Transición Del Siglo XIX Al Siglo XX

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Transición Del Siglo XIX Al Siglo XX

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Juan Carlos Eastman ArangoLa transicin global del siglo XIX al XX. Reestructuracin capitalista y violencia mundial. Una lectura desde el

    sur Las transiciones de los siglos XIX-XX y XX-XXIRevista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, vol. 1, nm. 1, enero-junio, 2006, pp. 143-176,

    Universidad Militar Nueva GranadaColombia

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Revista de Relaciones Internacionales, Estrategiay Seguridad,ISSN (Versin impresa): [email protected] Militar Nueva GranadaColombia

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  • REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    La transicin global del siglo XIX al XX.Reestructuracin capitalista y violencia mundial.

    Una lectura desde el surLas transiciones de los siglos XIX-XX y XX-XXI

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO1

    1 Licenciado en Filosofa y Letras, con especializacin en Historia. Especialista en Geopoltica. Estudiosde Doctorado en Historia de Amrica. Analista en relaciones internacionales. Asesor del Instituto deEstudios Geoestratgicos, Universidad Militar Nueva Granada. Docente e investigador en las universidadesJaveriana, Andes y Jorge Tadeo Lozano. [email protected]

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    Resumen

    Entre 1890 y 1910, la sociedad internacional experiment una transformacin radi-cal. Fue un perodo de transicin que se caracteriz por rivalidades y contradiccionesentre las sociedades industrializadas, con depredadoras proyecciones sobre las socie-dades afroasiticas y del Pacfico, a las cuales someti a la violencia colonial, y sobreAmrica Latina, teatro renovado de competencias entre los poderes europeos y elnaciente dominio de Estados Unidos, tanto en lo econmico como en lo cultural. Lamayora de los debates que inspiraron el siglo XX, en todos los campos de la vidainstitucional, social y cientfica surgi durante estos aos, as como se sistematizaronlas principales problemticas que siguen agobiando a la humanidad. Cien aos des-pus, la sociedad de la posguerra fra experimenta una conflictividad e incertidumbresimilares y vive una transicin intensa y caracterizada por la sensacin de vivir tiemposrevolucionarios. Encontramos una estructura histrica que se ajusta y expresa, de for-ma diferente, segn el desarrollo de sus condiciones materiales y necesidades, peroque conserva las condiciones de inestabilidad, fragilidad y violencia de entonces, in-herentes a su naturaleza histrica. Conocimos el resultado de aquellas tensiones en1914, y tememos por el que seguir a lo que vivimos en nuestros das.

  • 144REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    Palabras clave: transicin; capitalismo; imperialismo; colonialismo; socialismo;geopoltica; racismo; catolicismo; Occidente; occidentalizacin; globalizacin.

    Abstract

    Between 1890 and 1910 the international society experienced a radical transformation.It was a transition period characterized by the contradictions and the rivalries amongthe industrialized countries, with projections almost pregivers over the Afro-Asian andthe Pacific societies, who were dominated by the colonial violence, and also overLatin America, were it was like a renewed theater of the European power competitionand the rising domination of the United States of America in the economical andcultural aspects. Just about every debate that inspired the XX Century, in every field ofthe institutional, social, and scientific life arose over those years, also the systematizationof the main problems that now days still oppress the human kind. A hundred yearslater the post cold war experience a similar confliction and uncertainly, living an intensetransition, characterized by the feeling of revolutionary times. We found a historicalstructure that adjust and express in different ways, according to the develop of theirmaterial conditions and needs, but that still preserves the instabilities, fragilities andviolence, conditions inherent to their historical nature. We get to know the results ofthose tensions in 1914-1918 and we fear for the ones that will follow the tensions ofour days.

    Key words: global transition, capitalism, violence, geopolitic.

  • 145LA TRANSICIN GLOBAL DEL SIGLO XIX AL XX. REESTRUCTURACIN CAPITALISTA Y VIOLENCIA MUNDIAL

    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    Sumario

    El marco histrico de la transicin

    Algunos rasgos de las contradicciones intereuropeas

    Los escenarios y los hechos de la transicin en el Sur

    La invasin europea de fricaEl origen de una problemtica:

    el Medio Oriente contemporneo

    El final de la carrera por Asia

    El imaginario colonialista europeo en el Pacfico

    El hemisferio americano y su fractura histrica

    Los resultados y las herencias

    La crudeza de una nueva relacin,

    el imperialismo

    El colonialismo dividi al socialismo internacional

    Nacimiento del pensamiento geopoltico

    La sistematizacin del racismo

    Los desafos del catolicismo en Amrica Latina

    Algunos hechos de la transicin, significativos en y para el Sur

  • 146REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    Hace cerca de 100 aos, muchas sociedades del mundo sufrieron o comenzaron asufrir una radical transformacin en sus condiciones de vida y en sus relaciones conotras regiones del planeta. De hecho, ingres en una dinmica compleja e inestablede competencias, rivalidades, revoluciones, progresivo encogimiento del espacioglobal, gracias a las comunicaciones, transformaciones en las representaciones yuna combinacin de sentimientos que se desplazaban del optimismo al pesimismo,segn las regiones, las ideologas y las experiencias. El mundo cambi radical eirremediablemente de la mano de la revolucin industrial, la revolucin capitalistay el ascenso del paradigma civilizador occidental.

    Han pasado 100 aos y la humanidad se encuentra en una encrucijada frente alos caminos hacia el futuro y sobre la confianza que esos modelos y valores univer-salizados durante esta centuria, puedan ofrecer como respuestas, para la siguientefase de su historia. Entre el triunfo de la modernidad y el debate de la posmodernidad,100 aos despus, los hechos y los conflictos de nuestro tiempo, alrededor de even-tos como este que nos congrega y otros ms que se avecinan o son simultneos conl, nos obligan a reflexionar sobre la estructura histrica que nos enmarca, las com-plejas manifestaciones de sus limitaciones y conflictos, las peligrosas expresionesde sus contradicciones, y las alternativas y posibilidades que tenemos para enfren-tar tantos desafos y amenazas a nuestra integridad y seguridad humanas.

    Este encadenamiento de acontecimientos dramticos y sangrientos en muchoslugares del denominado Tercer Mundo, la sombra de la crisis mundial, la ausenciade escenarios en donde nuestras voces e intereses sean tomados seriamente, la bs-queda de nuevos instrumentos de accin, la revisin de la institucionalidad de losinstrumentos y relaciones de Occidente, la reestructuracin de la mano de la llama-da globalizacin, entre otros, nos inscriben en esa sensacin de fragilidad, mutabi-lidad, inestabilidad, cambio revolucionario y miedo colectivo.

    Son tiempos susceptibles a los extremismos de todo tipo, a las tentaciones auto-ritarias, a los nuevos o renovados sentidos de destinos nacionales, tnicos, religio-sos o civilizadores, a la nostalgia racista, a las evasiones individuales y colectivas,a las amenazas de nuevas exclusiones, a la exploracin de nuevos caminos y formasde organizacin al servicio de los seres de carne y hueso, y tambin a la materializa-cin de las nuevas criaturas polticas y econmicas promovidas por el Norte como

  • 147LA TRANSICIN GLOBAL DEL SIGLO XIX AL XX. REESTRUCTURACIN CAPITALISTA Y VIOLENCIA MUNDIAL

    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    los sujetos y las ideas-fuerza para la construccin del nuevo ordenamiento del sigloXXI.

    Como historiador, la preocupacin central que gua nuestra reflexin es el futurode la sociedad. Por ello, entendemos que el contenido de las pginas que siguen, apesar de recrearse en un perodo de la historia mundial muy especfico, las dcadas de1890 y 1900, inscribe de forma reiterada la necesidad de comparar esa transicin conla cual vivimos desde inicios de la dcada de 1970, y en forma ms acelerada a partirde 1991, cuando la desaparicin de la Unin Sovitica imprimi un aceleramiento alos acontecimientos revolucionarios de la posguerra fra. La irrupcin del desordenglobal y de la conciencia de incertidumbre y ausencia de sentido frente a los referen-tes que haban organizado la vida internacional desde mediados de la dcada de 1940,aliment una serie de fenmenos polticos que se encontraron, como primer expe-diente, con la confrontacin del pasado, de forma cruenta en varios casos, de formams social y polticamente institucionalizada en otros.

    Pero en ambos, ms all de ubicarse en el Norte o en el Sur2 de las coordenadasde polarizacin y conflicto, el pasado pareci huir hacia delante para resolver dis-putas aplazadas y no solucionadas de mucho tiempo atrs, incluso de siglos; depen-diendo de la formacin social y de su lugar en la geopoltica del desorden global, larevitalizacin de las memorias y de las historias alimentaron feroces contiendasciviles y tnicas o inauguraron espacios de debate ciudadano que contribuyeron afortalecer las transiciones democrticas en algunos pases y a derribar regmenesautoritarios en otros.

    Frente a los debates sobre la globalizacin y a las tendencias de organizacin delmundo que se estn experimentando para el futuro cercano, nos interesan estasdcadas que fungen como fisagra entre los siglos XIX y XX. Dentro de pocos aos,podremos hacer lo propio con las dcadas finales del siglo XX y las primeras delXXI, y descubrir as las intensidades sociopolticas de la globalizacin como laestructura histrica que ha forjado con sus actores, organizaciones e ideas-fuer-za la personalidad del orden capitalista global.

    2 Norte-Sur es una representacin de la problemtica y de las relaciones mundiales a partir de mediadosde la dcada de 1970, popularizada por el ex canciller alemn WILLY BRANDT en 1980, y adoptada porel Movimiento de Pases No Alineados a partir de 1982. Se ha consolidado como uno de los ejes deidentificacin del mundo a partir del fin de la guerra fra, y ha permitido, no de forma absoluta, identificarespacios y poderes con un claro origen histrico a partir de las experiencias coloniales europeas. Eneste sentido, acogemos como Sur la representacin de los espacios y sociedades durante los ltimossiglos y sometidos a la dominacin colonial, y Norte como aquella que identifica los estados y lassociedades ms industrializadas e histricamente ligadas a la promocin de la globalizacin capitalista,en sus diferentes etapas. Nuestro inters, por lo tanto, ser mostrar aquellos debates y problemticassurgidos entre 1890 y 1910 que han quedado inscritos en la estructura histrica de esas relaciones yque, maravillosamente, resurgen en la actual fase de transicin de la sociedad internacional.

  • 148REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    EL MARCO HISTRICO DE LA TRANSICIN

    Entre 1890 y 1910, y con especial intensidad en nuestro Hemisferio entre 1898 y1903, es decir, entre la guerra hispano-estadounidense y la separacin de Panam,las experiencias en el Sur fueron encontradas y frente a esa afirmacin, poco repre-sentativas. Si bien para Amrica Latina, se trat del fin del dominio colonial espa-ol, impulsado por la combinacin de resistencias locales y presiones hemisfricasdirectas e indirectas (Estados Unidos en el primer caso y Brasil en el segundo), parafrica y el Medio Oriente, Asia y Oceana, el proceso result totalmente contrarioen sus caractersticas y consecuencias.

    Para sus pueblos, en realidad, se trat del comienzo o de la consolidacin de ladominacin colonialista e imperialista de Europa y de los nuevos estados capitalistasno europeos. Los dos conjuntos de experiencias, sin embargo, no son contrarios, sinocomplementarios, y demuestran la complejidad de las polticas nacionales de las me-trpolis y de la diversidad de circunstancias regionales y locales que las empresascolonialistas enfrentaron. Por ejemplo, nadie desconoce que el talante de la polticaexterior estadounidense hacia nuestro Continente era racista, imperialista y tan o msexpoliadora de los pueblos que la de los ingleses, franceses, alemanes, belgas, espa-oles, italianos, japoneses, holandeses y portugueses, en otras latitudes.

    En nuestra aproximacin a este perodo y al proceso en el cual se inscribe yvalora entonces y en la actualidad queremos destacar los siguientes plantea-mientos:

    No fue el fin del sistema colonial a nivel mundial. S constituy la configuracinde un nuevo marco de relaciones mundiales diseado y puesto en marcha por laspotencias industrializadas y capitalistas de lo que hoy llamamos el Norte, en supropio beneficio y en un esfuerzo por ofrecer un conjunto de instrumentos queaseguraran un frgil y precario equilibrio y orden.

    La ltima fase de descolonizacin de Hispanoamrica corri de la mano de lacolonizacin del resto de lo que hoy llamamos Sur, reconociendo en este proceso,una diversidad de experiencias metropolitanas en el ejercicio del dominio, control yexplotacin coloniales. Experiencias como la dominacin de frica a partir de sureparticin entre 1885 y 1900, y la dominacin de Oceana y China, por reparticiny creacin de enclaves coloniales y reas de influencia colonial, se constituyeron enel medio de resolucin de conflictos y de contradicciones entre europeos en parti-cular, y entre estados capitalistas en general.

    Los congresos y las conferencias, y la proliferacin de convenciones y tratadosentre iguales y con desiguales en la arena internacional, se convirtieron en los me-dios para dirimir esas contradicciones, convirtiendo el derecho internacional de esapoca en un instrumento imperialista contra los pueblos afroasiticos y del pacfico

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    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    en particular. La estructura de dominacin capitalista e imperialista articul diver-sas formas de explotacin y de control, a partir de relaciones coloniales,semicoloniales y neocoloniales, cada una de ellas segn las formaciones histricasmetropolitanas y las condiciones regionales y locales.

    Las reparticiones imperialistas y las agresiones colonialistas que les siguieronpermitieron la transferencia de las contradicciones del Norte que amenazabancon el estallido de una gran guerra entre ellos al Sur, aunque como todos sabe-mos, en forma transitoria. De igual forma, desde la perspectiva nacional y naciona-lista, dichas acciones fueron promovidas con el fin de neutralizar y reorientar haciael exterior, las profundas contradicciones sociales domsticas y las preocupantesperspectivas que la burguesa y las clases dirigentes tradicionales tenan con res-pecto de las revoluciones socialistas y de las explosiones sociales, fruto del males-tar creado por la revolucin industrial y capitalista. En este sentido, la negociacinde la paz en el Norte, dentro de sus respectivas sociedades como entre los estados,se consigui a costa de la generalizacin de la violencia y de la guerra en el Sur.

    Para los colombianos, el fin del siglo XIX y la primera dcada del siglo XXfueron experiencias polticas, sociales y diplomticas traumticas y violentas. Lainestabilidad poltica de los aos noventa se cerrara con el estallido de la guerracivil, conocida como La guerra de los Mil Das, y que quizs, y tal y como vantomando rumbo las decisiones polticas y la ausencia de decisiones polticas,para los historiadores de mediados del siglo XXI se convierta simplemente en unode esos hechos que se resisti al modelo poltico e institucional que pretendi im-plantar Colombia con poco xito y mucha sangre durante el siglo XX, y que triunfpor ltimo, en la transicin hacia el siglo XXI.

    Aquella guerra form parte de las explosiones de violencia que sacudieron amuchos pueblos del Sur, as como una de sus principales consecuencias: la inter-vencin estadounidense en Panam, y su apoyo a la separacin e independenciaconsiguiente de ese departamento colombiano, acontecimiento inscrito en el proce-so de reorganizacin y reestructuracin de las relaciones de poder mundial en elCaribe y el Pacfico.

    Dicha reestructuracin, en nuestro concepto, an no nos permite reconocer unorden mundial; ciertamente, el orden europeo post Viena3 sufri su ltimo golpe

    3 Nos referimos aqu al Congreso de Viena celebrado entre el 1 de octubre de 1814 y el 9 de junio de1815. A partir del Congreso de Viena, se defini la creacin de un equilibrio del poder entre losestados ms poderosos, poltica, militar y econmicamente. Este equilibrio reflej la tendencia a reconocerla polarizacin entre intereses continentales y martimos, y a construir alianzas muy elsticas y flexiblesalrededor de dicho equilibrio. Con el curso de las dcadas, el Imperio Ruso Zarista y el Imperio Britnicoencarnaron los polos de la construccin de dichas alianzas. Hasta 1914, los acuerdos firmados sereconocieron y aplicaron para Europa Central y Oriental. Uno de los rasgos ms influyentes en lasrelaciones internacionales, a partir del Congreso de Viena y hasta la creacin de la Sociedad de las

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    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    con la irrupcin de nuevas potencias europeas como el Imperio Alemn o con laafirmacin de nuevas entidades estatales centralizadas como Italia; tambin sufricon el ascenso de las potencias no europeas, en Asia y en el Hemisferio americano,es decir, con el Imperio del Japn y Estados Unidos de Amrica.

    En verdad, los ltimos bastiones no europeos cedieron a las presiones y a laviolencia europea, japonesa y estadounidense, pero ello no se tradujo en un ordenespecfico, sino todo lo contrario, la ausencia de orden, de mecanismos coactivos eimpositivos entre los poderes participantes, la falta de confianza entre ellos; estascaractersticas de las relaciones internacionales condujeron a los Estados del mun-do, a vivir en la inestabilidad y el temor constante a las acciones violentas, y aconsiderar el armamentismo y la dominacin colonial como los medios ms ade-cuados y efectivos para disuadir. La dcada de 1900 y los primeros aos de la dca-da de 1910, se constituyeron en los mejores testimonios de esa dinmica que culmincon la Gran Guerra europea y el desorden mundial subsiguiente.

    ALGUNOS RASGOS DE LAS CONTRADICCIONES INTEREUROPEAS

    Los aos noventa para la aristocracia y la burguesa europeas, en general, han pasa-do a la historia, por sus estudiosos y analistas, como La belle poque4 , aunque suprincipal escenario fuera Pars, para algunos deliciosa y morbosamente representa-

    Naciones en 1919, fue la preocupacin por la regulacin de las condiciones de libre acceso y circulacina lo largo de las cuencas hidrogrficas, proveyendo un estatus jurdico para algunos ros internacionalesy su consecuente regulacin: Quedaron regulados los estatus jurdicos de los principales ros europeos,el Rhin y el Danubio, y los ros africanos Congo y Nger, con obligaciones que no podan ignorarse porlos Estados existentes. Esto condujo al reconocimiento del principio de libertad de navegacin de losros internacionales. El artculo CIX del Acta Final del Congreso de Viena, estipul: La navegacin delos ros, a lo largo de todo su curso, desde el punto en el cual cada uno de ellos se hace navegable hastasu desembocadura, debe ser totalmente libre y, en lo que atae al comercio, la navegacin no podrprohibirse, en el entendido de que son respetadas las regulaciones que se establezcan respecto a lapolica de navegacin. De igual forma, este Congreso promovi la abolicin de la trata atlntica deesclavos, campaa que se extendera hasta finales de la dcada de 1880. Finalmente, se expusieron dosprincipios de gran trascendencia para la historia siguiente: el principio de la legitimidad y el de laintervencin; como una primera expresin de su interpretacin, crearon un instrumento multinacionalpara aplicarlos con la denominada Santa Alianza, cuya proyeccin potencial sobre el hemisferiooccidental sera de gran importancia en la definicin de los intereses internacionales de JAMES MONROEen 1823 con la doctrina que lleva su nombre y de SIMN BOLVAR en 1824-1826 con la propuestadel Congreso Anfictinico de Panam.

    4 COLIN MCEVEDY (1985): 162. Las imgenes y los eptetos captan mucho mejor la belle poque que ladescripcin o el anlisis. En el caso de Inglaterra podramos elegir Eduardino, Elgar, o Jerome K. Jerome.En el de Austria, sin duda, el resplandor de Viena, Strauss, Lhar y el Hotel Sacher, aunque tambinestaba Sigmund Freud. En el de Francia, quiz Moulin-Rouge, Proust, Toulouse Lautrec... pero haytantos. En el caso de Alemania, ms seria, Thomas Mann y Jugendstil. Y as sucesivamente. Todos loscentros tuvieron sus belles poques, mientras que los avances cientficos que eran tambin parte ypatrimonio de la poca (el automvil, el telgrafo, la cmara fotogrfica porttil) eran internacionales.Placer, liberacin sexual, exploracin artstica, reto intelectual, revolucin tecnolgica: todo caracterizaba

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    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    da por la muerte del presidente francs FRANCOIS FLIX FAURE5 en brazos de suamante, el 16 de febrero de 1899, en medio del candente debate poltico y pblicoimpulsado por MILE ZOLA6 acerca de la conspiracin militar y de las derechas queexisti tras la condena del capitn de artillera francs ALFRED DREYFUS7 , y su ame-nazante sabor antijudo para solucionar los conflictos econmicos y sociales de laIII Repblica.

    La primera mitad de los aos noventa contempl el final de la gran depresin8 ,y solamente hacia 1896, se apreci una reactivacin de las economas europeas. Encontra de las ilusiones y expectativas de lograr una mejor vida, los gobiernoseuropeos vivieron durante esos aos, una ampliacin y profundizacin de los con-flictos sociales: grandes huelgas y creciente reconocimiento y participacin de lossocialistas en la vida poltica nacional y en la actividad sindical9 .

    A partir de 1890, el cuadro general estuvo constituido por tensiones sociales den-tro de los pases y alarmas de guerra en el campo internacional. La respuesta polticanacional fue un giro hacia las derechas en los gobiernos, mientras que en el campointernacional se abra con entusiasmo el compromiso imperialista. Con ello trataronde encontrar soluciones afuera para los problemas internos. Quiz quien mejor inter-pret esta situacin inestable fue CECIL RHODES10 en 1895, cuando afirm:

    Estaba ayer en el East End (barrio obrero de Londres) y asist a una reunin de parados.Escuch fuertes discusiones. No se oa ms que un grito: Pan, pan!. Al revivir toda la escenacuando regres a mi casa, me sent todava ms convencido que antes de la importancia del

    un perodo que, sin embargo, se mantuvo extraamente firme y estable en los datos fundamentales delsistema social de castas y en los valores bsicos.

    5 1841-1899. Presidente de Francia entre 1895 y 1899. FAURE perteneci a varios gobiernos de la IIIRepblica. Estuvo a cargo del Departamento de Colonias Francesas y fue ministro de la Marina bajo elgobierno del presidente CASIMIR-PRIER, en 1894.

    6 1840-1902. Escritor francs y fundador del movimiento naturalista, estilo artstico especialmentereconocido en la literatura. El 13 de enero de 1898 public en LAurore, peridico socialista publicadoen Pars entre 1897 y 1914, una carta abierta al presidente FAURE, conocida como Yo Acuso, en la quehizo una defensa intensa del oficial Dreyfus.

    7 1859-1935. Oficial del Estado Mayor General, juzgado en 1894 por el cargo de vender secretos militaresa Alemania. Su identidad religiosa y familiar, juda, se convirti en el principal motivo de la controversia.

    8 NORTH (1998). Los aos entre 1873 y 1893, aunque caracterizados por una depresin en los beneficios,logr un aumento inmenso en la productividad del trabajo y extendi por todo el mundo ese avancede la produccin industrial. A pesar de su aparente contradiccin, haba una profunda y lgica conexinentre la depresin de los beneficios por un lado y el crecimiento explosivo de la productividad.

    9 VILLANI, 1996, pgs. 256-270.

    10 1853-1902. Empresario colonial ingls radicado en Sudfrica, promotor de la expansin de los interesesbritnicos en `frica Austral y del predominio del sector privado, especialmente del minero, en laadministracin de los asuntos pblicos. Su controvertida actividad no impidi que el Imperio reconocieracon su nombre a dos provincias que hasta finales de la dcada de 1950 se denominaron Rodhesia delNorte (hoy Zambia) y Rodhesia del Sur (hoy Zimbabwe).

  • 152REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    imperialismo... La idea que ms querida me es, es la solucin del problema social, a saber:para salvar a los 40 millones de habitantes del Reino Unido de una mortfera guerra civil,nosotros, los colonizadores, debemos conquistar nuevas tierras para instalar en ellas el exce-dente de nuestra poblacin, encontrar nuevas salidas a los productos de nuestras fbricas ynuestras minas. El Imperio, como he dicho siempre, es una cuestin de estmago. Si querisevitar la guerra civil tenis que convertiros en imperialistas11 .

    Pero tambin, por otra parte, algunos socialistas europeos advirtieron sobre losgrandes peligros que entraaban esas polticas para la misma convivencia europea.En el marco de los primeros congresos de la II Internacional Socialista12 (creada en1889, al tiempo con la Exposicin Mundial de Pars), celebrados en la dcada de1890, denunciaron la tendencia violenta de las relaciones internacionales introduci-da por el capitalismo que amenazaba la paz mundial y colocaba en forma cada vezms cercana a los pueblos con la guerra.

    Por ejemplo, en el Congreso fundacional de 1889 ya se denunciaba a la guerracomo un producto fatal de las condiciones econmicas actuales13 . En el Congre-so de 1891 en Bruselas, la Internacional afirmaba que el deber y el derecho detodos los que quieren acabar con la guerra es entrar en el partido socialista interna-cional, nico y verdadero partido de la paz14 , y que el proletariado socialista debamantener una constante agitacin contra todas las veleidades blicas y las alianzasque las favorezcan15 . En el Congreso de 1893, en Zurich, se haba afirmado quela cada del capitalismo significa la paz universal16 .

    El Congreso de 1896 debati la importancia de crear un Tribunal Internacionalde Arbitraje para resolver pacficamente las diferencias entre los gobiernos, y cuyasdecisiones fueran soberanas, al tiempo que reclamaba a los pueblos, una diploma-cia abierta que neutralizara los peligros, ya que la decisin a favor de la paz o de laguerra debe dejarse directamente a los pueblos17 . El Congreso de 1900 en Pars,finalmente, encarg a la Internacional que prepare y lleve a cabo, en todos loscasos de alcance internacional, un movimiento de protesta y de agitacinantimilitarista uniforme y comn a todos los pases18 .

    11 Citado en BEAUD, 1984, pg. 194.

    12 Fundada por FRIEDRICH ENGELS en 1889. Tuvo como sede permanente la ciudad de Bruselas y funcionarhasta 1914.

    13 KRIEGEL, 1979, pg. 581.

    14 Ibd., pg. 582.

    15 Ibd.

    16 Ibd., pg. 581.

    17 Ibd., pg. 583.

    18 Ibd., pg. 582.

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    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    El Congreso de 1907 en Stuttgart fue muy activo en las consignas y los debatesantiblicos. All se perfilaron dos tendencias para enfrentar la amenaza de la guerra,en medio de las posiciones encontradas de franceses y alemanes. Una de sus msclebres declaraciones recoga la tendencia pacifista del antibelicismo en los si-guientes trminos:

    Ante la amenaza de una guerra, es un deber de la clase obrera en los pases afectados, as comopara sus representantes en los Parlamentos, junto con la ayuda del Bur Internacional, fuerade accin y de coordinacin, de realizar todos sus esfuerzos para impedir la guerra mediantelos medios que es parezcan ms apropiados y que, naturalmente, varan segn la lucha declases y la situacin poltica general19 .

    Desde la otra orilla, surga la tendencia revolucionaria del antibelicismo, que im-puls una declaracin que fue adoptada por el Congreso, en los siguientes trminos:

    No obstante, en el caso de que estallara la guerra, tienen el deber de intervenir para hacerlacesar rpidamente, utilizando con todas las fuerzas la crisis econmica y poltica creada por laguerra a fin de llevar la agitacin a las ms profundas capas populares y precipitar la cada dela dominacin capitalista20 .

    En Copenhague, a finales de septiembre de 1910, y a propsito del debate enuna reunin especial de la Internacional sobre arbitraje y desarme, se lanzaba lasiguiente recomendacin: La huelga general obrera, sobre todo en las industriasque suministran a la guerra sus instrumentos (armas, municiones, transportes, etc.),as como la agitacin y la accin populares en sus formas ms activas21 .

    Como condicin inherente a esas tensiones entre estados europeos, la carreraarmamentista, expresin mxima de la desconfianza mutua, preocupaba a partidos,movimientos y diferentes organizaciones civiles y religiosas. La violencia sobre elSur y los rumores de guerra dentro del Norte, condujeron a la convocatoria dereuniones internacionales, con el fin de detener y regular las expresiones de la vio-lencia y del armamentismo. En 189922 y en 1907 se celebraron dos conferenciasque dejaron como legado, para los siglos XX y XXI, los Tratados de La Haya23 . No

    19 KRIEGEL, 1972, pgs. 60.

    20 Ibd. Entre los promotores de esta declaracin estaba VLADIMIR I. LENIN, dirigente comunista en la Rusiade los zares. Posteriormente, en octubre de 1917, los desastrosos resultados de la guerra para NICOL`S IIpropiciaran el clima insurreccional que inaugurara la Revolucin Comunista de Octubre y el ascensode los bolcheviques al poder.

    21 Ibd.

    22 EYMAR (1999): 1. La conferencia se celebr entre los das 18 de mayo y 29 de julio de 1899: Con ellase produce el primer gran intento codificador del derecho internacional pblico contemporneo, casicon un siglo de retraso con respecto al derecho civil, plasmado en letras de molde en el Cdigo deNapoleon de 1804.

    23 Ibd.: 4-5. Si bien la conferencia de 1899 fracas en su propsito de limitar los armamentos, logr laaprobacin de tres instrumentos de gran valor histrico: sobre la solucin pacfica de conflictos

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    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    pudieron evitar la guerra ni disminuir las atrocidades y crueldades que en ella pade-cieron las tropas de todos los involucrados. Sin embargo, mostraron la conciencia ysensibilidad de una parte de aquella sociedad frente al desastre europeo humanita-rio que se avecinaba24 .

    LOS ESCENARIOS Y LOS HECHOS DE LA TRANSICIN EN EL SUR

    La carrera por el Sur puede ser una adecuada definicin de los hechos acaecidosentre 1890 y 1900, con momentos intensos entre 1898 y 1903. La rivalidad y com-petencia entre Estados, iglesias, bancos y empresas del Norte provocaron diferentesreacciones entre los pueblos y los dirigentes del Sur, que se movieron entre la adop-cin de las propuestas civilizadoras que inspiraban los discursos y las actitudesoccidentales, la resistencia a dichas propuestas y la imposicin25 .

    Por supuesto, las condiciones regionales fueron muy desiguales, pero conocie-ron un propsito comn de dominacin en el cual, variaron los medios y los discur-sos. Las problemticas que de all se desprendieron, sentaron las bases de lasconflictivas relaciones del siglo XX, muchas de ellas, identificadas a partir de losefectos deseados o temidos de la occidentalizacin del mundo, y para sorpresa demuchos observadores y analistas, revividas durante la primera dcada de la posgue-rra fra26 .

    internacionales, sobre los principios del derecho humanitario aplicados a la guerra martima y sobre lasleyes y costumbres de la guerra terrestre.

    24 Ibd.: 2. Desde mediados del siglo XIX fueron surgiendo los instrumentos jurdicos internacionales delderecho humanitario y de los conflictos armados: Todos esos documentos coexistieron con la realidadinequvoca de un creciente desarrollo armamentstico. A partir de 1874, la mayora de los historiadoresdel armamento coincide en apreciar una revolucin tecnolgica que hizo posible su produccin enmasa con el consiguiente compromiso de recursos industriales de los estados. La realidad de la carrerade armamentos, su perfeccionamiento tcnico y la amenaza de una guerra europea, provocaron, en elltimo decenio del pasado siglo, un vasto movimiento de inspiracin pacifista. Nombres como los deALFREDO NBEL que instaura el premio que lleva su nombre y HENRY DUNANT, fundador de la Cruz Roja yprimero que lo obtiene, muestran la relevancia de estas ideas que llegan hasta el centro mismo de losmbitos estatales.

    25 MIGE (1975): 3-26. COQUERY-VIDROVITCH (1985): 52-64.

    26 Debemos recordar que este fenmeno no es exclusivo de nuestras sociedades del Sur. De igual formase ha experimentado en la ltima guerra de Los Balcanes, alrededor del irredentismo serbio con SLOBODANMILOSEVIC, en los debates alrededor de la identidad europea a propsito de la Constitucin y su dimensinreligiosa, la perspectiva europea sobre el ingreso de Turqua a la Unin, el sustrato antisemita de lacivilizacin cristiana europea y las tensiones poltico-administrativas entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxaa partir de la desaparicin de la Unin Sovitica, sobre la unidad de la cristiandad y el hegemonismoromano.

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    LA INVASIN EUROPEA DE `FRICA

    El Continente Africano fue uno de los grandes protagonistas de estas relaciones.Repartido fsicamente en la Conferencia de Berln27 , que culmin en 1885, sufridesde entonces, una voraz e insaciable carrera por copar todos los espacios posiblesentre los europeos, cuyas nuevas fronteras coloniales fueron el resultado del despo-jo del patrimonio de esas comunidades. Pero la empresa no fue fcil. Conocemospor los libros de historia y las tradiciones culturales occidentales, muy poco de lagesta africana anti europea y mucho sobre las victorias de la civilizacin occidentalen frica. La resistencia africana fue un testimonio que evidenci con los hechospoltico-militares, la inmoralidad de los designios europeos sobre el Continente.

    Todos los puntos cardinales experimentaron explosiones de violencia y resisten-cias organizadas militarmente28 . Quiz las ms conocidas sean, por una parte, laconfrontacin entre britnicos y bers en Sudfrica, sangriento episodio cuya pola-rizacin inici en 1895 y cerr el siglo con la guerra anglo-ber29 , y en la que habade por medio, intereses mineros, regionales y estratgicos; y por la otra, la clebrederrota italiana en Adua en 1896, en el intento por ocupar el Reino de Abisinia quedefendi Melenik II. El tratado resultante reconoci la independencia de Etiopa,as como las colonias italianas en Eritrea y Somalia.

    Menos conocidos fueron los conflictos en frica Occidental contra las resisten-cias islmicas tradicionales, en particular, la encarnada por Samori Tur contra Fran-cia, que culmin en 1898; las campaas franco-argelinas contra la resistenciasahariana que llev a Francia a incursionar en el desierto a partir de mediados de losaos noventa; otro tanto podemos afirmar con la guerra contra los herederos de latradicin de El Mahd en Sudn, que comprometi recursos y tropas inglesas yfrancesas, y cuyo resultado final casi condujo a una guerra entre la dos nacioneseuropeas en 1898. Igualmente, entre 1894 y 1897, algunos asentamientos portugue-ses en Angola y Mozambique, sufrieron asaltos que rechazaban los proyectos dedominacin y explotacin europeos. Por ltimo, hacia 1900 termin la resistenciaanti francesa en Madagascar30 . Las resistencias tradicionales terminaron parcial-mente, en 1935, con la agresin fascista italiana contra el Reino de Etiopa, uno de

    27 Convocada por BISMARCK, a solicitud de Portugal, se reuni en la capital alemana entre el 15 de noviembrede 1884 y el 26 de enero de 1885. Asistieron 14 estados para discutir y resolver los problemas ytensiones derivados de la expansin colonial en ` frica y su reparticin, a partir de la internacionalizacinde la cuenca hidrogrfica del Congo.

    28 UZOIGWE (1985): 35-38. RANGER (1985): 45-62.

    29 Al final de la guerra, los europeos descubrieron que en Sudfrica, como mtodo para doblegar la frrearesistencia ber, se inauguraron los primeros campos de concentracin, precedente funesto de prcticasde sometimiento y de exterminio para el siglo XX.

    30 KI-ZERBO, 1980, pgs. 555-600.

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    los Estados fundadores de la Sociedad de Naciones31 ; al mismo tiempo, para losaos treinta, haba comenzado a tomar forma la resistencia moderna en todo elContinente.

    EL ORIGEN DE UNA PROBLEM`TICA: EL MEDIO ORIENTECONTEMPOR`NEO

    Las relaciones de Occidente con el mundo rabe-islmico del llamado Medio Oriente,Oriente Prximo y Cercano Oriente, entraron en una fase de esperanzas y expecta-tivas, en medio de las tensiones provocadas por la respuesta Turco otomana, frentea las presiones modernizadoras occidentales, a la acumulacin de deudas obtenidaspor emprstitos y la tendencia a la fragmentacin en sus regiones ms extremas,sometidas a la penetracin europea desde Asia, Europa, frica y el ndico.

    Por una parte, a comienzos de la dcada. se recogi la aparicin de un movi-miento reformista y liberal en el Imperio, llamado Los jvenes turcos32 ; por la otra,aumentaron las tensiones regionales y tnicas, como aquellas que enfrentaron aturcos con macedonios, armenios33 y kurdos, a turcos y griegos por el dominio deCreta (1897), o los levantamientos religiosos y nacionalistas en la Pennsula Arbiga;al mismo tiempo, los intereses europeos y sus rivalidades consiguientes se concen-traron en la regin entre alemanes, franceses e ingleses, cada quien tratando desacar el mayor provecho posible de la fragilidad de las autoridades de Estambul.Para comienzos de la dcada, Gran Bretaa haba diseado un plan de reparticinque se vio frustrado por la diplomacia alemana, accin que fue consolidada con lavisita del kiser GUILLERMO II a Damasco en 189834 .

    31 Esta organizacin intergubernamental fue creada por el Tratado de Versalles, con sede en Ginebra,Suiza. El tratado se firm al finalizar la Conferencia de Paz de Pars, el 28 de junio de 1919. Su principalpropsito fue mediar en los conflictos entre las naciones para prevenir los enfrentamientos blicos.

    32 Nombre dado al Comit de Unin y Progreso, partido nacionalista y reformista turco. Gobernaron elimperio entre 1908 y 1918. Este cambio de gobierno gener muchas expectativas positivas, queposteriormente se vieron frustradas. HOURANI (1992): 295. Este autor cita una comunicacin de unmisionero estadounidense quien, desde Beirut, afirmaba que esa revolucin sera una transicin deldominio irresponsable de los pasas hambrientos y corruptos a un parlamento de representantes detodas las regiones del imperio, elegidos por personas de todas las sectas, musulmanes, cristianos yjudos. El imperio entero se vio dominado por el regocijo universal. La prensa se expres. Hubo asambleaspblicas, se procedi a adornar las ciudades y los pueblos, y se vio a los musulmanes abrazando a loscristianos y los judos.

    33 Durante los aos 1895 y 1896, el Sultn ABDUL HAMID II haba lanzado el asesinato masivo de armenios.Bajo el gobierno de los Jvenes turcos, una masacre de ms amplias proporciones se ejecut contraesta poblacin en 1915.

    34 1859-1941. Gobern el Imperio Alemn entre 1888 y 1918. El proyecto ms importante de Alemaniaen la regin era el ferrocarril Berln-Bagdad.

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    El perfil complejo e inestable de la regin se enriqueci con nuevos protagonis-tas; una serie de hechos polticos e ideolgicos que afectaban en forma directa laintegridad fsica y cultural de los judos en Europa, se tradujo en las bases de unnuevo movimiento que en forma indirecta, termin afectando la situacin y lasrelaciones entre las comunidades del Medio Oriente en general, y de las provinciasotomanas en Palestina en particular: El Sionismo35 .

    Las nuevas persecuciones y la generalizacin de un ambiente abiertamente hos-til a la comunidad juda en Europa, llev a algunos de sus intelectuales y voceros aorganizarse en movimientos de resistencia. A comienzos de los aos ochenta, yahaba aparecido hibbat zion, un movimiento precursor que reivindicaba el renaci-miento de la vida y de la tierra judas, y diriga sus actividades hacia Palestina. Elpunto culminante de estas tendencias se concentr en un intelectual judo y en unevento poltico; THEODOR HERZL36 public en 1896 su clebre obra El Estado judoy el 29 de agosto de 1897 se celebr el Primer Congreso Sionista, en la ciudad suizade Basilea, al cual asistieron 204 participantes provenientes de 17 pases. El con-greso aprob el Programa de Basilea37 que en sus puntos esenciales, fij los obje-tivos y los medios para establecer un hogar seguro en Palestina. Para HERZL, comopara el Congreso Sionista, la cuestin juda era una cuestin poltica internacionalque deba ser resuelta en la arena poltica internacional38 . De esta manera, el futu-ro Estado judo deba contar con el consentimiento de las grandes potencias delmomento39 . Hasta 1909 se celebraron 9 congresos, en los cuales fueron naciendo

    35 ALBIAC (2002). El Sionismo es una ideologa poltica nacida en el medio judo laico preferentementesocialista europeo a finales del siglo XIX. GARAUDY (1987): 200-217. REICHERT (1973): 205-208.

    36 1860-1904. Oriundo de Budapest, obtuvo su doctorado en Leyes en la Universidad de Viena en 1884.Escritor, dramaturgo y periodista. En la identificacin de una solucin a la hostilidad, discriminacin ypersecucin contra los judos europeos, tuvo un gran impacto el caso de Alfred Dreyfus en Francia. En1902 public una novela sobre la Tierra de Israel en la que imaginaba una sociedad cooperativa.

    37 KADARY (1997). El Congreso resolvi adoptar los siguientes medios para el logro de sus fines: Promovera travs de los medios adecuados el asentamiento de la Tierra de Israel por agricultores, artesanos yproductores. Organizar y unir al judasmo a travs de instituciones locales e internacionales adecuadasy de acuerdo a las leyes de cada pas. Fortalecer y desarrollar el sentimiento nacional y la conciencianacional juda. Realizar los pasos necesarios para obtener el consentimiento de los gobiernos para larealizacin de las metas sionistas.

    38 En la declaracin del Congreso se afirmaba: El Sionismo quiere obtener, para el pueblo judo, lacreacin de un hogar reconocido y garantizado por el derecho pblico en Palestina. Con este fin, elCongreso considera el empleo de los siguientes medios: el estmulo hacia la colonizacin de Palestinapor medio de los agricultores, los artesanos y los trabajadores judos; la unificacin y la organizacin detodos los judos en asociaciones locales y generales, en conformidad con las leyes de los diferentespases; el reforzamiento de la identidad y de la conciencia nacionales judas; las gestiones para obtenerde los gobiernos el acuerdo que ser necesario para permitir la realizacin de los fines del Sionismo.

    39 La Plataforma del Primer Congreso haba afirmado: El Sionismo aspira a establecer una patria para elPueblo Judo en la Tierra de Israel, garantizada por el derecho internacional.

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    las diferentes organizaciones40 que coordinaran los asentamientos de los judoseuropeos en Palestina.

    EL FINAL DE LA CARRERA POR ASIA

    El objetivo final de la aventura europea de 400 aos, continu jugando un papelcentral en la revolucin capitalista y en las relaciones entre las potenciasindustrializadas de fines del siglo XIX. Despus de cientos de aos de relacionescon europeos, algunos gobiernos, luego de comprender la naturaleza de su superio-ridad, decidieron preparar a sus jvenes generaciones en esas destrezas y conoci-mientos, enfrentar al enemigo en su propio campo y superarlo, aunque el resultadode esta dinmica result igual o ms cruento que las europeas, para los pueblosasiticos. Esta fue la experiencia japonesa a partir de 1868 con su Revolucin meiji41 ,y gracias a la cual, durante la dcada de 1890, logr reducir no slo su dependenciade las sociedades industrializadas occidentales, sino que inici una carrera imperia-lista que para fines de la dcada, le asegur el reconocimiento de potencia por partede europeos y estadounidenses.

    Otros vieron frustradas sus propuestas reformistas, y obtuvieron a cambio, ines-tabilidad poltica, violencia social, resistencias sangrientas y cambios, a pesar detodo. Esta fue la experiencia china, que trat de enfrentar las relaciones con Occi-dente, desde una Reforma Liberal en 189842 , pero fracas por la resistencia impe-rial y seorial chinas, y provoc una fuerte reaccin poltica y militar que alcanzsu mxima expresin con el levantamiento de los boxer en 190043 .

    En su conjunto, los aos noventa presenciaron el fin de la carrera colonial porAsia, agudizada por la irrupcin de nuevos actores, uno de ellos asitico, el JapnImperial, y otro americano, Estados Unidos de Amrica. Casi todo el Continente, yen especial, alrededor de los intereses concentrados en China y en la hegemonainglesa en el subcontinente indostnico, estaba repartido finalmente, entre 1898 y1900.

    40 Se crearon la Organizacin Sionista Mundial, el Fondo Nacional Judo y la Empresa para el Desarrollode los Territorios Palestinos. En 1909 se estableci el primer Kibutz sionista al norte de Jaafa.

    41 CHESNAUX (1976): 42-48. MEIJI quiere decir Gobierno de las luces; cre las condiciones institucionalesy polticas para insertar a Japn en las fuerzas de la modernizacin industrial capitalista promovidas porEuropa y Estados Unidos de Amrica.

    42 Ibd.: 57. Tambin conocido como el gobierno de los Cien Das, trat de implantar una serie de reformasmodernizadoras en la administracin pblica, la justicia, la enseanza y los transportes, pero fue derribadapor los intereses seoriales, militares y monrquicos impulsados desde la misma Corte de Pekn.

    43 Levantamiento social y poltico armado propiciado por los sectores tradicionales chinos, anti-modernizadores y anti-occidentales. Sus objetivos principales fueron las agencias comerciales y lasrepresentaciones diplomticas extranjeras, as contra misiones e iglesias catlicas y protestantes.

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    EL IMAGINARIO COLONIALISTA EUROPEO EN EL PACFICO

    Para finales del siglo XIX, las comunidades del Pacfico fueron repartidas y ex-plotadas minuciosamente por europeos y estadounidenses. Muchas de ellas, es-pecialmente las polinsicas y las del Pacfico Sur, ingresaron al imaginario europeode la sensualidad y del exotismo tropicales, cuya naturaleza estaba plena de con-diciones paradisacas44 , independientemente de las enfermedades y de la corrup-cin que los aventureros, empresarios, militares, navegantes y funcionarioscoloniales europeos y estadounidenses dejaron all. La otra cara del proceso fueel dominio con reas de influencia coloniales construidas sobre la explotacincomercial, la introduccin del sistema de plantaciones con mano de obra cautiva,y las explotaciones mineras45 .

    EL HEMISFERIO AMERICANO Y SU FRACTURA HISTRICA

    El final del siglo XIX latinoamericano se movi entre la esperanza y el temor. Laprimera represent la confianza en las oportunidades y las posibilidades que porta-ban europeos y estadounidenses en el subcontinente: buques de vapor, ferrocarriles,telgrafos, inversiones extranjeras, apertura comercial, admiracin por las artes, lasletras y las filosofas en boga en aquel entonces.

    El segundo, el temor, acompaado de la convocatoria poltica e intelectual alrechazo, descans en la percepcin de que una larga etapa de su historia, tradicionaly buclica, patrimonial y oligrquica, patriarcal y catlica, estaba a punto de cam-biar abruptamente. Las nuevas ideas y en especial, la apertura a nuevas influenciasreligiosas como el protestantismo, generaron fuertes reacciones regionales apoya-das por el mismo Vaticano.

    La crisis colonial espaola en Cuba y Puerto Rico, en el marco de la resistenciacubana nacionalista liderada por JOS MART, y la guerra hispano-estadounidenseimpulsada por el presidente WILLIAM MCKINLEY, form parte de estos cambios ytensiones: una mezcla de sentimientos histricos libertarios inaugurados en 1815en muchos lugares continentales, aplazados en varios insulares caribeos, y la rea-lizacin de un Destino americano afirmado desde la dcada de 1850. Igualmente, laconvocatoria estadounidense de una gran comunidad Panamericana que girara al-rededor de Washington, desde 1889 con su Primera Conferencia Internacional de

    44 En Europa, este imaginario lleg de la mano de los pintores como PAUL GAUGIN, cuyas famosas e idlicasimgenes polinsicas contribuyeron a crear esa visin estereotipada de inocencia perdida, reencontradade nuevo, en especial en la isla de Tahit, en el Pacfico Sur.

    45 FIELDHOUSE (1984): 151-156; 184 y 185. FIELDHOUSE (1977): 495-517.

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    Estados Americanos46 , y que fuera su instrumento de penetracin econmica y po-ltica.

    Voces como la de Ariel de Rod47 , chocaban con otras que encontraban las nue-vas fuerzas como progresistas y esencialmente civilizadoras. En Amrica Latina,no slo se desarrollaba una precaria e inestable consolidacin de proyectos estata-les y territoriales nacionales (como la crisis Venezuela-Gran Bretaa por el territo-rio de Guyana en 1895), sino que al tiempo, se escenificaba la rivalidad entre EstadosUnidos y algunas potencias europeas, especialmente con Francia y Gran Bretaa.

    Por ltimo, la evidente oposicin de intereses econmicos y polticos entre Esta-dos Unidos y la mayora de las sociedades latinoamericanas qued registrada, apartir de aquella primera Conferencia, en la proclamacin de la famosa DoctrinaCalvo48 , en 1896, con la cual, los inversionistas y negociantes estadounidenses yeuropeos, no podan demandar la intervencin de sus gobiernos para solucionar susdiferencias con las autoridades latinoamericanas, y que fue reafirmada por la Doc-trina Drago49 en 1902. Esta disposicin fue rechazada por Estados Unidos, y surechazo fue aplicado sin reservas en la Regin50 , a partir de 1903.

    LOS RESULTADOS Y LAS HERENCIAS

    Quisiera llamar la atencin sobre varias consecuencias o quiz, de una forma msmedida, nuevas manifestaciones frente a los hechos globales que haban acaecido

    46 CONNELL-SMITH, 1977, pgs. 133-139.

    47 ROD, JOS ENRIQUE, 1871-1917; escritor uruguayo, modernista.

    48 TAMBURINI (2002). CARLOS CALVO, 1824-1903, fue un diplomtico, jurista e internacionalista uruguayonacionalizado argentino. En su obra Derecho internacional terico y prctico, publicado en 1868, seestablecieron los fundamentos de la posteriormente conocida Doctrina Calvo, segn la cual lospleitos con los ciudadanos extranjeros deban necesariamente ser solucionados por los tribunales localesevitando la intervencin diplomtica del pas de pertenencia. La IX Conferencia Panamericana de1948, en Bogot, reconoci en el artculo 15 de la Carta de la naciente OEA, la visin de Calvo para elmbito regional. Su espritu se recogi en varias constituciones latinoamericanas.

    49 GARCA (2003). LUIS MARA DRAGO era Canciller argentino en 1902. La Doctrina Drago contribuy a queen el derecho internacional positivo se incorporara, si bien no la tesis in extenso, al menos la limitacindel empleo de la fuerza en el cobro de las deudas contractuales cuando el Estado deudor se niegue aaceptar el arbitraje o, en su defecto, cuando habindolo aceptado previamente se niegue a ejecutar lasentencia arbitral. Esta tesis apareci incluida en la Enmienda Porter despus de intensos debates quetuvieron lugar en la Segunda Conferencia de La Haya en 1907 y que concluy con la suscripcin de laConvencin sobre limitacin del empleo de la fuerza en el cobro de las deudas contractuales.

    50 El presidente estadounidense THEODORO ROOSEVELT encarn ese desprecio por los nacionalismoseconmicos y polticos latinoamericanos, cuando a partir de 1904 inaugur lo que en la regin seconoci como Poltica del Gran Garrote. El intervensionismo militar fue creciendo en pases deCentroamrica y el Caribe.

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    hacia 1898. Algunos de ellos, encontraron su fundamento en los aos noventa engeneral, mientras otros, simplemente surgieron como valoraciones o apreciacionesde las nuevas condiciones impuestas por los imperios coloniales, y el desafo asi-tico-americano a la dominacin europea. Esas apreciaciones tuvieron un enormeimpacto en el pensamiento poltico de algunas escuelas en los pases industrializadoscapitalistas del Norte.

    LA CRUDEZA DE UNA NUEVA RELACIN, EL IMPERIALISMO

    Estos hechos dieron origen a las teoras sobre el imperialismo, nacido como unacrtica liberal a los efectos del dominio britnico, particularmente a sus nefastosresultados en la desigual agresin contra los bers en Sudfrica, y que el inglsJOHN A. HOBSON51 denomin Imperialismo. A partir de este autor, surgieron unaserie de obras y de autores muy representativos en cuanto a la reflexin y la carac-terizacin del imperialismo, tales como RUDOLF HILFERDING52 , OTTO BAUER53 , ROSALUXEMBURG54 , NICOLAI BUJARIN55 , VLADIMIR ILICH LENIN56 , y JOSEPH SCHUMPETER57 .

    Con base en sus estudios de la segunda mitad de los aos noventa, y a la luz desu experiencia como corresponsal de guerra en el conflicto sudafricano de 1899 a1902, HOBSON expuso su teora en su clebre libro Imperialismo: un estudio58 . Ensu introduccin sealaba:

    51 1858-1940.

    52 1877-1941. Auto del libro El capital financiero, publicado en 1910.

    53 1881-1938. Economista y poltico austriaco. Fundador del Partido Socialdemcrata en Austria.

    54 1870-1919. Autora del libro La acumulacin del capital en 1913.

    55 1888-1938. Dirigente e intelectual comunista, figura influyente en la historia de la construccin de laUnin Sovitica.

    56 1870-1924. Dirigente revolucionario ruso, constructor, con su partido bolchevique, de la Unin deRepblicas Socialistas Soviticas, a partir de 1918. Autor de un documento poltico titulado Elimperialismo, fase superior del capitalismo, en 1917.

    57 1883-1950.

    58 La obra fue publicada en agosto de 1902. En el prlogo a la primera edicin, HOBSON afirmaba: Elpresente estudio del imperialismo moderno tiene el propsito de perfilar y dar mayor exactitud a unaexpresin que tanto se oye hoy en da, y que alude al movimiento ms poderoso de la actual vidapoltica del mundo occidental. Aunque han sido varios los estados europeos que ms o menosdeliberadamente han adoptado el imperialismo como meta poltica, y es el imperialismo el que amenazacon romper el aislamiento de Estados Unidos, es Gran Bretaa el pas que ha avanzado mucho ms yms rpidamente que los dems por esa senda imperialista, y su historia de los ltimos aos puedebrindarnos las enseanzas o advertencias ms valiosas al respecto.

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    La rebatia por frica y Asia hizo que prcticamente se replantease la poltica de todas lasnaciones europeas. Suscit alianzas que contradecan todas las simpatas y tradiciones hist-ricas, oblig a todas las naciones del continente europeo a dedicar una cantidad cada vezmayor de sus recursos materiales y humanos al ejrcito y a la marina, arranc de su aislamien-to el enorme podero, recin creado, de los Estados Unidos y le forz a participar en el frenesde las rivalidades; y, por la multitud, la magnitud y la subitaneidad de las cuestiones en litigioque hizo surgir en el escenario poltico, se convirti en un constante peligro de inestabilidad yperturbacin para la paz y el progreso de la humanidad59 .

    En sus conclusiones afirmaba:

    El anlisis del imperialismo y de sus aliados naturales: el militarismo, la oligarqua, la buro-cracia, el proteccionismo, la concentracin del capital y las violentas fluctuaciones del merca-do, nos ha puesto de relieve que constituye el mayor peligro que hoy acecha a los Estadosnacionales modernos. El privilegio de que gozan las fuerzas imperialistas de un pas de utili-zar los recursos nacionales para su beneficio privado, mediante el usufructo de la maquinariadel Estado, no puede eliminarse ms que estableciendo democracias autnticas, es decir, quela poltica nacional la dirija el pueblo para el pueblo, por medio de representantes sobre losque el pueblo ejerza un verdadero control60 .

    Y cerraba su obra con estas palabras: El imperialismo es una alternativa perver-sa dentro de las opciones que presenta la vida de un pas (...) El Imperialismo es elvicio dominante de todos los Estados prsperos: su castigo resulta inevitable dentrodel orden de la naturaleza61 .

    Para JOSEPH CHAMBERLAIN, la realidad y la labor de Gran Bretaa respondan aotras condiciones y naturaleza. En uno de sus discursos sobre la cuestin colonial,en 1897, afirm:

    Lo que ahora sentimos es que nuestro dominio sobre aquellos territorios slo pueden justifi-carse si demostramos que aumenta la felicidad y prosperidad de los pueblos, y yo sostengoque nuestro dominio ha llevado y lleva seguridad, paz y mayor prosperidad a pases que nuncahaban conocido antes tales beneficios. Al llevar a cabo esta tarea civilizadora, estamos cum-pliendo lo que yo creo que es nuestra misin nacional, al tiempo que encontramos la ocasinde poner en prctica las cualidades y potencialidades que han hecho de nosotros la gran razagobernante. No estoy afirmando que nuestro xito haya sido total en cualquier caso, ni quenuestros mtodos hayan estado fuera de cualquier reproche. Pero mantengo que en casi cual-quier lugar del mundo en el que el dominio de la Reina ha sido establecido y se ha impuesto lagran Pax Britnica, con ella ha llegado una mayor seguridad para la vida y la propiedad, y unamejora material de las condiciones de la mayora de la poblacin62 .

    59 HOBSON, 1981, pg. 33.

    60 Ibd., pg. 325.

    61 Ibd., pg. 331.

    62 Pontificia Universidad Catlica de Valparaso. Documentos sobre el Imperialismo en el siglo XIX.

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    EL COLONIALISMO DIVIDI AL SOCIALISMO INTERNACIONAL

    Estas experiencias provocaron una profunda divisin dentro del movimiento socia-lista internacional, pues las perspectivas nacionales vinculadas al imperialismo, ter-minaron por comprometer a los partidos socialistas en un debate que debilitara elmovimiento, y sentara las primeras bases de la desconfianza de algunos socialistasafroasiticos sobre el liderazgo y la vanguardia del socialismo europeo.

    Estos debates comenzaron a presentarse a partir de 1904, en los siguientes con-gresos en los cuales, el expediente colonial ocup cada vez mayor atencin al ladodel tradicional debate sobre el problema nacional. Esta dinmica, y en particular lasdivisiones entre los socialismos nacionales, se profundizaron a pesar de que entrelos integrantes de la II Internacional y de algunos dirigentes a nivel nacional, existael convencimiento de que la guerra se aproximaba y jugara un papel no deseadopor los capitalistas y la burguesa. As lo afirm A. BEBEL63 en el Reischtag en 1911:Estoy convencido de que esta (inminente) guerra mundial vendr seguida de unarevolucin mundial. Recogeris lo que habis sembrado. El crepsculo de los dio-ses se acerca para el rgimen burgus64 . JEAN JAURS65 ya lo haba afirmado variosaos antes: El capitalismo lleva consigo la guerra como la nube lleva la tormen-ta66 . Por otra parte, en el seno de la II Internacional y de las organizaciones socia-listas europeas, irrumpieron un nuevo debate y divisin propiciados por EDUARDBERNSTEIN67 que en 1899, public su obra Las premisas del socialismo y las tareasde la socialdemocracia, en la cual atribua a los socialistas, la misin no de hundir,sino de reformar el sistema capitalista68 .

    NACIMIENTO DEL PENSAMIENTO GEOPOLTICO

    Cientficos sociales alemanes, estadounidenses y britnicos comenzaron a elaboraruna nueva aproximacin e interpretacin de la compleja e inestable situacin glo-bal. Sus obras y sus proposiciones introdujeron un nuevo lenguaje con nuevas inter-pretaciones y orientaciones a las acciones de los estados nacionales e imperios, quequedaron consignadas en la geopoltica.

    63 1840-1913.

    64 KRIEGEL, 1979, pg. 581.

    65 1859-1914. Dirigente socialista francs.

    66 KRIEGEL, 1979, pg. 581.

    67 1850-1932. Dirigente socialista austriaco.

    68 KRIEGEL, 1972, pg. 51-54.

  • 164REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    Durante la segunda mitad del siglo XIX, y en particular durante la dcada de 1890,encontramos autores alemanes, ingleses, estadounidenses, suecos y franceses vincu-lados a esta nueva reflexin que aspiraba a sentar las bases de una caracterizacin delpoder nacional, as como a delimitar los marcos globales interpretativos de las rela-ciones de poder mundial y las valoraciones espaciales que subyacan a aqullas69 .

    FRIEDRICH RATZEL70 , con su Geografa poltica en 1897; ALFRED TAYLOR MAHAN71 ,con La influencia de poder naval en la historia en 1890, seguido por su obra Elinters de Amrica en el Poder Naval en 1897; RUDOLF KJELLEN72 y su utilizacinde la palabra geopoltica en un artculo sobre las fronteras de Suecia en 1899; yHALFORD MACKINDER73 que sistematiz la primera representacin geopoltica conbase en los intereses imperiales britnicos en 1904, y su artculo El pivote geogr-fico de la historia, sentaron las bases de este debate, cuyas versiones ms conflicti-vas y crticas fueron expuestas por los italianos durante los aos veinte y treinta ypor los nazis, durante los aos treinta y cuarenta del siglo XX.

    Estas elaboraciones comenzaron en escenarios acadmicos e intelectuales nue-vos, en donde la geografa haba sido reconocida como una ciencia en las universi-dades, y su enseanza haba sido introducida en los estudios escolares de la AlemaniaImperial, Francia, Gran Bretaa, Estados Unidos, Italia y Japn. En estos medios,surgieron intelectuales que comenzaron a teorizar sobre la influencia de la geogra-fa en el desarrollo social de los Estados y su relacin con el diseo de las polticasexteriores. De esta forma, la poltica y las relaciones internacionales comenzaran aser comprendidas con otros razonamientos y perspectivas74 .

    LA SISTEMATIZACIN DEL RACISMO

    Las sociedades del Norte y sus dirigentes, publicitaron un discurso para las masas ylas clases medias que fundamentaba su creencia en una misin, un destino y unlugar naturalmente superior en la escala humana que explicaba el tipo de civiliza-cin industrial y moderna que haban conquistado; esta misin del hombre blancoentre pueblos brbaros, salvajes e inferiores, no blancos y no cristianos en lo

    69 MOREAU DEFARGES, 1994, pgs. 40-53, 75-86.

    70 1844-1904. Gegrafo alemn. Originalmente su campo de formacin fueron biologa y qumica.

    71 1840-1914. Almirante estadounidense. Historiador naval. Su ltimo libro se public en 1900 y se titulEl problema de Asia.

    72 1846-1922. Profesor sueco de historia y ciencia poltica.

    73 1861-1947. Profesor ingls de geografa y director de The London School of Economics.

    74 GLASSNER, 1996, pgs. 322-327.

  • 165LA TRANSICIN GLOBAL DEL SIGLO XIX AL XX. REESTRUCTURACIN CAPITALISTA Y VIOLENCIA MUNDIAL

    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    esencial, provey a los europeos, estadounidenses y japoneses de un sentimiento yvisin del mundo racista, uno de los componentes ms importantes en la domina-cin y explotacin coloniales.

    Uno de esos testimonios lo constituy la obra de P. LEROY-BEAULIEU75 , profesordel Colegio de Francia y director de El economista francs, que en 1891, haba publi-cado una obra titulada De la colonizacin de los pueblos modernos, y afirmaba:

    La colonizacin es la fuerza expansiva de un pueblo, su poder de reproduccin, es su dilata-cin y su multiplicacin a travs de los espacios; es la sumisin del universo o de una granparte a su lengua, a sus ideas y a sus leyes. Un pueblo que coloniza es un pueblo que pone loscimientos de su grandeza en el porvenir y de su futura supremaca. Es imposible no considerarla colonizacin como una de las tareas que se imponen a los estados civilizados. (...) No esjusto ni natural que los civilizados occidentales se amontonen indefinidamente y se asfixienen los restringidos espacios que fueron sus primeras moradas, acumulando en ellas las mara-villas de las ciencias, las artes, la civilizacin, que vean a falta de empleos remunerados, cmocae entre ellos, cada da ms, la tasa del inters de los capitales y dejen tal vez la mitad delmundo a pequeos grupos de hombres ignorantes, impotentes, verdaderos nios dbiles, es-parcidos por inconmensurables superficies o a poblaciones decrpitas, sin energa, sin direc-cin, autnticos vejestorios incapaces de todo esfuerzo, de toda accin combinada y previsora76 .

    Pero este sentimiento y estas convicciones haban sido cultivados durante elsiglo, por diferentes intelectuales ingleses, franceses y alemanes, sobre la herenciadejada por algunos pensadores de la segunda mitad del siglo XVIII, la Ilustracin.En el siglo XIX, las ideas racistas se propusieron tanto desde la perspectiva antijuda, en el marco de la identificacin de una gran conspiracin mundial que ame-nazaba progresivamente los fundamentos de las naciones77 , como desde una espe-cie de social darwinismo, en el marco de una inevitable lucha de razas, en la cual,las europeas estaban destinadas a dominar a las no europeas.

    Y si bien este fenmeno se aplicaba contra los pueblos africanos subsaharianos,los polinsicos, algunos asiticos y las comunidades indgenas del Hemisferio ame-ricano y en Australia contra los maores, los europeos, como todos sabemos, nopudieron escapar a su dinmica depredadora en el siglo XX.

    Ya en su momento, la Sociedad Etnolgica de Pars en 1839 y la de Londres en1843 haban comenzado a trazar el sendero de las explicaciones cientficas del

    75 1843-1916. Economista francs.

    76 Citado por BEAUD, 1984, pg. 195.

    77 La versin moderna de una conspiracin juda mundial contra la civilizacin cristiana, asociada al maly agente del Anticristo, surgi en el marco de la violencia jacobina de la Revolucin Francesa y en losprimeros aos del gobierno napolenico. COHN, 1983, pgs. 22-29.

  • 166REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    racismo78 . En 1863, la Sociedad Antropolgica de Londres haba adoptado posi-ciones racistas con respecto de las comunidades negras. Por ejemplo, JAMES HUNT79 ,uno de sus dirigentes, intent demostrar que las suturas craneanas de los negrosse cerraban antes que las de los blancos, limitando as su crecimiento mentalpotencial80 .

    Entre los autores ms influyentes don estas tendencias, se reconoci al condeJOSEPH ARTHUR DE GOBINEAU81 , que a mediados del siglo, public su Ensayo sobre ladesigualdad de las razas82 ; CARL GUSTAV CARUS, que avanz en sus estudios parademostrar la superioridad de una raza aria, y la condicin inferior y amenazante, deotras como la juda; y HOUSTON STEWART CHAMBERLAIN83 , uno de los pensadoresms influyentes sobre el siguiente siglo y quien recogi todo el debate y las elabo-raciones de su tiempo en una obra publicada en 1899, titulada Fundamentos delsiglo XIX, y en la cual, trat plenamente su conviccin de la guerra racial.

    Los alemanes eran los salvadores de la historia del mundo y los depositarios de la civilizacinoccidental; su espritu, un espritu agudizado por la lucha incesante, deba activar todos loslogros culturales de los tiempos modernos. El ario viva en medio de un caos de razas, perohaba una raza adems de la aria que haba permanecido pura: la principal antagonista en lalucha interminable por la supervivencia. Los judos simbolizaban lo opuesto a todo lo queestimaban los arios84 .

    78 En un libro titulado Curso de geografa universal de 1850, se encontraba la siguiente afirmacin: Sinnegar que los negros se puedan civilizar, es cierto, pero, que su civilizacin siempre ser inferior a lanuestra, porque la fuerza de la mente de aquella gente es realmente inferior. Creemos que la razasuperior a cualquier otra, aquella de la que depender siempre el destino del mundo, es la raza blanca.

    79 Antroplogo ingls fundador de la Sociedad Antropolgica de Londres, con RICHARD FRANCIS BURTON.Sus publicaciones fueron ampliamente reconocidas en las universidades de Columbia y Oxford. Si bienla Sociedad Antropolgica era anti-esclavista, no era anti-racista. Adicionalmente, sus teoras sobre lainferioridad de algunos grupos humanos se dirigan tambin hacia las mujeres. En 1864, HUNT publicun artculo titulado El lugar del Negro en la naturaleza, en el que afirmaba que el cerebro de losnegros era similar al de las mujeres y los nios.

    80 MOSSE (1997): 109. HUNT estaba convencido en una de sus intervenciones cientficas de 1863, que lasanalogas entre los negros y los monos son ms grandes que entre los monos y los europeos. El negro esinferior, intelectualmente, al hombre europeo. El negro slo puede ser humanizado y civilizado por loseuropeos.

    81 1816-1882.

    82 El libro fue publicado en 1853. Algunas de las ideas expresadas en l fueron las siguientes: Existenrazas superiores, dominantes, que no son sino ramas de una misma familia, la aria, y que han dado vidaa las formas culturales ms brillantes y a las naciones ms poderosas; la decadencia de esas naciones yesas culturas se ha producido por degeneracin biolgica de las razas, por el mestizaje; la historia no esotra cosa que el campo de batalla donde se libran luchas entre razas.

    83 1855-1927. Escritor anglo-alemn; yerno de RICHARD WAGNER y principal mentor de ALFRED ROSEMBERG,uno de los ms influyentes idelogos del nazismo. Consejero de GUILLERMO II.

    84 MOOSE, 1997, pg. 113.

  • 167LA TRANSICIN GLOBAL DEL SIGLO XIX AL XX. REESTRUCTURACIN CAPITALISTA Y VIOLENCIA MUNDIAL

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    En Inglaterra y Francia85 , los discursos racistas se concentraron en la eugenesia,con inquietudes desprendidas de un darwinismo social en el cual, la raza puradebe reproducirse adecuadamente para garantizar su supervivencia en la lucha uni-versal del hombre y la naturaleza86 . El cientfico ingls FRANCIS GALTON87 conside-raba que la naturaleza aseguraba la supervivencia del ms apto y que todainterferencia para proteger al dbil conducira a la decadencia de la raza88 . EnFrancia, GEORGES VACHER DE LAPOUGE89 public en 1899, su obra El ario, su papelsocial, en la cual, expona su conviccin en la eugenesia racial a partir de la super-vivencia analizada por DARWIN.

    Otros fueron EDOUARD DRUMONT90 con su La Francia juda que ambient lacrisis alrededor de DREYFUS entre 1894 y 1899, y MAURICE BARRS91 que considera-ba que los judos utilizaban las doctrinas marxistas de la lucha de clases con el finde destruir el tejido de la nacin y con l a todos sus habitantes92 . En Alemania,esta labor fue emprendida por KARL EUGEN DHRING93 que en su obra La cuestinjuda, sealaba a esa raza como el verdadero enemigo94 .

    Como una confluencia del imperialismo y el racismo, entendidos como destinode pueblos y de razas en el mundo, RUBYARD KIPLING, celebrado poeta ingls, es-cribi un poema que exaltaba los logros y conquistas de los euro estadounidenses alfinal del siglo XIX, y los reconoci como vanguardias del progreso y la civiliza-cin. Sus ttulo era La carga del hombre blanco95 , que dedic a la victoria de

    85 En un artculo del Gran Diccionario Universal Larousse del siglo XIX, publicado en 1872, apareca lasiguiente valoracin sobre la conducta europea frente a los negros: La inferioridad intelectual de losnegros, lejos de conferirnos el derecho de abusar de su debilidad, nos impone el deber de ayudarlos yprotegerlos.

    86 MOSSE (1997): 114.

    87 1822-1911. Eugenista, antroplogo y meteorlogo. Primo de CHARLES DARWIN. Autor de Investigacionessobre las facultades humanas y su desarrollo, publicado en 1883, Herencia natural en 1889 y GenioHereditario en 1892. Sobre su influencia en Estados Unidos y la adopcin negativa, vase: Eugenics:Americas Darkest Days. Sir Francis Galton. http://iml.jou.ufl.edu/project/Spring02/Holland/Galton.htm.

    88 MOOSE, 1997, 114.

    89 1854-1936. Antroplogo y socilogo francs. Public en 1836 Las selecciones sociales.

    90 1844-1917. Reconocido como uno de los precursores toricos del partido francs Frente Nacional, deextrema derecha, fundado por JEAN-MARIE LE PEN.

    91 1862-1923.

    92 MOOSE, 1997, pg. 115.

    93 1833-1921. Socialista, adversario de KARL MARX y FRIEDRICH ENGELS.

    94 MOOSE, 1997, pg. 115.

    95 Recoge la carga del Hombre Blanco, enva a tus mejores hijos, ve a amarrarles al exilio, a servir a tuscautivos; a esperar en el pesado yugo, ante gente errante y salvaje, tus pueblos huraos, recin apresados,

  • 168REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    Estados Unidos sobre Espaa, en la guerra por sus posesiones caribeas y en elPacfico.

    LOS DESAFOS DEL CATOLICISMO EN AMRICA LATINA

    A partir de los inocultables cambios sociales, econmicos y culturales vividos du-rante los aos noventa, la Iglesia Catlica decidi enfrentar el desafo moderno,materialista e industrializador con una nueva ofensiva doctrinal y misional. Ya en1891, el papa LEN XIII96 haba publicado su encclica Rerum Novarum97 , que en elcaso italiano, jug un papel importante en el apoyo y promocin que dio a un cato-licismo social que haca la contraparte del socialismo italiano. En dicha encclica,el Vaticano hizo su interpretacin de los fenmenos colectivos de la segunda mitaddel siglo XIX: la lucha de clases, la propiedad privada, el derecho de asociacinobrera y los deberes del patronato industrial. En este marco, tomaron fuerza losmovimientos sociales cristianos. El papa afirmaba entonces:

    Despertado el prurito revolucionario que desde hace ya tiempo agita a los pueblos, era deesperar que el afn de cambiarlo todo llegara un da a derramarse desde el campo de la polticaal terreno, con l colindante, de la economa. En efecto, los adelantos de la industria y de lasartes, que caminan por nuevos derroteros; el cambio operado en las relaciones mutuas entrepatronos y obreros; la acumulacin de riquezas en manos de unos pocos y la pobreza de lainmensa mayora; la mayor confianza de los obreros en s mismos y en la ms estrecha cohe-sin entre ellos, juntamente con la relajacin moral, han determinado el planteamiento de lacontienda. Cul y cun grande sea la importancia de las cosas que van en ello, se ve por lapunzante ansiedad en que viven todos los espritus; esto mismo pone en actividad los ingeniosde los doctos, informa las reuniones de los sabios, las asambleas del pueblo, el juicio de loslegisladores, las decisiones de los gobernantes, hasta el punto que parece no haber otro temaque pueda ocupar ms hondamente los anhelos de los hombres98 .

    Mitad diablo y mitad hijo. Recoge la carga del Hombre Blanco, aguntala con paciencia. Oculta laamenaza del terror. Y asegrate de mostrar orgullo; con palabras claras y simples, cien veces explicado,para procurar beneficio de otro, y de otro buscar la ganancia. Recoge la carga del Hombre Blanco, lassalvajes guerras de la paz, colma la boca del hombre, y pide que cese la dolencia; y cuando tu objetivoest ms cerca. De la meta a otros destinada, observa que la pereza, y la locura del pagano, acaban contodas tus esperanzas. Recoge la carga del Hombre Blanco, no es gobierno fcil de reyes, sino arduotrabajo de siervo. Y el barrendero. La historia de las cosas corrientes. No entrars en los puertos, nopisars los caminos, construyndolos con tu vida, y sealndolos con tu muerte.

    96 LEN XIII fue papa entre 1878 y 1903. Dos encclicas suyas durante la dcada de 1880 haban enfocadola preocupacin del Vaticano sobre la difusin de una concepcin laica liberal y secular del Estado(Sobre la constitucin cristiana del Estado, el 1 de noviembre de 1885) y la creciente imposicin delliberalismo en la sociedad catlica (Sobre la libertad y el liberalismo, el 20 de junio de 1888).

    97 Vaticano. La Santa Sede. Papa LEN XIII. Carta Encclica Rerum Novarum del Sumo Pontfice LEN XIIIsobre la situacin de los obreros. Roma, 15 de mayo de 1891.

    98 Ibd. Frente la inhumana realidad impuesta por las nuevas relaciones laborales y las condiciones desujecin que padecan los trabajadores sometidos al poder de unos pocos, el papa adverta delaprovechamiento por parte de los socialistas: Para solucionar este mal, los socialistas, atizando el odio

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    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    Por otra parte, la dominacin colonial abri un enorme campo humano pararenovar la evangelizacin en frica, Asia y Oceana, en donde se dieron tambin,confrontaciones, resistencias y adopciones religiosas, aunque a partir de ellas, sedieron separaciones locales que rechazaban los ordenamientos institucionales ra-cistas entre clero y poblacin, todo lo cual result importante para las misionescatlicas y para las protestantes.

    stas, por su parte, se constituyeron en el nuevo desafo del catolicismo al ladodel ascenso del socialismo. En Amrica Latina, este desafo pasaba por el enfrenta-miento entre la expansin del anglosajonismo y la restauracin hispanista catli-ca99 . El cambio de siglo en nuestro Hemisferio, se caracteriz por una crecientehostilidad a la presencia y misin de las comunidades protestantes y a la influenciaestadounidense. JOS ENRIQUE ROD, en su Ariel, frente a esta combinacin de desa-fos, escribi en 1900:

    La concepcin utilitaria, como idea del destino humano, y la igualdad en lo mediocre, comonorma de la proporcin social, componen, ntimamente relacionadas, la frmula de lo que hasolido llamarse, en Europa, el espritu de AMERICANISMO (...) Si ha podido decirse delutilitarismo que es el verbo del espritu ingls, los Estados Unidos pueden ser considerados laencarnacin del verbo utilitario. Y el Evangelio se difunde por todas partes a favor de losmilagros materiales del triunfo. Hispano-Amrica ya no es enteramente calificable, con rela-cin a l, de tierra de gentiles. La poderosa federacin va realizando entre nosotros una suertede conquista moral. La admiracin por su grandeza y por su fuerza es un sentimiento queavanza a grandes pasos en el espritu de nuestros hombres dirigentes y, an ms quiz, en el delas muchedumbres, fascinadas por la impresin de la victoria. Y, de admirarla, se pasa, poruna transicin facilsima, a imitarla (...) Es as como la visin de una AmricaDESLATINIZADA por propia voluntad, sin la extorsin de la conquista, y regenerada luegoa imagen y semejanza del arquetipo del Norte, flota ya sobre los sueos de muchos sincerosinteresados por nuestro porvenir, inspira la fruicin con que ellos formulan a cada paso losms sugestivos paralelos, y se manifiesta por constantes propsitos de innovacin y de refor-ma. Tenemos nuestra NORDOMANA. Es necesario oponerle los lmites que la razn y elsentimiento sealaban de consuno (...) La libertad puritana, que les enva su luz desde elpasado, uni a esta luz el calor de una piedad que an dura. Junto a la fbrica y a la escuela, susfuertes manos han alzado tambin los templos donde evaporan sus plegarias muchos millonesde conciencias libres. Ellos han sabido salvar, en el naufragio de todas las idealidades, laidealidad ms alta, guardando viva la tradicin de un sentimiento religioso que, si no levanta

    de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes, estimandoque, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por las personas que rigen el municipioo gobiernan la nacin. Creen que con este traslado de los bienes de los particulares a la comunidad,distribuyendo por igual las riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se podra curar el malpresente. Pero esta medida es tan inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a perjudicara las propias clases obreras; y es, adems, sumamente injusta, pues ejerce violencia contra los legtimosposeedores, altera la misin de la repblica y agita fundamentalmente a las naciones.

    99 PREZ (1992): 15-30. El hispanismo est asociado a movimientos ideolgicos, culturales y polticos dederecha y extrema derecha, originados en Espaa, y difundidos entre sectores conservadores y filo-espaoles en Amrica Latina a partir de la dcada de 1890.

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    JUAN CARLOS EASTMAN ARANGO

    sus vuelos en alas de un espiritualismo delicado y profundo, sostiene, en parte, entre las aspe-rezas del mundo utilitario, la rienda firme del sentido moral100 .

    Como parte de esa conciencia de vulnerabilidad, el Gobierno Espaol habadado un realce especial a la celebracin del IV Centenario del descubrimiento deAmrica, con el apoyo de las elites prohispnicas y los gobiernos hispanoamerica-nos, en cuyo marco, la Reina Mara Cristina decret el 12 de octubre como Da dela Raza. Desde Roma, en la Navidad de 1898, el papa LEN XIII convoc al Conci-lio Plenario de Amrica Latina, que se celebr al ao siguiente, y que sent lasbases de la reorganizacin de la accin catlica y social en esta regin para el sigloXX.

    CONCLUSIONES

    Si bien, los acontecimientos vividos entre estos aos en nuestro Hemisferio, se hanexpuesto tradicionalmente como el fin del sistema colonial, ello no sucedi en elMundo Afroasitico y del Pacfico. Para Amrica Latina, las experiencias vividasentre 1898 y 1903, con sus ms cercanos efectos, al menos hasta los aos previos alestallido de la llamada Gran Guerra I Guerra Mundial, testimoniaron la transfor-macin de los medios de dominacin y las mscaras que la envolvan, en manos deun nuevo y decidido actor en estas relaciones, los Estados Unidos.

    Para los pueblos del Mundo Afroasitico y del Pacfico, la experiencia sobre elperodo que hemos propuesto, fue el resultado de cruentos procesos algunos deellos iniciados a mediados del siglo XVIII y profundizados a partir de 1853, comoen Asia o durante los aos 1870 y protocolizados en 1885, como en frica. Paraestos pueblos, la expresin del colonialismo resuma las peores manifestaciones dela crueldad de los nuevos tiempos, y la convergencia sobre sus habitantes, recursosnaturales, mercados y tierras, de todas las contradicciones, rivalidades y conflictosacumulados durante los ltimos 25 aos.

    Las reparticiones imperialistas se constituyeron en la materializacin de estaproblemtica. En ellas se expresaran con toda su fuerza e intensidad, las nuevas operfeccionadas lecturas e interpretaciones del espacio, del otro, del destino sagradoo laico de algunos pueblos, y de las contradicciones globales del sistema (capitalis-mo y socialismo). El comn denominador de todo ello fue la interpretacinoccidentalista (eurocentrista en un primer momento), de s misma (como civiliza-cin occidental), y del resto del mundo (sujetos a una occidentalizacin selectiva ydepredadora).

    100 ROD, 1976, pgs. 33-34 y 37.

  • 171LA TRANSICIN GLOBAL DEL SIGLO XIX AL XX. REESTRUCTURACIN CAPITALISTA Y VIOLENCIA MUNDIAL

    REVISTA - Bogot (Colombia) N1:143-176, enero-junio de 2006

    En 1898, en el Caribe y Filipinas, y en el marco de la crisis final del podercolonial espaol en ultramar, fue tambin la manifestacin de esa transicin violen-ta e inestable del fin del siglo XIX, que estuvo acompaada de una serie de nuevasexpresiones de la reestructuracin-dominacin que implicaba la expansin capita-lista mundial, una de ellas, la prdida de Panam por parte de Colombia, en 1903.

    En esta perspectiva de mediana duracin (100 aos), los tiempos que vivimos semueven sobre esa estructura histrica inestable, conflictiva y violenta, al mismotiempo desestructuradora y reorganizadora, transformadora de acuerdo con sus ne-cesidades, que en esa dinmica tambin abre espacios que surgen amenazantes parala paz, la convivencia y la promocin de la vida de los seres humanos, y que nece-sariamente obligarn a formular, una vez recuperados del impacto arrollador de losltimos eventos, las alternativas que interpreten el horizonte que se perfila en me-dio de tantas protestas y resistencias.

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