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TRIPANOZOMIASIS La familia Trypanosomatidae se caracteriza por poseer una estructura de ADN además del núcleo, llamada cinetoplasto; de acuerdo al tamaño del parásito y a la localización del cinetoplasto se diferencian cuatro formas parasitarias morfógicamence diferentes: amastigote, promastigoce, epimastigote y tripomastigote. Las tripanosomiasis humanas son producidas por protozoos flagelados de la familia Trypanosomatidae y trasmitidas por artrópodos hematófagos. Existen dos enfermedades distintas con localizaciones geográficas diferentes, la americana y la africana. ENFERMEDAD DE CHAGAS: La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana es una zoonosis producida por el parásito protozoario T. cruzi y trasmitida por insectos hemípteros de la familia Reduviidae. Los parásitos infectantes salen en las deyecciones del vector y pueden introducirse al organismo a través del orificio de la picadura, heridas o excoriaciones de la piel atravesando directamente la mucosa ocular, nasal o bucal. La variedad aguda es una enfermedad febril leve consecutiva a la infección inicial por el microorganismo. Una vez que la enfermedad aguda se cura de manera espontánea, la mayoría de las personas permanece el resto de la vida en la fase crónica de la enfermedad de Chagas, la cual se caracteriza por parasitemia oculta, anticuerpos contra T. cruzi fácilmente detectables y ausencia de signos y síntomas concomitantes. En 10 a 30% de los pacientes con infección crónica aparecen manifestaciones cardiacas o digestivas o ambas que originan una morbilidad considerable e incluso la muerte. 1. EPIDEMIOLOGÍA Trypanosoma cruzi existe de manera exclusiva en América. Los mamíferos tanto salvajes como domésticos que albergan este microorganismo y los triatominos infectados se distribuyen desde el sureste de Estados Unidos hasta el sur de Argentina. El ser

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TRIPANOZOMIASIS

La familia Trypanosomatidae se caracteriza por poseer una estructura de ADN además del núcleo, llamada cinetoplasto; de acuerdo al tamaño del parásito y a la localización del cinetoplasto se diferencian cuatro formas parasitarias morfógicamence diferentes: amastigote, promastigoce, epimastigote y tripomastigote. Las tripanosomiasis humanas son producidas por protozoos flagelados de la familia Trypanosomatidae y trasmitidas por artrópodos hematófagos. Existen dos enfermedades distintas con localizaciones geográficas diferentes, la americana y la africana.

ENFERMEDAD DE CHAGAS:

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana es una zoonosis producida por el parásito protozoario T. cruzi y trasmitida por insectos hemípteros de la familia Reduviidae. Los parásitos infectantes salen en las deyecciones del vector y pueden introducirse al organismo a través del orificio de la picadura, heridas o excoriaciones de la piel atravesando directamente la mucosa ocular, nasal o bucal. La variedad aguda es una enfermedad febril leve consecutiva a la infección inicial por el microorganismo. Una vez que la enfermedad aguda se cura de manera espontánea, la mayoría de las personas permanece el resto de la vida en la fase crónica de la enfermedad de Chagas, la cual se caracteriza por parasitemia oculta, anticuerpos contra T. cruzi fácilmente detectables y ausencia de signos y síntomas concomitantes. En 10 a 30% de los pacientes con infección crónica aparecen manifestaciones cardiacas o digestivas o ambas que originan una morbilidad considerable e incluso la muerte.

1. EPIDEMIOLOGÍATrypanosoma cruzi existe de manera exclusiva en América. Los mamíferos tanto salvajes como domésticos que albergan este microorganismo y los triatominos infectados se distribuyen desde el sureste de Estados Unidos hasta el sur de Argentina. El ser humano participa en el ciclo de transmisión cuando el vector infectado habita en las casas rústicas de madera, adobe y piedra, como son éstas en muchas partes de Latinoamérica. Por tanto, la infección por T. cruzi constituye un problema de salud principalmente en áreas de pobreza y las regiones rurales de México, así como Centroamérica y Sudamérica. La mayor parte de las infecciones por T. cruzi en el ambiente rural se observa en niños, pero su frecuencia se desconoce puesto que la mayor parte de los casos no se diagnostica. Hoy día, se calcula que 8 millones de personas padecen infección crónica por T. cruzi y que mueren 14 000 de ellas cada año. Esta morbilidad y mortalidad convierten a la enfermedad de Chagas en la parasitosis más importante de Latinoamérica.En los últimos años, la frecuencia de transmisión de T. cruzi ha disminuido de modo considerable en varios países endémicos gracias a los programas para controlar vectores, la detección en la sangre de banco y la educación de las poblaciones en riesgo.

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2. AGENTE ETIOLÓGICO

T. cruzi se clasifica entre el subfilo Mastigophora, orden Kinetoplastida, que se caracteriza por tener una organela en la mitocondria de la célula que se conoce como cinetoplasto. Pertenece a la familia Trypanosomatidae, dentro de la cual se adoptó el subgénero Schizotrypanum para designar a los tripanosomas que se multiplican intracelularmente en los vertebrados, el nombre taxonómico completo es Trypanosoma (Scbizotrypanum) cruzi. Se considera que esta especie es un conjunto de poblaciones de parásitos o cepas que circulan entre reservorios animales, humanos y vectores intradomiciliarios y silvestres, con diferencias en patogenicidad.

La forma flagelada de T. cruzi se encuentra en la sangre circulante de las personas o animales infectados, especialmente en los períodos agudos o iniciales de la infección. Esta forma circulante se conoce con el nombre de tripomastigote, es alargado, fusiforme y su tamaño es alrededor de 20u de longitud. Posee un núcleo grande cerca de la parte central y a lo largo de su cuerpo tiene una membrana ondulante bordeada por un flagelo, que se inicia en el cinetoplasto y sale del parásito por el extremo anterior. El cinetoplasto es una red fibrosa, que contiene el 20% aproximadamente del DNA total del parásito presente en su mitocondria y que está localizada en la región subterminal de la parte posterior del protozoo, formada por la unión del cuerpo parabasal y el bleofaroplasto; el primero es el más grande y el segundo es puntiforme. El tamaño notoriamente grande del cinetoplasto constituye una de las principales características morfológicas, que lo diferencia de otras especies de tripanosomas. Los parásitos presentan marcado pleomorfismo y se conocen formas anchas y formas delgadas e intermedias. En gota gruesa se observan abundantes tripomastigotes.

El tripomastigote sanguíneo, en el huésped vertebrado, tiene predilección por los macrófagos, células del sistema retículo endotelial, tejido muscular cardíaco, muscular estriado, muscular liso y menos frecuencia por tejido nervioso. Dentro de estas células, el tripomastigote sanguíneo se trasforma en amastigote, el cual se caracteriza por ser redondeado u oval, multiplicarse por división binaria, medir aproximadamente de 1.5 u a 4 u de diámetro y no poseer flagelo, estos amastigotes se aglomeran dentro de las células formando nidos.

Trypanosoma cruzi es un protozoo flagelado (tripomastigote) que se encuentra en la sangre circulante de los pacientes y de los reservorios y se trasforma en las fibras musculares en parásito intracelular sin flagelos (amastigotes).

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3. CICLO DE VIDA

El vector de T. cruzi es un insecto hematófago, de la familia Reduviidae, subfamilia Triatominae y géneros Rhodnius, Triatoma y Panstrongylus, conocidos popularmente como chinches besadores o con otros nombres según los países. Estos vectores se infectan al chupar la sangre del hombre o mamíferos con tripomastigotes sanguíneos circulantes. Estas formas sufren trasformaciones a lo largo del tubo digestivo del vector. Estudios experimentales han permitido dividir su evolución en tres fases: formas redondeadas en el estómago, denominadas por algunos como esferomastigotes; epimastigotes en el intestino medio, que se multiplican intensamente por división binaria y tripomastigotes metacíclicos en la ampolla rectal, infectantes para el huésped vertebrado. Por lo general, el vector se torna infectante veinte días después de una comida de sangre contaminada y permanece así toda su vida, que es de un año aproximadamente.

Los triatomíneos infectados, al picar nuevamente al hombre o a los animales y después de una ingestión abundante de sangre, defecan fácilmente sobre la superficie. Cuando estas deyecciones se frotan sobre la piel, contaminan el sitio de la picadura u otro punto lesionado y los parásitos penetran al tejido. Las deyecciones infectantes también pueden llegar a la conjuntiva al ser depositadas en la hendidura palpebral o porque el mismo paciente, a través de sus manos, las lleva hasta el ojo u otras mucosas, a través de las cuales penetran los parásitos, sin necesidad de tener excoriaciones.Cuando los tripomastigotes metacíclicos infectantes entran al organismo, son fagocitados por los macrófagos de la región y englobados en el fagosoma, de donde escapan y se dirigen al citoplasma, allí se trasforman en amastigotes y se multiplican activamente por división binaria. Más tarde se diferencian de nuevo en tripomastigotes, que rompen las células y llegan a la circulación sanguínea y linfática, para luego invadir diversos órganos, en cuyas células penetran, y se trasforman de nuevo en amastigotes. Esta etapa coincide con la fase aguda de la enfermedad, que dura de diez a quince días aproximadamente y se caracteriza por una intensa multiplicación parasitaria en los tejidos y elevada parasitemia. Durante la fase crónica la parasitemia suele ser mínima y predomina el parasitismo tisular. La parasitemia es una etapa obligatoria para poder asegurar la transmisión, pues el vector toma el parásito de la sangre durante sus comidas. La aparición de los parásitos en la sangre ocurre aproximadamente después de siete a catorce días de la infección (periodo prepatente).

La infección se trasmite de los reservorios, que tienen los tripomastigotes circulantes, a los humanos, a través de insectos triatominos hematófagos, en los cuales el parásito se multiplica y es eliminado en las deyecciones. Los tripanomas que se encuentran en estas deyecciones pe-netran por el punto de la picadura o por las mucosas.

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4. PATOLOGÍA Y PATOGENIA

La patogénesis de la enfermedad de Chagas tiene un gran componente de factores inmunológicos. En la inflamación inicial del miocardio el daño es causado por los parásitos. Con el paso del tiempo se desarrolla la forma crónica y la respuesta inmune, principalmente celular, participa en el daño tisular.

a) Fase aguda. En la primera etapa los amastigotes de T. cruzi se reproducen dentro de las cé-lulas, especialmente macrófagos, fibroblastos, células de Schwann, miocitos estriados y lisos, y luego las destruyen. Los parásitos libres invaden otras células que también se rompen y causan reacción inflamatoria con infiltrado de diferentes tipos de leucocitos. La lesión infla-matoria, localizada en la puerta de entrada, es visible como un chancro de inoculación y se conoce con el nombre de chagoma. Después de cinco días, los amastigotes se trasforman en epimastigotes y luego en tripomastigotes. La inflamación se extiende a los ganglios regionales, se bloquean los canales linfáticos y se produce edema local. Cuando compromete el párpado constituye el signo de Romaña. Posteriormente se encuentran parásitos intracelulares en otros ganglios linfáticos y órganos, como bazo, médula ósea, corazón, tubo digestivo, suprarrenales, cerebro y ocasionalmente ovarios, testículos y tiroides. Los histiocitos fijos, fibras musculares, células adiposas, células gliales y en general, las células del sistema retículo-endotelial, sufren destrucción debido al crecimiento y multiplicación de los parásitos. A pesar de esto, el índice de mortalidad en la fase aguda es bajo, cerca del 10%.

Después de la entrada de los parásitos, se localizan en piel y luego circulan en la sangre. Los macrófagos los fagocitan y en su interior se trasforman en amastigotes. También se localizan intracelularmente dentro de las fibras musculares, incluyendo el miocardio, en donde forman seudoquistes. Los parásitos alteran las fibras musculares y comprometen la conducción nerviosa del corazón. Los daños en las visceras huecas, como esófago y colon, llevan a dilataciones e hipertrofia de estos órganos.

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b) Fase de latencia. Después de la fase aguda ocurre una respuesta inmune que provoca disminución de la parasitemia y mantiene la infección en algunos focos selectivos. Este período que va desde el final de la fase aguda, hasta la aparición de los primeros síntomas de la fase crónica, es llamado latente o indeterminado, con una duración media de 10 años. En esta fase el paciente es asintomático, a pesar de las alteraciones que se inician en los plexos parasimpáticos del corazón y del tubo digestivo.

c) Fase crónica. Se caracteriza por una reducida parasitemia y lesiones típicas en el corazón o en el tubo digestivo. Durante ella la patología más importante es la cardiopatía chagásica. Inicialmente existe dilatación, principalmente de la cavidad derecha y con frecuencia trombosis mural endocárdica. Hay intensa multiplicación de los parásitos en las fibras musculares del corazón, lo cual origina miocarditis, con desintegración de la fibra miocárdica y liberación de antígenos y sustancias tóxicas, que causan edema intersticial e infiltrado, especialmente de células mononucleadas. Hay producción de autoanticuerpos contra endocardio, vasos sanguíneos e intersticio del músculo estriado. Se observan los amastigotes intracelulares, formando acúmulos o nidos; ocasionalmente se ven también algunas formas evolutivas de epimastigotes y tripomastigotes. Si el nido parasitario está intacto, no hay reacción inflamatoria, cuando éste se rompe aparece infiltrado de polimorfonucleares que fagocitan los parásitos, posteriormente remplazados por macrófagos y otras células

Es frecuente la muerte súbita sin haber desarrollado insuficiencia cardíaca congestiva. En estos casos el corazón es pequeño, normal o ligeramente crecido. Hay discreta hipertrofia ventricular con aneurisma de la punta por necrosis, daño muy característico, conocido como lesión apical. Existe, además miocarditis muy discreta. Cuando la forma crónica es progresiva aparece insuficiencia cardíaca congestiva, se encuentra miocarditis con cardiomegalia acentuada, hipertrofia ventricular y dilatación de todas las cavidades, especialmente del corazón derecho. Rara vez se encuentra la lesión apical.Al microscopio se observan las fibras miocárdicas hipertrofiadas, tumefactas y con vacuolización. Los parásitos se encuentran en los cortes histológicos aproximadamente en el 30% de los casos. Existe edema, fibrosis e infiltrado, con predominio de células mononucleadas.

El sistema de conducción del corazón, principalmente la rama derecha del haz de Mis, también se encuentra alterado, con fibrosis e infiltrado linfocitario. Las lesiones pueden ser originadas por el parásito, directamente o por reacciones de hipersensibilldad posteriores.

Otras formas de patología de la enfermedad crónica se relacionan con las lesiones hi-pertróficas del tubo digestivo o megavísceras, especialmente megaesófago y megacolon. En estos casos existe denervación o destrucción neuronal que trastorna el funcionamiento peristáltico de la musculatura. Inicialmente se presenta hipertrofia muscular y posteriormente

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atrofia y fibrosis, con distensión del músculo liso y aumento considerable de los órganos. Las fibras musculares se desintegran, raras veces se observan nidos de parásitos y en los focos inflamatorios se encuentra un infiltrado de linfocitos e histiocitos. La destrucción neuronal lleva a alteraciones de los plexos mientéricos.

5. CUADRO CLÍNICO

En la fase aguda, un nódulo cutáneo local llamado chagoma puede aparecer en el sitio de inoculación. Cuando el sitio de inoculación es la membrana mucosa conjuntival, el paciente puede desarrollar edema periorbital unilateral, conjuntivitis y linfadenitis preauricular. Esta constelación de manifestaciones se refiere como signo de Romaña.

Posteriormente, por invasión de los parásitos a ganglios linfáticos, se presentan llnfoadenopatías generalizadas que son de tamaño variable, duras e indoloras. Al aparecer la parasitemia y en proporción a esta, se presenta fiebre de Intensidad variable, intermitente o continua, algunas veces con escalofrío, anorexia, vómito, diarrea, postración, dolores musculares, cefalea y ocasionalmente se observa un exantema morbiliforme. A partir de los ganglios linfáticos hay invasión a bazo, hígado, médula ósea y corazón. Posteriormente se encuentra hepato y esplenomegalia, más tarde anemia discreta y algunas veces edema generalizado. En la fase aguda ocurre en algunos casos, miocarditis aguda hasta en un 30% de los casos, anormalidades radiológicas y electrocardiográficas como taquicardia sinusal, prolongación del intervalo PR, cambios de la onda T y bajo voltaje del complejo QRS; rara vez existen bloqueos de rama. En la mayoría de los pacientes que presentan la fase aguda, los síntomas desaparecen entre cuatro y ocho semanas. Algunos siguen con una forma subaguda en la que predomina taquicardia, linfoadenopatías generalizadas, hepato y esplenomegalia. La mayoría de los pacientes se vuelven asintomáticos y entran en la forma indeterminada.

La fase indeterminada suele ser asintomática, no se observan cambios electrocardiográficos, ni cambios a los rayos X. Este período se inicia de ocho a diez semanas después de la fase aguda y puede durar meses o años, antes de manifestarse la forma trónica. Se calcula que aproximadamente el 30% de los individuos en fase indeterminada tendrán daño cardíaco, digestivo o neurológico en un período entre 10 y 20 años.

La fase crónica aparece tardíamente y las localizaciones principales corresponden a mio-carditis y a visceromegalias. La mortalidad de la enfermedad está asociada al compromiso cardiovascular. La causa de la muerte es súbita lo cual ocurre entre 55% y 65%, el fallo cardíaco es progresivo en 25% a 30%. Las manifestaciones clínicas del corazón dependen de la extensión de las lesiones de este órgano. Son frecuentes las palpitaciones, mareos, diarrea, dolor pectoral, síncope y edema. Se detectan arritmias y alteraciones de la conducción ventricular. La cardiomegalia es muy acentuada y hay predominio de la hipertrofia

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ventricular izquierda, que incluye a veces aneurisma apical, bloqueo auriculoventricular y un síndrome similar al de Stokes-Adams. Si se llega a la insuficiencia cardíaca congestiva, se observan las manifestaciones clínicas propias de este síndrome. Los hallazgos más comunes del electrocardiograma son los trastornos de la conducción auriculo- ventricular (A-V), con varios grados de bloqueo A-V y cambios en la onda T.

Una de las complicaciones graves de la enfermedad crónica, es la formación de trombos en la parte mural de las cavidades y aunque el tromboembolismo es más común en la circulación sistémica, el 14% de las muertes ocurre por embolismo pulmonar.

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6. DIAGNÓSTICO

Es posible detectar los parásitos en la sangre, principalmente en la fase inicial de la infección, mediante exámenes en fresco, gota gruesa, extendidos coloreados, biopsia, cultivos, PCR y xenodiagnóstico. En la fase indeterminada la parasitemia es baja y el parásito se encuentra por cultivos y xenodiagnóstico. En la fase crónica los parásitos son muy escasos y son de utilidad las pruebas serológicas, principalmente ELISA e IFI.

7. TRATAMIENTO

♦ Benznidazol. Se presenta en comprimidos de 100 mg, Dosis de 5 a 7 mg/kg/dia, repartida en dos tomas al día, durante 30 a 60 días. La dosis para los niños hasta los 12 años es de 7 a 10 mg/kg/día. Dosis mayores, después de la cuarta semana, pueden llegar a producir manifestaciones cutáneas y polineuropatía periférica. Se consideran contraindicaciones relativas, las enfermedades hepáticas, renales, hematológicas y neurológicas. Los principales efectos secundarios son náuseas, cefalea, anorexia, dolor abdominal, pérdida de peso, marcos, astenia, vómito, polineuritis, dermatitis exfoliativa y trombocitopenia. Durante el tratamiento con este medicamento no puede ingerirse alcohol. El medicamento no ser administra a las gestantes ni a lactantes.

♦ Nifurtiniox. Se presenta en comprimidos de 120 mg, por lo tanto la vía de administración es la oral, la dosis diaria para los niños es de 15 a 20 mg/kg, en los adolescentes (hasta los 16 años), de 12.5 a 15 mg/kg. Si se requiere para los adultos mayores de 16 años, la dosis es de 8 a 10 mg/kg/día.La duración del tratamiento en la forma aguda es 90 días. En las formas crónicas que requieran tratamiento administrar durante 90 a 120 días.Las principales manifestaciones de intolerancia del nifurtimox consisten en pérdida de apetito y peso, trastornos neurosiquiátricos reversibles, trastornos afectivos, convulsiones o daño cerebral; en algunas ocasiones ocurren reacciones alérgicas cutáneas y síntomas gastrointestinales, especialmente vómito; algunos pacientes sufren pérdida de sueño. Aunque no se han observado efectos embriotóxicos, no se recomienda su administración durante el embarazo.

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BIBLIOGRAFÍA

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