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FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE PREHISTORIA, ARQUEOLOGA,
ANTROPOLOGA SOCIAL Y CC.TT. HISTORIOGRFICAS
TESIS DOCTORAL
EL CIERRE DE LAS PUERTAS
COMPORTAMIENTOS RITUALES RELACIONADOS CON
LA MUERTE EN RESIDENCIAS DE ANCIANOS
Presentada por D. Luis Manuel Usero Liso
para optar al grado de
DOCTOR POR LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
Dirigida por:
Dra. D. Mercedes Cano Herrera
Dr. D. Jess M. Aparicio Gervs
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Para Carol,
Marisol y Alfonso.
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AGRADECIMIENTOS
Este trabajo no hubiera podido realizarse sin el apoyo de algunas personas a las que,
sinceramente, quiero agradecer su ayuda.
En primer lugar a mis directores de tesis, la Dra. D. Mercedes Cano Herrera y el Dr. D.
Jess Aparicio Gervs, hoy entraables amigos personales mos.
Mercedes me acompa desde el principio, alcanzando a ver, siempre, mucho mejor
que yo, el camino a recorrer y la meta que podamos lograr, y tambin me dio libertad,
respaldando mis iniciativas, dndome la confianza que necesitaba en los momentos de
duda y defendindome en las adversidades. Jess, por su parte, no ces de guiarme, de
motivarme y de exigirme el mximo esfuerzo y rigor acadmico en el trabajo, hasta el
ltimo minuto, ayudndome hasta en los ms mnimos detalles. Desde luego, han sido
el tndem perfecto, y una gran suerte poder contar con ellos, con sus conocimientos y
recursos.
Otros profesores tambin intervinieron a lo largo del camino. En este sentido no
quisiera olvidar a la Dra. D. Mara Garca Alonso y al Dr. D. Jos Manuel Montero
Llerandi de la UNED y al Dr. D. Jess Rivera Navarro de la USAL. A los tres les debo
ideas fructferas, apoyo y buenos consejos. Tambin quiero agradecer la amistad de los
dems profesores y la de mis colegas doctorandos hoy ya muchos de ellos doctores-
del programa de Doctorado Interuniversitario de Antropologa de Iberoamrica de las
universidades de Valladolid, Salamanca y Len, con los que pude compartir muchos
buenos momentos.
Naturalmente, tengo que agradecer su ayuda a las personas que facilitaron nuestro
trabajo en las residencias, que nos ensearon y que nos permitieron entrar en sus
hogares y en sus vidas: los residentes, sus familiares y los profesionales de los centros,
as como otras personas que colaboraron con nosotros fuera del mbito residencial. En
este sentido quiero agradecer, muy especialmente, la colaboracin de las siguientes
personas: En Monforte de Lemos (Lugo) a D. Jos Garca-Alba Fantini. En Tres Cantos
(Madrid) al Dr. D. Jos Carlos Bermejo Higuera y a D. Xabier Azkoitia Zabaleta. En
Valladolid a la Madre Isabel Bartolom; a D. Mara del Rosario Gonzlez; a D. Mara
Luisa Cebrin; a D Lourdes Martn; a D. Ana Mara Hernndez; a D. Jos Manuel
Armesto Gallego y a D. Ral Armesto Gallego, todos ellos generosos anfitriones.
Quiero agradecer el permanente respaldo de mi familia, en especial el de mis padres,
Marisol y Alfonso, que siempre me animaron, me ayudaron y me tuvieron presente en
sus oraciones.
Les doy las gracias a todos mis amigos, que han seguido con inters este proyecto.
Tambin les doy las gracias a Hopi y Tuco, que seguramente no entendan que haca yo
sentado, tanto tiempo, frente al ordenador, en vez de estar todo el da jugando con ellos,
a pesar de lo cual no dejaron de animarme y demostrarme su cario.
Y, naturalmente, a mi compaera, Carol Pastoriza Serradilla que, en todo momento, me
alent y estuvo a mi lado, transcribiendo grabaciones, ayudndome con la bibliografa,
aportando, como psicloga y gerontloga, algunas de las mejores ideas al proyecto y,
sobre todo, no dejando que olvidara nunca el lado humano de este trabajo.
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NDICE
0.- Pg. 003 AGRADECIMIENTOS
1.- Pg. 011 INTRODUCCIN
2.- Pg. 013 MARCO METODOLGICO
2.1.- Pg. 013 Perspectiva metodolgica de esta investigacin
2.2.- Pg. 014 El protocolo de investigacin
2.2.1.- Pg. 014 El origen de la investigacin: La anomala
2.2.2.- Pg. 015 Definicin del problema de investigacin
2.2.3.- Pg. 016 La conjetura
2.2.4.- Pg. 017 Los objetivos de la investigacin. Las categoras analticas
2.2.5.- Pg. 018 Las tcnicas de investigacin
2.2.5.1.- Pg. 019 Investigacin bibliogrfica
2.2.5.2.- Pg. 019 Observacin participante y no participante
2.2.5.3.- Pg. 021 Entrevistas, encuestas y grupos de debate
2.2.5.4.- Pg. 021 La analoga etnogrfica
2.2.5.5.- Pg. 025 El anlisis del discurso
2.2.6.- Pg. 025 Muestra y temporizacin de la investigacin
3.- Pg. 027 MARCO TERICO
3.1.- Pg. 027 Fundamentos tericos generales
3.1.1.- Pg. 027 Antropologa, etnologa, etnografa
3.1.2.- Pg. 028 Antropologa cognitiva y antropologa simblica
3.1.3.- Pg. 028 Significado. Smbolo, signo, indicador y seal
3.1.4.- Pg. 029 Cultura y subcultura
3.1.5.- Pg. 030 Socializacin. Rol y estatus
3.1.6.- Pg. 030 Integracin social y tipos de agrupamiento
3.1.6.1.- Pg. 030 Comunidad y sociedad
3.1.6.2.- Pg. 031 Grupos, organizaciones e instituciones
3.1.7.- Pg. 033 Instituciones totales
3.1.8.- Pg. 036 Cambio social
3.1.9.- Pg. 038 Lo sagrado y lo profano. Lo puro y lo impuro
3.1.10.- Pg. 042 Los rituales
3.1.10.1.- Pg. 042 Etimologa, eficacia simblica y aspectos sociales del rito
3.1.10.2.- Pg. 046 Propiedades formales de los ritos
3.1.10.3.- Pg. 045 Tipos de ritual
3.1.10.4.- Pg. 046 Un modelo de liturgia: la misa catlica
3.1.10.5.- Pg. 049 Enfoques tericos sobre el ritual
3.1.10.6.- Pg. 052 El esquema de los ritos de paso
3.1.10.7.- Pg. 056 Aislamiento liminal
3.1.10.8.- Pg. 059 Los ritos funerarios y el duelo
3.1.10.9.- Pg. 061 Trnsitos liminales
3.1.10.10.- Pg. 063 Cambio ritual e ingeniera ritual
3.1.10.11.- Pg. 066 La liturgia olmpica
3.1.11.- Pg. 068 Habitus
3.1.12.- Pg. 069 Esquemas y modelos culturales
3.2.- Pg. 071 La vejez
3.2.1.- Pg. 072 La ancianidad en las sociedades tradicionales
3.2.2.- Pg. 075 La ancianidad en Occidente
3.2.2.1.- Pg. 075 La vejez y los ancianos en el Mundo Antiguo
3.2.2.2.- Pg. 078 La vejez y los ancianos en la Edad Media
3.2.2.3.- Pg. 079 La vejez y los ancianos en la Modernidad
6
3.2.3.- Pg. 080 El envejecimiento de la poblacin: La deconstruccin del miedo
3.2.4.- Pg. 083 Teoras sociolgicas de la vejez
3.3.- Pg. 085 Las instituciones de ancianos
3.3.1.- Pg. 087 Historia de las instituciones de ancianos:
3.3.1.1.- Pg. 088 El retiro
3.3.1.2.- Pg. 093 El asilo
3.3.2.- Pg. 097 La institucin social de la jubilacin
3.3.2.1.- Pg. 097 El concepto de jubilacin
3.3.2.2.- Pg. 100 Algunas funciones de la jubilacin
3.3.2.3.- Pg. 104 La sostenibilidad de las pensiones pblicas en Espaa
3.3.2.4.- Pg. 106 La jubilacin como rito de paso
3.3.3.- Pg. 109 La segregacin residencial de los ancianos
3.3.4.- Pg. 111 Las residencias de ancianos
3.3.4.1.- Pg. 112 Un intento de definicin
3.3.4.2.- Pg. 113 Las residencias de ancianos en Espaa: Consideraciones generales
3.3.4.3.- Pg. 114 Las residencias como centros de trabajo y prestacin de servicios
3.3.5.- Pg. 121 El sick role, las residencias y el significado social de la enfermedad
3.3.6.- Pg. 124 Las residencias de ancianos como instituciones totales
3.3.6.1.- Pg. 125 Los trabajos de John F. Myles
3.3.6.2.- Pg. 127 Sociologa de las residencias de ancianos espaolas
3.3.6.3.- Pg. 143 Control y subcultura de resistencia en las residencias espaolas
3.4.- Pg. 148 La muerte
3.4.1.- Pg. 148 Aris y Vovelle: Las actitudes ante la muerte en Occidente
3.4.2.- Pg. 151 Ziegler y Thomas: La muerte en las tradiciones de origen negro-africano
3.4.2.1.- Pg. 153 El culto de los antepasados en frica
3.4.2.2.- Pg. 156 La Comunin de los Santos
3.4.3.- Pg. 158 La organizacin mercantil de la muerte
3.4.4.- Pg. 165 Los rituales funerarios tradicionales en Espaa
3.4.4.1.- Pg. 166 El ritual de exequias de la Iglesia Catlica
3.4.4.2.- Pg. 170 Los ritos funerarios en la Encuesta del Ateneo (1901 1902)
3.4.4.3.- Pg. 174 Los ritos funerarios y el seguro de decesos
4.- Pg. 181 INFORME ETNOGRFICO
4.1.- Pg. 181 Planteamiento
4.2.- Pg. 182 Antecedentes: Estado de la cuestin
4.2.1.- Pg. 182 Los libros de buena prctica y los manuales de protocolo y procedimientos
4.2.2.- Pg. 183 Trabajos de investigacin
4.2.2.1.- Pg. 183 Investigaciones de carcter general y de mbito internacional
4.2.2.2.- Pg. 186 Investigaciones realizadas en residencias de ancianos espaolas
4.3.- Pg. 191 La cultura de la muerte en las residencias objeto de estudio
4.4.- Pg. 206 Comportamientos rituales relacionados con la muerte en las residencias
4.4.1.- Pg. 206 El cierre de las puertas
4.4.1.1.- Pg. 207 El espacio
4.4.1.2.- Pg. 208 Los actores
4.4.1.3.- Pg. 208 La muerte
4.4.1.4.- Pg. 209 El rito
4.4.1.5.- Pg. 210 El silencio
4.4.1.6.- Pg. 210 Las variantes
4.4.1.7.- Pg. 211 Las paradojas
4.4.2.- Pg. 213 Ordo Exsequiarum
4.4.3.- Pg. 217 Los nuevos ritos
4.4.3.1.- Pg. 219 Rito de despedida en la habitacin del fallecido
4.4.3.2.- Pg. 220 Rito de despedida semestral
4.4.3.3.- Pg. 221 Reunin de residentes
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4.4.3.4.- Pg. 221 Los espacios de encuentro
4.4.3.5.- Pg. 221 Homenaje anual a los fallecidos
4.4.3.6.- Pg. 222 Una misa
4.4.3.7.- Pg. 222 Rito de la reunin semanal del equipo
4.5.- Pg. 224 El anlisis. Algunos resultados.
4.5.1.- Pg. 225 Modelos culturales en el cierre de las puertas
4.5.2.- Pg. 238 El cierre de las puertas como ritual
5.- Pg. 247 CONCLUSIONES FINALES
6.- Pg. 255 BIBLIOGRAFA
7.- Pg. 265 ANEXOS
7.1.- Pg. 265 Anexo I: Transcripcin de entrevistas y grupos de debate
7.2.- Pg. 375 Anexo II: Transcripcin de algunas notas del diario de campo
7.3.- Pg. 385 Anexo III: Encuestas realizadas en la Escuela de Enfermera de la UVA
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9
Estando con el madreero de Carmona,
hoy fallecido ya, comenz a caer el sol. l lo
mir y nos dijo:
Es el sol de los muertos.
Al tratar de inquirir sobre esta afirmacin,
mir unas pequeas tallas que acababa de
comprarle, que representaban a una mujer y un
hombre con un carro de bueyes, y me contest
sealndoles:
Es el sol que mandan los
muertos para que, los que estn
en el campo, trabajando, como
ellos, se retiren a casa despus
de rezarles.
Pero ya no recordaba la oracin.
Mercedes Cano Herrera
Entre anjanas y duendes (2007)
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11
CAPTULO 1.- INTRODUCCIN
La presente tesis se inscribe en el Programa de Doctorado Interuniversitario de
Antropologa de Iberoamrica de las universidades de Salamanca, Valladolid y Len y,
en concreto, dentro de la lnea de Investigaciones de Campo Antropolgicas en Castilla
y Len, Espaa e Iberoamrica de dicho programa.
Los directores de la tesis han sido la profesora Dra. D. Mercedes Cano Herrera, del
Departamento de Prehistoria, Arqueologa, Antropologa Social y Ciencias y Tcnicas
Historiogrficas y el profesor Dr. D. Jess Aparicio Gervs, del Departamento de
Didctica de las Ciencias Experimentales, Sociales y de la Matemtica, ambos de la
Universidad de Valladolid.
El marco general del presente trabajo es el estudio antropolgico del ritual en nuestra
sociedad, es decir, la continuidad o prdida de los ritos tradicionales, su transformacin
y adaptacin a las nuevas realidades, la aparicin de rituales nuevos surgidos de las
nuevas prcticas y situaciones y, en general, la interaccin entre ritual y cambio social.
Los rituales constituyen un tema clsico en los estudios antropolgicos y creemos que
siguen siendo del mximo inters, porque permiten llevar a cabo el anlisis de los
grupos que los practican desde una perspectiva diferente de la propia de los estudios
sociolgicos o de otras ciencias sociales y por tanto producir resultados diferenciados,
sobre todo cuando el estudio se lleva a cabo en instituciones de nuestra propia sociedad.
En concreto, este es un trabajo de investigacin sobre las prcticas rituales funerarias
vigentes en veintids residencias de ancianos situadas en Castilla y Len, Galicia y la
Comunidad de Madrid.
Michel Foucault en Des espaces autres (1967) define las heterotopas, los espacios
otros. Estos espacios, a diferencia de las utopas, son lugares reales, como los
cementerios, los burdeles o los barcos. Dice Foucault que en las sociedades llamadas
primitivas hay una forma de heterotopas, las heterotopas de crisis, lugares
privilegiados, sagrados o prohibidos, reservados a los individuos que se encuentran, en
relacin al medio humano en el cual viven, en estado de crisis: los adolescentes, las
mujeres menstruantes, las parturientas, los ancianos, etc.
En nuestras sociedades desarrolladas existen las heterotopas de desviacin, aquellas en
las que se ubican los individuos cuyo comportamiento est desviado con respecto a la
norma, como las clnicas psiquitricas o las prisiones. Para Foucault las residencias de
ancianos estn de alguna manera en el lmite de la heterotopa de crisis y de la
heterotopa de desviacin, puesto que la ancianidad en nuestra sociedad representa tanto
una situacin de crisis como una forma de desviacin. Pero en cualquier caso las
residencias son heterotopas, lugares que, de acuerdo con este autor, estn asociados a
rupturas del tiempo, estn aislados aunque sean penetrables y tienen el poder de
yuxtaponer en un solo lugar real mltiples espacios que son en s mismos
incompatibles, lugares absolutamente otros de todos los dems emplazamientos y que
las heterotopas reflejan, cuestionan o invierten.
Esta cualidad heterotpica, ambigua, de las residencias de ancianos se evidenci
cuando apenas habamos empezado a hacer trabajo de campo en una de ellas,
12
considerndola un centro de trabajo como otro cualquiera, e incluso tenamos previsto
un tema de investigacin completamente diferente, pero entonces observamos que
ciertos comportamientos relacionados con el tratamiento de la muerte en aquella
residencia parecan fuera de lugar.
En lneas generales dichas prcticas consistan en el ocultamiento de los fallecimientos
a los ancianos, una situacin en principio anmala o singular aunque, como veremos,
compatible con las pautas culturales de nuestra sociedad, donde la muerte se ha hecho
socialmente invisible, pero adems parecan incluir elementos rituales especficos, que
recordaban a los de otras culturas y tiempos, lo que aumentaba la singularidad del
fenmeno, constituyendo stas las cuestiones a las que finalmente decidimos dedicar
nuestro proyecto de investigacin antropolgica.
Debido a la naturaleza de la investigacin la perspectiva metodolgica elegida ha sido
la cualitativa y los mtodos de produccin de datos, principalmente, etnogrficos, a
partir de un protocolo de investigacin, en el que, como veremos, se intent aplicar el
mximo rigor, apoyndonos en ocasiones en medios informticos de anlisis cualitativo,
lo que, creemos, nos permiti, de acuerdo con nuestros objetivos de investigacin,
identificar, caracterizar y explicar, de forma suficiente los fenmenos estudiados.
Tambin llevamos a cabo un extenso estudio bibliogrfico, referido a materias como la
vejez, las instituciones de ancianos, la muerte, as como fundamentos tericos sobre la
antropologa, los rituales, y en general todas aquellas cuestiones que consideramos
relacionadas con nuestro objeto de estudio
Presentaremos un informe etnogrfico de nuestro trabajo de campo en residencias de
ancianos, a partir del cual realizaremos el anlisis de los datos, lo que nos permitir
alcanzar, o no, los objetivos de la investigacin y, en ltimo trmino, aceptar o rechazar
la conjetura de partida, resultado que recogeremos en nuestras conclusiones finales.
El trabajo se completa con una serie de anexos que contienen la transcripcin de un
gran nmero de las entrevistas realizadas, as como encuestas y extractos del diario de
campo. Pensamos que, independientemente de su valor analtico, merece la pena su
lectura, en s mismos, como documentos de inters etnogrfico, razn por la que han
sido incluidos a pesar de su extensin.
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CAPTULO 2.- MARCO METODOLGICO.
2.1.- Perspectiva metodolgica de esta investigacin
ste es un trabajo de investigacin social, cuyos objetivos y metodologa se enmarcan
dentro del campo de la Antropologa Social y Cultural. Con carcter general, la
metodologa se puede definir como el conjunto de mtodos que emplea una disciplina
para investigar la realidad (Giner, 1981, pg. 35). Esta breve definicin destaca la
potencial existencia de una pluralidad de mtodos vlidos y compatibles para realizar
una investigacin, en lugar de un mtodo nico. As, los procedimientos que podemos
utilizar para incrementar nuestro conocimiento pueden ser, y de hecho son, muy
variados, lo que facilita al investigador el diseo de su propia estrategia o protocolo de
investigacin, favoreciendo la obtencin de resultados ms contrastados, precisos y
validables.
En las ciencias sociales se suelen sealar dos perspectivas metodolgicas compatibles:
la cuantitativa (tratamiento matemtico y/o estadstico de los fenmenos sociales) y la
cualitativa (utilizacin de instrumentos interpretativos). La investigacin en ciencias
sociales sigue, en general, un camino semejante al de otras ciencias: La teora orienta
la investigacin emprica; sta a su vez eleva a las meras hiptesis de trabajo a la
categora de proposiciones tericas (Giner, 1981). La investigacin comienza con una
hiptesis, es decir, una conjetura que ha de servir de base a la investigacin, y cuya
verdad o falsedad no se afirma, porque son los resultados de la investigacin los que
tienen que decidir. Del mismo modo, ha de establecerse un marco conceptual para
definir los elementos tericos que se van a emplear a lo largo de la investigacin y se
han de elegir las tcnicas de anlisis de datos, de acuerdo con un protocolo previamente
diseado. No obstante:
En la prctica, todo va montndose a la vez. De hecho, los conceptos, las
hiptesis y los modelos se van refinando a medida que avanza nuestra pesquisa
sobre los datos. Tal pesquisa () debe ser esencialmente una interpretacin
causal de la realidad social y no una mera descripcin de los datos. (Giner,
1981, pg. 38).
El empleo de modelos es frecuente en todos los campos del saber cientfico. Los
modelos son construcciones que expresan los rasgos fundamentales de los fenmenos
investigados, a los que se refieren en abstracto. La utilizacin de modelos en
investigacin social resulta til para indicarnos el camino por el que se debe dirigir
nuestra bsqueda. As, es frecuente en ciencias sociales el empleo de modelos
matemticos y estadsticos para conseguir anlisis ms precisos y profundos de los
procesos sociales. No obstante, conviene hacer un uso crtico de los mismos, so pena de
caer en errores como considerar que su efecto terico es neutro, cuando, por ejemplo:
casi siempre que empleamos la estadstica en Sociologa estamos aceptando
implcitamente un modelo probabilista de sociedad (Lucas Marn, 1982, pg. 61) o
como asumir excesivas simplificaciones que podran alejarnos de la realidad.
En nuestro caso, debido a la naturaleza de la investigacin y los objetivos propuestos, la
perspectiva metodolgica elegida ha sido la cualitativa y los mtodos de produccin de
datos, principalmente, etnogrficos. No obstante, como veremos, se intent aplicar el
14
mximo rigor, apoyndonos en ocasiones en medios informticos de anlisis cualitativo,
lo que, pensamos, nos permiti, de acuerdo con nuestros objetivos de investigacin,
identificar, caracterizar y explicar, de forma suficiente los fenmenos estudiados.
Y esto porque el objetivo final de todo proceso de investigacin social, y este trabajo no
es una excepcin, no puede limitarse a aportar una cierta cantidad de datos y algunas
intuiciones, sino que consiste en producir teoras sobre la realidad social. Dice Salvador
Giner que las teoras son conjuntos de proposiciones en estado de mutua integracin
lgico-causal que poseen un grado mnimo de validez (1981, pg. 28). Una teora es
vlida cuando los acontecimientos o investigaciones ulteriores confirman la verdad de
sus proposiciones. Normalmente esta confirmacin no ser total, sino parcial, algo que
ocurre hasta en las mismas ciencias naturales. De todas formas, de acuerdo con este
autor, una teora no tiene porqu ser absolutamente vlida, lo que s es necesario es
que explique o prediga los hechos en buena medida y que refute y corrija, si las hay,
otras teoras alternativas sobre el mismo fenmeno estudiado, en el sobreentendido de
que, las teoras, deben surgir de la crtica mutua, mejorndose las unas a las otras.
2.2.- El protocolo de investigacin
El diseo y la planificacin estratgica de una investigacin deben quedar plasmados
formalmente en un documento denominado protocolo o proyecto. Este documento sirve
como gua metodolgica, flexible, pero sistemtica, de todo el proceso, pues contiene la
descripcin detallada del problema de la investigacin, las condiciones, las hiptesis,
los objetivos, as como los criterios y procedimientos para realizar las observaciones,
los anlisis, las interpretaciones y llegar a los resultados y conclusiones finales. Existen
mltiples modelos de protocolo, de acuerdo con diferentes instituciones y autores. As,
el diseo del nuestro, que a continuacin vamos a exponer, est basado, en gran medida,
en el propuesto por Montero Llerandi (2006).
2.2.1.- El origen de la investigacin: La anomala
Toda investigacin tiene su origen en un problema que demanda una solucin. Este
problema suele estar relacionado con la observacin de una anomala inesperada en
algn mbito de la realidad, en nuestro caso de la realidad social. La anomala surge por
la existencia de discrepancias entre el conocimiento establecido y la observacin
realizada. As, en la anomala se manifiesta una doble dimensin: A) la dimensin
emprica: lo observado; B) la dimensin terica: la discrepancia en relacin con lo que
propone o sugiere el conocimiento de la disciplina desde la que se observa.
En nuestra investigacin tambin se detecta una anomala que se sustenta en la doble
dimensin anteriormente citada: A) Dimensin emprica: Como sealbamos en la
introduccin, el origen de nuestra investigacin se sita en la observacin, en una
pequea residencia de ancianos privada de Castilla y Len, de una serie de maniobras
de carcter peculiar, que se producan cada vez que falleca un usuario. Dichas
maniobras estaban dirigidas por el personal del centro y en ellas intervenan tanto el
personal como los residentes. En concreto, lo observado consista en el aislamiento de
los ancianos, que eran convocados, por medio de engaos, en una de las salas, en la que,
una vez reunidos todos ellos, junto con parte del personal, se cerraban las puertas, no
estando permitida la salida de nadie. Dicho aislamiento duraba mientras se llevaban a
cabo los procesos de evacuacin del cadver del usuario fallecido, con la finalidad de
que los ancianos no se percataran de los mismos. De esta forma las puertas de la sala no
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se volvan a abrir en tanto no abandonasen el centro el cadver, los familiares del
difunto y el personal funerario. Cuando, finalmente, las puertas se abran, se permita
salir de la sala a los residentes que as lo deseaban y se continuaba con las actividades
normales del centro. En ningn momento posterior se comunicaba pblicamente a los
residentes lo sucedido, intentando el personal, en lo posible, mantener la muerte en
secreto. Estas pautas de actuacin las hemos denominado cierre de las puertas.
B) Dimensin terica: Esta forma de actuar resultaba contradictoria, tanto con respecto
a las indicaciones que la gerontologa, la psicologa y las ciencias de la salud establecen,
sobre la forma de actuar en estos casos; como con las pautas culturales, referidas no
nicamente a las prcticas funerarias tradicionales, recogidas por la antropologa, sino
tambin a la cortesa y el respeto debidos a las personas all internadas. Ms adelante
pudimos observar que prcticas muy semejantes se llevaban a cabo en otra residencia de
ancianos situada a gran distancia de la anterior, concretamente en Galicia, con la que no
mantena ningn tipo de relacin, mientras que en otras residencias muy prximas a la
primera, de carcter confesional cristiano, los fallecimientos producidos, no solo no eran
ocultados, sino que eran acompaados con rituales religiosos de despedida, ms o
menos elaborados.
Como muestra de la discrepancia terica del conocimiento establecido con respeto a lo
observado, a continuacin reproducimos algunos prrafos de un libro de buena prctica
para centros de personas mayores elaborado por expertos de una administracin pblica,
en la parte referida a las pautas de actuacin en caso de fallecimiento:
El fallecimiento de la persona usuaria tiene repercusin global en el centro,
abarcando adems de a ella misma, a sus familiares, al personal, al resto de las
personas usuarias principalmente las ms allegadas y al ambiente
residencial por lo que supone de alteracin de la normalidad convivencial. ()
Se plantean objetivos prioritarios: (...) Acompaar al personal en la vivencia de
estos procesos. No solamente expresando cercana y respeto sino dndoles la
formacin necesaria para poder afrontar esta parte de la vida de las personas
usuarias. () Valorar la probable afectacin de otras personas usuarias,
especialmente las ms cercanas, para establecer pautas de intervencin,
acompaamiento, serenidad y acercamiento, respetando las decisiones de cada
uno y poder darles la oportunidad para expresar su dolor y hablar de su propia
muerte, si as lo desean. Generar un ambiente residencial que propicie la
participacin voluntaria de las personas en los actos inherentes al proceso de
finalizacin por fallecimiento de la persona usuaria. Dicho ambiente facilitador
se basa en la informacin, naturalidad y normalidad de un proceso que forma
parte de la atencin del centro residencial. (Diputacin Foral de Vizcaya,
2007, pgs. 27, 28).
2.2.2.- Definicin del problema de investigacin
Aunque la investigacin surge de un problema concreto, el protocolo ha de disearse a
partir de la formulacin de un problema terico, planteado en los trminos propios de la
disciplina desde la que se investiga. Por otra parte, el problema, el ttulo y el subttulo
de la investigacin deben hacer referencia a la anomala y las cuestiones que sta pueda
sugerir, algo que, en nuestro caso, nos conduca a la realizacin de indagaciones en
torno a las distintas prcticas que, sobre a la muerte, se podan estar llevando a cabo en
las residencias de ancianos.
16
Para Montero Llerandi (2006, pg. 413) el problema de la investigacin debe definirse
en trminos conceptuales, desde la teora, en nuestro caso la Antropologa Social. Por
otra parte, de acuerdo con este autor, el ttulo de la investigacin aunque debe estar
relacionado con el problema, formalmente, no debera tener forma de pregunta.
As, finalmente, nuestro problema de investigacin qued planteado, de forma abierta,
como el estudio de los comportamientos rituales relacionados con la muerte en
residencias de ancianos, frmula que constituye, adems, el subttulo de nuestro
trabajo, mientras que como ttulo se eligi el nombre dado a la propia anomala, esto es,
El cierre de las puertas.
2.2.3.- La conjetura
La conjetura es una teora, un conjunto articulado de conceptos que utilizamos para dar
respuesta provisional al problema de la investigacin. Las conjeturas, posteriormente, se
sometern a prueba, es decir, quedarn validadas o no por medio de los objetivos de la
investigacin.
En nuestro caso el problema planteado era el estudio de los comportamientos rituales
relacionados con la muerte, observados en las residencias de ancianos, problema que
dara lugar a una conjetura que requera de algunas precisiones tericas y generales
previas:
1.- La investigacin antropolgica e histrica sobre las actitudes ante la muerte, nos
permite afirmar que la mayora de los grupos humanos, ante el fallecimiento de alguno
sus miembros, practican comportamientos simblicos (ritos de paso), cuyo propsito es
facilitar la restauracin del equilibrio social perdido. Esto es as porque, como veremos,
en los apartados correspondientes, la muerte es un acontecimiento que, inevitablemente,
produce profundas consecuencias en los grupos de pertenencia de los fallecidos.
2.- En nuestro caso los grupos afectados, como mnimo, seran la familia del anciano
fallecido si existe-, por un lado, y la residencia, en la que el difunto conviva con otras
personas en su misma situacin, por otro. Ambos grupos, familia y residencia, son
grupos sociales que poseen/generan cultura, tambin cultura funeraria.
3.- No obstante, en algunas residencias, la direccin y/o una parte del personal, pueden
intentar mantener ocultas las muertes de los usuarios del centro, buscando derivar, en lo
posible, toda la actividad funeraria y ritual al estricto mbito privado o familiar de los
fallecidos, procurando mantener al resto de los residentes ajenos a todo ello.
4.- Salvo que la estructura de las instalaciones de la residencia permita disear circuitos
que puedan sustraer completamente del conocimiento de las personas que all viven los
procesos de muerte y de evacuacin de cadveres que se producen en su interior,
mantener dichos procesos en secreto no es tarea fcil, ya que requiere la puesta en
marcha de una serie de complejas maniobras, en las que deben participar, tanto los
residentes como el personal. De ah que disponer de una estructura capaz de ocultar de
modo eficaz la muerte sea una condicin, seguramente, muy tenida en cuenta en los
proyectos de edificacin de las nuevas residencias.
5.- Todo lo anterior ha de situarse en el contexto de los cambios sociales que se estn
produciendo en Espaa en las ltimas dcadas, entre los que destaca la rpida y radical
modificacin de los usos funerarios tradicionales, en claro contraste con la uniformidad
de prcticas y costumbres existentes en esta materia durante los siglos precedentes. No
17
obstante, ste es un proceso an en marcha, existiendo muchas zonas de resistencia al
cambio y de confusa transicin.
6.- De acuerdo con lo anterior, en el momento presente todava sera posible encontrar
diferentes modalidades de respuesta ritual ante la muerte, dentro de la variada tipologa
de residencias de ancianos existente, de acuerdo con sus respectivas culturas e idearios.
As, incluso las prcticas de ocultamiento y evitacin de la muerte detectadas, podran
responder a condicionamientos culturales producto de la historia, al revelar ciertas
reglas simblicas en los comportamientos (separaciones sagrado/profano; puro/impuro,
etc.) que las identificara como ritos de paso funerarios, reconocibles tambin por su
estructura y su eficacia ritual.
7.- Adems, esta paradjica circunstancia podra estar siendo utilizada como mecanismo
de resistencia contra la prdida del control, en este caso control sobre la informacin,
por parte de los ancianos residentes, frente a la direccin y/o el personal de los centros
gerontolgicos que practican, en contra de la voluntad de los ancianos, el ocultamiento
de la muerte.
Conjetura:
Como ocurre en la mayora de los grupos humanos, en las residencias de ancianos se
celebran ritos en torno a la muerte de sus miembros. Esto podra ser as, incluso en
aquellas residencias que intentan ocultar la muerte y evitar los procesos de luto y
duelo, pues dichas prcticas de ocultamiento y evitacin, podran constituir, de modo
subyacente, ritos de paso funerarios.
2.2.4.- Los objetivos de la investigacin. Las categoras analticas
Los objetivos hacen referencia a lo que conoceremos con la investigacin, poniendo a
prueba la conjetura que hemos formulado. Estas cuestiones deben poder ser tratadas con
las herramientas y tcnicas disponibles. Es decir, los objetivos a lograr deben plantearse
en trminos que permitan su observacin efectiva. En nuestro caso nos planteamos los
siguientes objetivos generales:
Objetivo I: Averiguar cmo han evolucionado las actitudes, las instituciones y los ritos
en torno a la ancianidad y la muerte, especialmente en nuestro mbito cultural, desde
la antigedad hasta el momento presente.
Objetivo II: Registrar y describir las prcticas que, en torno a la muerte, se puedan
estar llevando a cabo actualmente en residencias de ancianos espaolas.
Objetivo III: Averiguar qu son las prcticas observadas. Analizarlas e interpretarlas,
de forma que sea posible su caracterizacin y clasificacin.
El logro de estos objetivos generales implica la verificacin de la conjetura as como la
respuesta a una serie de objetivos especficos. Estos objetivos no son sino una serie de
preguntas sugeridas por el problema de la investigacin, que se ordenan en distintas
categoras de anlisis. De acuerdo con Hammersley y Atkinson (2004, pg. 227), las
categoras analticas son fundamentales en la actividad terica del etngrafo, pues
contribuyen a hacer inteligibles los datos producidos, dotndolos de perspectiva terica.
En la siguiente tabla quedan reflejados los objetivos especficos de la investigacin, as
como las categoras de anlisis con las que las distintas cuestiones se corresponden.
18
OBJETIVOS ESPECFICOS CATEGORAS
ANALTICAS
1.- En las residencias de ancianos espaolas: Se oculta la
muerte de los residentes?; Se evitan los procesos de luto y
duelo?; Por qu?
Actitudes ante la muerte.
Cambio social.
Trato dado a los mayores.
2.- Qu revelan las prcticas de ocultamiento de la muerte
acerca del papel de los ancianos en la sociedad y del trato
que reciben?
Instituciones de ancianos.
Trato dado a los mayores
3.- Son estas prcticas una manifestacin del carcter
totalitario de las residencias de ancianos?
Instituciones de ancianos.
Trato dado a los mayores.
4.- Cmo se relacionan dichas prcticas con los cambios
en las actitudes ante la muerte operados en Espaa?
Actitudes ante la muerte.
Cambio Social.
5.- En qu tipo de residencias de ancianos se llevan a cabo
esas prcticas de ocultamiento y evitacin?
Instituciones de ancianos.
Actitudes ante la muerte.
6.- En qu consiste el fenmeno denominado cierre de
las puertas?
Actitudes ante la muerte.
Instituciones de ancianos
7.- Las prcticas comunitarias observadas en algunas
residencias religiosas, Son rituales funerarios del mismo
tipo que los tradicionales?
Simbolismo y ritual.
Actitudes ante la muerte.
Religiosidad. Identidad.
8.- Qu otro tipo de prcticas o ritos, relacionados con la
muerte, se llevan a cabo en las residencias de ancianos
espaolas?
Actitudes ante la muerte.
Simbolismo y ritual.
9.- Qu roles desempean en el cierre de las puertas los
distintos actores implicados?
Instituciones de ancianos.
Trato dado a los mayores
10.- Podra encontrarse en el cierre de las puertas, algn
tipo de comportamiento simblico subyacente?; Podra ser
un nuevo rito contemporneo?
Simbolismo y ritual.
Tabla n 1. Objetivos especficos y categoras analticas. Fuente: Elaboracin propia.
Vemos que nuestro problema de investigacin implica diferentes aspectos tericos: la
evolucin de las actitudes ante la muerte y de las prcticas funerarias; la imagen, el
papel y el trato dado a los ancianos en nuestra sociedad; el carcter totalitario de las
instituciones de ancianos; la dimensin identitaria y simblica de los rituales
comunitarios religiosos; las supervivencias y los reservorios culturales; la cosmovisin
y la religiosidad; la gnesis de nuevos ritos; etc.
Decamos anteriormente que metodologa es el conjunto de mtodos que emplea una
disciplina para investigar la realidad. Ahora, ya en trminos concretos de protocolo,
podemos completar lo anterior, diciendo que metodologa es la estrategia que se disea
para producir la informacin que responde a los objetivos de la investigacin. Si la
teora es el qu de la investigacin, la metodologa responde al cmo, quin,
cundo y dnde de la produccin de informacin. El cmo hace referencia a las
tcnicas; el quin y el dnde a las unidades de observacin, es decir, los sujetos y
objetos que producen la informacin; y el cundo se refiere a la delimitacin temporal
de la informacin.
2.2.5.- Las tcnicas de investigacin
Hemos utilizado, como fundamento bibliogrfico, los trabajos de Velasco y Daz de
Rada (2004), Hammersley y Atkinson (2004), Daz de Rada (2005), DAndrade (2005),
Martnez Mediano (2006), Pardo Abril (2007), Aparicio Gervs y Delgado Burgos
(2014).
19
No debemos confundir produccin de informacin con produccin de datos. Existen
tcnicas para la produccin de datos y tcnicas para el anlisis de datos, y con el empleo
de ambas clases de tcnicas se produce la informacin que necesitamos para responder a
los objetivos. En una investigacin se pueden necesitar datos primarios y secundarios.
Los datos secundarios son los procedentes de fuentes preexistentes. En el caso de
utilizar datos secundarios el protocolo debe justificar la fiabilidad de esas fuentes. Los
datos primarios proceden de la aplicacin directa, por parte del investigador, de
diferentes tcnicas de produccin de datos.
En la presente investigacin se han empleado las siguientes tcnicas:
A) Primer objetivo: Investigacin bibliogrfica y documental en los siguientes campos:
teora antropolgica general; sociologa general; antropologa y sociologa de la vejez;
antropologa y sociologa de la muerte; historia de las instituciones de mayores; historia
de las mentalidades; etnografa funeraria espaola; teologa y liturgia catlica; etc. El
Captulo 3: Marco Terico, recoge mucha de la informacin y referencias necesarias
sobre la bibliografa demandada por los objetivos, as como la fundamentacin terica
de los conceptos que se emplean a lo largo de todo el trabajo.
B) Segundo objetivo: Investigacin sobre antecedentes; trabajo de campo etnogrfico en
residencias de mayores y otros mbitos: observacin participante y no participante;
entrevistas abiertas realizadas a informantes y expertos; grupos de debate; encuestas;
conversaciones informales; correspondencia; etc. Los resultados de esta fase de la
investigacin se recogern y comentarn en el Captulo 4: Informe Etnogrfico.
C) Tercer objetivo: Anlisis de las prcticas registradas a partir de tipos o modelos.
Anlisis del discurso para la obtencin de esquemas culturales. El proceso de aplicacin
de estas tcnicas, su interpretacin y justificacin terica, junto con los resultados de
esta fase de la investigacin tambin se recogern y comentarn en el Captulo 4.
A continuacin comentaremos las tcnicas mencionadas.
2.2.5.1.- Investigacin bibliogrfica
Los datos secundarios necesarios para los objetivos propuestos, se obtuvieron a partir de
la literatura antropolgica, sociolgica, histrica, y de otras materias, que se refleja en la
Bibliografa final. Para la seleccin de los ttulos de los libros, los artculos de revistas
especializadas y las tesis doctorales consultadas, se realizaron bsquedas explorando
distintas bases de datos y sistemas de archivo en lnea, como los de la Biblioteca de la
Universidad de Valladolid, las Bibliotecas Pblicas de Castilla y Len, Teseo, Elsevier,
Cambridge University Press, Jstor, Researchgate, Google Acadmico, etc. Las
bsquedas se realizaron sin acotar por fecha de publicacin, usando trminos clave,
tanto en castellano (ritos funerarios, residencias de mayores, etc.), como en ingls,
(death rituals, nursing homes, etc.).
2.2.5.2.- Observacin participante y no participante
La observacin es la tcnica de produccin de datos considerada ms importante dentro
del trabajo de campo etnogrfico. Consiste en la observacin directa de la vida social en
el medio de investigacin, durante un tiempo indeterminado, aunque se considera que
cuanto ms larga sea la presencia del investigador en el campo, mejores resultados
obtendr; bien interactuando con los sujetos y objetos de la investigacin (observacin
participante), bien sin hacerlo (observacin no participante). Histricamente se ha
asociado, y hasta identificado, la investigacin antropolgica con la tcnica de la
20
observacin participante, aunque es una tcnica que ya se usa en muchas otras
disciplinas. Con carcter previo al inicio de las observaciones, se ha de elaborar una
gua de campo con la planificacin previa de lo observable durante la investigacin y
unos criterios de observacin.
La informacin obtenida mediante la observacin ha de ser recogida en un cuaderno de
campo y transcrita regularmente en el diario de campo. Los datos as producidos sern
posteriormente ordenados, clasificados y analizados. De acuerdo con Jess M. Aparicio
y M. ngeles Delgado, las actividades propuestas desde la observacin participante, de
ningn modo perturbadoras o intrusivas, han de garantizar la confidencialidad y la
intimidad de las personas que se estudian (2014, pg. 196). En este sentido, salvo en dos
casos, a lo largo de este trabajo las referencias de los centros se han hecho a partir de
nombres ficticios o reseas cifradas. Una de esas dos excepciones es el Centro San
Camilo de Tres Cantos (Madrid) centro pionero en el diseo de rituales relacionados
con la muerte. El otro es un centro pblico. En cuanto a los nombres de personas, se han
sustituido, en la mayora de los casos, por iniciales correspondientes a nombres
supuestos.
En esta investigacin, una parte decisiva del trabajo de campo realizado es resultado
directo de la aplicacin de esta tcnica. Inicialmente se elabor una gua de campo con
datos prcticos relacionados con las residencias y en ella se hizo una previsin de lo que
podamos observar y los criterios de observacin, para conseguir que sta fuera, desde
el principio, lo ms especfica posible: la seleccin de campos o unidades de
observacin (residencias de ancianos), en funcin de las posibilidades de acceso, las
rutas de acceso y las solicitudes de permisos, los roles que podamos asumir en el
campo, los informantes que bamos a necesitar, el tipo de situaciones e interrelaciones
que necesitbamos observar y a las que debamos prestar atencin, en funcin de la
informacin que inicialmente consideramos relevante (Qu pasa si hay un
fallecimiento en la residencia?; Cmo interactan en esos momentos residentes y
personal?; Cmo es, si existe, el proceso de comunicacin de los fallecimientos en la
residencia?; Cmo participan los residentes?; Quieren informarse?; Se comunican
entre ellos?; Hacen preguntas al personal?; Cmo participa el personal?; Cul es
el papel de la direccin?; Qu limita la informacin que reciben los residentes?;
Puede apreciarse conflicto de valores subyacente?;Se informa a algunos residentes
pero no a otros?; Qu informacin se oculta y qu informacin no?; Qu otras cosas
se ocultan a los residentes aparte de las relacionadas con la muerte?; Existe algn
tipo de resistencia o intentos de rebelin por parte de los ancianos?; etc.).
En una primera etapa nuestra actividad consisti en el ejercicio de la observacin
participante, encubierta, conmutante o intermitente, es decir, se particip en la vida
cotidiana y las actividades de las residencias mientras se realizaba la observacin, sin
revelacin de propsito, en nuestro rol laboral de asesores externos de los centros (en
una serie de residencias privadas, laicas, de tamao pequeo o mediano y en una
residencia religiosa de gran tamao), lo que nos facilitaba una presencia frecuente,
aunque no permanente, en el campo. Todo ello nos permiti ser testigos de prcticas que
normalmente estaran vedadas a otro tipo de observadores. Ms adelante declaramos
abiertamente a los informantes de aquellas residencias que estbamos realizando esta
investigacin, lo que nos permiti acceder a otro tipo de informacin de calidad, gracias
a la realizacin de entrevistas y grupos de debate. Finalmente, ante la necesidad de
ampliar nuestro estudio con la recogida de datos e informacin en residencias donde no
tenamos acceso privilegiado (residencias de grandes cadenas privadas y residencias
pblicas), solicitamos, y en ocasiones se nos permiti, realizar observaciones limitadas.
21
2.2.5.3.- Entrevistas, encuestas y grupos de debate
La entrevista es una de las principales tcnicas de investigacin antropolgica, est
relacionada con la observacin participante y es complementaria de sta. La entrevista
es una tcnica de recogida de datos en la que el investigador, habiendo obteniendo, con
carcter previo el consentimiento informado de los entrevistados, dirige preguntas a los
informantes, siendo grabada la conversacin y posteriormente transcrita para su anlisis.
La entrevista puede ser individual o colectiva.
La gran mayora de las entrevistas que hemos realizado en este trabajo han sido del tipo
denominado entrevista abierta, no estructurada o en profundidad. Esta
modalidad de entrevista se caracteriza porque el entrevistador intenta no dirigir o
condicionar las respuestas del entrevistado, planteando preguntas abiertas, en un
ambiente de confianza mutua y sin ms lmite de tiempo que el que determine el
informante. Las preguntas han de orientarse poco a poco hacia el tema que interesa al
entrevistador, practicando la llamada escucha activa, sin exigencias y sin alarmar al
entrevistado, lo que no siempre resulta fcil y requiere paciencia. En nuestro caso se han
grabado largas entrevistas, con ancianos residentes en centros gerontolgicos, que nos
hablaban de diferentes temas, como la Guerra Civil, sus antiguos oficios, nos recitaban
poesas o nos cantaban coplas, material sin duda de gran inters etnogrfico, pero que
no tena nada que ver con lo que buscbamos, Hasta que, finalmente, conseguamos
que hablaran de los fallecimientos en la residencia, de forma natural.
La entrevista en profundidad es una modalidad de entrevista reflexiva, que requiere
interaccin personal y produce material apto para el anlisis del discurso. En el extremo
opuesto, la encuesta, es la modalidad ms estandarizada de entrevista, las preguntas
no varan en funcin de las respuestas previas del informante, al punto que ni siquiera se
requiere la presencia de un entrevistador, basta con que los encuestados contesten los
cuestionarios preparados al efecto. Esta tcnica resulta interesante cuando se tiene
acceso a un grupo importante de personas cuyas opiniones concretas sobre asuntos
determinados nos interesa conocer. Nosotros la hemos empleado con grupos de
estudiantes universitarios de enfermera, obteniendo una informacin complementaria
de gran utilidad en nuestra investigacin, puesto que pone de manifiesto la escasa
preparacin sobre los aspectos sociales y psicolgicos relacionados con la muerte con el
que este personal sale de la universidad.
Finalmente, el grupo de debate o discusin, es una tcnica de produccin de datos que
consiste en estimular y registrar el dilogo de un grupo de personas sobre un tema o un
conjunto de temas. Tambin hemos empleado esta tcnica en nuestra investigacin, a
pesar de las dificultades organizativas y de transcripcin de datos que conlleva,
obteniendo informacin interesante, y diferenciada respecto a la obtenida en entrevistas
individuales, aunque al principio los participantes podan mostrarse poco participativos.
La informacin obtenida por este medio se considera una muestra del discurso pblico.
2.2.5.4.- La analoga etnogrfica
Una de las tcnicas metodolgicas de empleo ms frecuente en las ciencias sociales es
la construccin de tipologas. Una tipologa es una operacin clasificatoria formulada
tericamente para responder a la necesidad de estructurar, en un conjunto significativo y
manejable de tipos o clases, a los individuos, grupos, instituciones, fenmenos sociales
o cualquier otra unidad de anlisis que sea objeto de estudio. En el desarrollo terico de
las tipologas han hecho aportaciones, desde autores clsicos como Emile Durkheim o
22
Max Weber, a autores ms recientes como Lazarsfeld, Gurvitch, o Barton. Constituye,
por lo tanto, uno de los procedimientos y objetivos ms habituales de la investigacin
emprica sociolgica desde los orgenes mismos de la disciplina (Lpez Roldn, 1996).
Un tipo bien definido puede utilizarse como modelo en una investigacin comparativa.
En este sentido, nosotros pretendimos, a partir de un modelo bien caracterizado, como
es el esquema de los ritos de paso (Van Gennep, 2008), que ser abordado en
profundidad en su momento (Captulo 3), contrastar los fenmenos que habamos
observado en las residencias de ancianos.
Debemos mencionar que Van Gennepp realiz un enorme trabajo comparativo y
analtico, para desarrollar su esquema de los ritos de paso, utilizando informacin
etnogrfica procedente de todo el mundo, adems de los trabajos de otros autores
[Ciertamente no soy el primero al que han llamado la atencin las analogas, bien de
conjunto, bien de detalle, que presentan entre s varios elementos de las ceremonias
aqu examinadas (Van Gennep, 2008, pg. 261)], citando expresamente, entre otros,
los trabajos de Sidney Hartland, Fustel de Coulanges, J.G. Frazer, Ciszewski , Diels,
Dieterich y R. Hertz.
Posteriormente, prestigiosos antroplogos, como Radcliffe Brown, Vctor Turner, Lvi-
Strauss, Edmund Leach, Julio Caro Baroja, o Pierre Bourdieu, entre otros muchos
(Juregui, 2002), se han inspirado en el esquema ritual elaborado por Van Gennepp,
como base (explcita o no) de sus propias investigaciones. En este sentido, multitud de
autores, como Henri Junod, Vctor Turner, Martine Segalen, el espaol Pedro Molina,
etc., han destacado la solidez del esquema de los ritos de paso, especficamente, como
modelo heurstico:
La ductilidad y eficacia del concepto de los ritos de paso es manifiesta. Por un
lado, ha sido utilizado como gua descriptiva prcticamente en cualquier tipo de
contexto cultural. Por otro ha sido discutido y, por lo tanto, actualizado y
ajustado, por diferentes escuelas y perspectivas en sucesivas pocas (Juregui,
2002, pg. 91).
La importancia que su modelo podra tener para las investigaciones de otros autores, no
pas desapercibida para el propio Van Gennepp, que nos invitaba a seguir con ello:
ruego al lector que lo compruebe aplicando el Esquema de los Ritos de Paso a los
hechos de su mbito personal de estudio (Van Gennep, 2008, pg. 12). Y algo as,
salvando las evidentes distancias, es lo que nos propusimos nosotros.
La analoga es una forma de razonamiento que permite argumentar que: Si dos entes
son semejantes en ciertos aspectos, entonces, lo ms probable, es que existan entre
ellos otras semejanzas. En estos procesos de comparacin existe una transferencia de
conocimiento desde una situacin conocida a otra desconocida. Se transfiere aquello
que es semejante y de inters desde el ente conocido, al que se denomina anlogo, al
ente desconocido, que se denomina tpico.
Sin embargo, inicialmente, no sirve cualquier tipo de semejanza, la semejanza ha de ser
relevante, y se considera que lo es, especialmente, cuando es estructural. Por lo tanto la
transferencia de conocimiento se produce desde la semejanza estructural, aunque no
afecte a la totalidad de las estructuras del anlogo y del tpico.
23
La analoga es un mtodo inductivo:
La analoga etnogrfica no es sino una forma de argumentacin por
analoga Es la aplicacin bsica del procedimiento de inferencia inductiva, de
proyeccin de lo conocido a lo desconocido. Como tal la analoga es entonces
un valioso instrumento heurstico, un instrumento que incrementa o facilita
nuestra posibilidad de conocer (Gndara, 1990, pg. 52).
Para explicar el proceso de la inferencia analgica utilizaremos el anlisis de Irving
Copi (1977, pgs. 397 - 404). A diferencia de los razonamientos deductivos, que aspiran
a demostrar la verdad de sus conclusiones como derivacin necesaria de sus premisas,
los razonamientos inductivos, como la analoga, producen inferencias que no pretenden
ser matemticamente seguras. Esto: lejos de ser una forma ilegtima o inherentemente
desconfiable, como sugiere, por ejemplo, Gould, es un procedimiento que subyace en la
expansin del conocimiento que caracteriza incluso a aplicaciones del sentido comn
(Gndara, 1990, pg. 52). En cualquier caso la analoga resulta plenamente aplicable en
las investigaciones antropolgicas, permitiendo alcanzar resultados analticos de gran
inters.
La inferencia analgica puede representarse con facilidad grficamente, como podemos
ver a continuacin.
Figura n 1 Analoga etnogrfica. Fuente: Elaboracin propia, basado en Gndara (1990), p. 53.
As, tenemos un caso A, el anlogo, que acta como contexto fuente de la analoga,
que tiene una serie de propiedades, algunas de las cuales, P y Q, tambin estn presentes
en el caso T, que es el ente desconocido o tpico, que nos interesa estudiar y
constituye el contexto objeto de la analoga. A partir de la observacin de que tanto el
anlogo o fuente como el tpico u objeto comparten propiedades conocidas, nos
proponemos determinar si adems comparten una tercera propiedad, R, que sabemos
que est presente en A.
24
El silogismo tiene como primera premisa que tanto A como T comparten P y Q. Como
segunda premisa que A tiene adems R, siendo la conclusin que T tambin tiene R. El
argumento por lo tanto depende de un supuesto o principio implcito, esto es, que si dos
entes comparten caractersticas conocidas, pueden compartirlas en el contexto fuente y
asumirlas en el contexto objeto.
Esto se clarifica en las aplicaciones normales de la analoga, en la que sta se hace en
relacin con mltiples casos, bajo el criterio de que cuanto ms amplia sea la base de
comparacin, ms apoyo tendr la analoga, siendo sta la misma lgica de fondo que
opera en el anlisis tipolgico.
El argumento, tal y como se usa en la analoga etnogrfica, suele tener una premisa
adicional implcita: Si muchos casos Ai comparten ciertas propiedades con un caso T,
entonces es ms probable que compartan una propiedad R conocida para los Ai y
asumida para el caso T. (Ver figura 2).
De acuerdo con Gndara existe un paralelismo entre la lgica de la analoga etnogrfica
y la lgica de la inferencia estadstica o lgica muestral, puesto que lo que, en realidad,
estamos haciendo es proyectar una muestra conocida (la que componen en forma
conjunta, nuestro conocimiento sobre A y las propiedades que de antemano sabemos
que comparte con T), sobre el conjunto de propiedades que no conocemos de T, y en
particular, para suponer que la propiedad de inters, R, est presente en T.
Figura n 2. Argumento analgico ampliado. Fuente: elaboracin propia, basado en Gndara (1990), p. 54
Este procedimiento de proyeccin de una muestra no es sino una aplicacin adicional de
la lgica de la inferencia estadstica o lgica muestral. Nuestro problema, entonces, ser
minimizar la comisin de errores en dicha proyeccin. De este modo las similitudes
entre el proceso muestral y el de analoga son evidentes ya que los principales
25
criterios aceptados para evaluar una analoga tienen su contraparte en la lgica muestral.
Por ejemplo, se acepta normalmente que cuanto ms amplia sea la base de la
proyeccin, menos posibilidad de error habr; que cuanto ms independientes sean entre
s los datos sobre los que se proyecta, ms fuerza tendr la analoga; que cuantas menos
propiedades sean distintas entre ambos conjuntos, es decir, cunto ms homogneas
sean entre s las poblaciones, ms confiable ser la analoga; etc.
En el caso que nos ocupa ni que decir tiene que los Ai anlogos, son los ritos de paso de
Van Gennep, cuya estructura y caractersticas son conocidas y han sido ampliamente
estudiadas por la teora antropolgica y T el fenmeno objeto del contraste analgico,
observado por nosotros en las residencias, y del que solo conocemos algunas
propiedades.
2.2.5.5.- Anlisis del discurso
Para completar el anlisis de los datos obtenidos en la investigacin, tambin hemos
acudido al anlisis del discurso. Este es un tipo de anlisis cultural que intenta buscar
explicacin al modo en que se construye realidad desde el discurso y se concreta la
accin social (Pardo Abril, 2007). Los fundamentos de esta manera de abordar la
cultura y el discurso se encuentran en los trabajos de autores como Bradd Shore, Teun
Van Dick, Naomi Quinn, Dorothy Holland, Claudia Strauss y Roy DAndrade, entre
otros. El anlisis del discurso nos permite formular inferencias a partir de los datos
(textos) obtenidos en el trabajo de campo.
De acuerdo con Klaus Krippendorff (1990), todo investigador cualitativo asume la
responsabilidad de interpretar lo que observa, escucha o lee. Esta labor hermenutica
ha de estar bien fundamentada, so pena de arriesgarnos a caer en la sobreinterpretacin
o en otros errores graves. Para evitarlos, adems de operar con datos de calidad,
procedentes de un trabajo de campo correctamente realizado, resulta de gran utilidad
emplear programas informticos de anlisis de contenido, en nuestro caso el programa
Wordsmith 6, para organizar la masa de informacin reunida, adems de disponer de
un buen arsenal terico y una slida fundamentacin histrica sobre las materias objeto
de investigacin.
Este programa informtico cuenta entre sus utilidades con las denominadas wordlist y
concord. La primera de ellas elabora listas de palabras que aparecen con mayor
frecuencia en un texto determinado y la segunda permite encontrar las relaciones y
concordancias que se establecen entre dos o ms palabras dentro del texto, de acuerdo
con los parmetros que en cada caso le interesen al investigador. Esta posibilidad nos
facilit enormemente el anlisis de las transcripciones de las entrevistas y debates que
registramos en nuestro trabajo de campo, como tendremos ocasin de ver en su
momento, anlisis del discurso que realizamos basndonos parcialmente en los mtodos
recomendados por DAndrade en Some methods for studying cultural cognitive
structures, (2005).
2.2.6.- Muestra y temporizacin de la investigacin
Las unidades de observacin son los sujetos y objetos de la investigacin, que producen
la informacin sobre los elementos relacionados con el problema, durante el tiempo que
dura la observacin.
26
En nuestro caso el trabajo de campo se fue desarrollando sin prisa, de modo
intermitente, aprovechando las actividades laborales que nos vincularon al mbito
residencial a lo largo de los siete aos transcurridos entre 2008 y 2015 y los sujetos de
la investigacin fueron un conjunto de ms de doscientas personas que, de alguna
forma, cooperaron aportndonos informacin durante todo ese tiempo.
Sin contar las conversaciones informales, numerossimas, con personal, familiares y
residentes, entrevistamos a veintin ancianos usuarios de residencias, quince directores
de centros, ocho auxiliares de geriatra, cuatro enfermeras, tres mdicos, dos psiclogos,
dos sacerdotes, una trabajadora social, una recepcionista, un experto en atencin
espiritual, un director de funeraria-tanatorio y un representante de cofrada penitencial,
la mayora de estas entrevistas fueron grabadas y transcritas. Participaron respondiendo
a nuestras encuestas ciento treinta y siete estudiantes del Grado de Enfermera de la
Universidad de Valladolid. Visitamos de manera concertada veintids residencias
(catorce privadas laicas, tres de ellas pertenecientes a alguna de las grandes cadenas
nacionales, cuatro pblicas y cuatro religiosas) y visitamos informalmente al menos
otras tantas, repartidas por Castilla y Len, Galicia y la Comunidad de Madrid. Tambin
visitamos tanatorios, hospitales, funerarias, cementerios, cofradas
La seleccin de los centros objeto de nuestra investigacin se realiz, al principio, por la
facilidad de acceso a algunos de ellos, con los que mantenamos vnculos laborales. Ms
adelante concertamos nuevas visitas con centros de los que carecamos de referencias,
intentando que, en conjunto, quedasen representados todos los tipos de residencia
posibles, tanto por tamao, desde los pequeos pisos, de apenas diez residentes, a las
macro-residencias de centenares de plazas, como por titularidad, en una proporcin
prxima a la realidad residencial espaola, que en 2013-2014 era la siguiente:
Tipo de residencia
(Por titularidad)
Centros
(Nmero aprox.)
Aprox.
%
Residentes
(Nmero aprox.)
Aprox.
%
Privadas laicas 3.863 67 255.000 66
Pblicas 1.475 25 95.000 24
Privadas religiosas 403 8 36.000 10
Total 5.741 386.000 Tabla n 2 Residencias. Fuente: Elaboracin propia con datos de Informes en red (2014) y Lares (2013)
Por lo que se refiere a las barreras de acceso, debemos reconocer que no siempre fuimos
recibidos de la misma manera en todos los centros, algo perfectamente comprensible,
sobre todo en entidades privadas, que son muy libres de aceptar ser estudiadas o no y en
qu trminos. En este sentido slo cabe resear una incidencia ocurrida en la Residencia
Cardenal Marcelo, un centro pblico perteneciente a la Diputacin Provincial de
Valladolid, cuyo director respondi a nuestras preguntas, pero no nos facilit el acceso a
las instalaciones, ni permiti que pudiramos entrevistar a ningn residente o miembro
del personal, a pesar de que habamos solicitado por conducto oficial los necesarios
permisos para hacer el estudio ante la diputacin vallisoletana.
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CAPTULO 3.- MARCO TERICO
En este captulo pretendemos fundamentar tericamente la investigacin, aclarando los
conceptos ms importantes utilizados a lo largo del trabajo, en las reas de la teora
antropolgica, la sociologa, la antropologa y sociologa de la vejez, las instituciones de
mayores, la antropologa y sociologa de la muerte, etc., sealando fuentes, citando
escuelas, autores, obras de referencia, etc., en ocasiones de forma crtica.
3.1.- Fundamentos tericos generales
3.1.1.- Antropologa, etnologa, etnografa
Antropologa Social y Cultural es el nombre que la academia espaola ha venido
utilizando para designar al tipo de estudios sobre la diversidad cultural de los grupos
humanos que, tradicionalmente, en otros lugares, se ha conocido con los nombres de
Antropologa Social (Gran Bretaa), Antropologa Cultural (Estados Unidos), Etnologa
(Francia) o Etnografa (Alemania, Portugal). Etimolgicamente antropologa, etnologa
y etnografa son trminos que contienen races griegas: (ethnos) = pueblo;
(nthropos) = hombre; (logos) = tratado y (grafo) = escrito, que
hacen referencia de forma general a la elaboracin de conocimiento en torno al hombre
y los pueblos. Estos trminos han sido utilizados de forma distinta segn los diferentes
autores, academias y pocas, siendo hoy, todava, un tanto ambiguos, reclamndose
como antropolgicas, por motivos histricos, disciplinas tan dispares como la
Antropologa Fsica o Biolgica, la Arqueologa o algunas reas de la Lingstica.
Por eso creemos adecuado declarar ahora que este trabajo pretende encuadrarse en lo
que sera la ya clsica definicin de Antropologa segn David Schneider (1984), es
decir, el estudio de la cultura definida como sistema de smbolos y significados
compartidos que tienen que ver con las formas de vida.
Adems, entendemos, con Nuria Fernndez Moreno (2004) que esta curiosidad
antropolgica, por conocer al otro, esas distintas formas de vida, responde, no tanto a la
necesidad de entender otras formas culturales, como a la de compararnos, es decir,
alcanzar la propia comprensin a travs de los dems. No obstante, para que esto pueda
hacerse: antes debe darse el proceso inverso, puesto que lo que llegamos a saber de
los otros slo es posible desde lo que ya conocemos de nosotros mismos La
diversidad solo existe por contraste (Fernndez Moreno, 2004, pg. 15). Cabe aadir
que, lamentablemente, por lo general, lo que conocemos de nosotros mismos no es tanto
como solemos creer, ni tanto como deberamos. Este trabajo es bsicamente un estudio
sobre nuestros propios sistemas de smbolos y significados.
Actualmente suele considerarse, de acuerdo con Lvi-Strauss (Lombard, 1997, pg. 39),
que la etnografa, la etnologa y la antropologa son tres fases del mismo proceso de
bsqueda de conocimiento, cada una de ellas con un progresivo grado de comparacin,
abstraccin y generalizacin.
As, la etnografa sera la parte descriptiva de los casos de estudio, la etnologa una
sntesis explicativa de alcance medio, mientras que la antropologa aspirara, como
ltima etapa del proceso, a producir conclusiones, vlidas con carcter universal, sobre
el conocimiento global del hombre.
Las diferencias (si existen, pues muchos la consideran una falsa antinomia), entre la
antropologa (en sus diferentes niveles) y la sociologa, estaran situadas, actualmente,
ms a nivel de mtodo que a nivel de objeto de estudio, pues ambas se interesan por los
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mismos problemas sociales y culturales. As, por un lado, el antroplogo estudiara las
sociedades directamente, realizando trabajo de campo etnogrfico, mientras que el
socilogo utilizara ms la investigacin documental y estadstica. La diferenciacin
histrica que otorgaba el mbito de las sociedades tradicionales y exticas a la
antropologa y el de las sociedades modernas a la sociologa, tiende a desaparecer. No
obstante, los estudios antropolgicos suelen abordar, en mayor medida, los aspectos
simblicos, psicolgicos y estticos de la cultura.
3.1.2.- Antropologa cognitiva y antropologa simblica.
Las antropologas cognitiva y simblica son subdisciplinas antropolgicas que estn
estrechamente relacionadas entre s. El objetivo de la antropologa cognitiva es abordar
la cultura como va de aproximacin al pensamiento humano y su premisa es la unidad
psquica de la humanidad. Ha producido teoras y conceptos que utilizaremos aqu,
como los esquemas y modelos culturales. La antropologa simblica, por su parte,
estudia las prcticas humanas en su dimensin simblica, entre ellas, y con carcter
especial, los rituales, que ocuparn la parte principal de este trabajo.
3.1.3.- Significado. Smbolo, signo, indicador y seal.
Etimolgicamente significado es una palabra compuesta de las latinas signus (del
protoitlico sekno, y ste, a su vez, del indoeuropeo sek: "cortar o tallar") que
quiere decir marca; y facere, que quiere decir hacer; lo que puede traducirse,
literalmente, como hacer una marca. De este modo significado es aquello que
marca una palabra o una experiencia. En palabras de Valentn Rodil: El significado
es un contenido que se le agrega a una percepcin, aquello que construye la dimensin
valorativa de un estmulo (2013, pg. 100). De ah que, por ejemplo, podamos hablar
de experiencias significativas en referencia a aquellas que nos han marcado, que nos
han dejado una huella.
Por otra parte, trminos como smbolo, signo, indicador y seal pueden ser equvocos,
dependiendo del contexto y del autor que los utilice, de modo que conviene aclarar el
sentido que nosotros les vamos a dar aqu.
Todos estos trminos se componen de significante y significado, siendo el significante
el portador del mensaje, mientras que el significado es el mensaje mismo. Una seal se
caracteriza por invitar al receptor, mecnica o convencionalmente, a realizar una accin
(seal de stop). Un indicador se diferencia de una seal en que no desencadena una
respuesta (por ejemplo el sonido del agua indica que hay una fuente). En el signo, el
significante representa al significado por una asociacin consciente y arbitraria (por
ejemplo los signos lingsticos o las notas musicales).
El smbolo es la representacin, por el significante, de un significado en funcin de la
existencia de alguna semejanza o correspondencia que la mente puede percibir entre
ambos. Los smbolos pueden ser conscientes e inconscientes. En el smbolo consciente
el significante y el significado guardan una relacin metonmica o metafrica (balanza
como smbolo de la justicia). En el smbolo inconsciente la asociacin entre significante
y significado no es explcita. (Mario Ferro, 1997).
Etimolgicamente el trmino smbolo proviene del latn symbolum y este a su vez del
griego , y tiene el significado de reunir; de poner en conexin o comunicar
dos partes de una sola cosa. Procede de una antigua tradicin griega de hospitalidad,
consistente en partir una tablilla en dos, de modo que el anfitrin conservaba una parte y
el husped se llevaba la otra, y as, al volverse a encontrar aos despus, ellos mismos,
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o sus descendientes, podan reconocerse mutuamente, mediante la unin de las dos
partes de la tablilla, que se conservaban generacin tras generacin.
De acuerdo con David Kertzer, los verdaderos smbolos tienen tres propiedades: la
condensacin de significado, de modo que en un smbolo, como una bandera nacional,
convergen mltiples ideas y evocaciones; la polisemia, o multivocalidad, es decir, el
smbolo de la Estrella de David, por ejemplo, tendr significados distintos para
diferentes observadores; y la ambigedad, es decir, los smbolos no pueden ser
completamente definidos (Lewellen, 2009, pg. 102).
Signos, seales y smbolos pueden presentarse en forma combinada. As, una seal
puede tener aspectos simblicos, un smbolo puede provocar una accin, etc.
3.1.4.- Cultura y subcultura
Decamos anteriormente que la antropologa es la disciplina que estudia la cultura,
definida como sistema de smbolos y significados compartidos, que tienen que ver con
las formas de vida. Una vez abordados trminos como smbolo y significado, y dado
que el propsito de estos apartados iniciales nicamente es aclarar los conceptos que
utilizaremos a lo largo del trabajo, y no el debate terico, no vamos extendernos mucho
ms en la discusin de lo que, sin duda, es la verdadera piedra angular de la disciplina
antropolgica y en torno a la cual, desde Tylor hasta hoy, se han construido una enorme
cantidad de definiciones y teoras, que no podemos reflejar aqu.
No obstante, s nos gustara aadir como complemento a la definicin de Schneider, el
punto de vista, quizs ms prctico y orientado a la investigacin etnogrfica, de Daz
de Rada, para quien:
la cultura es una descripcin, aportada por el investigador, acerca del
conjunto de reglas de comportamiento social y comprensin de vida que ponen
en prctica los grupos humanos, y que vienen soportadas en procesos de
significacin cuyo medio especfico es el aprendizaje social. En la medida en
que esos conjuntos de reglas, descritos por el investigador, son compartidos y
negociados por sujetos que, relativamente, se entienden entre s, puede decirse
que la cultura es siempre relativa a alguna clase de cuerpo social (Daz de
Rada, 2005, pgs. 36, 37)
De este modo, la cultura, que es transmitida y aprendida socialmente, aparecer siempre
en referencia a un grupo determinado, a un cuerpo social, entendiendo por tal un
conjunto de individuos que se relacionan entre s segn algn criterio significativo o
relevante, siendo posible, a partir de una investigacin, describir los rasgos especficos
de la cultura, por ejemplo, de una familia o de una organizacin.
El trmino subcultura hace referencia a cualquier parcela definible dentro del interior de
un cuerpo social. Es en este sentido y no en el de cultura inferior, como debe
entenderse el concepto de subcultura. As, en un cuerpo social, con cultura propia, como
el que forman, por ejemplo, los individuos que se relacionan en una residencia de
mayores, podran establecerse entre algunos de ellos, relaciones especiales,
configurando distintos grupos subculturales, como el de los ancianos residentes, en
contraste con el grupo de los trabajadores, por ejemplo, o dentro de ste, el personal del
turno de noche frente al resto de la plantilla, etc.
En este sentido, aunque ngel Aguirre afirma que no existe grupo sin cultura (2004,
pg. 136), otros autores dudan que los ancianos que viven en las residencias tengan la
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capacidad de desarrollar expresiones culturales de forma autnoma, debido a entre otras
razones, a su fragilidad fsica y social (Barenys Prez, 1992).
3.1.5.- Socializacin. Rol y estatus
Socializacin es el proceso por el que un individuo aprende e interioriza los valores, las
normas y los cdigos simblicos de su entorno, incorporndolos a su personalidad.
Por otra parte, se llama comportamiento al conjunto de respuestas de un organismo
ante un estmulo. Anlogamente, el comportamiento social de las personas se refiere a
las respuestas que stas dan en los distintos contextos sociales. As podemos hablar de
comportamiento poltico, comportamiento econmico, y tambin de comportamiento
simblico y ritual. El comportamiento social de las personas est soportado por el
proceso de socializacin, que conduce, generalmente, a una estandarizacin en las
respuestas, segn unos patrones socialmente aceptados y esperados, ajustados al
cumplimiento del rol social de cada uno.
Introducido en la sociologa en 1934 por G. H. Meade, rol es un trmino procedente
del teatro (del francs rle: papel) y hace referencia al comportamiento que se
espera de quien ocupa una posicin social determinada o estatus (rango, adscrito o
alcanzado, por un individuo). Estatus y rol son, pues, dos aspectos, esttico y dinmico,
de la misma realidad. Nosotros, a lo largo de este trabajo, tendremos la oportunidad de
ocuparnos de un fenmeno peculiar: el proceso de progresiva marginacin de los
ancianos, justificado en su supuesta incapacidad, por el que pierden todos los roles de su
vida activa y que culmina con su aislamiento en instituciones especficas. Es lo que
Teresa San Romn (1990, pg. 42) denomina status vaco de roles de los ancianos.
3.1.6.- Integracin social y tipos de agrupamiento
En cuanto a los grupos sociales, a continuacin abordaremos, por una parte, los tipos de
integracin social que pueden dar lugar a formaciones, bien de tipo comunitario, bien de
tipo societario, y, posteriormente, nos acercaremos especficamente a la cultura de las
organizaciones (Aguirre Baztn, 2004), para abordar las distintas clases existentes de
agrupamiento organizacional.
3.1.6.1.- Comunidad y sociedad
En 1887 Ferdinand Tnnies propuso la distincin entre las categoras gemeinschaft
(comunidad) y gesellchaft (sociedad), en relacin con dos formas bsicas y opuestas de
integracin social. De acuerdo con Axel Honneth el propsito de esta propuesta era
analizar el proceso de modernizacin social bajo el punto de vista de la progresiva
disolucin de la solidaridad institucionalizada. As, desde la puesta en marcha de la
sociedad capitalista las esferas societarias de accin, estaran reprimiendo o diluyendo
paulatinamente, las relaciones sociales de carcter comunitario.
Debe denominarse comunidad a aquella forma de socializacin en la que los
sujetos, en razn de su procedencia comn, proximidad local, o convicciones
axiolgicas compartidas han logrado un grado tal de consenso implcito que
llegan a sintonizar en los criterios de apreciacin; mientras que con sociedad se
alude a aquellas esferas de socializacin en donde los sujetos concuerdan en
consideraciones racionales ajustadas a fines, con el objetivo de obtener la
recproca maximizacin del provecho individual (Honneth, 1999, pg. 10).
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Comunidad hace referencia a los vnculos considerados primarios, por medio de los
cules los individuos se comprometen en relaciones emocionales y afectivas, como
consecuencia de su socializacin cara a cara y de compartir ciertas identificaciones.
Vnculos de este tipo son los que unen a los miembros de una familia o de una pequea
aldea, pero tambin, en la teora sociolgica clsica, los que constituyen la base de las
identificaciones nacionales colectivas. Por el contrario sociedad sera una forma de
vinculacin mediada por una voluntad racional, formalizada mediante algn tipo de
contrato cuya legitimidad viene dada por algn cdigo institucional que trasciende la
relacin cara a cara. Relaciones de este tipo son, por ejemplo, las laborales en una
empresa o las que se producen entre los miembros de un partido poltico (Daz de Rada,
2005, pgs. 109 - 110).
De acuerdo con ngel Daz de Rada, existen los riesgos de, primero, considerar las
relaciones societarias inautnticas e incluso deshumanizantes por estar vinculadas a un
logro o provecho individual y, segundo, separar artificialmente ambos tipos de relacin,
entendiendo que una aldea rural es una comunidad y no otra cosa, mientras que una
empresa no es una comunidad en ningn caso.
Este autor considera que comunidad y sociedad deberan entenderse como formas de
vinculacin que, probablemente, existen en todos los grupos humanos, de manera que
toda forma de vida social incorporara tanto vnculos comunitarios, instituidos por el
afecto de las identificaciones cara a cara, como vnculos societarios, instituidos por el
inters cooperativo, orientado a la consecucin de objetivos estratgicos. As, por
ejemplo, en nuestro caso, consideramos que en cualquier residencia de ancianos se
podran detectar fcilmente ambos tipos de vinculacin.
El aspecto comunitario de las residencias de ancianos podra apreciarse claramente, por
ejemplo, en ciertas residencias confesionales, ya que si bien pueden ofrecer una imagen
ms relajada que las de otras comunidades religiosas, no por eso dejan de serlo. En este
sentido:
En el contexto general de la teora sociolgica de la comunidad y de la
asociacin de Ferdinand Tnnies, la comunidad religiosa se conceptualiza como
una comunidad de espritu basada en los sentimientos, en las relaciones
interpersonales estrechas, la cooperacin, un cierto sentido de identidad
diferencial, y la unidad de accin y de pensamiento hacia una meta comn. Para
Tnnies la comunidad de espritu representa la forma de comunidad
autnticamente humana y suprema. Se trata del mbito de convivencia a menudo
considerado ms idneo o elevado por sus participantes y en el cual se expresan
y organizan las voluntades, emociones e intereses personales y colectivos,
relacionados esencialmente, en el caso concreto de las comunidades religiosas,
con la fe, la autorrealizacin y la transcendencia (Vallverd, 2003, pg. 468).
3.1.6.2.- Grupos, organizaciones e instituciones
De acuerdo con ngel Aguirre (2004) los tres tipos ms importantes de agrupamientos
de personas son los grupos, las organizaciones y las instituciones. En principio todo
agrupamiento es una interaccin de personas con unos objetivos determinados, que
desarrollan una cultura propia.
Una organizacin puede definirse como un sistema interactivo que crea una cultura
propia, y realiza coordinadamente diversas tareas, en situacin abierta y contingente
hacia el exterior, en cuyo medio trata de alcanzar una misin. Las organizaciones son
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realidades humanas en las que transcurren buena parte de las vidas de las personas
(escuela, club, empresa, partido poltico, iglesia) cuya forma de integracin orgnica
es de tipo jerrquico, bajo un liderazgo. La meta de una organizacin