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Ensayo breve sobre fundamentos de antropología filosófica centrado en la libro "Personas" de Robert Spaemann.
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¿TODO HOMBRE ES PERSONA?
Podemos definir el ser humano como un ser físico y biológico, social y cultural,
racional a veces, irracional otras, libre en algunos sentidos, sometido en otros.
Pero, desde un punto de vista biológico podemos decir que somos humanos por
una razón genética. Otra forma de definirlo es: “El ser humano es todo aquel
individuo que ha nacido de padres humanos.”
Además este criterio biológico nos permite distinguir a los seres humanos de otros
animales que no lo son, y nos diferencia de los robots y otras máquinas
"inteligentes", así como de posibles criaturas extraterrestres.
Desde un punto de vista filosófico para muchos pensadores, que ven en el ser
humano algo que va más allá del mundo natural. Lo diferencia del resto de seres
naturales, por tener conciencia de sí mismo, capacidad de pensar y actuar con
libertad, sentido del bien y del mal. Este conjunto de facultades son las que
configuran a la persona como algo distinto de los animales y del resto de seres del
mundo natural.
“Si la racionalidad y la autoconciencia son las cualidades por cuya virtud
designamos a algunos seres como personas, no es razonable denominar
“personas”, y acogerlos como tales, a aquellos hombres que no disponen de
ellas”.
Esta objeción rechaza que en la comunidad de personas se deba entrar por
procreación o por nacimiento, sino por tener autoconciencia o por cooptación de
otros miembros de la comunidad; siendo ésta una opinión insostenible ya que si
debiéramos conceder los derechos de persona a aquel ser que dispone de
determinadas propiedades y capacidades, es decir autoconciencia y racionalidad.
Sólo dichos seres serían por tanto personas. Los embriones no serían entonces
personas, como tampoco los niños hasta el cumplimiento del primer año de vida y
los subnormales profundos o los ancianos que empiezan a perder el uso de razón.
Todos estos grupos de personas pueden ser por tanto entregados a la muerte, si
no existen motivos éticos, sociopolíticos en contra razones para poner en
manifiesto de que todo hombre es persona.