Tiempo de la reificación y tiempo de la insubordinación.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • Publicado en Herramienta (http://www.herramienta.com.ar)Inicio > Tiempo de la reificacin y tiempo de la insubordinacin

    Tiempo de la reificacin y tiempo de lainsubordinacinAutor(es): Tischler Visquerra, Sergio

    Tischler Visquerra, Sergio. Naci en Guatemala. Es licenciado en Historia y doctoren Estudios Latinoamericanos. Es investigador-profesor asociado en el Instituto deCiencias Sociales y Humanidades Alfonso Vlez Pliego, de la BenemritaUniversidad Autnoma de Puebla, Mxico. Integra el consejo asesor de la revistaHerramienta (Argentina). Es autor de Guatemala 1944: crisis y revolucin. Ocaso yquiebre de una forma estatal (1998); Conflicto, violencia y teora social. Unaagenda sociolgica (2001), coordinador; What is to be Done? New Times and the

    Anniversary of a Question (2002), coordinador, con Werner Bonefeld; A 100 aos del Quhacer? Leninismo, crtica marxista y la cuestin de la revolucin hoy (2003), coordinador, conWerner Bonefeld; Memoria, tiempo y sujeto (2005); Marxismo abierto. Una perspectiva europeay latinoamericana (2005), coordinador, con Alberto Bonnet y John Holloway; Negatividad social yrebelda. Notas sobre Teora Crtica, valor de usos y sujeto, en Ricardo Martnez, LosMovimientos Sociales del siglo XXI. Dilogos sobre el poder (2008). Revolucin y destotalizacin(2013).

    *

    Introduccin

    Esta exposicin, a manera de pensamientos condensados, sintticos, gira en torno al tema deltiempo de la forma Estado como parte del tiempo/capital, y cmo la ruptura de esa temporalidades parte fundamental del tema sobre el sujeto radical y la revolucin.

    El argumento que se pretende desplegar es que la lucha de clases no slo produce unatemporalidad, sino que sin dicha dimensin el concepto de lucha se expone a unempobrecimiento reificante. De tal manera, un momento de la prctica revolucionaria es pensarincluso cmo la propia lucha de clases produce sus fetiches, entre stos la del mito de larevolucin como progreso y temporalidad subsumida en la forma Estado.

    Nos parece que parte central del esfuerzo terico de Walter Benjamin est inscrito en la lnea dela demolicin de ese tipo de congelamiento de la dialctica, a contrapelo de la visin ortodoxa.En gran medida estas lneas estn inspiradas en su pensamiento, aunque slo la ltima parte serefiera especficamente a l.

    De manera consciente omit las tediosas referencias puntuales a los autores que aqu sediscuten; por eso el texto se presenta como una interpretacin personal, seguramente sesgada,de un fondo conceptual, es decir, de una suerte de gua para la reflexin.

  • 1El capitalismo se caracteriza, entre otras cosas, por la produccin de una temporalidad uniformey continua. El tiempo del reloj marca el movimiento de esa temporalidad como una suerte detiempo-mquina, o mejor, como una mquina que se alimenta del jugo de la vida por la va de latransformacin de la multiplicidad de la actividad humana en cantidades despojadas de todacualidad. La autonoma respecto al tiempo cclico de las sociedades agrarias y el tiempoextramundano de las religiones se paga con un alto precio: la soberana del objeto en la formade despliegue y dominacin del tiempo abstracto. En otras palabras, el proceso que Max Webernombr como "desencantamiento del mundo" (secularizacin) se produce en la forma dereificacin. Esa es la base del desencanto provocado por el proyecto de la ilustracin y elterreno de la restauracin del mito en la forma de racionalidad y de progreso (ver Adorno,Horkheimer, 1968).

    No estaramos fuera de lugar si tambin dijramos que la crisis del socialismo y de la idea de unsujeto radical (revolucin) tambin tiene esa raz.

    2

    La forma valor de la existencia social es un tipo de dominacin que somete la historia al objeto,al capital. Dentro de esa forma el tiempo existe como una objetividad de aparienciaindependiente que crea sus propias normas, sus caprichos e incertidumbres, sin que loshombres y las mujeres tengamos algo que hacer al respecto. La apariencia de existenciaindependiente le confiere rasgos metafsicos, caractersticas ilusorias, pero reales.

    La forma valor es una forma gris de la existencia humana, pues el tiempo que la define es unarepeticin infinita de la negacin que transforma la cualidad en cantidad. Es el tiempo de la luchapor controlar la creatividad humana en funcin de la ganancia, es decir, del sometimiento de losseres humanos a las necesidades del incremento continuo de riqueza abstracta.

    La historia, vista como pluralidad de experiencias y de memorias colectivas, implica diversidadde tiempos. Esa riqueza de la historia humana slo tiene "derecho" de existencia en la formavalor como degeneracin, comparsa, espectculo (ver Debord, 2002 y Vaneigem, 1977); esdecir, a condicin de someterse a la razn instrumental y al tiempo general, homogneo delcapital. Sin embargo, la insubordinacin de la pluralidad y la diversidad del hacer humano a lahomogeneidad que la subordina y niega, es otra forma de existencia en y contra la forma valor.

    La forma valor es lucha, y la temporalidad que genera es dominacin y resistencia; afirmacinde lo existente como produccin de un tiempo continuo y abstractamente objetivo, as comodesafo de la potencialidad del tiempo colectivo y del sujeto autodeterminante.

    3

    El tema de la temporalidad abstracta no es de naturaleza metafsica, sino de ndole histrica ymaterial (lo cual no excluye la cuestin de la forma de subjetividad sino que la incorpora ocontiene como momento de la prctica). Esta suerte de autonoma del tiempo plasmada en elmundo de los objetos en uno de los puntos ms significativos de Marx en el anlisis del doblecarcter del trabajo, particularmente de la categora de trabajo abstracto como forma especficade existencia de del "hacer" humano en la sociedad capitalista.[1]

    Si bien existen otras formas de la organizacin de la actividad humana -"residuales" o"emergentes" para usar la terminologa de Williams (1980)-, el trabajo abstracto es la forma de la

  • existencia del trabajo en la sociedad capitalista. En los captulos xii y xiii de El capital(manufactura y gran industria), Marx hace un anlisis detallado al respecto. Obviamente, nuestraintencin no es traer a colacin dicho anlisis, salvo ilustrar el carcter contradictorio del trabajo(y del hacer) en la sociedad capitalista. Por un lado, Marx parte de que la fuente del proceso detrabajo es el trabajador mismo, su capacidad fsica y psquica de transformar la naturaleza enobjetos tiles y de transformarse a s mismo (la naturaleza dialctica del proceso de trabajo y elfundamento de la historicidad humana). Sin embargo, el trabajador se encuentra subordinado alcapital. As, la creatividad humana se puede realizar bsicamente dentro de un poder que le esajeno, es decir, como parte subordinada de ese poder formalizado de manera conspicua en lapropiedad privada de los medios de produccin. La propiedad privada de los medios es unaexpropiacin legalizada que garantiza la circulacin del capital, en tanto que expresin jurdicade la separacin entre el trabajador y las condiciones objetivas del trabajo, condicin histrica dela forma capitalista de organizacin social.

    Marx analiz el surgimiento de la propiedad privada moderna como el proceso de expropiacindel productor directo respecto a sus medios de produccin y de la formacin de un nuevo tipo detrabajador que encarnaba la contradiccin entre libertad formal y opresin real: el trabajador librede las ataduras serviles respecto a la propiedad y libre tambin de medios de produccin. Enotras palabras, un trabajador cuya libertad es vender su capacidad de trabajo como mercanca,como fuerza de trabajo. La acumulacin de capital es la continuidad de ese proceso deseparacin, reproduce e incrementa la separacin en la forma de la duracin del capital.[2] (Lasleyes de la acumulacin no son ms que la reproduccin -siempre contradictoria- de esa forma.)

    Ahora bien, la subordinacin del trabajo al capital no es un proceso relativamente evidente deorganizacin de poder, como el que se puede apreciar en las formas de dominacin directa(esclavistas y serviles). En el capital la forma de dominio es impersonal, de hecho implica lalibertad formal del dominado. El capital no se apropia de la persona, del trabajador; se apropiade la fuerza de trabajo que el trabajador vende durante un determinado tiempo (la jornada detrabajo). Esa forma de dominio y explotacin que incorpora la libertad jurdica (formal) comoatributo "civilizatorio" y legitimador es inconcebible sin el trabajo abstracto.

    Habra que sealar entonces, que el trabajo abstracto no es algo de naturaleza estrechamenteeconmica, reducido al mbito a la produccin y la circulacin de la mercanca. Atraviesa lasdiversas formas de existencia de la sociedad capitalista (culturales, polticas). En otras palabras,implica la totalidad (cuestin que veremos ms adelante).

    En los captulos xii-xiii de El capital antes sealados, Marx analiza la forma productiva capitalistacomo encarnacin y organizacin de trabajo abstracto. El paso de la manufactura a la fbricamoderna, del instrumento especializado movido por la destreza del trabajador a la mquina esparte de ese proceso. De igual manera, el cambio tecnolgico que supone la revolucinindustrial es la objetivacin de una forma de organizacin de ese tipo de trabajo, basado en laradical separacin entre actividad mecnica realizada por los trabajadores y comando de laactividad productiva. La separacin aludida es fundamental, pues implica la racionalizacin detiempo en la forma productiva.

    La incorporacin de la mquina implic un cambio radical en la forma social del trabajador;cambio que debe ser entendido como expresin de una larga lucha del capital por despojar a lostrabajadores de la subjetividad creadora en la actividad productiva, es decir, por la generacinde una subjetividad subordinada al conjunto del engranaje productivo que le es ajeno altrabajador. Dicho tipo de subjetividad es especficamente capitalista, se basa en la reduccin dela actividad del hacer, de la actividad creativa, a una prctica unidimensional.[3]

  • La mutilacin humana es el precio de la racionalizacin capitalista como forma de poder que, asu vez, reduce a movimientos repetitivos la actividad del trabajador que es reducido a un"apndice de la mquina" (Marx). La subsuncin real del trabajo al capital se realiza separandola tcnica de la memoria del trabajador como parte de la subordinacin de ste a la lgica delobjeto (capital).[4]

    El capital sustituye la creatividad por la sincronizacin y la velocidad, la calidad por la cantidad.Eso es el resultado de la subordinacin del valor de uso al valor, del trabajo vivo al trabajomuerto. La racionalizacin capitalista tiene como sentido el consumo del trabajo vivo a partir deltrabajo acumulado; es el predominio de lo "hecho" sobre el "hacer" (ver Holloway, 2002). Enotras palabras, es el predominio del objeto sobre el sujeto.

    La sociedad capitalista no slo es una inmensa produccin y circulacin de mercancas, sino,sobre todo, una sociedad dominada por el trabajo muerto. Implica una duracin determinada porel tiempo muerto, por la acumulacin. La racionalizacin y la programacin tienden a sustituir lacreatividad, a llenarse de la podredumbre de la objetividad, pues no puede haber creatividadsobre la base de la separacin entre teora y prctica, entre actividad mecnica, repetitiva, yorganizacin de esa actividad. El programador es parte de la racionalizacin de unatemporalidad abstracta que tiende a aniquilar la creatividad, puesto que en dicha temporalidad elvalor de uso esta subordinado al valor.

    Slo la insubordinacin del valor de uso, del trabajo vivo, puede permitir la creatividad, pues esainsubordinacin implica la lucha contra la escisin en que se basa la programacin capitalista yel trabajo abstracto. En ese sentido, el trabajo abstracto es la negacin del sujeto, o mejor, locontiene pero en la forma de su negacin.

    La nocin de lucha de clases parte de esa dialctica del trabajo (ver Rooke, 2003). Lo cualimplica plantear que la clase no es un grupo social formalmente definido a partir de ciertoprincipio abstracto de unidad, sino el proceso de negacin de la subordinacin del sujeto alobjeto, es decir, de la forma mercantil de la existencia del trabajo. La clase se constituye endicho proceso; en el sentido de Holloway (2002) no es un ser sino un hacer que niega la formade su existencia como subordinacin del capital. La constitucin de la clase obrera es una luchacontra su reduccin a fuerza de trabajo,[5] a mercanca. La lucha del capital es la organizacindel trabajo abstracto basado en dicha reduccin.

    La racionalizacin de la parte es la forma en que los capitales enfrentan la competencia entre s(mercado); en otras palabras, es parte de la lgica del tiempo general, por naturaleza irracional.El comando de la actividad productiva solo puede aferrarse a la racionalizacin de la actividadparcial; se enfrenta al mercado en la forma de capital mercanca con otros poseedores de igualndole en una competencia feroz. El arma de que disponen los diversos capitales encompetencia es el aumento de la capacidad productiva, esto es, una mayor capacidad deextraccin de trabajo a los trabajadores. La historia de la jornada de trabajo es, en ese sentido,una lucha continua del capital por aumentar la cantidad de trabajo excedente como la forma deracionalizacin de la actividad productiva. Es la forma capitalista de enfrentar la irracionalidad dela forma mercanca del trabajo social expresa como incertidumbre, como mercado. El "saltomortal de la mercanca", la metamorfosis de M, a D es eso; implica que la reproduccin esincierta, y que el modo capitalista de realizarla es la feroz competencia entre capitalesindividuales, una suerte de guerra civil "por otros medios" como forma de existencia del capitaltotal. De tal suerte, la separacin sujeto / objeto no slo se produce entre el comando del capitaly los trabajadores, sino entre los diversos capitalistas.

  • La fuerza demonaca del capital consiste en que lleva al extremo esa separacin, porque lamisma es la forma de organizacin del trabajo social por parte del capital; en otras palabras, quesin trabajo abstracto no hay capital. El tiempo de trabajo general (el valor) se impone como unaley general de la reproduccin. De tal suerte, el capital es la organizacin de la escisin, y launidad que produce a partir del trabajo general, est cargada de irracionalidad. La totalidadcomo trabajo general es una falsa totalidad (ver Lukcs, 1969). Es una totalidad que se plasmacomo ley, como movimiento autnomo del objeto o violencia objetivada en una temporalidadreificada.

    3

    El trabajo abstracto implica la enajenacin del sujeto respecto a los resultados de su hacer, desu actividad fsica y mental. Es trabajo enajenado.

    Ahora bien, como ya fue planteado, el tipo de organizacin del trabajo abstracto no es exclusivade la produccin, no se reduce a una suerte de esfera particular de la sociedad donde imperarala razn instrumental, econmica. Por el contrario, es un principio que se reproduce en toda lavida social, que circula por todas las fibras del cuerpo social. Lo cual es una cuestin que guardaestrecha relacin con la teora foucaultiana del poder. Para Foucault (1976) el poder constituyelos cuerpos y el "alma" a partir de prcticas y discursos que son mecanismos disciplinarios. Elpoder no se encuentra localizado en un lugar especfico, circula por el conjunto de la sociedad;es ms, no es algo que se pueda poseer, sino un conjunto de dispositivos que se usan a partirde posiciones estratgicas.

    Una de las cuestiones que critica esa concepcin, es la idea del poder como una cosa que esusada por un sujeto en forma de instrumento, y que es el aparato estatal el asiento de dichopoder. Por el contrario, el poder se ubicara en el conjunto de la sociedad en la medida que seencuentra inscrito en las prcticas y los discursos, es decir, en las instituciones de la vidacotidiana. Inscrito, pero no en forma evidente. Se esconde en los diversos lenguajesespecializados de las prcticas que reclaman representar un saber separado del poder; sinembargo, dicho saber est ligado al poder; es un saber-poder, parte de un inmenso mecanismodisciplinario de los cuerpos y del alma, una "economa poltica" del cuerpo.

    Esta concepcin de Foucault ha sido calificada de circular y cerrada, pues no se puede salir deesa situacin carcelaria en la medida de que las prcticas y discursos remiten a prcticas ydiscursos. Sin embargo, lo que aqu nos interesa sealar respecto a dicho planteamiento esbsicamente lo siguiente: a) es una concepcin que ubica parte esencial de la cuestin delpoder en mecanismos ocultos (no evidentes) en las prcticas y discursos de la vida cotidiana;esto es, en la normalidad de las instituciones que modelan la sociedad civil; b) permite pensaren dispositivos de poder que van ms all de las prcticas particulares y fragmentarias, lascuales guardan estrecha relacin con una forma especfica de disciplinamiento social, ligadas ala racionalizacin del mundo capitalista; c) la racionalizacin es un mecanismo de poderdoblemente poderoso porque implica tambin el ocultamiento del poder en la forma de unaobjetividad impersonal.

    Sin duda, tales cuestiones son muy importantes. Sin embargo, me parece que pueden seraprehendidas de mejor forma si las inscribimos y las redefinimos como temas de la dominacinque implica el trabajo abstracto; o mejor, dentro de la forma material de existencia de ladominacin en la sociedad capitalista, dominacin que recorre todos sus poros en la forma deuna temporalidad homogeneizante, racionalizada y cuantificada.

  • Lo que Foucault seala magistralmente, es la manera diversa, las distintas formas, deobjetivacin de la separacin sujeto / objeto en la vida cotidiana. Esta separacin procede deuna manera racional, en la forma de ciencia y tcnica, de clasificacin y sistematizacin. Elorigen de ese proceso est siempre oculto, pues es el objeto el que reclama ese tipo deracionalizacin que, por ser tal, siempre es oscura. Lo que llena todos los poros de la sociedades esta actividad que implica la subordinacin al tiempo general como objetividad abstracta. Enotras palabras, dicho tiempo general, es el poder del capital fincado en la escisin, el tipo deabstraccin (real) inscrita en la forma alienada del hacer humano en la sociedad capitalista. Detal suerte, que la racionalizacin es un dispositivo de poder por el hecho de que la misma es ellenguaje de la temporalidad abstracta que define el movimiento de la sociedad capitalista.

    Trabajo abstracto y temporalidad abstracta son categoras que permiten penetrar crticamente laforma carcelaria del poder moderno. La racionalizacin de las formas de vida y de poder esposible gracias a la abstraccin real que opera cotidianamente el capital en la forma deorganizacin del trabajo abstracto y de sometimiento al tiempo general (abstracto). Las leyes dela acumulacin implican dicha cuestin; de ninguna manera operan de forma mecnica, sino atravs de una multiplicidad de dispositivos y formas de poder que permiten la existencia deltrabajo general y el tiempo general. As pues, las formas de la vida cotidiana y de, digamos, laforma clsica del poder son parte de una totalidad definida por aquella forma de abstraccin. Laforma Estado est contendida en ella.

    4

    La acumulacin de capital implica una temporalidad homognea, como ya fue planteado. Es unatemporalidad en que el valor de uso del tiempo es producir ms tiempo en forma de objetosdestinados a su aniquilacin en la figura del dinero. La separacin de Estado de la economa odel mercado es parte de la existencia de esa temporalidad. La lucha por esa separacin es unmomento importante de la formacin del capitalismo (ver Thompson, 1979). Sin embargo, stano es la nica temporalidad existente. La forma Estado involucra una articulacin temporalespecfica, una forma temporal que implica a la totalidad de forma directa: cuestin sta que nose presenta de manera tan aguda en las distintas versiones del "micropoder". Respecto a eseasunto, quizs las apreciaciones de Max Weber respecto al Estado moderno nos ofrezcantodava un punto de reflexin.

    Para Weber (1964) la razn instrumental caracterstica de la empresa no puede generalizarsesin la mediacin general del Estado, sin el aparato de la burocracia encargado de organizar unadominacin adecuada al modo de accin instrumental. Sin embargo, la "jaula de hierro" de laburocracia es insuficiente para establecer una dominacin moderna. Para l, la dominacinburocrtica necesita compensarse con otro tipo de dominacin, la cual se encuentra envinculacin directa con los partidos y el parlamento (ver Weber, 1991). De tal suerte, la accinestatal combina, segn dicho autor, esos modos de ejercicio de la dominacin. En otraspalabras, el Estado moderno funcionara combinando la accin de aparatos orientados a laproduccin de una estrategia global de poder, de la cual la accin instrumental es slo parte. Lospartidos y el parlamento seran un ncleo fundamental de la racionalizacin de la dominacin,una racionalizacin ligada a la necesidad de producir la legitimidad del poder dentro del canondel individualismo y la igualdad formal; cuestin que la burocracia no puede asumir por la propianaturaleza de sus funciones.

    Independientemente de que se est de acuerdo o no con dicho planteamiento, lo traemos acolacin por lo siguiente: en primer lugar, el Estado moderno como lugar de diversas formas deracionalizacin de la dominacin est basado en la separacin y la especializacin de la poltica

  • como un mbito diferente y aparentemente autnomo. Esa aparente autonoma es la quelegitima al Estado como espacio supuestamente neutral y "monopolio de la violencia legtima",segn la clebre definicin de Weber. La separacin aludida es parte de la abstraccin real queopera en la totalidad de las relaciones sociales dominadas por el capital. Sin dicha abstraccinsera imposible el despliegue de la ideologa del liberalismo y la representacin ciudadana comoformas de poder escondidas en la racionalizacin. A diferencia del mercado, el Estado tiene lafuncin de acometer la tarea de crear una unidad global de sentido, la de cerrar la fisura desdela cual se erige; dar un sentido que no existe en la temporalidad abstracta y homognea, derivarde ese tipo de temporalidad un sentido humano. Por un lado, restaura el tiempo cclico en formasimblica; por el otro, recompone el tiempo lineal en forma de narrativa histrica y trata de crearuna Weltaushauung sobre la base de la restauracin de un tiempo comunitario, el mito, el sueocolectivo.

    Lo que Weber teoriza como racionalizacin en la figura del parlamento y de los partidos (lospartidos racionalizan la accin irracional de las masas) es, en parte, la restauracin del esesueo sin el cual la dominacin no tiene perspectivas de duracin. Desde otra perspectiva,Gramsci abord el tema del Estado moderno a partir de su teora de la hegemona, la cualestablece la relacin entre coercin y consenso como parte central.

    Nos interesa resaltar que el argumento que hemos tratado de exponer nos lleva a lo siguiente:a) la forma Estado es parte de la abstraccin real constitutiva del modo de vida en elcapitalismo; b) el Estado es la encarnacin de la separacin como forma de dominacin; c) elEstado no simplemente est atravesado por el conflicto, sino que su forma es definida por elconflicto de clase inscrito en la forma valor; d) la separacin del Estado es funcional a la formavalor en la dimensin de la produccin de accin racional instrumental (para usar la terminologaweberiana); e) la separacin tambin implica la restauracin de una temporalidad comunitaria(negada por la temporalidad del valor) en la forma de sueo y fetiche. El "tiempo humanouniversal" es aparentemente restaurado en el Estado en forma de ritual y de espectculo:elecciones cclicas, renovacin, restauracin, progreso. Es como que en la forma Estado seconcentrara el tiempo como fetiche. Por un lado, racionalidad burocrtica, instrumental; por otro,el tiempo de la reconciliacin en la figura del ciudadano y del destino comn de la nacin. Esdecir que la forma Estado implica reificacin del tiempo. Por ms que el Estado se achique y quelos medios definan como mercado el escenario cultural y poltico, la forma Estado siempreimplicar una maquinaria fundamental de reificacin del tiempo y de su representacin.

    6

    El tiempo estatal se opone al tiempo del conflicto fragmentndolo para transformarlo enhegemona. Restablece el tiempo de la forma valor frente el tiempo discontinuo de la resistencia.La hegemona es la produccin permanente de una temporalidad desafiada. Sin el Estado esimposible su existencia. Hace que la subversin del valor de uso ( del hacer) sea fragmentariafrente a la duracin de la forma valor. La subsuncin del trabajo al capital, del sujeto al objeto,implica la forma Estado. La hegemona implica, entre otras cosas, la vivencia de la duracinidentificada con un presente continuo, que es el tiempo del poder.

    Pero esto tiene sus lmites, y stos se encuentran en el hombre mismo. Cuando Marx analiza lafbrica moderna como produccin de valor, de trabajo abstracto, tambin se refiere a otratemporalidad encarnada en la figura del trabajador moderno. Es ese un aspecto central de sudescripcin, de fundamental importancia en cuanto a sus consecuencias tericas.[6] Por unlado, est el proceso de organizacin capitalista del trabajo como consumo productivo de lafuerza de trabajo; por otro, la resistencia de los trabajadores al aumento de la cuota de plusvala.

  • En esa dialctica es donde surge la clase como organizacin de la lucha, algo muy lejano a unadefinicin sociolgica formal, esttica. La clase, se podra decir, encarna un antagonismo quees, en el caso de los explotados y oprimidos, un tipo de temporalidad negativa, subversiva. Enese sentido, la jornada de trabajo puede definirse como un campo de batalla por el tiempo.

    Esta es una cuestin de fundamental importancia para una teora radical del sujeto, para lacrtica radical. Nos parece que parte fundamental de la reflexin de Walter Benjamin est ligadaa este problema. Las "Tesis sobre filosofa de la historia" se pueden leer como crtica a la ideade revolucin como parte de una lnea temporal inscrita en la nocin moderna y burguesa deprogreso. En el sentido de Benjamin, pensar la revolucin como parte del progreso es definirlaen trminos de un tiempo lineal y homogneo (abstracto), la temporalidad del capital. Es, en loshechos, renunciar a la revolucin, pues sta ya no es obra de la temporalidad reprimida de lossujetos que se encuentra en el tiempo homogneo, sino de una objetividad y una racionalidadque caminan hacia una supuesta redencin de la humanidad. En esa lnea, para Benjamin larevolucin tiene que romper con el mito del progreso y definir su concepto a partir de latemporalidad de la lucha de los oprimidos, de la temporalidad negada en la forma del presentecontinuo. Eso indica que el futuro pensado como prolongacin del presente, como progreso, esparte del mito moderno. Y ese mito es una forma ideolgica de la reificacin del tiempo en lasociedad capitalista. En otras palabras, la revolucin tendra que producir su propio lenguaje apartir de la crtica de esa forma ideolgica que la somete y la domestica. La revolucin es, enese sentido, un rompimiento con ese tiempo lineal y abstracto, es la creacin de otratemporalidad, la temporalidad "mesinica".

    Esta, la temporalidad mesinica, es el tiempo del sujeto que restituye la unidad perdida(redencin), pero no en forma de mito arcaico sino como autodeterminacin de la claseoprimida. En ese tiempo, el presente redime el pasado, el cual se presenta como formacongelada del tiempo en el tiempo abstracto. Slo la redencin del pasado permite elrompimiento con la temporalidad abstracta, con el mito del progreso. En ese sentido, larevolucin est preada de pasado, de la fuerza de los antepasados, de sus sufrimientos,derrotas y luchas.

    El tiempo lineal produce una separacin (o aniquilamiento) del pasado respecto del presente. Elpasado codificado como lo que "realmente fue", es algo irreversible. Nos obliga a pensar que loque existe es el presente y que el presente es lo que es, nada ms. Es decir, la idea del pasadocomo lo irreversible es una identidad: el presente como lo nico existente. Es una forma de laproduccin de temporalidad lineal.

    Claro, podemos decir que hay cosas irreversibles. La muerte, por ejemplo. Si yo digo que mipadre muri en una determinada fecha, es que realmente muri en esa fecha. Un hechoirreversible. Y as puedo contar miles. Entonces el pasado es lo que "realmente fue". Sinembargo, si el nfasis no lo hago en los individuos recortados como mnadas, sino en lasluchas, en las resistencias, en las utopas, puedo encontrar algo ms de lo que ocurri a ttulopersonal como proyeccin del yo moderno que encarna la temporalidad abstracta. Puedoencontrar historias que aparentemente no tienen que ver nada con el presente, pero que estnen el presente en la forma de ser negadas. Los zapatistas, por ejemplo, elaboraron sus certezastrabajando en la profundidad del tiempo colectivo, en la continuidad de luchas y resistencias deltiempo colectivo de las que son parte activa. Saben que ellos recobran la continuidad de untiempo que el Estado mexicano se haba esforzado por fragmentar o de codificar como untiempo muerto, pasado, como identidad del mismo poder. La lucha de Morelos, Zapata, ymuchos ms, aparece recobrada desde el presente, pero desde un presente vivido como fuerzamesinica. As ocurre con las revoluciones. Es el tiempo general, es decir, el tiempo del capital y

  • del Estado, el que niega dichas historias, esas otras temporalidades. Es ese tiempo el quefragmenta esos otros tiempos, el que les confiere el ttulo de "pasado".

    Sin embargo, lo que Benjamin plantea en el concepto de tiempo mesinico no es nicamente laredencin del pasado en la subversin del presente, en el sentido de que el presente estcargado de luchas y temporalidades negadas, potencialmente disruptivas. El concepto detiempo mesinico implica una crtica radical a las categoras de la temporalidad abstracta, entreellas la del Estado. De tal suerte, que la revolucin es una transformacin radical del tiempo enque hacen crisis las categoras que encarnan el tiempo del capital. Con dichas categoras (delcapital) la revolucin se piensa como fetiche, como parte del canon mtico de la ideologa delprogreso. La revolucin implica entonces, la crtica y la disolucin de esas categoras. De all laurgencia de pensar, de pensar a contrapelo, como parte de una prctica que se inscribe en eltiempo de la lucha.

    Los zapatistas dicen que no quieren tomar el poder, que pueden ser derrotados, pero que estnseguros que van ganar. Van a ganar porque mientras haya historia, habr quien recoja suejemplo; no como acto heroico, individual, sino como la temporalidad irreducible de lasresistencias y luchas.

    Un concepto de revolucin que se reduce a una teora de la organizacin y al Estado como elespacio privilegiado de la accin revolucionaria est dominado por el mito del progreso y latemporalidad abstracta, justamente contra lo cual es necesario pensar el cambio radical.

    El tiempo del cambio radical no es simple continuacin de las luchas de los oprimidos, es laconstruccin de una subjetividad alternativa, una subjetividad que rompa con el dominio deltiempo objetivo y abstracto, y realice una colectividad que sea expresin del individuo radical.[7]

    Lo anterior, no es un salto al vaco. Simplemente es cambiar el mundo a partir de la crtica de loexistente y de las formas de poder que lo hacen posible.

    As pues, en sentido crtico la clase es el movimiento contra la negacin del sujeto en el capital,movimiento que permite los "relmpagos", la posibilidad del "tiempo mesinico". La vidacotidiana est saturada de esa potencialidad para desafiar las figuras del capital y de la razninstrumental, tal como las crceles mediante las que se construye el sujeto en la versin deFoucault.

    El "tiempo mesinico" es lo opuesto al tiempo general; una forma de colectivizacin que surgede la insubordinacin del sujeto frente a la forma reificada de existencia en el capital.

    Bibliografia

    Benjamin, Walter, "Tesis sobre filosofa de la historia", en Para una crtica de la violencia.Mxico, Editorial Premi, 1982.

    Bonefeld, Werner, "Clase y constitucin", revista Bajo el Volcn, nm. 2, Posgrado deSociologa, Mxico, Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, 2001.

    Foucault, Michel, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisin, Mxico, Editorial Siglo xxi, 1976.

    Debord, Guy, La sociedad del espectculo, Espaa, Editorial PRE-TEXTOS, 2002.

    Holloway, John, Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolucin hoy,

  • Buenos Aires, Universidad Autnoma de Puebla - Editorial Herramienta, 2002.

    Horheimer, Max y Theodor Adorno, Dialctica del Iluminismo, Buenos Aires, EditorialSudamericana, 1988.

    Lukcs, Georg, Historia y conciencia de clase, Mxico, Editorial Grijalbo, 1969.

    Marcuse, Herbert, El hombre unidimensional, Mxico, Editorial Artemisa, 1985.

    Marx, Karl, El capital, vol. 1, Mxico, Editorial Fondo de Cultura Econmica, 1959.

    Rooke, Mike, "La dialctica del trabajo y la emancipacin humana, en A 100 aos del Quhacer? Leninismo, critica marxista y la cuestin de la revolucin hoy, (Werner Bonefeld, SergioTischler, coordinadores), Buenos Aires, Universidad Autnoma de Puebla - EditorialHerramienta, 2003.

    Thompson, E. P, La formacin histrica de la clase obrera. Inglaterra: 1780-183, Barcelona,Editorial LAIA, 1977.

    ----- "La economa moral de la multitud en la Inglaterra del siglo xviii", en Tradicin, revuelta yconciencia de clase, Barcelona, Editorial Crtica, 1979.

    Vaneigem, Raul, Tratado del saber vivir para uso de las jvenes generaciones, Barcelona,Editorial Anagrama, 1977.

    Weber, Max, Economa y sociedad, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1964.

    ----- "Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada. Una crtica de la burocracia y de lospartidos" en Estudios Polticos, Madrid, Editorial Alianza, 1991.

    Wliding, Adrian, "The Complicity of Posthistory", Open Marxismo III, (Werner Bonefeld et al.),Londres, Pluto Press, 1995.

    Williams, Raymond, Marxismo y literatura, Barcelona, Ediciones Pennsula, 1980.

    * Artculo especialmente enviado por su autor a nuestra revista para su publicacin. El autoragradece los comentarios y observaciones de John Holoway al presente texto.

    [1] Para una nocin sobre el "hacer" frente al "poder", ver John Holloway (2002)

    [2] Para un anlisis de la acumulacin originaria como parte de la acumulacin "normal" decapital, ver Wener Bonefeld (2001).

    [3] Lo que Marcuse (1985) define como rasgo caracterstico de la sociedad capitalista de laposguerra es un principio del trabajo abstracto.

    [4] . La distincin que hace Marx entre subsuncin formal y subsuncin real es importante puesmarca un cambio cualitativo en la forma de subordinacin. En la subordinacin formal esaseparacin sujeto/ objeto en la forma de la tcnica moderna todava no se ha realizadoplenamente.

  • [5] El trabajo de E.P. Thompson (1977) sobre la formacin de la clase obrera en Inglaterra siguesiendo un ejemplo contra la definicin reduccionista y antidialctica de la clase.

    [6] Un importante anlisis se puede encontrar en Wilding (1995).

    [7] Esa tesis est fundamentada en Debord (2002) y en Vaneigem (1977).

    Revista Herramienta N 25 Teora crtica Ediciones Herramienta. Se autoriza la reproduccin de los artculos en cualquier medio a

    condicin de la mencin de la fuente.

    URL del envo: http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-25/tiempo-de-la-reificacion-y-tiempo-de-la-insubordinacion