1
DEL 15 AL 31 DE OCTUBRE DE 2014 • GUADALAJARA, JALISCO 20 Romper paradigmas es cuestión de principios CONGRESO GOBIERNO PARTIDOS CANDIDATOS EMPRESARIOS CAMPUS SOCIALES Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías. Son aves que no se asus- tan de animal ni policía, Y no les asustan las balas ni el ladrar de la jauría… Violeta Parra Como muchas veces ha pasado en este país, una vez más todos estamos en deuda con los estudiantes. Lo estamos en dos senti- dos. El primero, porque nos han dado un ejemplo al defender con valentía las instituciones nacionales de cualquier intento por enajenarlas o adelgazarlas a gusto y conveniencia de intereses económicos o modas tecnocráticas. Los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional se movilizaron en contra de la depauperación de los contenidos académicos en los planes de estudio de algunas carreras de licencia- tura, y para dar marcha atrás a la modificación unilateral de su reglamento por parte de las autoridades sin tomar en cuenta la opinión de su comunidad académica y estudiantil. Lograron lo que ningún movimiento estudiantil ha logra- do antes: sacar al secretario de gober- nación de su cómoda oficina en Bucareli para encabezar un diálogo abierto con la comunidad politéc- nica (una comunidad de excelencia como lo reconoce el propio secretario de educa- ción, Emilio Chuayffet) y atender sus justas y sentidas demandas. Por supuesto que es de reconocerse la actitud y disposición del secre- tario Osorio Chong, y aunque hay muchos que dicen que ése es su trabajo, siempre será mejor y se agra- dece que exista oficio político y sensibilidad y se apueste por el diálogo, en lugar de la ineptitud, la apatía y la represión. Ahora los politéc- nicos deberán actuar con cautela e inteli- gencia para concretar una victoria política y emprender la refor- ma académica de su valiosa casa de estu- dios. Ojalá no se enreden en una retórica de reclamo perpe- tuo y desagra- vio incumplido trayendo a la mesa temas que van más allá de los que competen a la institución educativa que valientemente han defendido. Que recuerden que con el IPN cerrado quienes más pierden son las comunidades de estu- diantes y profesores. La lucha debe conti- nuar por otros medios y canales para ganar mayor peso. En otro escenario, estamos en deuda con los estudiantes en un tono trá- gico y muy doloroso porque los hemos dejado solos y junto con ellos a todos los jóvenes del país. Nuestros jóvenes, como nunca están sometidos a embates en todos los fren- tes: educativo, laboral, re- creativo… son vulnerables porque gobierno y sociedad no hemos sido capaces de brindarles oportu- nidades para un desarrollo integral y armónico, ni siquiera podemos ofrecerles condiciones míni- mas de seguridad para su libre tránsito por el país. La des- aparición y asesina- to de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa en Guerrero es una ignominia de proporciones escandalo- sas. De confirmarse que los cuerpos encontrados en las fosas corresponden a estos jóvenes estudiantes mexi- canos, la imaginación no nos alcanza para entender el horror que vivieron ni la brutalidad con que fueron asesinados. ¿Qué nos pasa como país? ¿Qué les pasa a las autoridades que lejos de proteger a nuestros jóvenes son cómplices de su extermi- nio? Estamos retrocediendo y perdiendo el sentido de lo humano. Estamos muy mal y las cosas deben cambiar ya. Parece que ser joven en este país es un crimen. Un crimen que se paga con la vida. Un crimen imperdo- nable si a la juventud se suman condiciones adver- sas de desarrollo y un poco de sentido de la indignación ante el mal estado de las cosas. ¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes de la amal- gama gobierno-sociedad si en los últimos 20 años el empeño más grande de esta dupla de corrupción y pasividad ha sido escamo- tear el futuro y la viabilidad misma del país? ¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si cientos de miles son rechazados cada año para estudiar en las pocas escuelas de educación superior con un nivel académico aceptable debido a la deficiente pre- paración que reciben en los grados previos y a la poca disponibilidad de espacios en las universidades? ¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si inclu- so aquellos que logran ingresar a la universidad, luego de años de estudio y la obtención de un grado académico, no pueden obtener un empleo digno y bien remunerado, como lo señala la Organización para la Cooperación y el Desa- rrollo Económico en su más reciente reporte sobre el panorama de la educación en México? ¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si al salir a tomar las calles para mani- festar su indignación o para festejar su alegría, los acecha la muerte de mano de la de- lincuencia organizada con la complicidad abominable de los cuerpos de seguridad y sus mandos políticos infil- trados y corrompidos por el narco? Qué pueden esperar nuestros jóvenes… Creo que no mucho, si los no tan jóvenes no despertamos de este letargo de indiferencia y apatía… Lo menos que pueden esperar de nosotros: sus padres, sus maestros, sus autoridades, es que actue- mos enérgicamente para cambiar las cosas de raíz. Por su ejemplo y su va- lentía, por su sacrificio y su integridad estamos en deu- da con nuestros estudiantes y nuestros jóvenes. Por ello que ¡Vivan los estudiantes! Deseo terminar mi colaboración enviando un abrazo afectuoso y toda mi solidaridad al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y al doctor Adolfo Gilly, dos mexicanos de gran estatura moral cuyas trayectorias son ejemplo de congruencia y compromiso con las causas de los más desfavorecidos. Me conmovió el gesto del ingeniero Cárdenas luego del descalabro infringido al doctor Gilly por los pro- vocadores, éste toma un pañuelo e intenta ayudar a su amigo en medio de la trifulca y toda la presión recibida. Reciban desde Jalisco toda mi admiración y simpatía. RAÚL VARGAS LÓPEZ ¡Vivan los estudiantes! SÍGUELO EN Las marchas dan muestra del repudio a la violencia.

¡Vivan los estudiantes!

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Artículo en el Semanal El Respetable. ¡Vivan los estudiantes!

Citation preview

DEL 15 AL 31 DE OCTUBRE DE 2014 • GUADALAJARA, JALISCO

20 Romper paradigmas es cuestión de principios

C O N G R E S O G O B I E R N O P A R T I D O S C A N D I D A T O S E M P R E S A R I O S C A M P U S S O C I A L E S

Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías.

Son aves que no se asus-tan de animal ni policía,

Y no les asustan las balas ni el ladrar de la jauría…

Violeta Parra

Como muchas veces ha pasado en este país, una vez más todos estamos en deuda con los estudiantes. Lo estamos en dos senti-dos. El primero, porque nos han dado un ejemplo al defender con valentía las instituciones nacionales de cualquier intento por enajenarlas o adelgazarlas a gusto y conveniencia de intereses económicos o modas tecnocráticas. Los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional se movilizaron en contra de la depauperación de los contenidos académicos en los planes de estudio de algunas carreras de licencia-tura, y para dar marcha atrás a la modificación unilateral de su reglamento por parte de las autoridades sin tomar en cuenta la opinión de su comunidad académica y estudiantil.

Lograron lo que ningún movimiento estudiantil ha logra-do antes: sacar al secretario de gober-nación de su cómoda oficina en Bucareli para encabezar un diálogo abierto con la comunidad politéc-nica (una comunidad de excelencia como lo reconoce el propio secretario de educa-ción, Emilio Chuayffet) y atender sus justas y sentidas demandas. Por supuesto que es de reconocerse la actitud y disposición del secre-tario Osorio Chong, y aunque hay muchos que dicen que ése es su trabajo, siempre será mejor y se agra-

dece que exista oficio político y sensibilidad y se apueste por el diálogo, en lugar de la ineptitud, la apatía y la represión.

Ahora los politéc-nicos deberán actuar con cautela e inteli-gencia para concretar una victoria política y emprender la refor-ma académica de su valiosa casa de estu-dios. Ojalá no se enreden en una retórica de reclamo perpe-tuo y desagra-vio incumplido trayendo a la mesa temas que van más allá de los que competen a la institución educativa que valientemente han defendido. Que recuerden que con el IPN cerrado quienes más pierden son las comunidades de estu-diantes y profesores. La lucha debe conti-nuar por otros medios y canales para ganar mayor peso.

En otro escenario, estamos en deuda con los estudiantes en un tono trá-gico y muy doloroso porque los hemos dejado solos y junto con ellos a todos los jóvenes del país.

Nuestros jóvenes, como nunca están sometidos a embates en todos los fren-tes: educativo, laboral, re-creativo… son vulnerables porque gobierno y sociedad no hemos sido capaces

de brindarles oportu-nidades para un desarrollo integral y armónico, ni siquiera podemos ofrecerles condiciones míni-mas de seguridad para su libre tránsito por el país. La des-aparición y asesina-

to de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa en Guerrero es una ignominia de proporciones escandalo-sas. De confirmarse que los cuerpos encontrados en las fosas corresponden a estos jóvenes estudiantes mexi-canos, la imaginación no nos alcanza para entender el horror que vivieron ni la brutalidad con que fueron asesinados. ¿Qué nos pasa como país? ¿Qué les pasa a las autoridades que lejos de

proteger a nuestros jóvenes son cómplices de su extermi-nio? Estamos retrocediendo y perdiendo el sentido de lo humano. Estamos muy mal y las cosas deben cambiar ya.

Parece que ser joven en este país es un crimen. Un crimen que se paga con la vida. Un crimen imperdo-nable si a la juventud se suman condiciones adver-sas de desarrollo y un poco de sentido de la indignación ante el mal estado de las cosas. ¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes de la amal-gama gobierno-sociedad si en los últimos 20 años el empeño más grande de esta dupla de corrupción y pasividad ha sido escamo-tear el futuro y la viabilidad misma del país?

¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si cientos de miles son rechazados cada año para estudiar en las pocas escuelas de educación superior con un nivel académico aceptable debido a la deficiente pre-paración que reciben en los grados previos y a la poca disponibilidad de espacios en las universidades?

¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si inclu-so aquellos que logran

ingresar a la universidad, luego de años de estudio y la obtención de un grado académico, no pueden obtener un empleo digno y bien remunerado, como lo señala la Organización para la Cooperación y el Desa-rrollo Económico en su más reciente reporte sobre el panorama de la educación en México?

¿Qué pueden esperar nuestros jóvenes si al salir a tomar las calles para mani-festar su indignación o para festejar su alegría, los acecha la muerte de mano de la de-lincuencia organizada con la complicidad abominable de los cuerpos de seguridad y sus mandos políticos infil-trados y corrompidos por el narco?

Qué pueden esperar nuestros jóvenes… Creo que no mucho, si los no tan jóvenes no despertamos de este letargo de indiferencia y apatía… Lo menos que pueden esperar de nosotros: sus padres, sus maestros, sus autoridades, es que actue-mos enérgicamente para cambiar las cosas de raíz.

Por su ejemplo y su va-lentía, por su sacrificio y su integridad estamos en deu-da con nuestros estudiantes y nuestros jóvenes. Por ello que ¡Vivan los estudiantes!

Deseo terminar mi colaboración enviando un abrazo afectuoso y toda mi solidaridad al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y al doctor Adolfo Gilly, dos mexicanos de gran estatura moral cuyas trayectorias son ejemplo de congruencia y compromiso con las causas de los más desfavorecidos. Me conmovió el gesto del ingeniero Cárdenas luego del descalabro infringido al doctor Gilly por los pro-vocadores, éste toma un pañuelo e intenta ayudar a su amigo en medio de la trifulca y toda la presión recibida. Reciban desde Jalisco toda mi admiración y simpatía.

RAÚLVARGAS LÓPEZ

¡Vivan los estudiantes!

SÍGUELO EN

Las marchas dan muestra del repudio a la violencia.