Upload
nguyenkhuong
View
216
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Universidad Abierta Interamericana
Facultad de Desarrollos e Investigación Educativos. Sede Rosario - Campus Roca.
Carrera: Profesorado Universitario para la Educación Secundaria y Superior.
Tesina Título:
“La utilización del PowerPoint® en el aula universitaria.
¿Cómo podríamos optimizar su empleo?”
Alumno: Lic. Eduardo Iván Zaffaroni.
Domicilio: Zeballos 985 6ºD – Rosario.
Teléfono: 0341 152 123 634
Profesor: Mg. Lic. Ana Ma. Trottini.
Agosto 2013
2
Índice:
Página
Dedicatoria 3
Resumen 4
Introducción 7
Capítulo I
“Los docentes y sus reflexiones acerca del uso del Powerpoint®” 12
Capítulo II
“Recomendaciones básicas para el empleo del PowerPoint®” 23
Capítulo III
“Los alumnos y sus vinculaciones con el aprendizaje“ 33
Conclusiones 41
Aportes 43
Anexos 44
Bibliografía 53
3
Dedicatoria
A mi familia y amigos por el apoyo incondicional que a diario me brindan.
A todos los docentes que me ofrecieron su dedicación en vísperas de mi crecimiento
personal y profesional.
A todos aquellos que desinteresadamente participaron del presente trabajo.
4
Resumen
En nuestra sociedad actual, la cual recibe el mote de “Sociedad de la
Información y el Conocimiento”, la tecnología aporta a los docentes nuevas
herramientas para impulsar una modificación profunda de la práctica
educativa.
Modificación que no es una opción sino una obligación, dado que los
jóvenes modernos ya no aprenden con las mismas prácticas que lo hacían
hasta aquí.
Muchos docentes se sienten empujados, a la incorporación de los
nuevos elementos de los cuales disponen, sólo en pos de acompañar el
avance tecnológico y/o las exigencias institucionales.
De este modo, en numerosas ocasiones, el empleo de nuevas
herramientas informáticas como el PowerPoint, se produce sólo con el afán de
adoptar el tilde de “moderno”; incluso, algunas veces, sin el convencimiento
personal y/o profesional para estar haciéndolo.
El programa PowerPoint fue especialmente diseñado para la asistencia
de presentaciones audiovisuales, permitiendo a través de la conformación de
diapositivas, la colocación de imágenes, videos, sonidos, animaciones, y/o
enlaces a la Red informática mundial.
Esta amplia gama de recursos puede resultar una importante ayuda para
el orador, no obstante, para que ello sea posible, esta herramienta requiere, un
conocimiento y entrenamiento adecuado para su utilización. De otra manera,
no será difícil para el orador la incursión en errores que finalmente acaben por
menoscabar y deteriorar la presentación en cuestión.
Solemos encontrar presentaciones deficientes que lejos de favorecer las
prácticas docentes e incrementar los recursos didácticos de estos últimos,
5
terminan por entorpecer las habilidades de las cuales ciertamente disponen,
induciendo inversiones de tiempo exageradas desde una perspectiva de costo-
beneficio e incluso provocando en el docente una condición de incomodidad
que acaba por menoscabar sus condiciones favorables ya adquiridas.
De manera sorprendente, la masificación de su uso no fue debidamente
acompañada por intervenciones científicas y/o profesionales que versen sobre
las posibilidades y errores más frecuentes en el empleo de la herramienta en
cuestión. Tampoco se proveyó a los millones de usuarios de reflexiones
significativas respecto del uso correcto o inteligente de la misma; ni siquiera se
difundieron pertinentemente guías de uso o manuales para una utilización más
eficiente.
Esta utilización inercial se transformó en una de las máximas
contrariedades de este dispositivo, dado a que la incompetente utilización que
algunos presentadores han hecho del mismo, generó un sentido amargo en
sus receptores.
En general existe acuerdo en que utilizar presentaciones en PowerPoint
aumenta las posibilidades de aflorar como un orador verosímil y riguroso. De
hecho, actualmente , en algunos campos profesionales, no emplear PowerPoint
pone en duda la credibilidad y afecta la construcción de la imagen del orador.
Es evidente que la evolución hacia nuevas sociedades caracterizadas
por el dominio de las ciencias y la tecnología, implica también, nuevas
condiciones para el desarrollo de la educación de los individuos.
Dentro de cada aula encontramos, por un lado a los estudiantes (nativos
digitales), niños o adolescentes que operan el mouse antes de aprender a
hablar. Alumnos que están acostumbrados a estudiar, escuchar música y
chatear, todo al mismo tiempo. Gustan mucho del hipertexto, la multitarea y la
recepción rápida de información.
Frente a ellos, observándolos confundidos, están sus profesores,
inmigrantes digitales, que imprimen los correos electrónicos para leerlos,
buscan un manual de instrucciones para operar un nuevo programa instalado
en su ordenador dado que no logran asumir que es el propio programa el que
le enseñará a utilizarlo a medida que lo manipulan, y acuden a internet como
segundo recurso, y no en primer lugar como lo hacen los nativos digitales. Esto
representa mucho más que una mera clasificación o distinción entre grupos.
6
El empleo de presentaciones óptimamente construidas con este
programa genera una potenciación de la multicanalidad que puede resultar de
gran ayuda para facilitar la llegada didáctica a estos estudiantes con nuevas
características.
7
Introducción
Desde hace ya mucho tiempo, el modo en que son impartidas las clases
en las aulas universitarias, necesita de forma imperiosa cierta “revolución”.
Por estos tiempos se oye hablar bastante de esta, tan preciada y
necesaria, modificación de la práctica educativa. No obstante este creciente
interés de parte de algunos docentes, alumnos y estudiosos de la educación, la
reforma es aún una materia pendiente que sólo presenta algunos indicios de
actividad.
Es claro que para que esta “revolución” (como nos gusta llamarla) sea
realmente significativa y exitosa, debe ser producto de cambios holísticos,
permanentes y que involucren a todos aquellos que intervienen en el proceso
educativo.
Por razones operativas no pretendemos abarcar en esta investigación
todos y cada uno de aquellos cambios. Por el contrario, nos dedicaremos a
explorar únicamente la práctica del docente en el aula, y particularmente, su
relación con las nuevas tecnologías, en especial con el uso del programa
PowerPoint® ofrecido por la empresa Microsoft®, dentro de su paquete
recopilador de aplicaciones denominado Office®.
Vale aclarar que de ninguna manera creemos que el solo hecho de
aplicar más o nuevas tecnologías dentro del aula sea suficiente para modificar
las condiciones actuales de nuestras clases cotidianas, y mucho menos las de
la educación, sino que simplemente nos abocamos a este tópico ya que nos
resultan inquietantes ciertas situaciones fácilmente observables respecto de
esta área de análisis.
La tecnología aporta a los docentes nuevas herramientas para impulsar
una modificación profunda de la práctica educativa, no obstante, es evidente
que la sola existencia de las mismas no es suficiente para producir el cambio.
8
El hecho de disponer de nuevos recursos no provoca; por sí mismo, una
transformación de las intervenciones docentes. Estos recursos “habilitan para
el cambio” en la forma de proceder de los profesores, pero son estos últimos
quienes deben hacerse cargo de dicha disponibilidad trabajando en
consecuencia para lograr hacer de éstos sus aliados en vísperas de la ansiada
reforma de la que hablamos y que al momento no es más que un profundo
deseo.
Es necesario hacer esta aclaración porque es habitual ver cómo, en
muchas ocasiones, estas nuevas herramientas son incorporadas a los modelos
preexistentes de proceder dentro del aula no logrando con ellos ni el más
mínimo beneficio.
Un ejemplo de esto está dado por el accionar de aquellos profesores
que siguen brindando las mismas clases magistrales para sus alumnos, sólo
que ahora en lugar de utilizar una pizarra y tizas, lo hacen con la ayuda de una
presentación en PowerPoint®.
Pérez Lindo (2012) relata en su libro “Competencias docentes
para el Siglo XXI”: “Me ha tocado asistir a innumerables
conferencias y clases magistrales asistidas por una
presentación en PowerPoint. He aquí un síntoma de mimetismo
tecnológico que no modifica las prácticas pedagógicas. En
efecto, en muchas de esas exposiciones con PowerPoint la
clase magistral tradicional estaba apenas encubierta por la
lectura de los textos que aparecían en pantalla. Y en otras, la
imagen, el sonido, la voz en off y los textos hacían innecesaria
la presencia del profesor”1.
Creemos que esto es producto de que muchos profesionales se ven
“arrastrados” hacia la incorporación de los nuevos elementos de los cuales
disponen, sólo en pos de acompañar el avance tecnológico o de las exigencias
institucionales. Es decir, en numerosas ocasiones, la inclusión de nuevas
herramientas se produce sólo con el afán de recibir el mote de “moderno” (o
1 Pérez Lindo, A. (2012). Competencias docentes para el Siglo XXI. Buenos Aires: Tinta Fresca, p. 117
9
bien no recibir el de “atrasado”); incluso, a veces, sin el convencimiento
personal y/o profesional para estar haciéndolo.
Ésta no es una situación particular, por el contrario, hoy día se encuentra
instalada la noción de que con la simple utilización de ciertos recursos (en este
caso el uso del programa PowerPoint®) se alcanza un aumento de la valoración
general de una clase o práctica docente.
Sin ir más lejos, en el caso de la institución elegida para nuestro trabajo
de campo, esto aparece claramente demostrado al observar la planilla de
evaluación que la institución cede a los alumnos2 para que ejecuten una
evaluación a sus docentes. En ésta, en lugar de consultar acerca de la
importancia que implica o revierte la utilización de los medios, sólo se consulta
sobre la frecuencia con que se emplean los mismos; sin hacer ningún tipo de
apreciación sobre el valor con que cuentan dentro de la instancia de
aprendizaje.
Por este motivo, gran parte de los docentes que disponen de los medios
necesarios, atentos a estas aseveraciones, vienen tomando la decisión de
incorporarlo al dictado cotidiano de sus clases.
Debemos aclarar que todos los docentes de la Licenciatura en
Kinesiología y Fisiatría de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), (carrera
e institución en la que llevamos a cabo nuestro trabajo) cuentan con la
posibilidad de solicitar y emplear los medios o soportes necesarios para la
utilización en clase del programa informático en cuestión (a menos que no se
encuentren equipos disponibles, estos son cedidos para su empleo cotidiano y
regular).
Dado el empleo profuso de esta herramienta, solemos encontrar
presentaciones deficientes que lejos de favorecer las prácticas docentes e
incrementar los recursos didácticos de estos últimos, terminan por entorpecer
las habilidades de las cuales ciertamente disponen, induciendo inversiones de
tiempo exageradas desde una perspectiva de costo-beneficio e incluso
provocando en el docente una condición de incomodidad que acaba por
menoscabar sus condiciones favorables ya adquiridas. 2 Los alumnos de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) son invitados por la institución, dos veces por año, a efectuar una evaluación acerca de la práctica de sus docentes. Para la misma, dicha institución cede una planilla de encuesta donde uno de los ítems presentes versa simplemente sobre la frecuencia con que el docente en evaluación emplea los medios informáticos.
10
Es por este motivo que creímos necesario indagar acerca de este tema
preguntándonos respecto de las competencias para el uso del programa
PowerPoint® como herramienta didáctica, que poseen los docentes
universitarios de la Lic. en Kinesiología y Fisiatría de la UAI (Sede Regional
Rosario).
Para el desarrollo de nuestra investigación indagamos en las prácticas
académicas de dicha carrera, llevadas a cabo en la Localización Lagos de la
Sede Regional Rosario de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
Es necesario aclarar que no creemos que los docentes de la carrera en
cuestión estén ubicados en una situación particular respecto del resto; muy por
el contrario, creemos que la situación analizada es una realidad más bien
general ya que presentaciones deficientes suelen ser comúnmente observadas
en numerosos cursos, ponencias de congresos, entre otros.
No obstante, nuestra formación profesional en esta área (lo cual nos
habilitaría para comprender de manera más efectiva las temáticas que
eventualmente fueran abordadas en cada clase o encuentro), junto con la
creciente disponibilidad de medios para el uso de esta herramienta que viene
teniendo lugar en las instalaciones de la universidad donde se dicta esta
carrera, hicieron que decidiéramos escogerla para su análisis.
Como objetivo general nos propusimos explorar las competencias de los
docentes universitarios de dicha carrera e institución para la utilización del
programa PowerPoint® como herramienta didáctica.
A través de la presente investigación, pretendimos alcanzar un
relevamiento actualizado de la utilización que los docentes hacen del recurso
audiovisual en cuestión, y con ello, poner de manifiesto las dificultades que
estos presentan en el empleo de este instrumento, fundamenta lmente con el
afán de comprender las mismas para diseñar estrategias destinadas a su
disminución o, en el mejor de los casos su abolición.
A su vez, nos propusimos como objetivos específicos: conocer las
valoraciones y concepciones que los docentes poseen acerca de dicha
herramienta y de la utilización que realizan en la clase; exponer los aspectos
más relevantes que deben conocerse y tenerse en cuenta para lograr un
óptimo empleo del programa Powerpoint®; examinar las percepciones que los
alumnos poseen respecto del mismo y su aplicación por parte de los
profesores.
11
Según nuestra percepción los docentes de la Licenciatura estudiada no
presentaban, hasta el momento, las habilidades o competencias lo
suficientemente desarrolladas o adquiridas como para alcanzar una óptima
utilización del programa como recurso didáctico.
Llevamos a cabo esta investigación bajo la metodología cualitativa de
tipo exploratoria.
Para la recolección de datos suministramos encuestas a los estudiantes
(ver modelo en anexos) y entrevistas informales o no directivas a docentes de
dicha carrera.
De la encuesta fueron excluidos los alumnos del primer año, por
considerar insuficiente su experiencia en esta carrera y también aquellos
alumnos que revelaron no haber utilizado el programa en cuestión, en
ocasiones repetidas.
Como instrumento para la recolección de datos empleamos lo que
habitualmente se denomina “cuaderno de campo” para el registro inmediato de
los datos obtenidos a través de las entrevistas. Es por este motivo que el lector
no encontrará un modelo de entrevista sino solamente los fragmentos extraídos
de las mismas que fueron considerados más relevantes.
Para finalizar, luego de haber superado cada uno de nuestros objetivos,
ensayamos a manera de cierre la correspondiente conclusión de nuestro
trabajo conjuntamente con los aportes que consideramos necesarios incluir
para optimizar el accionar docente en la práctica analizada.
12
Capítulo I
“Los docentes y sus reflexiones acerca del uso del Powerpoint®”
"Primero formamos nuestras estructuras,
y después nos dan forma."
Winston Churchill
En 1984 un funcionario de la empresa Apple construyó un software
gráfico para que le ayudara en la creación de sus diapositivas. Este producto
recibió el nombre “Presenter” y generó mucho interés siendo finalmente
publicada su primera versión como “PowerPoint 1.0” para Apple Macintosh, en
el año 1987, a través de la empresa Farnborought. La modificación del nombre
tuvo lugar dado que la denominación Presenter ya se encontraba registrada
por la compañía Apple Computers.
Casi un año después de su exitosa presentación, a fines de 1987, la
empresa Farnborought, incluyendo su software Powerpoint, fue vendida a
Microsoft Corporation, siendo inmediatamente incorporada a su paquete de
aplicaciones llamado “Office”. De allí en más el software Powerpoint fue
desarrollado en forma progresiva por la compañía Microsoft, la cual nos ofrece
en la actualidad la versión número 50 de dicho producto. Tal es así que existen
distintas versiones personalizadas a los distintos niveles de usuario, siendo las
más frecuentemente disponibles para nuestro uso las denominadas “Home” y
“Professional”3.
3 Dinamarca, V. (2006). Presentaciones en la era de powerpoint. Recuperado el 08 de Octubre de 2012, de Revista chilena de radiología: http://www.scielo.cl/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0717-93082006000300004
13
“PowerPoint está instalado en 400 millones de ordenadores, y según
Wikipedia y la propia Microsoft Corporation, los datos de uso de 2005 indican
que en el mundo cada día se crean 30 millones de presentaciones; es decir,
1.250.000 presentaciones por hora, o, 20.833 presentaciones por minuto.”
(Montolío Durán, 2004)4
Esta aplicación informática facilita la realización de presentaciones
acordes a los objetivos específicos que en cada caso puedan perseguirse,
tanto sean profesionales respecto de una determinada disciplina, comerciales,
o bien educativos o pedagógicos como en nuestro caso de estudio.
Una vez creada la presentación, esta puede mostrarse en la pantalla de
un ordenador, proyectarse a una pantalla mediante un cañón, utilizarse como
soporte impreso, o convenientemente, hacer todo esto al mismo tiempo.
Básicamente, una presentación es un proceso a través del cual se
alcanza el desarrollo de una idea, concepto o temática que se pretende sea
abordada, difundida y/o explicada. En este caso, acordamos llamar
presentación al conjunto secuencial de diapositivas a través de las cuales el
orador procura hacer llegar su mensaje a la audiencia.
Por este motivo debemos entender a cada diapositiva como la unidad
mínima de trabajo de una presentación. Este punto tiene especial relevancia
para aquellas personas que están comenzando a realizar presentaciones o
bien a preocuparse por mejorar sus habilidades para la creación de las
mismas.
Decimos esto dado que a la hora de planificar una presentación es muy
importante comenzar por saber cuál sería el número ideal de diapositivas y
luego trabajar con cada una de ellas para, finalmente, someter toda la
presentación a un análisis totalizador.
A modo de ejemplo, podemos decir que es como construir un muro
pensando, en primera instancia, en cada uno de los ladrillos o bloques
constitutivos del mismo. De otra manera, puede que el diseño resulte mucho
más complejo que lo estrictamente necesario, sólo por carecer de una buena
4 Montolío Durán, E. (2004). PowerPoint y el uso de la lengua escrita. Recuperado el 15 de Abril de 2013, de Ebscohost: http://search. ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=zbh&AN=25687873&lang=es&site=ehost-live, p.92
14
metodología de trabajo; entendiendo a ésta como un acto previamente
organizado y bien direccionado.
Abordaremos luego, de manera pormenorizada, los aspectos que
consideramos más relevantes en pos de una óptima utilización de esta
herramienta.
Este software (léase, conjunto intangible o inmaterial de programas y
datos de un ordenador) fue especialmente diseñado para la asistencia de
presentaciones audiovisuales, permitiendo a través de la creación de
diapositivas, la colocación de imágenes, videos, sonidos, animaciones, y/o
enlaces a la Red informática mundial (o World Wide Web).
Esta amplia gama de recursos puede significar una importante ayuda
para el orador, no obstante, para que ello sea posible, esta herramienta
requiere, al igual que tantas otras, un conocimiento y entrenamiento adecuado
para su utilización. De otra manera, no será difícil para el orador la incursión en
errores que finalmente acaben por menoscabar y deteriorar la presentación en
cuestión.
Como ya dijimos, esta herramienta es la utilizada mayormente tanto en
los ámbitos educativos como en los profesionales, lo cual explica porqué la
hemos elegido como objeto de nuestra investigación pese a que en el mercado
existen otros programas equivalentes a este , como por ejemplo, Apple
Keynotes y OpenOffice .
Si bien estos programas cuentan con funcionalidades similares a
PowerPoint, éste último domina el mercado de forma contundente con un
porcentaje de aproximadamente el 95%.
El amplio predominio con que cuenta dicho instrumento en la mayoría de
las aulas y salones de congresos respecto de otras modalidades, viene dado
en gran medida por las numerosas posibilidades que este ofrece tal como
mencionamos; pero, a su vez, también por la escasa requisitoria de elementos
necesarios para su posible utilización (basta con disponer de un ordenador, un
proyector y una pantalla o pizarra, habitualmente remplazada simplemente por
cualquier pared libre dentro de la habitación).
He aquí la primera cita de nuestro trabajo de campo.
En este caso presentamos los datos correspondientes a la
primera consigna de la encuesta efectuada a los estudiantes.
15
CONSIGNA N°1:
¿Con qué frecuencia sus docentes utilizan el programa
PowerPoint en sus clases?
Opciones: Muy Alta: en más del 80% de las clases.
Alta: entre el 60 y el 80% de las clases.
Media: entre el 41 y el 59% de las clases.
Baja: entre el 40 y el 20% de las clases.
Muy Baja: en menos del 20% de las clases.
Sin hacer un análisis con rigor matemático de estos datos (no
creemos que tenga suficiente sentido), basta la simple
observación de los mismos para percibir que el programa es
utilizado en más de la mitad de las clases.
De manera sorprendente, la masificación de su uso no fue debidamente
acompañada por intervenciones científicas y/o profesionales que versen sobre
las posibilidades y errores más frecuentes en el empleo de la herramienta en
cuestión. Tampoco se proveyó a los millones de usuarios de reflexiones
significativas respecto del uso correcto o inteligente de la misma; ni siquiera se
difundieron pertinentemente guías de uso o manuales para una utilización más
eficiente.
A esto debe agregarse que a menudo suele pensarse que no se
requiere instrucción previa para su utilización, al menos en la creación de
presentaciones básicas, dada la similitud de este software con respecto a otros
(generalmente también a disposición del usuario dado que son ofrecidos por
16
Microsoft dentro de su mismo paquete) como por ejemplo el programa Word®.
Si bien esta aseveración es verdadera, debemos hacer el siguiente análisis.
Al respecto presentamos aquí este fragmento de una de de las
cuatro entrevistas desarrolladas. Este entrevistado fue el único
que valoró de forma negativa sus habilidades para el empleo
del programa, y aseguró que debería perfeccionarlas:
• “Lo debo estar utilizando a un 30%; no sé hacer muchas
cosas”. Pese a ser el único en reconocerse insuficiente; tres de los
cuatro docentes entrevistados, manifestaron tener voluntad de
recibir algún tipo de capacitación que les permita mejorar sus
habilidades actuales.
Sucede que empleado de forma básica, automática e irreflexiva, este
programa proporciona un estilo de presentación que acaba por rutinizar el
contenido discursivo, lo diluye, lo desanima, lo trivializa y esto es justamente
contrario a lo que deseamos. Tal es así, que a nuestro entender, es preferible
no utilizar esta herramienta a utilizarla de esa manera.
Por ejemplo, el programa hace una invitación continua e insistente al
diseñador acerca de la utilización de viñetas en su presentación (esto es
irrefutable después de comenzar a escribir en una diapositiva y ver como luego
de cliquear un Enter el programa coloca una de ellas por defecto). Esto empuja
al creador a una elaboración de puntos aislados.
Claro está que los puntos aislados facilitan la labor nemotécnica del
presentador pero muy difícilmente favorezcan la tarea interpretativa de la
audiencia. En el mejor de los casos, los más hábiles rememoradores,
recordarán algunos de los ítems presentados; pero precisarán de mucho más
que eso para la interpretación holística de la ponencia.
Es por ello que acordamos con Atkinson cuando dice: “el sistema de
<<puntos aislados>>, potencia el ensimismamiento del ponente y distancia el
discurso del auditorio al cual se dirige” (Montolío Durán, 2004)5, y nos
pronunciamos en contra de aquellas presentaciones con diapositivas cargadas
de viñetas o puntos aislados.
5 Montolío Durán, E. Op. CIT. p.98
17
Ahora bien, como dijimos, el sistema de puntos aislados no es la mejor
opción que tenemos, pero tampoco la peor.
Mucho más negativa es la elaboración de párrafos, en apariencia
interminables, que son definitivamente improductivos y desalentadores aún
para el alumno más interesado.
A menudo es esta práctica una de las principales causas de indigestión
en los oyentes. Con ella sólo se consigue perder la atención de los presentes,
lo cual es uno de los peores pecados podemos cometer en el campo de la
comunicación; ya que sin ella todo carece de sentido; y recuperarla es una
tarea por demás dificultosa.
Pero eso no es todo. Aún se puede empeorar un poco más la situación
si cometemos el “fatal” yerro de dar a cada una de nuestras diapositivas una
lectura sistemática e impiadosa. Si el lector tuvo la “desgracia” de encontrarse
con un escenario de este tipo me comprenderá perfectamente sin necesidad de
más explicaciones.
Distintas encuestas manifestaron que el error comunicativo más irritante
para las audiencias de presentaciones con PowerPoint es el hecho de que el
expositor haga lectura en voz alta de aquellas frases proyectadas en la
pantalla; las cuales ya fueron leías por los oyentes, a menudo, algunos minutos
antes. (Montolío Durán, 2004)6
Algunos presentadores en vez ser ellos quienes leen, prefieren ceder
esa tarea a sus oyentes. He aquí donde, habitualmente, se presenta algunos
de los siguientes inconvenientes.
Tras solicitar un voluntario, ningún presente se ofrece a hacerlo (no
necesariamente por falta de voluntad, sino porque no consideran esto
necesario o acertado), a lo que seguirá un incómodo bache en la dinámica de
la presentación, y entonces el presentador, inmerso en él, deberá decidir entre
abortar su estrategia tomando él mismo la tarea, o bien hacer un pedido directo
para alguno de los asistentes creyendo que de esta manera este no tendrá
más opción que acceder a su solicitud .
No contemplemos la devastadora posibilidad de que, aún tras el pedido
puntual, el asistente se niegue a colaborar; y evaluemos la opción “menos
negativa”; o sea, que efectué la lectura requerida.
6 Montolío Durán, E. Op. CIT
18
¿Que podría pasar entonces? Bueno, podría suceder que la persona
escogida por el disertante, presente dificultades visuales (al menos para esa
tarea), que sea aprehensiva y la labor encomendada le provoque un
nerviosismo que sea incapaz de controlar, que no cuente con la destreza
suficiente para realizar una lectura de buena calidad (potencialmente viable en
la actualidad), entre otras posibilidades.
En fin, el resultado será una situación sumamente embarazosa que no
acarreará beneficio alguno dado que, en cualquiera de los casos anteriores, la
lectura será, posiblemente, casi incomprensible. Esto sin reparar en el disgusto
al que habrá sometido a su colaborador de turno; al cual, debemos recordar,
que fue el mismo orador quién lo empujó hacia dicha circunstancia.
Es por ello que a nuestro entender esta utilización sistemática
(podríamos decir casi inercial) se transformó en una de las máximas
contrariedades de este dispositivo, dado a que la incompetente utilización que
algunos presentadores han hecho del mismo, generó en consecuencia, un
sentido amargo en sus receptores.
Estos últimos, los receptores, a veces incapaces de discernir entre la
impericia del orador y la utilidad de la herramienta de la cual este último ha
intentado valerse, acaban por generarse una valoración negativa de este
elemento.
Como ejemplo de esto, citamos a Pérez Lindo (2012) cuando comenta:
“En un curso de posgrado pude observar cómo los alumnos reclamaron por la
actitud de la docente y le exigieron prescindir del PowerPoint para que
expusiera directamente sus ideas”.7
En nuestra investigación, la encuesta realizada a los alumnos nos entregó los siguientes resultados:
1. CONSIGNA N°2:
¿Qué valoración hace de la herramienta (PowerPoint)?
Opciones: Muy Buena, Buena, Regular, Mala o Muy Mala.
7 Pérez Lindo, A. Ib Idem. p.117
19
2. CONSIGNA N°3:
¿Y del uso que su docente hace de ella?
Opciones: Muy Buena, Buena, Regular, Mala o Muy Mala.
Colocamos ambas consignas de manera simultánea por la
importancia de su análisis conjunto.
Como se puede observar con suma claridad en el primer
gráfico, la valoración general del programa por parte de los
alumnos fue óptima.
No registramos valoraciones negativas (Mala o Muy Mala); al
contrario, el 91% de los encuestados (97 sobre un total de 107
consultados) hizo una valoración positiva (Buena o Muy
Buena).
Ya en el segundo gráfico donde representamos la opinión de los
estudiantes respecto del uso que sus docentes hacen de la
misma, el resultado fue bastante diferente.
No sólo pronunciaron estimaciones negativas, aunque pocas;
sino que paralelamente las valoraciones más altas (Muy Buena)
cayeron de un 22% a apenas un 8%. Es decir que sólo 9
20
consultados sobre el total de 107, consideraron Muy Bueno el
uso que sus profesores le dan al programa.
Pero más relevante aún nos resultó, como dijimos líneas arriba,
la evaluación conjunta de las respuestas que cada uno de los
encuestados otorgó a estos dos puntos.
A partir de esta observación, notamos que 32 estudiantes
concedieron un valor superior a la herramienta en comparación
al uso que sus docentes le dan a la misma. Esto quiere decir,
de manera indirecta, que el 30% de los alumnos cree que la
utilización no es tan efectiva, y que acaba por restarle
positividad a la misma.
En numerosas ocasiones la impericia en el empleo puede explicarse
dada la diferencia generacional existente entre los docentes y los alumnos
(este tópico es abordado posteriormente en el capítulo III del presente trabajo).
No obstante, a priori y en líneas generales, utiliza r presentaciones en
PowerPoint aumenta las posibilidades de aflorar como un orador verosímil y
riguroso.
Hoy día, en algunos campos profesionales, no emplear PowerPoint pone
en duda la credibilidad y afecta la construcción de la imagen del orador.
Al respecto, es oportuno realizar la siguiente cita:
“Resulta muy ilustrativo el resultado de un experimento llevado
a cabo en departamento de psicología de la universidad de
Arizona. A tres grupos de voluntarios se les presentaron los
mismos datos sobre un jugador de fútbol americano, pero cada
presentación fue en un formato diferente:
(a) presentación + página escrita,
(b) presentación + gráfico de barras y
(c) presentación + PowerPoint con animación.
Cuando la presentación del jugador se llevó a cabo con el
apoyo de PwP, fue la ocasión en la que el jugador recibió la
valoración más alta. Esto es, PowerPoint <<le dio poder>>”.
(Montolío Durán, 2004)8
8 Montolío Durán, E. Ib Idem p.92
21
A modo de resumen podemos decir que normalmente son los empleos
patológicos del instrumento; como la repetición fastidiosa de formatos
estructurales de diseño, el fraccionamiento y la jerarquización obligada de la
información, la transformación de diapositivas de presentación en mera
documentación, entre otras degeneraciones, las prácticas responsables de la
valoración negativa que muchas personas se han construido a cerca de esta
herramienta.
A tal punto que en nuestro trabajo de campo, puntualmente en
la consigna N°4 de la encuesta que realizamos, 9 estudiantes
consideraron que dicho programa no favorece ni facilita su
aprendizaje.
No obstante, la mayor parte de la muestra tomada opinó lo
siguiente:
CONSIGNA N°4:
¿Cree qué el uso de dicho programa favorece o facilita su aprendizaje?
Opciones: Si o No
(En caso de haber respondido Si). ¿En qué medida?
Opciones: Grande, Mediana o Pequeña.
22
En cuanto a la información recogida por medio de las
entrevistas a los docentes, citamos los siguientes fragmentos
de las mismas mientras respondían a consultas acerca del uso,
la frecuencia de éste y su objetivo:
• “Lo uso muy a menudo”. (Duda frente a la interrogación
acerca de los objetivos del empleo; demora varios
segundos en expresar una respuesta que carece de
seguridad) “lo uso para mejorar la percepción de los
alumnos dado que me puedo proyectar mejor.”
• “Si, lo utilizo con mucha frecuencia para facilitar la
transmisión y también como disparador.”
• “Si, pero poco. Más que nada si necesito imágenes.”
• “Nunca… se usarlo pero no me atrae.”
23
Capítulo II
Recomendaciones básicas para el empleo del PowerPoint®
“En manos de un artista, la herramienta puede hacer grandes cosas.
Si cae en las manos equivocadas, puede convertir a un buen orador
en uno malo, y a uno malo en uno pésimo.”
Rick Altman
Dado que consideramos que puede resultar útil el hecho de compartir aquellas
técnicas que, probadamente, conviene sean aplicadas, a la vez que se mencionen
también aquellos errores frecuentes que suelen observarse a fin de reconocerlos para
su posterior corrección hemos decidido la elaboración de este capítulo.
Es importante tener esto en cuenta dado que, por razones lógicas de
extensión, hemos tenido que obviar más de una reseña.
Toda presentación en PowerPoint consta de tres elementos: el contenido, el
diseño y la exposición. Es en este orden en que hemos decidido comenzar el
abordaje de esta sección.
Al referirnos al contenido hacemos alusión a aquello que se pretende exhibir o
desplegar. Por lo tanto, para la determinación del mismo, es necesario que hayamos
respondido con anticipación la pregunta: ¿Qué pretendo manifestar?
Esto puede parecer una obviedad, pero es importante remarcarlo porque es
habitual ver cómo se comienza a preparar una presentación sobre una determinada
temática sin tener perfectamente definido qué se pretende lograr con ella. Es aquí
cuando aparecen las “presentaciones tipo resumen”, en las cuales se presentan más
de un tópico de análisis pero no se analiza ninguno. Frente a estos trabajos, solemos
quedar insatisfechos con la sensación de que todo fue una gran introducción a un
análisis inexistente.
24
Si bien es verdad que en los casos de formaciones formales como la que
conformó nuestro objeto de investigación se suele contar de antemano con la
planificación correspondiente, es importante entender que esos objetivos generales a
menudo pretenden ser alcanzados con diferentes estrategias didácticas. La exposición
es sólo una de ellas y, por tal motivo, es importante reservar para ella los objetivos
concretos que a juicio del docente le sean propicios.
Nos permitimos insistir con esto porque entendemos que en la medida en que
respondamos con mayor precisión la pregunta antes formulada, estaremos más cerca
de conseguir una presentación exitosa.
Al hablar del diseño nos referimos fundamentalmente a la forma en que se
construye el documento, a la arquitectura de sus diapositivas, es decir, a la manera
específica en que se crea la presentación.
Comencemos por el análisis de la fuente con todas sus características propias.
La selección de la fuente, su tamaño, su estilo y sus efectos (además del color
de la misma) puede resultar compleja dada la enorme cantidad de variables que son
ofrecidas por este programa. A menudo observamos combinaciones muy diversas,
que inicialmente se presentan muy atractivas, pero poco efectivas.
Respecto de la elección de la fuente siempre es recomendable escoger fuentes
sin serifas9 y que sean de uso relativamente frecuente, dado que la familiaridad que
existe con ellas hace menos laboriosa su lectura. Como ejemplo podemos mencionar
las siguientes: Arial, Tahoma, Verdana, entre otras. Al contrario, fuentes extrañas o
extravagantes le demandan al lector mayor esfuerzo y tiempo del habitual, motivo por
el cual no se invita a su uso.
9Se denomina serifas, a aquellas terminaciones o remates que presentan algunos tipos de letras. De esta manera, en tipografía se suelen clasificar las fuentes dentro de dos grandes grupos: las tipo palo seco o sin remates (ej. Arial, Tahoma, Verdana, entre tantas más) y las tipo serif (ej. Times New Roman, Rockwell, Cambria, entre otras). Las fuentes tipo serif son recomendadas fundamentalmente para extensos bloques de texto en soportes impresos (como el caso de libros y periódicos, por citar algunos ejemplos) debido a que sus terminaciones ayudan a guiar la mirada a través de toda la línea de texto. Sin embargo, cuando leemos en formato digital, la pixelación propia de la pantalla hace que los tipos de letra de palo seco se vean mejor definidos que las tipografías con serifas, por lo que es aconsejable utilizar letras de palo seco en las pantallas. En este caso, las serifas, lejos de ayudar al lector, provocan sobrecarga y generan un mayor cansancio visual. De esta manera, dependiendo del soporte donde se muestren los textos, es conveniente utilizar uno u otro tipo de fuente. En un formato digital, donde el ojo humano debe leer sobre una pantalla iluminada, se recomienda utilizar fuentes de palo seco para evitar sobrecargar o cansar la vista y facilitar la lectura. Por el contrario, si el soporte es papel, la elección más adecuada sería una fuente del tipo Serif.
25
En relación a esto, Rosler (2011) dice: “¡Las letras son como los caminos!
Cuanto más curvas tienen, más lentamente se leen. Se calcula que para que el
auditorio pueda leer la diapositiva sin perder contacto con lo que dice el presentador
debe hacerlo en 6 segundos. Por lo tanto, todo lo que retrase su lectura es
contraproducente”10.
La siguiente diapositiva (Fig. 1) ilustra a la perfección las palabras de Rosler.
Sin dudas esta fuente es por demás inadecuada.
Fig. 1: Diapositiva n°2 - Cervicovaginitis. Extraída desde: http:// www.slideshare.net/karloshalid/cervicovaginiti-ss?from_search=3
También es oportuno mencionar la importancia de utilizar en forma consistente
la misma fuente dado que de otra manera, el texto puede parecer extraño y difícil de
leer. Lo recomendable es utilizar diferentes fuentes sólo para enfatizar o individualizar
diferentes clases de información.
A su vez, vale mencionar que tanto los estilos de fuente (léase, negrita o
cursiva) como las mayúsculas, deben ser considerados como recursos a utilizar sólo
en aquellas ocasiones en las cuales sea necesario distinguir alguna/s palabra/s que
aparezca/n en la diapositiva y no hacerlo de forma sistematizada ya que perderá todo
su impacto. También puede valerse de los colores para tal fin.
Es preferible utilizar cualquiera de estas variantes al momento de enfatizar, en
lugar de usar el subrayado, que en el tipo de letras de palo seco, se superpone con las
líneas descendentes de algunas letras (g, p, y, q, j) dificultando su reconocimiento (g, 10 Rosler, R. (Septiembre - Octubre de 2011). Cómo evitar la “muerte” por PowerPoint. Recuperado el 24 de Junio de 2012, de Revista Argentina de Cardiología: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1850-37482011000500013&script=sci_arttext p.2
26
p, y, q, j), y el de ciertos signos de puntuación ( [ ¿ ¡ ; ] _ ); al mismo tiempo que
aumenta el agotamiento que le provoca al lector.
Lo último que debemos destacar respecto de las características de la fuente,
por obvio que parezca, es su tamaño. Es fundamental tener certeza de que las letras
serán suficientemente grandes como para que sean cómodamente observadas por
todo los presentes. Para ello, y más allá de las variables características con que puede
uno encontrarse en las diferentes aulas o auditorios, suele utilizarse como regla
práctica, la recomendación de pararse aproximadamente a un metro de la pantalla de
su computadora (previo asegurarse que el zoom de la pantalla en cuestión este
emplazado al 100%) para, de esta manera, simular el punto de vista de los miembros
del auditorio. Se acuerda que si usted puede leer el texto sin esfuerzo desde esa
posición, el tamaño de la fuente es lo suficientemente grande como para que pueda
utilizarla en su presentación. Además, el empleo de este tamaño de fuente le ayudará
a ser más mesurado en cuanto al texto que coloca en sus diapositivas ya que se
acuerda que una óptima presentación sólo contiene el texto estrictamente necesario11.
En relación a esto, otros autores sugieren de manera directa que el tamaño de
fuente sea de entre 24 y 36 puntos, proponiendo que no se coloquen más de seis
líneas de seis palabras cada una, por cada diapositiva12.
Es oportuno aclarar que no es deseable la incorporación de abreviaturas
diferentes de las convencionales así como tampoco lo es la omisión de los conectores
que conciernen a la frase. Habitualmente observamos cómo, en el afán de restarle
texto a cada diapositiva, se incurre en esta práctica impropia ya que no se consigue
ningún beneficio con ella; por el contrario, en el caso de las abreviaturas particulares
(no convencionales) pueden fácilmente entorpecer la comprensión del contenido.
No debe olvidarse que las diapositivas deben ser pensadas, y en
consecuencia, creadas para que la audiencia las interprete, y en el mejor de los
casos, las recuerde. Frente a este objetivo, las imágenes superan largamente al texto
dado que con la imagen apropiada se puede representar simbólica, analógica o
metafóricamente el concepto que se pretende enseñar. 11 Deberíamos preguntarnos aquí de que manera influye el tamaño del monitor con el cual nos encontremos trabajando. Luego de la consideración de esta variable, es pertinente aclarar que la misma no ofrece diferencias significativas a menos que se comparen entre sí monitores o pantallas de tamaños superiores e inferiores a los convencionales; es decir, por ejemplo, si comparamos un monitor de 21,5” con otro de sólo 10,1” como podría darse al trabajar con una netbook. 12Flores Hernández, F., & Villamar Chulín, J. (Marzo de 2012). Elementos para el desarrollo de presentaciones académicas en PowerPoint. Recuperado el 04 de Octubre de 2012, de Investigaciones en Educación Medica : http://riem.facmed.unam.mx/sites/all/archivos/V1Num03/08_PE_ELEMENTOS_PARA_EL_DESARROLLO.PDF
27
También a través de las imágenes es más sencillo generar emociones en el
asistente y promover en este, el recuerdo del mensaje enviado. Una idea puede ser
eficazmente expresada a través de una imagen, algo que a menudo es difícil
conseguir con palabras.
Por otra parte hay quienes se preguntan y reflexionan: “¿Hasta qué punto son
directas las palabras? Las palabras suelen ser engañosas. Si una imagen vale por mil
palabras, eso representa unos siete minutos hablando a la velocidad normal de unas
150 palabras por minuto.” (O'Connor, J., & Seymour, J. 1994)13
Otra parte fundamental en la estructura de toda diapositiva es el fondo de la
misma.
No está de más recordar que el rol del fondo es secundario en cuanto a nivel
de protagonismo. En consecuencia, siempre se debe cuidar que no sea lo
suficientemente llamativo como para provocar que, producto de ello, el alumno le reste
atención a la información que este contiene.
Para ejemplificar lo dicho, veamos este clarísimo ejemplo representado en la
siguiente diapositiva (Fig. 2).
Fig. 2: Diapositiva n°2 - Arteria Femoral. Extraída desde: http://es.slideshare.net/karloshalid/arterias?from_search=2
Es fácil percibir que el autor cometió aquí más de un error (exceso de texto y
colores escogidos: rojo sobre negro; poca discriminabilidad). No obstante, y
analizando solamente lo concerniente al fondo de la diapositiva, podemos notar que la
imagen escogida no sólo carece de sentido por no tener relación directa con el tema
13 O'Connor, J., & Seymour, J. (1994). PNL para Formadores. Barcelona: Urano, p. 135
28
sino que, aún peor; resulta negativa por atrapar la atención del observador de manera
innecesaria y sostenida dificultando la lectura.
A menos que decida emplear imágenes para que ocupen el fondo de sus
diapositivas, tendrá necesariamente que escoger algún color para tal fin. Al hacerlo,
evite los fondos claros ya que causan mayor fatiga en las retinas del observador.
A su vez, para la combinación de colores es preciso tener en cuenta ciertas
consideraciones.
Aconsejamos utilizar colores que estén algo distantes (al menos un color) en el
espectro cromático a fin de asistir su discriminabilidad.
No obstante, no resulta favorable la utilización de colores que pertenezcan a
longitudes de onda muy diferentes en zonas contiguas, como por ejemplo el caso de
los colores rojo y azul, dado que el cristalino humano no es capaz de enfocar
correctamente, en simultáneo, dos longitudes de onda muy desiguales entre sí.
Esto explica el efecto que se produce al aproximar el rojo al azul. Dicho efecto
distrae al estudiante y fatiga su visión.
Otra consideración importante es la de no combinar los colores verde y rojo,
dado que la distinción entre estos dos colores resulta particularmente conflictiva para
cualquier humano con deficiencias o anomalías de la visión cromática.
Blanco con verde
Amarillo con rojo
Blanco con negro
Amarillo con azul
Combinaciones recomendadas
29
Entre los humanos un 7-8% de los varones son relativa o completamente
deficientes en visión del color. A estos individuos se les llama comúnmente
daltónicos14 debido al químico inglés John Dalton, quien padecía esta deficiencia; el
término científico es discromatopsia15.
Una investigación realizada en Extremadura (España) afirma que: “el
porcentaje global de alumnos de Educación Infantil en los que se puede confirmar una
anomalía superaría por tanto el 5%, a los que habría que añadir otra cantidad similar
de alumnos en los que no se puede descartar con rotundidad la presencia de alguna
anomalía.” (Montanero, 2003)16
En síntesis, es preferible la elección de colores oscuros para ocupar el fondo
de las diapositivas y asignar colores claros a las letras que ubicamos directamente
sobre éste. 14El Daltonismo es una afectación producida por una anomalía genética que ocasiona dificultad para distinguir los colores. El grado de afectación que puede presentar cada individuo es sumamente versátil y fluctúa desde una ligera dificultad para discriminar algunos matices de rojo y verde (afectación más leve y frecuente) hasta la incapacidad para distinguir cualquier color (afectación más grave, que recibe el nombre de acromatopsia ). 15 Acevedo Noda, P., Fez Saiz, D., & García Llopis, C. (Junio de 2011). Algoritmo para la simulación de la visión de un daltónico: presentación del proyecto. Recuperado el 12 de Enero de 2013, de Universidad de Alicante: http://hdl.handle.net/10045/18814 16 Montanero, M. et al. (2003). Daltonismo y rendimiento escolar en la educación infantil. Recuperado el 12 de Enero de 2013, de Revista de Eduación: http://www.doredin. mec.es/documentos/008200430251.pdf, p. 455
Verde con rojo
Azul con rojo
Rojo con azul
Rojo con verde
COMBINACIONES NO RECOMENDABLES
30
No obstante es fundamental tener en consideración las caracterís ticas propias
del espacio donde se llevará a cabo la exposición dado que este puede contar con
cuestiones específicas que ameriten ser evaluadas para la realización de alteraciones
en las características convencionales de una presentación más o menos estándar.
En este punto, por ejemplo, puede resultarnos determinante la condición
lumínica del lugar en cuestión. Una luminosidad general excesiva incapaz de ser
graduada o bien establecida directamente sobre el lugar de proyección, puede requerir
la modificación de lo anteriormente expuesto respecto de los tonos a asignar para los
elementos constitutivos de nuestra presentación (fondo, letras, imágines, entre otros).
Cualquiera sea la situación, no es recomendable desarrollar la clase en una
habitación demasiado oscura por los motivos que presentamos a continuación.
La oscuridad disminuye o anula (dependiendo del grado de esta) el impacto del
disertante, ya que merma la intensidad visual de su presencia.
Menoscaba el impacto auditivo que genera dado que aparece como una “voz
en off”, o sea, una voz pronunciada por alguien que no deja verse por la cámara o en
este caso por la audiencia.
Hace que el docente sea incapaz de establecer contacto visual con sus
alumnos; lo cual le inhibe una parte significativa de sus competencias (dicho de
manera genérica por no involucrarnos en un análisis pormenorizado de cada uno de
los perjuicios que esta pérdida conlleva).
Lo expuesto es más que suficiente para entender por qué es siempre
desalentable la conducta voluntaria de apagar las luminarias del auditorio a fin de
favorecer la visibilidad de la presentación. No debe dejar de notarse que, por sentido
común, el docente que incurra en esta práctica estará ubicando a la presentación en el
lugar de mayor protagonismo, el cual se espera que él mismo ocupe. Esto, salvo
casos sumamente excepcionales, bien podría entenderse como una desvalorización
que el docente hace de sí mismo al entenderse potencialmente menos relevante que
una herramienta.
Algo similar ocurre con el tamaño de la fuente en relación a las dimensiones
del auditorio, aunque esta variable no suele presentar mayor conflictividad en nuestro
caso de estudio debido a que generalmente solemos desenvolvernos en aulas o
salones pensados y diseñados para el dictado de clases.
Por otra parte, es preciso destacar la importancia de evitar el empleo excesivo
de animaciones (transiciones y sonidos) ya que el uso indiscriminado o abusivo de
estas suele distraer la atención de los presentes, al margen de lo vistosas que puedan
31
resultar a simple vista. Este barroquismo17 visual superfluo debe ser estrictamente
vigilado, ya que en muchas ocasiones avasalla la capacidad de atención del oyente de
tal manera que acaba por adueñarse por completo de ella, y en consecuencia,
entorpece la capacidad de comprensión global del discurso.
Al contrario, es recomendable que toda presentación disponga de alguna
especie de índice o plano que exponga a los asistentes la estructura de la misma; y
más recomendable aún, si logra mantenerse vigente esta durante la presentación.
Si bien dicha recomendación es poco practicada, está comprobado que
colabora de manera significativa con la comprensión por parte de los oyentes.
Fundamentalmente, esta disposición cuenta con dos ventajas puntuales.
En primer lugar, facilita la “reincorporación” al discurso de todos aquellos
presentes que por algún motivo hayan perdido el hilo conductor de la exposición.
En segundo lugar, colabora con la orientación de aquellos asistentes que
lleguen con la presentación ya iniciada o qué, mismo estando presentes desde un
principio, hayan tenido que abandonarla momentáneamente.
En otro orden de cosas, queríamos al menos hacer alguna mención respecto
del tan discutido empleo del láser como señalador durante las presentaciones. En
verdad, debemos reconocer que hasta el momento no se llegó a un acuerdo
mayoritario acerca del mismo.
Por una parte, quienes sugieren que éste no debe ser utilizado, colocan como
argumento más relevante el hecho de que el disertante, para su empleo, tenga que
dejar de enfrentar y observar al auditorio para enfocarse en la proyección;
disminuyendo de esta manera el contacto visual entre él y sus oyentes.
A su vez, remarcan también que en el caso de que alguna diapositiva cuente
con algo que deba ser señalado, apuntado o distinguido, esto debe ser advertido y
modificado al momento de la construcción o revisión de la presentación realizada,
siempre con anticipación al momento de la exposición18.
No obstante, quienes defienden la utilización de estos dispositivos responden a
sus “detractores” que para la individualización de aquello que resulte necesario no es
preciso permanecer más de unos segundos observando la proyección. Al mismo
tiempo que remarcan la imposibilidad de identificar de ante mano aquellos valores que
deberían ser resaltados debido a la dinámica imprevisible de toda exposición.
17 El Barroco fue un período histórico de la cultura occidental que tuvo su origen a partir de una nueva forma de concebir las artes visuales; el estilo barroco. En esta etapa histórica, el arte se volvió más detallista y ornamentada. En este caso no nos referimos al “barroquismo” con la acepción que lo opone estilo clásico o clasismo, sino en su sentido peyorativo, que lo describe como algo recargado, embrollado y engañoso. 18 Rosler, R.Ib Idem.
32
La última recomendación que no podemos dejar de hacer tiene que ver con la
posibilidad de presentar errores ortográficos en las diapositivas. La capacidad que
estas incorrecciones poseen para desvalorizar la exposición toda es enorme. Pocas
cosas pueden resultar tan categóricamente negativas para una presentación como la
incursión en este tipo de errores.
Dada la trascendental relevancia de esto, es un gravísimo error confiar en el
corrector ortográfico del programa. Es indispensable realizar una revisión
pormenorizada de cada una de las diapositivas para certificarse de que no existan
dichas imprecisiones. De esta manera se evitará quedar estigmatizado por algo que
bien podría ser evitado.
Finalmente, y ya abocados a la exposición, es decir, a la forma de transmitir el
mensaje; consideramos interesante realizar dos menciones.
Una de ellas tiene que ver con la lógica y comprobada fluctuación en la
atención ofrecida por la audiencia. Es conocido que la parte inicial y final de toda
exposición ordenada cuentan con mayor atención, y por ende, mayor impacto en la
audiencia (también se ha comprobado que son los fragmentos que se recuerdan con
mayor efectividad).
El reconocimiento de esta realidad le ofrece al docente o disertante la
posibilidad de planificar su presentación de la manera que lo crea más conveniente en
relación a la relevancia de la información que escogió presentar.
La segunda mención tiene que ver con la recomendación de adicionar al
comienzo de la presentación una diapositiva (bien podría ser la segunda o tercera)
que ofrezca una suerte de mapa o guía de la presentación completa. Esto no
demanda más que unos pocos minutos y se traduce en una gran ayuda al alumno
para que sea capaz de dar un seguimiento efectivo a la clase.
A su vez, puede ser colocada nuevamente (sin modificar o poco modificada) al
final de la presentación. En este caso, ésta será de utilidad tanto para demostrar la
coherencia de la misma, como para realizar en su presencia un pequeño resumen final
de los aspectos principales.
33
Capítulo III
“Los alumnos y sus vinculaciones con el aprendizaje“
“Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono
las condiciones en las que puedan aprender.”
Albert Einstein
Cumpliendo con lo que adelantamos en el capítulo I; es momento de
abordar el tema de la diferencia generacional existente entre los docentes y los
alumnos.
En este último tiempo se le da mucha importancia a este hecho, y nos
parece inmensamente acertado que así sea. Si bien no abordamos aquí en
profundidad este tópico, creemos necesaria la realización de al menos algunas
menciones19.
El estadounidense Marc Prensky se ocupó de realizar una descripción,
clasificación y contraposición explícita para lograr comprender esta diferencia
generacional entre unos y otros, podemos decir entre docentes y alumnos; y
las consecuentes situaciones a las que esta viene dando lugar.
Prensky denominó como nativos digitales a todos aquellos que crecieron
con esta nueva tecnología. Es decir, aquellos que convivieron, desde su
nacimiento, con elementos digitales como ordenadores, videojuegos, cámaras
de video, reproductores de música, teléfonos celulares, entre otros.
19 Por razones más de extensión que de pertinencia, hemos decidido no realizar un abordaje particular de la temática en este momento. No obstante, dada la notable relevancia con que cuenta según nuestra opinión, ocurrimos agregar al final del presente trabajo, un anexo para la colocación del artículo “Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales” producido por el propio Marc Prensky; quién exploró por primera vez dicha temática e inscribió esta terminología (nativos e inmigrantes digitales) al tiempo que realizó la presente clasificación.
34
Todas estas personas estuvieron usando y rodeados de estas
herramientas digitales desde un principio, y en consecuencia, sienten a las
mismas como propias; lo cual les permite utilizarlas sin mayores esfuerzos,
diría casi inconscientemente.
No es posible hacer una clasificación plenamente certera al respecto
según el año de nacimiento de cada persona. Queda claro que, no obstante el
desenvolvimiento tecnológico global, la realidad difiere mucho de un lugar a
otro.
Aun así, se suele acordar que el rótulo de nativos digitales alcanza a los
europeos nacidos durante la década del ‘80 y a los latinoamericanos que hayan
nacido desde el año 90 en adelante.
Por el contrario, quienes no coinciden con esta descripción son definidos
como inmigrantes digitales. Salvo casos muy excepcionales, los actuales
docentes pertenecen a esta tipificación.
A diferencia de los nativos digitales arriba descriptos, estas personas
atravesaron el desarrollo tecnológico paso a paso, día a día; con lo cual,
atendiendo la vertiginosidad del mismo, no todos fueron capaces de ir
asimilando los cambios de manera satisfactoria.
Muchos de estos profesores hacen un gran esfuerzo en el intento de
“adaptación”, en tanto que otros, muestran un importante desprecio por estas
herramientas, las cuales sienten ajenas (y en algunos casos hasta enemigas),
o bien, simplemente se dedican a simular que la situación cuenta con su
atención, por ejemplo, utilizando una diapositiva de Powerpoint como si fuese
una hoja de Word o un pizarrón informático. A menudo estos docentes parecen
ser irremediablemente analógicos.
En resumen, dentro de cada aula encontramos, por un lado a los
alumnos (nativos digitales), niños o adolescentes que operan el mouse antes
de aprender a hablar. Alumnos que están acostumbrados a estudiar, escuchar
música y chatear, todo al mismo tiempo. Gustan mucho del hipertexto, la
multitarea y la recepción rápida de información.
Frente a ellos, observándolos confundidos, están los inmigrantes
digitales, que imprimen los correos electrónicos para leerlos, buscan un manual
de instrucciones para operar un nuevo programa instalado en su ordenador
(esto en el mejor de los casos) dado que no logran asumir que es el propio
programa el que le enseñará a utilizarlo a medida que lo manipulan, y acuden a
35
internet como segundo recurso, y no en primer lugar como lo hacen los nativos
digitales.
Algo que no puede desconocerse es el hecho de que cuando los
inmigrantes digitales intentan aprender este nuevo lenguaje, esta nueva
metodología (incluso podríamos decir, esta nueva pedagogía) lo hacen
naturalmente unos mejor que otros, pero en general, a la mayoría de ellos les
cuesta mucho dejar de lado sus antiguos hábitos y concepciones. Esto en
muchas ocasiones los deja a mitad de camino, incapacitándolos para lograr
alcanzar una transformación holística verdaderamente significativa.
Esto es mucho más que una mera clasificación o distinción entre grupos.
Encierra una problemática decididamente compleja e importante porque a
nuestro entender, al igual que lo expresa Prensky (2001), la mayor dificultad
que enfrenta actualmente la educación es que nuestros docentes están
intentando enseñar a una población que habla un idioma completamente
diferente al de ellos20.
Siguiendo con este ejemplo, los alumnos deben sentirse casi como si se
hubiese hecho una selección entre los extranjeros menos inteligibles y una vez
elegidos se los hubiese ubicado frente a ellos esperando que intenten
educarlos.
Planteado el problema, ¿qué deberíamos hacer para solucionarlo? La
respuesta aparece por descarte o eliminación.
Dado que es casi un absurdo pensar que los nativos digitales puedan
desestimar la inmensa cantidad de estímulos omnipresentes que sus entornos
tecnológicos les colocan en su frente minuto a minuto (no podrían hacerlo por
más que lo deseasen), sólo podemos comenzar a preparar a los “inmigrantes”
para que logren adaptarse a ellos de la manera más óptima y rápida posible.
Es decir, no consideramos viable la posibilidad de que los alumnos
desoigan su realidad actual, y emprendan un camino de involución para que
logren aprender viejas formas de aprender. Sería como pedirles que caminen
hacia atrás.
20 Prensky, M. (Diciembre de 2001). Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales. Recuperado el 11 de Noviembre de 2012, de On the Horizon: http://psiytecnologia.files.wordpress.com/2010/02/prensky-nativos-digitalesinmigrantes -digital-traduccion.pdf
36
Por esta razón, pensamos que si queremos resignificar la educación en
este aspecto, sólo nos queda una opción; la cual que no es ni más ni menos
que comenzar a trabajar de forma exhaustiva con los docentes en el dominio
de las presentes herramientas tecnológicas, y esperar que a partir de esto,
sean capaces de comprender el paradigma de educación que presentan sus
alumnos.
Es evidente que la evolución hacia nuevas sociedades caracterizadas
por el dominio de las ciencias y la tecnología, implica también, nuevas
condiciones para el desarrollo de la educación de los individuos.
No debemos olvidar, ni siquiera un momento, que los estudiantes
contemporáneos manipulan y procesan la información de una manera muy
distinta a la que lo hacían sus predecesores.
Es por todos sabido que los jóvenes de hoy dedican gran parte de su
tiempo a la navegación en la web. En esta, es natural la fragmentación de la
información en unidades pequeñas e independientes unas de las otras, a fin de
posibilitar una lectura rápida. De esta manera, los jóvenes se encuentran
familiarizados con los textos breves, enmarcados y encapsulados, dispuestos
de manera autónoma respecto de otros textos próximos. Este fenómeno
también puede observarse fácilmente en textos publicitarios como los “banners”
y es cada vez más frecuente en la televisión. Sólo por citar un ejemplo basta
con observar esta imagen (Fig. 3) tomada de la transmisión de un canal de
noticias de nuestro país.
Fig. 3: Imagen modificada. Extraída desde: http://visionauto.com.ar/ 2013/02/pelotazo-en-contra/
37
Tentados de decir que el “hipertexto” es una de las características más
representativas de la moderna modalidad de transmisión de la información; nos
conformamos con alentar la observación de este fenómeno en pos de
favorecer la creación una nueva concepción respecto la misma.
Este análisis debería colaborar con la comprensión de las originales
formas de representación del conocimiento que desarrollan las generaciones
más jóvenes.
En el afán de acompañar esa transformación, el PowerPoint nos permite
de manera sencilla, representar los conceptos de manera más global que
lineal, combinándolos de manera creciente con imágenes, videos, sonidos,
entre otros.
Como dice el Dr. Bruce D. Berry: “diferentes tipos de experiencias llevan
a diferentes estructuras cerebrales”. En consecuencia, Prensky agrega: “es
muy probable que los cerebros de nuestros estudiantes hayan cambiado
físicamente como resultado de la forma en que han crecido. Pero sea esto
literalmente cierto o no, podemos decir con certeza que sus patrones de
pensamiento han cambiado” (Prensky, 2001)21.
Las generaciones pasadas contaban con una cantidad de estímulos
mucho menor a la actual. En cambio hoy día, los niños son altamente
estimulados. En palabras del psicólogo estadounidense Kenneth Gergen, son
“multifrénicos”; es decir, presentan un “yo” saturado por las múltiples relaciones
que establecen con los otros, un “yo” fragmentado y multifacético producto de
la vertiginosa multiplicación de las comunicaciones de la época actual.
Al respecto, Augusto Pérez Lindo (2012) expresa: “Los niños desde los
dos o los tres años se inician en el contacto con la radio, el televisor, la
computadora o el celular. Comienzan a recibir informaciones y conocimientos
que antes estaban reservados a los adultos y a las personas especializadas.
Antes de los doce años la mayoría de los niños que residen en centros urbanos
habrá visto más de 500.000 mensajes publicitarios y habrán tenido más de
12.000 horas de audiencia en la televisión o en las computadoras”22; y agrega:
“De acuerdo con la teoría constructivista de Piaget, a muchos les sobran
estímulos pero carecen de los esquemas de conocimientos necesarios para
procesarlos adecuadamente. Sin embargo, una minoría ya consigue interpretar
21 Prensky, M. Op. CIT. p.1 22 Pérez Lindo, A. Ib Idem. p.11
38
y ordenar las informaciones para convertirlas en conocimiento. Éstos son los
adolescentes de entre 12 y 15 años que, en cantidades cada vez más
significativas, están aprobando las condiciones de ingreso a la universidad”23.
La influencia de los medios amplifica la imaginación de los niños,
enriquece su nivel de información y sus conocimientos al punto que a veces
pueden estar mejor informados que las maestras. Las generaciones anteriores
gozaban de mucho menos estímulos.
El empleo de presentaciones óptimamente construidas con este
programa genera una potenciación de la multicanalidad propia y natural de la
interacción comunicativa humana. Es decir, puede ayudar a alcanzar el
importante objetivo de utilizar, al mismo tiempo, señales que se transmiten por
canales diferentes.
De esta manera se puede contar con un gran aliado a la hora de intentar
abordar, simultáneamente, tanto a los alumnos auditivos como a los visuales y
a los kinestésicos; lo cual representa una empresa para nada sencilla pero que
indudablemente necesita ser ambicionada.
En el intento de conseguir este objetivo trascendental, la construcción de
la presentación tiene, lógicamente, gran importancia.
Respecto de la instancia de construcción de presentación; ningún
expositor hábil olvidaría, ni siquiera por un momento, que la misma se trata de
un discurso secundario o suplementario del discurso principal que él mismo
piensa desarrollar.
El punto es que ambos serán desarrollados de forma simultánea, por lo
cual es fundamental que sean complementarios y no redundantes o repetitivos.
En consecuencia, el orador no debe preocuparse si nota que la
presentación, dispuesta de forma aislada al discurso principal, carece de
sentido, coherencia o poder comprensivo; por tratarse justamente, de una
herramienta suplementaria y no autónoma.
De esta manera podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que el
docente del siglo XXI necesita más que nunca de su creatividad (entendida
esta como la capacidad de emplear conocimientos preexistentes de una
manera novedosa) para ser capaz de inventar permanentemente estrategias
que le permitan hallar nuevos caminos para motivar e interesar a sus
estudiantes. 23 Pérez Lindo, A. Ib Idem. p.12
39
Por todo esto, el dominio de las TIC´s (tecnologías de la información y
de la comunicación) es prácticamente una necesidad impostergable. Esta
competencia se transformó, dada la tendencia de las sociedades actuales por
el dominio de las ciencias y la tecnología, en un rasgo cultural de este siglo que
desde luego impone nuevas condiciones para la educación de sus individuos.
Planteada esta situación ya no sólo deberíamos pensar en el dominio o
las competencias para el uso de las TIC´s, sino a su vez, de las capacidades
necesarias para la cesión y/o entrega de conocimientos y habilidades respecto
de las mismas.
A modo de resumen, podemos decir que toda exposición consta de dos
pilares constitutivos. Uno de ellos, y sin duda el más importante, es construido
a partir de las competencias comunicativas (y si se quiere didácticas) propias
de cada presentador, es decir, la habilidad con que cuenta cada expositor para
ser capaz de transmitir de manera eficaz, agradable y clara la información que
desea, logrando que la misma sea interpretada y asimilada por su audiencia.
Sin lugar a dudas, estas competencias son plenamente independientes
de los recursos físicos de los cuales disponga el orador, dado que depende
pura y exclusivamente de las habilidades comunicacionales del individuo en
cuestión y no de la "fiesta" que pueda montarse a su alrededor.
Quién no conoce alguna persona u orador que cautiva la atención de
todos los presentes sólo con su voz. Estos hábiles presentadores son capaces
de construir toda su exposición sólo sobre este sostén. No obstante, el resto,
necesitamos de un segundo pilar.
El segundo pilar se compone de todas aquellas herramientas accesorias
de las cuales el orador puede valerse para aumentar sus habilidades de base.
Es decir, para colaborar con el primer pilar. Dentro de la amplia variedad de
estas herramientas se encuentra el programa PowerPoint.
Es importante recalcar la condición accesoria de este segundo pilar
(entendida esta como algo auxiliar, algo secundario que depende de lo
esencial), dado que, si bien es útil para asistir el desarrollo de la presentación,
en caso de fallar el primero este es incapaz de compensarlo, no así a la
inversa.
En conclusión, no es que pensemos que todos los docentes deban
transformarse en especialistas en el manejo del programa PowerPoint a través
de largas jornadas de capacitación; sino, simplemente creemos que si
40
(fundamentalmente aquellos que no cuentan con habilidades, si se nos permite
innatas, para la comunicación) logran dominar las herramientas y cuestiones
más elementales de éste programa, serán capaces de hacer del mismo un
aliado didáctico (siempre accesorio) de un valor inmenso.
Es por este motivo, que intentamos presentar de manera precisa y
resumida, una serie de consejos que consideramos, vale la pena conozca todo
aquél que en algún momento desee emplear dicho instrumento.
41
Conclusiones
En la actualidad se encuentra instalada la concepción de que el solo
hecho de emplear ciertos recursos tecnológicos como el PowerPoint merece un
aumento de la valoración de una clase o práctica docente.
Tal vez sea por ello que este programa es empleado, según los
estudiantes encuestados, en más de la mitad de las clases de la carrera que
hemos investigado.
Lo que no se destaca muy a menudo es que utilizando esta herramienta
de manera básica, sistemática e irreflexiva, sólo se logra ofrecer una
presentación que lejos de revalorizar el contenido discursivo; lo disuelve, lo
desanima y deprime.
De forma contundente, el 30% de los estudiantes consideró que el uso
no tan efectivo de la herramienta , acaba por restarle positividad a la misma.
Positividad que han reconocido en más del 90%.
A nuestro entender, los usos patológicos del PowerPoint son claramente
previsibles. Este programa se ha transformado en una herramienta
omnipresente en aulas, congresos y empresas, sin que su extensión sea
respaldada por una reflexión concienzuda sobre los procedimientos adecuados
para su empleo.
Los millones de usuarios que se encuentran hoy elaborando
presentaciones con este programa, no cuentan con mucho más que el modelo
o idea de las presentaciones de otros, o bien las plantillas que suministra por
defecto dicho programa.
Así, la falta de análisis crítico-reflexivo, científico y divulgativo, explica
las incorrecciones de las cuales dimos cuenta en este trabajo ; como por
ejemplo, la repetición fastidiosa de conformaciones estructurales de diseño, el
fraccionamiento y la jerarquización obligada de la información que se pretende
42
presentar, la involución de diapositivas de presentación en diapositivas de
mera documentación, entre otras degeneraciones.
De esta forma, a nuestro entender, son las prácticas irresponsables de
muchos presentadores son las culpables de la mayor parte de las valoraciones
negativas que algunas personas se han construido a cerca de esta
herramienta. Por ejemplo, el caso de los nueve estudiantes que consideraron
que dicho programa no favorece ni facilita su aprendizaje.
Por otra parte, y más importante aún, entendemos que la más grande
dificultad a la cual se enfrenta hoy día la educación, es que muchos docentes
están pretendiendo enseñar a una población que precisa, para la construcción
del conocimiento, estímulos muy diferentes de los que ellos han
experimentado y en consecuencia creen oportunos.
Docentes que se encuentran hoy con estudiantes que gozan del
hipertexto, de la fragmentación de la información en unidades pequeñas, de la
multitarea y de la recepción inmediata de datos.
Frente a ello, es muy importante comenzar a trabajar de forma profunda
para intentar que los profesores se familiaricen, adopten y consigan dominar
las herramientas tecnológicas, para que de esta manera transformen a ellas en
sus aliadas en la empresa de enseñar y evitando que se conviertan en sus
enemigas.
El dominio de las TIC´s (tecnologías de la información y de la
comunicación) se convirtió en una necesidad impostergable para los actuales
docentes.
Esta competencia se volvió, producto de la tendencia de las sociedades
modernas por el dominio de las ciencias y la tecnología, en una característica
cultural de estos tiempos y que, obviamente, exige nuevas condiciones para la
educación de sus individuos.
Al fin y al cabo, la clave sigue siendo, al igual que en tiempos de
Aristóteles, llegar al intelecto y transmitir emociones; sólo que las condiciones
para hacerlo hoy día, se han modificado bastante.
43
Aportes
Luego de la producción del presente trabajo no tenemos dudas acerca
de la imperiosa necesidad de que las instituciones educativas configuren y
garanticen a sus profesores, procedimientos de capacitación específica en el
empleo del programa PowerPoint, así como también de otras tecnologías.
De esta manera obtendrán mejores prestaciones de parte de las
mismas, aumentarán el valor didáctico de sus docentes, y en consecuencia,
favorecerán el proceso de aprendizaje de sus estudiantes.
44
Anexos
45
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales
por Marc Prens k y
En On the Horizon (MCB University Press, Vol. 9 No. 6, December 2001)
©2001MarcPrensky Me resulta sorprendente cómo con todo el alboroto y el debate hoy en día acerca del declive de la educación en los Estados Unidos ignoramos su causa más fundamental. Nuestros estudiantes han cambiado radicalmente. Los estudiantes de hoy ya no son el tipo de personas que nuestro sistema educativo fue diseñado para forma r. Los estudiantes de hoy no han cambiado solo gradualmente con respecto a los del pasado, no han cambiado simplemente su argot, su ropa, sus adornos corporales o su estilo, como había ocurrido hasta ahora entre las distintas generaciones. Una verdadera discontinuidad ha tenido lugar. Podríamos incluso llamarlo una “singularidad”: un acontecimiento que cambia las cosas de manera tan fundamental que no hay vuelta atrás. Esto que damos en llamar “singularidad” es la llegada y rápida propagación de la tecnología digital en las últimas décadas del siglo XX. Los estudiantes de hoy –desde la guardería a la universidad- representan las primeras generaciones que han crecido con esta nueva tecnología. Han pasado toda su vida rodeados de, y usando, ordenadores, videojuegos, reproductores digitales de música, videocámaras, móviles, y todos los demás juguetes y herramientas de la era digital. Hoy en día la media de los graduados universitarios ha pasado menos de 5.000 horas de su vida leyendo, pero más de 10.000 horas jugando con videojuegos (por no hablar de las 20.000 horas viendo la televisión). Los juegos de ordenador, el correo electrónico, internet, los teléfonos móviles y la mensajería instantánea son parte integrante de sus vidas. Resulta claro ahora que como resultado de este entorno omnipresente y del enorme volumen de su interacción con él, los estudiantes de hoy piensan y procesan la in fo rmac ión de manera fu n d a me nta lme nte dife re n te a sus predecesores. Estas diferencias llegan mucho más lejos y más profundamente de lo que la mayoría de los educadores saben o sospechan. “Diferentes tipos de experiencias llevan a diferentes estructuras cerebrales”, dice el Dr. Bruce D. Berry del Baylor College of Medicine. Como veremos en el próximo capítulo, es muy probable que los cerebros de n uestros estudiantes hayan cambiado física me nte -y son diferentes de los nuestros- como resultado de la for ma en que han crecido. Pero sea esto literalmente cierto o no, podemos decir con certeza que sus patro nes de pensamiento han cambiado. Enseguida llegaré a cómo han cambiado. ¿Cómo deberíamos llamar a estos “nuevos” estudiantes de hoy? Algunos se refieren a
46
ellos como la Generación-N [por Net] o Generación-D [por Digital]. Pero la
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
designación más útil que he encontrado para ellos es Nativos Digitales. Nuestros estudiantes de hoy son todos “hablantes nativos” del lenguaje digital de los ordenadores, los videojuegos e internet. Entonces, ¿qué nos deja esto a los demás? Aquellos de nosotros que no nacimos en el mundo digital, pero que, en algún momento más avanzado de nuestras vidas quedamos fascinados y adoptamos muchos o la mayoría de los aspectos de la nueva tecnología somos, y siempre lo seremos en comparación con ellos, Inmigrantes Dig itales. La importancia de la distinción es la siguiente: cuando los Inmigrantes Digitales aprenden -como todos los inmigrantes, algunos mejores que otros- a adaptarse a su entorno, siempre conservan, hasta cierto punto, su “acento”, es decir, su pie en el pasado. El “acento de inmigrante digital” puede verse en cosas tales como acudir a Internet para obtener información como segundo recurso, y no en primer lugar, o en la lectura del manual de un programa en lugar de asumir que el propio programa nos enseñará a utilizarlo. Hoy en día los padres con más edad tuvieron una “socialización” distinta a la de sus hijos, y ahora están en el proceso de aprender un nuevo idioma. Y un idioma aprendido más tarde en la vida, los científicos nos lo dicen, va en una parte diferente del cerebro. Hay cientos de ejemplos del acento de inmigrante digital. Entre ellos se incluyen imprimir su correo electrónico (o hacer que su secretaria/o lo imprima por usted –un acento incluso más marcado–); la necesidad de imprimir un documento alojado en el ordenador con el fin de editarlo (y no corregirlo simplemente en la pantalla); y hacer venir a las personas físicamente a su oficina para ver un interesante sitio web (en lugar de simplemente enviarles la URL). Estoy seguro de que puede pensar en uno o dos ejemplos por su cuenta sin mucho esfuerzo. Mi propio ejemplo favorito es la llamada de teléfono para preguntar “¿Recibiste mi correo electrónico?”. Aquellos de nosotros que somos Inmigrantes Digitales podemos, y deberíamos, reírnos de nosotros mismos y nuestro “acento”. Pero esto no es solo una broma. Es muy grave, porque el mayor problema que enfrenta hoy la educación es que nuestros profesores Inmigrantes Digitales, que hablan una lengua anticuada (la de antes de la era digital), están luchando por enseñar a una población que habla un idioma completamente nuevo. Esto es obvio para los Nativos Digitales: la escuela a menudo se percibe más o menos como si hubiéramos traído a una población de ininteligibles extranjeros de acento muy marcado para instruirlos. A menudo no pueden entender lo que los Inmigrantes están diciendo. ¿Qué significa “marcar” un número, en resumidas cuentas? Antes de que esta perspectiva parezca radical, más que descriptiva, quisiera destacar algunas cuestiones. Los Nativos Digitales están acostumbrados a recibir información muy rápidamente. Les gusta procesar en paralelo y la multi- tarea. Prefieren sus gráficos antes que su texto y no lo contrario. Prefieren el acceso aleatorio (como el hipertexto). Funcionan mejor conectados. Se crecen con la gratificación instantánea y las recompensas frecuentes. Prefieren los juegos al trabajo “serio”. (¿Algo de esto resulta
47
familiar?).
47
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
Sin embargo, los Inmigrantes Digitales suelen tener muy poco aprecio por estas nuevas habilidades que los Nativos han adquirido y perfeccionado a través de años de interacción y práctica. Estas habilidades son casi totalmente extrañas a los Inmigrantes, que a su vez aprendieron -y así eligen enseñar- lentamente, paso a paso, una cosa cada vez, de forma individual, y sobre todo, en serio. “Mis estudiantes no como se hacía antes”, se quejan los educadores Inmigrantes Digitales. “No consigo que hagan o . No tienen ningún aprecio por o “ (llene los espacios en blanco, hay una amplia variedad de opciones). Los Inmigrantes Digitales no creen que sus estudiantes puedan aprender con éxito mientras ven la televisión o escuchan música, ya que ellos (los Inmigrantes) no pueden. Por supuesto que no: no practicaron esta habilidad constantemente a lo largo de todos sus años de formación. Los Inmigrantes Digitales piensan que aprender no puede (o no debería) ser divertido. ¿Por qué deberían pensarlo? Ellos no pasaron sus años de formación aprendiendo con Barrio Sésamo. Desafortunadamente para nuestros profesores Inmigrantes Digitales, las personas sentadas en sus clases se criaron con la “velocidad de tic”a de los videojuegos y la MTV. Están acostumbrados a la instantaneidad del hipertexto, la música descargada, los teléfonos en sus bolsillos, una biblioteca en sus ordenadores portátiles, mensajes sonrientes y mensajería instantánea. Han estado conectados la mayoría o la totalidad de sus vidas. Tienen poca paciencia para las conferencias, la lógica del paso a paso, y el método de enseñanza “explicar-examinar”. Los profesores Inmigrantes Digitales asumen que los alumnos son los mismos que siempre han sido, y que los mismos métodos que funcionaron para los profesores cuando ellos eran estudiantes funcionarán ahora para los suyos. Pero ese supuesto ya no es válido. Los alumnos de hoy son diferentes. “Www.hungry.com” dijo un alumno de jardín de infancia recientemente a la hora del almuerzo. “Cada vez que voy a la escuela tengo que apagarme”, se queja un estudiante de secundaria. ¿Es que los Nativos de la era d ig ital n o pueden prestar atención, o que eligen no hacerlo? Desde el punto de vista de los Nativos, a menudo sus profesores Inmigrantes Digitales hacen de su educación algo a lo que no vale la pena prestar atención, en comparación con todo lo demás que experimentan, ¡y, a continuación, se les acusa de no prestar atención! Y, cada vez más, no lo aceptarán. “Fui a una prestigiosa universidad donde todos los profesores ven ían del MITb“, dice un ex-alumno. “Pero todo lo que hicieron fue leer sus libros de texto. Lo dejé”. En la vertiginosa burbuja de internet de hace solo un tiempo – cuando abundaba el trabajo, especialmente en las áreas donde la escuela ofrecía poca ayuda– esto era una posibilidad real. Pero los desertores de las punto-com están ahora volviendo a la escuela. Tendrán que enfrentar una vez más la brecha Inmigrante/Nativo, y tendrán incluso más problemas debido a su reciente experiencia. Y eso hará aún más difícil enseñarles –y a todos los Nativos Digitales que ya están en el sistema– de la manera tradicional. a N. T. Traduzco así e l término twitch speed, con la que Prensky identifica la velocidad de los nativos cuando operan con una herramienta digital, opuesta a la velocidad convencional de los Inmigrantes Dig itales (http://www.games2train.com/site/html/article .html#twitch ). b N. T. Siglas correspondientes, en inglés, al Instituto Tecnológico de Massachusetts, prestigioso centro de investigación en las áreas de ciencia, ingeniería y economía..
48
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
Entonces, ¿qué debería suceder? ¿Deberían los estudiantes Nativos Digitales aprender las viejas formas, o sus educadores Inmigrantes Digitales aprender las nuevas? Lamentablemente, no importa cuánto lo deseen los Inmigrantes, es muy poco probable que los Nativos Digitales vuelvan hacia atrás. En primer lugar, puede resultar imposible, pues sus cerebros pueden ser ya diferentes. También iría en contra de todo lo que sabemos sobre la migración cultural. Los niños nacidos en cualquier nueva cultura aprenden el nuevo idioma con facilidad, y se resisten enérgicamente a usar el antiguo. Los Inmigrantes adultos espabilados aceptan que no conocen su nuevo mundo y se adelantan a sus hijos para ayudarles a aprender e integrarse. Los Inmigrantes no-tan- espabilados (o no tan flexibles) pasan la mayor parte de su tiempo quejándose de lo buenas que eran las cosas en el “viejo país”. Así que, a menos que queramos sencillamente olvidarnos de educar a los Nativos Digitales hasta que crezcan y lo hagan ellos mismos, es mejor enfrentar esta cuestión. Y, al hacerlo, tenemos que reconsiderar tanto nuestra metodología como nuestro contenido. En primer lugar, nuestra metodología. Los profesores de hoy tienen que aprender a comunicarse en la lengua y el estilo de sus alumnos. Esto no quiere decir cambiar el significado de lo que es importante, o de las habilidades del buen pensamiento. Pero sí significa ir más rápido, menos paso a paso, más en paralelo, con más acceso aleatorio, entre otras cosas. Los educadores podrían preguntar “¿Pero cómo enseñamos la lógica de esta manera?”. Mientras no esté claro de manera inmediata, necesitamos imaginarlo. En segundo lugar, nuestro contenido. Me parece que después de la “singularidad” digital hay en la actualidad dos tipos de contenido: contenidos “heredados” (por tomar prestado el término informático para los sistemas antiguos) y el contenido “futuro”. El contenido “heredado” incluye lectura, escritura, aritmética, el pensamiento lógico, la comprensión de los textos y las ideas del pasado, etc. –todos los de nuestro plan de estudios “tradicional”–. Por supuesto es todavía importante, pero es de otra época. Algunos de ellos (como el pensamiento lógico) seguirán siendo importantes, pero otros (quizás como la geometría euclidiana) lo serán menos, como ha ocurrido con el latín y el griego. El contenido “futuro” es, en gran medida, y no es sorprendente, digital y tecnológico. Pero mientras que incluye software, hardware, robótica, nanotecnología, genómica, etc., también incluye la ética, la política, la sociología, los idiomas y otras cosas que van con ellos. Este contenido “futuro” es muy interesante para los estudiantes de hoy. ¿Pero cuántos Inmigrantes Digitales están preparados para enseñarlo? Una vez alguien me sugirió que los niños solo deberían estar autorizados a utilizar en el colegio los ordenad o res q ue hubieran construido ellos mismos. Es una brillante idea que es muy factible desde el punto de vista de las capacidades de los estudiantes. Pero, ¿quién podría enseñarles? Como educadores, tenemos que pensar cómo enseñar contenido tanto heredado como futuro en el idioma de los Nativos Digitales. Lo primero implica una importante traducción y cambio en la metodología; lo segundo incluye todo ese nuevo contenido y pensamiento añadido. No está realmente claro para mí q ué es más difícil: si “aprender
49
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
cosas nuevas” o “aprender nuevas maneras de hacer las cosas viejas”. Sospecho que lo último. Así que tenemos que inventar, pero no necesariamente desde cero. Ya se han adaptado materiales al lenguaje de los Nativos con éxito. Lo que yo prefiero para enseñar a los Nativos Digitales es inventar juegos de ordenador para hacer el trabajo, incluso para los contenidos más serios. Después de todo, es un lenguaje con el que la mayoría de ellos están totalmente familiarizados. No hace mucho un grupo de profesores se presentó en mi empresa con software de diseño asistido por ordenador (CAD) que habían desarrollado para ingenieros mecánicos. Su creación era tan superior a lo q ue la gente estaba utilizando normalmente que habían asumido que el mundo de la ingeniería lo ad o ptaría rápidamente. Pero en cambio encontraron mucha resistencia, debido, en gran parte, a la extremadamente empinada curva de aprendizaje del producto (el software contenía centenares de nuevos botones, opciones y propuestas que dominar). Sus vendedores, sin embargo, tuvieron una idea brillante. Observando que los usuarios del software de CAD eran casi exclusivamente ingenieros hombres de entre 20 y 30 años, dijeron: “¿Por qué no hacer el aprendizaje con un videojuego?” Así que inventamos y creamos para ellos un juego de ordenador al estilo de “tirador en primera persona” de los juegos comerciales Doom y Quake, llamado The Monkey Wrench Conspiracy. Su jugador se convierte en un agente secreto intergaláctico que tiene que salvar una estación espacial de un ataque del malvado Dr. Monkey Wrench. La única manera de derrotarlo es utilizar el software de CAD, que el alumno debe utilizar para construir herramientas, arreglar armas y evitar las trampas explosivas. Es una hora de tiempo de juego, más 30 “tareas” que pueden llevar de 15 minutos a varias horas cada una, dependiendo del nivel de experiencia del jugador. M on ke y Wrench ha resultado increíblemente exitoso a la hora de interesar a los jóvenes en aprender el software. Es ampliamente utilizado por los estudiantes de ingeniería en todo el mundo, con más de 1 millón de copias del juego en versión impresa en varios idiomas. Pero mientras que el juego fue fácil de inventar para mi plantilla de Nativos Digitales, crear el contenido resultó ser más difícil para los profesores, que estaban acostumbrados a impartir cursos que empezaban con “Lección 1: La interfaz”. En su lugar les pedimos que crearan series de tareas graduadas que requirieran de las habilidades a aprender. Los profesores habían hecho películas de 5-10 minutos para ilustrar conceptos claves; nosotros les pedimos que los recortaran a menos de 30 segundos. Los profesores insistían en que los alumnos hicieran todas las tareas en orden; se les pidió que permitieran el acceso aleatorio. Ellos querían un ritmo académico lento, nosotros queríamos velocidad y urgencia (contratamos a un guionista de Hollywood para asegurarnos de esto). Ellos querían instrucciones escritas; nosotros queríamos películas para ordenador. Querían el lenguaje pedagógico tradicional de “objetivos de aprendizaje”, “dominio”, etc. (p or ejemplo, “en este ejercicio usted aprenderá…”); nuestro objetivo era eliminar por completo cualq u ier lenguaje que siquiera “oliera” a educación. Al final los profesores y su personal vencieron las dificultades brillantemente, pero debido al gran cambio de mentalidad necesario les llevó el doble de tiempo de lo que
50
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _
habíamos esperado. A medida que vieron el enfoque de trabajo, sin embargo, la nueva metodología de “Nativos Digitales” se convirtió cada vez más en su modelo de enseñanza –tanto dentro como fuera de los juegos– y su velocidad de desarrollo aumentó de manera espectacular.
Todas las materias a todos los niveles necesitan repensarse de manera similar. Aunque la mayoría de los intentos de “edutenimientoc“ hasta la fecha han fallado esencialmente desde las perspectivas de la educación y del entretenimiento, se puede – y se hará, predigo– hacer mucho mejor.
En matemáticas, por ejemplo, el debate ya no debe ser acerca de si usar calculadoras y comp utad oras – q ue son una parte del mundo de los Nativos Digitales– , sino más bien cómo usarlas para inculcar las cosas que es útil interiorizar, desde las principales habilidades y conceptos clave hasta las tablas de multiplicar. Deberíamos centrarnos en “las matemáticas del futuro”: la aproximación, las estadísticas, el pensamiento binario. En geografía –que es casi ignorada hoy en día– no hay ninguna razón por la que una generación que puede memorizar más de 100 personajes de Pokémon con todas sus características, h istor ia y evolución no pueda aprender los nombres, las poblaciones, las capitales y las relaciones de todos los 181 países en el mundo. Solo depende de cómo se presente.
Tenemos que inventar métodos “Nativos Digitales” para todas las materias, en todos los niveles, utilizando a nuestros estudiantes como guías. El proceso ya ha comenzado: conozco profesores universitarios que inventan juegos para enseñar temas que van desde las matemáticas o la ingeniería a la Inquisición española. Tenemos que encontrar la manera de dar a conocer y difundir sus éxitos.
Una objeción frecuente que oigo de los educadores Inmigrantes Digitales es “este enfoque es ideal para los hechos, pero no funcionaría para mi materia”. Tonterías. Esto es solo racionalización y falta de imaginación. En mis charlas ahora incluyo “experimentos de pensamiento” donde invito a profesores y maestros a sugerir una materia o un tema, y yo intento –en el mismo momento– inventar un juego u otro método de Nativos Digitales para el aprendizaje de la misma. ¿La filosofía clásica? Crear un juego en el que los filósofos debaten y los alumnos tienen que elegir lo que cada uno diría. ¿El Holocausto? Crear una simulación donde los estudiantes participen en la reunión de Wannsee, o uno en el que puedan experimentar el verdadero horror de los campos, al contrario que en películas como La Lista de Schindler. Es poco inteligente (y perezoso) por parte de los educadores –por no hablar de la ineficacia– suponer que (a pesar de sus tradiciones) la manera de los Inmigrantes Digitales es la única manera de enseñar, y que el idioma de los Nativos Digitales no es tan capaz como su propio lenguaje de abarcar todas y cada una de las ideas. Por lo tanto, si los educadores Inmigrantes Digitales realmente desean llegar a los Nativos Digitales –es decir, todos sus estudiantes– tendrán que cambiar. Es hora de que dejen sus lamentaciones, y, como dice el lema de Nike propio de la generación de Nativos Digitales: “Just do it!” Ellos ganarán a largo plazo, y sus éxitos llegarán mucho antes si sus responsables les apoyan.
c N. T. Edutainment es el término que suele utiliza rse para referirse a los juegos educativos: educación más entretenimiento.
51
Marc Prensky Nativos Digitales Inmigrantes Digitales ©2001 Marc Prensky _ _ _ Marc Prensky es un experto internacionalmente aclamado, orador, escritor, consultor y diseñador de juegos en los ámbitos de la educación y el aprendizaje. Es autor de Digital Game-Based Learning (McGraw-Hill, 2001), fu n da d or y CEO de Games2train, una compañía de aprendizaje basado en el juego, y f un da d or de The Digital Multiplier , una organización dedicada a eliminar la brecha digital en el aprendizaje en todo el mundo. Es también el creador de los sitios w w w . S oc ia lI m p a c tG a mes.c o m , www.DoDGameCommunity.com y www.GamesParentsTeachers.com . Marc tiene un MBA de Harvard y un Master en Pedagogía de la Universidad de Ya le. La mayoría de sus escritos se pueden encontrar en w w w . m a rc pre ns k y.c o m /w rit ing /de f a ult. a s p . Contacta con Marc en marc @ games2train.co m. Traducción realizada con el consentimiento expreso de Marc Prensky por Julia Molano para www.aprenderapensar.net. Texto original: www.marcprensky.com/writing/
52
ENCUESTA SOBRE LA VALORACIÓN DE LOS ESTUDIANTES RESPECTO
DE LA UTILIZACIÓN DE PRESENTACIONES EN POWERPOINT
POR PARTE DE LOS DOCENTES
Consignas: (ENCIERRE LA OPCIÓN ELEGIDA)
1. ¿Con qué frecuencia sus docentes utilizan el programa PowerPoint en sus clases?
Ø MUY ALTA (en más del 80% de las clases). MA
Ø ALTA (entre el 60 y el 80% de las clases). A
Ø MEDIA (entre el 41 y el 59% de las clases). M
Ø BAJA (entre el 40 y el 20% de las clases). B
Ø MUY BAJA (en menos del 20% de las clases). MB
2. ¿Qué valoración hace de la herramienta (PowerPoint)?
Muy Buena Buena Regular Mala Muy Mala
3. ¿Y del uso que su docente hace de ella?
Muy Buena Buena Regular Mala Muy Mala
4. ¿Cree qué el uso de dicho programa favorece o facilita su aprendizaje?
SI NO
4.1 (En caso de haber respondido SI). ¿En qué medida?
GRANDE MEDIA PEQUEÑA
5. Considera que las habilidades de sus docentes en el manejo del programa en
cuestión son: Ø MÁS QUE SUFICIENTES (no percibe imprecisiones ni posibles MQS
mejoras en el uso).
Ø SUFICIENTES (no hay irregularidades; pero cree que se podría S
optimizar el empleo).
Ø INSUFICIENTES (considera que necesitan mayor capacitación). I
Ø CLARAMENTE INSUFICIENTES (a menudo observa un empleo CI
deficiente del programa que le demuestra la carencia de habilidades).
53
Bibliografía
Libros:
Dei, D. H. (2006). La tesis : cómo orientarse en su elaboración. Buenos Aires: Prometeo.
Krug, S. (2006). No me hagas pensar. Madrid: Pearson Educación.
O'Connor, J., & Seymour, J. (1994). PNL para Formadores. Barcelona: Urano.
Pérez Lindo, A. (2012). Competencias docentes para el Siglo XXI. Buenos Aires: Tinta Fresca.
Sabino, C. A. (1998). Cómo hacer una tesis: y elaborar todo tipo de escrito. Buenos Aires: Lumen Hvmanitas.
Scavone, G. M. (2006). Cómo se escribe una tesis . Buenos Aires: La Ley.
Revistas electrónicas:
Acevedo Noda, P., Fez Saiz, D., & García Llopis, C. (Junio de 2011). Algoritmo para la simulación de la visión de un daltónico: presentación del proyecto. Recuperado el 12 de Enero de 2013, de Universidad de Alicante: http://hdl.handle.net/10045/18814
Carranza, M. L., & Celaya, G. (Julio de 2003). Una estrategia para favorecer la comprensión y el aprendizaje en las Ciencias Morfológicas: Presentaciones en PowerPoint. Recuperado el 14 de Noviembre de 2012, de Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa: http://www.uv.es/REL IEVE/v9n2/RELIEVEv9n2_3.htm.
Dinamarca, V. (2006). Presentaciones en la era de powerpoint. Recuperado el 08 de Octubre de 2012, de Revista chilena de radiología: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-930820060 00300004
54
Durán, E. M. (2004). PowerPoint y el uso de la lengua escrita. Recuperado el 15 de Abril de 2013, de Ebscohost: http://search.ebscohost.com/login .aspx?direct=true&db=zbh&AN=25687873&lang=es&site=ehost-live
Flores Hernández, F., & Villamar Chulín, J. (Marzo de 2012). Elementos para el desarrollo de presentaciones académicas en PowerPoint. Recuperado el 04 de Octubre de 2012, de Investigaciones en Educación Medica : http://riem.facmed.unam.mx/sites/all/archivos/V1Num03/08_PE_ELEMENTOS_PARA_EL_DESARROLLO.PDF
Gallardo, E. (s.f.). ¿Cómo presentar información? Guía básica de PowerPoint. Recuperado el 03 de Noviembre de 2012, de Universitat de Barcelona: http://ocw.ub.edu/gestio-i-administracio-publica/informacion-y-documenta cion-administrativa-ii/guia-powerpoint-eva-gallardo.pdf
Montanero, M. et al. (2003). Daltonismo y rendimiento escolar en la educación infantil. Recuperado el 12 de Enero de 2013, de Revista de Eduación: http://www.doredin.mec.es/documentos/008200430251.pdf
Palazón Barandela, J. (Setiembre de 2005). El Powerpoint: del uso al abuso. Recuperado el 24 de Junio de 2012, de Educación Médica: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1575-18132005000400005&script= sci _arttext &tlng=pt
Prensky, M. (Diciembre de 2001). Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales. Recuperado el 12 de Septiembre de 2012, de On the Horizon (MCB UniversityPress): http://files.embedit.in/embeditin/files/BIIvj8oGF3/1/file. pdf
Rosler, R. (Septiembre - Octubre de 2011). Cómo evitar la “muerte” por PowerPoint. Recuperado el 24 de Junio de 2012, de Revista Argentina de Cardiología:http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1850-37482011 00050 0013&script=sci_arttext