Utilizacion Terapeutica de Los Campos Magneticos Fundamentosbiomagnetismo

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Rerapo

Citation preview

  • 22 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 26

    ORIGINAL

    Utilizacin teraputica de los campos magnticos.I: Fundamentos del biomagnetismo

    Therapeutic utilisation of magnetic fields.I: Principles of the biomagnetismInvestigador Cientfico Madroero de la Cal A.CSIC, Madrid

    RESUMEN

    Se presenta una doble visin de la utilizacin de los cam-pos magnticos en aplicaciones clnicas. Se muestra primerouna perspectiva histrica, de forma que aparece la relacin en-tre los cada vez mejores resultados que la utilizacin de estastcnicas permita, y el incesante perfeccionamiento de la doc-trina del biomagnetismo.

    Ello permite ver cmo se han ido encajando los distintosmodelos que componen el conocimiento de los efectos de loscampos magnticos sobre las diferentes funciones y rganosque constituyen la anatoma humana. Los modelos de la acti-vacin de los iones por el campo magntico, la absorcin deenerga del campo segn un modelo ciclotrnico, primero, ydespus su buena concordancia con el proceso de la resonan-cia electrnica paramagntica, permiten establecer que los dis-tintos fenmenos bioelectromagnticos son realmente facetasinterrelacionadas del proceso de interaccin.

    Puede verse tambin que el desarrollo de estas tcnicas hasido muy desigual si comparamos la evolucin de estas tcni-cas teraputicas en los pases de nuestro entorno occidentalcon lo que se desarrollaba en el entorno de los pases del realiderada por la extinta Unin Sovitica. En nuestro entorno pr-ximo se usaban inicialmente como parte de la electroterapia yen problemas de reparacin sea, mientras que en los pasesdel Este, los campos magnticos se utilizaban principalmenteen problemas ms cotidianos de la medicina interna y, sobretodo, se aplicaba el campo magntico simultneamente conotra forma de energa. Por ello en su literatura tcnica se men-cionaban trminos como magnetolser, magnetoiontoforesis,etc.

    Palabras clave: Biomagnetismo clnico, efectos biolgicos,campos electromagnticos pulsantes (CEMP), magnetoterapia,magnetosteogenia, imanterapia.

    Madroero de la Cal AUtilizacin teraputica de los campos magnticos.I: Fundamentos del biomagnetismoPatologa del Aparato Locomotor, 2004; 2 (1): 22-37

    Correspondencia:CENIMAvda. Gregorio del Amo, 828040 MadridE-mail: [email protected]

    ABSTRACT

    A double vision of the utilisation of magnetic fields in clini-cal applications is presented. A historical perspective is shownfirst, that outlines the relation between the increasingly betterresults due to the utilisation of these techniques and the con-tinuous improvement of the knowledge in biomagnetism.

    It is possible to see a good agreement among the differentmodels that make up the principles of the effects of the mag-netic fields on the different functions and organs that consti-tute the human anatomy and physiology. The activation of theions for the magnetic field, as a model for absorption of energyof the field according to a cyclotronic process, first, and se-cond the accordance of such process with the phenomenonknown as paramagnetic electronic resonance, allow to establishthat the different bioelectromagnetical phenomena really arerelated facets of the interaction process.

    It is also possible to see that the development of these tech-niques has been very dissimilar if we compare their evolutionin the countries of our western environment with that took pla-ce in the countries of the area led by the former Soviet Union.In our next environment the biomagnetism was initially usedas a part of the electrotherapy and in osseous tissue repair. Inthe Eastern countries, it was mainly used for current problemsof the internal medicine, and besides this, the magnetic fieldwas applied simultaneously with other physical medicine tech-niques. In the technical literature it is frequent to find as habi-tual concepts, terms like magnetolaser, magnetoiontophoresis,etc.

    Key words: Clinical biomagnetics, magnetobiological effects,pulsed electromagnetic fields (PEMF), magnetotherapy, magne-therapy.

    Madroero de la Cal ATherapeutic utilisation of magnetic fields.I: Principles of the biomagnetismPatologa del Aparato Locomotor, 2004; 2 (1): 22-37

    Fecha de recepcin: ???????????????????

    AlvaroHighlight

  • INTRODUCCIN

    La motivacin del presente trabajo es presen-tar una gua, tan simple y rpida como sea posi-ble, que permita obtener con gran comodidad yrapidez una informacin fiable y completa, a par-tir de las publicaciones cientficas fcilmente acce-sibles, sobre lo que se ha publicado en referen-cia a la aplicacin de los campos magnticos encada rea clnica concreta.

    Ello va encaminado, principalmente, a quepersonas sin una importante informacin tcnicaen el campo del biomagnetismo puedan escogercon buen criterio entre la amplia gama de cam-pos que los equipos comerciales pueden sumi-nistrar. Usualmente, el fabricante de los equiposque se adquieren para las clnicas da unas indi-caciones excesivamente simples, a fin de no com-prometerse aconsejando dosis no ptimas. Deeste modo, el terapeuta se ve casi siempre en laperplejidad de que si compara las normas de usode unos equipos con otros, advertir, sin duda,que no hay unanimidad en las caractersticas delcampo magntico que se aconseja para cada pato-loga a tratar. Y en cuanto a los pequeos equi-pos para autotratamiento que se adquieren, porejemplo, a travs de anuncios en Internet, la situa-cin es peor, pues parece que la nica emisinde campo que ese preciso equipo procura, enopinin de su fabricante, acta como curaloto-do. Lo que equivale a decir que en la prcticaaporta poco ms que un efecto placebo.

    Otro tanto podra decirse de los imanes per-manentes que la propaganda etiqueta como parauso teraputico. Nadie explica por qu un imnms potente cura ms que otro menos potente, ysi realmente un imn muy potente puede resul-tar nocivo en alguna circunstancia. No se infor-ma a partir de qu valor del campo un imn esteraputico. No se dice en qu se diferencia unimn teraputico de un imn industrial, apar-te de en el precio.

    Por otra parte, si acudimos al alud de infor-macin que nos pueden suministrar las basesinformticas de documentacin cientfica de cali-dad contrastada, se puede obtener una sensacinde caos. Por ejemplo, las frecuencias de la red alas que profusos estudios acusan de originar cn-cer en la poblacin, resultan curativos en otrostrabajos.

    Por ejemplo, en el mismo NIH (National Ins-titute of Health) americano hay comits que nor-

    malizan las aplicaciones teraputicas de los cam-pos, mientras que otros tratan de recoger los resul-tados experimentales como base para propugnarla creacin de normativas nacionales destinadasa imponer que el ambiente en el que viven losciudadanos est limpio de interferencias electro-magnticas indeseables.

    La confusin, cuando se intenta entender elfenmeno desde la lgica perspectiva del cono-cimiento de la interaccin campo-tejido obteni-do sobre la base de resultados de experimenta-cin animal, es inevitable. Se debe probablementea que el acervo cientfico se ha establecido obser-vando indistintamente la respuesta de una clu-la viva en animal sano, extrapolando casi direc-tamente al ser humano, con un amplio espectrode patologas.

    Ello equivaldra, haciendo un smil con la inge-niera de los circuitos electrnicos, a pensar quepodemos saber todo lo que hace un transistorviendo su relacin salida/entrada en un circuito.Lo real es que el transistor mostrar una relacinsalida/entrada segn el circuito donde vaya mon-tado, y que le inducir a trabajar como amplifi-cador, como elemento de corte, etc. Del mismomodo no es fcil pensar que la reaccin de unaclula por la exposicin al campo sea casi inde-pendiente de que esa clula est implementadaen un msculo de rata o en un msculo humano.As pues, conviene informarse de resultados deestudios llevados a cabo en clnicas, con valora-cin estadstica, y que no estn costeados por nin-gn fabricante de equipos para electromedicina.

    En lo que sigue vamos a exponer el esquemade lo que se conoce como los mecanismos deinteraccin del campo magntico sobre los orga-nismos. Adems, aportaremos un amplio con-junto, creemos que muy representativo, de citasbibliogrficas de artculos publicados en revistasde la mxima calidad cientfica, de peer papers.Creemos que la breve referencia que de cada unose hace, podr permitir escoger un manojo de tra-bajos bsicos, suficientes para el campo de apli-cacin completo que interese a cada lector.

    Aconsejamos recurrir al estudio completo delas publicaciones originales, porque la simple lec-tura del resumen o resea suele ser insuficiente.Por otro lado, la confusin es ms que probable.Por ejemplo, tomando como muestra muy con-creta la aplicacin de los PEMF (Pulsed Electro-magnetic Fields) para la reparacin de cartlago,podemos encontrarnos con un trabajo en el que

    Terapias con campos magnticos (I)

    27 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 23

  • se diga que el campo magntico no genera car-tlago mientras que otros investigadores descri-ben cmo la exposicin a un campo estimula, deforma muy similar o incluso casi igual, la for-macin de un perfecto cartlago. Aparentementecontradictorio, pero el nudo se desata en cuantorecabamos detalles finos de, por ejemplo, el cam-po que en cada caso se ha usado. Con excesivafrecuencia, en el texto del artculo queda refleja-do solamente el que ha usado tal o cual aparato.Sin ms detalles adicionales.

    En lo que sigue, al resumir una amplia colec-cin de trabajos que representan el fruto de losestudios de las diversas escuelas, hemos credooportuno valorar positivamente el estilo de laescuela de los pases del Este de Europa, cuyostrabajos, no se sabe bien por qu, no tuvieron ladebida resonancia. Y en consecuencia, puedeadvertirse que, dentro de la aplicacin clnica delos campos magnticos, casi hay especialidadesoccidentales y especialidades del rea ex-sovitica.

    Entendemos que por esto puede ser de intersel exponer resultados por reas teraputicas, y noagruparlos atendiendo a la escuela o pas en don-de fueron publicados. Se intenta evitar as laausencia de algunos segmentos de informacinen revisiones publicadas por muy significativasinstituciones occidentales. Quizs las ms cono-cidas sean las revisiones ampliamente difundidasa travs de Internet, basadas generalmente eninformes emitidos por el NIH de Estados Unidos.Pueden conseguirse, por ejemplo, en:

    a) Rahoff V. Harnessing electric and magne-ticx fields for healing and health. ScienceNews 1999; 156 (29): 316-326. En: http://www.sciencenews.org/sn arc99/11 13 99/bob2.htm

    b) Null G. Biomagnetic healing. En: http://www.garynull.com/Documents/magnets.htm

    HISTORIA DEL USO CLNICODE LOS CAMPOS MAGNTICOS

    Hasta el siglo XIX no se puede hablar de ver-dadero comienzo de la utilizacin del electro-magnetismo en Medicina; Lente (1) utiliza lacorriente elctrica continua (direct current or gal-vanic current) para resolver fracturas no unidas y

    Hawtorne (2) utiliza imanes para resolver super-numerary joints. Pero ambos valiosos intentos sequedan sin encontrar la resonancia que mere-can, como corresponde a los que tanto se ade-lantan a su tiempo.

    Es en la segunda mitad del pasado siglo XXcuando las instrumentaciones ya disponibles per-miten la realizacin de estudios sobre efectos delos campos magnticos en animales y plantas,naciendo as el biomagnetismo, como cuerpo dedoctrina cientfica (3, 4).

    Estaba recin terminada la Segunda GuerraMundial cuando Fukada y Yasuda (5) publican untrabajo, que ha pasado a ser emblemtico, y quedescribe el efecto piezoelctrico del hueso huma-no. Se refiere al tejido seo seco, no in vivo.

    Aparentemente pareca que el olvido iba acubrir esta chispa de luz, como ya haba sucedi-do el siglo anterior con el trabajo de Lente ya men-cionado (1). Pero 20 aos ms tarde de la publi-cacin de Fukada y Yasuda (5), dos escuelasamericanas, la del Professor Andrew Bassett dela Universidad de Columbia, y la de los doctoresZacharias Friedenberg y Carl Brighton, del Servi-cio Mdico de la USA Navy, retomaron la antor-cha de Fukada y Yasuda, y pusieron para siempreen marcha lo que es uno de los grandes camposde la actual Medicina.

    El profesor Bassett realiz unos primeros estu-dios sobre el metabolismo seo (6), en dondecomprobaba que los esfuerzos mecnicos en eltejido, in vivo, daban lugar a un incremento deoxgeno, justificando as lo saludable que para elbuen estado de las piezas seas supone el ejer-cicio de la marcha. Posteriormente comprobabaque los esfuerzos mecnicos se traducan en laaparicin de potenciales elctricos (7, 8). Ms tar-de se comprobaba (9) que al imponer, con unelectrodo y una pila elctrica, una corriente elc-trica se daba lugar a la formacin de tejido seo.

    Se completaba con ello el modelo de que elejercicio que supone la marcha, a travs de la pro-duccin de impulsos elctricos endgenos, dalugar al crecimiento del tejido seo, permitiendoesto establecer la hiptesis de que el crecimien-to selectivo de tejido seo, que se conoce porremodelacin, est conducido por los impulsoselctricos endgenos. Esto justifica claramente lahabitual prctica ortopdica de reducir al mni-mo el perodo de inmovilizacin, una vez fijadala fractura, para permitir la movilizacin lo antesposible.

    A. Madroero de la Cal

    24 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 28

    AlvaroHighlight

  • En consecuencia, lo lgico pareca ser el impo-ner artificialmente unos impulsos elctricos equi-valentes a la marcha, para resolver no uniones yuniones retardadas.

    El paso siguiente fue pasar a utilizar unos deva-nados adjuntados a la zona aquejada de un fallode consolidacin. Estos arrollamientos de hilos decobre estaban recorridos por impulsos de corrien-te, de forma que se daba lugar a un campo mag-ntico exgeno. La gran aportacin fue compro-bar que las variaciones de campo magntico setraducan en aparicin de impulsos de corriente(10). Con ello naci la tcnica no invasiva cono-cida como acoplamiento inductivo (inductive cou-pling) y que permita acelerar el proceso de repara-cin sea (11), resolviendo incluso no unionesen los grandes huesos del aparato locomotor (12,13).

    El grupo de la Navy comenz publicando unamedida emprica del potencial bioelctrico quepresenta una tibia de conejo in vivo. Dicho poten-cial es ms pronunciado en las difisis, y msmoderado en la epfisis, lo que se correspondecon el nivel de actividad metablica de las dis-tintas zonas de una pieza sea (14). Si se reali-zaba una rotura experimental en la epfisis se dabalugar a la aparicin instantnea de un pico depotencial bioelctrico endgeno. Este pico es larespuesta biolgica con la que una pieza seapone en marcha su proceso de reparacin, puessignifica la formacin de un foco de atraccin deiones de calcio, justo en el punto en el que laaportacin del calcio es ms necesaria para laconstitucin de tejido seo.

    La consecuencia inmediata fue el desarrollode la tcnica invasiva (15, 16) consistente en colo-car unos pequeos electrodos en ambos bordesde una fractura, de forma que entre ambos bor-des imponan una corriente continua (corrientegalvnica o direct current) mediante una pila elc-trica que aplicaba un potencial a ambos bordesde la fractura a travs de los electrodos metlicosall insertados. La tcnica fue desarrollada conposterioridad (17, 18), despus de haber expli-cado de que los potenciales elctricos controlanla tensin de oxgeno (19), que es el responsabledel metabolismo del calcio. La generacin de losbiopotenciales elctricos quedaba justificada enbase a la diferente composicin inica (20) quepresentan las sucesivas capas de tejido que cons-tituyen una pieza sea.

    A fin de explicar la generacin de potenciales

    elctricos por efecto de la marcha, dan lugar auna generalizacin de la pseudopiezoelectrici-dad de Fukada y Yasuda (5), conocida comomodelo del potencial de arrastre (streaming po-tential) (21, 22). Ello consiste en un proceso porel que bolsas de lquido inico ofrecen una resis-tencia viscosa a cambiar rpidamente de forma,dando una apariencia reolgica al proceso dedeformacin mecnica de una pieza sea.

    Teniendo en cuenta que son los potencialeselctricos los que ponen en marcha los procesososteognicos cuya finalidad es procurar una repa-racin sea, este grupo de investigadores proce-di a colocar la zona anatmica con el fallo deconsolidacin a tratar entre las dos placas de uncondensador electrosttico, de modo que el po-tencial exgeno del capacitor o condensador su-pla la insuficiencia del potencial bioelctrico (23).Como tcnica no invasiva clnica que era, reci-bi el nombre de acoplamiento capacitivo (capa-citive coupling) (24, 25), para ser diferenciada dela aplicacin de campos magnticos, que recibi-ra la denominacin de acoplamiento inductivo(inductive coupling). El trmino acoplamiento pre-tende recordar la similitud con lo que sucede, porejemplo, en un transformador elctrico. All deci-mos que el devanado primario est acoplado conel devanado secundario mediante la induccinelectromagntica. Y el efecto es que cuando apli-camos energa elctrica en el primario se trans-fiere energa al secundario, sin que ambos estnconexionados. Del mismo modo la corriente querecorre las espiras induce con su campo la apa-ricin de corriente en el tejido seo.

    El ltimo paso dado por este grupo fue el po-ner operativa esta tcnica del acoplamiento induc-tivo. En los inicios de estos desarrollos se procu-raba que el campo magntico exgeno indujeseunos impulsos de corriente en el tejido seo simi-lares a los que haban demostrado su eficaciacomo impulsos elctricos (26) y como impulsosnaturalmente producidos durante la marcha. Setrataba de aprovechar la comodidad que suponael uso de una tcnica no invasiva.

    Como ms tarde veremos, en la actualidad sedisean los campos teraputicos teniendo encuenta los modelos fsicos de la resonancia ciclo-trnica y la resonancia electrnica paramagnti-ca. Y podra decirse que es equivalente a cuandoel hombre dej de intentar reproducir en los avio-nes el vuelo de los pjaros, pasando a disear enbase a la mecnica de fluidos. Es decir, es la

    Terapias con campos magnticos (I)

    29 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 25

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • madurez en el tema.El conocimiento no profundo de cmo influ-

    yen los parmetros del campo magntico que seaplica mediante la tcnica del acoplamiento in-ductivo hizo que, en los primeros aos, no se pu-diese proceder a una optimizacin del campomagntico versus el tipo de problema a ser resuel-to. Ello origin un gran nmero de descripcionesde campos magnticos diferentes que son pro-ducidos por equipos electrnicos especficos paracada caso. As por ejemplo, pueden ser citados lostrabajos de Sharrard (27), Rubin (28), Mc Leod (29,30), Watson (31), de Haas (32), de Heckman (33)y de Lynch (34). El propsito era, ya que por aquelentonces no se podan disear los campos mag-nticos con sus parmetros optimizados, conseguiruna optimizacin emprica de los campos, sobrela base de ir seleccionando los tipos de camposcon mejores resultados clnicos en ensayos compa-rativos realizados con grandes grupos de pacientes.

    En el progreso en cuanto al nivel de conoci-miento del mecanismo de la interaccin campomagntico-tejido vivo es donde realmente ha esta-do siempre la clave de todas las mejoras en estetema que se han venido registrando en aos pos-teriores.

    Se public, en primer lugar, el modelo de inte-raccin por actuacin del campo magntico sobrelos iones en relacin con la membrana celular(35), que no es sino un modelo utilizado previa-mente para estudios de magnetobiologa en tra-bajos anteriores (36).

    En este modelo se supone que la membranacelular est compuesta por biopolmeros orien-tados, de forma que ambas caras de la membra-na presentan una densidad de carga elctrica.

    En la cara intercelular se acumulan los ionesNa+, estando su cara intracelular tapizada de ionesprotenicos A.En la zona estable citoplasmticaabundan aniones A acomplejados por iones K+,resultando un conjunto neutro y estable.

    De vez en cuando, una molcula de agua gol-pea a un complejo AK+, pudiendo llegar a pro-ducirse la separacin brusca de ambos iones. Elin K+ puede alcanzar la suficiente energa comopara traspasar la membrana a travs de uno desus tneles o canales, alcanzando la zona inter-celular. Es el conocido efecto de bombeo selec-tivo de la membrana celular.

    El efecto del campo magntico resulta fcil deexplicar pues a partir de que se rompe el par AK+,el campo tiende a dirigir el movimiento de ambos

    iones A y K+ en sentido opuesto.Aadiendo a este modelo el concepto de tra-

    yectoria ciclotrnica (trayectoria en espiral queun electrn o partcula cargada sigue en el ace-lerador de partculas que la fsica designa comociclotron) pudo Libboff (37, 38) establecer unmodelo de resonancia, dependiente de la fre-cuencia, entre el campo magntico y el mediocelular.

    Bsicamente el modelo ciclotrnico se basaen el hecho de que una partcula cargada, en elseno de un campo magntico adquiere una tra-yectoria circular del mismo modo que una pie-dra lanzada al aire toma una trayectoria parab-lica. El perodo de giro es independiente del radiode giro, lo que permite definir una resonanciacuando la frecuencia del campo aplicado coin-cide con la frecuencia que se impone en el recin-to fsico, en este caso la clula, donde se produ-ce el fenmeno.

    Se calcula fcilmente que la frecuencia deresonancia vale f = (1/2) (B) (q/m). Es decir,depende de la relacin carga/masa de la partcu-la. De acuerdo con ello se pueden hacer unosclculos sencillos, cuyos resultados se exponenen la Tabla I.

    Los valores aqu obtenidos para la frecuenciade resonancia resultan perfectamente congruen-tes con las comprobaciones experimentales deque la interaccin del campo magntico con lasclulas vivientes tiene lugar preferentemente afrecuencias inferiores a 110 hz, las frecuenciasde baja frecuencia, de tan frecuente uso en cl-nica.

    A. Madroero de la Cal

    26 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 30

    TABLA I. Frecuencias de resonanciaciclotrnica de los distintos iones

    q/m Frecuencia de resonaciaEspecie inica (unidades e.u.) ciclotrnica (hz)

    H+ 0,991 760,0Li+ 0,140 110,0

    Mg+ 0,082 061,5Ca++ 0,050 038,7Na+ 0,043 033,3Fe++ 0,036 027,9Zn++ 0,031 023,4K+ 0,026 019,6

    Sr++ 0,023 017,3Rb++ 0,012 109,0

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • Es importante ver que los ejemplos conside-rados en la tabla anterior corresponden a ioneslimpios, libres de cualquier adherencia hidra-tadora, y conviene considerar que dada la natu-raleza del medio intracelular, estos iones lim-pios deben resultar raros, casi anecdticos.

    Lo lgico es realizar los clculos de la tablacon iones hidratados, lo que supone que, al haber-los dotados de ms masa, su relacin carga/masaes menor, lo que se traduce en una reduccin dela frecuencia de giro para un campo magnticodado. Por ejemplo, la frecuencia de un in Na+,por el hecho de pasar a ser considerada hidrata-da, pasa de tener una frecuencia de giro de 33,3hz, a corresponderle 18,6 hz, considerando queel campo es de 0,5 gauss.

    A pesar de esto, no es desechable la circuns-tancia de que los iones puedan desempear supapel en correspondencia con su estado de lim-pios o desnudos en ciertos compartimentosde la clula que suponen transporte de carga enel ncleo o en la mitocondria as como en lasmembranas del plasma. Por ello cada valor de lafrecuencia de la tabla debera ser desdoblado enno hidratado, monohidratado e hidratado-doble.

    Este desdoblarse las frecuencias de resonan-cia en armnicos se aproxima a la conclusin delos experimentos de Blackman et al. (39), reali-zadas con total independencia de los trabajos deLiboff. Blackman estudi el papel de la interac-cin entre el campo magntico y la salida haciael exterior de iones de calcio en clulas de cere-bro de pollo cultivadas in vitro. Sus experimen-tos confirmaron que la salida de calcio dependafuertemente de la intensidad del campo magn-tico terrestre local, observando que la mximasalida de iones Ca2+ se produca con la conjun-cin del campo magntico terrestre y un campoexgeno alterno de 0,38 gauss de intensidad y 15hz de frecuencia. Cuando estos nmeros se dupli-can a 0,76 y 30 hz respectivamente, se vuelve amaximizar el eflujo de Ca2+.

    Estos resultados sugieren la existencia de unaserie de ventanas de interaccin campo-tejido,que son congruentes con el campo magnticocontinuo natural de la Tierra Bo, de frecuencias fn= (2n + 1) k Bo

    Conviene destacar que el modelo de Liboff yel de Blackman coinciden en el valor de las fre-cuencias bsicas de resonancias de Ca2+. Pero laventaja a favor del modelo de Blackman estribaen que en este segundo caso se preven la exis-

    tencia de armnicos, lo que coincide con losresultados experimentales.

    Siguiendo la lnea de mantener la relacin car-ga/masa se explica la accin de los campos sobreesas grandes molculas conocidas como factoresde crecimiento. La literatura tcnica acerca de laregulacin de la osteognesis mediante la apli-cacin de campos magnticos que actan sobrelos factores de crecimiento es muy abundante (40-43).

    Lo que s parece razonablemente establecidoes que la mejor efectividad se consigue con unamezcla de campo alterno y campo continuo DC,tal y como comentbamos anteriormente a par-tir de los resultados de Blackman (39).

    Evaluaciones estadsticas de resultados de tra-tamiento en grandes grupos de pacientes han sidopublicados por Meskens (44), Hinsemkamp (45),de Haas (46), Freedman (47), Stein (48) y Krem-pen (49) y Randoll (50) para el caso concreto detratamientos de osteoporosis. No es fcil compa-rar unos con otros ya que no solamente estn rea-lizados con grupos de pacientes sensiblementediferentes, sino que no hay coincidencia en loque se refiere a las definiciones de los fallos a tra-tar y sus distintos niveles de morbilidad o disca-pacitacin.

    Como final vamos a hacer una breve mencinde artculos que eran revisiones del estado delarte. A finales de los aos ochenta se daba pormayor de edad a la tcnica (51) que haba sidoaprobada por la FDA (Federal Drug Administra-tion) en 1979 (52), extendindose su aplicacina otros campos de la Medicina (53). En los pasesdel entorno de la Unin Sovitica se focalizaronlos esfuerzos en simultanear los CMs con otra for-ma de energa (lser, ultrasonido, etc.) y en apli-carlos a un amplio espectro de tratamientos. Aspor ejemplo, muestran la utilizacin de los mode-los biofsicos (54). Los equipos productores decampos que los investigadores soviticos descri-ben producen campos muy simples (56). La expe-riencia en la Repblica Checa est ampliamenterecogida en (57).

    MECANISMOS DE INTERACCIN DELCAMPO MAGNTICO CONEL ORGANISMO HUMANO

    Los modelos ya comentados, el ciclotrnico yel de traspaso de la membrana celular por iones

    Terapias con campos magnticos (I)

    31 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 27

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • ayudados por la fuerza de Lorentz, fueron los pri-meros intentos de establecer una interrelacinentre el campo y los organismos, pero como seintentan explicar todos los hechos experimenta-les, fue necesario incrementar la complejidad delos modelos. Lo primero que haba que entenderera dnde radicaba la terapia, en el campo mag-ntico o en la corriente elctrica que el campomagntico creaba y que haba demostrado capa-cidad biorreparadora. Afortunadamente estas tresteoras han confluido en el modelo IPR (Ion Para-magnetic Resonance) que explica el efecto de loscampos alternos. El efecto del campo continuopuede explicarse como un caso de magnetoci-ntica qumica.

    Estas teoras, desarrolladas pensando en iones,han sido despus extendidas a los factores de cre-cimiento, y han alcanzado con ello la capacidadde explicarnos razonablemente la interaccin.Para explicar el efecto de campos extremadamen-te dbiles, adems del modelo IPR est el mo-delo de Jacobson (58).

    Adems estuvo vigente algn tiempo el mode-lo consistente en suponer que eran las corrienteselctricas que el campo generaba las que ponanen marcha los mecanismos reparadores (59), peroesta teora fue desestimada al comprobarse quecampos magnticos de muy baja intensidad, delorden de picoteslas y por ello incapaces de pro-ducir corriente alguna, manifestaban una claracapacidad curativa.

    El modelo IPR se debe a Lednev y Blackman(60, 61), y explicaba la activacin de iones a par-tir de la existencia de un campo continuo y uncampo alterno superpuestos, con este ltimo sin-tonizado a una frecuencia que depende del in.Se puede decir, para describirlo muy brevemen-te, que es un fenmeno muy similar a lo queacontece cada vez que se trabaja haciendo unaimagen con la resonancia magntica nuclear, s-lo que en este caso se trabaja en resonancia conel in H+ y en el caso del IPR se trabaja con elin Ca2+. Se basa en que cualquier in tiene unmomento magntico y, por lo tanto, es resonablecon el campo magntico. Solamente se necesitaque haya un campo continuo que oriente losmomentos de los tomos, y un campo alterno,de frecuencia sintonizada con un determinadotipo de tomos, que los haga entrar en resonancia.

    El modelo IPR ha permitido entender muchosdetalles biolgicos de la interaccin campo-orga-nismo y, sobre todo, de la interaccin campo-ner-

    vios siguiendo los trabajos de la escuela de Black-man (62-66).

    Blackman y cols. (62) dan cuenta de una inves-tigacin con cultivo de cerebro de pollo, al quesometen a un campo continuo y a otro alternosimultneos, con los que producen una emisinde iones de calcio. Esta emisin se produce cuan-do los campos continuo y alterno son perpendi-culares, pero no cuando son paralelos.

    Blackman y cols. (63) dan cuenta de experi-mentos realizados con cultivos de celulas PC-12,en un caldo con factor de crecimiento que deter-mina el crecimiento de neuritas. El objeto eradeterminar si el efecto sobre la formacin de neu-ritas se deba al propio campo magntico o erapor el campo elctrico que en el entorno de lasclulas se forma. Result que el factor activo erael campo magntico.

    Desde siempre es conocido el efecto de loscampos magnticos sobre los tomos e iones. Aprincipios del siglo XX se le daba al holandsLorentz un premio Nobel por explicar el porquun campo magntico desdoblaba las rayas de losespectros. Bajo esa ptica, Blackman (64) desa-rroll un modelo IPR segn el cual la resonanciase produce cuando en el seno de un campo mag-ntico constante se aade un campo alterno queacta sobre los iones muy en funcin de su masa,algo parecido en cierto modo a la resonanciamagntica nuclear.

    Tomaron como parmetro la NO (neurite out-growth) de las neuritas de clulas PC-12. La pri-mera serie fueron mediciones del NO en clulasexpuestas en un campo alterno de 45 Hz conintensidad que se escoga entre 77 y 468 mili-gauss, mientras que el campo continuo tena unaintensidad de 366 mgauss. En el segundo caso,el campo alterno iba de 7,9 a 21 con 45 Hz,mientras que el continuo iba a 20 mgauss. Final-mente, se usaron de 78 a 181 mgauss con 25 Hzy un continuo de 203 mgauss.

    En todos los casos se observ que el mximode NO se produca en las condiciones que pre-vea el modelo IPR.

    Blackman y cols. (65) dan cuenta de la reali-zacin de experimentos similares pero contrariosa los descritos por ellos (63). Esta vez se habancolocado los campos magnticos continuo y alter-no paralelos, de forma que se poda conseguir laextincin. Se observ que las frecuencias con lasque se consegua seguan una regla de armnicos,de acuerdo con las predicciones del modelo IPR.

    A. Madroero de la Cal

    28 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 32

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • Blackman y cols. (66) muestran los resultadosde mltiples experimentos con los que se barranun amplio margen de frecuencias, de intensida-des de campo magntico y de diferencia entreponer los campos alterno y continuo perpendi-culares. Los resultados no fueron totalmente fci-les de explicar, pues si bien en la mayora de loscasos se cumplen con rigor las previsiones delmodelo IPR, hay frecuencias para las que deja decumplirse, sobre todo en lo que se refiere a la per-pendicularidad/paralelismo de los campos alter-no y continuo.

    Como resumen de la aportacin que suponeel modelo IPR es, por una parte, el poner en esce-na la posibilidad del juego con las diferencias deorientacin entre los campos magnticos conti-nuo y alterno. En los primeros aos de esta tc-nica, las corrientes y frecuencias se mezclabanen un nico devanado, por lo que obligadamentesuceda que todas las componentes de campo es-taban integradas en la perpendicular a las espiras.

    La otra gran aportacin es el tema de los arm-nicos. En el modelo primitivo de la resonanciaciclotrnica, para un in sala una frecuencia, yslo una, de resonancia. Lo curioso es que me-diante el transcurso de procesos matemticos ver-daderamente muy distintos, ambas vas, la reso-nancia ciclotrnica y el modelo IPR, llegan a unidntico valor para el clculo de la frecuenciafundamental de resonancia del calcio. La granventaja del modelo IPR es que nos quita la dico-toma mental que durante pasados aos suponael trabajar con el modelo ciclotrnico de una solafrecuencia y comprobar a travs de la bibliogra-fa que distintas frecuencias producan los mis-mos benficos efectos. El lector a veces caa enla tentacin subconsciente de pensar que todo elbiomagnetismo tomaba la apariencia de un cier-to efecto placebo.

    La continuacin de este modelo fue la aplica-cin al tema de la sinergia de los campos con losfactores de crecimiento, en el refuerzo de su ac-cin reparadora. Lo cual era lgico, porque siambos tratamientos son tcnicas reparadoras, loesperable es que tengan un nexo comn. Losvamos a comentar siguiendo el orden factor decrecimiento del nervio NGF (nerve growth fac-tor), protenas morfogenticas del hueso BMP(bone morphogenic proteins) y factor de creci-miento fibroblstico FGF (fibroblast growth fac-tor).

    Con clulas nerviosas de la glndula adrenal

    de ratas, Drucker-Colin y cols. (67) comprobaronque la exposicin a campos magnticos produ-ca en las clulas cromofnicas el mismo tipo deevolucin que el cultivo en un medio al que sehaba incorporado un NGF del tipo de la nora-drenalina.

    En clulas de ganglio dorsal de embriones depollo (68) se haba comprobado anteriormenteen un cultivo con 50/100 ng/ml de NGF, que slocon campo de baja frecuencia o con NGF porseparado, el crecimiento de neuritas era ms acu-sado que el que se produca en clulas de con-trol. Cuando se simultaneaban ambos factores, elcrecimiento era an ms pronunciado.

    El nexo entre los efectos del campo magnti-co y los factores de crecimiento no poda ser otroque el in Ca2+, que tan importante papel de-sempea en las diferenciaciones celulares en lasque toma parte el NGF. Se tomaron (69) cultivosde clulas cromofnicas de glndula adrenal, alas que se someta a ELF MF (Extra Low FrequencyMagnetic Field) y/o NGF. Cuando al cultivo delas clulas se aada un bloqueante como es lanifedipina (que impide el paso de los iones Ca2+),simultneamente a la aplicacin de los campos,la diferenciacin no tena lugar. Por el contrario,cuando en vez de campos se estimulaba con NGF,el bloqueante no tena efecto. Adems, se obser-v que durante la exposicin a campos, la adi-cin de agonistas incrementaba el porcentaje declulas diferenciadas y la longitud de las neuritascrecidas. Esto permite establecer que el meca-nismo es el paso de los iones por los canales Ca2+de la membrana celular.

    La investigacin ha traspasado el estadio deestudios biolgicos en cultivos celulares. Longoet al. (70) describen los resultados de unos ensa-yos consistentes en efectuar transecciones en elnervio citico medio de ratas, y exponerlas aPEMF (Pulsed Electromagnetic Fields) durante cua-tro horas/da, dejando tambin animales sin expo-sicin al campo como control. La actividad delNGF fue evaluada en segmentos de 5 mm, pro-ximal y distal, comparndose con un segmentotomado de la pierna en la que no se haba pro-ducido la transeccin. La actividad del NGF fueevaluada mediante un ensayo de sensoriabilidadneuronal en DRG (Dorsal Root Ganglia) de po-llo.

    En los nervios en los que no haba habido tran-seccin, en zonas distal, proximal y contralate-ral, se notaba una disminucin de la actividad.

    Terapias con campos magnticos (I)

    33 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 29

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • En los casos en los que haba habido transeccin,entre las 6 y las 24 horas apareca un incremen-to de la actividad NGF en contralateral, pero noen ipsilateral. Esto parece indicar que los PEMFpromueven la regeneracin nerviosa prolongan-do la primera etapa en la que decrece el NGF.

    El resumen de todos estos conocimientos esque la mejor baza para la actuacin clnica es laaplicacin del factor de crecimiento, como ya seviene empezando a hacer de forma habitual, peroconjuntndola con un campo de baja frecuencia,o incluso con imanes permanentes.

    Algo muy similar podramos decir de los es-tudios sobre la BMP. Bodamyali y cols. (71) exa-minaron el efecto de los PEMF en la osteogne-sis in vitro durante la formacin de ndulos dehueso y sobre la expresin en mRNA de prote-nas morfogenticas 2 y 4 mediante la reaccinen cadena de polimerasa por transcripcin inver-sa (RT-PCR) en cultivo de osteoblastos de crneohumano. Con respecto a clulas de control seobserv que la exposicin a PEMF estimulaba laformacin de un 39% ms de ndulos seos, conun incremento en longitud del 70%. Este efectopareca ser proporcional a la duracin de la apli-cacin de PEMF. Simultneamente produce unatranscripcin en BMP-2 y 4 mRNA.

    Por su parte, Yajima y cols. (72) hicieron unseguimiento de la influencia de los PEMF sobrela expresin gentica de la protena morfogen-tica sea BMP-1 en clulas osteoblastos huma-nas, a travs de la transcripcin de la cadena depolimerasa. Las clulas fueron expuestas de modocontinuo durante 1, 6, 12, 24 o 48 horas. El efec-to es claramente el incremento de la mRNA, sien-do mxima la estimulacin para un tiempo de tra-tamiento de 12 horas. Estos resultados puedenexplicar la estimulacin que los PEMF hacen enlas clulas osteoblsticas in vivo.

    Y pasamos, por ltimo, a ocuparnos de la rela-cin entre campos magnticos y el factor FGF,por su faceta de gran inters debido a su capaci-dad de regeneracin del cartlago.

    Liu y cols. (73) estudiaron el efecto de los PEMFsobre la composicin y estructura molecular delcartlago proteoglicano en embriones de pollo de16 das de incubacin, a los que se expona a PEMFtres horas/da durante dos das. En los explantesse observ que no haba variacin en el conteni-do en DNA, pero haba una elevacin en el con-tenido en GSM (glicosaminoglicano). Los GSMformados bajo PEMF eran indistinguibles de los for-

    mados sin campo, en los embriones control. Unexamen de embriones etiquetados con sulfato 35Sdemostraron que los PEMF impedan la degrada-cin de los GSM preexistentes, formndose nue-vos GSM. Parece esto establecer que los PEMF noafectan la estructura molecular de los GSM.

    Esta capacidad para formar cartlago puedellegar a ser incluso inconveniente, pensando enalgn tipo de aplicaciones, como por ejemplo, launin de piezas de la espina dorsal. Guizzardi ycols. (74) estudiaron en modelo de ratas la influen-cia de los PEMF en la formacin de callo duran-te la fusin de vrtebras, estudiando la evolucinde artrodesis postero lateral en la zona lumbar dela columna vertebral. Se proceda a una decorti-cacin y retirada del cartlago articular, aplicn-dose a continuacin el campo magntico. Se man-tena un grupo de control sin aplicarles PEMF. Lasratas eran sacrificadas entre cuatro y ocho sema-nas despus, comprobndose que en las someti-das a PEMF la formacin del callo comenzabajusto desde el primer momento. Por el contrario,en los animales que no haban sido expuestos alos PEMF, la formacin del callo tena lugar a par-tir de la octava semana, teniendo el callo unanaturaleza mayoritariamente cartilaginosa. Esteresultado explica la ausencia de buenos resulta-dos en muchos casos de fusiones de vrtebras porprocedimientos quirrgicos convencionales.

    Pero no se trata de que los campos tengan unatendencia innata a decantarse por la activacinselectiva de tejido seo o de tejido cartilaginoso.Aarn y cols. (75) llevaron a cabo estudios in vitrodonde el campo promova la sntesis de molcu-las de la matriz extracelular. Asimismo, in vivoestimulaban la osificacin endocondral. Es decir,los PEMF estimulan la sntesis del cartlago y lasubsecuente calcificacin endocondral. Los es-tudios histomorfomtricos mostraban que lamaduracin de las trabculas seas resultabaasimismo estimulada por la aplicacin de losPEMF.

    Este puede ser el mecanismo que justifica lautilizacin clnica de los campos magnticos enproblemas de reparacin de fracturas y fijacinde placas.

    Hay ms pruebas de que los campos estimu-lan la formacin de un cartlago sin alteraciones.Norton (76) estudi cultivos de condrocitos ex-puestos a PEMF. En unos casos se aplicaban losPEMF despus de un crecimiento sin exposicinal campo, mientras que en otro, por exposicin

    A. Madroero de la Cal

    30 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 34

  • desde el momento inicial, todo el crecimientotena lugar bajo campo. Los ensayos del primercaso simulaban una no unin atrfica, y los segun-dos una no unin hipertrfica. En ambos gruposse midi la influencia del campo aplicado sobrela proliferacin y diferenciacin celular.

    Result que los cultivos de crecimiento activa-do mostraban un rpido crecimiento en la acti-vidad lisozomtica, en la produccin de hialuro-natos y DNA. Apareca tambin una disminucindel contenido de glicosoaminoglicanos. Los PEMFdisminuan la sntesis de los glicosoaminoglica-nos, si bien este aspecto era abolido por la qui-totriosa, un inhibidor especfico de la lisozima.Otro tipo de inhibidores, como la cicloeximida,no tenan esta capacidad. La conclusin es quelos PEMF actan sobre la lisozima de la matriz,produciendo as un cartlago correcto.

    La pista sobre cmo actuar para derivar el efec-to de los campos magnticos hacia la estimula-cin de hueso o de cartlago nos viene en cuan-to examinamos el efecto de substancias aadidasmientras tiene lugar la exposicin. Sakai y cols.(77) estudiaron el efecto de los PEMF sobre la pro-liferacin celular y sntesis de los glicosamino-glicanos (GAG) en una serie de experimentossobre el crecimiento de cartlago en costillas deconejo y cultivo de clulas humanas de cartlagoarticular.

    La estimulacin era durante cinco das con dosvariantes: a) exposicin continua, y b) perodosde aplicacin de 12 horas/da con otras 12 dereposo. En el caso a) apareca proliferacin celu-lar y sntesis del GAG. En el caso b) era ms inten-sa la proliferacin celular pero la sntesis de GACno tena lugar.

    El ms eficaz de los agentes de tratamiento encuanto al incremento de los efectos de los PEMF,era la lidocana. La conclusin era que el campoms eficaz era el aplicado con intermitencia de12 horas, y que la estimulacin tiene lugar en elncleo, no a travs de la membrana.

    Estas ideas pasaron del laboratorio a la tecno-loga y a la industria y, de hecho, hay patentes(78) en las que se indica cmo un campo PEMFaplicado a una zona en la que se suministr FGFsirve para determinar y estimular la formacin detejido cartilaginoso.

    Sin darnos cuenta, hemos pasado de los cam-pos de baja o extremadamente baja frecuencia,a los de frecuencia media o impulsos. Es decir,hemos pasado de la resonancia atmica o mole-

    cular, del modelo ciclotrnico o IPR, al metabo-lismo de las reacciones qumicas. Hemos entra-do con ello en el mbito de lo que se designacomo magnetoqumica.

    La teora de las reacciones qumicas se enmar-ca, en su concepcin clsica, como un choqueentre molculas de reactantes para producir lareordenacin de tomos que suponen la forma-cin de productos de reaccin. Normalmente, lacintica de la reaccin se acelera propiciandoestos choques, aumentando su frecuencia, o in-crementando la energa cintica de las molcu-las reactantes, a fin de que porten la energa sufi-ciente como para que puedan permitirse el gastode energa que supone la formacin de los pro-ductos de la reaccin.

    Por ello el incremento de temperatura es elcamino habitual para poner en marcha una reac-cin, recibiendo esta va el nombre de termo-qumica. Pero tambin podemos actuar hacien-do que los reactantes absorban energa que lesllega en forma de energa radiante o de energaen forma de campo. As nacieron la sonoqumi-ca (estimulacin con ultrasonidos) y la lser-qu-mica, por ejemplo. Y es evidente que la utilizacinen fisioterapia del lser y los ultrasonidos no sonsino una transferencia de estas posibilidades.

    Del mismo modo podramos hablar de la mag-netoqumica, o arte de aprovechar los camposmagnticos para realizar en su seno las reaccio-nes qumicas que nos interesen, ahorrando laenerga que supone la activacin qumica porcalentamiento indiscriminado. La caractersticafundamental de la magnetoqumica es que fun-ciona ms o menos en las molculas, depen-diendo del momento magntico de las molcu-las reactantes. Es pues una activacin muyselectiva. Una excelente revisin sobre estos temaspuede encontrarse en Steiner y Ulrich (79), queacaba diciendo: En esta revisin hemos intenta-do mostrar una revisin comprensible adecuaday simplemente estructurada de la visin actualdel campo de la magnetocintica qumica, ha-biendo intentado dar la misma importancia a losaspectos tericos y a los resultados experimenta-les.

    La magnetocintica es una herramienta de usoen la ingeniera qumica, cuyas ventajas quedanrecogidas en patentes. As, por ejemplo, en (80)se describe cmo se puede controlar una reac-cin qumica variando la susceptibilidad a la reac-cin qumica mediante la aplicacin de un gra-

    Terapias con campos magnticos (I)

    35 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 31

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • diente de campo magntico. Si el gradiente decampo que se aplica es positivo, la reaccin resul-ta acelerada. Si el gradiente que se aplica es nega-tivo la reaccin resulta aminorada.

    Hay ms patentes al respecto. Por ejemplo,Reinpell (81) nos describe cmo se puede influen-ciar la velocidad de las reacciones qumicas deinters para la ingeniera industrial, orientandolas molculas de los reactantes segn su momen-to magntico, mediante campos elctricos/mag-nticos antes de llegar a la reaccin o, incluso,ya en la reaccin, es decir, magnetizando a losreactantes inmediatamente antes de que lleguenal reactor, o cuando ya estn en l. Conviene des-tacar que al leer este texto de qumica industrial,parece como si nos acabasen de repetir en un len-guaje ligeramente variado las bases de la esti-mulacin capacitiva y la estimulacin inducti-va, que venamos conociendo a travs de laliteratura sobre biomagnetismo.

    Lo primero que hay que entender es que cuan-do un campo magntico acta sobre nuestro orga-nismo lo est haciendo sobre un conjunto de sus-tancias, entre las que el agua es mayora absoluta.Nos ciega el hecho de que tenemos en nuestrosubsconciente intuitivo, por aquello de que elagua es inodora, incolora e inspida, la supo-sicin/creencia de que, de cara al campo mag-ntico, el agua seguro que es casi un gas noble.Y macroscpicamente, por supuesto, el agua esdiamagntica, parece inasequible al efecto de unimn. Pero a nivel del equilibrio entre las fasesque componen el agua pura, el agua realmentees una substancia enormemente compleja.

    Y as es porque la combinacin oxgeno-hi-drgeno existe con diversas estructuras molecu-lares, la de H2O que corresponde al agua comn,la de H2O2 que corresponde al perxido de hidr-geno, y la de trixido H2O3, que slo es establea bajas temperaturas. Y el equilibrio entre estasfases es complejo. Realmente, una proporcin demolculas de agua est desintegrndose e inte-grndose continuamente, y la relacin entre elnmero de molculas disociadas y las molculasinafectadas, definida como pH, nos dan una medi-da del grado de acidez o basicidad.

    La reacciones de asociacin-disgregacin (82)son: H2O = H+ + OH, H3O+ + OH = 2H2O yH9O4+ + H7O4 = 8H2O. Es decir, el agua es unpunto de equilibrio metaestable, lmite entre laacidez y la alcalinidad entre iones compuestosde oxgeno e hidrgeno.

    Esta forma de ver las cosas nos explica, ade-ms, el importante efecto de los campos magn-ticos sobre la acidez del medio fisiolgico, com-probado porque se traduce en un incremento dela velocidad de corrosin de los implantes met-licos insertados en un ser humano vivo (83).

    No debe tomarse esto como un hecho quedebera desaconsejar el uso de la magnetotera-pia en pacientes con prtesis metlicas inserta-das. El enemigo del acortamiento de la vida tilde las prtesis no es la corrosin generalizada, laque origina el campo magntico, sino otros tiposde corrosin localizada, como la tensocorrosin.Por otra parte la velocidad de corrosin propi-ciada por el campo magntico tardara muchosaos en disolver una prtesis, produciendo entretanto visibles problemas de metalosis, que servi-ran de aviso acerca de que algo indeseable estocurriendo.

    La explicacin del aumento de la corrosinpor la exposicin al campo magntico es puesuna prueba clara de que la existencia del campoexgeno produce un cambio en el pH, que va atener, por otro lado, una clara actuacin en otrosaspectos biolgicos.

    A partir de este punto, adquieren explicacinlas palabras de Null (84): Hay muchas personascon un estado de salud deficiente debido a sumal equilibrado estado acidez/alcalinidad. Elestado cido supone una cierta actividad pato-gnica asociada a menor conductividad elctri-ca y una hipoxia (insuficiente nivel de oxge-no). Esta leve acidemia (exceso de acidez en elmedio) expulsa fuera de la clula una cierta can-tidad de calcio, originando procesos inflamato-rios.

    Esta acidez se corrige aplicando el polo sur deun imn. Este efecto se produce por el mecanis-mo de que los vasos sanguneos introducen yextraen de zonas intensas del campo magnticogenerado por los imanes, a las complejas mol-culas que componen el flujo sanguneo, de for-ma que para cada molcula del torrente sangu-neo supone una subida y bajada de la intensidaddel campo. Es como si un tren en un tnel se acer-case a un punto en medio de su trayectoria don-de hay un fuerte emisor acstico; a partir del mo-mento en que se rebaja la zona ruidosa, la sealde ruido desciende.

    Esta variacin en el campo ambiental local, setraduce en una sacudida traccin-compresinsobre los agregados de biomonmeros, que se

    A. Madroero de la Cal

    32 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 36

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • fragmentan parcialmente. Ello permite absorberhidrogeniones del medio para neutralizar los radi-cales libres que aparecen a consecuencia de lasroturas de puentes. Y por tanto supone un incre-mento en la alcalinidad.

    El efecto del campo magntico continuo sobrela variacin en el nivel de acidez del medio acuo-so haba sido ya reconocido como una posibili-dad para explicar su capacidad de estimulacinde la precipitacin del calcio seo (85) de unmodo similar a como los imanes industriales colo-cados en tuberas que conducen agua dura, laconvierten en agua blanda por precipitar las salesminerales. Y del mismo modo el efecto del cam-po magntico continuo producido por la Tierrasirve para mantener el calcio en el tejido seovivo. Cuando el campo terrestre se anula artifi-cialmente, se produce automticamente un pro-ceso osteoportico (86).

    Por otra parte, la magnetocintica nos da laclave de porqu los imanes permanentes actansobre el dolor. Hay un amplio uso de la aplica-cin de imanes en magnetoacupuntura y mag-netoauriculopuntura segn la cual el campo nor-te produce relajacin, mientras que el campo surgenera una estimulacin, pero sin que nadie expli-que el porqu. Este uso a ciegas es el que ha de-terminado que el uso de los imanes sea conside-rado vox populi como un tema propio demedicinas marginales o alternativas, que se tole-ran porque son inocuos y funcionan como efec-to placebo. El carcter de campo esttico los res-ta credibilidad, ya que en todo en lo que venimosdando cuenta, las frecuencias del campo resul-tan un aspecto esencial.

    El tema del tratamiento del dolor mediante laaplicacin de imanes permanentes del ms diver-so tipo est ampliamente recogido en la literatu-ra (87), con descripciones de las presentacionescomerciales, plantillas para magnetoreflexotera-pia, envolturas, colchonetas, almohadillas, col-chas, gargantillas, pulseras, etc. Lo presentancomo una prolongacin de la magnetoacupun-tura, pero con unas presentaciones que no van apermitir una colocacin exacta de los imanes; taly como sera aceptable si prcticamente cualquierdistribucin fuese buena.

    En Estados Unidos no estn regulados los ima-nes permanentes para uso teraputico. S lo estnen Japn, donde se exige que sobre la piel delenfermo, los imanes produzcan un campo de 500gauss. Como trmino de comparacin podemos

    decir que, por ejemplo, los imanes que se utili-zan en el hogar para adherir una nota de papelen la puerta de la nevera suelen tener un campode unos 200 gauss.

    Excepto en pacientes con obesidad mrbida,en los que es difcil que el campo de los imanesllegue hasta donde se requiere, se obtienen bue-nos resultados, siempre que se tenga claro elcmo y dnde han de ser colocados los imanes.Y esta informacin tambin est publicada, a par-tir de los estudios de bastantes equipos de inves-tigadores, entre los que cabe destacar (8-90) algrupo del Holcomb Medical Research Institute enla Universidad de Vanderbilt en Tennesse, Esta-dos Unidos.

    La idea bsica es que la capacidad de los ima-nes permanentes para calmar o resolver el dolorse basa en lo ms o menos pronunciado del gra-diente de su campo.

    El concepto fsico de gradiente no es sino larapidez de la variacin con el espacio o la distan-cia. En trminos de campo gravitatorio, el gradien-te de la superficie de una carretera es la formacorrecta para describir lo ms o menos pronun-ciado de su pendiente. Un terreno llano tiene ungradiente gravitatorio cero, una cuesta ascendentetiene un gradiente gravitatorio positivo, y una cues-ta descendente tiene un gradiente gravitatorionegativo. El gradiente de una cuesta suave serepresenta por un nmero bajo (positivo o nega-tivo, segn corresponda), y a una cuesta empi-nada le corresponde, como gradiente, una cifraalta (tambin positiva o negativa).

    Los gradientes de campo magntico con ima-nes se logran fcilmente en la prctica asocian-do o agrupando pequeos imanes. Es muy fcilde entender imaginando un plano conformadopor un mosaico de pequeas teselas de geome-tra cuadrada, que en realidad son idnticos ima-nes permanentes. Si todas las teselas son imanescon la cara norte al exterior, la superficie equi-potencial (la grfica tridimensional del valor delcampo en funcin de la distancia en el plano hori-zontal x-y) ser un casi plano (ms prximo a unplano cuanto ms pequeas sean las teselas) hori-zontal, con pequeos hundimientos en los vrti-ces de las teselas. Si todas estuvieran colocadascon su cara sur al exterior, la situacin sera idn-tica, pero con la superficie equipotencial pose-yendo un valor negativo.

    Si ahora imaginamos un mosaico en ajedre-zado, es decir, con polaridades norte-sur alter-

    Terapias con campos magnticos (I)

    37 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 33

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • nativas de modo similar a como se suceden losblancos y los negros en el tablero de ajedrez, lasuperficie equipotencial saltara de una cara aotra, tomando la forma de protuberancias en alto-rrelieve y en bajorrelieve. Estaramos con un sis-tema que produce un campo de capacidad tera-putica incrementada.

    Nos encontramos as con la imagen que se ne-cesita para utilizar adecuadamente los imanes enlos tratamientos. Lo ms frecuente es trabajar acuatro o a cinco puntos, es decir, con cuatro ocinco imanes colocados con una configuracino colocacin tal y como se muestra en la Figura 1.

    A la luz de estas ideas es posible entender algotan fascinante como es el hecho, avalado por laprctica de la magnetoacupuntura, de que un polonorte tenga el efecto fisiolgico opuesto al de unpolo sur, siendo realmente lo mismo, aunque consentido opuesto. Si suponemos que la piel es unasuperficie equipotencial plana, al adjuntarle unimn se le produce una protuberancia en relieveo en bajorrelieve, es decir, una zona con gradientepositivo o negativo. Es decir, incrementamos osubimos la potencialidad de las reacciones qu-micas.

    En la ya citada referencia (88) se hace una revi-sin de resultados publicados de estudios de ima-nes correctamente aplicados a problemas de dolor.Quedan con ello lejos las tentaciones de utilizarmontajes comerciales con imanes, cuyo nicoefecto era el placebo, como por ejemplo loscollares magnticos (91).

    La resea del desarrollo del biomagnetismo,que por reciente no puede ser etiquetado comohistoria, empieza con un malentendido. Lo pri-mero fue que la corriente impuesta con artificia-les generadores, propiciaba el crecimiento seo.Despus se vi que el campo magntico era esti-mulador, y mucho mas cmodo por su carcterde no invasivo, y se acu el trmino inducti-ve coupling. Es decir, ponemos unos impulsosmagnticos de campo, que por una induccin

    similar a la que tiene lugar en una dnamo, gene-ran una bioelectricidad. Y es el efecto de deposi-cin galvnica de estas corrientes, el que incre-menta los depsitos clcicos.

    Ahora sabemos que no es as. El campo mag-ntico es la causa, y la bioelectricidad es el efec-to. El metabolismo desequilibra localmente el pH,y ello nos convierte en una pila viviente. Y la des-carga de la pila mediante corrientes bioelctricasse llama Vida. As hay que entender el biomag-netismo, como la herramienta esencial que actasobre lo esencial de la vida. Ahora ya sabemosque inyectar un factor de crecimiento, extradopor concentracin de la sangre del paciente, esequivalente a aplicar un campo magntico, yaque lo que el campo hace no es sino estimular laproduccin de dichos factores.

    BIBLIOGRAFA

    11. LENTE F D. Cases of ununited fractures treated byelectricity. N Y J Medicine. 1850; 5: 317-319.

    12. HAWTORNE E. On the causes and treatment of pseu-doarthrosis and specially that form of it sometimescalled supernumerary joints. Amer Jour Med. 1841;1: 121-156.

    13. MARET G, KIEPENHEUER J, BOCCARA N (eds). Bio-physical effects of steady magnetic fields. Berln: Sprin-ger Verlag, 1986.

    14. BLANK M, FINDL E (eds). Mechanistic approachesto the interactions of electric and electromagneticfields with living systems. New York: Plenum Press,1987.

    15. FUKADA E, YASUDA I. On the piezo-electric effectin bone. Jour Phys Soc Japan. 1957; 12: 11-58.

    16. BASSET C A L, HERMANN I. Influence of oxigen con-centration and mechanical factors on differentiationof connective tissues in vitro. Nature. 1961; 190: 460-461.

    17. BASSET C A L, BECKER R O. Generation of electricpotentials by bone in response to mechanical stress.Science. 1962; 137: 1063-1064.

    18. BASSET C A L. Electrical effects in bone. Scien Ame-rican. 1965; 213: 18-28.

    19. BASSET C A L, PAWLUK R J, BECKER R O. Effects ofelectric currents on bone formation in vivo. Nature.1964; 204: 652-653.

    10. BASSETT C A L, PAWLUK R J, PILLAR A A. Augmen-tation of bone repair by inductively coupled electro-magnetic fields. Science. 1974; 184: 575-577.

    11. BASSETT C A L, PAWLUK R J, PILLAR A A. Accele-ration of fracture repair by electromagnetic field. Asurgical non invasive method. Ann New York AcadScien. 1974; 236: 242-262.

    12. BASSETT C A L, MITCHELL S N, GASTON S R. Tre-

    A. Madroero de la Cal

    34 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 38

    N S

    S N

    x

    configuracin concuatro imanes

    N N

    N

    S

    N

    configuracin concinco imanes

    Fig. 1. Asocia-cin de peque-os imanes pa-ra tratamientosantilgicos enreas puntua-les.

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

    AlvaroHighlight

  • atment of ununited tibial diaphyseal fractures withpulsing electromagnetic fields. J Bone Joint Surgery(American). 1981; 63: 511-523.

    13. BASSETT C A L, PAWLUK R J. Non invasive methodsfor stimulating osteogenesis. J Biomed Mater Res.1975; 9: 371-374.

    14. FRIEDELBERG Z B, BRIGTHON C T. Bioelectricalpotentials in bone. Jour Bone Joint Surg (Amer). 1966;48: 915-918.

    15. FRIEDENBERG Z B, ROBERTS P G, DIDIZIAN N H,BRIGTHON C T. Stimulation of fracture healing bydirect current in the rabbit fibula. J Bone Joint Surg(Amer). 1971; 53: 1400-1408.

    16. BRIGTHON C T, FRIEDENBERG Z B, MITCHELL E I,BOOTH R E. Treatment of nonunion with constantdirect current. Clin Orthop. 1977; 124: 106-123.

    17. FRIEDENBERG Z B, BRIGTHON C T. Bioelectricityand fracture healing. Plastic Reconstr Surg. 1981; 68:435-453.

    18. BRIGTHON C T. Current concepts review: the treat-ment of non-unions with electricity. J Bone Joint Surg(Amer). 1981; 63: 847-859.

    19. BRIGTHON C T, FRIEDENBERG Z B. Electrical sti-mulation and oxygen tension. Ann New York AcadSci. 1974; 238: 314-320.

    20. BRIGTHON C T. Bioelectrical effects on bone andcartilage. Clin Orthop. 1997; 124: 2-4.

    21. PIENKOWSKI D, POLLACK S R. The origin of stress-generated potentials in fluid-saturated bone. J OrthopRes. 1983; 1: 20-41.

    22. CHAKKALAKAL D. Mechanoelectric transduction inbone. J Mater Res. 1989; 4: 1034-1046.

    23. BRIGTHON C T, POLLACK S R. Treatment of recal-citrant non-union with a capacitively coupled elec-trical field. J Bone Surgery (American). 1985; 67: 577-585.

    24. RIJAL K P, KASHIMOTO O, SAKURAI M. Effect ofcapacitively coupled electric fields on an experimentalmodel of delayed union of fracture. J Orthop Res.1994; 12: 262-267.

    25. SCOTT G, KING J B. A prospective, double-blind trialof electrical capacitive coupling in the treatment ofnon-union of long bones. J Bone Joint Surgery (Ame-rican). 1994; 76: 820-826.

    26. POLLACK S, BRIGHTON C T, GRIFFITH N J, PIEN-KOWSKI D. Electromagnetic method and apparatusfor healing living tissue. Patent US5014699.

    27. SHARRARD W J W, SUTCLIFFE M L, ROBSON M J,MACEACHERN A G. The treatment of fibrous nonu-nions of fractures by pulsing electromagnetic stimu-lations. J Bone Joint Surgery (British). 1982; 64: 189-198.

    28. RUBIN C T, Mc LEOD K J, LANYON L E. Preventionof osteoporosis by pulsed electromagnetic fields. JBone Joint Surgery (American). 1989; 71: 411-417.

    29. Mc LEOD K J, RUBIN C T. Frequency specific modu-lation of bone adaptation by induced electric fields.Theor Biol. 1990; 145: 385-396.

    30. Mc LEOD K J, RUBIN C T. The effect of low frequencyelectrical fields on osteogenesis. J Bone Joint Surgery(American). 1992; 74: 920-929.

    31. WATSON J, DOWNES E M. The application of pul-sed fields to the stimulation of bone healing in hu-mans. Japan Jour Apply Phys. 1978; 17: 215-218.

    32. DE HAAS W G, LAZAROVICI M A, MORRISON DM. The effect of low frequency magnetic fields on thehealing of the osteotomized rabbit radius. Clin Or-thop. 1979; 145: 245-251.

    33. HECKMAN J D, INGRAM A J, LLOYD R D. Nonuniontreatment with pulsed electromagnetic fields. ClinOrthop. 1981; 161: 58-66.

    34. LYNCH A F, Mc AULEY P. Treatment of bone nonu-nion by electromagnetic therapy. IJMS. 1985; 154:153-155.

    35. FARNDALE R W, MAROUDAS A, MARSLAND T P.Effect of low-amplitude pulsed magnetic fieds oncellular ion transport. Bioelectromagnetics. 1987; 8:119-125.

    36. DEL MORAL A, AZANZA M J. Model for the effect ofstatic magnetic field on isolated neurons. J Magn Mag-netic Mat. 1992; 114: 240-242.

    37. LIBBOFF A R. Electric field ion cyclotron resonance.Bioelectromagnetics. 1997; 18: 85-87.

    38. LIBOFF A R McLEOD B R. Kinetic of channelizedmembrane ions in magnetic fields. Bioelectromag-netics. 1988; 9: 39-51.

    39. BLACKMAN C F, BENANE S G, RABINOWITZ J R. Arole for the magnetic field in the radiation-inducedefflux of calcium ions from brain tissue in vitro. Bioe-lectromagnetics. 1985; 6: 327-337.

    40. NAGAI M, OTA M. Pulsating electromagnetic field es-timulates mRNA expression of bone morphogeneticprotein-2 and -4. J. Dental Res. 1994; 73: 1601-1605.

    41. SAHINOGLU T, BHATT B, GULLETT L. Pulsed elec-tromagnetic fields induce osteogenesis and unregu-late bone morphogenetic protein-2 and -4 mRNA inrat osteoblast in vivo. Trans Orthop Res Soc. 1996;21: 204-209.

    42. ZHUANG H, WANG W, SELDES R M. Electrical sti-mulation induces the level of FGF-B1 mRNA in oste-oblastic cells by a mechanism involving calcium/cal-modulin pathway. Biochem Byophys Res Comm.1997; 237: 225-229.

    43. AARON R K, CIOMBOR D, JONES A R. Bone induc-tion by decalcified bone matrix and mRNA of TGFband IGF-1 are increased by ELF field stimulation. TransOrthop Res Soc. 1997; 22: 548-554.

    44. MESKENS M, STUYCK J, MULLER J C. Treatment ofdelayed union and non union of the tibia by pulsedelectromagnetic fields. A retrospective follow up. BullHosp Jt Dis. 1988; 48: 170-175.

    45. HINSENKAMP M, RYABY J, BURNY F. Treatment ofnonunion by pulsing electromagnetic field: europe-an multicenter study of 308 cases. Reconstr SurgTraumatol. 1985; 19: 147-157.

    46. DE HAAS W G, BEAUPRE A, CAMERON H, EN-GLISH E. The Canadian experience with pulsed elec-tromagnetic fields in the treatment of ununited tibialfractures. Clin Orthop. 1986; 208: 50-55.

    47. FREDMAN L S. Pulsating electromagnetic fields inthe treatment of delayed and nonunion of fractures:results from a district general hospital. Injury. 1985;

    Terapias con campos magnticos (I)

    39 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 35

  • 16: 315-323.48. STEIN G A, ANZEL S H. A review of delayed union

    of open tibia fractures treated with external fixationand pulsing electromagnetic fields. Orthopaedics.1984; 7: 428-436.

    49. KREMPEN J F, SILVER R A. External electromagneticfields in the treatment of non-unios bones. A thereeyear experience in private practice. Orthop Rev. 1981;10: 33-39.

    50. RANDOLL U G. Elektromagnetische Felder bei derBehandlung der Osteoporose. Therapeuticon. 1992;6: 144-150.

    51. BASSETT C A L. Fundamental and practical aspectsof therapeutic uses of pulsed electromagnetics fields.Crit Rev Biomed Eng. 1989; 17: 451-529.

    52. BASSETT C A L. Pulsing Electromagnetic Field Treat-ment in ununited fractures and failed arthrodeses.JAMA. 1982; 247: 623-628.

    53. BASSETT C A L. Benefical effects of electromagneticfields. J Cell Biochem. 1993; 51: 387-393.

    54. ULASHCHIK V. Theoretical and practical aspects ofgeneral magnethoterapy. Voprosy Kurortologii, Fizio-terapii I Lechebnoi Fizicheskoi Kultury. 2001; 5: 3-8.

    55. KOVALCHUCK V I. Use of extremely low frequencymagnetic fields in clinical practice. Fizicheskaia Me-ditzina. 1994; 4: 87-91.

    56. ZASLAVSKY A. A low frequency impulse apparatusfor physical therapy Infita. Med Tehk. 1994; 5: 39-41.

    57. JERABEK J. Pulsed magnetotherapy in Czechoslova-kia. A review. Rev Environ Health. 1994; 10: 127-134.

    58. JACOBSON J I. A theoretical look at genes as mag-neto-targets. Indian J Theor Phys. 1992; 40: 161-186.

    59. CHEN I I, SAHA S. Analysis of the current distribu-tion in bone produced by pulsed electro-magneticfield stimulation of bone. Biomater Artif Cells ArtifOrgans. 1987; 15: 737-744.

    60. LEDNEV V V. Bioeffects of weak combined, static andalternating magnetic fields. Biofizika. 1996; 41: 224-232.

    61. LEDNEV V V, SREBNITSKAYA L K, ILYASOVA E N,ROZHDESTVENSKAYA Z E, KLIMOV A A, TIRAS KhP. Magnetic parametric resonance in biosystems. Ex-perimental verification of the theoretical predictionswith the use of regenerative planarians dugesia ti-grina as a test-system. Biofizika. 1996; 41: 815-825.

    62. BLACKMAN C F, BENANE S G, HOUSE D E, ELLIOTTD J. Importance of alignment between local DC mag-netic field and an oscillating magnetic field in res-ponses of brain tissue in vitro and in vivo. Bioelec-tromagnetics. 1990; 11: 159-167.

    63. BLACKMAN C F, BENANE S G, HOUSE D E. Evi-dence for direct effect of magnetic fields on neuriteoutgrowth. Faseb Journal. 1993; 7: 801-806.

    64. BLACKMAN C F. Empirical test of an ion parametricresonance model for magnetic field interactions withPC-12 cells. Bioelectromagnetics. 1994; 15: 239-260.

    65. BLACKMAN C F, BLANCHARD J P, BENANE S G,HOUSE D E. The ion parametric resonance modelpredicts magnetic field parameters that affect nerve

    cells. Faseb Journal. 1995; 9: 547-551.66. BLACKMAN C F, BLANCHARD J P, BENANE S G,

    HOUSE D E. Effect of AC and DC magnetic fieldorientation on nerve cells. Biochem Biophys ResCommun. 1996; 220: 807-811.

    67. DRUCKER-COLIN R, VERDUGO-DAZ L, MNDEZM, CARRILLO-RUIZ J, MORGADO-VALLE C, HER-NNDEZ-CRUZ A, CORKIDI G. Comparison bet-ween low frequency magnetic field stimulation andnerve growth factor treatment of cultured chromaffincells, on neurite growth, noradrenaline release, exci-table properties, and grafting in nigrostriatal lesionedrats. Molecular and Cellular Neurosciences. 1994; 5:485-498.

    68. SUBRAMANIAN M, SUTTON C H, GREENEBAUMB, SISKEN B F. Interaction of electromagnetic fieldsand nerve growth factor on nerve regeneration in vitro.En: Brigthon C T, Pollack S R (eds), Electromag-neticsMedicine and Biology. San Francisco Press, 1991, pp.145-151.

    69. MORGADO-VALLE C, VERDUGO-DAZ L, GARCAD E, MORALES-OROZCO CH, DRUCKER-COLIN R.The role of voltage-gated Ca2+ channels in neuritegrowth of cultured chromaffin cells induced by extre-mely low frequency (ELF) magnetic field stimulation.Cell and Tis Res. 1998; 291: 217-230.

    70. LONGO F M, YANG T, HAMILTON S, HYDE J F,WALKER J, JENNES L, STACH R, SISKEN B F. Elec-tromagnetic fields influence NGF activity and levelsfollowing sciatic nerve transection. J Neuros Res.1999; 55: 230-237.

    71. BODAMYALI T. Pulsed electromagnetic fields simul-taneously induce osteogenesis and upregulate trans-cription of bone morphogenetic proteins 2 and 4 inrat osteoblasts in vitro. Biochem Biophys Res Comm.1998; 250: 458-461.

    72. YAJIMA A. Effect of pulsing electromagnetic fields ongene expression of bone morphogenetic proteins incultured human osteoblastic cell line. J Hard Tis Biol.2000; 9: 63-66.

    73. LIU H, ABBOTT J, BEE J A. Pulsed electromagneticfields influence hyaline cartilage extracellular matrixcomposition without affecting molecular structure.Osteoarthritis and Cartilage. 1996; 4: 63-76.

    74. GUIZZARDI S, DI SILVESTRE M, GOVONI P, STROC-CHI R, SCANDROGLIO R. Effects of pulsing electro-magnetic fields (PEMF) on the course of vertebralfusion callus. A histological study. Acta Bio-Mdicade lAteneo Parmense. 1990; 61: 227-235.

    75. AARON R K, CIOMBOR D M, JOLLY G. Stimulationof experimental endochondral ossification by low-energy pulsing electromagnetic fields. J Bone MinRes. 1989; 4: 227-233.

    76. NORTON L A. Effects of a pulsed electromagneticfield on a mixed chondroblastic tissue culture. ClinOrthop Relat Res. 1982; 167: 280-290.

    77. SAKAI A, SUZUKI K, NAKAMURA T, NORIMURA T,TSUCHIYA T. Effects of pulsing electromagnetic fieldson cultured cartilage cells. Intern Orthop. 1991; 15:

    A. Madroero de la Cal

    36 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 40

  • Terapias con campos magnticos (I)

    41 PATOLOGA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2004; 2 (1): 22-37 37

    341-346.78. MARKOLL R. Electromagnetically stimulating carti-

    lage tissue. Patente DE19846685.79. STEINER U E, ULRICH T. Magnetic effects in chemi-

    cal kinetics and related phenomena. Chem Rev. 1989;89: 51-147.

    80. WAKAYAMA N. Method for controlling chemicalreaction. Patente JP192132.

    81. REIMPELL O. Process for influencing the rate of che-mical reactions. Patente DE4334192 (1994).

    82. PETRIANOV I V. La substancia mas extraordinaria enel mundo. Mosc: Editorial MIR, 1980.

    83. CHAMOUN E K, LEMONS J E, BUCHANAN R A,LUCAS L C. The effect of electromagnetic bone sti-mulation of biocorrosion behaviour of Cobalt-Cro-mium-Molybdenum alloys. 6th Annual Meeting ofthe Bragg Society. Utrech: The Netherlands October1986.

    84. NULL G. Healing with magnets. New York: Carrolland Graft Publishers, 1998.

    85. MADROERO A. Influence of magnetic fields on cal-cium salts crystal formation: an explanation of thepulsed electromagnetic field technique for bone

    healing. J Biomed Eng. 1990; 12: 410-414.86. GUILLN P, MADROERO A. Enhancement of bone

    healing by an exogenous magnetic field and the mag-netic vaccine. J Biomed Eng. 1985; 7:157-160.

    87. OWEN L. Pain-free with magnet therapy. Roseville,CA: Prima Health, 2000.

    88. McLEAN M, ENGSTRM S, HOLCOMB R H. Staticmagnetic fields for the treatment of pain. Epilepsy andBehaviour. 2001: 2: s74-s80

    89. SEGAL N, HUSTON J, FUCHS H, HOLCOMB R,McLEAN M J. Efficacy of a static magnetic deviceagainst knee pain associated with inflammatory ar-thritis. J Clin Rheum. 1999; 5: 302-305.

    90. SEGAL N A, TODA Y, HOUSTON J, SAEKI Y, SHIMI-ZU M, FUCHS H, SHIMAOKA Y, HOLCOMB R,MCLEAN M. Two configurations of static magneticfields for treating rheumatoid arthritis of the knee: adouble-blind clinical trial. Arch Phys Med Rehabil.2001; 82: 1453-1460.

    91. HONG C Z, LIN J C, BENDER L F, SCHAEFFER J N,MELTZER R J, CAUSIN P. Magnetic necklace: its the-rapeutic effectiveness on neck and shoulder pain.Arch Phys Med Rehabil. 1982; 63: 462-466.