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1 UNIVERSIDAD DE SALAMANCA MÁSTER UNIVERSITARIO EN INTERVENCIÓN A PERSONAS CON ENFERMEDAD DE ALZHEIMER TRABAJO FIN DE MÁSTER LA ESQUIZOFRENIA DE ORIGEN TARDÍO Y SU RELACIÓN CON LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER Alejandro Ruano Riesco TUTOR: Profesor Luis Félix Valero Juan Salamanca 2013

TFM ALEJANDRO RUANO

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UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

MÁSTER UNIVERSITARIO EN INTERVENCIÓN A PERSONAS

CON ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

TRABAJO FIN DE MÁSTER

LA ESQUIZOFRENIA DE ORIGEN TARDÍO Y

SU RELACIÓN CON LA ENFERMEDAD DE

ALZHEIMER

Alejandro Ruano Riesco

TUTOR: Profesor Luis Félix Valero Juan

Salamanca 2013

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ÍNDICE

Resumen …………………………………………………………..Pág 2

Palabras Clave……………………………………………………..Pág 2

Introducción……………………………………………………….Pág 3

La Esquizofrenia…………………………………………....Pág 4

La Enfermedad de Alzheimer…………………..…………..Pág 7

Objetivos…………………………………………………………...Pág 9

Objetivo General…………………………………….……..Pág 9

Objetivos Específicos……………………………………....Pág 9

Materiales y Métodos…………………………………….…….....Pág 10

Fuentes bibliográficas consultadas………………….…………..Pág 10

Nivel de evidencia………………………………………….….……….Pág 10

Criterio de fecha de publicación……………………….….……..Pág 10

Tiempo de seguimiento realizado………………………….… ..Pág 11

Criterios de clasificación de la enfermedad………………..Pág 11

Factores analizados…. ……………………………………………..Pág 11

Método de trabajo:…………………………………. ………………Pág 11

Resultados……………………………………………………………………….. Pág 11

Discusión………………………………………………………………………… Pág 15

Conclusiones…………………………………………………………………… .Pág 25

Bibliografía……………………………………………………………………… .Pág 27

Anexo 1………………………………………………………………………….. ..Pág 30

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RESUMEN

El Alzheimer es una enfermedad que ya es todo un problema social desde hace

años, y va a ir en aumento. Como su etiopatogenia es desconocida aún, la comunidad

científica investiga mucho sobre posibles factores que predispongan al desarrollo de

esta enfermedad. La esquizofrenia de origen tardío es una variante de la esquizofrenia

poco común, con síntomas más parecidos a la demencia que a la esquizofrenia, y de la

que se sospecha que puede ser prodrómica del Alzheimer. Los artículos arrojan datos

como un tercio de los esquizofrénicos de inicio tardío desarrollan enfermedad de

Alzheimer a los cinco años, y que un tercio se muere a los cinco años. Será de gran

importancia clínica establecer una relación entre estas dos patologías psiquiátricas. Se

hará hincapié en los fármacos, que son de gran importancia en la evolución de la

enfermedad.

Palabras clave: Enfermedad de Alzheimer, Esquizofrenia, Demencia, Esquizofrenia

Tardía, Psicosis Tardía, Seguimiento, Evolución.

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INTRODUCCIÓN

Se está analizando en numerosos estudios si la esquizofrenia de inicio tardío

pudiera ser un precursor de deterioro cognitivo, ocasionando formas de demencia como

la enfermedad de Alzheimer. Mediante la siguiente revisión bibliográfica se pretenderá

examinar la evolución a largo plazo de pacientes con esquizofrenia de inicio tardío,

evaluando si se produce ulterior desarrollo de demencias tipo Alzheimer o si por el

contrario no existe comorbilidad. La esquizofrenia de inicio tardío puede ser un

pródromo de demencia tipo Alzheimer. [2]

Mientras que los déficits cognitivos de la

esquizofrenia de presentación temprana suelen mantenerse estables a lo largo del tiempo,

existe controversia sobre si la esquizofrenia de presentación tardía puede ser precursora

de declive cognitivo. Entendemos por esquizofrenia de aparición tardía aquella que se

manifiesta pasados los 50 años de edad. [23]

El estudio de la relación entre el Alzheimer

y la esquizofrenia de inicio tardío es complicado, debido a las complicaciones en el

seguimiento, las trabas institucionales de los comités de ética y los problemas a la hora

de diagnosticar el deterioro cognitivo.

La enfermedad de Alzheimer se fundamenta, según la hipótesis más popular, en

el acúmulo de placas seniles y ovillos neurofibrilares a nivel del sistema nervioso

central, provocando la muerte de las neuronas afectadas.[5][23][24]

Esto dificulta

sobremanera el diagnóstico, por lo general se debe realizar post-mortem. Sin embargo,

hay hechos que nos permiten emitir un juicio de posibilidad de diagnóstico de

Alzheimer probable, y es en este juicio en el que se basará la investigación.

La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico en personas con un grupo

de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en

la percepción o la expresión de la realidad.

Causa una alteración mantenida de

la percepción de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos

compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para

mantener conductas motivadas y dirigidas a metas. [28]

Su principal diferencia con las

demencias es que no cursa con un deterioro progresivo y que no aumenta su prevalencia

con la edad. Los ancianos pueden desarrollar esquizofrenia, pero es muy raro que esta

enfermedad presente su inicio en la tercera edad. Sin embargo, la esquizofrenia tardía

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tiene una prevalencia nada despreciable; y estos pacientes son la diana del estudio, pues

existen grandes indicios para pensar que puede estar relacionada la esquizofrenia tardía

con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Se debe estudiar minuciosamente el

grado de deterioro cognitivo, su capacidad para llevar a cabo las actividades básicas de

la vida diaria y si existen o no episodios psicóticos. [25] [26] [28]

Antes de pasar a un análisis pormenorizado de la relación que pudiera haber

entre la esquizofrenia y la enfermedad de Alzheimer, conviene establecer un marco

conceptual en el que se explique de manera detallada las dos enfermedades. Se intentará

explicar su etiología, su curso, su patogenia y su tratamiento en caso de haberlo.

La esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental que, según el DSM-IV[28]

, para ser

diagnosticada deben de hallarse en el paciente al menos dos (o más) de los siguientes

criterios, cada uno de ellos presente durante una parte significativa de un período de 1

mes (o menos si ha sido tratado con éxito). Ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje

desorganizado, comportamiento catatónico o gravemente desorganizado, síntomas

negativos (como pueden ser la alogia, la abulia o la anhedonia)

Sólo se requerirá un síntoma de estos, denominados Criterios A, si las ideas

delirantes son extrañas, si las alucinaciones auditivas consisten en una voz que comenta

continuamente los pensamientos del paciente, o si dos o más voces conversan entre ellas.

Los otros criterios para su diagnóstico son la disfunción social o laboral que

ocasiona (alterando una o más áreas importantes de actividad, haciendo que estén

claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno o, si es de inicio temprano,

fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico

o laboral), la duración, (persistiendo los signos durante al menos 6 meses, de los cuales

al menos durante uno ha habido síntomas evidentes de criterios A. Puede incluir

periodos prodrómicos o residuales.), exclusión de diagnóstico de trastornos

esquizoafectivo y del estado anímico, exclusión de consumo de substancias y de

enfermedad médica, relación con trastorno generalizado del desarrollo (autismo u otros)

La enfermedad puede cursar de forma episódica o residual. Puede tratarse de un

episodio único con remisión total o parcial; o bien episodios con síntomas residuales

interepisódicos frecuentes.

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La esquizofrenia tiene bastantes subgéneros, entre los que destacan:

Esquizofrenia paranoide. En este tipo, la más frecuente, hay una gran

preocupación por una o más ideas delirantes, resistentes a toda argumentación

lógica y alucinaciones auditivas frecuentes. No cursa con lenguaje

desorganizado, ni comportamiento catatónico, ni afectividad aplanada o

inapropiada.

Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica: En este tipo predomina el

lenguaje y el comportamiento desorganizado, así como la afectividad

inapropiada. No se cumplen criterios para el tipo catatónico.

Esquizofrenia catatónica: Se manifiesta inmovilidad motora por catalepsia,

llegando incluso al estupor. También puede manifestar actividad motora

excesiva, carente de propósito y no influída por estímulos. Negativismo

extremo, postura rígida, mutismo, adopción de posturas extrañas,

movimientos estereotipados, manierismos y muecas; ecolalia o ecopraxia.

Esquizofrenia de tipo indiferenciado: Están presentes los síntomas del criterio

A, pero no cumple los criterios para la esquizofrenia paranoide, catatónica o

hebefrénica.

Esquizofrenia residual: Cursa con ausencia de ideas delirantes, alucinaciones,

lenguaje desorganizado y comportamiento catatónico o gravemente

desorganizado. Hay manifestaciones continuas de alteración, presencia de

síntomas negativos o de dos o más síntomas de los Criterios A para la

esquizofrenia, presentes aunque de forma tenue.

La esquizofrenia puede tener inicio tanto en las primeras etapas de la vida como

durante la etapa adulta. Aunque son bastante más frecuentes las presentaciones

tempranas de la enfermedad, las presentaciones tardías también son de gran importancia

a nivel terapéutico. La esquizofrenia afecta por igual a hombres y mujeres. Tiende a

empezar más tarde en las mujeres y es más leve a más tardía es la presentación. Desde

el año 2000 se ha empezado a usar el término de esquizofrenia de origen muy tardío,

para cuando empieza después de los 60 años.

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La esquizofrenia de aparición en la niñez comienza después de la edad de 5 años.

La esquizofrenia en la niñez es poco común y puede ser difícil diferenciarla de otros

trastornos del desarrollo en la infancia, como el autismo.

No existen exámenes fiables a día de hoy ni procedimientos estandarizados para

diagnosticar la esquizofrenia. Un psiquiatra debe examinar al paciente para elaborar el

diagnóstico, que se realiza con base a la entrevista y en menor medida, a las

aportaciones de los familiares.

Las gammagrafías del cerebro, la tomografía axial computerizada (TAC), la

resonancia magnética nuclear (RMN) y demás analíticas pueden ayudar a descartar

otros trastornos que tienen síntomas similares. [2] [12]

Los medicamentos antipsicóticos, también llamados neurolépticos, son el

tratamiento más efectivo para la esquizofrenia. Estos medicamentos generalmente son

útiles, pero pueden causar efectos secundarios. Los efectos secundarios comunes de los

antipsicóticos van desde vértigo, sensaciones de inquietud, somnolencia y sedación,

lentitud, convulsiones y aumento de peso. Con el uso crónico se puede llegar a producir

disquinesias, agranulocitosis y acatisias pronunciadas. [22]

La esquizofrenia es una enfermedad crónica y la mayoría de las personas que la

padecen necesitan seguir con medicación antipsicótica de por vida. La psicoterapia de

apoyo puede ser útil para muchas personas con esquizofrenia.

El pronóstico de los pacientes de esquizofrenia es incierto. La mayoría de las

veces, los síntomas mejoran con medicamentos. Sin embargo, suelen darse episodios

recidivantes que crean gran desequilibrio en la esfera social del paciente.

Se ha demostrado que los pacientes esquizofrénicos son más propensos a

desarrollar un problema con el alcohol, el tabaco o las drogas, más propensos a

desarrollar enfermedades físicas debido al estilo de vida sedentario producido por los

fármacos antipsicóticos, que le producen sedación, y más propensos al suicidio y a las

acciones autolíticas. Con esta revisión se pretende observar si el desarrollo de una

esquizofrenia, sobre todo si es de origen tardío, puede influir en el desarrollo de

demencia tipo Alzheimer.

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La enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer fue descubierta y descrita por el médico alemán

Alois Alzheimer a principios del siglo XX.

Los déficits cognitivos y el deterioro son las manifestaciones más típicas del

Alzheimer. El inicio de la demencia tipo Alzheimer es gradual e implica un deterioro

cognoscitivo continuo. [28]

Debido a la dificultad de obtener pruebas patológicas directas

de la presencia de la enfermedad de Alzheimer, el diagnóstico sólo se establecerá tras

haber descartado otras etiologías de demencia, o bien mediante necropsia. El resto de

pruebas diagnósticas nunca serán del todo concluyentes, por lo que cabrá hablar de

diagnóstico de probable demencia tipo Alzheimer. Específicamente, los déficit

cognoscitivos no se deben a otras enfermedades del sistema nervioso central que

provocan déficit progresivos en las capacidades cognoscitivas y en la memoria (p. ej.,

enfermedades cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson, corea de Huntington), ni a

enfermedades sistémicas que es conocido que provocan demencia, como el

hipotiroidismo, la deficiencia de vitamina B12, el VIH, ni tampoco a efectos

persistentes del consumo de sustancias. El delirium puede sobreañadirse a una

demencia previa de tipo Alzheimer, en cuyo hablaríamos de enfermedad de Alzheimer

con delirium. Este deterioro cognitivo no se explica por la presencia de otro trastorno

como la esquizofrenia o un trastorno depresivo mayor.

La edad de inicio de la demencia tipo Alzheimer es utilizada para delimitar los

subtipos de la enfermedad[28]

, habiendo Alzheimer de inicio temprano. (Este subtipo se

usará si el inicio de la demencia se presenta a los 65 años o antes) e inicio tardío, que

será cuando si la demencia se inicia después de los 65 años. Atendiendo al síntoma

predominante del cuadro clínico, el Alzheimer se subdivide en varios subtipos.

Con ideas delirantes. Este subtipo engloba a los pacientes que tienen ideas

delirantes, reactivas a toda argumentación lógica, y que persisten en el

tiempo; si las ideas delirantes constituyen los síntomas predominantes.

Con estado de ánimo depresivo. En este subtipo predomina un estado de

ánimo depresivo (incluyendo los cuadros clínicos que cumplen los criterios

para episodio depresivo mayor). .

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No complicado. Se usa este subtipo si ninguno de los subtipos mencionados

resulta predominante en el cuadro clínico actual.

La prevalencia de la demencia es mayor en los sujetos con síndrome de Down y

en quienes tienen historia de traumatismo craneal. Los cambios patológicos que son

característicos de la enfermedad de Alzheimer están presentes en los cerebros de los

individuos con síndrome de Down cuando están cerca de los 40 años, aún cuando los

síntomas clínicos no sean evidentes hasta más tarde. En la mayoría de los casos la

atrofia cerebral está presente en la demencia tipo Alzheimer, con mayor dilatación de

los surcos y mayor ensanchamiento de los ventrículos de lo esperado en el proceso

normal de envejecimiento. Esto puede demostrarse por tomografía axial computarizada

(TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN). El examen microscópico revela cambios

histopatológicos, como las placas seniles, los ovillos neurofibrilares, degeneraciones

granulovasculares, pérdida neuronal, gliosis astrocitaria y angiopatía amiloide. Es

frecuente hallar cuerpos de Lewy en neuronas corticales. En los primeros años de la

enfermedad se asocian a la demencia tipo Alzheimer pocos signos sensoriales y motores.

Más tarde pueden aparecer mioclonías y alteraciones de la marcha. El inicio tardío de la

demencia tipo Alzheimer es mucho más frecuente que su inicio precoz. Pocos casos se

desarrollan antes de los 50 años. El trastorno es algo más frecuente en mujeres que en

varones. En cuanto a la prevalencia, se estima que entre el 2 y el 4 % de la población

mayor de 65 años presenta demencia. La prevalencia aumenta con la edad, en especial

después de los 75 años. Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre si la

esquizofrenia de inicio tardío está relacionada con la aparición de Alzheimer y de otras

demencias. [28]

El curso de la demencia tipo Alzheimer tiende a progresar lentamente, con una

pérdida de 3-4 puntos/año en la evaluación estandarizada con instrumentos como el

examen del estado mental (Mini-Mental). Se han descrito diversos patrones de déficit.

Un patrón habitual es el inicio insidioso, con rápidos déficit de memoria reciente, y el

desarrollo de afasia, apraxia y agnosia después de algunos años. Algunos individuos

presentan cambios de personalidad o aumento de la irritabilidad en estadios iniciales. En

fases avanzadas de la enfermedad pueden presentarse alteraciones de la marcha,

alteraciones motoras y en ocasiones mutismo y postración en cama. La duración media

de la enfermedad desde el inicio de los síntomas a la muerte es de 8-10 años.

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En los años 80 se llevaron a cabo gran cantidad de trabajos al respecto en los

Estados Unidos de América, y, a pesar de que se obtuvieron datos muy interesantes,

cabe lugar a poner en duda la metodología de los trabajos, pues se empleó de modo

sistemático los criterios diagnósticos de esquizofrenia recogidos en el DSM-III y

actualmente no podemos saber a ciencia cierta si esos pacientes diagnosticados con

esquizofrenia eran realmente pacientes que desarrollaron una esquizofrenia tardía y

posteriormente una demencia. Los estudios posteriores a 1987 usan el DSM-III-R, que

es una versión corregida del DSM-III. El DSM-III englobaba muchas patologías dentro

del diagnóstico de esquizofrenia, que posteriormente han sido catalogadas como

diagnósticos diferentes, como el trastorno esquizoide de personalidad. [5] [28]

A lo largo del trabajo se expondrá la relación entre estas dos enfermedades.

OBJETIVOS

Objetivos Generales

Mediante la búsqueda bibliográfica, intentar establecer la relación entre el

Alzheimer y la esquizofrenia, principalmente la esquizofrenia tardía.

Objetivos Específicos

Basándose en la bibliografía, ver si realmente se producen alteraciones en el

cerebro de los esquizofrénicos y si aparece Alzheimer.

Atendiendo a la bibliografía revisada, conocer si existe relación entre los

tratamientos farmacológicos y la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

Conocer la frecuencia con que se desarrolla la enfermedad de Alzheimer en

los pacientes con esquizofrenia tardía, basándose en los resultados de la

búsqueda.

Considerando los datos bibliográficos, cuantificar el riesgo de que se

produzca la enfermedad de Alzheimer en dichos pacientes.

Teniendo en cuenta la bibliografía, analizar las variables raza, frecuencia de

aparición, la edad de aparición y desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en

pacientes con esquizofrenia de inicio tardío.

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En caso afirmativo, saber qué demencia pueden desarrollar con más

frecuencia es de gran interés clínico.

MATERIAL Y MÉTODOS

Estudio bibliográfico.

Fuentes bibliográficas consultadas: Se centra en las bases de datos.

MedLine (Medical Literature Analysis and Retrieval System Online): Es una

base de datos de bibliografía en ciencias de la Salud, y está producida por la

Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Posiblemente se trate

de la mayor base de datos bibliográficos médica del mundo, con cerca de 15

millones de artículos. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed

Biblioteca Cochrane: Es una biblioteca virtual que recoge una colección de

ensayos clínicos controlados.

CINAHL (Cualitative Index to Nursing and Allied Health): Se trata de una

base de datos específica de enfermería, aunque también tiene gran contenido

en artículos médicos de investigacion.

Diversas páginas web. El uso de internet ha sido orientativo; la información

encontrada en la web fue clara y en ocasiones me ha ayudado a contrastar la

información.

Nivel de evidencia: Se ha usado el criterio de pertinencia a la hora de elegir

los artículos para realizar la revisión, puesto que muchos de ellos no tenían gran

relevancia respecto al tema a tratar a pesar de estar incluidas las palabras clave.

Se han buscado, en la medida de lo posible, estudios experimentales

(especialmente los que tenían un amplio periodo de seguimiento), analíticos (cohortes y

casos-controles), descriptivos longitudinales, descriptivos transversales.

Criterio de fecha de publicación: Se ha procurado usar materiales con menos

de 10 años de antigüedad, pero no siempre ha sido posible.

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Tiempo de seguimiento realizado: El tiempo de seguimiento ha sido un

factor muy a tener en cuenta, pues a mayor seguimiento haya tenido el caso mejores

datos nos ofrecerá.

Criterios de clasificación de la enfermedad utilizados: Se ha procurado

siempre utilizar trabajos que usen los criterios diagnósticos tipificados en el DSM-IV,

pues los manuales anteriores, como el DSM-III y DSM-III-R no tipifican las

enfermedades con el mismo criterio de clasificación. Se han procurado utilizar los

criterios de la Sociedad Americana de Psiquiatría.

Factores analizados: Se ha querido buscar factores de riesgo para la aparición

del Alzheimer en pacientes con esquizofrenia tardía, la frecuencia de presentación del

Alzheimer en estos pacientes, factores agravantes o beneficiosos y evolución en el

tiempo.

Método de trabajo: Se han utilizado algunos software de ofimática

proporcionados por el soporte Microsoft: Microsoft Office Word 2007 para la redacción

del trabajo; Microsoft Office Excel 2007 para la elaboración de las tablas y diagramas,

así como Adobe Reader para los anexos y para la presentación del trabajo final.

También se ha utilizado la función captura de pantalla para la elaboración del

Anexo1 y finalmente el PDFcreator para dar formato .pdf al trabajo.

RESULTADOS

Los resultados que arrojan los diversos artículos son reveladores en cuanto al

mayor riesgo de padecer Alzheimer en los pacientes que desarrollan una esquizofrenia a

una edad avanzada. La gran mayoría de los estudios establecen una relación positiva

entre Alzheimer y esquizofrenia de origen tardío, siendo muy pocos los que no

encuentran conexión. [7] [8] [13] [29]

Entre las distintas fuentes bibliográficas se encuentran distintos resultados de

riesgo relativo de pacientes que presentan esquizofrenia de inicio tardío (positivos)

también tienden a presentar Alzheimer.

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El estudio realizado en Finlandia[29]

muestra un RR de 4.55% de padecer

Alzheimer. Entre 66 pacientes, de los cuales 3 desarrollan Alzheimer y uno más tenía un

diagnóstico probable por su gran cantidad de proteína tau en el líquido cefalorraquídeo.

El estudio realizado en Brasil [13]

muestra que no existe relación entre estas dos

enfermedades, al menos en un año de seguimiento.

Se trataba de un estudio realizado en 13 pacientes

con esquizofrenia tardía, pero que ninguno

presentó demencias.

El estudio llevado a cabo por Palmer [30]

en

un psiquiátrico pone de manifiesto que un hay un

9.5% de probabilidad de desarrollar Alzheimer

cuando se padece esquizofrenia de origen tardío, en

el margen de tiempo de un año.

Por otra parte, el estudio de Brodaty en Australia [5]

en su seguimiento de 5 años

a 27 pacientes, se alcanza un RR de 47.37 de padecer Alzheimer si se padece

esquizofrenia de inicio tardío.

A finales de los años 80 y principio de los 90 se estudió mucho el deterioro en

las estructuras cerebrales en pacientes con Alzheimer y con esquizofrenia, llegando a

realizar seguimiento de autopsias desde el año 1931. Para el análisis de los resultados,

conviene separar el grupo de estudios antiguos del grupo de estudios recientes. En los

estudios antiguos, que son mayoritariamente postmortem, se calcula que el riesgo de un

paciente con esquizofrenia de inicio tardío frente a la población sana de desarrollar

Alzheimer es entre 4 y 12 veces mayor. [14]

Estos estudios de los años 90 sugieren que la medicación neuroléptica es más

dañina aún que la propia enfermedad [22]

, al analizar pacientes fallecidos antes de la era

de que se empezaran a utilizar como tratamiento de elección; y que la enfermedad de

Alzheimer se encontraba con frecuencia enmascarada por otros síntomas psiquiátricos.

El fármaco indometacina, que es un potente antiinflamatorio no esteroideo capaz de

cruzar la barrera hematoencefálica, aparece como un agente capaz de detener el curso

del Alzheimer en estos pacientes [17]

. Los esteroides, a su vez, también parecen ser

efectivos ante la aparición y el desarrollo de la demencia [27]

, pero no se recomienda su

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consumo debido a sus perniciosos efectos secundarios. Los pacientes artríticos pautados

con antiinflamatorios eran menos propensos a desarrollar demencias, por lo que se

elucubra que los AINES pueden tener efectos protectores contra el Alzheimer.

En los estudios recientes, de los últimos 10 años, se procuran dar datos más

precisos mediante métodos estadísticos. En 5 años de seguimiento, de 27 pacientes se

siguieron al año y 19 a los 5 años; de 19 pacientes con esquizofrenia tardía desarrollaron

9 demencia, siendo 5 de estas demencias Alzheimer. La odds ratio resultante fue de

16.52 y la pseudo-Bayes estimada para la odds ratio fue de 1.44-69.37. [5]

Los avances de la ciencia han permitido que se analicen mejor los

biomarcadores como la proteína tau, la cual fue hallada sólo en 5 de 13 pacientes en una

muestra de 66. [20]

Los sujetos con familiares con demencia tipo Alzheimer de inicio precoz tienen

más probabilidades de presentar la enfermedad. Los casos de inicio tardío se cree que

tienen un componente genético. [2] [12]

En algunas familias con demencia tipo Alzheimer

de inicio precoz se ha demostrado una herencia de tipo dominante ligada a algunos

cromosomas, entre ellos los cromosomas 21, 14 y 19. [23] [24]

Para establecer la frecuencia con que se desarrolla Alzheimer en los pacientes

esquizofrénicos de inicio tardío, acudimos a los datos de la bibliografía, en particular a

los artículos más recientes.

Tabla 2

Controles

Pacientes de EOT

Pacientes con

Demencia

Abandonos

/Muertes EOT

Inicio del estudio

34 27 0 0

Seguimiento al año

31 22 0 5

Seguimiento a los 5 años

24 19 9 3

De 27 pacientes con esquizofrenia de

inicio tardío, un 33.33% desarrollaron

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demencia de algún tipo a los 5 años y un 33.33% falleció. Estos porcentajes se solapan,

pues algunos de los fallecidos presentaron demencia. Entre los controles no hubo

ningún caso de demencia. La frecuencia del Alzheimer fue del 18.51% de los

diagnosticados con esquizofrenia de inicio tardío. [5]

El riesgo de padecer Alzheimer u otras demencias en un intervalo de 5 a 10 años

es muy alto en estos pacientes. [5] [20]

Los enfermos de esquizofrenia de inicio tardío son más susceptibles de padecer la

enfermedad de Alzheimer. El estudio epidemiológico longitudinal y prospectivo a los 5

años nos permite comprobar que el riesgo relativo de que los pacientes presenten

demencia es de 47.37% [5]

Tabla 3

Alzheimer u otras demencias No presenta demencias Muestra

EIT + 9 10 19

EIT - 0 24 24

Muestra 9 34 43

El riesgo relativo es la probabilidad que tienen de padecer Alzheimer, EA(+), los

pacientes con esquizofrenia de inicio tardío, EIT(+).

Casi el 21% de la población es susceptible de padecer Alzheimer. (EA)

En cuanto al factor de la raza, un estudio en Brasil [13]

realizó un seguimiento de un año

en el que analizó a 13 pacientes, de los cuales ninguno desarrolló Alzheimer ni ningún

tipo de demencia. Los datos de los estudios prospectivos son tenidos en cuenta como

grupo control. Para otro estudio realizado en Inglaterra que usaba pacientes caribeños y

africanos, se vio que las mujeres caribeñas y africanas presentaban un riesgo 12 veces

mayor que los nativos del Reino Unido; y que los hombres africanos y caribeños

presentaban un riesgo 24 veces mayor de desarrollar demencia al padecer esquizofrenia

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de origen tardío. El factor de la exclusión social y del aislamiento es importante en este

tipo de pacientes ancianos. [18]

La muestra estaba basada en 25 nacidos en el Reino Unido, 26 africanos y

caribeños residentes en el Reino Unido y por 10 pacientes de diversos orígenes. El

seguimiento fue durante 5 años.

DISCUSIÓN

Tras el análisis de los datos obtenidos, los aspectos más llamativos serán

comentados a continuación. Se han separado los artículos anteriores al año 2000 de los

publicados después.

La enfermedad de Alzheimer es menos prevalente en pacientes con tratamiento

antiinflamatorio que en la población general, según varios estudios epidemiológicos. Se

ha llegado a la conclusión siguiente tras analizar los factores de riesgo. La medicación

antiinflamatoria podría ser considerada como adyuvante en los tratamientos

neurolépticos crónicos en esquizofrenias tardías que muestren signos precoces de déficit

cognitivo de tipo Alzheimer. [14][15][17]

Algunos estudios postmortem realizados a finales del siglo XX sugieren que

había ya entonces una alta prevalencia de enfermedad de Alzheimer entre los pacientes

hospitalizados con esquizofrenia. En un estudio[21]

entre 225 pacientes con

esquizofrenia crónica que murieron entre 1975 y 1985, Soustek encontró que el riesgo

de padecer Azheimer en esa muestra de pacientes era al menos 6 veces superior al de la

población general. En 1993, se examinaron todas las autopsias llevadas a cabo en el

New York State Psychiatric Institute entre 1977 y 1988[16]

, encontrando que de 544

pacientes diagnosticados con esquizofrenia, 28 padecían Alzheimer. En este estudio,

realizado por Prohovnik, encontraron un ratio del 32% de Alzheimer en los mayores de

65 años, comparado con el 2-6% que presenta la población general en varios estudios

epidemiológicos. (El ratio fue entre 4 y 12 veces mayor del esperado)

Sin embargo, dicha patología no ha sido predicha por hallazgos clínicos, para lo

cual los autores intentan responder mediante tres hipótesis. La primera es que no se han

realizado evaluaciones neuropsicológicas en los pacientes ancianos con esquizofrenia.

Una segunda hipótesis es que esas evaluaciones no se están llevando de manera

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adecuada ni adaptando a la edad de los pacientes a tratar; y la tercera es que los datos no

reflejan de manera fidedigna la población anciana con esquizofrenia.

En 1988 se realiza otro estudio, por parte de Buhl y Bojsen-Moller[6]

, en el que

se analizan 100 pacientes que murieron en instituciones psiquiátricas y concluyeron que

un porcentaje nada desdeñable de pacientes tenían los síntomas del deterioro cognitivo

propios del Alzheimer encubiertos por otras patologías psiquiátricas.

En 1994 Wisniewski y colaboradores[22]

examinaron el cerebro de 102

esquizofrénicos que habían fallecido con 72 años o más edad. 41 habían muerto entre

1932 y 1952, antes de que los medicamentos neurolépticos comenzaran a usarse de

modo habitual. Los 61 restantes, muertos entre 1954 y 1990, habían recibido fármacos

neurolépticos todos.

Los pacientes muertos durante la era de los neurolépticos tenían unos cambios

neurofibrilares significativamente mayores que los que habían fallecido en la época

anterior. Los investigadores concluyeron que el tratamiento crónico con neurolépticos, y

no la esquizofrenia per se eran los que causaban el aumento de riego, aceleración y

aumento de frecuencia de desarrollar patología neurofibrilar en los cerebros de

pacientes con esquizofrenia. Sus concusiones fueron refutadas posteriormente al hallar

demasiado pocos signos de Enfermedad de Alzheimer en los cerebros dañados por la

esquizofrenia.

Ese mismo años, Haroutunian[8]

y colaboradores no encontraron disminución en

la actividad de los marcadores colinérgicos postmortem en los cerebros de ancianos con

daño cognitivo. Arnold et al.[1]

realizaron un estudio de cohortes de 10 ancianos

enfermos, con signos y síntomas tanto de demencia como de esquizofrenia, presentando

las placas seniles y los ovillos de la manera habitual en todos los casos.

De una manera semejante, Purohit y colaboradores (1993) [29]

examinaron los

cerebros de 12 ancianos con esquizofrenia con grandes daños cognitivos y no hallaron

ningún criterio diagnóstico para la enfermedad de Alzheimer. Casanova (1993)[7]

tampoco encontró ningún resultado reseñable al analizar el hipocampo de 10 pacientes

esquizofrénicos con deterioro cognitivo.

No está claro si los pacientes con esquizofrenia examinados en estos estudios

tenían manifestaciones clínicas compatibles con la demencia tipo Alzheimer. Evaluar el

Page 18: TFM ALEJANDRO RUANO

18

deterioro neuropsicológico en los pacientes esquizofrénicos no es tan fácil como en los

pacientes de Alzheimer. Por ejemplo, Heaton et al. (1994) [10]

hicieron una batería de

test a pacientes con esquizofrenia, y encontraron que el deterioro cognitivo no tenía

relación con la edad, ni con la edad de inicio de la esquizofrenia (tardía o temprana), ni

con la duración de la enfermedad mental. Los test pueden identificar claramente el

deterioro progresivo en la memoria característico del Alzheimer, y necesitan incluirse

en las evaluaciones de pacientes ancianos con esquizofrenia.

Los estudios epidemiológicos realizados en la década de los 90 han establecido

que la enfermedad de Alzheimer es menos prevalente en personas que toman fármacos

antiinflamatorios, o que sufren de dolores como artritis (en la cual hay pauta

farmacológica crónica) [11] [15] [19]

El mecanismo por el cual estos fármacos producen su

efecto protector aún no está del todo explicado.

En 1990, McGeer y colaboradores[15]

evaluaron 7490 hospitales, separando

registros de pacientes de 65 años en adelante con diagnósticos concomitantes de artritis

reumatoide y enfermedad de Alzheimer, encontrando que el ratio combinado fue del

0.29 por ciento, entre 6 y 12 veces menor al hallado en la población general.

El factor genético fue un factor que Breitner descarta en 1994[3][4]

, en un estudio

de gemelos con más de 50 años, con desarrollo de Alzheimer con 3 o más años de

evolución, y administrando fármacos antiinflamatorios consiguió retrasar la evolución

del Alzheimer. Estos hallazgos están en la misma línea que observaciones postmortem

de pacientes en los que los numerosos cambios inflamatorios habían sido catalogados

como asociados a lesiones producidas por el Alzheimer.

En un test clínico piloto de la indometacina[17]

(un fármaco antiinflamatorio no

esteroideo muy potente), que atraviesa la barrera hematoencefálica, Rogers et al. (1993)

encontraron que la progresión de la enfermedad de Alzheimer se había detenido. Los

datos epidemiológicos sugieren que tomar fármacos antiinflamatorios pueden prevenir o

retrasar la aparición del Alzheimer, e incluso el ensayo con indometacina sugiere que

puede incluso ser eficaz tras su aparición.

Otros estudios sugieren que la hormona adrenocorticotropa[3][17][19]

o los

esteroides pueden también ser efectivos ante la aparición de la demencia, así como

retrasando su aparición. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta los efectos adversos

Page 19: TFM ALEJANDRO RUANO

19

a nivel neuropsicológico de los esteroides. En animales se ha demostrado su

neurotoxicidad hipocampal en las neuronas piramidales[17]

, células muy vulnerables al

Alzheimer. No existen en la actualidad agentes protectores contra estos efectos

secundarios. Los AINES causan grandes efectos secundarios también, así como el

misoprostol, usado como tratamiento para las úlceras gástricas, el cual también tiene

efecto protecto en cierta medida. Está recomendada la pauta con antiinflamatorios en

pacientes con esquizofrenia que estén recibiendo neurolépticos y que muestren

evidencia clínica de Alzheimer concomitante. [3][17][19]

Algunos informes postmortem hacen intuir que es posible que las patologías tipo

Alzheimer sean más frecuentes (entre 6 y 12 veces) en ancianos esquizofrénicos que en

la población general. Un estudio indica que el tratamiento neuroléptico puede ser el

principal desencadenante. [22]

Otros estudios postulan que el desarrollo de Alzheimer es

raro en pacientes con esquizofrenia tardía, por lo cual se precisará un ulterior desarrollo

de la hipótesis. [13]

Los trabajos recientes solían centrarse en estudios de casos controles.

El estudio de Kørner A.[25]

et al pretendió examinar si los pacientes que

comienzan su curso esquizofrénico a una edad avanzada o muy avanzada son más

proclives al desarrollo de una demencia, e hicieron una búsqueda de todos los pacientes

a nivel hospitalario y comunitario de toda Dinamarca entre 1994 y 2001, separando los

pacientes de inicio tardío (más de 40 años) y muy tardío (más de 60 años) Se usaron

como controles pacientes con osteoartritis y datos de población general. La probabilidad

de que se diera un diagnóstico de demencia se estimó mediante regresiones de Poisson.

El tiempo de seguimiento osciló entre los 3 y los 5 años. El ratio RR de desarrollar

demencia en los pacientes con esquizofrenia tardía fue entre 2 y 3 veces superior al de

pacientes con osteoartrosis y población general

Seppälä T y colaboradores[20]

buscaron biomarcadores en los fluidos espinales

de pacientes con Alzheimer que habían tenido un episodio de psicosis de inicio tardío.

Para medirlo se usaron los niveles de concentración de CSF Aβ42, tau y p-tau-181,

medidos mediante el test de ELISA y comparados con los diagnósticos clínicos de un

equipo multidisciplinar con un neurólogo y varios psiquiatras. Se encontró el CSF en

más de la mitad de los pacientes, pero sólo en 5 de 13 diagnosticados con Alzheimer

hubo presencia de los biomarcadores. Los biomarcadores pueden resultar eficaces

Page 20: TFM ALEJANDRO RUANO

20

como parte del diagnóstico para detectar demencia en pacientes ancianos que muestren

síntomas psicóticos. La falta de precisión en los diagnósticos hace que se den problemas

debido a comportamientos atípicos de la enfermedad, por lo que el uso de

biomarcadores podría emplearse para mejorar el diagnóstico de Alzheimer. La

afectación microglial de pacientes con enfermedad de Alzheimer y de pacientes

esquizofrénicos es muy similar, y contrasta con la de los individuos sanos, o con los que

padecían otro tipo de desórdenes psiquiátricos, como los de tipo afectivo.

Lagodka A. y Robert P. se propusieron a analizar la posible relación entre los

procesos neurodegenerativos realizando una búsqueda bibliográfica[26]

entre 1995 y

2008. No existe para ellos gran importancia en los antecedentes familiares para el

desarrollo de esquizofrenia de inicio tardío o muy tardío, pero sí que existe mayor

deterioro neuropsicológico en pacientes con esquizofrenia tardía o muy tardía que en los

que no la presentan. Algunos estudios longitudinales que analizaron cuestionan que una

parte de los diagnosticados con esquizofrenia tardía o muy tardía desarrollen demencia a

los 10 años.

Los estudios anatomopatológicos parecen decirnos que la esquizofrenia tardía no

es consecutiva al Alzheimer, y puede que esté relacionada con una tauopatía límbica

restringida. En los estudios de neuroimagen, se advierte que el volumen del tálamo es

menor en los pacientes con esquizofrenia tardía respecto a los de esquizofrenia

temprana, así como también sufren de una mayor atrofia cortical. Los resultados son

inconsistentes para enfermedades cerebrales macroscópicas. Se encontraron zonas

dañadas en la materia blanca en ambos tipos de esquizofrenias, siendo más prominente

el daño en la zona periventricular en el caso de la esquizofrenia tardía (cuando en la

temprana suele producirse en las fibras del sistema nervioso central.) El fallo de muchos

trabajos fue que no separaban los de inicio tardío de los de inicio muy tardío. Además,

hay que tener siempre muy en cuenta los diagnósticos de esquizofrenia, que deben

realizarse de forma estricta, para evitar que el estudio carezca de fiabilidad científica.

Las dos hipótesis que cabe plantearse son:

¿Es la esquizofrenia de inicio tardío un pródromo del Alzheimer?

¿Es la esquizofrenia de inicio tardío consecutiva a la enfermedad

cerebrovascular?

Page 21: TFM ALEJANDRO RUANO

21

Estas dos hipótesis podrán ser respondidas de manera parcial solamente. Que la

esquizofrenia tardía sea un pródromo del Alzheimer se antoja bastante improbable,

considerando los estudios anatomopatológicos. Sin embargo, sí que hay constancia de

que los individuos que debutan con la patología a edades tardías tienden a desarrollar

demencia antes de los 10 años. En cuanto a la segunda hipótesis planteada, la

enfermedad cerebrovascular de estos pacientes está localizada en zonas completamente

diferentes a los de las esquizofrenias de inicio temprano, lo cual explica la diferencia de

las manifestaciones clínicas (muchos menos síntomas negativos y trastornos del

pensamiento que en la temprana) y grandes diferencias a nivel de electroencefalograma.

Las zonas afectadas podrían deberse a una tauopatía límbica, mecanismo

semejante al de la demencia tipo Alzheimer. Los sujetos más vulnerables desarrollarían

esquizofrenia al envejecer, mientras que otros la podrían desarrollar secundaria a

enfermedades cerebro vasculares.

También existe controversia sobre si la esquizofrenia de origen tardío es

precursora del deterioro cognitivo. Para examinar los resultados a largo plazo, en

Australia se examinó un grupo de pacientes con esquizofrenia de inicio tardío[5]

, con 50

años y más, pero que no habían desarrollado demencia; y un grupo control sano. El

estudio lo llevaron a cabo Henry Brodaty y sus colaboradores. 9 pacientes del grupo con

esquizofrenia presentaron demencia (5 de tipo Alzheimer, 1 vascular, y 3 de causa

desconocida); mientras que el grupo control no desarrolló ninguna patología

neurodegenerativa en los 5 años siguientes al estudio.

También apareció un grupo significativo de pacientes esquizofrénicos de inicio

tardío que no desarrollaron signos de demencia a los 6 años del estudio. Para ellos, la

esquizofrenia de inicio tardío podría ser un pródromo de la Enfermedad de Alzheimer,

lo cual contradice los estudios anatomopatológicos.

La evolución longitudinal de los pacientes que desarrollan esquizofrenia de

forma tardía sigue siendo un misterio para los psiquiatras, con estudios informando de

incrementos marcados de “deterioro orgánico”, declive cognitivo o demencia.

Estos estudios están limitados debido a la dificultad en el diagnóstico de la

esquizofrenia, en la multitud de subclases que derivan de esta patología y en la

dificultad del seguimiento debido a la corta duración del mismo, por lo general.

Page 22: TFM ALEJANDRO RUANO

22

(Muchos de los pacientes fallecen antes de que se puedan revisar los datos y esto

dificulta el estudio) [30]

En el estudio de Brodaty, [5]

se crea un grupo con pacientes diagnosticados de

esquizofrenia tardía entre 1992 y 1994. El estudio contaba con el beneplácito de varios

comités de ética. Todos los pacientes cumplían los criterios del DSM-III-R para

esquizofrenia, y habían sido diagnosticados al menos por y de manera independiente por

dos psiquiatras diferentes. Se definió esquizofrenia tardía como aquella que apareciese

después de cumplidos los 50, incluyendo la fase prodrómica también.

Los del grupo control eran voluntarios sin antecedentes psiquiátricos. Se

excluyeron usuarios de drogas por vías parenterales, alcohólicos, personas con

antecedentes de accidente cerebro-vascular, accidente isquémico transitorio, epilepsia,

párkinson u otras enfermedades neurológicas, traumatismos craneales con pérdida de

conciencia de más de media hora o con secuelas neurológicas, personas con una

puntuación menor de 20 en el test Mini-Mental, retraso mental, discinesia tardía

moderada o grave, estado maniaco o depresivo mayor en curso, o que no pudiera

desmentir cualquiera de las condiciones excluyentes arriba relatadas.

De los 112 voluntarios, 21 fueron excluidos, dejando 27 pacientes con

esquizofrenia de inicio tardío, (Con una edad media de 66.4 años, y un rango que

oscilaba entre los 50 y los 87.), 30 pacientes con esquizofrenia de origen temprano y 34

del grupo control. La esquizofrenia tardía y los grupos control normales eran

comparables en cuanto a edad, sexo y estatus socioeconómico. Sin embargo, los

pacientes tenían un nivel de estudios significativamente inferior y el porcentaje de

solteros era bastante mayor.

En el seguimiento a los 5 años usaron diversos métodos de evaluación, como la

Global Assessment of Functioning, la Instrumental Activities of Daily Living, Activities

of Daily Living, Clinical Dementia Rating, MMSE, Cambridge Mental Disorders of the

Elderly Examination y la Escala de Isquemia de Hachinski, entre otros. También se

precisó de un examen neurológico y de un escáner.

El diagnóstico de la esquizofrenia y la demencia a los 5 años de seguimiento se

llevaron siguiendo los criterios planteados por el DSM-IV, así como por todos los

anteriormente mencionados métodos de evaluación. El proceso fue controlado por dos

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23

psiquiatras y un psicólogo. Dentro del trabajo se produce un vambio en la metodología,

pues cambia del criterio DSM-III-R al DSM-IV

Los datos personales de los pacientes no fueron revelados. A los pacientes se les

consideraba diagnosticables con deterioro cognitivo leve si sus puntuaciones en los test

no eran satisfactorias, lo cual no deja de ser una medida arbitraria, y que puede tener

errores y falsos positivos.

Fueron evaluados al año y a los cinco años. En el caso de que hubieran fallecido,

se obtuvieron datos de la historia clínica, en la medida de lo posible. Las entrevistas con

los participantes o con sus cuidadores fueron llevadas a cabo por un médico.

Se usaron diversos métodos estadísticos para el análisis de datos. Para

individuos con deterioro cognitivo, tuvieron muy en cuenta las diferencias de edad entre

los pacientes y los grupos control. Otro factor que tuvieron en cuenta fue la

institucionalización.

Conviene detenerse en la variable de la institucionalización, ya que el hecho de

desarraigar a un anciano de su casa, su “hábitat natural”, en el que se maneja

relativamente aunque fuese sosteniendo un equilibrio inestable, suele implicar

agravamiento del deterioro cognitivo. No está recomendado el ingreso salvo que sea una

situación extrema. En este peliagudo aspecto muchas veces pesan más los intereses

económicos de los familiares y cuidadores, que a menudo padecen el síndrome de burn-

out, que los del anciano. En el caso de España, los ancianos incapacitados por orden

judicial no tienen poder de decisión sobre su ingreso.

De los 27 pacientes con esquizofrenia de inicio tardío que Brodaty y

colaboradores eligieron para su investigación, 22 realizaron seguimiento al año (82%), y

19 (70%) lo hicieron también a los 5 años, incluyendo 9 pacientes que habían muerto y

que se pudo obtener su información por otros medios. La causa de la muerte de 8 de los

pacientes fue por enfermedad médica, mientras que uno sufrió una caída accidental. No

se realizaron exámenes postmortem.

De los 34 controles sanos originales, 31 tuvieron seguimiento al año y 24 a los

cinco años. De los 8 pacientes no seguidos a los cinco años, 2 se negaron a contestar y 6

no pudieron ser localizados. De los 10 controles, 8 rehusaron colaborar y 2 murieron.

Los controles que siguieron participando tenían un nivel de estudios significativamente

Page 24: TFM ALEJANDRO RUANO

24

mayor que los que no quisieron seguir, así como mejores resultados en la escala de

Isquemia de Hachinski.

A los 5 años, los pacientes tuvieron mucho peor evolución que los controles;

fueron institucionalizados mucho antes, sus puntuaciones en los test bajaron más y su

nivel de deterioro cognitivo fue muy superior al resto. De los 10 pacientes que seguían

con vida a los 5 años, 3 no pudieron ser entrevistados; pero de los otros siete, seis

manifestaron criterios A del DSM-IV para la esquizofrenia. Uno padecía síntomas de

psicosis, cinco alucinaciones, otro más ideación paranoide y delirios de grandeza y

probable psicosis. El deterioro global, aunque más pronunciado que en los controles, no

fue tan significativo como las alteraciones psiquiátricas. Los pacientes y los controles

no diferían significativamente en términos de anormalidades neurológicas. Sin embargo,

a los cinco años, 9 de 19 pacientes con esquizofrenia de origen tardío desarrollaron

criterios DSM-IV para la demencia. 5 de ellos, tenían criterios para enfermedad de

Alzheimer; y uno para demencia vascular. Ninguno de los del grupo control tenía

demencia de ninguna clase, ni habían sido diagnosticados con deterioro cognitivo leve.

Aunque los déficits cognitivos se reconocen como parte del síndrome esquizofrénico,

generalmente son estables y consisten en una encefalopatía estática. El saber si esa

encefalopatía se desarrolla de igual manera en la esquizofrenia de origen tardío será

vital para poderlo relacionar con la demencia; pues no se sabe si es estática o no cuando

el inicio es tardío. Las comparaciones de la esquizofrenia tardía con la demencia de

Alzheimer ha hecho que se cree el concepto de “Demencia Precoz no demencial y no

precoz” para hablar de la esquizofrenia que empieza su curso con una edad avanzada.

Esto se afirma porque estos pacientes suelen padecer un declive cognitivo progresivo,

una especie de preludio de la demencia en muchos casos.

Puede que la psicosis haya contribuido al desarrollo de la Enfermedad de

Alzheimer, ya que la mayor parte de demencias desarrolladas por ese grupo fueron de

ese tipo. No obstante, no hay pruebas claras que puedan sostener tal afirmación; ya que

no se suelen encontrar placas seniles ni ovillos neurofibrilares en los pacientes

esquizofrénicos.[20]

Tampoco hay evidencia, según Brodaty[5]

, de que 50 años después

de que se comenzaran a usar, de que los agentes antipsicóticos puedan contribuir al

desarrollo de demencia, lo cual contradice a otros estudios anteriores.

Page 25: TFM ALEJANDRO RUANO

25

Ante una psicosis del tipo de las esquizofrenias manifestada muchos años antes

del inicio del desarrollo de la demencia, se abre la puerta a la especulación sobre su

patogenia. Las alucinaciones no son del todo infrecuentes en la enfermedad de

Alzheimer, pero generalmente ocurren ya en un estadio más avanzado (Debido a la

afectación del lóbulo temporal) [5]

Los puntos fuertes de este estudio fueron el buen seguimiento evaluativo al que

se les sometió, tanto a los pacientes como a los cuidadores, con un criterio estricto y

adecuado al DSM-IV para el diagnóstico. Aún así, la muestra era demasiado limitada,

con lo que el estudio no es esclarecedor ni mucho menos definitivo. Los investigadores

deberán profundizar en su tesis, con seguimientos a más largo plazo acompañados de

medidas de ayuda cognitiva, de neuroimagen, de genotipos, etc; para poder dilucidar si

la esquizofrenia de origen tardío es una presentación precoz de la demencia.

Otros trabajos no dan datos tan concretos, como el de Brodaty. En un artículo

realizado por Laks J.[13]

y colaboradores en 2001 habiendo analizado una gran

bibliografía, sometieron a estudio las habilidades cognitivas de un grupo de pacientes en

Rio de Janeiro, Brasil.

Ninguno de los pacientes que estudiaron desarrolló demencia. Los

investigadores pretendían hacer un estudio semejante a los realizados en Europa y

Estados Unidos en un país emergente como Brasil. Sin embargo, tan sólo hicieron un

año de seguimiento, por lo que la evolución de los pacientes brasileños pudo degenerar

en demencia posteriormente. Un problema del estudio de Larks y colaboradores es el

escaso tiempo de seguimiento, que puede hacer que esté dando datos maquillados

respecto a la situación de los pacientes.

Reeves SJ et al. [28]

publicaron en 2001 un estudio en el que analizaban pacientes

de origen africano y caribeño que habitaban en el Reino Unido. Estos pacientes eran

más proclives al desarrollo de esquizofrenia de inicio tardío que los nacidos en el Reino

Unido. No obstante, no se puede determinar que la raza sea un factor determinante en el

curso de la esquizofrenia de inicio tardío o si son más proclives al deterioro neuronal y

al Alzheimer, ya que la muestra era bastante pequeña.

Page 26: TFM ALEJANDRO RUANO

26

CONCLUSIONES

Aludiendo a los resultados obtenidos en la tabla X, no se puede determinar

que exista un riesgo relativo concreto, con una significación elevada,

basándonos en la bibliografía obtenida, ya que se han obtenido valores muy

dispares en los diferentes análisis, existiendo un estudio[5]

en el que la

relación entre Alzheimer y esquizofrenia tardía es cercano a la mitad,

mientras que otro, no encuentra relación en un año de seguimiento.

Encontramos otros estudios más intermedios como el realizado en Finlandia

[20] o el realizado en Inglaterra

[30] en los que se obtienen un 4.55% y un 9.5%

respectivamente.

Se producen alteraciones en el hipocampo y en el córtex cerebral, según las

revisiones bibliográficas.[7] [23] [24]

Los fármacos neurolépticos resultan lesivos en el cerebro, provocando

deterioro cognitivo. Los antiinflamatorios, en concreto la indometacina son

beneficiosos, protegiendo frente al desarrollo de Alzheimer. [3] [4] [17]

No se puede establecer una sólida evidencia en lo concerniente a la frecuencia

de aparición, puesto que la bibliografía resulta contradictoria. [5] [13] [20] [30]

No

obstante, los trabajos con mayor tiempo se seguimiento, los más recientes y

los que usan mejores técnicas gozan de mayor evidencia científica, y estos

trabajos son los que establecen una elevada frecuencia de aparición.

Basándose en estudios, los hombres y mujeres africanos y caribeños

residentes en el Reino Unido presentan mucho riesgo de padecer Alzheimer

en caso de presentar esquizofrenia de inicio tardía frente a los nativos del

Reino Unido. Esto puede ser debido a las malas condiciones socioeconómicas

a las que se ven sometidos.

Los pacientes más ancianos, los que tienen menor puntuación en los test

evaluativos y los de clases económicas menos pudientes tienen mayor atrofia

cerebral, y son más susceptibles de desarrollar demencia.[5]

La reserva

cognitiva del individuo es clave para el desarrollo de la demencia; ya que se

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27

va deteriorando con el tiempo, cuanta mayor reserva cognitiva tenga el

individuo menores manifestaciones clínicas de la demencia se producirán.

Los fallos de memoria son frecuentes en los pacientes con esquizofrenia

tardía, aunque no siempre implican presencia de una demencia, pues hay

casos en los que los pacientes no desarrollan una demencia como tal, al

menos a los cinco años de seguimiento.

Se necesitarán más autopsias y más evaluaciones neuropsicológicas para

aclarar hasta qué punto los pacientes ancianos con esquizofrenia son más

susceptibles de padecer Alzheimer, y qué factores específicos pueden llevar

hacia el deterioro cognitivo en caso de que no desarrollen Alzheimer.

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28

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