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¿ UN NUEVO ORDEN ECONOMICO MUNDIAL ? DE BRETTON WOODS HACIA LA MURALLA CHINA ECONOMÍA MUNDIAL Bretton Woods: 70 años de un orden económico mundial En Bretton Woods, New Hampshire, se establecieron hace 70 años las nuevas reglas para las relaciones financieras entre los países industrializados y se trató de poner fin al proteccionismo. Cuando comenzó la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, llevada a cabo en Bretton Woods, el mundo se enfrentaba a las consecuencias políticas y económicas de dos guerras mundiales. Hacía tiempo que las monedas de los países industrializados ya no estaban acopladas al valor del oro, y habían financiado dos guerras emitiendo moneda y con altas tasas de inflación. “Eso provocó al final una corrida devaluatoria, una especie de guerra monetaria”, die Jürgen Matthes, del Instituto Alemán de Economía (IW). Todos querían vender sus productos baratos y se aislaban de los demás, lo que hizo que el comercio mundial colapsara. El mundo necesitaba un nuevo orden económico y comercial, y había dos conceptos a debate. Uno provenía del economista británico John Maynard Keynes, cuya idea era “no dejar solo a los

Un Nuevo Orden Economico Mundial Por Luis Peralta

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El actual orden economico del Mundo rige desde el termino de la 2da guerra mundial en que el ganador de la misma EEUU obligo a los paises del mundo a aaceptar el Tratado de Bretton Woods que posiciona su economia para los años futuros a costa de forzar al dollar como patron de divisa internacional y exportando su inflacion alos demas paises del mundo que endeudanse contribuyeron al crcimiento del capitalismo EEUU

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¿ UN NUEVO ORDEN ECONOMICO MUNDIAL ?

DE BRETTON WOODS HACIA LA MURALLA CHINA

ECONOMÍ A MU ND IAL

Bretton Woods: 70 años de un orden económico mundial En Bretton Woods, New Hampshire, se establecieron hace 70 años las nuevas reglas para las

relaciones financieras entre los países industrializados y se trató de poner fin al

proteccionismo.

Cuando comenzó la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, llevada a cabo en Bretton

Woods, el mundo se enfrentaba a las consecuencias políticas y económicas de dos guerras mundiales.

Hacía tiempo que las monedas de los países industrializados ya no estaban acopladas al valor del oro, y

habían financiado dos guerras emitiendo moneda y con altas tasas de inflación. “Eso provocó al final una

corrida devaluatoria, una especie de guerra monetaria”, die Jürgen Matthes, del Instituto Alemán de

Economía (IW). Todos querían vender sus productos baratos y se aislaban de los demás, lo que hizo que el

comercio mundial colapsara.

El mundo necesitaba un nuevo orden económico y comercial, y había dos conceptos a debate. Uno

provenía del economista británico John Maynard Keynes, cuya idea era “no dejar solo a los

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estadounidenses la responsabilidad y el poder de configurar un sistema monetario”, dice Dominik

Geppert, historiador de la Universidad de Bonn.

Pero el plan de Keynes está condenado al fracaso. Por un lado, el mundo de entonces no estaba preparado

para una solución multilateral. Por el otro, Keynes estaba desde el comienzo en una posición débil en las

negociaciones. “Keynes tenía, además, el problema de tener que negociar las deudas de guerra de Gran

Bretaña con EE. UU.”, explica Geppert. Finalmente, se impuso el Plan White, llamado así en honor

economista estadounidense Harry Dexter White, que preveía un orden monetario internacional con el

dólar como divisa líder. Es decir, que todos los países se comprometían a ajustar sus monedas en un

determinado espectro con respecto al dólar. Como contrapartida, EE. UU. garantizaba cambiar dólares

por oro cuando fuera necesario.

Nace el Fondo Monetario Internacional

John Keynes y el ministro de Finanzas chino, H.H. Kung. (1944).

Al finalizar la conferencia de Bretton Woods se creó el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco

Mundial. En 1947 se sumó a esos organismos internacionales el Acuerdo General sobre Aranceles

Aduaneros y Comercio (GATT, por su sigla en inglés). Todos ellos forman parte del sistema de Bretton

Woods, que sin duda dio nuevo impulso al comercio internacional. Pero como este se lleva a cabo en gran

parte a través del dólar, una mayor actividad comercial se traduce en una mayor necesidad de contar con

dólares, y eso evidencia la contradicción del sistema de Bretton Woods: ¿Cómo se puede asegurar un

cambio en oro si cada vez hay más dólares en circulación?

Pronto EE. UU. notó que, debido al estatus de liderazgo del dólar, podían imprimir tantos billetes como

querían, y hacen uso abundante de ese privilegio, cayendo en un déficit en su rendimiento económico. Eso

significa que consumen más de lo que producen. A eso se suma la Guerra de Vietnam, que les ocasiona un

bache cada vez mayor en su presupuesto. Dado que el curso de cambio de 35 dólares la onza, el presidente

francés, Charles de Gaulle, se niega a seguir pagando los costos de guerra de EE. UU. y comienza a

cambiar las reservas en dólares de Francia por oro en 1965, y hasta ordena traer el oro a París en

submarino.

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El fin del sistema Bretton Woods?

El 15 de agosto de 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon da por finalizada la unión del dólar al

oro. Luego de eso, los bancos centrales de Occidente han tratado por todos los medios de mantener con

vida al sistema de Bretton Woods. La suma de las intervenciones de divisas es astronómica, sobre todo en

Alemania. En marzo de 1973, el Gobierno de Willy Brandt anuncia que ya no respaldará al dólar. Cada vez

más países siguen el ejemplo alemán, y el sistema de Bretton Woods termina colapsando.

“El sistema de Bretton Woods colapsó porque se centraba en EE. UU., y ese país, también debido a la

Guerra de Vietnam, no llevó a cabo una política financiera orientada hacia la estabilidad, como lo hizo, por

ejemplo, Alemania”, dice Jürgen Matthes. El FMI y el Banco Mundial sobrevivieron a Bretton Woods, y el

GATT se transformó en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Hoy el dólar, ¿mañana el yuan? Al cumplirse 70 años de la conferencia de Bretton Woods, Estados Unidos debería analizar

más a fondo la historia de las finanzas globales. Así podría aprender mucho sobre las

amenazas al dólar, opina Frank Sieren.

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El dólar estadounidense cumple 70 años como la principal moneda internacional de referencia. Pero en

Washington no podrán celebrar con tanta euforia. Los años dorados de la moneda estadounidense se

acercan a su fin. Desde una perspectiva histórica, esto no sería algo inédito. En realidad, el dominio de las

finanzas globales por parte de una divisa específica dura entre 80 y 100 años.

Por la misma razón, China bien podría suceder con su yuan al dólar estadounidense. Hace 70 años, los

estadounidenses quitaron del trono a los británicos y a su libra esterlina. Poco antes de que acabara la

Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era un país tan poderoso, que pudo imponer el lugar donde se

celebraría en 1944 la conferencia para definir el nuevo orden monetario global. No fue en Londres, sino en

Bretton Woods, un balneario en New Hampshire. Ahí se reunieron los ministros de Finanzas y los

directores de los bancos centrales de 44 países.

Los británicos menospreciaron la importancia que tendría la sola elección de la sede para el encuentro.

Los estadounidenses tenían la ventaja de jugar en casa, y eso les permitió ejercer presión. Después de dos

guerras mundiales, el planeta se encontraba prácticamente en ruinas, tanto económicamente como en

materia de política financiera. Los países se habían despedido del oro como referencia: el valor de sus

monedas nacionales ya no se encontraba encadenado al del metal áureo. Las dos guerras habían sido

financiadas imprimiendo billetes y, al mismo tiempo, originando altos niveles de inflación. Los británicos

estaban endeudados hasta el cuello con los estadounidenses.

Frank Sieren, especialista en política y economía de China.

El enviado por la parte inglesa fue John Maynard Keynes, ministro de Finanzas de Reino Unido y, en

aquel entonces, el economista más famoso del mundo. Éste tenía argumentos inteligentes contra la

posición estadounidense. Pero como suele suceder en la política, no se trataba de ver quién argumentaba

mejor, sino quién tenía más poder. Los discursos de Winston Churchill y la resistencia británica habían

contribuido de manera decisiva a la victoria de los aliados. Pero eso ya no importaba.

Los estadounidenses querían ante todo asegurarse de que la hegemonía británica pasara a la historia. El

oponente de Keynes, el estadounidense Harry Dexter White, tenía poder suficiente para ello. Los

británicos esperaban que con el fin de la Segunda Guerra Mundial la libra esterlina, y con ella el imperio

británico, florecería de nuevo.

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Pero el 50 por ciento de la producción mundial corría ya a cargo de Estados Unidos. Además, este país no

había sufrido bombardeos. El ejército estadounidense era el más poderoso y avanzado. Tenía bombas

atómicas. Los británicos tenán brillo y alcurnia, pero una economía resquebrajada y, como se ha dicho,

altamente endeudada.

En Bretton Woods, todas las divisas quedaron ligadas al dólar a traves de una cotización, mientras que el

valor de la moneda estadounidense quedó determinado por el del oro. La libra esterlina recibió una

cotización muy desfavorable respecto al dólar, y luego de la guerra sus exportaciones carecían de

competitividad. En cambio, para los alemanes la cotización fue generosa.

Árbitros y jugadores

En esto radica uno de los secretos del llamado “milagro económico alemán”. Alemania podía recuperarse.

Pero bajo esas condiciones ni ella ni los aliados podrían disputar a Estados Unidos el estatus de potencia

mundial. Alemania y su moneda, el marco, eran demasiado pequeños.

Los estadounidenses, en cambio, podían imprimir cuantos dólares quisieran, pues eran los dueños de la

divisa de referencia. Se convirtieron en árbitros y jugadores al mismo tiempo. Esto no cambió, ni siquiera

cuando Richard Nixon desligó al dólar del valor del oro. Los estadounidenses podían consumir más de lo

que producían, y conseguir crédito conveniente en el extranjero. Así se cimentó la posición del dólar como

divisa hegemónica.

Aún hoy, 87 por ciento de las transacciones en el cuantioso mercado de divisas involucran a la moneda

estadounidense. Además, 60 por ciento de las reservas globales de divisas están compuestas por dólares.

China pone a EE.UU. a la defensiva

Sin embargo, el ascenso de China pone a los estadounidenses en una posición tan defensiva como lo fue

entonces la de los británicos. China es hoy el mayor acreedor de Estados Unidos. La crisis financiera de

2008 se originó antes que todo en una visión sobrevaluada de los estadounidenses acerca de su propia

situación, fenómeno típico en las potencias que han dominado los mercados de divisas.

Al estallar la crisis, tanto los chinos como muchos europeos pidieron un nuevo Bretton Woods con reglas

supranacionales distintas a las actuales. Es algo que Washington puede dsimular, pero solo en parte.

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China ha desplazado a EE.UU. a una posición defensiva, dice Sieren.

Si los mercados financieros vuelven a colapsar, y a más tardar entonces, será indispensable la negociación

de un nuevo orden monetario global. Nadie necesita una guerra como la de hace 70 años. Primero fueron

los británicos, y ahora son los estadounidenses los que están a la defensiva. Este vacío de poder será

aprovechado por China, puesto que los europeos están ocupados en sus propios problemas.

Contrapeso financiero

Las condiciones están dadas para que aparezcan nuevos actores, tal y como lo hicieron en tiempos de la

conferencia de Bretton Woods. La actual potencia económica está debilitada y altamente endeudada con

las potencias emergentes. Además, muchos países han resultado tan desfavorecidos durante la hegemonía

del dólar, que con gusto verían un cambio.

China ya ha demostrado que aspira a lograr unnuevo orden financiero global, de la mano de otras

ambiciosas potencias como Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. Los países BRICS fundaron a mediados de

junio un banco y un fondo monetario propios, como contraparte al Banco Mundial y el Fondo Monetario

Internacional, organismos que ostentaban el monopolio cuando se trataba de otorgar créditos a países

azotados por una crisis.

Al mismo tiempo, Pekín firma cada vez más acuerdos con países asiáticos y sudamericanos, y además, con

Rusia. Todos ellos han demostrado que se puede avanzar sin necesidad del dólar. Luego de estos pasos

discretos, China se mueve a una posición en la cual un ataque sorpresivo resultaría muy conveniente.

También en este sentido se repite así la historia que escribieron los estadounidenses en Bretton Woods.

Mag. Econ. LUIS PERALTA LETICHE

Consultor y Catedratico en Finanzas y Negocios Internacionales

Gerente de Negocios de CORPORACION PACIFICO TRADING SAC