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Decretos de la Segunda Acción del Tercer Concilio Limense de 1582- 1583 El Tercer Concilio Limense es una compilación de los decretos emanados del santo Concilio Provincial al que hace referencia su nombre, y que fue celebrado en la ciudad de los Reyes del Perú (Lima) entre los años 1582 y 1583. Se trabaja en esta ocasión la edición conmemorativa del IV Centenario de su celebración, publicado por la Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima en 1982. Más precisamente, nos enfocaremos en los decretos que se publican en la Segunda Acción contenida en este documento. Dentro de la bibliografía que nos puede aproximar al estudio de la fuente podemos encontrar: - Tineo, Primitivo. Los Concilios Limenses en la Evangelización Latinoamericana. Ediciones universidad de Navarra, S.A. Pamplona, 1990. Este texto nos ofrece una visión histórica del proceso en que se llevaron a cabo los concilios limenses hasta llegar al sínodo trabajado, a la luz tanto de procesos históricos paralelos como el Concilio de Trento como otras fuentes de influencia en los mismos, como las Instrucciones Reales y la Junta de 1568. - Duve , Thomas. El concilio como instancia de autorización: La ordenación sacerdotal de mestizos ante el Tercer Concilio Limense (1582/83) y la comunicación sobre Derecho durante la monarquía española. En esta obra podemos encontrar algunos lineamientos básicos en torno a conceptos como el de concilio, la manera en que se

Tercer Concilio Limense

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Decretos de la Segunda Acción del Tercer Concilio Limense de 1582-1583

El Tercer Concilio Limense es una compilación de los decretos emanados del santo

Concilio Provincial al que hace referencia su nombre, y que fue celebrado en la ciudad de

los Reyes del Perú (Lima) entre los años 1582 y 1583. Se trabaja en esta ocasión la

edición conmemorativa del IV Centenario de su celebración, publicado por la Facultad

Pontificia y Civil de Teología de Lima en 1982. Más precisamente, nos enfocaremos en

los decretos que se publican en la Segunda Acción contenida en este documento.

Dentro de la bibliografía que nos puede aproximar al estudio de la fuente podemos

encontrar:

- Tineo, Primitivo. Los Concilios Limenses en la Evangelización Latinoamericana.

Ediciones universidad de Navarra, S.A. Pamplona, 1990.

Este texto nos ofrece una visión histórica del proceso en que se llevaron a cabo los

concilios limenses hasta llegar al sínodo trabajado, a la luz tanto de procesos históricos

paralelos como el Concilio de Trento como otras fuentes de influencia en los mismos,

como las Instrucciones Reales y la Junta de 1568.

- Duve , Thomas. El concilio como instancia de autorización: La ordenación sacerdotal de

mestizos ante el Tercer Concilio Limense (1582/83) y la comunicación sobre Derecho

durante la monarquía española.

En esta obra podemos encontrar algunos lineamientos básicos en torno a conceptos

como el de concilio, la manera en que se entiende éste bajo los principios del derecho

canónico y algunas implicancias que tuvo el sínodo trabajado en este informe.

- López Sarrelangue, Delfina E. Mestizaje y catolicismo en la Nueva España. El Colegio de

México, Centro de Estudios Históricos. 2012

Este artículo nos acerca a una visión general sobre las posturas que adoptó la Iglesia ante

su misión evangelizadora en medio de los desafíos del Nuevo Mundo, incluyendo algunos

lineamientos sobre la condición de los indígenas en el encuentro con la cultura cristiana,

elementos presentes en el documento trabajado.

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- Lisi, Francesco Leonardo. El Tercer Concilio Limense y la Aculturación de los Indígenas

Sudamericanos . Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1990.

Este texto explica que la inclusión de las culturas americanas a las esferas de poder

europeo fue producto de una aniquilación sistemática y planificada de la autoconciencia

indígena. El Concilio y la Acción que se estudian representan parte de aquella

planificación, desde el punto de vista del carácter institucional que adquieren las

decisiones tomadas en él y el impacto que estas tienen a nivel lingüístico-cultural.

- Todorov, Tzvetan, La Conquista de América: el problema del otro. Buenos Aires,

Editorial Siglo Veintiuno, 2003.

La aparición de las nuevas gentes al otro lado del Océano Atlántico se presentó como una

oportunidad de continuar expandiendo lo que los españoles consideraron como la legítima

dominación cristiana frente al dominio del mundo infiel, lo que en palabras de Todorov

podríamos clasificar como un asimilacionalismo, fenómeno que implica proyectar los

valores propios en las conductas de otros, y que se puede identificar en el documento

trabajado en el hecho de que impusieran, entre otras dimensiones culturales, su religión.

En tanto fuente histórica, la Segunda Acción del Tercer Concilio Limense tiene una

naturaleza jurídico-canónica en la medida que es un cuerpo de decretos emanados de

una asamblea legitimada por el rey Felipe II, quien ordenó su celebración en virtud de los

privilegios del Real Patronato de Indias concedido por los Papas a los Reyes Católicos de

España.

Entre las circunstancias que rodean la producción de este documento tenemos que en

Italia se había celebrando el Concilio de Trento desde 1545 hasta 1563, lo que implicó un

conjunto de reformas tanto de doctrina como de organización eclesiástica, con un carácter

ecuménico, lo que implica que irradia su autoridad sobre todos los cuerpos legales de las

iglesias católicas. Es así como el los decretos de la Segunda Acción se cuadran con este

antecedente, constituyendo un intento de adaptar al Nuevo Mundo la disciplina del gran

concilio ecuménico en el contexto de un concilio provincial, en este caso, para el virreinato

del Perú. Es necesario destacar que anteriormente se habían celebrado otros dos

concilios provinciales Limenses, los que también entraban en esta lógica, y que fueron

reconocidos por esta tercera asamblea.

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Fue redactada en Lima, y en tanto se trata de documentos eclesiásticos oficiales era de

rigor publicarlos en lengua latina, aunque la versión trabajada se encuentra traducida al

castellano. Pertenece al Tercer Concilio Limense, recopilación que además contiene

cuatro Acciones más.

En cuanto al autor podemos mencionar que si bien el Concilio fue convocado por el

arzobispo Toribio de Mogrovejo, los capítulos y acciones emanadas en el documento

fueron el resultado de asambleas en las que participaron personas de diferentes lugares

del virreinato y de diferentes categorías, pues participaron incluso laicos. Natural de

Valladolid, Toribio de Mogrovejo fue el segundo arzobispo de Lima, nombrado como tal en

1579 por Gregorio XIII.

La intencionalidad del texto es la de dar una nueva organización a la Iglesia en su ámbito

particular de acción, además de reorientar la doctrina a la luz de las reformas tridentinas

que las irradiaban con su influencia, pero siempre adecuando sus disposiciones a su

contexto particular, el que se caracterizaba por una gran diversidad cultural y geográfica.

Además, iba dirigido tanto a españoles (clérigos y laicos) como a los mestizos e indígenas

recientemente convertidos, con la idea de que al adecuar el carácter de las misiones a

sus realidades culturales, el proceso de aceptación de la nueva fe sería menos violento,

resguardando además a estos últimos de los abusos por parte de los peninsulares. En

esta senda, presenta sesgos en cuanto a que no participan en la constitución del

documento una parte de los destinatarios, en este caso, los indígenas, por lo que sólo una

visión es plasmada en los capítulos que finalmente imponen su autoridad sobre toda la

población cristiana americana.

Éste sínodo se realiza en Perú entre los años 1582 y 1583, marcando lo que Francesco

Lisi reconoce como el fin de la Conquista e inicio de la hegemonía europea, debido a que

la naturaleza de este encuentro implica que tiene fuerza de ley para toda la cristiandad de

la provincia que le corresponde. Fue organizado por el arzobispo metropolitano Toribio de

Mogrovejo y sus participantes venían de lugares como Santiago de Chile, la Plata,

Tucumán y Quito. Uno de los primeros actos que se dan en el Concilio es el de reconocer

el Concilio Provincial celebrado en 1567 en la ciudad de los Reyes, anterior al mismo, y

con ello, un cúmulo de experiencias como base para partir.

Cada reunión que se realizó se llamó “acción”, y a cada acuerdo, “capítulo”. La primera

acción en verdad corresponde a la “Relación”, un documento donde se explican las

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justificaciones al Concilio y es de carácter histórico en cuanto da a conocer otras

instancias similares y anteriores al sínodo en cuestión. En la Segunda Acción del Concilio

encontramos decretos sobre doctrina y sacramento, muchos de ellos enfocados a la

lengua de la evangelización

El tema principal de la Segunda Acción es el problema de la evangelización de los

indígenas, además de las demás personas que necesitaban atención pastoral en

América. Los primeros decretos recogen los temas esenciales de la doctrina y del

Catecismo a enseñar, además de las obligaciones pastorales de los doctrineros y las

cualidades que estos deben tener, prestando especial atención a la situación en

desventaja de los indígenas con respecto a los españoles.

Con respecto a la ordenación de sacerdotes, se consideró que los indígenas no fueran

ordenados sacerdotes en virtud de su condición de neófitos, o sea, recién convertidos al

cristianismo desde su primera condición de gentiles, o sea, paganos que no tenían

conocimiento anterior de la fe cristiana. En virtud de esta condición, se les veía como

menores de edad, por lo que se justificaban algunas de sus incursiones en faltas o

pecados, pero por lo mismo no se les permitía ejercer el sacerdocio.

Estas disposiciones tienen un sentido más bien práctico que radicalmente jurídico, pues

fueron pensadas para solucionar conflictos localizados y resistencias culturales propias de

la población objetivo (por ejemplo, que no se haga misa en casas particulares y que se dé

a los indios la extremaunción).

En otra senda, se toca muy a menudo en sus capítulos el problema de la lengua en la

que se debía evangelizar. Así, vemos que manda a que, por ejemplo, los indios aprendan

en su propia lengua las oraciones y doctrina y que los misioneros y clérigos en general

aprendan las mismas, para temas prácticos, como los de entender enteramente las

confesiones de la gente ruda, concepto con el cual se refieren en el contexto histórico del

documento a los indígenas en proceso de cristianización, a la gente bárbara y aún no

civilizada bajo los principios católicos.

A modo de proyección, una primera línea de estudios sugerida sería el investigar en torno

a las formas de organización eclesiásticas durante la época en que fue concebida la

fuente. Entendiendo que forma parte de los primeros pasos en la evangelización de

América, resulta ser significativo su estudio en la medida de que la evangelización es uno

de los pilares fundamentales a la hora de entender la Conquista, por lo que apreciar los

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procesos en que se configuraron en la nueva realidad americana nos puede resultar de

gran utilidad, sobre todo a la hora de comparar cómo han ido cambiando a lo largo del

tiempo, lo que nos da luces sobre cómo entendieron y asumieron los desafíos culturales y

geográficos quienes estuvieron a cargo de sistematizar esta tarea.

Una segunda aproximación que podemos proponer dice relación con el estudio de la

manera en que se trabaja el problema del uso de las lenguas nativas en el proceso de

evangelización. En este sentido, la fuente consultada nos ofrece un gran abanico de

expresiones en las que podemos apreciar una profunda conciencia de la diversidad por

parte de los concurrentes al sínodo, ya que sus conclusiones apuntan hacia una

estrategia de dominación no sólo espiritual, sino que también cultural. Al centrarnos en

cómo la lengua se utiliza como una herramienta de dominación, podemos ver que el

mundo indígena fue desde un comienzo trastocado desde las bases mismas de su

cultura, pues es a través de la lengua que los pueblos conceptualizan y entienden su

entorno. Parece significativo el estudio de estas estrategias, pues la imposición nuevas

ideas desde esta forma de transmisión cultural inició un proceso de transformación

histórica de las formas culturales que hasta entonces había conocido el Nuevo Mundo.

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Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Facultad de Filosofía y Educación

Instituto de Historia

Trabajo sobre Fuentes:

Segunda Acción del Tercer Concilio

Limense, 1582-1583

Nombre: Miguel Ángel Barrios Labbé

Cátedra: América Colonial

Profesora: María Ximena Urbina

Ayudante: Carmen Channing