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Unidad 1 – Parte 1 1 INTRODUCCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO CÁTEDRA: Alcaraz-Ferronato PRIMER CUATRIMESTRE 2018 Comisiones Miércoles, de 13:00 a 17:00 Jueves, de 9:00 a 13:00 UNIDAD 1: EL ESTADO Conceptualización. Definición de Estado de Max Weber: los tres componentes del Estado. Breve recorrido por su desarrollo histórico. El Estado y la política. Los recursos de dominación según Guillermo O’Donnell. Los atributos de estatidad según Oscar Oszlak. El concepto de nación y el “Estado nacional”. El Estado y el capitalismo. El Estado en juego - 1: El proceso de formación del Estado nacional argentino El Estado en juego - 2: La globalización y la crisis del Estado nacional Conclusiones. UNIDAD 1: EL ESTADO PARTE 1 Nuestro primer núcleo problemático gira en torno al concepto de "Estado", que es uno de los conceptos articuladores de esta materia. Este concepto es central en nuestra vida diaria, porque nosotrxs vivimos en el Estado, y no podríamos pensarnos por fuera de él. El Estado es una forma compleja de la organización social, de vivir en comunidad entre humanos. En este sentido, no hay por fuera del Estado. En esta materia, sin embargo, nosotrxs elegiremos trabajar con una definición restringida del Estado, como una forma específica de la organización social, que atañe ciertos aspectos de la comunidad humana, pero no todos. Tomaremos al Estado como un aspecto que se relaciona con dos otros aspectos o esferas: la sociedad y el mercado. Es importante aclarar una y mil veces que la discusión en torno a cómo definir el Estado no está cerrada, y esperemos no lo esté nunca. No es la intención de esta materia cerrar este debate, sino todo lo contrario: brindar ciertas herramientas que permitan estimular y profundizar el debate respecto de cómo vivimos juntxs los humanos. CONCEPTUALIZACIÓN. DEFINICIÓN DE ESTADO DE MAX WEBER: LOS TRES COMPONENTES DEL ESTADO. Aunque hay muchas definiciones de Estado posibles, vamos a tomar como punto de partida la definición de Max Weber, de su libro “Estado y Sociedad”. Max Weber fue un sociólogo

UNIDAD 1: EL ESTADO - … · Unidad 1 – Parte 1 4 El aparato estatal es la expresión material del Estado. Incluye desde terrenos y edificios públicos, hasta las hojas de papel

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INTRODUCCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO

CÁTEDRA: Alcaraz-Ferronato PRIMER CUATRIMESTRE 2018

Comisiones

Miércoles, de 13:00 a 17:00 Jueves, de 9:00 a 13:00

UNIDAD 1: EL ESTADO Conceptualización. Definición de Estado de Max Weber: los tres componentes del Estado. Breve recorrido por su desarrollo histórico. El Estado y la política. Los recursos de dominación según Guillermo O’Donnell. Los atributos de estatidad según Oscar Oszlak. El concepto de nación y el “Estado nacional”. El Estado y el capitalismo. El Estado en juego - 1: El proceso de formación del Estado nacional argentino El Estado en juego - 2: La globalización y la crisis del Estado nacional Conclusiones.

UNIDAD 1: EL ESTADO PARTE 1

Nuestro primer núcleo problemático gira en torno al concepto de "Estado", que es uno de los conceptos articuladores de esta materia.

Este concepto es central en nuestra vida diaria, porque nosotrxs vivimos en el Estado, y no podríamos pensarnos por fuera de él. El Estado es una forma compleja de la organización social, de vivir en comunidad entre humanos. En este sentido, no hay por fuera del Estado.

En esta materia, sin embargo, nosotrxs elegiremos trabajar con una definición restringida del Estado, como una forma específica de la organización social, que atañe ciertos aspectos de la comunidad humana, pero no todos. Tomaremos al Estado como un aspecto que se relaciona con dos otros aspectos o esferas: la sociedad y el mercado. Es importante aclarar una y mil veces que la discusión en torno a cómo definir el Estado no está cerrada, y esperemos no lo esté nunca. No es la intención de esta materia cerrar este debate, sino todo lo contrario: brindar ciertas herramientas que permitan estimular y profundizar el debate respecto de cómo vivimos juntxs los humanos. CONCEPTUALIZACIÓN. DEFINICIÓN DE ESTADO DE MAX WEBER: LOS TRES COMPONENTES DEL ESTADO.

Aunque hay muchas definiciones de Estado posibles, vamos a tomar como punto de partida la definición de Max Weber, de su libro “Estado y Sociedad”. Max Weber fue un sociólogo

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alemán que vivió entra 1864 y 1920, cuyo estudio de conceptos como “Estado”, “sociedad”, “política”, “burocracia”, entre otros, es fundamental para las ciencias sociales hoy en día. En su definición, Weber explica que el

“Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio, reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima.”

El Estado entonces implica los siguientes elementos:

- TERRITORIO: Un Estado existe en un territorio claramente delimitado, con fronteras claras.

- COMUNIDAD HUMANA: supone una población. - MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA FÍSICA LEGÍTIMA: Weber propone que esta asociación

humana, en un territorio, reclama para sí el monopolio de la violencia física legítima, y lo consigue.

¿Cómo llega Weber a esta definición? Para comenzar a estudiar el fenómeno del Estado, Weber rastrea los distintos casos históricos del fenómeno. Se da cuenta de que estos Estados difieren, y mucho, en los fines que tienen. El fin de un Estado específico puede ser casi cualquier fin que se nos ocurra: conquistar más territorios, garantizar que todxs sus ciudadanxs tengan un salario mínimo, etc. Por eso, un Estado no puede definirse por sus fines. Lo que Weber descubre, en su investigación, es que sí hay algo que todos los casos históricos del estado tienen en común, y es un MEDIO que utilizan para conseguir sus fines: LA VIOLENCIA. Esto quiere decir que todos los Estados tienen medios de violencia física (de coerción física), y que utilizan esta violencia para sus distintos fines. Weber entonces concluye que aquello que define a un Estado es su MEDIO ESPECÍFICO: la VIOLENCIA. Esto no quiere decir que sea su único medio para conseguir sus fines, pero sí el medio específico de este tipo de asociación humana. Pero, además, el Estado, dice Weber, no sólo tiene los medios de la violencia física, sino que tiene el monopolio de la violencia física legítima. Es la única asociación, dentro de un territorio determinado, que puede tener (de forma legítima) medios de violencia física, y ejercer, con estos medios, la violencia, también de forma legítima.

Todas las demás asociaciones que existan al interior del territorio de un Estado, o los ciudadanos individualmente, no están autorizados a ejercer la violencia, o al menos no de forma legítima. Nosotrxs “cedemos” nuestro uso de la violencia a nivel personal al Estado. Si alguien, al interior de un Estado, ejerce la violencia (la ejerce de forma NO legítima), el Estado ejercerá legítimamente la violencia física para hacer acatar su mandato de que nadie, excepto el Estado mismo, ejerza la violencia. Todos sabemos que el Estado cuenta con recursos de coerción física: las fuerzas de seguridad son el ejemplo más claro. No obstante, el Estado no está ejerciendo violencia sobre su población de manera constante. La violencia estatal sólo funcionará, dice Weber, en última instancia. Por ejemplo, en caso de que no obedecer las normas, primero se utilizarán otros medios (multas, represalias, confiscaciones), pero aparece como última posibilidad el uso de la violencia.

Ahora bien, si el Estado no está ejerciendo la violencia todo el tiempo, ¿POR QUÉ OBEDECEMOS sus mandatos? La pregunta por la OBEDIENCIA es una de las grandes preguntas de Weber. Para responder a esta pregunta, Weber distinguirá entre PODER y DOMINACIÓN. PODER es “la posibilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”. DOMINACIÓN es "la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos....". La OBEDIENCIA significa que "la acción del que obedece transcurre como si el contenido del mandato se hubiera convertido, por sí mismo, en máxima de su conducta", sin importar la opinión personal acerca del mandato. La dominación implica, entonces, una RELACIÓN DE MANDO Y OBEDIENCIA.

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La OBEDIENCIA descansa sobre la LEGITIMIDAD de los mandatos, es decir, en LA CREENCIA EN SU VALIDEZ. Se cree que aquel que ejerce el mando tiene AUTORIDAD para hacerlo.

Volviendo a nuestra definición de Estado... El Estado posee el monopolio de la coerción física legítima:

• El Estado domina: en el Estado existe una relación de mando y obediencia entre Estado y la población sobre la que ejerce su autoridad.

• El monopolio de la violencia que el Estado posee es percibido como legítimo: creemos que el Estado tiene autoridad para poseer esos medios de coerción, y para ejercer la violencia física en caso de que sus mandatos no sean obedecidos. Así, cualquier otro medio de violencia empleado por fuera del Estado será percibido como no legítimo.

Ahora bien, ¿por qué creeríamos en la legitimidad de un mandato? Weber distingue entre tres tipos ideales de dominación, que se diferencian por el fundamento de la legitimidad:

1. Dominación tradicional: el fundamento de su legitimidad es la tradición. Se cree en la validez (la "santidad") de los mandatos que existen "desde siempre", "desde tiempos inmemoriales". Ej: dominación patriarcal

2. Dominación carismática: el fundamento de su legitimidad es el carisma del líder. Se cree en cualidades extraordinarias del líder, que otorgan autoridad a sus mandatos.

3. Dominación racional-legal: el fundamento de su legitimidad es la racionalidad de la ley. Se cree en la ley porque es una norma impersonal y racional, y, por tanto, válida. La impersonalidad de la ley la hace objetiva, porque no satisface intereses arbitrarios. Además, la racionalidad de estas normas es una racionalidad técnica, es decir, de adecuación de unos medios a los fines de un Estado determinado. Estas leyes impersonales racionales garantizarían, entonces, la adecuación de los medios del Estado a sus fines.

El Estado moderno se caracteriza por una dominación de carácter racional-legal. Es por esto que el Estado no necesita desplegar sus medios de coerción física permanentemente, sino sólo cuando no se obtiene obediencia. Por esto, y siguiendo a Norberto Bobbio, la violencia, que es el medio específico del Estado, es una condición necesaria pero no suficiente para pensar el Estado. Se necesita también contar con legitimidad; es decir, el Estado ha de ejercer autoridad, para que sus mandatos sean considerados válidos. LEGITIMIDAD VS. LEGALIDAD La legitimidad no es lo mismo que la legalidad. La LEGITIMIDAD es la creencia en la VALIDEZ DE LOS MANDATOS. Puede tener distintos fundamentos. La LEGALIDAD implica el respeto de un orden legal determinado. Un mandato puede ser legal pero carecer de legitimidad. Ej: que las fuerzas de seguridad repriman en una manifestación pacífica. Por otro lado, un mandato puede ser legítimo pero no ser legal. Ej: cruzar un semáforo en rojo a la noche en una zona “peligrosa”. ¡ATENCIÓN! El debate respecto de la LEGALIDAD es muy complejo, porque la interpretación de las leyes no está cerrada de una vez y para siempre. Ahora bien, PARA DESPLEGAR ESTA DOMINACIÓN LEGÍTIMA, EL ESTADO MODERNO HA DE CONTAR CON: 1. monopolio de la violencia legítima (que, ya dijimos, es condición del Estado); 2. APARATO ESTATAL: el Estado moderno necesita contar con un entramado de instituciones que le permitan administrar, gestionar y controlar. Estas instituciones son diversísimas: basta ver el organigrama de cualquier aparato estatal para darse cuenta. Este gigantesco aparato institucional se sostiene a través de la extracción de recursos a la sociedad por parte del Estado (cobro de impuestos).

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El aparato estatal es la expresión material del Estado. Incluye desde terrenos y edificios públicos, hasta las hojas de papel que se utilizan en un organismo público. Las ambulancias y los patrulleros, los bancos de este aula, las biromes; pero también los sueldos de lxs trabajadorxs que hacen que la enorme maquinaria del Estado sea una realidad y funciones día a día.

Este enorme aparato institucional tiene la característica de ser burocrático. “Burocracia” quiere decir “gobierno del escritorio o del despacho”, y refiere a una organización del trabajo que se organiza sobre criterios racionales (“reglas previsibles”) que garantizan efectividad y previsibilidad, que divide las tareas entre funcionarios especializados e idóneos que realizan su tarea (y sólo su tarea) por un salario, y que se basa en el expediente como herramienta para gestionar.

A medida que se complejiza el aparato institucional del Estado, adquiere las características de la burocracia, para poder acaparar cada vez más funciones. Este proceso se conoce como “burocratización”.

EL ESTADO Y LA SOBERANÍA De acuerdo con lo que hemos dicho hasta ahora, podemos concluir que: En el territorio que corresponde a un Estado, y sobre la población que corresponde a ese Estado, EL ESTADO TIENE LA AUTORIDAD PARA MANDAR. SUS MANDATOS SON OBECEDIDOS POR LA POBLACIÓN, y esto porque son LEGÍTIMOS. En caso de no ser obedecidos sus mandatos, el Estado puede ejercer legítimamente la violencia física. Además, ninguna otra asociación puede, dentro de dicho territorio, ejercer la violencia física de forma legítima. Esto vuelve al Estado SOBERANO. La SOBERANÍA es el poder supremo, no sujeto a ningún otro poder o ley. En la forma de organización estatal, el Estado es soberano, es quien ejerce la autoridad y de donde emanan los mandatos que han de ser obedecidos. Profundizaremos esto con los aportes de Oszlak y O’Donnell. BREVE RECORRIDO POR SU DESARROLLO HISTÓRICO

Ahora bien. ¿Siempre existió el Estado? ¿Cuándo y en qué período surge el Estado como lo hemos definido?

Hay mucha discusión respecto de este tema. Como forma de organización social, siempre existió una forma de organizar las comunidades humanas. Hay autores que hablan de Estados desde hace muchos siglos. Sin embargo, eran formas organizativas que diferían en muchos sentidos con nuestra actual forma de organización.

La forma de organización social tal como la hemos definido bajo la forma estatal está

limitada territorial y temporalmente. Territorialmente, porque surge en Occidente (Europa). Los fenómenos de organización de Oriente requieren un análisis aparte. Temporalmente, porque es un fenómeno de la modernidad. Su proceso de desarrollo se da entre los siglos XIII y XVIII, siglo en el cual este fenómeno se consolida. Podríamos marcar varios hitos: los tratados de paz de Westfalia en 1648 y la Revolución Francesa en 1789. Antes de la Modernidad, las formas de organización que primaron fueron:

- Las polis griegas en la Grecia Antigua - Las repúblicas - Los feudos, bajo el feudalismo durante la Edad Media

A partir del siglo XIII, comienza a darse un proceso de transformación de esa organización feudal, que culminará con la consolidación de los Estados absolutos, que luego darán forma al Estado moderno. Este proceso de transformación estuvo asociado a una necesidad de expansión territorial.

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La construcción del Estado moderno (desde el siglo XIII) implicó tres procesos: 1. Proceso de centralización del poder: el poder descentralizado en los señores feudales

se concentró en reyes (como Luis XIV de Francia), hasta consolidar el monopolio de la violencia legítima en manos del Estado.

2. Proceso de burocratización: los territorios que eran incorporados bajo los nuevos Estados absolutos requerían de un aparato institucional burocrático cada vez mayor y más eficiente, lo cual a su vez generaba mayor presión fiscal, lo cual obligaba a ampliar y eficientizar el aparato institucional.

3. Proceso de secularización: se separa la política y la administración de todo aspecto religioso o dogmático. Los desarrollos de los contractualistas, y las revoluciones de los Estados Unidos y de Francia hacia fines del siglo XVIII, consolidan el viraje de la soberanía desde un plano extraterrenal a un plano secular. Esto ligará al Estado moderno no ya a la religión, sino a la política en un sentido moderno.

EL ESTADO Y LA POLÍTICA

El Estado moderno, entonces, está íntimamente ligado a la “política”. Decir esto parece una obviedad, pero han debido de acaecer muchas transformaciones para que el fenómeno Estado se asocie con un determinado concepto de política. El término "política" proviene de "polis". En la polis griega, este concepto trataba de los asuntos de la polis. La pregunta política era acerca de cómo debemos vivir juntxs en la polis. Trabajos como el del pensador Aristóteles vincularon el concepto de polis al concepto de “eudaimonía”, o "buen vivir". Aristóteles pensaba que es sólo en la polis que el hombre realiza su humanidad: un hombre por fuera de la polis es una bestia (inferior al hombre) o un dios (superior al hombre). Lo que define al hombre en tanto hombre es su participación en la polis. Lo interesante de esta visión es que reivindica lo colectivo: entiende que los individuos somos parte de algo más grande, la polis. Hannah Arendt, retomando a Aristóteles, plantea que la trascendencia humana (individual) sólo puede darse en la polis; en la polis el hombre inserta su historia (story) en la historia de todos los hombres (history), volviéndose inmortal. En la Edad media, la política estaba muy ligada a una autoridad extra-terrenal: “El poder está en la tierra pero la autoridad está en Dios”. El proceso de secularización ya mencionado generará una disociación entre "política" y "autoridad divina". Si la fuente de autoridad ya no se encuentra en Dios, ¿dónde se encuentra? La Revolución Francesa da una respuesta: la soberanía se encuentra en el pueblo. Hoy en día, la mayor parte de los Estados modernos se sostienen sobre esta concepción. Por otro lado, la "política" comienza a configurarse como una esfera autónoma, que difiere no sólo de "la religión", sino también de la economía y de la sociedad civil. La sociedad civil y la economía (o el mercado) serán entendidos como aquel ámbito donde las solidaridades se articulan a partir de intereses comunes (por ejemplo, un gremio, donde lo que cohesiona es el interés común de la protección y potencial aumento de los salarios). Entonces, ¿qué será lo propio de la esfera política en la modernidad? Está asociada a la relación de mando y obediencia. La política será la arena de puja por la autoridad o el poder. Notarán que autoridad y poder son utilizados como sinónimos en la mayoría de los casos, más allá de la importante distinción que hace Weber.

Hoy en día, asociamos la política con todas las instancias que permiten el acceso a los espacios de autoridad o poder (es decir, desde donde nuestros mandatos serán tomados por legítimos): “hacer política” sería la competencia por el logro de posiciones desde las que se puede ejercer poder. El Estado es el espacio de poder por excelencia en nuestra forma estatal. Por eso asociamos el Estado con la política.

Sin embargo, la política vinculada al poder no se da sólo en el ámbito estatal. Un pensador que ha aportado mucho a la reflexión en torno al poder es Michel Foucault (1926-1984). Su

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extensa obra rastrea las formas y los mecanismos del poder en el lenguaje, en las instituciones médicas y en las educativas, en las cárceles, etc. Afirmó, al respecto:

“Si se quiere captar los mecanismos de poder en su complejidad y en detalle, no se puede uno limitar al análisis de los aparatos del Estado.”

En un breve texto titulado “El sistema /2”, de El libro de los abrazos, Eduardo Galeano

dice que “La ley de la realidad es la ley del poder”. Por supuesto, este debate excede el marco de esta materia, pero es importante que

sepan que hoy día siguen debatiéndose estas cuestiones.

LOS RECURSOS DE DOMINACIÓN SEGÚN GUILLERMO O’DONNELL

Guillermo O'Donnell (1936-2011) fue un destacado politólogo argentino, que realizó muchos aportes al estudio del fenómeno del Estado. En particular, nos interesa aquí recuperar algo que él afirma en un texto de 1970 titulado “Apuntes para una teoría del Estado”.

En este texto, O’Donnell nos recuerda que: 1. “La dominación es relacional: es una modalidad de vinculación entre sujetos

sociales.” En tanto la dominación es una forma de relación social, no existe si no hay más de un sujeto social.

2. La dominación “Es por definición asimétrica, ya que es una relación de desigualdad.” Los sujetos sociales implicados en una relación de dominación no tienen igual poder, en tanto una de las partes tiene mayor probabilidad de que sus mandatos sean obedecidos.

3. La asimetría en la relación de dominación “surge del control diferencial de ciertos

recursos.” Es decir, lo que sustenta una relación de dominación es el control (diferencial, o mayor) de RECURSOS DE DOMINACIÓN, que hacen que una de las partes sea la parte dominante. Estos recursos son base de toda dominación, no sólo de la política. Para evaluar una relación de dominación, entonces, debemos evaluar el control de los recursos de dominación de los sujetos implicados. El control de recursos de dominación no está distribuido al azar: en cada momento son muy variados los factores que determinan el desigual acceso a estos recursos. Habitualmente existe una alta correlación en el control de estos recursos: quien controla los recursos "A" y "B" es altamente probable que controle simultáneamente "C" y "D".

O’Donnell distingue entre 4 tipos de recursos de dominación:

1. Recursos de coerción física; 2. Recursos económicos; 3. Recursos de información; y 4. Recursos ideológicos.

1. Los recursos de coerción física En una relación de dominación, quien cuente con recursos de violencia física estará en una

posición de poder. Por ejemplo, si un sujeto portara un arma de fuego y el otro sujeto no, el primero sería la parte dominante.

Los recursos de violencia física son muy efectivos: un mandato acompañado del uso de la violencia física suele ser acatado sin chistar. Sin embargo, veremos que el uso de estos recursos no es el más eficiente.

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Ya hemos hablado de los recursos de violencia física cuando hemos conceptualizado el

Estado. En la forma estatal, el Estado tiene el monopolio de los recursos de coerción física legítima. Recordemos que en el Estado, poseer los recursos de dominación es condición (necesaria), pero no suficiente: este monopolio debe contar también con legitimidad.

2. Los recursos económicos En una relación de dominación, quien cuente con recursos económicos estará en una posición

de poder. Si entre dos sujetos, uno de ellos cuenta con muchísimo dinero, podrá desde sobornar a la otra parte (“comprar su voluntad”) hasta utilizar el dinero para movilizar otros recursos de dominación (como por ejemplo coercitivos).

Es por esto que asociamos a las personas con mucho dinero al poder. No es casual que los

grandes actores económicos (que veremos en más detalle en la Unidad 2) estén vinculados a los espacios de poder. Frases como “Los ricos no piden permiso” revelan que la posesión de recursos económicos dota de poder.

Frente a un particular, el Estado cuenta con más recursos económicos. Considerando sólo el

aspecto económico, esto le permite ejercer la dominación frente a lxs ciudadanxs. Sin embargo, hay grandes grupos (empresas transnacionales, por ejemplo) que tienen más recursos económicos que muchos países del mundo. Los recursos económicos de un Estado se miden (a grosso modo) con un indicador que se llama PBI: Producto Bruto Interno. Hay grandes empresas que tienen un PBI más grande que el de algunos Estados. En un caso así, una empresa podría encontrarse en una posición de poder respecto del Estado.

3. Los recursos de información La información es un recurso de poder muy importante, y más en los tiempos en los que

vivimos. En una relación de dominación, quien cuente con recursos de información estará en una posición de poder. La información incluye los conocimientos científicos y tecnológicos.

Veamos un ejemplo. Estados Unidos es un Estado con una profunda conciencia de la

importancia de la información para garantizar una posición de poder. Es de público conocimiento la cantidad de recursos que se destinan para sus organismos de Inteligencia (la CIA es el más conocido), pero también en desarrollo científico y tecnológico: sus universidades, la NASA para la investigación en ciencias del espacio. Son conocidas también las teorías respecto del Área 51 (área secreta de la CIA para investigaciones confidenciales) o respecto de los archivos de ufología que Estados Unidos aún no ha abierto a la comunidad internacional.

4. Los recursos ideológicos Los recursos ideológicos son aquellos que permiten “modelar las conciencias” para ejercer el

control ideológico, mediante el cual el dominado asume como justa y natural la relación asimétrica de la que es parte, y por lo tanto, no la entiende ni cuestiona como dominación. El dominado da su consentimiento a la relación de dominación.

El control ideológico está asociado con la legitimidad: garantiza que lxs dominadxs entiendan como VÁLIDA la dominación.

Dice O’Donnell: “El recurso más eficiente en términos del mantenimiento de la dominación es el control ideológico, que implica el consentimiento del dominado a esa relación.

Por otro lado, la coacción es el recurso

más costoso, porque desnuda explícitamente la dominación y presupone que ha fallado -por lo menos - el control ideológico; es sin embargo fundamental, como última ratio que respalda la dominación.”

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El Estado cuenta con diversos recursos para ejercer el control ideológico. El filósofo francés Louis Althusser (1918-1990) , en su ensayo “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”, introduce el concepto de aparatos ideológicos de Estado, que incluyen: 1. la escuela, 2. la Iglesia, 3. la familia, 4. los sindicatos, 5. las instituciones de la cultura. LOS ATRIBUTOS DE ESTATIDAD SEGÚN OSCAR OSZLAK

Oscar Oszlak (1936) es un investigador argentino que ha estudiado, de forma muy exhaustiva, las relaciones entre el Estado y la sociedad civil. Uno de sus aportes que nos interesa recuperar en el contexto de la materia es su concepto de “estatidad” y su tipología de los “atributos de estatidad”.

Oszlak desarrolla este concepto recuperando a otros autores, en un texto de 1978 que se titula “Formación histórica del Estado en América Latina: elementos teórico-metodológicos para su estudio”. La estatidad es la condición de ser Estado, y se verifica por un conjunto de atributos que definen la estatidad. Es decir: para ser Estado, es necesario que una forma de organización social cumpla con los atributos de estatidad. Los atributos de estatidad son capacidades que un Estado ha de tener para ser Estado. Los 4 atributos de estatidad son:

1. capacidad de externalizar su poder; 2. capacidad de institucionalizar su autoridad; 3. capacidad de diferenciar su control; y 4. capacidad de internalizar una identidad colectiva.

1. Capacidad de externalizar su poder Un Estado debe ser capaz de externalizar su poder, es decir, de “obtener el reconocimiento

como unidad soberana dentro de un sistema de relaciones interestatales”. Esto es: el Estado ha de ser reconocido en tanto Estado por otros Estados.

2. Capacidad de institucionalizar su autoridad Esta capacidad implica el ejercicio del monopolio de la violencia legítima. Dentro del territorio

estatal, el Estado ha de ser la única asociación con capacidad de ejercer, de forma legítima, la violencia.

Si al interior del territorio estatal existen otras asociaciones que pretenden ejercer violencia física, este atributo estatal se ve debilitado.

3. Capacidad de diferenciar su control Ya vimos que, para que un Estado pueda ser soberano, es decir, ejercer la autoridad máxima

dentro de su territorio y sobre una determinada población, no alcanza con que cuente con el monopolio de la violencia legítima. Es necesario que también cuente con un APARATO ESTATAL.

La capacidad de un Estado de diferenciar su control se relaciona con su capacidad de desarrollar un aparato estatal, a través de la creación de un conjunto funcionalmente diferenciado de instituciones públicas relativamente autónomas respecto de la sociedad civil, que cuenten con:

- reconocida legitimidad para extraer establemente recursos de la sociedad civil; - cierto grado de profesionalización de sus funcionarios; y - cierta medida de control centralizado sobre sus variadas actividades. Esto implica desarrollar un sistema de administración burocrática profesional y autónoma.

Oszlak es un gran estudioso de las burocracias estatales, recuperando los aportes de Weber.

En otro texto, Oszlak introduce el concepto de “la espada y la bolsa”, como dos elementos necesarios para cualquier Estado. Se refiere a los dos atributos que acabamos de ver. La espada es el monopolio de la coerción física legítima. La bolsa se refiere a la bolsa que solía llevar consigo

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el recaudador de impuestos. Así, Oszlak enfatiza la necesidad de un Estado de garantizarse recursos económicos para sostener su aparato estatal. Estos recursos provienen mayoritariamente de la recaudación impositiva, y el Estado ha de contar con la legitimidad para recaudar impuestos de su población.

4. Capacidad de internalizar una identidad colectiva El Estado debe hacer sentir a su población parte de ese Estado, es decir, debe poder generar

un sentido de pertenencia en la población. Esto se logra mediante la emisión, desde el Estado, de símbolos que refuerzan sentimientos de pertenencia y solidaridad social y que permitan, en consecuencia, el control ideológico como mecanismo de dominación. Por supuesto, esto se asocia con los recursos de dominación ideológicos que vimos antes.

Este atributo se asocia también con el concepto de “nación”, que trataremos en breve. Hay que hacer una aclaración muy importante. Estos distintos atributos no están separados

en la realidad, sino que están interrelacionados y que se condicionan mutuamente. Por ejemplo, no es posible contar con el reconocimiento interestatal (atributo 1) sin tener el monopolio de la violencia física legítima (atributo 2). Por otro lado, es imposible tener el monopolio de la violencia física legítima o emitir símbolos para el control ideológico (atributo 4) sin contar con un aparato estatal. EL CONCEPTO DE NACIÓN Y EL “ESTADO NACIONAL” El concepto de “nación” también suscita debate, y hay muchas definiciones posibles. En el contexto de la materia, nos interesa recuperar este concepto porque se vincula íntimamente con el Estado. Una nación es una comunidad cuyo sentido de pertenencia y lazos solidarios se basan en vínculos culturales, porque los miembros de la comunidad comparten:

- una lengua - una religión - una historia - una perspectiva de futuro común - unos símbolos - unas tradiciones La nación permite que se tiendan solidaridades por encima de los variados y antagónicos

intereses de la sociedad civil enmarcada por la nación. Por ejemplo, un empresario y un obrero (con distintos intereses) pueden pertenecer a una misma nación.

Existen naciones, como la “nación gitana”, que, en tanto pueblo, no tienen un Estado determinado.

Sin embargo, la mayoría de las naciones comparten también un territorio nacional y una forma de organización social. Es decir, la mayoría de las naciones se organizan en la actualidad bajo la forma estatal. A su vez, la gran mayoría de los Estados hoy en día son asociados con una determinada nación. Los Estados emiten, de forma permanente, símbolos para reforzar los lazos que unen a la nación.

Por ejemplo, el Estado de Francia emite símbolos para reforzar la “identidad francesa”, y el Estado argentino, para reforzar la “identidad argentina”. Sabemos que existe tal identidad cuando alguien responda, ante la pregunta por su nacionalidad, “soy francesx” o “soy argentinx”.

Para un Estado, es fundamental mantener viva la nación, porque esto garantiza el control ideológico y, por tanto, la legitimidad de ese Estado. Recordemos que el control ideológico es la forma más eficiente de sostener la dominación.

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Debido a esto, decimos que hoy los Estados son “ESTADOS-NACIÓN o “ESTADOS NACIONALES”. A cada Estado le corresponde una nación, y cada nación se organiza bajo la forma de un Estado.

Esto no es tan así en la práctica. Existen Estados en cuyo territorio conviven distintas

naciones, y esto genera tensiones. Algunos ejemplos: 1. Bolivia es un Estado plurinacional, porque reconoce la existencia política de distintas

naciones al interior del territorio nacional. 2. Hay Estados nacionales, como Suiza o Bélgica, que reconocen en su interior distintas

comunidades (con distintas religiones, lenguas, culturas, etc), pero el Estado no es llamado “Estado plurinacional”, e intenta permanentemente fortalecer la identidad nacional para superar las tensiones entre las distintas comunidades.

3. Hoy en día, el Estado español debe enfrentarse a la tensión generada por la pretensión de la nación catalana de independizarse y organizarse como un Estado nacional autónomo.

Repetimos: es fundamental que un Estado nacional pueda mantener cohesionada a la nación.

Por ejemplo, si visitáramos la provincia de Corrientes y, ante la pregunta por la nacionalidad, una persona respondiera “correntinx” y no “argentinx”, esto sería un problema para el Estado nacional argentino.

Los Estados destinan muchos recursos en garantizar su capacidad de internalizar una identidad colectiva.

Veamos el caso de nuestro Estado.

Ø ¿Qué elementos hacen a la nación argentina? Ø ¿Qué medidas concretas toma o ha tomado el Estado nacional argentino para

mantener viva esta identidad? Veremos algunas particularidades de nuestra nación cuando veamos la formación de nuestro Estado nacional. EL ESTADO Y EL CAPITALISMO Un último punto que debemos pensar a la hora de estudiar el Estado es su relación con el capitalismo. El capitalismo es el modo de producción en la actualidad. No existió siempre, sino que surgió en el mismo período que el Estado. El capitalismo se define por ser un modo de producción bajo el cual algunos pocos concentran los medios de producción (los capitalistas o los burgueses), mientras que otrxs (muchxs) no poseen medios de producción más que su fuerza de trabajo: los proletarios.

Al no poseer recursos para producir, los proletarios se ven forzados a vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral, y emplearse en la producción del capitalista. A cambio de su fuerza de trabajo, el capitalista le paga un salario. Sin embargo, el salario es siempre más bajo que el valor que el trabajador agrega al producto en el proceso de producción. Ese valor que no se le paga al trabajador es apropiado por el capitalista, y esto genera su ganancia. El salario del trabajador sólo le alcanza para cubrir sus necesidades; la ganancia del capitalista, en cambio, excede sus necesidades y la necesidad de reinvertir, y el capitalista acumula riqueza.

El capitalismo necesitó de muchos cambios para poder consolidarse. Las Revoluciones

Industriales (1750 y 1850) cambiaron las formas de producir, de la forma manual a la forma industrial, lo cual permitió producir a escalas nunca antes pensadas. Esto supuso cambios

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tecnológicos enormes. Implicó también cambios en las formas de trabajar, y en los hábitos y las costumbres. Pero, además, el capitalismo necesitó del desarrollo de la forma de organización estatal. El Estado garantizó el marco para el correcto desarrollo del capitalismo: garantizó la libertad e igualdad formal de todxs lxs ciudadanxs y la propiedad privada. Además, fue incorporando cada vez más tareas (como la garantía de seguridad jurídica, educación, servicios de salud) que están relacionadas con las necesidades del capitalismo para su reproducción. El filósofo Karl Marx (1818-1883) puso la piedra fundante de toda una tradición del pensamiento que entenderá que el Estado es, por definición, un Estado capitalista. El gran aporte que hace la teoría marxista a la conceptualización del Estado es vincular Estado y capitalismo de forma co-constitutiva: no existe Estado sin capitalismo (el Estado es capitalista), y no existe capitalismo sin Estado.

Retomando a Weber, dice al respecto: “La exigencia de una tramitación en lo posible más rápida, precisa, unívoca y continua es impuesta a la administración en primer lugar por la economía capitalista moderna. Las grandes empresas capitalistas modernas representan, por lo general, modelos no igualados de rigurosa organización administrativa.” (Weber, 1964: 731)

Tanto el Estado como el capitalismo tomarán entonces las características de la burocracia.

Ya hablamos al respecto, pero profundicemos un poco. LA BUROCRACIA

“Burocracia” quiere decir “gobierno del escritorio o del despacho”, y refiere a una organización del trabajo que se organiza sobre ciertas bases. Según Weber:

“La razón decisiva que explica el progreso de la organización burocrática ha sido siempre su superioridad técnica sobre cualquier otra organización. Un mecanismo burocrático perfectamente desarrollado actúa con relación a las demás organizaciones de la misma forma que una máquina con relación a los métodos no mecánicos de fabricación. La precisión, la rapidez, la univocidad, la oficialidad, la continuidad, la discreción, la uniformidad, la rigurosa subordinación, el ahorro de fricciones y de costas objetivas y personales son infinitamente mayores en una administración severamente burocrática [...] que en todas las demás organizaciones de tipo colegial, honorífico o auxiliar.” (Weber, 1964: 730)

Sin embargo, y aun reconociendo todas las ventajas de la organización burocrática,

Weber advirtió sobre los peligros de la excesiva burocratización del aparato estatal y de la vida social en general:

“Su peculiaridad específica [...] la desarrolla en tanto mayor grado cuando más se ‘deshumaniza’, cuanto más completamente alcanza las peculiaridades específicas que le son contadas como virtudes: la eliminación del amor, del odio y de todos los elementos sensibles puramente personales, de todos los elementos irracionales que se sustraen al cálculo.” (Weber, 1964: 732)

Weber temía que esta deshumanización propia de la burocratización pudiera conducirnos

a lo que él denominó “la jaula de hierro”. Porque las preguntas humanas fundamentales (por ejemplo, ¿cómo hemos de vivir juntxs? O ¿cómo hemos de vincularnos entre nosotrxs?) se desdibujarían frente a las lógicas de la burocracia. La burocracia crecería a tal punto que olvidaríamos los fines por los que alguna vez habíamos organizado el trabajo de ese modo.

Hay una novela muy bella del escritor Franz Kafka, titulada El proceso. En ella, el señor K. es levantado una mañana por un grupo de policías que vienen a detenerlo. Cuando K. pregunta

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por qué se lo está deteniendo, los policías dicen que ellos simplemente estan cumpliendo órdenes (ellos son simples funcionarios de la máquina burocrática). Así, K. inicia un proceso judicial que lo lleva por numerosas instancias del aparato burocrático (policías, empleadxs administrativxs, jueces de distinto rango), sin nunca llegar a saber por qué se lo está juzgando. Todxs aseguran que ellxs son meros cumplidores de órdenes. El aparato burocrático es tan grande y sus lógicas se han profundizado tanto, que se pierde el sentido de una determinada acción o medida.

Otro texto que ilustra esto muy bien es “La burocracia/3”, del uruguayo Eduardo Galeano (escritor que retomaremos frecuentemente en esta materia). Este teto se incluye en El libro de los abrazos:

Integrando... la definición del concepto de Estado que estaremos utilizando contiene los siguientes elementos:

El Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio, reclama para sí, con éxito, el monopolio de la violencia física legítima, y que tiene capacidad de externalizar su poder, de institucionalizar su autoridad, de diferenciar su control y de internalizar una identidad colectiva, por medio de diferentes recursos de dominación.