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Por Mario Alberto Chávez Rodríguez alvador Villanueva Medina, mexicano de origen, vivió una experiencia que, como a tantos otros contactados, no sólo modificó y hasta perjudicó su vida, sino también la de sus familiares. La historia de su experiencia apareció en un volumen edita- do en 1968, por Editorial Orión; el libro titulado,,Estuve en el Planeta Venus" se tradujo a varios idiomas, entre ellos el alemán y el turco, cosa inusitada para un Iibro en.aquellos años, sobre todo porque abordaba un tema demasiado con- fuso para la época:el de los Objetos Voladores no ldentifi- cados. Su experiencia se inició en el año de I953, mientras cubría un turno en un auto de alquiler. Por esos días unos norteamericanos a los que había llevado a conocer algunos sitios de la Ciudad de México le pidieron que les recomendara un chofer para que los Ilevara a la fron- tera. El Sr. Villanueva dice en el libro: "Contra mi costumbre, me interesó el trabajo y me puse a su servicio, saliendo dos días después. El auto era un magnífico Buick modelo 52 que avanzaba con facilidad. A la pareja de norteamericanos le urgía llegar y nos turnába- mos para conducir el vehÍculo, §tJ. ENCtJ,E[iTTRC. CON U.N [*UMANO}E}E levábamos recorridos menos de 500 kilómetros (484 para ser exactos) cuando se produjo un ruido en Ia transmisión del vehículo. Temeroso de causar un desperfecto, detuve la marcha del coche. Mis acompañantes decidieron regresar en busca de una grúa, ya que en plena carretera y sin herramientas, resulta- ba imposible hacer alguna reparación. Cuando mis improvisados patrones se alejaron, saqué el gato (herramienta utilizada en México para levantar el auto y cambiar la llanta), con objeto de investigar de dón- de provenía el ruido. Lo coloqué levantando una rueda y eché a andar el motor, conectado a la transmisión y me deslicé por debajo para escuchar con mayor claridad. 7@ Estando en esa posición oí que alguien se acercaba, pues se escuchaban pasos en la arenilla que se acumula a la orilla de la carretera. Alarmado, ya que cuando se fueron mis patro- nes/ yo me encontraba completamente solo y aquel lugar era despoblado, traté de salir rápidamente. No bien acabé de hacerlo cuando oí una voz, L¡na voz extra- ña que me habló en perfecto español, preguntándome qué le pasaba al coche. No contesté, sino que acabé de salir, quedando sentado y recargado en la carrocería.

Venus - Yo Estuve en El Planeta Venus R-080 Nº029 - Reporte Ovni

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Page 1: Venus - Yo Estuve en El Planeta Venus R-080 Nº029 - Reporte Ovni

Por Mario Alberto Chávez Rodríguez

alvador Villanueva Medina, mexicano de origen,vivió una experiencia que, como a tantos otroscontactados, no sólo modificó y hasta perjudicó suvida, sino también la de sus familiares.

La historia de su experiencia apareció en un volumen edita-do en 1968, por Editorial Orión; el libro titulado,,Estuve enel Planeta Venus" se tradujo a varios idiomas, entre ellos elalemán y el turco, cosa inusitada para un Iibro en.aquellosaños, sobre todo porque abordaba un tema demasiado con-fuso para la época:el de los Objetos Voladores no ldentifi-cados.Su experiencia se inició en el año de I953, mientras cubríaun turno en un auto de alquiler.Por esos días unos norteamericanos a los que había llevadoa conocer algunos sitios de la Ciudad de México le pidieronque les recomendara un chofer para que los Ilevara a la fron-tera.El Sr. Villanueva dice en el libro:"Contra mi costumbre, me interesó el trabajo y me puse a suservicio, saliendo dos días después.El auto era un magnífico Buick modelo 52 que avanzabacon facilidad.A la pareja de norteamericanos le urgía llegar y nos turnába-mos para conducir el vehÍculo,

§tJ. ENCtJ,E[iTTRC. CON U.N

[*UMANO}E}E

levábamos recorridos menos de 500 kilómetros(484 para ser exactos) cuando se produjo un ruidoen Ia transmisión del vehículo. Temeroso de causarun desperfecto, detuve la marcha del coche.

Mis acompañantes decidieron regresar en busca de unagrúa, ya que en plena carretera y sin herramientas, resulta-ba imposible hacer alguna reparación.Cuando mis improvisados patrones se alejaron, saqué elgato (herramienta utilizada en México para levantar elauto y cambiar la llanta), con objeto de investigar de dón-de provenía el ruido.Lo coloqué levantando una rueda y eché a andar elmotor, conectado a la transmisión y me deslicé pordebajo para escuchar con mayor claridad.

7@

Estando en esa posición oí que alguien se acercaba, pues seescuchaban pasos en la arenilla que se acumula a la orilla dela carretera. Alarmado, ya que cuando se fueron mis patro-nes/ yo me encontraba completamente solo y aquel lugar eradespoblado, traté de salir rápidamente.No bien acabé de hacerlo cuando oí una voz, L¡na voz extra-ña que me habló en perfecto español, preguntándome qué lepasaba al coche.No contesté, sino que acabé de salir, quedando sentado yrecargado en la carrocería.

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enía frente a mí a un hombre extrañamente vestido,como de 1 .20 metros de estatura,

Se cubría con un uniforme hecho de material pare-

cido a la pana o un tejido de lana.

No16nía más parte visible que la cabeza y la cara, cuyo

cabello, que resultaba sorprendentemente ondulado, le

caía un poco más abajo de los hombros y por detrás de las

orejas.Estas, las cejas, la narizy la broca, formaban un conjunto

maravilloso que completaban un par de ojos de color ver-

de brillante, que recordaban los de una fiera.

TLEYABA UN CINTURONGRUE§O BEDONDEADO EN §U§

BORDE§, LLENO DE

PEOUEÑI§IMA§PERFORACIONE§ Y SIIt{ UNION

APANENTE.Y HABLAMO§ DE YENU§

enía un casco parecido a los que se usan para

jugar futbol americano, un poco deformado en

la parte trasera. A la altura de la nuca, en dicho cas-

co había un abultamiento del tamaño de una caieti-

lla de cigarros, cubierta a su vez con perforaciones desvane-

cidas en sus bordes,A la altura de las orejas, se veían dos agujeros redondos

como de un centímetro de diámetro, de los que salían gran

cantidad de alambritos del§ados y temblorosos, que, apla-

nados sobre el dorso del casco, formaban una circunferen-

cia como de tres pulgadas y media' Estos alambritos y la pro-

tuberancia eran de color azul, igual que el cinturón y una

cinta, al parecer metálica, remataba en el cuello dbl unifor-

me. Este y el resto del casco eran de color gris opaco'

El hombre se llevó la mano derecha a la boca para pregun-

tarme si yo hablaba, Me resulté alucinante el sonido sonoro

musical de su voz, salido de una boca perfecta que enmar-

caba dos hileras de pequeños y blanquísimos dientecillos'

Haciendo un esfuerzo me incorporé dándome un poco de

valor al notar mi superioridad física. El individuo me anima-

ba esbozando una sonrisa llena de dulzura; pero yo no salía

aún de la rara impresión que me produjo la súbita aparición

de aquel tipo tan singular' Como no me sintiera obligado a

contestar, le pregunté a mi vez si era aviador'

Haciendo derroche de amabilidad me contestó que sí lo era,

que su avión, como nosotros le llamábamos, estaba a poca

distancia.Reconfortado con su respuesta, se me ocurrió invitarlo a

subir al coche, Hacía un airecillo frío, bastante desagrada-

ble, que aumentaba de cuando en cuando, al pasar algún

vehículo a gran velocidad. La oscuridad nos empezaba a

cubrir y el hombre, en vez de aceptar o de agradecer la invi-

tación, procedió a acomodarse el casco cuidadosamente,

dejándose oír un ruido muy parecido al que produce un

auiomóvil en marcha a gran velocidad. En las perforaciones

del cinturón comenzó a prender y apagar con profusión

diversas Iuces, que aumentaban en intensidad'

El hombre alzó el brazo derecho como despidiéndose' Se

acercó a un montículo de tierra, Io alcanzó con agilidad y

saltó al bosque que bordea la carretera.

Pasado un momento me subí al mismo y traté de buscarlo,

localizando a cierta distancia la franja luminosa de su cintu-

rón que semejaba un Srupo numeroso de Iuciérnagas' Allí

estuve hasta perderlo de vista en Ia oscuridad del bosque'

Regresé al coche, quité el gato y, por consejo de unos moto-

ciclistas vigilantes de caminos que pasaban, lo saqué del

asfalto, acercándolo al borde en que estaba parado'

T\

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mbrosque.

e acurruqué en el asiento cavilando sobre aquelextraño ser y pensé que quizá fuera en verdadalgún aviador que había sufrido un accidente opercance y tuviera el avión destrozado en el

Por fin me venció el sueño. Debió haber pasado bastantetiempo, pues estaba profundamente dormido cuando fuertesgolpes dados en el vidrio de la puerta delantera derecha, medespertaron. Como a primera vista descubrí a dos personasfuera del coche imaginé que fueran los dueños del mismoque regresaban. Sin pensarlo, abrí la puerta, y mi sorpresafue mayúscula al encontrar que era mi "conocido", ahora encompañía de otro índividuo con su mismo aspecto y forradode igual manera. Sin darme cuenta, los invité a subir, cosa

que aceptaron de inmed¡ato. Fue así cuando, por primeravez, sentí Ia extraña sensación'de que aquellos seres eranalgo superior a mí. Como si fuera una premeditada adverten-cia, al estirar el brazo derecho sobre ellos tratando de ayu-darlos a cerrar la portezuela, sentí un dolor agudo como elque produce un golpe repentino dado en un codo, seguiclode un entumecimiento que me paralizó momentáneamenteel brazo. Fue tan fuerte la impresión que, instintivamente, meapreté hacia el lado izquierdo, poniendo espacio de pormedio.Un momento después se dejó sentir un calorcillo emanadode sus cuerpos o de sus.uniforrnes, que por cierto resultabaagradable, ya que en esa época la temperatura en la regiónes fresca.Así la experiencia de Salvador Villanueva apenas se iniciaba.En ese momento no imaginó la repercusión que tendríahaber vivido esa experiencia.(Continuará.)

AffiWMEAffiEL fi?fiGON DE 6VI61{O

BASE DE LA OTANEN AYIANO, NORESTE DE ITATIA1 DE JUTIO 1977

En las pr¡meras horas del I de julio de 1977 un sotdado norteamer¡cano v¡ouna Iuz brillante sobrevolando el lugar donde se hallaban dos aviones milita-re§; esto fue confirmado por otras personas de la hase. El objeto fue descritocomo de unos 6 m de diámetro, con una cúpula en la parte $uper¡or, y conluces que cambiaban del verde al rojo.Durante eltiempo que el ohjeto permaneció sobre la base se produjo un apa-gón total. esto fue confirmado por un testigo independiente que v¡vía cercadel lugar y que también perc¡b¡ó una'rmasa de luz" sobre ta base.Poco tiempo después de que el objeto de perdiera en las montañas, la luzvolvió a la base.La explicación oficial del encuentro fue que sólo se trataba del refleiop de laluna sobre las nubes bajas.

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¿Se manifestaron los OVNIS en todas la guerras? Tal vez sí, pero se desconoce la magni-

tud de los avistamientos debido a la escasa capacidad de difusión que se tenía entonces,

pero los Objetos Voladores detectados en lrán repercutieron -a manera de protesta- en

Naciones Unidas.Nuevas manifestaciones de OVNIS se registran ahora en Querétaro donde se han filmo-grabado fenómenos de luces que se subdividen, hasta en siete formas Iumínicas... ¿Quénuevos aspectos mostrarán en el futuro? ¿Se trata acaso de seres deluz, como los que se

veían en Ia antigüedad?Y ¿también entonces nos rodeaban entidades invisibles que sólo hoy han podido captar-

se a través de cintas de videocámaras y de rollos fotográficos?

¿Vienen del planeta Venus como le dijeron al contacto mexicano Salvador VillanuevaMedina?Antes los OVNIS sólo se veían cruzar el cielo y hoy... persiguen a toda una familia que

viaja en automóvily Io hacen por un trayecto de quince kilómetros... ¿Se está gestando

un encuentro masivo? Y a todo esto ¿Qué sucedió con la aldea esquimal que desapare-

ció en 1930 sin dejar rastro, como si hubiese sido abducida desde arriba? ¿Acaso con-vencieron a todos sus habitantes de que en otros mundos la vida es mejor?, o ¿se los lle-

varon con fines aún no bien definidos?Las luces con señales lumínicas se comunican... según han entendido algunos, pero en

realidad, ¿es correcto hacer señales a las naves con lámparas de mano?

Un mayor militar relata su experiencia durante una campaña contra enervantes en

Michoacán y por primera vez, se conocen casos como éste en nuestro país,

¿Quiénes son los que dirigen estas naves?

¿Vienen de otros mundos, son nuestros descendientes que vienen del futuro o son pue-

blos que, como los mayas, partieron alguna vezy en esta época vuelven?

Albert Einstein dijo algun avez:"Los platillos voladores exist€r, y el pueblo que los posee es un pueblo de seres huma-

nos que partieron de la Tierra hace 20,000 años."

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