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NACIONES UNIDAS EP Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Distr. GENERAL UNEP/OzL.Pro/ WG.1/23/3 25 de febrero de 2003 ESPAÑOL ORIGINAL: INGLÉS GRUPO DE TRABAJO DE COMPOSICIÓN ABIERTA DE LAS PARTES EN EL PROTOCOLO DE MONTREAL RELATIVO A LAS SUSTANCIAS QUE AGOTAN LA CAPA DE OZONO 23ª reunión Montreal, 7 a 11 de julio de 2003 SÍNTESIS DE LOS INFORMES DE 2002 DEL GRUPO DE EVALUACIÓN CIENTÍFICA (GEC), EL GRUPO DE EVALUACIÓN DE EFECTOS AMBIENTALES (GEEA) Y EL GRUPO DE EVALUACIÓN TECNOLÓGICA Y ECONÓMICA (GETE) DEL PROTOCOLO DE MONTREAL Informe de síntesis La síntesis de los informes de evaluación presentada en este documento ha sido preparada por las Copresidencias de los Grupos de Evaluación, sobre la base de sus informes, titulados: “Evaluación científica del agotamiento del ozono: 2002”, “Efectos ambientales del agotamiento del ozono: Evaluación de 2002” e “Informe de la Evaluación del Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica: 2002”, conforme a lo dispuesto en el Artículo 6 del Protocolo de Montreal. El texto completo de las evaluaciones puede leerse en: http://www.unep.org/ozone y http://www.unep.ch/ozone K0-360598.s 310303 150403 Para economizar recursos, sólo se ha impreso un número limitado de ejemplares del presente documento. Se ruega a los delegados que lleven sus propios ejemplares a las reuniones y eviten solicitar otros.

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NACIONES UNIDAS EP

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Distr.GENERAL

UNEP/OzL.Pro/WG.1/23/325 de febrero de 2003

ESPAÑOLORIGINAL: INGLÉS

GRUPO DE TRABAJO DE COMPOSICIÓN ABIERTA DE LAS PARTES EN EL PROTOCOLO DE MONTREAL RELATIVO A LAS SUSTANCIAS QUE AGOTAN LA CAPA DE OZONO

23ª reuniónMontreal, 7 a 11 de julio de 2003

SÍNTESIS DE LOS INFORMES DE 2002 DEL GRUPO DE EVALUACIÓN CIENTÍFICA (GEC),EL GRUPO DE EVALUACIÓN DE EFECTOS AMBIENTALES (GEEA) Y EL

GRUPO DE EVALUACIÓN TECNOLÓGICA Y ECONÓMICA (GETE)DEL PROTOCOLO DE MONTREAL

Informe de síntesis

La síntesis de los informes de evaluación presentada en este documento ha sido preparada por las Copresidencias de los Grupos de Evaluación, sobre la base de sus informes, titulados: “Evaluación científica del agotamiento del ozono: 2002”, “Efectos ambientales del agotamiento del ozono: Evaluación de 2002” e “Informe de la Evaluación del Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica: 2002”, conforme a lo dispuesto en el Artículo 6 del Protocolo de Montreal.

El texto completo de las evaluaciones puede leerse en: http://www.unep.org/ozone y http://www.unep.ch/ozone

K0-360598.s 310303 150403

Para economizar recursos, sólo se ha impreso un número limitado de ejemplares del presente documento. Se ruega a los delegados que lleven sus propios ejemplares a las reuniones y eviten solicitar otros.

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EQUIPO DE REDACCIÓN DEL INFORME DE SÍNTESIS

Ayite-Lo Nohende AJAVON (Copresidente, GEC)Universidad de Benín, Togo

Daniel L. ALBRITTON (Copresidente, GEC)Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos

Stephen O. ANDERSEN (Copresidente, GETE)Organismo para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos

Lambert J. M. KUIJPERS (Copresidente, GETE)Universidad Técnica, Eindhoven, Países Bajos

Gérard MÉGIE (Copresidente, GEC)Service d’Aeronomie du CNRS, Francia

José PONS PONS (Copresidente, GETE)Spray Química C.A., Venezuela

Xiaoyan TANG (Copresidente, GEEA)Universidad de Beijing, China

Manfred TEVINI (Copresidente, GEEA)Universidad de Karlsruhe, Alemania

Jan C. VAN DER LEUN (Copresidente, GEEA)Ecofys, Utrecht, Países Bajos

Robert T. WATSON (Copresidente, GEC) Banco Mundial, Estados Unidos

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ÍNDICECapítulo Párrafos Página

I. SÍNTESIS DEL RESUMEN Y CONCLUSIONES 55

Síntesis de la Conclusión No. 1: El Protocolo de Montreal está dando resultados positivos (GEC)

1a-1b 5

Síntesis de la Conclusión No. 2: La capa de ozono seguirá siendo vulnerable (GEC)

2a-2b 6

Síntesis de la Conclusión No. 3: El agotamiento del ozono causa el aumento de la radiación superficial UV-B, lo que suscita muchos efectos sobre los organismos y materiales vivientes (GEEA)

3 6

Síntesis de la Conclusión No. 4: La interrelación entre el agotamiento del ozono y el cambio climático suscita efectos ambientales (GEEA)

4 6

Síntesis de la Conclusión No. 5: Si no se cumple con el Protocolo de Montreal, demorará, o incluso será imposible la recuperación de la capa de ozono (GEC)

5 6

Síntesis de la Conclusión No. 6: Los métodos para acelerar la recuperación de la capa de ozono son limitados (GEC)

6 6

Síntesis de la Conclusión No. 7: Es técnica y económicamente factible iniciar de inmediato el proceso de eliminación gradual de la mayoría de los usos (GETE)

7 7

Síntesis de la Conclusión No. 8: La eliminación gradual del metilbromuro conforme al actual programa de control requiere mayores inversiones por parte de los usuarios y de las autoridades públicas (GETE)

8 7

Síntesis de la Conclusión No. 9: Orientación técnica y avance en la eliminación gradual del metilbromuro en los países del Artículo 5 (1) (GETE)

9 7

Síntesis de la Conclusión No. 10: Se dispone de grandes cantidades de SDO para recuperación y destrucción (GETE)

10a-10b 7

Síntesis de la Conclusión No. 11: Es posible acelerar la protección de la capa de ozono y reducir el costo de cumplimiento a través de una mayor racionalización económica (GETE)

11a-11b 8

II. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN CIENTÍFICA

9

A. CONCLUSIONES IMPORTANTES RECIENTES E INTERPRETACIÓN CIENTÍFICA ACTUAL

9

a) Cambios en los compuestos destructores del ozono 14-18 9b) Cambios en la capa de ozono sobre los polos y en todo el mundo 19-25 10c) Cambios en la radiación ultravioleta 26-27 12d) La capa de ozono y el cambio climático 28-30 12

B. NUEVAS PRUEBAS CIENTÍFICAS E INFORMACIÓN CONEXA 13a) Abundancias de halocarbonos 31-35 13b) Permanencia de los halocarbonos 36-37 14c) Metilbromuro, clorometano y halones 38-40 14d) Compuestos de vida muy corta que agotan el ozono 41-46 14e) Ozono polar 15

Antártida 47-51 15Ártico 52-62 15

f) Ozono mundial 17Columna de ozono total 63-65 17

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Capítulo Párrafos Página

Distribución vertical del ozono 66-69 18Componentes del ozono 70-72 18Temperatura estratosférica 73-74 19Atribución de cambios pasados en el ozono 75-77 19Futuros cambios en el ozono 78-80 20

g) Radiación ultravioleta 81-87 20

C. CONSECUENCIAS PARA LA FORMULACIÓN DE POLÍTICAS 88-94 21

III. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN DE EFECTOS AMBIENTALES

24

A. VARIACIÓN DEL OZONO Y DE LA RADIACIÓN UV 95-100 24B. SALUD 101-109 25C. ECOSISTEMAS TERRESTRES 110-117 26D. ECOSISTEMAS ACUÁTICOS 118-122 27E. CICLOS BIOGEOQUÍMICOS 123-129 28F. CALIDAD DEL AIRE 130-133 29G. MATERIALES 134-136 29

IV. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN TECNOLÓGICA Y ECONÓMICA

31

A. INTRODUCCIÓN 137-140 31B. COT SOBRE AEROSOLES, ESTERILIZANTES, USOS VARIOS Y CTC

31

a) IDM para el tratamiento del asma y de COPD 141-146 31b) Aerosoles, esterilizantes y usos varios 147-152 32c) Tetracloruro de carbono 153-155 33

C. COT SOBRE ESPUMAS RÍGIDAS Y FLEXIBLES 156-164 33D. COT SOBRE HALONES 165-169 34E. COT SOBRE METILBROMURO 170-182 35F. COT SOBRE REFRIGERACIÓN, AA Y BOMBAS DE CALOR 183-187 37G. COT SOBRE SOLVENTES, REVESTIMIENTOS Y ADHESIVOS 188-190 38H. EQUIPO DE TAREAS SOBRE RECOLECCIÓN, RECLAMO Y ALMACENAJE

39

a) Tipos de emisiones 192-195 40b) Factibilidad técnica de recolección, recuperación y almacenaje 196-198 40c) Existencias y posibilidades de recolección 199-200 40d) Consecuencias económicas de la recolección, la recuperación y el

almacenaje201 41

e) Barreras a la recolección, la recuperación y el almacenaje 202 41f) Conclusiones 203 41

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I. RESUMEN Y CONCLUSIONES DE LA SÍNTESIS

0. El presente informe contiene una síntesis de las conclusiones de los Grupos de Evaluación Científica, de Efectos Ambientales y Evaluación Tecnológica y Económica, conforme a lo dispuesto por la Decisión XI/17 de la 11ª Reunión de las Partes en el Protocolo de Montreal, en 1999. Se trata del quinto informe de una serie que comenzó en 1989 y continuó en 1991, 1994 y 1998. Al igual que los anteriores, constituye una base sobre la cual las Partes pueden evaluar la suficiencia de las medidas de control del Protocolo según lo previsto en el Artículo 6 de este último, y adoptar decisiones apropiadas.

Síntesis de la Conclusión No. 1: El Protocolo de Montreal está dando resultados positivos (GEC)

1a. El Protocolo de Montreal funciona, y es previsible que la situación referente al agotamiento de la capa de ozono por sustancias controladas en virtud del Protocolo empiece a mejorar en el próximo decenio, aproximadamente.

1b. El total de las abundancias efectivas combinadas de los gases con contenido de cloro y bromo antropogénicos que agotan la capa de ozono en la atmósfera inferior (troposfera) alcanzó su máximo en el período 1992-1994 y sigue reduciéndose. Además, la abundancia en la estratosfera de gases que agotan el ozono ha llegado o está próximo al máximo. Ulteriormente, el nivel del ozono estratosférico debería incrementarse, suponiendo constantes todas las demás influencias, pero la variabilidad del ozono hará difícil detectar el comienzo de la recuperación a largo plazo. Los futuros niveles de ozono sufrirán también la influencia de otras modificaciones de la composición de la atmósfera y el cambio climático. Tomando como base el cumplimiento supuesto del Protocolo enmendado y reajustado por todas las Partes, cabe prever que el “agujero” en la capa el ozono de la Antártida desaparezca a mediados del presente siglo, también en este caso si se suponen constantes todas las demás influencias.

Síntesis de la Conclusión No. 2: La capa de ozono seguirá siendo vulnerable (GEC)

2a. La capa de ozono seguirá siendo especialmente vulnerable en la próxima década, aproximadamente, aunque todas las Partes cumplan las medidas de control del Protocolo de Montreal. El agotamiento de la capa de ozono en la Antártida durante la primavera debido a los halógenos ha sido de grandes proporciones a lo largo de toda la última década, y la proporción de la columna de ozono total mensual se sitúa entre un 40% y un 55%, aproximadamente por debajo de los valores anteriores al agujero del ozono. El agotamiento del ozono en el Ártico es sumamente variable y difícil de predecir, pero parece improbable que en la zona polar ártica se produzca un agujero del ozono similar al de la Antártida. Según ciertas estimaciones, las pérdidas acumulativas de las cantidades de columna de ozono total en los últimos cuatro años se sitúan en una gama que llega hasta alrededor del 25%. En algunos recientes inviernos fríos del Ártico de la última década la pérdida máxima de la columna de ozono total debida a los halógenos llegó al 30%. La pérdida del ozono debida a los halógenos podría ser mayor si se produjera una erupción volcánica de grandes proporciones (con abundantes partículas estratosféricas) o un invierno estratosférico inusual y persistentemente frío en el Ártico. En relación con las abundancias anteriores a la aparición del agujero del ozono de 1980, las pérdidas de las proporciones de la columna de ozono total (es decir general) son las siguientes:

Alrededor de 4% en latitudes medias septentrionales en invierno/primavera. Alrededor del 2% en latitudes medias septentrionales en verano/otoño. Alrededor del 6% en latitudes medias meridionales todo el año.

2b. Los cálculos basados en relaciones con el total del ozono y el total de las radiaciones llevan a pensar que las radiaciones UV aumentaron entre un 6% y un 14% en comparación con los valores anteriores a la aparición del agujero de ozono en más de diez sitios distribuidos en latitudes medias y altas de ambos hemisferios.

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Síntesis de la Conclusión No. 3: El agotamiento del ozono causa el aumento de la radiación superficial UV-B, lo que suscita muchos efectos sobre los organismos y materiales vivientes (GEEA)

3. Nuevos estudios confirman y refuerzan las conclusiones anteriores de que la radiación UV-B tiene graves efectos nocivos sobre la piel, los ojos y el sistema inmunológico. La exposición a esa radiación provoca cáncer de piel e influye sobre la formación de cataratas corticales vinculadas con la edad. La labor experimental demuestra claramente que las radiaciones UV reducen las funciones inmunitarias, pero subsisten muchas dudas acerca de la importancia de esos efectos en relación con las enfermedades humanas. En varias plantas, la radiación UV determina la disminución de la altura de la planta y de la superficie de las hojas. La radiación UV solar también afecta negativamente a muchos organismos acuáticos. Ejerce numerosas influencias en los ciclos biogeoquímicos. Algunos materiales naturales y sintéticos económicamente importantes se degradan por exposición a la radiación UV-B solar.

Síntesis de la Conclusión No. 4: La interrelación entre el agotamiento del ozono y el cambio climático suscita efectos ambientales (GEEA)

4. El cambio climático puede incrementar el agotamiento del ozono y agravar sus consecuencias. Por ejemplo, el enfriamiento de la estratosfera puede mantener la capa de ozono en su estado de deterioro durante un período más prolongado, con el consiguiente incremento de los efectos que dependen de la acumulación de dosis UV a lo largo de un período prolongado, como el cáncer de piel y las cataratas. Por otro lado, el agotamiento del ozono puede agravar el cambio climático. Por ejemplo, los daños producidos por la radiación UV en el fitoplancton y otros organismos acuáticos pueden reducir el sumidero que representan los océanos en relación con el dióxido de carbono proveniente de la atmósfera, incrementando así el calentamiento mundial. Las altas temperaturas influyen sobre muchos procesos químicos y biológicos, inclusive a niveles constantes de radiación UV, con resultados tan variados como la aceleración de la degradación de los plásticos provocada por dicha radiación y el aumento del cáncer de piel inducido por ésta. Varias características del cambio climático, como la variación de la nubosidad, las precipitaciones, la capa de hielo y las temperaturas oceánicas, influyen sobre la transmisión de la radiación UV a través de la atmósfera y por lo tanto sobre las dosis recibidas por los organismos. La mayor parte de esos cambios probablemente influyen sobre el tiempo que las personas dedican a permanecer en el exterior, y por lo tanto sobre las dosis de radiación UV que reciben.

Síntesis de la Conclusión No. 5: Si no se cumple con el Protocolo de Montreal, demorará, o incluso será imposible la recuperación de la capa de ozono (GEC)

5. Por ejemplo, la constante producción ininterrumpida y las subsiguientes emisiones de todas las sustancias que agotan el ozono en las proporciones de 1999 probablemente extendería el período de recuperación de la capa de ozono bastante más allá del año 2100. Las sustancias de muy corta vida que contienen halógenos orgánicos pueden deteriorar el ozono estratosférico, pero resulta más difícil estimar cuantitativamente sus potenciales que en el caso de las especies de larga vida, como los CFC. El impacto de los compuestos de muy corta vida puede ser significativo si sus emisiones son de grandes proporciones.

Síntesis de la Conclusión No. 6: Los métodos para acelerar la recuperación de la capa de ozono son limitados (GEC)

6. Se efectuaron estimaciones hipotéticas de los límites superiores de la mejora de la capa de ozono que podrían lograrse en relación con las actuales medidas de control (Beijing 1999). Por ejemplo, una eliminación hipotética de toda la producción antropogénica futura de todas las sustancias que agotan el ozono en 2003 (suponiéndose constantes todas las influencias restantes) adelantaría en alrededor de cuatro años el restablecimiento de cargas de cloro estratosférico efectivas a los valores anteriores a 1980 (anteriores al agujero de ozono). Una hipotética eliminación de emisiones adicionales derivadas de toda la producción industrial pasada y futura de todas las sustancias que agotan el ozono, adelantaría en alrededor de diez años el restablecimiento de cargas de cloro estratosférico efectivas con valores anteriores a 1980.

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Síntesis de la Conclusión No. 7: Es técnica y económicamente factible iniciar de inmediato el proceso de eliminación gradual de la mayoría de los usos (GETE)

7. La eliminación de CFC, halones, tetracloruro de carbono y metilcloroformo a más tardar en 2005 en los países del Artículo 5 (1) y en países con economías en transición es técnica y económicamente factible. No obstante, a los efectos de que el proceso de eliminación gradual culmine en 2005 sería preciso acelerar las inversiones tendientes a adoptar tecnologías libres de SDO, aceptando también HCFC en todos los sectores y procesos que ahora usan SDO, inclusive en el sector de los servicios. Esta aceleración requeriría el aumento de los recursos provenientes del Fondo Multilateral y del FMAM, así como una mayor capacidad institucional de oportuna utilización de esos recursos. La eliminación gradual de HCFC en nuevos equipos y servicios a más tardar en 2005 en lo países que no son del Artículo 5 (1) es factible, pero costosa con la tecnología actualmente disponible y podría suscitar consecuencias en cuanto a un aumento del consumo de la energía y de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las consecuencias en cuanto a costo y energía pueden determinarse con mayor precisión a medida que la UE disponga la aceleración del proceso de eliminación gradual de HCFC en los nuevos equipos y espumas de refrigeración y aire acondicionado, y ulteriormente a los servicios. Es útil comparar el costo de las reducciones de equivalentes de emisiones provenientes de la recuperación y destrucción con el costo que representa reducir nuevos usos y el servicio del equipo existente.

Síntesis de la Conclusión No. 8: La eliminación gradual del metilbromuro conforme al actual programa de control requiere mayores inversiones por parte de los usuarios y de las autoridades públicas (GETE)

8. En algunos países, el uso de metilbromuro se prolonga en virtud de la abundancia de ese compuesto y del costo y prolongado proceso de registro y aprobación de muchas alternativas y sustitutos. El hecho de que los consumidores no puedan identificar productos no producidos o procesados con metilbromuro reduce los incentivos a elaborar, aprobar y aplicar alternativas. En muchos casos se dispone de alternativas, pero las autoridades públicas aún no las han aprobado. En la mayoría de los países los clientes no están en condiciones de ejercer una preferencia de mercado porque no pueden determinar fácilmente qué productos alimenticios se cultivan o procesan con metilbromuro. La eliminación del metilbromuro da lugar a una menor orientación de mercado de la que resultó evidente en otros sectores de SDO.

Síntesis de la Conclusión No. 9: Orientación técnica y avance en la eliminación gradual del metilbromuro en los países del Artículo 5 (1) (GETE)

9. Se dispone de alternativas apropiadas que permitan reducir considerablemente el uso de MB en los países del Artículo 5 (1), a condición de que se disponga de financiamiento proveniente del Fondo Multilateral y que los mercados de los países que no son del Artículo 5 (1) sigan proporcionando incentivos económicos para la comercialización y el registro de alternativas. Desde 1998 el consumo se ha reducido a una tasa media anual de alrededor del 5%, y en algunos países del Articulo 5 (1) se ha reducido en más del 20%. Quince países del Artículo 5 (1), con toda la gama de intensidades, entre bajas y altas, de usos de metilbromuro, se proponen aplicar un programa completo de eliminación gradual en un plazo de tres a seis años.

Síntesis de la Conclusión No. 10: Se dispone de grandes cantidades de SDO para recuperación y destrucción (GETE)

10a. Las espumas y los equipos de refrigeración y protección contra incendios contienen considerables cantidades recuperables de SDO, que serán emitidos a menos que a través de incentivos regulatorios y económicos se haga obligatoria su recuperación y destrucción. En 2002, los equipos de refrigeración contienen entre 350.000 y 400.000 toneladas de SDO, correspondiendo más del 70% a usos comerciales e industriales en países que no son del Artículo 5 (1). Se prevé que en 2010 haya 1,25 millones de toneladas de SDO en espumas instaladas, correspondiendo la mayor parte a países que no son del Artículo 5 (1). Se estiman las existencias del halón 1301 y del halón 1211 en 450.000 y 330.000 toneladas de SDO, respectivamente. Sólo se necesita para futuros usos esenciales cierta proporción del halón 1301 y una muy

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pequeña proporción del halón 1211. El costo de recuperación y destrucción de SDO puede calcularse como costo por tonelada PAO destruida y costo por tonelada de equivalente de carbón destruida, lo que refleja los beneficios para la capa de ozono y para la protección del clima.

10b. Las normas regulatorias que prohíben el uso de SDO recuperadas sin adecuados incentivos y sistemas de recuperación pueden ser contraproducentes a los efectos de la protección del ozono si se liberan intencionalmente las sustancias para evitar el costo de una eliminación adecuada o si la aplicación de procesos de destrucción ineficientes incrementan las emisiones a corto plazo cuando la capa de ozono es más vulnerable.

Síntesis de la Conclusión No. 11: Es posible acelerar la protección de la capa de ozono y reducir el costo de cumplimiento a través de una mayor racionalización económica (GETE)

11a. La estrategia de aplicación flexible adoptada por el Protocolo de Montreal ha orientado hasta ahora la transformación del mercado y los incentivos regulatorios tendientes a una eliminación gradual, dotada de eficacia de costos, de las sustancias que agotan el ozono, con una excepción pragmática para los usos esenciales y que no implican emisiones. La disponibilidad de un gran volumen de SDO para la recuperación y destrucción ofrece una oportunidad adicional de ayudar a proteger la capa de ozono.

11b. La definición de ‘producción’ que aparece en el Protocolo (Artículo 1, párrafo 5) permite a las Partes producir SDO, inclusive después de la concluida la eliminación gradual, en la medida de las SDO destruidas. Puede ser conveniente que las Partes consideren la posibilidad de eximir la producción de aplicaciones esenciales y críticas aprobadas en países que no son del Artículo 5 (1) sólo si se recuperan y destruyen cantidades iguales o mayores de SDO. Esa recuperación y destrucción compensatoria podría alcanzar un nivel que garantice la disminución de la carga de equivalente de cloro en la estratosfera.

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II. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN CIENTÍFICA

12. Entre las disposiciones del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, de 1987, figura el requisito de que las Partes en el Protocolo basen sus futuras decisiones en la información en curso de índole científica, ambiental, técnica y económica evaluada por grupos de expertos de todo el mundo. A fin de contribuir en esa forma al proceso de adopción de decisiones, en 1989, 1991, 1994 y 1998 se evaluaron los adelantos en el estudio de estos temas. La información correspondiente sirvió de apoyo a los debates entre las Partes, que culminaron en las ulteriores enmiendas y ajustes del Protocolo de 1987. La Evaluación Científica 2002 que se resume en el presente documento constituye la quinta evaluación de la serie.

A. CONCLUSIONES IMPORTANTES RECIENTES E INTERPRETACIÓN CIENTÍFICA ACTUAL

13. Desde la presentación de la Evaluación Científica del Agotamiento del Ozono: 1998, un sin número de investigaciones de laboratorio, observaciones atmosféricas y estudios teóricos y a escala han permitido llegar a nuevas conclusiones importantes y han corroborado la comprensión general de la capa de ozono y su efecto sobre la radiación ultravioleta UV. Dichos adelantos se destacan en el resumen siguiente de la interpretación actual de los efectos de las actividades humanas y los fenómenos naturales sobre la capa de ozono y la conexión entre la capa de ozono y el sistema climático.

a) Cambios en los compuestos destructores del ozono

14. En la troposfera (atmósfera inferior), las observaciones indican que la abundancia efectiva total de compuestos destructores del ozono sigue bajando lentamente del punto máximo alcanzado en 1992-1994. El total de cloro está disminuyendo, pero el bromo de los halones industriales sigue en aumento, si bien a una tasa inferior de lo que ocurría anteriormente (como se informó en la Evaluación de 1998). El total de cloro troposférico de los clorocarbonos de permanencia larga y corta era en 2000 inferior en un 5%, aproximadamente, observado en su punto máximo en 1992-1994, y la tasa de cambio en 2000 era de -22 partes por billón (ppt) al año (-0,6% al año). La influencia otrora dominante del metilcloroformo (CH3CCl3) en esta reducción total se ha visto menoscabada debido a que la abundancia atmosférica del metilcloroformo está bajando drásticamente. Ha dejado de aumentar el cloro total de los principales clorofluorocarbonos (CFC), en contraste con el ligero aumento que se producía en el momento de la Evaluación de 1998. Concretamente, en 2000, siguieron disminuyendo las abundancias atmosféricas de CFC-11 y CFC-113, al tiempo que fue más lenta la tasa de aumento de CFC-12. El total de bromo troposférico de los halones siguió aumentado a una tasa de 3% al año, que es aproximadamente dos terceras partes de la tasa correspondiente a 1996 sobre la que se informaba en la Evaluación de 1998. Las abundancias observadas de CFC, hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y metilcloroformo en la troposfera siguen siendo coherentes con la producción registrada y las emisiones estimadas.

15. Los análisis de aire aprisionado en la nieve desde fines del siglo XXI han confirmado que las fuentes no industriales de CFC, halones y principales clorocarburos eran insignificantes. Desde la Evaluación anterior, los análisis de aire neviza (v.gr., aire aprisionado en la nieve arriba de los glaciales) han revelado la abundancia de especies atmosféricas de vida larga en el momento en que el aire quedó aprisionado. En consecuencia, se han rastreado las tendencias en la abundancia atmosférica de muchas sustancias que agotan la capa de ozono a lo largo del siglo pasado, hasta mucho antes de la existencia de importantes fuentes industriales de compuestos. Estos registros revelan que las relaciones de mezcla de CFC, halones, tetracloruro de carbono (CCl4), metilcloroformo y HCFC en la muestra de aire más antigua, son insignificantes en comparación con las cantidades medidas hoy en día en el fondo de la atmósfera. Además, los registros de estos compuestos correspondientes al siglo XX son en general conformes con las estimaciones basadas en registros de la producción industrial. Los datos indican que existen considerables fuentes naturales de metilbromuro atmosférico (CH3Br); también indican aumentos a lo largo del siglo XX, pero éstos no permiten hacer una cuantificación inequívoca de la fracción industrial de las emisiones de metilbromuro de los últimos años. La estimación de dicha fracción, basada en una evaluación de la acumulación de ese gas, sigue siendo de 10% a 40%, como figura en la Evaluación de 1998.

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16. Siguen aumentando las abundancias de HCFC en la atmósfera inferior. Los HCFC se cuentan entre los gases utilizados como sustitutos de transición de los CFC, los halones y los solventes clorinados. En 2000, los HCFC representaban el 6% de la abundancia total de cloro de gases antropogénicos en la atmósfera inferior. La tasa de aumento de cloro de los HCFC era constante en 10 partes por billón al año, de 1996 a 2000.

17. Las observaciones en la estratosfera indican que la abundancia total de cloro ha alcanzado o está por alcanzar su punto máximo, mientras que las abundancias de bromo probablemente sigan aumentando. La suma de cloruro de hidrógeno (HCl) y nitrato de cloro (ClONO2) es un sustituto efectivo de la abundancia de cloro estratosférico. Una serie cronológica extensa de mediciones basadas en tierra revela que las cantidades de estas especies en la columna estratosférica total, que han aumentado constantemente por decenios, se han estabilizado en los últimos años. Más aún, las mediciones basadas en el espacio, de HCl en la estratosfera superior, indican un comportamiento general similar. Existen indicaciones de que las abundancias de bromo en la estratosfera aumentaron durante el decenio de 1990, pero los cambios en el bromo estratosférico no están tan bien tipificados como los del cloro estratosférico. Estos cambios estratosféricos responden a las expectativas basadas en la interpretación de las tendencias del oligogás en la troposfera, la química estratosférica y el transporte atmosférico de la troposfera a la estratosfera.

18. Los gases primarios orgánicos de vida muy corta que contienen cloro, bromo y yodo tienen potencial de agotamiento del ozono estratosférico, pero la estimación cuantitativa de su potencial es más difícil que la de especies de vida más larga como los CFC. Los compuestos de vida muy corta permanecen en la atmósfera durante unos meses o menos, debido a que pronto se descomponen químicamente en la troposfera. Sin embargo, una fracción de sus emisiones y los productos de su destrucción troposférica pueden llegar a la estratosfera. Por ejemplo, las observaciones indican que el bromoformo (CHBr3) no antropogénico producido principalmente en los océanos contribuye en forma no insignificante a la abundancia total de bromo estratosférico. La magnitud del agotamiento del ozono por los compuestos de vida muy corta dependerá fundamentalmente del lugar y la estación en que se produzcan de sus emisiones y de las propiedades de los productos de su degradación. Por lo tanto, La utilización tradicional de un valor único de PAO, posible para las especies de vida más larga, no puede aplicarse directamente a las especies de vida muy corta. Los modelos de simulación tridimensional también indican que los compuestos de vida muy corta emitidos en los trópicos serían transportados a la estratosfera más rápidamente que los emitidos en latitudes superiores, lo cual llevaría a un mayor agotamiento del ozono por las emisiones tropicales. Actualmente, los valores PAO estimados por modelos tridimensionales son inciertos debido a las dificultades para modelar la complejidad de los procesos de transporte y a la falta de datos sobre los productos de la degradación troposférica. Un estudio reciente del n-propilbromuro, uno de los compuestos que se proponen para su posible uso en el futuro, reveló que, respecto de las emisiones que son uniformes por encima de las masas continentales lejos de los polos, aproximadamente el 0,05% del bromo emitido como n-propilbromuro llega a la estratosfera, y tiene como resultado un PAO de 0,04. Otros valores PAO registrados en el estudio llegan 0,1 de la emisión tropical, y valores de hasta 0,03 y 0,02 respecto de las emisiones limitadas al norte de 20º N y 30º N, respectivamente. Por consiguiente, los compuestos de vida muy corta pueden tener un efecto considerable si sus emisiones son abundantes.

b) Cambios en la capa de ozono sobre los polos y en todo el mundo

19. A lo largo del decenio pasado se ha registrado un agotamiento considerable del ozono en la primavera antártica. Desde principios del decenio de 1990, la cantidad mínima de la columna de ozono total (general) ha sido de ~100 unidades Dobson. Las cantidades mensuales de la columna de ozono total en septiembre y octubre han seguido oscilando entre 40% y 50% por debajo de los valores anteriores al agujero del ozono, con un máximo de 70% de disminución local durante períodos de una semana, más o menos. En el último decenio, ha aumentado el agujero medio del ozono durante la primavera, pero no tan rápidamente como durante el decenio de 1980. El agujero de la capa de ozono varía de un año a otro, y no es posible decir si ha llegado a su máximo. En los últimos años, el agujero del ozono también ha persistido hasta principios del verano, con un aumento de su efecto sobre la radiación ultravioleta.

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20. En algunos de los últimos inviernos árticos fríos del último decenio, el agotamiento máximo de la columna de ozono total por los halógenos ha llegado al 30%. La pérdida de ozono durante el invierno y la primavera árticos es sumamente variable gracias a los cambios en las condiciones meteorológicas estratosféricas de un invierno a otro, pero se entiende mejor ahora gracias a innumerables observaciones y comparaciones con modelos. Existe una concordancia general entre los análisis que cuantifican la pérdida de ozono químico en el Ártico durante el invierno y la primavera de 1999/2000. Ese año, durante el cual se realizaron muchos estudios, se caracterizó por bajas temperaturas persistentes, una pérdida de ozono que llegó al 70% cerca de 20 km, y pérdidas de columna de ozono total superiores a las 80 unidades Dobson (~ 20% a 25%) a principios de la primavera. En cambio, durante el invierno ártico de 1998/1999, que fue un invierno más cálido y con más perturbaciones, la pérdida química estimada fue muy baja. Tres de los cuatro últimos inviernos árticos han sido cálidos, con poca pérdida de ozono; seis de los nueve inviernos anteriores fueron fríos, con grandes pérdidas de ozono.

21. Persiste el agotamiento del ozono en las latitudes medias de ambos hemisferios. La cantidad media de la columna de ozono total para todo el mundo de 1997 a 2001 era inferior en un 3%, aproximadamente, a los valores medios anteriores a 1980. Los cambios observados se registran principalmente en las latitudes medias y en las regiones polares; no se han observado tendencias de importancia en la columna de ozono total en los trópicos (25º N a 25º S). Existen diferencias en el comportamiento del ozono entre los dos hemisferios. En particular, las cantidades medias de la columna de ozono total en el período 1997-2001 eran inferiores en un 3% y un 6% respectivamente a los valores anteriores a 1980 en las latitudes medidas del hemisferio norte (35º N a 60º N) y en las latitudes medidas del hemisferio sur (35º S a 60º S). Los cambios estacionales en la columna de ozono total (1997-2001 respecto de antes de 1980) varían entre el hemisferio norte y el hemisferio sur. En las latitudes medias del hemisferio norte, las mayores disminuciones del ozono se observan durante el invierno/primavera (~4%), con disminuciones de aproximadamente la mitad en verano/otoño. En las latitudes medias del hemisferio sur, las disminuciones de ozono a largo plazo muestran una magnitud similar (~6%) durante todas las estaciones.

22. Los modelos que incluyen cambios observados en los halocarbonos, los gases primarios y los aerosoles (a saber, partículas finas en suspensión) capturan los cambios a largo plazo observados en el ozono en las latitudes medias norte y sur. Los modelos de evaluación bidimensionales también reproducen en gran parte las variaciones interanuales del ozono en las latitudes medias del hemisferio norte, pero en menor las del hemisferio sur. Por ejemplo, las observaciones revelan un comportamiento diferente del ozono en los hemisferios norte y sur después de la gran erupción del volcán Pinatubo a principios del decenio de 1990; mientras que los modelos que incluyen química del ozono con aerosoles y halocarbonos indican una pérdida de ozono hemisféricamente simétrica durante el periodo posterior a la erosión. Los cambios en los procesos dinámicos ayudan a explicar algunas de las variaciones del ozono en las latitudes medias del hemisferio norte, y también han contribuido a las tendencias de invierno/primavera en ese hemisferio. Sin embargo, debido a que los procesos químicos y dinámicos están conectados, no es posible evaluarse aisladamente sus contribuciones a los cambios en el ozono.

23. Los modelos químico-climáticos permiten pronosticar que los niveles de ozono en la primavera antártica aumentarán para 2010 como resultado de disminuciones previstas de los halógenos en la estratosfera. Para mediados del presente siglo se espera un retorno a las cantidades de columna de ozono total anteriores a 1980 en la Antártida.

24. El agotamiento del ozono ártico es sumamente variable y difícil de pronosticar, pero parece poco probable en el futuro un agujero en el ozono polar ártico semejante al de la Antártida. Sin embargo, puede preverse de nuevo una disminución del ozono, como se vio en los últimos años, y la estratosfera ártica será sumamente vulnerable a otras alteraciones (por ejemplo, si hubiera un aumento en la abundancia de aerosoles estratosféricos procedentes de erupciones volcánicas). Los actuales modelos químico-climáticos no permiten pronosticar cantidades muy bajas sostenidas de columna de ozono ártico semejantes a las que se vieron en la Antártida. Un agotamiento tan extremo del ozono durante el próximo decenio, aproximadamente, cuando las abundancias de halógenos aún deberán estar cerca de su máximo, requeriría condiciones que no tienen precedentes en unos 40 años de observaciones meteorológicas en el hemisferio norte y, por consiguiente, se considera muy poco probable que ocurra en el futuro.

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25. Se prevé que la recuperación mundial de la capa de ozono estará relacionada principalmente con una disminución del contenido de cloro y bromo, pero otros factores también pueden contribuir a ella. La disminución prevista en la cantidad de cloro y bromo estratosférico en los próximos 50 años podrá culminar en un aumento de la cantidad de columna de ozono total en el mundo, aunque hay diferencias en la tasa prevista del aumento según los diversos modelos. Se prevé que el enfriamiento estratosférico (debido principalmente a los aumentos previstos de dióxido de carbono (CO2) intensificará el aumento futuro del ozono en la estratosfera superior. Sin embargo, una evaluación fiable de este efecto en la columna de ozono total se ve limitada por las incertidumbres la reacción de la estratosfera inferior a estos cambios. Es difícil predecir los cambios en el transporte atmosférico, y su efecto sobre el ozono estratosférico podría ser positivo o negativo. Los aumentos proyectados de metano (CH4) y óxido de nitrógeno (N2O) podrán tener pequeños efectos químicos en la tasa de aumento de la columna de ozono total en los próximos 50 años, pero podrían ser más importantes para mediados del siglo XXI. Los cambios futuros en el ozono de la atmósfera inferior dependen en alto grado de la hipótesis que se adopte para las futuras emisiones de precursores de ozono, pero todas la hipótesis adoptadas en el informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático correspondiente a 2001 llevaron a pronosticar aumentos en el ozono troposférico hasta 2050.

c) Cambios en la radiación ultravioleta

26. Los cambios en la duración y extensión espacial del agujero en el ozono son más importantes para los niveles de radiación ultravioleta de superficie en la Antártida que la concentración mínima anual de ozono. Siguen observándose valores intensificados de radiación ultravioleta en altas latitudes del hemisferio sur de bajo del agujero en el ozono de la Antártida. Típicamente, las dosis máximas biológicamente ponderadas de radiación UV debajo del agujero del ozono no se observan en octubre, cuando ocurre el máximo agotamiento de ozono, sino en noviembre o a principios de diciembre, cuando las elevaciones solares son más altas y aún prevalecen los valores bajos del ozono.

27. Las nuevas mediciones siguen confirmando que las reducciones en las cantidades de columna de ozono contribuyen a aumentar la radiación ultravioleta UV. Los cálculos de radiación UV basados en relaciones con el ozono total y la irradiación total (tomadas de los piranómetros) indican que la radiación UV ha aumentado desde principios del decenio de 1980 de un 6% a un 14% en más de 10 sitios distribuidos en latitudes medias y altas de ambos hemisferios. Estos resultados son acordes con las mediciones de radiación ultravioleta espectral y con estimaciones derivadas de mediciones por satélite. Las complicadas distribuciones espaciales y temporales de las variables predominantes que afectan la radiación ultravioleta en la superficie (por ejemplo, nubes, partículas finas, cubierta de nieve, cubierta de hielo en el mar y ozono total) siguen limitando la capacidad de describir cabalmente la radiación ultravioleta de superficie a escala mundial, ya sea con mediciones o con métodos basados en modelos. Como se observó en la Evaluación anterior los registros de datos sobre radiación ultravioleta espectral de superficie, que comenzaron a principios del decenio de 1990, son aún demasiado escasos y variables como para permitir el cálculo de tendencias a largo plazo (a lo largo de varios decenios) de importancia estadística.

d) La capa de ozono y el cambio climático

28. Se ha corroborado la comprensión del efecto que ejerce el agotamiento del ozono en el cambio climático. En los últimos dos decenios se ha producido un enfriamiento global y medio anual de la estratosfera, que puede atribuirse en gran medida al agotamiento del ozono estratosférico observado y a los aumentos en los gases de efecto invernadero homogéneos y el vapor de agua. Como se ha observado en evaluaciones anteriores, el enfriamiento de la estratosfera inferior culmina en el enfriamiento del sistema climático terrestre. El perfil vertical del agotamiento del ozono en la estratosfera más baja, que constituye un factor importante de la magnitud del forzamiento por radiación, se estima ahora con mayor precisión al cabo de años de observaciones con alteraciones volcánicas reducidas. El agotamiento medio del ozono ha permanecido próximo al de fines del decenio de 1990 en la mayor parte del mundo, y por lo tanto el forzamiento por radiación medio del sistema climático mundialmente recomendado que se sobreentiende en la presente Evaluación, es el mismo que se recomienda en la Evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático correspondiente a 2001. El forzamiento por radiación estratosférico debido a

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disminuciones del ozono desde 1980 contra arresta aproximadamente el 20% del forzamiento positivo debido a los aumentos en las abundancias de gases de efecto invernadero homogéneos en el mismo período.

29. Hay otros cambios atmosféricos que afectan tanto la capa de ozono como el sistema climático. Las observaciones han demostrado que existe un aumento general del vapor de agua estratosférico, el cual actúa tanto en el enfriamiento de la estratosfera inferior como en el agotamiento del ozono mediante interacciones químicas, y contribuye en esa forma a procesos climáticos. Sin embargo, no se han definido cabalmente las tendencias del vapor de agua, ni se entienden sus causas. El metano, el óxido de nitrógeno y el dióxido de carbono son importantes gases de invernadero, y los tres ejercen cierta influencia en el agotamiento del ozono. Además, los efectos del cambio climático (por ejemplo, cambios en la nubosidad) pueden repercutir directamente en la radiación ultravioleta de superficie, positiva y negativamente, con lo que resulta sumamente incierto el pronóstico de la predicción de los cambios a largo plazo de la radiación de superficie derivada de todas las causas.

30. Las nuevas investigaciones han empezado a estudiar la conexión entre el cambio climático y la recuperación de la capa de ozono. Se han presentado varios modelos para estudiar la retroalimentación entre el clima y la capa de ozono, y, como se ha observado anteriormente, han revelado que los cambios pasados en el ozono han contribuido, junto con los gases de invernadero homogeneizados, a un enfriamiento de la estratosfera. Los cambios futuros en los gases de invernadero homogeneizados afectarán la evolución del ozono a través de procesos químicos, de radiación y dinámicos. En este sistema íntimamente conexo, la atribución de funciones es difícil; los estudios continúan, se pronostica que el enfriamiento estratosférico (debido principalmente a los aumentos proyectados de dióxido de carbono) aumentará las cantidades de ozono en la estratosfera superior. Sin embargo, una evaluación fidedigna de estos efectos en la columna de ozono total se ve limitada por las incertidumbres respecto de la acción de la estratosfera inferior a esos cambios.

B. NUEVAS PRUEBAS CIENTÍFICAS E INFORMACIÓN CONEXA

a) Abundancias de halocarbonos

31. Se han actualizado las tendencias de las sustancias que agotan el ozono en la atmósfera, y las tendencias del siglo XX se han deducido del aire aprisionado en la neviza. En el año 2000, las relaciones de mezcla de CFC-11 y CFC-113 en la troposfera disminuyeron más rápidamente que en 1996, y las relaciones de mezcla de CFC-12 siguieron aumentado, pero más lentamente. La rápida caída en la emisión mundial de metilcloroformo ha provocado una disminución exponencial en su relación de mezcla desde 1998; las relaciones de mezcla de este gas en 2000 fueron menos de la mitad del punto máximo que se observó en 1992. La tasa de disminución del metilcloroformo observada durante 2000 era de dos tercios, aproximadamente, de lo que fue en 1996.

32. Sigue disminuyendo el efecto total de los halógenos que agotan el ozono en la atmósfera, según se estima calculando los equivalentes de cloro de las mediciones atmosféricas de gases que contienen cloro y bromo. A mediados de 2000, el cloro orgánico equivalente en la troposfera era inferior en casi un 5% al valor máximo en 1992-1994. La reciente disminución ha sido un poco más lenta que a mediados del decenio de 1990, debido a la influencia reducida del metilcloroformo.

33. Las reducciones considerables en las emisiones de sustancias que agotan el ozono durante el decenio de 1990, según se difiere de las mediciones atmosféricas, son acordes con los controles de producción y consumo del Protocolo de Montreal plenamente enmendado y ajustado. El consumo en los países en desarrollo es ahora un factor importante de las emisiones mundiales. El año 1999 fue el primero en el que se limitó la producción y consumo de una clase de sustancias que agotan el ozono (los CFC) en todas las Partes en el Protocolo de Montreal. Las mediciones atmosférica s son coherentes con las emisiones derivadas de los datos de producción de CFC presentados.

34. El escenario actualizado de estimación óptima para las futuras relaciones de mezcla de halocarbonos, indica que el contenido atmosférico de halógenos volverá a mediados del XXI, a los niveles desde 1980 anteriores al agujero de la capa de ozono de la Antártida, a condición de que continúe la

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adhesión al Protocolo de Montreal plenamente enmendado y ajustado. De una mayor reducción de márgenes de producción en el futuro se derivarán sólo pequeñas mejoras.

35. Se han reducido considerablemente las discrepancias registradas en pasadas evaluaciones entre las observaciones atmosférica s y las expectativas basadas en la producción y emisiones de HCFC-142b sobre las que informara la industria. Esta mejora se deriva de una mejor descripción de las funciones que relacionan las emisiones con el uso en las aplicaciones de espumas.

b) Permanencia de los halocarbonos

36. La permanencia global en la atmósfera del tetracloruro de carbono se calcula en unos 26 años, o sea casi el 25% menos que en la evaluación anterior (1998). Esta permanencia más corta deriva de un sumidero oceánico que se infiere de observaciones amplias de subsaturación de tetracloruro de carbono en aguas oceánica de superficie. Las emisiones que se infieren de las mediciones atmosféricas y esta permanencia en la atmósfera son aproximadamente siete veces superiores a los límites de producción mundial fijados para 2005.

37. La permanencia en la atmósfera del metilcloroformo se ha revisado de 4,8 años a 5 años, sobre la base de nuevas observaciones. Las repercusiones de este cambio en las estimaciones del hidroxilo atmosférico (OH) indican permanencias superiores en la atmósfera hasta en un 5% para los HCFC, los hidrofluorocarbonos (HCF), el metano y todos los demás gases eliminados de la atmósfera por este importante oxidante. Dichos cambios afectan el potencial de calentamiento atmosférico (PCA) y el potencial de agotamiento del ozono (PAO) calculados para los gases mencionados.

c) Metilbromuro, clorometano y halones

38. Los datos atmosféricos que se infieren de los registros del aire del hemisferio sur y el aire de neviza de la Antártida indican que, suponiendo que se hayan producido cambios similares en ambos hemisferios, la suma de bromo orgánico del metilbromuro (CH3Br) y los halones se ha duplicado con creces desde mediados del decenio de 1990.

39. Sigue registrándose un desequilibrio considerable entre las estimaciones de magnitudes de gases primarios y de sumidero respecto del metilbromuro y el clorometano (CH3Cl); los sumideros conocidos superan en importancia a las fuentes de estos dos gases. Se han determinado nuevas fuentes de metilbromuro de distintos cultivos y se han descubierto ecosistemas, y nuevas fuentes de clorometano de plantas tropicales. Estos hallazgos han reducido los desequilibrios en la acumulación de ambos gases.

40. La estimación óptima de la permanencia global del metilbromuro sigue siendo de 0,7 (0,5-0,9) años. Nuevos estudios directamente relacionados con la estimación de los procesos de pérdida de metilbromuro han permitido reducir ligeramente la incertidumbre, pero no indican que pueda revisarse considerablemente esta permanencia. La fracción de las emisiones derivadas del metilbromuro producidos industrialmente sigue siendo la misma de 10% a 40%, sobre la base de la interpretación vigente de las magnitudes de fuentes y sumideros.

d) Compuestos de vida muy corta que agotan el ozono

41. Los gases primarios de vida muy corta naturales y antropogénicos, que contienen bromo y yodo con concentraciones de superficie de unas cuantas partes por billón (ppb) podrían aportar una contribución no insignificante a las acumulaciones actuales de bromo y yodo inorgánicos, dado que las concentraciones estratosféricas de bromo y yodo inorgánicos son aproximadamente de 20 ppb y menos de 1 ppb, respectivamente. El transporte de bromo inorgánico asociado con los gases primarios de bromo de muy corta vida, de la troposfera a la estratosfera, pueden contribuir a la acumulación de bromo inorgánico en la estratosfera.

42. La ruta de transporte más eficiente de las sustancias de muy corta vida y los productos de su degradación de la superficie a la estratosfera pasar por los trópicos. En los trópicos, los tiempos de

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transporte vertical de la capa de contacto a la troposfera superior son breves, y el aire que penetra en la estratosfera a través de la tropopausa tropical puede permanecer en la estratosfera un año o más. Cabe prever que una fracción considerable de las sustancias de muy corta vida emitidas llegue a la tropopausa tropical, que las estimaciones actuales indican que el aire en la base de la capa es reemplazado por convección desde la capa de contacto tropical en una escala de tiempo de 10 a 30 días. Se prevé que sólo un porcentaje limitado del aire en la tropopausa tropical penetre en la estratosfera a través de la tropopausa tropical. En los extratópicos existen otros corredores para la transferencia de sustancias de vida muy corta y sus productos de degradación a la estratosfera inferior extratropical.

43. Las principales dudas en las estimaciones del efecto de los gases primarios de muy corta vida giran en torno a los procesos físicos y dinámicos que transportan estas sustancias a la estratosfera y en la composición química de su productos de degradación. Habida cuenta de la complejidad de la cuestión, los modelos numéricos tridimensionales son las herramientas preferidas para evaluar el potencial de agotamiento del ozono en los gases primarios de permanencia muy corta. Existe una gran incertidumbre respecto del tratamiento de los procesos dinámicos y físicos en dichos modelos.

44. Se utilizaron dos estudios modelo para simular la distribución del bromoformo (CHBr3), suponiendo una fuente oceánica simplificada uniforme en el espacio y en el tiempo. Los resultados indican que la fuente oceánica causa una mezcla media en la superficie de 1,5 ppb de bromoformo, y mantiene aproximadamente 1 ppb de bromo en la estratosfera.. La simulación indica que entre 50% y 75% del bromoformo penetra en la estratosfera en forma de productos inorgánicos de degradación.

45. Se calculó el potencial de agotamiento del ozono a partir de tres distintos estudios de simulación del n-propilbromuro (n-PB, CH3CH2CH2Br). La reacción con hidroxilo (OH) elimina el n-PB, con permanencias fotoquímicas en la troposfera tropical de 10 a 20 días. Los datos de laboratorio, particularmente relativos a la bromoacetona, indican que los productos de la degradación del n-propilbromuro tienen permanencias en la atmósfera inferiores a un par de días. Dos de los tres estudios proporciona valores sólo para el transporte directo del n-PB a la estratosfera. En el tercer estudio se calcularon las contribuciones del transporte directo y el transporte de productos de la degradación a la estratosfera. En el último estudio, los valores del potencial de agotamiento del ozono son de hasta 0,1 para las emisiones tropicales y 0,03 para las emisiones limitadas a las latitudes medias septentrionales. En ambos casos, aproximadamente dos terceras partes del efecto procede del transporte de los productos de degradación a la estratosfera.

46. Los datos de laboratorio sobre la química del yodo han llevado a que se revise a la baja la eficiencia del yodo en el agotamiento del ozono en la estratosfera. El factor de eficiencia estimado y revisado (~150 a 300) sigue siendo superior al del bromo (~45).

e) Ozono polar

Antártida

47. El agotamiento del ozono en la primavera antártica sigue siendo considerable (con valores locales diarios de la columna total de entre un 60% y un 70 % inferior a las condiciones anteriores al agujero en el ozono), con valores mínimos de unas 100 UD (unidades Dobson) que se registran cada año desde principios del decenio de 1990. Estas observaciones reflejan la pérdida de ozono casi completa en un radio de 12 km a 20 km, y no significan que se haya iniciado su recuperación. Este bajo volumen de ozono concuerda con la interpretación corriente de la química y dinámica estratosféricas.

48. Las zona circunscrita por el perfil 220 UD (una medida de la gravedad del agujero del ozono) revela un aumento en los últimos años, de modo que aún no es posible decir que el agujero en la capa de ozono ha llegado a su máximo. Gran parte del cambio parece relacionada con procesos en los márgenes del vértice polar y corresponde a la variabilidad meteorológica y la casi constante carga de halógenos.

49. Las observaciones indican que el vértice polar antártico y el agujero en la capa de ozono relacionado con éste persisten durante más tiempo que en el decenio de 1980. En el último decenio, por lo general el

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vértice se ha dispersado de fines de noviembre a principios de diciembre, en contraste con la dispersión a principios de noviembre durante el decenio de 1980.

50. Las observaciones por satélite y radiosonda revelan que se ha enfriado la estratosfera inferior en la primavera antártica. Durante el período de 1979 a 2000, la tendencia de enfriamiento lineal excedió de 1,5 K por decenio a 70° S. Los estudios de simulación corroboran que la pérdida de ozono es la causa principal del enfriamiento en primavera y la persistencia creciente del vórtice polar antártico. El aumento de los gases de efecto invernadero homogeneizados contribuye al enfriamiento medio anual. Los aumentos en el vapor de agua estratosférico también pueden ser factores.

51. Los modelos de acoplamiento química-clima, que incluyen los efectos combinados de los cambios en los halógenos y los gases de efecto invernadero homogeneizados, reproducen en general tendencias pasadas en la columna de ozono total sobre la Antártida. Estos modelos indican que la columna mínima de ozono ocurre antes de 2010, y que puede preverse una recuperación a los niveles de 1980 a mediados del siglo XXI. La simulación correspondiente a los cambios pasados y futuros se guía principalmente por los cambios en la carga de halógenos estratosféricos, con una recuperación del ozono que ocurriría después del punto máximo de la carga de halógenos.

Ártico

52. Se ha estudiado la magnitud de la pérdida de ozono causada por los halógenos en todos los inviernos árticos del último decenio, con una diversidad de métodos basados en la observación. Hay una concordancia general entre diferentes análisis que cuantifican la pérdida química. En el invierno de 1999/2000, respecto del cual se llevaron a cabo los estudios más completos, la concordancia era superior al 20% en la estratosfera ártica en un radio de alrededor de 20 km.

53. Las cantidades de la columna de ozono total de invierno/primavera en el Ártico siguen revelando una alta variabilidad interanual, que refleja la meteorología variable de la estratosfera en el hemisferio norte. Durante el frío invierno de 1999/2000 estaban presentes bajas cantidades de columna de ozono. Ese año se caracterizó por bajas temperaturas persistentes, una pérdida local de 70% a los 20 km, y pérdidas de columna superiores a 80 UD (~20% a 25%). En los inviernos más cálidos y con más alteraciones de 1998/1999 y 2000/2001, se observó una pérdida de ozono muy pequeña. De los últimos cuatro inviernos árticos, tres han sido cálidos, con escasa pérdida de ozono; seis de los nueve inviernos anteriores fueron fríos, con mayores pérdidas de ozono.

54. En varios inviernos árticos fríos se ha observado en el mes de enero una pérdida química considerable de ozono (~0,5 partes por millón) en la estratosfera inferior, lo que ha contribuido a casi el 25% de la pérdida general de ozono durante el invierno. Las observaciones indican que la pérdida ocurrió exclusivamente en períodos durante los cuáles las masas de aire estuvieron expuestas a la luz solar. No obstante, estas pérdidas de ozono en enero no pueden explicarse del todo con la interpretación vigente de la fotoquímica.

55. Los modelos de acoplamiento química-clima capturan la variabilidad interanual típica de los niveles de ozono en el Ártico. Puesto que las temperaturas en el Ártico se encuentran a menudo cerca del umbral de formación de la nube estratosférica polar, y por ende del inicio de alteraciones en la química, existe una sensibilidad muy marcada a los sesgos en la temperatura simulada de sólo unos cuantos grados Celsius. Esto limita considerablemente la capacidad de los modelos de simular el comportamiento pasado del ozono ártico en invierno, y de predecirlo en el futuro.

56. Varios modelos de acoplamiento química-clima aplicados para esta Evaluación indican que el mínimo del ozono ártico ocurriría en los próximos dos decenios, y que el momento dependerá de las condiciones meteorológicas. Puede preverse nuevamente una baja del ozono, como se ha visto en los últimos años, y la estratosfera ártica será la más vulnerable a otras alteraciones (v.gr. aerosoles de erupciones volcánicas) durante el próximo decenio, aproximadamente. Dichos modelos no permiten predecir cantidades de columna de ozono total en el Ártico similares a las bajas extremas que se vieron en la Antártida (en contraste con las primeras estimaciones más sencillas examinadas en la Evaluación de 1998).

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Estos valores extremadamente bajos requerirían condiciones sin precedentes en casi 40 años de observaciones meteorológicas en el hemisferio norte.

57. Las observaciones por satélite y radiosonda indican que se ha enfriado la estratosfera inferior del Ártico en la primavera. Sin embargo, debido a la gran variabilidad de la primavera ártica, es incierta la magnitud de la tendencia. Durante el período 1979-2000 se ha observado una tendencia lineal de enfriamiento (más de 1,5 K por decenio) a 70° N. Los estudios de simulación indican que el agotamiento de ozono estratosférico ha ejercido una influencia considerable en el enfriamiento de la estratosfera inferior del Ártico en primavera, de 1979 a 2000, pero es difícil determinar el grado de la influencia debido a la gran variabilidad dinámica en esa región.

58. Las observaciones del monóxido de bromo (BrO) en el vórtice ártico en invierno por técnicas de detección in situ y teledetección, concuerdan ampliamente y son coherentes con una acumulación total de bromo de ~20 ± 4 partes por billón. Los estudios de simulación de las variaciones por latitud y estación y diurnas en las abundancias de la columna de BrO concuerdan con las observaciones de varios sitios en tierra, indicando que se interpretan razonablemente bien los procesos que rigen la división del bromo y su acumulación en las regiones polares.

59. Las mediciones de bromo permiten efectuar ahora una evaluación más precisa de la contribución del bromo a la pérdida de ozono polar. Actualmente, la contribución fraccionaria de bromo a la pérdida total de ozono oscila entre el 30% y el 60%, según sea la temperatura y las abundancias de monóxido de cloro (CIO). Considerando la nivelación observada de la resistencia de fuentes de cloro, la influencia del bromo en la pérdida de ozono polar seguirá aumentando en relación con la del cloro, hasta que se inviertan las actuales tendencias ascendentes de los gases primarios de bromo.

60. Se ha observado en varios inviernos fríos una eliminación de compuestos de nitrógeno (desnitrificación) de la estratosfera inferior ártica. En el invierno de 1999/2000 se observó una eliminación de hasta un 70% del nitrógeno reactivo total en algunos niveles de la estratosfera inferior. Las observaciones y los resultados de simulaciones indican que la desnitrificación en la estratosfera inferior ártica en 1999-2000 aumentó la pérdida de ozono hasta en un 30% en 20 kilómetros en la estratosfera inferior durante la primavera.

61. Mejoró considerablemente la comprensión de las causas de la desnitrificación cuando se descubrirse en 1999-2000, en la estratosfera polar inferior del ártico, grandes partículas (con diámetros de 10 a 20 micrómetros) que contenían ácido nítrico. La sedimentación de estas partículas puede explicar la desnitrificación observada en el Ártico, aunque no se conoce a fondo el mecanismo de formación de esta sedimentación. Por consiguiente, la sedimentación de hielo que contiene ácido nítrico disuelto, que en general ha sido el mecanismo que se ha supuesto en los modelos estratosféricos mundiales, no es el mecanismo dominante en el Ártico.

62. Por primera vez se ha medido la composición química de partículas líquidas y sólidas de la nube estratosférica polar. La mayoría de las composiciones medidas concuerdan con los cálculos simulados de partículas líquidas y trióxido de ácido nítrico, que se han venido utilizando en simulaciones estratosféricas durante muchos años. Estas mediciones aumentan la confianza en los tipos de partículas utilizados en los modelos microfísicos, que son fundamentales para las simulaciones de pérdida de ozono polar.

f) Ozono mundial

Columna de ozono total

63. La columna de ozono total media mundial para el período 1997-2001 era inferior en un 3%, aproximadamente, al promedio de 1964-1980. Desde que se iniciaron las observaciones mundiales sistemáticas, la media anual de la columna de ozono total más baja se registró en 1992-1993 (aproximadamente inferior en un 5% a la media anterior a 1980). Estos cambios son evidentes en cada una de las series mundiales de datos de que se dispone.

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64. En los trópicos no se han observado tendencias trascendentes en la columna de ozono total (25° N a 25° S) correspondientes a 1980-2000. Se observa en esta región una variación decenal de la columna de ozono total (con variaciones de máxima a mínima de ~3%), aproximadamente en consonancia con el ciclo solar de 11 años. Las tendencias de la columna de ozono total adquieren importancia estadística en las bandas de latitud de 25° a 35° en ambos hemisferios.

65. Se observan varias diferencias en el comportamiento de la columna de ozono total entre ambos hemisferios:

En promedio, la columna de ozono total en las latitudes medias del hemisferio norte y el hemisferio sur (35º a 60°) en el período 1997-2000 fue de un 3% y un 6% respectivamente, por debajo de su valor medio anterior a 1980.

El carácter estacional de los cambios en la columna de ozono total (1997-2001 respecto del período anterior a 1980) es diferente en los extratrópicos del hemisferio norte y el hemisferio sur. En las latitudes medias del hemisferio norte, las mayores disminuciones de ozono se observan durante el período invierno/primavera (~4%) con disminuciones en verano/otoño de aproximadamente la mitad. En las latitudes medias del hemisferio sur, las disminuciones de ozono a largo plazo muestran una magnitud similar (~6%) durante todas las estaciones.

En la serie cronológica de 1992-1995 se observaron pronunciadas anomalías negativas en las latitudes medias del hemisferio norte en invierno/primavera. No se han visto anomalías similares en las latitudes medias del hemisferio sur.

Durante el período 1985-1986 se registró una reducción súbita del ozono en las latitudes medias del hemisferio sur. No se ha observado una reducción similar en el hemisferio norte.

Distribución vertical del ozono

66. Las tendencias en la curva de distribución del ozono derivadas del Experimento sobre aerosoles y gases estratosféricos (SAGE) por satélite revelan tendencias negativas considerables en las latitudes 60° N a 60° S para altitudes de ~35 km a 50 km (con los extremos cerca de 40 kilómetros). Se observan tendencias máximas decenales de –7% a –8% en el período 1979-2000, en las bandas de latitud de 35º a 60° en ambos hemisferios, sin diferencias interhemisféricas considerables. Estos resultados de la observación por satélite concuerdan con mediciones independientes Umkehr del ozono sobre las latitudes medias del hemisferio norte.

67. Los datos actualizados de SAGE revelan considerables tendencias negativas que se extienden a lo largo de los trópicos en la pequeña cantidad de ozono por encima de los 30 km, una característica que no se había observado en evaluaciones anteriores basadas en registros cronológicos más breves.

68. El agotamiento del ozono observado en la estratosfera superior es coherente con los cambios observados en el cloro antropogénico. Las tendencias de los perfiles vertical y latitudinal en la estratosfera superior se reproducen mediante modelos fotoquímicos, pero la magnitud de los cambios es sensible a las tendencias simultáneas de la temperatura y el metano (CH4).

69. Se dispone de mediciones a largo plazo con ozonosonda a largo plazo principalmente para las latitudes medias del hemisferio norte. En tanto que durante el período 1980-2000 disminuyó continuamente el ozono entre los 20 km y 27 km, el ozono entre 10 km y 20 km disminuyó a principios del decenio de 1990 y en adelante se mantuvo relativamente constante. Este comportamiento es coherente con los cambios observados en la columna de ozono de latitud media en el hemisferio norte.

Componentes del ozono

70. La variabilidad de los aerosoles estratosféricos en los últimos 25 años se ha visto dominada por los efectos de erupciones volcánicas episódicas, con recuperación ulterior. Después de la gran erupción del Monte Pinatubo en 1991, la disminución a un nivel no volcánico continuó por lo menos hasta 1999. Actualmente no hay pruebas de una tendencia en la carga de aerosoles no volcánicos.

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71. Las mediciones de vapor de agua estratosférico en un solo lugar (Boulder, Colorado, Estados Unidos, 40º N) correspondientes al período 1981-2002 revelan un aumento estadísticamente apreciable de 1%/año, aproximadamente, sobre altitudes de 15 kilómetros a 28 kilómetros. Para el período más breve de 1991 a 2001, las mediciones mundiales por satélite sobre latitudes 60º N a 60º S revelan una tendencias similar del 0,6% a 0,8% anual para altitudes ~25 kilómetros a 50 kilómetros, pero ninguna tendencia considerable a altitudes inferiores. Los aumentos en el vapor de agua son considerablemente superiores a lo que puede explicarse por las tendencias del metano troposférico. La caracterización de las tendencias de vapor de agua estratosférico se ve limitada por la falta de mediciones mundiales a largo plazo.

72. Las mediciones de dióxido de nitrógeno (NO2) en la columna estratosférica realizadas desde Lauder, Nueva Zelandia (45º S) correspondientes al período 1981-2000, y Jungfraujoch, Suiza (46º N) correspondientes a 1985-2001, revelan tendencias positivas estadísticamente apreciables de 5% por decenio, aproximadamente. También se han observado disminuciones transitorias después de las erupciones de El Chichón y del Monte Pinatubo, ampliamente simuladas por modelos que incluyen química heterogénea de los sulfatos en aerosol.

Temperatura estratosférica

73. Las observaciones indican que, en un promedio anual y mundial, la estratosfera se ha enfriado en los últimos dos decenios. En la estratosfera inferior, las temperaturas medias mundial y anual correspondientes a fines del decenio de 1990 son inferiores en 1k., aproximadamente, a los valores de fines del decenio de 1970. En los últimos 20 años, se encuentra un considerable enfriamiento medio anual de la estratosfera inferior en latitudes medidas de ambos hemisferios (aproximadamente 0,6K. por decenio), pero no se observan tendencias importantes cerca del ecuador. Las tendencias de la temperatura media anual en la estratosfera superior son mayores, con un enfriamiento uniforme mundial de unos 2K. por decenio cerca de la estratopausa (~50 kilómetros) en el período 1979-1998.

74. Los estudios de simulación indican que los cambios en el ozono, en los gases de invernadero homogenizados y en el vapor de agua estratosférico, pueden explicar las principales características del enfriamiento estratosférico medio mundial y anual observado en los últimos dos decenios. El enfriamiento debido al agotamiento del ozono domina sobre el efecto de los gases de efecto invernadero homogenizados en la estratosfera inferior, mientras que las tendencias de la temperatura de la atmósfera superior obedecen, aproximadamente por partes iguales, a los cambios en el ozono y los gases de efecto invernadero homogenizados.

Atribución de cambios pasados en el ozono

75. Las características vertical, latitudinal y estacional de los cambios en el ozono de latitudes medias son coherentes, a grandes rasgos, con la interpretación de que los halógenos son la causa principal, conforme a conclusiones similares de la Evaluación de 1998.

76. Los modelos de evaluación forzados por cambios observados en los halocarbonos, gases primarios y aerosoles, reproducen en líneas generales los cambios a largo plazo observados en la columna de ozono total de latitud media (35º N a 60º N y 35º S a 60º S) de 1980 a 2000, en el límite de las incertidumbres de las observaciones y el radio de los modelos. Sin embargo, el radio de los resultados de modelos es amplio sobre las latitudes medias del hemisferio sur, lo cual obedece en parte a los tratamientos diferentes que han dado al agujero del ozono en la Antártida. Además, los modelos indican que la contraseña química de la pérdida de ozono después de la gran erupción del volcán Pinatubo a principios del decenio de 1990 debería haber sido simétrica entre los hemisferios, pero las observaciones revelan un grado considerable de asimetría interhemisférica en latitudes medidas.

77. Cada vez existen más pruebas de que los cambios observados en la dinámica atmosférica han tenido una influencia considerable en la columna de ozono de latitud media en el hemisferio norte en escalas cronológicas decenales. La variabilidad natural, los cambios en los gases de efecto invernadero y los cambios en la propia columna de ozono, todo ello puede contribuir a esos cambios dinámicos. Además,

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debido al acoplamiento de los procesos químicos y dinámico, no es posible evaluar aisladamente su contribución a los cambios en el ozono.

Futuros cambios en el ozono

78. Se pronostica que la disminución de la carga de cloro estratosférico en los próximos 50 años culminará en un aumento de la columna de ozono total, aunque existen diferencias en la tasa de aumento entre diferentes modelos bidimensionales de evaluación. Los futuros niveles de ozono también se verán afectados por otras modificaciones en la composición atmosférica y por el cambio climático. Debido a la variabilidad de un año a otro, podría llevar hasta un decenio demostrar una estabilización de la columna de ozono total.

79. Se pronostica que el enfriamiento estratosférico (debido principalmente a aumentos proyectados del dióxido de carbono CO2) y la influencia química de aumentos en el metano estratosférico, intensificarán aumentos futuros de ozono en la estratosfera superior. Sin embargo, una evaluación fiable de estos efectos en la columna de ozono total se ve limitada por las incertidumbres respecto de la reacción a estos cambios en la estratosfera inferior.

80. Se pronostica que los aumentos previstos en el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O) (de las hipótesis del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, 2001) tendrán efectos mínimos sobre la tasa de aumento de la columna de ozono mundial en los próximos 50 años, cuando los cambios en el cloro serán el efecto dominante. En adelante, los cambios en CH4 y N2O serán relativamente más importantes.

g) Radiación ultravioleta

81. La irradiación eritémica anual media, reconstruida de mediciones efectuadas con pirómetro (irradiación total), medición del ozono total y otras mediciones meteorológicas, aumentó de 6% a 14% en los últimos 20 años en varios sitios de latitud media y alta. Los datos recabados mediante pirómetro y otros datos meteorológicos sirven como sustitutos de parámetros distintos del ozono que afectan la radiación ultravioleta (UV). En algunos sitios, aproximadamente la mitad de los cambios son atribuibles al cambio en el ozono total. Estas reconstrucciones no son mediciones de radicación UV, contienen varias hipótesis sobre la naturaleza de la transferencia de radiación, pero no deben considerarse representativas a escala mundial. Se estima que los aumentos de la radiación UV derivados de los datos reconstruidos tomados desde tierra son claros indicadores de los cambios a largo plazo que han ocurrido desde el decenio de 1980.

82. Es patente que los cambios a largo plazo en la radiación UV no son causados únicamente por el ozono, sino también por cambios en la nubosidad, los aerosoles y el albedo de superficie. La importancia relativa de esos factores depende de las condiciones locales. Los resultados de estudios que se han realizado con instrumentos basados en tierra y desde aeronaves, indican que la influencia de los aerosoles troposféricos sobre la radiación UV tal vez sea mayor de lo que se pensaba y afecte extensas superficies del mundo.

83. En varios emplazamientos en Europa, América del Norte y América del Sur, la Antártida y Nueva Zelandia, se han observado con mediciones espectrales aumentos de radiación UV asociados con la reducción del ozono. Siguen registrándose episodios de elevada radiación UV asociada con bajas cantidades de columna de ozono total durante la primavera en latitudes medias y altas.

84. Desde la Evaluación anterior, se han comparado estimaciones por satélite de radiación UV de superficie a partir de los datos del espectrógrafo cartográfico del ozono total (TOMS) con mediciones tomadas desde tierra en varios sitios más. En general, las estimaciones capturan una variabilidad a corto y a largo plazo. Sin embargo, en muchos emplazamientos, las estimaciones son sistemáticamente superiores a las mediciones tomadas desde tierra. Las diferencias en la radiación UV eritémica media mensual oscilan entre 0%, aproximadamente, en algunos emplazamientos limpios, hasta 40% en uno del hemisferio del norte. El hecho de que la concordancia sea mejor en los emplazamientos más limpios indica que posiblemente las diferencias sean causadas por aerosoles y contaminantes casi al nivel del suelo. Los nuevos mapas de radiación UV que incluyen parámetros influyentes adicionales (por ejemplo, nubosidad total y albedo)

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derivados de otros datos obtenidos mediante satélite, cuando se consideran junto con los datos obtenidos mediante el TOMS o el experimento mundial de observación del ozono (GOME), muestran una mejor concordancia con los datos tomados desde tierra.

85. En la Antártida, el agotamiento del ozono ha sido el factor dominante de los aumentos en la radiación UV. Por consiguiente, se prevé que la evolución futura de la radiación UV siga a la recuperación del ozono. Sin embargo, debido a los cambios en otros factores influyentes, como la nubosidad, los aerosoles, el manto de nieve o hielo, es posible que la radiación UV no recupere exactamente los valores anteriores al agujero en la capa de ozono.

86. En otras partes, incluso el Ártico, el efecto de otros factores influyentes sobre la radiación UV puede compararse con el efecto de la reducción del ozono. La gran incertidumbre respecto de futuros cambios en estos otros factores impide hacer un pronóstico seguro de la evolución futura de la radiación UV. Asimismo, se prevé que las tendencias en la nubosidad y el manto de nieve/hielo inducidas por el cambio climático, dependerán de circunstancias estacionales y geográficas, que ocasionarán variaciones en la futura radiación UV en diferentes partes del mundo.

87. Un nuevo análisis de los datos obtenidos mediante el satélite TOMS, respecto de la influencia de los cambios en la nubosidad sobre Europa, ha confirmado que la nubosidad en aumento en algunas regiones encubre parte de los incrementos de radiación UV causados por la disminución de la capa de ozono.

C. CONSECUENCIAS PARA LA FORMULACIÓN DE POLÍTICAS

88. Los resultados de más de tres decenios de investigaciones han permitido llegar gradualmente a una mejor compresión de la interacción entre el ser humano y la capa de ozono. Mediante el proceso de evaluación internacional de la interpretación vigente, se han transmitido a los encargados de formular decisiones los nuevos conocimientos que tienen pertinencia normativa respecto de la función de los gases que agotan la capa de ozono. Los resultados de las investigaciones de la Evaluación científica del agotamiento del ozono: 2002 que se resumen más arriba, constituyen hoy por hoy una aportación científica directa a las decisiones gubernamentales, industriales y normativas relacionadas con la protección de la capa de ozono.

89. El Protocolo de Montreal funciona, y es previsible que la situación del agotamiento de la capa de ozono por sustancias controladas en virtud del Protocolo, empiece a mejorar en el próximo decenio, aproximadamente. Varios indicadores muestran la eficacia del Protocolo. La observaciones mundiales indican que el total de las abundancias efectivas combinadas en la atmósfera inferior (troposfera) de gases destructores del ozono que contienen cloro y bromo alcanzó su valor máximo en el período 1992-1994, y sigue disminuyendo. Asimismo, las observaciones indican que las abundancias estratosféricas de gases destructores del ozono han alcanzado o están por alcanzar su valor máximo. En adelante, si todas las demás influencias permanecen constantes, el ozono estratosférico deberá aumentar; pero la variabilidad del ozono hará difícil detectar el inicio de la recuperación a largo plazo. Por ejemplo, sobre la base del supuesto cumplimiento universal con el Protocolo y sus enmiendas y ajustes, se pronostica que el agujero en la capa de ozono de la Antártida, que se descubrió por primera vez a principios del decenio de 1980, desaparecerá para mediados del presente siglo, siempre y cuando todas las demás influencias permanezcan constantes.

90. La capa de ozono seguirá siendo particularmente vulnerable durante el próximo decenio, aproximadamente, aun en condiciones de cabal cumplimiento. Con las abundancias atmosféricas de sustancias que agotan el ozono en su valor máximo, las perturbaciones antropogénicas se encontrarán en su punto más alto, o en torno al mismo. En relación con las abundancias de 1980 anteriores al agujero en el ozono, las pérdidas de 1997 a 2001 en la columna de ozono total (general) son las siguientes:

Cerca del 4% en las latitudes medias septentrionales en invierno/primavera. Cerca del 2% en las latitudes medias septentrionales en verano/otoño. Y cerca del 6% en las latitudes medias meridionales todo el año.

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Las estimaciones indican que esos cambios en el ozono corresponden a aumentos en la radicación eritémica de superficie de por lo menos 5%, 2% y 7%, respectivamente, si otras influencias, como las nubes, permanecen constantes. En la Antártida, la columna de ozono total mensual en septiembre y octubre ha seguido siendo inferior entre un 40% y un 55% a los valores anteriores al agujero en la capa de ozono, con una disminución local de hasta 70% en períodos de una semana, más o menos. El ozono ártico es sumamente variable. Las estimaciones de las pérdidas acumulativas de las cantidades de columna de ozono total en invierno/primavera en los últimos cuatro años llegan a un 25%. Las estimaciones de aumentos correspondientes en la radiación eritémica de superficie son de 70% a 150%, aproximadamente, en la primavera de la Antártida, con incrementos de hasta 300% para las disminuciones locales de ozono de corta duración. En el invierno/primavera del Ártico, los aumentos calculados correspondientes son de hasta un 40%. Más aún, si hubiera un aumento en la abundancia de partículas estratosféricas derivadas de una gran erupción volcánica como la del Monte Pinatubo en 1991, entonces las pérdidas máximas en la columna de ozono total y los aumentos de la radiación ultravioleta podrían ser mayores. En las condiciones sumamente variables del Ártico, puede preverse un mayor agotamiento si ocurriera un invierno estratosférico ártico tan desusada y persistentemente frío como el invierno/primavera de 1999-2000; en cambio, se prevén volúmenes menores de agotamiento en años particularmente cálidos.

91. Los métodos para acelerar la recuperación de la capa de ozono son limitados. En la presente Evaluación se han hecho estimaciones hipotéticas de los límites superiores de las mejoras que podría lograrse si cesara la producción antropogénica de sustancias que agotan la capa de ozono en 2003, o si cesaran las emisiones antropogénicas mundiales de sustancias que agotan el ozono ese mismo año. Concretamente:

Producción. Respecto de las medidas de control vigentes (Beijing, 1999) y los datos recientes de producción, el contenido efectivo equivalente de cloro estratosférico por encima del nivel de 1980, integrado a partir de 2002 hasta que se vuelva a alcanzar el nivel de 1980 (en 2050, más o menos), podría reducirse en las cantidades siguientes:

5%, si cesara en 2003 la producción de hidroclorofluorocarbono (HCFC). 4%, si cesara en 2003 la producción de clorofluorocarbonos (CFC). 4%, si cesara en 2003 la producción de metilbromuro. 1%, si cesara en 2003 la producción de halones. 0,3%, si cesara en 2003 la producción de metilcloroformo.

Estos porcentajes serían inferiores en un factor de dos, más o menos, si las disminuciones se comparan con el contenido integrado desde 1980, cuando se detectó por primera vez un agotamiento considerable del ozono. Una eliminación hipotética total de la producción antropogénica de todas las sustancias que agotan el ozono adelantaría en unos cuatro años el retorno del contenido estratosférico a los valores anteriores a 1980.

Emisiones. Análogamente, el contenido efectivo equivalente de cloro estratosférico por encima del nivel de 1980, integrado a partir de 2002 hasta que se vuelva a llegar al nivel de 1980 (en 2050, más o menos), podría reducirse en las siguientes cantidades:

11%, si cesaran en 2003 las emisiones de halones. 9%, si cesaran en 2003 las emisiones de clorofluorocarbonos (CFC). 9%, si cesaran en 2003 las emisiones de hidroclorofluorocarbonos (HCFC). 4%, si cesaran en 2003 las emisiones de metilbromuro. 3%, si cesaran en 2003 las emisiones de tetracloruro de carbono. 2%, si cesaran en 2003 las emisiones de metilcloroformo.

Nuevamente, estos porcentajes serían inferiores en un factor de dos, más o menos, si las disminuciones se comparan con el contenido integrado desde 1980, año en que se detectó por primera vez un agotamiento considerable del ozono. Una eliminación hipotética del total de las emisiones derivadas de la producción industrial de todas las sustancias que

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agotan el ozono adelantaría en unos diez años el retorno del contenido estratosférico a los valores anteriores a 1980.

92. Si no se cumple con el Protocolo de Montreal, demorará, o incluso será imposible la recuperación de la capa de ozono. Por ejemplo, la producción constante ininterrumpida de sustancias que agotan el ozono en las cantidades de 1999, probablemente llevaría la recuperación de la capa de ozono más allá del año 2100. La abundancia atmosférica total de gases que agotan el ozono se reducirá a las cantidades anteriores al agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, solamente con la adhesión cabal a las disposiciones del Protocolo de Montreal relativas a la producción de sustancias que agotan la capa de ozono.

93. La estimación de los efectos de sustancias de vida muy corta sobre el agotamiento de la capa de ozono exige nuevos métodos y, como lo pidieran las Partes, en la presente Evaluación se describe un nuevo método científico. El concepto tradicional de un potencial de agotamiento del ozono (PAO) monovalente no es aplicable directamente a estas sustancias de vida muy corta que agotan el ozono, porque sus efectos sobre la capa de ozono dependerá de la estación y de la ubicación de sus emisiones. Estos efectos tendrán que evaluarse en cada caso por separado, teniendo en cuenta el volumen, la época y el lugar de emisión. Dichas estimaciones pueden ampliar los conocimientos relativos a la contribución estratosférica de las emisiones naturales de estas sustancias de vida muy corta (por ejemplo, el bromoformo) y hacer una aportación científica a las decisiones relacionadas con su producción/usos industriales (por ejemplo, el n-propilbromuro).

94. Los temas del agotamiento del ozono y el cambio climático están relacionados entre si. El fenómeno del agotamiento del ozono y el fenómeno del calentamiento de la atmósfera por el efecto invernadero tienen en común muchos procesos químicos y físicos. Por ejemplo, a medida que las abundancias atmosféricas de los CFC disminuyen en virtud de las disposiciones del Protocolo de Montreal, se reducirá su contribución al calentamiento debido al efecto invernadero. Por otra parte, el uso de hidrofluorocarbonos (HFC) y HCFC como sustitutos de los CFC, haría que aumentaran las contribuciones de estos nuevos compuestos al calentamiento por el efecto invernadero. Por cierto, las observaciones mundiales de muchos HFC y HCFC, así como del fluoruro de hidrógeno, confirman que estas contribuciones van en aumento. Otros ejemplos: las posibles decisiones relativas al metano, el óxido nítrico y el dióxido de carbono derivadas de su contribución al efecto invernadero, también tendrán efectos directos e indirectos sobre el ozono estratosférico. Y, debido a que el agotamiento del ozono ocasiona el enfriamiento del sistema climático, la recuperación de la capa de ozono en los próximos decenios contribuirá al calentamiento del sistema climático.

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III. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN DE EFECTOS AMBIENTALES

A. VARIACIÓN DEL OZONO Y DE LA RADIACIÓN UV

95. Persiste el agotamiento del ozono atmosférico. Las pérdidas de ozono en la región antártica han seguido siendo similares, una primavera tras otra, en los últimos años. En el Ártico, las pérdidas pueden ser sustanciales, pero solamente en los inviernos en que las temperaturas estratosféricas se reducen hasta situarse por debajo de un umbral crítico. Fuera de las regiones polares, las pérdidas de ozono son menos graves. En relación con 1980, las pérdidas del total del ozono en 1997-2000 son de alrededor del 6% en latitudes medidas meridionales, considerando la totalidad del año. En latitudes medias septentrionales las pérdidas son de alrededor del 4% en la estación invierno/primavera y del 2% en la estación verano/otoño. En las regiones tropicales la columna de ozono no ha sufrido una variación considerable. A escala mundial la pérdida media anual del ozono es de aproximadamente 3%. Esos cambios son congruentes, en términos amplios, con los cálculos basados en modelos.

96. Aunque las mediciones de UV basadas en tierra siguen mejorando en cuanto a calidad, cantidad y disponibilidad, aún no se dispone de evaluaciones de ese género a escala mundial. La compleja distribución espacial y temporal de las variables predominantes que afectan a la radiación ultravioleta a nivel superficial (por ejemplo nubes, partículas finas en suspensión, capa de nieve, capa de hielo en el mar y ozono total) siguen limitando la capacidad de describir cabalmente la radiación ultravioleta de superficie a escala mundial, a través de mediciones o de métodos basados en modelos..

97. Los registros de datos sobre radiación ultravioleta espectral de superficie, que comenzaron a principios del decenio de 1990, son aún demasiado escasos y variables como para permitir el cálculo de tendencias a largo plazo (es decir a lo largo de varios decenios) de importancia estadística. No obstante en unos pocos sitios se han observado incrementos a largo plazo de los niveles máximos de radiación UV, y los incrementos medidos son congruentes con los cálculos de los modelos. Se han logrado avances en cuanto a la deducción de niveles históricos de radiación UV mediante la utilización de medidas de ozono realizadas desde satélites, en conjunción con medidas del total de la radiación solar, obtenida a través de amplias redes meteorológicas.

98. Se han observado efectos a largo plazo de la radiación UV a partir de la variación de la capa de nubes y la capa de nieve. En dos de los tres sitios ubicados en Canadá los incrementos de la radiación UV-B fueron de la magnitud prevista en virtud de la concentración del ozono estratosférico ocurrida, en tanto que en otro sitio la tendencia de la radiación UV-B fue mucho mayor, debido a las variaciones adicionales a largo plazo de la capa de nieve y de las nubes. Esto indica interrelaciones potencialmente complejas entre variación climática y radiación UV-B. La reflectancia de las nubes, medida por satélites, muestra un incremento a largo plazo en algunas regiones (por ejemplo en la Antártida), que tendería a reducir la radiación UV-B. En otras regiones (por ejemplo en los trópicos) la capa de nubes se ha reducido. Los modelos aún no explican satisfactoriamente esas variaciones de la capa de nubes. Futuras modificaciones de la capa de nubes y de la calidad del aire troposférico (en especial en lo referente a los aerosoles) pueden modificar considerablemente la exposición a la radiación UV experimentada en la superficie de la Tierra.

99. Los aerosoles antropogénicos cumplen un papel importante en la atenuación de la radiación UV anteriormente supuesta. Las comparaciones entre la radiación UV medida en la superficie de la Tierra y los datos satelitales indican que las estimaciones satelitales son excesivas en los lugares contaminados, por lo cual los aerosoles son más importantes de lo que anteriormente se creía. Los efectos de la contaminación proveniente de zonas urbanas e industriales pueden extenderse a lo largo de amplias zonas geográficas. Episodios de quema de biomasa que contribuyen a incrementar la presencia de partículas que influyen sobre la composición de los gases, pueden reducir la radiación UV-B en la superficie de la Tierra y en la troposfera.

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100. La futura variación de los gases de efecto invernadero homogeneizados afectará a la futura evolución del ozono en virtud de procesos químicos, de radiación y dinámicos. En este sistema de intenso acoplamiento de factores resulta difícil evaluar la importancia relativa de los mismos, por lo cual prosiguen los estudios. Se prevé que el enfriamiento estratosférico (atribuible principalmente a incrementos previstos del dióxido de carbono) aumente los volúmenes de ozono en la capa superior de la estratosfera. No obstante, la posibilidad de evaluar en forma confiable esos efectos sobre la columna de ozono total se ve limitada por incertidumbres en cuanto a la respuesta de la capa inferior de la estratosfera frente a esos cambios.

B. SALUD

101. Nuevos estudios siguen confirmando los efectos desfavorables de la radiación UV-B en los ojos, la piel y el sistema inmunológico. Aunque no se han detectado nuevos efectos sobre la salud, se ha logrado comprender con mucho mejor claridad el mecanismo de acción de dicha radiación, con la consiguiente reducción de la incertidumbre de las predicciones referentes a las consecuencias sobre la salud del agotamiento del ozono.

102. Los resultados de los estudios de los efectos oculares de la radiación UV refuerzan la tesis de la asociación entre la exposición a los radiación UV-B y la aparición de cataratas corticales vinculadas con la edad. Nuevos estudios epidemiológicos confirman la influencia de la radiación UV en la formación de cataratas corticales, y estudios realizados en varios modelos de animales señalan categóricamente la influencia de la radiación UV-B como causa principal de esa afección.

103. Se han creado nuevos modelos animales referentes a melanomas cutáneos y carcinoma de las células basales inducidos por UV. Esos modelos están siendo utilizados para determinar en qué medida la radiación UV causa la aparición de esos cánceres cutáneos, o contribuye a los mismos. Un hecho interesante es que la inducción del melanoma en un modelo de ratón transgénico sólo se produjo cuando los animales fueron expuestos a la radiación UV en una etapa temprana de su vida. Se obtuvieron resultados similares en un modelo de zarigüeya. Estas conclusiones respaldan los estudios epidemiológicos en que se señala que la exposición a la radiación UV en una etapa temprana de la vida es un importante factor de riesgo para la ulterior aparición de melanomas. En ambos modelos, la radiación UV-B, y no la radiación UV-A, parece ser el factor más importante de inducción de melanomas.

104. Se han identificado genes y sendas bioquímicas específicas en las células que contribuyen a la aparición del cáncer de piel. Esos estudios nos permiten comprender mejor la influencia de la radiación UV en la inducción del cáncer de piel, y con el tiempo pueden hacer posible la identificación de las personas que tienen mayor riesgo de cánceres de la piel inducidos por la radiación UV.

105. Nuevos estudios indican que es posible reducir, mediante determinadas intervenciones, la aparición del cáncer de piel. El uso regular de lociones protectoras a los rayos solares redujo la incidencia de cánceres de células escamosas en adultos, y la aplicación de enzimas reparadoras del ADN en la piel de personas con susceptibilidad genética al cáncer de piel redujo la aparición de lesiones precancerosas.

106. Las investigaciones sobre los efectos inmunológicos de la radiación UV siguen permitiéndonos conocer mejor los mecanismos a través de los cuales la radiación UV reduce la función inmunitaria. No obstante, subsisten muchas preguntas con respecto a la importancia de esos efectos en cuanto a las alergias, las enfermedades autoinmunitarias, las vacunaciones y los cánceres de órganos internos.

107. Los estudios de enfermedades infecciosas realizados en modelos de animales brindan pruebas concluyentes de que la radiación UV-B puede incrementar la incidencia, la gravedad y la duración de diversas enfermedades. Algunos de esos efectos son sutiles, por lo cual será difícil detectarlos en estudios epidemiológicos de enfermedades infecciosas en poblaciones humanas. No obstante, siguen acumulándose pruebas que sugieren asociaciones entre exposición a la luz solar y disminución de la eficacia de la vacunación y exacerbación de las enfermedades infecciosas, especialmente las causadas por virus de herpes (llagas de fiebre y herpes zoster).

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108. La eliminación gradual de productos químicos que agotan la capa de ozono y el metilbromuro, puede determinar un mayor uso de otros plaguicidas y el número de los mismos. En los lugares en que esas sustancias químicas están adecuadamente reguladas, se prevé la reducción de los riesgos para la salud adicionales. En cambio en los lugares en que los controles son laxos, cabe temer que su mayor utilización provoque riesgos adicionales para la salud.

109. Es probable que la interrelación entre el cambio climático mundial y el agotamiento del ozono influya sobre el riesgo de que la radiación UV-B provoque efectos desfavorables para la salud. Esta influencia podría ser positiva o negativa, y por lo tanto determinar estimaciones menos precisas de los efectos sanitarios. El aumento de la temperatura, por ejemplo, podría aumentar la incidencia del cáncer de piel, pero también podría alterar el comportamiento, al reducir el número de horas de permanencia al aire libre. La variación del cambio climático también puede ampliar el período de agotamiento del ozono, lo que incrementaría aún más la incidencia del cáncer de piel. La variación de la distribución geográfica del uso de plaguicidas provocada por el cambio climático podría suscitar efectos sanitarios desfavorables en algunas regiones, y reducirlos en otras. Análogamente, la variación en la distribución geográfica de los vectores que alojan agentes infecciosos, aunada al deterioro del sistema inmunológico, podría suscitar un mayor efecto, en cuanto a las enfermedades infecciosas, del que cabe prever considerando exclusivamente la disminución del ozono.

C. ECOSISTEMAS TERRESTRES

110. La interrelación de la radiación ultravioleta con otros factores del cambio climático mundial puede afectar a muchos procesos de ecosistemas. Entre los procesos de esos sistemas y atributos que pueden ser modificados cabe mencionar la producción de biomasa vegetal, el consumo de plantas por los herbívoros, incluidos los insectos, la incidencia de enfermedades de plantas y animales y la abundancia y la composición de especies. En esos y otros estudios se requieren experimentos a largo plazo.

111. Se ha utilizado un metaanálisis, con información cuantitativa y estadística, para determinar en qué medida las investigaciones globales permiten prever tendencias y resultados comunes de diferentes especies de plantas a partir de experimentos realizados a la intemperie utilizando sistemas de lámparas UV. Este análisis demostró que de los atributos fisiológicos y morfológicos, la significación global de una elevada radiación UV-B fue el que determinó la disminución de la altura de las plantas y de la superficie de las hojas, el aumento de los compuestos fenólicos y en algunos casos la reducción de masa de los brotes.

112. Los hongos y bacterias expuestos a la luz solar pueden sufrir daños directos en virtud del aumento de la radiación UV-B. A través de esa radiación es posible modificar la composición de especies y la biodiversidad de las bacterias y hongos que crecen en plantas. Es posible incrementar o reducir la biodiversidad. En el caso de los agentes patógenos, elevadas radiaciones UV-B pueden incrementar o reducir la gravedad de enfermedades contraídas por las plantas.

113. La exposición de plantas a una radiación UV-B más intensa puede provocar la alteración de la intensidad de las enfermedades y de la presencia de herbívoros. La radiación UV-B suele reducir la intensidad de insectos herbívoros, lo que probablemente obedece a la modificación química de los tejidos de las plantas; por ejemplo la alteración de la composición química de los fenoles. La influencia de la radiación UV-B sobre el ataque patógeno experimentado por las plantas puede alterar la composición química de las plantas huéspedes y suscitar efectos directos sobre los agentes patógenos. Esto puede incrementar o reducir los ataques de esos agentes en diferentes especies de plantas.

114. El aumento del CO2 puede reducir las más intensas respuestas comunes de las plantas frente al aumento de la radiación UV-B. Cuando el aumento de la radiación UV-B reduce el crecimiento de las plantas (altura, superficie de las hojas y en algunos casos masa de los brotes), el incremento del CO2 contrarresta en muchos casos esas reducciones.

115. La limitación del agua puede hacer menos sensibles a algunas plantas al aumento de la radiación UV-B. Las plantas que experimentan tensiones provocadas por sequías –especialmente las de uso

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agrícola—suelen responder en menor medida al aumento de la radiación UV-B. Las plantas provenientes de determinados entornos, como los matorrales del Mediterráneo, pueden ser más tolerantes a la tensión provocada por la sequía si están expuestas a mayores radiaciones UV-B.

116. Los efectos de la radiación UV-B en cuanto a la reducción del crecimiento de las plantas suelen verse acompañados por mayores daños para el ADN. La radiación UV-B puede afectar a varias macromoléculas clave, como los ácidos nucleicos, las proteínas y los lípidos. Los mecanismos que median en la inhibición del crecimiento por parte de la UV-B en condiciones naturales son aún poco conocidos. No obstante, las pruebas correlativas indican que el daño sufrido por el ADN puede cumplir un papel importante.

117. El aumento de la temperatura puede promover la reparación del daño provocado al ADN por la radiación UV-B, aunque la combinación de temperaturas extremas y aumento de la radiación UV-B puede causar resultados imprevistos. Los daños al ADN se reparan más eficazmente si no se ven limitados por las bajas temperaturas. Por lo tanto, en ciertas circunstancias se promueve la reparación a través del calentamiento, lo que puede atenuar los efectos inhibitorios de la radiación UV-B en el crecimiento de las plantas. Algunas reacciones a temperaturas extremas se verán modificadas, por vías imprevistas, a través del aumento de la radiación UV-B; por ejemplo, existen pruebas de un considerable incremento de la sensibilidad a las heladas de algunas especies de brezos de la región subártica. Es necesario realizar investigaciones adicionales en esta esfera en relación con las tendencias del cambio climático.

D. ECOSISTEMAS ACUÁTICOS

118. Recientes resultados siguen confirmando el consenso general de que la radiación UV solar afecta negativamente a los organismos acuáticos. Se ha demostrado que la exposición a la radiación UV del fitoplancton, las huevas y larvas de pescados, el zooplancton y los consumidores primarios y secundarios suscita una menor productividad, dificultades para la reproducción y el desarrollo y un aumento del coeficiente de mutación. La disminución de la productividad de la biomasa relacionada con la radiación UV-B repercute en todos los niveles de la red alimentaria, lo que posiblemente determina la disminución de la producción de alimentos para los seres humanos, la reducción de la capacidad de depósito de dióxido de carbono en la atmósfera, así como la variación de la composición de las especies y la integridad de los ecosistemas.

119. Es a nivel de los ecosistemas que se interrelacionan las evaluaciones de la variación antropogénica del clima y los efectos relacionados con la radiación UV, y es allí en que pueden suscitarse efectos antagónicos y sinérgicos. Recientes estudios han demostrado que esas modificaciones pueden debilitar la resistencia de los ecosistemas. En algunos ecosistemas acuáticos el surgimiento de capullos primaverales de fitoplancton y la proliferación de invertebrados y vertebrados coincide con un extraordinario deterioro del ozono, así como la variación de varios parámetros relacionados con el clima.

120. Los ecosistemas polares son especialmente sensibles al cambio, porque el umbral entre congelación y descongelación impone límites críticos a ulteriores respuestas ambientales como la temperatura del aire y el agua, la oportunidad, amplitud y duración de la capa de hielo y de nieve; la variación del albedo superficial; la variación de las concentraciones de materias orgánicas disueltas coloreadas (MODC) en la columna de agua, y el nivel de radiación solar y la intensidad de su penetración. Esos cambios, que pueden ser orientados por la variabilidad climática, pueden ser más importantes que el agotamiento del ozono para los niveles de exposición a la radiación UV-B y el equilibrio espectral entre radiación UV-B y radiación visible.

121. La radiación UV solar que penetra en las capas superiores de la columna de agua afecta pronunciadamente al zooplancton, así como a las etapas larvarias de los consumidores primarios y secundarios. El efecto de la radiación UV solar se ve fuertemente modificado por otros factores ambientales, como la variabilidad de la capa de nubes, la temperatura del agua, las sombras mutuas de los capullos de algas y la profundidad de la capa de mezcla. Aunque las causas principales de la disminución de

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la población de peces y crustáceos son la predación y el insuficiente acervo de alimentos para las larvas, una pesca excesiva de adultos, aunada al aumento de la temperatura del agua, la contaminación y las enfermedades y la exposición a una mayor radiación UV-B, puede contribuir a esa disminución. En el caso de los anfibios, la reducción inducida por el clima de la profundidad del agua en los lugares en que se depositan los huevos ha causado gran mortalidad de embriones, debido al aumento de la exposición a la radiación UV-B solar y la consiguiente vulnerabilidad ante infecciones.

122. Además del aumento de la radiación UV-B solar, los ecosistemas acuáticos enfrentan otros factores ambientales de tensión, incluido el aumento del aporte de nutrientes, la contaminación, la acidificación y el cambio climático mundial. A su vez el cambio climático puede provocar la variación de la temperatura y el nivel del mar, la modificación del momento en que se produce la capa de hielo marino y la amplitud de la misma, la variación de la salinidad y la alteración de la estratificación de la columna de agua, así como el clima del oleaje y la circulación oceánica. Esos efectos pueden estar vinculados con intensos mecanismos de retroalimentación, que aún no se conocen completamente. Es probable que las complicadas variaciones consiguientes influyan considerablemente en el ámbito espacial y en el temporal.

E. CICLOS BIOGEOQUÍMICOS

123. El calentamiento mundial y el aumento de la radiación UV-B se interrelacionan, afectando así a una gama de procesos biogeoquímicos. En tierra, el calentamiento incrementa la actividad microbiana, la sucesión de ciclos de nutrientes y las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de suelos, en tanto que el incremento de la radiación UV-B puede retardar o acelerar esos procesos. En los sistemas acuáticos, el calentamiento también incrementa la actividad microbiana. La exposición de organismos a la radiación UV-B se ve ampliada por el aumento de la estratificación del agua y la modificación de la mezcla de aguas superficiales, factores vinculados con el cambio climático mundial.

124. La interrelación entre la radiación UV-B y el aumento de la temperatura oceánica afecta a las emisiones de azufre que influyen sobre el equilibrio entre la radiación entrante y saliente en la atmósfera marina. El aumento de la transferencia de azufre del océano a la atmósfera está vinculado con la variación de la mezcla de capas superficiales oceánicas, inducida por el calentamiento mundial, el aumento de la exposición a la radiación UV-B y la inhibición, provocada por esa radiación, del crecimiento bacteriano. Las emisiones de azufre oceánicas pueden influir sobre las características de las nubes, lo que a su vez puede afectar a la radiación en la atmósfera marina.

125. Hay nuevas pruebas de que la radiación UV acelera la descomposición de la materia orgánica coloreada arrastrada desde tierra al océano. Anteriormente se creía que la materia orgánica proveniente de tierra se perdía principalmente por oxidación biológica y al ser enterrada en zonas costeras de alta sedimentación. Ahora se sabe que la radiación UV cumple un papel cardinal en su eliminación.

126. La radiación UV-B influye sobre el intercambio de oligogases entre sistemas terrestres y la atmósfera. Investigaciones adicionales sobre la producción de monóxido de carbono inducido por la radiación UV proveniente de materia de plantas muertas en ecosistemas terrestres indica un considerable aporte mundial anual de monóxido de carbono a la atmósfera, proveniente de esta fuente. Se ha observado producción de óxido de nitrógeno inducida por la radiación UV en acumulaciones de nieve ubicadas en diversos sitios de Groenlandia, la Antártida, Canadá y la región septentrional de Estados Unidos. Las emisiones de monóxido de carbono y óxido de nitrógeno provocadas por la radiación UV pueden cambiar las concentraciones locales de ozono troposférico.

127. Importantes componentes del ciclo terrestre del nitrógeno son sensibles al aumento de la radiación UV-B. En la región ártica septentrional, en que la falta de nitrógeno limita gravemente el crecimiento de las plantas, se retrasó la fijación de nitrógeno por parte de algas verde-azuladas de vida libre al aumentar la radiación UV-B. La potencial fijación de nitrógeno por parte de algas simbióticas en una especie de líquenes de la región subártica también se redujo a largo plazo. Además, el aumento de la radiación UV-B incrementó el nitrógeno inmovilizado por las bacterias del suelo en la región subártica, reduciendo así la disponibilidad de nitrógeno para la producción de plantas.

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128. El aumento de la radiación UV-B acelera la descomposición de materia orgánica disuelta coloreada (MODC) que ingresa en el mar en virtud de arrastres terrestres, lo que suscita importantes efectos en cuanto a la dinámica del ciclo del carbono oceánico. La variación inducida por la radiación UV en la absorción de luz visible por parte de MODC puede ir en desmedro de la exactitud de las estimaciones de productividad oceánica costera basadas en la detección remota del color de los océanos.

129. En la biosfera terrestre se han identificado varias fuentes importantes de sustancias halogenadas que agotan el ozono y explican déficit en los presupuestos mundiales. Los cálculos de los presupuestos atmosféricos mundiales de metilbromuro y metilcloruro indican la presencia de grandes fuentes no tenidas en cuenta. Recientes datos experimentales indican que las emisiones naturales de esos gases a partir de ecosistemas terrestres, especialmente bañados salinos, representan una parte considerable de esas fuentes. Las emisiones parecen obedecer a un proceso activo intensamente vinculado con altos niveles de incidencia diurna. El metilcloruro y el metilbromuro participan en los procesos de agotamiento del ozono.

F. CALIDAD DEL AIRE

130. El agotamiento del ozono estratosférico influye poderosamente sobre las tendencias del ozono troposférico, pero esa influencia es menor que la de las emisiones antropogénicas en zonas contaminadas del aire. Los estudios basados en modelos y experimentales indican que los impactos del agotamiento del ozono estratosférico en el ozono troposférico son diferentes en diferentes altitudes y para diferentes regímenes químicos. Sólo cabría esperar un efecto mensurable sobre las concentraciones en regiones en que las emisiones locales efectúen contribuciones de menor escala. La distribución vertical de NOx, así como la emisión de carbonos orgánicos volátiles y la abundancia de vapor de agua son factores que influyen de manera importante.

131. Se consideran mínimos los riesgos provenientes de los efectos sobre los seres humanos y el medio ambiente del ácido trifluoroacético (TFA) y el ácido clorodifluoroacético (CDFA) producido por la degradación atmosférica de los HCFC y los HFC. El TFA ha sido medido en la lluvia y en ríos, lagos y océanos, que son el sumidero final de esos compuestos y otros compuestos conexos. Se han identificado fuentes antropogénicas de TFA diferentes de la degradación de HCFC y HFC.

132. Las interrelaciones entre el agotamiento del ozono y el cambio climático influirán sobre la concentración del radical hidroxilo (OH) troposférico, que es el agente de “limpieza” de la troposfera. El agotamiento del ozono estratosférico provoca el incremento de la concentración del radical OH en la troposfera. El incremento de la concentración de gases tales como los compuestos orgánicos volátiles operará como depósito de OH en la troposfera. Los aerosoles también pueden determinar la reducción de la radiación UV-B en algunas circunstancias, con la consiguiente reducción del OH. También influirán las variaciones de la nubosidad y la temperatura. Todos esos factores pueden sufrir la influencia del cambio climático. La variación neta de la calidad y la composición química del aire en la troposfera dependerá del equilibrio entre esos efectos.

133. La variación del contenido de aerosoles de la atmósfera atribuible al calentamiento mundial puede afectar los coeficientes de fotólisis del ozono y por lo tanto reducir las concentraciones de ozono en la troposfera. Los estudios basados en modelos y de campo muestran que cabe esperar una reducción del coeficiente de fotólisis del ozono y de la producción de ozono en la troposfera en presencia de un aumento de los aerosoles absorbentes en la troposfera.

G. MATERIALES

134. Es probable que el cambio climático modifique los coeficientes de degradación de materiales naturales y sintéticos inducida por la radiación UV. En regiones del mundo con altos niveles de radiación UV-B, el aumento de la temperatura ambiente contribuirá considerablemente al aumento de la degradación de materiales, inducida por la luz. Así ocurre especialmente con los plásticos y maderas usadas en la construcción de edificios. El aumento de la humedad también puede suscitar un efecto similar en algunos materiales cuando se aúna a altos niveles de radiación UV, especialmente a altas temperaturas ambientes.

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135. Están surgiendo nuevas variedades de plásticos para fabricación de objetos dotados de mejores propiedades, que también pueden estabilizarse eficazmente con los fotoestabilizadores existentes. Recientes mejoras en los catalizadores han conducido al descubrimiento de plásticos metalocenos (polietilenos y polipropilenos) con propiedades mejoradas, incluida una resistencia a la radiación UV levemente mayor que la de variedades convencionales. Se ha comprobado que los fotoestabilizadores convencionales comúnmente usados también son eficaces para estabilizar esas variedades de termoplásticos.

136. Datos recientes indican mejoras sinérgicas en la eficacia de los fotoestabilizadores cuando se utilizan mezclas de estabilizadores HALS convencionales en plásticos. Los estabilizadores de luz amino-bloqueadores (HALS) se utilizan comúnmente como fotoestabilizadores con plásticos comunes. Se ha informado recientemente que mezclas de dos o más de esos estabilizadores dan resultados aún mejores como fotoestabilizadores de plásticos. La eficacia de los fotoestabilizadores es cada vez más importante para reducir al mínimo el costo de estabilización de formulaciones de plásticos contra los daños causados por radiación UV y contra el cambio climático.

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IV. RESUMEN EJECUTIVO DEL INFORME DEL GRUPO DE EVALUACIÓN TECNOLÓGICA Y ECONÓMICA

A. INTRODUCCIÓN

137. A partir de la Evaluación de 1998 del Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica (GETE), ha habido gran número de avances técnicos, la orientación de muchos de los cuales hubiera sido imposible prever en 1998. Los refrigerantes de hidrocarburos están captando una mayor proporción del mercado, y se comercializa CO2 en algunos subsectores de refrigeración, incluidos los calentadores de agua con bombas de calor, y se propone utilizarlos en sistemas de aire acondicionado de vehículos. Se están introduciendo HFC recientemente disponibles en algunos sectores de espumas, pero el precio y los criterios de uso responsable limitan la introducción a aplicaciones específicas en que se necesitan. Puede llegar a haber grandes volúmenes de SDO para su destrucción; se están realizando esfuerzos importantes en Australia, Canadá, Europa y Japón.

138. Los Comités de Opciones Técnicas del Grupo—sobre aerosoles, sobre IDM, sobre usos varios y CTC, sobre espumas (COTE), sobre halones (COTH), sobre el metilbromuro (COTMB), sobre refrigeración y AA (COTR) y sobre solventes (COTS)-- han emitido sendos Informes de Evaluación correspondientes a 2002. Los resúmenes ejecutivos de esos informes constituyen el cuerpo del Informe de Evaluación del GETE de 2002, y sus Extractos de Resúmenes Ejecutivos constituyen el Resumen Ejecutivo del Informe de Evaluación del GETE de 2002.

139. En el año 2002, equipos de tareas separados dependientes del GETE han dado a conocer sus conclusiones, que forman parte del Informe de Situación del GETE, publicado en abril de 2002. En especial, las conclusiones del Equipo de Tareas sobre recolección, recuperación y almacenaje (ETRRA) están interrelacionadas con los resultados dados a conocer por los diferentes COT en sus Informes de Evaluación de 2002. Se consideró tan importante el resumen de esas conclusiones como para incluirlo en el Informe de Evaluación del GETE de 2002.

140. En cada sección se ha adoptado la siguiente estructura:

Situación actual; lo logrado Lo que queda por lograr La manera de avanzar.

Esta estructura no se aplica al Resumen Ejecutivo del Informe del ETRRA.

B. COT SOBRE AEROSOLES, ESTERILIZANTES, USOS VARIOS Y CTC

a) IDM para el tratamiento del asma y de COPD

Situación actual

141. El asma y las COPD han seguido siendo afecciones comunes, y su prevalencia va en aumento en todo el mundo. Se están superando las barreras técnicas a los IDM sin CFC. Se dispone, en todo el mundo, de una gama cada vez mayor de alternativas, incluidos los IDM sin CFC y los IPS. En 2001 cada uno de los tres tipos de inhaladores, es decir, 1) los IDM que contienen CFC; 2) los IDM sin CFC, y 3) los IPS, había captado un tercio del mercado en la Unión Europea.

Lo que queda por lograr

142. Las 7.000 toneladas PAO restantes de CFC utilizadas anualmente en IDM para el tratamiento del asma/COPD pueden ser eliminadas por etapas. Es difícil prever el cronograma, pero el mismo depende:

De la disponibilidad de alternativas económicamente asequibles De la adopción y eficacia de las estrategias de transición de las Partes.

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La manera de avanzar

143. Las Partes podrían agilizar su período de transición recogiendo datos sobre la disponibilidad local de alternativas. No obstante, ello no basta para llevar a su término la transición, por lo cual se requieren eficaces estrategias a esos efectos. Algunas Partes que no son del Artículo 5 (1) han elaborado estrategias de transición a los efectos de la eliminación gradual de la producción de IDM con CFC. A noviembre de 2002, diez Partes [de 43 que no son del Artículo 5 (1)] presentaron estrategias de transición a la Secretaría del Ozono.

b) Aerosoles, esterilizantes y usos varios

Situación actual

144. En los últimos cuatro años tuvo lugar un considerable proceso de eliminación gradual de aerosoles de CFC que no son IDM. Entre 1997 (14.700 toneladas PAO) y 2001 (4.300 toneladas PAO) el consumo de CFC se redujo un 71% en las Partes del Artículo 5 (1) y en PET.

145. El uso de CFC con fines de esterilización fue objeto de un proceso de eliminación gradual en la mayoría de las Partes que no son del Artículo 5 (1). Se han elaborado muchas alternativas.

146. La mayor parte de los usos varios fueron siendo eliminados por etapas; subsisten algunos usos de laboratorio, en virtud de una exención mundial, de la cual, sin embargo, quedaron excluidos tres usos (realización de pruebas de aceite, grasas e hidrocarburos totales de petróleo en agua; ensayo de alquitrán en materiales para pavimentación de carreteras y estudio forense de huellas dactilares).

Lo que queda por lograr

147. Es posible eliminar totalmente, por etapas, los aerosoles que no son IDM. Existen dificultades, como la disponibilidad de propelentes de aerosoles que contienen hidrocarburos, la conversión de los usuarios de pequeña escala de CFC y la conversión de aerosoles farmacéuticos que no son IDM.

148. Subsisten alrededor de 500 toneladas PAO de CFC, que se utilizan anualmente como esterilizadores en algunas Partes del Artículo 5 (1) y en algunas Partes que son PET.

149. Con respecto a los usos varios, se utilizan alrededor de 1.000 toneladas PAO de CFC en la expansión del tabaco en China y 1.500 toneladas PAO de CFC y CTC a escala mundial para usos de laboratorio y otros usos varios.

La manera de avanzar

150. A los efectos de una completa eliminación gradual de los CFC restantes para uso en aerosoles que no son IDM se requieren medidas específicas de las autoridades gubernamentales o encargadas del ozono, y puede requerirse asistencia técnica y financiera.

151. Los esterilizadores constituyen equipos costosos, que se requieren para dispensar asistencia de la salud de buena calidad. Se dispone de sustitutos de uso inmediato a un costo más elevado, razón por la cual puede requerirse asistencia financiera en los países del Artículo 5 (1).

152. En China se prevé la eliminación gradual del uso de CFC para la expansión del tabaco, proceso que terminaría a más tardar en 2007. La continuación de su utilización para aplicaciones de laboratorio y análisis en el contexto de la exención mundial requiere que todas las Partes adopten los sistemas de empaque y suministro de informes especificados en la exención. Se requerirán sistemas de otorgamiento de licencias para el manejo de los suministros de SDO en el sector de laboratorio y análisis.

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c) Tetracloruro de carbono

Situación actual

153. La principal fuente de emisiones atmosféricas de CTC consiste en las instalaciones manufactureras que lo utilizan como materia prima para producir CFC. A través del cierre de plantas se ha logrado recientemente una considerable reducción, y se prevé que el proceso continúe en el futuro.

Lo que queda por lograr

154. Se estiman en 220 toneladas PAO por año las emisiones de CTC provenientes de usos como agentes de procesos en Partes que no son del Artículo 5 (1), pero es muy difícil estimar las emisiones en las Partes del Artículo 5 (1). En estas últimas existen distintas aplicaciones de CTC, aunque no se sabe a ciencia cierta qué volumen puede atribuirse a la producción de CFC, materia prima para la industria química, usos como agente de procesos y otras aplicaciones, como la de los solventes; se requieren datos adicionales sobre consumo y emisión. Por ahora no se conoce la escala de la producción no intencional de CFC en otros procesos de producción química en los países del Artículo 5 (1) ni en los restantes países.

La manera de avanzar

155. Las Partes del Protocolo de Montreal deben prestar especial atención a las emisiones provenientes de insumos y de usos como agentes de procesos en las Partes del Artículo 5 (1). Será preciso lograr una estrecha colaboración entre el Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica y el Grupo de Evaluación Científica, a fin de estimar mejor las emisiones involuntarias y examinar con mayor detenimiento sus consecuencias.

C. COT SOBRE ESPUMAS RÍGIDAS Y FLEXIBLES

Situación actual

156. La eliminación gradual de SDO en el sector de las espumas ha obligado a dicho sector a introducir innovaciones a un ritmo sin precedentes. La primera transición de tecnología, a principios de la década de los noventa, condujo a la introducción de sustancias de transición, como los HCFC, así como al uso creciente de hidrocarburos y otras sustancias que no son SDO. Esta etapa de la transición aún ha concluido en los países del Artículo 5 (1). Al mismo tiempo, los países que no son del Artículo 5 (1) procuran eliminar paulatinamente los HCFC de transición. En consecuencia, se está centrando la atención en las tecnologías emergentes basadas en HFC y en una optimización y uso mayores de tecnologías de hidrocarburos y CO2, cuyo mercado sigue creciendo en varios subsectores.

157. En gran medida se ha completado el proceso de eliminación gradual del uso de CFC en el sector de las espumas flexibles de poliuretano en gran medida ha terminado, inclusive en los países del Artículo 5 (1), aunque algunos procesos discontinuos siguen planteando problemas. En el sector de las espumas flexibles existen pocos usos para las tecnologías de transición.

158. En el sector de las aplicaciones de espumas rígidas de poliuretano, se da la tendencia a una transición a hidrocarburos en una sola etapa. La excepción es el mercado de Estados Unidos y Canadá, en que, en los próximos meses, probablemente se pase a una utilización más considerable de HFC, ya que en Estados Unidos se aplica un proceso de eliminación gradual del HCFC-141b. El uso de CFC ha sido objeto de una eliminación gradual casi completa de los mercados de espumas para la construcción, aunque las transiciones que llevan a desechar los HCFC resultan difíciles tratándose de productos más pequeños, aplicados in situ, como la espuma en aspersores.

159. El uso de CFC en espumas ha sido reducido más del 90% desde su máximo de 1988, y el uso de HCFC también va disminuyendo en relación con su máximo de 2000. Por primera vez el impacto del agotamiento del ozono provocado por el nuevo consumo de cada clase de agente espumante—si y cuando se emiten—ha sido de magnitud similar.

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Lo que queda por lograr

160. Los agentes espumantes de HFC líquidos han sido introducidos comercialmente y se está realizando una labor tendiente a definir criterios de uso responsable a la luz del considerable potencial de calentamiento mundial que entrañan esos materiales. No obstante, los HFC pueden usarse en forma responsable en muchas aplicaciones cuando ofrecen beneficios adicionales en cuanto a eficiencia energética o son especialmente seguros para productos o procesos.

161. Además, siendo necesario hacer frente a la difícil situación de las empresas de pequeña y mediana escala (PYMES). La situación más grave es la de los países que no son del Artículo 5 (1), que no reciben asistencia para la transición. No obstante, aun en los países del Artículo 5 (1) existe la continua preocupación de que la futura existencia de alternativas esté retrasando el proceso de eliminación paulatina de CFC, problema que afecta, en especial, a las plantas en que el uso de tecnologías de transición está condicionado a la eficacia de costos.

162. Al disminuir el consumo anual de SDO, se centra la atención en pasar a una gestión de emisiones provenientes de fuentes de liberación retardada, como las espumas de celdas cerradas. Tanto Japón como Europa ya han tomado medidas relacionadas con la recuperación de recursos y la destrucción de SDO de aplicaciones. No obstante, es probable que la recuperación de SDO de edificios plantee dificultades mayores y sea más costosa. Este puede ser un incentivo mayor a adoptar alternativas de HC o CO2 o a modificar en mayor medida la práctica de construcción de modo de facilitar la recuperación. El avance que se logre en esta esfera también será beneficioso para la nueva generación de tecnologías de espumas.

La manera de avanzar

163. En relación con las PYMES, y especialmente con los usuarios de pequeños volúmenes, no existen soluciones económicamente factibles a menos que se superen las consecuencias financieras de las inversiones. En muchos sectores de fabricación de espumas, los agentes espumantes alternativos son los hidrocarburos, que son menos costosos que los agentes espumantes de HFC pero requieren costosas inversiones para cumplir los requisitos de seguridad. Una solución podría consistir en mecanismos de préstamos exentos de intereses, inclusive en los países que no son del Artículo 5 (1), en que el costo de la inversión se reembolsa mediante economías en gastos de agentes espumantes. No obstante, aún no se han considerado sistemas de ese género.

164. En los próximos años, la factibilidad técnica y económica de la recuperación de agentes espumantes de la espuma al final de la vida útil continuará siendo un ámbito de considerables estudios. Los requisitos del Protocolo de Montreal y la mayor parte de los procedimientos nacionales de aplicación ofrecen escasos incentivos económicos. No obstante, la recuperación y la destrucción serían económicas si también se otorgara crédito para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, además de los beneficios directos para la capa de ozono. Los sistemas regulatorios o de comercialización tendrían que reclasificar la destrucción de SDO para suscitar los incentivos económicos necesarios.

D. COT SOBRE HALONES

Situación actual

165. Los extinguidores de incendios de halones han dejado de ser necesarios prácticamente en todas las nuevas instalaciones, con las posibles excepciones de las nacelas de motores y los compartimientos de cargas de aeronaves comerciales y los compartimientos para la tripulación de los vehículos de combate. El muy alto costo de sustitución de muchos sistemas de halones existentes con sustitutos u otros mecanismos de protección para incendios siguen siendo el principal impedimento a la eliminación del continuo uso de los halones.

166. Aunque existen potenciales alternativas para las nacelas de los motores y los compartimentos de carga de las aeronaves comerciales, es lamentable tener que informar que aún persiste el proceso de diseño y certificación de nuevos fuselajes, en que los extinguidores de incendios requeridos se basan en halones,

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debido a los requisitos regulatorios. Puede ser conveniente que las Partes consideren la posibilidad de solicitar a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que actúe, con el COTH del GETE como órgano de coordinación, a los efectos de la elaboración de un plan de acción oportuno para eliminar los requisitos referentes a los halones en los nuevos fuselajes. Puede ser conveniente que participen en esa labor las entidades de certificación de fuselajes y los fabricantes de los mismos.

Lo que queda por lograr

167. Algunas Partes han sancionado reglamentos que disponen que se ponga fuera de circulación los sistemas de halones y que se destruyan los halones de esos sistemas. Aunque la mayor parte de las existencias del halón 1211 y parte de de las del halón 1301 no tendrán que atender futuras necesidades, esas medidas requieren una cuidadosa planificación, para mantener disponibles existencias de halón 1301 para satisfacer futuras necesidades esenciales de las Partes del Artículo 5 (1) y de las Partes no comprendidas en dicho artículo. Los usuarios que tienen necesidades vitales de halones deben considerar la posibilidad de organizar un suministro seguro, individualmente o en asociación con otros usuarios del mismo género. Es probable que en el marco de esa labor deban obtenerse los halones adicionales necesarios para satisfacer sus futuras necesidades y ampliarse las instalaciones de almacenaje seguras existentes o construirse nuevas, para lo cual deberían adoptarse las medidas de prevención y control de pérdidas que sean necesarias.

La manera de avanzar

168. Una alternativa a la creación de grandes existencias de halones consistiría en la adopción de una decisión que permita a las Partes obtener créditos por los halones destruidos o convertidos mediante tecnologías aprobadas por las Partes. Esos créditos podrían ser utilizados para posibles futuros usos críticos que se aprueben (el Artículo 1, párrafo 5, leído en conjunción con el Artículo 7, permite asignar créditos para producción. No obstante, como las medidas de control son anuales, el crédito se da en el año de la destrucción y no en el de uso futuro). Ese mecanismo sería un incentivo a recoger y destruir halones; sería un disuasivo a las emisiones de bancos de halones que tengan más material del necesario, y podrían ayudar a superar la reluctancia a reconvertir las aplicaciones existentes resultantes del exceso de existencias de halones corrientes. Una estrategia más audaz, basada en el mercado, para alcanzar esos objetivos, podría consistir en negociar por canje créditos obtenidos en virtud de la destrucción de halones y permitir que esos créditos se utilicen para usos esenciales o críticos de otras SDO.

169. El COTH invitará al GETE y sus otros COT a considerar las posibles ventajas e inconvenientes de ese enfoque para otros sectores que utilizan SDO. En 2003, los Comités de Opciones Técnicas sobre Halones examinarán con mayor detenimiento alternativas de reducción de las emisiones de halones.

E. COT SOBRE METILBROMURO

Situación actual

170. Según se informa, en 1998 la producción de MB para usos controlados fue de 62.757 toneladas métricas; la cifra se redujo a por lo menos 49.566 y 46.055 toneladas en 1999 y 2000, respectivamente. Los países que no son del Artículo 5 (1) redujeron el consumo controlado de MB alrededor del 56% en relación con la línea de base de 1991, en anticipación de los requisitos del Protocolo. El consumo controlado de MB de los países del Artículo 5 (1) aumentó de alrededor de 8.460 toneladas en 1991 a alrededor de 17.600 toneladas en 1998. Sobre la base de datos de la Secretaría del Ozono dados a conocer hasta ahora, el consumo de MB de los países del Artículo 5 (1) se redujo a alrededor de 16.440 toneladas en 2000. Entre 1998 y 2000, el consumo nacional de MB bajó más del 20% en algunos países del Artículo 5 (1).

171. La disminución del consumo mundial total de MB se atribuye en gran medida a la reducción de la fumigación del suelo, que ha sido lograda principalmente mediante la adopción de estrategias de transición, como la sustitución de MB utilizados solos con mezclas de MB/cloropicrina, y en menor medida mediante la adopción de alternativas, principalmente mezclas fumigantes alternativas y sistemas de cultivo que requieren una menor extensión de suelo. Las alternativas adoptadas para productos básicos duraderos y tratamientos

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estructurales son principalmente fumigaciones con fosfina y, en situaciones específicas, tratamientos de calor.

172. A diciembre de 2002 el Fondo Multilateral (FM) había aprobado un total de 232 proyectos de MB en más de 63 países, incluidos 44 proyectos de demostración para evaluación y adaptación de alternativas, 38 proyectos para eliminación gradual de MB y otros 150 proyectos referentes a intercambio de información, concienciación, elaboración de políticas y preparación de proyectos. Actividades adicionales de sustitución de MB han sido financiadas directamente por países del Artículo 5 (1) y/o productores agropecuarios, mediante asistencia técnica y con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

173. Con dos excepciones (el control de la raíz de ginseng y la estabilización de dátiles frescos de alta humedad), los proyectos de demostración completados correspondientes a todos los lugares del Artículo 5 (1) y a todos los cultivos o situaciones sometidos a pruebas permitieron identificar una o más alternativas similares al MB por su eficacia para el control de plagas y enfermedades tomadas como objetivo. En muchos casos, técnicas combinadas han dado resultados más eficaces que las técnicas individuales, especialmente cuando forman parte de un programa de gestión integrada de plagas (GIP).

174. Los proyectos realizados en países del Artículo 5 (1) han demostrado que es posible adoptar con éxito una gama de alternativas similar a la de los países que no son del Artículo 5 (1). Las diferencias de costos y disponibilidad de recursos pueden llevar a los países del Artículo 5 (1) a optar por alternativas diferentes a las de los países que no son del Artículo 5 (1). Los proyectos de demostración ponen de manifiesto la factibilidad de introducir las alternativas puestas a prueba en los países del Artículo 5 (1) que logren adaptarse dentro de un plazo de dos a tres años, en algunos casos inclusive mediante el registro de productos de plaguicidas.

175. Recientemente se han comercializado sistemas de recuperación de metilbromuro basados en la absorción de carbono activado. A ello han dado impulso reglamentos locales sobre calidad del aire para la protección de trabajadores y de la comunidad en general. La recuperación de MB probablemente no será utilizada por ahora en forma significativa en establecimientos rurales. En la práctica es probable que las posibilidades de recuperación de MB después de las fumigaciones se limite a los tratamientos realizados en lugares cerrados, es decir en contextos de fumigación en espacios limitados, especialmente relacionados con actividades de CPE, de productos básicos, estructuras y transporte, con la consiguiente destrucción del MB recuperado.

Lo que queda por lograr

176. El COTMB podría no encontrar alternativas técnicas existentes para alrededor de 3.200 toneladas métricas de MB por año utilizadas para tratamientos que no son de CPE. Esto implica que existen alternativas para más del 93% del consumo de MB del año 2000, excluidas las actividades de CPE. No obstante, algunas de esas alternativas pueden no estar disponibles en la práctica, en virtud de diversas restricciones, especialmente falta de registro del uso del cultivo o producto alimenticio que haya de ser tratado. Ahora debe realizarse un esfuerzo significativo tendiente a registrar y aplicar esas alternativas y utilizarlas en forma óptima. Algunos países han registrado en los últimos años algunas alternativas y algunos países que son consumidores de grandes volúmenes están considerando la posibilidad de registrar determinadas alternativas. Cabe la posibilidad de que se realicen nuevos registros de uso antes de la eliminación por etapas, en 2005, en algunos países que no son del Artículo 5 (1).

177. Con respecto a la Decisión IX/5(1e), la experiencia en materia de proyectos de demostración e inversiones recogida hasta la fecha, como la respaldada por el Fondo Multilateral, indica que es posible superar las numerosas barreras técnicas, climáticas, sociales y económicas a las alternativas de MB presentes en diversas regiones del Artículo 5 (1). Sigue causando preocupación el problema de la disponibilidad comercial de determinadas alternativas referentes a algunas aplicaciones en países del Artículo 5 (1).

178. Es esencial, para lograr éxito, adaptar las alternativas al entorno de cultivo específico y a las condiciones locales de determinados países del Artículo 5 (1). Por ejemplo, materiales locales como fibra de coco y cáscara de arroz han permitido adaptar sistemas de sustratos que normalmente habrían requerido

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especialización técnica y materiales cuya producción implica exigencias técnicas (por ejemplo lana de roca) de los que no exista amplia disponibilidad en países del Artículo 5 (1).

La manera de avanzar

179. El MB, solo o en mezclas con cloropicrina, sigue usándose para desinfección de suelos antes de los plantíos, para realizar la gestión de la gama de complejos de cultivos y agentes patógenos mencionados en el Informe de 1998. Entre los principales cultivos para los que sigue utilizándose ampliamente MB en algunas regiones figuran cucurbitáceas, pimientos, tomates, frutas perennes y cultivos de vides, plantas ornamentales, frutillas y césped. El MB puede usarse también para la producción de material de propagación de plantas forestales, cultivos frutales y vides, frutillas, plantas ornamentales y tabaco.

180. Aunque con posterioridad a la publicación del Informe de 1998 se lograron avances considerables en cuanto a la creación de alternativas al MB, la complejidad de los problemas de los agentes patógenos del suelo y de las malezas, en diferentes países, así como la diversidad de ambientes agrícolas obligan a seguir elaborando y adaptando métodos no químicos y químicos. Se requerirán inversiones adicionales en investigación y transferencia de tecnología para aplicar eficazmente sistemas alternativos de gestión de plagas en todos los países.

181. El GETE informó anteriormente que el uso en aplicaciones de CPE va en aumento en algunos países, y según sus estimaciones aproximadamente el 22% del MB consumido se utilizó para tratamientos de CPE. Tras la Decisión XI/13, el COTMB informará, inter alia, sobre la factibilidad de alternativas en 2003. El COTMB mencionó más de 300 ejemplos de alternativas al MB aprobadas para tratamiento de cuarentena de productos perecederos y más de 70 aprobados como tratamiento de CPE para productos básicos duraderos. Existen posibilidades de desarrollo ulterior de alternativas en el ámbito de las actividades de CPE.

182. Sobre la base de todo el MB recuperable al 70%, la adaptación de equipos de recuperación y destrucción al tratamiento de productos básicos en CPE podría impedir el ingreso a la atmósfera de alrededor de 7.000 toneladas métricas de emisiones de MB. Los proyectos de MB, existentes y previstos, presumiblemente conducirán a la eliminación por etapas de 10.000 toneladas de MB antes de 2008, aproximadamente, en los países del Artículo 5 (1).

F. COT SOBRE REFRIGERACIÓN, AA y BOMBAS DE CALOR

Situación actual

183. En la última década, el sector de la refrigeración, el aire acondicionado y las bombas de calor lograron enormes avances técnicos y cumplieron el Protocolo de Montreal a través de la eliminación gradual de CFC y, en varias aplicaciones, también de HCFC. Los sectores del aire acondicionado móvil y de la refrigeración doméstica han sustituido, rápidamente, el CFC-12 por refrigerantes de sustancias que no son SDO. Otras aplicaciones, como los enfriadores y la refrigeración comercial, han sustituido CFC por HCFC y HFC u otros fluidos.

184. La obligación de ir eliminando los CFC y, ulteriormente, otras SDO, junto con las consideración de programas de reducción de consecuencias en cuanto a calentamiento mundial, han suscitado transiciones sin precedentes. Las diferencias de cronogramas y selección de opciones entre distintos países se han visto afectadas por reglamentos regionales y nacionales. A continuación se resumen las principales soluciones referentes a nuevos equipos, por aplicaciones:

Refrigeración doméstica: HFC-134ª e isobutano (HC-600ª). Refrigeración comercial: HCFC-22 y principalmente R-404ª en sistemas de supermercados,

HC en algunas unidades autocontenidas, así como en algunos sistemas indirectos, y, en pequeña medida, dióxido de carbono (R-744).

Refrigeración industrial: Amoníaco (R-717), HCFC, HFC y, en cierta medida, dióxido de carbono para baja temperatura.

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Refrigeración de transporte: HFC para la mayor parte de las aplicaciones. Equipo de aire acondicionado estacionario: HCFC-22 (en alrededor del 90% de los

equipos); el resto utiliza los HFC producidos actualmente y combinaciones de HFC y, en menor medida HC.

Enfriadores: HCFC (principalmente HCFC-22 en enfriadores pequeños y HCFC-123 en enfriadores centrífugos), HFC (principalmente HFC-134ª y, en equipos más pequeños, también combinaciones), y mucho menos comúnmente amoníaco y HC.

Calentadores de agua de bomba de calor: HCFC-22, HFC-134ª, propano (HC-290), R-410ª, y, en alguna medida, dióxido de carbono.

Aire acondicionado móvil: HFC-134ª prácticamente para todos los vehículos nuevos (se trata del sistema mundial preferido).

185. Las soluciones que anteceden se están aplicando también en países del Artículo 5 (1), en tanto que en varios sectores la conversión no es completa; sin embargo el número de conversiones sigue aumentando sostenidamente. Existe cierta cantidad de nuevos equipos fabricados con CFC, también en refrigeración doméstica, pero especialmente en refrigeración comercial y de transporte.

Lo que queda por lograr

186. A nivel mundial, una considerable proporción de equipo de refrigeración instalado sigue utilizando CFC e HCFC. En consecuencia, la demanda de servicio de los equipos de ese género sigue siendo alta. La demanda de refrigerantes para esas necesidades de servicios en el mejor de los casos es reducida al mínimo por servicio preventivo, contención, reconversión, recuperación y reciclaje. La recuperación de equipos que se sacan de servicio o se desguazan, no sólo en el caso de refrigeradores, representa un tema importante, que recibe creciente atención ahora que el consumo de SDO en países que no son del Artículo 5 (1) ha sido restringida a usos esenciales. El primer paso, para abordar los temas de conservación de refrigerantes arriba mencionado consiste en la capacitación de instaladores y técnicos en servicio, así como certificación y reglamentación. Los países en que los programas han dado adecuados resultados poseen reglamentos generales que preceptúan la recuperación y el reciclaje.

La manera de avanzar

187. La actual evolución se centra en un creciente uso de HFC, y en opciones en que no se utilizan los fluorocarbonos arriba mencionados en la mayor parte de los sectores, haciéndose hincapié en la optimización de la eficiencia de sistemas (COP) y la reducción de emisiones de refrigerantes de alto PCA. Un alto grado de contención se aplica a todas las futuras aplicaciones de refrigerantes, para reducir sus repercusiones sobre el clima o por razones de seguridad. En todo el mundo se están realizando actividades adicionales de investigación y desarrollo para i) mejorar el estado de desarrollo y la calidad de los equipos en que se utilizan las actuales alternativas, y ii) investigar el potencial de otras soluciones a largo plazo, en especie y de otro género, procurando reducir el impacto ambiental, incluida una mayor eficiencia energética y mejores características en cuanto a seguridad.

G. COT SOBRE SOLVENTES, REVESTIMIENTOS Y ADHESIVOS

Situación actual

188. Los logros del Comité de Opciones Técnicas sobre Solventes, Revestimientos y Adhesivos (COTS) han consolidado aún más su labor anterior; al mismo tiempo se han examinado nuevas tendencias en cuanto a tecnologías de reemplazo, evolución del mercado, toxicología de solventes, etc. El COTS ha evaluado, en especial, el potencial de mercado para el n-propilbromuro, a la luz de la preocupación que suscita el agotamiento del ozono y los impactos sobre la salud a que da lugar la exposición de los seres humanos. También ha prestado especial atención a las necesidades específicas de los países del Artículo 5 (1). En los países que no son del Artículo 5 (1) se ha logrado una eliminación por etapas casi completa del uso de solventes controlados de los Anexos A, B y C, Grupo III. Subsisten unos pocos casos en que los usuarios recurren a materiales acumulados o reciclados, pero esas existencias deben agotarse en el futuro próximo. Se ha requerido una muy pequeña proporción de solventes de SDO para unas pocas Exenciones para Usos

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Esenciales concedidas por las Partes. El COTS cree que las emisiones imprevistas de 1,1,1-tricloroetano medidas en Europa probablemente provienen de vertederos en que puedan haberse arrojado tambores de solventes usados hace muchos años. Además el HCFC-141b está siendo objeto de un acelerado proceso de eliminación gradual en la Unión Europea y en Estados Unidos. Las subsidiarias y los proveedores de compañías multinacionales que operan en países del Artículo 5 (1) han terminado hace largo tiempo sus respectivos procesos de eliminación gradual y el FM ha completado unos pocos grandes proyectos de solventes. No obstante, son muy pocos los proyectos completados con pequeñas y medianas empresas (PYMES) y pequeños y medianos usuarios (PYMUS), que consumen menos de cinco toneladas PAO de solventes. Hay muchos miles de usuarios de ese género, a los que corresponde una gran proporción del uso restante.

Lo que queda por lograr

189. Es mucho lo que queda por lograr en el sector de los solventes. Persisten los esfuerzos tendientes a eliminar gradualmente los solventes de SDO en países del Artículo 5 (1), y especialmente en pequeños y medianos usuarios (PYMUS). En especial existe preocupación por el uso, en algunos países, de tetracloruro de carbono (CTC) para aplicaciones de solventes por parte de empresas de grandes y pequeñas dimensiones. Actualmente los Organismos de Ejecución están elaborando unos pocos proyectos importantes de CTC, pero ellos representan apenas una fracción del total del consumo. Otro obstáculo identificado es el de la importación ilegal, mayormente en países del Artículo 5 (1) que ya han sancionado leyes restrictivas. A ellos puede corresponder una considerable proporción de las cantidades de línea de base en algunos casos y, por supuesto, no son objeto de informes. Estos y otros factores pueden hacer que el consumo mundial total de solventes DO sea considerablemente mayor del que figura en los informes.

La manera de avanzar

190. Desacelerar la eliminación gradual de la producción e importación de solventes del Anexo A y del Anexo B suscitará dificultades y costos mayores que los actuales. Ello causará inevitables problemas, especialmente para las muy numerosas PYMES. El COTS está elaborando una estructura de correo electrónico y uso de Internet que permitirá a las Unidades Nacionales del Ozono (UNO) obtener gratuitamente información técnica detallada que hará posible una rápida respuesta en cada subsector. Este informe es el primer paso de un proceso de utilización de capítulos independientes, subsectoriales, que puedan traducirse fácilmente a otros idiomas, cada uno de ellos con direcciones de correo electrónico y la posibilidad de consultar a expertos. El COTS tiene también que ocuparse del uso creciente de solventes con HCFC-141b en países del Artículo 5 (1), en algunos casos como sustitutos de solventes que no son DO. No existen barreras técnicas para poner en marcha de inmediato un proceso de eliminación total del uso de solventes con CTC, CFC-113, 1,1,1-tricloroetano y HCFC-141b en casi todas las aplicaciones.

H. EQUIPO DE TAREAS SOBRE RECOLECCIÓN, RECLAMO Y ALMACENAJE

191. El Equipo de Tareas sobre Recolección, Reclamo y Almacenaje (ETRRA) evaluó modalidades de uso, las emisiones conexas y otros aspectos de la recolección y el almacenaje de SDO de todos los sectores de uso pertinentes. En la evaluación se tienen en cuenta las diferentes situaciones existentes en las Partes del Artículo 5 (1) en que se realiza la producción correspondiente a las Partes del Artículo 5 (1) (bajo “Necesidades Básicas Internas”) y la situación de las Partes que no son del Artículo 5 (1), algunas de las cuales siguen fabricando esos productos. El Informe del ETRRA también contiene una reseña de existencias de SDO y de su gestión en los diferentes sectores, y en él se ofrecen primeras estimaciones de modalidades históricas y actuales de emisiones de los diferentes sectores de uso.

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a) Tipos de emisiones

192. Pueden emitirse SDO en diversas etapas del ciclo de producción, distribución, uso y eliminación. En las estimaciones sobre emisiones correspondientes a determinado año es preciso tener en cuenta emisiones anteriores de SDO recientemente ‘consumidas’, así como emisiones retardadas de SDO utilizadas históricamente. Esto obedece a que las emisiones de países desarrollados y en desarrollo proseguirán durante muchos años tras la culminación del proceso de eliminación gradual de la producción de SDO.

193. Como en el Informe del ETRRA se examina la gestión de SDO actualmente utilizadas, en él se establecen categorías de sectores basadas en perfiles de emisiones. Los solventes, los productos de aerosoles (incluidos IDM), el metilbromuro y espumas flexibles emiten SDO poco después del uso inicial y durante un período relativamente breve. El informe denomina “tempranas” a esas emisiones. Los equipos de refrigeración y aire acondicionado y los equipos de espumas rígidas y halones emiten pequeñas cantidades de SDO durante muy prolongados períodos posteriores al uso inicial. El marco cronológico en que esos usos dan lugar a emisiones de SDO oscila entre años y décadas. En el informe esas emisiones se denominan “retrasadas”.

194. El ETRRA se ocupó principalmente de los usos referentes a emisiones retrasadas, ya que se trata de usos a los que corresponden las mayores existencias de SDO, y porque son los que ofrecen las mayores posibilidades de destruir o reciclar grandes cantidades de SDO.

195. En cuanto a las emisiones tempranas, se hace hincapié en los usos esenciales de las Partes que no son del Artículo 5 (1) y en el uso actual y/o reciente en Partes del Artículo 5 (1). En lo que corresponde a las emisiones retrasadas, se hace hincapié en las existencias de SDO suscitadas por actividades sostenidas en países que no son del Artículo 5 (1) y en las crecientes existencias presentes en las mismas aplicaciones en Partes del Artículo 5 (1).

b) Factibilidad técnica de recolección, recuperación y almacenaje

196. Es técnicamente factible recoger y recuperar todas las SDO que se mantienen en existencias. En los equipos de refrigeración y halones las SDO ya se retienen en contenedores de fácil acceso. En otras aplicaciones, las SDO pueden encontrarse en lugares de mucho más difícil acceso (por ejemplo aislamiento con espuma rígida en cavidades de paredes).

197. En muchas aplicaciones de espumas rígidas, incluidas las contenidas en refrigeradores, los pasos de recuperación y destrucción pueden combinarse y puede concluirse que reviste mayor eficacia de costos incinerar directamente un producto que contenga SDO que extraer la SDO para su ulterior destrucción.

198. Es técnicamente factible recuperar, para su destrucción, el metilbromuro utilizado como fumigación posterior a la cosecha, estructural o de medios de transporte (que representa alrededor del 26 % de los usos actuales de metilbromuro, incluidos los de CPE). El exceso de metilbromuro puede adsorberse y luego tratarse directamente a los efectos de su destrucción química mediante incineración.

c) Existencias y posibilidades de recolección

199. Se sabe desde hace tiempo que las existencias de SDO almacenadas en aplicaciones de emisiones retrasadas son sustanciales. Esta evaluación ha permitido cuantificar mejor esos volúmenes. Inevitablemente, la evaluación implicó una combinación de utilización de modelos ‘de arriba abajo’ y ‘de abajo arriba’ e irá siendo perfeccionada continuamente a medida que surja más información.

Se estima que en 2002 los equipos de refrigeración contenían entre 350.000 y 400.000 toneladas PAO de CFC.

Según se prevé, en el año 2010 1,25 millones de toneladas PAO de CFC-11 se mantendrán en espumas instaladas, correspondiendo la mayor parte a países que no son delArtículo 5 (1).

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UNEP/OzL.Pro/WG.1/23/3

En el año 2002, 450.000 toneladas PAO de halón 1301 y 330.000 toneladas PAO de halón 1211 están instaladas en equipo de lucha contra incendios.

200. No obstante, es importante reconocer que no habrá acceso a todo este material a los efectos de su recolección y recuperación, ya que primeramente será necesario ponerlo fuera de servicio cuando cese de ser necesario por haber concluido su ciclo vital. Se estima en alrededor de 9.000 toneladas PAO la cantidad anual de refrigerantes potencialmente disponibles para su destrucción. Las cantidades de agentes espumantes que según lo previsto se recuperarán de refrigeradores domésticos se situarán en una gama comprendida entre 10.000 y 11.000 toneladas PAO por año con la actual capacidad de recuperación instalada. Esa proporción podría incrementarse a través de inversiones adicionales, pero es probable que requiera una legislación local adicional. Podrían recogerse considerables volúmenes de halón 1211 para su ulterior destrucción.

d) Consecuencias económicas de la recolección, la recuperación y el almacenaje

201. En el Informe del ETRRA no se evalúan pormenorizadamente los costos de recolección, recuperación y almacenaje a nivel mundial, ya que la gama de alternativas técnicas disponibles y el costo de logística local son sumamente variables. La factibilidad económica de esas operaciones se demuestra mediante ejemplos de infraestructuras comerciales establecidas. Las mismas existen en varios sectores y en varias regiones del mundo. La recuperación de agentes espumantes de gabinetes de refrigeradores cuesta aproximadamente US$60-US$100 por kilogramo de CFC-11. El costo equivale a aproximadamente US$25-US$35 por tonelada de equivalente de CO2. Esas cifras están holgadamente comprendidas dentro de la gama de inversiones consideradas a los efectos de una posible disminución de las emisiones de CO2 en otros sectores.

e) Barreras a la recolección, la recuperación y el almacenaje

202. La aplicación de eficaces procedimientos de recolección, recuperación y almacenaje tropieza con numerosas barreras. Los siguientes son algunos ejemplos:

Falta de legislación e infraestructuras apropiadas que garanticen la puesta fuera de servicio de los equipos al final de su vida útil.

Resistencia financiera en los casos en que el ‘contaminador’ (fabricante o propietario) está obligado a pagar.

La espuma de construcción rígida puede estar instalada dentro de estructuras de edificios que impiden una eficaz recolección.

La gestión del transporte de desechos restringe la movilidad dentro de algunos países e internacionalmente.

f) Conclusiones

203. La recolección, la recuperación y el reciclaje de SDO son operaciones técnicamente factibles y económicamente viables, cuya realización depende en gran medida de las estructuras regulatorias, de la infraestructura de recolección y recuperación y del mecanismo de asignación de la carga financiera.

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