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TERRITORIO Y CONFLICTO UNIDAD TEMÁTICA I: PROPIEDAD DE LA TIERRA Y EL CONFLICTO COLOMBIANO Autor: LUIS ANDRÉS FAJARDO ARTURO

TERRITORIO Y CONFLICTO UNIDAD TEMÁTICA I: … · 6 5. Estructura Conceptual 6. Desarrollo de Contenidos 6.1 La importancia de la propiedad de la tierra en Colombia Colombia sufre

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TERRITORIO Y CONFLICTO

UNIDAD TEMÁTICA I:

PROPIEDAD DE LA TIERRA Y

EL CONFLICTO COLOMBIANO

Autor:

LUIS ANDRÉS FAJARDO ARTURO

2

Tabla Contenido

UNIDAD TEMÁTICA I. ........................................................................................................................................ 3

LA PROPIEDAD DE LA TIERRA Y EL CONFLICTO COLOMBIANO. ............................................................... 3

1. Importancia .......................................................................................................................... 3

2. Objetivo General .................................................................................................................. 4

3. Objetivos específicos ........................................................................................................... 4

4. Antes de abordar el tema…: ................................................................................................ 5

5. Estructura Conceptual ......................................................................................................... 6

6. Desarrollo de Contenidos..................................................................................................... 6

6.1 La importancia de la propiedad de la tierra en Colombia ........................................................... 6

6.2 La tierra como factor determinante del conflicto en Colombia. ................................................ 13

6.3 Los efectos de la lucha por la tierra: la dimensión del despojo en Colombia. .......................... 16

6.4 El desplazamiento forzado por la violencia en Colombia ......................................................... 21

6.4.1. El desplazamiento en el lenguaje oficial: ....................................................................................... 24

6.4.2. Zonas de desplazamiento en Colombia ........................................................................................ 27

6.4.3. Injerencia de los gremios en el desplazamiento ............................................................................ 31

7. Conclusiones ..................................................................................................................... 34

Bibliografía..................................................................................................................................... 35

3

UNIDAD TEMÁTICA I.

LA PROPIEDAD DE LA TIERRA Y EL CONFLICTO COLOMBIANO.

1. Importancia

La comprensión de la política nacional en materia de reparación y restitución de

tierras en Colombia, indica un conocimiento previo respecto de los problemas

principales que han servido de origen para el enfrentamiento que se convirtió en

un conflicto armado, que al mismo tiempo, de las consecuencias que le ha

acarreado al país dicho conflicto.

En Colombia, al igual que en muchos otros países de la región, las marcadas

diferencias en la distribución de las tierras existentes incluso desde la época de la

fundación de la República, es, desde tiempos inmemoriales, una de las principales

causas de desigualdad social y que en consecuencia ha generado división en el

conglomerado nacional. En ese sentido, uno de los factores que dieron lugar al

conflicto armado en el país es justamente la redistribución de la tierra.

Lo cierto, es que con la mutación del conflicto armado, la lucha que inició por la

redistribución de la tierra se convirtió luego en una lucha por el dominio de los

territorios y finalmente, terminó generando como víctimas a casi un 10% de la

población nacional, que por culpa de la violencia no sólo perdió su propiedad, sino

su modus vivendi.

La legislación actual en materia de reparación y restitución es un resultado

necesario frente a un fenómeno cuyo origen data de la mala distribución de la

tierra en el país. Conocer las luchas sobre la propiedad de la tierra, la afectación

del conflicto armado tuvo sobre ella, y la magnitud del fenómeno del

desplazamiento y el despojo en Colombia es una condición necesaria para

entender con claridad, por una parte, la legislación actual en materia de restitución

de tierras y por otra, las necesidades en materia de seguridad.

4

2. Objetivo General

La presente unidad está dirigida a explicar con profundidad la relación que existe

entre la propiedad de la tierra y la violencia armada en Colombia. La comprensión

de esa relación, es fundamental para que el estudiante del módulo pueda

dimensionar la importancia que tiene, dentro de la justicia transicional, el marco

normativo referido a la restitución de tierras, de la misma manera que, permite

entender con claridad las graves dimensiones de los efectos relacionados con la

lucha armada y el despojo en Colombia.

En ese sentido, el objetivo de la presente unidad, es generar al estudiante

comprensión suficiente sobre la íntima relación entre la desigualdad en la

repartición de las tierras, y el origen de la misma, con el conflicto armado y sus

efectos en el país.

Cuando el estudiante haya entendido la relación entre el conflicto en la tierra y la

gravedad del fenómeno del desplazamiento forzado en Colombia, podrá

fácilmente determinar, con un espíritu crítico y reflexivo, la importancia de las

normas de restitución de tierras en el país, como medida para lograr la

estabilización de la paz, y el desarrollo humano sustentable de la sociedad.

3. Objetivos específicos

Para el desarrollo del objetivo general, el presente módulo se estructura a través

de tres objetivos específicos:

Determinar cuál es el origen de la repartición de tierras en Colombia y las dificultades que ella implica.

Determinar la relación entre el conflicto armado interno y la propiedad de la tierra en Colombia, estudiando para ello las distintas etapas del conflicto y

5

sus distintas formas de relación con las políticas nacionales en materia de repartición de tierras y agricultura

Establecer cuál es el alcance de los efectos del conflicto armado en la propiedad rural de la tierra en el país, a través del análisis del despojo y el desplazamiento forzado, como indicadores de impacto de la problemática sobre tierras y motivadores de la política en materia de restitución de tierras.

4. Antes de abordar el tema…:

Es importante que el estudiante conozca el concepto de desplazamiento forzado y

lo pueda diferenciar del concepto del refugiado e inmigrante.

Es importante igualmente, que el estudiante tenga algunos conocimientos en

materia de conflicto armado en Colombia, especialmente en cuanto a historia

económica del país, a fin de poder entender con mayor claridad el desarrollo de

algunos debates que se darán durante el módulo respecto de la propiedad de la

tierra, los proyectos productivos, y los modelos agrarios nacionales, en especial de

los últimos años.

Resulta pertinente igualmente la revisión de las últimas noticias en materia de

desplazamiento forzado, a fin de poder contribuir en el debate académico sobre si

siguen o no dándose acciones delictivas que generen desplazamiento forzado en

el país.

6

5. Estructura Conceptual

6. Desarrollo de Contenidos

6.1 La importancia de la propiedad de la tierra en Colombia

Colombia sufre desde hace más de medio siglo los horrores de un conflicto

armado generado inicialmente por cuestiones socio -políticas, y contaminado

luego por factores como el narcotráfico y la minería ilegal, en el que las principales

víctimas han sido siempre los campesinos.

La tierra y el uso del suelo, ha sido un tema debatido y batallado históricamente

entre campesinos, terratenientes, empresarios, el gobierno nacional y en la

actualidad empresas multi y transnacionales. Ha sido un factor determinante en

todos estos años de violencia que ha vivido el territorio Colombiano y, es éste el

7

punto de enfoque de este módulo, que inicia tratando de cuestionarse con la

pregunta: ¿cuál ha sido el papel de la tierra en el conflicto armado colombiano?

El origen de la distribución de tierras en el país data de la época de la conquista y

de la Colonia, época en que la tierra era de propiedad exclusiva del Rey, quien a

través de las misiones enviadas a América hacía acto de posesión de todos los

terrenos descubiertos, fundando villas y delegando territorios. Las primeras

cuestiones jurídicas de debate se dieron en torno a si los indígenas de las

Américas eran o no dueños de las tierras, incluso si debían ser tratados como

personas (capaces de adquirir derechos) o no.

Esas discusiones, pronto tuvieron eco en la academia y Francisco de Vittoria, se

distinguió por ser el primero en reconocer en los indígenas a personas con

derechos, incluso sobre sus tierras.1 Estas afirmaciones dieron lugar a que en

1947 se promulgaran las “nuevas leyes de indias” en las que se reconocía la

humanidad de los indígenas y que 10 años más tarde servirían para que

Bartolomé de las Casas pudiera hacer alegaciones contra esclavistas que

abusaban hasta la muerte de los indígenas americanos.

Sin embargo, el tema sobre la propiedad de las tierras en América se resolvió a

favor de los conquistadores. Se respetaba la propiedad de pequeñas parcelas de

indígenas, pero el territorio general pertenecía al Rey, y todo aquello que no

estuviera bajo explotación agrícola de los indígenas podía ser otorgado por el Rey

a quien quisiera. La cuestión entonces era saber el reino al que pertenecían las

tierras, para que legítimamente el Rey determinara la pertenencia personal de

cada terreno.

La división a nivel Real se dio en centro y sur América por una decisión papal que

dividió en el siglo XVII los territorios entre España y Portugal, más o menos tal

como ahora se encuentra trazada la división entre Brasil y el resto de Sur América.

Una vez declaradas las tierras de España, el Rey se dedicó a entregar partidas

reales que con la rúbrica del Rey o del Virrey, entregaban en su nombre la tierra a

1 De Vittoria Francisco, Relectio de Indis, Corpus Hispanorum de Paz, Madrid 1987

8

los miembros de sus misiones. De esa forma, grandes territorios eran concedidos

a descubridores y fundadores, quienes a su vez vendían haciendas a las familias

aristocráticas y adineradas que llegaban a América.

Con el nacimiento de la República, la repartición de la tierra se respetó en general,

sólo que al expulsar a gobernantes y aristócratas españoles, sus tierras pasaron a

manos de los gobernantes o sus familias. En cualquier caso, siempre existió una

clase artesana, labradora y minifundista, con parcelas para cultivos de auto

subsistencia, ganadas a terrenos baldíos y con ejercicio de simple posesión.

Con el aumento de la población y el establecimiento de la República, pronto las

diferencias en la propiedad sobre la tierra se hizo evidente, las pocas familias

descendientes de conquistadores o gobernantes, eran dueñas del 95% del

territorio nacional, de tierras improductivas que por su vastedad eran

inmanejables, mientras que el otro 5% se dedicaba al aprovechamiento a pequeña

escala de tierras de ladera por parte de campesinos que no tenían realmente una

titulación jurídica sobre los suelos.

Para el abordaje de la temática señalada, es menester iniciar con una reseña

histórica desglosada cronológicamente, comenzando desde el año 1930 con el

gobierno del Presidente Liberal Enrique Olaya Herrera, quien obtuvo el poder

después de 45 años de dominio conservador. Algunos historiadores aseguran que

el de Olaya fue un gobierno de transición, ya que el país vivía momentos de

confrontaciones sociales y económicas en el campo y en las ciudades, es por

esta razón, que el gobierno nacional de ese entonces, comenzó a llevar a cabo

una reforma en el sistema general de tierras como salida a los problemas

económicos que se generaron por la gran depresión de 1929, que aunque

comenzó en los Estados Unidos a partir de la ruptura de la bolsa de Nueva York,

afectó a casi todos los países del mundo ocasionando efectos devastadores en

países tanto ricos como pobres. Colombia no fue la excepción.

Gracias a este intento de reforma se impulsó en el país un sistema agrícola

novedoso basado en las denominadas Granjas Experimentales, que se

fundamentaban en sistemas de producción constante, gracias a la rotación y

variación de cultivos. En otras palabras, la propuesta estaba en incentivar el

cultivo de nuevos productos en escalas más pequeñas y con mayor rotación, que

9

permitiría generar auto sostenibilidad interna sin los riesgos de la dependencia de

exportaciones.

En el gobierno de Olaya también se instauró la Caja de Crédito Agrario y se dieron

los primeros acercamientos de la posterior ley de reforma agraria que sólo se

institucionalizó hasta el próximo gobierno, el de Alfonso López Pumarejo. Todas

estas iniciativas dieron paso a reformas más profundas y estructuradas levadas a

la realidad solo en este periodo presidencial que fue desde el año 1934 a 1338,

gobierno que se denominó ‘Gobierno de la revolución en marcha’.

En el gobierno de López Pumarejo se realizó una reforma constitucional en el año

1936, la cual dio paso a la ley 200 de la reforma agraria, reforma que estuvo

basada en la distribución de la tierra improductiva, es decir, tierra cultivable que no

estuviera siendo utilizada, o aquella que era trabajada por campesinos no dueños

de ésta, o sea que, las personas establecidas en tierras que no eran propias,

podrían hacer uso de esta para cultivarla y hacerla productiva; la ley 200 del 36

prohibió la expulsión del campesinado colombiano que invadió terrenos, por otro

lado, facultó al Estado para expropiar tierras por medio de la extinción de dominio.

Este fue un “primer intento de cambiar la injusta estructura de la tenencia de la

tierra lo constituyó la ley 200 de 1936. Esta ley introdujo la función social de la

propiedad con la consecuente posibilidad de la extinción de dominio en caso de

que la tierra fuera dejada ociosa por un cierto tiempo, así como la jurisdicción

agraria especializada en dirimir conflictos de tierras” 2

Luego de este gobierno liberal en el que se intentó dar solución a un problema

económico mundial por medio de la redistribución de tierras, Colombia entra en

una lucha partidista que generó altos índices de violencia en la nación; esta

violencia en realidad comenzó desde los años 30, pero se agudizó en la década

del 50, ya que a la iglesia y a los llamados terratenientes, dueños de tierras, todas

estas reformas afectaron sus intereses, así como, el mismo campesinado

consideraba insuficiente todos estos cambios para el mejoramiento de su calidad

de vida. 2Sánchez, Álvaro; Trujillo, Diego. Reforma agraria colombiana y sus alcances. [En línea] Disponible en:

http://geografiaagrariaeindustrialut.blogspot.com/2011/05/reforma-agraria-colobiana-y-sus.html. Consultada

en mayo de 2013.

10

Este periodo de violencia entre los partidos tuvo lugar entre los años 1948 y 1958,

algunos historiadores afirman que fue casi una guerra civil; ésta “hizo posible la

aniquilación de las organizaciones campesinas e indígenas, causó el

desplazamiento forzado de cerca de 2 millones de campesinos que fueron

despojados de sus tierras y fue responsable del asesinato de más de 200 mil

personas, especialmente en el campo”. 3

Lo cierto es que la violencia política estuvo presente durante toda la historia de la

República y no se amilanó con la Constitución de 1886, sino que sus dimensiones

y actores cambiaron, recrudeciéndose fuertemente en los años posteriores a 1950

y variando en sus actores y causas. Así, lo que inició como un enfrentamiento

entre liberales y conservadores, en los años sesenta se transformó en la violencia

por el sistema económico adelantada por las guerrillas influenciadas por la

ideología comunista, en los años 80 con el surgimiento del negocio del

narcotráfico, los dineros abundantes que genera empiezan a reforzar la lucha

guerrillera y en la década de los noventa los grupos de autodefensas, financiados

por el narcotráfico, se convierten en otro actor principal en el panorama de la

violencia.

Así entonces, aparece en la década del 60 las Fuerzas Armadas Revolucionarias

de Colombia -FARC- un grupo que desde sus inicios ha tenido una estrecha

relación con la tierra y el campesinado colombiano, y que mezcló en sus orígenes

las reivindicaciones campesinas con la ideología marxista imperante entre jóvenes

académicos románticos, que se inspiraban en los logros de la Unión Soviética y

que pronto se verían respaldados por los influjos de la Revolución Cubana.

Inicialmente las FARC, al igual que otros grupos guerrilleros comunistas, no tenían

una ideología muy definida, excepto claro, la lucha de los campesinos por la

repartición equitativa de las tierras. Poco a poco, la guerrilla colombiana fue

influenciada y rápidamente financiada por el movimiento mundial encabezado por

la Unión Soviética, dirigida a imponer el sistema social-comunista a través de la

3 Ibídem.

11

lucha armada revolucionaria. El modelo de guerra de guerrillas dio resultados en

Cuba desde donde, se organiza y financia el movimiento guerrillero

latinoamericano.

Siguiendo con este contexto histórico, en la década del 60, en el año 1961

“se abrió el camino a la reforma agraria con la Ley 135, reforma agraria que

generó amplia y virulenta oposición en el seno de los dos partidos políticos

tradicionales. El poder político tenía una fuerte raíz en la propiedad de la

tierra. En su condición de líder político, Carlos Lleras fue el que, como

recuerda su hijo Carlos Lleras de la Fuente, "convenció a Alberto Lleras de

que designara una comisión que se ocupara del tema (la reforma agraria),

complejo este en tiempo de la paridad política en el Congreso y de la férrea

unidad de los terratenientes liberales y conservadores".4 5

Según un estudio de la Contraloría General, entre 1962 y 2004 se adjudicaron

6.620.000 hectáreas, y fue en el gobierno de Lleras Restrepo en el que se llevó a

cabo "el 72 por ciento del programa de extinción de dominio (de tierras baldías de

la Nación) y el 25 por ciento del programa de adquisición de tierras".6

Luego de estos años de lucha se dio fin a la llamada reforma agraria en el año

1971 a través de una alianza entre los dos partidos existentes, la cual, en ese

momento cedió terreno ante las presiones de los dueños de tierras; a éste se le

llamó ‘Pacto de Chicoral’ (R. CAMBIO, 08)

Este acuerdo se dio en el gobierno de Misael Pastrana, y fue:

4 Pardo, Rafael. “Carlos Lleras y la Reforma Agraria” en: Revista Cambio, Febrero de 2008, Disponible en:

http://www.cambio.com.co/paiscambio/771/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-

4087851.html. Consultada en mayo de 2013.

5 Ibídem

6 Ibídem

12

una especie de contrarreforma en la que se introducía el concepto de

calificación de tierras, de acuerdo con el cual el interés social no era una

razón suficiente para expropiar un terreno, sino que su expropiación

dependía del grado de explotación de las tierras: terrenos calificados como

bien explotados no podían expropiarse. De esta manera el INCORA

comenzó a adquirir terrenos improductivos para repartirlos entre

campesinos que además carecían de recursos para explotarlos. Con esta y

otras medidas, se desconocía la ley de Reforma Agraria impulsada durante

el gobierno de Carlos Lleras. El Acuerdo de Chicoral se pacta en 1973 y

tendrá vigencia hasta 1988, cuando en el gobierno de Virgilio Barco se

aprueba una reforma agraria con la cual se eliminan los obstáculos

planteados en aquel acuerdo, incluido el de la calificación de la tierra.7

Por otra parte, durante los años 70, los grupos guerrilleros tuvieron una

connotación poco relevante, y el conflicto tuvo un impacto leve en las instituciones

nacionales, que siguieron gobernándose por los partidos hegemónicos,

conservando los derechos de los terratenientes y combatiendo por la fuerza, -de

forma muy contundente a finales de los 70- a los opositores.

A comienzos de los años 80, durante el Gobierno de Belisario Betancourt, se

propuso un pacto de paz y al mismo tiempo se dieron los golpes más fuertes hasta

entonces contra el Estado, por parte del grupo guerrillero M-19.

El poderío militar determinante en esos golpes, además de la visibilidad política

internacional que habían ganado algunos grupos como el EPL o el M-19, fue el

surgimiento a gran escala del narcotráfico.

Inicialmente los grupos de guerrilla rechazan todo lo que tiene que ver con el

negocio del narcotráfico pero al poco tiempo se dan cuenta de la importancia del

negocio, que tiene gran parte de su accionar en la tierra y en los cultivos de coca

ya existentes, y se dan cuenta que este negocio puede llegar a ser su máxima

entrada económica; a partir de entonces, se incrementan las desapariciones y

7 Universidad EAFIT, Blog: esta tierra es mía, [En línea] Disponible en: http://www.estatierraesmia.co/ley-

de-tierras/index.html. Consultada en mayo de 2013.

13

desplazamientos forzados de la población campesina instalada en la ruralidad

colombiana.

Debes Recordar: Gran parte del conflicto armado colombiano tiene sus

inicios en la ruralidad colombiana, en la lucha por la tierra y la tenencia de

esta, entre intereses políticos, económicos, sociales se encuentra la

población campesina, población vulnerable que durante la historia del siglo

XX y lo que va del siglo XXI se ha visto afectada: así

Desde 1962 se han dado 460.000 títulos de propiedad a campesinos

colombianos.

Se ha distribuido la tierra a poco más de 100.000 nuevos propietarios.

En 1962 se estimaba que casi un millón de familias campesinas trabajan

la tierra pero carecían de parcelas y medio siglo más tarde solo el 10 por

ciento de ellos han recibido tierras.

6.2 La tierra como factor determinante del conflicto en Colombia.

Debes Saber: El ejemplo más claro de la importancia de la tierra en el

conflicto armado colombiano es que en el actual proceso de paz que se

adelanta en la Habana con las FARC, uno de los temas cruciales, sino es el

más importante es el de la tierra, su uso y su explotación. El primer punto

de los acuerdos fue justamente el tema de la repartición de tierras, que fue

terminado la segunda semana de mayo de 2013 y cuyo resultado implica la

repartición de 3 millones de hectáreas entre campesinos.

Ante el flagelo de la violencia interna y el desplazamiento forzado, muchos

estudiosos han llegado a la conclusión que el principal generador de violencia en

Colombia es la lucha por el dominio de la tierra y la explotación de los recursos

naturales, lo que atenta contra los derechos de la población campesina.

Natalia Springer, politóloga experta en derechos humanos, asegura que:

14

“Si tuviéramos que hablar de las grandes causas del conflicto, podemos

distinguir, entre otras, la excesiva concentración de la tierra cultivable en

pocas manos (0,03 % de los propietarios concentran más del 95% de la

tierra), concentración que consolidaron los paramilitares por la vía de una

contrarreforma agraria que emprendieron a sangre y fuego para apoderarse

de 5 millones de hectáreas de las mejores tierras del país; el narcotráfico y

la pobreza extrema, que afecta a más del 46% de la población, condición

que ha pasado de ser consecuencia a convertirse en uno de los móviles del

conflicto”.(…) La marginalidad y la exclusión son dos factores que asocian

las distintas dinámicas regionales y hacen del colombiano un caso

persistente y crónico. Mientras no se desconcentre la tierra y se trabaje

sistemáticamente en la promoción del desarrollo, será imposible superarlo”8

Y este tema no es nuevo. Según Darío Fajardo Montaña, Antropólogo de la

Universidad Nacional de Colombia, “la tendencia hacia la concentración de la

propiedad territorial apoyada en la violencia ha ampliado su espectro al control de

territorios de valor estratégico”.9 A este fenómeno se le suma, además de la

apropiación de agua y tierra, el deseo por controlar zonas mineras, áreas para

futuros desarrollos viales y energéticos, traducidos a megaproyectos. Frente a

esto, Fajardo argumenta:

“De eso son evidencia los desplazamientos generados en las áreas de

influencia de la represa de Urrá ante la expectativa de la construcción del

canal Atrato-Truandó; la irrupción de los desplazamientos violentos en el

Urabá chocoano y otros eventos similares. Otro tanto ha ocurrido con

territorios de significado estratégico militar y, en últimas, geopolítico, como

los del sur de Córdoba (Nudo de Paramillo), sur del Tolima (Rioblanco) y

alto Putumayo. Estas tendencias, en las que poblaciones enteras resultan

profundamente afectadas por la pérdida de sus territorios ocurren cuando

convergen sobre el país distintos procesos que favorecen la formación de la

conciencia ambiental y el reconocimiento de los derechos territoriales de las

comunidades” 10

8 Springer Natalia, “Colombia: la tierra, clave del conflicto [En línea] Disponible en :

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4818, consultada en mayo de 2013 9 Fajardo Montaña Dario, CUADERNOS TIERRA Y JUSTICIA No. 1 TIERRA, PODER POLÍTICO Y

REFORMAS AGRARIA Y RURAL, Universidad Nacional de Colombia 10

Íbidem

15

Pero, ¿por qué la tierra ha sido la generadora de desplazamiento forzado en

Colombia? A esto, Absalón Machado, profesor Titular de la Facultad de Ciencias

Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, asegura que este dominio

“significa economía e ingresos cuando se le utiliza adecuadamente y sus precios

reflejan el potencial productivo. Significa también poder y dominio social y político

cuando se le usa para ejercer dominio sobre la mano de obra y para acceder a

rentas institucionales y prebendas del Estado”11

En otras palabras y analizando el contexto nacional, el dominio de la tierra implica

poder: el poder para controlar a la población y el poder para manejar al Estado. Si

a ello se le suma el poder para controlar las rutas del negocio del narcotráfico,

podría explicarse el conflicto colombiano como una lucha de tierras en busca de

poder.

Pero el despojo no es exclusivamente de los grupos al margen de la ley. Intereses

particulares de políticos y grandes emporios económicos buscan tener acceso a

los recursos naturales para dominar los mercados y a la sociedad. Absalón

Machado, frente a esto, argumenta:

“Son preocupantes los conflictos en el uso del suelo, la violencia que se ejerce

sobre la tierra y los productores que la utilizan para su sustento o para un negocio

lícito, así como lo es la expulsión violenta de población para ganar, sean rentas

institucionales o poder local, o ejercer dominio sobre un territorio por razones

políticas, estratégicas o militares. Cuando ello se presenta existe una grave

distorsión institucional sobre los derechos de propiedad, y en particular un proceso

de involución en los derechos de propiedad territorial y sus usos, al establecerse

territorios de dominio al estilo feudal (ejércitos privados o por fuera del control del

Estado que utilizan la fuerza para controlar un territorio), en una sociedad y

ambiente capitalista que se enmarca en un proceso de globalización y de lucha por

la modernidad”12

11

Absalón Machado C, Tenencia de tierras, problema agrario y conflicto. [En línea] Disponible en:

http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/humanas/2004945/docs_curso/descargas/2da%20sesion/Basica/Absalo

n%20Machado.pdf, consultada en mayo de 2013 12

Ibidem, Pág. 12

16

Siguiendo la tesis de Machado, la ausencia de control del Estado y la desigualdad

en la estructura agraria, se suman a los factores del desplazamiento forzado en

Colombia.

“Los estudios recientes realizados por William Renán Rodríguez y José

Nicolás Wild, para los Montes de María, indican allí un proceso de

concentración de la propiedad y cómo la precariedad institucional y el bajo

capital social no generan la confianza para que los desplazados regresen,

sólo se presenta un retorno silencioso de tipo laboral y reducido. Las tierras

que quedan disponibles están entonces o abandonadas o son objeto de

apropiación por otros usando diversos métodos. La estructura agraria se va

modificando a favor de quienes tienen la capacidad de adquirir la tierra, así

sea por medios ilícitos o por la violencia. Una masa importante del

campesinado, casi el 20% en el caso de Montes de María, se ha visto

obligada a abandonar su región y sitios de trabajo, los precios de la tierra

han bajado y se han perdido un número importante de jornales 13

6.3 Los efectos de la lucha por la tierra: la dimensión del despojo en Colombia.

Retomando lo dicho al inicio del módulo, en la historia del país pocos presidentes

han tomado la decisión política de tocar el tema agrario, salvo el esfuerzo del ex

presidente Alfonso López Pumarejo (1942-1945) y el ex presidente Carlos Lleras

Restrepo (1966–1970). Desde hace dos años, el presidente Juan Manuel Santos

decidió pisar ese terreno. Para Colombia es claro que uno de los problemas más

grandes que ha sufrido el país es el tema de la tenencia de las tierras, el despojo

de las mismas y el desplazamiento o abandono forzado. Por estas razones el

tema agrario es de máxima importancia en el país.

Son innumerables los esfuerzos que por años se han hecho en materia de política

agraria en el país. En 1936 se crearon los jueces agrarios, quienes, ocho años

más tarde, con la ley 4 de 1943, fueron abolidos. Después, se profirió la ley 30 de

1988, en la cual se le dieron facultades al Gobierno para la creación de la

jurisdicción agraria. Por otro lado, con el decreto 2303 de 1899, se trae

nuevamente la figura de jueces agrarios, quienes jamás entraron en operación. El

último intento fue la Ley de Justicia y Paz. Esta Ley debía resolver temas de

13

Ibídem, Pág. 14

17

restitución de tierras y, al igual que las anteriores políticas, tampoco lo hizo. Ahora,

con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras se aplica un nuevo intento por

devolver la tranquilidad a los campos.

Expertos, académicos e investigadores han determinado que es imposible conocer

con exactitud la cifra de tierras despojadas o abandonadas en Colombia, lo

anterior, como consecuencia de la precariedad de los sistemas de catastro,

registro y notariado. Sin embargo, la Unidad de Restitución de Tierras con el

apoyo de otras instituciones estatales y la sociedad civil ha adelantado una

estimación de las hectáreas abandonadas y despojadas, las características de sus

legítimos dueños y las de los nuevos poseedores en el caso del despojo.

La Tercera Encuesta de Verificación de la Comisión Nacional de Seguimiento

destaca que: “Las tierras abandonadas duplican el estimativo de las tierras

despojadas durante el último cuarto de siglo; 4 millones de hectáreas sería la

magnitud de las tierras abandonadas, al paso que las usurpadas serían del orden

de 2 millones de hectáreas en el territorio nacional.” Es interesante notar que la

suma de las hectáreas abandonadas y usurpadas (6 millones de hectáreas)

equivale al 15% de la superficie rural del país.

Con base en esta información se estimó, tal como aparece en el Plan Nacional de

Desarrollo (2010-2014), el potencial de solicitantes de ingreso al Registro de

Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente. Para ambas hipótesis

(despojo y abandono) se proyecta que el potencial de eventos de restitución

serían del orden de los 360.000 casos para la vigencia de ley (es decir 10 años a

partir del 2012). Según las cifras entregadas por la Unidad de Restitución de

tierras, se han recibido 39.399 reclamaciones por 2.706.121 hectáreas, según la

Oficina de Tecnologías e Informaciones de la Unidad de Restitución de Tierras al

15 de mayo de 2013.

Sobre la anterior base de solicitudes, la URT entrega el siguiente consolidado

discriminado por el actor causante del abandono o despojo de las tierras.

18

Actor del Abandono

o Despojo

Número de Solicitudes de

Ingreso al Registro

Porcentaje de

Participación

Guerrilla 14.282 36,25

Paramilitar 12.789 32,46

Bacrim 343 0,87

Testaferros y otros 11.985 30,42

TOTAL 39399 100%

* Fuente: UAGRT, Informe de mayo 2013.

El conflicto por las tierras en Colombia puede considerarse el motor de la lucha

entre grupos armados al margen de la Ley, en el que tanto guerrillas como

paramilitares se han apropiado de terrenos, según los testimonios de las mismas

víctimas que hoy reclaman sus predios. La política de restitución de tierras

consolida la presencia del Estado en el campo, enfrentando los factores que han

generado el despojo y el abandono forzado de las tierras. La restitución es una

lucha contra la ilegalidad, y por esto se han adoptado medidas tendientes a

garantizar la integridad de los legítimos reclamantes antes y después del proceso

de restitución.

Al investigar sobre la incidencia de los grupos armados en el desplazamiento y

despojo en Colombia, Amnistía Internacional realiza una reflexión al respecto:

El gobierno se niega a reconocer que en Colombia siguen operando grupos

paramilitares, a menudo en estrecha convivencia con las fuerzas de seguridad. En

su lugar, el gobierno hace alusión a la actividad de “bandas criminales” (conocidas

con el acrónimo BACRIM). En 2009, los paramilitares fueron responsables de la

mayor parte de desplazamientos con autor identificado, un 32,9 por ciento. A este

respecto, las cifras correspondientes a otras partes del conflicto son de un 26,8 por

ciento para la guerrilla y de un 1,4 por ciento para miembros del ejército.

La Dirección Jurídica de la Unidad de Restitución de tierras destaca que en los

últimos 9 meses se han interpuesto 1.458 demandas ante 39 jueces y 15

magistrados especializados. Cerca de 300 familias campesinas ya recuperaron

sus tierras al amparo de la política de restitución. En total se han restituido, por

sentencias proferidas por la justicia agraria, más de 12 mil hectáreas abandonadas

o arrebatadas por la guerrilla, los paramilitares y otras organizaciones criminales.

Entre los casos más emblemáticos figura la recuperación de tierras apropiadas en

Córdoba por el ‘Clan Castaño’; los predios restituidos a familias campesinas de

19

Ataco, Tolima, que habían obligado a su abandono las FARC y una importante

extensión de tierra en el Meta que había caído en manos de los narcotraficantes.

La institucionalidad ha permitido llegar a 832 municipios de los 32 departamentos

del país, la mayoría de las zonas de impacto del conflicto armado ya están siendo

intervenidas. Antioquia es la región del país con el mayor número de municipios,

125, en donde se han recibido solicitudes de restitución de tierras. Le siguen

Cundinamarca, Santander, Nariño, Tolima, Cauca y Valle del Cauca. 14

La ley 1448 de 2011 señala estrictamente las condiciones y parámetros sobre los

cuales tendrá lugar la restitución de tierras:

Las víctimas del despojo y las que hubieren abandonado sus predios

forzadamente, tendrán acceso a medidas especiales de restitución de tierras,

siempre y cuando dicho despojo o abandono hubiera ocurrido con posterioridad al

1º de enero de 1991. La restitución se realizará mediante un proceso judicial

expedito, en donde la carga probatoria estará en cabeza del presunto despojador;

es decir, será el victimario el que deberá demostrar que adquirió el predio de

buena fe, y no se le pedirá a la víctima que compruebe el despojo. (Ley 1448 de

2011)

Al consultar el atlas de la distribución de la propiedad rural en Colombia se

destaca:

En términos de los análisis de índices de concentración de la tierra, distintas

fuentes revisadas en esta sinopsis histórica coinciden en afirmar que las

tendencias a la concentración de la propiedad se han agudizado tanto en el ámbito

nacional como en el departamental y regional a nivel departamental.

En términos regionales algunos de los trabajos mencionados estiman que, luego

de precisar el comportamiento del índice GINI, la mayor concentración se ha

presentado en la Costa Atlántica y Occidente del país, en especial en los

departamentos de Quindío, Norte de Santander y Valle del Cauca.

A continuación y a manera de resumen estadístico una visión histórica agrupada

de los distintos cálculos del Gini. (Atlas de la Distribución de la Propiedad Rural en

Colombia: 71)

14

Oficina de Tecnologías e informaciones, UAEGRTD 15 de mayo de 2013

20

Es valioso destacar que la implementación de la restitución de tierras en medio del

conflicto es una acción que sólo se ha llevado a cabo en Colombia, pues el resto

de experiencias mundiales muestran que la restitución se desarrolla en escenarios

donde ha finalizado el conflicto. El Director General de la Unidad de Restitución

de Tierras, Ricardo Sabogal, sostiene que:

(…) en países que han superado el conflicto armado la restitución de tierras ha

tenido lugar en escenarios de post conflicto caracterizados por la desmovilización y

dejación de armas de los grupos que generaron la victimización. En Colombia,

todavía hay grupos armados ilegales responsables de haber despojado a la

población y por esto consideramos necesaria y prioritaria la formulación de una

política asertiva de comunicaciones.

Por lo anterior, es importante anotar que en gran parte del territorio colombiano se

sufren las consecuencias del conflicto armado y que las víctimas del mismo

21

ascienden a más de 6 millones de colombianos. Es evidente que la sociedad rural

colombiana y, en especial los campesinos víctimas del conflicto, carecen de un

modelo de comunicación pedagógica y a la vez actual que aporte a la búsqueda

de la reparación y reinserción a la vida en el campo. La comunicación en este

contexto es un aspecto estratégico para la sostenibilidad del proceso de restitución

de tierras y factor determinante para la formulación de escenarios favorables.

6.4 El desplazamiento forzado por la violencia en Colombia

Debes Recordar: Es desplazada toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro

del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas

habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han

sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de

las siguientes situaciones: conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores,

violencia generalizada, violaciones masivas de los derechos humanos, infracciones al

derecho internacional humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones

anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público”. Artículo 1º de la

ley 387 de 1997.

Colombia es uno de los países del mundo, cuya situación de conflicto

interno ha generado un desplazamiento forzado de población de grandes

magnitudes. Es el único país del hemisferio occidental que ha sufrido de este

flagelo, y el desplazamiento hoy, sigue siendo el problema más grave en

Colombia.

La gravedad del problema se fundamenta en el alto número de personas

afectadas y en la larga duración del conflicto en que se origina el fenómeno. Tan

sólo hasta 2010, Acción Social sostenía en su informe de ese año que, de acuerdo

con el Registro Único de Población Desplazada (RUPD), en Colombia 774.494

hogares (3.389.986 personas), han sido expulsados de 1.115 municipios y

corregimientos departamentales, como consecuencia de las circunstancias

descritas en el artículo primero de la Ley 387/97; es decir, que el 7,3% de la

población colombiana se ha reconocido como desplazada forzadamente.

22

*Fuente: RUPD- Acción Social Actualización a 31 de marzo de 2010

Procesado: Observatorio Nacional del Desplazamiento Forzado

*ND. Se incluyen Datos de desplazamiento desde 1952 hasta 1996

La historia del país está plagada de conflictos sobre la tierra que ha dado

lugar a desplazamientos forzados de grandes magnitudes, desde los ocurridos a

fines del siglo XIX en la llamada guerra de los mil días, siguiendo por la violencia

política que se disparó con el homicidio de Jorge Eliecer Gaitán entre los

seguidores de los partidos liberal y conservador que duraría hasta 1966; esto

habría causado el desplazamiento de más de 2 millones de personas, hasta el

conflicto armado, que persiste en continuar actualmente, cuyo origen se planteó

en el numeral anterior y que ha generado casi 5 millones de personas

desplazadas.

Un primer suceso que marcó el inicio de la actual confrontación armada que

vive el país fue la toma a Marquetalia el 13 de Mayo de 1964, en el que se realizó

todo un despliegue militar para lo toma del lugar. La presencia del Estado se dio

con los altos mandos militares en la ceremonia de izada de banderas, pero luego

el Estado se retiró y, mientras tanto la guerrilla se propagó.

Pero tal como se desprende de la gráfica, la mayor gravedad del

fenómeno del desplazamiento se dio a finales de los años 90 y el año 2002, época

23

en que las agrupaciones Ilegales, asociadas al negocio del narcotráfico, estaban

en su mayor momento de auge. Los enfrentamientos entre el paramilitarismo y los

grupos de guerrillas, especialmente FARC y ELN, fortalecidos todos con los

dineros provenientes del narcotráfico, generaron los peores efectos de la

población rural entre los años 2001 y 2002, cuando la lucha por el dominio

territorial y la apropiación de tierras para la producción, transformación y rutas de

salida de narcóticos hacia el extranjero, se convirtieron en las principales

actividades de estos grupos ilegales.

El Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y

Reconciliación estableció un registro de 2.505 masacres ocurridas entre 1982 y

2007, con un saldo de 14.660 víctimas, perpetuadas por los paramilitares. En el

periodo entre comprendido entre 1985- 1994, el mayor actor del desplazamiento

fue la guerrilla con 32%, ya en el periodo entre 1995 – 1997 el principal actor del

desplazamiento fueron los paramilitares con un 40.6%.15

Según acción social, después del año 2002, el número de personas desplazadas

masivamente fue disminuyendo paulatinamente hasta alcanzar una reducción del

90% en 2009.16

Ahora bien, en cuanto a su forma de evolución, el abordaje gubernamental del

desplazamiento, lo divide entre expulsión masiva y desplazamiento individual. La

primera, tiene su auge principal hasta el año 2002 y luego indica una importante

reducción a través de los años siguientes. Es el desplazamiento producido por

masacres y dirigidos contra comunidades enteras con el objeto de crear zonas de

dominio territorial, especialmente para el manejo político y el dominio de las rutas

del narcotráfico.

Contrasta con ello la tendencia del desplazamiento individual, que tiende

acrecentarse justamente entre los años 2003 y 2008, sin que haya una verdadera

reducción por lo menos hasta el año 2009. El desplazamiento individual, se

produce por fenómenos distintos que se avecinan más al interés de explotación

económica de los predios.

Lo cierto es que el desplazamiento forzado en Colombia es uno de los fenómenos

criminales con mayor número de víctimas, que afecta no solamente a quienes son

objeto del delito, sino que atacan al entramado social puesto que destruyen

comunidades enteras, pero además tienen incidencia en las relaciones

socioeconómicas de los lugares en los cuales los desplazados arriban. Los

factores de discriminación, vulnerabilidad y pobreza que rodean al desplazamiento

15

Gobierno Nacional, documento CONPES 2009, consultado en mayo de 2013. 16

Acción Social, Desplazamiento forzado en Colombia, informe 2010. Pág. 10

24

forzado, hacen que las víctimas de dicho delito no pueden acceder a las

condiciones mínimas para gozar efectivamente sus derechos.

La dimensión del desplazamiento no se limita únicamente a los efectos respecto

de las personas desplazadas, sino al daño generado a la sociedad nacional en

todo su conjunto. El desplazamiento forzado que vivió Colombia de forma tan

abrupta durante tantos y tantos años, deja una huella honda, no sólo en su

territorio que hoy es objeto de explotación de macro cultivos enormes terrenos,

sino y sobre todo, en la sociedad campesina, cuyas costumbres, tradiciones y

cultura así como su forma de vida fue desapareciendo poco a poco, dejando en

cambio una historia de violencia, desarraigo y miseria.

Frente a tan grave situación, el Estado tiene la obligación de actuar para mitigar

los daños ocasionados con el conflicto. En Colombia, la constitución de 1991

concibe todos los ciudadanos como personas sujetos de derechos y garantías,

frente a los cuales el estado tiene la obligación de respeto y protección. Ello

implica, que el estado colombiano en virtud de los principios que lo rigen no puede

desconocer a las víctimas del desplazamiento y por el contrario, debe adecuar

toda su estructura para responder eficientemente sus necesidades en tanto que

ciudadanos y ciudadanas que deben gozar efectivamente sus derechos.

6.4.1. El desplazamiento en el lenguaje oficial:

La primera vez que se reconoce oficialmente el desplazamiento forzado fue en el

discurso presentado por el Gobierno nacional con ocasión del Día Nacional de los

Derechos Humanos, el 9 de septiembre de 1994. A partir de ese día, se empezó a

caracterizar este fenómeno y colocarlo en la agenda de las políticas públicas del

gobierno Nacional, especialmente en los Planes Nacionales de Desarrollo.

En esta dinámica, y a sabiendas de la dimensión del problema, se promulgó la ley

387 de 1997, con la cual el gobierno nacional reconocía la dimensión del

fenómeno del desplazamiento forzado, asumiendo frente a las víctimas una

posición de garante de derechos.

Además de la expedición de la ley 387 de 1997, el Gobierno Nacional desarrolló

una serie de instrumentos de política estatal para hacer frente a la problemática

del desplazamiento, los cuales se materializan con la emisión de varios decretos,

entre ellos, el 250 de 2005, o Plan Nacional de Atención Integral a la población

Desplazada.

25

Sin embargo, la magnitud del fenómeno del desplazamiento forzado, que

justamente se incrementó luego de promulgada la ley 387, dio como resultado la

acumulación masiva de procesos, que terminó colapsando al sistema nacional de

atención integral a la población desplazada, lo que se reflejó en la utilización

sistemática de la acción de tutela, prácticamente como un requisito adicional para

poder acceder a los beneficios de la ley.

El resultado de la utilización masiva de la acción de tutela, fue que los jueces

dieron órdenes inmediatas, pero la administración no tenía la capacidad de

ejecutarlas, lo cual hizo visible un problema estructural del Estado, para la

atención de las víctimas del desplazamiento forzado en Colombia. Fue así como la

Corte Constitucional, en la Sentencia T- 025 de 2004, identificó la incapacidad del

estado para responder a las necesidades de las personas en situación de

desplazamiento forzado, y en ese orden, declaró la existencia de un estado de

cosas inconstitucionales, en materia desplazamiento forzado en Colombia.

La declaratoria de la Corte Constitucional, invitada por una parte la constatación

de una falla estructural en el Estado: una serie de problemas burocráticos y falta

de coordinación institucional, hacían que el aparato estatal no pudiera responder

con eficiencia a las demandas de una población que necesitaba respuesta urgente

por una situación de extremada gravedad. Esa circunstancia, se reflejaba en el

elevadísimo número de acciones de tutela presentados por los ciudadanos como

único medio para acceder a los beneficios que, según la ley, le correspondían por

derecho propio.

La declaratoria del estado de cosas inconstitucional en materia desplazamiento

forzado en Colombia, implicaba que la corte constitucional puede tomar una serie

de decisiones a través de Autos, con los cuales está en capacidad de dirigir y

controlar la forma en que el Estado responde a las necesidades de la población

desplazada, con el objeto de garantizar la eficiencia de las medidas, y al mismo

tiempo, generar ciertos criterios válidos respecto de las obligaciones del Estado

frente a las obligaciones de garantía y respeto efectivo de los derechos de los

colombianos y colombianas.

26

Así, según Acción Social, para garantizar el goce efectivo de los derechos de la

población en situación de desplazamiento forzado y dar cumplimiento a la

Sentencia T-025 de 2004 y los Autos subsiguientes de la Corte Constitucional, el

Gobierno Nacional ha adelantado acciones tendientes a fortalecer la capacidad del

Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada –SNAIPD- con

el fin de articular e integrar todos los esfuerzos del Estado, bajo los principios de

economía, eficacia y eficiencia con miras a una atención oportuna de la población

desplazada.

Los ejes que articulan la política pública en materia de atención integral a la

población desplazada, eran tres, el primero el eje de prevención y protección para

el cual se definieron tres momentos para prevenir el desplazamiento o mitigar sus

efectos: en primer lugar la "prevención temprana", cuyo objeto principal era

identificar los factores de riesgo, para evitar el desplazamiento. En segundo lugar

la prevención urgente, que actuaba dirigiéndose a territorios que habían sido

objeto de ataques y cuya finalidad era prevenir específicamente desplazamiento

forzado como respuesta a dichos ataques. Finalmente, las garantías de no

repetición, que implicaban obviamente una participación activa del Estado en

materia de protección del territorio y de los ciudadanos.

El segundo eje de la política pública es el de atención integral, que obedecía a los

lineamientos de garantizar un mínimo de subsistencia, el principio de

complementariedad y subsidiaridad, el enfoque diferencial, y la transición al

sistema de protección social del Estado. El objeto del componente de atención

integral, era el de suplir las necesidades básicas y urgentes de las víctimas del

desplazamiento forzado, ayudarles a estabilizar su situación y de ser posible

retornarlas a su lugar de origen o si ello no fuera posible reubicar sus hogares en

territorios similares a los de sus condiciones de vida originales, y al mismo tiempo,

ayudarles a una estabilización socioeconómica que permita lograr, como punto

final de objeto de toda esta política, el goce efectivo de sus derechos.

Parte importante de la atención integral, la componen los elementos de retornos y

reubicaciones, cuyos efectos fueron una meta principal del gobierno. Como explica

acción social informe del año 2010:

Las anteriores políticas sectoriales se desarrollan en el marco de los retornos y

reubicaciones, los cuales se realizan con base en el Protocolo de Retornos y los

27

principios de Voluntad, Seguridad y Dignidad. El proceso de retorno como cimiento

del restablecimiento de la población desplazada contempla los siguientes

componentes: Habitabilidad, Tierras, Salud, Educación y uso del tiempo libre, Vías

y Comunicaciones, Acceso de la Población al Aparato Judicial, Servicios Básicos,

Seguridad Alimentaria, Ingresos y Trabajo, Acompañamiento Humanitario,

Programas Dirigidos a Niños, Niñas y Adolescentes, Adultos Mayores, mujeres y

población discapacitada, Organización Social y Atención Psicosocial. En la

actualidad, en el marco de la estrategia de Retornar es Vivir se priorizaron en una

primera fase, 28 retornos, en 204 veredas, donde 8.357 hogares (36.053

personas) están siendo acompañadas integralmente por el Estado en su proceso

de restablecimiento; en una segunda fase, que se desarrollará durante 2010, se

priorizaron 86 retornos de 21.480 hogares (85.476 personas) Adicionalmente, se

inició el acompañamiento del Estado para propiciar el retorno o reubicación de la

población víctima de las masacres de Pueblo Bello, Ituango y Mapiripán, en

cumplimiento a las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El tercer eje de la política lo compone la verdad justicia y reparación integral. Los

lineamientos de esta política se desarrollaron a través del Plan Nacional de

Reparación Integral para la población en situación de desplazamiento, bajo cuatro

puntos estratégicos: derecho a la verdad, derecho a la justicia, derecho a la

reparación y garantías de no repetición; todos ellos orientados con seis ejes

transversales que son el enfoque diferencial, la coordinación interinstitucional, la

atención psicosocial, la gestión de la información, la rendición de cuentas y

finalmente la participación.

6.4.2. Zonas de desplazamiento en Colombia

El desplazamiento en Colombia, es decir el traslado de poblaciones en el territorio

nacional como resultado directo del conflicto armado, está íntimamente ligado con

el tema de las tierras. En su gran mayoría, las personas desplazadas del país son

campesinos, que deben abandonar sus parcelas porque un grupo armado las

reclama para sí, o para otros.

En ese sentido, la motivación principal del desplazamiento forzado es la

explotación de los recursos agrícolas y mineros, que obviamente están ligados a la

28

tierra. Ello implica que la afectación por el desplazamiento producido por el

despojo a los campesinos, no sólo afecta su propiedad sino todo su proyecto de

vida, puesto que afecta su modus vivendi y sus formas de producción y

sostenimiento.

Según Martha Nubia Bello, Profesora Asociada del Departamento de Trabajo

Social - Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia,

el mapa del desplazamiento forzado en Colombia señala claramente que las

zonas de donde más se expulsan colombianos de manera violenta, son aquellas

que revierten valor estratégico especialmente en las que se ubican

megaproyectos. Algunos de estos son:17

El canal seco Atlántico-Pacífico, las interconexiones con el ferrocarril

Medellín Buenaventura y las carreteras del Pacífico a Medellín y

Pereira.

La carretera Urabá-Maracaibo.

La intercomunicación Río de la Plata-Amazonas-Napo-Putumayo-

Tumaco que comunicaría a Tumaco con Manaos y Belén del Pará

conectando las costas Pacífica y Atlántica.

La hidroeléctrica de Ituango en el nudo de Paramillo.

La troncal del Llano que se uniría con la carretera Marginal de la

Selva para comunicar por tierra las fronteras venezolana y

ecuatoriana.

En el Magdalena Medio: troncal del Magdalena, Troncal de la paz,

zona franca industrial fluvial-tecnológica y ambiental y un puente

entre Barranca y Yondó.

Sumándole a esto, la profesora Bello antes citada, agrega que “aquellos territorios

ricos en recursos minerales y energéticos (oro, esmeraldas, petróleo, carbón, etc.),

son escenarios que convocan diversos intereses y que se convierten inicialmente

17

Bello, Martha Nubia. El desplazamiento forzado en Colombia: acumulación de capital y exclusión social.

[En línea] Disponible en :

http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/humanas/2004945/docs_curso/descargas/1ra%20sesion/Basica/Martha

%20Bello.pdf [consultado en mayo de 2013].

29

en zonas de disputa y luego en territorio de dominio del ejército que haya logrado

imponerse”18

Siendo ello así, no sólo se genera una traslación de los dueños de la tierra, sino

un cambio de la dedicación de las tierras, que pasan de estar dedicadas a

pequeños cultivos con rotación intensiva y variedad de productos, a monocultivos

industriales, muchos de ellos dedicados a productos no alimenticios como la

palma de africana, cuyo manejo y cultivo no puede ser llevado a cabo por

pequeños campesinos, sino que requieren infraestructura de nivel industrial. Ello

cambia por ende el efecto sobre el entorno, e imposibilita a los campesinos

continuar con sus formas de cultivo de subsistencia.

Evidentemente, como se analiza en la gráfica siguiente, las tierras se clasifican por

los actores del conflicto según sus recursos y su proximidad a las rutas de salida

de los productos (legales o ilegales) de tal forma que a mayor productividad,

mayor interés para los alzados en armas y en consecuencia mayor riesgo de

desplazamiento forzado como efecto del despojo.

18

Íbidem Pág. 4

30

*Fuente: Mapa de Minería, petróleo y violación de DDHH en Colombia (10 de octubre de 2011)

Disponible en : http://encuentromegaproyectosymineria.blogspot.com/2011/10/mapa-de-mineria-

petroleo-y-violacion-de.html. Consultada en mayo de 2013.

31

En este mismo sentido, Acción Social, en su informe 2010, explicaba cómo entre

1998 y 2002 la expulsión masiva de personas se concentró en los departamentos

de Antioquia (98.569personas), Chocó (41.586 personas), Magdalena (41.552

personas), Bolívar (35.687 personas) y Córdoba (17.852 personas), mientras que

en el período 2003 – 2009 se concentró en los departamentos de Nariño (38.958),

Antioquia (28.604), Chocó (25.112), Valle del Cauca (21.212) y Caldas (13.621).

En contraste con la tendencia del desplazamiento masivo, el de carácter individual

tiende a aumentar. Entre los años 1998 y 2002 este tipo de desplazamiento tiene

un crecimiento de 527%; entre 2002 y 2003 disminuye en 42%, mientras que entre

2003 y 2008 vuelve a aumentar en 44%. Para 2009, vuelve a presentar una

disminución correspondiente al 55%. En total, 2.762.373 han sido incluidas

individualmente como desplazadas en el registro, esto quiere decir que el 82% de

la población desplazada registrada en el RUPD ha declarado individualmente. Los

departamentos más expulsores en esta modalidad fueron Antioquia (406.102

personas), Bolívar (241.349), Magdalena (208.572), Cesar (163.426), Caquetá

(153.128), Tolima (152.660) y Putumayo (126.316).

6.4.3. Injerencia de los gremios en el desplazamiento

En los departamentos de la Costa Atlántica ha primado la utilización de las tierras

despojadas a los campesinos para el uso de la ganadería extensiva, pero también

para instalación de megaproyectos; por ejemplo, la zona de María La Baja y el

Guamo. Esta situación también se ha generado en departamentos como Chocó,

en donde los paramilitares se han asociado con empresarios para llevar a cabo

proyectos productivos de cultivos como la palma de cera en territorios colectivos, o

para la explotación maderera y minera.19

19

Reyes Posada, Alejandro. Guerreros y campesinos. El despojo de la tierra en Colombia.

Norma: Bogotá. Colombia. 2009. 392p

[En línea] Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0124-

05792010000200012&script=sci_arttext. Consultada en mayo de 2013.

32

En cuanto a los palmicultores, la palma aceitera llegó a Colombia en manos de

grandes propietarios que se aprovecharon de la tierra acumulada en regiones

como el Magdalena Medio, después del gran desplazamiento de campesinos que

causó la violencia de 1946 a 1958. Las empresas de palma, de las cuales la

principal era Industrial Agraria La Palma, Indupalma, de la familia Gutt, impusieron

la súper explotación de los trabajadores. Los sindicatos lograron dar las primeas

peleas por sus derechos y la respuesta fue la represión, la ilegalización de las

huelgas y los consejos de guerra contra los dirigentes.20

Según Mondragón (2009):

“Las empresas de todo el mundo prefieren ahora cultivar en tierras ajenas,

lo que les permite evadir impuestos prediales y establecer supuestas

“alianzas estratégicas” o “asociaciones productivas” con los campesinos e

indígenas que entregan la tierra, de modo que además de darles sus tierras

les den su mano de obra sin contrato de trabajo, como supuestos “socios”.

La mayoría de los trabajadores dejó los sindicatos y tuvo que conformar

“cooperativas de trabajo asociado”, establecidas, como en el caso del

azúcar, para desconocer el contrato laboral, aparentando un contrato entre

la empresa y la cooperativa. La empresa ya no paga la seguridad social de

los trabajadores, quienes deben buscarla en los sistemas públicos de

asistencia a la población pobre como el SISBÉN de Colombia y quedan sin

cesantías ni jubilaciones.21

Sumado a esto, y según las tesis del mismo autor, el desplazamiento de la

población por parte de los gremios del país, llámese ganaderos, palmicultores,

etc., imitan el modelo de la mafia calabresa, de Italia, que consiste en:

La coacción armada para que los pequeños propietarios vendan tierras en zonas

que se van a valorizar, la apropiación de los subsidios de la Comunidad Europea,

en especial los entregados a los productores de oliva y aceite de oliva, y la

apropiación de áreas para cultivos ilegales o de los cultivos ilegales (Frank Furet,

20

Mondragón, Héctor. Triste historia y triste futuro del negocio de la palma aceitera. En GRAIN 24 julio

2009 | Biodiversidad - Jul 2009 Disponible en: http://www.grain.org/es/article/entries/1246-triste-historia-y-

triste-futuro-del-negocio-de-la-palma-aceitera. Consultado en mayo de 2013. 21

Ibídem.

33

“La ’Ndrangheta”, Banc Public 126, Bruselas, enero de 2004). (…) En el modelo

agrícola de la mafia calabresa, al despojo de tierras valorizables se agrega el

apoderamiento de los subsidios agrícolas de la Unión Europea y en especial los

destinados a los olivares. 22

Así entonces, la participación de grandes empresas de explotación de recursos

agrícolas y mineros se han convertido en los beneficiarios directos e indirectos del

desplazamiento forzado, en tanto la tierra, que antes estaba dedicada a

explotaciones minifundistas, hoy, en razón del conflicto armado y los intereses de

las empresas agrícolas y mineras, se concentra en grandes macro cultivos en que

los campesinos no tienen lugar.

El desplazamiento forzado así analizado tiene diversas causas y son distintos y

múltiples los agentes que han incidido para que el problema se convierta en lo que

hoy en día es, un problema estructural de enormes magnitudes que afecta a más

del 10 por ciento de la población nacional y frente al cual la respuesta estatal, por

bien intencionada que sea, nunca será suficiente para remediar los efectos.

22

Ibídem

34

7. Conclusiones

Desde sus orígenes, la repartición de la tierra en Colombia generó una gran

concentración en mano de unos pocos aristócratas y gobernantes, familias que

poco a poco se van a constituir en los terratenientes y poderosos del país, dejando

por fuera de los círculos de propiedad a aquellas personas cuya labor principal es

el trabajo de la tierra. Estas diferencias, rápidamente van a generar una reacción

por parte de quienes no tienen acceso a la propiedad, o por quienes representan

una ideología para la cual no es compatible esa concentración de la tierra en

manos de unos pocos que no la utiliza.

Estas circunstancias dieron origen al conflicto armado en Colombia y con el pasar

de los años, la lucha por la redistribución de la tierra, se va a convertir en una

lucha por la tierra misma, por el dominio de territorios tanto a nivel político como

económico, especialmente cuando la tierra se convierte en la materia prima para

la producción y el tráfico de narcóticos. El advenimiento del narcotráfico como

fuente principal de financiación del conflicto armado en Colombia, dio como

resultado inevitable, que los grupos armados empezaron a luchar por la

apropiación de territorios, lo cual implicó también, que los campesinos y en

general las personas que habitaban dichos territorios o que eran dueños de ellos,

tuvieran que salir de sus tierras despojados y desplazados, causando uno de los

fenómenos más graves que ha sufrido el país en toda su historia.

La situación del desplazamiento forzado en Colombia, tal como se identificó por la

corte constitucional en el año 2004, no solamente tiene enormes proporciones por

la cantidad de personas desplazadas que en aquel tiempo se contabilizaban

superiores a los 3 millones, sino que sus efectos superan incluso a las personas

directamente desplazadas e implican una verdadera transformación de la

sociedad, tanto rural como urbana como resultado de la dedicación de las tierras a

macro cultivos, y la desaparición de ciertas formas de culturas campesinas, que se

habían desarrollado durante décadas, y que al igual de ciertas costumbres

ancestrales de comunidades indígenas y afro descendientes, hoy están extintas

como resultado del desplazamiento.

35

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