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  • Seminario Redemptoris Mater Curazao

    Trabajo de introduccin a la liturgia. Profesor Jess Sequera

    Resumen del catecismo de la iglesia catlica

    Por Jorge Pacheco

    SEGUNDA PARTE: LA CELEGRACION DEL MISTERIO CRISTIANO

    Razn de ser de la liturgia (N 1066-1068): La liturgia anuncia y celebra el misterio de Cristo,

    es decir, el misterio pascual por el que Cristo realiz la obra de nuestra salvacin. Esta obra es

    voluntad del Padre que entrega a su Hijo amado y a su Espritu Santo para la salvacin del mundo;

    segn un plan, una disposicin sabiamente ordenada que San Pablo llama economa de la salvacin1.

    Por medio de la liturgia tambin se ejerce la obra de nuestra redencin, sobre todo en la eucarista2.

    El cristiano entonces vive de este misterio anunciado y celebrado en la liturgia y adems da

    testimonio de el al mundo. La liturgia no es solo una experiencia personal sino tambin una llamada

    a la evangelizacin.

    Significacin de la palabra liturgia (N 1069-1070): La palabra liturgia significa

    originariamente obra o quehacer pblico pero tambin servicio de parte de, y en favor del

    pueblo. Con la palabra liturgia la tradicin cristiana quiere significar que el pueblo de Dios toma

    parte en la obra de Dios y as el Cristo cabeza continua en su cuerpo (la iglesia) la obra de nuestra

    redencin. Por su uso en el nuevo testamento entendemos que la palabra liturgia comprende no

    solo el culto divino sino tambin el anuncio del evangelio y la caridad en acto. De todo esto podemos

    concluir que la liturgia es obra del Cristo total y que a travs de signos sensibles significa y realiza la

    salvacin del hombre.

    La liturgia como fuente de Vida y oracin (N 1071-1073): La liturgia es accin del cuerpo

    total y por lo tanto tambin de la iglesia, ella es signo visible de la comunin con Dios por Cristo que

    se manifiesta a travs de la comunin de los hermanos que celebran. LA liturgia es tambin

    participacin en la oracin que Cristo ofrece al padre en el Espritu Santo; por eso toda oracin

    cristiana de funda en ella. Pero aunque la liturgia es la fuente de esta vida nueva de comunin la

    accin de la iglesia no se agota en ella; para que la liturgia de frutos sustanciosos y abundantes deba

    ser precedida por la evangelizacin, la fe y la conversin.

    Catequesis y liturgia (N 1074,1075): La liturgia es la fuente y la cumbre de la accin de la

    iglesia y de donde mana toda su fuerza; por lo tanto es el lugar privilegiado para la catequesis la cual

    introduce al misterio de Cristo procediendo de los signos litrgicos a su significado, de los

    sacramentos a los misterios.

    La fe de la iglesia (N 1124): Es central sealar que la fe de la iglesia es anterior a la del fiel,

    esta se nutre de aquella; y cuando la iglesia celebra los sacramentos, confiesa la fe recibida de los

    apstoles y as la liturgia sacramental es un elemento constitutivo de la tradicin santa y viva.

    PRIMERA SECCION: LA ECONOMIA SACRAMENTAL

    Introduccin (artculo 1076): Por la efusin del Espritu Santo el da de pentecosts la iglesia

    se manifiesta al mundo inaugurando de esta forma un nuevo tiempo: el tiempo de la iglesia. En este

    nuevo tiempo Cristo acta en su iglesia comunicando, a travs de la liturgia sacramental, los frutos

    del misterio pascual en lo que la tradicin llama economa sacramental

    1 Cf. Ef 3,9

    2 Cf CONCILIO VATICANO II, Sacrosanctum concillium, 2.

  • Capitulo primero: el misterio pascual en el tiempo de la iglesia

    Artculo 1: La liturgia, obra de la santsima trinidad

    El Padre, Fuente y fin de la liturgia (N 1077-1083)

    La bendicin es una accin divina que da la vida y cuya fuente es el padre; su bendicin es a

    la vez palabra y don. Toda la obra de Dios es bendicin: Dios bendice a los seres vivos, especialmente

    al hombre y a la mujer y renueva esta bendicin en No. Pero la bendicin divina penetra en la

    historia humana por la fe de Abrahn que acoge esta bendicin y as se inaugura la historia de la

    salvacin. Las bendiciones divinas se manifiestan mediante acontecimientos extraordinarios en la

    historia de Abraham y de su descendencia: el pueblo escogido, Israel. Los hebreos responden a estas

    bendiciones divinas con las bendiciones de alabanza y de accin de gracias. En la liturgia de la iglesia,

    la bendicin divina es plenamente revelada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como

    fuente y fin de las bendiciones de la antigua y la nueva alianza; l nos sigue colmando de

    bendiciones en la celebracin litrgica de los misterios de la vida terrena de su verbo encarnado; y

    por l derrama en nuestros corazones el don perfecto: El Espritu Santo.

    La liturgia cristiana, como respuesta de fe al Padre tiene una doble dimencion: por un lado

    bendice al Padre por sus dones3; y por otro lado la iglesia presenta al Padre la ofrenda de sus propios

    dones implorando al Espritu Santo que venga sobre esta ofrenda, sobre los fieles y sobre el mundo

    entero.

    La obra de Cristo en la liturgia (N 1084-1090): Cristo acta por medio de los sacramentos

    instituidos por el para comunicar su gracia, estos sacramentos son signos visibles que realizan lo que

    significan por el poder del Espritu Santo. En la liturgia de la iglesia el sacramento principal que Cristo

    realiza es el misterio pascual; hecho histrico, pero que por la divinidad de su autor, trasciende toda

    la historia y se mantiene permanentemente presente.

    Cristo enviado del Padre, enva as a los apstoles y les confiere por el Espritu Santo, su

    poder de santificacin para predicar el evangelio y realizar su obra de salvacin, anunciada mediante

    el sacrifico y los sacramentos. Por la fuerza del Espritu Santo los apstoles confan esta misin a sus

    sucesores por medio del sacramento del orden y as la sucesin apostlica se convierte en la

    estructura de toda la vida litrgica de la iglesia.

    Adems Cristo est siempre presente en su iglesia: en la liturgia eucarstica, en la persona

    del ministro y muy especialmente en las especies eucarsticas y en los sacramentos.

    El Espritu Santo y la iglesia en la liturgia (N 1091-1109): La liturgia es la obra comn del

    Espritu Santo y de la iglesia: El Espritu Santo acta en la liturgia de la iglesia de cuatro formas: 1)

    Prepara a la iglesia para el encuentro con Cristo (en la lectura del antiguo testamento). 2) recuerda y

    manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea (en la lectura del nuevo testamento y la Anmnesis). 3)

    hace presente y actualiza el misterio de Cristo (en la Epclesis que junto con la Anmnesis son el

    centro de toda celebracin sacramental) y 4) hace fructificar el don de la comunin con Cristo en la

    iglesia (El fruto del Espritu Santo en la liturgia es comunin con la trinidad y comunin fraterna;

    tambin mediante la oracin de la Epclesis se ruega al Espritu Santo transforme a los fieles en

    imagen de Cristo). En conclusin el Espritu Santo acta siempre en la iglesia imprimindole la fuerza

    y la realidad divina a la liturgia y a los sacramentos.

    3 Cf. 2 Co 9,15

  • Capitulo segundo: la celebracin sacramental del misterio pascual

    Artculo 1: celebrar la liturgia de la iglesia

    Quin celebra? (N 1136-1144)

    La liturgia de la iglesia es celebrada por el Cristo total y los que la celebran participan de la

    liturgia del cielo. La iglesia ha visto en el libro del apocalipsis (asistido por otros pasajes de la

    escritura4) como un retrato de esta liturgia5 celestial y de sus participantes6 que recapitulados todos

    en Cristo la celebran en plena comunin y fiesta.

    La liturgia terrena (tambin llamada por el catecismo liturgia sacramental) es tambin

    imagen de la liturgia celeste; es por lo tanto una accin comunitaria cuyos celebrantes son el pueblo

    santo, la comunidad de los bautizados congregado y ordenado bajo la direccin de los obispos que

    por medio del Espritu Santo ejercen el sacerdocio comn de los fieles. A pesar de ser una

    celebracin comunitaria, la liturgia afecta a todos los participantes de manera distinta segn los

    diversos carismas que desempean: los que sirven ejerciendo el sacramento del orden (el

    sacerdocio sacramental, en representacin de Cristo Cabeza) y los dems servicios o ministerios

    particulares (aclitos, lectores, comentadores, cantores) de modo que toda la asamblea es liturgo,

    cada cual segn su funcin pero en la unidad del Espritu.

    Como celebrar (1145-1162)

    Signos y smbolos: la celebracin sacramental est tejida de signos y smbolos que por la

    fuerza del Espritu Santo e insertos en el mundo de la fe se hacen portadores de la accion salvfica y

    santificadora de Cristo. Hay varios tipos de signos y smbolos: 1) Signos del mundo y de los hombres:

    son los que se refieren a la creacin (luz, agua, fuego) y a la vida humana (lavar, ungir, partir el pan).

    2) Signos de la alianza: son los que refieren a la historia de la salvacin (los ritos de la pascua). 3)

    Signos asumidos por Cristo: Cristo da un nuevo sentido a los hechos de la antigua alianza por que el

    mismo es el sentido de ellos. 4) Signos sacramentales: los sacramentos de la iglesia.

    Canto y msica: En la iglesia la tradicin msica sobresale entre las dems expresiones

    artsticas. El canto y la msica cumplen su funcin de signos mientras ms estrechamente estn

    relacionados con la accin litrgica. El catecismo le da mucha importancia al canto religioso popular

    y propone que se fomente.

    Imgenes sagradas: la iconografa litrgica expresa principalmente a Cristo. Dios se ha hecho

    visible en el de modo que la encarnacin inaugura una nueva economa de las imgenes. Aun las

    imgenes de la virgen Mara y los santos hacen presente a Cristo que es glorificado en ellos; a su vez

    las imgenes sagradas estn en estrecha relacin con la palabra de Dios y ambas se esclarecen

    mutuamente contribuyendo estas al anuncio del mensaje evanglico.

    Arte sacro (N 2503): Es deber de los obispos vigilar y promover el arte sacro purificndolo

    de todo lo que no est de acuerdo con la verdad de la fe.

    En la liturgia es necesario que todos los signos estn en armona y haya una unidad en la

    diversidad de modo que puedan dar frutos abundantes.

    Cuando celebrar (N1163-1178)

    El tiempo litrgico: La iglesia celebra toda la obra de la salvacin de Cristo en el tiempo

    litrgico. Cada semana el en da del Seor conmemora su resurreccin; y una vez al ao celebra

    4 Cf. is 6,1-3; Ez 1,26-28; Jn 1,29; 4,10-14; Hb 4,14-15; 10,19-21

    5 Cf. Ap 4,2; 5,6; 22,1

    6 Cf. Ap 4-5; 6,9-11; 7,1-9; 12; 14,1;21,9

  • junto con su pasin, la mxima solemnidad dela pascua y en el crculo del ao desarrolla todo el

    misterio de Cristo.

    El da del Seor: Cada ocho das, en el mismo da de la resurreccin del Seor, el domingo, la

    iglesia celebra el misterio pascual. Por lo tanto el domingo es el da por excelencia de la asamblea

    litrgica.

    El ao litrgico: Todo el ao litrgico gira en torno al triduo pascual que es la fiesta de las

    fiestas y la solemnidad de las solemnidades y se celebra el domingo que sigue al plenilunio (14 del

    mes de nisn).

    El santoral en el ao litrgico: Durante el ao litrgico la iglesia venera con especial amor a

    la Madre de Dios y hace memoria de los mrtires y los dems santos contemplando el misterio

    pascual cumplido en ellos.

    La liturgia de las horas: Es la oracin de todo el pueblo de Dios y en ella todos los fieles

    ejercen el sacerdocio real de Cristo. Esta liturgia se celebra en los diferentes momentos del da y est

    compuesta por himnos y letanas, los salmos, la lectura de la palabra de Dios y delos padres de la

    iglesia. El catecismo afirma que para celebrar la liturgia de las horas hace falta adquirir una

    instruccin litrgica y bblica sobre todo en lo que se refiere a los salmos; as mismo seala que los

    pastores de almas deben procurar que, las horas principales se celebren en la iglesia

    comunitariamente.

    Donde celebrar (N1179-1186)

    Es fundamental tener en cuenta que cuando los fieles se renen en un mismo lugar para

    celebrar la liturgia de la iglesia, ellos mismos son las piedras vivas, el templo espiritual; pues el culto

    a Dios es ahora en Espritu7 y en verdad. Sin embargo los cristianos construyen edificios para la

    celebracin comunitaria, estas iglesias visibles manifiestan el templo espiritual que vive en ese lugar.

    El templo visible, la casa de Dios posee una variedad de signos que manifiestan la presencia de

    Cristo: 1) El altar: que significa la cruz de Cristo, el altar de la nueva alianza. El catecismo afirma que

    el altar es el centro de la iglesia. 2) El tabernculo: contiene la presencia sacramental de Cristo y

    debe estar ubicado dentro del templo en un lugar digno y con el mayor honor, de modo que

    favorezca su adoracin. 3) El Santo Crisma: Es signo sacramental del sello del don del Espritu Santo,

    tradicionalmente se conserva y se venera en un lugar seguro del santuario y junto a l puede

    colocarse el leo de los catecmenos y el de los enfermos. 4) La cede (ctedra) del obispo (o del

    sacerdote): Debe ubicarse en lugar adecuado de modo que signifique la funcin de presidente de la

    asamblea y director de la oracin que ejerce el obispo y sus sacerdotes. 5) El Ambn: Es el sitio

    reservado para el anuncio y la proclamacin de la palabra de Dios y por lo tanto debe estar tambin

    ubicado en un lugar adecuado a ese fin. 6) bautismo y penitencia: el templo debe tener un lugar

    apropiado para la celebracin del bautismo y de la penitencia pues del primero nace la vida del

    cristiano y en el segundo se renueva. Por ltimo el templo debe ser un lugar apropiado para el

    recogimiento y la oracin.

    El templo tambin tiene una significacin escatolgica: simboliza la casa paterna hacia la que

    marcha el pueblo de Dios, entrar en ella es como pasar del mundo herido por el pecado al mundo de

    la vida nueva; por lo tanto el templo debe ser ampliamente abierto y acogedor.

    7 Cf. Jn 4,24