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TTÍÍTTUULLOO:: El mercado laboral de los egresados de la Licenciatura en
Sociología. El caso de la FES Aragón
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SSaann JJuuaann ddee AArraaggóónn,, EEssttaaddoo ddee MMééxxiiccoo sseeppttiieemmbbrree 22001100..
Resumen: La realidad compleja que vive el país a través de su economía, ha impactado en los
campos sociales, entre los cuales el mercado laboral se ha convertido en un punto de
controversia nodal para los egresados de las instituciones de educación superior. Si
bien es cierto, políticas como flexibilidad laboral y polivalencia han conducido a los
egresados a la inestabilidad laboral, pues el título profesional ya no representa una
garantía al éxito en el ejercicio de una profesión. En esta medida el foco de atención
se sitúa en la formación de sus profesionistas y como esta se proyecta en el mercado
laboral. Más aún cuando este mercado, se ha vuelto competitivo, pues cada año, se
agrega una generación más de egresados de las universidades, representando un
contrasentido entre la oferta de empleos y la demanda pues esta última rebasa la
capacidad de ocupación. Para los fines de esta investigación, se analizará a la
licenciatura en Sociología, pues dicha profesión no sólo se enfrenta a la problemática
antes aludida, sino todavía más, al cuestionamiento de la figura del Sociólogo, ¿quién
es?; ¿qué hace?; ¿qué puestos ocupa? Y ¿donde laboran? Dichas preguntas surgen
desde la óptica de la falta de reconocimiento social que tiene la licenciatura en el
mercado laboral.
Palabras clave: mercado laboral, egresados, formación profesional, licenciatura en
Sociología
Abstract
The complex reality the country is living through the economy has stricken the social
fields, in which the labor market, has turned into a nodal point of controversy to the
graduates of higher level institutions. Politics such as labor flexibility and polyvalence
have conducted graduates to labor instability; their professional titles do not represent
anymore a guarantee of success in the professional careers. From this perspective the
focus of attention is located in the training of professionals and how it is projected into
the labor market. Even more as the market has become competitive, since every year,
a new generation of graduates from universities takes part of it. Due to the demands
going beyond occupant capacity, these graduates represent a contradiction between
supply and demand of employments. For the purpose of this research the major in
Sociology will be analyzed, it is not only facing the problematic mentioned before but
the questioning to the sociologist figure, who is him?, what does he do?; what kind of
positions does he occupy? And where does he work? All of these questions arise from
the viewpoint of the lack of social recognition the major has in the labor market.
Key words: labor market, graduates, professional training, Sociology major.
Síntesis Curricular: María del Rosario Melgarejo Aguilar Maestra en Estudios Políticos y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM Doctoranda en Pedagogía por la Facultad de Estudios Superiores Aragón Académico de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de 2002 a la fecha en la Licenciatura en Sociología. Investigaciones Realizadas: Financiamiento y Futuro de la Universidad Pública. El caso de la UNAM, 2003. Capital Cultural y Rendimiento Académico. El caso de los estudiantes de la FES-Aragón, generación 1998 – 2001, 2006. .
Proyecto de Investigación Introducción La inserción de los egresados de sociología en el mercado laboral es un tema que
resulta importante para la reflexión, pues en las últimas dos décadas el mercado de
trabajo ha sufrido cambios en su estructura y organización producido por la lógica
capitalista regida por la competitividad y la calidad.
En este tenor, la política de la flexibilidad laboral y polivalencia, han inestabilizado los
puestos de trabajo, ya que la oferta de empleo no empata con la calificación de la
demanda, en la medida que el mercado laboral requiere del uso de habilidades
específicas para el desempeño de actividades asignadas.
Este problema resalta la necesidad de conocer la influencia que tiene la formación
profesional del sociólogo en el mercado laboral.
Es menester señalar que, actualmente la Licenciatura en Sociología carece de
reconocimiento social por la falta de difusión que de la misma existe. Lo cual se
traduce en la falta de vinculación entre la formación profesional del sociólogo y el
mercado laboral. Asimismo, el enigma identitario que como sociólogos poseen los
egresados de la licenciatura, impide la eficiencia para venderse eficazmente en el
mercado de trabajo.
En este sentido la pregunta que guiará la presente investigación es ¿Cuál es el
mercado profesional dónde se insertan los egresados de la licenciatura de Sociología
de la FES Aragón?
Planteamiento del Problema y Diálogo entre elementos empíricos y teóricos:
Actualmente una de las problemáticas que envuelven a la esfera económica – social,
es el desempleo, Si bien es cierto, el empleo se ha convertido en una preocupación
entre la sociedad, más aún de los jóvenes estudiantes universitarios que les ha llevado
a cuestionar el ejercicio de su profesión en el mercado laboral. Los estudios
profesionales han dejado de ser garantía para adquirir estratégicamente un puesto
rentable y un salario decoroso en la estructura laboral, situación que ha puesto en tela
de juicio el papel de la universidad y su vinculación con el mercado laboral, desde la
mirada de la pertinencia de los planes de estudio en la lógica del capital económico,
donde prevalece la calidad y competitividad de la educación superior. En este sentido,
nos encontramos frente a licenciaturas que por situarse dentro de las Ciencias
Sociales han sido estigmatizadas dentro del perfil de “falta de utilidad” más aún en el
contexto actual. La licenciatura en Sociología es una carrera con menor demanda, en
la cual su matrícula escoge a la licenciatura en segunda opción, con una formación
cien por ciento teórica que no permite reconocer sus frutos objetivados en el mercado
laboral, lo que nos ha llevado a cuestionarnos, para qué se forma el sociólogo, más
aún, cuando su objeto de estudio es tan diverso y múltiple, generando así, que su
competencia profesional sea compartida con otras disciplinas y su reconocimiento
social se torne ambiguo.
La Sociología en México
La sociología por su fundamento intelectual “nació y se desarrolló con un quehacer
muy preciso: satisfacer una necesidad cognitiva; la necesidad de explicar y entender al
hombre en sus interrelaciones” (Cázares, 1998:62). En este tenor, es en el siglo XVIII
momento en el que se desarrolla el escenario de la Sociología, pues tiene presencia
gracias a las ideas de filósofos como: Montesquieu, Hegel y Saint Simon. Aunque su
pensamiento giraba en torno a la filosofía positivista, sirvió de base a intelectuales
como Comte (también llamado el padre de la sociología), Marx, Durkheim, Pareto, y
Weber, quienes con sus aportaciones en relación al estudio, análisis, comprensión y
explicación de su objeto de estudio, la sociedad, institucionalizaron a la Sociología
como una ciencia.
Dado que el objetivo principal estaba en dar cuenta del estado de la estructura y
funcionamiento de la sociedad a través de un proceso que resultaba complejo de
acuerdo con los métodos y teorías que surgían como resultado de la tarea intelectual,
al termino del siglo XVIII y todo el siglo XIX, surgieron universidades en distintas partes
del mundo y con éstas sociólogos importantes que consiguieron dar explicación al
entorno social.
Los países con mayores aportaciones a la Sociología son Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Italia y Estados Unidos.
Sin embargo, “los antecedentes de la sociología en México y en la UNAM se pueden
rastrear hasta 1875 cuando Justo Sierra incorporó esta disciplina al programa de la
Escuela Nacional Preparatoria (Andrade, 1998: 288), Los primeros sociólogos
mexicanos surgen en el siglo XIX como Gabino Barreda, Porfirio Parra, Rafael de
Zayas Enríquez y Andrés Molina Enríquez, mismos que hicieron aportaciones
sociológicas al país dando explicación a la realidad que albergaba al país con el
Porfiriato.
Para Gabino Barreda lo social estaba determinado por “la moral, como problema de la
acción social frente a las normas (jurídicas) de la sociedad (…) Tuvo tanta influencia
durante el Porfiriato que le dio la posibilidad de ser escuchado en el sentido de que la
educación científica de corte positivista debía ser difundida y llevada a los mayores
números de la población. Con ello abrió las puertas a la fundación de la Escuela
Nacional Preparatoria, la cual lleva el lema que simboliza el pensamiento comtiano
positivista “amor, orden y progreso” (…) por su parte Porfirio Parra sugería ver a la
Sociología como una disciplina encaminada a convertir sus instrumentos y aportes en
una especie de medicina social” (Rosique y García, 2005:6). Para Zayas Enríquez y
Molina Enríquez Spencer fue el icono de la base de su pensamiento.
Una vez alcanzada la autonomía de la UNAM en 1930, el quehacer científico se
agudiza de manera importante por lo que se crea el Instituto de Investigaciones
Sociales bajo el rectorado de Ignacio García Téllez, iniciando actividades en 1939 bajo
la dirección de Vicente Lombardo Toledano, Narciso Bassols, Alfonso Caso, Miguel
Othón de Mendizábal, Lucio Mendieta, Daniel Cossio Villegas, Pablo González
Casanova, Enrique González Pedrero, Víctor Flores Olea y Gastón García Cantú
quienes influyeron en la institucionalización de la Sociología en México gracias a las
reflexiones sociológicas emitidas en torno a las condiciones sociales, políticas,
culturales e ideológicas que trajo el contexto revolucionario al país. Asimismo ocho
años más tarde, las Ciencias Sociales toma mayor relevancia principalmente la
Sociología con la fundación de la Casa de España en México, conocido actualmente
como El Colegio de México. Para 1940 se crea la Revista Mexicana de Sociología la
cual se caracteriza hasta nuestros días por ser un instrumento de difusión para la
investigación sociológica.
“En 1949 se crea la Asociación Internacional de Sociología y la Asociación
Internacional de Ciencia Política en una reunión internacional auspiciada por la
UNESCO, en la que además se recomendó la fundación de escuelas de Ciencias
Sociales en aquellos países donde no existieran. Lucio Mendieta director en ese
tiempo del Instituto de Investigaciones Sociales regresó a México y organizó para 1950
el Primer Congreso de Sociología y como resultado se crea la Asociación Mexicana de
Sociología. Para 1951 con base en los planes de estudio de la Ecole des Sciencies
Politiques et Socieles de la Universidad de Lovaina, se funda la Escuela Nacional de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM” (Rosique y García, 2005: 11), en la cual se
impartió la cátedra en Ciencias Sociales, llamada así en ese entonces la Sociología.
En 1973 se crea el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, “diez
años después se publica en este centro una de las revistas de mayor tradición en el
país: Estudios Sociológicos” (Salles V y Verduzco G., 2003: 4)
La década de los setenta, represento lo que llamaríamos la época de oro de la
educación superior, pues tuvo un lugar privilegiado en cuanto a financiamiento se
refiere, lo que produjo un aumento en la matrícula universitaria, la cual fue absorbida
no sólo por carreras de mayor demanda también por la carrera de sociología.
La ciudad universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
resulto insuficiente pues con el aumento de la matrícula en 1956 (a tres años de haber
sido inaugurada) había rebasado el límite de acceso de aproximadamente veinticinco
mil plazas entre todas las carreras. Por lo que en 1974 se crean cinco escuelas
nacionales de estudios profesionales (escuelas periféricas): Aragón, Acatlán,
Zaragoza, Cuautitlán e Iztacala.
En esta misma década la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), incorpora el
programa de Sociología en sus tres unidades Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco y
en 1986, se funda la revista Sociológica editada por la casa de estudios en mención.
Actualmente, además de la UAM, la UNAM también imparte la licenciatura en
Sociología en tres de sus facultades: la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en
ciudad universitaria, Facultad de Estudios Superiores Aragón y Acatlán.
La Licenciatura en Sociología se imparte en México en 21 Estados, 18 en
Universidades del Estado y 3 en Universidades Privadas, si bien es cierto, no se trata
de una licenciatura de mayor demanda, contrario a ello, en el área de Ciencias
Sociales, Derecho, Ciencias de la comunicación y economía acaparan la matrícula
universitaria.
Institucionalización de la Sociología
En este sentido es menester señalar que la Sociología no llega a México con un corte
de nivel académico, pues institucionalizar a la Sociología requería de un importante
trabajo de investigación y académico para orientar el propósito de la Sociología en el
aula, más aún cuando el positivismo propone la búsqueda del conocimiento constante
a través de lo que Comte llamaría en un primer momento las Leyes invariantes, por lo
que limitar el conocimiento de la Sociología en el aula significaría reproducir un
conocimiento basado en teorías clásicas sin ningún impacto en la investigación, al
respecto se origino una discusión entre “V. Lombardo Toledano y A. Caso en el
Primer Congreso de Universitarios Mexicanos, entre 1933 y 1934, se centró en los
presupuestos que Max Weber desarrollo en el apartado „La ciencia como vocación‟ de
El político y el científico: Pero tampoco han de hacer política en las aulas los
profesores, especialmente y menos que nunca cuando han de ocuparse de la política
desde el punto de vista científico. Las tomas de posición política y el análisis científico
de los fenómenos y de los partidos políticos son dos cosas bien distintas” (Orozco,
n.d.:3)
Asimismo se acumulo otro problema que giró entorno a la Institucionalización de la
Sociología, pues “Aunque ya se habían creado los espacios institucionales para
desarrollar la sociología en México, la labor apenas comenzaba, pues había que
delimitar la acción del profesionista en la Universidad” (Orozco, n.d.:3)
Por lo que hace en la UNAM, la licenciatura en Sociología ha tenido un
comportamiento en la matrícula de diez años a la fecha de la siguiente manera:
incremento en el ingreso anual del 30%. El egreso de sus estudiantes oscila en 40%1 y
sus titulados tan sólo representan el 10%.
Dicho comportamiento se ha generado ya que a la licenciatura en sociología la
aquejan problemas fundamentales, entre las que se encuentran, la falta de orientación
vocacional, es decir, ingresan a la carrera estudiantes que el campo de conocimiento
de la carrera, sus marcos de análisis, su plan de estudio y menos aún el desempeño
laboral. Otra problemática se centra en la elección de carrera, pues ésta Sociología se
elige en segunda opción, en este sentido, la licenciatura es utilizada como estrategia
para incorporarse a la UNAM y enseguida insertarse a una carrera con mayor
demanda.
Lo anteriormente expuesto, ha dado en consecuencia, brotes colectivos de
reprobación en los dos primeros semestres 47%; asimismo, los índices de deserción
1 Considerando al 30% como 100%
oscilan en un 43% y el abandono escolar hasta en un 50%, datos según la estadística
realizada en el 2006 (Melgarejo, 2006:63)
Hasta esta fase argumentativa, podemos identificar la incidencia entre el
desconocimiento de la licenciatura en Sociología en el campo formativo profesional y
la permanencia en ella.
La Formación Profesional de los Sociólogos
En este sentido, la formación de los sociólogos en la UNAM está determinada por
ocho semestre en FES Aragón y diez semestres en FES Acatlán y la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales en su sistema abierto y escolarizado. Para efecto de la
presente investigación, basaremos nuestro análisis en el estudio de la realidad
profesional y laboral concreta de los egresados de Sociología de la Facultad de
Estudios Superiores (FES) Aragón, una Institución de Educación Superior
perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México que surge como parte
del programa de descentralización de estudios profesionales en la UNAM y misma que
desde su inauguración en 1976 ha impartido la licenciatura en sociología, la cual tiene
como misión “Formar profesionales en el análisis social y Formar investigadores
capacitados” (Plan de Estudios, 1995:12), en este sentido observaremos la eficacia del
cometido de la carrera de Sociología de FES Aragón como profesión en
correspondencia con la formación y ubicación de sus egresados en el mercado laboral.
La licenciatura en Sociología de FES Aragón se caracteriza por formar a sus
estudiantes con cuatro semestres de Teoría social que va desde el pensamiento social
de los clásicos hasta la sociología contemporánea de Guiddens y Touraine; cinco
semestres de metodología, cursos que abordan las distintas posturas metodológicas y
su importancia en el análisis de objetos de estudio para la formulación de proyectos de
investigación. Asimismo, se consideran tres semestres de investigación y análisis
social. Un semestre de taller de redacción, dos semestres de estadística aplicada a las
Ciencias Sociales y de informática. El uso de tecnologías en la licenciatura resulta
pertinente ya que el manejo de la tecnología traducido en softwares para el análisis de
las investigaciones que se generan ayuda al sociólogo a sistematizar y sintetizar otras
perspectivas de la realidad. Además cuenta con 24 seminarios optativos orientados
bajo la misma lógica disciplinaria, es decir, seis de Sociología política, seis semestres
de Sociología de la Cultura, seis semestres de Sociología del Trabajo y seis semestres
de Sociología Agropecuaria. En este sentido, los estudiantes están obligados a
estudiar una misma perspectiva del campo de la sociología de acuerdo con sus
intereses en la investigación, los cuales se miden de acuerdo al tema de investigación
vinculado con la realización de la tesis para obtener el grado de Licenciados en
Sociología. En este sentido consideramos existe determinada restricción para que el
sociólogo sea formado de manera multidisciplinaria, pues ha quedado caduca la
formación especializada, en el entendido que el manejo de habilidades profesionales
para el desempeño eficaz y eficiente del desempeño de actividades, refiere a
egresados que saben recuperar los distintos campos de análisis de la Sociología para
responder a los desafíos que la realidad social expresa día a día. “Se necesitan
sociólogos conocedores de las diferentes disciplinas de las ciencias sociales que le
permita desenvolverse en nuevos espacios y con la eficiencia que demandan” (Reza,
2006)
La formación profesional ha madurado en cuanto a su concepción funcional, pues se
adapta a las nuevas formas de gestionar y organizar el mercado laboral. En este
sentido, sabemos que las exigencias de trabajo ahora requieren de profesionistas que
se desarrollen eficientemente en las empresas para desempeñar de manera eficaz las
tareas encomendadas. De tal suerte que, si formación nos remite a la producción y
construcción de conocimiento, la formación profesional ilustra, “una actividad de tipo
educativo… vinculada a los procesos de transferencia, innovación y desarrollo de
tecnología por lo tanto, la formación profesional es un hecho laboral… la formación
profesional es simultáneamente una formación para el trabajo y una formación para la
ciudadanía” (Casanova, 2003:10).
En este tenor, la formación profesional tiene su efecto en el tipo de empleabilidad que
demanda el mercado laboral pues no sólo repercute al interior del individuo, es decir,
no queda estancada con la obtención de credenciales, sino que trasciende al exterior,
cuando se pone en juego como estrategia de reproducción social ante las
posibilidades de empleo que existan.
La relevancia de la formación de profesionistas en la educación superior recae en el
ejercicio de habilidades obtenidas en la trayectoria universitaria para reproducirse
efectivamente en el mercado laboral, al respecto Taguenca (2008:92) menciona, “las
expectativas tanto de empleadores como de egresados dependen básicamente de su
grado de coincidencia. Las realidades profesionales también. En una palabra, el
curriculum debe atender a esta coincidencia. Esta obtención no es sencilla, se requiere
de constantes ajustes a los cambios que se producen en el mercado laboral”
El Escenario del Mercado Laboral
En este escenario, la Educación Superior, requiere formar a sus estudiantes para
enfrentar el mercado laboral, ejerciendo mayor influencia sobre la argumentación de la
calidad educativa. Por ello se “reconoce que el conocimiento transmitido por medio de
la educación superior deber ser de la mejor calidad no sólo para satisfacer las
necesidades éticas, sino para enfrentar un sistema mundial crecientemente complejo”
(Ramírez y Crocker, 2000:16). Así, es necesario que la educación superior reconozca
las necesidades tecnológicas, científicas y humanas que requieren las empresas para
el proceso de producción sin pasar inadvertido, constituir “una organización curricular
flexible, la cual se asocia con una forma de organización académico-administrativa de
los estudios universitarios,” (Barrón, 2002:28), es decir, las universidades tienen el
imperativo de fortalecer sus planes y programas de estudio para responder con los
requisitos empresariales, sobre todo las universidades públicas. Bajo este panorama,
la educación superior ha de vincularse con el sector productivo pues “para las
empresas, la vinculación con las Instituciones de Educación Superior representan una
oportunidad para elevar la productividad y la capacidad competitiva en un mundo cada
vez más interdependiente.” (Padilla y Marúm, 2004:121). De esta forma, las
Instituciones de Educación Superior tienen el compromiso social de enfocar su misión
educativa en la calidad, ello así por convenir a la vinculación con el mercado de
trabajo. Entre menos calidad y competitividad educativa haya, existe un desajuste
entre la oferta y la demanda de titulados profesionales en el mercado laboral.
Lo anteriormente señalado nos lleva a reflexionar sobre la importancia de estudiar una
licenciatura en correspondencia con la inserción al mercado trabajo, anteriormente
estudiar una licenciatura socialmente representaba: a mayor grado de estudios, mejor
trabajo, por lo tanto mejores salarios y condiciones de vida. Actualmente las
exigencias del mercado de trabajo están encaminadas a la solicitud de perfiles
específicos que satisfagan las necesidades de las empresas, Jenny Ocando (2000:
120 y 121) al respecto alude “El mercado de trabajo constituye el instrumento de
mediación entre los individuos y el aparato productivo. Es a través del mercado que los
atributos personales de los individuos como: capacidad física, destrezas, habilidades,
calificaciones formales y certificaciones, adquieren un valor económico, se transforman
en valores productivos que cumplen una función técnica y se les asigna un precio” y la
preocupación de los egresados gira entorno a la “búsqueda, consolidación y gestión
del empleo, así como su vinculación con la adquisición de un nivel social
determinado.” (Ruiz y Molero, 2002: 152).
En este orden argumentativo, los sociólogos de FES Aragón a su egreso, de acuerdo
con el Plan de Estudios 1995, está en condiciones de enfrentar el mercado laboral,
mediante el ejercicio de habilidades tales como: “Conocer ampliamente las causas
políticas, económicas y sociales del fenómeno de transición democrática en el
contexto nacional y regional. Contará con los elementos suficientes para evaluar
procesos de reestructuración social, Tendrá los conocimientos adecuados para
sustentar consistentemente sus evaluaciones analíticas (ensayos, artículos de opinión,
avances de investigación y editoriales) sobre temas de actualidad en los medios
impresos. Será capaz de identificar temáticas de investigación desde la perspectiva
sociológica, así como categorías, conceptos y nociones básicas para el trabajo de
interpretación social. Interrelacionará el conocimiento sociológico con otras disciplinas
para enriquecer sus ejercicios de análisis, Ponderará los impactos políticos y sociales
de la modernización en la sociedad mexicana. Formulará modelos analíticos acerca de
los procesos sociales. Analizará histórica y estructuralmente las transformaciones de
las instituciones socio-políticas. También estará capacitado en las técnicas modernas
de procesamiento de datos y manejo de información”, sin embargo, el oficio del
sociólogo, suele ser más complejo en la medida que el perfil de egreso sólo plantea la
interiorización del ser (sociólogo) y del saber (conocimiento que adquiere) en su
categoría de profesionales de la sociología, restando importancia a su hacer en el
mercado laboral que es, principalmente para lo que se forma. “Si bien es cierto que en
la dinámica educativa deben atenderse la totalidad de las áreas del ser humano;
dentro del un esquema holístico y globalizador; también lo es, la imperiosa necesidad
de hacer énfasis en las dimensiones del Homo sapiens (saber) y Homo faber
technicus (saber hacer); por cuanto se considera que el hombre trasciende en la
medida que es capaz de transferir lo que conoce y sabe a la realidad temporal del
orden existente, mediante su desempeño como trabajador” (Ocando, 2000:118)
Lo antes mencionado ha marcado la diferencia en carreras que son técnicas o
tecnológicas, pues su hacer está determinado desde su formación, en este sentido,
existe mayor éxito profesional. “Estadísticas oficiales revelan que el 63 por ciento de
los egresados de universidades tecnológicas encuentra empleo en menos de seis
meses, colocándose en categorías de mandos medios en la industria; de esta manera
se cumple con el objetivo de este subsistema educativo, de colocar 50 por ciento de
sus egresados de manera inmediata,” (Gobierno del Estado de Puebla, 2008) Este
marco, obliga al sociólogo a revindicar su rol en la sociedad como profesionista,
ubicando y ponderando su hacer en el mercado laboral.
En este tenor, el quehacer del sociólogo se fundamente en el ejercicio de la
investigación, “el ámbito natural del sociólogo es la actividad investigativa en su doble
vertiente básica y aplicada” (Cázares, 1998:64), por ende no sólo requiere del manejo
del conocimiento teórico, tal como es mencionado en el plan de estudios de Sociología
de FES Aragón, ya que además necesita desarrollar habilidades criticas, analíticas,
reflexivas y propositivas, es decir, formar a “sociólogos capaces, competitivos y
expertos en … salud pública, sociología política, en población, sociología industrial,
sociología del turismo, en familia, en desarrollo agrícola, en desarrollo urbano, en
gerencia social entre otras, con una orientación y perfil profesional definidos, que
respondan al progreso de la ciencia y la realidad de nuestro país ” (Reza, 2006) más
aún, en una sociedad como esta que se dinamiza de forma compleja. De esta forma,
se requieren de sociólogos prácticos, multidisciplinarios, con la finalidad de
reproducirse eficazmente en espacios laborales que demanden el quehacer
sociológico, pues en el mercado de trabajo, “no le preguntan al profesionista qué
teorías ha estudiado, qué autores clásicos domina, ni si se puede hacer una
reconstrucción histórica de un concepto en los diversos periodos del pensamiento. Por
el contrario, le pide que demuestre destrezas para resolver problemas nuevos.
Destrezas que exigen la aplicación de los conocimientos, pero no necesariamente de
sus procesos de retención”. (Díaz, 2005: 82)
La preocupación sobre la inserción optima de los sociólogos egresados al mercado
laboral, surge a partir de observar que, el mercado de trabajo es un campo que ha sido
transformado en sus estructuras de funcionamiento y organización consistentes en
adoptar estrategias a partir de la subjetividad del empresario quien requiere responder
a los procesos de calidad y competitividad que el mercado exige. “En particular las
estrategias implican decisiones que involucran al conjunto de la empresa con respecto
a otros actores al exterior o al interior de la misma” (De la Garza, 1998:23).
En este tenor, las transformaciones al mercado de trabajo, se dieron entorno a una
nueva cultura laboral, llamada flexibilidad laboral. La cual “debe entenderse como la
capacidad gerencial de ajustar la planta laboral a las necesidades cotidianas de la
producción, de usar a los trabajadores en el proceso de trabajo de acuerdo a las
necesidades en cada punto del proceso y de incentivar la productividad y la calidad a
partir del salario en función del desempeño” (De la Garza, 1998:36).
Es de resaltar que en el esquema de contratación en esta nueva cultura laboral se da
en dos vertientes:
1) Contratos temporales. “Esta forma de contratación se establece una relación
laboral por un tiempo definido que a veces se prolonga o se renueva, y que
tiene relación con proyecto definido o una fase del mismo”
2) Contratos por Producto. “Es una contratación por lo que se le plantea a la
persona profesional un pago “contra producto final” sea un informe de
investigación, un informe de un proceso de capacitación o una sistematización
de una experiencia y se tramita una forma de pago a convenir, la cual en
muchos casos es un pago a la mitad de proceso y otro al final del mismo. Esto
significa flexibilidad salarial, flexibilidad de duración de trabajo y se adapta la
jornada de acuerdo a la demanda porque no se paga por el horario sino por el
producto final que es la demanda” (Carballo, 2005:37 y 38)
Es menester señalar, que aún cuando el trabajo del sociólogo es intelectual, no puede
ser eximido de la lógica laboral, pues en la interpretación de mercado, el producto que
emana del ejercicio intelectual del sociólogo significa un tipo de mercancía que pasa
por el proceso de calidad y competitividad, oferta y demanda, al cual le es añadido un
precio.
De esta forma es elemental conocer el campo de acción del sociólogo, con la finalidad
de identificar el tipo de producto científico que crea. En este sentido, el sociólogo, no
sólo tiene su campo de acción en el sector público, también lo es el privado. Lo
anterior es diseñado por el plan de Estudios de la licenciatura en sociología de FES
Aragón, el cual ubica el lugar de la práctica profesional del egresado en sociología en
“instituciones públicas, empresas privadas, organizaciones sociales (derechos
humanos, ecologistas, de reivindicación de las comunidades indigieras, de seguridad
social y asistenciales, sindicatos, cooperativas, empresariales, partidos políticos) y en
instituciones educativas; o de manera independiente realizando una tarea específica y
en despachos de consultoría de servicios profesionales. Tiene amplias opciones de
empleo en el sector público, privado y social desarrollando actividades como la
docencia, la investigación, elaboración de políticas de desarrollo social, coordinación
de programas de promoción social, propuestas de solución a problemas sociales,
entre otros” (FES Aragón, 1995)
Ahora bien, hemos aludido a la inserción óptima en el mercado laboral entendida
como, “la relación que hay con el empleo y los estudios realizados por lo tanto es
adecuada la titulación obtenida, además de ocupar puestos directivos o de máxima
responsabilidad, lo que indicaría tanto el logro como el éxito profesional” (Pérez,
2008:149). Si bien es cierto, la inserción optima es lo que se esperaría del sociólogo
en el mercado laboral, más aún cuando sabemos la ubicación del campo de acción
donde se desarrolla, sin embargo, existe actualmente una crisis en la creación de
empleos, por lo que el Estado no está en condiciones de absorber en el mercado
laboral la masa de egresados que cada año termina una licenciatura. Lo anterior es
corroborado por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (INEGI, 2009), la cual
emite el siguiente dato. Para diciembre de 2009, la población desocupada era de 2,
925,045 habitantes, de los cuales 936,852 pertenecen a un nivel de instrucción de
educación media superior y superior.
En virtud de lo antes aludido, no nos referimos específicamente a la ausencia de
puestos de trabajo donde el sociólogo se inserte profesionalmente, simplemente que
en la búsqueda debe existir un doble esfuerzo por ponderar el quehacer del sociólogo
para que sea reconocida su figura profesional en el mercado laboral.
El quehacer laboral del Sociólogo
Ahora bien, hemos referido al quehacer del sociólogo, entendiendo las actividades que
ejecuta como parte de su práctica profesional en el mercado laboral, sin embargo,
llama la atención que el quehacer del sociólogo es una incógnita pues su formación
con alta concentración teórica le impide visualizar la socialización de su formación al
ejecutar los conocimientos y habilidades adquiridas en el aula universitaria. En este
sentido de acuerdo con la clasificación mexicana de ocupaciones, los trabajadores con
instrucción de Educación Superior se caracterizan en diez subgrupos. En el subgrupo
1161 se ubican los sociólogos, mismos que comparten funciones con los demógrafos
quienes conjuntamente realizan las siguientes actividades: “Los trabajadores
clasificados en este grupo unitario realizan investigaciones, analizan y explican
fenómenos que se presenten en la sociedad (contiendas electorales, huelgas,
marginación, organización sindical, etc.), participan también en los programas de
planificación o ejecución promovidos por el gobierno, la iniciativa privada o a través de
relaciones internacionales, tendientes a mejorar los niveles de vida de la población.
Algunas de sus tareas consisten en: Realizar investigaciones, ensayos, análisis y
explicaciones de los fenómenos sociales, en el ámbito urbano, rural, educativo,
demográfico, de salud, etcétera. Diseñar e instrumentar programas sociales
tendientes a mejorar los niveles de vida de la población. Realizar otras tareas afines.”
De acuerdo con el plan de estudios de Sociología de FES Aragón, llama la atención
que el perfil de egresado refiere un indicador que expresa lo que el sociólogo debe
saber, como parte de sus habilidades y destrezas en la medida que conoce
ampliamente…, cuenta con los elementos suficientes…, tendrá los conocimientos
adecuados…, será capaz de identificar…, ponderará los impactos…, formulará
modelos…, analizará..., estará capacitado…, pero en ningún sentido especifica las
actividades que desempeña en el mercado laboral o que pudieran ser demandadas,
por lo tanto, desde su condición de estudiante, el egresado no construye una identidad
como sociólogo, en la medida que desconoce su función en la sociedad como
profesionista. “El ejercicio profesional del sociólogo es sin duda problemático.
Enfrenta desde la más amplia diversidad de prejuicios hasta el desconocimiento de
sus capacidades y destrezas” (Gutiérrez, 2004:7)
Así, continuando con la clasificación mexicana de ocupaciones, los sociólogos ocupan
puestos de trabajo definidos como “jefes de departamento, coordinadores y
supervisores en Investigaciones sociales” (INEGI) Si observamos detenidamente la
actividad laboral que el sociólogo desempeña con el puesto de trabajo que ocupa y su
formación profesional, damos cuenta que existe una relación concomitante, en este
tenor “el sociólogo no ha logrado desenvolverse en su campo de acción” (Reza, 2006)
En presencia de lo antes expuesto, es necesario conocer la realidad laboral de los
egresados de sociología de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, ya que esta ha
girado en tres vertientes: 1) encuestadores, 2) trabajos de oficina, 3) la inserción algún
posgrado y 4) la docencia. Ello ha despertado la inquietud de darle una posible
explicación a las condiciones educativas profesionales de la licenciatura en sociología
de la Facultad de Estudios Superiores Aragón con la finalidad de conocer el tipo de
formación profesional que reciben los estudiantes para reproducirse satisfactoriamente
o no en el mercado de trabajo y conocer el tipo de trabajo en el que se insertan, así
mismo conocer las actividades que desempeñan en el mercado laboral y de esta
forma conocer si se es cumplida la triada, formación profesional, inserción optima al
mercado de trabajo y el ejercicio de la actividad laboral profesional.
JUSTIFICACIÒN
Esta investigación resultará provechosa con la finalidad de conocer los procesos
efectivos de formación enseñanza-aprendizaje de la licenciatura en sociología y su
pertinencia en las exigencias y condiciones del mercado laboral actual. Lo cual
también nos llevará a conocer la incidencia social que tiene el Sociólogo de acuerdo al
perfil para lo cual ha sido formado.
OBJETIVO ESPECIFICO
Conocer el reconocimiento social de la licenciatura en Sociología en la proyección
laboral de sus egresados.
HIPOTESIS
La licenciatura en Sociología como profesión carece de reconocimiento social por el
desconocimiento que existe en torno a ésta, provocando que los sociólogos egresados
de FES Aragón ocupen puestos laborales que no corresponden con su formación
profesional así como las actividades que desempeñan y el lugar de trabajo en el que
se insertan. Ubicándose en un estado de subempleo.
Para dar resultados en la investigación, resultará necesario el uso de una encuesta a
egresados pertenecientes al plan de estudios 1995 de la institución aludida para
conocer la pertinencia de su formación profesional en el mercado laboral y conocer
sus condiciones de trabajo.
METODOLOGÍA
Para llevar a cabo la presente investigación resultará pertinente la siguiente
metodología:
Investigaciones que ayuden a soportar la presente investigación existen aisladas, sin
embargo orientados al enfoque de la formación profesional y su inserción en el
mercado laboral de acuerdo con la búsqueda para conformar el estado del arte son
casi nulos. En este sentido la presente investigación pretende ser un estudio
exploratorio “se realizan cuando el objetivo es examinar un tema o problema de
investigación poco estudiado, del cual se tienen muchas dudas o no se ha abordado
antes. Es decir, cuando la revisión de la literatura reveló que tan sólo hay guías no
investigadas e ideas vagamente relacionadas con el problema de estudio, o bien, si
deseamos indagar sobre temas y áreas desde nuevas perspectivas” (Hernández, R.
2006: 101). Asimismo, descriptivo “se seleccionan una serie de cuestiones y se mide o
recolecta información sobre cada una de ellas, para sí describir lo que se investiga”
(Hernández, R. 2006: 103). Lo anterior con la finalidad de darle vinculación a nuestras
categorías analíticas Formación Profesional, Mercado laboral, Sociología como
disciplina y como profesión en función a los descubrimientos que se vayan generando
del estudio cuantitativo a través de la aplicación de un cuestionario estructurado a
nuestro estudio de caso.
Para tal efecto, hemos escogido como estudio de caso a los egresados de la Facultad
de Estudios Superiores Aragón (FES-A) por tener contacto con las autoridades que
administran la licenciatura quienes podrían acercarme al escenario de la formación del
sociólogo en la Institución aludida.
Para recabar información y dado que en la jefatura de carrera de sociología de la FES
Aragón no existe seguimiento de egresados, nos acercaremos al conocimiento del
tema objeto de la presente investigación a través de un cuestionario estructurado con
los siguientes rubros:
1) Datos personales. Recabar datos generales nos permitirá establecer perfiles
cualitativos de los egresados de FES Aragón.
2) Datos académicos. Este rubro nos permitirá conocer el interés inicial de los
egresados por la licenciatura en sociología y su desempeño académico a lo
largo de la formación profesional en la Licenciatura en Sociología.
3) Actualización y formación continúa. El objetivo de este factor es conocer cuál
es la formación que el egresado va obteniendo para enfrentar el mercado de
trabajo y si éste tiene vinculación con los estudios realizado en la licenciatura
en sociología.
4) Situación laboral. Este elemento es de vital importancia para la presente
investigación pues no arrojará datos que nos lleven a conocer si los egresados
de sociología de la FES Aragón están insertos en el mercado ocupacional o en
el mercado profesional, es decir, si están empleados en alguna actividad que
no requieran los estudios realizados o bien están ejerciendo profesionalmente
en el mercado laboral la licenciatura estudiada. Asimismo nos acercará al
conocimiento que tienen en el mercado laboral de la licenciatura en sociología
y su ejercicio profesional.
Dicho cuestionario será aplicado a los egresados de la licenciatura en sociología de la
FES Aragón de la generación 1995 a 2004 por corresponder su formación al plan de
estudios 1995.
Ante la ausencia de información que nos arroje datos sobre los egresados de la
facultad en mención, optaremos por un muestreo a través de la bola de nieve, la cual
consiste en “reunir datos de los pocos miembros de la población objetivo que se
puedan localizar y se les pide información necesaria para ubicar a otros miembros que
conozcan esa población. La bola de nieve se refiere a la acumulación que resulta de
que cada sujeto localizado propaga a otros” (Babbie, 1999:174)
De acuerdo con el planteamiento, el número de la muestra está determinado por los
egresados localizables durante el proceso de recolección de información a través de
los cuestionarios aplicados. Es menester señalar que empezaremos por tener contacto
con egresados que tienen trámites pendientes como, conclusión de idioma, proceso de
titulación y que están prestando servicio social en jefatura de carrera. Otro punto de
contacto serán los egresados que se dedican a la academia dentro de la licenciatura.
Se pretende que los egresados contactados nos proporcionen datos para obtener
información de otros egresados y estemos en condiciones de obtener una muestra
representantita.
El método para obtener la información será enviar los cuestionarios vía e-mail y
llamada telefónica.
El perfil de la muestra está determinado por egresados titulados, egresados en
proceso de titulación y egresados sin trámite de titulación.
En este tenor la información estadística que se obtenga nos ayudará a detectar
perfiles específicos con el objetivo de realizar una reconstrucción cualitativa a través
de una entrevista semiestructurada que nos permita tener acercamiento directo con la
experiencia de los egresados en el mercado laboral y su ejercicio profesional como
sociólogos. Así como conocer la pertinencia de la licenciatura en sociología en el
mercado laboral y su reconocimiento social.
En esta misma línea de exposición, es necesario elaborar una recopilación y análisis
de fuentes bibliohemerograficas y cibergrafía que nos permitan conocer el estado que
guarda nuestro objeto de estudio a través de las siguientes categorías de análisis:
inserción laboral, inserción profesional, mercado de trabajo, ocupación, educación
superior, flexibilidad laboral, polivalencia, empleo, subempleo, egresados, sociología y
formación.
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