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Transcripción LITERATURA Y CULTURA TRADICIONAL DE MÉXICO Dr. Aurelio González V. LEYENDAS 1. La leyenda y el valor de verdad ¿Qué hace diferente una leyenda de otra narración tradicional? ¿Cuál es la diferencia fundamental entre un cuento y una leyenda? Indudablemente, esto depende del transmisor. Un mismo tema, una misma historia, en una comunidad puede funcionar como una leyenda y, en otra, como un cuento. Lo que ha cambiado es la valoración que hace el transmisor del texto como verdadero o ficticio. ¿Esto qué quiere decir? Que cuando se está contando una leyenda se está estableciendo un pacto de verdad entre el transmisor y el receptor. Esto es, quien cuenta la historia la da por verdadera, pero para darla por verdadera también sus receptores tienen que asumirla como verdadera. Por lo tanto, algunos de los recursos para establecer este acto de verdad es que la leyenda no tiene un principio formulístico como el del cuento, del tipo “había una vez”, sino que se ubica en un tiempo y en un espacio claramente identificados por el receptor; esto es, “allá por la acequia vieja” o “en el centro de la ciudad”, “antes de la Revolución” o “en la época virreinal” o “cuando vivían los aztecas por aquí”… “pasó tal cosa”. En muchos casos se da también como un argumento una forma narrativa que es una memorat, que es el documento de decir “a mí me pasó…, yo vi tal cosa…, tal cosa sucedía”. Entonces, una leyenda va a poder contar tanto hechos naturales como sobrenaturales, va a poder hablar de distintos personajes. Pero siempre va a ser desde la óptica de los valores que están vigentes para esta comunidad. Por lo tanto, lo que se cuenta, una vez que se establece el valor de verdad, tiene que ser además verosímil. Y lo verosímil no quiere decir realista. Esto es, cuando se cuenta, esta historia es posible. Incluso se puede pensar que eso ahora ya no sucede, pero antes sí

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LITERATURA Y CULTURA TRADICIONAL

DE MÉXICO

Dr. Aurelio González

V. LEYENDAS

1. La leyenda y el valor de verdad

¿Qué hace diferente una leyenda de otra narración tradicional? ¿Cuál es la diferencia

fundamental entre un cuento y una leyenda? Indudablemente, esto depende del

transmisor. Un mismo tema, una misma historia, en una comunidad puede funcionar como

una leyenda y, en otra, como un cuento. Lo que ha cambiado es la valoración que hace el

transmisor del texto como verdadero o ficticio.

¿Esto qué quiere decir? Que cuando se está contando una leyenda se está estableciendo un

pacto de verdad entre el transmisor y el receptor. Esto es, quien cuenta la historia la da

por verdadera, pero para darla por verdadera también sus receptores tienen que asumirla

como verdadera.

Por lo tanto, algunos de los recursos para establecer este acto de verdad es que la leyenda

no tiene un principio formulístico como el del cuento, del tipo “había una vez”, sino que se

ubica en un tiempo y en un espacio claramente identificados por el receptor; esto es, “allá

por la acequia vieja” o “en el centro de la ciudad”, “antes de la Revolución” o “en la época

virreinal” o “cuando vivían los aztecas por aquí”… “pasó tal cosa”.

En muchos casos se da también como un argumento una forma narrativa que es una

memorat, que es el documento de decir “a mí me pasó…, yo vi tal cosa…, tal cosa sucedía”.

Entonces, una leyenda va a poder contar tanto hechos naturales como sobrenaturales, va a

poder hablar de distintos personajes. Pero siempre va a ser desde la óptica de los valores

que están vigentes para esta comunidad.

Por lo tanto, lo que se cuenta, una vez que se establece el valor de verdad, tiene que ser

además verosímil. Y lo verosímil no quiere decir realista. Esto es, cuando se cuenta, esta

historia es posible. Incluso se puede pensar que eso ahora ya no sucede, pero antes sí

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sucedía. Por lo tanto, la ubicación temporal (“hace unos años”, “hace un siglo”, “aquí”, “en

ese monte”, “en esta cueva”) es fundamental.

Entonces, la leyenda en cuanto relato tradicional la conserva la comunidad en la memoria

colectiva y va a poder variarla de acuerdo a las distintas circunstancias.

¿Esto qué quiere decir? Que las leyendas que se cuentan no solamente pertenecen a un

pasado remoto; hay leyendas que se ubican y que surgen de un tiempo moderno.

Por lo general, las leyendas son breves, cuentan un solo episodio y tienen un desenlace

sobre lo que pasó.

A grandes rasgos, podíamos clasificar que hay leyendas explicativas, aquellas que nos

explican el origen de una montaña, de un río, de elementos de la naturaleza; otras

pertenecen a este mundo de lo escatológico, de lo extremo, nos van a hablar del bien, nos

van a hablar del mal, son referencias por lo general al más allá o a personajes de

ultratumba.

También hay leyendas religiosas, esto es, de premios, de castigos, con apariciones de

santos, de la Virgen, de imágenes milagrosas, de castigos; y hay otras que son leyendas

sobre personajes y aquí pueden ser personajes históricos, personajes que han tenido un

devenir en la historia de la comunidad o personajes que se han ido creando con el paso del

tiempo y han adquirido un sentido legendario.

Evidentemente, en un país como México, con una multiplicidad cultural y un devenir

histórico regional particular hay una gama muy amplia de leyendas; hay algunas que son

absolutamente regionales y hay otras que abarcan grandes zonas o incluso podríamos

decir que nos hablan de todo el país.

Lo que tiene la leyenda es que claramente está marcado su valor identitario. Esto es, se

cuenta en un lugar y corresponde a la identidad de ese lugar: “así es ahí”.

También la leyenda tiene otro elemento, la leyenda por lo general puede ser el refugio de

relatos míticos desfuncionalizados, esto es, se conservan como elementos identitarios,

aunque en realidad ya no tienen funcionalidad porque la explicación fehaciente que daban

ya no tiene sentido. Se va a hablar de estos personajes legendarios como pertenecientes a

un pasado y ahí no se cuestiona su verdad actual, se parte de que fue una verdad de

aquella época.

Entonces nosotros podríamos distinguir grandes espacios para esas narraciones.

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Va a haber un espacio que corresponde, por ejemplo, a los relatos que tienen su origen en

elementos, temas y personajes del mundo prehispánico. Por lo general, estos relatos van a

tener su apoyo, su estructuración en el mundo rural, van a pertenecer al mundo

campesino y normalmente pueden estar relacionados o no con grupos mestizos o con

grupos indígenas; y van a estar adaptando estas creencias del mundo prehispánico.

Por otra parte, en el ámbito urbano lo que vamos a tener es una estructuración a partir de

relatos que explican la propia realidad de la urbe y por lo general se van a situar en un

pasado lejano y, para la ciudad, el pasado lejano es el mundo virreinal, el origen del

nombre de una calle, de una situación va a estar ubicada en este contexto particular.

Por otra parte, cuando hablamos de leyendas de personajes, los personajes van a poder

tener una larga tradición, incluso desde el origen medieval, como las leyendas del señor

Santiago. Van a poder ser de personajes que no tienen ninguna realidad histórica, aunque

el pacto de verdad que establece la leyenda así lo afirma, tales como la leyenda, o van a

poder pertenecer a un pasado más inmediato: leyendas sobre Zapata.

Entonces, el panorama es amplio, pero la leyenda también se va a apoyar en los elementos

inmediatos de la cotidianeidad: los animales, animales salvajes, pertenecientes al mundo

de las serpientes, o animales mucho más caseros: gatos, perros, que se pueden ver y que

no son peligrosos, como un búho, pero que pueden tener un valor simbólico. O sea, no nos

olvidemos que: “Cuando el tecolote canta el indio muere”. O sea, se da un sentido a estas

imágenes.

También van a poderse referir a las apariciones. O sea, el santo milagroso, la imagen

milagrosa.

Entonces, ¿qué es lo que importa? Que el acervo de leyendas de una comunidad es la

relación que se establece con una serie de creencias, de valores, sobre su entorno

inmediato. Esto es, el entorno inmediato puede estar incluso apoyado no solamente en la

divinidad o el santo fulano, sino elementos absolutamente contradictorios, como podían

ser los seres pequeños, los duendes. Y vamos a tener que hay una presencia, un

mantenimiento de vitalidad de chaneques, si estamos hablando de estos pequeños

personajes que nos vienen desde la mitología mexica, o los “aluxes”, que vienen de la

mitología maya, o claramente duendes, simplemente duendes de gorro puntiagudo que

van a poder burlarse, hacer bromas, esconder cosas, hacerle travesuras a los personajes o

alterar el orden de la casa.

Entonces, desde la Virgen, el santo, la divinidad, el personaje histórico, el personaje

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cotidiano, los relatos de un pasado remoto, la historia inmediata, la cotidianeidad, se van a

registrar en forma de leyendas. Su valor, su tono, el acontecimiento va a ser

extraordinario. Y en el momento en que se nos cuenta se va a estar diciendo: “Esto es

verdad, no es un cuento. Hay que creerlo.”

* * * * *