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REVISTA DE GESTIÓN CULTURAL POLÍTICAS CULTURALES Y GESTIÓN Escuela de Postgrado #04 2014 UNA MIRADA / PERSPECTIVAS Ana María Foxley Rioseco, Cristian Antoine Faúndez, Arturo Navarro Ceardi, María Isabel Molina Valenzuela, Luis Campos Medina, Roberto Morales Urra, Norma Muñoz Del Campo. DIÁLOGOS CON EL MUNDO: GESTIÓN CULTURAL INTERNACIONAL TERRITORIOS CULTURALES EMERGENCIA CULTURAL

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REVISTA DEGESTIÓN CULTURAL

POLÍTICAS CULTURALES Y GESTIÓN

Escuela de Postgrado#042014

UNA MIRADA / PERSPECTIVASAna María Foxley Rioseco, Cristian Antoine Faúndez, Arturo Navarro Ceardi, María Isabel Molina

Valenzuela, Luis Campos Medina, Roberto Morales Urra, Norma Muñoz Del Campo.

DIÁLOGOS CON EL MUNDO: GESTIÓN CULTURAL INTERNACIONALTERRITORIOS CULTURALES

EMERGENCIA CULTURAL

DirectorGabriel Matthey Correa Compositor e Ingeniero Civil, Coordinador Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Sub DirectorFabián Retamal GonzálezLicenciado en Educación, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Diplomado en Pedagogía Teatral y Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

EdiciónLoreto Contreras CifuentesLicenciada en Letras y en Estética, Diplomada de Estudios en Cine y Magíster © en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Gestión de ContenidosPaloma Aguirre HuertaAbogada y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Gabriela Ferrada AcuñaTrabajadora Social, Magíster en Estudios Culturales y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Paulina Gómez EscobarActriz, Licenciada en Actuación y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Carlos Hernández Jara Licenciado en Educación, Profesor en Artes Musicales, Magíster en Docencia para la Educación Superior y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Paula Herrera FloresAntropóloga, Diploma en Gestión de Políticas Sociales y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Pablo Insunza RodríguezComunicador Social, Documentalista y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Nicolás Peña FredesAntropólogo Social, Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

María de los Ángeles Rojas CampusanoSocióloga y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Francisca Villalón OligerDiseñadora y Estudiante Magíster en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Diseño y DiagramaciónRodrigo Jiménez MatamalaDiseñador y Académico Universidad de Chile, Magíster © en Gestión Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

FotografíasJuan Sebastián Eslava Sarmiento: [email protected]

Marion Audiovisual: [email protected]

Cristian Ayala: [email protected]

Emiliano Valenzuela: [email protected]

Diego Araya Corvalán: [email protected]

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EQUIPO Contacto Revista [email protected]

4 Editorial

6 Políticas Culturales y Gestión

33 Diálogos con el Mundo: Gestión Cultural Internacional

37 Territorios Culturales

53 Emergencia Cultural

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INDICE

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Desde un punto de vista sociológico y antropológico, las políticas culturales son en sí mismas políticas públicas. No relacionarlas es no entender la esencia de “lo público” y tampoco la esencia de “lo cultural”. Sin embargo, lamentablemente, en la actualidad en muchos países estos conceptos se manejan en forma separada, por “sectores”, sea por confusiones endémi-cas, por cuestiones prácticas –las partidas presupuestarias– y/o por intereses creados.

En Chile con mayor razón, debido a que aún “cultura” se usa reducidamente como sinónimo de “artes y patrimonio”, dentro de una perspectiva sesgada donde las políticas públicas y las políticas culturales van por carriles diferentes. No obstante, en realidad cualquier política pública induce conductas humanas que in�uyen directa o indirectamente en nuestros idearios y modos de vida cotidiana y, por lo tanto, construyen cultura. Las formas de estar, hacer, tener y ser de los pueblos, en gran medida se van tejiendo –social e históricamente– en base a políticas públicas.

Pero si hoy las políticas culturales chilenas están principalmente dirigidas hacia las artes y el patrimonio –sin desconocer el valor que ello signi�ca–, inevitablemente se generan vacíos, contradicciones, descuidos y omisiones. Temas tan relevantes como el medio ambiente, la relación de género, la descentralización, la identidad y desarrollo de las culturas locales, el destino de los pueblos originarios, las migraciones y el multiculturalismo, sólo se pueden resolver de buena forma si se asumen los cruces que naturalmente existen entre lo público y lo cultural.

Asimismo ocurre con el racismo y el clasismo, la inclusión y movilidad sociales, problemas que son intrínsecamente culturales, donde las políticas públicas –partiendo por la educa-ción– deben construirse desde lo cultural. Lo propio ocurre con el lenguaje, que de por sí crea realidades, tejidos sociales, espacios públicos, políticas e identidades. De allí que las lenguas sean tesoros humanos, patrimonios inmateriales, aunque en nuestro país todavía no sepamos valorarlas: ni el castellano-chileno, ni el mapudungún, ni el aymara o el rapa nui –entre otras–, son prioridad.

En buena hora, sin embargo, actualmente en Chile se estudia la creación de un “Ministerio de la Cultura”, lo cual signi�ca dar nuevos pasos para poder construir un mejor país, con una mejor sociedad, considerando ojalá la cultura en un sentido más amplio, profundo e integral. Consecuentemente, tanto más pertinente sería pensar en un “Ministerio de las Culturas”, toda vez que el siglo XXI deviene multicultural y la diversidad de nuestro país así lo amerita. Pero sea como sea, lo más relevante es comprender que al abordar lo público y lo cultural se está atendiendo a la vida integral del ser humano, con mayor consciencia y libertad para desarrollarnos no sólo en las artes y el

EDITORIALCONFLUENCIAS ENTRE LAS POLÍTICAS CULTURALES Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

patrimonio, sino en todas las dimensiones que nos caracterizan, valorando y respetando las diferencias, mejorando nuestra capacidad de comunicarnos, interactuar y convivir.

Lo anterior es doblemente decisivo, por cuanto hoy vivimos en una permanente tensión entre la escala global y la escala local de la cultura, escenario que obliga a repensar las políti-cas públicas mejor articuladas con las políticas culturales. Por de pronto, la construcción de identidad y sentido de pertenencia aparecen como esenciales para la psiquis y bienestar humano. Creer y trabajar por lo propio es el punto de partida para poder desarrollar una autoestima que permita sanamente valorar, convivir e interactuar con «los otros», diferentes, igualmente legítimos y necesarios para compartir y enriquecer un mismo territorio, allí donde los espacios públicos generan contextos que se entrecruzan y circulan, junto con vincularse con el mundo.

Un proyecto de país se construye fundamentalmente en base a políticas públicas y culturales, en cuanto éstas sean capaces de pensarse y aplicarse articulada y orgánicamente. Y en esto la gestión cultural tiene mucho que decir y hacer, pues en el fondo se trata de «políticas profun-das», en tanto trabajamos con y por la vida y desarrollo integral del ser humano; trabajamos al servicio de nuestro consciente e inconsciente colectivos, con un pasado, presente y futuro siempre interactivos y dinámicos, social e históricamente. De allí la relevancia de abordar estos temas en el presente número de la Revista MGC.

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POLÍTICAS CULTURALESY GESTIÓN

POLÍTICAS CULTURALES BAJO LA LUPA CIUDADANA

TRES PRUEBAS EN UNA DÉCADA DE POLÍTICAS CULTURALES

LIBROS CHILENOS: DE CHILE PARA EL MUNDO

PARTICIPACIÓN Y TRANSPARENCIA: DOS ASPECTOS PENDIENTES EN LA AGENDA DE LA GESTIÓN CULTURAL EN CHILE

HACER DE LA CIUDAD UN OBJETO DE POLÍTICAS CULTURALES

APORTES SOBRE EL PROYECTO DE REFORMA DE LA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL CHILENA

POLÍTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD

ANA MARÍA FOXLEY RIOSECO

CRISTIAN ANTOINE FAÚNDEZ

ARTURO NAVARRO CEARDI

MARÍA ISABEL MOLINA VALENZUELA

LUIS CAMPOS MEDINA

ROBERTO MORALES URRA

NORMA MUÑOZ DEL CAMPO

ANA MARÍA FOXLEY RIOSECO

Periodista UC y Máster en Políticas Culturales, Universidad La Sorbonne,

París. Consultora y docente en Cultura y Comunicaciones.

Participación, participación y más participación. Es lo que demanda la ciudadanía. Y es también lo que un Estado democrático debe garantizar a las personas y organizaciones, como un derecho y una responsabilidad, al diseñar, aplicar y evaluar políticas públicas en el ámbito cultural.

En este sentido, la reestructuración institucional y las políticas culturales en Chile están bien encaminadas. Por cierto, el proceso de participación suele hacer más lentas las decisiones, ya que debe incorporar a múltiples protagonistas con su re�exión, debate y propuestas pero, a la larga, garantizar una mayor legitimidad y representatividad de esas políticas.

Fotografía: Banco de imágenes

UNA MIRADA

POLÍTICAS CULTURALES BAJO LA LUPA CIUDADANA

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Es así como, desde mayo de este año, se emprendió colectivamente una “construcción pre-legislativa” del proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura –o de las Culturas–y el Patrimonio, a partir de la fusión del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos ( DIBAM) y el Consejo de Monumentos Naciona-les (CMN). Convocados por el CNCA, se realizaron más de 30 encuentros ciudadanos en las quince regiones del país, se abrió una consulta vía web y se organizaron otros 15 foros regio-nales, 11 foros temáticos y 8 mesas de trabajo con especialistas de áreas artísticas. Además, se están llevando a cabo múltiples encuentros, en tres etapas sucesivas, con organizaciones de los 9 pueblos indígenas del país y con la comunidad afrodescendiente. Con estos se de�nirá la representación de las diversas etnias en el nuevo ministerio y las formas de reconocimiento, valoración y protección de la diversidad cultural, de la interculturalidad y de su patrimonio. Paralelamente, en mesas de trabajo especializadas, se están decidiendo políti-cas sectoriales. Se ha planteado, por ejemplo, crear consejos y fondos para las artes escénicas y las artes visuales, similares a los que existen para el libro, la música y el audiovisual. Se están poniendo al día las políticas del libro y la lectura. Se ha decidido incorporar a los productores audiovisuales en los derechos que otorga la Ley de Propiedad Intelectual y se está reformu-lando un proyecto de Ley del Patrimonio, en reemplazo de la actual Ley de Monumentos Nacionales.

Una de las recientes tribunas de diálogo fue la jornada especial convocada –en octubre recién pasado– por la Comisión de Cultura y Comunicaciones de la Cámara de Diputados. Las principales demandas se dirigen a la importancia de entender las políticas de Estado a largo plazo, trascendiendo a los gobiernos de turno; a la exigencia de mantener el carácter vincu-lante y resolutivo de los miembros de la sociedad civil que sean elegidos, en carácter de representantes, por organizaciones culturales para integrar el Consejo Nacional y los Conse-jos Regionales del Ministerio, y a la petición de incorporar en esos directorios a miembros de los pueblos originarios, a representantes de las municipalidades y a gestores culturales independientes y representativos.

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Pueblos reconocidos por legislación nacional: aymara, atacameño, quechua,

colla, diaguita, rapa nui, mapuche, kawésqar y yagán. Consulta previa se realiza de acuerdo a lo que dispone el

Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países

Independientes de 1989, y que Chile ratificó en 2008 cuando se trata de

medidas que incidan en su vida social y cultural.

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Cuando se cumplen 10 años de la creación del CNCA, la idea es hacer las transformaciones necesarias para llegar a una madurez institucional con el objeto de perfeccionar las políticas, planes y programas culturales a la luz de los nuevos problemas y las crecientes necesidades y demandas ciudadanas, manteniendo, eso sí, una mirada de continuidad y cambio respecto a las orientaciones dadas por sus sucesivos directorios para los periodos 2005-2010 y 2011-2016 .

La modalidad de gestión participativa para diseñar políticas culturales debería replicarse en otros ámbitos, como conse-cuencia natural del proceso democrático, la modernización del Estado, las normas internas y las que Chile ha rati�cado a nivel internacional. Es el caso, por ejemplo, de la Ley de Participación Ciudadana (20.500); de la Ley de Acceso a la Información Públi-ca –“Ley de transparencia”– (20.285); del Convenio 169 de la OIT, y de la Convención de Protección y Promoción de la Diversi-dad de Expresiones Culturales de UNESCO.

Renovar los conceptos

En Chile y el mundo, poco a poco se ha ido comprendiendo el desarrollo como algo más complejo y profundo que las relacio-nes de mercado o que el crecimiento económico. Se han incorporado las percepciones, aspiraciones y visiones de los ciudadanos sobre su vida individual y la de la colectividad, es decir, su “bienestar subjetivo” , la calidad de los recursos humanos y su capital cultural.

La “cultura” representa todo lo relacionado con la creación, la producción, la reproduc-ción, el desarrollo y la transmisión de bienes simbólicos y, más en general, se puede entender también como el “conjun-

to de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social, abarcando las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” . Si al elaborar políticas cultura-les utilizáramos ese término en toda su amplitud, deberíamos incluir toda la multi-plicidad de expresiones y actividades humanas. Como eso es impracticable en el marco de las especi�cidades instituciona-les, los organismos que dirigen las políticas culturales casi siempre se orientan sólo a fomentar la expresión artística y la produc-ción de las industrias culturales (o indus-trias creativas), además de proteger y conservar el patrimonio, es decir, los bienes reconocidos y valorados como herencia cultural de la nación. Pero esto en ningún caso debería signi�car que las políticas culturales se encapsulen y desco-necten de las demás orientaciones del Estado hacia el desarrollo; al contrario, las políticas culturales deberían diseñarse e implementarse con visión sistémica, multi-dimensional e intersectorial.

De acuerdo a la descripción de García Canclini , como las políticas públicas son “intervenciones realizadas por el Estado, con la participación de las instituciones públicas, el sector asociativo y el sector privado, con el �n de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener un consenso para un tipo de orden o de transformación social”, incorporan diversos instrumentos y un sinnúmero de decisiones y acciones interconectadas. Entre ellas: la voluntad política para identi�car un problema o necesidad, e impulsar un desarrollo dinámico, con diseño, gestión, coordinación, control y evaluación; un �nanciamiento público y/o privado; la existencia de mecanismos insti

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www.consejodelacultura.cl

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www.unesco.org. Ver también: Pacto Internacional de Derechos Económicos,

Sociales y Culturales (1966), Convención sobre Protección del Patrimonio Cultural

y Natural (1972) y Convención de Salvaguarda del Patrimonio Cultural

Inmaterial (2003).

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PNUD (2012). Informe de Desarrollo Humano. Bienestar subjetivo: el desafío

de repensar el desarrollo.

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Definición de acuerdo a conclusiones de la Conferencia Mundial sobre las

Politicas Culturales (Mexico, 1982), la Comision Mundial “Cultura y Desarrollo” (“Nuestra diversidad creativa”, 1996) y la

Conferencia Intergubernamental sobre Politicas Culturales para el Desarrollo

(Estocolmo, 1998).

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García Canclini, Néstor (1987). Políticas culturales y crisis de desarrollo: un

balance latinoamericano. En Políticas culturales en América Latina (pp. 13-61).

México DF: Grijalbo.

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“La modalidad de gestión participativa para diseñar políticas culturales debería replicarse en otros ámbitos, como consecuencia natural del proceso democrático, la modernización del Estado, las normas internas y las

que Chile ha ratificado a nivel internacional”.

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administrativas, normas reguladoras y de fomento); comunicación interna (entre ministerios y servicios, para coordinar las diversas políticas); concertación y comuni-cación externa (con la comunidad y con el sector privado) para informar, garantizar la participación y conocer demandas y necesidades . Además, en su elaboración, gestión, �nanciamiento y/o �scalización, involucran a los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); a empre-sas privadas; a artistas, productores, gestores, agrupaciones culturales y gremiales, y a los diversos públicos partici-pantes en los procesos artístico-culturales.

Se desprende de ello que la creación y puesta en práctica de políticas culturales es compleja y debe ser �exible. Es decir, éstas pueden modi�carse en el camino, incluso con su supresión o reformulación cuando

se considere necesario luego de realizada la evaluación de su impacto. Es lo que está ocurriendo ahora en el país. Claro está que dicha implementación y evaluación poste-rior se hace de acuerdo a la concepción ideológica, ética y estética que impere sobre la cultura, y del desarrollo cultural en un periodo determinado. Por ello, diferentes países se dotan de distintas políticas, instituciones e instrumentos. No hay recetas infalibles. Unos enfatizan el rol del Estado y otros el de la sociedad organizada. Casos paradigmáticos son las experiencias de Francia y Estados Unidos. Mientras en Francia el Estado central, las regiones y las comunas son el soporte y fundamento, en Estados Unidos los individuos, la comunidad y las organizaciones privadas son los ejes del desarrollo artístico-cultural. Lahera, E. (1993). Políticas públicas, un

enfoque integral. En Cómo mejorar la gestión pública. Santiago de Chile:

Cieplan-Flacso.

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otros interactúan con movimientos internacionales .

Un gran avance, que muestra una perspectiva nueva en Chile, se vislumbra en el vínculo formal que el CNCA y el Ministerio de Educación han establecido para revalorizar y reforzar los contenidos artísticos en el currículo escolar y en los programas de formación de todos los niveles. Esta decisión, orientada a promover los hábitos culturales, la lectura y la protección y desarrollo del patrimonio, incluyendo la educación intercultural bilingüe y la educación cívica, está en la lógica de entender las políticas culturales como cimientos del desarrollo humano y social. Es una vía fértil para una transformación mental y para formar audiencias con ciudadanos sensibles, críticos e innovadores. Se da así una señal clara de que para lograr una real participación cultural y públicos sensibles, hay que empezar por incorporar a los niños y jóvenes en los lenguajes del arte y en la creatividad, considerados como un derecho y una oportunidad.

Una similar visión integradora, interconec-tada y “holística” de las políticas públicas debería extenderse también a otros ámbi-tos para lograr la transformación social y un Chile más inclusivo. Desde el futuro Ministerio (que tendrá más poder y autonomía) se deberían establecer articu-laciones sólidas y permanentes con otros organismos que deciden políticas con incidencia cultural, como los de desarrollo social, de fomento de la producción, medioambiente, de vivienda y urbanismo,

Ley 18.985, modificada a partir de 2011. Ahora incluye como beneficiarios

potenciales a organizaciones comunitarias con fines culturales, museos,

bibliotecas, al CMN, a los inmuebles declarados Monumento Nacional o Zona

Típica y a las Pymes de giro cultural. También se permiten las donaciones de empresas con pérdidas, de extranjeros

con actividad comercial en Chile y de trabajadores dependientes.

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Thoenig, Jean Claude (1985). L’analyse des politiques culturelles. En Grawitz, M. y Leca, J.Traité de Science Politique. París:

PUF.

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Throsby, David (2011). Cultura, economía y desarrollo sustentable. En Cultura,

oportunidad de desarrollo. Santiago de Chile: CNCA.

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“El proceso reformista, “a la chilena”, ha tenido algunos sobresaltos en el camino, pero muestra resultados innegables. Se han construido instituciones, se han creado leyes de fomento, de

aparatos administrativos y financieros”.

La agenda cultural en Chile

En nuestro país se ha escogido un camino intermedio entre ambos paradigmas de política cultural. Ha predominado una orientación en que tanto el Estado como la sociedad y el mercado son agentes impor-tantes, y donde se considera indispensable la incorporación de las personas en su rol de “ciudadanos culturales”. El proceso reformista, “a la chilena”, ha tenido algunos sobresaltos en el camino, pero muestra resultados innegables. Se han construido instituciones, se han creado leyes de fomento, de aparatos administrativos y �nancieros. Se han aplicado subsidios directos y fondos de fomento para la creación y difusión de las artes, y para la producción y distribución de las industrias creativas. Se han implementado medidas –aún no muy consistentes– para la conser-vación, restauración y puesta en valor de bienes del patrimonio material e inmate-rial, se ha impulsado la formación y autogestión de agrupaciones y centros culturales e incentivos tributarios (Ley de Donaciones) para estimular el aporte –aún insu�ciente– de las empresas privadas .

No ha sido una tarea fácil. En éste, como en otros terrenos, no basta con tener voluntad política. Ha sido necesario a�nar el diagnóstico de un sector donde existen múltiples, heterogéneas y, a ratos, contra-puestas realidades de creadores y públi-cos. Unos cuentan con recursos básicos, otros con tecnologías avanzadas; unos actúan dentro del mercado, otros desde el margen; unos se vinculan con circuitos comerciales, otros con espacios informales; unos tienen como eje la identidad nacional,

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“Sólo nos queda exigir que la dimensión cultural se posicione en la agenda política nacional y en la vida ciudadana, para lograr un desarrollo más democrático y sustentable”.

de arquitectura y diseño, de obras públi-cas, y con los orientados a la mujer, a los jóvenes y a la internacionalización del país.

Esta nueva visión debería enmarcarse en una efectiva descentralización y desconcentración de recursos y decisiones potenciando el desarrollo territorialmente, a nivel regional, provincial y comunal. Se aplicarían así las ideas que entregó -recientemente- una Comisión Asesora Presidencial sobre el tema y se cumpliría también con la voluntad de la Presidenta Bachelet cuando dijo: “Ha llegado la hora de que las soluciones a los problemas regionales sean de�nidas según prioridades locales y no desde una o�cina en Santiago”.

En resumen, si se transita por el camino de la participación, la descentralización y una visión sistémica de las políticas culturales, podremos estar optimistas sobre el futuro. Sólo nos queda exigir que la dimensión cultural se posicione en la agenda política nacional y en la vida ciudadana, para lograr un desarrollo más democrático y sustentable.

CRISTIAN ANTOINE FAÚNDEZ

Académico e investigador universitario. Profesor del Magíster

en Gestión Cultural de la Facultad de Artes, Universidad de [email protected]

La gestión cultural chilena está en camino de consolidación como profesión. Con los altibajos naturales a un proceso de conformación disciplinar y profe-sional que tiene también precedentes en otras latitudes, las esperanzas siguen puestas en el desarrollo de mayores capacidades profesionales que permitan aprovechar adecuadamente el sustrato legal, financiero e insti-tucional –para con la cultura y las artes– con que se dotó Chile en estos últimos treinta años.

La actividad ha alcanzado un estado de desarrollo en el cual los distintos actores (Estado-empresa-artistas-público), se han visto beneficiados por el aumento de instancias culturales que dan cabida a un creciente número de ciudadanos a ejercer su derecho de acceso a la cultura.

Fotografía: Emiliano Valenzuela

PERSPECTIVA

PARTICIPACIÓN Y TRANSPARENCIA: DOS ASPECTOS PENDIENTES EN LA AGENDA DE LA GESTIÓN CULTURAL EN CHILE

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Son varios, sin embargo, los aspectos que deberán revisarse en la agenda futura de la actividad.

Uno de ellos tiene que ver con la escasa participación ciudadana en la generación y de�nición de las políticas culturales que para ella se diseñan. Más allá de las grandilocuentes declaraciones en este sentido, lo cierto es que la mayoría de nuestros espacios para la cultura y las artes no parecen muy empeñados –salvo excepciones por cierto- en ser reconocidos como instrumentos que favorecen la participación de las personas. Un Instructivo Presidencial para la Participación Ciudadana en la gestión pública de 2011 de�nió las normas generales y comprometió a los distintos órganos del Estado a realizar las adecuaciones debidas para asegurar el acceso de los ciudadanos a la toma de decisiones. Los objetivos estratégicos del país en materias de participación ciudadana contemplan desde entonces la obligatoriedad de fortalecer las organizaciones de la sociedad civil, promoviendo una cultura de corresponsabilidad; promueve orientar las acciones de participación ciudadana hacia el mejoramiento de la e�cacia, e�ciencia y efectividad de las políticas públicas; mejorar y fortalecer los canales especí�cos de información y opinión de la ciudadanía y promover el control ciudadano de las acciones desarrolladas por todos los organismos públicos.

Esta materia se ha tornado de gravitante actualidad en el contexto de la instalación en Chile de un Ministerio de Cultura.

El otro aspecto pendiente es la opacidad en la que funciona buena parte del sector. Los organismos culturales chilenos, especialmente aquellos que dependen total o parcialmente del �nanciamiento público, no parecen muy activos en la promoción de prácticas que se condigan con la necesaria rendición de cuentas a la que obliga el uso de los recursos �scales.

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“Los organismos culturales chilenos, especialmente aquellos que dependen total o parcialmente del financiamiento público, no parecen muy activos en la promoción de prácticas que se condigan con la necesaria

rendición de cuentas a la que obliga el uso de los recursos fiscales”.

Es necesario mejorar el accountability, la transparencia y la rendición de cuentas de la asignación de recursos. No abundan los mecanismos que aseguren igualdad de acceso en el traspaso de recursos públicos, que incentiven una cultura de la transparencia y contribuyan a generar con�anza, tanto en los postulantes, como aquellos que efectivamente reciben los fondos, y de la ciudadanía en particular, de modo de minimizar la discrecionalidad en la asignación de los aportes del Estado.

Es probable que estos problemas sean consecuencia de la predominancia en estos últimos años todavía de un enfoque verticalista de la promoción de la cultura, en que se ha privilegiado la actuación del Estado como �nancista de la actividad del sector cultural y promotor de políticas orientadas más al estímulo de la oferta que a la generación de demanda de bienes, servicios y productos culturales.

Es necesario adoptar ahora un enfoque más horizontal, en que el Estado se relacione de una manera más activa con la sociedad civil, las organizaciones sociales, los gremios, empresas, fundaciones y entidades del tercer sector. De un enfoque en que se ha privilegiado la visión estatal, asimilada además indebidamente a lo “público”, ha de girarse hacia un enfoque de “cooperación”, es decir, de interacción entre el Estado y las instituciones, organizaciones, proyectos y experiencias de la sociedad, en un plano simétrico, más transparente y responsable.

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“Es necesario adoptar ahora un enfoque más horizontal, en que el Estado se relacione de una manera más activa con la sociedad civil, las organizaciones sociales, los gremios, empresas,

fundaciones y entidades del tercer sector”.

ARTURO NAVARRO CEARDI

Sociólogo y Periodista UC. Profesor del Magíster en Gestión Cultural de la Facultad de Artes, Universidad de Chile. Director Ejecutivo del Centro

Cultural Estación Mapocho.

El proceso de implementación de políticas culturales en Chile, durante la década 2004-2014, ha sido de gran riqueza. Comienza con la instalación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) en su sede de Valparaíso, sin duda, un hito en la historia de un país que hasta entonces careció de institucionalidad cultural. Simbólicamente, la década se clausura con la convocatoria y comienzo de una Consulta Indígena realizada por el CNCA y sus funcionarios. Hecho tan fundacional como el Consejo que se había creado hace diez años, y que plantea muchas interrogantes, en especial cómo seguirá el proceso de formulación de políticas en la nueva década, incorporando a nuevos actores.

Fotografía: Emiliano Valenzuela

PERSPECTIVA

TRES PRUEBAS EN UNA DÉCADA DE POLÍTICAS CULTURALES

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La instalación

Después de quince años de discusiones, �nalmente en enero de 2004, se reunió el primer Directorio del CNCA en el Palacio Baburizza. Tres ministros de Estado dieron solemnidad a la ceremonia, uno de ellos –José Weinstein–, además de ostentar ese rango era Presidente del Directorio y Jefe del Servicio Público del CNCA. En esa jornada, cada uno de sus integrantes –diez además del Presidente– dieron a conocer sus sueños respecto de la inédita labor como elaboradores de las políticas culturales del Estado de Chile. Ese mismo día comenzaron a operar el resto de las instancias de participación, como los consejos regionales y los consulti-vos nacional y de regiones. Más adelante vendrían las Convenciones Nacionales en las que la totalidad del nuevo servicio y sus consejos sectoriales aprobarían las políticas tan participati-vamente elaboradas. Cada mes, en el desvencijado Club Alemán de Valparaíso, mientras se terminaba el edi�cio institucional, el Directorio avanzaba en la aprobación de políticas y la dirección de los concursos que asignaban –a través de pares– los recursos que el Estado destinaba a las artes.

La primera prueba

Este proceso duró dos años pues, tal como estaba pensado, el cambio de gobierno de 2006 suponía la designación de un nuevo Ministro y el cambio de dos integrantes del Directorio: los ministros de Relaciones Exteriores y Educación. La nueva administración, encabezada por la Presidenta Bachelet, resolvió designar a alguien "de adentro". Así fue como el primer cargo de la cultura en el país recayó en la integrante del Directorio Nacional, la actriz Paulina Urrutia. Ella conocía bien el funcionamiento de la institución y la transición fue plácida. Desde su primera entrevista de prensa señaló que ahora la prioridad serían las audiencias. En el entendido que hasta entonces eran los artistas quienes se bene�ciaban de la principal preocupación de las políticas públicas. Ya a esas alturas se hacían ver las principales falencias del nuevo órgano: complicaciones derivadas de tener que someter parte de sus acciones al Ministerio de Educación (iniciativas de leyes, permisos para viajar al exterior, presupuesto) y el hecho de que el otro servicio público cultural, la Dibam, permanecía –desde 1929– en su dependencia tradicional: Educación.

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La segunda prueba

El cambio de orientación del gobierno que asumió en 2010, de centroderecha, hizo temer por la continuidad de las políticas de Estado, pues su vinculación con la cultura era discreta. El Presidente Sebas-tián Piñera designó como ministro a Lucia-no Cruz-Coke, un actor de poca trayectoria en políticas culturales y se asesoró por un puñado de ex militantes de la centro izquierda que dieron un vuelco a sus prefe-rencias, poco antes de las elecciones. El resultado fue un acercamiento a la cultura desde el dinero: se recortó presupuesto a centros culturales (Balmaceda 1215 y Matucana 100 fueron reducidos en un 50%), se suprimió la prioridad presidencial para el GAM, lo que signi�có la paraliza-ción de la segunda y tercera etapa de sus obras, y se intentó enmarcar su Directorio a las preferencias del nuevo gobierno. En lo legislativo, se inició una discusión sobre la necesidad de un Ministerio de Cultura y Patrimonio que no estaba en su programa, pero que originalmente provino desde la DIBAM, que vio la oportunidad de apañar el joven Consejo Nacional de la Cultura desde su experiencia casi centenaria. El resultado fue que al interior del gobierno se llegó a un proyecto que intentaba mantener el carácter vinculante del Conse-jo en la nueva estructura ministerial, con el defecto de no haberlo socializado su�cien-temente en una sociedad civil cada vez más empoderada. Un cambio de ministro, al �nal del mandato, llevó al escritor Rober-

to Ampuero al gabinete, quién mejoró las relaciones con los parlamentarios y parte relevante del mundo cultural, pero le faltó tiempo. Finalmente se presentó un proyec-to que el futuro gobierno de Michelle Bachelet anunció, ya en campaña, que sustituiría completamente.

La tercera prueba

La incorporación de nuevos actores. La gran razón del cambio anunciado por la Presidenta Bachelet es precisamente incorporar a la nueva institucionalidad a los pueblos indígenas, históricamente marginados y mal tratados por el Estado de Chile. De este modo, la gran tarea que asume en 2014 el CNCA es incorporar a nueve pueblos indígenas y la comunidad afrodescendiente a un proceso de enten-der esa problemática como cultural más que de recuperación de terrenos. Tarea enorme para un servicio joven como el CNCA, que se ha volcado entero a cumplir-la, y que debe convivir con el proceso de participación que se anunció para conti-nuar el debate sobre un nuevo ministerio, otorgando un grado mayor de compleji-dad e incertidumbre a los resultados. En los recientes días se ha veri�cado una tendencia de la Ministra Claudia Barattini a adelantar algunas leyes sectoriales mien-tras se resuelve el entuerto ministerial y se conoce el desenlace de la Consulta Indíge-na, con la que, sin duda, se ha hecho una apuesta mayor, que puede cambiar de raíz la tendencia seguida desde 2004 a la fecha.

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MARÍA ISABEL MOLINA VALENZUELA

Periodista UDP y Magíster en Ciencias Sociales mención Sociología

UCH. Editora, investigadora en edición e ilustración y gestora

cultural. Socia fundadora de PLOP! Galería y directora de Grafito

Ediciones. Integrante del Núcleo de Arte y Prácticas Culturales de la

Universidad de Chile.

Las editoriales chilenas trabajan a diversa escala en nuestro país y esa variedad se verifica en la existencia de diversos géneros, autores y formatos. Sin embargo, lo que aparece en los encuentros internacionales es bastante menos representativo. Es el momento de dar un salto cualitativo a través de políticas culturales sectoriales elaboradas para que acojan la diversidad.

Las ferias de libros internacionales se suceden vertiginosamente durante el año: el Salón del Libro de París y la Feria del Libro Infantil de Bolonia en marzo; las ferias de Buenos Aires y Bogotá en abril y mayo; Frankfurt en octubre y, para cerrar, Guadalajara en diciembre.

Fotografía: Banco de imágenes

PERSPECTIVA

LIBROS CHILENOS: DE CHILE PARA EL MUNDO

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Todas ellas constituyen encuentros con distintos énfasis: algunas reúnen a autores, otras a editores y otras están abiertas al público general. Lo que tienen en común todas ellas –y otras más– es que se han convertido en lugares a los cuales los editores, distribuidores y autores chilenos han decidido ir no solo a conocer nuevas voces creativas, sino a generar intercambios productivos en ellas: ya sea venta de ejemplares, venta o compra de derechos, participación en fotos y charlas, entre otros.

Hasta hace algunos años las visitas a ferias eran bastante menos frecuentes para las editoriales. Sin duda que la presencia de Chile en Guadalajara en 1999 como país invitado sentó un precedente, pero el foco de ese evento estuvo puesto en el autor o escritor. Hoy la importancia de visitar las ferias ha calado fuerte en profesionales como los editores, ilustradores, diseñado-res editoriales, entre otros.

Durante el 2014, la internacionalización fue parte del debate en torno a la nueva Política del Libro y la Lectura y se creó una mesa en particular para tratar el tema. La necesidad de fomentar este aspecto aparece incluso a ojos de especialistas extranjeros. Lynn Shirey, encargada del Área de Literatura Hispanoamericana de la Biblioteca de la Universidad de Harvard, invitada a la Feria del Libro de Santiago, señaló a un medio: “Yo veo que en América Latina no hay una buena política de distri-bución. A pesar de que hay muchos jóvenes a cargo, por ejemplo, de editoria-les independientes que trabajan libros de calidad y que merecen ser difundidos” .

¿Cómo se ha generado y sustentado este movimiento de internacionalización de libros chilenos? En gran medida gracias a iniciativas como la creación e implementa-ción de la línea de apoyo para el desarrollo y difusión de autores, obras e industria editorial 2014, conocida también como “Ventanilla abierta”. Este nombre deriva de su funcionamiento, que permite concursar durante todo el año y con al menos 40 días hábiles de anticipación al evento al cual el postulante es invitado o se ha inscrito.

Gracias a este procedimiento se han realizado visitas a diversos eventos feriales, a los cuales los visitantes han ido a realizar charlas, exposiciones o a participar en stands propios o del país. Sin duda ha sido una herramienta fructífera y que ha contri-buido a posicionar en otros espacios a profesionales del área editorial chilena, acción que podría abrir ciertas brechas para favorecer la presencia de otros agen-tes del gremio por parte de sus pares extranjeros.

Sin embargo, y aunque se puede vislum-brar este avance, se requiere generar una nueva etapa a través de políticas culturales que sirvan de plataforma para la interna-cionalización de libros y autores en forma sistemática y prolongada en el tiempo. Si ya se manejan elementos esenciales para desplazarse por los circuitos feriales, el instalarse en ellos con un mayor desplie-gue de posibilidades de intercambios es sin duda la nueva meta a la que debiera llegar el sector en su conjunto.

Para ello se requiere no solo la adquisición y puesta en práctica de nuevos conoci-

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La Tercera, 2 de noviembre de 2014.

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“Si ya se manejan elementos esenciales para desplazarse por los circuitos feriales, el instalarse en ellos con un mayor despliegue de posibilidades de intercambios es sin duda la nueva meta a la que

debiera llegar el sector en su conjunto”.

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mientos como la venta y compra de derechos para edición, traducción, entre otros, que permitan a los profesionales asistir a los Salones de Derechos, sino y antes de todo eso, una articulación entre los actores y gremios asociados al libro. Esto quiere decir establecer linea-mientos políticos que recojan, sinteticen o bien aúnen las múltiples formas de producción de publicaciones y las formas de pensar y concebir el libro que hay detrás de ellas. En cada edito-rial no solo hay un modelo de negocios diferente o un patrón estético; sobre todo hay visiones de mundo disímiles. Esa heterogeneidad no puede pasarse por alto al momento de plani�car las políticas de internacionalización del libro.

En el corto plazo, las políticas culturales para la internacionalización del libro tendrán que crear espacios para ser representativas y mejorar sus canales para cumplir con ello. Y un segundo desafío es que permitan a las editoriales levantar el vuelo por sí mismas, para después generar un camino independiente y, en la mayor medida de lo posible, autosusten-table en términos económicos. Editoriales que puedan, a su vez, crear y establecer sus propios modelos de trabajo de acuerdo a sus propios parámetros políticos.

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Fotografía: Sebastian Eslava

LUIS CAMPOS MEDINA

Doctor en Sociología. Investigador del Instituto de la Vivienda de la

Universidad de Chile (CONICYT PAI / ACADEMIA 79112022).

La palabra "ciudad" no aparece en la Política Cultural 2011-2016. Tampoco las palabras "urbe" o "metrópoli". Considero que bien vale tratar esta ausencia como un indicio. Como la huella de un asunto mayor (Ginzburg, 2010). Mayor porque son varias las actividades culturales que, en distintos ámbitos y registros, tienen a la ciudad como espacio de referencia, lo que insinúa que esa ausencia no es compartida por todos. De hecho, hace unos meses se llevó a cabo la Feria Internacional del Libro de Santiago, FILSA, meses atrás fue el turno del Festival de Cine de Valdivia y, hacia el fin del verano, el país tendrá sus ojos puestos en el no siempre bien considerado Festival de la Canción de Viña del Mar. En estos casos, la ciudad parece ir de la mano de la cultura. ¿Por qué entonces la aludida ausencia?

PERSPECTIVA

HACER DE LA CIUDAD UN OBJETO DE POLÍTICAS CULTURALES

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Fotografía: Diego Araya

Un seguidor de Perec podría responder que se trata de una desaparición delibera-da, de una forma de secuestro. Siguiendo al mismo autor considero que se trata más bien de una forma de invisibilidad, de un problema de toma de conciencia. En efecto, las políticas culturales –como la mayoría de las políticas públicas– dan por sentado que las cosas ocurren en alguna parte. Son pocas las que conciben esos “escenarios” como objetos de intervención y acción. Presas de un modelo restringido de intervención, no toman en considera-ción que los espacios, y particularmente los espacios urbanos, no son un mero soporte, sino un factor central en la producción de las experiencias de los individuos que se relacionan con las activi-dades artísticas y culturales.

Puesto en otra terminología, la ausencia de la ciudad en la política cultural puede ser indicativa de que ella no hace parte del “referencial” (Jobert, 2004; Muller, 2010) que la orienta en la actualidad. La noción de referencial ha sido introducida en el debate sobre políticas públicas para desta-car la importancia que tienen los aspectos cognitivos y de de�nición de los proble-mas en la búsqueda de soluciones e intervenciones adecuadas. El referencial incide tanto en el momento de diagnosti-car una realidad y representarla, como en la etapa de proponer soluciones para intervenir en ella.

Que las palabras "ciudad", "urbe" y "metró-poli" no aparezcan en la política cultural, o que haya tres referencias al “territorio”, dos de las cuales son hechas en clave nacional (“territorio nacional” o “Chile cuenta con un

extenso territorio”) resulta un hecho sinto-mático de que la dimensión territorial de la acción pública no ha sido tematizada o, al menos, que no ha sido puesta en sintonía con la perspectiva que tienen los propios actores del campo cultural chileno, los que denominan frecuentemente a las activida-des que realizan aludiendo a los lugares en que las llevan a cabo (Huaso de Olmué, Documental de Chiloé, Voz Cebolla de Arica, entre otros). Estos mismo actores son los que, en muchos casos, ponen en práctica actividades encaminadas a inser-tarse en los territorios mediante articula-ción de varias sedes (Temporales Teatra-les), intervenciones en el espacio público (Carnavales de Los Copihues y La Palmilla) o intercambio con la comunidad circun-dante (Balmaceda Arte Joven Bío-Bío), entre otras.

En ese sentido, la práctica de los actores nos indica que es posible avanzar en una dirección que entiende que las actividades artísticas y culturales están entrelazadas con las dinámicas espaciales y temporales de los territorios en que se ejecutan. Pero, además, la práctica de los actores nos insinúa que toda política cultural, no sólo implica una concepción de la acción públi-ca y de la relación entre la población y el Estado, sino que ellas contribuyen a la instalación de un ideal de ciudadanía y de una concepción de las diferencias sociales y culturales (Dubet, 1994), que es posible y necesario abordar mediante acciones artísticas y culturales. Evidentemente, nos señalan también que las actividades artísticas pueden convertirse en una herra-mienta poderosa para re-signi�car los territorios.

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“En efecto, las políticas culturales –como la mayoría de las políticas públicas– dan por sentado que las cosas ocurren en alguna parte. Son pocas las que conciben esos “escenarios” como objetos de intervención y acción”.

La política cultural de la ciudad, en conse-cuencia, podría pensarse como –y adoptar la intencionalidad de– una manera de actuar sobre la forma en que producimos nuestros espacios, interviniendo sobre las maneras en que los usamos y los concebi-mos, es decir, sobre nuestras prácticas espaciales (Lefebvre, 2013). Esta sería una forma de dar una nueva complejidad y un nuevo espesor a la acción pública sobre la actividad cultural y los principios que la motivan. Por ejemplo, la re�exión sobre el acceso a bienes y servicios culturales podría ligarse a nuevos marcos explicati-vos que realcen la importancia individual, pero también territorial e institucional, que reviste el hecho de que una práctica artística sea siempre una actividad situada (Campos, 2012).

Intervenir culturalmente sobre la ciudad es intervenir sobre las vidas cotidianas de muchos y así permear sus experiencias, instalando la curiosidad, el interés y la motivación. Es, al mismo tiempo, interve-nir sobre la percepción y representación que tienen los individuos de su acceso a las actividades artísticas y culturales. Interve-nir en esa dirección requiere hacer visible a la ciudad como un verdadero objeto de las políticas públicas culturales.

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BIBLIOGRAFÍA

Campos, Luis (2012). El consumo cultural: una actividad situada. En Güell, P. y Peters, T. (editores). La trama social de las prácticas culturales. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado.

Dubet, François (1995). Les �gures de la ville et de la banlieue. En Sociologie du Travail XXXVII, 2.

Ginzburg, Carlo (2010). El hilo y las huellas: lo verdadero, lo falso, lo �cticio. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Jobert, Bruno (2004). Estado, sociedad, políticas públicas. Santiago de Chile: LOM.

Lefebvre, Henri (2013). La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing Libros.

Muller, Pierre (2010). Référentiel. En Laurie Boussaguet et al. Dictionnaire des politiques publiques. (pp. 555-562). París: Presses de Sciences Po.

ROBERTO MORALES URRA

Doctor en Antropología Social. Instituto Estudios Antropológicos,

Universidad Austral de Chile.

Los sectores que controlan el poder (económico, político, militar, ideológico) en la sociedad chilena, ante las propuestas y acciones de los pueblos originarios, coinciden en el diagnóstico: calificarlos como pobres. La mayoría se opone a la autodeterminación nacional de los pueblos y para algunos su mera formulación constituye un serio atentado a la unidad nacional.

En las concepciones predominantes de las políticas públicas del Estado nacional, las sociedades indígenas pasan a ser consideradas como problema. Es la noción misma de sociedad la que es reducida al Estado, que materializado en sus proyectos de desarrollo, asume el lugar de la sociedad. El conflicto pasa a ser entre un Estado y un grupo, un sujeto que actúa y un grupo que reacciona. En este sortilegio desaparecen las sociedades y los grupos sociales concretos, “se deshace en el aire” la dimensión de lo político y quedan finalmente dos naturalezas: la naturaleza bruta del Estado, que se impone sobre los sectores de los pueblos originarios calificados como "conflictivos", como si fuese un fenómeno natural, y un estado bruto de naturaleza, a la que son asimiladas las así llamadas "comunidades indígenas".

Fotografía: Banco de imágenes

PERSPECTIVA

POLÍTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD

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Constatamos la distorsión y apropiación mercantil de un discurso legítimo y políti-camente correcto –el de la lucha por el respeto a los derechos étnicos y ambienta-les–, a través de su incorporación a la ideología de los sectores autoritarios y dominantes del Estado, produciéndose un enmascaramiento de una forma de domi-nación política (Castro y Andrade, 1988). Las manipulaciones ideológicas prove-nientes del aparato público estatal y del empresariado, que se mani�estan en sus discursos cada vez más “multiculturales” y “verdes”, son particularmente graves cuando se re�eren a sociedades indígenas amenazadas por las grandes obras del modelo de desarrollo neoliberal (Godman, 1997).

En las nociones dominantes, identi�camos la naturalización "negativa" de las socieda-des indígenas, basada en un raciocinio evolucionista spenceriano, que considera a los indígenas como representantes atrasados de la especie humana, pueblos aún no plenamente sociales. Imaginan que estas sociedades deberán pasar por un proceso inevitable de cambio, un inexorable proceso de transición. Es la transición la que aparece como natural. Por eso, los pueblos indígenas pueden y deben ser monitoreados por el Estado: trasladados territorialmente, culturalmen-te manejados y transformados socialmen-te (Johnston y Turner, 1998).

Desde otros sectores de la sociedad chilena: organismos no gubernamentales, instituciones de asistencia y apoyo al “desarrollo indígena”, desde los centros académicos, e incluso en instituciones y organizaciones indígenas, los “indígenas”

son pensados también como pueblos “naturales”. Entonces, los derechos indíge-nas pasan a depender de los derechos de la sociedad, del Estado nacional, del derecho de los ciudadanos chilenos a la contemplación de un "hombre natural". Se conciben los derechos indígenas al margen de las dimensiones políticas, desconociéndose que tales derechos no dependen del "valor natural" de estos pueblos, sino de su condición de grupos humanos social y culturalmente diferen-ciados en la sociedad chilena. En de�nitiva, se trata de la incapacidad de pensar a las sociedades indígenas en su cualidad de sujetos sociales y políticos (Aylwin, Meza-Lopehandía y Yáñez, 2013).

En estas concepciones subyacen dos actitudes aparentemente opuestas, e incluso contradictorias en la práctica, pero que acaban siendo complementarias y funcionalmente relacionadas: la ingenui-dad de una sirve a la ignorancia maliciosa de la otra. Doblemente despolitizadas, las sociedades indígenas son de cualquier manera vistas como variables pasivas, poblaciones-objeto de decisiones exter-nas y ajenas. "Componente" o "problema ambiental", "factores de con�icto", "vícti-mas de una pobreza endémica", deben ser protegidos –ya que están "adaptados"– o que pueden ser inde�nidamente "adapta-bles", las sociedades indígenas son aprehendidas fuera del elemento que de�ne sus relaciones con el Estado: el elemento de la dominación.

Las demandas por autonomía y territorio son, para los sectores del poder económi-co, político e ideológico en la sociedad chilena, un asunto que pone en jaque las

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“Las manipulaciones ideológicas provenientes del aparato público estatal y del empresariado, que se manifiestan en sus discursos cada vez más “multiculturales” y “verdes”, son particularmente graves cuando se refieren a sociedades indígenas amenazadas por las grandes obras del modelo de desarrollo neoliberal (Godman, 1997)”.

reglas establecidas y que obliga a pensar profundo acerca de los cimientos desde los cuales se ha construido, a saber, la idea de que un Estado corresponde a una sola nación, la protección de la propiedad privada, la legitimidad ético-moral y vigencia de la cristianización, y la homo-genización de una identidad nacional (Camacho, 2004; Ruiz, 2007).

La discusión y las acciones en torno al ambiente y los pueblos originarios se constituyen en los aspectos más débiles de los consensos sociales. La propia revalorización de la participación obliga a sus detentores a mantener las condiciones formales para su ejercicio (Decreto Supre-mo Nº 40 de 2012 y Nº 66 de 2013), por lo que la relación entre el Estado nacional y las sociedades indígenas se ha convertido en una dimensión social y política de difícil negociación, en la que se hace cada vez más difícil aplicar la estrategia de la armo-nía para paci�car los con�ictos (Nader, 1994).

Algunos postulados que parecen ser fundamentales para la construcción de

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nuevas relaciones sociales, culturales y políticas, serían:

- La práctica de los derechos de las socie-dades indígenas a desarrollar formas propias de mejoramiento de la calidad de vida, en un contexto de interrelaciones justas e igualitarias.

- El reconocimiento de que el Estado chileno sostiene y reproduce contradic-ciones estructurales, bajo las cuales no pueden ser resueltos los problemas que ha generado en la relación con los pueblos originarios.

- El sostener y acrecentar la validez y vigencia de los propósitos del bienestar común, de la igualdad de derechos, de la justa distribución de la riqueza, de la socialización del poder político y todos aquellos aspectos que apunten a la disolución de las condiciones que gene-ran desigualdades e injusticias económi-cas, políticas y culturales.

BIBLIOGRAFÍAAylwin, J., Meza-Lopehandía, M. y Yáñez, N. (2013). Los pueblos indígenas y el derecho. Santiago de Chile: LOM y Observatorio Ciudadano.

Camacho, Fernando (2004). Historia reciente del Pueblo Mapuche (1970-2003): presencia y protagonismo en la vida política de Chile. En Pensamiento crítico, 4. Extraído el 01 diciembre de 2014 de http://www.pensamientocritico.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=97:historia-reciente-del-pueblo-mapuche-1970-2003-presencia-y-protagonismo-en-la-vida-politica-de-chile&catid=40:no-4&Itemid=63

Castro, Eduardo V. de y Andrade, Lúcia M.M. de (1988). Hidrelétricas do Xingu: o Estado contra as sociedades indígenas. En As Hidrelétricas do Xingu e os Povos Indígenas. São Paulo: Comissão Pró-Indio de São Paulo.

Gobierno de Chile. Decreto Supremo Nº 40 promulgado el 30 octubre de 2012 (en vigencia desde el 6 de octubre de 2014) que aprueba Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, en particular Artículo 85 "Consulta a Pueblos Indígenas" y Artículo 86 "Reunión con grupos humanos pertenecientes a pueblos indígenas".

Gobierno de Chile. Decreto Supremo Nº 66, noviembre 2013 (en vigencia desde el 4 marzo de 2014). Reglamento que regula el procedimiento de consulta indígena en virtud del artículo 6 Nº 1 letra a) y Nº 2 del convenio Nº 169 de la OIT.

Godman, Michael (1997, abril). Conferencia acerca del discurso ecologista del Banco Mundial. Conferencia presentada en Instituto de Estudios Indígenas, Temuco, Chile.

Johnston, Barbara y Turner, Terence (1998). The Pehuenche, the World Bank Group and ENDESA S.A.: violations of human rights in the Pangue and Ralco projects on the Bío-Bío river, Chile. Report of the Committee for Human Rights, American Anthropological Association. En: http://www.ameranthassn.org/pehuenc.htm

Nader, Laura (1994, marzo). La civilización y sus negociadores: la armonía como técnica de paci�cación. Conferencia Inaugural de la XIX Reunión Brasilera de Antropología, ABA, Río de Janeiro, Brasil.

Ruiz, Carlos (2007). Autonomismo Mapuche (1907-1992). Renuevos de un tronco antiguo. En Revista de Historia Social y de las Mentalidades. Santiago: Universidad de Santiago de Chile.

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NORMA MUÑOZ DEL CAMPO

Doctora en Ciencias Políticas, Universidad Sorbonne Nouvelle,

Francia. Académica Departamento de Gestión y Política Pública, Facultad de Administración y

Economía, Universidad de Santiago de Chile.

[email protected]

Reflexionar sobre la creación de un Ministerio para la Cultura en Chile no es tarea fácil, principalmente porque no pueden obviarse los 10 años transcurridos desde la creación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). Esta iniciativa ministerial se presenta entonces como una oportunidad para observar la política cultural pública durante este período y, aún cuando no es posible abordarlas aquí en su integridad, se propone revisar algunos puntos esenciales ya estudiados en dos publicaciones extranjeras, para poder contribuir al debate de esta futura reforma.

Fotografía: Diego Araya

PERSPECTIVA

APORTES SOBRE EL PROYECTO DE REFORMA DE LA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL CHILENA

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Con la creación en 2003 del CNCA, se establece por primera vez en Chile una institución superior en materia cultural. La creación de este Consejo, que responde a un acuerdo respecto a la importancia de la cultura en el desarrollo de la sociedad, constituye una de�nición y delimitación de la relación participativa entre la socie-dad, el Estado y la cultura a través de un organismo colegiado. Si pensamos que las instituciones no son entes �jos (�el re�ejo de sus leyes, decretos, reglamentos, programas, indicadores de evaluación), sino más bien espacios donde cohabitan visiones, valores, hábitos y actores, se debe entonces destacar las nuevas dinámicas establecidas durante la imple-mentación del CNCA y reconocer así, durante sus primeros 10 años, una recon�-guración de espacios de poder de la cual surgen nuevas tensiones.

La primera tensión se produce en base a la de�nición misma de la Política Cultural que se construye alrededor del Fondart. La importancia de este instrumento de �nan-ciamiento cultural radica en el hecho de que entrega al Estado una legitimidad de acción en un ámbito controversial en momentos de transición a la democracia, solucionando una contradicción funda-mental: la gran necesidad de contar con

un �nanciamiento para la cultura y el temor al fantasma del autoritarismo cultu-ral. El Fondart encarna la idea según la cual el Estado debe tener una responsabilidad en materia cultural sin decidir todo, siendo el desarrollo cultural una responsabilidad de “todos”, atribuyendo a la sociedad civil un rol central. A través del Fondart se insta-la entonces en Chile una de�nición de la política cultural como �nanciamiento de las artes y de la cultura.

La segunda tensión, que concierne las industrias culturales y las artes no indus-triales, se ve plasmada durante los años '90 en la creación de dos instrumentos públi-cos de �nanciamiento de las artes y la cultura: el ya citado Fondo de las Artes y la Cultura (Fondart, 1992) y el Fondo Nacio-nal del Libro y la Lectura (FNLL, 1993). Posteriormente se con�rma esta cisión con la creación del Consejo de la Música (2004) y del Consejo Audiovisual (2005). La importancia atribuida al mercado y el valor de la producción artística y cultural como un instrumento de inserción internacional, luego del cierre que implicaron los años de dictadura, son dos factores que ayudarán a potenciar esta fragmentación aún existen-te en este ámbito, donde las industrias culturales se desarrollan en desmedro de artes no industriales que pueden verse

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Muñoz, Norma (2014). Chilean Cultural Policy: Ten Years of the National Council

for Culture and the Arts, CNCA from a Three-dimensional Perspective.

En Analyzing Public Policies in Latin America: a cognitive approach. Inglaterra:

Cambridge Scholars Publishing. Reg. N° 4333775.

Muñoz, Norma (2014). La Culture au Chili: réflexions sur un processus de

constitution d’une catégorie d’intervention publique. En Cahiers des

Amériques Latines. Francia: La Documentation Française.

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afectados por cambios de estructuras que ocurren con cada nuevo gobierno, poniendo en duda uno de los objetivos mayores de la Institucionalidad Cultural: generar una política de Estado y no de gobierno.

La tercera tensión se genera desde la dupla Cultura-Patrimonio durante el proceso de debate sobre la institucionalidad cultural, dado que la Dibam y el CMN no forman parte de la ley que crea el CNCA. Al mismo tiempo, esta ley establece que estos organismos serían coordinados por el CNCA (título III, artículo N°36), una relación jamás precisada (la ley entregaba al ejecuti-vo 180 días para de�nir dicha coordinación a través de un DFL que jamás se dictó). Estas instituciones quedarán entonces en competencia y se puede a�rmar, desde una perspectiva histórica, que la Dibam, creada en 1929, se había ganado una imagen e identidad en el apara-to político-administrativo, siendo reconocida hasta el día de hoy como una institución supe-rior ligada al patrimonio, cuando es al CNCA a quien la ley entrega las atribuciones para conducir una política patrimonial.

Estos tres ejes nos permiten entonces re�exionar sobre la reforma cultural actualmente en debate. Se estima aquí que el paso de un Consejo a un Ministerio no va a producir necesaria-mente el efecto deseado, ya que una creación institucional no suele provocar un cambio en la visión que los actores implicados tienen de la política cultural; en otras palabras, una reforma institucional no se traduce siempre en un cambio de paradigma. Financiar las artes no equivale a estimular la cultura, y el desarrollo de mecanismos de atribución de fondos concursables no se traduce automáticamente en la existencia de una política pública. Cabe destacar que una política, particularmente una política cultural, involucra un conjunto de ideas, intereses, actores e instituciones cuya coordinación y participación representan el desafío del tan ansiado desarrollo cultural contemplado en los objetivos del CNCA desde su creación en la ley Nº 19.891 de 2003.

Es imprescindible volver a preguntarse qué se entiende por política cultural en Chile, ya que, hoy en día, el CNCA actúa fundamentalmente como un administrador de fondos públicos y no como un espacio donde con�uyan valores e ideas, y donde se regulen las relaciones entre el Estado y la sociedad. Un elemento central de esta recon�guración entre actores e intereses tendría como objetivo superar las tensiones existentes entre artes industriales y no industria-les y que mermaron profundamente el �orecimiento de las artes que no poseen industria. Pasos concretos podrían ser no limitarse a mecanismos de �nanciamiento, sino también fomentar políticas de promoción y de difusión de las artes. El Estado, desde este punto de vista, tendría que desempeñar un rol más activo en actividades como la adquisición de colec-ciones que aporten al desarrollo de los Museos Públicos, y pensar en formas continuas de apoyo estatal a las artes no industriales, a sus espacios de expresión, a los conjuntos artísticos que les dan vida. Una política pública en materia cultural debería enfocarse más en el artista, productor del arte, que en el �nanciamiento de la producción artística en sí. Mecanismos de acompañamiento son claves aquí para permitir la valorización del paisaje cultural chileno.

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“Se estima aquí que el paso de un Consejo a un Ministerio no va a producir necesariamente el efecto deseado, ya que una creación institucional no suele provocar un cambio en la visión que los actores implicados tienen de la

política cultural; en otras palabras, una reforma institucional no se traduce siempre en un cambio de paradigma”.

Respecto a la fragmentación de Cultura y Patrimonio, es necesario integrar estos dos universos que han competido hasta ahora y tomar decisiones de cuál de dichas instituciones será aquella encargada de dictar la política patrimonial, ya que segui-rán siendo parte de la propuesta ministe-rial. El futuro esquema institucional debe-ría por último contemplar mecanismos de participación resolutiva de todos los actores del ámbito cultural, considerando los nuevos debates que les reconocen roles fundamentales no solo a los artistas, sino también a los agentes culturales territoriales.

A modo de conclusión, los desafíos de la futura institución yacen en su capacidad de regular las relaciones entre actores históricos y nuevos actores, de reconciliar las artes industriales con las no industriales y de defender aquellas artes que el merca-do no logra respaldar, de contribuir y otorgar al país una política pública cultural y patrimonial representativa, y de aportar en temas educacionales y de reconoci-miento cultural e identitario.

“El futuro esquema institucional debería por último contemplar mecanismos de participación resolutiva de todos los actores del ámbito cultural, considerando los nuevos debates que les reconocen roles fundamentales

no solo a los artistas, sino también a los agentes culturales territoriales”.

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EL CONTEXTO FRANCÉS

Francia está viviendo un proceso de cambios de planificación territorial, una nueva ley se está tramitando. A través de ella, se espera una mayor descentralización a través de la transferencia de poderes administrativos del Estado a las autoridades locales.

Hoy, la organización del territorio francés cuenta con 101 departamentos, 36.700 municipios, 22 regiones y 2.600 intermunicipales. Localmente, existen cuatro niveles administrativos que comparten las competencias: comunas, intercomunidades, departamentos y regiones. Estos diferentes niveles comparten además financiamientos cruzados y se suelen llamar con la expresión “milhojas territorial”. Esta forma de organización es muchas veces ilegible por los ciudadanos y socava la eficacia de la acción pública de los territorios.

Es así como el jefe de Estado está desarrollando una importante reforma territorial. Con esto se transformarán décadas de la arquitectura territorial francesa, implicando un descenso en el gasto público y mayor consideración de las necesidades de los ciudadanos. Una primera parte de esta reforma ya se abrió al debate público con la Ley de modernización de la acción pública territorial y la afirmación de la metrópolis. La creación de un nuevo estatuto para las metrópolis clarificará las competencias a nivel local. Además, se agregará un cambio en el mapa de Francia, el cual pasará de 22 a 13 regiones. Estas nuevas entidades tendrán más poder de intervención en sus territorios.

En este contexto, la cultura tendrá también sus cambios. A continuación presentamos una reflexión al respecto de estos cambios de estructura y de los posibles escenarios en el ámbito cultural que se pueden ver favorecidos o perjudicados.

DIÁLOGOS CON EL MUNDO: GESTIÓN CULTURAL INTERNACIONAL

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Traducción:

Francisca Villalón Oliger

Desde sus inicios, la reforma de descentralización ha tenido muchas eventualidades. La reciente declaración del presidente anunciando una posible reagrupación de las regiones parece darle una perspectiva a la reforma que se creía abandonada. Seguramente, esta medida junto a un grupo de comunidades locales podrían remodelar el sistema político-institucional francés más que cualquier otra. La nueva reforma territorial, dividida en dos proyectos legislativos, 2013 y 2014, es un dispositivo complejo, y la extensión de los debates la hacen difícilmente legible. Las políticas culturales se verán fuertemente afectadas por los impactos de esta reforma.

Sin embargo, ¿se re�ere esta reforma territorial a la cultura? Poco y de forma marginal. ¿Podemos identi�car desde ya las consecuencias sobre la cultura? En cierto modo sí. Pero actualmente las opiniones están divididas y el contexto presupuestario será un elemento determinante para el futuro de las políticas culturales, a pesar de los compromisos formales que deberían representar de otra manera las próximas leyes a favor de la creación y el patrimonio. Entonces, ¿cómo pensar en el futuro? ¿Qué es lo que le falta a la cultura? En este ámbito, como en otros, la clave del éxito dependerá de la voluntad política.

Retomemos el hilo de la descentralización. ¿Cuál fue su “espíritu de gobernanza” desde los años 1982-1983 ? Tres palabras claves lo resumen: cooperación, contratación y experimenta-ción entre Estado y autoridades locales. Con esta alianza se cosecharon fuertes ideas, ya sea en términos de plani�cación del territorio o del desarrollo de la vida artística y cultural. Pero faltaba algo más para que la descentralización en cultura funcionara correctamente: se nece-sitaba una ambición compartida, como lo dijeron Ph. Poirrier y R. Rizzardo. En ese entonces, no todo era justo y equilibrado. En materia cultural, continuaron los desequilibrios territoria-les, tanto urbanos como rurales, al igual que las desigualdades de acceso y de participación, aunque debemos enfatizar que también hubo buenos logros.

Empleo, igualdad y solidaridad territorial: los objetivos formulados en la primera fase del debate de la reforma actual diagnosticaban los puntos débiles de nuestro sistema. ¿La reforma bene�ciará a la cultura en un ambiente precario y frágil, cuando debe asumir, además, una multitud de cuestiones relacionadas con el desarrollo de la tecnología digital, el

Director del Observatorio de Políticas Culturales (Grenoble, Francia) y de “El

Observatorio”, revista sobre las políticas culturales. Encargado de los cursos en el

Instituto de Estudios Políticos de Grenoble. Además, es presidente del Centro

Internacional de Músicas Nómades – Les Détours de Babel. Participa activamente en

diversas redes, concertaciones, formaciones sobre políticas culturales y su articulación. Sus

trabajos buscan cruzar los desafíos culturales artísticos, desafíos de sociedad y políticas

públicas a nivel territorial. Es autor de numerosas publicaciones.

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DESCENTRALIZACIÓN Y CULTURA: ¿HACIA UN GRAN CAMBIO?

Fotografía: Marion Audiovisual

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JEAN-PIERRE SAEZ

Sáez, Jean-Pierre (2013). Décentralisation et Culture: vers un

grand Chambardement? En L’obstervatoire. La revue des politiques

culturelles, 43, hiver 2013. Traducido por Francisca Villalón Oliger.

1

N. del T. http://www.gouvernement.fr/action/la-re

forme-territoriale. Proceso de reorganización del territorio francés; la

descentralización permite la transferencia de responsabilidades

administrativas del Estado a las comunidades locales.

2

N. del T. http://bbf.enssib.fr/consulter/bbf-1997-0

5-0024-004. Leyes de descentralización de 1982-1983 con la transferencia de

competencias culturales a departamentos, comunas y regiones de

Francia.

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futuro de la ley de los derechos de autor, la diversidad cultural y los derechos corres-pondientes, la liberalización de la activi-dad artística o de la necesidad de inventar nuevos modelos de negocio…?

¿Dónde está la cultura en el tercer acto de la descentralización? Si la competencia general es restaurada a los departamentos y regiones, un principio democrático básico que garantice su habilidad de intervenir libremente a favor de la cultura en particular, su preservación está lejos de ser asegurada. Lo dijimos, la cultura es poco nombrada en la primera fase legisla-tiva. ¿La forma en que se nombra revela una intención? La principal medida mencionada sobre la responsabilidad de las regiones es en relación a los idiomas regionales. El tema fue llamado a ser desarrollado en el próximo texto legislati-vo, sin embargo, se estancó por falta de rati�cación de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias o Regionales. Este 28 de enero, la Asamblea Nacional aprobó, con una gran mayoría, la adopción de esta Carta. Un voto que le vuelve a dar coheren-cia al discurso de Francia sobre la diversi-dad cultural. Para lo demás, nada está claro, las regiones también quieren promover los derechos económicos, socia-les, de salud, culturales, cientí�cos y el desarrollo de sus territorios. Esta responsa-bilidad cultural no es mencionada por los Departamentos que están enfocados en su tarea de "promover la solidaridad y la cohesión territorial".

El tema de las ciudades, parte principal de la ley MAPTAM

Además del Gran París y de las ciudades de Lyon y Marsella, 11 metrópolis son identi�-cadas de acuerdo a criterios demográ�cos.

Se les da una competencia cultural sólo en "la construcción, instalación, manteni-miento y operación de los servicios socio-culturales". Nada nuevo en comparación con las comunidades urbanas. Por otra parte, el fortalecimiento intercomunal debería aumentar la inversión cultural de los EPCI (Establecimientos Públicos de Cooperación Intercomunal), pero con un golpe de ganancias hipotéticas hoy. Otras disposiciones de la ley tendrán un impacto real en la dirección de los asuntos cultura-les. Las conferencias territoriales de las acciones públicas, bajo el liderazgo de las regiones, deberían ser espacio de diálogo entre las autoridades y actores locales; algunas regiones ya están trabajando así, pero debería generalizarse en el resto del país.

Por último, y el punto más delicado, es que la ley prevé una posible delegación de las competencias del Estado a los colectivos o intercomunidades, las cuales podrían ejercer "en el nombre y por cuenta del Estado". La cultura no está especí�camente regulada por la presente medida, pero puede verse afectada. Ciertamente, la delegación de poderes no signi�ca su transferencia, pero esto parece el destape de lo otro. Esta noción de delegación nos recuerda el experimento de descentraliza-ción iniciado por C. Tasca y Du�our . Con una diferencia: los experimentos de antes iban dirigidos hacia un tema en particular: la educación artística y algunos aspectos del patrimonio. Se puede prever que esta delegación se re�ere a un tema especí�co: la industria del libro y del cine por ejemplo. Pero si esta delegación va más allá e inclu-ye todas las acciones de una DRAC (Direc-ción Regional de Asuntos Culturales), ¿cuál sería el papel del Estado en las regiones? ¿Cómo no interpretar esto como un debili-

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“Las conferencias territoriales de las acciones públicas, bajo el liderazgo de las regiones, deberían ser espacio de diálogo entre las autoridades y actores locales; algunas regiones ya están trabajando así, pero debería

generalizarse en el resto del país”.

N. del T. Ley de modernización de la acción pública territorial y de afirmación

de las metrópolis. Esta ley es promulgada el 27 de enero del año 2014. Tiene cuatro

principales objetivos: 1. La clarificación de las competencias de los colectivos

territoriales y la coordinación de sus actores. 2. La afirmación de las metrópolis

en su título. 3. y 4. Están dedicados a la compensación financiera y a los agentes;

además, a los modos de financiamiento de las inversiones de los actores públicos

locales.

4

N. del T. Los Establecimientos Públicos de Cooperación Intercomunal son una

estructura administrativa francesa regida por las disposiciones de la Vª Parte del

Código General de las autoridades locales, que reúne a los municipios que

optaron por desarrollar habilidades comunes, tales como el transporte

público, planificación territorial o gestión ambiental.

5

N. del T. Catherine Tasca, Ministra de Cultura, y Michel Dufour, Secretario de

Estado del Patrimonio y la Descentralización Cultural, desarrollaron

una política de descentralización de la cultura en Francia (2000-2002).

6

N. del T. DRAC: son departamentos descentralizados del Ministerio de

Cultura y Comunicación en cada región. Son responsables de la aplicación a nivel

regional de las prioridades ya establecidas por el Ministerio de Cultura y

Comunicación.

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tamiento del Ministerio de Cultura? Si los argumentos chocan entre sí en este propó-sito es que el debate público no tomó en cuenta esta hipótesis en el momento de la elaboración de la ley, donde las inquietu-des de profesiones artísticas versus los colectivos deseaban tomar iniciativas de diferentes tipos. Es justo recordar que cuando ellas desarrollaron una competen-cia cultural, todos los actores acordaron reconocerlas como positivas. Pero la posibilidad de una delegación global cambiaría de forma radical nuestro sistema cultural. Sin embargo, el hecho de no dar una de�nición su�ciente a lo que podría ser un Estado estratégico y regula-dor, el hecho de que esta reforma se produzca en un contexto en el que el pensamiento dominante respalda el estancamiento, tan solo con mirar el retro-ceso del esfuerzo público por la cultura, explican los temores expresados. Para evitar las ambigüedades, otra herramienta menos normativa habría merecido ser reutilizada en esta reforma: la experimen-tación. La idea de la experimentación implica un camino trazado, una evaluación compartida, o por lo menos, la mínima democracia requerida para adaptarse a la época contemporánea. Siempre podre-mos dudar de una descentralización de geometría variable. ¿Cuál es entonces el compromiso más favorable? Una clari�ca-ción es necesaria aquí. En todo caso, la necesidad del Estado no sabrá expresarse ante la negación del rol mayor de las autoridades locales en las artes y la cultura.Hablamos de cooperación, contratación, experimentación. Estos principios, lejos de ser obsoletos, deberían en cambio ser desarrollados de manera sistemática entre las comunidades y actores culturales, y no sólo entre las autoridades estatales y

locales. Tenemos que ir más allá y plantear el espíritu de cooperación, solidaridad, y favorecer la relación territorial. Sin omitir dos ingredientes básicos: la apertura del campo cultural y artístico en la sociedad, y el compromiso político nacional y local –conectado a estrategias internacionales– que sitúa la causa cultural... en un proyecto de civilización. Sin esto, la cultura retroce-derá y esto se pagará por un largo tiempo.

“Hablamos de cooperación, contratación, experimentación. Estos principios, lejos de ser obsoletos, deberían en cambio ser desarrollados de manera sistemática entre las comunidades y actores culturales,

y no sólo entre las autoridades estatales y locales”.

TERRITORIOS CULTURALES

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MACLETA: MUJERES ARRIBA

DE LA CLETA

La presente sección es fruto de un trabajo recopilatorio de proyectos culturales a nivel nacional, que da cuenta de una diversidad pocas veces explorada dentro del ámbito de la gestión. Diferentes objetivos, motivaciones y recursos se entrecruzan en distintos campos de la cultura, suscitando iniciativas que se consolidan desde la autogestión a la gestión empresarial, pasando por el aporte estatal. Son los gestores culturales quienes relevan proyectos destacados por sus contextos, temáticas, larga duración o vinculación con la comunidad. Esta muestra, región por región, se presenta desde una perspectiva integral, exponiendo tanto la complementariedad como la divergencia de los proyectos entre sí, siendo esta diversidad un valor que dinamiza la gestión cultural y la dota de conocimientos basados en la experiencia. Es necesario socializar este autodiagnóstico, que clarifica y orienta el papel de la disciplina a través de sus prácticas.

MUSEO DE SITIO ESCUELA ANTIGUA DE CERRO CASTILLO

ENCUENTRO NACIONAL DE FOLCLOR JUNTO AL LAGO

FESTIVAL DEL BOSQUE

XII FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE Y VIDEO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

PROYECTO CULTURIZARTE

LA RUTA DEL MURAL DE CAUQUENES

FESTIVAL TEATRO COYA

FIESTA DE LA CHAYA - LOS ANDES

GALERIA CHILE ARTE

ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES

WWW.ELOTROCINE.CL

CENTRO CULTURAL DE ALTO HOSPICIO

PARINACOTA TV, EL ALTIPLANO EN PANTALLA ABIERTA

FUNDACIÓN JORGE SHARP CORONA

Texto y fotografía, gentileza de:

Lídice Varas

Más información:Francisco Tarque

[email protected]

En Putre, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, viven alrededor de 1.400 personas. Cuando hay buen tiempo llega la señal televisiva de TVN y a veces la de Chilevisión, con material y temáticas producidas principalmente en Santiago, que nada tienen que ver con el clima, las di�cultades o las historias del altiplano. Sin embargo, desde el 2012 un grupo de realizadores audiovisuales de la zona está trabajando para dar vida a Parinacota TV, la primera señal de televisión abierta de la región con producción y contenido local.

La idea surge a partir de un proyecto de comunicación para zonas rurales de precordillera y altiplano de la Región de Arica y Parinacota, liderado por un grupo de realizadores audiovisuales y comunicadores que empiezan a elaborar los primeros antecedentes para lo que sería el canal de televisión. El proceso ha sido largo; lo primero fue determinar la factibilidad técnica. Hay que pensar que por las condiciones climáticas, especialmente por el invierno boliviano, la posibilidad de contar con señales en la zona se hace muy difícil. Lo segundo fue la postulación para obtener una concesión por señal abierta –la primera en la región de producción local, pues el resto son antenas repetidoras–, para hoy, dos años después, contar con un canal de televisión listo para iniciar sus transmisiones.

Para Francisco Tarque, gestor del proyecto y productor general de Parinacota TV, “el canal surge de una necesidad de contar con un espacio de visibilización y participación indígena. La producción audiovisual en la región es escasa, mayor aún lo es en zonas rurales, sin embargo, desde hace un par de años han surgido buenos cineastas con vocación de vivir y mostrar lo que está pasando en el altiplano”.

El equipo productor, en convenio con el Municipio de Putre, es integrado por tres personas que se encargan de las decisiones editoriales, la producción audiovisual, la edición del material y la emisión. Y si bien es un equipo pequeño, cuentan con muchos registros que han �lmado durante estos años para mostrar el arte, la música y la cultura aymara. Por su parte, la producción nueva apuesta a la creación de un noticiario de emisión diaria y la elaboración de material que difunda las actividades de la comuna y de las comunidades indígenas, su cosmovisión, tradiciones y derechos.

La parrilla programática, que se inicia a las 9:00 hasta las 24:00 horas, permitirá ver contenido envasado gracias a la �rma de diversos convenios con universidades y organizaciones culturales como Clacpi, Televisión América Latina, Novasur, entre otras; y producción nueva, con programas entre los que destacan Phusirinaka, espacio musical que rescata a los mejores exponentes de la música andina local; Luririnaka, serie documental que indaga la vida creativa de artistas locales o Jiwasan Jilakatanakasa (Nuestros líderes) que difunde emprendimientos de líderes indígenas del Abya Yala.

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PARINACOTA TV, EL ALTIPLANO EN PANTALLA ABIERTA

REGIÓN DE ARICA Y PARINACOTA

Texto y fotografía, gentileza de:

Paulina Olivares MarínSocióloga, Coordinadora General del

Centro Cultural de Alto Hospicio

Más información:[email protected]

Los Tamarugos N° 3031057-2248526

El Centro Cultural de Alto Hospicio se inaugura en marzo del año 2011. Fue construido gracias a la participación en el Programa Centros Culturales del CNCA creado en el año 2007. El equipo de trabajo está conformado por una coordinadora general, una secretaria, un apoyo administrativo, un técnico del teatro y un auxiliar de aseo.

Contamos con diversas salas, entre las que destacan la Sala de Etnografía, Sala de Lectura, Sala de Artes Plásticas, Sala de Artes Escénicas, Sala de Música y Sala de Exposiciones. Además, posee un Salón Auditorio, Ágora An�teatro y el Teatro, con una capacidad para 260 personas.

Nuestro Centro Cultural trabaja bajo el alero de la Municipalidad de Alto Hospicio, y sus principales actividades se concentran en las tardes, cuando damos espacio para que los niños, jóvenes y adultos de la comuna puedan desarrollarse en diversas disciplinas como la música, el teatro o la danza. Existen 13 talleres gratuitos para la comunidad, los cuales se desarrollan de 16:00 a 21:00 hrs.: Taller de Flauta Traversa, Clarinete, Piano, Instrumentos Andinos, Instrumentos Electrónicos, Pintura al Acrílico, Fotografía y Video, Danzas, Teatro, Violín, Cultura del Reciclaje, Danzas Tradicionales Chinas y Ballet Clásico.

Además de ofrecer talleres gratuitos a la comunidad, todos los �nes de semana se ofrecen espectáculos de danza, teatro o música, a las 20:00 hrs. Durante el verano, se realizan diversos festivales, entre los que destacan el Festival Teatro a Mil, Festival Internacional de Cine (FICIQQ), Festival Internacional de Teatro y Danza (FINTDAZ) y Festival Internacional de Folclore, entre muchos otros.

Los auspicios para el funcionamiento del lugar se gestionan con la Municipalidad de Alto Hospicio, por medio de su Alcalde Ramón Galleguillos Castillo, y con la compañía Minera Teck Quebrada Blanca.

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CENTRO CULTURAL DE ALTO HOSPICIO

REGIÓN DE TARAPACÁ

Texto y fotografía, gentileza de:

Wladimyr Valdivia WestphalDirector Revista El Otro Cine

Más información: [email protected]

www.elotrocine.clwww.facebook.com/elotrocine.cl

El Otro Cine es una revista electrónica de actualización diaria, especializada en entregar información sobre cine, tanto nacional como internacional, mediante la publicación de noticias, críticas, entrevistas y columnas temáticas, convirtiéndose con los años en uno de los sitios especializados en cine más visitados del país. El Otro Cine nace como una necesidad, en la ciudad de Antofagasta –el año 2005 y cuando recién las redes y los medios digitales se posicionaban–, ya que no existía un sitio que pudiera recopilar todas las actividades artísticas y culturales que se realizaban en la ciudad. La revista comenzó entonces como un blog de opinión personal soportado en la plataforma blogger por la simple necesidad de escribir y compartir su gusto por el cine. Con el tiempo, y por el rápido éxito alcanzado, el sitio se vio obligado a crecer, sumando colaboradores provenientes del mundo del periodismo, la litera-tura y el cine.

A pesar de realizar diversas actividades, la página fue dejándolas de lado para dedicarse de lleno a la difusión del cine, mediante críticas, noticias y publicaciones en general. Sin embar-go, se siguen produciendo y apoyando la realización de diversos festivales de cine a lo largo del país, ya sea como auspiciador, patrocinador o media partner. La revista funciona también como plataforma de difusión para diversos festivales, actividades y eventos artístico cultura-les, además de ser organizadores de diferentes muestras, ciclos y eventos a nivel regional y nacional.

En el año 2008, la revista fue invitada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a participar en la organización de la Fiesta del Cine en la ciudad de Antofagasta, evento que promueve la difusión del cine nacional y que convoca año a año a un centenar de personas a lo largo de todo el país.

Desde su creación, el sitio también ha sido responsable de la organización de eventos de exhibición y promoción cultural en la ciudad de Antofagasta, siendo el más importante la Primera Muestra de Cine Chileno Independiente ANTICINE 2010 y la Muestra de Cine Pedro Sienna Antofagasta 2010, además de importantes festivales itinerantes a nivel nacional en la ciudad, tales como el Festival de Cine_B y el Primer Festival Nacional del Videoclip FENACLIP.

El �nanciamiento, enfocado al mejoramiento del sitio y la profesionalización del trabajo, ha sido obtenido a lo largo de nuestra historia a través de fondos públicos (Fondart Regional). Desde el 2006 a la fecha, la revista digital ha sido premiada en diversas ocasiones. Escogida el “Mejor Medio Electrónico" en 2009 por el diario ciudadano El Notero.

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REGIÓN DE ANTOFAGASTA

WWW.ELOTROCINE.CL

Texto y fotografía, gentileza de:

Omar Monroy

Más información: [email protected]

El Encuentro Internacional de Escritores nace en la ciudad de Chañaral el año 1993, por la necesidad de estimular el hábito de la lectura y el conocimiento, y la valoración de la literatura nortina, nacional y latinoamericana, apuntando, además, a consolidar una plena integración cultural y a�anzar los lazos de fraternidad y hermandad con los escritores de América.

El encuentro contempla recitales públicos, exposiciones, talleres, mesas redondas, presentaciones de libros, charlas, conferencias y actos públicos literario-musicales que se realizan en bibliotecas públicas, colegios, liceos, centros culturales, casas de acogida del adulto mayor, caletas, centros mineros y otros, en amenas y recreativas convivencias culturales, cuyo propósito es lograr un acercamiento con los diversos sectores sociales de la comunidad, estrategia que permite llegar a los pobladores con pleno éxito.

En las distintas versiones del encuentro han participado más de 200 escritores, entre ellos, Juan Antonio Massone, Aristóteles España, Elicura Chihuailaf, Juany Rojas, Paz Molina, Arturo Volantines, Carlos Aránguiz, Pablo Cassi, Pedro Mardones, Benjamín León, entre otros. Año a año han llegado poetas de Colombia, Venezuela, México, Puerto Rico, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil, España y Estados Unidos.

Desde el desierto más árido del mundo cada primavera �orece este encuentro, gracias a la visita de importantes escritores que viajan miles de kilómetros desde varios continentes.

El pasado mes de octubre se llevó a cabo la versión XXI. Durante cinco días se realizarón16 actividades durante las mañanas, tardes y noches en dos comunas de la provincia de Chañaral, Copiapó y localidades rurales. Este año se realizaron acciones en la Universidad de Atacama y Universidad Santo Tomás de Copiapó; en este último los alumnos del Departamento de Idiomas tradujeron al inglés algunos de los poemas de escritores chilenos e internacionales que participaron del encuentro, los que fueron leídos durante la actividad literaria.

Esta gestión literaria se ha podido mantener durante 21 años gracias al escritor Omar Monroy, junto a la colaboración de la Biblioteca Pública, amigos escritores, funcionarios municipales, voluntarias de Acopram y el �nanciamiento de la empresa minera Anglo American División Mantoverde, quienes durante la última década han contribuido a que este encuentro se consolide y se posicione en el país y en el extranjero, convirtiéndose en uno de los mejores eventos de esta naturaleza en Chile.

El Encuentro Internacional de Chañaral es uno de los más importantes a nivel nacional y latinoamericano, contribuyendo a la descentralización de nuestro país y aportando culturalmente a los habitantes de la Región de Atacama.

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ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES

REGIÓN DE ATACAMA

Texto y fotografía, gentileza de:

Alejandra Araya Hernández

Más información:[email protected]

www.facebook.com/galeria.chilearte

La Galería Chile Arte existe desde el año 2005. Es un espacio de gestión independiente, orien-tado a la práctica, promoción, exhibición y circulación de arte contemporáneo local, nacional e internacional. Contribuye a la descentralización y al fortalecimiento del desarrollo social y cultural de la Región de Coquimbo, a través de estrategias de acción, formación, discusión, participación y generación de redes. Además, genera un constante trabajo de desarrollo territorial a través de diversas acciones con la comunidad en el ámbito socio-cultural, estableciendo como ejes centrales la equidad, democratización en el acceso a los bienes culturales tangibles e intangibles, la educación y formación a través del arte como herra-mienta transversal de desarrollo social y cultural.

Instalada en el Sector de Recuperación Patrimonial Barrio Inglés de Coquimbo, se ha conver-tido en el pilar fundamental del desarrollo cultural local. En la galería se realizan exposiciones de artistas regionales, nacionales e internacionales en las áreas de pintura, fotografía, graba-do, arte conceptual e instalaciones, charlas, talleres, además de ventas de objetos de diseño y obras de artistas y creadores en las áreas de artes visuales, literatura y música regional, artesanía tradicional y contemporánea, entre otros. Su objetivo es difundir y promover las iniciativas artísticas y culturales que se han generado como respuesta al creciente desarrollo cultural local. Asimismo, ha contribuido al intercambio cultural con países como Marruecos y México, contribuyendo a la internacionalización de artistas de la Región de Coquimbo. Entre las exposiciones de este año podemos mencionar la Exposición Sinapsis Chile-México, del destacado fotógrafo mexicano Fernando Montiel Klint, y la Muestra Colectiva Nodos Relacio-nes de Identidad Chile –México, sobre fotografía Contemporánea, en el marco del Festival ARC 2014.

La Galería Chile Arte trabaja permanentemente en colaboración con diversas instituciones públicas y privadas, como el Centro de Estudios de la Imagen Fotográ�ca, la Corporación de Patrimonio Etnográ�co de Chile, el CNCA y el Museo Nacional de Bellas Artes. Este último ha patrocinado distintas actividades de la galería desde su inauguración, existiendo una colabo-ración mutua.

A través de fondos públicos y auto�nanciamiento, y gracias al trabajo de Alejandra Araya Hernández, destacada artista y gestora cultural de la región, esta galería ha podido permane-cer 10 años, convirtiéndose en un espacio de relevancia dentro del circuito del arte contem-poráneo. Actualmente, se encuentra trabajando en el proyecto Fe de Mauricio Toro Goya y el proyecto América Trazada de Sergio Lay. Durante los meses de verano, la galería permanece abierta hasta las 2 am para atraer al público que visita este barrio patrimonial y bohemio de Coquimbo.

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GALERIA CHILE ARTE

REGIÓN DE COQUIMBO

Texto y fotografía, gentileza de:

Constanza Santibáñez

Fiesta costumbrista que se realiza cada verano de manera transversal en varias localidades de la zona, y en particular en el municipio de Los Andes, reuniendo a un aproximado de 40.000 personas. Se instalan 120 módulos aproximadamente, que permiten a los interesados disponer objetos para vender en la Plaza de Armas de la ciudad.

La Festividad de la Chaya corresponde a un rito de la tribu Aylly, en el cual se le rinde tributo a la diosa Chaya, divinidad de la lluvia y el rocío, que originalmente se realizaba con harina y agua, con el �n de llamar a la prosperidad y a la buena cosecha en el periodo estival. Las personas se mojan unas a otras y se esparcen la harina como una forma sagrada y a la vez lúdica de cumplir con ritos antiguos, que han ido adoptando nuevas formas con el transcurso del tiempo.

Es un rito que se celebra, por tanto, con toda la comunidad, para llamar a la prosperidad y a la unión. Se realiza en varias zonas del país, sobre todo hacia el interior, siendo algunas más famosas que otras, como es el caso de la Fiesta de la Chaya en la comuna de Los Andes, la cual ya tiene una cierta antigüedad.

Esta �esta se ha venido realizando por más de diez años bajo responsabilidad de la Municipalidad de Los Andes, quienes dirigen sus esfuerzos a incorporar a la comunidad en la programación y participación de la "festividad del verano”. Sumados a esta iniciativa, han participado en el �nanciamiento y difusión empresas del sector privado como Santa Isabel, Codelco Andina, Puerto Terrestre y Buses Ahumada.

Durante las distintas versiones que se han realizado a lo largo de los años, se han presentado bandas como Sol y Lluvia, Los Fabulosos Cadillacs, Los Difuntos Correa, Los Prisioneros, Juana Fe, Los Ramblers, conjuntos folklóricos y grupos de reggaetón, con el �n de ofrecer un programa diversi�cado e interesante para las distintas edades. Asimismo, se invitan a participar a bandas locales tales como Cosecha Nacional, Poder Guadaña, entre otras.

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FIESTA DE LA CHAYA - LOS ANDES

REGIÓN DE VALPARAÍSO

Texto y fotografía, gentileza de:

Cynthya Silva, Macleta.

Más información:www.macleta.cl/ebm

Macleta es una agrupación de trabajo voluntario compuesta por mujeres. El principal objetivo es colaborar en el incremento del número de mujeres que usan la bicicleta en la ciudad. Comenzamos nuestras actividades en febrero de 2006, época en que Chile se preparaba para tener a la primera mujer Presidenta de Chile.

Macleta cuenta con líneas de acción que buscan contribuir en la construcción de ciudades amigables para vivir y pedalear: articulación, educación, investigación y visibilidad. Es el área de educación la que tiene el hijo favorito de nuestro trabajo: la Escuela BiciMujer. Con 17 versiones realizadas y 546 alumnas que han aprendido a pedalear o a pedalear mejor por las calles, nuestra agrupación ve cómo cada día lo que en un principio era un sueño, se va haciendo más real y comprobable en las calles.

El sueño comenzó en 2008, cuando 12 alumnas y un pequeño equipo de instructoras dieron el vamos a un proyecto que se sabía cómo comenzaría, pero jamás cómo iba a avanzar. Después de un receso, la Escuela BiciMujer volvió a realizarse en 2010 en la comuna de El Bosque. Desde ese momento no hemos parado, pasando por Las Condes, Providencia, Santiago, Peñalolén, Quinta Normal, San Miguel, Ñuñoa, Providencia y La Florida.

En días en que los medios parecen indicarnos que hay una real guerra de disputa por los espacios en las ciclovías, veredas y calzadas, dejamos de lado el sueño y lo convertimos en un desafío que no sólo educa a 546 mujeres, sino a familias completas que a través de ellas despiertan la inquietud de educarse y se transforman en peatones, ciclistas y automovilistas más responsables y empoderados de sus espacios, derechos y deberes.

Este proyecto pionero en Chile se sustenta en la idea de enseñar nociones básicas de pedaleo y su uso en tránsito a mujeres que están interesadas en usar la bicicleta como medio de transporte. Creemos y estamos absolutamente convencidas de que más mujeres usando la bicicleta es sinónimo de ciudades más seguras, limpias y justas para todas y todos. Muchas de nosotras ni siquiera recordamos con exactitud el momento en que aprendimos a pedalear, pero Escuela a Escuela nos llenamos con la experiencia de esas mujeres y sus familias, que con miedo llegan el primer día a ver "si ya tan vieja puedo aprender", como varias de ellas mismas declaran en la primera sesión. Hemos tenido alumnas entre 16 y 75 años, casi el cien por ciento de ellas han aprendido a pedalear y muchas incorporaron la bicicleta como su medio de transporte principal.

Cada versión de la Escuela BiciMujer está compuesta de 7 sesiones, una cada domingo. Y nos vamos cambiando de comuna: acabamos de concluir en Santiago y la próxima comenzará en abril de 2015. Tenemos tres niveles: Aprende a Pedalear, Bájate de la vereda Intermedio y Avanzado.

Si quieres colaborar, ser alumna o instructora, nuestro equipo está compuesto por mujeres y hombres que nos ayudan a enseñar en temas logísticos y mecánica, entre otros.

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MACLETA: MUJERES ARRIBA DE LA CLETA

REGIÓN METROPOLITANA

Texto y fotografía, gentileza de:

Maura Aranda

Más información:www.festivalteatrocoya.cl

www.youtube.com/watch?v=8U1Ey71zTls&feature=youtu.be

El Festival Teatro Coya FTC se realiza en Machalí desde el año 2012. Es un evento teatral diferi-do que plantea jornadas mensuales durante los primeros jueves de cada mes. La razón de esta modalidad radica en la importancia de plantear una alternativa teatral constante, capaz de generar una programación que invite a crear el hábito por el consumo cultural. A la fecha el FTC ha realizado 3 versiones consecutivas, acercando a más de 7000 personas a 20 obras teatrales de excelencia.

El Festival Teatro Coya nace desde la Corporación Educacional Colegio Coya. Al provenir de una entidad educacional, la importancia que se da a la educación es quizás el punto identita-rio del festival: cada una de las jornadas cuenta con 2 presentaciones teatrales, la primera exclusiva para estudiantes de la región y la segunda abierta para público general. El festival tiene un fuerte compromiso con aquellos estudiantes que por su situación geográ�ca y/o económica se encuentran aislados de la experiencia artística, razón por la que el FTC trabaja en conjunto con municipalidades de pequeñas comunas de la región que aseguran el trans-porte gratuito de sus alumnos, transformando así la actividad en un espacio absolutamente accesible para los estudiantes de la zona.

Es vital reconocer que el acceso al arte de calidad no queda meramente en lo artístico, sino que transita al plano educativo. El nuevo paradigma de educación apunta a generar un ser transversal, capaz de relacionar su trabajo con áreas distintas a las que le “pertenecerían”, y el FTC quiere que sus estudiantes no se vean afectados por la centralización económica, política y socio-cultural que afecta a nuestro país.

Por otro lado, el Festival intenta ayudar a resolver otro problema. Según la encuesta de consu-mo cultural 2009, es posible notar que entre más ingresos existen, más teatro se ve. Este último dato sitúa a un alumno de escasos recursos de la Región de O'Higgins en una desven-taja geográ�ca, económica y educativa. Por otro lado, la Política Cultural 2011-2016 señala que “la cultura da al hombre la capacidad de re�exión sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres especí�camente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos”. Desde este reconocimiento, es posible concluir que la ausencia de acceso a la cultura desvin-cula a los auditores de herramientas que les permitirán tomar consciencia de sí mismos y convertirse en sujetos éticamente comprometidos.

A partir de los fundamentos mencionados es que parece importante mantener vivo el FTC, hacerlo crecer como una plataforma artística permanente en la que sujetos de diversas situa-ciones económicas y geográ�cas se reúnan en igualdad en torno al arte; ser un espacio capaz de ofrecer una programación de calidad, reforzada por actividades de formación que apun-ten a nivelar a una audiencia hasta ahora desprovista de experiencias culturales, brindando en total acceso, resguardo para los sectores marginales, incentivo del hábito y el disfrute por la experiencia artística, e igualdad en torno al acceso de las artes.

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FESTIVAL TEATRO COYA

REGIÓN DE O`HIGGINS

Texto y fotografía, gentileza de:

Jorge Salazar Salgado

Más información:[email protected]

La Ruta del Mural "Aquí se pinta nuestra historia" comienza en 2010, luego del terremoto que destruyó gran parte de la ciudad de Cauquenes y sus alrededores.

Su objetivo es contribuir con el fomento de la identidad local, enfocado en resaltar personajes de la zona en acciones y entornos propios, quienes además han dejado una huella en el inconsciente colectivo, contribuyendo al desarrollo y riqueza cultural de la comuna. Asimismo, es una forma de acercar el arte visual a la comunidad cauquenina.

Estas evidencias representativas mani�estan el contexto histórico que vive la ciudad, pues presentan a personajes o episodios típicos: el farolero, el suplementero, el lustrabotas, vende-dores ambulantes, artesanos; se recrean situaciones comunes, partes de la historia local de la comunidad.

El trabajo incorpora nuevos murales, así como la restauración de otros pintados con anteriori-dad y que han sufrido deterioro por el sol y la lluvia. Es así como fue restaurado el mural de la Iglesia San Alfonso, templo ícono de la ciudad.

Esta iniciativa personal del artista cauquenino Jorge Salazar Salgado fue apoyada en una primera instancia por la Agrupación Cultural "La Batuta", quienes lograron recursos a través de la asociación cultural chileno-suiza Associazione Ticino Cile.

En una segunda etapa, y gracias a Ximena Peralta Pérez, periodista y gestora cultural del diario El Centro de Talca, se solicitaron recursos a Fondart el año 2013.

Actualmente, la ruta ya incorpora 200 m2, en 15 murales diferentes, ubicados en Cauquenes, Pelluhue y Chanco.

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LA RUTA DEL MURAL DE CAUQUENES

REGIÓN DEL MAULE

Texto y fotografía, gentileza de:

Staff CulturizArte Chillán

Más información:[email protected]

www.facebook.com/CulturizArteChillanhttp://culturizarte2013.tumblr.com/

El Encuentro Nacional de Gra�ti de Chillán, CulturizArte, es un proyecto que viene ejecután-dose desde el año 2010 por la Agrupación Sociocultural Pintarte. Con el apoyo de diferentes organismos públicos y la comunidad local, convoca año a año a más de 200 jóvenes artistas practicantes del arte gra�ti y street art, interviniendo artísticamente diferentes espacios de Chillán, con líneas grá�cas que invitan a la re�exión y conocimiento de la historia local.

El objetivo del proyecto es el rescate identitario de Chillán a través del gra�ti mural, para lo cual se han gestado actividades como ciclos grupales de gra�ti, talleres de gra�ti mural y charlas a la comunidad en juntas de vecinos y colegios; exposiciones audiovisuales y fotográ-�cas del impacto del proyecto y del aporte que se puede lograr en la preservación del patrimonio local, con técnicas diversas, juveniles e innovadoras.

En la consecución del proyecto, se ha tenido que desarrollar un trabajo socioeducativo y cohesionado entre los diferentes artistas del gra�ti mural de Chillán, quienes por un lado tienen la misión de proponer temáticas atingentes a la identidad local y, por otro lado, coordinar y educar estas temáticas con la comunidad en la búsqueda de los espacios perti-nentes para el desarrollo de este accionar artístico. En todos los encuentros se ha contado con la participación de destacados artistas del gra�ti, tanto del norte del país (Caldera, La Serena), como de la zona central (Valparaíso, San Antonio, Santiago, Rancagua) y sur (Concepción, Temuco, Osorno y Puerto Montt).

La metodología de trabajo di�ere de otros encuentros nacionales del mismo tipo, pues los gra�teros responsables de su ejecución tienen la misión de realizar un trabajo de investiga-ción con la comunidad local respecto a las temáticas de cada versión, antes de desarrollar sus composiciones sobre el muro. No se trabaja en base a bocetos, sino en base a la investigación y tradición oral de la misma comunidad, que se expresa luego en el muro a través de formas, colores, símbolos e íconos que han sido abstraídos del proceso investigativo previo. Esta modalidad de acercamiento entre artistas y comunidad le ha otorgado a CulturizArte originalidad y trascendencia en el tiempo.

El proyecto CulturizArte ha sido acreedor de diversos fondos concursables (INJUV, Subven-ciones Municipales y Fondart Regional), que junto a la autogestión de la Agrupación Pintarte, han permitido accionar año a año. Cada versión ha permitido a los artistas del gra�ti –en su mayoría jóvenes de 15 a 30 años– contar con materiales de ejecución, colaciones y apoyo en el transporte a todos los sectores en donde se pinta, tanto dentro como fuera de la comuna de Chillán. Además de ello, se concluye cada una de estas etapas con el trabajo comunitario y exposición de resultados en presentaciones audiovisuales y fotográ�cas, junto con la comunidad, en sus espacios simbólicos de representación.

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PROYECTO CULTURIZARTE

REGIÓN DEL BÍO BÍO

Fuente y más información:

www.clacpi.org

Desarrollados a partir de 1985, son once las versiones internacionales e itinerantes del Festival Internacional de Cine y Video de los pueblos Indígenas: México (1985 y 2006), Brasil (1987), Venezuela (1990), Perú (1992), Bolivia (1996 y 2008), Guatemala (1999), Wallmapu Chile (2004) y Ecuador (2010).

Dentro de las acciones que se realizan, destacan los Talleres Indígenas de Capacitación Audiovisual y la Muestra Itinerante en las diversas comunidades indígenas, con el �n de llevar el festival a sus verdaderos protagonistas. Además, se realiza el evento central en una o más ciudades sedes del país an�trión, donde se exhiben y premian las producciones de cine y video participantes.

El objetivo general de la actividad es promover en Chile y Argentina el cine y el video indíge-na como una forma de visibilizar la realidad y la cultura de los Pueblos Originarios de América Latina. Asimismo, busca crear una instancia de encuentro y re�exión para los comunicadores y comunicadoras indígenas o que trabajan el tema del cine y el video indígena en América Latina; generar espacios de intercambio y enriquecimiento cultural entre los pueblos indíge-nas y la sociedad chilena y argentina en general; aportar al desarrollo del audiovisual y la comunicación indígena, a través de la difusión, la re�exión y la creación de proyectos de trabajo conjunto; y dar a conocer las problemáticas que afectan a los pueblos indígenas en la América Latina, desde una mirada audiovisual, re�exiva y propositiva.

A través de alianzas con diversas instituciones de Chile y Argentina, la Coordinadora Latinoa-mericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas CLACPI, ha comenzado el proce-so de coordinación del XII Festival 2015. Este festival representa además, el punto máximo de celebración de los 30 años de historia de CLACPI.

Por primera vez este certamen se realizará en territorio indígena, trascendiendo las fronteras de los países, convirtiéndose en una importante apuesta política y de visibilización de la lucha de los pueblos indígenas. El festival se efectuará en Temuco, Chile, y Neuquén, Argenti-na, en noviembre de 2015.

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XII FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE Y VIDEO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

REGIÓN DE LA ARAUCANÍA

Texto y fotografía, gentileza de:

Unidad de ComunicacionesReserva Biológica HuiloHuilo

Más información: [email protected]

En el mes de octubre, se desarrolla en la localidad de Neltume el Festival del Bosque, evento gratuito que organizan la Reserva Biológica Huilo Huilo y la Fundación del mismo nombre. Su objetivo es difundir la importancia de la conservación y del desarrollo sustentable de los bosques, creando además conciencia social, respeto y protección hacia la naturaleza y su biodiversidad.

Más de mil personas participaron este año en la cuarta versión de este evento que llenó de colores y de música esta localidad precordillerana de la comuna de Panguipulli, en la Región de Los Ríos, y donde el actor principal fue la comunidad, a través de un des�le de carros alegóricos y de disfraces.

El público estuvo integrado principalmente por habitantes de Neltume y Puerto Fuy, además de turistas y autoridades de la Región de Los Ríos. Uno de los asistentes fue el intendente Egon Montecinos, quien señaló que el Festival "está íntimamente conectado con la ciudada-nía de Neltume, con fomentar el respeto por el medio ambiente y con celebrar la llegada de la primavera. Recupera el sentido colectivo y eso se puede palpar en la gran participación de las familias, vecinos e instituciones del lugar". Alexandra Petermann, directora ejecutiva de la Reserva Biológica Huilo Huilo, expresó que "la idea es reeditar la Fiesta de la Primavera que antiguamente se hacía en esta zona. Se llama Festival del Bosque para poner en valor el patrimonio natural y cultural de la zona: estos bosques únicos en el mundo, nuestras comuni-dades aledañas y pueblos originarios que también tienen costumbres asociadas a la natura-leza".

El festival incluyó un pasacalle con carros alegóricos y des�le de disfraces que partió desde el Parque Kümun de Neltume, un show al aire libre en el que se presentaron la comparsa juanYrosa y el grupo musical infantil Encanta Cuentos. En la sede del grupo folklórico Canta-res del Bosque se realizó la premiación de los disfraces y carros alegóricos, cuyos ganadores recibieron premios en dinero y un día de spa en Huilo Huilo. Se presentó el musical Un encuentro mágico, obra que mezcla teatro y danza, en la que participaron los niños que integran los talleres artísticos que realiza la Fundación Huilo Huilo en Neltume. Luego fue la presentación de Lorenzo Aillapán, el hombre pájaro mapuche, quien ha desarrollado un género literario original: la interpretación del canto de los pájaros conjugando la poesía, el canto y la literatura. Aillapán es uno de los más destacados exponentes de la cultura mapu-che en Chile, recibió el premio de Literatura en Lengua Indígena otorgado por Casa de las Américas de La Habana en el año 1994 y fue destacado en 2012 por la Unesco como Tesoro Humano Vivo. La actividad �nalizó con una nueva y más extendida presentación de la comparsa de folclor urbano callejero juanYrosa, quienes rescatan los ritmos tradicionales y populares del chinchín, tambor típico de las zonas urbanas de Chile central, además del uso de platillos y panderos al ritmo de una coreografía innovadora, que mezcla danza y teatro.

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FESTIVAL DEL BOSQUE

REGIÓN DE LOS RÍOS

Texto y fotografía, gentileza de:

Municipalidad de Llanquihue

Más información: Iván Vicuña [email protected]

El Encuentro Folclórico Junto al Lago nace de una iniciativa de dos profesores de la comuna de Llanquihue, en el año 1994.

Don Herminio Ruiz y don Samuel Sepúlveda, con ayuda de un docente y un vecino de la comuna, se hacen acreedores de un fondo de cultura de la Secretaría General de Gobierno. Sin embargo, se requería apoyo logístico y operacional en la puesta en escena: es así como forman una sociedad con el Centro General de Ex alumnos de la Escuela Inés Gallardo Alvara-do.

Así, la Municipalidad de Llanquihue aporta recursos económicos y pone a disposición el gimnasio �scal de Llanquihue, desarrollándose entonces el I Encuentro Nacional de Folclor Junto al Lago.

La convocatoria se realiza a grupos folclóricos amateur de todo el país, que sumado a todos los grupos locales, presentan cuadros folclóricos de todas las zonas típicas de Chile.

Con el correr de los años, el Encuentro llegó a albergar a más de 250 folcloristas de todo el país, además de reunir a más de 500 en un solo evento. Por este motivo fue reconocido con el APES el año 2007.

Hoy en día se está en un proceso de reimpulsar el encuentro en el sitial que le corresponde.

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ENCUENTRO NACIONAL DE FOLCLOR JUNTO AL LAGO

REGIÓN DE LOS LAGOS

Fuente:

http://aysen.mop.clwww.subdere.gov.cl

Fotografía:https://codesaaysen.wordpress.com

Este museo surgió a partir de la restauración de la Escuela Antigua de la localidad de Cerro Castillo, en Río Ibáñez, para su uso como Museo de Sitio y Centro de Atención al Visitante. Tras el desarrollo del proceso de diseño y participación ciudadana realizado, se de�nió como eje de la puesta en valor del edi�cio, la condición y vocación de escuela construida por la propia comunidad. La restauración intervino bajo criterios de protección patrimonial el Monumento Histórico Nacional Escuela Antigua Cerro Castillo.

El inmueble adquiere especial valor dada la relación que los habitantes establecen con él, pues fue construido por la propia comunidad el año 1955 para la educación de sus hijos. Utilizando técnicas tradicionales, conformaron lo que actualmente es parte del legado histó-rico y de la memoria colectiva de los habitantes de Cerro Castillo. Este museo es una manifes-tación histórica y material de la ocupación de estos pioneros sobre el territorio.

La restauración del edi�cio, de alto valor arquitectónico, constructivo e histórico, consideró el desarrollo de un plan maestro para ocupar la totalidad del terreno donde se inserta, y que en este caso implicó además la construcción de una nueva edi�cación destinada a servicios relacionados a la actividad museográ�ca, investigativa y de extensión, así como la propuesta de diseño para las circulaciones exteriores del conjunto y apreciación del edi�cio patrimonial y su entorno.

Este proyecto se vincula espacial y funcionalmente con sitios arqueológicos presentes en el entorno inmediato, así como con el imponente patrimonio natural que ofrece la Cordillera del Cerro Castillo y el río Ibáñez. A solicitud del Municipio de Río Ibáñez, se buscó rescatar y conservar el Monumento Nacional, como complemento de la oferta eco-cultural que ofrece actualmente el sitio arqueológico Monumento Nacional Las Manos de Cerro Castillo, así como de las actividades culturales y turísticas que se desarrollan en la Villa Cerro Castillo.

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MUSEO DE SITIO ESCUELA ANTIGUA DE CERRO CASTILLO

REGIÓN DE AYSÉN DEL GENERAL CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO

Texto y fotografías, gentileza de:

Jorge Sharp GaletovicPresidente Fundación Jorge Sharp

Corona

Más información:[email protected]

www.fundacionsharp.clwww.facebook.com/fundacionsharp

A comienzos del año 2009 fue creada la Fundación Jorge Sharp Corona, con el objetivo de crear, estudiar, estimular, promover, desarrollar, fomentar, coordinar, patrocinar, auspiciar y/o difundir iniciativas y actividades en Magallanes, destinadas a la investigación, desarrollo y difusión de la cultura y el arte, en sus diferentes manifestaciones, �nanciando sus actividades con fondos concursables, aportes de empresas e instituciones y también con recursos propios. Fue creada por los descendientes del empresario y músico por a�ción don Jorge Sharp Corona, quien a lo largo de su vida, desde la infancia hasta la vida adulta, tuvo la música como su pasión, integrando diversos grupos musicales y �nanciando algunas iniciati-vas del ámbito.

La Fundación desarrolla cada año dos actividades principales: la Semana Internacional de Jazz en la Patagonia y las Jornadas Culturales de Magallanes. Además, por especial encargo de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, coordina todas las actividades de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Magallanes.

La versión 2014 de la Semana Internacional de Jazz en la Patagonia se desarrolló durante 4 días de febrero en Punta Arenas y en Puerto Natales, con la presencia de grupos integrados por músicos de Argentina, Bélgica, Bolivia, Estados Unidos, Francia y Chile, dando cabida también a intérpretes locales.

La programación de las Jornadas Culturales de Magallanes 2014 se extendió desde el 25 de septiembre hasta el 11 de octubre, en Punta Arenas y Puerto Natales. Incluyó al guitarrista Luis Castro; a la Orquesta de Tangos de la Universidad Católica de Chile; al saxofonista cubano Miguel Villafruela, acompañado por la pianista Leonora Letelier; al bailaor Pedro Fernández y la compañía Embrujo Flamenco; y a las cantantes de ópera Andrea Aguilar y Evelyn Ramírez, acompañadas por el pianista Sebastián Camaño. El programa se completó con la presenta-ción del musical Robin Hood (adaptación de Pedro Novakovich y música de Jorge Sharp Galetovic), que fue puesto en escena por el director teatral, músico y actor Miguel Ángel Bravo, junto a la directora de actores, bailarina y coreógrafa Carolina Spencer, y que también contó con la participación de la compañía de teatro La Bandita Elasti’k, el grupo de jazz tradicional Retaguardia Jazz Band y un elenco de 22 actores, bailarines y cantantes locales. En total se ofrecieron 14 conciertos y presentaciones. Junto a los intérpretes visitantes, en las Jornadas también participaron grupos locales, como los alumnos de guitarra de la Casa Azul del Arte y bailaoras de la Escuela de Danzas de Mariné Pérez.

En cuanto a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Magallanes (OSJM), que cuenta con 66 integran-tes dirigidos por Manuel Olivares Fierro, las actividades de la Fundación Jorge Sharp Corona se relacionan fundamentalmente con la gestión administrativa, que incluye organización de ensayos y conciertos, gestión de traslados y estadía de becados, y promoción, entre otros. Este año, la OSJM cerró sus actividades con conciertos en Porvenir (Tierra del Fuego, Puerto Natales, Villa Tehuelches y Punta Arenas).

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FUNDACIÓN JORGE SHARP CORONA

REGIÓN DE MAGALLANES Y LA ANTÁRTICA CHILENA

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EMERGENCIA CULTURAL

El trabajo realizado en torno a la gestión cultural en nuestro país, es uno de los mayores intereses planteados por la Revista MGC desde sus inicios. Creemos que toda convicción y acción, viculada a la cultura y concebida por parte de sus gestores, debe estar fundada en una reflexión y asociada a un conocimiento y análisis previo que guíe su labor en el entorno social.

Queremos mostrar cuál es la visión de quienes perciben la cultura, no sólo por lo que significa, sino también por la valoración que a ella se le da como espacio e instancia de construcción social, que involucra nuestra pertenencia territorial y el poder hablar sobre un “nosotros”.

Para esta edición, escogimos cuatro reflexiones de gestores culturales que muestran perspectivas orientadoras respecto de qué manera debiese ser la gestión cultural en un contexto como el de hoy. Esperamos que lo entregado a través de estas visiones les permitan pensar cómo abordar la gestión en cultura, sirviendo de caminos de circulación que logren potenciar su desarrollo.

SOLEDAD HERNÁNDEZ TOCOL

DIANA DUARTE BERNAL

PATRICIO ESPINOSA POLANCO

SILVANA AYALA FORNO

CRISTÓBAL CÓRDOBA SÁNCHEZ

GESTIÓN CULTURAL Y ASOCIATIVIDAD INSTITUCIONAL

UN DESAFO PENDIENTE: LA CULTURA COMO CUARTO PILAR DEL DESARROLLO

LA GESTIÓN CULTURAL EN EL CHILE DE HOY, DESDE LA MIRADA DE LOS GESTORES

EL PAPEL DE LA GESTIÓN CULTURAL EN LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO

He desarrollado el o�cio de la gestión cultural al interior de instituciones. Desde ahí he aprendi-do a responder, cada vez con más soltura y con menos explicaciones de por medio, que soy gestora cultural.

Desde esas organizaciones, he notado que una vez pasado un tiempo en el ejercicio de esta labor, muchos gestores se tornan cada vez más generosos con el conocimiento adquirido. Van aprendiendo que esos descubrimientos que al principio parecen ser un valioso secreto se vuelven más poderosos cuando se comparten, se cuestionan o se ponen a prueba. Algo pasa que se multiplican.

A raíz de esta mera observación, diría que hay una oportunidad en el trabajo de organizaciones en red, que no se ha dado mucho en la gestión cultural institucional chilena, y que estamos entrando en un periodo de madurez del o�cio que nos está permitiendo abordarlo.

La asociatividad entre entidades artístico-culturales trae los mismos bene�cios que a cualquier otro rubro: generación de sinergia y economías de escala, suma de conocimientos y herramien-tas, entre otros. Lo particular para la gestión cultural es que últimamente se está dando una mayor tendencia a generar alianzas entre instituciones culturales del país y resulta interesante como espacio de acción y re�exión.

En diferentes ámbitos han surgido iniciativas relacionadas con esto, agrupaciones como la Red Salas de Teatro, que reúne a decenas de salas en Santiago desde el 2013, o la Asociación de Museos de Chile, que suma alrededor de 30 museos privados desde 2014. Recientemente, se lanzó también el Programa Puntos de Cultura en Antofagasta, que busca incentivar el trabajo en red de organizaciones del ámbito cultural y de las artes en esa región.

Antes, el 2007, ya se generó el Circuito Cultural Santiago Poniente y, el 2011, se formó el Eje Alameda. Más o menos desarrollados, dentro de estos modelos de trabajo ir armando lazos con los colegas es parte del desarrollo institucional. Agruparse, geográ�camente o por disciplina artística que se trabaje, no signi�ca desaparecer en una multitud, sino ser capaz de construir como autor y también ser parte de una creación colectiva.

Texto:

Soledad Hernández Tocol

Periodista, Licenciada en Estética, Máster en Administración de Arte y Magíster en Gestión

Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

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GESTIÓN CULTURAL Y ASOCIATIVIDAD INSTITUCIONAL

Fotografía: Diego Araya

Texto:

Diana Duarte Bernal

Cientista Político Pontificia Universidad Javeriana Bogotá y Magíster © en Gestión

Cultural, Facultad de Artes, Universidad de Chile.

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EL PAPEL DE LA GESTIÓN CULTURAL EN LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO

Esta re�exión sobre la gestión cultural hoy, en tanto ejercicio teórico y práctico, se plantea al mismo tiempo que se intenta dar respuesta a la pregunta de Guattari (2006) sobre “¿cómo producir nuevos agenciamientos de singularización que trabajen por una sensibilidad estética, por la transformación de la vida en un plano más cotidiano y, al mismo tiempo, por las transfor-maciones sociales a nivel de los grandes conjuntos económicos y sociales?” (p. 29).

El espacio público es un espacio político por excelencia, en donde se mezclan la sociabilidad, la monumentalidad, la identidad ciudadana, el signi�cado estético y la memoria colectiva. Es escenario para la práctica del poder y de la ciudadanía. La experiencia urbana y el ejercicio ciudadano comparten una doble dimensión: por un lado está la vivencia individual y por otro la colectiva, y ambas están en un continuo proceso de estructuración en el espacio público. Por tanto, la crisis en la producción de espacios de vida colectiva es también la crisis en la produc-ción de lo público en una sociedad.

Frente al predominio funcional del espacio público, surgen iniciativas que buscan “recuperarlo”, reconociendo que este se ha perdido, e incluso, que la democracia como proyecto político moderno ha fracasado. “Las prácticas de reapropiación creativa del espacio público parecen trabajar en la expresión de su propia exclusión. Se trata de hacer acontecer en el plano de la representación estética la falta de representación política” (Rojas, 2006, p. 4).

En este sentido, las acciones en el espacio público son una apuesta por pasar de una ciudadanía vinculada legalmente a un territorio, a una que se ejerce en él a través de formas creativas de producción cultural, de movilización política y de relación con el espacio urbano. Son acciones constitutivas de nuevos espacios públicos y nuevas formas de comunidad. Son expresiones de las luchas biopolíticas (Hardt y Negri, 2002).

Resulta interesante entonces pensar en las posibilidades creativas que existen fuera de los teatros, salas de exposición o centros culturales, y los retos y campos de acción para la gestión cultural en relación con la construcción de lugares de intercambio, de ejercicio ciudadano y de creatividad colectiva. Es una oportunidad para indagar en lo que el académico inglés Jonathan Vickery (2011) llama la construcción de una ciudadanía cultural y creativa comprometida política-mente a través del arte.

BibliografíaGuattari, F. & Rolnik, S. (2006). Micropolítica. Cartografías del deseo. Madrid: Tra�cantes de Sueños.

Hardt, M. & Negri, A. (2002). Imperio. Buenos Aires: Paidós.

Rojas, S. (2006, octubre). Estética del malestar y expresión ciudadana. Hacia una cultura crítica. Ponencia presentada en el Seminario Internacional "Ciudadanía, Participación y Cultura”, organizado por el CNCA en el CCPLM.

Vickery, J. (2011). Beyond the Creative City: Cultural Policy in an age of scarcity. Birmingham: Centre for Cultural Policy Studies, University of Warwick.

Fotografía: Diego Araya

Texto:

Patricio Espinosa Polanco

Antropólogo Universidad Católica de Temuco y Magíster en Análisis Sistémico Aplicado a la

Sociedad, Universidad de Chile.

Silvana Ayala Forno

Asistente Social Universidad de la Frontera y Gestora Cultural.

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UN DESAFÍO PENDIENTE: LA CULTURA COMO CUARTO PILAR DEL DESARROLLO

Por lo general, aquellas instituciones sociales chilenas que emplean el concepto de cultura entre sus objetivos programáticos lo hacen de�niéndola en función de una totalidad cuyos límites están dados por rigores identitarios. Dentro de estos encontramos, por ejemplo, la costumbre, los objetos, las tradiciones y todos aquellos elementos que comúnmente se asocian a ‘las maneras de ser’ y ‘de hacer’, lo que nos lleva a recordar el tradicional concepto de cultura propuesto por Tylor (en Bohannan & Glazer, 1994). Recordemos: “cultura es aquel complejo total que incluye conocimiento, creencia, arte, moral, ley, costumbre y otras aptitu-des y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad” (p. 64). Como se ve, este concepto de cultura nos invita a pensar en conjuntos de rasgos etnológicos susceptibles de ser comparados, o también en producción humana a todos sus niveles.

Pero ciertamente es en esta de�nición donde se soslayarían campos funcionales especí�cos de la sociedad, campos que justamente atienden a problemas como la política, la economía o el propio arte (Luhmann, 2007). En este sentido, nos inclinamos a sostener que optar por señalar que la cultura ‘es todo’, es muy parecido a decir que ‘es nada’. Por ende, es indispensa-ble –en vistas a tener un próximo Ministerio de Cultura– poder ir avanzando en una re�exión y declaración más profunda en torno a la visión de desarrollo cultural que necesitamos como país, a �n de ir delimitando roles institucionales con los distintos organismos que hoy también tienen algún ámbito de acción en este tema, como la Conadi, Mineduc, Dibam, entre otros.

Por ello, necesitamos avanzar en un marco teórico-conceptual concreto que permita, prime-ro, avalar a la cultura como un ámbito primordial en el desarrollo nacional; segundo, que nos permita tener fondos estructurales para abordar los distintos desafíos en un país multicultu-ral; tercero, evitar la fragmentación de recursos que generan impactos cortoplacistas y no inversión en procesos culturales que vayan a la par de movimientos socioculturales que hoy día emergen en nuestro país; y cuarto, generar una Política Cultural que efectivamente sea un faro orientador para los procesos de descentralización que nuestro país necesita.

BIBLIOGRAFÍABohannan, Paul & Glazer, Mark (1994). Antropología, lecturas. México DF: McGraw-Hill.

Luhmann, Niklas (2007). La sociedad de la sociedad. México DF: Herder.

Fotografía: Diego Araya

Texto:

Cristóbal Córdoba Sánchez

Ingeniero Bioquímico Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Gestor Cultural.

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LA GESTIÓN CULTURAL EN EL CHILE DE HOY, DESDE LA MIRADA DE LOS GESTORES

Que todos seamos Gestores Culturales podría incluso considerarse una especie de ideal, un muy bonito ideal. Ideal: ese algo que no necesariamente es necesario alcanzar, pero que sí es muy realizable en su justa medida cualquiera sea la realidad.

Según la RAE, "gestor" puede de�nirse como “persona que sin tener mandato para ello cuida bienes o intereses ajenos en pro de aquel a quien pertenecen” y "cultura" se de�ne como “'cultivo, crianza; conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico; conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artísti-co, cientí�co, industrial, en una época, grupo social, etc.; en la antigüedad: el culto religioso; cultura física: conjunto de conocimientos sobre gimnasia y deportes, y práctica de ellos, enca-minados al pleno desarrollo de las facultades corporales; cultura popular: conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”.

Es importante tener claridad acerca de estas dos de�niciones, pues la cultura, como se deja entrever, no le pertenece a las élites sociales, no es simplemente un único show musical ni un evento esporádico para distraerse de la rutina. Es, por el contrario, un conjunto de conoci-mientos que debe poseer un individuo y un grupo social para desarrollarse plenamente, tanto en el plano espiritual, mental, físico y social. En otras palabras, y haciendo más sentido a nuestra actualidad nacional, promover la cultura es educar. Por tanto, un gestor que promueva la educación podría considerarse como quien revaloriza los bienes patrimoniales –materiales e inmateriales– pasados, presentes y futuros de nuestra civilización en pro de nichos ciudadanos, pues es a los ciudadanos a quien pertenece la cultura, sin distinción alguna.

Así como nuestras células no sirven de nada sin el accionar de las enzimas –catalizadores naturales de las reacciones químicas que promueven la vida– el principal desafío de un Gestor Cultural radica en convertirse, en su nicho, en una enzima: un factor gatillante de cambio y sostenedor de una postura clara y concisa, particularmente caótica y sosegada, es decir, equilibrada, y globalmente relacionada, es decir, conectada.

Como la mezcla, en química, hace la solución con la que se trabaja en un largo proceso de experimentación, así también la cultura, en la sociedad, es la educación continua de nuestra condición humana como seres individuales y colectivos trabajando juntos por un bien común y mayor a nuestros propios sentidos.

Fotografía: Banco de imágenes

Escuela de Postgrado#042014

REVISTA DEGESTIÓN CULTURAL

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