un clima peculiar de fque quizá por ahora conVI no suenclar.Sólo diré que da la impro ión do rapa­recer en ese siloncio la luz do los me­diodl s claro d I mundo. p ro estimage n. con o sin invlt ci ón, no puedd j r de asist ir la muorte (lo tesISde P ­rez y Zirión par ce muy firmo I muertes el f ctor d term inll nt do la concep­ción m tafl sic de Camus) Es, n su­ma. la imag n do un tlg r - sol y mu r­te - que. caldo en la trampa de la queuna vez habló J . Gremor, erna la vida yse rebela contra las red s InJUStllS qulo envuelven.

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El volumen de Vargas Llosa reúne bre­ves ensayo escritos y publi cados entre1962 y 1981 y. sagún con tesi ón pro­pia. " están plagado de contradiccio­nes. repeti ciones y recuü cacione ".pero es este carácter el que delinea me­jor el itinerario intelectual de "un lati­noamericano que hizo su aprendizaje(...l deslumbrado por la inteligoncia ylos vaivenes dialécticos de Sartre y ter­minó abrazando el reformismo liberta­rio de Camus " (p. 91. El libro. magnífica­mente escrito. toma la forma de un tes­timonio honesto sobre la forma ción li­teraria y ante todo ideológica de su au­tor dentro de lo que pudo aportarle elpensamiento francés de postguerra.Entre Sartre (realismo politico . Historiay moral. revoluciónl y Camus ('idealis­mo' político. More I e historia. rebelión).según Vargas Uosa. " la guerra ent re

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Mario Varga s Llosa

ambos órdenes es a muerte y no haymanera de ser neut ral nr indiferente.Quien pretende serlo. lo úm co Quelograes vo lverse un instrum ento Inerte enmanos de uno u otr o bando " (p. 12) Esprinc ipa lmente esta polémica el asuntoQue el libro examina desde diferentesperspect ivas de época y de men tali dad(del mismo Vargas Llosal, y en especraldesde el punto de vista de sus posiblesrelaciones con la lite ratura.

Como ha dicho Armando Pereira alcomentar este libro . Simone de Beau­voir toma el lugar en la obra de VargasLlosa de una 'invitada', Sí. una invitadaescasamente vista en la reun ión y sinembargo muy sat isfacto riamente aten ­dida por su anfit rión. porque las dos re­señas. tan precisas. QueVargas Llosa leded ica. la definen como una escritoratalentosa. valiente y constan tementepreocupada por la prob lem át ica másaprem iante de l hombre contemporá ­neo. Para el escrito r peruano . la escritu ­ra muestra sus virtudes tanto en el arro ­jo de hacer de la literatura algo tan ínt i­mo como el test imonio narrado de lamuerte de su madre (su relato 'arnarqo'.Una muerte muy dulce s. como en latentativa de una novela experimentalque entrañe el compromiso existenc ia­lista ( Las bellas imágenes) al " mostrara través de una ficción. la alienación dela mu jer en una gran sociedad de con ­sumo moderna" . (p. 62)

La Imagen de Sartre que Vargas Lio­sa nos proporciona se va disto rsionan ­do gradualmente a través del libro has­ta volverse negat iva. Vargas Llosa reco ­noce primeramente la admirable ho­nestidad intelectual (siempre dispuestaa desnudar las contradicci ones propiaso ajenas) que disti nguió según él la ac­tividad filo sóf ico-literaria V la mil itanciapol ítica de Sartre. Esta virtud podía ha­cer de una obra como Los secuestradosde Altona " un chorro de kerosene vert i­do sobre fuego" (p. 53 ) para los blo­ques tajan tes de izqui erda o de derechaQue buscaban, inút ilmente. aplacar esaformidable 'máquina de pensar' al clasi­ficarla ideológicament e dentro de susreducidos esquemas preconcebidos.Pero, fina lmen te , Vargas Llosa se con ­fiesa defraudado ideo lógica V literaria­mente por Sartre . Su decepción se pro­dujo a raíz de ciertas declaraciones enlas Que Sartre , una vez alcanzado el re­conocimiento público. echaba por laborda sus prop ias V viejas conviccionessobre la solidaridad entre la lite ratura yla acción polít ica. traicionando así lamental idad y la labor de qu ienes fiel­mente lo seguían. " Cuando Sart re afir­ma: 'He visto morir de hambre a unosniños. Frente a un niño Que se muere.La Náusea es algo sin valor' , dice algoQue hab la muy alto de su noció n de res­ponsabilidad histór ica, pero desde lue­go que no tiene razón y que en ningún

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caso puede plantear el problema en esaforma " (p. 25) Sartre. en efecto. movi­do acaso por la impresión de una expe ­riencia muy deprimente. parecía con ­fundir dos ámb itos. si no antagónicos síal menos inconfundibles. en su valora­ción: el de la realidad V el del arte . A lrespecto . Vargas Llosa es más sut il :"¿A part ir de Qué coef ic iente de proteí­nas per capita en un país era va ét icoescribir novelas? (. . .) Para esa época yano había argumento capa z de librarmede la lit eratura, de modo que el reporta­je sirvió más bien para libra rme de Sar­tre" (p. 133 Y p. 1321. El autor concibede otro modo lo que puede ser la fun­ción del escritor V su obra : " la literaturacamb ia la vida, pero de una maneragradual. no inmediata. V nunca directa­mente sino a través de ciertas concien­cias individuales que ayuda a formar"(p. 25 ).

Pero su desacuerdo intelectual no sereduce en modo alguno a una mera opi­nión sobre la func ión de la literatura.sino que se ext iende coherentemente ala problemática interna de la literaturamisma y encuentra ahí el fundamentode esa op inión : por así dec irlo . se cues­tiona también el valor de La náusea sinnecesidad de refer irlo al niño muerto dehambre. Vargas Llosa evidencia un su­puesto tác ito de Iq literatura sartreana :el elemento deliberadamente raciona lQue obsesivamente responde a las exi­gencias de una lit eratura comprometi­da. Acaso pueda discutirse con éxitoQue la valo ración final de Vargas Llosasobre la obra literaria de Sartre . valora­ción que le niega originalidad y alta ca­lidad. constituya una cierta exageración-producto tal vez de los efectos de unadecepc ión súbita y muy profunda - .pero un escritor. como él..para qu ien eldiscurso literar io no es sólo un tej ido deideas. sino también 'una cierta dos is desinrazón. intu ición. obses ión, locura yfantasía '. definitivamente no puedeaprobar la act itud que Sartre asumíacuando " citaba los versos como si tue­ran prosa. es decir . únicamente por losconceptos racionales que expresaban"(p. 1181. Por últ imo . para 'acabar deuna vez con Sartre '. qu izás habría queapuntar el juicio de Vargas Llosa sobreel enciclopédico ensayo El id iota de lafamilia Que Sart re dedicó al estud io deFlaubert; su opinión es que " a los dosmeses de lectu ra Que exige el ensayouno queda con la sensación de una 9i-

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Luis Ignacio Helguera

¿ Luis Bullue/: MI ú mo ro. Plau y Ja-" ••. Barcelonll, 1982.261 pp.

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De este modo. Vargas Llosa se ape­ga. solidar iamente . a una forma 'huma­nista ' de vida que, por encima de 'la'ideología. confiere al hombre el dere­cho de proclamar la dign idad y la au­tent icidad que le son esenciales a sunatura leza. Entre ideal - pero idealafincado. claro está. en la realidad quese vive- y conformismo a la realidad.Vargas Llosa opt a por el ideal. EntreSart re y Carnus. Vargas Llosa no borradel todo a Sartr e. pero se queda conCamus.

donar la empresa de reseñar este li­bro - . apoyadas casi siem pre en el pre­jui cio de menospreciar la pecul iar sen­cillez de la prosa de Camus. a un exa­men rico y fecundo - de lo mejor del li­bro. creo- que al fin reconoce implíci­tamente la posib il idad. de algún modopresente en todo el pensam iento de Ca­mus. de filosofar con la belleza . El per­fumado impresionismo - visto muybien por Vargas L1osa- que ema na esaprosa camus iana, tan poética. hecha de"frases generalmente cortas. (. .. ) conla perfección de una piedra prec iosa"(p. 871. entraña en primer luga r una filo­sofía de lo sencillo y de lo natural. La re­lectu ra de las obras de Camus. a la quese vio orillado Vargas Llosa por su ro­tunda decepción de Sartre. le descubríacon nueva luz ese cierto ateísmo que" no es mate rial ista . sino . más bien . unaespecie de religión pagana (. .. ) una sa­cralización de la natu raleza" (pp . 81 ­82 1. esa moral de los límites que conc i­liando el arte y la vida, las ideas y la be­lleza, of rece una visión templada y hu­manista de la vida,

El cl ima de tolerancia que nuncapierde de vista la rebelión contra lossistemas total itarios. se funda en laconvicc ión de que son los medios losque justif ican los fines , y no al revéscomo pensaba Maquiave lo. y con él. sinduda, muchos ot ros ; si el f in al que tien ­de el hombre es la felicidad, como pen­só Aristóteles. entonces son los mediospara llegar a esa felicidad los que espreciso revalorar y. de ser neces ario.rect if icar.

Volv iendo brevemente al asunto delcompromiso político e ideológico delescritor con su sociedad , Vargas Llosacomparte también la idea de Camu s deque el creador debe defender a su modola libertad humana:puesesto "es no tan­to un deber moral como una necesidadfísica" (p. 106); para ser art ista , sencilla­mente, es prec iso antes ser libre .

Sobre la concepción de la vida engeneral que Camus propone, VargasLlosa escribe : " Esta 'utopía relativa'¿resulta a simp le vista demas iado re­mota ? Tal vez sí. pero ello no la hacemenos deseable, y sí más digna queotros modelos de acción contemporá­nea. Que éstos tr iunfen más rápido noes una garantía de su superior idad , por­que la verdad de una empresa humanano puede medirse por razones de efica­cia" (p. 103).

gantesca tarea que no llega jamás acumplir el design io anunciado en el pró­logo : exp licar las raícesy lanaturaleza dela vocación de Flaubert (.. .)para most rarqué se puede saber . hoy. de un hombre(.. .}, Libro extraordinariamente desi­gual. alternan en él análisis agudos yhallazgos luminosos con contrad iccio­nes flagrantes (. . .) Hay repeticiones de­sesperantes y se tiene a ratos la sensa­ción, girando en esa prosa que reitera.vuelve, desanda . trajina cien veces lamisma idea. que Sartre ha caído prisio­nero de su propia telaraña (.. .). El escri­tor se ha puesto a escrib ir con tanta fu­r ia , ha desarrollado con tanto pormenory consideraciones advent icias los prole­gómenos, que ha perdido la perspect ivadel conjunto. y de pronto descubre queel trabajo ha tomado tales proporcionesque ya no tendrá t iempo -ni. sin duda.ganas- de llevar a térm ino la empresa.El resul tado es un bebé monstruo. ungigante niño. un producto frustrado ygenial. Eso se llama, desde luego. caercon todos los honores. ser derrotadopor exceso de audacia : sólo ruedanhondo los que han t repado alto " (pp.73-77). En la cita anterior ya es posibleentrever que no todo para Vargas Llosaes negro en el genio del que fue, segúnél , el 'último mandarín'. y una confesiónf inal. no sin su dejo de nostalgia. locomprueba : " Yo sé que mi vida hubierasido peor sin los libros que escribió Sar-tre" . (p. 134) ,

Con la imagen de Camus que se des­prende del libro sucede lo cont rario quecon la de Sartre en el sentido de uncambio radical de la imagen. La de Ca­mus se nos presenta primero confusa.irreconocible casi. y después un hermo­so estudio. Albert Camus y la moral delos límites -que desde su aparición en1976 en México se ha convert ido paralos estud iosos de Camus en un textoclásico de consulta- disipa todas lasnieblas y nos ofrece una visión clara yf ie l de Camus. Efect ivamente. VargasLlosa pasa de las consideraciones in­sostenib les de sus ensayos iniciales-afirmaciones como que Camus no era

'sino un " delicado poeta puro" (p. 20)de " pensami ento vago y superficial" (p.17) Y que La caída no era sino un " ejer­cicio de est ilo sin vuelo" (p. 60), que deno ser por la prop ia recti ficación de Var­gas Llosa páginas adelante me habríanpuesto en la penosa circunstancia debuscar refutarlas o bien en la de aban-

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