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="='1' ¿TIENEN PREOCUPACIONES LOS BEBES? Por JUNE BINGHAM Versión española del folleto Do Babies HaIJe Worries? con au torización de los editores. EDITORIAL DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION . JUNIO DE 1952 DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION DlVISION TECNICA SAN JUAN. PUERTO RICO 167535

Tienen preocupaciones los bebes por June Bingham

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Publicado por la Editorial del Departamento de Instrucción Pblica en 1952.

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¿TIENEN PREOCUPACIONES LOS BEBES?

Por JUNE BINGHAM

Versión española del folletoDo Babies HaIJe Worries? con

au torización de los editores.

EDITORIAL DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION. JUNIO DE 1952

DEPARTAMENTO DE INSTRUCCIONDlVISION TECNICA

SAN JUAN. PUERTO RICO

167535

PREFACIO

El lector encontrará que este folleto es uno de esos documentos tan pococomunes como bien acogidos, que instruyen a la par que deleitan. No se limitasólo a presentar principios básicos de higiene mental en forma sencina, sino queexplica de manera clara y lógica por qué es esencial que los padres entiendanestos principios.

A diferencia de otras publicaciones relativas a la educación del niño, éstano deja en el lector la impresión desalentadora de que sólo personas excepcionalespueden criar niños que gocen de buena salud mental. El autor da por descon-tado que los padres incurren a veces en errores, y nos ofrece prueba fehacientede que tales desaciertos no son necesariamente graves.

La discusión de las diversas formas del amor paternal estimula el ingenio,y los ejemplos prácticos en que se expresa ese amor pueden ser de sumo prove-cho. Las ilustraciones bien escogidas y tomadas del idioma familiar, tanto enel lenguaje como en el dibujo, facilitan la comprensión de los ejemplos.

Es de desear que lean este folleto los padres de niños de todas las edades,así como también los que van a ser padres. Su valioso mensaje puede ser ungran aporte al desarrollo de la madurez emocional y la salud mental.

Dr. R. H. FELIX,Director del

National Institute of Mental Healtb.del Public Healtb Service y de la

FEDERALSECURITYAGENCY.

¿TIENEN PREOCUPACIONES LOS BEBES?

___\ · /,,- , Claro que sí, y especialmente ante la posibili~O dad de perder el amor de sus padres. Los ni--- ños necesitan del afecto tantq como las plantas

/ I ," de la luz solar, para crecer enhie~tas y robustasy resistir en el mañana la borrasca. Natural-mente, es mejor que el niño reciba en formadirecta el cariño de sus padres; pero si no es .posible, el niño, como la planta, se doblaráy retorcerá para buscarIo en otra fuente: elabuelo, la nodriza, la hermana, el hermano. elmaestro o el amigo.

" ".. '"..11.,.,.\\ l. 11.. , Sentirseamado es algo inefablepara eladulto; pero para el niño es simplemente una .

necesidad esencial. El niño querido se siente digno de serio y todo cuanto hace,tiene importancia. Puesto que los que le rodean se preocupan por él, se sientedeseoso de superarse. Pero si nadie lo quiere, parece que no fuera merecedor deser amado y lo que le sucede nada le importa. Como a nadie le preocupa loque hace, no tiene aliciente para esforzarse. Para él ser bueno o malo, fuerteo débil, estar vivo o estar muerto, le parecerá que no vale. la pena del menor~fuerzo.

Cuenta la leyenda que había un emperador que quiso saber hasta qué puntoinfluía el amor en la vida de los niños; para ello ordenó que a los huerfanitosdel hospicio se les alimentara y abrigara bien, privándoseles no obstante de mi-mos y afectos. A los pocos meses todos murieron, porque habían perdido lavoluntad de vivir.

Es cierto que se trata de una leyenda; pero los descubrimientos de la psico-dinámica moderna indican que contiene algo de verdad.

Por ejemplo. durante la guerra en Gran Bretaña se comprobó que los niñosatendidos con cariño por sus padres aumentaban de peso y prosperaban a pesarde los bombardeos, mientras que otros pequeños que carecían de amorosa soli-citud perdían peso y vitalidad bajo condiciones físicas más halagüeñas.

y este ejemplo de que el cuerpo humano se debilita por la pérdida de ca-riño en la primera infancia es sólo una gota en el mar; hoy día, miles de fichasclínicas compiladas científicamente, indican que la personalidad humana tambiénse debilita por la pérdida de cariño en la niñez. Hoy los médicos creen quenunca se le puede dar excesivo amor a un niño, si este amor es como debe ser.

¿CUANTAS CLASES DE CARlzilO HAY?

Tantos como seres pueblan el mundo. El amor de cada persona, comosus impresiones digitales, es algo diferente del de los demás. Y surge gran con.fusión al clasificar en el mismo encasillado la gama de emociones que va desdeel dominio impetuoso hasta la entrega absoluta. .

De entre los diversos tipos de amor paternal, hemos escogido tres, los quellamaremos afectuoso, obligado y dominante. Todos son bien intencionados,pero el afectuoso es el único que ayuda al niño. En contraste con estos trestipos de cariño, está la actitud desafecta o despectiva de algunos padres; pero nola detallaremos porque tales padres no se tomarán la molestia de leer nada acercade su actitud psicológica.

Aunque hacer un diagrama de las emociones es tan difícil como encerraruna nube en una caja, puede que el cuadro siguiente proporcione' una idea de larelación entre esos tres tipos de cariño:

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Con este cuadro queremos indicar que el amor afectuoso ocupa el nivel másalto durante el desarrollo del niño; lo que llamamos amor obligado falla cuandoel nene es un ser dependiente y un estorbo; y el .afecto dominante desapareceabruptamente en cuanto el niño trata de independizarse. (La actitud de rechazono comprende amor o aprobación de clase alguna para con el pequeño.)

Sin embargo, así como las emociones no encajan exactamente dentro deningún diagrama. tampoco encajará ningún padre en uno de los tres tipos decariño: todos mostramos cada día un poco de los tres, en varios grados deintensidad.

El amor afectuoso:

Desde un punto de vista ideal, el cariño afectuoso es incondicional, recep-tivo y expresivo.

Llamamos incondicional a aquel afecto que no se le niega al niño aúncuando el padre está disgustado. Hay un mundo de diferencia entre de-cide al pequeño que no nos gusta lo que está haciendo a decide que nonos gusta él. Debido a la preocupación que tienen los niños de perdernuestro cariño, a veces creen ver en nuestro deseo de que no existiera sumal comportamiento, el deseo de que fueran ellos mismos los que no exis-tieran. Por lo tanto. el afecto incondicional lleva implícita la premisa derecordar a nuestro hijo de vez en cuando que nuestro amor es más profundoque nuestro desagrado. Y que en cualquier situación difíéil no vacilaría-mos en ayudado. aunque él hubiera cometido una imprudencia.

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Cariño receptivo significa aceptar las limitaciones' del niño, sin demos~trarle jamás que estamos desilusionados porque no es hermoso, inteligenteo robusto, o porque nació varón cuando esperábamos una nena. La be-llota se acepta por lo que es, y llega a dar un rob"le bien proporcionado yfuerte; si nos empeñáramos en transformarla en otra clase de árbol, sólolograríamos un roble deforme. El término receptivo también exige quelos padres acepten sus propias limitaciones. En vez de tratar de ser todopara el niño, la madre o el padre debe reconocer sus propias debilidades yproporcionarle al pequeño - por medio de la escuela, los campamentos deverano o sus parientes y amigos, aquello que hubiera sido muy difícil quelos padres le dieran por sí solos.El cariño expresivo le demuestra al niño por medio de un beso, un abrazoo una sonrisa, lo que no pu~de traducirse en palabras. En la jerga perio-dística se dice que "un dibujo vale por mil palabras," debido a que pro-duce un efecto inmediato en el lector. Y lo mismo pasa con el niño cuandole damos una palmadita cariñosa, le alborotamos el cabello <?le propinamosun tiran cito de orejas. Los pequeños también se s.ienten felices si sus pa-dres -además de expresar el cariño que por él sienten- demuestran sumutuo afecto de vez en cuando. Porqu~ por encima de la preocupacióninfantil de sentirse menos queridos, existe en los niños el temor de que sus

,padres dejen de amarse.

El amor obligado:

Si comparamos el amor afectivo al obligado, éste no es incondicional, nireceptivo, ni expresivo. El niño a quien se quiere por obligatoriedad, siente que10 cuidan y atienden por deber y no porque sus padres sientan ese cariño. Elque crece bajo el sentimiento de no ser más que una preocupación para sus pa-dres, puede que termine siendo una víctima de mil preocupaciones, lleno detemores y miedos constantes. Sin embargo, a medida que tal niño vaya cre-ciendo, puede ganar la aprobación de sus padres actuando él a su vez en esaforma de obligación y deber. Pero tal aprobación --desde el punto de vista desu propia personalidad- llega demasiado tarde. Lo que hace es afianzar en éluna tendencia de obligatoriedad para con sus propios hijos. cuando llega a serpadre. Es verdad que no todos reflejan las actitudes de sus mayores al llegara adultos, pero hay una cierta tendencia en ese sentido.

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Como el amor obligado, el dominante no es incondicional, ni receptivo niexpresivo. Mientras el cariño obligado se da a condición de que el niño noexija nada de sus padres, el amor dominante supone que el niño no deje nuncade exigir. Este sentido de posesión del padre impide que el hijo desarrolle. supropia independencia y confianza. Por eso no es difícil que se convierta en unaflor de invernadero, que no resiste el más leve golpe de aire.

Entre la actitud dominante y la de obligatoriedad, los médicos creen quela primera es más perjudicial para el niño. Y aún peor es aquella que pasa deuna a otra continuamente, porque impide que el niño desarrolle una actitud con~sistente de defensa.

Lo que quiere el amante padre es ser afectuoso hasta donde sea posible. Siel temperamento y los hábitos infantiles nos inclinan hacia el amor dominante,debemos desviar esa tendencia ocupándonos en intereses variados fuera del hogar,o rodeándonos de muchos niños para que nuestra atención tenga forzosamenteque dividirse. Si el temperamento y los hábitos infantiles llevan hacia el amorobligado, podemos tratar de que nuestro afecto sea más expresivo por medio deun abrazo. una sonrisa o una palabra de elogio al pequeño. Y si tenemos lasuerte de ser afectuosos por temperamento y costumbre. no tendremos por quépreocupamos ni nuestros hijos tampoco.

El niño criado en un hogar normal don~de los padres quieren a sus hijos y se amanmutuamente, tenderá a reaccioI\ar como esosmuñecos de celuloide que tienen plomo en subase: sin importar quién los golpea o los tira,siempre caen derechos, con la cabeza en alto.

Pero aunque los médicos consideren elamor paterno como lo más importante en lavida del niño, no podemos dejar de tener encuenta la importancia de la propia constitu-ción de éste. Algunos niños tienen una na-turaleza tan fuerte que logran sin gran des-calabro superar una infancia nada afectuosa.

Otros nacen tan débiles que ni los padres más afectuosos logran que hagan acopiode vigor para encarar al mundo.

Por lo tanto, no podemos culpar a los padres por tener hijos débiles, nifelicitarlos porque les hayan salido fuertes. U n padre no es un ingeniero quepuede construir puentes tal cual los concibe en su imaginación; más bien es comoel jardinero que recibe las plantas jóvenes y las ayuda a florecer con toda suinnata potencialidad.

El amor dominante:

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.,NECESITAN DISCIPLINA LOS BEBES?

¡Naturalmente que sí, aunque en distintos grados!La misma medida de autoridad paterna que requiere un niño no la nece-

sitará otro, ni siquiera el mismo niño en sus diversas edades. En tealidad, unade las razones que prevalecieron para clasificar los tipos de cariño en afectuoso,obligado y dominante, fué escapar del problema entre la severidad anticuada yla tolerancia extrema.

Tanto la severidad como la tolerancia extrema tienen una importancia se-cundaria. Lo que vale es la índole del amor paterno. En otras palabras, unpadre afectuoso puede ser severo y tolerante, lo mismo que los otros. La extrematolerancia combinada con el cariño obligado puede llegar a convertirse en indi-ferencia yeso es lo que expresamos al exclamar:

-¡Házlo tú mismo! ¡No me molestes ahora! Y la severidad combinadacon el afecto dominante puede llegar a convertirse en protección extrema:

-¡No, no! ¡No te subas a ese árbol! ¡Mi nenito querido se puede caer!La gran ventaja de ejercer algún grado de autoridad afectuosa es que evita

que el niño tenga que hacer muchas - y muy difíciles elecciones. Par~ que sesienta seguro, conviene que los padres le demuestren que son más fuertes y másseguros que él mismo, capaces de impedirIe que haga algo perjudicial para sí ypara los demás. Aunque los niños critican a menudo las restricciones paternas,prefieren vivir dentro del marco que encuadra el Sí y el No, el que ---de paso--funciona mejor cuando se aplica tanto a los padres como a los hijos.

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En cambio, la gran desventaja del exceso de autoridad, aunque sea afectuosa,es que anula al niño. ¡Qué pronto nos olvidamos lo terrible que es ser pequeñoy desamparado en un mundo de gigantes! Los niños se frustran cada día, cadahora, por su incapacidad de hacer lo que nos ven hacer tan fácilmente a nosotros.Por lo tanto, cuando nosotros los gigantes nos creamos obligados a aumentar sucarga de frustraciones debemos ayudarlos en alguna forma a que se desahoguen.

.

Hay muchas formas aceptables de descargar ese sentido de anulación física ymental, ya sea por medio de una buena caminat~, o escribiéndole a un amigoacerca de nuestras preocupaciones. Tales actividades pueden constituir unaayuda inmensa para guiar a nuestros hijos desde que se inicia la disciplina pa-terna en la infancia, hasta la propia disciplina de la edad adulta.

Hasta ahora sólo hemos hablado del efecto de la autoridad afectuosa en el

niño. Tal autoridad, combinada con el amor obligado o con el dominante,puede tener resultados más funestos que la frustración, pqrque al fomentar lamás grave preocupación que puede sentir un niño -la pérdida del cariño pa-ternal- causamos en él hondo trastorno interno. Esta experiencia puede llegara ser tan terrible que quizá el niño no se la confiese ni a sí mismo. Y comoconsecuencia de tal preocupación oculta, la conducta del niño puede variar desdela rebelión a la de la docilidad extrema. Ambas actitudes pueden engañar alniño. pero no a sus padres. Si el pequeño ha recibido un castigo, saldrá de lahabitación gritando:

-¡No me importa!. pero lo que realmente quiere expresar es: -¡A us-tedes no les. importa, yeso no puedo soportarlo!

A veces tal parece como si lo más importante para los padres fuera averi-guar 10 que el niño se dice para .sus adentros inconscientemente. Ppr ejemplo,

cuando repite: "No, no quiero," puede significar:"No, no quiero hacerlo porque me siento mal," o-"No, no lo voy a hacer porque en este momento noquiero." o -"No. no lo voy a hacer porque temo fra-casar." o -"¡No lo haré porque alguien no quierehacer lo que yo quiero que haga y ésta es la única formade vengarme!" El buen resultado de cualquier acción quedecidamos poner en práctica, dependerá de lo que está .

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oculto entre las palabras del niño. A veces es fácil captar el mensaje. pero otrases casi imposible. Pero si hay que castigar. podemos estar seguros que los cas-tigos son más eficaces cuando implican la pérdida de cosas materiales en vez dela pérdida del amor paterno. Retirade a un niño el permiso de usar la radio ode comer caramelos es como guiar un caballito con riendas ap!"opiadas; pero pri-vade de nuestro afecto es como usar riendas cortantes en la boca del caballito.

porque 10 harán sangrar sin que importe la dirección que sigamos.Los padres no deben temer jamás la pérdida de su influencia sobre la per-

sonalidad del hijo. aunque en ciertas ocasiones la conducta del niño no la refleje.En cambio tenemos que cuidamos. al guiar la conducta del niño. de no lastimarsu personalidad.

Pero si en alguna ocasión los padres lastiman al niño. pueden compensarel hecho por medio del cariño afectuoso. Los niños son elásticos: si los pre-sionamos demasiado en un sentido. podemos ayudados a que reboten en direc-ción contraria. Además. no nos interesan tanto las experiencias a corto plazo;10 importante -según los médicos- es la relación a larga distancia entre padrese hijos. ese largo trayecto de la infancia. durante el cual l:¡.s dos generacionestienen tiempo de cometer errores de poca monta y de corregidos con éxito.

7...

LA COMIDA

-Bueno. puedes irtede la mesa.

-No quiero espinacas.

El amor afectuoso: Esta madre comprende que hay ocasiones en que el niño notiene apetito. La pérdida del apetito en el niño no debe ser motivo para

que disminuyan el amo' o el sosiego de los padres, [~-No qul"o npln~~, ~ ~,Q -

=:::;:¡~

J I~ U") de /0 contrario. . . !~El amor obligado: Esta madre cree que porque ella prepara los alimentos, el

niño está en la obligación de comerlos. Obligar a un niño a que coma,mediante amenazas, hará que deteste la comida. ~

o))(~~

El amor dominante: Esta madre asume la misma actitud que la anterior. Cuan-do se le concede importancia al hecho de que el niño coma o no, éste usaráesa actitud corno un arma para resistirse. De este modo, el acto de comer,que debe ser natural y placentero, se convierte en una lucha por ver quiénpuede más. Especialmente en el comedor, los padres deben verse perono oírse.

-¡Válgame Dios! ¿No tesientes bien? ¿Quieresquellame al médico?

-N o quiero espinacas.

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LA ELIMINACION ¡I

.-¡J o r g i t o, por

DéO$! La próxi-ma vez llamarása mami, ¡verdad?i

El amOt"afectuoso: Esta madre procede correctamente, instruyendo al niño parala próxima vez. Mediante una sonrisa o el diminutivo del niño, le de-muestra que todavía lo quiere, aunque no le agradó lo que hizo.

-¡Eres un ni ñ omalo. muy malo!A los niños su-cios nc los quierenadie.

El amor obligado: Esta madre actúa como si le importara más el aspecto de laalfombra que los sentimientos de s,! hijo. Las manchas de la alfombradurarán hasta que se limpie o se tiña, mientras que el daño causado a lapersona del niño se prolongará toda la. vida.

-No quiero ir a la escuela. Losbaños están muy sucios y meda asco usarlos.

-¡Fíjate qué porquería! Llamaréal principal inmediatamente.

El amor dominante: Esta madre hace más infantil a su hijo. interponiéndoseentre él y la realidad deprimente. La madre que actúa en tal forma pro-picia el desarrollo de una personalidad inconsistente y débil en el niño,siempre dispuesta a responsabilizar a todos los otros menos a sí misma.Además, puede que en lo futuro se acostumbre a recurrir a su madre cuandotenga dificultades, o a exigirle amor maternal a su esposa:

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EL RUIDO

El amor afectuoso: Esta madre comprende que cuando el niño hace ruido esque quiere llamar la atención. Lo que desea realmente es cariño.

-¡Deja esealboro-to que asu.ta. aln e n e! ¡Sal deaquí!

El amor obligado: El propósito de esta madre es proteger al bebé. pero su mé-todo no resulta bueno porque en vez de satisfacer el deseo de compañía yla urgencia de cariño del chico mayor. los acrecienta. Cuando llega el se-gundo bebé hay que brindar al primero más cariño. y no menos.

-¡Cuidado hijito, que te pue-de. la.timar! Ese palo e.muy peligro.o para que jue-gue. eor. él.

El amor dominante: En este ejemplo .no hay un segundo hermanito. pero elamor dominante es más perjudicial cuando sólo un niño recibe protecciónexagerada. Sin embargo. los niños así mimados abundan en muchos ho-gares y en tales ocasiones son los preferidos de uno o de ambos padres.

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EL SENTIDO DE POSESION

.. -No hijito, los niños no se ca-san con sus mamás. Pero note preocupes, porque algún díapodrás casarte con una niñamuy bonita. Y ahora vamosa jugar.

-M ami, cuando yo sea grande¡puedo casarme contigo!

El amor afectuoso: Esta madre comprende que es natural que un niño la quierapara él sólo y que, a la vez, se sienta celosode su padre. Tal etapa terminapronto si los padres le prestan interés y afecto al niño.

-¡No digas eso! ¡Qué maja-deria! Que no te oiga tupadre hablando así. . .

-Mami, cuando yo sea grande¿puedo casarmecontigo?

El amor obligado: Esta madre reprocha ese sentido de posesión del niño porconsiderado vergonzoso, pero al advertide la reprobación del padre, hacenacer en el niño un sentimiento de culpabilidad y temor. De ahí que laprimera emoción natural y fácil de superarse, le haga creer al niño que esun ser anormal.

-M ami, cuando yo seagrande, ¡p u e do ca-

~. '~"go''\' ~-¡Oh, mi rr.

. '- .__ querido!T .uchachito

¡¿casarnos n:.nto comocuando tú .. pero

~~ cuidarás d:eas grar:degozaremos m:::~ml y

~o

r El amor dominante: Esta madre que tiene un gran sentido de posesión. lo es-timula también en el niño. Cuando crezca y encuentre una joven conquien casarse, la madre inventará numerosas objeciones. A pesar de fa-vorecer la idea del matrimonio. jamás se decidirá por la futura nuera.

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EL TEMOR

-Me pareceque no irédon-de Pepe esta noche. . .

(:~ -Pobre Pepe. se quedará es-"--' \J perándote1/se sentirámUI/

1/- \ triste. Cojamos tu linterna

U 1/ vamos Juntos a verle.

El amor afectuoso: Esta madre comprende que el temor es completamente na-tural en el niño y 10ayuda hasta que adquiera más experiencia y seguridad.

-Me pareceque no iré don-de Pepe esta noche. . .

-¡Qué ridículo! ¿Le tie-nes miedo a la oscuri-dad? Estoy avergonzadade ti; ve ahora mismo.

El amor obligado: Esta madre, en vez de ayudar al niño a vencer ese naturaltemor. le agrega un sentimiento de vergüenza. Mientras el buen tacto dela primera madre estimula el desarrollo de una personalidad firme. la se-gunda fomenta una personalidad débil.

CQ -M,p~K.qu..oi"doo-l0 ~ de Pepe esta noche. . .

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-Mejor. -6sí no dejarása mami solita.

El amor dominante: Si esta madre procede así habitualmente. impedirá que elniño viva su propia vida. Al igual que la segunda madre. no ayuda alniño a vencer su temor. sino que le agrega un sentido de culpabilidad. Lapróxima vez, su hijo no se atreverá a jugar con Pepe.

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LA ENFERMEDAD

-Mami, me siento malo.

-Pues ven acá y acuéstatemientras busco el termó-metro.

~~~El amor afectuoso: Esta madre muestra un amor invariable. tanto en la enfer-

medad como en el buen estado de salud de su hijo. Aunque está dispuestaa llamar al médico si los síntomas son graves. no demuestra desasosiego.

-¡Cuántas veceste he dicho queno salgassin abrigarte!

-M ami, me siento malo.

El amor obligado: Esta madre considera la enfermedad motivo de culpa y noun fenómeno natural en la vida de la persona. Seguirá al pie de la letralas instrucciones del médico. pero no sabrá guiar el yo interno del niño. Laculpa y el ansia sumadas a la enfermedad. tienden a retrasar la convalecencia.

-Mami, me siento malo.

-¡Dios mío! No debistejugar con esos niños tanbrutos. Ya sabes que noeres fuerte.

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El amor dominante: Esta madre también culpa y llena de ansiedad al niño en-fermo. Si siempre se conduce así. el niño llegará a obsesionarse con la ideade ser enfermizo. aunque lo único débil en él sea su personalidad. De lamisma manera que "una mujer tiene los años que siente." el niño propendea ser tan fuerte como lo hayan alentado a sentirse.

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LA FANTASIA

'" ~El amor afectuoso: Esta madre comprende que las fantasías del niño son parte

preciosa de la edad infantil. que luego se desvanecerán oportunamente sinque ella intervenga. También sabe que aunque el absoluto aislamiento enel mundo de la fantasía no es recomendable. todos necesitamos momentosde ensoñación.

-¿De verdad?

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-¡En ese árbol hay unhada; la estoy viendo!

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El amor obligado: Esta madre trata de que su hijo diga la verdad. Pero noes lo mismo la honradez de los cuatro años que la de los cuarenta. Du-rante la infancia. la frontera entre lo natural y lo fantástico es tan move-diza que muchas veces no puede precisarse a cual de los dos aspectos per-tenecen determinadas visiones. Culpar al niño por sus fantasías no ayudaa despejar sus sueños. sino más bien a ofuscados.

-¡Mentira; sabes muybien que las hadas noexisten!

-¡En ese árbol hay unhada; la estoy viendo!

-¡En ese árbol hay unhada; la estoy viendo!

f'r ~\ JtI amor dominante: Esta madre está confundiendo la disposición natural ima-

ginativa del niño. Cuando llegue el momento de despejar estas ideas lecostará mucho pues su madre ha insistido en hacede creer como real el pro-ducto de su imaginación.

-¡Yo también la veo!¡Qué linda se ve consu manto verde!

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LA HOSTILIDAD

-Me parece que estás irritadoporque no te permito jugarcon ese cristal. Bien, cuandoestés tranquilo daremos unpaseo.

-¡Mala! ¡No te quiero!

El amor afectuoso: Esta madre comprende que los malos pensamientos del mu-chacho deben aceptarse como naturales, pero que las malas acciones debendominarse. Si sus padres ~o hacen feliz, encauzará sus pensamientos hos-tiles por canales que en nada le perjudicarán a él ni a los demás.

-¿Por qué te portas así. niñomalo? ¿Cómo te átreves adecirle eso a tu madre?

-¡Mala! ¡No te quiero!

El amor obligado: Poco a poco este niño olvidará sus pensamientos hostilespara con su madre; pero no así sus emociones. Se sentirá terriblementeatormentado y asediado por el temor y la vergüenza. A veces las hostili-dades reprimidas se manifiestan contra la propia persona y traen comoconsecuencia la depresión.

-¡Nunca debes decir eso!¡ Yate arrepentirás cuan-do me muera!

-¡Mala! ¡Nq te quiero!

El amor dominante: También este niño tendrá que reprimir su hostilidad, vi-viendo bajo la impresión de ser indigno. Como se le ha otorgado un falsosentido de autoridad, si su madre muere se sentirá siempre responsable.

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HABITOS

G -Hijito: aquí está el juguete que querías.

ay)~

El amor afectuoso: Es parte integrante de la formación natural del niño queéste sienta satisfacción en llevarse los dedos a la boca. Esta tendencia des-aparece rápidamente si los padres no le dan mayor importancia.

~f\ -¡Quítate esa mano sucia de la boca!

) a hacerla te la corto.

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Como vuelvas

El amor obligado: Esta actitud del padre desarrollará en el niño un temor quetendrá muy malas repercusiones. Los médico's saben que la amenaza decortar una parte del cuerpo le causa terror al niño. No es la amenaza sinolo que esta amenaza produce en él. Como el hábito de chuparse el dedo,puede ser índice de que el niño necesita más amor y seguridad.

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-¡No, no hagas eso nunca porque es muymalo!

El amor. dominante: También este padre, como el anterior, inculca temor yculpabilidad en el niño por el mero hecho de chuparse el dedo. No com-prende que el niño interpreta ese "nunca" literalmente, y por esa razóncuando llegue a adulto no disfrutará de los goces naturales de la vida.

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-¡De dónde vienenlos niños?

LA EDUCACION SEXUAL

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I

-Del cuerpo de la mamá.Cuando el bebé ya estáformadó', entonces nace.

U,El amor afectuoso: Esta madre responde a este tipo de preguntas igual que las

demás, con respuestas naturales y verídicas. De modo que cuando la niñatenga nuevas preguntas de este tipo. irá directamente a consultárselas asu mamá.

-¡De dónde vienenlos niños?

-¡Válgame Dios! Lasniñas buenas no hacenesas preguntas.

El amor obligado: Esta madre hace que su hija se sienta avergonzada por haberformulado una pregunta natural. El sexo le parece ahora a esta niña. nocomo factor esencial a la vida. sino algo impúdico e indecoroso. Como nose le ha dicho la verdad. la niña urdirá en secreto conclusiones fantásticaso dará validez a lo que le digan sus

-¡De dónde vienenlos niños?

-Te t r a j o un ángel,linda m(a.

El amor dominante: Esta madre. al igual que la segunda. no está preparandoa su niña para las futuras conversaciones escolares en torno al tema sexual.Si la niña cree en el cuento del ángel o en el de la cigüeña. advertirá algúndía que su madre no le dijo verdad. lo que traerá resultados deplorablespuesto que la niña perderá fe en sus padres.

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LOS DISGUSTOS PATERNOS

-Me pareceque llego tarde.--.sí. IJ te merecesuna buena

paliza. . .

El amor afectuoso: Este padre no oculta su disgusto. Sabe que una perfectaserenidad de parte de los padres no es posible ni deseable. El también eshumano y al demostrarle a la niña su estado de ánimo, ambos quedan mástranquilos.

-Me pareceque llego tarde.--Creo que después de todo

lo que he hecho por ti.deberías tener más consi-deración. . .

El amor obligado: Este padre provocará en el niño un sentido de culpabilidadsi continuamente le echa en cara los sacrificios que ha hecho por él. Elniño se preguntará: .. ¿Cómo podré pagarle todo lo que ha hecho pormí?", y se sentirá desesperanzado y frustrado antes de comenzar a vivirplenamente.

-Me pareceque llego tarde.

-¡No sabes cuánto me hepreocupado IJ s u f r i d 01Prométeme no IJOIlJer ehacerla nunca más. . .

El amor dominante: También este padre, si es ésta su actitud habitual, estáprovocando en su hijo el sentimiento de culpabilidad. Este hará que e'1niño se pregunte: "¿Cómo le podré compensar todo lo que le he hechosufrir?" Además, no debe pedírsele al niño que haga una promesa dealgo que, dadas las circunstancias, quizá no pueda cumplir en determinadaocasión.

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LOS CONFLICTOS PATERNOS

-Papi me dió estabarquilla.

-jAntes del almuerzo! Perosi papi cree que está bien.cómetela.

El amor afectuoso: Estos padres aparentan estar unidos ante el niño. aunqueen la intimidad estén en desacuerdo.

-Papi me dió estabarquilla.

-j Bonira idea antes de almor-zar! Dame eso. Parece men-tira que ninguno de ustedestenga el menor sentido deresponsabilidad.

El amor obligado: Esta madre concibe el apetito del niño como algo más im-portante que su tranquilidad interior. Cuando los padres se disgustan mu-tuamente frente al niño. la desarmonía se refleja en el interior de éste.Además. comparar a un niño continuamente con algún miembro indeseablede la familia. lo descorazona profundamente.

-Papi me dió estabarquilla.

-¿Ah. sí? Espera que te mues-tre la caja de dulces que te hecomprado.

El amor dominante: Esta madre parece estar celosa del amor dd niño y en si-tuaciones similares. esto es un soborno mal disimulado. Cuando un niñoda: pie para una discusión violenta entre sus padres. sufre una experienciaque lo confunde. aunque después le den doble cantidad de dulces paraborrar la mala impresión.

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LOS MOMENTOS EMOCIONALES DE LOS PADRES

-Mira, hijito; vete a jugara otro sitio porque estoycansada.

-Está bien, mami.

El amor afectuoso: Este niño está tan seguro de que sus padres 10 quieren, queno le da importancia a la orden de salir de la habitación. Como sus padreshan aceptado con naturalidad todos sus deseos demostrándole cariño, ahoraestá dispuesto a devolver las atenciones dI! la mejor buena voluntad.

(Después de luchar cons.igo misma por no decir palabra)

-Sal de aquí. ¡No te das cuenta que me estásvolviendo loca?

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. . . ,.· .'( 1)

jjiJEl amor obligado: Esta madre se esfuerza mucho ,en obrar correctamente ante

su hijo. Consciente de que una objeción es perjudicial para el niño, temeordenarle que salga, pero sin voluntad de afrontar sus propias imperfec-ciones. el tratamiento resulta menos intdigente que el de la primera madre.

-¡No, ven acá! 'Te necesito. Si supieras portodo lo que tengo que pasar! o

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WEl amor dominante: Esta madre. por lograr el amor total del hijo. recurre a la

compasión. Aunque a los niños les gusta que se les confíe alguna cosa yse ponen contentos cuando oyen decir: -"Yo no sé qué haría sin ti," muypocos son lo suficientemente fuertes para soportar responsabilidadés serias,Si la madre se siente tan desesperada, debe de buscar la ayuda de un adultocomo su esposo, el médico o un psiquiatra,

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¿QUE NOS ENSEFlAN ESTOS EJEMPLOS?

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Nos enseñan que el amor afectuoso fortalece la personalidad del niño y lesirve de estímulo para encarar sus propias emociones, haciéndole comprender susdeseos y temores con plena conciencia.

Hace más de veinte mil años, Sócrates profundizó la importancia de esteentendimiento interior al basar su filosofía en la famosa frase: Conócete a tImIsmo.

La única diferencia entre aquella época y la de ahora es que -por primeravez- nos hemos dado cuenta de que el amor afectuoso hace que los niños logrenese antiguo fin.

El hombre se ha sentido siempre obsesionado por lo desconocido, que eneste caso son los sentimientos reprimidos. Igual que un niño aterrorizado porun fantasma que no tiene explicación. el hombre ha tenido siempre sus propiosimpulsos soterrados. Pero cuando desenmascaramos al fantasma arrancándoleel disfraz, el niño comprueba que se trata de un ser humano y su miedo des-aparece. No ha sucedido más que una cosa: ha descubierto lo desconocido.

El hombre de hoy ha desenmascarado a los viejos fantasmas por medio dela psicodinámica y al con templarios frente a frente -sin lienzo que los enmas-care- han resultado ser emociones humanas elementales, deseos y temores, ofen-sas, acciones y odios. Como la sociedad no aceptaba su presencia, se vieron enla obligación de disfrazarse para pasar confundidos por otra cosa. Y junto aldescubrimiento de que todos los seres humanos tienen proyecciones similares, loque constituye un descubrimiento aún más valioso para los médicos que paralos legos, hay otro que nos incumbe a todos: que estas proyecciones elementalesnacen con nosotros, de modo que no debemos sentimos responsables de su exis-tencia. De lo que sí somos responsables es de la forma en que nosotros y nues-tros hijos encauzamos esa energía innata para dignificar la vida.

Todo esto no quiere decir que estemos en la obligación de estudiar la teoríapsicodinámica para enseñársela a nuestros hijos. Sólo significa que si los que-remos afectuosamente, ellos harán el resto y que si nos aceptamos como somosy así también los aceptamos a ellos, harán 10 propio consigo mismo y con losdemás.

y llegará el día en que los niños crezcan sin preocupaciones hasta ser 10que los padres modernos han buscado afanosamente:

"una nueva clase de ser humano;una persona alerta, llena de amor y sin temores,un individuo sano, aptopara vivir en cualquier parte del mundo, amandola vida. en toda su plenitud." *

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I (*) Death Be Not Proud. John Gunther. N. Y., 1949.

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