Todo lo que existe es Conciencia Pura, por lo tanto cada habitante de este planeta también lo es, diferenciándonos del resto de lo creado, supuestamente porque pensamos, "discernimos" y ocupamos cuerpos

calificados como humanos, aunque en ocasiones no manifestemos nuestra humanidad inherente de la forma en que deberíamos hacerlo.

Nuestra conciencia individual ha existido desde la eternidad, pero debido a la Nuestra conciencia individual ha existido desde la eternidad, pero debido a la forma en que hemos accionado en cada una de las experiencias de vida, dicha forma en que hemos accionado en cada una de las experiencias de vida, dicha conciencia conformada por un conjunto de partículas elementales o energía, conciencia conformada por un conjunto de partículas elementales o energía,

en muchas ocasiones la hemos estado desvirtuando y tergiversando.en muchas ocasiones la hemos estado desvirtuando y tergiversando.

Esa energía individual que puede ser definida también como una “Sustancia Básica”, es de igual contextura a la Sustancia Básica de la Conciencia Universal, pero en el caso

de nosotros, sus componentes en ocasiones se han estado densificando o sutilizando por el uso inadecuado. Todo este proceso de ponerse más pesada o más ligera, define en cada persona una configuración energética individual.

Esta configuración es lo que ha estado atrayendo cada uno de los cuerpos que hemos ocupando en cada existencia, inclusive la actual y las venideras.

Por decirlo de otra forma, es un componente individual que no se ve en nosotros, pero es el que nos identifica y nos acompaña a todas partes

denotando el estado o el nivel de conciencia en el que vibramos… Es en otras palabras el alma en evolución.

Cada vez que nacemos, lo hacemos con un único propósito: alcanzar la perfección con nuestro diario accionar, llevando al equilibrio todas

aquellas partículas energéticas que se encuentran vibrando en frecuencias bajas y así liberarlas al universo, librándonos nosotros en consecuencia del ciclo nacer y morir.

Por lo tanto, el cuerpo que hemos estado ocupando es sólo un instrumento que utilizamos para cumplir con ese “Deber Ser” intrínseco.

La calidad, el estado o el nivel vibracional en el que se encuentra nuestra esencia y su “necesidad” de volver al estado de perfección inicial, es lo que nos indica

lo que debemos hacer en cada existencia. Es por ese motivo que tanto el cuerpo, como el nombre, además de la nacionalidad, los rasgos, la raza, el idioma,

las situaciones de vida, la preferencia política, la ocupación, la profesión y/o el oficio, sólo definen una "situación circunstancial momentánea" que debe ser experimentada para, y en lo posible avanzar en nuestro camino evolutivo.

Al final, este mundo es sólo una fantasía. ¡No existe!, y nuestros cuerpos son sólo unos "simples disfraces" que utiliza nuestra esencia como instrumentos que nos deben llevar al "despertar" de la verdadera realidad. En consecuencia,

no somos el cuerpo ni la mente ni el pensamiento ni la profesión o cualquier otra “cosa” que manifestamos en el mundo denso en el que interactuamos.

De igual forma ocurre con todos los contactos y las relaciones personales que se dan.

Éstas en realidad son de tipo transitorio, que fueron atraídas por nosotros sólo como instrumentos para “hurgar y mover” de alguna manera nuestra energía, motivo por el que deben ser “usadas” con el fin de ayudarnos los unos con los otros, en este transitar hacia la liberación. Mientras no lo entendamos de esa manera, nos seguiremos haciendo daño,

sólo por creer que el cuerpo y las circunstancias que experimentamos son reales.

Cada vez que accionamos, dichas acciones generan una serie de movimientos energéticos imperceptibles, los cuales se encuentran gobernados por un proceso infinitamente

regenerativo que corrige continua e intuitivamente todo aquello que se distorsiona, y que a su vez custodia la forma en que se activan éstos y los futuros movimientos con el fin de

prever su respectiva corrección en la infinidad de efectos directa e indirectamente generados por reflejo, reacción, resonancia y/o repercusión.

Son movimientos que en el nivel evolutivo en el que nos encontramos, nadie puede imaginar el cuándo, el dónde y el cómo van a incidir sobre nuestro futuro.

Este proceso evolutivo es eterno, pero en la actualidad el planeta al estar vibrando en una frecuencia más alta, está experimentando una apertura a nuevos estados de

conciencia que nos permitirán desarrollar la suficiente sabiduría para poder entender quiénes en realidad somos y qué es lo que debemos hacer para ser mejores personas

y así “conseguir” el camino que habíamos perdido por tantas “distracciones”.

Es esta la razón por la que estamos experimentando de manera drástica y dramática ciertos eventos protagonizados por la naturaleza, junto a ciertas circunstancias de

inconformidad en cuanto a situaciones de vida, que se encuentran incidiendo tanto en lo social como en lo político y lo económico, en nuestros respectivos países.

Por ejemplo, un país generalmente se encuentra dividido políticamente por dos tendencias mayoritarias. La preferencia de cada persona la determina el grado de desarrollo de sus

energías así como la empatía, el reflejo y la resonancia de éstas hacia los actores políticos y sus congéneres. Esta afinidad o desavenencia es el resultado de la "calidad" energética

inherentes desarrollada que también explica nuestros gustos y exigencias al buscar pareja, amigos, compañeros de trabajo y vecinos para poder relacionarnos o no.

Al hacernos conciente de estas verdades poco estudiadas e investigadas, podemos entender por ejemplo, que cuando una persona sale a protestar o, a “marchar” a favor o en contra de determinada causa o convicción, o realiza

una huelga, se debería tomar dicha experiencia para activar, desarrollar y fortalecer energías relacionadas a la libertad, la justicia, la igualdad, al patriotismo, la democracia,

la honestidad, el sentido común, la coherencia, el respeto, la equidad, el equilibrio, la verdad…, esto debe ser así porque toda buena acción debe ser emprendida por

la persona interesada para conseguir indirectamente el respectivo beneficio energético.

Al protestar, marchar o hacer una huelga, y sí se está accionando vibrando en niveles energéticos calificados como positivos, se estarán activando éstas energías

en su esencia, acción o acciones que irán sutilizando todas aquellas minúsculas partículas que conforman dicha esencia, perfeccionándola a tal punto que le permita ascender

a estados de conciencia superiores porque lo que está haciendo con su cuerpo es simplemente una excusa que el universo le está ofreciendo para regenerar

y purificar la configuración de su alma y así se vaya sutilizando.

Si por el contrario, lo hace para sabotear, desordenar, violentar, agredir, mentir, excluir, acusar, ridiculizar, imponerse, corromper, ofender..., a sus supuestos adversarios estará

densificando su carga energética y por lo tanto, se le harán más difíciles y traumáticos sus futuros procesos y experiencias de vida, incluso esta activación y manifestación de energías

totalmente distorsionadas que estará afectando a muchas personas, también estarán repercutiendo en el futuro cuerpo que ha de ocupar en la siguiente encarnación.

Cuando por ejemplo un gobernante, legislador, político, dueño de medios de comunicación, periodista o cualquier otra persona, censura, critica, usa términos peyorativos, discrimina, excluye, divide y confunde a sus congéneres, dichas acciones estarán densificando tanto

sus energías inherentes así como las energías de aquellos a quienes agrede, miente, ridiculiza y excluye, al activar en ellos odios, rechazos, impotencia, frustración,...

Estas energías activadas en otros regresarán a quien las estimuló, lo que hará mucho más pesadas las suyas, prolongando su respectivo e individual proceso regenerativo

en el tiempo y en el espacio, obstaculizando indirectamente también, el avance de la masa crítica al irse “quedando atrás” por su mal accionar.

Ocurre todo lo contrario cuando el gobernante, legislador, político, dueño de medios de comunicación, periodista o cualquier otra persona, utiliza sus acciones para hacer el bien, servir, incluir, unir, respetar, tolerar… Estas acciones al beneficiar a muchas otras personas, los beneficios activados se prolongarán en el tiempo y en el espacio

en la esencia individual que los activa, haciendo más fácil su camino evolutivo.

Por lo tanto y si tenemos siempre presente que el lenguaje del “bien y el mal”, en realidad lo que está definiendo es la sutilización y la densificación energética

entonces, y continuando con los ejemplos, todas aquellas personas que tienen un cargo público o que trabajan en empresas privadas, así como las que son independientes,

si al ejercer la labor encomendada accionan desvirtuando sus energías, en energías relacionadas a la corrupción, al irrespeto, a la ineptitud, a la irresponsabilidad, a la desidia,

a la mentira, la adulancia, lo servil…, las consecuencias más temprano que tarde han de ser enfrentadas en la misma proporción de las personas afectadas multiplicadas

en cada una de las acciones que se derivaron de estos inadecuados accionares.

Si por el contrario usa su trabajo para el bien, para ser honesto, responsable, justo, eficiente, así como para practicar la moral y la rectitud, los efectos activados en quienes se vean beneficiados con ellas, regresarán a quien las activó lo que beneficiará su evolución.

Pero, lamentablemente con frecuencia se dan los dos casos, la gran mayoría de las personas por la ignorancia colectiva “arrastrada”, constantemente se encuentran densificando y sutilizando a la vez sus energías inherentes,

con sus inadecuadas y adecuadas acciones, incidiendo esta forma de proceder directa e indirectamente sobre la densificación y sutilización de los demás, lo que

ha traído en consecuencia un estancamiento en el avance energético del colectivo.

Por ejemplo y siguiendo con la persona que decidió protestar, marchar o realizar una huelga, al no utilizar concientemente ese momento para ser mejor persona, entonces

puede que active energías relacionadas a la participación, a la tolerancia, a la igualdad, la determinación y a la persistencia, pero junto a ellas puede que también esté activando,

desarrollando y fortaleciendo energías de inconformidad, crítica, burla, intolerancia, frustración, odio, resentimiento, división, venganza…, razón por la que dicha

experiencia no le traerá ningún beneficio en su avance.

Por otra parte, debemos tener presente que la calidad en cuanto a conducta de los pobladores de una nación es directamente proporcional a la calidad de sus medios de

comunicación, es decir la calidad de la educación de un país, su economía, la credibilidad en el sistema de seguridad y orden público, incluso la calidad de sus dirigentes políticos,

son el producto de la calidad de sus medios de comunicación.

Todos los programas, los comerciales, las propagandas, las novelas, los espacios informativos, las películas, las series, los periódicos, los programas radiales…, están

constantemente estimulando, activando, desarrollando y fortaleciendo subliminalmente y en forma masiva, directa e indirectamente, conciencie e inconcientemente, las energías

inherentes de cada una de las personas que los ven, los leen o los oyen.

Si un espacio informativo constantemente se dedica a difundir, odio, división, exclusión, resentimiento, mentiras, enfrentamientos, peleas, burlas, cinismo, irresponsabilidad,

irrespeto…, quienes los ven, los leen o los oyen estarán activando, desarrollando, fortaleciendo y arraigando en sus esencias conductas relacionadas al odio, la división, la exclusión, el resentimiento, las mentiras, los enfrentamientos, las peleas, las burlas, el cinismo, la irresponsabilidad, el irrespeto…, esto ocurrirá tanto en su vida familiar,

como en el trabajo, en la calle, en el lugar de estudios…

Si por el contrario, se utiliza el programa para estimular el discernimiento, la lógica y el sentido común, sin necesidad de aludir ni execrar sobre otros,

el ciudadano que los ve, los lee o los oye probablemente activará en él energías que lo motiven a ser una buena persona.

En el caso de los comerciales, estos generalmente son realizados para vender algo, sin importa el cómo. Para ello, la mayoría son diseñados irresponsablemente,

por estimular, activar, desarrollar, fortalecer y arraigar energías relacionadas a la vanidad, a la ambición, el despilfarro, la indiferencia, el derroche, la desidia, el irrespeto, la ansiedad…

Colocando en la mente de los futuros compradores una falsa necesidad de los mismos.

En cuanto a las telenovelas, ellas generalmente estimulan directa e indirectamente a través de sus actores y su drama, el cinismo, la lujuria, la vanidad, el escándalo,

la indiferencia, el enfrentamiento, la deshonestidad, la ignorancia, el exhibicionismo, el adulterio, la vagancia, el irrespeto, la violencia, la perversión, la pereza…

Una persona al verla, su mente distingue y reconoce que está observando la simulación de un hecho, pero su esencia no lo registra de esa manera, por el contrario se “conecta”

como si estuviera protagonizando cada una de las escenas y los personajes. Ella no reconoce, sólo percibe, estimula, activa, siente, desarrolla, fortalece y arraiga,

como propias cada una de las energías que la afecten o la beneficien. Igual ocurre con las canciones, con la música, con los diferentes programas,

con las obras de teatro, con las películas, o con las series de televisión.

Su esencia se “conecta” como si estuviera protagonizando cada una de las escenas y los personajes.

Ella no reconoce, sólo percibe, estimula, activa, siente, desarrolla, fortalece y arraiga, como propias cada una

de las energías que la afecten o la beneficien. 

Este "beneficio o daño" se hace más evidente por ejemplo, y en el caso de los actores, cuando interpretan un personaje, su esencia o su cúmulo de energías no distingue sí es algo ficticio o es real. Al estar representando cada personaje, constantemente estará

activando y desarrollando las energías con las que está actuando, fortaleciendo y arraigando en consecuencia ciertos rasgos energéticos o cualidades que

van a definir su futuro carácter, incluso en sus próximas existencias.

Su esencia o su cúmulo de energías no distingue sí es algo ficticio o es real. Al estar representando cada personaje, constantemente estará activando

y desarrollando las energías con las que está actuando, fortaleciendo y arraigando en consecuencia ciertos rasgos energéticos o cualidades que

van a definir su futuro carácter, incluso en sus próximas existencias. 

Por otra parte, cada actor también es responsable en el tiempo y en el espacio, directa e indirectamente, por ley de causa y efecto, de cada una de las acciones que se derivaron de la activación y el fortalecimiento energético en aquellos que lo observaron y oyeron. Así como también, sí arraigó en sus

memorias energéticas, ciertos personajes y conductas, entonces en una futura existencia puede que sufra de personalidad múltiple.

Según este análisis, y debido al alcance tecnológico que tienen los medios de comunicación en la actualidad, éstos deberían ser utilizados para estimular

el discernimiento, que es la principal energía sutil que activa la voz de la conciencia y por lo tanto el buen accionar.

Es por esa razón, que en las manos de sus dueños, sus actores, periodistas, moderadores, editores…, reposa el mayor porcentaje de la calidad de la conducta de los pobladores de un país, incluyendo la calidad de sus tan criticados dirigentes políticos, así como la calidad de la educación, su seguridad social y el modo de vida de sus habitantes. Esto sólo quiere decir que todo lo "malo" que ocurre en un país,

no es culpa directamente y en un cien por ciento de las políticas implementadas o no, por los gobiernos de turno.

Recuerda cada país tiene lo que se “merece”. Este merecimiento hace referencia sólo a la forma en que estamos vibrando energéticamente como ciudadanos dentro y fuera de una nación.Entonces, sí lo que se está activando frecuentemente es el conflicto, la enemistad, la crítica,

la deshonestidad, la corrupción, las vanidades, el egocentrismo, el populismo, la indiferencia, la irresponsabilidad, el irrespeto, el sarcasmo, la burla, la adulancia, la intolerancia, el odio, la exclusión, la lujuria o el excesivo apego a la sexualidad, entre otras desvirtuadas energías,

cómo se le “exige” a la población que responda con respeto, unidad, paz, verdad, lógica, sentido común, responsabilidad, tolerancia…, o cómo se le exige que discierna

y determine entre lo que es bueno de lo que no lo es, cuando lo único que tiene a la vista es el apego al consumismo, a las modas, al tecnicismo excesivo y al despilfarro.

Entonces analiza, discierne y reflexiona, todo lo que acontece es activado en un gran porcentaje, por aquellos que tienen el poder masivo de incidir directamente sobre

cada cúmulo energético individual. Ellos tienen el poder de manejar al mundo a su antojo, lo que pasa es que no lo han sabido utilizar para el beneficio de todos

y ahora estamos sufriendo las consecuencias de esa irresponsabilidad.

Este proceso del “Despertar” es individual, pero debemos ayudarnos unos a otros utilizando la excusa de ayudar para poder progresar en nuestro camino, entendiendo que

las “buenas y malas” acciones, en realidad se encuentran definidas por la sutilización de nuestras energías y en consecuencia de su respectiva liberación o, por la densificación

y su respectivo estancamiento en estados de conciencia muy bajos o casi nulos.

TODOS somos miembros de una sociedad, y por lo tanto nuestro bienestar siempre dependerá del bienestar de toda la sociedad.

Elizabeth Vârga Ramírez

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