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Una experiencia en Chile de trabajo grupal con dirigentes de organizaciones sociales A group work experience in Chile with leaders of social organizations Clàudia TURRÓ ORTEGA* M.ª Teresa RAMÍREZ CORVERA Mariane KRAUSE JACOB RESUMEN Ante la necesidad de apoyo expresada por vecinos de la comunidad chilena de La Vic- toria a los organismos gubernamentales, por situaciones de inseguridad ligadas al micro- tráfico, surge la intervención psicológico-comunitaria que enmarca el trabajo grupal pre- sentado en el artículo. Esta intervención grupal tuvo lugar durante los años 2003 y 2004 y se realizó con representantes de distintas organizaciones sociales de La Victoria, con el objetivo de formar un equipo de trabajo, denominado Coordinadora de organizaciones sociales, capaz de llevar a cabo de manera eficiente los proyectos comunitarios que se planteara. El proceso grupal fue facilitado por dos psicólogas y se utilizó como metodolo- gía, principalmente, técnicas participativas de educación popular, las cuales se dirigieron a potenciar las habilidades socio-emocionales y de tarea de los participantes del grupo. En último lugar se presentan los resultados, que dicen relación con los objetivos específicos propuestos para la intervención grupal, así como los logros y algunas reflexiones en torno a la experiencia. Al respecto, se destaca el anclaje de la realidad cultural-histórica de La Victoria en algunos comportamientos grupales, la importancia del proceso de inserción en la comunidad y la reflexión sobre el quehacer profesional del equipo de trabajo. Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3 375 Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 3 Págs. 375-392. ISSN: 1132-0559 EXPERIENCIAS Fecha de Recepción: 27-12-2007 Fecha de Aceptación: 15-01-2008 * Universidad Católica de Chile.

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Una experiencia en Chile de trabajo grupal condirigentes de organizaciones sociales

A group work experience in Chile with leaders ofsocial organizations

Clàudia TURRÓ ORTEGA*M.ª Teresa RAMÍREZ CORVERA

Mariane KRAUSE JACOB

RESUMENAnte la necesidad de apoyo expresada por vecinos de la comunidad chilena de La Vic-

toria a los organismos gubernamentales, por situaciones de inseguridad ligadas al micro-tráfico, surge la intervención psicológico-comunitaria que enmarca el trabajo grupal pre-sentado en el artículo. Esta intervención grupal tuvo lugar durante los años 2003 y 2004 yse realizó con representantes de distintas organizaciones sociales de La Victoria, con elobjetivo de formar un equipo de trabajo, denominado Coordinadora de organizacionessociales, capaz de llevar a cabo de manera eficiente los proyectos comunitarios que seplanteara. El proceso grupal fue facilitado por dos psicólogas y se utilizó como metodolo-gía, principalmente, técnicas participativas de educación popular, las cuales se dirigieron apotenciar las habilidades socio-emocionales y de tarea de los participantes del grupo. Enúltimo lugar se presentan los resultados, que dicen relación con los objetivos específicospropuestos para la intervención grupal, así como los logros y algunas reflexiones en tornoa la experiencia. Al respecto, se destaca el anclaje de la realidad cultural-histórica de LaVictoria en algunos comportamientos grupales, la importancia del proceso de inserción enla comunidad y la reflexión sobre el quehacer profesional del equipo de trabajo.

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Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 3 Págs. 375-392. ISSN: 1132-0559

EXPERIENCIAS

Fecha de Recepción: 27-12-2007 Fecha de Aceptación: 15-01-2008

* Universidad Católica de Chile.

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PALABRAS CLAVEParticipación social, Comunidad, Intervención grupal, Equipo de trabajo.

ABSTRACTThe psychological-communitarian intervention which has framed the group-work pre-

sented in this article, emerged from the need of support expressed by the neighbours ofthe Chilean community of La Victoria to the governmental bodies, due to insecurity situa-tions bound to micro traffic. This group-intervention took place during 2003 and 2004 withrepresentatives of different social organizations of La Victoria. The aim of the interventionwas to form a work team called “Coordinator of social organizations” that was able todevelop communitarian projects to maximize the social participation of the population. Thisprocess was conducted by two psychologists who mainly used popular education partici-pation techniques as the work methodology. These techniques were addressed to strengthenthe socio-emotional abilities and the task abilities of the members of the group. In the endthe results show relation with the specific aims proposed for the group-intervention, theachievements, and various reflections around the experience. Especially mentioned are theanchorage of the cultural and historical reality of the community La Victoria in some group-behaviours, the importance of the process of insertion in the community, and the reflectionabout the tasks of the professional team.

KEY WORDSSocial participation, Community, Intervention group, Work team.

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CONTEXTO DE APLICACIÓN

El artículo presenta parte de la segun-da etapa de una intervención comunita-ria llevada a cabo en Chile, concreta-mente en la población1 La Victoria, entrelos años 2002 y 2004, por un equipo desiete profesionales. Esta intervenciónsurgió en el marco del Programa BarriosSeguros, implementado y financiado porla Subsecretaría del Interior, desde laDivisión de Seguridad Ciudadana delgobierno chileno. Dicho programa tuvocomo finalidad dirigirse a distintaspoblaciones de Santiago de Chile, aque-jadas por problemas de violencia ymicrotráfico, con la voluntad de involu-crar a varios actores sociales, en pro deconstruir una comunidad más segura,además de enfrentar el problema de ladelincuencia desde una óptica multidi-mensional (policial, legal, psicosocial,ambiental, educacional y de salud). Elequipo, responsable de diseñar y ejecutarla intervención en La Victoria, estuvoconformado por seis psicólogos comuni-tarios y un comunicador social, vincula-dos a la Pontificia Universidad Católicade Chile, entidad que prestó sus serviciosprofesionales a las autoridades estatales.

La Victoria fue la segunda poblacióndonde se llevó a cabo el Programa BarriosSeguros, debido a la demanda interpues-ta por la Junta de Vecinos a la Subsecre-taría del Interior, para solucionar los pro-blemas de inseguridad, derivados del con-sumo y tráfico de drogas. Es decir, lamisma comunidad fue la responsable dela puesta en funcionamiento del mencio-

nado programa, manifestando una postu-ra activa frente a dicha problemática.Esta actitud se relacionaba, de algúnmodo, con el carácter empoderado de LaVictoria, explicado por su historia, la quese expone brevemente a continuación,para otorgar una mayor comprensión delcontexto donde se realizó la intervención.

La Victoria nació el año 1957 a partirde una toma de terrenos2, la primerarealizada en Latinoamérica, por ungrupo de familias provenientes de distin-tas poblaciones “callampas”3 de Santiago(Paiva, 1989). A pesar de ser éste unhecho que señala la condición de extre-ma pobreza de sus habitantes, tambiéndemuestra la capacidad de darse a símismos formas de organización propias(Cortés, 2003). En el mismo sentido,muchos habitantes de esta población,aún cuando estuvieron en condicioneseconómicas y sociopolíticas adversas(pobreza y represión durante la dictadu-ra), desarrollaron una serie de accionessociales a partir de la participación ciu-dadana y en organizaciones comunita-rias, que les permitieron enfrentar estascondiciones. Sin embargo, desde el año1990, este accionar como población fuediluyéndose, producto del cambio enChile de régimen político (el objetivocombativo de las organizaciones perdíasentido en un sistema de transicióndemocrática4) y del microtráfico que seinserta en la población.

A raíz de este último aspecto, acrecen-tado por los años, se perfiló la problemá-tica general abordada en la intervención

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1 Población, en el contexto chileno, hace referencia a un asentamiento urbano cuya construcción responde aplanes de vivienda social, iniciados por el gobierno aproximadamente en los años ’50, para hacer frente al déficithabitacional.

2 Ocupación de terrenos baldíos realizada de forma coordinada por organizaciones de pobladores sin casa.3 Nombre que recibieron en Chile las poblaciones construidas de material ligero (cartón y plástico).4 Esta transición se refiere al proceso político que tuvo lugar en Chile, posterior a la dictadura militar de Augusto

Pinochet.

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a principios del 2002. Es decir, la violen-cia y el temor, generados por el microtrá-fico y la delincuencia, implicaron unrepliegue de la participación y la organi-zación comunitaria en La Victoria, cons-tituyendo un círculo vicioso, ya que laruptura de los vínculos sociales aumentóla sensación subjetiva de amenaza y, a lavez, dejó el territorio más vulnerablepara el aumento de la delincuencia, laviolencia y el microtráfico5. Estos dosefectos, según algunos autores, puedenrevertirse en la medida que las organiza-ciones comunitarias y sus actores esténbien coordinados interna y externamen-te, favoreciendo la sensación de seguri-dad de los barrios (Gotzens, 1993; Cha-lom, Léonard, Vanderschueren y Vézina,2001). De forma coherente con lo plante-ado, se planteó como objetivo general dela intervención psicológico-comunitariapotenciar la participación de los habitan-tes de la población La Victoria, tanto anivel individual como organizacional, enlas actividades implementadas por ellosmismos en la población.

Puesto que la población La Victoria seconstituyó como sujeto y objeto demasia-do amplio para nuestro quehacer comu-nitario, se hizo necesario trabajar a dis-tintos niveles con la comunidad, a fin deconseguir una efectiva participación de,al menos, parte de ella. A partir del diag-nóstico realizado durante parte del año2002 (mediante grupos de discusión,entrevistas semi-estructuradas a perso-nas clave y una encuesta aplicada porlos mismos pobladores en el seno de susfamilias), se tomó la decisión de trabajarcon dos grupos de la comunidad: delega-das de cuadra6 (representantes electas

por cada cuadra de la población) y orga-nizaciones sociales. Si bien todos losmiembros del equipo de psicólogos parti-ciparon de la planificación y reflexión dela intervención psicológico-comunitaria,aquel se dividió en dos subequipos; deeste modo, cada uno de estos trabajóespecíficamente con uno de los dos gru-pos antes mencionados.

Siendo que el foco de la intervenciónexpuesto en el artículo dice relación conlas organizaciones sociales, se considerapertinente señalar unos antecedentesprevios al trabajo grupal específico queserá descrito posteriormente.

La intervención con las organizacionessociales comenzó el 2002, con la realiza-ción de una actividad comunitaria pro-puesta por los mismos pobladores: la 1ªFeria de organizaciones sociales. A fin deplanificarla e implementarla, se confor-mó un equipo mixto formado por algu-nos miembros del equipo interventor yvarios pobladores. Durante el desarrollode la Feria, de un día de duración, lasorganizaciones expusieron, a través destands y carteles, sus objetivos, accionese historia vinculada con La Victoria. Através de dicha actividad, se fomentó porparte de organizaciones sociales, en con-creto, y comunidad, en general, la apro-piación del espacio público de la pobla-ción relegado desde algún tiempo almicrotráfico. Asimismo, se favoreció lavinculación de los vecinos a algunasorganizaciones para una futura partici-pación a corto y mediano plazo.

Consecutivamente a esta primeraetapa de intervención, se realizó el traba-

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5 Esta información forma parte del diagnóstico participativo realizado por el equipo de psicólogos comunitariosen La Victoria durante el año 2002, incluido en Krause, M., Velásquez, E., Ramírez, T., Turró, C., Bustamante, I. &Torres, A. (2002). Intervención comunitaria en la población La Victoria. Informe de resultados año 2002. Santiago deChile: Ministerio del Interior.

6 La palabra cuadra se refiere a calle.

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jo grupal con miembros específicos de lacomunidad, abarcando el período deprincipios de 2003 hasta mediados de2004. El grupo se conformó a partir derepresentantes (hombres y mujeres) deorganizaciones de distinta índole de lapoblación La Victoria, algunos de loscuales habían formado parte del equipomixto responsable de efectuar la Feria.Dicho grupo, se denominó Coordinadorade organizaciones sociales7 y se constitu-yó, apoyado por el equipo interventor,con el propósito de fortalecer las organi-zaciones de la población y hacer efectivosu quehacer comunitario.

REFERENTES TEÓRICOS DE LA INTERVENCIÓN

La participación social como forma de actuar sobre el entorno

Puesto que uno de los aspectos diag-nosticados en la comunidad La Victoriafue el repliegue de la participación, aso-ciado a la sensación de inseguridad ciu-dadana, se hizo necesario revisar los sig-nificados de aquel concepto, con el fin deintegrarlos en el accionar con la comuni-dad, en aras al éxito de la intervención.

Si bien la participación se ha entendi-do de distintas formas, desde la simplecolaboración, en la que los actores com-parten su labor involucrándose con dis-tintos grados de intensidad, hasta lacapacidad real de un grupo de tomardecisiones (Sánchez, 1986; Gyarmati,1992), todas ellas comparten la visión dela participación como un fenómeno, pro-ceso u objetivo deseable para el serhumano (Montero, 1996; Sirvent, 1998).En este sentido, Sirvent (1998) afirmaque una característica esencial del serhumano es la de actuar como transfor-

mador del medio ambiente que lo rodea.Consecuentemente, la participación sevincula al proceso de construcción decomunidad e implica relaciones del indi-viduo con el ecosistema en que estáinmerso, generando experiencia, conoci-miento y praxis, que posteriormente seincorpora a la historia de la comunidad yforma parte de la cultura (Martínez,1998). Desde esta concepción “mesoso-cial” de la participación, se planteó laintervención psicológico-comunitaria;esto es, se pretendió que los actores deLa Victoria fueran los responsables deprovocar cierto cambio social, concreta-mente, el de hacer de su población unlugar más seguro donde vivir, o bien,como afirmaría Sabatini (1995), el dedesarrollar mediante la participaciónuna base de seguridad social y un senti-do de pertenencia.

A un nivel más focalizado, el eje con-ceptual que guió la intervención fue el dela participación social, entendida como lavoluntad de formar parte de un procesocolectivo y organizado de determinadamanera, mediante el cual los participan-tes se forman y forman a otros en elmanejo de conocimientos y destrezas,orientándose a propósitos, de acuerdo asus intereses vitales y/o sociales (Sán-chez, 1999). En el mismo sentido, Zim-merman y Rappaport (1988), planteaneste tipo de participación como el involu-cramiento en alguna actividad en que elindividuo participa sin percibir sueldo,en orden a lograr una meta común. Estetipo de accionar, no sólo se transformaen un vínculo necesario para el acceso abienes y servicios, lo que favorece lasatisfacción de otras necesidades de tipopsicosocial (Sirvent, 1988), sino que tam-bién se convierte en un potente aliadopara predecir la calidad del ambientefísico, condiciones sociales, acceso a ser-

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7 A lo largo del artículo el grupo denominado Coordinadora de organizaciones sociales será referido como “Coor-dinadora”, con el afán de facilitar la lectura.

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vicios y prevención de la delincuencia(Chavis y Wandersman, 1990).

El equipo de trabajo: un tipo de grupoa partir del cual participarsocialmente

Una de las formas en que la participa-ción social se hace notoria es a través deaquellas organizaciones comunitariasque otorgan a los miembros oportunida-des para desarrollar competencias,donde existen responsabilidades com-partidas, se participa en la toma de deci-siones, hay una atmósfera de apoyomutuo y se realizan actividades sociales(Florin y Wandersman, 1984; Zimmer-man y Rappaport, 1988; Zimmerman,2000). A fin de lograr el tipo de participa-ción mencionada, la intervención grupalapoyó a un grupo concreto de la pobla-ción La Victoria para que se constituyeracomo equipo de trabajo, entendido comoun sistema social altamente organizado yorientado hacia la consecución de unatarea común, en que sus miembrosadoptan e intercambian roles y funcio-nes con flexibilidad, de acuerdo a unprocedimiento, y que disponen de habili-dades para manejar tanto los procesosde tarea como los de mantención socio-afectiva, en un clima de respeto y con-fianza (Morales, 1990; Kantzenback ySmith, 1995). Cabe decir que la decisiónde intervenir para construir un equipode trabajo se debió a tres razones. Laprimera, situarnos en una etapa avanza-da de la intervención psicológico-comu-nitaria, después de haber trabajado condistintos actores de la comunidad y apo-yarlos en las actividades realizadas, con-solidando relaciones interpersonales conlos pobladores, basadas en un respeto yconfianza recíprocos. La segunda razónrespondió al hecho de constituir ungrupo con líderes y/o representantes deorganizaciones sociales con historia,depositarios de cierta experiencia partici-

pativa y con potencialidad para poderconstituirse como un equipo sólido quepudiera dar respuesta a necesidadesespecíficas de las organizaciones comu-nitarias. La tercera y última razón aludióa la importancia de que permanecierauna instancia de trabajo efectiva en lacomunidad. Esto último se justificó, a suvez, por el planteamiento referido a lasredes de intercambios de recursos, pro-puesto por Sarason y Lorentz (1979). Esdecir, los recursos para satisfacer lasnecesidades son limitados (y más en uncontexto pobre como lo es La Victoria),las personas poseen gran cantidad derecursos y potencialidades y el intercam-bio recíproco de los primeros mejora suutilización y eficacia. Trabajar teniendoen cuenta este planteamiento, favorece-ría según los autores una participaciónque movilizara y potenciara los recursoshumanos y materiales, individuales ycolectivos, con el fin de hacer del grupoun agente activo capaz de desarrollaracciones de cambio del entorno.

Puesto que conceptualmente la inter-vención grupal se basó en un tipo deter-minado de participación social, explicadopreviamente, metodológicamente se con-sideró como modelo más adecuado el dela animación sociocultural. Ésta, se basaen una de las corrientes de desarrollocomunitario, enraizada en los movimien-tos de Educación Popular surgidos afinales de los años sesenta en AméricaLatina. La animación sociocultural, utili-za una serie de herramientas socio-edu-cativas que tienen como finalidad esti-mular la iniciativa de las comunidadesen el proceso de su propio desarrollo,además de contar con la implicación yparticipación de las personas y colectivosa los que va dirigida. Asimismo, tienecomo finalidad la organización de ydesde los sectores populares, a fin depoder transformar su realidad concreta ymejorar la vida (Bustillos y Vargas,1999). Y esto último, tal y como señala

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Lenoir (1989), se plantea desde los pro-cesos de responsabilización de los indivi-duos en la gestión y dirección de suspropios recursos, elemento esencial si seconsidera que, para lograr el objetivogeneral de la intervención, el grupo con-creto de la comunidad con el cual se tra-bajaría, debía convertirse necesariamen-te en equipo de trabajo.

Por último, cabe agregar que a inter-vención grupal tuvo en cuenta aquellosaspectos que según varios autores (Gar-cía, 1983; González, 1999) son necesa-rios y suficientes para el buen desempe-ño de un equipo de trabajo (exceptuandoel entorno institucional que habitual-mente envuelve a este tipo de grupos):

• Un número de personas que no difi-culte la interacción constructiva parallegar a acuerdos. Deben reunirse ycomunicarse con facilidad y frecuen-cia, comprendiendo cada uno lashabilidades y funciones de los otros.

• La misión es la razón de ser delequipo, lo que le da identidad yorientación a largo plazo. Debe serel propósito del equipo comprendidopor todos, constituir una aspiraciónmás amplia que sólo metas a cortoplazo.

• Debe existir una propuesta comúnque determine cómo trabajaránpara lograr su propósito.

• Los objetivos y las metas de trabajoespecíficas deben ser parte del pro-pósito del grupo, por facilitar lacomunicación clara, concentrarseen los resultados y lograr pequeñasvictorias que crean compromiso.

• Se debe desarrollar la mezcla dehabilidades orientadas tanto alconocimiento técnico o funcional, elanálisis-resolución de problemas y

toma de decisión de trabajo, comotambién habilidades interpersonalesque contribuyan a la mantención ydesarrollo emocional del equipo.

• Los miembros deben ser individualy conjuntamente responsables delpropósito, metas, propuesta y pro-ducto del trabajo, y para esto esnecesario que conozcan con claridadsus responsabilidades individualesy conjuntas.

OBJETIVOS DE INTERVENCIÓN

Para llevar a cabo el objetivo generalde la intervención grupal, apoyar algrupo de la Coordinadora de organizacio-nes sociales en su formación como equi-po de trabajo, siendo capaz de llevar acabo eficientemente los proyectos que seplantee, se propusieron los siguientesobjetivos específicos:

1. Desarrollar el compromiso grupal.

2. Desarrollar la identidad grupal.

3. Potenciar habilidades socioemocio-nales: comunicación efectiva yresolución de conflictos.

4. Potenciar habilidades de tarea: pla-nificación, toma de decisiones ydistribución de roles.

METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓNGRUPAL

La intervención se dividió en dos fasesy se llevó a cabo por dos psicólogas deeste artículo, que actuaron como facilita-doras del proceso grupal. En la primerafase de trabajo (2003) se realizó un tallerde doce sesiones, de dos horas cada una,y dos jornadas de trabajo, ambas decuatro horas. La segunda fase (2004)

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consistió en un taller de veintidós sesio-nes de una hora y media, y cuatro jorna-das de trabajo de cuatro horas cada una.

Pensando en que el foco de la interven-ción era lograr que el grupo se constituye-ra como equipo de trabajo, se optó poruna facilitación que evolucionó desde lodirectivo (fijar directrices) hacia lo nodirectivo (utilización del reflejo de senti-mientos, ideas y comportamientos grupa-les). De este modo, se favoreció que losparticipantes fueran progresivamentehaciéndose cargo del proceso, reconocien-do, por una parte, su estado como grupoen distintos momentos, y, por otra parte,sus potencialidades y dificultades (tantoindividuales como colectivas); todo ellodirigido a que el grupo se responsabilizarade su propio funcionamiento y se inde-pendizara cada vez más de las facilitado-ras. Cabe señalar, además, que las dospsicólogas tuvieron muy presente durantelas dos fases de trabajo fomentar un climade apertura y de confianza grupal, decomunicación fluida entre participantes yfacilitadoras y de participación horizontal.

Técnicas metodológicas utilizadas

Las actividades realizadas con elgrupo se llevaron a cabo utilizando técni-cas participativas para la educaciónpopular (análisis y discusión grupal,práctica de habilidades específicas y ani-

mación grupal) derivadas de la teoría deFreire (1998), y elegidas por su carácterflexible, participativo, grupal, práctico yvivencial. Estas técnicas, a su vez, persi-guieron la doble finalidad de favorecer enlos participantes la adquisición de a)habilidades de tarea, para poder dar res-puesta concreta a los objetivos específi-cos de la Coordinadora, y b) habilidadessocioemocionales, que permitieran focali-zarse en la interacción de los participan-tes, a fin de favorecer la cohesión grupal,una comunicación efectiva entre ellos y,en el caso de que aparecieran conflictos,ser capaces de afrontarlos.

Si bien se utilizaron estas técnicasmetodológicas en las dos fases, se incor-poraron otras dos en la segunda fase dela intervención grupal: apoyo y asesora-miento formativo a dirigentes en el rol defacilitadores durante al menos cuatro reu-niones y observación no participante. Encuanto a la primera técnica, se utilizó conel objetivo de que distintos participantesadquirieran las habilidades necesariaspara poder desempeñar un rol de lideraz-go y contempló tres tipos de actividades:a) sesiones previas a las reuniones de laCoordinadora con una pareja de partici-pantes, de hora y media, durante las cua-les se analizaba, discutía y planificaba,junto con las facilitadoras, las actividadespara la sesión, en función de los objetivosde la misma; b) realización por parte delas dos facilitadoras de una pauta8 de

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8 La pauta de evaluación utilizada por las facilitadoras incluía 11 comportamientos relacionados con los roles detarea y 10 relacionados con los roles emocionales. Cada uno de estos comportamientos se evaluaba en función de unaescala tipo Likert de 1 a 5 puntos. Los roles de tarea incluían los siguientes comportamientos: (1) comienza la reunióna tiempo; (2) aclara los objetivos de la presente reunión o bien pide a alguien que lo haga; (3) ofrece y pide información;(4) da y pide opiniones; (5) capacidad de sintetizar las informaciones u opiniones que se dan en el grupo; (6) controla eltiempo previsto para las actividades; (7) centra el tema hacia los objetivos planteados; (8) coordina la discusión; (9) dis-tribuye responsabilidades; (10) Exige responsabilidades y tareas; (11) evalúa, tanto en momentos adecuados como alfinal de la reunión. Los roles emocionales incluían los siguientes comportamientos: (1) anima y estimula la participa-ción; (2) concilia los desacuerdos y propone soluciones para resolverlos; (3) acepta el conflicto y las resistencias delgrupo; (4) es capaz de observar las necesidades del grupo; (5) facilita la comunicación dentro del grupo; (6) sabe escu-char al otro, sin juzgar ni imponer su opinión; (7) es claro y directo en su comunicación; (8) es capaz de comprender laopinión de los otros; (9) es capaz de comprender los sentimientos de los otros; (10) establece normas de funcionamiento.

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evaluación en base a los comportamien-tos de la pareja “líder” mostrados durantela sesión y en base a los objetivos de lamisma; c) entrega de retroalimentación delas facilitadoras a la pareja “líder” en dosmomentos, al finalizar cada sesión y unavez terminado todo el proceso de su rol enla facilitación grupal (en base a la pautade evaluación ya mencionada). La segun-da técnica, la observación no participan-te, consistió en un análisis sistemáticodel proceso grupal y del rol de algunosparticipantes como facilitadores, evaluan-do qué aspectos de la interacción y de lashabilidades relacionadas con la tareaestaban más débiles. Esta observaciónera utilizada, por un lado, para dar retro-alimentación al grupo al final de cadareunión, con el fin de facilitar la toma deconciencia de los participantes respecto asu propio proceso grupal y así podermejorar ciertos comportamientos y/odinámicas. Y, por otro lado, considerarlos aspectos más débiles del grupo paratrabajarlos en siguientes sesiones. Porúltimo, señalar también que en la segun-da fase se implementó un recurso didácti-co escrito denominado “tabla de segui-miento”, con el doble objetivo de (1) reali-zar un seguimiento del trabajo alcanzadopor el grupo y (2) enfatizar y evaluar dosaspectos, asistencia y puntualidad, fun-damentales para el buen funcionamientodel grupo.

La intervención grupal consideró dostipos de evaluaciones: de proceso y deresultados. En la primera se utilizarondos técnicas: a) cuestionario confeccio-nado por las facilitadoras para las dosfases de trabajo, que incluía los aspec-tos positivos y mejorables del procedi-miento utilizado (logros alcanzados,actividades realizadas, tiempos emplea-dos, rol de las facilitadoras), metodolo-gía y contenidos que debieran incorpo-rarse en las próximas sesiones; b) técni-ca de observación no participantedurante la segunda fase, la cual se

explicó previamente. La evaluación deresultados incluyó indicadores de com-portamiento (asistencia, puntualidad,tareas cumplidas por los distintos parti-cipantes) y de producto (misión, objeti-vos, declaración de principios y planifi-cación del trabajo de la Coordinadorapara el 2004 y el 2005) y los roles detarea y emocionales desempeñados porlos facilitadores, según el instrumentode pauta de evaluación.

Contenidos trabajados con el grupo

La primera fase de la intervencióngrupal desarrolló los siguientes aspec-tos: contrato psicológico (normas,expectativas y metodología grupal),conocimiento interpersonal, confianzainterpersonal y grupal, importancia dela asistencia al grupo, elaboración deobjetivos de la Coordinadora, incorpora-ción de otros representantes organiza-cionales, conocimiento del accionar delas distintas organizaciones, detecciónde las necesidades de cada organiza-ción, significado y modo de conforma-ción de un equipo de trabajo, habilida-des de comunicación efectiva y retroali-mentación, necesidad de roles diferen-ciados y complementarios en un equipo,elaboración de una declaración de prin-cipios (contenedora de los aspectosvalóricos de su accionar) y organizaciónde una actividad comunitaria con suconsiguiente evaluación. Respecto a lasegunda fase, los aspectos trabajadoscon el grupo fueron: integración de nue-vos participantes al grupo, revisión delos objetivos y roles de la Coordinadora,compromiso individual y grupal, cono-cer el modo de diagnosticar y planificaractividades, identificación de los recur-sos individuales y colectivos, elabora-ción de la planificación del trabajo arealizar durante el año 2004 y 2005 yhabilidades para tomar decisiones yresolver conflictos.

C. Turró, M. T. Ramírez, M. Krause

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RESULTADOS

A continuación se presentan los resul-tados, en base a los objetivos específicosplanteados para la intervención grupal, yrelacionándolos con los indicadores y/otécnicas de evaluación utilizados, paradar cuenta del cumplimiento de cadauno de ellos. En último lugar, se expo-nen los resultados vinculados con lashabilidades desarrolladas por parte dealgunos miembros del grupo, a los cua-les el equipo interventor apoyó para quese desempeñaran como facilitadores.

El primer objetivo de la intervención,desarrollar el compromiso grupal, fueevaluado a través de tres indicadores decomportamiento: la asistencia, la pun-tualidad y las tareas cumplidas por losdistintos participantes. En relación alprimer indicador, los resultados mostra-ron una diferencia entre la primera y lasegunda fase de trabajo. Durante la pri-mera fase, la asistencia fue de un 76%.El grupo se inició con once participantesy continuó finalmente con nueve, los cua-les mostraron compromiso por el trabajo,se preocuparon de asistir regularmente,y, en caso de no poder, se excusaron consus compañeros de grupo y/o con lasfacilitadoras. En cuanto a la segundafase, la asistencia fue del 71%, iniciándo-se la Coordinadora con seis participantes,debido a que cinco personas del grupoinicial se retiraron, y fluctuando despuésentre este número y ocho participantes,debido a la integración de otros represen-tantes durante las jornadas. Por tanto, loque caracterizó esta segunda fase de tra-bajo, fue la irregularidad en la asistenciaa lo largo de todo el proceso grupal,hecho que obstaculizó un buen funcio-namiento grupal. La principal dificultadque ocasionó este tipo de comportamien-to fue el quiebre en la cohesión grupal,ya que durante la primera fase se habíalogrado un nivel notable de confianzainterpersonal y grupal, que disminuyó

con la partida de algunos participantes yel ingreso de nuevos. En este sentido, setuvo que reiniciar el trabajo de confor-mación de grupo, para conseguir nueva-mente un clima adecuado de confianza.Este hecho enlenteció el trabajo previstopara la segunda fase, por tener que apla-zarse los objetivos planificados para lasprimeras sesiones en pro del logro de unbuen clima grupal.

Los resultados obtenidos del segundoindicador, la puntualidad, evidenciaronque fue uno de los aspectos difíciles decumplir por el grupo. Durante las prime-ras sesiones del taller de 2003, algunosparticipantes llegaban entre quince ytreinta minutos más tarde de la hora deinicio. Este retraso era debido a la demo-ra fluctuante de los transportes públicos,ya que los participantes llegaban de sutrabajo, realizado en zonas muy alejadasde La Victoria. Tan solo una participantedemoraba por no tener integrado el res-peto por la puntualidad. Al ser la presen-cia de todos esencial durante las prime-ras sesiones, por la necesidad de favore-cer la cohesión grupal y el conocimientointerpersonal, se optó por iniciar lasesión una vez todos los participanteshubieran llegado. Esto producía queparte de lo planificado para una sesiónconcreta no pudiera realizarse y se tuvie-ra que desplazar para la siguiente. Apesar del énfasis expresado por las facili-tadoras al grupo sobre el respeto por lapuntualidad, y que los participantes loseñalaran como norma de funcionamien-to grupal, sólo se cumplió medianamen-te. La mayor puntualidad lograda fueronquince minutos después de la hora deinicio que el grupo había fijado. Esta difi-cultad se discutió con el grupo antes deiniciar la segunda fase de trabajo, acor-dando los miembros de la Coordinadoracon las facilitadoras, empezar mediahora después, estableciéndose sesionesde hora y media, y realizar jornadas demayor duración. Esta medida, junto con

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“la tabla de seguimiento”, donde se ano-taba la hora de inicio y cierre de lassesiones, fue decisiva para que la pun-tualidad fuera respetada por todos.

Los resultados del último indicador,tareas cumplidas por los miembros,incluyeron tanto las tareas realizadaspara el buen funcionamiento grupal,como las desempeñadas para el logro dela 2ª Feria de organizaciones sociales. Enrelación a las del primer tipo, se pidió algrupo que efectuara cinco tareas: (1) ela-boración de un resumen con los conteni-dos trabajados en cada sesión, climagrupal y resultados obtenidos, realizadocada vez por un participante y leído alprincipio de la sesión. Dicho resumen,pretendía ser una memoria de lo que ibaaconteciendo a lo largo de las sesiones, afin de que el grupo fuera conciente de supropio proceso. Cabe señalar que, de latotalidad de miembros de la Coordinado-ra, tan solo dos no realizaron la tarea,por no asistir a las dos sesiones dondetenían que leer el resumen. El resto departicipantes cumplió con la tarea plena-mente, además de expresar su utilidadcomo medio de comprensión y profundi-zación de lo acontecido en el grupo; (2)preparación de una exposición de laorganización a la cual representaban,respondiendo a varios contenidos queellos mismos seleccionaron, fruto del tra-bajo grupal. Todos los participantescumplieron con la tarea, exponiendo suorganización a la Coordinadora entre laquinta, sexta y séptima sesión, utilizan-do en algún caso material de apoyovisual; (3) detección por parte de cadauno de los participantes de las necesida-des percibidas por sus respectivas orga-nizaciones y llevarlas por escrito a unajornada determinada, para poder derivarde ellas los principales objetivos quedebía tener la Coordinadora. Si bien latarea se realizó, no se cumplió en elplazo fijado, sino dos sesiones posterio-res a la jornada; (4) y (5) designación de

tareas concretas a miembros específicosdel grupo, en función de la distribuciónde roles realizada en la segunda fase detrabajo grupal. Así, la primera de estastareas, cumplidas plenamente, se rela-cionó con el rol de secretaria y consistióen anotar los resultados y los acuerdosllegados en las sesiones, así como leerlosal inicio de cada una de éstas. La quintatarea se asignó a las tres parejas queactuaron como facilitadores y consistióen la preparación de las actividades arealizar para cada sesión, previamente alinicio de cada una. Esta tarea fue la quemenos se cumplió, pues las parejas defacilitadores o bien llegaban tarde a lapreparación de las sesión con el equipointerventor, o bien llegaban puntualmen-te pero sin haber preparado entreellos/as la sesión.

Especialmente importante para eva-luar el compromiso grupal fue la organi-zación y realización de una actividadcomunitaria realizada por la Coordinado-ra durante buena parte de la primeraetapa de trabajo, en el 2003: la 2ª Feriade organizaciones sociales. Ésta tuvo suantecedente en el año 2002, con la reali-zación de la 1ª Feria de organizacionessociales, la cual se explicó brevementeen una sección previa del artículo. Demodo similar a ésta, la 2ª Feria consistióen una actividad callejera en que las dis-tintas organizaciones mostraban su que-hacer a través de stands y paneles,donde exponían sus objetivos, activida-des y productos. Asimismo, se contó conun escenario desde el cual se presenta-ron diversos actos artístico-culturales.Para llevar a cabo la actividad, se realizóuna distribución de tareas entre losmiembros de la Coordinadora en funciónde las motivaciones y capacidades de laspersonas. Pese a que hubo un avancepor parte de algunos miembros en cuan-to a asumir sus tareas, realizándolas atiempo, otros no las realizaron, lo queprovocó, por una parte, malestar en el

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grupo, por no poderse realizar algunasactividades previstas, y, por otra, la exi-gencia de quienes sí cumplieron con lastareas asignadas. Así, la 2ª Feria deorganizaciones sociales contó con la par-ticipación de trece organizaciones, inclu-yendo tanto a organizaciones que forma-ban parte de la Coordinadora como otrasde La Victoria. Respecto a la evaluaciónque la Coordinadora realizó de la activi-dad, el grupo destacó como aspectospositivos: la elaboración y exhibición dependones con la información de la Coor-dinadora, ubicados al inicio de la calledonde se instaló la Feria, difusión de lasorganizaciones que la constituían, asícomo su Declaración de Principios,paneles con información de distintasorganizaciones sociales de La Victoria,con contenido claro y, por último, laincorporación en la actividad de dosorganizaciones no participantes en laFeria del año pasado.

El segundo objetivo de la intervención,desarrollar la identidad grupal, se eva-luó con tres indicadores de producto;esto es, misión, objetivos y declaraciónde principios de la Coordinadora. Luegode un largo proceso de detección denecesidades personales y organizaciona-les, se obtuvo una revisión acabada delos dos primeros indicadores. Así, laCoordinadora logró un conocimientoclaro, compartido y aceptado de sumisión: fortalecer las organizaciones anivel interno. En cuanto a la definiciónde los objetivos, ésta fue compleja por laambiciosa voluntad de parte del grupode trabajar a nivel comunitario. Con talde simplificar y hacer realista la tarea dela Coordinadora, se consideró la elabora-ción de objetivos a partir de la detecciónde necesidades que cada participanterealizó de su respectiva organización.Así, surgieron cinco objetivos: (1) capaci-tar a las organizaciones en los temasdemandados: realización de proyectos,educación cívica, difusión de la organiza-

ción y resolución de conflictos; (2) apoyarcon recursos humanos a las distintasorganizaciones en las actividades comu-nitarias que realicen; (3) buscar espaciosfísicos para realizar actividades; (4) reali-zar actividades para generar recursoseconómicos y (5) mejorar los canales decomunicación entre la Coordinadora ylas organizaciones sociales externas aella. Por último, a partir de la propuestarealizada por uno de los participantes algrupo, se desarrolló una declaración deprincipios, con el fin de abarcar losaspectos valóricos que guiaban el queha-cer de la Coordinadora. La propuesta fueacogida por el grupo y se plasmó en unadeclaración que tenía como ejes la soli-daridad, la identidad como “victorianos”y el bienestar psicosocial de los poblado-res.

El tercer objetivo, orientado a poten-ciar las habilidades socioemocionales,específicamente de resolución de conflic-tos y de comunicación efectiva, se valoróa través del cuestionario de evaluaciónde proceso y de la observación no parti-cipante por parte de las facilitadoras. Enrelación a los resultados obtenidos delcuestionario, los participantes menciona-ron en la sexta sesión del taller del 2003lo siguiente: existencia de mayor con-fianza interpersonal respecto al inicio deltaller, aprendizaje de capacidad autocrí-tica respecto al comportamiento con ypara el grupo y mayor tolerancia a lasdiferencias valóricas e ideológicas de losmiembros. Respecto a la segunda fase detrabajo, los participantes señalaron enrelación al año anterior que había másparticipación de todos los miembros dela Coordinadora, basada en un mayordiálogo y discusión entre ellos. Asimis-mo, también indicaron que existía unamayor capacidad de expresar los senti-mientos, así como una expresión máslibre de sus reacciones negativas. Estaevaluación de los participantes del pro-ceso grupal durante el año 2004, se

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complementó con algunos aspectos obte-nidos de la técnica de observación noparticipante. Respecto a la habilidad decomunicación efectiva, los participantes(1) se escuchaban sin interrumpirse, (2)la escucha entre ellos era con respeto,(3) la conversación era más argumentadaque al inicio del trabajo del 2003 y (4)exponían distintos puntos de vista. Encuanto a la habilidad para resolver con-flictos se observó que (1) había dificultaden enfrentar los conflictos, en el sentidode tener miedo a confrontar, (2) al apare-cer un conflicto, la tendencia del grupoera a la minimización o incluso a lanegación y (3) planteamiento más directode los conflictos paulatinamente, en elsentido de atreverse a emitir opinionesdiscordantes.

El cuarto y último objetivo, potenciarhabilidades relacionadas con la tarea,concretamente, de planificación, distri-bución de roles y toma de decisiones, fueevaluado a partir de la organización de laactividad comunitaria “2ª Feria de orga-nizaciones sociales”, el indicador de pro-ducto obtenido de la planificación deltrabajo para los años 2004 y 2005 y losresultados de la observación no partici-pante. Respecto a la habilidad de planifi-cación, se observó que la Coordinadorainicialmente tendía más al activismo queal trabajo en base a necesidades y objeti-vos reales. Es decir, por una parte, exis-tía poca reflexión en torno a los objetivosde las actividades que planteaba, orien-tadas a reunir las organizaciones socia-les, con un propósito basado en la tradi-ción, que incluso referían con sus pro-pias palabras: “hacer lo que siemprehemos hecho”, o bien para mostrar queéstas seguían vivas. Por otra parte, lasactividades se realizaban en base a laimprovisación y a la “buena voluntad”.Esto dos aspectos tuvieron como efectoque las facilitadoras propusieran algrupo priorizar la detección de necesida-des, a nivel de las organizaciones socia-

les que cada miembro de la Coordinado-ra representaba, como criterio de reali-dad y en aras a definir objetivos claros yplanificar acciones.

La Coordinadora, gracias a la puestaen práctica de la planificación para reali-zar la 2ª Feria de organizaciones socia-les, se dio cuenta del aporte que estaherramienta podía suponer para susfuturas actividades, en cuanto a mejorarel resultado y calidad de éstas. En elmismo sentido, la planificación del traba-jo para los años 2004 y 2005 fue unlogro importante, en tanto permitió esta-blecer objetivos a mediano plazo, conso-lidó los objetivos de la Coordinadora enforma de actividades concretas y definióun cronograma para cada año, con tare-as y responsables, susceptibles de estarsujetas a revisión y evaluación paralograr su cumplimiento.

Respecto a la capacidad de distribuirroles, el equipo, de manera similar acomo llevaba a término la planificacióndurante la primera etapa de trabajo,actuaba con una suerte de inercia. Esdecir, determinaba los encargados dealgunas tareas sin asegurar responsabi-lidad ni factibilidad real, lo que muchasveces derivaba en tareas no cumplidas,improvisaciones de último momento yconfusiones en relación al grado de res-ponsabilización del encargado/a de latarea o bien en qué consistía ésta. Juntocon el proceso de aprendizaje en planifi-cación, la Coordinadora fue compren-diendo a partir del diseño, organización yrealización de la 2ª Feria de organizacio-nes sociales, la necesidad de definir conantelación los roles que cada uno desem-peñaría en una actividad, así como laimportancia de asumir y exigir responsa-bilidad frente a las tareas asignadas,para que éstas fueran ejecutadas demanera efectiva. Una de las actividadesque fue realizada en una sesión grupalmientras se estaba organizando la 2ª

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Feria, consistió en identificar a nivelindividual las competencias que cadamiembro tenía en función de los requeri-mientos de los distintos roles necesariospara llevar a cabo dicha actividad comu-nitaria. Gracias a este trabajo, el grupotomó conciencia sobre la importancia depredefinir los requisitos necesarios paracada rol, así como reconocer las compe-tencias individuales más adecuadas parasu óptima realización.

En cuanto a la toma de decisiones,ésta fue una de las habilidades máscomplejas de trabajar. Al grupo le costódiferenciar entre facilitar la toma dedecisiones e imponer autoritariamenteuna decisión; si bien los participantesentendían la relevancia del diálogo, lescostaba concebir la riqueza de expresaropiniones divergentes en pro de la bús-queda de opciones creativas, a partir delas cuales llegar a consenso. Entonces,la Coordinadora al principio tendía amantener conversaciones que podíanalargarse, incluso durante semanas, sinllegar a acuerdos ni decisiones, las quefinalmente eran tomadas, por la urgenciade tiempo, por una persona. Ahora bien,en otras ocasiones se producía un fun-cionamiento contrario, es decir, al existircierto temor en el grupo de ser autorita-rio, el resultado final era un comporta-miento grupal basado en no tomar deci-siones. El desarrollo de esta habilidadfue especialmente abordada a partir dela retroalimentación individual y grupal.Como resultado de esta técnica cabeseñalar que, si bien no se alcanzó elnivel esperado, es decir, que las decisio-nes se tomaran de común acuerdo luegode una discusión que involucrara distin-tas miradas al problema, se mejoró endos sentidos: la responsabilidad de cier-tos líderes en asumir la toma de decisio-nes en los tiempos correspondientes y laconcreción del tema central de las discu-siones como método para facilitar losacuerdos grupales.

El último aspecto a señalar en estasección de resultados son los comporta-mientos más desarrollados por los seismiembros de la Coordinadora (un hom-bre y cicno mujeres), en su rol como faci-litadores. Para ello, se utilizó en la pri-mera sesión donde se desempeñaroncomo facilitadores, la pauta de evalua-ción que incluía los roles de tarea y emo-cionales, resultado que fijó el punto departida a partir del cual poder entregaruna retroalimentación de su estado deavance una vez finalizadas todas lassesiones en que algunos miembros asu-mían un rol de facilitación. Así, por unlado, cabe señalar que tres de los partici-pantes potenciaron roles de orientaciónemocional, en menoscabo a los de tarea,destacando de los primeros la capacidadde comprender las opiniones y senti-mientos de los otros, generar un climade trabajo grato, ser empático y asertivoy tener sentido del humor. Por otro lado,dos miembros distintos a los indicadospreviamente, mostraron su fortaleza enlos roles de tarea, específicamente, en lacapacidad para centrar el tema y seguirlos objetivos propuestos para la reunión,controlar el tiempo de las actividadesrealizadas, pedir al grupo que se respon-sabilizara de ciertas tareas, retomar lostemas u objetivos cuando el grupo sedispersaba y generar confianza y seguri-dad en el grupo por cuanto mostrabanconocer bien las actividades. A fin de queestos cinco participantes desarrollaranlos roles que tenían más débiles, se losretroalimentó sesión tras sesión, entre-gándoles por escrito, por parte del equi-po interventor, las áreas a mejorar.Ahora bien, cabe señalar que la facilita-ción efectuada en pareja fue positiva, entanto se produjo coordinación y comple-mentación de roles entre los dos facilita-dores; es decir, si uno de ellos mostrabamayor fortaleza en el rol de orientaciónemocional y dificultad en la orientación ala tarea, el otro facilitador se desempe-ñaba en este rol, y viceversa, teniendo

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como efecto la presencia en el grupo delos roles emocionales y de tarea. Por últi-mo, debe destacarse que una de las par-ticipantes, potenció como facilitadora deigual manera los dos tipos de roles, des-tacándose entre sus capacidades las desaber escuchar, impregnar de energía algrupo y ser capaz de enfrentar los con-flictos.

CONCLUSIONES

Se presenta a continuación la valora-ción general de la intervención grupal,exponiendo primeramente los logros, asícomo las dificultades en relación a éstay, finalmente, algunas reflexiones sobrela experiencia, las cuales pueden ilumi-nar algunas intervenciones comunitariasfuturas.

En relación a esta experiencia profe-sional, cabe mencionar, de modo general,tres logros. El primero se refiere a laidentidad grupal desarrollada por losmiembros de la Coordinadora. Estosconsiguieron internalizar su razón de sercomo grupo, teniendo clara su finalidady su relación con la misión y valores dela organización, así como los objetivospropios que le daban sentido a la inter-acción e interdependencia grupal. Eneste sentido, la Coordinadora pasó a serun referente poblacional respecto a lasorganizaciones sociales y a la implemen-tación de actividades comunitarias,fomentando la ocupación de los espaciospúblicos y generando canales de comu-nicación entre las organizaciones y lospobladores. Esto último, conseguido através de la realización de la actividadcomunitaria “2ª Feria de organizacionessociales”. Asimismo, ésta significó el pri-mer paso del quehacer de la Coordinado-ra como equipo autónomo, sin que elequipo interventor tuviera la responsabi-lidad organizativa, además de ser capazde llevar a cabo un proyecto comunita-

rio. El tercer logro dice relación con laadquisición de habilidades interpersona-les, tanto de orientación emocional comode tarea, explicadas en detalle en la sec-ción de resultados, así como conseguirun adecuado compromiso e identidadgrupales, aspectos esenciales para queun equipo pueda trabajar de maneracolaborativa y orientada a objetivos espe-cíficos.

Respecto a las dificultades del trabajogrupal, la primera que se debió enfrentarfue la discrepancia entre la percepciónque tenían los pobladores sobre su “símismo” y su estado real. Es decir, lospobladores de La Victoria se definían a símismos como una comunidad conmucha fuerza y participación, capacesde organizarse y generar recursos desdela carencia y con fuerte “sentido decomunidad”. Sin embargo, el trabajocotidiano nos hizo ver otra realidad, la deun grupo con participación, pero amucha menor escala de la percibida porellos, debida esta situación sobre todo almicrotráfico y la desesperanza, esta últi-ma producto de una transición democrá-tica que heredaba, entre otros, valoreseconómicos neoliberales, además de nocumplir el nuevo gobierno con las expec-tativas de equidad y mayor calidad devida para todos los chilenos. Estas atri-buciones las habían expresado los miem-bros de la Coordinadora, quienes, cabeno olvidar, representaban a distintasorganizaciones sociales consolidadas deLa Victoria. En coherencia con lo plante-ado, la discrepancia mencionada en lapercepción como pobladores entorpecióel funcionamiento grupal, puesto que lafuerza que el “pasado” impregnaba en losparticipantes de la Coordinadora, dificul-taba re-construir una nueva realidadorganizacional presente. A nivel de equi-po interventor, implicó también realizarun re-ajuste entre las expectativas opti-mistas en relación a la existencia en elgrupo de cierta base de habilidades y

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actitudes en relación a la participación yla situación real.

La segunda dificultad en la experienciagrupal realizada fue lograr una asistenciaregular por parte de los participantes.Durante el proceso observamos lo compli-cado que fue para el grupo incorporaresta norma, lo que pudo explicarse pordistintos motivos: llegada tarde del traba-jo y cansancio, hábito de impuntualidadarraigado, sobrecarga en otras activida-des de su organización o, simplemente,atribuciones externas (por ejemplo, llovíay se suponía que no había reunión degrupo). Ahora bien, todos estos aspectoseran aristas de un mismo comportamien-to, el cual podía explicarse por una ciertadinámica grupal. Esto es, generalmentelos grupos tienden a ser conservadores ensu funcionamiento, en el sentido que, uncomportamiento ya instalado, es muydifícil de cambiar, debido a que los miem-bros del grupo tienden a actuar económi-camente (realizar la conducta que generemenor gasto energético). Esto implicaactuar bajo supuestos, sin contrastarloscon los hechos (González, 1999). Cambiarun comportamiento, desde esta perspecti-va, significaba tomar conciencia de lasdificultades que generaba, lo que implica-ba un mayor esfuerzo y, por tanto, unmayor gasto energético que el comporta-miento ya instalado.

La última dificultad con la que seenfrentó el equipo interventor fue des-arrollar en el grupo la capacidad de reso-lución de conflictos. Resulta interesantepuntualizar que, la tendencia grupal erala negación o minimización de los con-flictos, lo que impedía su enfrentamientoy resolución. Durante el proceso seimplementaron distintas estrategias paratrabajar dicha habilidad, a través de téc-nicas o conversándolo directamente, sinembargo, no hubo grandes cambios. Alrespecto, se hipotetizó que el comporta-miento de negación al conflicto podría

relacionarse con una de las secuelassociales provocadas por los años de dic-tadura militar que vivió el país, donde elrechazo y el miedo al conflicto eran dosprocederes recurrentes.

Respecto a las reflexiones surgidas araíz de la experiencia de trabajo comuni-tario presentada, un aspecto a resaltar,dice relación con el proceso de insercióndel equipo de profesionales en la comu-nidad, en dos direcciones concretas: lade respetar los tiempos y estilos de tra-bajo de la población y la de integrar el roltécnico de los profesionales. Todos ellos,elementos que implicaban partir de unapostura de intervención que valoraba losrecursos de la comunidad frente a suscarencias. En cuanto a la inserción enLa Victoria, fue necesario hacerlo a tra-vés de un acercamiento paulatino, conuna actitud de apertura y de escucha delas necesidades poblacionales, rescatan-do las experiencias y sabidurías de lacomunidad y, especialmente, teniendoen cuenta que la población donde traba-jamos era poseedora de una historia par-ticipativa. Estas actitudes fueron útilestanto para resquebrajar las resistenciasque toda comunidad tiene ante un equi-po interventor externo, como para irentrelazando una relación de confianza.En cuanto al rol profesional del equipointerventor, se tuvo especial cuidadodurante toda la experiencia, del aporteconjunto entre equipo y pobladores encuanto a conocimientos y habilidades, detal manera que se favorecía una poten-ciación y enriquecimiento de ambos.

Otro aspecto importante de rescatares la relevancia que cobró en el queha-cer comunitario la discusión con la tota-lidad del equipo interventor. En estesentido, los espacios de reflexión de lasfacilitadoras grupales, además de lasreuniones con el equipo completo, per-mitieron observar, desde dentro de laexperiencia grupal y desde una postura

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más distante a ésta, el proceso, facili-tando la toma de decisiones en relacióna las mejores alternativas a seguir parael logro de los objetivos propuestos. Taly como se explicó a lo largo del artículoesta experiencia profesional, la metodo-logía utilizada y los objetivos abordadosimplicaban fomentar directamente laparticipación de un colectivo concretode la comunidad, partiendo siempredesde las preocupaciones, necesidadesy fortalezas propias del grupo. Coinci-dente con lo planteado, Gento (1994)señala que la intervención puede servista como la intervención de personas ogrupos en la discusión y toma de deci-

siones, compartiendo para ello trabajosespecíficos, lo que implica asumir partedel poder o del ejercicio del mismo. Espor ello que el equipo interventor tuvoen cuenta que la importancia de traba-jar desde y para la participación impli-caba que el grupo de la Coordinadora deorganizaciones sociales se involucraraactivamente, desde el comienzo, en elproceso de desarrollo de la intervención,tomando conciencia de la situaciónexistente y de sus causas, así como delas acciones que pudieran conducir a lasuperación de la situación, aspectospudieron observarse en el desarrollo dela intervención expuesta.

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