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Internacional El medio oriente vuelve a estar en guerra. Hizbulá e Israel, ¿quién y qué gana? 4 Es hora de pensar en alternativas que atiendan a los más pobres y reconozcan los procesos de producción popular de vivienda. Las políticas de vivienda de interés social se caracterizan por su persistencia y por su ineficacia. Tener un programa espacial es rentable, social y económicamente. Sobre esta premisa trabaja un grupo de investigadores de la Universidad Nacional que, la semana pasada, durante el II Congreso Latinoamericano de Sismología, presentó públicamente UN Programa Espacial Colombiano. La iniciativa pondrá en órbita tres experimentos encaminados a resolver problemas en transporte aéreo, probar la eficacia de materiales en condiciones de ingravidez y hacer pronósticos de la actividad sísmica a partir del comportamiento de la ionosfera. Aunque el alma máter lidera el programa, invitó a 80 instituciones gubernamentales, empresariales y académicas a unirse al proyecto. Bogotá D.C. No. 96, domingo 13 de agosto de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Opinión Sobre la nueva izquierda latinoamericana escribe Hernando Gómez Buendía. 6 Carlos Augusto Hernández y Antanas Mockus recuerdan a José Granés. Cultura 9 País Gerardo Molina. Cien años de un educador. Reflexión en torno a su vida. 7 La memoria de la Guerra Civil Española El pasado 18 de julio se cumplieron 70 años del inicio de la Guerra Civil Española. Coincidiendo con este aniversario el gobierno español se prepara para promulgar una ley dirigida a reparar el honor y la memoria de las víctimas de la guerra. El profesor Colom hace un análisis de cuál debe ser el papel de la memoria en la reparación del sufrimiento y los daños que ha dejado un conflicto armado. 5 16 Las políticas de vivienda social nueva, ¿en un callejón sin salida? P ÁG. 15 Con los años, los satélites se han ido haciendo parte esencial de la vida de los países modernos. Investigación satelital para Colombia Programa espacial: Archivo

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InternacionalEl medio oriente vuelve a estar en guerra. Hizbulá e Israel, ¿quién y qué gana?

4

Es hora de pensar en alternativas que atiendan a los más pobres y reconozcan los procesos de producción popular de vivienda. Las políticas de vivienda de interés social se caracterizan por su persistencia y por su ineficacia.

Tener un programa espacial es rentable, social y económicamente. Sobre esta premisa trabaja un grupo de investigadores de la Universidad Nacional que, la semana pasada, durante el II Congreso Latinoamericano de Sismología, presentó públicamente UN Programa Espacial Colombiano. La iniciativa pondrá en órbita tres experimentos encaminados a resolver problemas en transporte aéreo, probar la eficacia de materiales en condiciones de ingravidez y hacer pronósticos de la actividad sísmica a partir del comportamiento de la ionosfera. Aunque el alma máter lidera el programa, invitó a 80 instituciones gubernamentales, empresariales y académicas a unirse al proyecto.

Bogotá D.C. No. 96, domingo 13 de agosto de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

OpiniónSobre la nueva izquierda latinoamericana escribe Hernando Gómez Buendía.

6 Carlos Augusto Hernández y Antanas Mockus recuerdan a José Granés.

Cultura9PaísGerardo Molina. Cien años de un educador. Reflexión en torno a su vida.

7

La memoria de la Guerra Civil EspañolaEl pasado 18 de julio se cumplieron 70 años del inicio de la Guerra Civil Española. Coincidiendo con este aniversario el gobierno español se prepara para promulgar una ley dirigida a reparar el honor y la memoria de las víctimas de la guerra. El profesor Colom hace un análisis de cuál debe ser el papel de la memoria en la reparación del sufrimiento y los daños que ha dejado un conflicto armado. 516

Las políticas de vivienda social nueva, ¿en un callejón sin salida?

PÁG. 15

Con los años, los satélites se han ido haciendo parte esencial de la vida de los países modernos.Con los años, los satélites se han ido haciendo parte esencial de la vida de los países modernos.

Investigación satelital para Colombia

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Gráficos Juan Luis Rubiano

Comité editorial: Egberto Bermúdez Cujar • Luis Eduardo Hoyos Jaramillo • Carlos Patiño Villa • Rocío Londoño Botero • Clara Helena Sánchez Botero • Fabio González Benítez • Jorge Cossio • Juan Carlos Chica

Coordinación editorial - corrección: VJ Romero • Coordinación periodística: Diamilia Aguirre • Fotografía: Julián Medina • Coordinación gráfica: Ricardo González • Diseño: Michel Riveros - CEET • Impresión: Impresión Comercial Casa Editorial El Tiempo

Página web: http://unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 3165232 Edificio Uriel Gutiérrez Transv. 38 Nº 40-04, piso 5º. ISNN1657-0987

Director: Carlos Alberto Patiño Villa

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no compromenten los principios de la Universidad Nacional ni las políticas de UN Periódico

Ciudad Universitaria,En lo más recóndito de su estructura, los líquenes amontonan la polución de la ciudad. Al revisar sus escondrijos, dos investigadores hallaron las improntas de contaminación atmosférica del campus de la Universidad Nacional, una de las manchas verdes más grandes de Bogotá.

un hálito para Bogotá

SECUENCIA DE DESINTEGRACIÓN Y NECROSIS DE UN LIQUEN POR CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

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1 Liquen normal2 Empardecimiento del centro por contaminación3 Muerte del centro del talo

4 Formación de un anillo (necrosis en el centro)5 Formación de media luna por muerte de la mayoría del talo6 Necrosis aguda y fragmentación del talo. Se establece un desierto de líquenes

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Cerca de la Carrera 30, se calcula que un liquen tar-dó decenas de años en co-lonizar los cinco metros del tronco de un urapán, pero la proximidad a la enorme arteria urbana por donde transitan 18 mil vehículos por hora le ha hecho acumu-lar tal cantidad de metales pesados, partículas y gases, que su tallo ha empezado a empardecer, “síntoma irre-mediable de muerte por ne-crosis progresiva del centro del liquen”, explica la bióloga Martha Chaparro.

Cien metros más aden-tro, sin embargo, “colgada” de un álamo temblón esa simbiosis hongo-alga, que configura el liquen, luce un brillante verde claro, signo de que aún produce clorofila, porque –más afortunada– es-tá protegida por arboledas que, mezcladas con edificios, desvían el viento y su carga contaminante que viene de Puente Aranda, la zona más contaminada de Bogotá.

La suerte disímil de am-bos líquenes ilustra la con-centración y la diversidad de gases y partículas que vician la calidad del aire que res-piran los habitantes de la Ciudad Universitaria, una de las “islas ambientales” más extensas de la capital. Algo que a los ojos (¿o al olfato y la piel?) de los transeúntes resulta imperceptible, pero no para los líquenes, sutiles almacenes del aliento tóxico que colma la atmósfera.

Para los biólogos, in-vestigadores y docentes de la Facultad de Ciencias Luis Juan Rubiano y Martha Cha-parro, las 121,35 hectáreas de terreno constituyen más que el apacible campus univer-sitario, depositario, todavía, de fauna y flora silvestres en pleno corazón de la ciudad. Durante un año convirtieron en su laboratorio a las co-munidades de líquenes hil-vanados a sus árboles para escudriñar tres situaciones: determinar el grado cualita-tivo de contaminación de la Ciudad Blanca, mostrar su papel determinante como barrera protectora contra la contaminación de los barrios aledaños y comprobar cómo una arboleda, más que un cuadro campestre en medio del cemento, presta un servi-cio ambiental estratégico en la calidad del aire.

Los líquenes, llamados “el más lento telegrama de la tierra” por su metabolis-mo pausado, son organismos altamente sensibles a la con-taminación atmosférica. Ca-rentes de un sistema protec-tor, su superficie está expues-ta al paso de líquidos y gases, que acumulan a lo largo de su vida, por lo que se convierten en un bioindicador eficiente. “Estos indicadores biológicos tienen ventajas tales como el bajo costo, los resultados rápidos y la posibilidad de proporcionar información acumulativa, integrada y dis-criminada gracias a su ca-pacidad de respuesta frente

a las alteraciones del medio, que difícilmente puede ser evaluado, debido a los altos costos de monitoreo, a través de mediciones físico-quími-cas”.

A mediados del siglo XIX, un célebre botánico, re-firiéndose a la flora liquénica de Manchester declaraba: “su cantidad ha disminuido en los últimos años a causa de la tala de los árboles viejos y a la influencia del humo de las fábricas…”. En efecto, poco después se reportó por primera vez un desierto de líquenes (zona desprovista de estos organismos) en Es-

tocolmo con la entrada de la era industrial. En todos los estudios posteriores se corro-boró la relación entre niveles altos de dióxido de azufre y la disminución de los líquenes, confirmando el mismo pa-trón: la diversidad y la abun-dancia de los líquenes dis-minuye gradualmente con la aproximación a las ciudades y centros industriales.

El mapa de la polución

El establecimiento en el campus de 22 estaciones de muestreo, cada una de cuatro árboles, permitió probar la relación entre la presencia de flora liquéni-ca abundante y fértil con áreas poco contaminadas y,

por el contrario, escasa y enferma con lugares conta-minados. A partir del Índice de Pureza Atmosférica (IPA), la fórmula matemática que correlaciona estas variables, se fundamentó el soporte científico del trabajo de los dos investigadores.

El resultado de las ob-servaciones y el análisis de líquenes es un mapa de áreas de isocontaminación atmosférica de la ciudad universitaria. En su elabora-ción se utilizó la capacidad bioindicadora de estas plan-tas para detectar cambios en la calidad del aire.

Su lectura sigue la forma de una cebolla cabezona: las zonas de mejor calidad at-mosférica están ubicadas en el centro del campus, y concén-tricamente son rodeadas por tres áreas de contaminación creciente, que se desplazan hacia los bordes (Ver mapa).

Así, la geografía de la po-lución en el campus se divi-dió en cuatro zonas: “Conta-minación Máxima” (Zona I), situada en las entradas de las calles 26 y 45 e influenciada por tráfico externo y fuen-tes internas como chime-neas, exostos, calderas y ex-tractores de los laboratorios

académicos y los grandes par-queaderos; “Contaminación Alta” (Zona II), localizada en el contorno, principalmente hacia la transversal 38A, la carrera 30 (Avenida Ciudad de Quito) y la calle 26 (Aveni-da El Dorado), guarda estre-cha relación con la ausencia de barreras vivas; “Contami-nación Moderada” (Zona III), tiene lugar en zonas inter-medias y constituye 27,5% del total de la extensión del campus, y “Contaminación Baja” (Zona IV), emplazada en el centro de la ciudad uni-versitaria, obedece al efecto benéfico de setos arbóreos y edificaciones, que bloquean eficientemente las emisiones externas.

La composición de esa cartografía se deriva del he-cho de que el campus se encuentra asediado por los principales contaminantes del aire urbano en Colombia: partículas en suspensión, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de car-bono, ozono e hidrocarburos no metálicos emitidos des-de el exterior por las grandes vías que lo rodean.

Los vehículos que tran-sitan por el anillo vial de la Universidad, aunque en me-nor proporción, ponen su cuota. La intersección de éste con la entrada vehicular de

la Transversal 38A arrojó una mancha de “Contaminación Máxima”, pues esta portería soporta el 37% del tráfico de la Universidad, con 9.798 de los 24.483 carros que en pro-medio circulan a la semana, de acuerdo con los datos su-ministrados por la División de Vigilancia y Seguridad de la Universidad. También se destacan en esta categoría los parqueaderos de la Facultad de Medicina y el aledaño a la Facultad de Enfermería, así como una pequeña man-cha en el sector de Ensayo de Materiales (Facultad de Ingeniería), relacionada con

la gran cantidad de extrac-tores y pequeñas chimeneas emplazadas dentro o cerca de esta zona. Aunque exis-te un control riguroso de la concentración de los gases de las calderas y chimeneas no existen mediciones en la parte externa de ellas.

La vecindad con Puente Aranda no es menos nociva. Según el informe de la Agencia Japonesa de Cooperación Téc-nica, Jica, ese sector industrial supera en 70,2% el nivel de material particulado estableci-do por la norma del Ministerio de Salud, lo que contribuye a circular en las inmediacio-nes de la Ciudad Universitaria entre 131 y 292 microgramos de partículas por metro cúbico cuando el tope máximo está en 303,06 mg/m3.

“Es importante desta-car el papel de la dirección del viento en el transpor-te y rutas de acceso de los contaminantes a la univer-sidad”, afirma el profesor Juan Rubiano. Indica que las corrientes predominantes, según la estación del Dora-do, provienen del nororien-te, suroriente y del norte, y según la estación de Puente Aranda, del suroriente y oc-cidente. En consecuencia, durante la mayor parte del año los vientos entran a la Universidad por la Calle 53, la carrera 30, la capilla y la Transversal 38A. “Sin embargo, y para beneficio del campus, los vientos tro-piezan con barreras fuertes, aunque discontinuas, que frenan o disipan su fuerza y el contenido de sustancias nocivas”, dice.

No obstante los claros y oscuros del mapa de isocon-taminación, la Ciudad Univer-sitaria posee mejor calidad de aire que el resto de la ciudad, lo que le confiere el estatus de isla ambiental. Así también lo con-firma el hecho de formar parte –con el Jardín Botánico el Par-que Simón Bolívar, los Cerros Orientales y el Parque Nacio-nal– del corredor ecológico más importante de Bogotá donde anidan y buscan alimento aves locales, exóticas y migratorias. Pero ¿cómo es eso posible?

Esto, señala el profesor Rubiano, “se debe al efecto protector de los árboles y de los edificios que actúan co-mo pantalla, impidiendo el paso del smog proveniente de las dos avenidas perimetrales de alto tráfico (Carrera 30 y Calle 26) y el de menor cali-bre originado por la Calle 53 y la Transversal 38”. El campus a la vez opera como sombri-lla de los barrios vecinos El Recuerdo, Quinta Paredes y Rafael Núñez que, de no estar resguardados por la Univer-sidad, recibirían todo el im-pacto de las emisiones de la Carrera 30 y la Calle 53.

Sin duda, el patrimonio arbóreo tiene un peso defi-nitivo en el estado saludable del gran parque urbano que representa para Bogotá la Ciudad Universitaria, pero lo menos deseable es que tenga-mos un desierto de líquenes, porque eso querría decir que nos estaríamos envenenando con cada respiro.

Por una ciudad más respirable

Con la intención de forta-lecer el papel de parque urba-no, los investigadores señalan unas recomendaciones que permitirán mejorar la calidad de aire del campus y, con ello, la de esta parte de la ciudad:

• Promover en el campus una cultura de movilización sin uso de vehículos. Con el pro-grama de bicicletas ya se dio el primer paso.

• Ampliar el programa de mo-nitoreo de contaminantes provenientes de las fuentes fijas y móviles.

• Preservar y ampliar la zona IV, incrementando las áreas peatonales y la cobertura ve-getal.

• Completar la arborización perimetral del campus para formar una barrera que con-trarreste la entrada de partí-culas y gases. Sectores como la Avenida 38A y la calle 26 son prioritarias, pues están com-pletamente desprotegidas.

• Para lo anterior se sugiere un diseño multiestrato de los setos, con el fin de atrapar de manera eficiente y a varios ni-veles los contaminantes sóli-dos y gaseosos. Se recomien-da, entonces, la siembra de balso, baluí, cajeto y ciprés, como árboles grandes; gua-yacán de Caldas, árbol de las velitas, chicalá, tilo, alcapa-rro, cotono, garrocho, como arbolitos, y abutilón, farolito, cayeno, malvavisco, merme-lada, como arbustos. La idea es que produzcan frutos, de tal manera que sean atracti-vos para las aves y cumplan una doble función: ecológica y purificadora del aire.

• Delimitar zonas específicas de parqueaderos, rodeados por se-tos de baja altura (1,5 metros), que contengan los contaminan-tes emanados de los autos.

Universidad

Equipo periodístico,Unimedios

El campus opera como sombrilla de los barrios vecinos El Recuerdo, Quinta Paredes y Rafael Núñez, que de no estar resguardados por la Universidad, recibirían el impacto de las emisiones de la Carrera 30 y la Calle 53.

Juan Luis Rubiano y Martha Chaparro determinaron la calidad del aire de la Ciudad Blanca al revisar la salud y cobertura de los líquenes que tapizan la corteza de 77 urapanes, 7 álamos temblones y 4 yucas.

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Desde el 2 de julio la guerra entre el movimiento radical libanés Hizbulá e Is-rael ha llevado a la muerte de casi mil libaneses y más de cincuenta israelíes, además de la destrucción por parte del ejército hebreo de mucha de la infraestructura del país del cedro.

El engranaje de la vio-lencia ha conducido a los dos actores a entrar a un círculo de represalias y contrarrepre-salias al que difícilmente se ve una salida favorable para ambos bandos.

El juego de Hizbulá

El Hizbulá, a pesar de su esencia chiita, se ha acer-cado al movimiento Hamas, también integrista de la ló-gica meso-oriental de puedo unirme a mi rival secunda-rio para atacar a mi enemi-go principal. En efecto, los fundamentalismos chiitas y sunnitas son por esencia opuestos en la medida que cada uno descalifica al otro en la aplicación de la ley is-lámica. Sin embargo, para el integrismo, Israel es el blanco principal.

Dentro de esta lógica, después del secuestro del sol-dado Galid por parte del Ha-mas a finales de junio pasado, el Hizbulá capturó a dos sol-dados israelíes para disper-sar las fuerzas hebreas y de esta manera tener una doble presión sobre Israel. Además, como se ve hoy día, el mo-vimiento libanés se ha per-trechado con un armamento mucho más sofisticado que en 1982, cuando apenas se consolidaba. El respaldo de Irán y de Siria le ha permitido eliminar cualquier rival en el sur de Líbano y convertirse en la punta de lanza en el Líbano de la lucha contra Is-rael para recuperar la última porción territorial que aún queda ocupada, la granja de Shabaa.

Con la experiencia de 1982 y su poder de ataque actual, el Hizbulá podía de-safiar a Tel Aviv y presentarse nuevamente como la única fuerza libanesa capaz de de-safiar al ejército hebreo.

Con la lógica israelí de no negociar, como se ha de-mostrado en el caso de Ha-mas, era claro para el Hizbulá que el enfrentamiento direc-

to con el Estado judío debía ser el resultado del secuestro.

Las acciones del Hizbu-lá y del Hamas no pueden ser aisladas de la lógica iraní. En efecto, desde hace unas semanas, tanto en la pren-sa iraní como siria, se veía crecer la posibilidad de un enfrentamiento entre los dos movimientos fundamentalis-tas e Israel para permitir a Irán desviar la atención du-rante la reunión del G8 en San Petersburgo y tener las manos libres para proseguir su proyecto nuclear.

En efecto, el 16 de junio el periódico As-sharq Al Awsat mencionaba la firma de un acuerdo de cooperación militar entre Siria e Irán para enfrentar “las amenazas de Estados Unidos e Israel” . En esta oportunidad, el ministro sirio de la defensa declaró la creación de “un frente común contra las amenazas israelíes. Irán considera la seguridad de Siria como la suya propia”.

De la misma manera, el periódico conservador iraní Jomhori Islami escogió el 21 de julio para publicar un dis-curso pronunciado por Has-san Nasralá el 23 de mayo. El líder del Hizbulá declaró que “tenemos hoy en nuestra posesión más armas de las que necesitamos, cuantitati-va y cualitativamente. Más de 2 millones de judíos viven en el norte de Israel, en donde se encuentran los centros de turismo y de esparcimiento, las fábricas, la agricultura e importantes bases militares”.

Declaraciones de esta naturaleza han estado apare-ciendo en la prensa tanto de Siria como de Irán, lo que era una clara demostración de la estrategia de Teherán de en-cender el fuego en la frontera líbano-israelí para desviar la atención internacional.

El dilema israelí

La acción del movimien-to integrista libanés resultó claramente como una provo-cación al Estado hebreo con una respuesta predecible, el ataque contra blancos liba-neses. La inexperiencia mili-tar tanto del premier Olmert como de su ministro de de-fensa, Amir Peretz, permitió que los medios más radicales del ejército judío tomaran la decisión de lanzarse en una aventura sin salida. Así, la re-acción del gobierno de Tel Aviv fue más allá de lo que el racionalismo político per-mitía.

Por un lado, el ejército judío se enfocó a una destruc-ción sistemática de la infraes-tructura de Líbano, que no es el responsable del secuestro, para empujar al gobierno de Beirut a tomar medidas. Esta perspectiva no puede llevarse a cabo por dos razones. Por un lado, la capacidad mili-tar del gobierno libanés es inferior a la de Hizbulá o de cualquier otra milicia del país (la Falange, los Drusos, etc.) y, por la otra, mientras más destrucción realiza Israel más apoyo recibe el movimiento chiita en el país. Los sondeos muestran claramente un res-

paldo mayoritario al Hizbulá, que prohíbe cualquier reac-ción gubernamental negati-va.

La reacción errónea de Israel ha llevado a una con-dena unánime a la acción de Tel Aviv contra Líbano. Prácti-camente todos los gobiernos occidentales, a excepción del aliado permanente de Israel, Estados Unidos, han recono-cido el derecho de Israel a defenderse, pero han conde-nado la desproporcionalidad de la respuesta. Además, los blancos de los ataques he-breos no son los combatien-tes del Hizbulá, sino los ci-viles libaneses, en particular los niños, las mujeres y los ancianos, como se dio en el caso de la masacre en el pue-blo de Qana.

Por otra parte, la estra-tegia del Primer ministro Ol-mert es buscar la destrucción del movimiento con los bom-bardeos continuos. Esta polí-tica no toma en cuenta la ex-periencia regional. En 1990, los Estados Unidos y sus alia-dos bombardearon durante 40 días a Iraq para debilitar al ejército de Saddam Hussein, pero después del fin de la intervención, el líder iraquí seguía con toda su capaci-dad bélica. La guerra logró la muerte de centenares de miles de niños y mujeres, di-recta o indirectamente, pero no reducir la fuerza de su ejército.

Dentro de esta lógica, el gobierno israelí retardó cualquier alto el fuego en un vano intento de acabar con

la milicia libanesa. Al con-trario, es el propio gobierno libanés el que salió afectado y el Hizbulá se ve aún más consolidado.

La otra posibilidad de eliminación de la capacidad bélica del movimiento es una intervención masiva en el sur del Líbano. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la penetración en el te-rreno de la guerrilla es una opción catastrófica. En los pocos avances que ha tenido el Tsahal en el sur de Líbano, sus pérdidas en soldados son inaceptables por el Estado ju-dío. Una ocupación total de la franja meridional resulta-ría en un empantanamiento sin salida, muy costoso tanto militar como políticamente.

La búsqueda de la apro-bación de la presencia de una fuerza de la OTAN entre Israel y el Hizbulá se ha convertido en la salida menos costosa para Tel Aviv, pero el Hizbulá no aceptaría ni una fuerza militar lo suficientemente fuerte para controlarlo, ni su desarme.

Así, los extremismos lograron empujar la subasta bélica para llevar a un nue-vo estallido que demuestra una vez más que las armas no pueden reemplazar la di-plomacia para poner fin al conflicto.

Internacional

AFP

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imex

la trampa extremistaLíbano:Las acciones bélicas que se han presentado entre Israel y el Hizbulá desde el 2 de julio pasado han puesto en el tapete nuevamente el problema de la paz mundial.

Zidane Zeraoui,Profesor-investigador del

ITESM, Campus Monterrey, México. Especialista en asuntos

internacionales y autor de varios libros sobre el Medio Oriente:

La guerra contra el terror. Estados Unidos, Afganistán y la lucha contra el terrorismo, Ariete, México, 2006.

Islam y política, Trillas, México, 2004.

Los extremismos lograron empujar la subasta bélica para llevar a un nuevo estallido que demuestra una vez más que las armas no pueden reemplazar la diplomacia para poner fin al conflicto.

El conflicto, antes que parar, se intensifica aún más cada día que pasa.

1Akiva Eldar, « Comment nous sommes tombés dans le piège iranien » en http://www.futureblogs.net/journaldiris/?p=200607270701138, traducción de un artículo publicado por el periódico Haaretz, el 26 de julio de 2006.

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El pasado 18 de julio se cumplieron setenta años del inicio de la Guerra Civil Española. Coincidiendo con este aniversario el gobierno español se prepara para pro-mulgar una ley dirigida a re-parar el honor y la memoria de las víctimas de la guerra y del franquismo. La ley con-tiene un apartado económico destinado a compensar eco-nómicamente a quienes se vieron excluidos de medidas anteriores (los que fueron sometidos a trabajos forza-dos durante la dictadura, por ejemplo), pero este es un ca-pítulo menor y políticamen-te poco significativo. Al fin y al cabo los supervivientes son ya pocos. La importancia de esta ley estriba más bien en su dimensión simbólica, ya que se ha justificado alu-diendo a la dignidad de las víctimas y a la recuperación de la memoria histórica: a la manera, en definitiva, en que la sociedad española deba enfrentarse con su pasado.

Es por todos sabido que la transición españo-la a la democracia se basó en un pacto de olvido entre las fuerzas políticas que la guiaron. La creación de una nueva institucionalidad que superase la dictadura se hi-zo sin mirar atrás, sin exigir responsabilidades y sin pedir perdón. A diferencia de otras experiencias posteriores, en España no hubo comisiones de la verdad, ni informes so-bre los crímenes cometidos, ni reparaciones simbólicas a las víctimas de un periodo que abarca casi medio siglo de historia. El temor a una involución política impidió que se incluyese en el pro-ceso de democratización una reflexión terapéutica sobre el pasado. No sólo existía un hiato generacional entre las víctimas y los protagonistas de la transición. La izquierda estaba impaciente por con-solidar unos cambios que le permitiesen acceder al poder y era consciente del soporte sociológico que con el tiem-po se había procurado la dic-tadura. Reivindicar justicia hacia el pasado no parecía tan urgente como consolidar una alternativa para el pre-sente. Por su parte, la derecha consideraba el franquismo como un producto colateral de la guerra civil y ésta y sus atrocidades como una con-secuencia inevitable del caos de la segunda república. Esta es una vieja tesis que la lite-ratura revisionista sobre las causas de la guerra ha resca-tado con gran éxito editorial durante los últimos años. Sus connotaciones ideológicas son claras: se justifica el fran-quismo por la guerra y ésta por el contexto político pre-vio. Puesto que ambas partes cometieron atrocidades du-rante la contienda, no habría nada que ganar escarbando en el pasado, salvo el peligro de resucitar los viejos demo-nios familiares. Mejor dejar las cosas como están y, de paso, permitir que la histo-ria oficial elaborada por el franquismo siga imperando públicamente en los lugares de la memoria.

Lo cierto es que esa am-nesia programada no respon-día fielmente a la realidad de

la sociedad española. Quizá sea preciso un enfoque pro-pio de la psicología social pa-ra comprender la profunda represión de la memoria que afectó a las generaciones que sufrieron la guerra y la post-guerra. Las nuevas genera-ciones han perdido el temor que embargaba a sus antece-sores y son ahora los nietos, no los hijos, quienes reivindi-can la memoria y la dignidad de sus abuelos. Pero durante todos estos años los cauces sociales informales siguie-ron alimentando el caudal de la rememoración privada. Obviamente, quienes sufrie-ron en silencio la pérdida de seres queridos jamás olvida-ron y, cuando las condiciones eran propicias, la intimidad de las conciencias se abría a los más próximos. No ha-bía tema que más atención suscitase en las sobremesas familiares que los recuerdos sobre las penalidades de la guerra y las penurias de la larguísima postguerra. Pero hay otros síntomas. Los se-riales televisivos que recrean la vida cotidiana durante el franquismo han batido el ré-cord de audiencia. Uno de los mayores éxitos editoriales es-pañoles de los últimos años ha sido una novela, Soldados de Salamina, que relata con estilo de indagación histó-rica los ficticios avatares de uno de los fundadores de la Falange tras su fallido fusi-lamiento en los últimos días de la guerra. También, cada verano, la apertura de viejas fosas comunes por grupos de voluntarios atraía mayor

atención. Irónicamente, Es-paña, un país que se enor-gullece de su contribución a los organismos y campañas internacionales en favor de la paz, cuenta con miles de desaparecidos enterrados anónimamente en cunetas y campos por todo el país.

Y, sin embargo, no se trata ya de reclamar respon-sabilidades, sino de restituir la dignidad de los muertos y su memoria entre los vivos. Hay quien habla estos días de

“los derechos de los muertos”. Se trata sin duda de una de-formación provocada por la jerga legalista que inunda el discurso político contempo-ráneo. Salvo que se crea en la resurrección o en la salvación de las almas, el único derecho que afecta a los muertos es el de habitar nuestra memo-ria. Y las condiciones de su rememoración constituyen un derecho de los vivos que trasciende el mero ámbito de la memoria privada. Lo que está en cuestión en última ins-tancia es la función moral de la memoria. El pasado jamás volverá y no se repite ni como

farsa ni como tragedia, pero las nuevas generaciones se so-cializan mediante una recep-ción del pasado que condicio-na su percepción del futuro. Ni siquiera las sociedades más volcadas en la innovación y el cambio pueden prescindir de la elaboración de una memo-ria compartida. Somos sujetos morales en la medida en que tenemos un sentido moral del tiempo. Y ese sentido tiene sin duda una dimensión indivi-dual, pero también colectiva.

Necesitamos la memo-ria, y no el olvido, para repa-rar el daño de quienes todavía sufren por el pasado y para ser mejores colectivamente. Al fin y al cabo, la calidad de una sociedad se puede me-dir también por la forma en que trata a sus víctimas. El terreno de la memoria es, por supuesto, un terreno de con-flicto, ya que en torno a ella se expresan ideas distintas de presente y de futuro. Al final de la contienda civil españo-la Manuel Azaña, el último presidente de la derrotada re-pública, expresó la necesidad imperiosa de que los españo-

les se ofreciesen paz, piedad y perdón. Lo que siguió, sin embargo, fue el ejercicio im-placable de la victoria. Todo esto no implica reducir el pa-pel de la memoria histórica a una función aleccionadora. Ernest Renan reivindicó pre-cisamente el olvido por su funcionalidad estratégica pa-ra los forjadores de naciones. La función terapéutica de la memoria corre en un sentido inverso. No estriba en sus-pender el juicio histórico ni en alimentar el resentimiento

o la venganza, sino en recon-ciliarse con el pasado cuando se dan las condiciones ade-cuadas para ello: cuando se hace justicia al pasado. Iden-tificar a los verdugos, com-pensar a las víctimas, repa-rar su dignidad, ubicarlas en nuestra memoria…, esta es una ecuación variable que cada sociedad debe aprender a resolver autónomamente. No es posible mejorar el pa-sado, pero tampoco hay es-peranza de futuro sin hacerle justicia. Este es un fenómeno al que también la sociedad colombiana tendrá sin duda que enfrentarse un día.

¿Cuál debe ser el papel de la memoria en la reparación del sufrimiento y los daños que ha dejado un conflicto armado? Aunque el texto es sobre la Guerra Civil Española es, de todas formas, una guía de lo que podemos hacer en Colombia.

Internacional

Guerra Civil EspañolaLa memoria de la

Francisco Colom GonzálezInvestigador del Consejo

Superior de Investigaciones Científicas de España

Necesitamos la memoria, y no el olvido, para reparar el daño de quienes todavía sufren por el pasado y para ser mejores colectivamente. Al fin y al cabo, la calidad de una sociedad se puede medir también por la forma en que trata a sus víctimas. El terreno de la memoria es, por supuesto, un terreno de conflicto, ya que en torno a ella se expresan ideas distintas de presente y de futuro.

Esta guerra, como la foto misma, parece cosa del pasado.

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La ya cercana muerte de Fidel hará temblar y quizás hará caer al régimen-insignia de la izquierda en América Latina. ¿Pero será que una dictadura envejecida puede representar de veras a la iz-quierda?

La izquierda no es una ideología. Es una ubicación en el espacio: es estar enfren-tado a la derecha, igual que la derecha se define por con-traposición a lo que cree la izquierda. A diferencia de ser socialcristiano o comunista –que son ideologías– se es de izquierda o derecha según el contrincante, el lugar y el momento.

Pero izquierda y derecha también son actitudes ins-piradas en valores opuestos. La derecha le apuesta a la eficacia y por eso se impa-cienta con los débiles. Lleva la voz de los que tienen éxito, de los de arriba, de los ya in-cluidos. La izquierda acentúa la equidad y por eso se juega con el de abajo, con el que no encaja, con el excluido.

La vieja izquierda

América Latina tiene 250 millones de pobres y la con-centración de riqueza más vulgar del planeta. Por eso mismo la izquierda debería ser radical y ser potente. Ha sido radical, como atestiguan Martí, Zapata, Villa, Sandino, Siles, el Che y los muchos otros que empuñaron las ar-mas. Pero no ha sido potente, como que –con excepción de Allende– nunca llegó al po-der por vía legal y sus cuatro insurgencias victoriosas –la mexicana, la boliviana, la cu-bana, la sandinista– en rea-lidad acabaron en fracasos. Y es porque la derecha, o los “poderes fácticos” de Amé-rica Latina desde el periodo colonial, han sido más exclu-yentes y más intransigentes que sus pares de Europa, Asia o América del Norte.

En esa izquierda mino-ritaria podían distinguirse cuatro grupos: “los partidos comunistas tradicionales, la izquierda nacionalista o po-pulista, las organizaciones guerrilleras y los reformistas de la región” . Caída la UR-SS, sin embargo, las guerrillas desaparecieron y el resto de la izquierda se fue moviendo hacia el grupo social más gol-peado por el sacudón neoli-beral de los años 90: la clase media en Brasil, Argentina o Uruguay, los informales y campesinos de México, la pe-troclientela en Venezuela, los indígenas de Bolivia, Perú o Ecuador.

Colombia es el caso aparte. Para mal, porque per-siste la estupidez, que es la guerrilla. Para bien, porque con el PDA la izquierda uni-ficada se movió a una base urbana y logró que los viejos comunistas dejaran de co-quetear con la guerrilla.

Una nueva “ola”

La ampliación de su base social permitió que la izquierda dejara de ser mi-noritaria. Más aún: sin el fan-tasma de la Guerra Fría, Esta-dos Unidos había dejado de promover golpes de Estado. Con el fracaso social del neo-liberalismo (al asomarse el

siglo XXI en la región se había duplicado el número de po-bres) la izquierda de América Latina por fin pudo obtener –y ejercer– el mandato de las urnas.

Fue la llamada “ola de izquierda”, que comenzó con la elección de Chávez en el 98; siguió con Lagos, en el 2000; con Kirschner, en el 2003; con Vázquez, en el 2004; con Morales, en el 2005, y con Bachelet, en el 2006. Hoy por hoy, casi 300 de los 520 millones de latinoame-ricanos viven bajo gobiernos de clara estirpe izquierdista, para un récord no igualado en nuestra historia.

La izquierda en el poder

Se trata, como sabemos, de dos izquierdas distintas: una es la de clase media (la del Cono Sur) y otra es la populista (la de Chávez y Morales). Am-bas pueden mostrar resultados importantes, pero ninguna ha logrado redistribuir de veras el ingreso ni le ha hecho frente a la exclusión a fondo:

- Lula siempre tuvo cui-dado de no asustar al Fondo Monetario y ha practicado una rígida ortodoxia (con enorme superávit fiscal y ta-sas de interés muy elevadas). Sus programas de reforma agraria, “Hambre Cero” y “Bolsa Familia” han compen-sado parcialmente ese ajuste, pero la (leve) reducción de la pobreza se debe más al creci-miento del producto que a la política social del Estado.

- Tabaré Vázquez resta-bleció relaciones con Cuba y

revisó la impunidad para los ex dictadores, pero también se aferra a la ortodoxia eco-nómica, anda en busca de su TLC, chocó con los “ver-des” en la frontera Argen-tina y amenaza vetar la ley proaborto.

- Kirschner fue más au-daz respecto de los ex milita-res, y sobre todo en la “quita” de la deuda que agobiaba a Argentina y negoció por el 30% de su valor en libros. La inflación ha bajado y los sa-larios reales han subido, pero esto gracias al buen precio de los granos antes que a los programas del gobierno.

- Chile es un cuento aparte. Verdad que Bachelet es mujer y es de izquierda. Verdad que Lagos viene del

viejo socialismo. Pero sus lo-gros son parte de la “La Con-certación” que ha gobernado desde el año 90: con un mo-delo “neoliberal” por exce-lencia, con una política social muy cuidadosa y, sobre todo, con un crecimiento sosteni-do del producto. En Chile la pobreza ha descendido de un 40 a un 18%.

- Hugo Chávez ha tenido dos momentos. El primero fue de auge político y fracaso económico, cuando a base de más retórica que obras se fue haciendo con los resortes del

poder, hasta que la recesión y la pobreza precipitaron el golpe del 2002. El segundo ha sido de auge económico y político, cuando los precios del petróleo le han permitido las “misiones” sociales, los es-carceos con la expropiación y la petropolítica exterior de gran estilo. La suerte de los muy pobres ha mejorado y Venezuela juega en las gran-des ligas, pero seguimos en el petroclientelismo y sin trazas de desarrollo duradero.

- Con su ancestro ay-mara y su pasado cocalero, Evo Morales es de por sí un triunfo de los excluidos. Sus anuncios sobre reforma agra-ria y nacionalización de los hidrocarburos evocan la re-volución de 1952, pero la re-

sistencia de Santa Cruz y las multinacionales no le augu-ran un camino fácil ni logros sustanciales.

Los límites

El balance anterior, más bien modesto, ha puesto en duda lo de la “ola de izquier-da”. El Ex presidente Sangui-netti, por ejemplo, cree que la “presunta ola se componía de populismo autoritario en Venezuela, insurgencia in-dígena en Bolivia, socialde-mocracia liberal en Chile, un

gobierno lisa y llanamente peronista en Argentina y una alianza entre un viejo sindi-calista y los partidos de dere-cha histórica en Brasil” . Los más escépticos añaden por supuesto que la “ola” acabó con las derrotas de Humala y López Obrador, sin mencio-nar la reelección de Uribe.

Pero Colombia vuelve a ser la excepción, porque aquí la inseguridad acosa más que la injusticia, la guerra tapa el hambre y la guerrilla impide que las luchas populares flu-yan, de modo que la izquier-da no tiene ningún chance. No hay que olvidar que en Perú ganó García en vez de Flórez, ni que López Obrador perdió por unos votos. Y en cuanto al cóctel que describe Sanguinetti es, en efecto, un revuelto, pero un revuelto de izquierda.

Una izquierda, es ver-dad, que tiene límites. El de haber renunciado a las armas y al embeleco de la revolu-ción. El de Estados Unidos, que no permitirá otra Cuba. El de las calificadoras de ries-go, que en buena hora prohí-ben gastar lo que no se tiene. Y por supuesto el límite que imponen los poderes fácticos visibles o escondidos que en cada país usurpan poderes del Estado.

Los desafíos

Con la estrechez de sus límites, en este Continente de exclusión la izquierda sigue teniendo tareas y mandatos de gran envergadura. Para avanzar en la inclusión es ne-cesario ampliar tres espacios principales:

- El espacio internacio-nal, de modo que la aldea global tenga gobierno y en el gobierno tengamos un asien-to. Al oponerse a la invasión de Iraq, al abrirse a la in-versión China, al disentir del Norte en la OMC, al integrar y diversificar sus canastas enérgicas o al negarse a blo-quear a Venezuela, como pa-só con Cuba, los gobiernos de izquierda de América Latina ya vienen ensanchando este primer espacio.

- El espacio democrá-tico, para que los excluidos, que son la mayoría, tengan voz y para curarse del auto-ritarismo que tantas veces en la historia de América La-tina ha reprimido las luchas populares.

- Y el espacio social pa-ra juntar la disciplina ma-croeconómica con la genera-

ción de empleos productivos y la ortodoxia fiscal con la redistribución efectiva del ingreso –a falta de lo cual, como dijimos, la izquierda no es la izquierda de verdad.

Análisis

América Latina en el 2006 estuvo -está- en elecciones. Este artículo muestra los alcances de la izquierda latinoamericana y señala los precarios resultados de sus mandatos.

La nueva izquierda de América Latina

Hernando Gómez Buendía*,Ph. D., Sociólogo de la Universidad Nacional.

Se trata, como sabemos, de dos izquierdas distintas: una es la de clase media (la del Cono Sur) y otra es la populista (la de Chávez y Morales). Ambas pueden mostrar resultados importantes, pero ninguna ha logrado redistribuir de veras el ingreso ni le ha hecho frente a la exclusión a fondo.

* El profesor Gómez es consultor de varios organismos, pero esta es una opinión personal. www.hernandogomezbuendia.com

1 Jorge G. Castañeda, La Utopía Desarmada, Tercer Mundo Editores, 1994, p. 27

2 “Elecciones en México”, El Universal, 1 de agosto del 2006

Al fondo, Fidel Castro, durante la última reunión de Mercosur. AFP

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Nacido en agosto de 1906, en el seno de una fa-milia típica paisa de 13 hi-jos dedicados a la agricul-tura y a la minería, Gerardo Molina buscó las luces de la educación trasladándose a Medellín para proseguir sus estudios de bachillerato y universidad. Corrían los años 20 del siglo XX, una época de grandes transformaciones en el país y notablemente en la capital antioqueña, epicentro de nuevas industrias y de un pujante desarrollo económi-co. Molina se inclinó por el Derecho, pero hubo de partir hacia Bogotá en razón de la expulsión sufrida en la Uni-versidad de Antioquia por su participación en una huelga estudiantil. A la larga, ese se-ría el comienzo de una gran carrera en los campos de la política y de la vida acadé-mica. Primero se ligó a las huestes juveniles liberales que acompañaron a López Pumarejo en su empresa de modernización de las institu-ciones. Fue representante a la Cámara y luego Senador de la República. En 1944 fue nom-brado Rector de la Univer-sidad Nacional en medio de uno de los mayores escánda-los por la reacción opositora del clero, del conservatismo y de la derecha liberal que, incrédulos, miraban cómo este joven, declarado simpa-tizante del marxismo, había vencido en la puja por el car-go al más destacado hombre de letras del liberalismo, Luis López de Mesa. Todos a una pusieron el grito en el cielo por lo que consideraban un estropicio y una amenaza a la cultura nacional, pues se le entregaba la educación de la juventud a un “comunista”. Por fuera de los malos augu-rios, Molina realizó una ges-tión de modernización de la Universidad, amplió los cu-pos, la planta de profesores de tiempo completo, el inter-cambio con otras universida-des del exterior, la vida cultu-ral y artística en el campus y diversificó las carreras. Para él, la misión del alma máter consistía en coadyuvar a la construcción de la naciona-lidad brindando alternativas de desarrollo por la vía de la educación.

Hacia 1949 salió del país en condición de exila-do cuando arreciaba la per-secución contra liberales y librepensadores. En París pudo concluir sus estudios doctorales en Derecho y Ciencias Políticas y dio for-ma a una de sus principales obras, Proceso y destino de la libertad, en la que da cuen-ta de sus experiencias en la reconstrucción de la Europa de la postguerra y demuestra su lúcido y riguroso domi-nio de las teorías en boga. A su regreso, Colombia estaba todavía viviendo la noche os-cura de la dictadura Rojista, pero él, aunque fue llevado a prisión, supo moverse para contribuir a su caída en mayo de 1957. Por esa época fue nombrado en dos ocasiones

rector de la Universidad Libre a la que condujo por sende-ros de reforma, no sin resistir a las campañas que contra su nombre se impulsaban desde el alto clero. Ensayó de nuevo la política durante los años iniciales del Frente Nacional con la convicción de que ese era el camino para remediar la violencia no obstante las limitaciones intrínsecas de dicho Régimen. Pero más adelante, y dando cuenta de esa oscilación entre política y academia que siempre lo ca-racterizó, se internó durante varios años en una profunda investigación, inédita en ese entonces, sobre las ideas libe-rales. El fruto de esos desve-los se ha podido ver en la edi-ción de los tres tomos de Las ideas liberales en Colombia, que han sido referentes para los estudios universitarios en ciencias humanas y sociales y que contribuyeron a dar-les una mirada más profunda y compleja a los problemas colombianos. Sin ser histo-riador de formación, nadie lo era en aquel entonces, Moli-na contribuyó con esa obra a redimensionar los estudios políticos, particularmente en el terreno de mostrar la per-tinencia de la investigación sobre las ideas políticas. Su obra es una de las que más ediciones ha tenido y se si-túa a la par del estudio sobre La violencia en Colombia de Guzmán Campos, Fals Borda y Umaña Luna y de los traba-

jos del pionero de la nueva historia colombiana, Jaime Jaramillo Uribe.

Tardíamente reconocido por los grupos de izquierda como un líder de grandes quilates y proyecciones, fue lanzado como candidato a la presidencia en 1982. De su campaña quedó la imagen de un hombre serio, estudioso, nada sectario, enemigo del fanatismo, educador y sobrio en la exposición del progra-ma que consideraba apropia-do para el país, una mezcla entre intervencionismo de

estado e ideas socialistas de-mocráticas. Como senador, propuso la más generosa ley de amnistía para los alzados en armas, convencido de que el camino de la lucha armada no era el indicado para lograr los cambios, en razón de las huellas dolorosas de la vio-lencia del reciente pasado, y de que a los alzados había que brindarles opciones po-líticas.

Al final de su vida pudo observar con vivo interés la tarea crítica en que se empe-

ñaron los líderes soviéticos con la pereztroika y el glasnot, a las que atribuyó un gran porvenir en el camino de de-mocratización que, según él, debía darse en la URSS para al fin acceder al socialismo de rostro humano por el que siempre abogó. Muerto en marzo de 1991 no alcanzó a ver las hondas consecuencias de la caída del Muro de Berlín y el derrumbe estrepitoso de la Unión Soviética.

Molina era un hombre de convicciones, pero era flexible y sabía establecer la

distancia existente entre los deseos y las posibilidades. Así, para Colombia, como lo dejó consignado en su Bre-viario de ideas políticas, la hora no era la de instaurar el socialismo aunque sí la de profundizar la democracia y combatir la pobreza extre-ma. Su legado, aunque re-conocido ocasionalmente en algunos círculos políticos y académicos, no ha sido su-ficientemente divulgado ni apropiado por las nuevas ge-neraciones. Molina dejó hon-

da huella en las maneras de hacer política, en el campo de la academia, de la historia y en la gestión universitaria. De esta última, tanto la Uni-versidad Nacional como la Libre tienen mucho que mos-trar. Fue un defensor de la autonomía universitaria, mas no en términos absolutos. ¿Cómo puede la universidad estar al margen de la socie-dad y el estado que la sopor-tan y la definen? Su concepto de autonomía estaba referido a la independencia de la vi-da académica respecto de los poderes mediáticos, partidis-tas y doctrinarios. Una idea suya expresada en 1937 nos recuerda la riqueza y la per-tinencia de su pensamiento universitario:

“No concebimos la Uni-versidad sino como un meca-nismo puesto al servicio de la nación y de la democra-cia, animada del propósito de contribuir a la liberación del pueblo y a la solución justa de las cuestiones que a cada momento estorban nuestros movimientos... En la actual etapa política del país no puede ni debe tener la Universidad un carácter con-fesional... abre sus puertas a ideas antes en exilio; acepta en el profesorado, mediante la sabia reglamentación que ha hecho de esa carrera, a elementos de cualquier for-mación ideológica desde que tengan un respaldo científi-co, estimula la investigación de los estudiantes y forma en ellos... el hábito del aná-lisis en torno de los hechos diarios, y preconiza la nece-sidad de discutir en las aulas los grandes temas colectivos, a condición de que en esas controversias no intervenga ningún afán proselitista...” (Revista de las Indias, MEN).

Una universidad ligada a los destinos de la nación, en disposición de estudiar los problemas y de contribuir a su solución; una universidad con claras funciones sociales e impartidora de una educa-ción libertaria. Esto fue lo que

dijo entonces y sería una de sus tesis favoritas en los en-sayos que sobre la educación pública superior escribiría más adelante. Al recordar su legado con motivo del cen-tenario de su nacimiento es pertinente invitar a las nue-vas generaciones a estudiar toda su obra y a evocar su compromiso incondicional con la democracia, con las libertades y contrario a todo sectarismo, a la intolerancia y al dogmatismo.

País

Con ocasión del centenario del nacimiento de Gerardo Molina, el profesor Darío Acevedo Carmona hace una semblanza de su vida y comenta los aportes que les hizo Molina a la universidad, a la política y al país.

al maestro molinaRecordandoDarío Acevedo Carmona Doctor en Historia por la

Universidad de Huelva y profesor titular Universidad Nacional de

Colombia.

Molina dejó honda huella en las maneras de hacer política, en el campo de la academia, de la historia y en la gestión universitaria. De esta última, tanto la Universidad Nacional como la Libre tienen mucho que mostrar. Fue un defensor de la autonomía universitaria, mas no en términos absolutos.

Gerardo Molina, 1906-1991, fue uno de los más destacados colombianos del siglo XX.

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Opinión

Hoy regresa un colum-nista, líder de opinión, y esto es una buena noticia para los lectores y para la democracia.

La abundante informa-ción que hoy suministran los medios no es suficiente para formar los ciudadanos bien informados que requiere un régimen democrático; se ne-cesita, además, el procesa-miento de esa información, que es la tarea que cumplen los líderes de opinión.

El lector de noticias, en-cerrado en la esfera de sus propios intereses, se preci-pita, según Schumpeter, “a un bajo nivel de rendimiento mental”. Para que descubra la alta dimensión de lo público en la historia de todos los días, necesita la guía de esos líderes, descritos por Lipp-mann como los que enseñan a ver con claridad, a pen-sar racionalmente y a actuar desinteresadamente.

En cambio, una sociedad con información y opinión monocéntrica y monocolor, sin crítica y sin nada qué de-cir es “un soberano vacío, un rey de copas”, del que habla Sartori, para quien es demo-crático el gobierno que se ha-ce en medio de la discusión. La tiranía en cambio, ama la sumisión y el silencio respe-tuoso, sin opiniones, pero con abundancia de adhesiones.

Cuando sobre Hernando Gómez Buendía se acumu-laron las presiones de aque-lla acusación de plagio que un tribunal ad hoc examinó y encontró improcedente; aquel cierre de su columna, explicado con un pretexto, y aquella queja oficial ante la ONU, para desvincularlo de este organismo a raíz de una opinión publicada en México; cuando todo esto lo-gró silenciarlo fue evidente que alguien se empeñaba en condenarlo y sancionarlo por el delito de opinar.

Entre nosotros ya no se cierran periódicos ni se cen-suran informaciones; no se lleva a la cárcel a los periodis-tas, ni se los amenaza con el destierro, que son las formas impúdicas de la censura, pe-ro sí se hace que otros cierren puertas y se estigmatiza a los indóciles, formas eficaces pa-ra silenciar que, sin embargo, preservan las buenas formas de la democracia.

Sólo que silenciando a hombres como Hernando, todos perdemos. Así lo ex-plicaron los jueces que nom-braron sus acusadores. Según afirman Carlos Gaviria, Al-fonso Llano y Alejandro San-tamaría, en el fallo que nunca les publicaron: “con su retiro todos pierden: él, Semana y los lectores”.

Por eso, la reaparición de las columnas de Hernando Gómez Buendía es una bue-na noticia, lo que era pérdida comienza a ser ganancia.

A propósito del artículo de Hernando Gómez Buendía

Delito de opinión Declaración suscrita entre febrero y marzo del 2005 que la revista Semana se ha nega-

do a publicar hasta el momento.

Algo anda mal en una sociedad que condena al silencio a sus mejores analistas. Tal es el caso del Profesor Hernando Gómez Buendía, sometido a una campaña de difamación absurda e infundada, a tribunales no previstos en la ley y a la desvinculación caprichosa del medio donde expresaba sus opiniones.

Se puede disentir de los enfoques del Profesor Gómez Buendía, pero no se puede dudar de su honestidad personal e intelectual, su rigor, su independencia y su dedicación al interés público, ni de la calidad y utilidad de sus numerosos aportes académicos y perio-dísticos a la comprensión y solución de los grandes problemas nacionales.

Los suscritos escritores, científicos, artistas, periodistas, rectores y profesores uni-versitarios, candidatos presidenciales, ex ministros, senadores, representantes, alcaldes, gobernadores, concejales, dirigentes gremiales, sindicales, religiosos y de las organiza-ciones no gubernamentales expresamos nuestra sincera preocupación por lo que este incidente dice sobre la sociedad en su conjunto y en especial sobre los medios de comu-nicación. Precisamente porque vive un momento tan difícil, el país no puede cerrarse a las ideas alternativas ni recortar la libertad de expresión.

Antanas Mockus, Emilio Yunis, Antonio Navarro Wolf, Alfonso Valdivieso Sarmiento, Orlando Fals Borda, Rodrigo Rivera Salazar, Juan Camilo Restrepo, Oscar Iván Zuluaga, Gustavo Petro, Augusto Ramírez Ocampo, Álvaro Camacho Guizado, Germán Castro Caice-do, Piedad Córdoba, Juan Carlos Echeverri, Eduardo Zúñiga, Patricia Lara, Samuel Moreno Rojas, Gabriel Rosas Vega, Francisco de Roux S.J., Angelino Garzón, Salomón Kalmanovitz, Camilo González Posso, Roberto Camacho W. (QEPD), Guillermo Alfonso Jaramillo, Mario Calderón Rivera, Alejandro Gaviria, Parmenio Cuellar, Guillermo Hoyos, Paul Bromberg, José Fernando Isaza, César Vallejo Mejía, Augusto Acosta Torres, Luis Emilio Sierra Graja-les, Gustavo de Roux, Germán Navas Talero, Adriana Gutiérrez, Ana Teresa Bernal, Héctor Fabio Cardona, Florance Thomas, Roberto Arenas Mejía, Javier Ramírez Gómez, Rodrigo Uprimny Yepes, Julio Roberto Gómez, Javier Darío Restrepo, Jorge Guevara, Gildardo Armel Arenas, Bruno Díaz, Alfredo Hoyos Mazuera, Horacio Arango S.J., Jorge Rojas, Carlos Vicen-te de Roux, Álvaro Echeverri Uruburu, Patricia Gómez, Francisco Thoumi, Rocío Londoño, Jorge Iván González, Manuel Ramírez Gómez, César Caballero, Olga Lucia Acosta, Gabriel Restrepo, John Sudarsky, Hernán Jaramillo Salazar, Boris Salazar, Carlo Nasi, Carlos Dá-vila Ladrón de Guevara, Medófilo Medina, Iván Orozco Abad, Francisco Azuero Zúñiga, Claudia Dangond, Eduardo Wills Herrera, Fernando Calderón, Rodolfo Mariani, Myriam Méndez-Montalvo, Hernán Vallejo González, Marco Fidel Chica Cano, Leopoldo Peláez Arbeláez, Octavio Barriendo Gómez, Bernardo Rivera Sánchez, Jorge Eduardo Gómez, Eduardo Hurtado Gómez, Pilar Reyes, Cesar López, Fabio Velásquez, Lisímaco Parra, Fabián Sanabria, Efraín Sánchez, Alberto Saldarriaga, Álvaro Guzmán Barney, Fernando Cubiles, Azriel Biblowicz, Andrés Hernández, Jorge Vivas Reina, María Lucía Caro de Vaughan, Jesús María Álvarez Gaviria, Carolina Albán Conto, Laura Garcés, Walter Joe Bro-derick, Iván Escobar Escobar, Juan Camilo Cárdenas, Humberto Molina Giraldo, Yolanda Pulecio de Betancourt, Daniel García-Peña (siguen más nombres)

El pasado 21 de julio hubiera cumplido cien años. Con él no había conversación banal, previsible, rutinaria. La calidad de la conversación se notaba en el modo en que

recibía la primera frase escu-chada, con un sonido gutural con el cual reconocía y apro-baba la preocupación subya-cente. Era como si dijera: “Sí, ahí, en lo que usted dice, hay algo para pensar, algo para dilucidar”. Y luego, mediante dos o tres frases más, llevaba la conversación al meollo del asunto, despejaba el proble-

ma de todos sus adornos, de todas sus circunstancias irre-levantes. Pasados unos minu-tos, se sentía uno discutiendo el problema de su vida.

Le gustaba mucho iden-tificar problemas de conoci-miento que, al mismo tiempo, plantearan dilemas de ética. Federici se apasionaba con-

tra ciertas instrumentaciones de la ciencia y la tecnología y se irritaba por la lentitud con que la humanidad resuelve ciertos problemas, desde la desigualdad económica has-ta las pretensiones manipu-ladoras de alguna escuela de psicología. Soñaba con un re-conocimiento universalmen-te compartido de los rasgos esenciales de los seres huma-nos que permitiera establecer un rechazo absoluto a ciertas situaciones y a ciertos méto-dos. Sabía ser humanista en pleno siglo dominado por los maestros de la sospecha (a quienes por otra parte había leído sin dejar derrumbar sus convicciones y su empeño a favor de una humanidad mejor).

Federici saboreaba co-mo pocos el raciocinio, la se-cuencia de argumentos bien encadenados y gozaba con su contundencia. Mientras nos miraba, atento al efecto de sus palabras, salía otro sonido de su garganta, un breve hito de alegría, como si de mane-ra algo juguetona nos dijera “¿cómo la ven?”. Junto con el entusiasmo por el argu-mento que conduce ineluc-tablemente a una conclusión que zanja de manera efec-tiva una pregunta, Federici era capaz de sentir profundas

emociones que, apenas por un instante, dejaba aflorar. Esas emociones tan sutiles eran tan pertinentes que era inevitable compartirlas.

En matemáticas y lógica se atrevió a criticar notacio-nes convencionales porque causaban dificultades peda-gógicas innecesarias. No tor-turar al que aprende ciencias o matemáticas fue uno de sus imperativos categóricos.

A finales de los cincuen-ta dirigió en la Javeriana la tesis de grado en medicina de Rodolfo Llinás, organizando especialmente para él un cur-sillo de lógica. A partir de las ideas de McCullogh, los dos iniciaron un trabajo en redes neuronales. Hoy los aportes de Llinás sobre el funciona-miento del cerebro le han da-do renombre mundial.

Más de medio siglo de paciencia pedagógica hizo que colombianos muy diver-sos nos volviéramos herede-ros parciales de un legado en ciencias, en matemáticas, en lógica, en pedagogía y en filosofía. Aprendimos todos de él algo sobre radicalidad de la crítica y paciencia de la razón. Si algún día en Co-lombia cuaja una opción de radicalismo pacifista, esta opción podrá verse como un homenaje a su ejemplo.

Semblanza de la vida y la obra de este insigne hombre que con su ejemplo y sabiduría marcó a un gran número de colombianos de ciencia.

Carlo Federici,placer del saber compartido

Antanas MockusEx Rector Universidad Nacional

de Colombia

Javier Darío Restrepo.

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El profesor Federici estuvo ligado a la academia durante más de medio siglo.

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“Newton vive en la Inglaterra puritana del siglo XVII. Él mismo podría considerarse como un representante de esa ética puritana que es una ética del trabajo, que promueve un asce-tismo dentro del mundo, que promueve el trabajo incesante como medio de salvación en obras de bien común. Newton es un investigador que hace su obra principalmente solo, aislado prácticamente del mundo en buena parte de su vida, traba-jando en su laboratorio sin buscar una promoción social o un reconocimiento incluso por su labor científica, o por lo menos no buscando esos reconocimientos como la motivación funda-mental en su vida y en su obra, sino más bien motivado inter-namente por la búsqueda de la verdad”.

José Granés presentando la Primera Cátedra Manuel An-cízar en UNRadio en 1994. Se puede escuchar en http://www.undigital.unal.edu.co/especiales/20060725_jose_granes/ jose_granes.html

Cultura

Inesperadamente la muerte nos ha arrebatado al más noble y respetado de nuestros compañeros de via-je en el camino de la inves-tigación que prácticamente iniciamos juntos y que juntos habíamos retomado recien-temente. El trabajo compar-tido fue el comienzo de una amistad que se hizo más pro-funda y rica con los años. A lo largo de más de tres déca-das vivimos en común con el profesor José Granés entu-siasmos maravillosos como el del descubrimiento de la filosofía y el de la creación del Movimiento Pedagógico en el cual el magisterio se compro-metió, junto con su sindicato, a defender la calidad de la educación y creó la revista Educación y Cultura. Juntos trabajamos, a veces hasta la madrugada, discutiendo un concepto, encontrando los adjetivos adecuados y acor-dando el mejor modo de ex-presar por escrito las ideas. El compromiso que adqui-rimos con la educación se fortaleció con la conciencia creciente de su importancia y con la amistad profunda que forjamos. José era en-tre nosotros el símbolo de la sabiduría y la claridad, el equilibrio y la prudencia, el cuidado y el respeto hacia las ideas y las personas. Sabía es-cuchar y esperar el momento en que su intervención podía resolver una contradicción o aportar los elementos nece-sarios para superar un obs-táculo.

José Granés era in-geniero mecánico y físico, con estudios de maestría en Francia y en los Estados Unidos, pero era además un humanista interesado por el arte, la literatura, la historia de las ciencias y la filosofía. Inicialmente, se dedicó co-mo investigador autodidacta al estudio de Galileo Galilei y durante varios semestres, a comienzos de los setenta, ofreció en la carrera de física un curso sobre el creador de la ciencia moderna.

Enseñó durante déca-das física cuántica y teoría de la relatividad. Muchos de los estudiantes de física de la Universidad Nacional que hoy son docentes e investiga-dores confiesan que apren-dieron a pensar como físicos con este maestro cuya com-prensión cabal de las teorías más abstractas se convertía en una vía real a su apropia-ción por parte de los discí-pulos. Repetidamente hemos oído a sus alumnos recordan-do esos instantes felices de

comprensión luminosa de lo nuevo que José hacía posible. Después de dominar la físi-ca como pocos, y llevando a otros terrenos el mismo culto por la claridad, el maestro José derivó hacia la educa-ción, la historia y la filoso-fía. Los maestros de aula, los auditorios universitarios de distintas disciplinas e institu-ciones y otros investigadores ocupados de la evaluación y de la calidad de la educación recibieron sus enseñanzas. Su legado se distribuye hoy de tal modo que no es posi-ble dar plena cuenta de él, y tal vez por ello tampoco perecerá.

En la maestría en filoso-fía, en la segunda mitad de los años ochenta, José avanzo en su exploración sistemática de la obra de Newton y pro-dujo su primer libro sobre el tema: Newton y el empirismo, un trabajo de tesis laureado por la Universidad Nacional. Más adelante vendrían otros libros del profesor Granés sobre Newton: Gramática de una controversia cientí-fica y Newton, vida y obra. José enseñó siempre lo que fue aprendiendo y desde co-mienzos de los ochenta estu-vo al frente de cursos de con-texto sobre Newton y sobre Galileo y Newton. En 1994, la Universidad Nacional de Colombia inició una cátedra abierta a estudiantes de to-das las universidades de la ciudad. La Cátedra Manuel Ancízar, que reunió semanal-mente en el Auditorio León de Greiff, durante dos semes-tres, a más de 2000 asistentes, entre profesores y estudian-tes de distintas instituciones de educación superior. El doctor Granés, responsable de la mitad de las sesiones de esa cátedra, encantó al au-ditorio con sus exposiciones sobre la vida y la obra de Isaac Newton.

El físico reconocido por su amplio dominio de esta ciencia matemática amaba a los niños y era sensible a sus necesidades e intereses. “Cuclí, Cuclí”, el material de ciencia y cultura para niños de Colciencias en que traba-jó José Granés junto a otros científicos, comunicadores y artistas en la década de los noventa, fue varias cosas: un mural de hermosas imágenes a color, una revista ilustrada que se repartieron en todas las escuelas del país, un pe-riódico, un programa radial y unos videos (que no alcanza-ron a ver la luz pública) y una serie de talleres con maestros –con los materiales de Cu-clí–, que incluso se llevaron a otros países latinoamerica-nos. La lucidez y sensibilidad de Granés fueron claves en la

discusión y preparación de los materiales, y en los talle-res José puso al servicio de los docentes de distintas re-giones sus enormes virtudes de pedagogo.

José Granés apoyó, diri-gió y evaluó muchos trabajos sobre historia de las ciencias en distintas universidades y permanentemente fue con-ferencista sobre temas de ciencia y de educación en ciencias, sobre educación superior, sobre la tarea del maestro, sobre la filosofía y la historia de la ciencia y, natu-ralmente, sobre Newton. Es-ta actividad no se suspendió nunca a lo largo de sus casi cuarenta años de docencia universitaria. José contribu-yó sustantivamente a la for-mación de tres comunidades científicas en Colombia: la comunidad disciplinaria de los físicos, la comunidad de los investigadores en educa-ción y la comunidad de espe-cialistas en filosofía e historia de las ciencias.

José Granés encarnó un paradigma de los docentes de la Universidad Nacio-nal: estudioso permanente, maestro por vocación, de-dicado y abierto siempre al diálogo en sus tareas como docente, capaz de una in-mensa claridad en todos los temas que trabajó, abierto a distintas perspectivas cientí-ficas y filosóficas, cuidadoso y equilibrado en sus análi-sis, solidario y atento en el trabajo de equipo, sensible a los desequilibrios sociales y adolorido siempre por las injusticias de la sociedad en que vivió. José compartía con Carlo Federici y con sus co-legas más cercanos una gran capacidad para indignarse y una enorme esperanza, en algún grado ilustrada por su propia trayectoria, de que la voz de las razones podría hacerse oír y los consensos racionales y las emociones compartidas podrían irles abriendo paso a sociedades más reflexivas, más autocríti-cas y más justas.

Quienes lo conocimos, recordaremos siempre a José, el lúcido, el metódico, el justo, el paciente, el generoso. Para nosotros y para quienes no lo conocieron quedan sus her-mosos libros y la trayectoria de sus discípulos. Todos jun-tos podremos cuidar la me-moria de esta bella vida ligada tan de cerca a la de la comuni-dad académica colombiana.

José Granés,

Carlos Augusto Hernández y Antanas Mockus

“El dolor que sentimos en este momento es la otra cara de la fortuna de haber conocido a un ser humano muy grande y muy bueno. José fue lo suficientemente grande para no tener ningu-na pretensión de serlo. Por eso no conoció la envidia ni la vanidad.

Hace ya muchos años, el profesor Granés me des-lumbró con su claridad de maestro y leí como su alum-no las traducciones de textos de Galileo y sobre Galileo que él hacía para sus estudiantes. El físico que todos admirába-mos había creado ese curso para invitar a los nuevos físi-cos a pensar sobre la historia y la filosofía. Así, a través de José conocí a Galileo y me llené de entusiasmo por ese italiano empeñado en pintar un cuadro del mundo con la matemática. Y un día este profesor excepcional consi-deró que ya yo había apren-dido lo suficiente y me regaló todo su trabajo y el placer de dictar ese curso. Me regaló nada más ni nada menos que el espacio maravilloso que había creado para su goce re-flexivo en la universidad. No creo que haya muchos pro-fesores en el mundo capaces de hacer algo así. José no sólo me entregó ese curso y ese proyecto sino que me dio la más importante de las leccio-nes que he recibido nunca: la lección de la generosidad. Jo-sé Granés era un maestro in-menso porque tenía la virtud de la inteligencia y la claridad que todos sus alumnos ad-miramos y la generosidad sin límites que hace falta para convertir la tarea de enseñar en la razón de vivir.

Tuve la fortuna de estar la mayor parte de mi vida cerca de mi maestro. En el grupo Federici hicimos un camino de investigación lle-no de momentos dichosos y memorables, animados por la voluntad de ayudar a cam-biar las cosas. A José le dolía el desequilibrio social que vi-vimos y nunca renunció a su convicción de que era indis-pensable trabajar ante todo por una sociedad más justa, menos cruel con los despo-seídos. Tuve la fortuna de te-ner siempre cerca un modelo de ser humano para admirar

con cariño y querer con admi-ración. Cuanto más conocía a José más admiración sentía por él. Y creo que llegué a conocerlo bastante. Cuando pienso en José Granés a pro-pósito de mi propio proyecto de vida descubro qué difícil es ser un maestro verdadero: estudiar y conocer para co-municar con transparencia, dar sin esperar retribución, escuchar con atención, ser solidario sin limitaciones. Por otra parte, cuando pien-so en el trabajo que hicimos juntos sobre la escuela y la educación descubro qué tan fácil es ser idealista cuando se tiene cerca el ejemplo de que la unión de la bondad y la sabiduría es posible. Parecería impensable una utopía en donde la mayoría de los seres humanos sean transparentes y generosos, prudentes y cuidadosos, in-teligentes y sensibles, sabios y sencillos como mi maestro, mi amigo, mi hermano José Granés, pero al menos no se puede negar que ha existido una persona así. No lo puede negar nadie que lo haya co-nocido lo suficiente.

No puedo agradecer co-mo quisiera la nobleza y bon-dad con que me trató José. Pero por el hecho de haber sido tan cercano a él pue-do agradecer a los amigos y familiares que respondieron amor con amor y le brinda-ron la certeza de que el afecto despierta afecto; puedo agra-decer a los amigos con quie-nes compartimos momentos inolvidables de felicidad in-telectual porque sé bien que él fue feliz en esos instantes de descubrimiento; puedo agradecer a sus hijos porque sé bien cuánto los amaba y lo orgulloso que se sentía de ellos y de sus nietos; pue-do agradecer a su hermana que lo quiso y lo acompañó con un inmenso afecto y a su esposa que lo amó con dedicación. Puedo agradecer a las personas que le hicieron sentir que lo amaban en dis-tintos momentos de su vida. Otros muchos amaron a José sin decírselo y me alegra al menos confesar que siem-pre que pude denuncié esos afectos porque me parecía justo que mi maestro supiera que no estábamos ciegos”.

Palabras de Carlos Augusto Hernández en la Capilla de la Universidad

Nacional de Colombia:

de la física teórica a la educación

El profesor José Granés, segundo de la izquierda, al lado de Carlos Augusto Hernandez, Jorge Charum y Antanas Mockus.

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Desde que comenzó en el país el proceso de mo-dernización desordenada, a mediados del siglo pasado, la constante en materia de defensa y seguridad ha sido la incapacidad de los gobier-nos para diseñar una política integral. Además, los objeti-vos que se han fijado sobre el particular no han alcanzado siquiera el mediano plazo. Las improvisaciones han si-do la regla, además de que los militares han gozado casi siempre de autonomía en el manejo del orden público, lo que ha llevado a que las pretendidas soluciones a los problemas de seguridad ha-yan tenido el sello castrense,

con la consecuente escasez de contenido político y poca efectividad. Esta autonomía fue facilitada por la despreo-cupación de las autoridades civiles por asumir su respon-sabilidad de fijar directrices para el diseño de políticas militares.

En el aspecto político, los intermitentes procesos de paz, iniciados en 1982, no han estado articulados con las políticas de seguridad y sus resultados han sido pre-carios. Además, los militares no han reconocido el carác-ter político de las guerrillas, actitud que se compagina con la del actual gobierno. Las dos situaciones en que los gobiernos han buscado subordinar a los militares en materia de seguridad, con proyección política, han teni-do serios problemas. En el de

César Gaviria (1990-1994) esa búsqueda abortó en la mitad de su mandato y en el de Álvaro Uribe (2002-2006), si bien logró tal subordinación, hay grandes insuficiencias en la visión política.

La seguridad es el pro-grama bandera de este go-bierno, pero no ha sido eficaz. En los dos primeros años del gobierno no fue difícil rever-tir los índices de inseguridad, debido al prolongado descui-do oficial en la materia, al de-sastre heredado del frustrado proceso de paz de Pastrana y a la reorganización militar emprendida desde antes, a instancias de Estados Uni-dos. Pero luego, en los dos últimos años, vinieron el es-tancamiento, las dificultades mayores y el crecimiento de los costos económicos, polí-ticos y sociales.

Sin desconocer los lo-gros alcanzados, ha primado la improvisación. No hay ar-ticulación entre la supuesta política de paz con los pa-ramilitares y la política de guerra con las Farc, en la que además el gobierno niega la existencia de un conflicto armado interno. El llamado Plan Patriota –iniciado una vez que se definió la negocia-ción con los paramilitares– se sobrepuso al Plan Colombia, activado con la ayuda de Es-tados Unidos en el 2001 y cu-yos resultados han demostra-do el fracaso de la fumigación aérea de los cultivos ilícitos.

Con el Plan Patriota el Presi-dente descargó la responsa-bilidad de la seguridad en la Fuerza Pública y minimizó los medios políticos. Aunque el gobierno impulsó la capa-cidad operativa, interfirió en

su diseño sin que mediaran análisis serios. Además, aco-só para que se cumplieran objetivos que imaginó fáci-les de alcanzar con tan solo una voluntad política que ha carecido de la reflexión ne-cesaria para enfrentar a las guerrillas. La ausencia de una concepción política integral como guía para las acciones militares se unió a la limi-tación de recursos de toda índole para desembocar en una situación que exige cam-bios profundos. Se produjo entonces un desgaste militar innecesario, que llevó a que las instituciones castrenses pagaran el grueso de los cos-tos políticos de los errores gubernamentales en la con-ducción estratégica.

Un balance de la políti-ca de seguridad democrática muestra que la percepción en la opinión pública ha sido fundamental para la seguri-dad, pese a que los avances notorios en el control del conflicto armado se entra-baron desde hace dos años. Un ejemplo bien conocido es el aumento de la circulación motorizada de los grupos so-ciales medios y altos en las carreteras, debido en buena parte a la protección de la

Fuerza Pública. De manera acumulativa, la percepción de seguridad en la opinión pública ha influido en tal au-mento y, por tanto, ha dismi-nuido los riesgos. A su vez, ello refuerza la visión opti-mista en las encuestas. Esta situación es bien frágil, de-bido al impacto negativo que pueden tener sucesos even-tuales en la inestable opinión pública que se refleja en las encuestas.

No obstante, el problema mayor radica en las dificulta-des que hay para sostener en el tiempo la Política de Seguri-dad Democrática, si se consi-deran la magnitud de las ame-nazas, la profunda crisis social y humanitaria, la limitación de los recursos económicos del Estado y las deficiencias que existen, sobre todo en el proceso de negociación con los paramilitares mezclados con narcotraficantes. Habría que establecer entonces una política que integre las parce-las en que está fragmentada la seguridad, por ejemplo, a partir de una ley marco de defensa y seguridad que guíe el papel militar complemen-tario del objetivo nacional de lograr una paz duradera que remueva la precariedad democrática del país. En su diseño y desarrollo habría que establecer una visión estra-tégica que englobe no sólo a la Fuerza Pública, sino a las instituciones estatales ligadas a la seguridad y a buena parte de la sociedad civil, además de que contemple objetivos progresivos que tengan via-bilidad.

A su vez, las acciones militares tendrían que supe-ditarse a un marco político integral, que suprima su ato-sigado papel de punta de lan-za de la seguridad. Esto daría

espacio para suplir las graves insuficiencias en la organiza-ción de unidades, la forma-ción de mandos y la precisión de funciones, además de que minimizaría los costos y los frecuentes errores. Tal subor-dinación permitiría también redefinir el uso estratégico de la inteligencia, que no cuenta con el personal idóneo que exige una guerra irregular pa-ra aumentar la eficacia y dis-minuir los costos de la Fuer-za Pública. Finalmente, para no mencionar sino aspectos destacados, a la Policía –que adolece de una confusa mez-cla en su organización y fun-ciones– habría que precisarle su condición civil urbana, sin desconocer la necesidad de que haya en su seno un cuer-po paramilitar rural y sin que se le despoje de su identidad y unidad nacionales.

Ahora que comienza el segundo periodo de Uribe, producto de su cuestionada reelección inmediata, y que hay un nuevo Ministro de De-fensa Nacional que se supone cuenta con más autonomía que sus antecesores, ¿será posible que haya la voluntad política necesaria para iniciar el arreglo de este embrollo?

Análisis de lo que ha sido la seguridad democrática, en especial los dos últimos años, y una propuesta de lo que podría ser en el futuro, para que dé los resultados que de ella se esperan.

de la seguridad democrática?¿Cuál es la eficacia

Francisco Leal Buitrago, Sociólogo. Profesor honorario

de las universidades Nacional de Colombia y de Los Andes

En su diseño y desarrollo habría que establecer una visión estratégica que englobe no sólo a la Fuerza Pública, sino a las instituciones estatales ligadas a la seguridad y a buena

parte de la sociedad civil, además de que contemple objetivos progresivos que tengan viabilidad.

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Con esta política han aumentado las movilizaciones de los grupos sociales altos y medios.

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El chip ADN emulado puede almacenar y evaluar reglas en tiempo inferior al requerido por sistemas secuenciales.

El grupo CIS inició acti-vidades en el Departamento de Ingeniería Eléctrica en el año 1991. Desde entonces han trabajado en el área de la inteligencia computacio-nal, que comprende líneas de investigación como redes neuronales y algoritmos ge-néticos. En este campo, su desarrollo más notable es el chip ADN emulado, un cir-cuito electrónico que se uti-liza para almacenar y evaluar reglas

El chip ADN biológico se utiliza para estudiar la expre-sión de genes y en algunos casos determinar su secuen-cia. En ingeniería electrónica existe la posibilidad de pro-cesar información de manera secuencial, con microcon-troladores o microprocesa-dores, y de manera paralela con arreglos de compuertas programables, conocidos co-mo FPGA.

Los chips ADN electró-nicos emulan el paralelis-mo de las cadenas de ADN y se pueden implementar de manera natural en FPGA. Es importante anotar que el concepto de chip ADN elec-trónico y su paralelismo en

FPGA se han probado con simulaciones en computador y prototipos físicos de robots móviles, que en tiempo real aprenden a navegar sin co-lisiones y pueden seguir tra-yectorias predeterminadas por el diseñador.

A nivel de simulación, se estudió el chip ADN emula-do para detectar condiciones de falla en una subestación eléctrica. El resultado preli-minar muestra que el parale-lismo en los FPGA es el mejor camino para evaluar bases de reglas en tiempo real. A mediano plazo es posible de-sarrollar una tarjeta electró-nica con FPGA y chip ADN emulado para detectar fallas de equipo eléctrico con posi-bilidades comerciales.

En el 2002, coincidiendo con la conmemoración del descubrimiento de la estruc-tura del ADN, el comité edi-torial del IEE (UK) consideró importante la publicación del artículo “DNA Chips as Lookup Tables for Rule - Ba-sed Systems” en dos de sus revistas, pues examina la po-sibilidad de explotar los siste-mas biológicos para procesar información.

El grupo de investigación CIS (Control Inteligente de Sistemas) diseñó un circuito electrónico inspirado en el chip ADN biológico, que permite almacenar y evaluar reglas en paralelo, es decir, en un tiempo inferior al requerido por sistemas secuenciales. Inicialmente, el circuito se ha probado con robots móviles en modo de aprendizaje y reactivo.

de SistemasControl Inteligente

Gracias al esfuerzo de 17 años de investigación, el grupo PAAS-UN (Programa de Adquisición y Análisis de Señales) del Departamen-to de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, ha logrado desarrollar un prototipo de transformador que contri-buye a mejorar la calidad de la energía eléctrica y per-mite superar el gran reto de falla de transformadores en zonas de alta actividad de rayos con costos similares a los de un transformador normal.

En 1989 el grupo inició un proyecto para encontrar soluciones técnico-eco-nómicas a la alta morta-lidad de transformadores de distribución. Durante la primera fase de este es-tudio, que se denominó: “Metodología para la so-lución de un gran reto tecnológico: la falla de los transformadores de dis-tribución”, se efectuó una evaluación de los estudios realizados y de la informa-ción existente, con el fin de hacer un diagnóstico in-tegral y plantear hipótesis preliminares para solucio-nar el problema.

En 1997, se seleccionó un Circuito Piloto Experi-mental localizado en una zona de alta mortalidad de transformadores por ra-yos, con el objetivo de im-plementar dos innovacio-nes tecnológicas: aumento del nivel de aislamiento

en transformadores y un nuevo sistema de puesta a tierra. Como fruto de esta experiencia, se diseñaron, fabricaron e instalaron otros 15 transformadores Prototipo Nuevo Diseño a mediados de 1999 y en abril del 2001, en un circui-to experimental localizado en la zona rural de Samaná (Caldas), una de las zonas de mayor actividad eléctri-ca atmosférica del mundo.

El monitoreo de las variables muestra que, a pesar de los más de 130 rayos que han impactado a menos de 100 metros del circuito en tres años, las innovaciones tecnológicas implementadas han res-pondido satisfactoriamen-te: con los transformadores Prototipo Nuevo Diseño, la rata de fallas pasó del 50% para el periodo 1990-1997, a 0% en el año 1998, 7% en 1999 y 0% en el2000. En este circuito las fallas anuales eran superiores al 50% de los transformado-res.

El grupo ha propuesto y dirigido la elaboración y aprobación de 3 Normas Técnicas Nacionales Icon-tec, ha publicado 4 libros y más de 40 artículos en los últimos 5 años en revistas de arbitraje académico in-ternacional y realiza inves-tigaciones conjuntas con universidades de Italia, Suecia, EE.UU., España, México y Brasil.

La falla de transformadores de distribución en zonas rurales de alta actividad de rayos ha sido un problema para las empresas de energía del país durante décadas. Pese a los diagnósticos y soluciones propuestas, el problema persiste, con costos que superan los 6 millones de dólares anuales. El prototipo de transformador desarrollado por los investigadores de la UN ofrece una solución confiable y económica.

Nuevo transformador

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AFP

La falla de transformadores de distribución en zonas de alta actividad de rayos genera pérdidas que superan los 6 millones de dólares anuales.

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Este trabajo tuvo como antecedente una investiga-ción en la que se estableció la estrecha relación entre la concepción del cosmos de los indígenas kogi de la Sierra Nevada de Santa Marta y la arquitectura de sus construc-

ciones. Este trabajo, titulado “SAMINASHI. Arquitectura y cosmogonía en la construc-ción kogi”, fue galardonado en ese mismo año con el premio de la XVIII Bienal Colombiana de Arquitectura, en la catego-ría teoría, historia y crítica.

De allí surgió la necesi-dad de establecer un estudio sobre las relaciones que se evidencian entre las concep-ciones cosmogónicas y los territorios indígenas, y las dinámicas históricas sobre

la aceptación por parte del Estado colombiano de la au-tonomía de estos territorios, dadas sus particularidades culturales, situación con-siderada en la Constitución Política de 1991, con el esta-blecimiento de las Entidades Territoriales Indígenas.

El principal plantea-miento de la investigación es la necesidad crítica de ha-cer visible el desinterés del Estado para establecer, en la práctica, una coherente redistribución y descentrali-zación territorial. El eje del problema es la imposibili-dad de establecer un diálo-go fructífero a partir de dos concepciones de territorio que resultan completamente distintas, la del indígena y la del Estado, mientras que es-te último opte por negarse a comprender las otras lógicas que justifican culturalmente las diversas formas de apro-piación de la tierra.

Quince años después de la Constitución del 91, el pro-blema se muestra cada vez

más acentuado, a pesar de su llamado para la protec-ción de las riquezas cultu-rales de nuestro patrimonio social y cultural. La investi-gación busca demostrar que es necesario comprender las argumentaciones que, desde lo cultural, pueden y deben contribuir en la reconfigura-ción de los conceptos juris-diccionales, con la intención de que la autonomía cultural se refleje en la autonomía ad-ministrativa, y no como la di-cotomía que hoy presenta, en la cual la autonomía cultural no implica una autonomía administrativa.

El Grupo de Trabajo Académico de Patrimonio Urbanístico y Arquitectónico de la Sede Manizales surgió al comenzar la década de los noventa. Desde entonces han realizado investigaciones re-lacionadas con las dinámicas de poblamiento de la región cafetera colombiana y las ca-racterísticas culturales y tec-nológicas de la arquitectura tradicional presente allí.

Investigación

El libro Historia del Cristianismo en Colombia es el resultado del trabajo de investigadores que ini-ciaron sus tesis de grado en la línea de Historia de las Religiones, con el propósito de recorrer socio-históri-camente la experiencia del culto cristiano, a través de su diversidad en Colombia, guiados por el rigor acadé-mico y un espíritu ecumé-nico, capaz de cumplir con el objetivo de reflexionar

sobre la diversidad religiosa en nuestro país.

Historia del Cristianis-mo en Colombia es una ex-celente revisión de nuestra religiosidad, pues el diseño teórico-metodológico de la investigación permitió esca-par al dogmatismo cristiano o laico. Durante la investi-gación se buscó contemplar por igual a católicos, laicos, grupos protestantes y pen-tecostalistas, resaltando sus diferentes cultos y creencias.

Es así como el libro se con-vierte en referencia obligada para pensar la pluralidad y diversidad del cristianismo y las diversas expresiones reli-giosas en Colombia.

Un logro importante ha sido la amplia difusión del libro. Por ejemplo, fue objeto de discusión en el marco de la Cátedra Manuel Ancízar “Creer y poder hoy”, dirigida por el profesor Fa-bián Sanabria, que duran-te el segundo semestre de

2004 contó con los mejores especialistas del fenómeno religioso a escala nacional y mundial.

El grupo Gesrec exis-te hace casi diez años y al comienzo su trabajo se enfocó hacia la línea de investigación en Histo-ria de las Religiones. De 3 años para acá ha ampliado su campo de acción a las “creencias sociales”. Desde su fundación cuenta con reconocidos investigadores

asociados y ha realizado varios encuentros sobre la pluralidad del hecho reli-gioso en Colombia.

Adicionalmente, publi-ca unos cuadernos de tra-bajo donde difunde inves-tigaciones recientes de sus miembros. En la actualidad, concentra su quehacer en procesos de “tradición, secu-larización y modernidad reli-giosas”, y acontecimientos de “globalización, desregulación y circulación del creer hoy”.

Desde hace 10 años el Grupo de Estudios Sociales de las Religiones y Creencias, Gesrec, investiga fenómenos relacionados con las creencias sociales. En este campo, uno de sus trabajos más destacados es la revisión de la religiosidad nacional que realizan en el libro “Historia del Cristianismo en Colombia”, que construye una mirada amplia y desprovista de dogmatismos religiosos o laicos.

Historia delcristianismoen Colombia

“Lo sagrado como argumento jurisdiccional en Colombia. La reclamación de tierras indígenas como argumento de autonomía cultural en la Sierra Nevada de Santa Marta” es un proyecto de tesis doctoral en Historia que revisa la estrecha relación entre la concepción del cosmos de los indígenas kogi de la Sierra, la arquitectura de sus construcciones, los territorios indígenas y su autonomía cultural.

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El libro hace una revisión de la religiosidad a partir de una mirada amplia y desprovista de dogmatismos, religiosos o laicos.

La investigación revisa la imposibilidad de establecer un diálogo fructífero a partir de dos concepciones de territorio que resultan completamente distintas, la del indígena y la del Estado.

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Integrado por profesores de Psiquiatría y del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina, el grupo ha trabajado desde el 2001 en dos temáticas de in-terés nacional que prometen resultados que contribuirán al conocimiento de la violen-cia en Colombia. En el área de la psiquiatría forense, rea-lizan investigación en temá-ticas como homicidio, asalto sexual, perturbación psíquica e interdicción.

En el campo de los tras-tornos del sueño, han pues-to énfasis en la investigación del insomnio, para lo cual validaron dos instrumentos de medición en este campo (Escala de somnolencia de Epworth; Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg), lo que permitirá realizar estudios epidemiológicos y conocer la prevalencia del insomnio y la

somnolencia diurna excesiva en nuestro país.

La validación colombia-na del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg se realizó mediante métodos científi-cos adecuados para obtener un instrumento de medición confiable de la calidad del dormir en la población co-lombiana adulta urbana. Para su desarrollo se contó con el apoyo de la industria farma-céutica y de la Universidad Nacional.

Con la investigación llevada a cabo se hizo una versión validada al castellano para Colombia (ICSP-VC), de uso libre y gratuito. Los re-sultados obtenidos (alpha de Cronbach=0.78) demuestran que el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg es un ins-trumento de medición apli-cable en la población colom-biana, que permite la evalua-

ción de grupos específicos de personas y el desarrollo de estudios epidemiológicos en el campo de las alteraciones del sueño.

Concretamente, ha per-mitido a varios grupos de in-vestigadores en Colombia y otros países (México, EE.UU., Perú) comenzar a realizar estudios para conocer la ca-lidad de sueño en controla-dores aéreos, conductores de buses y busetas, víctimas de asalto sexual, estudiantes de medicina, etc. Por su parte, algunos grupos de investiga-ción europeos han encontra-do interés en la metodología empleada para la validación.

También se ha difundido el uso clínico del ICSP-VC en los Centros de Sueño del país, donde ayuda a evaluar ade-cuadamente la condición del paciente con alteraciones del

Gracias a la validación colombiana del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg, que realizó el Grupo de investigación Trastornos del Sueño y Psiquiatría Forense, será posible monitorear el sueño de controladores aéreos, conductores de buses y busetas, víctimas de asalto sexual, estudiantes de medicina, etc. La versión validada al castellano para Colombia (ICSP-VC) ha llamado la atención en EE.UU. y Europa

los colombianos?¿Qué tal duermen

“XperiMente ConSenti-do” es una aventura creativa. Comparte procesos colec-tivos de reflexión, propicia encuentros con otros y pro-mueve intentos de autorre-conocimiento a través de ac-ciones en primera persona: verse, escucharse y sentirse. Haciendo acopio de las vibra-ciones internas, por decirlo de alguna manera, sugiere nuevos modos de mirar, pal-par texturas, degustar sabo-res, respirar aromas, escuchar sonidos, vivir silencios, tejer interacciones, caminar espa-

cios: sentirlos, recordarlos, vivirlos, repensarlos, recons-truirlos, plasmarlos en papel, convertirlos en obras.

La formación en artes vivas, base del proceso crea-dor, ha tenido dos ciclos: Ma-niobras de Transformación y Ecos. En el primero, se busca generar un acercamiento a expresiones estéticas relacio-nales mediante un recorrido no lineal usando conceptos-diálogos para pensar las artes vivas. La meta es ampliar las líneas de trabajo ya docu-

mentadas y activar la ima-ginación individual con los recorridos trazados por cada persona del grupo.

En el segundo ciclo se desarrollan tres actividades: Laboratorios para experi-mentaciones con conceptos plásticos, espaciales y de acción; conversatorios para la reflexión de los concep-tos plásticos que propone el performance y talleres o espacios acompañados para el desarrollo de la propuesta. Cada participante sabe que

vive en un mundo que va de prisa y donde muchas veces no hay momentos para dedi-carse a sí mismo. La finalidad de “XperiMente ConSentido” es llevarlo a considerar que ha llegado una oportunidad creativa y que está en un lu-gar propicio para intentarlo.

La colección “XperiMen-te ConSentido” es un conjun-to de cuatro cuadernillos de trabajo. En los primeros tres se plantean, respectivamen-te, las Puertas Abiertas, las Derivas Trazadas y los Ritua-

les Sentidos. En los primeros dos cuadernillos se ilustran compromisos de carácter in-dividual y en el tercero de carácter colectivo. Las con-secuentes reflexiones y emo-ciones tienen disponible un espacio creativo en el cua-dernillo cuatro, de carácter individual. Los ciclos de for-mación y los cuadernillos de trabajo están acompañados de una memoria y de un libro que explora aplicaciones en los campos de la ocupación humana, el movimiento cor-poral y la comunicación.

El Grupo Transformar, de la Facultad de Medicina, trabaja en el campo de los Estudios sobre Desarrollo Humano. Un logro importante es el proyecto “XperiMente ConSentido”, que busca construir espacios de encuentro donde la dimensión estética de cuerpos-manos constituya la base para re-pensar (nos), cuestionar (nos) y re-crear (nos) en la cotidianidad, por medio de procesos creativos que inviten a la interlocución colectiva.

Cuerpos-manosen la vida cotidiana

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La investigación permitió obtener un instrumento de medición confiable de la calidad del dormir en la población colombiana adulta urbana.

“XperiMente ConSentido” es una aventura creativa en medio de la cotidianidad.

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La investigación consis-tió en la prueba de combina-ciones de prácticas univer-salmente reconocidas como promotoras del alfabetismo emergente (los conocimien-tos sobre la lectura y la escri-tura que los niños adquieren antes de su enseñanza formal en la escuela), con otras en discusión en la investigación, con el fin de saber cuál com-binación funcionaba mejor. Participaron 126 niños de 4 años pertenecientes a 4 gru-pos de los Jardines Infantiles Sociales administrados por Compensar y el Departamen-to Administrativo de Bienes-tar Social de Bogotá.

En el primer grupo no se realizó ninguna actividad. En el segundo grupo se usa-ron solamente las prácticas universalmente reconocidas, como lectura compartida, trabajo sobre el conocimien-to de las letras, fortalecimien-to de los vínculos afectivos y adecuación de un entorno al-fabético en el salón de clases. En el tercer grupo se realizó un conjunto de actividades con las mismas prácticas del anterior, más dos prácticas en discusión: el fortalecimiento de la conciencia de los soni-dos del habla y el aprendiza-je de nuevas palabras. En el cuarto grupo se implemen-tó, además de lo anterior, el trabajo en grupos pequeños con los niños que parecían presentar mayores dificulta-des en el aprendizaje.

En todos los grupos se realizó una evaluación pre-via a la intervención y otra posterior a ésta, con el fin de observar los efectos de la intervención en los grupos conformados. Los niños del cuarto grupo lograron ma-yores avances en los conoci-

mientos alfabéticos previos a la enseñanza formal de la lectura y la escritura, en comparación con los otros tres grupos al finalizar la in-tervención en cada uno de ellos.

Esta fue una investiga-ción de seguimiento a pro-

gramas de enseñanza en el aula que se fundamentan en el estudio del desarrollo de capacidades psicológicas y de manejo de información en los estudiantes, con el conse-cuente desarrollo de prácti-cas de enseñanza coherentes con dichas capacidades. Los

resultados son de utilidad para los niños participantes, ya que se ha potenciado su aprendizaje de conocimien-tos alfabéticos de manera natural; para los docentes, porque enriquecen sus es-trategias de enseñanza del alfabetismo en el preescolar.

Adicionalmente, las activida-des propuestas pueden ser adaptadas y realizadas fuera de la escuela y desde edades tempranas por padres o tuto-res. El contacto del grupo es [email protected].

Investigación

La investigación busca formular prácticas de aula que aporten conocimientos pertinentes a los niños en aprendizaje de la lectura y la escritura.

La investigación se rea-lizó tomando como fuente de observación una muestra amplia de caricaturas edi-toriales publicadas por di-versos medios: El Tiempo, El Espectador, El Siglo, El Liberal, y otras que han sido recopiladas en varias colec-ciones documentales por el Banco de la República, el Banco Comercial Antioque-ño y en archivos particu-lares.

Para el análisis de cien-

tos de estos dibujos se em-pleó el método sugerido por el historiador del arte Edwin Panofski, que comprende tres fases: análisis preico-nográfico, análisis iconográ-fico y análisis iconológico, orientado cada uno de ellos a responder respectivamen-te por el contenido latente o inmediato de las imágenes, la historias o el tema que se narra y el contexto (en este caso político) en el que se produce la obra, influencias

ideológicas e intencionali-dad partidista.

El ejercicio anterior se combinó con una muestra significativa de la retórica discursiva de los dos princi-pales partidos políticos del país, lo que dio como re-sultado una aproximación a los juegos de representación a través de los cuales sus seguidores se dotaron de convicciones y de miradas sobre sí y sobre el otro, que a su vez estimularon los en-

frentamientos de la época.

La intención del tra-bajo es aportar al estudio del género de la caricatura editorial, ampliamente cul-tivado en el país, pero prin-cipalmente busca aportar al conocimiento de facetas desconocidas del duelo par-tidista liberal-conservador en el terreno de los imagina-rios o de las representacio-nes. Intenta por tanto res-ponder a la pregunta ¿Cuál era la motivación del duelo?

Y luego ¿de qué manera ese duelo y las representacio-nes que le daban sustento espiritual se expresaron a través del lenguaje de los editoriales, de las noticias de primera página y de las caricaturas editoriales?

Además de la Tesis doctoral, los resultados de la investigación están ex-presados en varios ensayos publicados en revistas es-pecializadas y en libros de historia política.

“Política y caudillos colombianos en la caricatura editorial: 1920-1950” es el nombre de la investigación que desarrolló entre 1996 y 2004 el grupo Caricatura e imaginarios políticos, liderado por Rubén Acevedo. El resultado más relevante es una Tesis doctoral en Historia de 550 páginas, considerada por unanimidad del jurado de la Universidad de Huelva, España, como sobresaliente cum laude. La obra busca editor.

y caudillosCaricaturas

“Promoción del alfabetismo emergente y prevención de las dificultades en la lectura: una experiencia pedagógica en el preescolar”, es el nombre de la investigación adelantada por el grupo Cognición y Lenguaje en la Infancia, que busca formular prácticas de aula que aporten conocimientos pertinentes a los niños en aprendizaje de la lectura y la escritura.

Primeros pasos por el ABC

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UN PERIÓDICO: ¿Para qué le sirve a un país como Colombia tener un programa espacial?

Jaime Villalobos: Por lo general se piensa que un pro-grama espacial implica la ex-ploración del espacio profun-do o la búsqueda de nuevos planetas en nuestro sistema solar. Pero no se puede limi-tar exclusivamente a eso. Los programas espaciales desa-rrollados por USA y Rusia han originado tecnologías cuyas aplicaciones llegan a resolver problemas de nuestro diario vivir. Por ejemplo, obtener un diagnóstico de las inundacio-nes o sequias que azotan a un país. Realizar estos estu-dios utilizando tecnologías satelitales que involucren tratamiento de imágenes son mucho más económicos, rá-pidos y eficientes que enviar comisiones de trabajadores a evaluar zonas de desastre.

Colombia está madu-ra tecnológica y económi-camente, y no debe temer comprometerse con un pro-grama espacial que no estará orientado a competir con los gigantes, sino a resolver con mayor eficiencia, en costos y tiempo, nuestros problemas caseros, elevando así nues-tro nivel de vida. Queremos desmitificar el paradigma de pensar que un programa es-pacial es exclusivo para las grandes potencias.

El arranque de un pro-grama espacial es costoso para un país, pero posterior-mente le es rentable, por los problemas que resuelve y los beneficios que le trae, como la gran fuente de trabajo que se crea debido a la cadena productiva que genera su im-plementación y desarrollo.

UNP: Entonces, ¿cuá-les son esos problemas “cotidianos” que deben estar en la agenda espacial colombiana?

JV: Tenemos gran cantidad de proble-

mas en muchas áreas: la agricultu-ra, el diagnóstico del clima, las tele-comunicaciones, el

transporte, la plani-ficación de las ciu-dades, estudios de riesgos sísmicos, las enfermedades, zo-nas propensas a epi-

démias, inventarios ecológicos, seguridad,

monitoreo de fronte-ras, educación, en

fin…

UNP: ¿Cuáles son los primeros proyectos que se pondrían en órbita?

Carlos Vargas: En este momento estamos trabajan-do tres líneas correspondien-tes a temas de investigación de largo alcance, adelanta-dos por grupos considera-dos de vanguardia por Col-ciencias. Los experimentos proyectados son: predicción de sismos por medio del monitoreo de variaciones del campo geomagnético, caracterización de la alta at-mósfera colombiana y des-empeño espacial de nuevos materiales.

UNP: Se habla de que aún no se ha creado la tec-nología para predecir un te-rremoto, ¿cómo se trabajaría, entonces, en esa dirección?

CV: Es cierto que te-nemos todavía un sustento muy empírico que nos ha impedido avanzar al respec-to. No obstante, estudios de las correlaciones entre las perturbaciones de la ionos-fera y la actividad sísmica de ciertas regiones nos pueden dar información para hacer pronósticos precisos. Por eso, propusimos a nuestros co-legas de la Universidad Na-cional Autónoma de México (UNAM) incorporar un radar SAR al satélite que ellos lan-zarán el año entrante, con la idea de detectar imágenes interferométricas del territo-rio colombiano. El objetivo es rastrear zonas potencialmen-te sísmicas o sísmicamente activas para ver el comporta-miento del terreno y calcular las amenazas sobre diferen-tes ciudades.

UNP: Ustedes hablan del impacto en el área del transporte. ¿De qué manera la tecnología espacial serviría a ese sector en el país?

JV: Colombia tiene una ionosfera bastante descono-

cida, mucho mas virgen que la selva del Amazonas. Ac-

tualmente to-dos los avio-nes necesi-tan del GPS,

la brújula moderna, cuya

precisión y se-guridad dependen de las característi-cas momentaneas

del estado de la io-nosfera. En la zona

ecuatorial, la alta atmósfera está mucho menos caracteri-

zada que en otras latitudes de la Tierra, donde existe mayor población, esto implica que nuestros viajes aéreos sean menos seguros. Mientras no conozcamos nuestra ionosfe-ra, las correcciones GPS serán imprecisas y esto impacta en la navegación aérea, maríti-ma y terrestre.

UNP: ¿Cuál es la pro-puesta para el diseño del sa-télite que orbitaría estos ex-perimentos?

JV: La puesta en órbita de un satélite no puede ser un fin en sí mismo, sino un medio en la búsqueda de so-luciones a problemas de dife-rente índole. Teniendo claro este enfoque, nuestro socio más cercano es el Instituto de Ingeniería de la UNAM, con el que hemos establecido una transferencia tecnológica pa-ra el diseño de un prototipo de satélite. Nuestra intención es retomar elementos que ellos han probado, pero a la vez incorporar las particula-ridades que requieren nues-tras necesidades.

UNP: El experimento relacionado con materiales tiene que ver con innovación en tecnología espacial como tal. ¿Cómo se está trabajando este punto?

JV: Un grupo de investi-gación de la UN, Sede Mani-zales, explora materiales tan duros como el diamante. El objetivo es aumentar la vida de algunas piezas movibles en un satélite y reducir al máximo el desgaste por fric-ción que se incrementa en condiciones de ingravidez y sobre todo de vacío extremo. Otro grupo de investigación de la UN, Sede Bogotá, desa-rrolla materiales termoeléc-tricos, que podrían utilizarse

en el autoabastecimiento energético del satélite.

UNP: ¿Quiénes partici-pan en el programa espacial o es un proyecto exclusivo de la Universidad Nacional?

JV: La Universidad espe-ra despertar los mayores inte-reses por un proyecto de esta envergadura. Una vez supera-da la etapa de sensibilización, sabemos que los industria-les, los gremios, el gobierno y la academia encontrarán

su propio nicho para dar res-puesta a limitaciones produc-tivas, públicas o científicas. El proyecto no es exclusivo de la Universidad Nacional, esta le abre sus puertas a todos los interesados.

UNP: ¿Cuánto cuesta dar vida a UN Programa Es-pacial Colombiano?

CV: Empezarlo requie-re una inversión aproximada de 300 mil dólares. Una vez arranque, permanentemente lo alimentaremos con pro-yectos orientados a resolver nuevos problemas. Esto lo hará autosostenible, porque precisamente lo diseñamos para que sea rentable.

comisiones de trabajadores a evaluar zonas de desastre.

JV: Tenemos gran cantidad de proble-

mas en muchas áreas: la agricultu-ra, el diagnóstico del clima, las tele-comunicaciones, el

transporte, la plani-ficación de las ciu-dades, estudios de riesgos sísmicos, las enfermedades, zo-nas propensas a epi-

démias, inventarios ecológicos, seguridad,

monitoreo de fronte-ras, educación, en

fin…

las correlaciones entre las perturbaciones de la ionos-fera y la actividad sísmica de ciertas regiones nos pueden dar información para hacer pronósticos precisos. Por eso, propusimos a nuestros co-legas de la Universidad Na-cional Autónoma de México (UNAM) incorporar un radar SAR al satélite que ellos lan-zarán el año entrante, con la idea de detectar imágenes interferométricas del territo-rio colombiano. El objetivo es rastrear zonas potencialmen-te sísmicas o sísmicamente activas para ver el comporta-miento del terreno y calcular las amenazas sobre diferen-tes ciudades.

UNP: Ustedes hablan del impacto en el área del transporte. ¿De qué manera la tecnología espacial serviría a ese sector en el país?

JV: Colombia tiene una ionosfera bastante descono-

cida, mucho mas virgen que la selva del Amazonas. Ac-

tualmente to-

moderna, cuya precisión y se-

guridad dependen de las característi-cas momentaneas

del estado de la io-nosfera. En la zona

ecuatorial, la alta atmósfera está mucho menos caracteri-

La Universidad Nacional acaba de lanzar UN Programa Espacial Colombiano, una iniciativa tecnológica que pretende abordar soluciones a necesidades cotidianas de la sociedad gracias al uso de métodos espaciales. Agricultura, industria, comercio, servicios, seguridad, prevención de desastres son algunos de los sectores que se benefician. El trabajo conjunto de los Departamentos de Física y Geociencias ha permitido diseñar experimentos que probablemente en dos años se pondrán en órbita. UN Periódico entrevistó al físico Jaime Villalobos y al geólogo Carlos Vargas sobre los alcances, las proyecciones, las limitaciones y los socios de este proyecto.

María Claudia Rojas R., Unimedios

Entrevista

Uno de los objetivos es rastrear zonas con actividad sísmica para ver el comportamiento del terreno y calcular las amenazas sobre ciudades..

Investigación satelital para ColombiaPrograma espacial:

Profesor Jaime Villalobos.

El satélite será de gran ayuda en la investigación de algunos problemas colombianos

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Las políticas nacionales en materia de producción de vivienda de interés social (VIS) se caracterizan por su persistencia y por su inefi-cacia. Las fórmulas se repi-ten sin mayores resultados: más subsidios directos a la demanda, mecanismos para asegurar el acceso al crédi-to bancario de las familias más pobres y estímulos a los constructores. Como se ana-lizará a continuación, en la política parecen estar consi-derados todos los intereses, menos los de quienes tienen limitaciones para acceder a una vivienda formalmente construida.

Por tanto, no es raro que la urbanización informal continúe creciendo así como la localización de población en zonas de riesgo no miti-gable o mitigable a altísimos costos, ya que la política na-cional, a pesar de su énfasis en la focalización, no logra llegar a las familias más vul-nerables. A nivel municipal el panorama no es mucho más alentador y se tiende a repetir la receta de los subsidios di-rectos complementarios.

El sistema de subsidios no llega a la población de más bajos recursos o per-teneciente a la economía

informalSegún datos del DNP,

entre 1999 y 2005 se cons-truyeron formalmente en el país alrededor de 1.200.000 viviendas, de las que el 50% corresponde a vivienda de interés social y tan solo el 11% a vivienda de interés prioritaria (VIP), la de más bajo precio. La composición socioeconómica de la pobla-ción es completamente in-versa, el 70% está clasificado en los estratos 1 a 3.

Hay que ser cautelosos con el término VIS: su defini-ción legal incluye precios has-ta de $55.080.000, de manera que se puede estar hablando de vivienda para clases me-dias de muchas ciudades co-lombianas. La VIP llega hasta $ 28.560.000, o sea que esta-

mos ante precios aún lejanos de la capacidad de pago de una población en la que el 51% enfrenta condiciones de pobreza y el 24% de indigen-cia, así como aumento del desempleo y el subempleo. La precariedad de la vivienda y del hábitat y los altos costos de la informalidad para estas familias constituyen además un factor de agudización de la pobreza y la exclusión.

Es decir, que la política de subsidios ha servido para

mejorar el acceso a vivienda para las familias de ingre-sos medios y medios bajos, pero continúa excluyendo los más pobres. La solución difícilmente está del lado del aumento de las tasas de bancarización de las fami-lias más pobres o vinculadas informalmente al trabajo, como pretende el gobierno nacional, que no ha logrado diseñar mecanismos eficaces para la importante mayoría que no cuenta con un em-pleo estable.

Estímulos a propietarios y constructores

De entrada los subsidios directos a la demanda fueron concebidos para dinamizar el sector de la construcción, antes que para atender a la población más vulnerable. La estrategia de “mejorar” la ca-pacidad de pago de los más pobres con una ayuda indivi-dual contribuye a mantener

ciertos precios de la vivienda y también del suelo. No es de extrañar que un porcentaje importante de los subsidios se traslade a los propietarios del suelo, sin avanzar real-mente en la generalización del acceso a la vivienda for-mal . Entre tanto, los avances en tecnologías son mínimos y sobre los precios de los mate-riales casi nunca se habla.

El segundo tipo de es-tímulo tiene que ver con la reducción de estándares ur-

banísticos, bajo el supuesto de que un mayor aprovecha-miento del suelo estimula la producción de vivienda so-cial. Atendiendo solicitudes de los constructores se expi-dió el decreto nacional 2060 del 2004 que, bajo el enga-ñoso propósito de garantizar el acceso a la vivienda digna e interfiriendo en la auto-nomía municipal, redujo el tamaño de los lotes para vi-vienda de interés social tipo 1 y 2, a 35 m2 en vivienda unifamiliar y 120 m2 en mul-tifamiliar y, lo que es más grave, mantuvo constantes las áreas de cesión para es-pacio público y equipamien-tos, sin importar el evidente aumento de las densidades poblacionales. La conse-cuencia: incrementos en los precios del suelo. La oferta formal está sustituyendo el barrio popular por un reme-do del conjunto cerrado, ha uniformizado los diseños y llevado a límites intolerables los tamaños de las viviendas. Para asegurar el acceso a la vivienda se sacrifica el dere-cho a la ciudad.

La resistencia a aplicar los instrumentos de

reforma urbana y a com-prender la lógica de la

informalidadUno de los principales

cuellos de botella de la po-lítica de vivienda social está en la escasez y disparidad de producción de suelo ur-banizado. Esto es bien di-ferente al agotamiento del suelo urbanizable, argumen-to utilizado por los agentes privados para presionar por la liberalización del mercado del suelo y de las obligacio-nes de los propietarios de tierra con respecto a la do-tación de infraestructuras y equipamientos colectivos.

La experiencia de la ur-banización popular latinoa-mericana en el largo plazo demuestra que las familias han sido capaces de auto-construir progresivamente sus viviendas, recurriendo a mecanismos de financiación acordes con sus condiciones de trabajo y de movilización de recursos y que esta forma de producción social de la vivienda tiene efectos dina-mizadores de la economía tan importantes como los de la producción formal. Por el contrario, la generación de infraestructuras, servicios y equipamientos escapa to-talmente a sus posibilidades y redunda en la extensión de la industria de la infor-malidad. Lo mismo ocurre con los programas de asis-tencia técnica, que han ido desapareciendo tanto para la vivienda nueva como para el mejoramiento.

Las acciones en materia de provisión de suelo urbani-zado accesible a los más po-bres cuando más se limitan a la compra aislada de tierra a altos precios, mientras los contribuyentes municipales deben financiar los costos de la urbanización, valorizando los suelos vecinos y conge-lando recursos en la compra de suelo, sin alcanzar necesa-riamente precios más bajos, como ocurre con los bancos de tierra como el de Metro-vivienda.

Por el contrario es escasa la aplicación de la previsión de la Ley 388 de 1997 que obliga a establecer porcen-tajes en suelo de expansión y de renovación para destinar a programas de vivienda de interés social o las declarato-rias de desarrollo prioritario sujetas a ventas forzosas en pública subasta que debe-rían soportar esas decisiones. Ocurre lo mismo con la parti-cipación en plusvalía, cuyos recaudos, según el plan na-cional de desarrollo vigente, deben destinarse por lo me-nos en un 40% a programas de vivienda de interés social tipo 1 y 2 o con los distintos mecanismos legales de con-trol a los precios de suelo. Como se evidenció con la ex-pedición reciente del decreto nacional de planes parciales, el gobierno continúa centra-do en favorecer a los propie-tarios de suelo .

En conclusión, es ur-gente reconocer que hay un porcentaje muy importante de la población que no podrá ser atendido con los meca-nismos de la política actual y que la solución no está en los estímulos a propietarios de suelo y constructores, ni en los esfuerzos de bancariza-ción. Es hora de pensar en al-ternativas que efectivamente atiendan a los más pobres y reconozcan los procesos de producción popular de vi-vienda, así como los efectos de la oferta generalizada de suelo urbanizado de calidad que genera condiciones de universalización, mayores impactos sociales y de inte-gración urbana.

¿Qué está ocurriendo con la vivienda popular en el marco de la actual legislación? Balance y propuesta de solución.

¿en un callejón sin salida?

Las políticas de vivienda social nueva,

María Mercedes Maldonado, Profesora Escuela de Arquitectura

y Urbanismo Universidad Nacional – Sede Bogotá

La consecuencia: incrementos en los precios del suelo. La oferta formal está sustituyendo el barrio popular por un remedo del conjunto cerrado, ha uniformizado los diseños y llevado a límites intolerables los tamaños de las viviendas. Para asegurar el acceso a la vivienda se sacrifica el derecho a la ciudad.

1 Evaluaciones realizadas a la política de subsidios chilena arroja este resultado, así como en la reconstrucción del Eje Cafetero luego del terremoto de 1999, donde fue masivamente utilizado el mecanismo de los subsidios directos a la demada

2 Se desarrolla este tema en http://www.territorioysuelo.org/

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Se está sustituyendo al barrio popular por un remedo del conjunto cerrado.

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Desde el punto de vista de la movilidad, se ha de-fendido la tesis de que el au-tomóvil es menos sostenible que el vehículo de transporte público. En muchos casos re-sulta cierta esta afirmación. Sin embargo, hay excepcio-nes que vale la pena mirar con cuidado y que no se de-ben analizar aisladamente.

El índice de motoriza-ción de una ciudad se pue-de expresar en términos del número de automóviles por mil habitantes o, de manera inversa, en número de habi-tantes por vehículo. En Bo-gotá, de acuerdo con JICA , en 1995, el índice de motori-zación era de 12,1 habitantes por vehículo. Según el Plan Maestro de Movilidad, PMM, en el 2005 este índice pasa a 11,8 , que es bajo si se lo compara con el de ciudades de países desarrollados. En Estados Unidos el índice de motorización de sus ciuda-des principales es de casi un vehículo per cápita.

Es de esperarse que el índice de motorización de las ciudades se incremente en la medida en que mejora el ingreso y el bienestar de sus habitantes y no es realis-ta pensar que esta tendencia se va a revertir fácilmente . Son múltiples los ejemplos que muestran que la deman-da del transporte público ha venido cayendo a favor de otros modos motorizados y en particular del automóvil. Ciudades con excelentes sis-temas de transporte público colectivo y masivo en térmi-nos de calidad y de cobertura han sufrido este problema . Bogotá, a pesar del aumen-to de población, de acuerdo con el PMM, ha mostrado un estancamiento de la deman-da en los últimos años, no obstante que TransMilenio ha incrementado los pasa-jeros movilizados desde su iniciación.

En la Figura 1 se mues-tra la distribución de viajes por estrato y se observa cla-ramente cómo en la medida en que sube el estrato, los usuarios se bajan del bus y se suben al automóvil.

STT-Consorcio Duar-te Guterman-Cal y Mayor y Asociados. Plan Maestro de Movilidad de Bogotá, 2006.

Respecto a la superio-ridad del transporte públi-co frente al automóvil, en términos de sostenibilidad, esta se logra con una ope-ración eficiente que implica una alta ocupación de los vehículos. De acuerdo con Todd Litman, la movilidad motorizada es la que genera las mayores externalidades, siendo el automóvil con un solo ocupante el que con-lleva el mayor costo por pa-sajero kilómetro, sustancial-mente mayor que el vehí-culo de transporte público. Sin embargo, en la medida en que la ocupación del au-tomóvil aumenta, el costo externo se reduce, llegando incluso a estar por deba-jo del transporte público . También hay que considerar que los vehículos de trans-porte público, en general, en nuestras ciudades, por su edad y mal mantenimiento son más inseguros, ruidosos y contaminantes.

Según el PMM, el trans-porte público, colectivo y ma-sivo, tiene grandes ventajas sobre el vehículo particular, pues moviliza más del 75% de los pasajeros y solamente contribuye al 26% de la con-gestión. El vehículo particu-lar moviliza el 19,6% de los viajeros y contribuye con el 42% de la congestión. Mien-tras que los taxis movilizan menos del 5% de los viajes y contribuyen con más del 31% de la congestión.

Sin embargo, al trans-porte público le sobran vehí-culos, pues muchos de ellos

son viejos y operan en malas condiciones. Esto genera ma-yor congestión, desgaste del pavimento, accidentalidad, contaminación, deterioro y desvalorización de corredo-res de alta concentración de rutas. Adicionalmente, hay un divorcio entre el colectivo y TransMilenio, que obliga al pago de doble tarifa al pasar de un sistema al otro.

Quienes utilizan el siste-ma colectivo son cautivos en la medida en que no tienen otra alternativa motoriza-da. Solamente el 10% de los usuarios del colectivo tiene

acceso al vehículo particular, el resto no tiene otra opción (ver Figura 2), frente al 16% de los de TransMilenio, que, teniendo disponible vehí-culo particular, prefieren el sistema masivo. Lo anterior confirma que la calidad del sistema puede atraer más usuarios del vehículo parti-cular.

Por tanto, a la pregunta de si el automóvil es el res-ponsable de los problemas de movilidad en Bogotá de-bemos responder que no es el único. Tenemos otros proble-mas de gran impacto como el mal estado de la malla vial, la sobreoferta de transporte co-lectivo y de taxis y la misma debilidad institucional que dificulta la implementación de soluciones, entre otros.

La formulación del PMM propende por una ciudad in-cluyente, productiva y com-petitiva, para lo que plantea estrategias que beneficiarán a todos los actores de la mo-vilidad. Algunas de ellas bus-can hacerle contrapeso al ve-hículo particular. Entre esas, las siguientes:

El transporte público será el eje estructurador del sistema de movilidad. Para ello se integrarán el colectivo y Transmilenio, lo que impli-ca modernizar al primero en términos de reestructuración, modernización del parque ve-hicular, infraestructura vial y la implementación de un sis-tema centralizado de recau-do, entre otros aspectos. Esto le permitirá al usuario movi-lizarse en un sistema único, pagando una sola tarifa, con paraderos fijos, adecuada in-fraestructura vial, vehículos modernos, conductores ca-pacitados y adecuadamente remunerados. El sistema será alimentado por redes peato-nales y ciclorrutas, diseñadas con criterio urbanístico y de

aprovechamiento del espacio público.

El sistema de estaciona-mientos será un instrumento para la administración de la demanda de transporte. Para ello estará articulado, espe-cialmente, con el transporte público, clave dentro de los procesos de intercambio mo-dal. Esto significa que, en lu-gares con buena dotación de transporte público, las tarifas de estacionamiento serán más costosas que en sitios donde el transporte público tenga menos cubrimiento.

Los intercambiadores modales aprovecharán las po-tencialidades de cada modo, con gran interés por el trans-porte público y los modos no motorizados. Se privilegiará al transporte público frente al pri-vado a través de medidas como “Estacione & Viaje”, peajes ur-banos, restricciones y/o pago a vehículos con baja ocupación y al estacionamiento, etc.

Se buscará, dentro de cri-terios de sostenibilidad, la re-cuperación de la malla vial, es-pecialmente aquella por donde circula el transporte público.

En conclusión, es nor-mal que una ciudad en per-manente desarrollo tenga cada vez más vehículos par-ticulares y que las personas prefieran utilizarlos en lugar del transporte público colec-tivo. También es cierto que la eficiencia del colectivo frente al vehículo particular está en el hecho de que un bus utilizado eficientemente produce, por pasajero, unos costos menores que los del automóvil. Pero para ello se requieren buses modernos, bien ocupados y adecuada-mente mantenidos. La cali-dad del transporte público es clave para frenar o inclusive revertir la caída de la deman-da de pasajeros.

Las ciudades deben, gracias a su constante desarrollo, tener cada día mas vehículos. Lo natural es que los usuarios prefieran este medio para movilizarse.

El automóvil:¿responsable de los problemas de movilidad en Bogotá?

Eduardo Duarte MSc PhDDirector del Plan Maestro de

Movilidad de Bogotá, Profesor Asociado UN

Figura 1. Distribución Modal de Viajes por Estrato

Figura 2. ¿Por qué no utilizó su automóvil para hacer el viaje? Respuesta: No tienen o no lo tienen disponible

1 JICA. Plan maestro de transporte urbano de Bogotá. Alcaldía Mayor, Bogotá, D.C., 1996.

2 Tanto JICA como la Encuesta de Movilidad de la STT (2005), fuente principal del PMM, son encuestas de hogares, por lo tanto, la motorización así obtenida no es la total de la ciudad, pues hay vehículos que son de uso de las personas del hogar. Por lo anterior, estas cifras pueden estar un poco subestimadas.

3 Duarte, Eduardo. Una visión de transporte urbano sostenible en Colombia. Bogotá, 2004, p. 158.

4 Duarte, Op. Cit, 2004

5 Litman, Todd Alexander. Transportation cost and benefit analysis, techniques, estimates and implications. Victoria Transport Policy Institute, 2003.

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El transporte público debe ser el eje del sistema de movilidad.

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Medios

Las radios comunitarias tienen, en general, el propó-sito de ser espacios de comu-nicación, información, diá-logo cultural y participación de las comunidades del país, pero en particular de aquéllas tradicionalmente excluidas de la posibilidad de expresar sus puntos de vista en los medios masivos de comuni-cación. Como lo afirma Jesús Martín Barbero, a través de las radios comunitarias “mo-vimientos sociales barriales

o locales y ONG encuentran la posibilidad de un nuevo tipo de espacio público, ya no para ser representados, sino para ser reconocidos a partir de sus propios lenguajes y relatos”.

Esto explica que, en la década de los noventa, en Bogotá las radios comunita-rias hayan sido impulsadas activamente por líderes co-munitarios de localidades marginales, como Usme, Suba, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Santafé, Tunjuelito, Fontibón y Kennedy. Las ra-dios comunitarias eran emi-tidas inicialmente a través de altoparlantes instalados por

las juntas de acción comu-nal en los barrios. Años más tarde, fueron reemplazados por las frecuencias libres que los operadores ubicaban en el dial. Dado su contenido novedoso y cercano a sus perspectivas de mundo, los miembros de las localidades de Bogotá acogieron la ini-ciativa y, como oyentes, sin-tonizaron en sus radios las frecuencias de las emisoras comunitarias. Los oyentes no fueron los únicos que apoya-ron el proyecto, también lo hicieron algunas institucio-nes estatales, como la alcal-día y la Policía Nacional.

A pesar de ello, durante poco más de una década las radios comunitarias funcio-naron en Bogotá sin la co-rrespondiente licencia y, por tanto, se vieron sometidas a

la amenaza constante del de-comiso de sus equipos, así como al estigma que les daba su condición de clandestini-dad. La razón: durante todos esos años el Ministerio de Comunicaciones se negó a abrir la licitación pública pa-ra la concesión de licencias de funcionamiento de las ra-dios comunitarias, aun cuan-do las asociaciones de radios comunitarias de las localida-des de Bogotá presentaron innumerables solicitudes en ese sentido.

Esta situación cambió sustancialmente gracias a la sentencia de la Corte Consti-

tucional T-460 del 2006, que hizo justicia a las peticiones de las asociaciones de las lo-calidades de Bogotá. En la sentencia, la Corte ordenó al Ministerio de Comunicacio-nes responder de fondo y con seriedad las solicitudes de las asociaciones, explicando los motivos por los que no ha abierto la licitación para la concesión de licencias. La Corte aclaró que esos mo-tivos no podían ser la reite-ración de aquéllos dados en otras ocasiones, pues los mis-mos no constituían razones de fondo. Evidentemente, de la decisión de la Corte se deduce que, si el Ministerio no tiene razones sólidas para justificar su negativa de abrir la licitación pública, tendrá que abrirla inmediatamente, so pena de incumplir la orden

de la Corte y de violar con ello el derecho fundamental a fundar radios comunitarias en Bogotá.

La decisión de la Corte Constitucional fue el resulta-do de una tutela presentada por varias asociaciones de radios comunitarias. *** Ellas argumentaron que la negati-va del Ministerio de Comu-nicaciones de abrir la licita-ción pública vulneraba sus derechos constitucionales a fundar radios comunitarias, a difundir y recibir informa-ción, a la igualdad y a la par-ticipación democrática.

En la Sentencia, la Cor-

te declaró que el derecho a fundar radios comunitarias es un derecho fundamental, cuya promoción está a car-go del Estado, que no puede imponer obstáculos injusti-ficados a la conformación de emisoras comunitarias. Por tanto, declaró que la facultad del Ministerio de Comunica-ciones de conceder licencias de funcionamiento no debía convertirse en un mecanis-mo de control previo o de censura.

Y es que, en la prácti-ca, la negativa del Ministerio de abrir la licitación se había convertido en un sutil meca-nismo de censura. De hecho, dicha negativa no encuentra ninguna justificación de tipo técnico o financiero. De una parte, existen en Bogotá dos frecuencias radiales de corto alcance para la transmisión de emisoras comunitarias. De otra parte, ya existen las antenas y demás infraestruc-tura requerida para prestar el servicio. Finalmente, los costos de la apertura de una convocatoria como la soli-citada son muy bajos, pues dado que las frecuencias y la infraestructura ya existen, se reducen a aquéllos de una licitación ordinaria.

En ese sentido, la deci-sión de la Corte Constitucio-nal es importante, pues reco-noce que el derecho a fundar emisoras comunitarias es un derecho fundamental y ex-plicita el límite que este de-recho le impone a la facultad discrecional del Ministerio de Comunicaciones de otorgar licencias de funcionamiento a estas emisoras. Esta deci-sión no sólo es relevante para el caso concreto de las aso-ciaciones de las localidades de Bogotá que presentaron la tutela, sino que establece una

importante doctrina consti-tucional sobre el alcance del derecho fundamental a fun-dar radios comunitarias en todo el país. Así, si en otras ciudades también existen asociaciones interesadas en fundar radios comunitarias y hacen la correspondiente so-licitud al Ministerio, entonces dicha autoridad deberá, con-forme a la doctrina estable-cida por la Corte, convocar a la correspondiente licitación o, en su defecto, explicar con razones sólidas y de fondo qué impide autorizar radios comunitarias en dicho mu-nicipio.

Con la decisión de la Corte, las asociaciones de radios comunitarias lograron un primer triunfo jurídico de gran importancia que, sin duda, constituye un premio a su constancia. Además, estas asociaciones se vieron forta-lecidas en tanto que movi-miento social, pues abrieron un camino importante para la protección de sus derechos y obtuvieron el reconoci-miento de la legitimidad de su lucha. De una parte, al reconocer el carácter funda-mental del derecho a fundar emisoras comunitarias, la Corte abrió la posibilidad de que dichas asociaciones pue-dan reclamar la protección de ese derecho a través de la acción de tutela en todos aquellos casos en los que se vea vulnerado por una omi-sión reiterada del Ministerio de abrir una licitación. De esa manera, los proyectos de creación de radios comuni-tarias nunca podrán volver a ser obstaculizados por deci-siones administrativas injus-tificadas o arbitrarias.

De otra parte, al recono-cerlos como personas con el derecho fundamental a fun-dar medios de comunicación en igualdad de oportunida-des, la Corte Constitucional reconoció la legitimidad de los reclamos de las asociacio-nes de radios comunitarias, reclamos que durante mucho tiempo se vieron estigmati-zados por la clandestinidad en la que las emisoras comu-nitarias se vieron obligadas a vivir, en contra de su expresa voluntad.

Así, como lo afirma Car-los Acero, uno de los líderes comunitarios que promovie-ron la tutela, ésta “es un gran avance sobre todo porque este trabajo lo venían estig-matizando en muchas partes por el hecho de no tener las licencias… esto ya les quita ese mote y las vuelve unas experiencias legítimas para la sociedad y a parte de eso se les reconoce el trabajo como un espacio de desarrollo so-cial y comunitario”.

Pormenores de una acción de tutela y de una decisión de la Corte Constitucional que favorece a las emisoras comunitarias del país.

tienen derechoLas radios comunitarias

María Jacinta Lizarazo,Asesora de Comunicaciones de

Planeta Paz

María Paula Saffon Sanín, Investigadora del Centro de

Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, DeJuSticia, y profesora

de las universidades Nacional y los Andes

La Corte Constitucional reconoció la legitimidad de los reclamos de las asociaciones de radios comunitarias de Bogotá, reclamos que durante mucho tiempo se vieron estigmatizados por la clandestinidad en la que las emisoras comunitarias se vieron obligadas a vivir, en contra de su expresa voluntad.

Con esta decisión de la Corte se beneficiarán tanto las emisoras como los oyentes.

*** La acción de tutela fue presentada por la Asociación Red Colombiana de Radio Comunitaria (Recorra), la Asociación Distrital de Radio Comunitaria “Antena Ciudadana”, la Corporación para la Promoción de la Comunicación y el Desarrollo Comunitario “Voceros Comunitarios”, la Cooperativa Multiactiva de Trabajo Asociado “Punto Verde” (Coopunver), la Asociación de Dirigentes Comunitarios (Asodic), la Corporación Promotora Cívico Cultural “Zuro Riente”; la Asociación de Comunicadores Populares “Somos Red” (Acoposor) y la Corporación Derechos para La Paz (Cdpaz). Estas asociaciones contaron con el apoyo y asesoría jurídica de “Planeta Paz” y del Centro de Estudios de Derecho Justicia y Sociedad “Dejusticia”.

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Ciencia

Encontrar un substituto del peligroso amoníaco que se emplea para reducir las emisiones de óxidos de nitró-geno (NOx) sobre la atmós-fera es un imperativo global. De esta manera lo entendía el ingeniero químico Miguel Ángel Gómez García antes de viajar a la Universidad Louis Pasteur, de Estrasbur-go, Francia, para encontrarse con eruditos que, como él, buscan salidas a la contami-nación ambiental.

En Francia la elevada carga de polución ha genera-do conciencia ambiental y ha alertado sobre los graves pro-blemas ocasionados a la sa-lud. Lo primero que concluyó el profesor Gómez García, in-vestigador de la Universidad Nacional Sede Manizales, fue que las tecnologías aplicadas a contrarrestar la problemáti-ca se están quedando cortas.

Sabía de antemano que los gases NOx se atacan in-

dustrialmente en el mundo mediante procesos diversos, como la reducción catalítica selectiva (SCR) y la reduc-ción no-catalítica selectiva (SNRC). Aunque la tecnolo-gía más utilizada es la SCR, por presentar los mejores resultados, su operación es costosa y de alto riesgo, pues el insumo básico de su ac-tividad es el amoníaco, que debe ser transportado y al-macenado para ser inyectado homogéneamente a los gases de combustión antes de que estos entren en contacto con el catalizador, que es en don-de se produce la reducción.

El desafío era hallar un sistema que utilizara un agen-te reductor diferente, pues el principal inconveniente del amoníaco es la formación de mezclas explosivas, por lo que existe riesgo al manipu-larlo. Así lo asumió el inves-tigador manizalita que derivó de este reto su tesis doctoral, bajo la tutoría del profesor Alain Kiennemann, experto en el tema de los NOx.

El fenómeno

NOx es el nombre gené-rico con que se conoce a los óxidos de nitrógeno, princi-palmente al óxido nítrico y al dióxido de nitrógeno.

Los NOx son gases que se forman principalmente durante procesos de com-bustión provenientes de fuentes que pueden ser tanto fijas (turbinas, incineradores, etc.) como móviles (auto-móviles, camiones, aviones, entre otros) o de activida-des industriales y, en menor proporción, de la naturale-za, durante la oxidación de amoníaco formado por la descomposición microbiana de proteínas y por actividad volcánica.

Los procesos de com-bustión involucran la pre-sencia de un combustible y oxígeno, que debido a la presencia del nitrógeno del aire produce los NOx. Las altas temperaturas, propias de estos procesos, favorecen la formación de estos con-

taminantes, que se liberan a la atmósfera a través de los exostos de los carros, las chi-meneas o la superficie de los cultivos.

¿Qué efectos tienen sobre el medio ambiente y la salud humana? Los NOx contribuyen a la formación de diversos fenómenos no-civos, como la lluvia ácida y la eutrofización, que ocurre cuando un cuerpo de agua sufre incremento de nitratos, lo que reduce la cantidad de oxígeno disuelto y transfor-ma el ambiente en un medio no viable para los seres vivos.

Con respecto a la salud humana, la exposición pro-longada a los NOx provoca fuertes irritaciones y modifi-caciones irreversibles de los tejidos pulmonares.

Este es un mal que hay que combatir el mun-do, máxime si se tienen en cuenta datos de lo que ocu-rre, para no ir tan lejos, en países como Colombia. En el periodo 2000-2003 el Ideam reportó que el país emite

aproximadamente unas 5 mil toneladas de NOx, de las que el 81% corresponde al sector industrial. Sin embargo, pa-ra Gómez García “es evidente que el ramo automotor debe tener una participación muy importante”.

Una nueva ruta

Expuesto el problema, el profesor Gómez García diseñó una nueva ruta para hacerle frente. Se trata de un sistema catalítico multifun-cional que utiliza un agente reductor diferente al amonía-co y que integra procesos de adsorción y reacción: “Des-pués de muchos ensayos, se sintetizó un nuevo material catalítico que cumple con una doble función: la de al-macenamiento de los NOx (adsorción) hasta unos nive-les determinados seguido de su regeneración rápida me-diante el uso de metano (gas natural) como agente reduc-tor (reacción)”.

Los dos procesos sinérgi-cos reducen la concentración de los NOx hasta en un 80%, mejor aún, de forma econó-mica –ya que, en contraste, el amoníaco debe almacenarse en tanques de gran tama-ño– y sin tantos riesgos en su manipulación.

Para el desarrollo experi-mental se diseñó un reactor, que involucra la integración o alter-nancia de las dos funciones, y en él se realizaron las pruebas de reducción de los NOx.

La nueva metodología funciona así: el catalizador multifuncional se deposita en las paredes de un monolito, como el que usan actualmen-te los automóviles (conocidos como convertidores). Los ga-ses de combustión que contie-nen los NOx se alimentan de forma alternante con el agente reductor sobre el catalizador.

Este trabajo fue desarro-llado en Francia y auspiciado por la Agencia para el Desa-rrollo y Manejo de la Energía, Ademe. Sus resultados se han publicado en ocho revistas indexadas, la más reciente en The Virtual Journal of Envi-ronmental Sustainability.

De igual manera, ha sido soporte de otras tesis doc-torales en Francia, mientras que en la Universidad Nacio-nal sede Manizales es motor de ideas aun más desafian-tes: “Con el profesor Javier Fontalvo, con quien codirijo el Grupo de Investigación en Aplicación de Nuevas Tec-nologías, Giant; el profesor Andrés Rosales; algunos estu-diantes de pregrado y maes-tría en Ingeniería Química, y otros miembros del Insti-tuto de Estudios Ambien-tales de Manizales estamos empezando, para la ciudad, un estudio que permitirá la implementación de una red de monitoreo de la calidad del aire”, asegura el profesor Gómez García.

Otros proyectos del Giant incluyen la separación de mezclas, el tratamiento de residuos industriales para la generación de productos de alto valor agregado y la des-hidratación de solventes, un trabajo enfocado al diseño de nuevos procesos para la producción de alcohol car-burante, que, en relación con los procesos que se utilizan actualmente en el país, redu-cirá de manera importante los costos operativos.

Las tecnologías que se aplican en el mundo para contrarrestar la creciente acción de los gases contaminantes sobre el medio ambiente y la salud humana se están quedando cortas. Un sistema novedoso que elimina con eficacia, seguridad y economía los nocivos óxidos de nitrógeno que pululan en la atmósfera promete hacerle frente a este grave problema ambiental.

enfrentar la poluciónNueva ruta para

Nelly Mendivelso,Unimedios

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Los NOx son gases que se forman generalmente durante los procesos de combustión.

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El origen de la vida en la tierra, la evolución de mun-dos estériles, los factores de habitabilidad de los planetas y la supervivencia en am-bientes extremos son algunos de los temas investigados en la astrobiología. Esta ciencia, que apenas inicia en Colom-bia, hace parte de la Maestría

en Astronomía y la línea de investigación en Astrofísica de la Universidad Nacional.

Siete estudiantes de di-ferentes disciplinas: biología, astronomía, geología y quími-ca se reúnen para conformar Vida Sin Fronteras, un grupo de trabajo que desde hace dos años se interesa en las in-vestigaciones del Instituto de Astrobiología de la Nasa para orientar sus estudios.

Marcela Ewert es es-tudiante de la Maestría en Astronomía de la Universi-dad Nacional. Asegura que

su conocimiento en esta área la llevó a ser merecedora de la beca parcial de doctorado en geobiología que otorga el Observatorio Astronómico del Vaticano, logro que com-parte con sus compañeros, a quienes llama exploradores de vida.

Estos jóvenes de vida son apoyados por el Observa-torio Astronómico Nacional y la Facultad de Ciencias de

la Universidad para realizar charlas quincenales de sensi-bilización acerca del tema.

“En las charlas divulga-tivas que hacemos nos pre-guntan si el hombre es único en el universo o si hace parte de una sociedad cósmica. La respuesta se está construyen-do desde mediados de la dé-cada del 50 con un enfoque científico y académico. Noso-tros tenemos la oportunidad, desde la ciencia, de discutir sobre el sentido y la natu-raleza de la vida aquí en la tierra, para luego posibilitarla en otros planetas”.

Ewert cree que, a pesar de lo incipiente de esta cien-cia en Colombia, es necesa-rio articular esfuerzos, pues las respuestas a estos inte-rrogantes no provendrán de ninguna disciplina particular, sino del esfuerzo combinado de muchas.

“El hombre siempre ha tenido la aspiración de encon-trar vida en otros planetas y, estudiando la evolución es-

telar y el medio interestelar, hemos concluido que es nece-sario entender la vida en múl-tiples formas”, señala Ewert.

La búsqueda de vida extrema

El grupo de estudio no parte de un único concepto de “vida”. Reconoce la variedad de definiciones existentes. Sin embargo, orienta su estudio desde líneas de acción defini-das: el estudio de planetas ex-trasolares, las moléculas orgá-nicas en el medio interestelar, el origen de la vida, la Tierra y

las posibilidades de habitabi-lidad de otros planetas.

“La idea es hallar di-versas manifestaciones de vida, así estas no se expre-sen tal y como las conoce-mos”, dice Ewert.

Colonizadores que aman el calor

Estos buscadores de vi-da aseguran que cuando los científicos del siglo XX es-tudiaron la distribución de los seres vivos en la Tierra encontraron que los micro-organismos podían vivir en condiciones extremas y hasta colonizar los lugares más re-cónditos del planeta.

Ewert describe entusias-mada las posibilidades de los extremófilos (microorganis-mos que viven en condicio-nes extremas). Anota que se han estudiado ampliamente los termófilos, llamados así porque aman el calor y cre-cen a altas temperaturas. También habla de los hon-gos, algas y bacterias, que se caracterizan por su asombro-sa resistencia a la presión, acidez, salinidad, radiación e, incluso, escasez de agua.

Dadas sus posibilidades vitales los extremófilos son ob-jeto de estudio geobiológico y se encuentran en ambientes que habían llegado a conside-rarse estériles, como fuentes hidrotermales submarinas y el fondo del océano.

“Es fascinante encon-trar cómo los estudios de es-tos ecosistemas permitirían crear las condiciones de vida en otros mundos. A partir de ellos, se determinó que cuan-do las condiciones generales del universo eran similares a las de la Tierra, los microor-ganismos, que hoy encontra-mos como fósiles o en erup-ciones volcánicas masivas, habitaban grandes porciones del planeta”.

Mejorar las condi-ciones de un mundo

estéril

Con el propósito de mejorar las condiciones de mundos estériles, el grupo prepara una investigación sobre la creación de Colo-nias Humanas. Se destacan los desarrollos experimen-tales con microorganismos “extremófilos” en medios ácidos, como el que se pre-senta en ciertas áreas de la localidad de Usme, en Bogotá.

Vida sin Fronteras se orientará a encontrar la im-portancia de las bacterias en el ecosistema global y la forma como éstas obtienen energía. “La búsqueda nos llevará a determinar como los humanos nos relacio-namos con los demás seres vivos, para así responder-nos preguntas como qué tan distinta puede ser la vida en otra parte.

Avances

“Es fascinante encontrar cómo los estudios de estos ecosistemas permitirían crear las condiciones de vida en otros mundos. A partir de ellos, se determinó que cuando las condiciones generales del universo eran similares a las de la Tierra, los microorganismos que hoy encontramos como fósiles o entre regiones volcánicas, habitaban grandes porciones del planeta”.

Astrónomos, biólogos, químicos y geólogos de la Universidad Nacional conforman un grupo de trabajo multidisciplinario que quincenalmente se reúne en el Observatorio Astronómico Nacional para establecer los nexos entre el universo y el fenómeno de la vida.

Estudiar la vida terrestrepara un encuentro interplanetario

Patricia Alonso,Unimedios

Vida sin Fronteras extiende su labor divulgativa a otros ámbitos, como el Planetario de Bogotá, donde comparten sus conocimientos con los niños. Allí, los extraterrestres toman forma de bichitos, los planetas se pintan de plastilina y en Marte es posible la vida.

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Reseña

Mediante el acta núme-ro 9 del acuerdo número 6 de 1946, el Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia, teniendo en cuenta las altas cualidades de Magistrado y los méritos ciu-dadanos del doctor Alberto Lleras Camargo y atendiendo al interés que él ha mani-festado en muchas ocasiones por la Universidad, le conce-dió el título de Doctor Hono-ris Causa.

El doctor Lleras se en-contraba ejerciendo la Pre-sidencia de la República, en remplazo de Alfonso López Pumarejo, que había renun-ciado en 1945, y por tal ra-zón el mismo acuerdo de-creta que “el señor Rector, en presencia de los consejos Directivo y Académico y de profesores y alumnos de la Universidad, hará entrega al doctor Lleras Camargo del

Diploma correspondiente, en fecha posterior al 7 de agos-to, que será escogida por el señor Rector de acuerdo con el doctor Lleras”.

Vale la pena, así mismo, destacar que quien ejercía de Rector de la Universidad Nacional era el doctor Ge-rardo Molina, el Presidente del Consejo académico era el profesor José Velásquez y el secretario, el doctor Otto de Greiff.

A continuación transcri-bimos un aparte del discurso con el que recibió el título el doctor Lleras Camargo. El texto fue publicado completo en el diario El Tiempo, el do-mingo 27 de abril de 1947.

El Sistema Regional Americano

Señor Ministro de Edu-cación Nacional, Señor Rec-tor de la Universidad, señoras y señores.

Ya va para un año que la Universidad Nacional quiso conferirme el título de Doc-tor Honoris Causa y las mis-mas autoridades y profesores eminentes que me otorgaron tan extraordinario privilegio han querido que la ceremo-nia enaltecedora se lleve a ca-bo antes de mi muy próximo viaje. Por esta razón nos re-unimos esta tarde, y un poco bajo la presión del tiempo y las circunstancias, me he atre-vido a refundir, con la venia del Rector, tres actos en uno solo. El del honor que se me

dispensa, en primer término, y luego el cumplimiento de dos compromisos que tenía adquiridos con el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Facultad de Derecho de hacer alguna exposición, así fuera, como será esta, a la ligera, sobre temas de política inter-nacional americana.

Sobre el primero solo puedo decir que el más vivo reconocimiento me confun-de y agita mi sensibilidad. Ya en otra ocasión, para mí de perdurable recuerdo, cuando la docta Universidad de Po-payán me adoptó, arbitraria y bondadosamente, como uno de sus hijos, expresé mi inconformidad íntima, que solo podía traducirse en la más honda, la más sencilla y la más caudalosa gratitud. Ahora esta otra casa de la ciencia, de donde han venido originándose buena parte de la cultura y la técnica colom-bianas, desde los primeros días de su fundación, se vale de uno se sus más generosos procedimientos simbólicos para expresarme su buena voluntad y, como entonces, mi espíritu se conturba y mi lenguaje se hace ineficaz aún para decir cosas tan sencillas como las que, bien seguro de no merecer este homena-je, precisamente por ello lo recibo con más emoción y conciencia de que constituya una obligación nueva con la República, para servirla, don-de quiera que me encuentre, y en lo total medida de mis aptitudes.

Con motivo del centenario del Doctor Lleras, la Universidad recuerda uno de sus momentos clave: la entrega del diploma del Doctorado Honoris Causa en el Aula Máxima de la Facultad de Decrecho y Ciencias Políticas.

Alberto Lleras Camargo,Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Colombia

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El mercado del arte en Latinoamérica es desordena-do a sabiendas de la impre-cisión que implica hablar de arte latinoamericano. Octa-vio Paz sostenía que América Latina era un concepto his-tórico y político que servía para designar un conjunto de pueblos, pero no una ten-dencia artística o literaria. Sin embargo, la gente iden-tifica como tal el arte que se crea en los territorios que fueron colonias americanas y en las que se hablan lenguas derivadas del latín.

Desde el punto de vista del mercado, cada país de la región se comporta de ma-nera diferente, pero en todo caso con una inclinación localista muy marcada. So-lo Brasil, México y Venezuela han incorporado en el interés cultural y de su coleccionis-mo obras de países distin-tos del propio en volúmenes significativos. Al finalizar el siglo pasado, la tendencia ha-cia una mayor participación del arte extranjero se estaba afianzando en la región.

En el caso colombiano, la regla del mercado es el des-arreglo. La ecuación: artista -galería - cliente no se respeta con el rigor que un mercado serio lo exige. Solo una parte de los negocios se rige por esta ley no escrita que se ob-serva con lealtad en las nacio-nes organizadas. Los clientes concurren a las galerías a las inauguraciones para conocer a los artistas y con posterio-ridad manifiestan su interés de adquirir una obra, cuando “haya pasado la muestra, y así conseguir una rebajita…”.

Los artistas, cuando se ven a “a gatas”, no tienen más remedio que buscar clien-tes por fuera. Y las galerías, cuando saben que un cliente está negociando con su ar-tista, intentan recuperar a su díscolo comprador con un descuento provocativo, pero suicida para la rentabilidad de la operación. Ese es el des-pelote. Sus efectos son fatales para todos, así el cliente se haga la ilusión de que com-pró barato.

Tampoco podemos prescindir de otros factores preocupantes que alteran el normal desarrollo del mer-cado. Uno, que gran parte de los negocios se tramiten y perfeccionen por fuera del país, y dos, el auge de la fal-sificación. Cada vez mayor y mejor ejecutada.

El mercado es confuso y no existe un estudio se-rio que determine cuál es el tamaño en cifras del mer-cado del arte en Colombia. Según el Administrador de Empresas Ricardo Lombana Sanclemente, que presentó como proyecto de grado en la Universidad de los Andes un estudio del Mercadeo de Obras en Artes Plásticas de creadores colombianos en-tre 1950 y 2005, “el tema de mercadear y comercializar obras de arte plástico en el mundo artístico tiende a satanizarse”.

Una reflexión final: si el arte es poesía, ¿por qué los poemas no cuestan? El día que haya que merca-dear la poesía, la gente se va a interesar más por ella y entenderá que las cosas cuando tienen un valor ma-terial son más apetecibles.

Arte

Qué tan bueno y que tan real es este mercado, si es que existe.

El despelote del mercado del arteAlberto Casas Santamaría

Se inauguraba el Salón en la Biblioteca Nacional. Asistencia relativamente nu-trida, pero minúscula en la escala de la ciudad: bastaría contrastarla con el caos que produjo en los días siguientes la inauguración de un centro comercial más.

En el auditorio se pre-sentaban música y danzas de Chocó. A la salida, el mismo comentario en dos genera-ciones: unos estudiantes de artes se preguntaban por qué había folclor en un Salón Nacional y la artista Beatriz

González señalaba lo mismo y agregaba que el maestro Abadía (gran autoridad en cuestión de folclor) estaría furioso: él se preguntaba por qué las bailarinas tenían que mostrar los calzones, en alu-sión a las innovaciones de al-gunos grupos. De aquí pode-mos extraer algunas claves.

Cuestionar la presen-cia del folclor no es recha-zar lo popular o la tradición. Beatriz González ha hecho la más lúcida glosa a lo popular del arte colombiano y perte-nece a un contexto (años 60 y 70) que discutió las rela-ciones entre arte y sociedad con una profundidad mucho mayor que el actual.

Lo rechazado es la pre-eminencia del espectáculo.

Es paradójico: en un museo temático o de historia, uno encuentra cosas hechas con otro fin y terminaron como objetos de colección, con-templación o patrimonio. En el salón se exponen obras he-chas para exponerse.

Seguramente, cuando Beatriz González defiende el Salón, y critica a éste, es por-que son cosas distintas. En efecto, al revisar la dinámi-ca y la resonancia social de los Salones Nacionales hasta hace un tiempo se ve que hacían parte de un diálogo entre la comunidad artísti-ca. En tiempos más recientes han caído en la lógica del espectáculo convencional: de lo que se trata es de compla-cer al espectador.

Uno de los efectos so-ciales más insidiosos de la ideología del mercado es la estandarización. Cada vez es más difícil el espacio para la disidencia y, en ese contexto, el arte se convierte en un ins-trumento más de regulariza-ción: si hasta hace un tiempo se consideraba que su prácti-ca contribuía a consolidar la autonomía de la persona, hoy se piensa como medio para insertar a los marginales en el sector productivo y pacificar a las poblaciones. Haciendo eco a esto, colectivos de ar-tistas se lanzan a construir ciudadanía y dar espacio a la voz de las comunidades, sin poner en contexto sus in-tenciones, como si inaugu-raran la historia y no existie-

ran desde varias disciplinas propuestas metodológicas rigurosas, como si de ellos dependiera legitimar prácti-cas sociales convirtiéndolas en obra de arte.

El mismo Ministerio de Cultura presenta sin mucha convicción el Salón: parale-lamente realiza Laboratorios en los que una aproximación región-academia sugiere pro-cesos más sólidos y durade-ros que los de la convocato-ria a un evento convencional que ilustra algunas ideas. Sin embargo, hay dos preguntas: ¿cómo encontrar el tono ade-cuado para trabajar rigurosa y respetuosamente con las regiones? y ¿no merece el Sa-lón una mejor suerte?

no mostraban los calzonesCuando las bailarinas

Miguel Huertas,Profesor de la Facultad de Artes.

Coordinador del Posgrado en Educación Artística Integral

Al parecer, la mayoría de las obras se negocia en el exterior.

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El Caribe colombia-no es una inmensa zona de fronteras móviles marcada por migraciones constantes. Esto configura un contexto de transculturación e hibri-dación continuo. El sincretis-mo, el mestizaje de razas y de costumbres, la instalación en la globalización, las secuelas de la diáspora y el obligado

nomadismo laboral contem-poráneo incuban una situa-ción de tránsito continua, de identidades flotantes que ge-neran nuevas estrategias de supervivencia y resistencia.

El Caribe nos mira lo-gró apreciar que una ten-dencia local en ascenso es la que propone una nueva mirada de la ciudad. Esta se

fundamenta en un tejido de experiencias diarias que par-ticipan de la construcción de nuevos imaginarios. Las in-tervenciones urbanas enfa-tizan en un arte que recobra su función social como fenó-meno impactante en la cul-tura. Sin embargo, la ciudad mantiene identidades que afloran de la vida campesi-na y despliegan su presencia en la precariedad socioeco-nómica y en el conflicto. El campo estético aborda estos aspectos, más allá de la mera identificación política.

Del mismo modo, se presentan trabajos donde el cuerpo es eje de rituali-zación de la existencia. Se perciben planteamientos estéticos que surgen de los sentimientos y formas de vida de comunidades popu-lares, que se apartan de los formatos “cultos”, impuestos a lo largo de la historia por las clases dominantes.

Borde Caribe o el asunto de los límites

La neutralización o em-borronamiento de las señas de identidad regional, por efecto de la mundialización de la economía y la cultura, nos lleva a confrontar cier-ta medición que hacemos de nuestra actual produc-ción artística con relación a la información que proviene de los circuitos artísticos in-ternacionales y sugiere una perspectiva de cotejo entre lo global y lo local, en una percepción abierta, pero avi-

sada, de la relativa extensión del arte como esfera creativa.

Esta propuesta de cu-raduría “ampliada” y asu-mida “sin límites” permite observar nuestro conglo-merado de diversidades como un archipiélago de culturas que permanecen unidas por el mismo terri-torio que las separa. El ejer-cicio del arte es así un reto para establecer puntos de encuentro que dinamicen la producción cultural y dialoguen con el contexto.

Borde Caribe aborda la producción artística a partir de hipótesis formuladas des-de la visión del arte como un paradigma en el que se refleja la conducta social en su to-talidad. Parte de discusiones sobre el concepto de región y territorio, de las diferencias y relaciones entre el “arte cul-to” y expresiones culturales espontáneas: lo mal llamado popular está presente en mu-chas expresiones considera-das cultas de la región.

Desde la curaduría se ven las siguientes unidades temáticas: La violencia; el tra-bajo que, como fuerza trans-formadora de la sociedad, se torna informal; el desplaza-miento, desde categorías de lo involuntario y forzoso has-ta lo turístico, se considera eje de reflexión de la práctica artística regional. En el Cari-be, el cuerpo, la gestualidad y la oralidad son expresio-nes fuertes de la producción cultural y se consideraron en esta propuesta.

Una mirada

Arte

Todo escritor de ficción debe plantearse una serie de interrogantes y dilemas con los que se enfrentará a diario: ¿Cómo asumir el oficio de es-critor? ¿Qué perspectiva debe buscar el artista?

En verdad, no son pre-guntas fáciles y si bien in-tentamos aproximarnos a sus respuestas, estas parecen delfines enjabonados que se nos escapan de las manos en el momento en que pen-sábamos que las habíamos atrapado. Tal vez ello se deba a que el arte, con todo lo que les es propio, es paradójico, capaz de transfiguraciones, resistente e insólito.

Por ello, su comprensión, como decía el poeta Paul Ce-lan, demanda un cambio de aliento. Y quizás para lograr ese cambio de aliento sea necesario asumir una pers-pectiva extraña, como la de

Lenz, el personaje del cuento inconcluso de Georg Büch-ner, a quien le desagradaba a veces no poder andar con la cabeza. Pero, también nos re-cuerda Celan, que “aquel que anda de cabeza tiene el cielo como abismo a sus pies”. Y desde esta perspectiva insó-lita el poeta nos dice que el arte le rinde homenaje a la majestad de lo absurdo que testimonia la presencia de lo humano.

Pero, ¿cómo acercarnos a esa mirada del artista, a esa visión extraña, a esa distancia que a la vez lo aleja a uno de sí mismo y señala un deter-minado camino?

De nuevo no hay res-puestas sencillas. Mas aún, cada escritor tiene la obli-gación de buscar, enfrentar, crear sus propias metas, ne-cesidades y obstáculos, como diría el poeta Paul Valery.

Para lograrlo, es nece-sario aprender un oficio y estudiar cómo lo llevaron a cabo grandes escritores, co-mo Joyce, Kafka, Becket y Celan, para solo mencionar algunos. Este es el propósito de la Maestría en Escrituras

Creativas que inaugura la Universidad Nacional.

Pero, para reflexionar so-bre el oficio, de nuevo acudo a Celan: “El oficio, absoluta precisión, es condición pre-via a toda poesía. Ese oficio no tiene ciertamente un suelo de oro. Quién sabe ni siquiera

si tiene un suelo. Tiene sus abismos y profundidades… que busca un camino con su voz y su mudez”.

Ahora bien, todo escri-tor, en últimas, se encami-na hacia el encuentro con la poesía, que subyace en todos los géneros literarios. Todo estudiante que busca

ser escritor debe ser cons-ciente de que el poema, el cuento, la novela, el cine y el teatro guardan secretos y sólo los revelan a aquellos que se acercan con entrega y dedi-cación. El arte conlleva un destino. La escritura creativa demanda compromisos.

El Oficio Azriel Bibliowicz ,

Ph.D. en Sociología de la Universidad de Cornell. Profesor

fundador de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad

Nacional de Colombia. Coordinador Académico de la

Maestría en Escrituras Creativas.

al arte del CaribeEduardo Hernández,curador Borde Caribe

Néstor Martínez, curador El Caribe nos mira

Desde el próximo 30 de agosto se podrá apreciar el Tercer Ciclo de Exposiciones que configura el 40 Salón Nacional. En esta ocasión llega a Bogotá la Región Caribe y Centro-occidente. Las exposiciones que conforman la Zona Caribe Borde Caribe y El Caribe nos mira podrán apreciarse en la Fundación Valenzuela-Klenner y en la Biblioteca Nacional.

del escritor

Parte de la muestra del 40 salón que se exhibe en Bogotá.

Page 24: Universidadunperiodico.unal.edu.co/fileadmin/user_upload/UNPeriodico096.pdfbrillante verde claro, signo de que aún produce clorofila, porque –más afortunada– es-tá protegida

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Históricamente los cam-pus de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, se originaron en un lugar conoci-do como Otrabanda, contiguo al cerro El Volador (un mira-dor natural, lugar de referencia en la ciudad por sus hallazgos arqueológicos y por ser Patri-monio Histórico y Natural de

la Nación desde 1992).

El campus central, cons-tituido por los Núcleos El Vo-lador y El Río y una porción del Cerro El Volador, cuenta con 576.495,33 m2, donde funcionan las Facultades de Agronomía, Ciencias, Cien-cias Humanas y Económi-cas, Arquitectura y algunas actividades de la Facultad de Minas. Está localizado jun-to al intercambio vial Pun-

to Cero de Medellín, sitio de referencia donde convergen carreteras municipales y ur-banas de importancia para el transporte público.

La Sede también cuenta con un segundo campus ur-bano, donde se inscriben los programas académicos de la Facultad de Minas. Un lugar importante para la ciudad, pues se ubica en el viejo co-rregimiento de Robledo, que

en la actualidad es el corre-dor educativo por excelencia de Medellín, al tener edifi-caciones de las principales universidades de la ciudad. Robledo es también uno de los barrios más tradicionales, sector de casas amplias y ca-lles empedradas, con bares y cantinas que fueron en una época puntos de encuentro de escritores y pintores. El Núcleo Robledo cuenta con

un área de 100.978,69 m2 y se cruza con vías importantes de acceso, como la Carrera 80 y la antigua vía al barrio.

La historia y evolución de los predios urbanos de la Sede muestran cómo los ver-des y amplios territorios que son la admiración de su co-munidad se han conformado como una colcha de retazos, resultado del desarrollo vial de la ciudad, que ha llevado a

una reducción sustancial del área adquirida inicialmente.

Los predios urbanos: el Campus Central

y el Núcleo Robledo

El Núcleo El Volador se ha conformado como la cen-tralidad principal de la Sede Medellín. Algunas interven-ciones urbanas han afectado sus dimensiones, su integra-lidad, ya que constituía una unidad con el Núcleo El Río y el Cerro El Volador. Este campus comenzó a vivir una fragmentación en su estruc-tura, como consecuencia de las transformaciones de la ciudad. Se vio afectado por la construcción de vías y calles, que redujeron su extensión territorial.

Puede decirse que el Cerro El Volador constituye un pulmón verde en la zo-na occidental de Medellín y que una cuarta parte de él le pertenece a la Universidad. Entre el Cerro y el Núcleo El Volador no hay una conexión física existente: los separa una carrera de doble sentido,

que imposibilita la apropia-ción adecuada por parte de la comunidad universitaria. No obstante, ofrece un gran potencial para el desarrollo de actividades de bajo im-pacto ambiental y de parque urbano. En este predio está ubicado actualmente el La-boratorio de Investigaciones Melitológicas.

En la década del setenta la Universidad participó en el diseño de la segunda etapa del tradicional barrio Carlos E. Restrepo. La Sede recibió por aquel trabajo un predio aledaño al Campus Central. Ese predio está inscrito en el barrio La Iguaná, barrio que se ha caracterizado desde los años ochenta por procesos de invasión y por la construc-ción de viviendas informales.

Por otro lado, el Núcleo Robledo está constituido por tres terrenos separados por la Carretera al Mar. Esto le signi-fica un alto tráfico vehicular que dificulta la conexión pea-tonal entre los predios M1, M2 y M10, que configuran la estructura física de la Facul-tad de Minas, e Ingeominas, recientemente integrado a la Universidad.

La riqueza de la Sede no se limita a la extensión del te-rritorio, también cuenta con edificios proyectados por el maestro Pedro Nel Gómez, que fueron declarados Patri-monio Cultural de la Nación y son referentes urbanos en toda la ciudad. Además de la inmensa riqueza ambiental y arbórea –Arboretum y Pal-metum–, que es la principal fortaleza en el contexto urba-no e imagen de la Sede en el Departamento.

Los predios rurales

La Sede Medellín no so-lo se ha conformado como un ente urbano de relevancia en el área metropolitana del Valle de Aburrá, pues tiene también presencia en dife-rentes zonas rurales del de-partamento de Antioquia.

La Facultad de Cien-cias Agropecuarias adqui-rió inicialmente los Centros Paysandú y Piedras Blancas, que hacen parte de la reserva ecológica Parque Arví. Poste-riormente, al consolidarse la Sede y dar inicio al proceso de integración y fortalecimiento de facultades y programas académicos, fueron adquiri-dos los centros San Pablo y Cotové, con la intención de desplazar la mayor parte de las actividades de la Facultad de Ciencias Agropecuarias hacia los centros y parcelas, para permitir el desarrollo de otras facultades y progra-mas en el Núcleo El Volador. La Sede ha adquirido en los últimos años otros predios, Corralitos, San Sebastián y Santa Rita, en los que se es-tán definiendo los usos para

beneficio de la Universidad y de la región.

Centro Paysandú: Municipio de Medellín, Corregimiento

de Santa ElenaTiene dos servidumbres,

producto de predios priva-dos insertos en el área de la Universidad. Está destinado a las prácticas de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, y dos núcleos, uno donde se ubica una casa de encuen-tros académicos y otro con instalaciones de producción agraria.

Centro San Pablo: Municipio de Rionegro

Se encuentra destinado a la producción agropecua-ria: gallinas, cerdos y peces. Cuenta con un área destina-da a la protección forestal. Existe en el predio una edifi-cación que, a la vez que hace las veces de depósito, está ocupada por un empleado de la Universidad.

Centro Piedras Blancas: Municipio de Medellín, Co-rregimiento de Santa Elena

Predio destinado a prác-ticas forestales. Existe un área sin destinación especí-fica que quedó separada del núcleo principal por una vía que da acceso a las veredas cercanas.

Centro Cotové: Municipio de Santa Fe de Antioquia

Es el predio que más claridad tiene a nivel de fun-cionalidad y provecho para la universidad en esta zona. A diferencia de los otros, tiene un alto rango de aprovecha-miento para las prácticas de las carreras de Agronomía y Zootecnia. Reporta beneficios para la universidad, ya que sus terrenos son utilizados para el cultivo y la ganadería.

Parcela San Sebastián – La Castellana: Municipio de

EnvigadoPredio cedido por el In-

derena, sin destinación espe-cífica. No ninguna vigilancia y es utilizado como potrero por personas ajenas a la Uni-versidad.

Parcela Corralitos: Municipio San Jerónimo

Su localización al borde de la carretera permite, por su fácil acceso, ser utilizado en los diferentes tipos de ac-tividades.

Parcela La Esperanza: Municipio San Jerónimo

Existe una situación de posesión material del predio por parte de un particular. Por el desarrollo jurídico del caso, en la actualidad no hay ninguna actividad ni uso del predio.

Santa Rita: Municipio de Venecia

En el momento en este predio no se lleva a cabo nin-guna práctica.

Sedes

La historia y evolución de los predios urbanos de la Sede muestran cómo los territorios que son la admiración de su comunidad se han conformado como una colcha de retazos, resultado del desarrollo vial de la ciudad, que ha llevado a una reducción sustancial del área adquirida inicialmente.

fortaleza urbana y ruralLos predios de la Sede Medellín:

María Isabel Zapata Cárdenas,Unimedios, Sede Medellín

Los campus de las sedes de la Universidad están convirtiéndose en parte del paisaje urbano y ecológico de las ciudades donde se encuentran. Este es el panorama en Medellín.

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El bloque 41 es patrimonio de la Sede Medellín. Una edificación antigua, testigo del surgimiento de la Sede, que hoy en día cobija oficinas administrativas, la librería, el centro de producción audiovisual, la oficina del representante estudiantil y otras dependencias.