17
1 VATICANO II: ALGUNAS OBSERVACIONES RETROSPECTIVAS Mathijs Lamberigts Universidad Católica de Lovaina 1. Introducción Entre el año 2012 y 2015 en muchos lugares se ha celebrado el 50° aniversario del Concilio Vaticano II y sus textos. En este periodo además, se evalúan sus resultados. Esto se realiza en base a interpretaciones que pueden ser tan distintas una de otra, que pareciéramos asistir a una "batalla por el sentido" 1 . Esto se lleva a cabo por muchas personas que, salvo algunas excepciones importantes, no estuvieron presentes en el Concilio 2 . En otras palabras, el Concilio Vaticano II es, para la mayoría de quienes lo conmemoran, un acontecimiento del pasado. Por supuesto que una gran cantidad de documentos oficiales, como las Acta Synodalia han sido ya publicados. Muchos diarios y otros documentos personales de los participantes del Concilio se encuentran disponibles para su investigación. Estos pueden ayudar tanto a las generaciones actuales como a las futuras generaciones a reflexionar sobre el evento conciliar, sobre sus objetivos, su desarrollo y sus resultados 3 . Sin embargo, sigue siendo un privilegio, desafío y deber de los historiadores y teólogos de cada generación el continuar reflexionando sobre el Concilio 4 . Siempre es posible cuestionar los "méritos" del Concilio y de hecho, inmediatamente después de su realización, muchos obispos y también teólogos, tanto conservadores como progresistas, se sintieron decepcionados por sus resultados 5 . Incluso se podría llegar a sugerir que el Concilio Vaticano II fue un intento de dar respuesta a los problemas, desafíos y dificultades que se plantearon durante el periodo pre-conciliar 6 - en muchos sentidos, el Concilio Vaticano II fue también la coronación de una serie de movimientos en curso durante la primera mitad del siglo XX 7 -, pero que ya no tienen relevancia para las personas hoy. Incluso en un caso como este - 1 Cf. M. Faggioli, Vatican II. The Battle for Meaning, Mahwah, New Jersey, 2012. 2 In this regard, most people think of pope Benedict, who, first as private peritus of cardinal Frings, then as official peritus participated in the four sessions of the Council. On Ratzinger’s activities as peritus, see J. Wicks, Six Texts by Prof. Joseph Ratzinger as Peritus before and during Vatican Council II, in Gregorianum 89 (2008) 233-311. 3 See the useful survey of M. Faggioli-G. Turbanti (eds.), Il concilio inedito. Fonti del Vaticano II (Fonti e strumenti di ricerca, 1), Bologna, 2001. 4 See the pertinent remarks of G. Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of Vatican II, pp. 1-2. 5 Cf. A. Melloni, Petit guide pour évaluer Vatican II, in A. Melloni-G. Ruggieri (dirs.), Qui a peur de Vatican II, Brussels, 2010, pp. 122-124. 6 When John XXIII stressed the need for an aggiornamento, he made clear that there was a problem. In his opening speech at the Council, Gaudet Mater Ecclesia, he criticized the prophets of doom, advocated for the use of a language people of today could understand, and stressed the importance of ecumenism; see M. Lamberigts-L. Declerck, Gaudet Mater Ecclesia. Johannes XXIII’s openingsrede op het Tweede Vaticaans Concilie , in Collationes 4 (2012) 363-379 (with further literature). Members of the so-called Nouvelle théologie emphasized the need for a ressourcement, a theology that had to go back to its sources, thus suggesting that (some) theologies had lost the contact with them; cf. J. Mettepenningen, Nouvelle Théologie. New Theology. Inheritor of Modernism, Precursor of Vatican II, London-New York, 2010. 7 See, e.g., G. Routhier, Ph. J. Roy & K. Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et renouveau. La réception des mouvements préconciliaires à Vatican II (BRHE, 95), Louvain-la-Neuve-Leuven, 2011.

VATICANO II: ALGUNAS OBSERVACIONES …teologia.uc.cl/images/Documentos/Vaticano_II_Observaciones... · respresentar una invitación a volver a los documentos con el fin de releerlos

Embed Size (px)

Citation preview

1

VATICANO II: ALGUNAS OBSERVACIONES RETROSPECTIVAS

Mathijs Lamberigts

Universidad Católica de Lovaina

1. Introducción

Entre el año 2012 y 2015 en muchos lugares se ha celebrado el 50° aniversario del Concilio

Vaticano II y sus textos. En este periodo además, se evalúan sus resultados. Esto se realiza en

base a interpretaciones que pueden ser tan distintas una de otra, que pareciéramos asistir a una

"batalla por el sentido"1. Esto se lleva a cabo por muchas personas que, salvo algunas

excepciones importantes, no estuvieron presentes en el Concilio2. En otras palabras, el Concilio

Vaticano II es, para la mayoría de quienes lo conmemoran, un acontecimiento del pasado. Por

supuesto que una gran cantidad de documentos oficiales, como las Acta Synodalia han sido ya

publicados. Muchos diarios y otros documentos personales de los participantes del Concilio se

encuentran disponibles para su investigación. Estos pueden ayudar tanto a las generaciones

actuales como a las futuras generaciones a reflexionar sobre el evento conciliar, sobre sus

objetivos, su desarrollo y sus resultados3. Sin embargo, sigue siendo un privilegio, desafío y

deber de los historiadores y teólogos de cada generación el continuar reflexionando sobre el

Concilio4.

Siempre es posible cuestionar los "méritos" del Concilio y de hecho, inmediatamente después

de su realización, muchos obispos y también teólogos, tanto conservadores como progresistas, se

sintieron decepcionados por sus resultados5. Incluso se podría llegar a sugerir que el Concilio

Vaticano II fue un intento de dar respuesta a los problemas, desafíos y dificultades que se

plantearon durante el periodo pre-conciliar6 - en muchos sentidos, el Concilio Vaticano II fue

también la coronación de una serie de movimientos en curso durante la primera mitad del siglo

XX7 -, pero que ya no tienen relevancia para las personas hoy. Incluso en un caso como este -

1 Cf. M. Faggioli, Vatican II. The Battle for Meaning, Mahwah, New Jersey, 2012.

2 In this regard, most people think of pope Benedict, who, first as private peritus of cardinal Frings, then as official

peritus participated in the four sessions of the Council. On Ratzinger’s activities as peritus, see J. Wicks, Six Texts

by Prof. Joseph Ratzinger as Peritus before and during Vatican Council II, in Gregorianum 89 (2008) 233-311. 3 See the useful survey of M. Faggioli-G. Turbanti (eds.), Il concilio inedito. Fonti del Vaticano II (Fonti e strumenti

di ricerca, 1), Bologna, 2001. 4 See the pertinent remarks of G. Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of Vatican II, pp. 1-2.

5 Cf. A. Melloni, Petit guide pour évaluer Vatican II, in A. Melloni-G. Ruggieri (dirs.), Qui a peur de Vatican II,

Brussels, 2010, pp. 122-124. 6 When John XXIII stressed the need for an aggiornamento, he made clear that there was a problem. In his opening

speech at the Council, Gaudet Mater Ecclesia, he criticized the prophets of doom, advocated for the use of a

language people of today could understand, and stressed the importance of ecumenism; see M. Lamberigts-L.

Declerck, Gaudet Mater Ecclesia. Johannes XXIII’s openingsrede op het Tweede Vaticaans Concilie, in Collationes

4 (2012) 363-379 (with further literature). Members of the so-called Nouvelle théologie emphasized the need for a

ressourcement, a theology that had to go back to its sources, thus suggesting that (some) theologies had lost the

contact with them; cf. J. Mettepenningen, Nouvelle Théologie. New Theology. Inheritor of Modernism, Precursor of

Vatican II, London-New York, 2010. 7 See, e.g., G. Routhier, Ph. J. Roy & K. Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et

renouveau. La réception des mouvements préconciliaires à Vatican II (BRHE, 95), Louvain-la-Neuve-Leuven,

2011.

2

quod demonstrandum est8 - uno debe buscar respuestas a preguntas tales como: ¿por qué no

funcionó? ¿Por qué no tuvo éxito en enfrentar los desafios? ¿Se crearon las condiciones

necesarias para poder éxitosamente implementar el Concilio?9

Que las teologías puedan desaparecer, incluso teologías canonizadas como el Tomismo en su

forma neoescolástica, es parcialmente, una consecuencia del Concilio10

. También es una

invitación a ser conscientes de que todos los tipos de teología y de enseñanzas teológicas pueden

desaparecer, dado que aparentemente ya no tienen el poder y la autoridad para diálogar con el

mundo en el que antes funcionaban. Sin duda es fascinante que durante el período de apogeo de

un tipo de Tomismo, eruditos como los Dominicos Chenu y Congar descubrieron a otro Tomás,

al Tomás de la historia11

. Para aquellos que opinan que el Concilio Vaticano II pertenece ya al

pasado y que no tiene importancia para nosotros en la actualidad, este descubrimiento podría

respresentar una invitación a volver a los documentos con el fin de releerlos a la luz del contexto

actual, considerando entonces a la historia como una vitae magistra. Evidentemente, el Concilio

Vaticano II es más que un solo un grupo de textos12

.

El Concilio Vaticano II es también un intento de diálogo dentro de un contexto concreto y

por lo tanto, es un evento13

. Y es un evento que aparentemente se distingue de los 20 concilios

ecuménicos anteriores14

; fue el primer concilio ecuménico que no pronunció anatemas. El

8 At least with regard to Dei Verbum, T. Merrigan, What’s in a Word? Revelation and Tradition in Vatican II and in

Contemporary Theology, in M. Lamberigts-L. Kenis, Vatican II and its Legacy (BETL, 166), Leuven-Dudley, 2002,

pp. 59-82, convincingly argues for the opposite. 9 See, e.g., A. Pieris, Give Vatican II a Chance. Yes to Incessant Renewal. No to Reform of the Reforms. An Appeal

to the Lay, Religious and Clerical Leaders of the Asian Churches, Gonawala-Kelaniya, 2010. 10

With regard to the vehement debate on the role of Thomist philosophy in the university curriculum, see M. Velati,

Completing the Conciliar Agenda, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The Council and

the Transition. The Fourth Period and the End of the Council: September 1965-December 1965, Maryknoll-Leuven,

2006, pp. 204-205. 11

See Y.-M. Congar, La théologie au Concile. Le ‘théologiser’ du Concile, in Situation et tâches présentes de la

théologie (Cogitatio fidei, 27), Paris, 1967, p. 54, quoted in G. Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of

Vatican II, p. 5, n. 8. Cf. also C.T.M. van Vliet, Congar, Yves, in D. Berger-J. Vijgen (Hrsg.), Thomistenlexikon,

Bonn, 2006, 109-111, c. 110: “Congar’s Lehrmeister und späterer Kollege Marie-Dominique Chenu gab sich mit der

Neuscholastik nicht zufrieden und wollte den ursprünglichen Thomas von Aquin durch Hineinstellen in den

historischen Kontext freilegen. Congar ünbernimmt diese historische Methode und wendet sie auf das Studium der

Ekklesiologie an.” Such “rediscoveries” started rather early in the 20th

century, Maurice Blondel being a good

example; cf. M. A. Conway, From Neo-Thomism to St. Thomas, in ETL 83 (2007) 1-22. 12

I do not suggest that the texts as such are not important, but I am convinced that the texts always must be read

within their contexts. Otherwise, I do not see why pope Paul VI ordered to publish as soon as possible the enormous

documentation now available through the Acta synodalia, documentation which is of great help for all who want to

see the developments in the genesis process of these texts. In this regard, the remarks of G. Alberigo, Vatican II et

son heritage, in M. Lamberigts-L. Kenis, Vatican II and its Legacy (BETL, 166), Leuven-Dudley, 2002, pp. 1-24, p.

1 are still valid: “S’attarder à une vision du Concile se limitant à une somme de centaines de pages de décrets –

presque toujours prolixes et quelquefois caducs – empêche d’en saisir la signification bien plus féconde d’impulsion

à la communauté des croyants pour qu’elle accepte une confrontation inquiétante avec la parole de Dieu et le

mystère de l’histoire.” 13

With regard to Vatican II as an event, see M.T. Fattori-A. Melloni (eds.), L’evento et le decisioni. Studi sulle

dinamiche del concilio Vaticano II (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 20), Bologna, 1997. This

might well be a difference with respect to Trent which was quickly reduced to a series of doctrinal statements and

decrees. See the remarks of G. Alberigo, Du concile de Trente au tridentinisme, in Irénikon 54 (1981) 192-220. 14

Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of Vatican II, pp. 10-11.

3

Concilio Vaticano II se caracterizó por una inusual libertad de expresión y de creatividad15

, el

derecho de tomar iniciativas, y la creencia de que las cosas podrían y deberían cambiar.

La tradición ha considerado los Concilios como los lugares donde el Espíritu Santo está presente

y actuando. Para un historiador, es más bien difícil decidir si el Espíritu Santo estuvo realmente

presente en los Concilios, debido a que los métodos histórico-críticos utilizados, por ser

limitados, no son de gran ayuda en este aspecto. Para los teólogos, cuestionar o aceptar los

resultados del Concilio Vaticano II, podría llegar a ser problemático: ¿son las declaraciones

prueba de una familiaridad particular con la actividad del Espíritu Santo o, son más bien prueba

de la arbitrariedad de sus propias declaraciones? Con respecto a esto, se debe decir que el leer los

signos de los tiempos es siempre un ejercicio arduo, desafiante y difícil, pero necesario16

. Es un

ejercicio que debería tener en cuenta la diversidad y las diferencias - tanto a nivel continental

como a nivel de nuevos desarrollos y evaluaciones - de la implementación del Concilio17

.

En varios dossiers durante el concilio, los Padres Conciliares hicieron un llamado a la

tradición a fin de establecer sus ideas pro y en contra de las fuentes de revelación, la actitud

Católica hacia el ecumenismo, la libertad de culto, la actitud de la Iglesia hacia las religiones no

cristianas y cosas del género. En otras palabras, querían que sus textos se situaran en una llínea

histórica. Querían ser fieles herederos de su pasado, incluso en los casos en que se contradicen

entre sí, mostrando qué tan complejas y multifacéticas pueden ser tanto el pasado como las

interpretaciones de fe18

, y qué tan complicado puede ser descubrir la tradición en la rica

diversidad de muchas tradiciones19

. Muchas veces el Concilio Vaticano II apeló a la literatura

patrística20

y San Agustín llegó a ser una autoridad más citada que Santo Tomás de Aquino21

.

15

Although it must be repeatedly emphasized that because of the ecclesiastical hierarchy (cardinals always at the

right to start the interventions) quite a number of interesting interventions only resulted in a written animadversio.

However, many of these remarks were seriously taken into account in the several commissions, but they did not

have an impact on the “atmosphere” as it was created in the general congregations. 16

Several attempts have been made in order to overcome this opposition between appreciation and depreciation; see,

e.g., L. Boeve, Beyond the Modern and Anti-Modern Dilemma, in J. Verstraeten (ed.), Scrutinizing the Signs of the

Times in the Light of the Gospel (BETL, 207), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2007, pp. 151-166. 17

See the inspiring volume of P. Hünermann (Hrsg.), Das Zweite Vatikanische Konzil und die Zeichen der Zeit

Heute, Freiburg im Breisgau, 2006. 18

Today, there is common agreement among scholars that the Council (and thus its reception) are characterized by

debate, dispute and disagreement, although mostly in a context of a search for consensus. For a different position,

see A. Marchetto, Il concilio ecumenico Vaticano II. Contrappunto per la sua storia, Vatican, 2005; ID. Il Concilio

Ecumenico Vaticano II. Per la sua corretta ermeneutica, Città del Vaticano, 2012, for whom there is a principal

unity between Vatican II and the previous Councils, but, in order to maintain this position, he avoids a historico-

critical approach in this matter. It will be evident that precisely that last point has been subject of critique. See,

among others, G. Ruggieri, Réception et interprétations du concile Vatican II. Les raisons d’un débat, in A.

Melloni-G. Ruggieri (dirs.), Qui a peur de Vatican II, Brussel, 2010, pp. 16-18. Ruggieri also clearly shows that the

criteria as promoted by cardinal Ruini during the presentation of Marchetto’s book are practically all present in the

History of Vatican II 19

See the still valid study of Y.-M. Congar, La Tradition et les traditions (2 vols.), Paris, 1960-1963. 20

In this regard, see the impressive study of D. Gianotti, I Padri della Chiesa al Concilio Vaticano II: la teologia

patristica nella Lumen Gentium (Biblioteca di teologia dell’evangelizzazione, 6), Bologna, 2010. 21

See A. Dupont, The Authority of Augustine of Hippo at the Second Vatican Council. A Comparative Analysis of

the Use of Augustine in the Preparatory and the Promulgated Documents, in G. Routhier, Ph. J. Roy & K.

Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et renouveau. La réception des mouvements

préconciliaires à Vatican II (BRHE, 95), Louvain-la-Neuve-Leuven, 2011, pp. 11-48, p. 13: “Augustine is the most

quoted Father at the Council. Of the circa 330 quotes of Patres and Doctores, he was quoted 57 times, while

Thomas Aquinas only 25 times.”

4

Los Concilios son parte de la historia, usan fuentes y argumentos de la historia mientras a la vez

preparan un futuro para esta historia, por ejemplo, para los lectores actuales. De este modo, el

leer los textos es también entrar en diálogo con nuestros antecesores en la fe. Por lo que

sabemos, ningún cristiano "inventó" su fe: la recibimos primero y sobre todo de nuestros

predecesores y la tratamos de entregar a las generaciones posteriores. En otras palabras, como

fieles tenemos que enfrentar y dialogar con la tradición donde estamos parados. Esto también es

cierto respecto de los documentos del Concilio Vaticano II.

2. La "Historicidad" del cristianismo: el caso del Concilio Vaticano II

Uno de los mayores resultados del método histórico-crítico es el hecho de que ha agudizado

la conciencia de los expertos sobre los contextos en los que todos los seres humanos viven y por

los cuales son (parcialmente) determinados. Desde el tiempo de los Bolandistas (en lo que

respecta a la hagiografía) y el oratoriano Richard Simon, "le père de la critique moderne"22

, este

enfoque ha, no sin problemas, llegado a la teología contemporánea23

. Al hacer uso de este

enfoque, la teología constantemente va tomando en serio que los fieles cristianos son nutridos

por y/o confrontados con los propios lugares de fe (Escrituras, Patrística24

, Concilios, la Santa

Sede, comunidades locales, mostrando con su forma de vida como debería o no debería ser la fe

cristiana). Tanto las Escrituras como la Tradición (y su interpretación) están profundamente

influenciadas por los acontecimientos y contextos históricos concretos. De hecho, la

interpretación ya está presente en la Escritura25

, lo que demuestra que el desarrollo/evolución no

se contradicen entre sí. En este sentido, Nicholas Lash se refiere a Bernard Lonergan quien

afirmó que los conceptos tienen fechas y por lo tanto, la doctrina cristiana se caracteriza por la

historicidad26

. En el caso del Concilio Vaticano II y gracias a Pablo VI, estamos en la excelente

posición de que gran parte del material está o debería estar disponible para los investigadores27

.

El historiador de la Iglesia Juan XXIII era bien consciente de esta "historicidad" y

"contextualidad" de la fe cristiana. En su discurso de apertura Gaudet Mater Ecclesia, enfatizó

que la doctrina "debería ser estudiada y expuesta a través de los métodos de investigación y de la

formas literarias del pensamiento moderno". Juan XXIII hizo una clara distinción entre la

22

See L. Courtois-J. Pirotte-E. Louchez, Introduction, in L. Courtois-J.-P. Delville-E. Louchez, Écrire l’histoire du

catholicisme des 19e et 20e siècles. Bilan, tendances récentes et perspectives (1975-2005), Louvain-la-Neuve, 2005,

pp. 17-28, p. 17. 23

Cf. R. Aubert, La théologie catholique au milieu du XXe siècle, Tournai-Paris, 1954; É. Fouilloux, La collection

“Sources chrétiennes”. Éditer les Pères de l’Église au XXe siècle, Paris, 1995. Both studies make clear that the so-

called Nouvelle théologie cannot be separated from the humble, difficult, and time consuming historical research.

Leading figures at the Second Vatican Council such as G. Thils, G. Philips, Y.-M. Congar, K. Rahner were either

theologians with a thorough historical background and knowledge or historians with a thorough theological

background and knowledge. 24

The rediscovery of both the Bible and the rich variety of liturgy went hand in hand; see Aubert, La théologie

catholique au milieu du XXe siècle, p. 38. 25

Needless to say that tradition as such is already present in Scripture itself. Regularly in the New Testament, one

will find a quote from or reference to the Old Testament, either in order to approve, criticize or correct it; see, e.g.

Mt. 4,1-11; 5,17-48. One text from the Old Testament can even be quoted in order to nuance another statement of

the Old Testament; cf. Mt. 19,1-12. 26

See N. Lash, Oracles, Dissent, and Conversation. Reflections on Catholic Teaching, p. 11. 27

It remains a pity that the personal papers of John XXIII (with the exception of what has been made available by

his secretary, Capovilla) and Paul VI with regard to Vatican II are not yet open for research.

5

substancia de la doctrina y la manera en que esta doctrina es formulada: "La substancia de la

antigua doctrina del depósito de la fe es una cosa, y la forma en que se presenta es otra"28

. De

este modo, consideraó que la manera en que la doctrina es presentada constitye un reto

importante para lo que fue el Vaticano II, como un concilio pastoral. "La forma en que es

presentada" perteneció al programa de aggiornamento tanto del Papa como del Concilio29

,

aunque el Papa no diera directrices concretas sobre como esto debiera ser hecho. El desarrollo de

estas directrices fue la tarea de los Padres Conciliares. El Papa sólo ofreció un marco más amplio

en el que el aggiornamento, un concepto muy querido para Roncalli30

, debería ser puesto en

práctica.

El discurso inagural del Papa es un buen ejemplo del tema de la "contextualidad". Hay

diferencias entre el texto en italiano y la versión "oficial" en Latin31

. El hecho de que el Papa

mismo se refiriera más tarde al texto italiano, debería ser un argumento para elegir este texto

como la expresión auténtica de sus ideas32

. Pero a la vez, el texto en Latin es el texto "oficial",

aun cuando se debilitan las intenciones y las intuiciones de Juan XXIII. Para complicar aún más

las cosas, recordemos que los textos conciliares se pueden referir a la versión del discurso del

Papa en italiano (Unitatis Redintegratio 6,1) o en latin (Gaudium et Spes 62,2) lo que deja en

claro que una lectura de estos textos sin el contexto no haría justicia ni a los textos ni a las

intenciones de sus redactores. Cuando el Papa mismo se refiere a su discurso inagural, se refiere

al borrador en italiano. Es realmente sorprendente que aunque se trate de un texto con la

intención de inspirar a los Padres Conciliares, puede ser interpretado de manera diferente33

. En

cualquier caso, ni las lecturas "literales" de los textos34

ni una declaración autoritaria acerca de

cómo interpretar una frase específica35

, realmente toma suficientemente en cuenta todas estas

cosas. La normatividad es contextual. Está relacionada a circunstancias históricas y por tanto,

28

The Latin text runs as following: “Est enim aliud ipsum depositum Fidei, seu veritates, quae veneranda doctrina

nostra continentur, aliud modus, quo eaedem enuntiantur, eodem tamen sensu eademque sententia.” 29

The mere fact that John XXIII was speaking of aggiornamento makes clear that the pope was well aware of the

fact that new historical contexts needed a new style and language: a Church involved if not engaged in history must

be open for and willing to adapt to concrete histories, if she does not want to become a “castle on the mountain”,

without any contact with the concrete life of the people in the valley of daily life, with all its joys, sadness,

challenges, hopes and fears. 30

See the excellent study of M. BREDECK, Das Zweite Vatikanum als Konzil des Aggiornamento: zur

hermeneutischen Grundlegung einer theologischen Konzilsinterpretation (Paderborner theologische Studien, 48),

Paderborn, 2007. 31

There is clearly a discrepancy between the Italian and the Latin versions of Gaudet Mater Ecclesia; see the critical

edition of A. Melloni, L’allocuzione Gaudet Mater Ecclesia di Giovanni XXIII (11 ottobre 1962), in G. Alberigo, A.

Melloni, G. Batelli, S. Trinchese, Fede, tradizione, profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II (Istituto per

le scienze religiose di Bologna. Testi e ricerche di scienze religiose, 21), Brescia, 1984, pp. 185-283. The Italian

original seems to be more daring than the Latin “official” version. 32

Documentation catholique 60, p. 101. 33

See Lamberigts-Declerck, Gaudet Mater Ecclesia, p. 372. 34

Marchetto, Il concilio ecumenico Vaticano II. Contrappunto per la sua storia; see now the comments of K.

Schelkens, Van dualisme naar veelheid. Pleidooi voor een katholieke lezing van hetTweede Vaticaans Concilie, in

Collationes 42 (2012) 381-401, pp. 391-392 on this position. 35

A good example in this regard is the subsistit in-interpretation; see the well balanced presentation of this case by

K. Schelkens, “Lumen Gentium”’s “subsistit in” revisited: the Catholic Church and Christian Unity after Vatican

II, in Theological Studies 69 (2008) 875-893; cf. also F.A. Sullivan, The Meaning of Subsistit in as Explained by the

Congregation for the Doctrine of Faith, in Theological Studies 69 (2008) 116-124; Faggioli, Vatican II. The Battle

for Meaning, pp. 100-102.

6

pueden cambiar a través del tiempo36

. En este sentido, es posible que la particularidad sea una

valiosa ayuda en la busquedad de la Verdad37

, incluyendo la busquedad por la Verdad presente

en el Concilio Vaticano II38

.

3. ¿Qué problema hay con un ‘Concilio Pastoral’?

Juan XXIII optó por un Concilio Pastoral, esta fue una de las razones por las cuales algunos

cuestionaron la autoridad del Concilio Vaticano II: “Selon d’autres, Vatican II est un concile

mineur, étant donné qu’il a renoncé à approuver des décisions dogmatiques et à fulminer des

condemnations et des anathèmes. Selon cette interprétation la définition de “pastoral” est

considérée comme un niveau inférieur de qualification surtout par rapport aux conciles

précédents, celui de Trente et le premier du Vatican”39

.

La Pastoral revela una preocupación por los fieles en el más amplio sentido de la palabra.

Dentro de él, se encuentra todo el conjunto de actividades de la vida de la Iglesia. Está

relacionado a la tarea principal de la Iglesia, el ofrecer la salvación al mundo por medio de

Cristo, la lumen gentium (cf. Lumen Gentium 1). En este sentido, la tarea de la Iglesia es hacer

que Dios esté presente en el mundo tal como este es (Gaudium et Spes 21), una idea muy querida

de J. Cardjin, quien solía decir que los cristianos debieran ir al mundo tal cual como este es y no

como este debería ser. En su discurso inagural, Juan XXIII hizo una clara distinción entre el

concilio pastoral y los concilios doctrinales anteriores como el Concilio de Trento. De acuerdo al

Papa, el propósito principal del Concilio no era tratar partes de la doctrina40

, sino el buscar un

lenguaje que se adaptara a la situación actual. La doctrina debería ser traducida de tal forma que

pueda ser un mensaje "vivo" y "vivido" para las personas de hoy. En este sentido, es interesante

que el siguiente asunto que trató el Papa fueran los errores y las herejías, y en vez de la actitud

castigadora histórica de la Iglesia hacia ellos, una estrategia que el Papa abandonó ya a principio

de los años sesenta41

.

El Concilio Vaticano II fue el primer Concilio Pastoral en la historia. Por lo tanto, no se

encuentra un punto de referencia o de comparación en la lista de los concilios anteriores, pero el

hecho que la mayoría del esquema preparatorio fuera rechazado por los participantes del concilio

36

On this issue, see M. Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Theology and the Quest for Truth. Historical- and

Systematic-Theological Studies (BETL, 202), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2006; M. Lamberigts-L. Boeve-T.

Merrigan (eds.), Orthodoxy, Process and Product (BETL, 227), Leuven-Paris-Walpole, MA, 2009. Both books were

the result of interdisciplinary research projects that focused on this issue from both an historical and systematic-

theological perspective. 37

See L. Boeve, Theological Truth, Particularity and Incarnation: Engaging Religious Plurality and Radical

Hermeneutics, in M. Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Orthodoxy, Process and Product (BETL, 227),

Leuven-Paris-Walpole, MA, 2009, pp. 323-348. 38

M. Lamberigts-K. Schelkens, Some Remarks on the Notion of Truth in the Documents of Vatican II, in M.

Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Theology and the Quest for Truth. Historical- and Systematic-Theological

Studies (BETL, 202), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2006, pp. 205-228. 39

Alberigo, Vatican II et son héritage, p. 10; Alberigo refers here to J. Ratzinger, Entretien sur la foi. Interview par

V. Messori, Paris, 1985. 40

Already in the sermon, delivered at Pentecost and in his speech to the central preparatory commission during its

meeting of June 20, 1962, the pope had stressed this point; see Bredeck, Das Zweite Vatikanum als Konzil des

Aggiornamento, pp. 306-307 (with further literature). 41

Needless to repeat that at least 6 times the pope is stressing in his opening speech the joy of the Mater Ecclesia.

7

puede ser un buen índice que los Padres Conciliares no esperaban textos abstractos, docrinales y

polémicos42

. Por otra parte, los dos documentos que eran de máxima importancia para la Iglesia

y la jerarquia al servicio de la comunidad Católica y el mundo, tales como Christus Dominus y

Gaudium et Spes, son expresamente cualificados como pastorales43

. Al mismo tiempo, el

adjetivo pastoralis se utilizó solamente dos veces en la constitución Gaudium et Spes, mientras

que fue mencionado 34 veces en el documento acerca de los obispos Christus Dominus; 15 veces

en el documento que trata la formación sacerdotal Opatatam Totius; 19 veces en el documento

acerca de la actividad misionera de la Iglesia y; 16 veces en el documento acerca de los

sacerdotes44

. En otras palabras, este término está bien presente especialmente en los documentos

acerca de los (futuros) miembros de la jerarquía. Con el objetivo de lograr un mejor

discernimiento al carácter "pastoral" del Concilio, podría valer la pena examinar en mayor

detalle los diferentes lugares y contextos donde aparece el adjetivo pastoralis45

.

Aparentemente, el concilio pastoral evita condenar deliberadamente, aun cuando se tiene

mucha confianza en la verdad de la propia doctrina. En este sentido es interesante ver qué tan

seguido Gaudium et Spes utiliza una palabra como servitium, quedando claro que el servicio al

mundo no va de la mano con las condenas del mundo y sus ideas. En otras palabras, el concilio

pastoral quizas merezca una mejora porque parece trascender el nivel de doctrina y disciplina46

cuando trata y se preocupa del mundo y sus habitantes. En todo caso, la implementación de las

intenciones y de las intuiciones del concilio pastoral, pertenecen a la agenda abierta de la

recepción del Concilio.

4. El Concilio Vaticano II, un evento mundial

El Concilio Vaticano II fue el primer Concilio Ecuménico que realmente ha merecido

calificarse como internacional e intercontinental47

. Estaban presente los obispos y los superiores

generales (masculinos) de órdenes y congregaciones. Entre ellos, había una gran diversidad de

expectativas y opiniones48

. Ya en la primera sesión, alguien como Monseñor Philips hablaba de

42

See G. Alberigo, Transition to a New Age, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The

Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the Council. September 1965 – December 1965,

Maryknoll-Leuven, 2006, p. 581. 43

It is said of Christus Dominus is a Decretum de pastorali Episcoporum munere in Ecclesia. Gaudium et Spes is

qualified as a Constitutio pastoralis de Ecclesia in mundo huius temporis. 44

The adjective is mentioned 10 times in Lumen Gentium, 11 times in Sacrosanctum Concilium. 45

In both Orientalium Ecclesiarum and Unitatis Redintegratio, the presence of pastoralis is minimal, respectively

twice and once. 46

It should be stressed that even for the constitution Gaudium et Spes, already in the first note, it is explicitly stated

that the doctrine is also involved: “Constitutio Pastoralis ‘De Ecclesia in mundo huius temporis” duabus partibus

constans, unum quid tamen efficit. ‘Pastoralis’ autem dicitur Constitutio ex quod, principiis doctrinalibus innixa,

habitudinem Ecclesiae ad mundum et ad homines hodiernos exprimere intendit. Ideo nec in priore parte pastoralis

deest intentio, nec vero in secunda intentio doctrinalis.”; Gaudium et Spes, in The Oecumenical Councils of the

Roman Catholic Church. From Trent to Vatican II (1545-1965) (Conciliorum oecumenicorum generaliumque

decreta, III), Turnhout, 2010, p. 553. 47

In this regard, the important role of both the written press, radio and television should be mentioned. With regard

to television, see now F. Ruozzi, Il concilio in diretta. Il Vaticano II e la televisione tra informazione e

partecipazione (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 46), Bologna, 2012. 48

On the diversity in expectations of the Counciliar participants, see É. FOUILLOUX, The Antepreparatory Phase.

The Slow Emergence from Inertia (January, 1959 – Ocober, 1962), in G. ALBERIGO & J.A. KOMONCHAK

8

dos tendencias en la teología contemporánea49

. Durante el Concilio, varios de los participantes

fueron capaces de colocar sus asuntos en la agenda. Para los obispos norteamericanos, y sus

hermanos ingleses y polacos, la libertad religiosa era un tema crucial, y para los obispos de Sud

América, España e Italia, esta también fue una preocupación50

.

Ambos, los obispos y teólogos norteamericanos y alemanes consideraron que la discusión

sobre la relación con el pueblo judío era una necesidad urgente, mientras que varios obispos del

Cercano Oriente estaban reticentes e incluso opuestos a trabajar este tema. Los obispos de Asia

querían formular un texto acerca de las religiones no Cristianas. Los obispos de África abogaron

por la causa de usar la vernácula y por el reconocimiento de costumbres locales en la liturgia. En

contraste, una cantidad considerable de obispos europeos recalcaron la importancia de los ritos

en latin como un rito universal que unía a los pueblos. Los europeos destacaban que se debía

preparar un texto que tratara la relación entre la Iglesia y el mundo donde ella actuaba. Muchos

pidieron una reflexión sobre el papel del laicado en la Iglesia y la sociedad. En muchos países, la

tragedia de la Segunda Guerra Mundial inspiró reflexiones ecuménicas. Para todos estos asuntos

(y muchos otros), se pueden encontrar promotrores y detractores, pero al final (y después de

largos y a veces vehementes debates), la asamblea conciliar aprobó los 16 textos con una

mayoría abrumadora. Quienes consideran que estos textos son textos de compromiso tienen

razón51

. Sin embargo, se debe afirmar categóricamente que un Concilio Ecuménico siempre

busca la unanimidad52

y, dada la diversidad de los participantes, esto solo es posible mediante

compromisos. Esta es una de las razones, tal como se sugiere anteriormente, por lo que es tan

importante hacer una lectura contextual de los textos53

.

In mi opinión, aquellos que critican los textos del Concilio Vaticano II debido a su

carácter de "compromiso" no toman en cuenta lo complicado que es el proceso redaccional de los

textos conciliares. En un Concilio Ecuménico que busca la unanimidad, la así llamada mayoría

debe ser generosa con la así llamada minoría. No se puede entender correctamente al Concilio

(eds.), History of Vatican II. Vol. I, Announcing and Preparing Vatican Council II. Toward a new Era in

Catholicism, Maryknoll & Leuven, 1995, pp. 97-140. 49

G. Philips, Deux tendances dans la théologie contemporaine. En marge du IIe Concile du Vatican II, in Nouvelle

Revue Théologique 85 (1963) 225-238. 50

See, e.g., AS IV,1, pp. 274-276. 51

See, e.g., E. Schillebeeckx, Theologisch Testament. Notarieel nog niet verleden, Baarn, p. 41: “In werkelijkheid

was het concilie ronduit een compromisconcilie.” Also Gerard Philips was very well aware of this fact, but

considered it as the only solution. See Carnets conciliaires de Mgr Gérard Philips, secrétaire adjoint de la

commission doctrinale. Texte néerlandais avec traduction française et commentaires, par K. Schelkens. Avec une

Introduction par L. Declerck, Louvain, 2006, p. 99 : “Il s’agissait de ne pas forcer la droite à une capitulation, mais

de rendre le texte pour eux également acceptable, sans leur donner un complexe de vaincus.” It was not without

reason that people qualified Philips as a homo conciliaris, an attitude which met with disapproval and approval; see

N. Egender, Cinquante ans de Vatican II (1ière partie), in Irénikon 83 (2010) 41-91, p. 81. 52

At Vatican I, about 600 people were present. A bit more than 70% voted in favor of the dogma of infallibility.

About 110 bishops had already left Rome before the vote, mainly because they disagreed but did not want to harm

the pope. As a result, during the vote, only 2 bishops were opposed and 55 abstained. Such a “poor” result is absent

for any of the Vatican II documents. 53

In this regard, G. Philips stated : “Certains trouvent que le Concile n’en valait pas la peine. Mais j’ai l’impression

qu’ils sont peu nombreux. Beaucoup lisent les textes très superficiellement et apportent immédiatement une critique

acerbe. Cela ne fait pas preuve de capacité intellectuelle ni d’humilité.”; see Carnets conciliaires de Mgr Gérard

Philips, secrétaire adjoint de la commission doctrinale. Texte néerlandais avec traduction française et

commentaires, par K. Schelkens. Avec une Introduction par L. Declerck, Louvain, 2006, pp. 155-156.

9

como un evento si es que no se estudia la génesis de los documentos detenidamente. Este punto

es apropiadamente enfatizado por Komonchak, en referencia a Hervé Legrand54

.

Es claro que durante la presentación de la Nota explicativa praevia, los documentos

conciliares naturaliter ofrecen espacio para distintas interpretaciones55

e implementaciones. Aun

con todas sus limitaciones56

, el Concilio Vaticano II preparó el camino para la liturgia africana.

Los obispos de Medellín lo consideraron como una fuente de inspiración, apelando a una

tranformación continua de América Latina a la luz del Concilio Vaticano II. Esto resultó en

nuevas actitudes hacia la libertad religiosa y las relaciones entre la Iglesia y el Estado en países

como Italia y España. La implementación del Concilio resultó en una participación activa de los

fieles en varios continentes en materias de educación, atención pastoral, movimientos sociales,

entre otros. Los obispos alineados con el Concilio Vaticano II como el cardinal Bernardin

fomentó la justicia social y criticó la carrera armamentista. Y sí, el Concilio tendría una división

en su interior con el movimiento de Monseñor Lefebvre, para quien los aspectos de libertad

religiosa y el diálogo interreligioso fueron inaceptables desde un inicio57

. En otras palabras, el

Concilio, como un evento mundial, tuvo un impacto global en la vida de la Iglesia, en distintas

direcciones y formas. El Concilio Vaticano II estuvo dominado por la teología europea, sin

embargo, las voces de los continentes de América, Asia y África se hicieron escuchar y los

resultados del Concilio fueron visibles en todos los continentes58

, algo que no se puede decir del

Concilio de Trento o Vaticano I.

5. Continuidad, discontinuidad, reforma

Hoy en día se debate si el Concilio Vaticano II debería ser calificado en términos de

continuidad, discontinuidad o reforma59

. Al respecto, las personas inmediatamente piensan en el

discurso del Papa Benedicto XVI a la curia, el 22 de diciembre de 2005. En dicho discurso, el

Papa hablaba -con tono de desaprobación- sobre una interpretación que se calificó como "una

54

See Komonchak, pp. 3-4; H. Legrand, Relecture et évaluation de l’Histoire du Concile Vatican II d’un point de

vue ecclésiologique, in Chr. Theobald, Vatican II sous le regard des historiens (Colloque du 23 septembre 2005.

Centre Sèvres-Facultés jésuites de Paris. Théologie, 136), Paris, 2006, pp. 49-82. 55

See the introduction of Mgr. Felici in AS III,8, p. 10; on the Nota, see J. Grootaers, Primauté et collégialité : le

dossier de Gérard Philips sur la Nota Explicativa Praevia (Lumen Gentium, Chap. III), Présenté avec introduction

historique, annotations et annexes (BETL, 72), Louvain, 1986. 56

In this regard, it should be mentioned that the Council did not receive the authority to formulate statements with

regard to birth control and celibacy, two issues which would cause a profound crisis in the Roman-Catholic Church

at the end of the ‘60’s and beginning of the ‘70’s, at least in the Northern hemisphere. 57

See the impressive study of Ph. J. Roy, Le Coetus internationalis patrum, un groupe d’opposants au sein du

Concile Vatican II, Lyon, 2011 58

See the interesting survey in Faggioli, Vatican II. The Battle for Meaning, pp. 38-65. 59

Concerning the vagueness of these concepts, see Ruggieri, Réception et interprétations du concile Vatican II. Les

raisons d’un débat, p. 20: « Il faut se libérer ici de l’hypocrisie des mots : tournant, nouveauté, rupture, mais aussi

continuité sont des termes génériques, qui disent tout et son contraire, s’ils ne sont pas définis concrètement.» The

present authors are of the opinion that those using these words should also clearly circumscribe the domain in which

they want to apply these concepts. Moreover, for a historian, these concepts only make sense within the contexts of

comparative perspectives; see the comments of J.W. O’Malley, Vatican II: Did Anything Happen?, in Theological

Studies 67 (2006) 3-33.

10

hermenéutica de discontinuidad y ruptura"60

. No es algo novedoso que el Concilio Vaticano II

se considerara como una ruptura en comparación con el período preconciliar61

. Un grupo que se

reunía alrededor de Monseñor Marcel Lefebvre ya lo había sugerido. Varias personas se habían

quejado por la ruptura entre la tradición (desde el Concilio de Trento) y el Concilio Vaticano II62

.

Hace poco uno de los obispos del grupo negó, yendo en contra del Concilio Vaticano II, que

hubiesen muerto tantos judíos en la Segunda Guerra Mundial, mientras el Papa Benedicto en su

discurso en la sinagoga en Colonia el 19 de agosto de 2005 conmemoraba a más de 11.000

víctimas judías63

y relacionaba explícitamente el drama de los judíos con Nostra Aetate:

“Ebenfalls in diesem Jahr – wir hörten es – sind es vierzig Jarhe her, dass das Zweite

Vatikanische Konzil die Erklärung Nostra aetate promulgiert und damit neue Perspektiven in den

jüdischchristlichen Beziehungen eröffenet hat, die durch Dialog und Partnerschaft

gekennzeichnet sind …”64

["Se cumple también este año el 40° aniversario de la promulgación

de la declaración Nostra Aetate del concilio ecuménico Vaticano II, que abrió nuevas

perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y solidaridad...".] En el

contexto de una ruptura tan criticada, las personas rápidamente rechazaron el Concilio al

considerarlo como una revolución. Algunos consideran a Pablo VI como el sepulturero de la

tradición, a Benedicto XVI como modernista suave y a Juan Pablo II como el apóstol de la

religión universal65

.

Un segundo grupo destacó la radical diferencia entre la teología previa al Concilio Vaticano

II y lo que ocurrió desde 1968. Calificó a dicho Concilio como una revolución católica66

y

sugirió que existía la necesidad de un Concilio Vaticano III67

. En una de sus últimas

publicaciones, José Comblin describió 1968 de la siguiente manera: “En 1968 éclatait une

revolution totale qui touchait tous les dogmes et toute la morale traditionnelle ainsi que toutes les

structures traditionnelles de l’ Église comme de toute la société”68

. Como bien se sabe, el

profesor J. Ratzinger dejó Tubinga en 1968 debido a que estaba impactado por las revueltas

estudiantiles de aquel entonces. En ese período, las ideas teológicas como la teología de "Dios

está muerto", que recalcaban la importancia del lado social y ético del cristianismo (el marxismo

60

In this reagard, see J. Komonchak, Benedict XVI and the Interpretation of Vatican II, in Cristianesimo nella Storia

28 (2007) 323-337; Id., Novelty in Continuity. Pope Benedict’s Interpretation of Vatican II, in America, February 2,

2009, pp. 10-16. 61

It is remarkable that some people who are praising Trent as a bend in comparison with the previous period, have

problems with the idea that Vatican II might be a bend in its own right; see Ruggieri, Réception et interprétations du

concile Vatican II. Les raisons d’un débat, pp. 24-25. 62

In this regard, see the interesting remarks of D. Menozzi, L’opposition au Concile (1966-1984), in G. Alberigo-J.-

P. Jossua (éd.), La réception de Vatican II (Cogitatio fidei, 134), Paris, 1985, pp. 429-457. 63

We only know the names of 11.000 victims though there might be more people who were killed. 64

See Grusswort von Benedikt XVI. in der Synagoge zu Köln (19. August 2005), in H.-J. Fischer, Päpste und Juden.

Die Wende unter Johannes Paul II. und Benedikt XVI., Berlin, 2012, p. 256. 65

See, e.g., D. Bourmand, Cent ans de modernisme. Généalogie du concile Vatican II, Étampes, 2003, especially

chapter V : « Le modernisme triomphant ». 66

Cf. A. Greeley, The Catholic Revolution. New Wine, Old Wineskins, Vatican Council, Berkely-Los Angeles-

London, 2004, p. 192. 67

See Alberigo, Vatican II et son héritage, pp. 9-10. I do think that some of the developments that became visible in

the post-Vatican II period, were already underway during the Council. In this regard I think of the book of the

Anglican Bishop J.A.T. Robinson, Honest to God, London, 1963 and the positions of P.L. Berger in the beginning

of the sixties, developing secularization-thesis, which he would later revoke. 68

J. Comblin, Vatican II: cinquante ans après, document posthume, transmis au et distribué par le Movimiento

Teologia para la Liberación (Chili) en 2011, traduit par D. Vanhoutte.

11

siempre estaba cerca), eran muy populares. Varias instituciones fueron interrogadas por

personas como Marcuse, Roger Garaudy, Rudi Dutschke y por grupos que se rehusaban -

deliberadamente- a participar en actividades económicas o durante protestas contra el sistema

social y económico existente en ciudades y pueblos como Nueva York, Nanterre, Paris, Louvain

y Ámsterdam. En el año 1968 también se promulgó la encíclica Humanae Vitae, documento que

causó mucho malestar y decepción en América del Norte y Europa Occidental69

y tuvo un

importante rol en la secularización y la creciente polarización. Varias personas dejaron la Iglesia

Católico Romana durante este período de revolución cultural70

. La idea de la colegialidad, tan

estimada por el Concilio71

, estaba bajo presión, hecho que lamentaba profundamente el Cardenal

Suenens, uno de los moderadores del Concilio72

. Tanto para el primer como para el segundo

grupo, 1968 fue un año importante, pues Lefebvre, molesto con las evoluciones posteriores al

Concilio Vaticano II, renunció como Superior General de los Espiritanos.

En efecto, varios estudios le prestaron mucha atención a la discontinuidad entre la Iglesia

pre-conciliar y post-conciliar. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que uno

de los resultados del Segundo Concilio Vaticano fue la coronación de movimientos que

comenzaron antes del Concilio y que a veces se enfrentaron con oposición y sospecha (los

movimiento bíblicos, patrísticos, litúrgicos y ecuménicos son buenos ejemplos73

). En este

sentido, los conceptos previos de ressourcement y aggiornamento dejan claro que se necesitaba

una renovación antes del Concilio74

. Dei Verbum, Sacrosanctum Concilium y Unitatis

Redintegratio son resultados conciliares de estos movimientos, todos tuvieron víctimas y

sospechas en el período preconciliar y muchas de sus actividades se realizaron no oficialmente.

De esta forma, consideramos que el título "hermenéutica de la reforma" como lo utiliza el Papa

hace justicia a los resultados del ressourcement y aggiornamento75

. Incluso con los documentos

69

L. Declerck, La réaction du cardinal Suenens et de l’épiscopat belge à l’encyclique Humanae Vitae: Chronique

d’une Déclaration (juillet-décembre 1968), in ETL 84 (2008) 1-68 offers a very detailed survey about this period

and shows how bishops and theologians at the time were torn by fidelity to the pope on the one hand and fidelity to

their own convictions on the other. 70

About 80.000 priests left the priesthood; millions of lay Catholics left the Roman Catholic Church. 71

See M. Faggioli, Il vescovo e il concilio. Modello episcopale e aggiornamento al Vaticano II, Nolgona, 2005. 72

See A. Kasprzak, La collégialité épiscopale interprétée comme coresponsabilité dans la pensée et l’action du

Cardinal Léon-Joseph Suenens: une figure de pasteur dans la crise qui suit le Concile Vatican II, Paris-Louvain,

2008. 73

See Routhier-Roy-Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et renouveau. La réception des

mouvements préconciliaires à Vatican II. In these movements, great personalities and committed Church leaders

played an important role as is made clear in A. Denaux-P. De Mey (eds.), The Ecumenical Legacy of Johannes

Cardinal Willebrands (1909-2006), Leuven-Paris-Walpole, MA, 2012, especially the parts II (Willebrands and the

development of the Catholic view on ecumenism during the Second Vatican Council), III (Willebrands and

Ecumenism), and IV (Willebrands and Judaism).

I would suggest that, except for the document on the liturgy, the real recognition of the value of these movements

was realized during the Council and because of the Council. 74

With regard to the potential and the ambiguity of these two concepts, see J.W. O’ Malley, What Happened at

Vatican II, Cambridge Ma-London, 2008, pp. 299-301. 75

This term was also used in Alberigo’s History of Vatican II project, in which both the continuity and novelty got

their own place and Vatican II could therefore be qualified as a transitional Council, something also emphasized by

protestant observers such as L. Vischer, The Council as an event in the Ecumenical Movement, in G. Alberigo-J.A.

Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the

Council. September 1965-December 1965, Maryknoll-Leuven, 2006, pp. 538-539.

12

como Nostra Aetate76

y Dignitatis Humanae77

, ambos preparados por el Pontificio Consejo para

la Promoción de la Unidad de los Cristianos y considerados rupturas de la doctrina de la Iglesia

del siglo XIX, hablan de continuidad, al menos en cuanto a lo que estaba ocurriendo

extraoficialmente78

. En cuanto a lo oficial, ambos temas se condenaron y se establecieron

restricciones, como se evidencia en el movimiento Amici Israel79

y la historia de John Courtney

Murray80

.

En otras palabras, conceptos como discontinuidad y continuidad, cuando se consideran en

contextos o casos históricos concretos, se pueden relacionar con reforma. Una reforma real

siempre implica que las cosas se harán de otra manera, sino uno no puede hablar de reforma: los

medios estaban presentes en el Concilio, el estilo de la liturgia cambió, los observadores estaban

en el aula, se reconoció la validez del ecumenismo y se reconoció el movimiento ecuménico, la

actitud hacia las misiones se repensó en la época post colonial y todos los continentes estaban

presentes. Esto simplemente no había ocurrido antes. De facto, la reforma siempre resulta en

discontinuidad, como fue el caso del Concilio de Trento. En otras palabras, si uno realmente

quiere evitar una lectura fundamentalista de los textos, debe intentar entender el significado real

en contextos concretos.

Por lo tanto, que los textos del Concilio Vaticano II sean textos de compromiso refiere

tanto del Concilio como evento como a su legado. Que dichos textos fueran más allá de las

expectativas de los participantes (incluidos observadores) es parte del Concilio tanto como

evento como a su legado. En este sentido, Giuseppe Alberigo una vez indicó: "Vaticano II

mostró ser un concilio dedicado a responder de manera positiva, proponiendo a la actual

humanidad -una vez más- los contenidos esenciales del evangelio de acuerdo con los criterios

establecidos por los principios pastorales y el aggiornamento"81

.

76

See M. Lamberigts-L. Declerck, Vatican II on the Jews : A Historical Survey, in M. Moyaert-D. Pollefeyt (eds.),

Never Revoked. Nostra Aetate as Ongoing Challenge for Jewish-Christian Dialogue, Leuven-Grand Rapids-

Cambridge, 2010, pp. 13-56 77

See the excellent study of S. Scatena, La fatica della libertà. L’elaborazione della dichiarazione «Dignitatis

Humanae» sulla libertà religiosa del Vaticano II (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 31), Bologna,

2003. 78

In this regard, the fundamental question for us is what is compared with what. See the valid remarks of Cl.

Troisfontaines, Quelques enjeux de Vatican II. À propos d’un quarantième anniversaire, in RTL 37 (2006) 379-393,

p. 392: “Une autre question qui se pose actuellement est de savoir si le Concile a introduit une discontinuité dans la

doctrine de l'Eglise ou s'il est resté en parfaite continuité avec celle-ci. Nous pensons, ici également, qu'il faut

dépasser cette opposition stérile. L'aggiornamento voulu par Jean XXIII entendait bien apporter une réforme dans

l'Eglise. Or qui dit réforme, dit à la fois continuité et discontinuité. Si l'on se réfère aux trois questions que nous

avons présentés - la collégialité, la liberté religieuse et la révélation pour le salut - on se trouve, chaque fois, devant

des thèmes qui n'étaient pas explicitement développés à l'époque. En ce sens, on a pu parler, à diverses reprises, de

révolution dans l'Église. Mais ce qui nous frappe, c'est que ces révolutions étaient dans tous les cas, des retours à des

conceptions plus ancrées dans la tradition que les formulations des 19e et 20

e siècles. En d'autres termes Vatican II a

effectué une vaste opération de ressourcement qui lui a permis de surmonter les clivages plus tardifs, expressions

d'un appauvrissement de la véritable tradition de l'Eglise.” 79

See M. Lamberigts, Discontinuity in the Teaching of the Roman Catholic Church: The Case of Nostra Aetate 4

(forthcoming). 80

See, e.g., J.A. Komonchak, The Silencing of John Courtney Murray, in A. Melloni, D. Menozzi, G. Ruggieri, M.

Toschi, Cristianesimo nella storia. Saggi in onore di Giuseppe Alberigo (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova

serie, 18), Bologna, 1996, pp. 657-702. 81

Alberigo, Transition to a New Age, p. 611.

13

En su discurso, el Papa Benedicto XVI, citó a Gaudet Mater Ecclesia82

, donde Juan

XXIII indicó que el Concilio deseaba "transmitir la doctrina pura e integral, sin atenuantes ni

distorsión". John XXIII mantenía: "Nuestro deber no es solo resguardar este precioso tesoro,

como si solo estuviésemos preocupados por la antigüedad, sino que también dedicarnos con

voluntad sincera y sin medio al trabajo que nuestra era nos exige...". Todo esto es correcto, pero

Juan XXIII también dijo que esta doctrina se debía expresar de otra manera, una manera nueva

de hablar que requeriría mucho trabajo y que se debía hacer con mucha paciencia: “Scilicet eae

inducendae erunt rationes res exponendi, quae cum magisterio, cuius indoles praesertim

pastoralis est, magis congruant.”83

Juan XXIII incluso llegó a sugerir que la forma en que la

Iglesia se oponía a los errores debía ser distinta en comparación con el pasado: “La Iglesia

siempre se ha opuesto a estos errores. Con frecuencia, los ha condenado con gran severidad.

Hoy en día, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere hacer uso de la medicina de la misericordia

que de la severidad. Ella considera que responde a las necesidades de la actualidad al demostrar

la validez de sus enseñanzas, más que a través de condenas. (...) La Iglesia Católica (...) desea

mostrarse a sí misma como la madre cariñosa, benévola, paciente, llena de misericordia y bondad

hacia los hermanos que se han separado de ella"84

.

La petición del Papa Juan de estudiar y exponer la doctrina auténtica de la Iglesia

mediante métodos de investigación y formas literarias de pensamiento moderno, también se

debiese aplicar a los documentos del Concilio Vaticano II, dado que varios padres se refieren al

discurso de apertura del Papa cuando quieren respaldar sus propios argumentos. En cualquier

caso, y la historia del cristianismo lo deja claro, la continuidad, la discontinuidad y la reforma

pertenecen a la esencia de la vida cristiana, porque la vida cristiana está esencialmente

caracterizada por las culturas en las cuales se manifiesta85

.

Es evidente que el debate sobre la continuidad, la discontinuidad y la reforma está

relacionados con ideas sobre la Tradición y las tradiciones. Al respecto, hay que mencionar que

los Papas generalmente apelan a sus antecesores más inmediatos cuando piensan en la

tradición86

, y a veces dejan de lado la opinión de obispos, teólogos y creyentes, como quedó

claro con la reacción belga a Humanae Vitae87

. Este elemento se debería considerar cuando se

82

For the English version of Benedict’s address, the Vatican website used the translation of the pope’s opening

speech as present in W.M. Abbott (Ed.), The Documents of Vaticanum II, New York, 1966, pp. 710-719. 83

See Gaudet Mater Ecclesia (AAS 54 [1962], p. 792). 84

“Ad praesens tempus quod attinet, Christi Sponsae placet misericordiae medicinam adhibere, potius quam

severitatis arma suscipere; magis quam damnando, suae doctrinae vim uberius explicando putat hodiernis

necessitatibus esse consulendum. (…) Catholica Ecclesia (…) amantissimam omnium matrem se vult praebere,

benignam, patientem, atque erga filios a se seiunctos misericordia.” Gaudet Mater Ecclesia (AAS 54 [1962], p.

792). 85

See Schelkens, Van dualisme naar veelheid, p. 397: the International Theological Commission held a plea in

favour of pluriformity as an enrichment for theology. 86

Lash, Oracle, Dissent and Conversation, p. 16. See also the very detailed critique of cardinal Frings (probably

written by his peritus Ratzinger) on the scheme De Ecclesia; Ruggieri, Réception et interprétations du concile

Vatican II. Les raisons d’un débat, pp. 18-20. 87

The Belgian theologians, preparing a declaration of the Belgian bishops after the publication of Humanae Vitae,

“constatent que l’ensemble des réactions est peu favorable à l’encyclique et qu’elle est troublante pour la conscience

d’un très grand nombre de personnes loyalement fidèles à l’Église.” See Declerck, La réaction du cardinal Suenens

et de l’épiscopat belge à l’encyclique Humanae Vitae. Chronique d’une Déclaration (juillet-décembre 1968), p. 22.

14

reflexiona sobre el Concilio. Cuando los Padres Conciliares cambiaron el orden de los capítulos

del esquema De Ecclesia, pusieron el capítulo sobre el pueblo de Dios antes del que hablaba de

la jerarquía, un claro gesto simbólico88

.

La historia del Concilio Vaticano II es un buen ejemplo de como un concilio “multicultural”

a través de cuatro sesiones se caracterizó por el desarrollo, el cambio, la reforma y cosas del

género: temas como el sacerdocio, la actividad misionera y los laicos son buenos ejemplos de

cómo los textos pueden, en un principio, ser reducidos a meras propuestas en la tercera sesión y

desarrollados en textos conciliares bien elaborados en la cuarta sesión89

. Todos los creyentes

están involucrados en el tria munera (los tres oficios de enseñar, santificar y gobernar) como

pueblo de Dios, que forman la Iglesia. Es la Iglesia la que es profética, sacerdotal y real. Como

consecuencia, los textos relacionados a la esencia de la vida cristiana merecen más que estar en

un “nivel de proposiciones". Sugerimos que en el debate sobre la continuidad, discontinuidad y

reforma, el debate debería prestar mayor atención a la interacción entre los procesos de génesis

de los textos durante el Concilio. Nunca nadie ha negado que algunos textos tuvieron un impacto

en la génesis de otros textos90

y es bien conocido el papel fundamental de Lumen Gentium como

punto de referencia de los textos que vendrán. Debiera acá ser advertido que los textos sobre el

sacerdocio, la actividad misionera y los laicos fueron aprobados en la cuarta sesión, una sesión

In light of central issues of Vatican II, the theologians suggest that “il aurait été opportune de faire appel à la

collégialité des évêques et au sens des membres du peuple ayant une expérience de la vie conjugale.” The

theologians are also of the opinion that with regard to this not infallible document other competent people can come

to conclusions, opposed to those of the pope: “S’ils ne peuvent pas se rallier à la vérité proposée et sont certains en

conscience de la vérité trouvée, ils sont obligés de suivre leur conscience.” In other words, tradition is one thing,

difference in insights on the basis of competency is being another. Concrete experiences of married faithful are

considered to be a valid element in the dossier. Speaking in such cases of dissent or disobedience seems to neglect

that all faithful have received the Spirit through baptism, that colleagues in the concilium episcoporum can come to

opposed conclusions (as was the case in the several commissions), and that the freedom of conscience is not only a

universal, but also a Christian and a Catholic right. 88

I think one of the desiderata for ecclesiological research would be to examine in which context the concept people

of God is used in the official ecclesiastical documents after the Synod of 1985. See the critical but nuanced remarks

of A. DENAUX, Kerk als gemeenschap. Overwegingen bij het eindrapport van de buitengewone

Bisschoppensynode 1985, in Collationes 16 (1986) 171-215; cf. also G. Routhier, L’Assemblée extraordinaire de

1985 du synode des évêques: moment charnière de relecture de Vatican II dans l’Église catholique , in Ph.

Bordeyne-L. Villemin (dir.), Vatican II et la théologie. Perspectives pour le XXIe siècle (Cogitatio Fidei, 254), Paris,

2006, pp. 61-88. 89

For the shift with regard to the document on the laity, see, e.g., G. Bausenhart, Theologischer Kommentar zum

Dekret über das Apostolat der Laien Apostolicam actuositatem, in P. Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders

Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4, Freiburg-Basel-Wien, 2005, pp. 35-36. The

reduction of the text about the missions to a series of theses was heavily criticized by the missionary bishops, who

received the support of their colleagues from the northern hemisphere; see, among others, P. Hünermann,

Theologischer Kommentar zum Dekret über die Missionstätigkeit der Kirche Ad Gentes, in P. Hünermann-B.J.

Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4, Freiburg-Basel-

Wien, 2005, pp. 245-252. While the missionary bishops took the lead in the opposition to the propositions about the

missions, the Western bishops, especially those from Germany and the Scandinavian countries played an important

role in the resistance to a mere propositions text about the priesthood; for the details, see, e.g., O. Fuchs-P.

Hünermann, Theologischer Kommentar zum Dekret über den Dienst und das Leben der Presbyter, in P.

Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4,

Freiburg-Basel-Wien, 2005, pp. 380-406. 90

Often, it was formulated as an accusation to the opponents, but it revealed more about the accuser than about the

accused.

15

extra y necesaria dado que los Padres Conciliares querían darle mayor atención y tiempo al

esquema de la Iglesia en el mundo.

6. El estilo literario del Concilio Vaticano II91

Ya hemos mencionado que el Vaticano II no formuló ningún anathema sit. Desde un punto

de vista doctrinal y disciplinario, esto era nuevo en comparación con Concilios previos. El

procedimiento del anathema sit tiene algunas ventajas, pues deja claro qué es lo que se debe

rechazar y condenar. Además, ofrece criterios sobre lo que está prohibido por las autoridades de

la iglesia (papas, magisterio, concilios). Las directrices son claras. Sin embargo, uno se queda

con la impresión de que no encajan con la idea de Juan XXIII sobre el Concilio pastoral. Es

difícil reconciliar conceptos como el aggiornamento o documentos como el discurso Gaudet

Mater Ecclesia, Pacem in Terris, con un anathema sit. No es casualidad que, Juan Pablo II

hablara sobre el tono nuevo de los documentos92

y John W. O' Malley consideraba que el estilo

de estos documentos los separaba de otros concilios93

. Se debe destacar que el lenguaje del

Concilio Vaticano II es uno que invita: los sacerdotes son calificados como hermanos y amigos

de obispos94

.

En Apostolican Actuositatem 25 se afirma que el derecho y obligación de ejercer el

apostolado es común en todos los creyentes y los laicos también tienen su propio rol en la

construcción de la Iglesia95

. Por esta razón, los sacerdotes deberían trabajar de manera fraternal

con los laicos en y para la iglesia y prestarles mayor atención a las personas laicas involucradas

en trabajos apostólicos. Los textos expresan preocupación por las alegrías y esperanzas, penas y

preocupaciones de esta era, en especial de los pobres96

, y dejan en claro que esta preocupación es

compartida por los cristianos97

. Estos textos, por muy hermosos que sean, se deben traducir en

91

On this issue, see J. Famerée (éd.), Vatican II comme style. L’herméneutique théologique du concilie, Paris, 2012 92

Cf. John Paul II, Tertio millennio adveniente 20: “The Council's enormously rich body of teaching and the striking

new tone in the way it presented this content constitute as it were an anticipation and proclamation of new times.

The Council Fathers spoke in the language of the Gospel, the language of the Sermon on the Mount and the

Beatitudes. In the Council's message God is presented in his absolute lordship over all things, but also as the One

who ensures the authentic autonomy of earthly realities.” The italics are not mine, but are present in the English

version of the text on the Vatican’s official website. 93

O’ Malley, What happened at Vatican II?, p. 305. 94

See Presbyterorum Ordinis 7: “Propter hanc ergo in eodem sacerdotio atque ministerio communionem episcopi ut

fratres et amicos suos habeant presbyteros eorum que bonum tam materiale quam praesertim spirituale ipsis pro

viribus cordi sit.” See also paragraph 8. 95

Apostolicam Actuositatem 25: “Quapropter fraterne cum laicis operentur in ecclesia et pro ecclesia specialem que

curam habeant laicorum in eorum operibus apostolicis.” 96

Conciliar texts such as Gaudium et Spes have been described as naïve and too optimistic. This is at least true with

regard to poverty. The situation at the time of the Council was seemingly better than today. Today, in China less

than 10% of the population possesses 60% of the Chinese property. The European Community is constantly

alarming us that the number of poor people is growing, not only in the PIGS-countries, but also elsewhere. See also

the pertinent remarks of L. Sowle Cahill, Practical Hope: Today’s Challenge, in J. Verstraeten (ed.), Scrutinizing

the Signs of the Times in the Light of the Gospel (BETL, 207), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2007, pp. 323-325. 97

Gaudium et Spes 1: “Gaudium et spes luctus et angor hominum huius temporis pauperum praesertim et quorumvis

afflictorum gaudium sunt et spes luctus et angor etiam Christi discipulorum nihilque vere humanum invenitur quod

in corde eorum non resonet.”

16

hechos y acciones, sino son simplemente pasan a ser solo papel98

. Podría muy bien ocurrir que

este lenguaje especial, que abre el horizonte de expectativas, se volverían problemáticos en el

proceso de implementación99

, pues varios textos se escribieron utilizando el indicativo u

operativo, no el imperativo. Los textos estaban dirigidos a los creyentes y personas de buena

voluntad100

.

Por lo tanto, eran menos útiles para una adecuada implementación canónico-jurídica. Los

textos pueden diferir en el nivel de género literario101

, pero al menos tienen la intención de

entregar esperanza e inspiración para el futuro, mientras se refieren al pasado. La Escritura y la

patrística están presentes en abundancia, el estilo "nuevo" es, por lo tanto, un estilo "antiguo" y el

atractivo de estas fuentes revelan el "tipo de institución que el Concilio esperaba que fuese la

Iglesia"102

.

Queremos enfatizar que este estilo no puede ser separado del contenido, que por lo general es

más doctrinal y disciplinario de lo que todos piensan, pero solo se puede entender

completamente y eventualmente apreciar cuando uno toma en cuenta el "nuevo" estilo. Se

rechazaron las proposiciones, los canones están ausentes103

. Omnis comparatio claudicat, pero

cuando uno compara la mención del Espíritu Santo en los concilios como el Concilio de Trento,

Vaticano I y Vaticano II, la única conclusión que se puede alcanzar es que el Concilio Vaticano

II hace muchas más referencias al Espíritu Santo que el Concilio de Trento (un poco menos que

200 v/s menos de 80), mientras que el Espíritu no se consideró importante en el Concilio

Vaticano I (un poco más de 10 veces).

No sugerimos que el Espíritu Santo esté más presente en los Concilios pastorales que en los

doctrinales, siendo el Concilio Vaticano ll el primer concilio pastoral, aunque sí sugerimos que

los padres conciliares de este concilio hablaron más del Espíritu Santo y sintieron menos la

necesidad de condenar104

, al buscar llegar a acuerdos entre más de 2000 participantes105

.

Inmediatamente aceptamos que este tipo de lenguaje causa grandes problemas durante el proceso

de recepción, pues intentar buscar una fórmula canónica apropiada para los textos del Concilio

Vaticano II no es tarea fácil, algo que quedó en evidencia en el CIC de 1983106

. El lenguaje

jurídico no parece ser familiar, con aspectos como la lectura de los signos de los tiempos, bajo la

guía del Espíritu Santo.

98

See the pertinent remarks of P. Hünermann, Der Text: Werden-Gestalt-Bedeutung. Eine hermeneutischen

Reflexion, in P. Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen

Konzil Vol. 5, Freiburg-Basel-Wien, 2006, p. 79. 99

See Theobald, The Reception of the Second Vatican Council: Drawing Up a Criteriology. On the Normative

Function of History in Catholic Theology, pp. 17-18. 100

Good examples are Lumen Gentium 46; Apostolicam Actuositatem 8; 11; 14; Gaudium et Spes 22; 52. 101

See Theobald, The Reception of the Second Vatican Council: Drawing Up a Criteriology. On the Normative

Function of History in Catholic Theology, p. 18. 102

O’Malley, What Happened at Vatican II?, p. 305. 103

It is only in Sacrosanctum Concilium 128 that the word appears in a non-Biblical context. In Dei Verbum 8 and

20 the term is used respectively with regard to the Bible or the New Testament. 104

As far as I can see, only Inter Mirifica did not explicitly refer to the Holy Spirit. 105

See the numbers in G. Alberigo, Transition to a New Age, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II.

Vol. V. The Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the Council: September 1965-December

1965, Maryknoll-Leuven, 2006, p. 573 106

See the excellent study of E. Corecco, La réception de Vatican II dans le code de droit canonique, in G.

Alberigo-J.-P. Jossua (éds), La réception de Vatican II, Paris, 1985, pp. 327-391.

17

7. Para concluir

En la historia de los concilios ecuménicos, el Concilio Vaticano II ocupa un lugar especial.

Este fue un concilio pastoral donde estuvieron presentes, más que nunca en la historia, los

obispos y superiores generales provenientes de distintas partes del mundo. Además, fue un

Concilio que se caracterizó por su libertad de expresión107

y creatividad, al descubrir las

escrituras como fuente de revelación y la liturgia como algo que le importa a la comunidad en su

totalidad y, por lo tanto, decidieron que se usaría las lenguas vernáculas y se promovería la

participación activa. Este fue un concilio sin un anatema, expresando mucho respeto por las

denominaciones no católicas, las religiones no cristianas, la libertad y consciencia religiosa. Si

bien el Concilio se preparó en menos de 3 años, la mayoría de sus documentos preparatorios108

fueron rechazados por los Padres Conciliares pues no cumplían con los estándares del concilio

pastoral. La discusión y el debate fueron posibles sin la presencia de cismas o quiebres, al menos

durante el Concilio. En este, varios teólogos, bajo sospecha y/o condenados, se rehabilitaron y

tuvieron la oportunidad de jugar un rol importante como peritos oficiales. La mayoría del

material del Concilio se puso a disposición de investigaciones y así los historiadores pudieron

comenzar a investigar sobre la historia de este Concilio mucho antes del Concilio de Trento. El

material disponible revela la diversidad de opiniones, posiciones, entre otros: cada texto tiene su

propia génesis histórica, con contiendas entre cambiantes mayorías y minorías. Como resultado,

sus textos son compromisos, inspirados por la voluntad de querer tomar decisiones unánimes.

Todos estos elementos se deben considerar cuando se quiere estudiar e interpretar los textos

conciliares en contexto y cuando se desea que ellos sean útiles en nuevos contextos como el

actual. Dada la diversidad de posiciones en el Concilio y las distintas características de los

textos, es evidente que las interpretaciones actuales pueden ser muy diferentes, pero las

conversaciones se deben realizar en una atmósfera tal que el adagio de Gaudet Mater Ecclesia

pueda todavía seguir siendo válido.

107

In this regard, it would be good to have an inventory of all those who, during the general sessions, applauded,

protested and the like. It would also be worthwile to systematically examine who reacted against whom and why.

Finally, it would be of great help to have a (more or less) complete list of speeches held by Council fathers, but

prepared by their (un)official periti. 108

It is a bit naive to think that all members of the preparatory central commission were pleased with what was

prepared; see A. Indelicato, Difendere la dottrina o annunciare l’Evangelo. Il dibattito nella Commissione centrale

preparatoria del Vaticano II, Genua, 1992.