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2 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Títulos de temas
La mejor historia de amor
Sí, esta historia le tocó más profundamente
que cualquier otra historia que había leído.
A los suyos vino (poesía)
¿Tienes lugar para Jesús?
A los suyos vino
Cristo ha venido - incluso para nosotros.
¿Cómo nos relacionamos con Él?
¿A quién buscáis?
La canción espiritual
“Oh Santísimo”
En un momento difícil, agobiado por la
guerra y la pestilencia surgió la hermosa
canción de Navidad.
Una especial experiencia navideña
Mensaje radial
Mis ojos han visto a tu Salvador
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7
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10
¿Hay muchos caminos al cielo?
En general, hay varias maneras de alcanzar
un objetivo. El objetivo principal es nuestra
morada en la eternidad.
Mas blanco que nieve
Enseñanzas bíblicas
La naturaleza del pecado
¿Qué es el pecado? ¿Se puede pecar
sin querer? ¿Qué le sucede a un
hombre cuando peca?
Preguntas y respuestas
Cristo: ¿hombre y Dios al mismo tiempo?
Biografía
Hudson Taylor (Parte 6)
Maravillosas experiencias en
la escuela divina.
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Editorial
3 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
¡Querido lector!
¡Estamos nuevamente en el tiempo de navidad! Por
todos lados corridas, planes y preparativos.
Seguramente, muchos de nosotros esperamos visitas
para estos días festivos: al hijo, a la hija, al nieto, al
amigo o conocido.
Si ¡Visita! Esto también nos relata la palabra de
Dios: “Por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora”
(Lucas 1,78). Ya hace más de 2000 años envió Dios
a su hijo a esta tierra para salvación de las personas.
Inolvidable me quedó el siguiente acontecimiento:
Era al principio de los años cincuenta. Leímos en el
periódico el informe, que en una aldea en
Luneburgo, en la tormentosa noche de navidad, muy
tarde alguien golpea la puerta de una casa. “¡Alguien
ha golpeado!” – “¡Ah, es sólo el viento!” – “¡Si,
alguien golpea allí!” – “¡Entonces será otra vez un
mendigo!”
El hijo, prisionero de guerra en Rusia, que hacía
años añoraba volver al hogar, golpeó. No pudo
informarles a los padres de su llegada a la tierra de
paz. Ellos no tenían teléfono. El les quería
sorprender en Nochebuena. ¡Pero ellos no abrieron
la puerta! A l día siguiente, cuando los padres
abrieron la puerta, ¡delante de ellos estaba tendido
un muerto! El hijo, exhausto, decepcionado, cansado
– después de años con la esperanza de volver al
hogar ¡estaba tendido muerto frente la puerta de la
casa de sus padres! –
Especialmente en este tiempo de navidad, el hijo de
Dios golpea la puerta de nuestro corazón. Él quiere
hospedarse en ti y en mí. Pero él no quiere venir a
nosotros solamente como visitante o invitado, sino
que quiere habitar en nosotros, ser nuestro príncipe
de paz, Salvador y ayudador para toda la vida.
¿Escuchas su llamado? ¿Puedes entonar con el autor
del himno: “¡La puerta abriré, ven posa en mí Jesús,
y toma tú el primer lugar aquí!”? ¡Que Dios nos
conceda a todos una rica y bendecida fiesta de
navidad!
H. D. Nimz
Página infantil
Navidad en Tin Can Valley
Página juvenil
Se fiel hasta la muerte
Página familiar
Una navidad significativa
Perfil de la iglesia
Chilliwack, BC (Canadá)
El matrimonio es sagrado
De la editorial
En la misión del Altísimo
Una mirada retrospectiva a los 50 años
de trabajo del hermano Kurt Heinze.
Pie de imprenta
Adviento
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4 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
NAVIDAD
La mejor historia de amor
En el hospital, mi cama estaba al lado de un
israelita de unos treinta años, que tuvo que huir de
Rusia y había pasado por muchas dificultades.
Llegó al hospital con un alto grado de tuberculosis,
donde el amor y la misericordia cristiana lo
aceptaron amablemente. El sabía y sentía que no
iba a vivir por mucho tiempo, pero no tenía fe en
Dios ni en cualquier cosa en lo que respecta
después de la muerte, sino que pensaba, que
después de la muerte todo habría terminado. De la
religión de sus padres, no tenía ninguna señal, lo
que me sorprendió mucho de él.
Una tarde cuando se me permitió abandonar la
habitación, me suplicó: “¿No quisiera usted ir a la
biblioteca y traerme un libro?” Le prometí que lo
haría, si mis piernas cojas me lo permitían, y le
pregunté: “¿qué tipo de libro le gustaría?”
“Tráigame una linda antigua historia de amor, pero
debe ser bonita y emocionante”, fue su respuesta.
Salí, reprochándome por la pregunta que le he
formulado. Si no hubiera preguntado, podría elegir
según mi criterio, pero ahora tenía que cumplir su
petición. Mientras caminaba, le pedí a Dios que me
mostrara el libro adecuado; un libro que sea útil
para el pobre hombre moribundo. Logré caminar
por los largos pasillos y escaleras hasta llegar a la
biblioteca. Cuando abrí el armario, mis ojos se
posaron en la Biblia, y me vino la palabra a la
mente: “Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.”
Tomé la Biblia. Cuando volví a la habitación del
enfermo, abrí en el verso Juan 3, 16, coloqué la
Biblia sobre la cama del enfermo y señalé con el
dedo el punto en negrita. Después de leer las
palabras, me miró primeramente a mí y luego
durante un tiempo a la Biblia, sin emitir palabras.
Luego sonrió y dijo pensativamente: “Usted es
inteligente”. Tomé valor y le respondí que esta es
la mejor y más emocionante historia de amor que
jamás se haya escrito ni podría escribirse.
Parecía que el hombre incrédulo le ha tocado el
mensaje del amor de Dios hasta lo más profundo
del corazón. Desde aquel día leía constantemente
en la Biblia. Pero no entraba en una conversación al
respecto, probablemente tampoco tenía las fuerzas
para hacerlo. A menudo cuando la debilidad lo
abordaba, la Biblia estaba abierta sobre su pecho o
cerrada entre sus manos, un panorama que me
conmovía profundamente. Una vez, cuando el
enfermo estaba dormido, la enfermera quería tomar
la Biblia con cuidado, el se despertó y no descansó
hasta que la tuvo nuevamente en sus manos.
Después de unas semanas cuando abandoné mi
cama y el hospital, mi vecino deseaba mucho poder
ir y quedarse conmigo, lo que lamentablemente era
imposible. Acerca de sus sentimientos más íntimos
y sobre lo que había leído – vi que ya estaba
leyendo casi al final del nuevo testamento –
tampoco en esta oportunidad habló acerca de ello.
Día a día fue debilitándose físicamente. Por algún
tiempo, para mi recuperación fui al campo y luego
volví revitalizado a casa. Al día siguiente
apresuradamente fui al hospital. En la cama de mi
amigo había otra persona. Hacía unos días había
fallecido. La jefa de las enfermeras que había
estado en las últimas horas con él me dijo, que su
muerte era unas de las más felices que había
experimentado. Reconciliado con Dios, con fe en
su gran amor y con gran júbilo nombrando el
nombre de Jesucristo partió al hogar celestial. Me
ardía el corazón de gozo y alegría. Que feliz y
agradecido estaba, de que Dios me había utilizado
en su gran bondad, para darle en sus manos, a esta
pobre y ahora tan rica alma humana, la mejor
historia de amor.
Estimado lector, tú habrás leído muchas
historias de la fama y del amor humano. ¿Qué
beneficio te han traído? ¿Tal vez elevados
sentimientos? ¿Quizás anhelos insatisfechos y el
deseo de una experiencia similar? ¿O quizás
también insatisfacción con tus propios caminos, los
cuales son sencillos y no transcurrieron tan
5 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
románticos y placenteros como los libros leídos con
las mejillas calientes que supieron describirlos tan
hermosos y seductores?
Estos cuentos no son más que en la mayoría de
los casos, producto de una brillante imaginación y
es peligroso cuando ejercen influencia sobre ti. Lo
mejor que puedes hacer es apartarte lo más lejos
posible de su camino y haz lo que hiso este hombre
moribundo. El buscó una historia de amor. Real y
verdadero amor encontró en las sagradas escrituras,
la que nos dice que Dios dio a su hijo unigénito.
Este puro, santo, desinteresado amor de Dios guió
al enfermo de la muerte a la vida. Quiera Dios
también abrir tu corazón a la comprensión de Su
Santa Palabra y conocer el amor de Cristo, que
excede a todo conocimiento.
A los suyos vino
Suya es la tierra, su esplendor y grandeza
estrado de sus pies, el ribete de su falda es;
con su poderosa mano, la guía en sendas seguras
a través del vasto universo.
Suya es la tierra y todos los que en ella habitan,
son su aliento espiritual, formado con sus manos.
Al principio era el verbo, fue la luz de los hombres,
pero el mundo no lo reconoció.
Pero cuando a los suyos vino,
llevó el desdén y necesidad de la humanidad;
aquel, a quien los querubines le sirven,
¡No encontró lugar para recostar su cabeza!
Despreciado, perseguido – desde el pesebre hasta la cruz,
donde se entregó para los suyos en holocausto, -
así pasó por esta tierra el Hijo del eterno Padre,
¡Lleno de gracia y majestuosidad!
Gertrud Tarutis
¿Tienes lugar para Jesús?
El pesebre en Belén, es una exhortación al
corazón y a las pruebas de la vida. El niño en el
pesebre es el hijo del Altísimo. Él fue antes que el
mundo fuera establecido. Por medio de Él, todas
las cosas fueron creadas. ¿Por qué al llegar a este
mundo tuvo que acostarse en un humilde pesebre?
¿Por qué María no pudo encontrar un lugar mejor
para su hijo? “No había lugar para ellos en el
mesón” Todas las habitaciones fueron tomadas
antes. ¿Es así también en tu vida y en tu corazón?
Tienes lugar para negocios, placeres, amistades,
estudio, indolencia, falta de oración, hábitos
favoritos, y para toda cosa posible, ¿pero no hay
lugar para Jesús? ¿Es real esto en ti? Aunque
pienses que eres demasiado indigno para que
Jesús more en ti, así como cuando escogió el
establo en Belén para que fuese su lugar de
descanso por primera vez, no se negará a mudarse
a tu corazón, tomarlo, purificarlo y vivir en el. Tu
indignidad no debe detenerte a ofrecerle tu
corazón y vida como su hogar. ¡Oh, deja entrar al
maravilloso Salvador en esta navidad!
6 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Nunca habría Navidad si Él no hubiera venido. Su
venida solamente transformó la noche en solemne
noche. A pesar que el testimonio de Juan contiene las
penosas palabras: “…los suyos no le recibieron”, así
tampoco falta en su testimonio el maravilloso hecho:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios"
Él vino
¿Qué seríamos sin Él? “¿Qué soy yo, si me toca a mí?
Un abismo lleno con veneno de pecado”, dijo una vez
Woltersdorf. ¿Qué habría sido de Zaqueo sin el
Salvador, qué de Lutero en su celda monástica, qué de
cada redimido? - ¡Pero Él vino! “A través del aleluya
del ángel suena jubilosamente desde cerca y lejos:
¡Cristo, el Salvador, está allí!” “El mundo fue a la
perdición, Cristo nació” - ¡ese es un maravilloso hecho
consumado!
¡Aquel Verbo fue hecho carne! El mismo verbo, a
través del cual el mundo visible fue creado con tanto
poder, vino para crear un nuevo mundo en ti, en el cual
a través de Él puedes vencer todo lo malo. Sí, ¡el
Salvador está ahí!
Nosotros le recibimos
Todos tenemos la posibilidad de creer en Él. Dios ha
dotado nuestro corazón con la posibilidad de creer. No
hay otro camino de aceptar al Salvador y dejar actuar
su obra en nosotros, que “solamente a través de la fe”
(Romanos 3,28). Por eso aquél, que quiere que todas
las personas reciban ayuda, tuvo que concedernos la
necesaria capacidad de creer. La pregunta: “¿Pueden
creer todas las personas?” la Biblia responde con una
muy evidente limitación, o sea, sólo aquella persona
que está arrepentida, la que ya no ama el pecado, sino
que se arrepiente de ello y lo detesta, puede creer
realmente. La fe de aquellos que no quieren dejar el
pecado, puede ser en el mejor de los casos sólo una
tradición, la cual no cambia a la persona, sino que la
deja en un estado pecaminoso y no reconciliado. Es
totalmente lógico que aquél que no quiere acabar con
el pecado contra Dios, tampoco pueda tener confianza
en Dios, de que Él le perdona sus pecados y lo redime
de ello. En estado empedernido, ninguna persona
puede creer realmente y servir a Dios. Dios es Santo y
justo. Pero quien acepta al Salvador, cree y confía en
Él, se apartará del pecado, pues se lamenta
sinceramente de que ha contristado a Dios. Y a aquél le
da potestad de ser hijo de Dios. Ahora sabe la persona
que es librado de la potestad de las tinieblas y que es
trasladado al reino del amado Hijo de Dios (Colosenses
(Colosenses 1,13).
Recibirlo como Señor, no como invitado
Muchas personas quieren aceptar a Jesús solamente
como su salvador, servidor, ayudador o sustento, pero
darle toda la conducción y dominio en su mano, les
parece ser demasiado arriesgado. Pero para ello fue
enviado, como el Padre dice, que Él “apacentará a mi
pueblo Israel” (Mateo 2,6). Y en 2. Corintios 5,15
leemos: “por todos murió, para que los que viven, ya
no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó
por ellos.” Quien no le quiere aceptar como real Señor,
a la larga, no lo podrá retener, incluso cuando le ha
aceptado como Salvador. En ninguna parte de la Biblia
es llamado “Invitado”, pero cientos de veces “Señor”, y
Él también lo es. Juan 13,13: “Vosotros me llamáis
Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” Cuando
Él es aceptado, por medio de fe, como Señor absoluto,
entonces todo le es puesto en sus manos: nuestra vida,
nuestros talentos, nuestras posesiones, nuestro tiempo,
nuestra profesión, nuestra familia, sí, todo. Entonces
nosotros también coincidimos con el autor del himno:
Ve, Señor tu lo sabes, queremos caminar solamente según tu Espíritu; ¡nada debe su suave soplar retenernos en su camino! ¡Toma, o toma solamente tú lugar en nuestro corazón!
NAVIDAD
A los suyos vino… “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”
(Juan 1,11-12)
7 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
Cuando por sobre toda nuestra vida está: “¡Santificado
para el Señor!”, entonces no habrá diferencia en
nuestro transitar, ni en la vida privada ni en la vida
laboral, ni el domingo ni en la vida cotidiana, ni en las
vacaciones – todo es consagrado al Señor, y nosotros le
queremos seguir. ¡Sí, bienaventurada una casa así,
donde Él ha sido aceptado! Jesús, ¡el Hijo de Dios
vino! ¡Aceptémosle, no sólo como un invitado, sino
como nuestro Señor y Maestro por tiempo y eternidad!
EP
¡Éste podrá parecer un texto peculiar para la “alegre,
bendita época de Navidad”! Pero hoy, esta pregunta de
Jesús no es mas significativa que en aquel entonces:
“¿A quién buscáis?”
Sí, ¿a quién buscáis en la época de Navidad? A
muchas personas ya se les ha perdido desde hace
mucho tiempo el significado de la fiesta de Navidad.
Es en muchos aspectos sólo un recuerdo de la época de
la infancia. A otros hoy les suena la palabra del niñito
en el pesebre y de paz sobre la tierra demasiado pasado
de moda. Se dice que en nuestros tiempos se necesitan
pruebas más fuertes, las cuales pueden orientarnos el
concepto de Dios y su concepción del mundo. La
humanidad, que se volvió orgullosa de sus logros,
busca en lo más grande y más inmenso, algo
innombrable y poderoso, con respecto a lo cual puede
medir su poder. Cuán pobre y simple está allí ante sus
ojos un Dios, que viene como niño al mundo, va como
predicador caminante a través de un pequeño e
inadvertido país y al final muere en la cruz. Porque esta
concepción de Dios siempre le fue repugnante a la
orgullosa humanidad, ha intentado una y otra vez
ponerlo de lado y poner en su lugar algo que ha
correspondido mejor a sus deseos. Pero hasta hoy no
han logrado aventajar el mensaje de Cristo, y por eso,
aun hoy, busca y busca la humanidad algo que calme el
anhelo de su alma - ¡pero vanamente!
Por ello justamente en la época de Navidad suena la
pregunta de Jesús tan insistentemente: ¿A quién
buscáis? “¡Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le
iban a acontecer!” ¡Qué significado yace en estas pocas
palabras! Él sabía todo – y voluntariamente fue este
camino desde el pesebre hasta la cruz. Según el plan de
Dios, el Hijo de Dios vino como el Redentor del mundo
y se hizo hombre. Él no eligió la forma de un ángel
para entregar el mensaje de Dios sobre la tierra, no, el
vivió como hombre desde su nacimiento hasta el
sepulcro. De allí que puede comprender la angustia de
un niño del mismo modo que el dolor de los solitarios,
de los incomprendidos, de los enfermos y moribundos.
Su entrega voluntaria en esta miseria de las personas, su
infinito, indescriptible amor, el cual fue por el camino
de la muerte para salvación del mundo, si bien sabía lo
que le había de sobrevenir, esas son pruebas suficientes,
que manifiestan su procedencia divina.
Por ello - ¿A quién buscáis? No fue hallado en el
cielo ni en la tierra, que pudo saciar el buscar y anhelar
de la humanidad. No necesita buscar a ningún otro,
ningún Salvador mejor; ¡pues Jesucristo ha venido!
Pero también nosotros, quienes nos denominamos hijos
de Dios, debemos reconocer el significado de esta
fiesta. El enorme acontecimiento que una vez movió
cielo y tierra, no debe pasar junto a nosotros sin dejar
huella. Si los antiguos ancianos de la iglesia lo tuvieron
por necesario fijar un día especial para recordatorio de
la encarnación de Cristo, también no debe convertirse
para nosotros este día en una costumbre insignificante.
Nos debe dar la oportunidad para recordar
especialmente el infinito amor de Dios, que nos dio a su
primogénito Hijo.
Debe penetrar profundamente en nuestra alma, dejar
disolver nuestro corazón: ¡Cristo vino por nuestra
causa! El sabía qué le acontecería - ¡y aún así vino! Él
sabía de nuestro corazón corrompido, de nuestros
terribles pecados, de nuestra lejanía de Dios - ¡aún así
vino! El vio de antemano, cómo sólo unos pocos
aceptarían su redención. Él vio cuanto trabajo le
causaríamos y que muchos le servirían solamente con
medio corazón, - ¡aún así vino!
Oremos a este amor incomprensible y consagrémonos
a Él sin reservas. Sólo una petición tiene Él hacia
nosotros: ¡un corazón entregado completamente, no
compartido! Por ello también nos pregunta: ¿A quién
buscáis? ¿Nos buscamos a nosotros mismos, nuestra
propia vida, nuestros propios deseos, o a Él – solamente
a Jesús? Quizás nuestros corazones se volvieron
indiferentes, fríos, tibios, rutinarios, pero Él está
nuevamente ante nosotros en la época de Navidad con
amor no cambiado, entregado y misericordioso y
pregunta: ¿A quién buscáis?
G.T.
¿A quién buscáis? “Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir,
se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis?”
(Juan 18,4)
8 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Una señora mayor dijo una vez: “He tratado por
muchos años servir al Señor. Ahora soy vieja y temo
que todos estos años lo he servido de acuerdo a mi
criterio. No me he sometido a la voluntad de Dios y
sus caminos. Pues bien, al final, ¿qué va a pasar si
todo fue en vano?”
Jesús rechazó los ensayos y tradiciones de las
personas, que no estaban de acuerdo con la palabra de
Dios y su ley. Hay un dicho que dice: “Muchos
caminos conducen a Roma”. Con esto, las personas
quieren expresar que hay muchos caminos que
conducen al cielo. Pero aquí se equivocan y se
encuentran atrapados en un gran peligro y el engaño
de Satanás. Es cierto que muchos caminos conducen a
Roma. También he notado que muchos caminos
conducen a mi pequeño pueblo. Pero también he
descubierto que sólo un estrecho sendero conduce a
mi propia casa, la cual es más querida para mí que
toda Roma.
Hay muchos caminos, que conducen al reino de la
ciencia y la teología, los mismos son muy confusos y
corren entrecruzados. Pero al cielo, mi hogar eterno,
la felicidad, la armonía, la satisfacción, hay sólo un
camino – el camino estrecho. He oído decir a alguien:
“Oh, todos los caminos son buenos, no hay ninguna
diferencia.” Queridos hermanos y hermanas, nuestro
Padre Celestial nos espera para recibirnos en el hogar
eterno, cuando hemos terminado nuestro trabajo aquí.
Por eso es bueno y de gran importancia, que no
erremos el camino estrecho.
Una bella muchacha yacía en su lecho de muerte.
Ella me miró y susurró con voz ronca: “Yo le hubiese
servido a Jesús, pero habían tantos caminos, que no
sabía cuál era el correcto.” Jesús dice: “Yo soy el
camino.” ¿No es triste, angustioso, que tantos erren
este camino? Muchos buscan sus propios caminos, los
cuales son sólo caminos de perdición. “Hay camino
que el hombre le parece derecho; Pero su fin es
camino de muerte” (Proverbios 14,12). Ellos no
quieren renunciar a sus propios caminos. “Porque
ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer
la suya propia, no se han sujetado a la justicia de
Dios” (Romanos 10,3). A pesar de sus muchos
esfuerzos y sus acciones, no tienen paz, no tienen
ninguna certeza, ninguna satisfacción, porque no se
entregaron a Dios y por lo tanto no han recibido su
salvación. Ellos no tienen la vida y el espíritu de
Cristo en su corazón, y sus almas están vacías y
desoladas.
Oh, quiera Dios ayudar a cada alma y abrir sus ojos,
para que reconozcan su estado y puedan buscar y
encontrar el camino angosto, el único que conduce a
la felicidad eterna. ¡Oh, que cada uno pueda tener el
verdadero conocimiento del corto tiempo, y ver la
importancia y la seriedad de la vida y la eternidad,
que reconozcan que se trata de un Dios Santo y justo
y de su propia alma! ¡Oh, busca el camino estrecho,
antes que sea demasiado tarde!
¡Oíd! Un camino estrecho: “¡Yo soy el camino!” Sólo una puerta abierta: “¡Yo soy la puerta!” Sólo un buen pastor rescata lo que está enfermo y perdido; Sólo un cordero sangrante muerto para el mundo. Sólo un rebaño santo, en unidad, como lo fue en pentecostés, es la iglesia. Sólo una mano suave le guía a través de la noche y el horror a la pequeña fiel manada al hogar paterno. Oh, mira su preciosa sangre: ¡Fluyó para ti! Mira a tu más fiel amigo: ¡Murió por ti! Sólo a los pies de Jesús encuentras la paz, date prisa a la fuente de la gracia. Oh, sólo un camino estrecho: “¡Yo soy el camino!” Sólo una puerta abierta: “¡Yo soy la puerta!”
Mabel C. Porter
¿Hay muchos caminos al cielo? Si, el cielo lo quieren la mayoría de las personas. Y verdaderamente, cada uno desea que su
camino conduzca al cielo. ¿Pero puede ser elegido realmente el camino al cielo?
9 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
Si observamos la maravilla del invierno en la tierra
con la nieve, como joyas radiantes se viste
deslumbrante blanca y hermosa, estamos llenos de
admiración. La nieve es pisoteada prontamente, la
calle adquiere una apariencia deslucida. Pero Dios
ha creado así la naturaleza para que esta sucia
nieve se derrita, se evapore y vuelva a las nubes
conectándose con otros vapores que se elevan de la
tierra y el mar y se vuelva nieve y pueda caer
nuevamente al suelo. ¡Qué maravillosas son las
obras de Dios!
¡Comparemos al hombre con la nieve! El ser
humano vino inocente, puro, honrado y blanco de
las manos de Dios a esta tierra, a imagen de Dios y
sagrado como el cielo. Dios descendía en la
frescura del día y tenía dulce comunión con él.
¡Oh, qué estado bendecido era este! Pero esta
pureza sin mancha lo mantuvo sólo un corto
tiempo. El diablo - este gran enemigo de Dios y de
todo lo bueno - finge planes para provocar la caída
del hombre y ocasionar la pérdida de su alto estado
de pureza. El hombre cayó en pecados y bajo la
condenación de Dios. Leemos que durante
centenares de años, el hombre se separó más y más
de Dios, fue pisoteada de la tiranía del pecado,
cayendo más y más profundo en el lodo del
pecado, hasta que estaba desamparado, como la
nieve pisoteada bajo nuestros pies.
Pero los ojos del gran creador miraron con
lástima y compasión hacia la humanidad en ruina,
a su corona de creación. Echaba de menos a la
época en que podía elevar al hombre en su estado
caído, lavar sus pecados y que podría hacer de él
un ser santo, en cuanto demostró su gran amor para
tener nuevamente esa comunión con él. Oímos
como el salmista David oró: “Purifícame con
hisopo, y seré limpio; lávame y seré más blanco
que la nieve” (Sal. 51,7) ¡Bendito sea Dios! Llegó
el tiempo, que su único hijo murió para los
hombres caídos y para salvarlos de sus pecados.
(Mateo 1,21; 1. Juan 1,7) Jesús vino y abrió el
manantial en la casa de David contra el pecado y la
impureza (Zacarías 13,1). Dios estrecha su
poderosa mano y saca al hombre de su estado
caído, le lleva a la fuente de toda conciliación, a la
sangre de Cristo y le dice que en ella tiene que
lavar todos sus pecados.
Muchos miran hacia atrás en su infancia y
recuerdan como eran puros e inocentes. Pero si
observan ahora su vida y ven que su alma y
conciencia están contaminadas de pecado. Están
inquietos, tristes e insatisfechos, porque el pecado
los han separado de Dios. Querida alma ¿anhelas
ser nuevamente inocente y pura? Jesús dice:
“Venid a mi todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11,28)
No hagas la objeción de que eres demasiado
pecador, que no te escuchará cuando oras, pues
escucha esta promesa: “Si vuestros pecados fueran
como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueran rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana.” (Isaías 1,18)
¡Ven a la fuente de la salvación, ven a Jesús! Toma
su promesa como un derecho para lavar tus
pecados que te acosan, y alcanzarás paz y
tranquilidad.
Hay una fuente de sangre pura que fluye para el pobre pecador, ¡Una fuente que hace maravillas, que calma todo dolor! El ladrón encontró la maravillosa fuente, que la gracia de Jesús le mostró, por lo tanto entró puro y santo al paraíso con Él. ¡Oh Cordero de Dios, tu divina sangre tiene todavía el mismo poder! ¡Vierte el fuego del Espíritu, creando al hombre un nuevo ser! También yo estuve en pecados, la sangre de Jesús me ayudó; lo cual alabo hasta la muerte este raudal de bendición. ¡Esta sangre sea para toda la vida la fuente de mi alegría! ¡Será mi eterna alabanza en el pecho de mi salvador!
B. Colemann
Más blanco que nieve
10
Mensaje Radial Mensaje de SalvaciónFriedrich Krebs, Kitchener (CA)
Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Nuevamente podemos celebrar navidad. Es la fiesta
de la alegría. Pero rara vez un hombre se introduce
tan profundamente en el misterio de la navidad como
aquel Simeón que leemos en Lucas 2, 27 al 32. El
informe comienza muy sencillamente: “Y he aquí
había en Jerusalén un hombre llamado Simeón” El
era un hombre como cualquiera de nosotros, pero
Lucas dice: “Y he aquí” Esto queremos hacer
nosotros, ver un poco más de cerca. Tenemos un
hombre ante nosotros, que ante el Salvador y la
salvación de Dios tiene una posición diferente que la
gente en general.
Lo primero que se nos dice de él es: “Este hombre
era justo y piadoso”. Esto era lo extraordinario en la
vida de Simeón. Debemos suponer que él tomó a
Dios seriamente, porque en ello sostiene un corazón
humano el verdadero temor de Dios. Casi cada frase
que habla acerca de Simeón, expresa que toda su vida
permaneció feliz bajo la obediencia de Dios. Que
entendible es que Dios pudo darle una vida
bendecida.
Más adelante leemos de él que “esperaba la
consolación de Israel”. Este consuelo debía traer al
prometido Mesías, Jesucristo. En el umbral del nuevo
pacto, había un pequeño grupo de personas que
creyeron en las promesas de Dios y esperaban la
salvación. Al parecer, eran personas de edad
avanzada, entre los cuales pertenecía también
Simeón. En ellos se despertó la silenciosa esperanza
de la pronta salvación y el anhelo de la consolación
de Israel, que naturalmente se relaciona, con la fe
viva.
Después dice de Simeón: “Y el Espíritu Santo
estaba sobre él.” Ahora entendemos la razón de su
piedad y temor de Dios, y vemos que estaba
totalmente dedicado a Dios. El Espíritu Santo no
mora en un corazón que va en contra de Dios, es por
eso que muchas personas no pueden experimentar la
gozosa experiencia como Simeón. Simeón estaba
bajo la guía de Dios, porque leemos que con el
estímulo del Espíritu fue al templo, y allí
experimentó la bendita hora, en cuanto pudo tomar al
Salvador en sus brazos.
Ahora llegamos a la conocida frase, que Simeón
dice con un indescriptible gozo: “Ahora, Señor,
despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has
preparado en presencia de todos los pueblos; luz para
revelación de los gentiles, y gloria de tu pueblo
Israel”.
En estas palabras hay otro punto considerable a
saber: Simeón tenía los ojos abiertos, precisamente
Mis ojos han visto
a tu Salvador
La clara luz divina resplandeció sobre la tierra, pero sólo algunas personas
reconocieron el milagro de Dios. Uno de ellos era Simeón. ¿Qué le predijo,
que pudo reconocer a Cristo, el hijo de Dios?
11 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
los ojos de fe, con los que se puede ver y
comprender cosas divinas y celestiales. Ante
todo, tenía la correcta visión para la Palabra. Lo
que había oído y leído del Antiguo Testamento,
eso creyó de todo corazón, y lo tomó con sólida
confianza para sí mismo. Y precisamente por
esta razón esperaba la consolación de Israel.
Pero sobre todo, tenía ojos abiertos para
Jesús. “¡Mis ojos han visto a tu Salvador!” ¡Qué
glorioso y saludable cuando Dios abre el ojo
interior de un hombre! Podemos imaginarnos,
que en el templo en Jerusalén había un gran
grupo de personas, con toda esta concurrencia
de personas, vino esta simple María con el niño
Jesús en sus brazos. Esto al parecer nadie lo
notó, pero Simeón sí lo vio. Vio en este niño la
gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y
verdad. El vio aquí al Santo y al Salvador de la
humanidad, su Salvador que le trajo la deseada
paz y consolación. Lleno de esta paz, estaba
dispuesto a partir de este mundo, pues ahora
pudo testificar con gran alegría: “¡Mis ojos han
visto a tu Salvador!”
¿Tenemos nosotros también un testimonio
así? ¿Hemos conocido y experimentado
también así al Salvador? En nuestro tiempo se
ve mucho durante la temporada de navidad,
pero por el materialismo es fuertemente
desviado del Salvador que vio Simeón. La
humanidad mira el esplendor exterior y no ve el
gran regalo inefable de Dios, que nos dio del
cielo.
Por eso muchas personas celebran navidad
con mesas llenas, pero con el corazón vacio. Y
aún más triste es cuando se tiene que celebrar
navidad con la pobreza interior y exterior. Que
Dios nos ayude a ver al Salvador como Simeón,
y no perderlo jamás. Oh, que podamos alabar y
agradecer como Simeón en este año que casi
culmina y una vez que dejemos esta vida, decir:
“¡Mis ojos han visto a tu Salvador!”
12 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
ENSEÑAN ZAS BIBLICAS - FÁCIL DE COMPREN DER │
¿Qué es el pecado?
La palabra de Dios nos muestra eso en cientos de
ejemplos. Pero también nos da la definición del
pecado. Encontramos esto en 1. Juan 3,4. En la
Biblia según Lutero dice: “Todo aquel que comete
pecado, también hace injusticia; pues el pecado es
infracción”. Otros traducen la palabra injusticia
con “Maldad” o “Rebelión contra el orden de
Dios”. La palabra griega en este punto se denomina
“anomia” y lleva el significado de injusticia,
violación de la ley, el mal en sí mismo. No es una
violación de la ley por negligencia, como si
estuviera perdido en sus pensamientos,
conduciéndose con rapidez y sin percibir. Es una
violación de la ley por maldad. El hombre erige su
propia mala ley. Y según esta ley encuentra como
bueno el engañar o matar a otra persona. El conoce
la buena ley de Dios (o del país) y la transgrede
intencionalmente. Impone su propia ley sobre la
buena ley de Dios.
La palabra griega para el pecado es “hamartia”.
Significa “no acertar” o “errar”. Podemos imaginar
que esto significa que alguien está disparando con
arco y flecha al blanco. El objetivo está unido a un
fardo de heno. Y su flecha no dio en el blanco ni
tampoco en el fardo de heno. Dispara muy lejos del
objetivo. Y no recibe la recompensa que era para la
persona que daría en el blanco. Esto más o menos
es el significado de la palabra hamartia en griego.
El objetivo es la voluntad de Dios – y el hombre no
cumple con la voluntad de Dios. Eso es pecado.
Además, en hamartia se destaca al mismo tiempo
la culpa. El hombre no dispara más allá de la meta,
porque está demasiado lejos o porque el viento es
muy fuerte. No se trata de que no tenga ninguna
posibilidad de dar en el blanco. No, es su propia
culpa, de fallar en el objetivo.
Ahora combinamos las dos palabras “pecado” y
“maldad”. El hombre dispara así deliberadamente
por motivos malos, perdiendo el objetivo. El
conoce la voluntad de Dios, pero sobrepone su
propia voluntad. Hace lo que quiere, fallando así a
la voluntad de Dios.
¿El pecado es solamente pecado si la persona
conoce la voluntad de Dios, desde la ley o la
Palabra de Dios? Pablo escribe a los romanos:
“Porque hemos demostrado anteriormente, tanto,
judíos y gentiles, que todos están bajo pecado”
(Romanos 3,9). Este “anteriormente” es una
sección más larga de Romanos 1,18 hasta
Romanos 2,24. Querido lector, toma por favor tu
Biblia en mano y lee este párrafo. Léelo dos o tres
veces. Encontrarás un profundo conocimiento del
pecado. Y queda claro, porqué Pablo apunta a los
judíos como pecadores que conocían la ley de Dios
y la transgredieron. Y porque también los griegos,
u otros gentiles, que no tenían la ley de Moisés,
son pecadores igualmente.
El pecado no es sólo el resultado de una acción.
Jesús dice en el Sermón del Monte, cuando hablaba
de adulterio: “Cualquiera que mira a una mujer
para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
(Mateo 5,28). Es pecado, si deseamos algo malo,
de lo que esta fuera de la voluntad de Dios. Es
pecado, si el motivo de lo que estamos haciendo, es
malo.
El pecado es aún más. Es un poder, que atrae a
las personas en su violencia. El pecado reina sobre
el hombre. Y el hombre no puede liberarse por sí
mismo de ese dominio. Todavía hay un párrafo
más largo en el libro de romanos. Por favor, lee
Romanos 5,18 hasta 6,23. Aquí Pablo describe este
dominio en la forma del tiempo pasado. El escribe
a los romanos, que estaban viviendo bajo la
esclavitud del pecado, pero que ahora eran libres.
Y esa es la buena nueva. Aquello, que era
imposible para los hombres, Dios lo ha hecho
posible. A través de Jesucristo podemos ser libres
de este dominio. ¡A Él sea la gloria y la alabanza
por esta gracia!
Robert Witt, Gifhorn (DE)
LECCIÓN 20
La naturaleza del pecado
Lección 19: El origen del pecado
Lección 20: La naturaleza del pecado
Lección 21: La caída del hombre
13
│ Trompeta Evangelizadora 12/2012
Respuesta: Si, esto es un misterio que nadie pudo explicar hasta
ahora. Debido a que el nuevo testamento enseña
claramente esto, confesamos juntamente con los
apóstoles, que Jesús es verdadero hombre y verdadero
Dios.
Sobre este misterio se ha discutido fuertemente en el
cristianismo de los primeros siglos. Había maestros
que hicieron hincapié en la divinidad de Jesús de tal
manera, que el cuerpo natural es sólo un “cuerpo
traslúcido”; que Jesús no había adoptado un cuerpo,
como lo tenemos nosotros. Esta enseñanza ha caído
bien a los gnósticos, en el que cualquier sustancia,
materia, se consideraba malo; sólo el espíritu era
bueno. Contra este énfasis, el apóstol Juan tomó
posición. Personas, que niegan que Jesús ha venido en
carne, no son de Dios (1. Juan 4,2-3).
Por otro lado, también había maestros en el
cristianismo primitivo, que hicieron hincapié en la
humanidad de Jesús, de tal manera que su deidad pasó
a un segundo plano. Entre estos estaba el alejandrino
Monje Ario, que vivió en los años 250 hasta 336 d.C.
Jesús, así enseñaba él, es una creación de Dios, una
criatura, y no el hijo de Dios, que estaba eternamente
unido con el Padre (esto mismo es enseñado hoy
todavía por los Testigos de Jehová).
Atanasio, un padre pastoral de alejandrina resistió a
Ario. Señaló que Jesús debería ser los dos – Dios y
hombre – si tuviéramos que ser salvos. Estos
conflictos llevaron a divisiones en las iglesias
cristianas. Se llevaron a cabo varios concilios para
resolver el problema: Cuando Constantino se convirtió
en emperador, convocó un concilio de la iglesia en
Éfeso (325 d.C.), donde se debería solucionar la
controversia definitivamente. Pero eso no era tan
sencillo. Sin embargo, el arianismo fue condenado. En
el Concilio de Constantinopla (en el año 381 d.C.) Se
confirmó, que Jesús fue tanto, Dios como hombre.
Finalmente fue en el Concilio de Calcedonia (451 d.C.)
una vez más reconocida: Jesús es verdadero Dios y
verdadero hombre. Sin embargo, todos los intentos de
explicar el misterio de la encarnación de Jesús, son
insuficientes. Aquí estamos ante un milagro de la
gracia de Dios. El Verbo era Dios, confiesa el apóstol
Juan (Juan 1,1), y aquel Verbo fue hecho carne (Juan
1,14). En esta doble afirmación de que Jesús es Dios y
hombre, podemos coincidir en la fe con alegría.
Que Él era plenamente hombre, se presenta en los
evangelios sin reservas. Los evangelistas no se
interesaron por la apariencia física de Jesús – por sus
ojos, su pelo, su estatura. Se parecía a sus
contemporáneos. En la historia de la iglesia cristiana
han intentado describir la forma física de nuestro
Señor de diferentes maneras. Basado en Isaías 53,3 a
veces se ha demostrado la apariencia de Jesús como
despreciable: “Despreciado y desechado, lleno de
dolores y enfermedad.”
Por el contrario, hubo lectores de la Biblia sobre la
base de Salmo 45,2 (un salmo, que se entiende como
mesiánico) presenta a Jesús como el más hermoso
entre los hombres. “Eres el más hermoso de los hijos
de los hombres.” Sin embargo, no podemos extraer
ideas sobre la base de esos textos acerca de la
apariencia física de Jesús. Él era un hombre como
nosotros – pero sin pecado. Comía y bebía, tenía
hambre, sed y cansancio. También del lado
emocional, Jesús era completamente humano. Tenía
amigos, se emocionaba por la insensibilidad de sus
oponentes, se alegraba, pero también lloraba. Su
humanidad encontró en su plena dependencia de Dios
su mayor felicidad. El hombre vivió la caída en el
pecado, quería ser como Dios - independientemente.
Al contrario Jesús, vivió dependiente de su padre. Él
era verdadero hombre.
Pero también era verdadero Dios: “El cual, siendo
en forma de Dios… se despojó a sí mismo”
(Filipenses 2,6-7) se buscó de explicar este “despojó”
(en realidad: “vacío”) de diferentes manera. Estas
explicaciones, sin embargo, son siempre más o menos
inadecuadas. Que dejó la gloria del Padre y ha sido
una parte humana, es claro. Y por este milagro de la
encarnación, por el que nos trajo la salvación,
queremos agradecerle eternamente.
Preguntas & respuestas Pregunta:
¿Cómo era posible para Jesús, ser al mismo tiempo Dios y hombre?
14 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
PÁGINA INFANTIL
Navidad en Tin Can Valley Tengo que decirles a otros.
Se acercaba el tiempo de navidad y los grandes
negocios de la ciudad tenían expuestas preciosas y
tentadoras mercaderías. Los niños esperaban
ansiosamente la mañana de navidad para recibir los
hermosos juguetes que vieron en las vidrieras. Pero
los niños de “Tin Can Valley” (pueblo de latas) no
tenían ninguna expectativa, aunque igual que los
demás niños habían visto todo con anhelo. Madres
cansadas y padres agobiados explicaban a sus hijos
que sólo los ricos recibían regalos, pero jamás
alguien de “Tin Can Valley” donde casi la totalidad
del sustento de sus moradores provenía del basural de
la ciudad.
Jimmy vivía con su madre en una chocita de
madera en “Tin Can Valley”, una ventana pequeña
dejaba pasar algo de luz durante el día. Cuando
Jimmy vendía algún periódico, o su madre lavaba los
trastos de un pequeño restaurante podían suplir
algunas que otras necesidades básicas y comprar algo
de combustible, para que una vieja lámpara
proporcionaba luz durante la noche. La natural
energía infantil de Jimmy fue notablemente atenuada
por ese deprimente entorno.
Un día llegó a su pequeña casa una extraña dama,
ella sonreía y hablaba con tanta cordialidad que
Jimmy se preguntaba de donde había salido, pero
seguramente no de la ciudad ya que sus compañeritos
le habían contado que esas personas eran todas
groseras y malhumoradas. Finalmente se animó a
preguntar: “¿De dónde viene usted? – “No lejos de
acá mi hijo” contestó ella. “Nosotros lo llamamos la
misión de la ciudad y yo quiero ayudarlos en esta
situación.”
“¿Cómo?” esto era algo nuevo para Jimmy, nadie
antes, excepto su madre se había ofrecido a ayudarlo.
“Primero quiero contarte una linda historia”, dijo ella
comenzando con el relato de la primera navidad.
Jimmy escuchaba sorprendido, eso era extraño e
incomprensible, aún así – ese Niño tuvo que haber
nacido en un lugar tan pobre como “Tin Can Valley”,
pero la dama dijo que hombres ricos le llevaron
presentes porque Él era un Rey. Cuando la mujer se
retiró, el niño siguió pensando en lo que había
escuchado. Se escabulló en la noche y observó el
cielo estrellado, estaba terriblemente frío, temblando
apretó el abrigo contra su cuerpo.
“¿Qué haces Jimmy?” preguntó una voz áspera
cerca de su oído, “Busco la estrella” contestó el. “No
deberías tener problemas, hay suficientes ahí”
contestó el hombre. – “No esas estrellas, la que
mostró donde estaba el Niño en la primera navidad”,
aclaró Jimmy.
“Mejor ve adentro a calentarte”, le aconsejó el
vecino arrastrando sus pies hasta su propia casa.
Reflexionó – un niño y navidad – si, navidad tiene un
significado. Cuando era joven conocía esa historia,
pero la verdadera esencia se le había olvidado. En
aquel entonces era feliz. ¡Tal vez podría volver a
serlo!
El día antes de navidad vino la dama nuevamente
para invitar a Jimmy y a su madre a que fueran a la
noche a la casa de la misión, allí escucharían
hermosos himnos y la historia de navidad. – pero
también algo más: ¡Cada uno recibiría un verdadero
regalo! Jimmy aplaudió de alegría. “¿Pero puedes
contarme otra vez sobre el Niño?” pidió.
“Por su causa” aclaró ella después de haber
relatado la historia, “estoy hoy acá, por Él la misión
les dará regalos esta noche. Él nos ha mandado que
fuéramos y habláramos a otros de El.”
Jimmy no había visto jamás algo tan maravilloso en
su vida. Inclusive todo era más lindo que las vidrieras
de los negocios. Estaba sentado cerca de su madre
casi adelante. Muchos niños cantaban esa vieja
canción navideña: “Alégrate mundo”. Luego se
levantó un hombre y explicó sobre lo que la dama de
la misión había contado de la pequeña ciudad de
Belén. Jimmy recordó – esa era la ciudad en la que
15 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
nació el niño. El hombre siguió hablando y volvió a
contar la historia, pero no terminó con los magos
sino que continuó el relato de cuando el niño era un
joven, luego se hizo hombre y de las cosas
maravillosas que realizó, de cómo ayudó a otros,
sanó enfermos y enseñó a las personas como debían
vivir. Entonces los ojos de Jimmy se llenaron de
lágrimas – porque unos hombres crueles lo habían
matado; pero todavía no era el final. El orador siguió
hablando, que ese hombre a quién él llamaba Jesús,
se levantó del sepulcro y vive – que estaba viendo esa
reunión y se sentía feliz por cada niño, mujer y
hombre si estos le servían obedientes.
Finalmente dejó de hablar el predicador, mientras
que algunos hombres repartían canastas con víveres,
cada chico también recibió un juguete nuevo con una
cajita de bombones. Todo era tan hermoso, pero aún
así Jimmy seguía pensando en esa historia. Mientras
su madre hablaba con la dama de la misión, Jimmy se
escabulló sin que se percaten, a lo del hombre que
relató todo tan detalladamente, “Dígame señor”
exclamó, “¿usted dijo que el Niño murió por las
personas?” el hombre le miró con ojos bondadosos,
“si jovencito” – “¿entonces él murió por mí?” – “si,
mi hijo”.
“¿Y yo debo decirles a aquellos que no lo saben,
verdad? porque la dama de la misión me ha dicho que
con ese fin me contó la historia.”
El hombre asintió acariciando la cabeza del niño.
En ese entonces le llamó su madre y enseguida se
acurrucó Jimmy junto a su madre en el camión que
los llevaría de vuelta a la villa.
En Tin Can Valley estaban en esa navidad felices
como nunca antes. La misión de la ciudad había
preparado algo para cada casita, proporcionando un
poco de alegría navideña, pero Jimmy era el más feliz
de todos. El había encontrado nuevamente en su
interior paz y alegría como sólo Cristo puede dar, su
corazón estaba desbordado. Reiteradamente le
contaba esa historia a su agobiada madre, hasta que
ella pudo captar esa chispa de alegría del Salvador.
La mañana de navidad empezó con una ventisca,
transformándose enseguida en una oscura tormenta
de nieve. Jimmy se levantó temprano, vistiéndose su
delgado abrigo, se calzó su vieja gorra, besó a su
madre y salió corriendo en la nieve. Regresó frío y
temblando, pero feliz.
“¿Dónde has estado jovencito?”, preguntó su madre
mientras lo acercaba al pequeño fogón. “Yo le hablé
de Jesús a todas las personas del barrio” contestó él.
Madre e hijo disfrutaron mucho de la comida de
navidad. La gran canasta que le dio la misión había
sido embalada con generosidad, de tal manera, que
tenían suficiente comida por algún tiempo. Después
del almuerzo Jimmy estaba quieto. De repente se
incorporó. “¿Madre, crees que las personas allí en
esas casas lindas saben algo de Jesús?”
“Seguramente, Jim” – “¿Pero como podrían?”-
“Nunca nos han dicho nada, tal vez no saben, yo les
diré” Antes de que su madre pudiera retenerlo se
puso la gorra y corrió por la tormenta de nieve.
El joven luchó valiente contra la furia del viento y
la nieve mordaz hasta que al fin llegó a la colina, del
otro lado de la calle donde están las casas grandes.
Una señora quedó desconcertada y curiosa al ver que
un andrajoso niño tocaba el timbre de su casa.
“Amable señora”, se animó a decir Jimmy mientras
se quitaba la gorra, “¿Conoce usted a Jesús?” la
mujer estaba muy sorprendida como para contestar y
solo le miró, “¿Qué sucede mujer?” dijo un hombre
que apareció detrás de ella.
“¿Alguna vez han escuchado de Jesús y por que
festejamos navidad?” volvió a decir el muchacho.
“Seguro mi hijo, pero mejor entra y caliéntate un
poco.” Invitó el hombre y abrió la puerta. Jimmy
pensó en el calor de la invitación, pero negó con la
cabeza, “No señor, si usted lo sabe, tengo que decirle
16 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
a otros.”
Se apresuró y fue de casa en casa haciendo las
mismas preguntas, y en todas partes recibía la
invariable y confirmatoria respuesta. Finalmente
llegó a una casa que era más grande y linda que las
demás. Abrió la puerta un hombre con una cara
malhumorada. Jimmy hizo su pregunta: “¿Alguna
vez ha escuchado de Jesús?”
“Si” fue la corta respuesta. Justamente cuando el
hombre quiso cerrar la puerta, Jimmy formuló la
pregunta que atormentaba su corazón: “¿por que
nunca nos dijeron nada sobre Él en “Tin Can
Valley?”
“Pues” dijo tartamudeando. Pero cuando vio la
figura del niño por congelarse, la expresión de su
rostro se suavizó; echó sus brazos sobre Jimmy y
dijo: “Ven adentro mi hijo, vamos a conversar
mientras tú te calientas.”
“¡Oh no mi señor!” “Yo tengo que contarle a otros.
Jesús ordenó a todos los que saben de Él, que lo
compartan con otros. Yo tengo que obedecerle,
gracias.” Diciendo esto se soltó y volvió a salir
corriendo por la nieve.
Cuando el hombre se recuperó de su desconcierto,
bajó corriendo las escaleras, pero la creciente
penumbra y la nieve cegadora hizo que resultara
imposible ver al niño y no estaba seguro qué
dirección había tomado el pequeño. “No podrá llegar
lejos” susurró él, “Estaba casi congelado” Ya que no
pudo encontrar las huellas de Jimmy, golpeó una
puerta y preguntó a una señora si el jovencito había
pasado por ahí, esta le confirmó que hacía una media
hora que lo había visto y estaba preocupada porque
podría congelarse. El hombre se dio vuelta y siguió.
Finalmente pudo ver una pequeña figura ante él.
Corrió hacia ella. – “Mi niño”
“Señor, no me retenga” temblaba el pequeño, “Yo
tengo que seguir – y – decirles – a – otros.” Se
tambaleó y se hubiera caído si los fuertes brazos del
hombre no lo hubieran sostenido. El frio era muy
fuerte para el desabrigado cuerpo. El hombre lo llevó
rápido a la casa más cercana y llamaron a un médico,
mientras otros le brindaban los primeros auxilios.
Pero era demasiado tarde. Jimmy hizo su trabajo.
¿Los resultados? Los hogares de los ricos fueron
conmovidos. Corazones que antes eran fríos e
indiferentes, ahora se derretían, y “Tin Can Valley”
no fue olvidado más. El hombre que encontró a
Jimmy hizo colocar las siguientes palabras en el
púlpito de la iglesia que se construyó en el valle (la
iglesia fue una de las muchas mejorías que
realizaron): “Si conoces a Jesús, ¿Por qué no se lo
cuentas a otros?”
17
@PÁGINA JUVENIL
│ Trompeta Evangelizadora 12/2012
SE FIEL HASTA LA MUERTE
Sebastián fue soldado de la guardia del emperador
romano Diocleciano. Fue designado a ser el
guardaespaldas del emperador. Al emperador le
inquietaba sospechas, que penetraron incluso a sus
oídos, ¡Sebastián era cristiano en secreto! Si era tan
fiel porque confesó a Cristo, entonces que crea lo
que quiera.
Sebastián, a menudo visitaba las cárceles en las
que los cristianos eran encerrados. A él se la había
confiado la seguridad del emperador; estaba bien
en orden, que él veía más de cerca a los prisioneros
que fueron detenidos por delito de lesa majestad.
Así que, visitó a cada uno en particular en su celda,
con el fin de interrogarlos. Él era un soldado leal,
pero también un fiel cristiano. Nunca persuadió a
los cristianos a resistir en contra del emperador. Le
alentaba solamente a permanecer fieles hasta el fin,
para pelear la batalla, no con armas, sino en ser fiel
hasta la muerte. Esa era su gran preocupación, de
que nadie en el último momento sea voluble. La
lealtad era para este oficial sobre todo. Por lo tanto,
iba siempre hacia fuera al tribunal de justicia, para
supervisar la ejecución de estos prisioneros – de
hecho, para estar más cerca de ellos en el último
momento.
Una vez, entre los cristianos encarcelados
estaban dos hermanos gemelos: Marcelino y
Marcos, dos cristianos valientes e intrépidos que
esperaban valientemente la muerte. Que su
hermano en la fe, el oficial del emperador, iba a
estar para la ejecución como lo había prometido,
era para ellos un gran consuelo. Su visión
alentadora dio a ellos nuevo aliento en el corazón,
para no ser inconstantes en el último momento.
Entre el público se encontraban los ancianos
padres de estos dos jóvenes cristianos. Instaban una
vez más a los prisioneros y le pedían con lágrimas:
“¡Acuérdense de su padre, piensen en su madre!
¿Deben dejarlos solos en la vejez? ¿Cómo pueden
ejecutarse así voluntariamente?”
Marcelino y Marcos fueron atacados en sus
corazones por esta súplica de sus padres. ¿Es
correcto, que los dejen tras sí? Si, ¿no obstante
deben renunciar su fe? ¿No sería su deber, el
cuidar a los padres? Sebastián se adelantó y
convocó a los jóvenes: “¡Sean fieles hasta la
muerte, y recibiréis la corona de vida!” Recuerden:
“¡El que ama a padre o madre más que a Cristo, no
es digno de Él!”
Esto nadie había esperado. ¡El oficial del
emperador alentó a los cristianos a permanecer
fieles a su fe! Pero su valiente actitud causó, que
los padres reconocieron a Cristo y se bautizaron.
Si, incluso el juez fue cristiano y murió
valientemente por su fe.
Cuando el emperador se enteró de esto, envió a
llamar a Sebastián ante él. Él le persuadió a
abandonar su fe, porque Diocleciano no quería
perder a su leal oficial. Sebastián permaneció fiel a
su Dios. “Usted me pide demasiado, emperador”
dijo. “Siempre le he sido fiel, he utilizado todo el
tiempo de mi vida para usted, pero también mi
padre celestial demanda mi lealtad. Y yo tengo que
obedecer más a Él que a usted.” El emperador lo
condenó a muerte. El último honor, que concedió
su señor terrenal a su oficial, era que no debía ser
ejecutado, sino se le permitió morir la muerte de un
soldado. Ligado a la hoguera, le dispararon con
flechas por los mejores fusileros del emperador. –
el permaneció fiel, fiel hasta la muerte.
Vivimos en una época diferente. No estamos en
peligro, de ser ejecutados por nuestra fe. Aunque
hay países en el mundo actual, donde se está en
peligro de perder la vida por la fe en Cristo. En
Irán por ejemplo, la ley permite matar a los
cristianos.
Sin embargo, en la actualidad la reputación de
Sebastián también tiene su validez. Hay otras cosas
que nos pueden llevar cautivos. Cosas, que son
muy agradables. Y que nos llevan a tomar
decisiones de negar nuestra fe. ¡Permaneced
fieles, vosotros jóvenes – fieles hasta la muerte!
18 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
En muchas familias es el deseo de festejar una
Navidad Significativa, donde Jesús es el centro.
¿Pero cómo podemos festejar una fiesta tan
significativa si las tareas diarias nos preocupan?
Algunos de nosotros han comenzado, hacer menos
regalos o ninguno, celebrar menos fiestas, gastar
menos tiempo en hornear y decorar. Aunque es
bueno gastar menos tiempo y dinero en cosas
materiales, pero creo, que una fiesta navideña
significativa no depende de lo que no queremos
hacer. Sino que consiste en lo que hagamos de esta
fiesta.
Para que la navidad sea significativa para
nosotros, debemos ser cambiados. Es imposible,
haber recibido el regalo de Dios el Salvador,
experimentado su amor, y no querer compartirlo
con otras personas.
Queremos ver el efecto que causó en las personas,
que en aquella época experimentaron el nacimiento
de Jesús. María es un maravilloso ejemplo para
nosotros. Cuando el ángel le dijo, que su vida
cambiaría por completo, en cuanto debía nacer el
hijo de Dios, ella se dejó usar por Dios. Esto no fue
una cosa tan simple, que ella dejó pasar sobre si.
Simplemente dijo “si” a Dios (Lucas 1,26-38). Si
era la voluntad de Dios, de que ella trajera al hijo de
Dios al mundo, entonces estaba dispuesta a tomar
un rumbo diferente, y soportar los chismes y
rumores del pueblo. Ella no sabía, si sus amigos y
familiares la iban a creer. Se arriesgó a perder a
José, su prometido. Hoy sabemos que todo salió
bien (así como los planes de Dios siempre salen
bien) pero en ese momento, María no sabía cómo
cambiaría su vida. Sólo sabía que por fin Dios
quería enviar al Mesías. Y estaba dispuesta a
dejarse utilizar por Dios, así como Él lo vio bueno
para ella.
Tal vez Dios quiere utilizarte a ti especialmente
en esta fiesta, para demostrar a alguien su amor.
¡Qué privilegio es ser una herramienta en la mano
de Dios! Tal vez tienes un vecino gruñón, al cual
debes recibir con amabilidad. Quizás Dios tiene un
servicio especial para ti, el cual realmente no se
adapta a la tradición de tu familia. Tal vez vacilas
en tomar parte del programa de navidad, o ayudar
en el servicio de la iglesia, porque no quieres dejar
tu tiempo libre. ¿No quieres ser útil para Dios, para
que alguien pueda experimentar personalmente el
nacimiento de Jesús?
José también dejó cambiar su vida por Dios. No
creo que estuviera en sus planes trasladarse a
Egipto. Tampoco creer a María, mientras la
mayoría le dio la espalda. Me imagino que José
tenía una expectativa muy diferente de su noviazgo
y casamiento con María. El pudo elegir. Pudo haber
dejado a María y todos en el pueblo justificarían su
acción. Pero en lugar de eso, dejó que Dios cambie
sus futuros planes (Mateo 1,18-25). José tuvo que
asumir la responsabilidad con el nacimiento de
Jesús. Según Mateo 1 y 2, no leemos mucho acerca
de José, pero la responsabilidad por el niño Jesús,
no terminó en la noche cuando nació. En cuanto él
dijo “si” a Dios, prometió proteger al niño, proveer
para él y criarlo.
Cuando hemos experimentado el amor y la gracia
que Dios ha traído en la navidad, entonces también
deberíamos decir “si” a Dios. No es tan difícil
comprar un regalo para un niño pobre, o ayudar una
tarde en un comedor de beneficencia. Mucho más
difícil es, que permitamos que Dios nos transforme
a largo plazo. Tal vez Dios quiere que tú ayudes a
un alma que esté en tentación, a permanecer en el
camino de la victoria. Tal vez quiere que alientes a
un hijo de Dios para fortalecerlo en la fe. ¿Te ha
cambiado el amor de Dios de tal manera, que tu
puedes decir “si”, en cuanto guías amablemente a
personas hacia Jesús?
María y José no eran los únicos que fueron
cambiados por el nacimiento de Jesús. Los pastores,
que fueron los primeros a quienes Dios trajo el
mensaje del nacimiento de Jesús, que pasaron de
personas excluidas e insignificantes, a personas que
PÁGIN A FAMILIAR
Una Navidad Significativa
19 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
no podían callar sobre el coro de ángeles y las
buenas nuevas. Ellos habían visto al Mesías y no
tuvieron miedo de dar este mensaje a otros. Este
acontecimiento les había cambiado y les hizo
audaces y seguros para testificar lo que habían
experimentado. ¿Estamos nosotros todavía tan
conmovidos del mensaje de que Dios ha enviado a
su hijo, que arriesgamos salir de nuestra comodidad
y llevar la buena nueva a otros? ¿Les contamos a
nuestros hijos, no sólo como una historia bíblica,
sino como la mejor dádiva que jamás nos fue
regalada? ¿Contamos a nuestros hijos, a nuestros
nietos, nuestros colegas de trabajo, como la
salvación nos ha cambiado?
Tal vez en esta navidad deberíamos tomarnos el
tiempo para reflexionar sobre el mensaje navideño.
En Lucas 2,19 leemos, que María “guardaba todas
estas cosas que los pastores decían, meditándolas en
su corazón”. Últimamente utilizamos muy poco esta
palabra, pero “meditando” significa “pensar en ello
seriamente, contemplar”. Al celebrar, queremos
considerar en oración, como este regalo de navidad
puede cambiarnos a nosotros y a nuestra familia, -
no solamente esta semana o este mes, sino toda
nuestra vida. ¡Reflexiona sobre la maravilla de la
navidad! ¡Maravíllate! (Lucas 2,18).
¿Cómo puedes compartir este regalo con los
demás? Cuenta a tus hijos, como Jesús cambió tu
vida, les ayudará a crecer en la fe, así como en
nosotros también aumentará. Y así como el amor de
Jesús se acercó a ti, te salvó y te dio paz y alegría,
déjate utilizar por Dios, para dar estas buenas
nuevas a personas que Él te pone en el camino. Si el
amor de Dios se derramó en tu corazón (Romanos
5,5), déjalo desbordar y cambiar tu vida. Entonces
navidad no será una celebración vacía.
Benita Tovstiga, Hamilton CA
El matrimonio es sagrado que defendemos, cuando
valoramos y protejemos al hogar cristiano, el
consagrado matrimonio cristiano, un santuario sobre
el cual descansa nuestra propia felicidad, la salvación
de nuestros hijos y el bienestar de nuestro pueblo.
¡Por lo tanto, no necesitamos nada más que
matrimonios sagrados! Una familia cristiana
comienza con un matrimonio cristiano. El
matrimonio es sellado en el juzgado, pero alcanza su
gran importancia por medio de la adopción del
mandamiento divino. No es el funcionario quien une a
dos personas para la vida o la muerte, sino que ellos
entran a un pacto delante de Dios, el Señor.
Cuando un matrimonio no es tratado como sagrado,
no hay consagración en el, ninguna bendición sobre
el, ningún fundamento debajo, no hay fortaleza detrás,
ni cielo sobre él.
Por supuesto que cada matrimonio, que se considera
con seriedad, tiene sus problemas y tentaciones.
Desenvolverse, significa señalarse mutuamente la
meta que cada uno debe alcanzar delante de Dios. Por
lo tanto ningún amor debe existir sin la seriedad de la
verdad y sin la ternura del amor. Profunda
preocupación por el amor, es el pensamiento
fundamental del matrimonio cristiano; uno debe hacer
feliz al otro. Sólo la consagración divina concede eso
al amor natural.
Hombre, no te hagas ilusiones sobre ti o tu mujer.
¡no la adores!
Mujer, no sueñes que con tu amor salvarás a tu
esposo, ni que tu serás salva por su amor. Los dos
necesitan el amor y la paciencia de Cristo.
Juntamente lo encontrarán si constantemente se
olvidan y renuncian a si mismos.
Se necesita nada menos que la misericordia de Dios
en Jesucristo, para que el mejor hombre y la mejor
mujer se encuentren.
El hombre será tirano, si no aprende a relacionarse
con su esposa como Cristo con su Iglesia.
La mujer será esclava de su marido, si no aprende la
consagración que manifiesta la Iglesia hacia su
Señor.
Todos los dias no pueden repararse fracturas
irreversibles, si no es el perdón de Cristo quien en la
misma medida une al matrimonio nuevamente.
¿Quieren saber cómo debería ser? ¡Mirad, como fue
Dios en Cristo para con ustedes! Sobrellevad, como
Cristo los mantiene. Perdonad, como Él perdona.
Sed fieles, como Él es fiel- hasta que la muerte los
separe.
El matrimonio es sagrado
20 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
PERFIL DE LA IGLESIA
Iglesia de Dios
Chilliwack, Canadá
Inauguración 2 de Mayo de 1954
Los siguientes hermanos sirvieron
como predicadores locales:
• 1948 (?) – 1949 Otto Stumkart
• 1952 – 1954 A. Semrau
• 1954 – 1967 Daniel Mantei
• 1967 – 1971 Alfred Brix
• 1971 – 1976 Alfred Lange
• 1977 – 1984 Reinhard Roesler
• 1984 – 1986 Ernst Krebs
• 1986 – 1988 Hans-Dietrich Nimz
• 1988 – 2006 Alfred Brix
• desde 2007 Gerald Krebs
(ayudando)
El comienzo de los cultos en alemán aconteció
alrededor del año 1939. En la década de los treinta,
con la ola de los primeros inmigrantes, tuvieron la
oportunidad de llegar a Canadá algunos hermanos.
Similar a otros lugares, aquí también había anhelo de
los hermanos por tener reuniones espirituales.
Primeramente se realizaban los estudios regulares de
la palabra de Dios en una casa particular. Muy pronto
el lugar quedó chico, y los hermanos encontraron en
Nebenort Sardis un salón para las reuniones
habituales.
Después de aproximadamente un año, se trasladaron
nuevamente las reuniones a Chilliwack, dando el
llamado para la creciente iglesia, al hermano Otto
Stumkart de Winnipeg - Manitoba para el servicio. El
hermano pudo servir a la iglesia en bendición.
En el comienzo de la década del cincuenta,
inmigraron varias familias de Alemania a Chiliwack,
encontrando en la iglesia de Dios su hogar espiritual.
Con la ayuda de Dios, en el año 1953, se pudo
comenzar con la construcción de un nuevo templo.
Fue un tiempo económicamente difícil. Pero con la
alegría de ofrendar y la dedicación, la construcción
avanzó. Con gozo y alegría en el corazón, la iglesia
pudo celebrar la inauguración del templo el 2 de
Mayo de 1954. La casa del Señor, edificada con
muchos esfuerzos, se encomendó ese día según la
designación del Señor con el deseo, de que Su
Nombre sea glorificado en ese lugar, que los hijos de
Dios sean fortalecidos y renovados en su vida de fe y
muchas personas encuentren salvación y ayuda.
El Dios fiel ha bendecido el trabajo espiritual de los
hermanos pastores por medio del Espíritu Santo, de
tal manera que en los años siguientes se tuvo que
agregar, en dos oportunidades, a la construcción.
Almas buscaron a Dios, experimentando el milagro de
la redención.
También hermanos de otros lugares servían con la
21 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
Visitantes Septiembre 2012
Jóvenes en Chilliwack
Hermanos Ryan y Stefanie Henkelmann,
Gerald y Sonja Krebs, Alfred e Ingrid Brix
palabra de Dios en las fiestas y cultos de avivamiento.
El desarrollo general en los últimos años, venía
demostrando la necesidad de realizar cultos en inglés
a la par de los cultos en alemán. Este camino dio un
efecto para bendición. Por lo cual, debemos como
iglesia, pedir a Dios directiva para comenzar a
construir un templo más amplio en un terreno
adquirido.
Desde hace dos años, los hermanos Ryan
Henkelmann respaldan el trabajo de los hermanos G.
Krebs. Ellos se preparan en este tiempo para el trabajo
en el campo espiritual, y junto con un hermano
experimentado para adquirir experiencias prácticas.
Jesús nos pide: “La mies es mucha, más los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies.” Oremos y roguemos por los
hermanos, y que Dios pueda incentivar y preparar a
otros, a ingresar a su obra.
Como iglesia, podemos traer el mensaje de las
buenas nuevas en hogares – y asilos de ancianos. Una
vez al mes, un grupo de hermanos ayuda en una
misión de la ciudad, la cual provee para los
necesitados y los que no tienen hogar. Con comida
caliente para saciar el cuerpo, y con testimonios y un
corto mensaje para el bienestar espiritual, queremos
cumplir con nuestro deber y ser una luz del mundo.
Estamos agradecidos y nos alegramos en la iglesia
por la gracia que Dios nos concede, la libertad, la
comunión y el obrar del Espíritu de Dios en el
anuncio de su palabra. Con la mirada al futuro,
estamos consientes y con la esperanza llena de fe,
¡contar con la ayuda y las promesas de Dios! Con
toda humildad, queremos pedir a Dios, poder
permanecer bajo su conducción y decir con el
salmista: “¡Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te
ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora!”
Alfred Brix
22 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Los primeros meses para Hudson Taylor estaban
llenos de intensivos estudios bíblicos, interminables
horas de aprendizaje de idiomas griego y latín,
ocupados con lectura de literatura medicinal. Era para
él una gran alegría ir por los barrios con su amigo
Burdon y por la alegría de las personas fueron
fuertemente motivados.
Durante ese tiempo también vivió el desafío de la
soledad. Visitaba a su amigo Burdon ocasionalmente,
para no imponerse a él y a su esposa, por eso se
quedaba solo la mayoría de las noches. El segundo
gran problema era financiero. Experimentó una
prueba importante en los meses de verano. Su
situación económica no había mejorado, al parecer el
CEG tenia sobre eso una idea equivocada. El primer
cuarto de año desde su llegada estaba terminando y a
él le quedaba muy pocos medios, si seguía así tendría
que usar los recursos del resto del año antes que haya
terminado la mitad del mismo. Con ansiosa
preocupación le explico al sr. Pearse cada uno de sus
gastos, era el primer arreglo de cuentas y pudieron ver
que se conducía con prudencia y austeridad con el
dinero que le fue confiado.
Sin esperar recibió una importante noticia que llevó
su dilema a un punto máximo. La asociación ordenó
como misionero al Dr. Parker, un médico escocés y
padre de familia, enviándolo a Shangai. Éste estaba
en camino y llegaría pronto. ¿Como haría Hudson en
esta situación donde él mismo dependía de la
generosidad de los demás, para dar alberge a un
matrimonio con tres chicos? Tras múltiples
inquietudes no recibió ninguna instrucción de
Inglaterra. No tardó mucho tiempo en que tuvo que
contestar reiteradamente los penosos
cuestionamientos de otros misioneros.
Hasta ahora vivía en una colonia europea, pero
cuanto más analizaba la situación más claro le
quedaba que debía buscar una casa en los extensos
barrios chinos. Por lo pronto no había conseguido ni
siquiera una habitación para él - ¿Cómo conseguiría
una casa? Ciertamente, estaría desesperado si no
hubiera aprendido valiosas lecciones de su propia
falta de recursos y de no haber experimentado el
poder del Omnipotente.
En julio escribió: “Como sabes, desde que llegué fui
acosado por todos lados. Pero la bondad de Dios no
conoce fronteras. En los últimos días pude
experimentar su amor encantadoramente. Pareciera
que algunas de sus promesas fueron escritas
personalmente para mí, y sin lugar a dudas también
me hablaron. Yo creo que seguramente mis queridos
amigos me tuvieron en cuenta de forma especial en
sus oraciones y por ello de corazón les estoy
agradecido.”
Era demasiado lindo para que sea verdad, cuando el
joven Hudson Taylor de 22 años, apenas dos días mas
tarde de haber enviado su carta, recibió algo de su
casa. Antes del final de mes ya tenia en su posesión
una casa suficientemente grande para él y los
huéspedes que esperaba. Era sólo una sencilla casa
china de madera, pero estaba ubicada favorablemente
en medio del poblado, cerca de la ciudad china en el
lado norte. Sobre la nueva adquisición escribió: “Mi
casa tiene doce habitaciones, muchas puertas y
salidas, aquí y allí algún porchecito. Todo esta sucio,
tapado de polvo y escombros. No me queda claro con
que fin construyeron tantos ambientes, de ellos no hay
menos de treinta y seis. No voy a utilizar todos,
incluso hice clausurar algunas puertas.”
Para él eran completamente nuevas las directivas de
los operarios chinos. Pareciera ser que cada maniobra,
una por una debería ser aplicada y que sólo podían
trabajar bajo supervisión inmediata. Realmente era
desgastante. También le oprimían las inevitables
obligaciones. Le escribió a su madre: “A veces
susurro como David: mi alma tiene sed de Ti, mi
carne pide por Ti en esta tierra seca y árida. Pero no
es lo último, también puedo experimentar como Dios
es mi fuerza y mi salvación, aunque muchas veces
esté abatido, estoy en el lugar que el Señor quiere que
EL M ISIONERO EN CHINA
Parte 6
Hudson Taylor
23 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
esté y soy lo que El espera de mí - a pesar de que me
falta ser más semejante a Cristo y particularmente
tener mas conocimiento del idioma.”
Con la nueva ubicación no sólo se apartó de la
colonia para vivir completamente entre los chinos,
sino que también se mudó cerca del campamento del
emperador y al alcance de los cañones de ambos
bandos. El conocía los riesgos pero no pudo encontrar
otra cosa. " Agradezco que mi camino está rodeado
escribió él, “no me queda otra opción.
Ahora sucederá algo, en caso de que escuchen que fui
herido o muerto, no estén tristes por mí sino
agradezcan a Dios que me permitió repartir aquí
algunas Biblias, tratados y pude decirles algunas
palabras en chino rudimentario sobre Jesús ¡quien dio
su vida por mi!”
El 30 agosto Hudson Taylor se despidió de su
bondadoso anfitrión, que por seis meses le proveyó de
un hogar y le había trasladado por toda la ciudad. En
la soledad su alma comenzó a divagar. Pareciera que
los lejanos días en Inglaterra encontraron continuidad
ahí. Como en aquellos tiempos vivía modestamente
privándose de cosas. Aparentemente la recompensa
por ello sería una clara experiencia espiritual.
Aproximadamente un año después de haber dejado su
tierra y hogar, pudo finalmente hacer algo por las
personas que vivían a su alrededor. Su maestro era un
ferviente cristiano a quien él podía confiarle los cultos
de la mañana y la noche. De ese modo tenía más
tiempo para tratar con los enfermos, hacer visitas y
trabajos domésticos. El maestro Shi pronto demostró
ser una ayuda indispensable. Mediante él, su alumno
en poco tiempo aprendió a seleccionar expresiones,
aplicaciones de cortesía, como también enfoques
ponderados cuidadosamente para explicar el
Evangelio. Los domingos iban juntos por las
transitadas calles y predicaban allí. Por medio de la
farmacia se hicieron de muchos amigos, y mas tarde
cuando abrieron una escuela mixta, lo que no les
faltaba era trabajo. El maestro, pronto tuvo que
dedicarse tiempo completo a esa actividad y tuvieron
que emplear a otro para enseñar el idioma.
Esta época era rica en diversos problemas y
necesidades. Más tarde escribió sobre estas semanas:
“Si nunca antes en mi vida había experimentado un
mes dificultoso, así tampoco había sentido la cercanía
de Dios tan claramente como en estos días. Empiezo a
alegrarme en la paz del Señor y sus promesas, que Él
comenzó a hacer reales en mi vida desde Inglaterra.”
Si observamos las cartas de ese tiempo, estamos
delante del impresionado celo de Hudson Taylor, que
se demostraba en sus oraciones. Es conveniente
reflexionar sobre ello, si son nuestras oraciones antes
que las circunstancias externas, las que moldean
nuestra vida y si nuestras experiencias externas no se
corresponden al profundo anhelo que traemos en
oración delante de Dios. Evidentemente no hay nada
más característico en la vida de Hudson Taylor, que el
deseo de ser más fructífero y más similar a su amado
Señor. Ni honra ni éxito, sino fertilidad, extensa
fertilidad, por esto oraba.
Y sus oraciones debieron ser oídas más allá de
peticiones y comprensiones. No obstante, tuvo que
aprender a orar con claros objetivos y recorrer todas
las trayectorias de enseñanza de su maestro. El hierro
tuvo que ser curtido a acero y su corazón fortalecido,
pero también debía ser más blando por medio del
amor y la necesidad en la comunión con Cristo.
Ni él mismo ni nadie otro podía sospechar, que en
china abriría un camino para centenares, que más
tarde lo seguirían. Tuvo que llevar todas las cargas, él
mismo tuvo que atravesar por cada experiencia. Él,
que sería utilizado por Dios para secar las lágrimas de
incontables, primeramente tuvo que aprender a llorar.
Él, que a miles debía motivar hacia una vida de
confianza infantil, tuvo que aprender las profundas
lecciones de la provisión del amoroso Padre.
(Continuará)
por vallas,"
24 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
El apóstol Pedro nos escribe: “Porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo” (2. Pedro 1,21). Hombres
santos, enviados por Dios, hablaron, escribieron y
expandieron el mensaje de Dios. Ellos estaban
inspirados de lo alto, iluminados y guiados
divinamente, para compartir la verdad a los hombres.
Primeramente, como demostración, quisiera
mencionar algunos versículos del Antiguo
Testamento:
- Y Jehová dijo a Moisés: “Escribe esto para
memoria en un libro…” (Éxodo 17,14).
- “Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de
Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a
Jeremías, diciendo: Toma un rollo de libro, y escribe
en él todas las palabras que te he hablado contra
Israel y contra Judá, y contra todas las naciones,
desde el día que comencé a hablarte, desde los días
de Josías hasta hoy. ... Y llamó Jeremías a Baruc hijo
de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en
un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le
había hablado” (Jeremías 36, 1-2 +4).
Así también el hijo de Dios, les dio a los discípulos
y apóstoles la promesa de la guía, asistencia y el
obrar del Espíritu Santo: “Pero cuando venga el
Consolador, a quien yo os enviare del Padre, el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio
también, porque habéis estado conmigo desde el
principio” (Juan 15,26-27). Si, ellos debían predicar
y testificar. El Salvador recalcó enfáticamente:
“…enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20).
Así tenemos en el Nuevo Testamento los siervos y
siervas, los seleccionados y enviados mensajeros de
Dios, los que predicaron, escribieron y expandieron
el valioso y eterno evangelio de salvación. Desde que
se comenzó, en Europa, la tipografía, no solamente se
predicaba y anunciaba la Biblia, sino que también se
imprimía y se expandía en millones de tiradas. Esto
es también la misión que Dios nos encomendó a
nosotros. Desde el año 1895 se edita, imprime y se
envía a muchos países la Trompeta Evangelizadora
alemana.
Aquí no es el lugar para mencionar a hermanos y
hermanas que han puesto manos a la obra, dedicando
sus dones y talentos, consagrando su corazón y vida a
Dios, para que aún hoy podamos leer la Trompeta
Evangelizadora.
No obstante queremos mencionar a uno de los
muchos obreros: En la última semana de setiembre
de 2012, como todos los años, se reunieron los
hermanos, los cuales están oficialmente al frente de
la responsabilidad de la Christian Unity Press en
York, Nebraska, USA. Para sorpresa del hermano
Kurt Heinze, se realizó una pequeña fiesta. El
hermano ha estado con su familia en el trabajo de la
Trompeta Evangelizadora por 50 años, pasando al
retiro. Este día no tendría ni debía pasar
desapercibido.
Desde 1962 – 2012 en el servicio a Dios
¿Cómo surgió que el hermano Kurt Heinze realmente
llegó a York, Nebraska para el trabajo?
El hermano nació en Riesengebirge. Como muchos
otros, tuvo que abandonar su hogar en la segunda
guerra mundial, emigrando a Texas, USA en 1951.
Aquí contrajo matrimonio. Sus suegros eran
cristianos y leían la Trompeta Evangelizadora. En
aquél entonces tenían, por años, las tareas principales
en la obra en York, Nebraska los hermanos Gottlieb
Arbeiter, en especial por los años de guerras, donde
en América el anti – alemán había influenciado
fuertemente en muchos, a no leer más la Trompeta
Evangelizadora. Entretanto estaban activos los
hermanos Ludwig Besler en la obra de Christian
Unity Press. Estos hermanos, principalmente en la
post guerra, fortalecieron la obra y reavivaron
nuevamente el trabajo.
DE LA EDITOR IAL
En la misión del Altísimo El hermano Kurt Heinze, después de cincuenta años de servicios, culminó su tarea en la
editorial de la imprenta en York, Nebraska (USA). Un largo trayecto de servicio está detrás
de él. Una mirada en el trabajo evangélico y la bendecida tarea del hermano Heinze.
25 │ Trompeta Evangelizadora 12/2012
Mientras tanto, los hermanos Heinze se mudaron de
Texas al norte de USA, contactándose con las
reuniones de la Iglesia de Dios en Unión City, Nueva
Jersey. Aquí se convirtieron y también se bautizaron.
Pero como uno de los hijos sufría mucho de asma,
obedecieron el consejo de un médico, en abandonar
el clima húmedo, con la meta en mudarse a Colorado,
donde el clima seco sería beneficioso para el hijo.
Así, el año 1962, era un año de decisiones. Los
hermanos se mudaron, haciendo una detención en
York. Y he aquí, el hijo ya podía respirar mejor y se
sanó. Aquí en York estaba enferma la hermana
Besler, y al pedido del hermano Besler, los hermanos
Heinze se quedaron en York, encontraron una casa y
trabajo, y al poco tiempo fueron introducidos al
trabajo en la imprenta. Después del fallecimiento de
su primera esposa, el hermano se casó nuevamente;
entonces los dos, el hermano Kurt y la hermana
Magda Heinze, aplicaron sus dotes en la Christian
Unity Press.
El hermano Heinze me contó, que en los primeros
años había tenido algunas tentaciones y planes
personales. Pero Dios le convenció, que el trabajo
para el Señor debe tener prioridad y que la expansión
del evangelio es más importante para las valiosas
almas y la eternidad. El hermano reconoció, mirando
retroactivamente a los 50 años, que si bien pasó por
dificultades, luchas y problemas, ¡aún así Dios le
ayudó en todo! El está plenamente convencido: ¡Es la
obra de Dios!
Estamos agradecidos por la fiel tarea de los
hermanos y pedimos a todos, queridos lectores,
¡sigan orando por la obra del Señor y el trabajo en
York, Nebraska!
Hans Dietrich Nimz
El hermano Kurt Heinze frente
a la gran impresora.
El hermano Heinze y su hijo, Dieter Heinze, quien
durante muchos años ha apoyado el trabajo de
sus padres y continuará con él en el futuro.
Hermanos Heinze.
La hermana Magda
Heinze es conocida por
muchos lectores de la
Trompeta del Evangelio
por correspondencia.
26 Trompeta Evangelizadora │ 12/2012
Juan Daniel Falk (1768-1826) provenía de una familia pobre. A
través de una beca de la ciudad Danzing tuvo la oportunidad de
estudiar teología en Halle. Pero pronto abandonó el estudio y fue
un poeta sarcástico.
Pero después de un tiempo, se produjo un punto de inflexión en
su vida. Después de la batalla de Leibzig (1813) la epidemia de
tifus pasó por toda Alemania. Este terrible mal alcanzó también a
la familia de Juan Falk: perdió cuatro de sus siete hijos. Esta
vicisitud fue un golpe duro, pero lo llevó más cerca de Dios. Ya a
su temprana edad Juan Falk recibió el ejemplo de la fe cristiana de
su madre, quien pertenecía a una congregación de hermanos. Así
en esta difícil situación él encontró la fe en Cristo, a pesar de que
la mayoría de la gente de su aldea estaban en contra de una
consagración a Dios.
La nueva reorganización interna que encontró por su renovada fe,
formó su futura vida. El quería ayudar a las personas y hacer algo
para Jesús. Juntó a niños huérfanos de la carretera, y era el padre
del orfanato “Lutherhof” de Weimarer. Esto dirigía con el lema:
“nuestra institución tiene tres llaves: la llave para la despensa del
pan, para el armario de ropa, y para el cielo”, “cuando la última no
funciona mas” decía Falk, “entonces tampoco funcionan las
otras”. Él sabía que solamente el experimentado amor de Dios
concedía verdadera consagración.
Juan Falk pasó con su familia por tiempos difíciles. En 1819
falleció su hijo de 19 años, en 1821 falleció su último hijo de 16
años. Después de esto Juan Falk se entregó con sus bienes
privados al servicio de los huérfanos.
En este tiempo de gran dolor, en 1816 escribió la canción
infantil “Oh santísimo”. Primeramente surgió esto para alegrar a
sus huérfanos. Luego lo publicó en el cancionero “Der Freund in
der Not” que era accesible a todos. La base de la melodía la formó
una canción de pescadores sicilianos. En 1829 Heinrich
Holzschuer, un ayudante de Falk, compuso la melodía y agregó a
la primera estrofa, otras dos estrofas navideñas. Cuando esta
canción llegó al público fue aceptado por grandes y chicos. Juan
Falk dijo: a los niños de la escuela dominical les repetí dos veces,
y todos lo sabían.
“Oh santísimo” es una de las canciones navideñas más conocida
del idioma alemán. También este año se escuchará innumerables
veces. Que lamentable es que muy pocas personas comprendieron
para sí mismas el profundo significado de “Al mortal perdido,
Cristo le ha nacido”.
LA CANCIÓN ESP IRITU AL
“Oh Santísimo”
¡Oh, santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Al mortal perdido,
Cristo le ha nacido;
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh, santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Coros celestiales
oyen los mortales:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh, santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Príncipe del cielo,
danos tu consuelo:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
27
Año 118
La TROMPETA EVANGELIZADORA es
una escritura cristiana que se presenta clara
y decididamente para la plena salvación en
Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y
revelar todas las verdades de la Santa
Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia
de Dios.
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Hans-Dietrich Nimz (CA)
Colaboradores: Harry Semenjuk (CA),
Sieghard Schulz (CA), Dieter Jeske (DE),
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PIE DE IMPRENTA
│ Trompeta Evangelizadora 12/2012
NAVIDAD
Una especial
experiencia navideña
El siguiente incidente lo vivió Harry Lee, un chino devoto durante la
guerra china: Harry era predicador en su aldea. Por lo tanto fue
perseguido por el gobiernno antireligioso y finalmente encarcelado.
Durante siete años fue separado de su familia, sufrió hambre y en
reiteradas veces fue interrogado. Luego siguieron cuatro años de
trabajos forzados. Lo emplearon como vigilante en una huerta colectiva.
(Los obreros venían por las noches a robar repollos y calabazas).
Era noche buena. La clara luz de luna iluminaba la noche y las
estrellas resplandecian en el firmamento como pocas veces. El viento
susurraba entre las hojas, por lo demas todo estaba en silencio. El
corazón de Harry ardía con los recuerdos de su infancia: Como él con
sus padres subían la colina hacia la iglesia, en una noche como esa. Con
otros cristianos cantaban alegremente los hermosos himnos navideños y
leían la palabra de Dios. Si, y en así una noche también nació una vez el
niño Jesús. El dia de su nacimiento era el origen de la navidad.
“¡Oh! ¡Y yo, no le puedo traer ningún regalo! ¡Ni siquiera puedo
cantarle un himno!” Suspiraba en sí mismo. “¡El viento lo llevaría al
puesto del comandante; entonces habrían más interrogatorios y castigos.
¿Por qué el viento soplaba en esa dirección esta noche especial?! Si, ¿por
qué?” Se añade el profundo anhelo por su familia. Profundamente
deprimido dio libertad a sus lágrimas. De repente se da cuenta, que hubo
un cambio alrededor suyo; es el viento. Hasta ahora soplaba de frente -
pero ahora de atrás, del lado opuesto. Y sopla más fuerte que antes.
¿Realmente? Ahora la voz de sus himnos entonarían al monte, donde no
hay personas que lo escuchen y lo podrían demandar. ¡Ahora podía
cantar – traer a su Salvador himnos de alabanzas en su cumpleaños!
Alegre sonaba la voz del guardián:
“¡Gloria a Dios! Dejad resonar.
Y paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres
Si, hoy ha nacido el Salvador,
El Señor en la ciudad de David.”
Un himno tras otro cantaba con profundo amor para su Salvador. Con
ello se olvidó de todas las decepciones, las nostalgias y las múltiples
angustiosas preguntas que lo dejaban apolismado.
Poco tiempo después Harry fue liberado de su cautiverio y se le
permitió volver a su familia. Luego se convirtió en misionero, en un
país vecino. A él le gustaba contar de su experiencia a sus hijos y nietos,
cuando Dios dió una dirección diferente al viento para que él pudiera
cantar alabanzas al Señor Jesús.
Año 118
Adviento
Me conducía a Villa Acronati por el Lago di Como,
situada en el extremo de la alargada península de la
magnífica soledad del mundo. Un anciano jardinero
abrió la pesada puerta y me hizo pasar, conduciéndome
por el maravilloso jardín.
“¿Cuánto tiempo está usted aquí?” – “veinticuatro años.”
– “¿Cuántas veces vino el dueño en este tiempo?” –
“Cuatro veces.” – “¿Cuándo fue la última vez?” – “hace
doce años. Estoy prácticamente sólo – ocasionalmente
pasa un extraño por aquí.”
“¡Usted mantiene el jardín tan hermoso y bonito, que su
dueño pueda llegar mañana!” – “¡Oggi, Signore, oggi!
(¡Hoy, mi señor, hoy!)”, fue la conmovedora respuesta.
Así debemos estar preparados nosotros los cristianos
para la venida del Señor, porque: “Bienaventurados a los
cuales su Señor, cuando venga, halle velando.”