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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN EL DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA
UCLV//Humanidades EDICIÓN ÚNICA
Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas
Facultad de Humanidades Periodismo
Trabajo de diploma
Las «gargantas profundas» de Juventud Rebelde Un estudio sobre el periodismo investigativo en el diario de la juventud cubana
Autor: Yoelvis Lázaro Moreno Fernández
Tutora: Lic. Mercedes Rodríguez García
Consultantes: MSc. Mónica Lugones Muro
Lic. Linnet Molina Rodríguez
TEORÍAS
05
METODOLOGÍA
24
CONTEXTO
RESULTADOS
32 40
Dedico estas páginas, perfectibles pero reconfortantes, a mis padres,
por ese desvelo sostenido durante más de 23 años.
A mi familia, en especial a mis abuelos,
por ampararme desde la cuna con el cariño más sano del mundo.
A Daniel, el hermano que una vez pedí y llegó para siempre acompañarme;
aunque diez almanaques nos separen.
A Mercedes Rodríguez, por servirle de timonel a esta aventura investigativa, por ser tiza y
cuartilla al mismo tiempo, y hacernos copartícipes de su pasión por el periodismo.
A Mónica y Rafael, por las oportunas sugerencias, por la confianza
y las enseñanzas en mis años universitarios.
A Linnet, la profe-amiga que también puso sus manos sagaces sobre estas cuartillas.
A mis otros profesores de Periodismo.
A María de los Ángeles, esa coterránea insuperable que en predios habaneros
me llevó hasta su casa.
A los doctores Miriam Rodríguez Betancourt, Julio García Luis y José Ramón Vidal,
por sus lecciones académicas.
A Roger Ricardo y Lázaro Bacallao, todo el tiempo dispuestos a auxiliarme.
A Juventud Rebelde y su entusiasta familia, por abrirme las puertas:
A Javier, Ronquillo, Sara, Idania, Blanquita, Violeta y Polanco,
por la ayuda en el momento justo.
A Mileyda y su tropa apasionada de corresponsales, por acogerme como uno más.
A Nelson, el viejo maestro, por los consejos y el afecto.
A los periodistas de temas nacionales.
A Amparito, la buena amiga de Vanguardia que limó las asperezas estilísticas de estas páginas.
A los compañeros de trabajo de mis padres, por el apoyo y la prestancia a colaborar.
A Tony y Rodolfo, por la asistencia tecnológica.
A Dora y Mercedes, por ese aliento tan acertado y necesario.
A Emerio y Raysell, por el gesto generoso.
A Duanys y Yandrey, por sugerir desde el banquillo de los más sinceros.
A mis camaradas de grupo, controversiales, polémicos…pero queridos; por las vivencias de este lustro
inolvidable que jamás volverá:
Al Adrie, por su noble confidencia y su amistad franca y perdurable.
A Román, el Nene.
A Fausto, el president.
Al Sádico, el documentalista de la tropa.
A Mayli, Diurmy, Mariam, Gretel, Liena y Liliana, por la constancia y la proximidad.
A Migue, Henri, Valdo, Alfre y los vecinos Ariesky e Indira, por las anécdotas compartidas en el cuarto.
A todos, mi eterna gratitud.
Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Si se es una
buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus
intereses, sus dificultades, sus tragedias.
RYSZARD KAPUSCINSKI
RESUMEN
El presente trabajo de diploma constituye un acercamiento al periodismo investigativo (PI), modalidad
poco estudiada y de escasa presencia en los medios de prensa cubanos. De tipo comunicológico y
orientado desde una perspectiva cualitativa, el estudio centra su propósito general en la determinación
de los rasgos distintivos del PI presentes en los productos comunicativos publicados a dos páginas en la
edición dominical del diario Juventud Rebelde (JR) durante el trienio 2006-2007-2008, teniendo en
cuenta el contenido de estos materiales y las experiencias investigativas contadas por los actores del
proceso de realización de dichos textos. Para el desarrollo de la investigación fueron empleados
diversos métodos y técnicas: método bibliográfico-documental, análisis cualitativo de contenido, grupo
focal, entrevista estructurada y entrevista en profundidad. Además, se consultaron varios especialistas
en el tema examinado. Entre los resultados obtenidos sobresale, como uno de los rasgos distintivos del
PI, que las investigaciones de los reportajes en profundidad analizados, en los cuales se evidencia el
empleo de métodos y técnicas propios de investigaciones sociológicas, son fruto del trabajo del
periodista o equipo de periodistas, y no la adaptación de un informe realizado por otra entidad; aunque
se hayan tomado en consideración sondeos desarrollados por centros investigativos.
INDICE
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 1 CAPÍTULO 1: PERIODISMO INVESTIGATIVO: UN BOSQUEJO TEÓRICO ......................... 5
1. Antecedentes y definiciones............................................................................................................ 5 1.1 Antecedentes .............................................................................................................................. 5 1.2 Definiciones................................................................................................................................ 7
2. Periodismo de investigación. Características ............................................................................. 12 2.1 El periodista o reportero investigador .................................................................................. 12 2.2 El proceso de investigación: tema y proyecto. Tiempo, viabilidad y costo ........................ 13 2.3 Métodos, técnicas y estrategias .............................................................................................. 14 2.4 Trabajo con las fuentes. La ética ........................................................................................... 17 2.5 Elaboración del producto comunicativo ............................................................................... 19
2.5.1 El reportaje....................................................................................................................... 20 CAPÍTULO II: CUESTIONES METODOLÓGICAS...................................................................... 24
Universo y muestra ........................................................................................................................... 27 Métodos .............................................................................................................................................. 29 Técnicas.............................................................................................................................................. 30 Instrumentos...................................................................................................................................... 31 Triangulación metodológica y por datos......................................................................................... 31
CAPÍTULO III: PRECISIONES DE CONTEXTO.......................................................................... 32 Periodismo de investigación en Cuba.............................................................................................. 32 Juventud Rebelde: hitos en la historia de un diario........................................................................ 37
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ..................................................................... 40 El trabajo en equipo. La realización de una serie.......................................................................... 41 Temas tratados .................................................................................................................................. 42 Confección de un proyecto: tiempo, viabilidad y costo ................................................................. 44 Fuentes consultadas .......................................................................................................................... 45 Métodos, técnicas y estrategias empleados ..................................................................................... 48 Elaboración del producto comunicativo ......................................................................................... 52 Periodismo de investigación en JR: rasgos distintivos................................................................... 58
CONCLUSIONES................................................................................................................................. 61 BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................................... 65 ANEXOS................................................................................................................................................ 74
1
INTRODUCCIÓN
Al igual que el destacado escritor y periodista colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García
Márquez, muchos profesionales de la prensa reconocen la investigación como eje matriz y definitorio
de todo periodismo. La búsqueda constante, el cuestionamiento oportuno, el juicio profundo y la
inquietud por husmear hasta encontrar la esencia de cada hecho, son consideraciones dispuestas a favor
de quienes asocian, con toda lógica, la labor periodística con la permanente indagación.
Más allá de esa actitud inherente a los quehaceres informativos, de escudriñar con agudeza y tino la
realidad objetiva, se sitúa una práctica apellidada razonablemente con el término investigación, y
definida por muchos de sus realizadores como una vertiente riesgosa y difícil de desarrollar.
El periodismo investigativo (PI) no responde a un nuevo género, tampoco a un ejercicio de
circunstancia, ni parte de una ruptura irreconciliable con las formas convencionales de informar; más
bien es el resultado de la aplicación de métodos, técnicas y estrategias en el trabajo de campo con las
fuentes, de mayor complejidad que los empleados en las faenas tradicionales del diarismo, y la
presentación de un producto comunicativo provisto de un tratamiento a fondo sobre una problemática
de gran impacto social.
Proyectar en términos funcionales una modelación de la investigación periodística,1 ajustada al
contexto mediático cubano,2 que suponga el reconocimiento de rasgos comunes por encima de las
diversas matrices socioculturales en las que se ha configurado esta modalidad, conlleva
inobjetablemente a la revisión de una diversidad conceptual permeada de elementos ajenos o bastante
discutibles en nuestra realidad sociopolítica.
Poco aportaría la asimilación acrítica de metodologías foráneas a la necesidad de autentificar con
suficiente solidez teórica y práctica el periodismo de investigación de Cuba; por lo que se hace
imprescindible aproximarnos a las escasas experiencias investigativas de nuestros medios, con el
propósito de legitimar los aportes y particularidades de un ejercicio cuyo encargo social en un contexto
socialista en transición como el nuestro, ha de contribuir a la ampliación y participación de los sujetos
en el debate sobre su propia sociedad.
1 En el presente informe se utilizan indistintamente los términos investigación periodística y periodismo investigativo o de investigación. 2 En varias partes del informe se emplean las expresiones realidad mediática cubana y contexto mediático cubano. Ambos casos aluden al entorno en que se desarrolla nuestra prensa.
2
Contadas investigaciones científicas han asumido en predios nacionales el PI como tema de estudio. En
2005, una diplomante de la Universidad de La Habana (UH) examinó esta vertiente periodística a partir
de las rutinas productivas seguidas por el equipo de la sección «En Cuba», de la centenaria revista
Bohemia. Una pesquisa realizada en 2006 por una estudiante de la Universidad de Oriente (UO),
sondeó la práctica del periodismo investigativo en los periódicos de las cinco provincias orientales.
En tanto, dos alumnas de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV) determinaron
en 2007 los recursos afines al PI empleados por Fidel Castro en los artículos publicados en marzo de
1952 en el periódico Alerta. Y en 2008, un trabajo de diploma, defendido también en la UCLV, volvió
a colocar en el punto de mira a la sección «En Cuba», de Bohemia, al precisar los métodos y técnicas
utilizados, a finales de la década de los 50 del siglo XX, por los realizadores de este apartado
periodístico.
Solo tres tesis de maestría:3 «La verdad útil», de los periodistas y catedráticos Eloísa Gil y Roger
Ricardo Luis (2000), cuya unidad de observación fue el periódico Juventud Rebelde (JR) en la década
de los 80 de la pasada centuria; «Alta tensión: contra viento y marea», de la profesora villaclareña
Mónica Lugones Muro (2006), única investigación que ha estudiado el PI en Cuba en un medio de
prensa radiofónico; y «La experiencia de los equipos creativos en Juventud Rebelde:¿ejercicio del
periodismo de investigación?», de la reportera Margarita Barrio Sánchez (2008), han analizado esta
modalidad.
Por igual camino, aunque con pretensiones diferentes, el presente trabajo de diploma constituye un
nuevo acercamiento al periodismo investigativo, otra vez desde el diario Juventud Rebelde, uno de los
medios impresos de mayor tradición reporteril e investigativa de la prensa cubana de los últimos 50
años.
Como el PI se define básicamente por el desempeño del periodista en el área de investigación, y
completa su función cuando el resultado de esa búsqueda adquiere forma en un material periodístico,4
no resulta casual que el estudio en cuestión, de tipo comunicológico y orientado desde una perspectiva
cualitativa, se centre en el análisis de productos comunicativos ya publicados —por la importancia que
reviste la inserción de determinados contenidos en el entramado social— y amplíe la información
3 Las tres tesis de maestría referidas arriba fueron discutidas en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana. 4 Indistintamente se emplean en este informe los términos trabajos, trabajos periodísticos, textos, textos periodísticos, materiales, materiales periodísticos, productos y productos periodísticos. En todos los casos, se hace referencia a los productos comunicativos objetos de estudio.
3
manifiesta en los textos con las experiencias investigativas de los reporteros realizadores de tales
trabajos.
Para el desarrollo de esta indagación científica, quedó trazado el siguiente problema de investigación:
¿Qué rasgos distintivos del periodismo de investigación están presentes en los productos
comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario Juventud Rebelde
durante el trienio 2006-2007-2008? Con el fin de darle respuesta a dicha interrogante se propusieron
los siguientes objetivos:
Objetivo general:
• Determinar los rasgos distintivos del periodismo de investigación presentes en los productos
comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario Juventud Rebelde
durante el trienio 2006-2007-2008.
Objetivos específicos:
1. Establecer las particularidades del proceso de realización de los productos comunicativos,
partiendo de las experiencias investigativas contadas por los actores de dicho proceso.
2. Determinar los tipos de fuentes consultadas para la realización de los productos comunicativos.
3. Determinar los métodos, técnicas y estrategias empleados en la realización de los materiales
periodísticos.
4. Constatar las características del género reportaje en los textos.
Cuatro capítulos componen el informe de investigación. El primero de ellos ofrece el fundamento
teórico del estudio, construido mediante una sistematización de postulados sobre el periodismo
investigativo. Destácanse en este apartado los criterios de los profesores españoles Pepe Rodríguez y
Monserrat Quesada, del investigador norteamericano William Gaines, del reportero chileno Juan Jorge
Faundes Merino, y del catedrático cubano Heriberto Cardoso Milanés.
El segundo capítulo expone el procedimiento metodológico seguido durante la realización de la
pesquisa. En esta sección se declaran los métodos y técnicas empleados como parte del estudio: método
bibliográfico-documental, análisis cualitativo de contenido, grupo focal, entrevista estructurada y
entrevista en profundidad; así como los criterios asumidos para la selección de las muestras
examinadas.
4
Organizado en dos partes: una dedicada a los principales antecedentes del periodismo investigativo
cubano, y otra centrada en los momentos más significativos de la historia de Juventud Rebelde; el
capítulo III inscribe el objeto de estudio de la investigación en su contexto sociohistórico.
La descripción de los resultados obtenidos conforma el cuarto apartado, en el que se explicita, como
uno de los rasgos distintivos del PI, que las investigaciones de los reportajes en profundidad
examinados, son fruto del trabajo del periodista o equipo de periodistas, y no la adaptación de un
informe de investigación realizado por otra entidad; aun cuando se hayan tomado en consideración
sondeos desarrollados por centros investigativos. En los productos comunicativos analizados, cuyos
temas responden a las necesidades de información y análisis que requiere la sociedad cubana de hoy, se
evidencia el empleo de métodos y técnicas propios de investigaciones sociológicas.
Ubicado dentro de una de las principales líneas de investigación de la carrera: el estudio de las técnicas
y los lenguajes del periodismo; el presente trabajo de diploma prevé contribuir a la organización y al
mejoramiento de la calidad de los trabajos investigativos del periódico, e intenta estimular la práctica
sistemática del periodismo de investigación en otros órganos cubanos de la prensa escrita, al promover
la experiencia de Juventud Rebelde.
5
CAPÍTULO I: PERIODISMO INVESTIGATIVO: UN BOSQUEJO TEÓRICO
1. Antecedentes y definiciones
1.1 Antecedentes
Si bien muchos estudiosos del tema ubican los inicios del PI después de la década de los 60 del pasado
siglo en los Estados Unidos, tras la publicación5 de un suceso reconstruido por los periodistas de The
Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, sobre las acciones de espionaje desarrolladas en
1972 por el Partido Republicano en el hotel Watergate, sede electoral del Partido Demócrata; para el
investigador norteamericano William Gaines, tan singular acontecimiento mediático no marca el
nacimiento de esta modalidad periodística. Durante cientos de años antes de ese hecho, ya el
periodismo de investigación era conocido con distintos nombres.
En medio del dilatado debate, el propio Gaines (1996) remonta la génesis de esta práctica a la aparición
pública del Nuevo testamento,6 por considerarse el documento resultado de un trabajo en equipo que
revelaba los desmanes del gobierno romano.
Como uno de los antecedentes más legítimos del PI, suele identificarse el conocido manifiesto Yo
acuso, del escritor francés Emile Zola, publicado en forma de carta abierta el 13 de enero de 1898 en el
diario L'Aurore. A través de ese escrito, Zola desafió la opinión pública y asumió costos y riesgos
convencido de la inocencia del capitán Alfred Dreyfus.
Gaines también refiere entre los orígenes de esta modalidad el término muckcrakers, peyorativo apodo
con que el presidente norteamericano Teodoro Roosevelt identificaba a aquellos periodistas que
centraban su atención reporteril, allá por los inicios del siglo XX, en escenarios viles y degradantes —tal
como lo hacían los rastrilladores de estiércol—, para de ese modo denunciar hechos de corrupción y
negocios sucios.
Los dieciocho escritos de la reportera del The New York Times Ida Tarbell sacados a la luz pública a
partir de 1902 bajo el título «La historia de la Standard Oil Company», dedicados a desenmascarar al
magnate petrolero Rockefeller, y la pesquisa realizada en 1906 por el periodista Upton Sinclair, sobre
las desfavorables condiciones de trabajo en los mataderos de la ciudad de Chicago, constituyen muestras
de lujo en los anales del PI norteamericano.
5 Todos los hombres del presidente, de Carl Bernstein y Bob Woodward, fue el nombre del libro con que se difundió el suceso mediático explicado arriba. La publicación de esta obra provocó la dimisión del presidente republicano Richard Nixon, en 1974. 6 El Nuevo testamento es la parte de la Biblia compuesta por un conjunto canónico (autorizado) de libros escritos después del nacimiento de Jesús de Nazaret. Se le designa así, desde Tertuliano, en la Iglesia cristiana. Está formado por 27 libros y se divide en cuatro partes: Evangelios, Hechos de los Apóstoles, Epístolas y Apocalipsis.
6
A fines de los años 60 del propio siglo XX, cuando el mundo todo parecía ponerse de cabeza con el auge
del movimiento hippie, la rebelión de los guetos negros, las manifestaciones pacifistas y la proliferación
de la droga, apareció en los Estados Unidos una generación de profesionales noveles, desafiantes y
cuestionadores de los medios oficiales, y propugnadores de nuevas formas de crear y divulgar la noticia.
El revés de las tropas norteamericanas en Vietnam y el silencio aparente de los principales voceros del
gobierno respecto a la guerra, abrieron brechas insoslayables para la investigación periodística en un
momento de creciente inconformidad hacia los modos convencionales de ejercer la profesión en predios
estadounidenses.
La publicación en forma seriada del reportaje novelado A sangre fría, del escritor norteamericano
Truman Capote, en 1965, reforzó la existencia de una manera diferente de escribir que ya venía
emergiendo desde años atrás. Con esta obra, resultado de un análisis detallado de los registros oficiales
y largas entrevistas con los involucrados en los sucesos; alcanzó sus mejores expresiones el Nuevo
Periodismo,7 modalidad que consistió en la conjugación de técnicas literarias y periodísticas en el
tratamiento de historias reales. Iniciadora del género de no-ficción, A sangre fría8 aborda un tema de
alto valor periodístico. (Lugones, 2006)9
Latinoamérica también posee plumas encumbradas que sentaron las bases del PI a partir de los años 60
de la centuria pasada, en medio de férreas dictaduras que obstruyeron el desarrollo de no pocas
investigaciones. Nombres como Gregorio Selser, Juan Gelman, Rodolfo Walsh, autor de Operación
masacre, El caso Satanowsky y Quién mató a Rosendo; José Steinleger, Stella Calloni, autora de
Operación Cóndor; Carlos Facio, Horacio Verbitsky, Elena Poniatowska y Manuel Buendía, entre
muchos otros; ocupan páginas de privilegio en la historia de esta práctica periodística.
Diferencias sustanciales pueden establecerse entre el modo de desarrollarse la investigación
periodística en los EE. UU. y la forma en que se ha llevado a cabo en el continente latinoamericano. El
PI estadounidense ha sido tratado como una disciplina, está densamente acreditado y reúne a cientos de
profesionales en asociaciones. Su expansión en las últimas décadas ha surgido de las propias aulas,
donde prestigiosos reporteros han favorecido el desarrollo de metodologías bien acabadas desde la
experiencia académica.
7 También se le llamó Nuevo Periodismo al período de florecimiento de la prensa sensacionalista, liderada por las empresas periodísticas de William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, a fines del siglo XIX. 8 La obra relata el asesinato de una familia de granjeros de Holcomb, Kansas, EE. UU., cometido en 1959. 9 Esta referencia corresponde a la tesis en opción al grado académico en master en Ciencias de la Comunicación, de la profesora y periodista cubana Mónica Lugones Muro.
7
Por su parte, el PI latinoamericano se ha nutrido del trabajo en solitario de reporteros ejemplares, como
los mencionados anteriormente. Sin leyes de acceso a la información y no exentos de riesgos jurídicos,
los periodistas de esta región se han valido de los recursos más heterodoxos para develar casos de
corrupción y nexos ilegales o ilegítimos entre diversas esferas del poder político y económico.
En Latinoamérica se ha desperdiciado la posibilidad de desarrollar una conciencia gremial que
solidarice a los reporteros, no solo en el discurso, sino también en la promoción de prácticas
periodísticas mucho más profesionales, mucho más comprometidas con la sociedad y mucho menos
dependientes de intereses extraperiodísticos. (Albarrán, 2001)10
Entre las obras europeas representativas del PI figura Cabeza de Turco,11 publicada en la década de los
80 del siglo XX, como expresión de la pericia y el arrojo investigativo del escritor alemán Günter
Wallraff, quien ha sido reconocido por el prestigioso periodista y teórico español Pepe Rodríguez,
como verdadero cultivador del periodismo de filtración, modalidad que radica —según el propio
Rodríguez— en imbricarse en el escenario de los hechos durante un largo tiempo.
Varios ejemplos dan fe del marcado propósito de algunos periodistas de hurgar en oscuros asuntos de
interés público, si se hace un paneo histórico desde la publicación del Nuevo testamento, pasando por el
Yo acuso, de Zola, hasta llegar al caso Watergate y la publicación de Todos los hombres del presidente,
suceso comunicativo que acuñó la verdadera significación del término y enrumbó nuevos caminos en el
devenir de este ejercicio periodístico.
1.2 Definiciones
Polémico y hasta complejo de entender en términos académicos y mediáticos, el PI resulta difícil de
definir, si se analiza la pluralidad de razonamientos expuestos sobre sí. No obstante, existen puntos de
vista coincidentes al concebirlo como un modo de trabajo que trasciende la naturaleza investigativa
intrínseca a todo periodismo.
A juicio del reportero e investigador chileno Juan Jorge Faundes Merino: «No se puede hablar de un
periodismo de investigación, sino de diversos periodismos de investigación […] No puede ser ajeno a
la médula de los males de cada sociedad particular […] debe estudiarse por lo tanto, desde los aspectos
10 Gerardo Albarrán de Alba es el director del reconocido sitio académico mexicano Sala de Prensa. El fragmento expuesto arriba corresponde a uno de los artículos publicados por él en este sitio. 11 Narra la infrahumana situación laboral de la población turca en la República Federal de Alemania. Disfrazado con una peluca y unas lentillas oscuras e imitando el acento y la dicción de los inmigrantes turcos, su autor, Günter Wallraff, se hace pasar por Alí, un joven que huye, como muchos de sus supuestos compatriotas, del régimen autoritario del Ayatolá Jomeini. Pero en un país moderno e industrializado como lo es Alemania, comprueba cómo estos inmigrantes son tratados como esclavos y sometidos a continuas vejaciones, que reflejan una actitud racista y xenófoba hacia esas personas.
8
peculiares de cada cultura y situación enunciativa. Sin perjuicio de ello, hay también una panorámica
cosmopolita que ilumina y da sentido a las particularidades». (Faundes, 2000)
Con la visión del periodismo de Latinoamérica, el teórico mexicano Gerardo Albarrán de Alba (2001)
refiere igual sentir: «De nada nos sirve importar metodologías que son exitosas en los países donde
fueron diseñadas, pero que fracasan en nuestra región al no encontrar las condiciones jurídicas y
políticas elementales sobre las que descansa su viabilidad».
Muchos de los estudiosos del PI diferencian esta modalidad del resto de las rutinas productivas del
diarismo, por la selección de determinados temas y la hondura en el tratamiento del objeto o fenómeno
a examinar. El profesor catalán José María Caminos Marcet considera que es más detallado, analítico y
exige mucho más tiempo que la cobertura cotidiana:
El periodismo de investigación posee una marca de identidad propia, caracterizada porque va más allá
y busca esa información que no circula por los cauces normales. Es un periodismo profundo, que
reclama tiempo y dedicación, búsqueda constante. Una cosa es investigar, comprobar y contrastar con
minuciosidad todo lo que se publica y otra bien distinta es practicar el periodismo de investigación.
(Marcel 1997, citado en Reig 2000)
Para la catedrática española Petra María Secanella, «el periodismo de investigación tiene por objetivo
el proponer reformas, exponer injusticias, desenmascarar fraudes, dar a conocer lo que los poderes
públicos quieren ocultar, detectar qué instituciones no cumplen con su trabajo». (Secanella n.d., citado
en Geneteau 2001, p.54)12
La también profesora española Montserrat Quesada Pérez (1987), quien estima válido establecer
contrastes entre una investigación periodística y el ejercicio del PI, redondea el concepto de este último
con cuatro rasgos esenciales: descubrir información inédita sobre temas de relevancia social; enunciar
mediante hechos o situaciones ilegales o legales, que van en contra del interés del público general;
verificar todo el proceso de investigación con un sistema de doble contraste de datos y romper el
silencio de las fuentes oficiales implicadas en determinados temas, para forzarlas a responder de sus
actuaciones ante la opinión pública.
12Garrit Geneteau es profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá. Es, además, el secretario general del Sindicato de periodistas de su país. Ha investigado a fondo la historia y práctica del periodismo de investigación en varios países de Latinoamérica.
9
Esta misma investigadora expone como la principal misión de la modalidad que nos ocupa, «ir hacia la
auténtica esencia de las cosas, intentar responder los porqués que provocan una situación anómala y
perjudicial o, por el contrario, frenan o entorpecen una situación reglamentaria [...] el periodismo de
investigación cumple también el objetivo de mostrar cómo funcionan los mecanismos burocráticos del
sistema». (Quesada, 1987, p.34)
Sin reparar demasiado en cuestiones de términos, Pepe Rodríguez afirma que «la investigación
periodística se concreta siempre a partir de un proceso,13 más o menos laborioso en el que el periodista
se afana por descubrir pistas, hechos, relaciones […] conducentes a demostrar el objetivo motor de la
investigación puntual que se haya emprendido, y este proceso, a su vez, se concretará mediante el uso
de una serie de técnicas y estrategias […] que permitirán buscar, con más o menos fortuna, en la
realidad escondida que el periodista pretende hacer aflorar con su trabajo». (Rodríguez, n.d., p.23)
Al conceptualizarlo, el reportero e investigador colombiano Gerardo Reyes (1998), sintetiza el PI como
la reportería ejecutada mediante la iniciativa y el trabajo del periodista sobre temas de importancia que
algunas personas u organizaciones pretenden mantener oculto. Consta de tres elementos básicos: que la
pesquisa la realice el propio reportero y no sea un informe de investigación hecha por alguien, que el
tema tenga razonable importancia para el lector o televidente, y que haya quienes se empeñen en
esconder esos asuntos al público.
De modo casi similar, Gaines (1996) precisa que una historia investigativa es aquella que constituye
producto original del periodista en contraposición a un informe de investigación, en la que haya
existido algún intento de encubrir información y posea interés social.
Con marcado acento aclaratorio, el periodista uruguayo Darío Klein delineó ciertas potencialidades del
PI en su artículo «El papel del periodismo de investigación en la sociedad democrática II», publicado
en Sala de Prensa, en el cual aseveró: «Si los medios de comunicación de masas construyen la realidad
social e inciden en lo que la opinión pública conoce, el periodismo de investigación colabora en esa
tarea aportando nuevos temas para la agenda mediática y ampliando el espectro de los acontecimientos
noticiosos». (Klein, 2001)
Es destacable la convergencia de casi todos los teóricos, al señalar la ineludible intención del PI de
dilucidar a la luz pública historias y acontecimientos silenciados, ocultos u ocultados por algunas
personas. Si bien el tratamiento de tópicos de impacto social es condición indispensable para cualquier
13 Para todas las definiciones de este estudio, entiéndase proceso (del latín processus) como el conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial.
10
faceta del periodismo, examinar cuestiones subrepticias y bastante desconocidas, con la permanente
oposición de quienes ansían mantener tales asuntos en secreto, constituye uno de los elementos que
singularizan la vertiente en cuestión.
Sin embargo, la periodista cubana Sonia Franco Cervera, en su tesis de diploma, declara un concepto14
que no reconoce lo oculto como rasgo indispensable para identificar un trabajo como propio del
periodismo de investigación: «El proceso y producto periodístico que aborda temas de importancia
para el público, y que se encuentran ausentes de la agenda mediática, no necesariamente de forma
intencional. El periodista o equipo investigador, mediante el uso de métodos y técnicas tomados de la
investigación social, más que informar a los lectores, intenta hacerles entender la urdimbre del hecho
investigado». (Franco, 2005, p.10).
Entre los aspectos positivos de esta práctica, el catedrático cubano Heriberto Cardoso Milanés
(2002),15 sitúa: la necesidad de un despliegue constante de iniciativas y habilidades profesionales para
la búsqueda y solución de nuevos temas o aspectos de determinados temas en ocasiones desconocidos,
pero esenciales; una concepción integral y estratégica de interacción con las fuentes de información y
la presentación de los resultados a través de una serie o conjunto de trabajos periodísticos, y un
aprovechamiento adecuado de las amplias posibilidades que se abren al periodista con la introducción
de las modernas tecnologías de la comunicación e información.
Contrario a todo ello, este mismo autor señala como elementos negativos y peligrosos del PI: el
penetrar en los lados oscuros de los sucesos, la frecuente incursión en facetas de la vida privada de las
personas, la adopción de una posición hipercrítica frente a la actividad de las instituciones públicas, al
convertirse el periodista en juez y fiscal de la conducta ciudadana; y el predominio de relaciones
antagónicas entre el reportero investigador y las fuentes cercanas al hecho abordado. (Cardoso, 2008)
Al respecto, alerta el periodista y pedagogo español Ramón Reig:16que «el periodismo de
investigación es un servicio público, no un arma para destruir sin basamento probatorio sólido a
personas, entidades o instituciones». (Reig, 2000, p.194)
Por transgredir en tiempo, rigor y análisis los fundamentos tradicionales de una noticia, el PI rebasa la
actualidad particular del quehacer informativo. Sobre esto, la profesora española Concha Edo (1998,
14 Este criterio es uno de los asumidos para establecer el concepto de periodismo investigativo o de investigación —definido en el capítulo II- por el que se rige el estudio. 15 El Dr. Heriberto Cardoso Milanés es profesor titular del departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente. Ha realizado valiosas investigaciones sobre el periodismo de investigación cubano. 16 Ramón Reig es periodista y escritor, además de profesor titular de la Universidad de Sevilla.
11
citada en Lugones 2006) asevera que todo periodismo debe tratar la actualidad; pero qué duda cabe de
que esa actualidad no se refiere únicamente a lo más reciente que haya ocurrido. En tal sentido,
confirma Edo, el periodismo de investigación aborda lo actual, no como un momento concreto, sino
como un proceso.
En su artículo «El zumbido del moscardón», el reconocido intelectual español José Luis Martínez
Albertos reduce ciertas distancias conceptuales, al declarar el periodismo de investigación como una
variante de lo que la escuela estadounidense denomina periodismo en profundidad. Esta última
modalidad se asemeja a lo que los franceses particularmente llaman press d' explication (periodismo de
explicación). Según la disposición asumida por el prestigioso autor ibero, igual que el PI, el periodismo
en profundidad lo conforman el periodismo interpretativo y el de precisión.
Todas esas corrientes, sostiene Martínez Albertos, tienen en común el haber sido lanzadas a la palestra
pública en conjunto por ese «revulsivo cultural típicamente norteamericano llamado Nuevo
Periodismo, además de que todas ellas suponen cierta modificación en el comportamiento del
reportero, empeñado en desentrañar aspectos de la actualidad informativa cuyo contenido no está muy
claro». (Martínez, n.d., pp. 320-321)
A tenor de lo expuesto por el periodista Abraham Santibáñez (1974, citado en Gargurevich n.d.,
p.124), «la interpretación, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los
hechos noticiosos que llegan en forma aislada. Situarlos en un contexto, darle un sentido y
entregárselo al lector no especializado».
El teórico español José Luis Dader17 explica que el periodismo de precisión o periodismo asistido por
computadoras, como también se le llama, radica en la aplicación de métodos de análisis socio-
estadísticos y de programas informáticos de rastreo de archivos y listados para la realización de
reportajes periodísticos sobre tendencias sociológicas, o descubrimiento de la estructura y relaciones
entre datos dispersos, susceptibles de gran impacto en la opinión pública. (Dader 1995, citado en
Martínez n.d.)
Desde una perspectiva bastante cuestionadora de las posibilidades reales de una indagación, Faundes
(2001b) establece la existencia de tres áreas básicas para el desarrollo del PI: el área de consenso, el
área de la discrepancia legítima y el área de la disidencia. Investigar desde el consenso es averiguar
aquello que todos están de acuerdo que se investigue, denuncie y sancione; investigar desde el área de
17 José Luis Dader es profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Se ha especializado en Comunicación Política y Periodismo de Precisión.
12
la discrepancia legítima consiste en situarse en una zona temática en la que se está permitido por el
sistema disentir; e investigar desde la disidencia es colocarse a favor de asuntos que el sistema ha
excluido o denigrado totalmente.
Cabe referir que la misión de denunciar frente a la opinión pública los acontecimientos o sucesos
inquiridos, forma parte ineludible del propio concepto de periodismo investigativo, a diferencia del
llamado periodismo de denuncia, vertiente que contiene y trasciende las pretensiones del PI, y cumple
su función cuando pone a los infractores o culpables de determinada problemática en manos de las
instituciones jurídicas, las administraciones y otros organismos constitucionales.
2. Periodismo de investigación. Características
2.1 El periodista o reportero investigador18
Según Pepe Rodríguez, un periodista investigador es aquel que, al utilizar técnicas habituales del oficio
y otras atribuibles a profesiones ajenas a las suyas (detective, policía, abogado, historiador, etc.),
confecciona una información luego de trabajar con un número indeterminado de fuentes, y de realizar
un análisis personal de antecedentes y datos, contrastados con mayor o menor eficacia.
Un sentido agudo de la profesión, fruto de la curiosidad, la observación profunda, el permanente
estudio y la experiencia, junto a una cultura general amplia y la capacidad de tener buena memoria
visual y dotes para improvisar bajo determinadas circunstancias, son requisitos indispensables en la
personalidad de quien da vida al PI. El conocimiento de los mecanismos regulatorios y de
funcionamiento de la economía, así como del conjunto de leyes regentes en su país, deben constituir
prioridad en la preparación personal de los reporteros.
Mayor esfuerzo, horas de trabajo y dedicación requiere el periodista investigador en comparación con
un mero redactor del diarismo. Por tal motivo, en muchos medios del mundo escasean los equipos
estables de periodistas consagrados solo a quehaceres indagatorios. Además de competentes
profesionales, se necesitan cuadros de dirección dispuestos a enfrentar las consecuencias de revelar
determinados sucesos o fenómenos de interés social.
En su artículo «Verdades tácticas y estratégicas», publicado en Sala de Prensa, el periodista peruano
Gustavo Gorriti (1999) reflexiona sobre algunos de los impedimentos propios del acto investigativo:
«No solo los obstáculos intrínsecos del periodista: el poco tiempo, la falta de recursos, el miedo, las
18 Durante todo el informe se utilizan indistintamente los términos periodista, reportero, periodista investigador y reportero investigador para aludir al profesional de la prensa que desarrolla el PI.
13
represalias; sino también los externos: el hecho, por ejemplo, de que a veces la verdad de un caso,
aunque sea importante, es poco deseada por las instituciones y aun por la sociedad».
Durante el período de búsqueda, a juicio del catedrático panameño Garrit Geneteau, «el periodista
investigador debe reunir cinco veces más datos de los que va a publicar. Debe asegurarse de su certeza
y confirmarlos por distintas fuentes. Debe evaluarlos con asesores especializados en distintas materias.
Debe permitir, también, de frente y objetivamente, que se desmienta lo que él piensa denunciar».
(Geneteau, 2001, p.13)
Mientras más argumentos tenga el reportero a su favor, más convincente e irrebatible podrá ser su
contestación frente a cualquier reclamo legal de las personas encausadas en lo publicado. Más allá de
la paciencia, la valentía y el escepticismo, este tipo de profesional, perennemente ocupado y
comprometido a mantener un comportamiento social adecuado, afronta riesgos en el mundo de la
investigación, en el que, para Pepe Rodríguez, «no hay límites entre trabajo y vida privada, o lo que es
peor, en el que no hay límites para que el trabajo invada y minimice la vida privada». (Rodríguez, n.d.,
pp.12-13)
2.2 El proceso de investigación: tema y proyecto. Tiempo, viabilidad y costo
Una pesquisa reporteril, al igual que una investigación científica, presupone un tránsito por varias
etapas coherentemente organizadas. Más de una coincidencia se advierte entre la investigación
periodística y la de carácter sociológico. Aunque la indagación reporteril admite determinada
flexibilidad en el modo de prepararse y llevarse a cabo si se compara con la rigurosa estructura de
cualquier proceso científico de búsqueda, es válido destacar que la primera se nutre en buena medida
de las cuestiones metodológicas de la segunda.
El profesor mexicano Julio del Río Reynaga (1994), en su libro Periodismo interpretativo: el
reportaje, declara cinco estadios esenciales apropiados para el desarrollo del PI, tomados de la
investigación social: proyecto de investigación, recopilación de datos, clasificación y ordenamiento de
los datos, conclusiones y redacción. No menos valiosa se considera la estructuración investigativa
planteada por el catedrático español José Manuel de Pablos Coello,19 quien segmenta el proceso en
seis fases, en las cuales sugiere lo que debe hacerse y cómo ha de proceder el investigador (ver anexo
# 1).
19 José Manuel de Pablos es profesor titular de la prestigiosa Universidad española de La Laguna, en Islas Canarias.
14
Muchas veces el periodista parte simplemente de un rumor o una confidencia. Gerardo Reyes (1998)
plantea que un proyecto de investigación nace básicamente de dos maneras: de la observación del
periodista y de las pistas entregadas por quienes tienen un interés personal o cívico en revelar una
información.
Después de localizada la primera idea de investigación viene una etapa de discusiones sobre esa
propuesta: el consejo editorial de la publicación necesita examinar a profundidad la importancia del
tópico a tratar. Al respecto, manifiesta Cardoso (2002) que «hay límites que sitúan la ética, los intereses
del país, la intimidad de las personas, y otros factores de la política editorial, que no pueden dejarse de
tener en cuenta, y que a la corta o a la larga podrían dar al traste con las posibilidades de que muchos
temas abordados sin una valoración previa vean la luz pública».
Para que una investigación no vaya a las gavetas, Quesada Pérez es partidaria de realizar un estudio de
viabilidad, cuyo propósito estriba en «analizar todas las potencialidades del tema, los problemas que se
pueden presentar a lo largo de la investigación, la infraestructura que deberá articularse para llevarla a
efecto, el monto de los gastos de investigación, el tiempo que el periodista deberá invertir hasta finalizar
su trabajo». (Quesada, 1987, p.79)
Con el fin de trazar las coordenadas de su labor, el investigador —o equipo de investigadores— está
abocado a crear un boceto que recoja las principales proyecciones de acercamiento al fenómeno o
suceso que explora. No solo los periodistas deben confeccionar ese instrumento guía de la investigación.
La presencia de profesionales del ámbito gráfico también favorece la elaboración del proyecto, pues en
opinión del catedrático estadounidense Albert Lee Hester, «si se va a incluir la participación de
fotógrafos, estos deberán intervenir en la planeación a fin de que puedan presentar sugerencias para el
buen resultado de su trabajo. Lo mismo es aplicable para artistas, caricaturistas y otros miembros del
personal que también colaborarán en sus respectivas especialidades». (Hester, 1990, p.89)
Según Gaines, ningún asunto se ha considerado jamás fuera de los límites del periodismo investigativo.
Su campo de acción es mayor que el de un fiscal, porque entre sus temas pueden incluirse hasta tópicos
ilegales. El argumento de lo investigable no debe ser muy extenso, para que el lector pueda comprender
en su totalidad el producto comunicativo.
2.3 Métodos, técnicas y estrategias
15
A juicio de Pepe Rodríguez, «investigar no solo requiere método, también es imprescindible contar con
unas técnicas determinadas y con una estrategia especialmente adecuada para cada caso» (Rodríguez,
n.d., p.71). Recurriendo a sus experiencias profesionales, este autor formula siete estrategias básicas y
receta ayudas instrumentales para las faenas del reportero investigador:
• Uso de confidentes: sirve para obtener información de un sector más o menos amplio de la realidad,
pero siempre limitado. A cada confidente hay que darle un trato personalizado.
• Infiltración del periodista en el campo de estudio: aplicar este tipo de trabajo requiere una
planificación y capacitación específica atendiendo a las características particulares del medio
donde el investigador prevé infiltrarse.
• Infiltración de terceros: el periodista guiará, orientará y capacitará la actuación de una tercera
persona que se infiltrará en el campo de investigación.
• Participación en los hechos investigados: puede ser usada por el periodista para provocar a su
entorno elegido mientras toma parte activa en los acontecimientos.
• Suplantación de personalidad: el periodista asume otra personalidad, y goza de una identidad y/o
cualidad que no le es propia.
• Zorra en el gallinero: consiste en hacer circular una información dentro del colectivo o ámbito de
investigación para inducir una serie de reacciones y movimientos detectables, y poner al periodista
en el punto de mira de posibles amigos y/o enemigos hasta entonces desconocidos.
• Ayudas instrumentales: (Fotografías, grabación, vestuario, vehículo). Algunos de estos
instrumentos pueden convertirse en pruebas irrefutables ante cualquier acusación contra lo
investigado.
Más allá de aplicar tales estrategias y ayudas instrumentales, vale reseñar las consideraciones de
Cardoso Milanés sobre los riesgos implícitos de la utilización deliberada de algunas de ellas: «la
adopción de una identidad falsa o el ocultamiento de la presencia del periodista en el escenario de los
hechos, a menudo complica los pasos ulteriores y crea una zona de suspicacia y recelos que se
manifiesta en la conducta de las personas o instituciones observadas». (Cardoso, 2008, p.52)
La revisión bibliográfica constituye una técnica aplicada en la mayoría de las investigaciones. Sin
embargo, para Gaines, los documentos no son el fin del camino. Aun cuando les reconoce la facultad
de poseer seguridad implícita, el también autor del libro Periodismo de Investigación para prensa y
televisión considera preciso aplicar otras herramientas (ver anexo #2).
16
Al poner énfasis en la necesidad de tener en cuenta la perspectiva metodológica20 que se asuma —
predomina el enfoque cualitativo en los trabajos del PI—, Cardoso Milanés (2008) sugiere el empleo
de otras técnicas también importantes, compatibles en cierta medida con las estrategias y herramientas
referidas anteriormente:
• Observación directa: por sus propias características tiene una fuerza testimonial y vivencial de
primer orden, aprovechable por el periodista en el proceso de redacción para narraciones,
descripciones detalladas y otros recursos del lenguaje.
• Estudio documental-bibliográfico: consiste en la consulta de una base de datos, biblioteca, archivo,
centro de documentación, así como la obtención de informes, revistas y otras fuentes. Esta técnica
no es privativa de las investigaciones concernientes al PI; aunque sí reviste una importancia capital
en el desarrollo de trabajos de esta modalidad periodística.
• Entrevista: técnica muy utilizada en cualquier práctica periodística. No obstante, en el PI trasciende
frente a otros métodos y técnicas por su carácter flexible y la considerable economía de recursos
que permite durante la investigación.
• Búsqueda informática: la más actual de las variantes del estudio documental. Si bien no es la
única vía, internet constituye una de las formas más accesibles y económicas para llegar a fuentes
estadísticas.
• Encuesta: procedimiento bastante costoso y complejo en términos de tiempo y recursos humanos,
del que muchas veces se duda sobre la veracidad de sus resultados por la variable representatividad
de las muestras.
• Trabajo con grupos de enfoque: Más económica y versátil que la encuesta, esta técnica se aplica
fundamentalmente para obtener muestras de opiniones y actitudes de pequeños grupos
poblacionales sobre determinadas cuestiones de interés de una manera más directa y participativa.
• Consulta a expertos: El reportero debe considerar a los especialistas e investigadores de diferentes
campos del conocimiento como valiosas fuentes de información y opiniones, en dependencia de
cada tema. Suele ser una entrevista individual con características especiales que resulta muy usada
en el PI para conseguir puntos de vista, pronósticos, recomendaciones y hasta visiones
contrapuestas sobre un mismo caso cuando se acude a más de un especialista.
• Historias de vida: variante de entrevista en profundidad cuya realización permite construir los
principales hitos del devenir de personajes a partir de sus propias declaraciones.
20 La investigación puede asumirse desde dos perspectivas básicas: cuantitativa y cualitativa.
17
Dicho en términos parecidos, aunque no iguales, y ajustado a los análisis de las diferentes tipologías, la
mayoría de los autores concuerdan en reconocer el trabajo documental, la observación y la entrevista
como herramientas básicas para la labor investigativa. Si bien las denominaciones varían de una
clasificación a otra, muchos de los especialistas citados toman como apoyatura los métodos propios de
la investigación social para el desarrollo del PI; parten de sus experiencias profesionales y llegan a
establecer ejes conceptuales bastante afines.
2.4 Trabajo con las fuentes. La ética
Elaborar una relación gradual de posibles fuentes a consultar, atendiendo al contexto y las
particularidades del objeto investigado, favorece la elección de los métodos, técnicas y estrategias más
convenientes. De nada valdría optar por un procedimiento investigativo si no se analizan las
características de quienes pudieran ofrecer los datos.
De modo implícito, en su Curso general de redacción periodística, Martínez Albertos demarca una
frontera entre las fuentes del periodismo tradicional y las aplicables en el ejercicio de esta modalidad,
cuando refiere que «la aparición del periodismo de investigación —según el modelo norteamericano
trasplantado con mayor o menor mimetismo a otros países del mismo entorno cultural— está vinculada
a una desconfianza progresiva de los profesionales del periodismo hacia las fuentes informativas
convencionales» (Martínez, n.d., p.320). El reportero del PI transita permanentemente por un camino
permeado de fuentes reacias.
Pepe Rodríguez define como fuente a «toda persona que de un modo voluntario y activo facilite algún
tipo de información al periodista […] todo depósito de información de cualquier tipo que sea accesible
y consultable por el periodista (prensa, libros, archivos diversos, etc.)» (Rodríguez, n.d., p.35).
Además, divide las fuentes apropiadas para el PI en dos grandes grupos: documentales y personales; y
a su vez ordena estas últimas en función de varios criterios. Entre ellos, aparece una clasificación
concerniente a la ética (de acuerdo con la voluntariedad en el traspaso de información al periodista):
voluntaria: presta su colaboración de modo activo y deseado; involuntaria: ofrece datos ante la
coacción del reportero.
Bajo ningún concepto, el periodista puede recurrir a la presión verbal o a la agresión física para que
una persona le brinde información. De actuar así, estaría incurriendo en una violación cuyas
consecuencias podrían poner en peligro el curso de la investigación. Justamente por ello, Faundes
Merino (2001b) propone concebir la ética como una normativa, como un conjunto de pautas de
comportamiento que deben ser aplicadas con extremo rigor en el ejercicio específico del PI.
18
Aunque en términos generales la ética es definida como algo que compete a la moral humana y al
cumplimiento o incumplimiento de un deber, particularmente en cuestiones periodísticas, tiene sus
límites en las implicaciones de toda manifestación reporteril. En correspondencia con tales fronteras,
son juzgadas las acciones en una profesión que sitúa los principios y valores de quienes la desempeñan
como los principales regidores de la conducta.
Sobre esto, el periodista mexicano Ernesto Villanueva (2001) afirma, en uno de sus artículos
publicados en Sala de Prensa, que «en un buen número de casos, la ética ha quedado guardada en el
baúl de los recuerdos, debe insistirse en que el derecho a la información no supone cualquier
información, sino información de calidad, información veraz y contrastada. Al actuar con
responsabilidad no sólo ganan los ciudadanos, ganan también los medios que hacen la diferencia».
De acuerdo con el hecho a investigar, Pepe Rodríguez reubica las fuentes personales en dos tipos: las
ajenas, que no tienen nada que las una directamente al suceso, pero pueden aportar datos de interés
técnico o noticiable; e implicadas, que guardan estrecha relación con lo investigado, bien como
afectados, protagonistas, testigos o críticos.
En opinión del propio Rodríguez, las fuentes personales se subdividen, además en favorables, que
mantienen una actitud positiva respecto al sujeto u objeto investigado; desfavorables, las que asumen
una posición contraria a los intereses de la pesquisa; neutrales: no tienen posturas predeterminadas
sobre el caso, y técnicas, encargadas de valorar acertadamente los datos y ofrecen información
especializada.
También las fuentes personales pueden organizarse en oficiales, aquellas que ofrecen información más
o menos institucionalizada y asumen su paternidad; y oficiosas, las que entregan datos singulares, pero
sin responsabilizarse con todo lo que dicen. Contar durante el proceso investigativo con un informante
o un confidente favorece la dinámica de trabajo del reportero. El primero sólo mantiene un vínculo
ocasional con el investigador, al que le aporta detalles puntuales; mientras el segundo establece un lazo
de acercamiento habitual a través de intercambios de fluida y abundante información con quien indaga.
«La relación entre periodistas, informantes y confidentes está mediatizada por un filtro en el que
cuentan especialmente la amistad y la credibilidad en ambas direcciones. La amistad es algo que se
logra (o no) con el trato personal más o menos continuado entre ambas partes. La credibilidad, por el
contrario, solo se logra con trato profesional (el periodista, informando con seriedad y respetando los
19
pactos con la fuente; la fuente, respetando los acuerdos con el periodista y acreditando que buena parte
de su información está fundamentada)». (Rodríguez, n.d., p.52)
Exponente de una clasificación mucho más sencilla, Quesada Pérez también reconoce dos tipos de
fuentes: escritas y orales. Y casi de igual forma que Pepe Rodríguez, subdivide estas últimas en:
oficiales: aquellas que brindan datos desde su posición en un cargo público; y extraoficiales u
oficiosas: las que informan en nombre propio sin asumir compromiso con sus declaraciones.
Si complejas se tornan las relaciones humanas en cualquier ámbito de la vida, mucho más complicadas
resultan como parte de un ejercicio indagatorio que persigue colarse por resquicios abruptos de la
realidad tras historias ocultadas, olvidadas o vedadas a tratarse. La consulta de fuentes declaradas en
desacuerdo con lo que se investiga, no puede soslayar la rigurosidad, el proceder ético y el
enjuiciamiento objetivo sobre el hecho a examinar.
2.5 Elaboración del producto comunicativo
No basta solo con desarrollar cabalmente las fases de exploración y comprobación de datos, si no se
atiende con agudeza, precisión y amenidad la construcción del producto comunicativo. «Redactar
informes de investigación exige una mentalidad de destilador, la búsqueda de un método que permita
al periodista prescindir de los elementos volátiles y quedarse con los hechos sólidos que sustentan sus
hallazgos […] Antes de sentarse a escribir, el periodista debe tener en claro lo que quiere denunciar».
(Reyes, 1998)
Atendiendo a la información compilada y las experiencias vividas durante el proceso investigativo, el
periodista escogerá los distingos formales de su trabajo, sin olvidar el permanente respeto a la síntesis
y la naturalidad, atributos esenciales de todo periodismo. «Las dos constantes fundamentales de los
textos de investigación, son sin lugar a dudas, la precisión y la exactitud, porque a partir de ahí la
narración adquiere credibilidad […] hay que tener mucho cuidado en la redacción y el lenguaje que se
emplee cuando la situación investigada es bastante compleja». (Quesada, 1987, p.158)
Quesada Pérez sostiene, además, que los materiales del PI no acostumbran a escribirse siguiendo una
estructura fija ni un género único. Hay reporteros que señalan el artículo como el idóneo, al ser un
género que, según el profesor cubano Julio García Luis21 (1989), se orienta a analizar, comentar y
enjuiciar determinado hecho o problema concerniente a un acontecimiento político o de actualidad, un
21 El Dr. Julio García Luis es el decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana. Autor del libro Géneros de opinión, y profesor de Ética y Deontología periodística.
20
asunto histórico, un tema de carácter teórico, un suceso de importancia económica o social, o una obra
o novedad cualquiera del mundo del arte y la literatura.
Sin embargo, la profundidad y la explicitación de un hecho, fenómeno o tendencia, rasgos propios de
la modalidad en cuestión, se logran con mayor acierto a través del reportaje, considerado por la
mayoría de los estudiosos del tema como la forma más completa para asumir el periodismo
investigativo.
2.5.1 El reportaje
Varios teóricos dejan sentada la validez de este género para los trabajos del PI cuando, al aludir a la
vertiente periodística en análisis, la llaman reportaje de investigación. Por ejemplo, Hester reseña
como rasgos distintivos del reportaje de investigación los mismos elementos que muchos de los
autores citados anteriormente exponen para delimitar el PI. «El reportaje de investigación se lleva a
cabo con la idea de que se producirá alguna acción, que se presentará algún cambio […] algunas veces
la investigación minuciosa de una historia puede conducir a reafirmar lo que ya está hecho y lo que
una parte del público ya ha podido advertir» (Hester, 1990, pp.87-88).
Sin animar demasiadas polémicas sobre aspectos conceptuales, en su libro Periodismo de
investigación y pseudoperiodismo. Realidades, deseos y falacias, Ramón Reig expone: «La diferencia
entre un reportaje en profundidad y uno de investigación está en las fuentes. En el primero las fuentes
son más explícitas; en el segundo, más ocultas y complicadas […] Si usted consigue un buen reportaje
en profundidad ya estaría en la línea de la investigación periodística. Lo realmente esencial es saber
buscar y acudir a las fuentes de información». (Reig, 2000, p.194)
Ahondar en las características propias del reportaje, preferentemente en profundidad, interpretativo o
investigativo, supone entonces un acercamiento a la manera más completa y sugerente, en términos
formales, de plantear el periodismo de investigación.
En opinión del catedrático venezolano Eleazer Díaz Rangel, el reportaje es el «género periodístico más
completo y complejo […] necesariamente tendrá que utilizar todas las formas elocutivas del lenguaje:
la narración, la descripción, el diálogo y la exposición […] el periodista tendrá que buscar la
información mediante la observación directa, cuando sea posible, en las fuentes documentales, […] y a
través de testimonios de quienes vivieron el suceso». (Díaz, 1978, p.85)
21
Para Marín y Leñero (1990), el reportaje se realiza con el objetivo de demostrar una tesis, investigar
un acontecimiento, explicar un problema; para describir un suceso, para narrarlo; para instruir o para
divulgar un conocimiento científico o técnico; para divertir o para entretener:
«En el reportaje caben las revelaciones noticiosas, la vivacidad de una o más entrevistas, las notas
cortas de la columna y el relato secuencial de la crónica, lo mismo que la interpretación de los hechos,
propia de los textos de opinión […] El reportaje profundiza en las causas de los hechos, explica los
pormenores, analiza caracteres, reproduce ambientes, sin distorsionar la información; ésta se presenta
en forma amena, atractiva, de manera que capte la atención del público». (Marín y Leñero, 1990,
p.167)
Nacido de la literatura testimonial, especialmente de las crónicas, las relaciones epistolares, las
estampas costumbristas y los relatos de viaje —según reconoce el investigador español Lluís Albert
Chillón—, el reportaje fue configurándose en los primeros 50 años del siglo XIX con la sustitución de
la prensa de partido, e inicia un período de paulatina consolidación en las últimas décadas de ese siglo
y principios del XX con el advenimiento de la sociedad de la comunicación de masas. (Chillón 1994,
citado en Fernández 1998)
Ante la creciente proliferación de productos informativos y el complejo panorama político, militar y
económico del mundo a inicios de la centuria pasada, el reportaje emergió como la mejor manera para
ampliar las noticias con datos referidos a los antecedentes, las causas y los sucesos colaterales a los
hechos. Surgió así la modalidad interpretativa, anunciada en el manifiesto editorial de la revista
norteamericana Time, fundada en 1922. Durante las primeras décadas de la segunda mitad del siglo, el
género transitó por un momento esplendoroso. El llamado reportaje en profundidad comenzó a
nutrirse del Nuevo Periodismo.
El reconocido profesor estadounidense Neale Copple,22 quien denominó indistintamente el reportaje
profundo y el de investigación, acotó que para realizar este tipo de trabajo se precisa de interpretar los
datos con el propósito de proporcionarle al lector antecedentes completos de los hechos que originaron
la noticia, brindar el alcance de los sucesos y circunstancias en el momento en que ocurrieron, y
explorar lo que pueda derivarse de ellos en el futuro. (Copple 1968, citado en Del Río 1994)
Con ese criterio, Copple dejó entender que la presencia de antecedentes y hechos colaterales al suceso
investigado, y de una explicación del contexto, es decir, del entorno en que se desarrolla el suceso,
22 Neale Copple es un destacado profesor estadounidense. Decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Nebraska.
22
conjuntamente con la argumentación y los juicios del periodista, beneficia la legibilidad de este tipo
de trabajo periodístico.
De modo bastante similar, Martínez Albertos afirma que los productos comunicativos del periodismo
de investigación pueden desarrollarse igual que un texto interpretativo. «Teóricamente, la estructura
interna del relato interpretativo pasa por las siguientes fases: 1) tesis, punto de vista o juicio de valor
como párrafo de arranque del reportaje; 2) acumulación lógica de datos que avalan la tesis inicial; 3)
conclusión que viene a reforzar el planteamiento de la tesis». (Martínez, n.d., pp.322, 337)
Si el material no se concibe desde el inicio como un todo, de seguro el público no podrá entender
adecuadamente el sentido de los acontecimientos, elemento particular de la interpretación periodística,
cuya presencia resulta ideal para la constitución de un reportaje en profundidad, en el que se ponderan
las características por excelencia del género, y pueden conjugarse los rasgos propios del PI con lo
interpretativo.
Lejos del carácter impersonal de la noticia, en un reportaje el redactor puede imprimir su personalidad,
con verdadero sentido humano, pues situar a los hombres como protagonistas de los hechos contribuye
a que los lectores puedan sentirse identificados con el contenido. Dependerá en buena medida del
tema y del temperamento, la creatividad y el estilo del reportero, la forma que adquiera el texto.
Copple expresó (1968, citado en Tomiyama 2006, p.21)23 que «el estilo es hijo del saber, de la
experiencia, del buen juicio, del gusto y de la habilidad disciplinada. Todo ello unido al pensamiento:
mediante el pensamiento y no mediante fórmulas se logra la profundidad». Por su parte, el catedrático
español Gonzalo Martín Vivaldi, en su Curso de redacción, lo asume como el arte de captar el valor de
las palabras y las relaciones de estas; y enuncia cuatro cualidades esenciales del buen estilo: claridad,
concisión, naturalidad y sencillez.
En su libro De la noticia al reportaje humano, el periodista ecuatoriano Rodolfo Muñoz Zapata
expone: «Queda definido un marco general para la elaboración de reportajes, con notas distintivas
particulares y distintas, respecto de la información noticiosa. Hay un lenguaje más vivo y variado, y la
estructura del cuerpo es más compleja y dilatada». (Muñoz, 1990, p.49)
Aunque el reportaje tiene ciertas fricciones con la literatura, el periodista jamás podrá prescindir de un
estilo ágil, sencillo y ameno, mucho menos en los textos del PI, en los que ha de referir con claridad lo
23 Esta referencia corresponde al trabajo de diploma «El tratamiento del tema “Cuba” en la prensa plana japonesa», de la periodista nipona Seria Tomiyama.
23
que desea denunciar, argumentar o explicar, en dependencia de sus objetivos. Encontrar expresiones
precisas y no otras que provoquen incertidumbres, compete al redactor.
«El lenguaje del reportero será ante todo, directo. El lenguaje indirecto o tropológico, lleno de
metáforas y adornos, debe reducirse a la mínima expresión. No es que estemos contra su uso sino
contra su abuso. Si con el lenguaje tropológico se quiere evitar la vulgaridad, éste no aporta la mejor
solución. Las frases cotidianas o “vulgares” resultan tan buen lenguaje o mejor que el preciosista,
cuando se tratan debidamente, es decir, cuando se escogen las más expresivas y vivas». (Del Río,
1994, p.150)
En los reportajes imperan los títulos llamativos, pues para el periodista cubano Tomás Lapique Becali
(1973),24 con ellos se pone a prueba la imaginación del redactor titulista, quien necesita fantasía,
dominio de la sátira y poseer gracia o sentido humorístico. No obstante, también se emplean en no
pocos casos otros títulos: noticiosos y genéricos. De acuerdo con el criterio del propio Lapique (1973),
los primeros informan sobre un hecho determinado, mientras los segundos ofrecen una concepción
totalizadora del contenido publicado.
Generalmente, en los materiales investigativos se presta gran atención a la ilustración de las historias
con el uso de fotografías relativas al suceso y a las fuentes, dibujos, gráficos, caricaturas, tablas y
mapas. A juicio de Quesada Pérez, los textos del PI presentan con frecuencia imágenes de archivo y de
documentos:
«Resulta comprensible pensar que ningún periodista investigador conseguirá fotografiar o filmar al
protagonista de su investigación justo en el momento en que está cometiendo algunos de los hechos de
los que le piensa acusar. Esta circunstancia obliga muchas veces a utilizar fotografía de archivos de esos
implicados [...] Según el tipo de investigación periodística que se haya realizado, es habitual que se
publiquen fotografías de documentos donde se prueban algunos de los hechos narrativos como sustituta
circunstancial de la atribución de las fuentes. (Quesada, 1987, p.156-157)
En ocasiones, la diversidad de aristas concernientes a determinadas problemáticas impiden hacer un
análisis integrado mediante un solo trabajo, por lo que el redactor —o redactores— se ve obligado a
organizar la información compilada con vistas a elaborar una serie de materiales estructurados en orden
creciente de profundización sobre el tema tratado.
24En su libro Arte y técnica del titulaje periodístico, Tomás Lapique Becali ofrece cuatro tipos de títulos básicos: llamativos, noticiosos, genéricos y sensacionalistas.
24
CAPÍTULO II: CUESTIONES METODOLÓGICAS
El presente capítulo explica la estructura metodológica asumida para la realización del estudio, a fin de
arribar a un resultado verificable, propio de las pesquisas científicas. La fundamentación de los
métodos, técnicas e instrumentos utilizados, los criterios seguidos para la selección de las muestras
examinadas, y las definiciones conceptuales y operacionales de los aspectos analizados en la
investigación, conforman el actual apartado.
De tipo comunicológico y desarrollado desde una perspectiva cualitativa, la cual se define por un
carácter flexible, siempre inacabado, donde una etapa contribuye al replanteamiento de la anterior
(Alonso y Saladrigas, 2002), el estudio en cuestión constituye una investigación descriptiva dada a
determinar los rasgos distintivos del PI presentes en los productos comunicativos publicados a dos
páginas en la edición dominical del diario Juventud Rebelde durante el trienio 2006-2007-2008,
teniendo en cuenta el contenido de los materiales periodísticos seleccionados y las experiencias
investigativas contadas por los actores del proceso de realización de dichos textos.
Del problema rector de la investigación —enunciado en la introducción de este informe— se extrajo la
única categoría analítica del estudio:
Rasgos distintivos del periodismo investigativo o de investigación (PI): elementos que identifican
esta modalidad periodística.
Periodismo investigativo o de investigación (PI): «proceso y producto periodístico que aborda temas
de importancia para el público, y que se encuentran ausentes de la agenda mediática, no necesariamente
de forma intencional. El periodista o equipo investigador, mediante el uso de métodos y técnicas
tomados de la investigación social, más que informar a los lectores, intenta hacerles entender la
urdimbre del hecho investigado». (Franco, 2005, p.10)
Su objetivo es «ir hacia la auténtica esencia de las cosas, intentar responder los porqués que provocan
una situación anómala y perjudicial o, por el contrario, frenan o entorpecen una situación
reglamentaria». (Quesada, 1987, p.34)
Entre sus elementos básicos se encuentran: que la investigación la realice el propio reportero y no sea
un informe de investigación hecha por alguien más; y que haya quienes se empeñen en esconder
asuntos al público. (Reyes, 1998)
25
Se logra mediante una concepción integral y estratégica del trabajo con las fuentes de información y la
presentación de los resultados a través de una serie o conjunto de trabajos periodísticos (Cardoso,
2002). La práctica de esta modalidad supone mayor rigor en el proceder ético del reportero.
Otras definiciones:
Proceso de realización: serie de etapas comprendida desde la aparición de un posible tema y el
desarrollo de un proceso investigativo, hasta la elaboración y publicación del producto comunicativo.
Proceso investigativo o de investigación: serie de etapas comprendida desde la selección y discusión
del tema, la confección de un proyecto, la aplicación de métodos, técnicas y estrategias para el trabajo
de campo con las fuentes, hasta el análisis e interpretación de los datos obtenidos.
Actores del proceso: personal periodístico participante en el proceso de realización de los productos
comunicativos objetos de estudio.
Métodos y técnicas del PI: procedimientos, formas para realizar diferentes tareas y modos de
utilización de los instrumentos empleados para llevarlas a cabo (Alonso y Saladrigas, 2002). Maneras y
recursos de actuación práctica desarrollados al investigar un suceso.
Estrategias: destrezas profesionales puestas en práctica por el reportero para el trabajo con las fuentes
durante el proceso de investigación de un hecho o fenómeno de valor periodístico.
Estudio documental: búsqueda, consulta y análisis de documentos en soporte impreso, digital o
audiovisual.
Gradación de fuentes: estructura progresiva desarrollada al consultar documentos o personas que
pueden ofrecer información sobre el hecho o fenómeno investigado.
Reportaje: el más complejo y completo de los géneros periodísticos, conveniente para la elaboración
de los productos comunicativos del PI. «Profundiza en las causas de los hechos, explica los
pormenores […] sin distorsionar la información; ésta se presenta en forma amena, atractiva, de
manera que capte la atención del público». (Marín y Leñero, 1990, p.167)
« [...] necesariamente tendrá que utilizar todas las formas elocutivas del lenguaje: la narración, la
descripción, el diálogo y la exposición [...]» (Díaz, 1978, p.85). «Hay un lenguaje más vivo y variado,
y la estructura del cuerpo es más compleja y dilatada» (Muñoz, 1990, p.49). «Si se consigue un buen
26
reportaje en profundidad ya se estaría en la línea de la investigación periodística» (Reig, 2000, p.194).
Los reportajes de investigaciones propias del PI pueden redactarse igual que un texto interpretativo.
Estilo: arte de captar el valor de las palabras y sus relaciones. Aptitud al manejar el lenguaje en la
forma que más pueda servir para trasmitir una idea. A juicio de Gonzalo Martín Vivaldi (n.d.), cuatro
cualidades definen el buen estilo: claridad, concisión, naturalidad y sencillez.
Lenguaje: modo particular de conjugar las palabras para presentar lo que pensamos. Varía según el
oficio, la intención y el conocimiento de quien lo emplea. «El lenguaje del reportero será ante todo,
directo. El lenguaje indirecto o tropológico, lleno de metáforas y adornos, debe reducirse a la mínima
expresión [...] Las frases cotidianas o “vulgares” resultan tan buen lenguaje o mejor que el preciosista,
cuando se tratan debidamente, es decir, cuando se escogen las más expresivas y vivas». (Del Río, 1994,
p.150)
Antecedentes: acontecimientos ocurridos antes del suceso investigado y vinculados con este último.
Hechos colaterales: hechos que guardan relación con el suceso o problema investigado.
Contexto: entorno en que se desarrolla el suceso o tiene lugar el problema investigado.
Derivadas de la única categoría analítica del estudio, se establecieron dos dimensiones categoriales, en
las cuales se ubicaron otras subcategorías a analizar en las muestras seleccionadas:
1. Metodología y organización del trabajo
2. Elaboración del producto comunicativo
1. Metodología y organización del trabajo: 1.1. Trabajo propio del periodista o de un equipo de periodistas 1.2. Temas tratados 1.2.1. Revelación o denuncia de algo oculto u ocultado 1.3. Confección de un proyecto de investigación 1.3.1. Participación de periodistas, fotógrafos y caricaturistas 1.4. Tiempo empleado 1.5. Viabilidad y costo 1.6. Fuentes consultadas 1.6.1. Documentales 1.6.2. Personales 1.6.2.1. Oficiales 1.6.2.2. Oficiosas 1.6.2.3. Implicadas 1.6.2.4. Ajenas 1.6.2.5. Favorables 1.6.2.6. Desfavorables 1.6.2.7. Neutrales
27
1.6.2.8. Técnicas 1.6.3. Gradación de fuentes 1.7. Métodos, técnicas y estrategias 1.7.1. Métodos y técnicas 1.7.1.1. Observación directa 1.7.1.2. Estudio documental 1.7.1.3. Entrevista 1.7.1.4. Encuesta 1.7.1.5. Trabajo con grupos de enfoque 1.7.1.6. Consulta a expertos 1.7.2. Estrategias 1.7.2.1. Utilización de confidentes 1.7.2.2. Infiltración del periodista 1.7.2.3. Infiltración de terceros 1.7.2.4. Participación en los hechos investigados 1.7.2.5. Periodista ingenuo 1.7.2.6. Suplantación de la personalidad 2. Elaboración del producto comunicativo 2.1. Estructura del texto 2.1.1. Presentación de una tesis, punto de vista o juicio de valor en la entrada 2.1.2. Exposición lógica de datos que argumenten la tesis inicial 2.1.3. Conclusión que viene a reforzar el planteamiento de la tesis 2.1.4. Presencia de antecedentes y hechos colaterales al suceso investigado 2.1.5. Contexto 2.2. Estilo y lenguaje 2.2.1. Formas elocutivas empleadas 2.2.1.1. Narración 2.2.1.2. Descripción 2.2.1.3. Diálogo 2.2.1.4. Exposición 2.3. Títulos 2.3.1. Llamativos 2.3.2. Genéricos 2.3.3. Noticiosos 2.4. Recursos gráficos 2.4.1. Imágenes de archivo 2.4.2. Fotografía de documentos 2.4.3. Imágenes relativas al suceso y a las fuentes 2.4.4. Gráficos y estadísticas 2.4.5. Mapas 2.4.6. Caricaturas Universo y muestra
La unidad de observación del estudio es el periódico Juventud Rebelde, vocero impreso de la juventud
cubana, con una amplia tradición investigativa desde su fundación hace casi 44 años, de alcance
nacional, distribución diaria —excepto los lunes— y con una edición especial que circula los
domingos, de cuyas publicaciones se extrajeron los productos comunicativos examinados. El universo
28
está conformado por todos los trabajos periodísticos publicados a dos páginas en la edición dominical
de JR durante el trienio 2006-2007-2008.
Para la selección del período del que se tomaron los textos analizados (trienio 2006-2007-2008), el
investigador partió de un criterio expuesto por directivos del medio estudiado: en diciembre de 2005 el
periódico fundó una novedosa estrategia de trabajo conocida como Grupos Creativos, que ha
posibilitado desde su surgimiento el tratamiento a fondo de diversos temas y ha promovido el
desarrollo de trabajos investigativos, tanto en equipos como individualmente.
Los materiales periodísticos objetos de estudio se escogieron de forma no probabilística e intencional,
designados a juicio del investigador, quien tuvo en cuenta la opinión de investigadores del medio
estudiado. Según confirmó la jefa del equipo de Atención a Lectores de JR, Lic. Sara Cotarelo Prieto,
los 11 trabajos examinados tuvieron una amplia repercusión social, constatada a través de cartas,
llamadas telefónicas y correos electrónicos recibidos en la Redacción del diario y reflejados en la
sección «Frente al Espejo»25 del propio periódico.
Además, el Dr. Julio García Luis, decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de
La Habana, refirió que «los productos comunicativos seleccionados abordan temas poco tratados en
otros medios, lo cual le confiere una legitimación a estos trabajos dentro del panorama temático del
periodismo cubano actual».
Productos comunicativos analizados:
- «Dame la maleta que me voy del campo (I). Desarrollo territorial en Cuba. ¿Cómo encontrar el
equilibrio?», por Yailín Orta Rivera y Dora Pérez Sáez; publicado el 29 de junio de 2008 (ver
anexo #10).
- «Dame la maleta que me voy del campo (II). La Habana sumergida», por Yailín Orta Rivera y
Dora Pérez Sáez; publicado el 3 de agosto de 2008 (ver anexo #11).
- «Yo apruebo, tú apruebas…¿Todos aprendemos? (I)», por Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio
Sánchez, Yahily Hernández Porto y Julio Martínez Molina; publicado el 23 de marzo de 2008
(ver anexo #12).
- «Yo apruebo, tú apruebas…¿Todos aprendemos? (II). Repasador por cuenta ¿impropia?», por
Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio Sánchez, Yahily Hernández Porto y Jesús Arencibia
Lorenzo; publicado el 30 de marzo de 2008 (ver anexo #13).
25La sección «Frente al Espejo» apareció por vez primera el 25 de febrero de 2006, y desde entonces ha referido el sentir de los lectores del periódico.
29
- «Antes que te duela», por Norge Martínez Montero, Osviel Castro, Zenia Regalado, Luis Raúl
Vázquez, Nelson García Santos y Julio Martínez Molina; publicado el 28 de octubre de 2007
(ver anexo #14).
- «La vieja gran estafa (I)», por Yailín Orta Rivera y Norge Martínez Montero; publicado el 1 de
octubre de 2006 (ver anexo #15).
- «La vieja gran estafa (II). El mango de la sartén», por Yailín Orta Rivera, Norge Martínez
Montero y Dilbert Reyes Rodríguez, estudiante de Periodismo; publicado el 15 de octubre de
2006 (ver anexo #16).
- «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (I)», por Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio
Sánchez y Sara Cotarelo; publicado el 26 de febrero de 2006 (ver anexo #17).
- «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (II)», por Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio
Sánchez y Sara Cotarelo; publicado el 5 de marzo de 2006 (ver anexo #18).
- «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (III)», por Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio
Sánchez y Sara Cotarelo; publicado el 12 de marzo de 2006 (ver anexo #19).
- «¿Quién le pone un cascabel al “gato”?», por Hugo García Fernández y Amaury E. del Valle;
publicado el 22 de enero de 2006 (ver anexo #20).
Los periodistas consultados —tanto reporteros del departamento de Información Nacional como
corresponsales provinciales— también fueron elegidos de modo no probabilístico e intencional
(explicado más adelante).
Con el propósito de cumplir los objetivos trazados para solucionar el problema central de la
investigación, fueron utilizados los siguientes métodos, técnicas e instrumentos:
Métodos
- Método bibliográfico-documental: permitió realizar una sistematización de criterios concernientes al
periodismo investigativo que conforman la fundamentación teórica del estudio (capítulo I) y las
precisiones de contexto expuestas en el capítulo III.
- Análisis de contenido cualitativo: considerado el procedimiento metodológico más importante
desarrollado en la investigación, permitió el examen de los 11 productos comunicativos seleccionados.
Ha sido definido como un nuevo marco de aproximación empírica, un método de análisis controlado
30
del proceso de comunicación entre el texto y el contexto, que se desarrolla estableciendo un conjunto
de reglas de análisis, paso a paso, separadas de ciertas precipitaciones cuantificadotas. (Andréu, n.d.)26
Técnicas
- Revisión bibliográfico-documental: consistió en la búsqueda, lectura y recopilación de diversos
documentos sobre el periodismo investigativo y la historia de JR, para la elaboración del fundamento
teórico (capítulo I) y el marco referencial del estudio (capítulo III).
A varios centros de documentación acudió el investigador en busca de información bibliográfica. La
biblioteca principal de la Universidad Central de Las Villas; la Provincial de Villa Clara; la de la
facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana, y la Nacional de Cuba, fueron
algunas de las instituciones visitadas. También se revisaron algunos materiales en el Centro de
Documentación del propio periódico analizado.
- Grupo focal: fue aplicada esta técnica, una de las más utilizadas en las investigaciones cualitativas,
con los ocho corresponsales provinciales que habitualmente conforman equipos de investigación en el
periódico (ver anexo #4), según explicó la jefa del equipo de corresponsales de JR, Lic. Mileyda
Menéndez Dávila. El grupo de discusión quedó integrado por 2 mujeres y 6 hombres; todos graduados
de la especialidad de Periodismo. La edad promedio del grupo fue de 39 años. El intercambio, en el que
fungió como moderador el propio investigador, tuvo lugar durante la primera reunión de corresponsales
de JR de 2009 —celebrada del 6 al 8 de febrero pasado en la ciudad de Cienfuegos—, en un ambiente
propicio para el diálogo y la discusión de ideas.
- Entrevista estructurada: aplicada a los 6 periodistas del departamento de Información Nacional que, a
juicio del Lic. Ricardo Ronquillo Bello, jefe del departamento de Información Nacional, son los
reporteros que con mayor frecuencia participan en el proceso de realización de productos
comunicativos como los seleccionados para el análisis de contenido (ver anexo #5).
Además, para la construcción del marco referencial de la investigación (capítulo III), se le realizó una
entrevista estructurada, vía correo electrónico, al Dr. José Ramón Vidal, quien fuera director del
periódico Juventud Rebelde a finales de la década de los 80.
- Entrevista en profundidad: realizadas al subdirector editorial que atiende temas nacionales, Lic.
Ricardo Ronquillo Bello, y al director de la publicación, MSc. Rogelio Polanco Fuentes, quienes
26 Se hace referencia al Dr. Jaime Andréu Abela, profesor titular del departamento de Sociología de la Universidad de Granada, España.
31
interactuaron con el investigador y ofrecieron una información detallada sobre cuestiones organizativas
y editoriales del proceso de realización de los materiales estudiados.
Tanto en el grupo focal como en las entrevistas en profundidad y las aplicadas a los periodistas, se
utilizó la grabación de conversaciones como técnica para registrar la información ofrecida.
También se consultaron varios especialistas con experiencia docente e investigativa en el PI (ver anexo
#9): Dra. Miriam Rodríguez Betancourt, profesora titular de Técnicas y Lenguajes del Periodismo de la
Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana; Dr. Julio García Luis, decano de la
Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana; MSc. Lázaro Bacallao Pino,
profesor de la especialidad Periodismo Investigativo en la Facultad de Comunicación Social de la
Universidad de La Habana; y MSc. Roger Ricardo Luis, subdirector del Instituto Internacional de
Periodismo José Martí.
Instrumentos
- Guía de grupo focal (ver anexo #4)
- Cuestionarios de entrevista estructurada (ver anexos #5 y #6)
- Guía semiestructurada de entrevista en profundidad (ver anexo #7)
- Guía de análisis de contenido cualitativo (ver anexo #8)
Triangulación metodológica y por datos
El estudio quedó combinado metodológicamente con el empleo de diversos métodos y técnicas:
método bibliográfico-documental, análisis cualitativo de contenido, revisión bilbliográfica, grupo focal,
entrevistas estructuradas y entrevistas en profundidad. Al aplicar tales procedimientos y herramientas
se pudo contrastar la información obtenida de los directivos del medio estudiado, de los periodistas
actores del proceso de investigación de los trabajos periodísticos y de los productos comunicativos
analizados; lo cual posibilitó la triangulación por datos.
32
CAPÍTULO III: PRECISIONES DE CONTEXTO
El presente capítulo inscribe el objeto de estudio de la investigación en su contexto sociohistórico. Para
ello, ofrece una valiosa información referencial estructurada en dos partes: una primera, que explicita
los principales antecedentes del periodismo investigativo cubano; y una segunda, centrada en los
momentos más significativos de la historia de Juventud Rebelde.
Periodismo de investigación en Cuba
A juicio de Cardoso Milanés, en los umbrales del PI cubano, «habría que situar en un lugar cimero sin
dudas, a José Martí con El Presidio Político en Cuba, todo un tratado sobre la oscura vida en las
prisiones, donde la metrópolis española encerraba cualquier intento de rebeldía anticolonial» (Cardoso,
2008, pp.16-17). Sin embargo, según consta en la tesis de maestría La verdad útil, de los periodistas
cubanos Eloísa Gil y Roger Ricardo Luis (2000), en predios nacionales las primeras expresiones
investigativas se remontan a los últimos años del siglo XIX, con lo publicado en las secciones policiales
de algunos periódicos de la época.
A fines de la centuria decimonónica y principios de la del XX, varios periodistas firmaron páginas
inolvidables en materia de investigación. Rafael Conte, Fernando Berenguer, Agustín Pomares,
Guillermo Herrera y Eduardo Varela Zequeira, son nombres de referencia obligada. Justamente, de
Varela Zequeira, resultan distintivas sus obras: «La niña Zoila», «El Gabriel», «El asesinato de la niña
Luisa» y «El rey de los campos».
De las primeras décadas del pasado siglo merece destaque aparte la labor realizada por el joven escritor
y periodista Pablo de la Torriente Brau, autor de la serie de reportajes «Tierra o Sangre», reveladora
denuncia de los acontecimientos que conllevaron al levantamiento armado de los campesinos del
Realengo 18.
El 4 de julio de 1943 apareció por primera vez en las páginas de la revista Bohemia, por iniciativa del
joven reportero Enrique de la Osa, la sección «En Cuba», creada bajo el referente de lo que hacía el
servicio noticioso comentado «La marcha del tiempo», de la reconocida revista norteamericana Time.
Desde su surgimiento, en este apartado se publicaron investigaciones que ponían al descubierto
manejos ilícitos del gobierno, negocios sucios y crímenes de la política nacional de la época, así como
críticas a los procederes proimperialistas llevados a cabo en países latinoamericanos.
33
De acuerdo con lo expuesto por el escritor y periodista Ricardo Villares (1990), en su libro En Cuba:
primer tiempo. Enrique de la Osa, la sección utilizaba el método paralelo de vertientes triples, por el
cual dos o tres reporteros seguían una misma pista para confeccionar la información solicitada. Se
buscaba la confrontación de datos y el enriquecimiento de las notas con el mayor número de detalles
posibles.
Entre los reporteros e investigadores que conformaron el equipo de trabajo de la sección durante los
primeros años estuvieron: Ángel Augier, Manuel de Jesús Zamora, Diego González Martín, Lisandro
Otero, Rubén Castillo, Tony de la Osa, Fernando Campoamor, Fulvio Fuentes, Benito Novás, Mario
García del Cueto, Jacinto Torrás y Marta Rojas. También prestigiaron este espacio con su labor
reconocidos intelectuales de la talla de Juan Marinello, Raúl Roa y Nicolás Guillén.
Luego del triunfo de la Revolución, «En Cuba» continuó su rol periodístico en defensa de los intereses
del naciente proyecto social. Los tópicos de carácter político alcanzaron un mayor abordaje: se
cubrieron los juicios realizados a los criminales y asesinos de la dictadura, y sucesos vinculados con la
Reforma Agraria. Poco a poco la sección abandonó su protagonismo indagatorio en problemáticas de
interés social, para convertirse en mera difusora de acontecimientos relacionados con las
transformaciones del gobierno revolucionario.
En los archivos impresos de los 60 y 70 no se recoge el desarrollo de grandes investigaciones, a
excepción de algunos trabajos publicados en la revista Cuba, y del quehacer de los periodistas Jaime
Sarusky y Santiago Cardosa Arias en las páginas de Granma, otrora periódico Revolución.
Tras poco más de 20 años de prensa revolucionaria, en marzo de 1980 se celebró el IV Congreso de la
UPEC,27 en el que se discutieron con fuerza dos materiales rectores: la Tesis y Resolución «Sobre los
medios de difusión masiva», del I Congreso del PCC,28 el cual favorecía el desarrollo de un periodismo
examinador y comprometido que abordara en profundidad aspectos importantes de la realidad cubana;
y el documento «Sobre el fortalecimiento del ejercicio de la crítica en los medios de difusión masiva»,
del IX Pleno del Comité Central del PCC.29
Inmersa en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, al que convocara Fidel como
primer secretario del PCC luego del III Congreso de esa organización política,30 la prensa toda fue
27 La UPEC, organización que aglutina a los profesionales de la prensa cubana, fue creada el 15 de julio de 1963. 28 El I Congreso del PCC se efectuó del 17 al 22 de diciembre de 1975. 29 El IX Pleno del Comité Central del PCC se efectuó en noviembre de 1979. 30 El III Congreso del PCC se desarrolló en 1986.
34
convocada a revisar su política informativa. Para el periodista y profesor cubano José Ramón Vidal31
dicho proceso, más allá de sus limitaciones, desencadenó hacia lo interno del gremio un espíritu crítico
y creativo, que fue muy alto en los 60, pero que había sido sofocado por la «normatividad» de los 70 y
primer lustro de los 80, en los que se gestó, desarrolló y estancó un proceso de institucionalización
marcado por el modelo soviético.
En 1986, también tuvo lugar el V Congreso de la UPEC, evento en el que se presentó el documento «El
periodismo en Cuba: situación actual y perspectivas», cuya esencia estribaba en lo ineludible de
implementar métodos más eficaces de vinculación con la opinión pública, y en promover espacios de
participación, examen y discusión sobre asuntos de interés social.
Como resultado de tan peliagudos debates, los años 80 —principalmente los del segundo lustro—
transcurrieron marcados por un ejercicio de mayores y mejores desempeños en faenas investigativas.
Prestigiosos periodistas dieron cabal tratamiento a temas medulares de la vida en el país a través del
género reportaje. Publicaciones como El Caimán Barbudo32 y Juventud Rebelde, y nombres como los
de Eliseo Diego, Emilio Surí Quesada, Leonardo Padura Fuentes y Ángel Tomás González, entre otros,
constituyen mención imprescindible al hablar de investigación en este período (explicado más
adelante).
«“Shogunes” del cemento», de Félix Pita Astudillo, publicado en agosto de 1985 en Granma; y la serie
«Pelotón», de César Gómez Chacón, difundida en la revista Verde Olivo en febrero de 1990; también
son muestras de un hondo escrutinio a pasajes del acontecer insular de entonces.
Aun cuando la máxima dirección del país le pidió a la prensa la asunción a los fenómenos desde una
perspectiva crítica, muchos de los profundos enjuiciamientos periodísticos de esta época suscitaron
reacciones encontradas. El mejor ejemplo de ello fue «El caso Sandra»,33 publicado en 1987 en la
revista Somos Jóvenes, testimonio de una de las más deplorables realidades de la sociedad cubana de
aquel momento: el jineterismo. Contrario a la notable repercusión que tuvo en los lectores, la salida a la
palestra pública de este reportaje trajo consigo arduos análisis alentados desde la esfera política.
Con la llegada de los 90, tras la desintegración del campo socialista, la función cuestionadora y
reflexiva orientada a los medios de prensa a través de diversas disposiciones del PCC y la UPEC, fue
31 El Dr. José Ramón Vidal, coordinador del programa de Comunicación Popular del Centro Memorial Martin Luther king y profesor adjunto de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana, fue entrevistado por el autor de este trabajo de diploma. 32 Esta publicación se creó en 1966 como suplemento cultural del periódico Juventud Rebelde, al que pasaron a formar parte en la década de los 80, provenientes de El Caimán Barbudo, periodistas de la talla de Leonardo Padura Fuentes y Ángel Tomás González. 33 «El caso Sandra», una de las obras más recurrentes para hablar de investigación en Cuba, escrita por Luis Manuel García Méndez, tocó un tema poco manoseado institucionalmente.
35
reformulada. La instauración del período especial, como estrategia nacional de supervivencia, conllevó
una drástica reducción en las tiradas de casi todas las publicaciones del país, por la falta de papel y
otros insumos bibliográficos. En tan difíciles circunstancias comenzó a necesitarse de una prensa más
comprometida con la Revolución, no solo ideológicamente, sino también mediante su discurso.
(Franco, 2005)
A nivel nacional, la política informativa se concentró en promover la capacidad de resistencia y unidad
del pueblo. En el VI Congreso del la UPEC, efectuado en 1993, José Ramón Balaguer, entonces jefe
del departamento ideológico del Comité Central del PCC, refirió la difícil situación que atravesaba el
país y recalcó las nuevas funciones de los medios cubanos: había que cuidar todo lo que se decía para
no darle armas al enemigo. Todo aquello que podía alentar la arenga contrarrevolucionaria sería
absolutamente censurado.
Fueron años en los que, «la investigación disminuyó sensiblemente, en primer lugar por la crisis
económica, y en segundo por no existir una total comprensión por parte del PCC y el Estado sobre lo
importante de esta modalidad para el mejoramiento social y una mayor calidad en la información». (Gil
y Ricardo, 2000)
A pesar de las duras condiciones de esta etapa, en las páginas de Bohemia la periodista Mirta
Rodríguez Calderón escribió ejemplos paradigmáticos del más genuino PI nacional —a juicio de Eloísa
Gil y Roger Ricardo Luis. Sus obras «Bogeo al divorcio en Cuba» y la trilogía de materiales sobre la
violencia doméstica «Trazos y colores», «Cómo anda su carácter» y «Que nadie se entere», publicados
entre noviembre de 1992 y junio de 1994; trascienden como característicos de la investigación
periodística en Cuba. También son destacables los reportajes sobre la prostitución en el país, realizados
por Rosa Miriam Elizalde y publicados en 1996 en forma de libro.
Con la celebración del VII Congreso de la UPEC en 1999, se abogó de nuevo por la crítica, al
identificarla no como un género ni como una práctica aislada, sino como un enfoque de trabajo ante el
imperativo de una información coherente con la realidad y los principios revolucionarios. En 2000, al
resurgir la sección «En Cuba» —luego de su desaparición en 1986— se comienzan a tratar otra vez
tópicos de alto impacto social, sin que la totalidad de los trabajos trataran temas polémicos o candentes,
o sacaran a relucir anomalías ocultas.
En 2007 se dieron a conocer otras «Orientaciones del Buró Político del PCC para elevar la eficacia
informativa de los medios de prensa», en cuyos lineamientos nuevamente se abogaba por la necesidad
36
de una crítica objetiva, oportuna, con datos exactos, sin sensacionalismo ni especulaciones, que
señalara la causa real de los problemas. A excepción de las diferentes disposiciones trazadas por la
UPEC y el PCC en pos de un periodismo más crítico, los profesionales y sus órganos de prensa carecen
de otros respaldos legales de mayor rango para investigar.34
A tenor de los preceptos básicos de la prensa revolucionaria cubana, nuestro periodismo investigativo
desestima el tratamiento de hechos sensacionalistas, defiende la invulnerabilidad de la Revolución ante
cualquier acontecimiento que ponga en riesgo la seguridad nacional, y excluye de sus intereses
procedimientos indagatorios que no estén acorde con la ética y los principios de nuestra moral
socialista, o que atenten contra la integridad ciudadana o dañen de forma deliberada la intimidad de las
personas.
Si bien la radio y la televisión se consideran valiosos soportes de difusión, escasa resulta la presencia
de la investigación periodística en estos medios. Solo dos antecedentes del PI se identifican en la
prensa radial cubana: los programas de denuncia realizados por Eduardo R. Chibás, líder del Partido
Ortodoxo, y el espacio Chicho Timbrazo, de CMKC, de Santiago de Cuba, producido por los
periodistas Ruperto Pérez López y Gloria Cuadras; ambos programas transmitidos antes del triunfo de
la Revolución. (Cardoso, 2008)
Actualmente, los nuevos profesionales del periodismo egresan de las universidades con el
conocimiento teórico necesario para afrontar el ejercicio del PI. Sin embargo, contados medios
nacionales han realizado trabajos afines a esta vertiente periodística.
El programa Alta Tensión,35 de la emisora villaclareña CMHW —un caso atípico en el periodismo
radiofónico de los últimos tres lustros—; ciertos reportajes especiales publicados en los semanarios
provinciales ¡Ahora!, de Holguín; Invasor, de Ciego de Ávila, y Escambray, de Sancti Spíritus, junto a
la sección «En Cuba», de la revista Bohemia, y algunos materiales publicados en la edición dominical
del diario Juventud Rebelde, constituyen, a criterio de especialistas en el tema,36 las mejores
aproximaciones al periodismo de investigación en la prensa cubana actual.
34 En Cuba no existe una ley de prensa que como instrumento jurídico ampare la labor del periodista. 35 Dirigido por Jorge Gómez y conducido por los destacados periodistas Xiomara Rodríguez y Abel Falcón, el espacio aborda todos los sábados un tema polémico de alta repecursión social, con la presencia de funcionarios y directivos en permanente intercambio con los oyentes. 36 Este criterio es sustentado por dos de los especialistas consultados: Dr. Julio García Luis y MSc. Lázaro Bacallao Pino.
37
Juventud Rebelde: hitos en la historia de un diario
«Un periódico destinado fundamentalmente a la juventud, con cosas que le interesen a la juventud, pero
que debe tratar de ser un periódico de calidad y que las cosas que allí se escriban puedan interesar a
todos los demás; a los jóvenes honorarios o a aquellos que no tienen el título de jóvenes honorarios».
Así Fidel Castro demarcó las líneas editoriales de un nuevo rotativo, el 21 de octubre de 1965, rodeado
de militantes de la UJC en el estadio capitalino Pedro Marrero, en medio de la clausura de las
actividades por el quinto aniversario de la integración del Movimiento Juvenil Martiano, y en la
inauguración de los primeros Juegos Deportivos Nacionales. Nacía entonces Juventud Rebelde, cuyo
nombre surgió como simbiosis de las dos denominaciones propuestas inicialmente: «Diario de la
Juventud» y «Rebelde».
Con 16 páginas tamaño tabloide a tres tintas (rojo, azul y negro) circuló el 22 de octubre de 1965 el
primer número del periódico, fundado como vocero y representante de la juventud comunista cubana, y
heredero de las mejores tradiciones periodísticas de la revista Mella y del Diario de la Tarde, órganos
que legaron sus colectivos de trabajo a esta nueva publicación.
La confluencia desde los primeros momentos de periodistas, fotógrafos, dibujantes y diseñadores
posibilitó la creación de suplementos. Como efecto de esa fusión vieron la luz El sable, de corte
humorístico, que luego cambió su nombre por La Chicharra, y más tarde devino finalmente en Dedeté;
y El Caimán Barbudo, de perfil cultural, convertido con posterioridad en una revista independiente del
periódico.
El 2 de junio de 1969 surgió la edición dominical, momento en el que el rotativo dejó de salir los
sábados para editarse los domingos como una publicación matutina especial destinada a todo el país.
En ese mismo año también quedó abierta la Escuela Nacional de Corresponsales, con 18 alumnos de
matrícula, la cual mitigó la falta de periodistas y ayudó a la superación de algunos compañeros que
anteriormente habían integrado el Movimiento de Corresponsales Voluntarios del periódico y ya
practicaban el oficio.
Como bien se reconoce en la primera parte de este capítulo, a fines de los 80, JR despuntó con un
periodismo diferente del que había hecho hasta ese momento. Según explica José Ramón Vidal, quien
fue director del periódico por estos años, «era un tipo de trabajo que se inspiraba en el Nuevo
Periodismo norteamericano, en el periodismo literario, y que gustó mucho a los lectores. En 1987 se
38
creó un equipo para reportajes especiales que lo llamábamos “el grupo de locos”, del que formaron
parte Leonardo Padura Fuentes, Ángel Tomás González y Emilio Surí Quesada.
«No teníamos entonces pleno conocimiento teórico de lo que hacíamos, sólo algunas pistas y nuestra
intuición. Así surgió aquel periodismo que por su forma de hacerse, se asemeja al periodismo de
investigación, por su lenguaje al periodismo literario, por su contenido a un periodismo crítico,
propositivo, estimulador del diálogo y la reflexión […] Eran materiales que llevaban mucho más
tiempo para recopilar la información, mucho más tiempo para elaborarla, pero además cubría mucho
más espacio en el periódico, porque generalmente eran reportajes de una o dos páginas completas».
(Vidal, 2009)37
Frente a los declives económicos provocados por la caída del campo socialista, en septiembre de 1990
JR dejó de circular todos los días para convertirse en un semanario, con solo seis páginas de
información nacional. Según refiere el periodista Jorge Legañoa, en su trabajo de diploma «Por las
venas de la política editorial de Juventud Rebelde», los cambios originados a raíz del período especial
provocaron un debilitamiento de la estructura editorial del periódico al pasarse de manera consciente o
inconsciente a una política editorial de defensa a ultranza de los valores de la Revolución que
desatendió importantes temas de debate general. (Legañoa, 2007)
Ante las pocas posibilidades de trabajo en la publicación impresa, fue creado Rebelde en Rebelde,
programa radial realizado por los reporteros del periódico. Las emisiones radiofónicas salían al aire los
domingos en la mañana por las ondas de Radio Rebelde, como ampliación de los tópicos tratados en la
edición de papel de ese día. No menos valioso y alternativo, frente a la escasez de insumos
bibliográficos de estos años, resultó la aparición de la versión digital de JR, el 4 de julio de 1997, lo
cual implicó transformaciones en la concepción del trabajo para atender las características de los
nuevos destinatarios: los lectores del ciberespacio.
En 1999, tras la celebración del VII Congreso de la UPEC, el periódico recuperó su carácter diario. El
ritmo acelerado del diarismo imponía buscar fórmulas para garantizar la publicación. De esa manera,
aparecieron las páginas temáticas, estrategia reporteril que convirtió a muchos periodistas en editores
de sus propios materiales y promovió la colaboración de diversos especialistas. Varios tópicos
conformaron aquellas nuevas secciones: Economía y Servicios, Juventud, Sociedad, Informática y
Nuevas Tecnologías, y Sexo Sentido —estas dos últimas aún se mantienen.
37 Esta información fue ofrecida en entrevista realizada por el autor de este trabajo de diploma.
39
Un estudio de lectoría realizado en 2005 por el departamento de Atención a Lectores del propio
periódico, arrojó resultados no muy favorables sobre el funcionamiento de algunas de estas páginas, lo
que trajo consigo un cambio en el tratamiento de diversos temas.
Apareció entonces a fines de ese año una nueva estructura para el desarrollo de investigaciones entre
los miembros del departamento de Información Nacional: los Grupos Creativos, proyecto con el cual, a
juicio de la periodista Margarita Barrio Sánchez en su tesis de maestría «La experiencia de los equipos
creativos en Juventud Rebelde:¿ejercicio del periodismo de investigación?», «el periódico se propuso
trascender el encorsetamiento temático, tener en su fondo la defensa y multiplicación de la experiencia
en el análisis y conformación colectiva de la política editorial del diario». (Barrio, 2008, p.45)
En entrevista realizada por el autor de este trabajo de diploma a Rogelio Polanco Fuentes, director
actual de JR, este expuso: «hay una voluntad de hacer un periodismo diferente, de superar estructuras
que pudieran paralizar ese tipo de periodismo,38 hay un sentido de pertenencia de los reporteros, y un
alto compromiso de los editores, encargados de interpretar y conjugar las políticas del país con los
intereses de la sociedad.
«Por el hecho mismo de ser un periódico dedicado a los jóvenes, por ser el órgano de prensa de la
juventud, y ser considerado un espacio de experimentación en materia de periodismo, Juventud
Rebelde es por naturaleza polémico, audaz, problematizador, desprovisto de una mirada complaciente
al abordar los más disímiles problemas de la sociedad».
En estos momentos, el rotativo cuenta con varios departamentos —conocidos también como equipos o
redacciones—: Nacional, Internacional, Cultura, Deportes, Fotografía, DDT y Corresponsales —este
último está compuesto por profesionales ubicados en todas las provincias del país—, además del
departamento de Atención a Lectores y el Centro de Información, Documentación y Archivo (CIDA).
Más de cuatro décadas de historia avalan la prestigiosa tradición editorial de uno de los rotativos de
mayor notoriedad en los anales periodísticos cubanos de los últimos 50 años.
38 En este caso se refiere al periodismo de investigación.
40
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
El presente apartado expone de forma integrada los resultados obtenidos, tras aplicar el proceder
metodológico descrito en una de las secciones anteriores (capítulo II). La estructura del capítulo
obedece a los aspectos comprendidos en las dos dimensiones categoriales del estudio: metodología y
organización del trabajo y elaboración del producto comunicativo, las cuales conforman la única
categoría de análisis de la investigación: rasgos distintivos del periodismo investigativo.
Sería oportuno recordar, además, que el estudio centra su atención en el contenido de los materiales
publicados a dos páginas en la edición dominical del diario JR durante el trienio 2006-2007-2008; pero
a su vez complementa y amplía esa información con las experiencias investigativas contadas por los
actores del proceso de realización de dichos materiales.
Como toda expresión periodística, el ejercicio del PI no puede sustraerse a las condicionantes del
medio en que se desarrolla, es decir, no se comprende en su justa dimensión si no se tiene en cuenta el
contexto en que se practica; por lo que, al estudiar el quehacer de un órgano de prensa cubano, resulta
conveniente examinar los postulados teóricos de la modalidad que nos ocupa —aun cuando muchos de
estos sean asumidos de escenarios foráneos— a la luz del contexto mediático cubano, condicionado
también por el entorno sociopolítico y socioeconómico nacional.
Es sabido que los medios de comunicación pública en Cuba constituyen propiedad estatal, y en virtud
de ello asumen una función social como parte de un proyecto socialista apenas comparable con él
mismo, cuyo marcado propósito es gestar un hombre nuevo en una sociedad nueva. A partir de tales
preceptos se concreta entonces el encargo social de nuestro periodismo y, por supuesto, del periodismo
de investigación propiamente dicho:
«Para la experiencia cubana, el PI no es un ejercicio contra el poder, sino desde el poder, en el concepto
de unicidad de este, y se dirige a revelar, mediante la investigación, problemas y realidades que a veces
permanecen ocultos a la opinión pública, bien por su naturaleza compleja o por la acción intencionada
de personas o intereses» (Dr. Julio García Luis).39
«Creo que la diferencia entre el PI en Cuba, del modelo que teóricamente distingue a esta modalidad,
muy definida en otros contextos, radica en los objetivos, que también marcan la diferencia entre los
modos de ser y hacer periodismo en Cuba y en otros países. Aquí el PI no actúa como un contrapoder
39 Es uno de los especialistas consultados.
41
del gobierno ni del Estado, no siempre se enfrenta a asuntos que alguien trata de mantener ocultos ni
quiere brillar por el sensacionalismo, sino por una vocación de servicio que está muy arraigada en el
gremio periodístico» (Dra. Miriam Rodríguez Betancourt).40
«La prensa cubana responde a los intereses de un país en Revolución, lo que conlleva a pensar que si el
periodismo nuestro está abocado a ser militante y creador, tiene que indagar lo que pasa en la sociedad,
en busca del perfeccionamiento de nuestro proyecto social, y para eso se necesita investigación
profunda» (MSc. Roger Ricardo Luis).41
El trabajo en equipo. La realización de una serie
Todos los productos comunicativos estudiados son resultado de la labor en equipos compuestos al
menos por dos profesionales. Desde hace varios años, la dirección del periódico incentiva el desarrollo
de importantes proyectos periodísticos con la puesta en funcionamiento de los Grupos Creativos,42 lo
que, a juicio de Ricardo Ronquillo Bello, subdirector editorial de JR, quien además dirige el
departamento de Información Nacional, «ha permitido combinar aptitudes y destrezas profesionales.
Las debilidades de unos reporteros se suplen con las fortalezas de otros, y viceversa».
Sumamente peculiar resulta para la realización de estos materiales periodísticos la participación de los
corresponsales provinciales del periódico, quienes le otorgan una dimensión mayor a la investigación al
contribuir con un enfoque del tema desde sus respectivos territorios. «Contar con ellos ayuda a tener
una mirada más amplia de los problemas, y por ende, mucho más completa del ámbito nacional»
(Mileyda Menéndez Dávila, jefa del equipo de corresponsales de JR, quien estuvo presente en el grupo
focal).
Cinco series de trabajos forman parte de la muestra de los textos periodísticos: todas compuestas por
dos materiales, excepto una, constituida por tres productos comunicativos. Tal estructuración se debe
muchas veces a la imposibilidad de conseguir en un solo producto un tratamiento multifactorial e
integrado de determinados tópicos.
Por ejemplo, con la realización de la serie «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (I) (II) y (III)»,
los reporteros, al organizar la información obtenida, estimaron la urgencia de plantear el fenómeno de
la desaparición de las canciones infantiles del repertorio de los niños en tres partes: una primera que
presenta de modo general el tema, describe el problema y refiere sus principales aristas; y una segunda
40 Es una de las especialistas consultadas. 41 Es uno de los especialistas consultados. 42 Los Grupos Creativos son una novedosa estrategia de trabajo fundada en el periódico a finales de 2005 (explicado en el capítulo II).
42
y tercera partes, adentradas con mayor profundidad en las principales causas y consecuencias del
asunto tratado.
En algunos casos, el texto concerniente a la segunda parte —o tercera— de un tema, es redactado una
vez que se publica el primer material, con el objetivo de poner el curso de la investigación en función
de las inquietudes y sugerencias de los lectores, lo que conduce a los reporteros a volver al campo de
investigación.
Temas tratados
Extraídos de la realidad cotidiana, los temas seleccionados para tales trabajos permiten un acercamiento
crítico a las más diversas complejidades de la vida social cubana. En su mayoría, las propuestas parten
de los periodistas, quienes toman en cuenta sus experiencias vitales y luego las enriquecen con los
puntos de vista de quienes les rodean. «La vida misma nos va dando los temas. Uno a menudo se
cuestiona el porqué de muchísimas contradicciones y se pregunta por qué pasan, quién las causa. De
ahí sacamos las mayores motivaciones para investigar» (Dora Pérez Sáez, periodista del departamento
de Información Nacional).
«Hemos escogido un tema a partir de rumores que andan por las calles, o conversaciones que alguien
sostiene con uno o con otra persona delante de uno, en una cola, en una peluquería. Recibimos la pista,
y poco a poco vamos indagando a ver cuánto hay de cierto en todo eso. Una vez que comenzamos a
abordar el tema, nuestro objetivo es llegar a la esencia de ese problema que necesita verse tratado a
fondo porque interesa o perjudica a una parte del pueblo» (Margarita Barrio Sánchez, periodista del
departamento de Información Nacional).
Los tópicos planteados cubren un amplio espectro temático, con énfasis en asuntos sociales y
económicos. Si bien no puede afirmarse categóricamente que JR es el único medio que los refiere, sí
puede incluirse entre los pocos órganos de la prensa escrita que han denunciado mediante un
tratamiento a fondo cuestiones pertinentes a temas tan sensibles y de interés para la sociedad cubana de
hoy, como la atención en los servicios estomatológicos en el país, la calidad del nuevo modelo de
aprendizaje implementado en la enseñanza Secundaria Básica, o la expansión de especies peligrosas
para la fauna cubana por violaciones de la seguridad biológica nacional; entre otros.
«El encargo social del PI en el período de transición al socialismo aparece directamente vinculado a la
ampliación y profundización de la democracia al interior del sistema, de lo que se deriva que incluir
43
determinados temas en la agenda mediática resultará una oportuna contribución a la ampliación del
debate social y a la participación de los sujetos en este» (MSc. Lázaro Bacallao Pino).43
«Tratamos temas que irrumpen de la propia dinámica sociopolítica y socioeconómica del país, y
aparecen contemplados en nuestra agenda a partir de las necesidades de conocimiento y análisis que
requiere la sociedad cubana contemporánea. Son asuntos peliagudos, polémicos, controversiales, pero
que la dirección del órgano asume consciente y responsablemente, atendiendo a la función crítica que
como medio de prensa le corresponde a JR.
«Las propuestas de posibles trabajos son discutidas en el Consejo de Redacción del periódico, en el
cual se aprueba la investigación. No existe un plan estático y permanente; hemos creado una estructura
dinámica, flexible, que puede cambiar de acuerdo con determinadas coyunturas. A veces lo que pudiera
hacerse en un momento no es posible en otro» (Rogelio Polanco Fuentes, director).
Con el desarrollo de un periodismo de mayor hondura analítica, en el que sus ejecutores tienen el
imperativo de desplegar constantes iniciativas y habilidades profesionales, el periódico ha emprendido
el tratamiento de problemáticas que, aunque presentes en el debate cotidiano del cubano sobre su
propia realidad social, están casi excluidas de las agendas de la comunicación pública nacional.
Ante la pregunta de si realmente se revela o no algo oculto u ocultado, se desencadenaron interesantes
razonamientos durante el grupo de discusión efectuado con los corresponsales en las provincias, y de
igual forma se concibieron varios criterios en las entrevistas estructuradas que se aplicaron a los
periodistas de la Redacción central.
«Lo que hacemos es provocar reflexiones, generar criterios sobre temas del día a día que afectan a la
gente y que no salen en los medios de prensa, y que entonces, por verse publicados en un periódico
causan tanto asombro; pero muy poco de lo que decimos pudiera considerarse oculto… si es que todos
están a la vista de los lectores» (Lisván Lescaille Durán, corresponsal en Guantánamo).
Según las finalidades que los reporteros declararon perseguir con la realización de estos materiales, no
siempre los propósitos investigativos estriban en hacer público algo oculto, sino más bien en trascender
la superficie de los fenómenos, con lo cual salen a relucir, en ocasiones, cuestiones desconocidas sobre
un tema, y se ponen al servicio de la opinión pública elementos silenciados o no planteados en otros
43 Es uno de los especialistas consultados.
44
medios, muchas veces por motivos que van desde la censura hasta la autocensura, pasando también por
el desinterés o la incapacidad de los propios profesionales.
Confección de un proyecto: tiempo, viabilidad y costo
Luego de discutida y aprobada por el Consejo de Redacción la propuesta investigativa, los periodistas,
quienes se unen mayoritariamente por empatías e intereses profesionales, realizan un boceto general en
el que plantean cuáles serán los objetivos de la pesquisa, partiendo de una idea original que se irá
modificando durante el proceso investigativo. En función de los objetivos, los reporteros estructuran la
estrategia de posibles fuentes a consultar en la indagación.
«Tal vez no elaboramos un proyecto con toda la formalidad requerida, pero tampoco dejamos de hacer
una guía para orientarnos en la investigación. Si no la hiciéramos, caminaríamos a ciegas por encima
del problema, sin rumbo, obviando la tan necesaria premeditación de uno mismo antes de iniciar
cualquier trabajo. Desde luego, ese croquis inicial está sujeto a muchísimos cambios mientras avanza la
investigación» (Marianela Martín González, periodista del departamento de Información Nacional).
Si bien los periodistas articulan un esquema flexible con un ordenamiento gradual de las principales
fuentes a las que han de consultar, en esa estructura primaria no acostumbran a tener en cuenta los
métodos y técnicas susceptibles de aplicarse durante el trabajo de campo, ni las estrategias o
alternativas a seguir para la interacción con posibles fuentes reacias. Todo ello se deja más al
empirismo y a la intuición del reportero en el área de investigación, que a la tan aconsejable
planificación del quehacer indagatorio, a la que se rehúsa en ocasiones por dinámicas de trabajo que
afectan el desempeño laboral de los propios realizadores de la pesquisa.
«Desarrollar una investigación requiere que el periodista tenga que alejarse de las rutinas del diarismo
para permanecer un tiempo investigando, y eso muchas veces es difícil materializarlo en las
condiciones actuales de los medios de prensa cubanos» (Roger Ricardo Luis).
«Para nosotros el tiempo de una investigación resulta impredecible. Los mismos periodistas que
cubrimos la información nacional en el diario somos los que investigamos. A veces uno se atrasa
simplemente por andar ocupado detrás de la noticia. Por supuesto, también nos demoramos por la
reticencia o el baraje de algunas fuentes, o porque en la medida en que avanzamos, nos damos cuenta
de que hace falta buscar más argumentos de los que pensábamos al inicio» (Yailín Orta Rivera,
periodista del departamento de Información Nacional).
45
En la elaboración del proyecto se prescinde habitualmente de los profesionales del ámbito gráfico —
fotógrafos, diseñadores y caricaturistas—, de los que muchas veces se obvian sus ideas creativas y no
se ponen las ayudas instrumentales que manejan en función del producto comunicativo, al
incorporarlos con posterioridad al trabajo de campo, sin total conocimiento del asunto investigado.
Semejante situación ocurre con los corresponsales de provincia, quienes, luego de ser conminados
desde la Redacción central a la investigación, se integran con una visión sesgada de los objetivos que se
persiguen. Con la participación de los corresponsales, no siempre se establece balance geográfico. En
muy pocos textos aparece justificado el porqué se analiza el tema desde unas provincias y desde otras
no, como si la selección fuese una decisión arbitraria del redactor.
No se estila trazar una planificación formal de los recursos materiales a emplear. Según expusieron los
propios periodistas realizadores, pocas veces han pedido dietas. Un carro es lo que con mayor
frecuencia necesitan. Desde el punto de vista infraestructural, el desarrollo de tales indagaciones
periodísticas resulta viable, al no implicarle grandes costos al periódico.
Fuentes consultadas
Durante la búsqueda de los datos se desatan dinámicas que en el curso de la investigación permiten a
los periodistas vivir una experiencia interesante en el trabajo con los documentos y las personas dadas a
ofrecer información en torno al tópico estudiado. Acceder a las fuentes no es tarea fácil, mucho menos,
cuando se trata de una exploración incisiva sobre temas de los que excepcionalmente se habla.
«Debe hacerse énfasis en la diferencia que ha de existir en las relaciones entre el periodista y las
fuentes en el caso del PI, con respecto a lo que se ha dado en llamar periodismo cotidiano. En este
último se ha gestado, en la tradición histórica, una dependencia del periodista en su relación con las
fuentes, al extremo de que se hipoteca todo el compromiso periodístico a unas declaraciones o datos
atribuidos.
«En cambio, en el PI, el periodista, si bien no completamente, sí resultará más autónomo en su relación
con las fuentes, de lo cual se derivan las dificultades que enfrenta en sus vínculos con ellas. La
veracidad en el PI no es solo cuestión de comillas y atribuciones, sino de investigación y de
responsabilidad del periodista con los datos que ha obtenido» (Lázaro Bacallao Pino).
Es apreciable en los materiales periodísticos analizados una preferencia por las fuentes favorables e
implicadas, la mayoría de ellas, con una actitud positiva respecto al fenómeno examinado y
relacionadas con este como afectadas, protagonistas o testigos; lo que no significa que resulte
46
inadvertida la presencia de fuentes reacias y ajenas en el tratamiento de varios tópicos, aunque
constituyan minoría y no sea posible encontrarlas en la totalidad de los trabajos.
Al declararse fuentes opuestas a la tesis principal de la investigación, se logra visualizar con mayores
aciertos la pluralidad de criterios existentes a nivel social sobre determinadas aristas de un tema, de lo
que puede inferirse un interés de los reporteros por democratizar sus textos, es decir, darles voces a
personas con diferentes puntos de vista, y así situar esa multiplicidad de matices en función de brindar
mayor contraste y credibilidad. Una expresión de ello se manifiesta en la primera parte de la serie de
productos «La vieja gran estafa», donde ofrece sus razones un zapatero estatal inspeccionado:
Este pomo de pegamento me costó 150 pesos. El cono de hilo 50 más. Los implementos de trabajo que
usted ve en esta mesa también son míos. Todos los compré con mi dinero. La empresa no me da nada
para trabajar. Por eso es que tengo que cobrarle 25 pesos por coserle sus zapatos. Si no le conviene
vaya a la esquina, allí trabaja un particular, verá cuánto le cobra.
Sin embargo, al analizar la ubicación de las fuentes en algunos textos, vale apuntar que no en todos los
materiales se advierte contraste entre las fuentes declaradas, ni se aprovechan las contradicciones
inherentes a determinados temas para poner a dialogar con suficiente fuerza expresiva a las personas
desde posiciones controversiales, como parte de ese conflicto de interés social que enuncian los
trabajos.
Se trata de un simple lastre formal, originado en la mayoría de los casos por el empleo reiterado de una
misma estructura al introducir las fuentes, lo que si bien no pone en riesgo la credibilidad del producto
comunicativo, tampoco le favorece. En varios materiales se abusa de presentar las fuentes de la
siguiente manera: Odalis Rodríguez, profesora general integral (PGI) de la escuela Álvaro Morell, y
con más de 20 años, explicó que... [Yo apruebo, tú apruebas... ¿Todos aprendemos? (I)]
Se conjugan de modo coherente fuentes documentales y personales; aunque estas últimas marcan
primacía. Para la elaboración de algunos trabajos fueron tomados como apoyatura los resultados de
pesquisas realizadas por centros especializados en el desarrollo de investigaciones, a los que asistieron
los periodistas en busca de fuentes técnicas, cuya abundante presencia en los textos resalta a primera
vista.
Esclarecer y orientar sobre situaciones y fenómenos inexplorados o de errónea percepción social, es
también prioridad de los reporteros, quienes recurren a la búsqueda de la experticia en los más diversos
47
perfiles y áreas del saber, para ayudar a cubrir vacíos cognoscitivos latientes en nuestra sociedad, que
van desde el desconocimiento de regulaciones legales hasta consejos para la convivencia cotidiana.
Pese a los lineamientos trazados en 2007 como parte de las «Orientaciones del Buró Político del
Comité Central del PCC para elevar la eficacia informativa de los medios de prensa», y en las que se
reconoce que los cuadros administrativos y políticos deben estar preparados para brindar información
de manera responsable cuando la prensa se los solicite; con conocimiento de causa los periodistas
consideran las fuentes oficiales como las más trabajosas y desfavorables a las pretensiones de una
indagación de este tipo:
«Sin lugar a dudas, son las más difíciles. En ocasiones sufren una especie de travestismo, pues llegan a
actuar como oficiosas. Te dicen: “Esta es la verdad, pero sal a buscarla por otra vía, o ponla en boca
tuya”, y entonces como el que no quiere las cosas dejan caer en tus manos un informe del que puedes
sacar algunos datos a sabiendas de que a ellas no puedes mencionarlas en lo absoluto.
«Cuando comienzas a preguntarles sobre un tema que les concierne de cerca o les compromete,
enseguida alegan: “Mira, eso está en estudio; por ahora tengo la orientación de no hablar de ese asunto.
Será mejor después. ¿Por qué no me dejas consultar?” El caso no solo se ha dado con simples
directivos de una empresa, sino también con viceministros y hasta con ministros, quienes han llegado a
proponernos silenciar determinados asuntos, al parecer como una solución» (Marianela Martín
González).
Referencias a situaciones como las contadas anteriormente aparecen de modo explícito en algunos
textos. Por ejemplo: Cuando Juventud Rebelde trató de interpelar a la administradora del local, esta
no accedió, alegando que debíamos contar con una carta del administrador del Bulevar para poder
atendernos [«La vieja gran estafa (I)»].
«Varias fuentes oficiales pueden incluirse dentro de un sector burocrático preocupado por esquivar de
la mirada pública problemas de ineficiencia y desorganización. Existen zonas temáticas que, al parecer,
son campos minados, en las que a ellas no les conviene que se escarbe demasiado, por lo que, desde sus
posiciones de poder sobre la información, vedan la posibilidad de indagar» (Juan Morales Agüero,
corresponsal en Las Tunas).
No pocos obstáculos sortean los actores del proceso de realización de los trabajos en su indispensable
misión de consultar diversidad de fuentes, a las que generalmente acceden en orden creciente del valor
institucional u oficial de las informaciones que les proporcionan.
48
«Hay algo que ciertos periodistas llaman “no espantar la paloma”, y que consiste en no acudir a una
fuente oficial de alto rango hasta tanto no tengamos la investigación casi completa, pues en ocasiones
ese tipo de fuente comunica la existencia de nuestros proyectos investigativos a determinadas
instancias decisoras en el país, las cuales solicitan revisar el producto final, cuya publicación casi nunca
se materializa. Todavía no existe una cabal comprensión de lo que hacemos, lo que nos obliga a seguir
manteniendo el derecho que le asiste a la dirección del periódico de decidir lo que se saca en función de
realizar materiales de este tipo» (Ricardo Ronquillo Bello).
Al contar sus experiencias investigativas, uno de los autores del producto periodístico « ¿Quién le pone
un cascabel al “gato”?», Hugo García Fernández, corresponsal del periódico en Matanzas, sostuvo que
en el sondeo para la realización de este material consultó fuentes que aportaron datos valiosísimos;
pero que solicitaron que su identidad jamás saliera a la luz pública. «Cuando una fuente te pide
permanecer en el anonimato, respétala y podrás volver a utilizarla, pues casi siempre asumen esa
posición porque de darse a conocer su nombre, podrían sufrir alguna presión que no estarían dispuestas
a aguantar».
En sus investigaciones, a los periodistas de JR les distingue un riguroso proceder ético, a tenor de lo
regulado en el actual Código de Ética de la UPEC,44 en el cual pueden identificarse cerca de 14
artículos relacionados, directa o indirectamente, con la actitud del profesional en el periodismo de
investigación, cuyo ejercicio requiere de una elevada dimensión ética de sus realizadores, si se tiene en
cuenta el encargo social del PI en el contexto cubano.
Métodos, técnicas y estrategias empleados
Durante la interacción con las fuentes, los periodistas ponen en práctica métodos y estrategias para
indagar en la realidad social que no solo les permiten obtener determinadas informaciones, sino
también verificarlas de modo vivencial, al convertirse el reportero en muchas ocasiones en participante
y testigo sistemático de los hechos investigados, lo cual distingue a la pesquisa propia del PI de esa otra
investigación consustancial a todo periodismo.
A juicio de Roger Ricardo Luis, «en el producto comunicativo final de una investigación periodística
deben darse, además de la contrastación de fuentes, pruebas o evidencias que apunten a la aplicación de
una rigurosa metodología de trabajo.»
44 El actual Código de Ética de la UPEC fue aprobado en el VIII Congreso de esta organización, celebrado en julio de 2008.
49
«No existe una única técnica, ni una sola estrategia para recopilar los datos. La propia naturaleza del
tema y el rol que uno desempeña en la investigación cuando se hace en equipo, determina la elección
de estas. A veces, la más tradicional: esa de sentarse con un informante y luego con otro y después con
otro, e ir escuchando opiniones e historias, aporta muy buenos resultados. El empleo de los métodos
debe ser algo bien puntual, en función de lo que desea lograrse en el trabajo» (Luis Raúl Vázquez,
corresponsal en Ciego de Ávila).
Más allá de utilizarse en cualquier práctica periodística, la observación directa en estos trabajos se
diferencia por su carácter obligatorio y sistemático. Además de ser entendido por los reporteros como
uno de los procedimientos básicos para la recopilación y comprobación de datos, el empleo coordinado
de este método también se manifiesta en algunos productos, cuyos autores lo presentan como prueba de
lo investigado.
El siguiente fragmento de «La vieja gran estafa (I)» lo confirma: Fue deprimente observar las
condiciones en que se freían las papas rellenas; pudimos comprobar in situ las condiciones de aquel
aceite, que ponía el producto negro como carbón, porque se fríe y se refríe en el mismo ¿aceite? hasta
que se gasta en el caldero, no importa que sus componentes se deterioren y al final se vuelvan dañinos.
También nos alarmó ver el pequeño cucharón con el que se servían los espaguetis.
La realización de entrevistas en calidad de diálogos exploratorios se registra en todos los textos, al
considerarse la vía fundamental para la ejecución de esos tanteos de opiniones, referidos literalmente
en la mayoría de los materiales. He aquí una muestra: Un sondeo entre un centenar de padres y de
alumnos de Secundaria en los territorios mencionados, arrojó que, aunque la mayoría ponderan sus
beneficios, algunos consideran riesgoso que dependa esencialmente de la preparación y vocación ética
y pedagógica de los profesores [«Yo apruebo, tú apruebas…¿Todos aprendemos? (I)»].
De vital importancia en el desarrollo de investigaciones de este tipo catalogan los periodistas la
revisión bibliográfica y la consulta de bases de datos e internet, herramientas que permiten acceder con
mayor agilidad e inmediatez a diversas informaciones. Aun cuando estas son empleadas, todavía no
puede hablarse de un aprovechamiento óptimo ni permanente de esas nuevas tecnologías de la
comunicación.
El estudio bibliográfico-documental supone constante análisis e interpretación de los profesionales,
quienes necesitan conocer a fondo las regulaciones legales que rigen sus áreas de investigación.
«Siempre consultamos leyes, decretos, resoluciones. No nos vamos con la primera bola, porque de lo
50
contrario no estaríamos esclareciendo nada, ni fundamentando nada» (Yahily Hernández Porto,
corresponsal en Camagüey).
En algunos textos se demuestra el resultado de ese acucioso examen del reportero: ¿Fue un error
entonces la introducción de la Clarias? La respuesta hay que buscarla ante todo en las leyes y
regulaciones que norman la entrada al país de cualquier especie animal y vegetal, y especialmente en
lo estipulado en el Decreto Ley 190, referido a la Seguridad Biológica, así como en una serie de
normativas emitidas al respecto, entre ellas la Resolución 76, que explica el proceso a seguir para
traer a Cuba cualquier planta o animal exótico, incluso cuando este sea destinado a un jardín botánico
o zoológico («¿Quién le pone un cascabel al “gato”?»).
La combinación de la observación directa, la entrevista y el estudio documental se avala como una
fortaleza en la elaboración de estos trabajos. Si bien no son los únicos métodos o técnicas que se
utilizan, sí son los más recurridos. «Es común ir a un lugar y sentarnos a ver lo que pasa. Cuando
investigamos para la serie de “Vinagrito”, fuimos a varios parques y fiestas para poder conocer bien la
actitud de los niños hacia la música infantil, y qué era lo que estaba influyendo en ellos: si eran los
gustos de los padres, de los maestros o de otras personas cercanas» (Dora Pérez Sáez).
Aunque no constituye una técnica de abundante uso, al investigar sobre determinados temas, los
periodistas organizan grupos de discusión o enfoque, cuya ejecución quedó reseñada en uno de los
materiales. Por ejemplo:
La anécdota la contó Yanara Pestano, instructora de arte de la escuela primaria “José Carlos
Mariátegui”, del municipio capitalino de La Lisa. Su historia no es única. En un intenso debate
realizado en nuestra redacción, instructores de varios municipios afirmaron haber vivido experiencias
similares en escuelas primarias, secundarias y especiales [«Vinagrito naufragó en un barquito de papel
(III)»].
«Aquí en el local del periódico hemos hecho mesas redondas con especialistas, principalmente de
temas económicos. Esos debates siempre nos brindan excelentes resultados, pues uno logra organizar y
entender mejor las causas y consecuencias de los problemas. Muchas veces, esos intercambios nos
permiten alertar, prevenir y anticipar sobre lo que se investiga, como parte de las funciones esenciales
de la prensa. Por supuesto, defendemos la idea de ponerlo todo en boca de los especialistas» (Marianela
Martín González).
51
Tal como se explica en el epígrafe anterior, la consulta a expertos trasciende como una técnica de
imprescindible ayuda para la materialización de los propósitos integrales del reportero. «Nunca
debemos pasar por sabelotodos. Los requerimientos técnicos o autorizados en una materia hay que
dejárselos a quienes dominan y están especializados en ese conocimiento. Creo que eso nos aporta
mayor credibilidad» (Hugo García Fernández).
Durante el proceso investigativo, se privilegia la utilización de métodos que arrojen resultados
cualitativos, a través de los cuales sea posible obtener una descripción integral y pormenorizada de las
particularidades de los sucesos investigados; por lo que la encuesta no figura entre las técnicas más
favorecidas. «Preferimos partir de tendencias estadísticas obtenidas en otras investigaciones y no
alcanzarlas nosotros, pues los objetivos de nuestras pesquisas se centran fundamentalmente en
argumentar, explicar, aclarar, fundamentar, y no en medir» (Ricardo Ronquillo Bello).
Diversos métodos y técnicas propios de la investigación social se asumen para pesquisas periodísticas
de este tipo. «De un modo u otro empleamos todos los métodos, o al menos nos acercamos a ellos.
Vamos mezclando, cruzando resultados, pues nos interesa lograr contraste no solo para darle veracidad
a lo que decimos, sino también para ofrecer variedad de razonamientos» (Mileyda Menéndez Dávila).
Como gajes de un quehacer cuestionador, en el proceso de realización de estos trabajos se ponen a
prueba el ingenio y las destrezas profesionales de los periodistas, quienes estratégicamente valoran qué
hacer para ir más allá de los desacatos y las negativas de algunas fuentes no institucionales, organismos
o entidades.
«Cuando realizamos la serie “Yo apruebo, tú apruebas… ¿Todos aprobamos?” nos negaron el acceso a
varias escuelas. Tuvimos que irnos hasta el Palacio de Pioneros a entrevistar a los alumnos y algunos
profesores. Igual sucedió cuando hicimos “Vinagrito”. Solo nos permitieron visitar los círculos
infantiles; por lo que nos vimos obligados a buscar las fuentes protagónicas en otros lugares.
Constantemente hay que buscar alternativas. Si no me dan permiso para acceder a los centros de
estudio, hago las entrevistas en el parque de la esquina, a la hora de la salida, o a mis vecinos en sus
casas» (Margarita Barrio Sánchez).
«Si llego diciendo lo que ando buscando, sé que pueden ocultarme cosas. Por eso trato de hacerme el
ingenuo, el despistado, de manera que puedan llegar a subestimar la capacidad de uno para abordar
temas complejos o polémicos. A veces hacerse un poco el tonto, el desinformado, el que no tiene
maldad, abre puertas. Y es ahí cuando uno tiene que aguzar el oído y no dejar escapar ni un detalle. Por
52
supuesto, uno no puede comportarse así en todos los lugares ni con todas las personas» (Hugo García
Fernández).
«Identificarnos desde un primer momento como periodistas no siempre ayuda. Cuando nos acercamos a
la gente común, a la gente de pueblo, es recomendable presentarnos como un investigador más, para
que se abran de modo más espontáneo. Desde luego, nadie se te abre si no demuestras confianza. Uno
tiene que hacerse parte del problema y decirles a las personas: “A mí también me ha pasado igual”,
para que te vea solidarizado con su pesar. Conseguir de las fuentes lo que uno necesita, requiere
tiempo, tacto y mucha psicología» (Marianela Martín González).
Infiltrarse durante un largo tiempo en los escenarios investigados o suplantar la identidad de alguien, no
se consideran estrategias correctas dentro del modo de actuación de los periodistas realizadores, a los
que ambas estrategias les parecen peligrosas por los riesgos legales45 a los que se expone el
investigador cuando las aplica. «No creo que tampoco sea viable y ético ponerlas de manifiesto en
Cuba, y mucho menos en estos momentos. Echar a correr un rumor me parece también bastante
imprudente y resbaladizo, en el sentido de que puede alterarse el contexto natural en que se desarrolla
un conflicto» (Mileyda Menéndez Dávila).
Si por un lado tales astucias investigativas quedaron totalmente invalidadas, el uso de informantes y
confidentes fue calificado de notable valor por la mayoría de los reporteros: «Gestionar informantes y
confidentes es muy bueno, pero mejor resulta conocer a quién tú tienes en esas categorías, en quién tú
confías. Conseguirlos, y conseguirlos con éxito, se logra con la práctica del oficio y las relaciones que
sistemáticamente uno mantenga en los escenarios donde se investiga» (Luis Raúl Vázquez Muñoz).
Elaboración del producto comunicativo
Cualquier empeño periodístico tiene su momento climático en la elaboración del producto
comunicativo, en ese material que degustarán o echarán a un lado los lectores, en dependencia de su
contenido y su calidad formal. Buscar sugestivas maneras al decir no escapa a la voluntad profesional
de los redactores de los trabajos examinados, quienes, al afrontar proyectos investigativos de este tipo,
se sienten llamados a trascender las fronteras impuestas por el periodismo cotidiano.46
Variadas son las dinámicas seguidas a la hora de escribir. Unas veces redactan todos los miembros del
equipo, y luego uno se encarga de unificar el estilo y dar el acabado. Otras veces un solo reportero crea
todo el material y los demás periodistas del conjunto lo revisan y corrigen. Cuando se cuenta con la
45 Se refiere a la trascendencia jurídico-penal que pudiera tener el hecho. 46Entiéndase periodismo cotidiano como ese periodismo más informativo, característico de la actividad reporteril del diarismo.
53
contribución investigativa de los corresponsales provinciales, de acuerdo con la idea de composición
planeada, se insertan esos resultados al cuerpo general del trabajo, concebido mayoritariamente por
periodistas de la Redacción central.
«Muchas veces tenemos una idea para escribir, pero cuando nos sentamos frente a la computadora
vienen otras, y vamos cambiando. No se designa desde un primer momento a nadie para que escriba.
Eso lo vamos viendo en la marcha. A lo mejor a alguien del equipo le parece más fácil redactar una
parte que otra, y entonces se la damos. Cuando escribimos una serie de trabajos, generalmente nos
dividimos más, pero aunque nos dividamos, siempre nos consultamos unos a otros y pedimos
sugerencias a otros periodistas que no están incluso ni en el equipo de investigación» (Marianela Martín
González).
Para dar a conocer el resultado de sus investigaciones, los periodistas asumen el reportaje, género que
les brinda mayores posibilidades para un tratamiento del tema en profundidad. A criterio de Roger
Ricardo Luis, «es el género por excelencia para desarrollar el PI, pues permite dar un enfoque
multilateral, en el que pueden confluir los demás géneros. Ahora bien, la construcción de ese gran
reportaje debe poseer, además de la demostración de los requisitos de la modalidad, una construcción
dramatúrgica, porque ante todo se está reflejando un conflicto. Tiene que manejarse ese conflicto de
principio a fin».
Al examinar la estructura de los textos, se aprecia una concepción flexible desde el propio título. Todas
las entradas están concebidas a partir de una situación representativa del problema tratado, que tiene la
función de presentar a este en su variedad de aristas y complicaciones.
Como parte de esa entrada, en la mayoría de los trabajos el sumario introduce el tema, completa o aclara
la intención del título, y ofrece un juicio o punto de vista al que responde el producto comunicativo en
su conjunto, matizado, como es lógico, por la interpretación y la subjetividad del periodista, y extraído
con frecuencia del propio cuerpo del material. He aquí dos ejemplos escogidos de los textos «Yo
apruebo, tú apruebas…¿Todos aprendemos? (I)» y «Antes que te duela», respectivamente:
El promocionismo, la confianza en que siempre se va a aprobar y el paternalismo familiar, conspiran
contra los propósitos del nuevo sistema de evaluación en Secundaria Básica de valorar a los alumnos
de forma más integral y eficiente.
54
El amplio y bien estructurado servicio estomatológico levantado por la Revolución se resiente ahora
ante la escasez material, los problemas organizativos y manifestaciones que atentan contra la ética que
debe primar el sector.
En el cuerpo de los trabajos se argumenta la formulación rectora de la investigación a partir de un
ordenamiento lógico de los datos: se organiza la información por subtemas, bajo los cuales se exponen
criterios afines a un determinado ángulo del asunto planteado. Por su parte, el final, en la mayoría de los
textos, queda en boca de especialistas, quienes ofrecen conclusiones y sugieren soluciones puntuales
que complementan la tesis inicial. Una entrevista a fuentes técnicas u oficiales aparece como la forma
más recurrente para terminar.
No obstante, hay materiales en los que el periodista también brinda soluciones o conclusiones
esgrimidas sobre lo obvio de los problemas, actitud cuestionable si se tienen en cuenta las escasas
posibilidades que le quedan al lector para tomar partido en el asunto y llegar a razonamientos propios
con respecto a lo investigado. El siguiente fragmento así lo muestra:
Urge el fortalecimiento de la conciencia general en contra de las ilegalidades bajo el principio de que
en nuestra sociedad los servicios estatales son para el beneficio de la población. Corresponde, en
primer lugar, a las administraciones velar para que se cumplan las disposiciones establecidas y que
estén garantizadas las condiciones laborales mínimas para el desempeño de estos servicios con la
calidad requerida. No habrá justificación para robar o maltratar al pueblo [«La vieja gran estafa (I)»].
De alto valor referencial resultan los antecedentes y datos relativos al contexto de los hechos o
problemas investigados, expuestos en diferentes partes de los trabajos y dados a favorecer la
comprensión integral de lo que se plantea. Por ejemplo, en el material «¿Quién le pone un cascabel al
“gato”?», se explicitan las formas en que se trajo al país la Clarias gariepinus, como elementos de
importancia para entender la trascendencia del tema en toda su complejidad:
La primera introducción en Cuba se realizó desde Malasia en julio de 1999 para investigaciones
científicas, con un lote de alrededor de 2 000 animales que fueron recibidos en el Centro Nacional de
Investigaciones de Mampostón, en la provincia La Habana, lugar en el que se desarrolló un estudio de
alimentación y crecimiento en las condiciones cubanas.
Aunque no constituye una generalidad, en algunos productos comunicativos los antecedentes y las
alusiones al contexto aparecen ubicados en recuadros apartes, como información complementaria al
55
texto básico, de lo que se deduce la concesión de un valor secundario a esos datos en la concepción
compositiva del trabajo.
Vale referir que en ninguno de los materiales se investiga un hecho momentáneo, limitado a un día y
una hora, sino que más bien se indaga sobre fenómenos, tendencias, problemas o hechos controvertibles
que tienen cierta repetitividad en la vida social, tanto de forma temporal como espacial. Como es lógico,
al descomponerse el tema, se ilustra mediante hechos particulares, pero siempre englobados dentro de
una problemática de mayor alcance.
A todos los productos comunicativos los caracteriza un lenguaje directo, sencillo, contemporáneo,
desprovisto de tecnicismos y enrevesamientos lingüísticos, redactados con un estilo claro y conciso. La
información se ofrece de manera amena y atractiva, sin dejar de significar que en algunos materiales se
pudieron lograr formas más sugestivas y originales al escribir. No abundan los recursos literarios, ni las
adjetivaciones, ni las frases verbales compuestas. Prevalecen los párrafos cortos y la estructura
sintáctica básica de nuestra lengua (sujeto + predicado). La exposición como forma elocutiva sobresale
en todos los textos.
En no pocos casos, se recurre al manejo de ágiles narraciones para presentar los temas. En tal sentido,
preocupa que tales historias se insertan como leitmotiv en el comienzo de los materiales y luego no se les
brinda seguimiento en ninguna otra parte del texto. Con esta narración, con la que se inicia el reportaje
«Antes que te duela», ocurre así:
No aguanta más. Salta de la cama y comienza a caminar desesperado de un lado a otro de la habitación,
mientras oprime fuerte con un puño el lado derecho de su cara. Toma un trago de alcohol puro. Hace
buchadas con él mientras se viste. Son las doce y media de la noche y el dolor de muela no le permite pegar
los ojos.
Decide buscar ayuda. Llega caminando a su policlínico que está aproximadamente a un kilómetro y medio.
La oscuridad del lugar le da mala espina. Alguien le dice que allí no hay estomatólogos de guardia y que
tiene que ir a una clínica ubicada a casi diez kilómetros.
(…)
Temprano en la mañana vuelve a su policlínico con la intención de solucionar el problema. Sorpresa: «Hoy
no atenderemos porque no hay agua en el salón», dice una suave voz femenina Se dirige hacia otra clínica
donde espera hasta el mediodía para que le pongan una curita. «Es lo único que podemos hace, no tenemos
anestesia para extraer, ni material para empastes».
56
Otros textos mezclan elementos narrativos y descriptivos para resaltar la presencia del investigador en el
escenario de los hechos investigados: «Una camarera de andar apresurado nos hace un gesto combinando
los dedos índice y del medio para señalarnos el servicio de dos «frías». Gustosos aceptamos. La expectativa
se congela cuando vemos que priorizan la mesa de al lado, luego se aprestan a complacer nuestro pedido».
En este fragmento, perteneciente a «La vieja gran estafa (I)», el periodista da a conocer que él mismo ha
corroborado la ineficiencia en el servicio y las constantes violaciones a los consumidores, al convertirse en
uno de ellos.
Tan significativo como el uso de narraciones y descripciones resulta el empleo de diálogos,47 a pesar de
ser bastante escasos. Solo en uno de los reportajes aparece al inicio: —Buenas, ¿no tendrá algún disco
de música infantil? —¿De qué? —De música para niños. —¡Ah!…Qué va señora, eso no se vende. Los
muchachos de ahora son muy «adelantaditos». Mire, este de Chapeando, de los Van Van, es lo que les
gusta a ellos [«Vinagrito naufragó en un barquito de papel (II)»].
Llama la atención que todos los diálogos son elaborados a partir del reflejo del intercambio
periodista-entrevistado y no hay ninguno creado por medio de la reconstrucción de escenas en el que
aparezca ese entrevistado conversando con otros sujetos, protagonistas o no, de lo investigado.
Desarrollar el diálogo teniendo en cuenta esta última concepción supondría interiorizar, profundizar en
la historia del tema y convocaría a una labor creativa más exigente por parte del reportero.
Exponentes de la inteligencia y la originalidad de los periodistas realizadores, los títulos y subtítulos
llamativos, presentes en varios materiales, están bien logrados y denotan autenticidad. En la mayoría de
los casos, fueron conseguidos a partir del rejuego de expresiones conocidas, refranes populares, letras de
canciones y otros referentes de fácil comprensión para los lectores.
«Vinagrito naufragó en un barquito de papel», «Un granito de canela para Liuba», «El camino de los
juglares se quedó sin sombrilla», «¿Quién le pone un cascabel al “gato”?», «La Habana no aguantaba
más», «Amiguitos, vamos todos a cantar» y «La cara oculta de una resolución», son muestras de un
titulaje sugerente.
Sin lugar a dudas, el aspecto gráfico es uno de los elementos compositivos más desfavorecidos casi en
todos los trabajos. Hay un uso exagerado de la fotografía de archivos. Según reconocieron los propios
periodistas entrevistados, ello obedece muchas veces a la imposibilidad del fotógrafo de acceder a los
escenarios investigados, sin restarle importancia a la imprevisión de no considerar a los profesionales
47 En este caso, cuando hablamos de diálogo, no consideramos las entrevistas de preguntas y respuestas realizadas a los especialistas, presentes casi en todos los materiales.
57
del ámbito gráfico —fotógrafos, caricaturistas, diseñadores— como integrantes del equipo de
investigación desde un inicio. Por ejemplo, en la primera parte de la serie «Yo apruebo, tú apruebas…
¿Todos aprendemos?» se utilizan solo dos fotos que, aunque ajustadas al tema, no revierten
exclusividad alguna sobre lo que se investiga.
Solo en uno de los reportajes analizados, «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (I)», aparece la
caricatura, manejada para denunciar por medio de la sátira un filón de la problemática abordada. Hay
una utilización bastante pobre e irresuelta de tablas con valores estadísticos que propongan una
descripción cuantitativa y sistematizada de los temas, en virtud de una mejor exposición del contenido.
No se recurre al gráfico, y nada más dos productos periodísticos se valen del mapa para ofrecer una
representación completa y resumida de algún aspecto tratado: «Dame la maleta que me voy del campo
(I)» y «¿Quién le pone un cascabel al “gato”?». Se carece, igualmente, de imágenes de documentos.
Desde luego, el empleo de tales recursos está condicionado por el tópico que se aborda —no todos los
temas admiten ni necesitan un amplio despliegue gráfico— y por las posibilidades objetivas de
reporteros y fotógrafos para conseguir la información. No obstante, merece resalte la publicación en
todos los trabajos de las fotos de los especialistas consultados.
A pesar de no haber sido privilegiado en el resto de los materiales, de excepcional pudiera describirse el
uso de la fotografía en la serie «La vieja gran estafa», en la cual se demuestran los resultados de un
actuar conjunto periodista-fotógrafo. La muchacha que aparece con el rostro pixelado en una de las
imágenes es justamente la periodista, en el momento en que montó en un taxi, cuyo chofer le exigió por
el pasaje un importe mayor que el reglamentado.
El propio texto presenta, además, otras muestras de ese accionar oportuno del fotorreportero: Sorpresa,
y mala para los consumidores. A la jarra le faltan 90 mililitros, debe tener 350 y a cuentagotas apenas
llega a 260. La probeta certifica el delito y el lente del fotógrafo lo corrobora (…) Las camareras se
escudan alegando que nunca suceden hechos de este tipo. Y mientras el fotógrafo continúa acopiando
evidencias del fraude, la que despacha prepara indiferente otra jarra para atacar nuevamente el
bolsillo de algún usuario.
También en la segunda parte de la serie «Dame la maleta que me voy del campo» se percibe una
utilización efectiva del recurso gráfico. Se refuerzan con las imágenes las descripciones textuales de los
barrios periféricos de emigrantes en la ciudad de La Habana. Los pies de fotos, extraídos del texto,
58
poseen en su mayoría una función aclarativa. Por ejemplo: A pesar de las difíciles condiciones en que
viven, los vecinos del asentamiento de Las Piedras no se arrepienten de haber emigrado a la capital.
A diferencia del resto de los trabajos del diarismo, la edición de estos materiales requiere una revisión
mucho más rigurosa y un análisis más detallado y profundo por parte de los editores: «Discutimos con
los periodistas cada enfoque presto a posibles tergiversaciones o segundas lecturas. Velamos por la
manera de decir, por huirle a cualquier enfoque propagandístico o apologético, que lejos de ayudarnos,
nos causa más daño.
«Todos los trabajos son leídos primeramente por los tres subdirectores editoriales, y una vez que se
decide publicar, asumimos toda la responsabilidad ante posibles reacciones de las personas involucradas
en lo que se enjuicia. Quien quiera reclamar o pedir explicaciones tiene que venir a la dirección del
periódico, y aquí explicamos y discutimos nuestras razones, como también hemos reconocido nuestras
equivocaciones» (Rogelio Polanco Fuentes).
Si bien los productos comunicativos analizados cumplen las características esenciales del reportaje, es
pertinente no considerarlos solamente simples expresiones de este género, pues el espacio, la
profundidad y el análisis al plantear los temas, la conjugación de los resultados de las investigaciones
con elementos propios de la interpretación periodística, la presencia en mayor o menor medida del
imprescindible contraste de fuentes, el empleo de un lenguaje más vivo y variado que el del periodismo
cotidiano, y la combinación de diferentes formas elocutivas en la redacción, permiten definirlos como
verdaderos reportajes en profundidad.
Periodismo de investigación en JR: rasgos distintivos
El periodismo investigativo es una modalidad definida esencialmente por el quehacer del periodista en
el área de investigación y la elaboración de un producto comunicativo de gran impacto social. Partiendo
de este criterio, no resulta casual entonces que se haya decidido iniciar el estudio tomando en cuenta, en
primer lugar, los materiales periodísticos, y desde el contenido de estos, junto al valioso complemento
de las historias investigativas de los reporteros que realizaron tales trabajos, se llegaran a determinar los
rasgos distintivos del PI en un periódico de notable tradición reporteril e investigativa como Juventud
Rebelde.
Para el MSc. Lázaro Bacallao Pino, «sin la publicación, aun cuando a través de otros mecanismos se
contribuya a generar procesos de cambio social en relación con el tema analizado, el PI se verá
59
imposibilitado de cumplir ese encargo social, de ampliación de la agenda pública y de la promoción de
procesos de intervención social.»
Varios factores dificultan la práctica de un ejercicio sistemático del periodismo de investigación en los
medios de prensa cubanos. El Dr. Julio García Luis sitúa entre ellos: la creciente burocratización de
nuestro periodismo, derivada en buena medida del enfoque básicamente instrumental con que es
entendido el trabajo de la prensa, lo que ha convertido a muchos organismos administrativos en rectores
de lo que los medios pueden o no pueden hacer en sus respectivos campos.
Además, García Luis considera como cuestiones que van en detrimento de esta modalidad: la falta de
motivación o de recursos profesionales, tanto en ejecutivos como en periodistas; y la existencia de
zonas en nuestra realidad que bajo las circunstancias del bloqueo y de otras causas se caracterizan por
un profundo deterioro material o moral, lo cual torna difícil para directores y periodistas abordarlas en
profundidad y públicamente, ya que se percibiría como una exacerbación de las dificultades y los males
que sufre el país, sin que ello pueda aportar utilidad en cuanto a vías de solución.
Por su parte, la Dra. Miriam Rodríguez Betancourt reconoce entre los aspectos que quebrantan el
desarrollo del PI en Cuba: que no todos los periodistas conocen perfectamente sus derechos en el
acceso a las fuentes diversas, desde el punto de vista legal, constitucional; la inexistencia de una ley de
prensa que recoja tales aspectos; el desaprovechamiento de investigaciones sociológicas, económicas o
literarias, que en crecido número se realizan en nuestro país; y la falta de encuentros, foros, debates y
discusiones entre los periodistas en torno al periodismo de investigación que hacemos, el que
deberíamos hacer y el que se hace en otros países.
Sin embargo, la labor desplegada por JR en los últimos tres años (2006-2007-2008) —atendiendo al
análisis de las muestras seleccionadas— deviene expresión de un periodismo profundo y trascendente,
signado ante todo por la responsabilidad profesional de sus realizadores y por un altísimo deber con el
proyecto social cubano, más allá de contenidos y formas. A juicio de los especialistas consultados, los
rasgos del PI presentes en los productos comunicativos analizados son los siguientes:
«Están muchos muy bien escritos. Intentan y muchas veces lo logran, contar una historia, con atisbos de
denuncia. Son equilibrados. No hay pretensiones de acorralar a nadie, aunque se indica compromiso con
el lector. Tal vez necesiten contrastar un poco más las fuentes. Abordan temas de interés y de
actualidad, cada vez los que están más “en el tapete”. En algunos casos intentan dar soluciones aunque
esa tendencia no es muy favorable» (Miriam Rodríguez Betancourt).
60
«Tratan temas que si bien no han sido intencionalmente ocultados o silenciados, tampoco su estudio ha
sido promovido o alentado desde el Partido o el Gobierno. La decisión de investigar y publicar dichos
temas ha nacido del propio medio, con el fin de cubrir intereses de la opinión pública y no de
instituciones; los resultados han sido logrados por el desempeño investigativo de los periodistas; las
realidades que se revelan responden a la aplicación de métodos de investigación y no son visibles en lo
superficial; y rehúsan todo lo que pueda identificarse con los habituales enfoques propagandísticos y
apologéticos de la prensa actual» (Julio García Luis).
Estamos en presencia, pues, de productos comunicativos de marcada factura investigativa, combinados
con elementos de la interpretación periodística cuyos límites conceptuales con el PI son apenas
perceptibles. Se asiste al resultado de un quehacer indagador que rebasa con creces la epidermis de los
fenómenos, contrastando y comprobando datos, hurgando sobre diversos temas de interés para la
sociedad cubana de hoy.
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CONCLUSIONES Luego de aplicar la metodología propuesta para el desarrollo de la presente investigación y realizar el
pertinente análisis y la interpretación de los resultados obtenidos, se arribaron a las siguientes
conclusiones, en las cuales están determinados los rasgos distintivos del periodismo de investigación
presentes en los productos comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario
Juventud Rebelde durante el trienio 2006-2007-2008.
1. Los resultados de las investigaciones, cuyos temas emergen de la propia dinámica
sociopolítica y socioeconómica del país, y se tratan teniendo en cuenta las necesidades de
información, debate y análisis que requiere la sociedad cubana de hoy; son fruto del trabajo
desplegado por el periodista o equipo de periodistas, y no la adaptación de un informe de
investigación realizado por otra entidad, aun cuando se hayan tomado en consideración
sondeos desarrollados por centros investigativos.
2. Atendiendo al encargo social de esta modalidad en un país socialista en transición como
Cuba, en los productos comunicativos estudiados no siempre se tratan asuntos ocultos u
ocultados; aunque haya personas que por diversas razones se opongan a la difusión pública
de determinadas denuncias. Los materiales se destacan más bien por abordar temas
excluidos o no tratados en profundidad en otros medios. La voluntad de investigar y
publicar tales temas ha surgido del propio órgano de prensa, para responder a intereses
potenciales de la opinión pública y no a intereses institucionales.
3. La participación de los corresponsales provinciales les confiere una dimensión mayor a las
investigaciones, al conseguirse un reflejo particular de los temas desde diferentes territorios
del país, lo que contribuye a dar una visión más exhaustiva y armónica de las problemáticas
abordadas en un medio de circulación nacional. Sin embargo, muchas veces estos
profesionales se suman a los trabajos periodísticos con una visión sesgada de los objetivos
que se persiguen.
4. La habitual ausencia de fotógrafos, caricaturistas y diseñadores en la confección del
proyecto investigativo, en el que los periodistas solo trazan la estrategia de posibles fuentes
a consultar de acuerdo con los propósitos del trabajo, conduce en varias ocasiones a un
desaprovechamiento de las potencialidades creativas de estos profesionales, que repercute
62
de modo negativo en el producto periodístico, pues se limita la posibilidad de un actuar
conjunto periodista-fotógrafo que permita complementar el texto con el testimonio gráfico.
5. La realización de productos comunicativos de esta naturaleza requiere más tiempo y mayor
interacción con las fuentes, mayor examen e interpretación de los periodistas, y un análisis
mucho más riguroso y cuestionador por parte de los editores, si se compara con la
elaboración del resto de los trabajos del periódico.
6. En los materiales examinados se combinan de forma coherente las fuentes documentales y
las personales; aunque priman estas últimas, de las cuales sobresalen las fuentes favorables
e implicadas, sin dejar de declararse fuentes opuestas a la tesis básica de la investigación.
Hay un interés de los reporteros por darles voces a personas con diferentes puntos de vista,
lo que favorece la credibilidad y el contraste, no logrado esto último con igual fuerza
expresiva en todos los productos.
7. Es evidente en los materiales periodísticos el uso de métodos y técnicas propios de
investigaciones sociológicas, con preeminencia de aquellos que resultan más convenientes
para describir y analizar tendencias y fenómenos desde una perspectiva cualitativa:
observación directa, entrevistas, revisión bibliográfico-documental, consulta a expertos y
grupos de enfoque; este último, empleado en menor medida.
8. La encuesta no se distingue por ser una técnica de tradicional empleo; los reporteros
prefieren asumir los valores estadísticos del resultado de otras investigaciones para luego,
partiendo de tales datos, adentrarse en las particularidades de los fenómenos o tendencias
analizados.
9. La participación de los reporteros en los escenarios investigados, así como la puesta en
práctica de otras astucias investigativas de acuerdo con el contexto en que se indaga, son
estrategias manifiestas en varios materiales. En cambio, los propios periodistas no
reconocen la infiltración en los espacios que inquieren ni la suplantación de personalidad
como destrezas de valor dentro de su modo de actuación: ambas habilidades son
consideradas poco éticas, y peligrosas por los riesgos legales que implica su aplicación.
63
10. Los productos comunicativos analizados constituyen verdaderos reportajes en profundidad,
en los que se destacan: la hondura analítica en el tratamiento de los temas, la conjugación de
los resultados de las investigaciones con elementos propios de la interpretación periodística,
la presencia en mayor o menor medida del imprescindible contraste de fuentes, la
combinación de diversas formas elocutivas en la redacción, y el empleo de un lenguaje más
vivo y variado que el del periodismo cotidiano.
64
RECOMENDACIONES
1. Discutir entre los periodistas de Juventud Rebelde —fundamentalmente reporteros de la
Redacción central y corresponsales provinciales— los resultados de esta investigación.
2. Promover en el periódico espacios de superación a los que se vinculen las sistematizaciones
teórica y referencial propuestas en los capítulos I y III de este informe de investigación,
respectivamente.
3. Darles seguimiento a los temas de los materiales investigativos analizados.
65
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ANEXOS Anexo # 1: Fragmentos del artículo «Periodismo de investigación: las cinco fases P», de José Manuel de Pablos
El periodismo de investigación se realiza a través de cinco fases, que llamaremos 5P (la P es la inicial
de cada una de las cinco fases indicadas), ineludibles en todo proceso investigador periodístico, como
veremos.
La conveniencia de conocer ese proceso de las 5P tiene su indudable interés, ya que el profesional
podrá saber en todo momento en qué estadio se encuentra y, con ello, estar preparado para la siguiente
fase, caso de no haber concluido la etapa ya iniciada, aunque varias de ellas pueden estar abiertas a la
vez.
Las cinco fases P son éstas, a saber:
1ª fase P, la pista.
2ª fase P, la pesquisa.
3ª fase P, la publicación.
4ª fase P, la presión.
5ª fase P, la prisión.
Pasamos a estudiarlas o presentarlas cada una por separado:
1ª fase P: la pista.- El planteamiento de un trabajo de periodismo de investigación se hará por medio
de una pista que alguien acerca al medio o al periodista, sea quien va a realizar posteriormente la
investigación, sea a alguno de sus superiores o a un compañero de la redacción que trabaja en otras
cuestiones informativas sin relación con el periodismo de investigación. Esa pista encerrará un
problema informativo, algunas incógnitas comunicativas, varias dudas periodísticas de tal dimensión o
posibilidades de publicación que alguien con autoridad dentro de la redacción (cuando no es iniciativa
del propio periodista de investigación) propone o decide que el tema puede ser objeto de una
investigación periodística publicable, en pro de resolver el nudo informativo encontrado y ante su
indudable beneficio para los intereses informativos del medio, o sea, para sus lectores. El morbo (como
interés malsano por cuestiones de la intimidad de las personas, entre otros aspectos) y la intromisión
(ilegítima casi siempre, porque si no, no sería entrometimiento en vidas ajenas) no se puede considerar
con la categoría indicada de «beneficio para los intereses informativos».
Esta 1ª fase P de pista será la más importante, porque va a ser el punto de inicio, donde si la fase queda
parada y no pasa de tal, se detendrá todo el proceso investigativo que, por ello, no llegará a disponer de
un producto informativo a su término o durante el mismo.
Es igualmente el momento en el cual se ha de decidir quién es la persona más capacitada para efectuar
la tarea. Ha de ser elegido el redactor o redactora más capacitado y con la experiencia y suficiente
voluntad y empuje para iniciar un proceso investigativo sin amilanarse ante las puertas que va a
encontrar cerradas ante sí o que se le van a cerrar. Lo ideal, está claro, es que en ese medio exista un
equipo de periodismo de investigación ya determinado y con experiencia en ese terreno o que quien
haya propuesto el asunto sea la propia persona interesada en la labor, quien ha planteado el problema,
quien ha aportado la pista, con lo cual —en uno u otro caso— se puede tener mayor seguridad de que a
la desazón le costará triunfar sobre la profesionalidad del periodista.
De igual manera, tendrá que ser una persona con la experiencia precisa para saberse desenvolver por la
oscuridad de una fase de investigación, que ya empezará a ser inicialmente pública (aunque todavía no
publicada), de ahí la necesidad de dotes de prudencia indispensable para que esa primera actividad
silenciosa de recolección pública de datos (a extramuros de la redacción, ése será su carácter público)
no le traicione y se encuentre, por razón tan elemental, con un panorama de trabajo todavía más
complicado y conocido antes de tiempo por el entorno sometido a investigación.
2ª fase P: la pesquisa.- Decidido el trabajo, el o la periodista que lo vaya a llevar a cabo es ideal que
no tenga otras ocupaciones que le quiten parte de la entrega y dedicación inevitables para una pesquisa
periodística, para que su labor sea más provechosa. Igualmente, ha de contar con la seguridad
(documental, mejor) de que la empresa va a soportar cualquier problema jurídico en el que se pueda ver
inmerso el periodista, porque no es justo que un periodista sea denunciado por causas de su labor
profesional y la empresa se desconecte del problema, de manera que el redactor o director se vea
sometido a la necesidad de buscarse un abogado defensor (…)
El inicio.- Esta 2ª fase P de pesquisa se iniciará con la consulta de las fuentes, personales o
documentales, que originaron la pista de la 1ª fase P. La pista se tendrá que comprobar, conocer a
fondo de una manera fehaciente, para deslindar si se ha tratado de un rumor sin consecuencias, de un
globo sonda o si realmente es una verdadera pista, con sustancia informativa tras ella.
La comprobación se efectuará con la diligencia del caso, pero a la vez con toda la sensatez que
aconsejen las circunstancias, con la seguridad de que un fallo en el comienzo de esta 2ª fase P o
pesquisa puede arruinar todo el trabajo posterior, con la consiguiente pérdida de tiempo y erosión de la
credibilidad profesional que el periodista tiene ante sus superiores.
Una vez comprobada la seguridad de la pista como producto de una fuente fiable, se tendrá la firmeza
de que todo lo que venga detrás tiene asiento y no es falso o está falsamente cimentado.
Al conocer el testimonio de la fuente o estudiar los documentos de partida, el periodista de
investigación se tendrá que percatar de que hay (o de que no hay) caso que investigar. Será la fase en la
que habrá de formular una hipótesis de trabajo y tratar de comprobarla a lo largo del proceso
investigativo; a lo largo de éste tendrá que aceptar cualquier modificación que sobre la hipótesis
señalen las novedades que se encuentren y se verifiquen a lo largo de esta 2ª fase P de pesquisa. Habrá
de tener igualmente claro desde el principio de esta 2ª fase P que la hipótesis sólo es una herramienta
de trabajo y en modo alguno el adelanto o la conclusión no comprobada de su tarea.
Si no hay comprobación fidedigna de lo que se ha encontrado, no hay investigación cerrada y todavía
se tendrá que insistir en el tema de estudio e investigación. Decimos «estudio e investigación» porque
es muy probable que la pesquisa no se limite solamente a investigar sin más; es probable que los
diferentes ítem encontrados a lo largo del proceso aconsejen al periodista de investigación a conocer la
materia con la que está trabajando; es posible que aparezcan conceptos que no conoce o entre en un
campo o actividad del que hasta ese momento no se había preocupado y sea prudente y recomendable
conocer algunos detalles básicos de ese particular, para saber interpretar mejor la materia informativa
que va desvelando, para conocer mejor las claves de ese campo temático y poder transmitir con mayor
sencillez a los lectores el significado de lo que encuentra, entendiéndolo él antes que nadie.
La importancia de la fuente.- Si la fuente es el testimonio personal de alguien, tendrá que tener en
cuenta desde el principio igualmente que ha de conocer las motivaciones existentes para que, en un
momento determinado, una persona que conoce un secreto de otra, de una institución o de un grupo
decida transformarse en fuente informativa para un medio. Según la vehemencia de la fuente
testimonial, la actuación del periodista investigador será diferente. Si no hay tal y la fuente es remisa, la
tranquilidad del periodista podrá ser mayor, porque puede tener más seguridad de que no lo están
embarcando en una aventura indeseable y sin final pronosticado. Si, por el contrario, la fuente está
deseosa y surte información a borbotones, esa afluencia tan poco frecuente ha de originar en el
periodista investigador una mayor sensatez en todos los pasos que dé. Tendrá mayor necesidad, si cabe,
de confirmar todo dato nuevo que reciba, mejor si es por medio de documentos —cuya validez
comprobará—, pues no le bastará la sola palabra de la fuente interesada.
Conocer el mayor o menor interés de una fuente es punto fundamental; el interés y el porqué en un
momento muy determinado cambia su papel de conocedor de un secreto a divulgador del mismo,
precisamente a través de un medio que sabe la fuente con seguridad casi absoluta que lo empleará para
darlo a conocer a la generalidad de sus lectores. Este punto es tal vez el más delicado, aquel donde a los
periodistas no se les permite el desliz de la imprudencia, ya que pueden pasar de periodistas
investigadores a periodistas manipulados. En este extremo, si el propio periodista investigador no fue
quien engendró la pista o la ofertó en su redacción, ha de conocer con exactitud la manera de cómo se
originó la pista: no puede estar al margen de la génesis de la 1ª fase P.
No será lo mismo que el informador primigenio o fuente sin saber que podría ser tal se haya presentado
en el periódico o haya escrito una carta al director a que la fuente, sin saber que potencialmente lo era,
haya hecho un comentario ante un amigo, que además es periodista, en un bautizo, en el fútbol
dominical o en una boda, casi sin querer, como una crítica sin mayor importancia, sobre todo si el
periodista amigo es redactor de deportes y el tema de que se trata tiene que ver con política, de un área
informativa ajena a las labores diarias del amigo o pariente periodista a quien se conoce bien.
En estos casos, la persona así convertida potencialmente en fuente podrá no seguir desvelando nada
más del asunto que ha comentado si se entera que su amigo periodista lleva el problema al periódico y
allí hay interés por seguir la cuestión para publicarla. La fuente potencial, aquí se podrá creer
traicionada; y se alejará, si no se le puede convencer de que aporte datos confidencialmente con la
mayor de las seguridades de que su testimonio original no va a figurar en ningún caso y que, además,
sus datos se van a maquillar algo para desviar la atención ante la probable búsqueda del topo que filtra
datos. Si conseguimos esa valiosa prestación, entonces estaremos ante la mejor de las fuentes.
Maquillar datos.- Lo de maquillar datos tiene su interés. Cuando recibo una filtración que se convierte
en pista potencial, ésta viene envuelta en una serie de ítem a modo de flecos informativos, cuya
publicación íntegra no será necesaria, porque pueden oscurecer el mensaje a modo de ruido
comunicativo. Además, algún detalle no importante se podrá alterar, en una clara operación de despiste.
Pueden esos flecos desviar de lo más importante la atención del lector, pues los datos se han de ofrecer
de la manera más sencilla y desnuda posible, sólo lo suficiente para dar el mensaje. Si, por el contrario,
doy esa señal informativa todo lo enriquecida que sé, junto a la citada confusión que se puede
engendrar en el lector resultará que nos quedamos sin algo más que añadir en una entrega posterior,
nada donde investigar nuevos detalles no desvelados y, por eso, protegidos a partir de ese instante. Lo
peor será que podremos estar dejando en evidencia a la fuente informativa. Si, por el contrario, dejamos
de dar parte de lo que conocemos, guardamos para otra ocasión algunos detalles verificados y
desdibujamos algunos extremos poco importantes, los afectados no podrán suponer que alguien que
puede ser destino de sus sospechas sea quien ha actuado de vía informativa o topo, según se le mire.
Si en una información facilitada por una fuente donde relatamos algo sucedido en una institución,
insistimos, por ejemplo, en detalles como que las oficinas en cuestión están en el último piso de un
edificio, cuando la realidad es que se encuentran en la planta baja, ninguno de los afectados podrá
pensar, al menos con algo de fundamento, que quien comete tal error informativo sea uno de los
propios empleados que cada día entra a trabajar en la planta baja y no en el último piso. Éste es el tipo
de maquillaje o enmascaramiento de la fuente al que hemos aludido, porque, en el caso supuesto que
hemos traído a colación, lo importante, está claro, no será que la oficina esté en una planta u otra, sino
en relatar lo que ha sucedido en la misma. Los afectados siempre pensarán que la fuente que está
informando no ha estado jamás en la sede denunciada, porque si no, ¿cómo sufre tal confusión? Ésta es
una forma de maquillar y defender o proteger a la fuente informativa, para que pueda tener la
tranquilidad de que nadie la está apuntando e investigando a su vez.
También es posible aquí que la fuente no crea que realmente el periódico esté dispuesto a
comprometerse informativamente con un determinado asunto, porque los implicados sean poderosos de
algún tipo o estime que la cuestión denunciable encierra alguna forma de peligro que no desee correr la
redacción. Aquí hay varias maneras de convencer a la fuente, siempre con la única intención de que
realmente se convierta en fuente abierta para el medio y no quede en mera fuente potencial que se
cierra. Las formas de convencimiento pueden ir desde narrar historias anteriores igual de
comprometidas a la presente o a dar a la luz algún pequeño detalle de la pista encontrada, para que la
fuente se convenza de que en el diario están dispuestos a seguir por ese camino ya anunciado a los
lectores desde ese aspecto de la pista publicada.
En cualquier caso, seguiremos adelante, con la seguridad de que la fuente privada o particular es fiable
y que la fuente está de acuerdo en servir datos con la intensidad que sea o se le requiera simplemente
para cotejar los datos hallados. También puede tratarse de una fuente oficial no involucrada en el
asunto y se presta sencillamente, ahí es nada, para decir «eso está bien», «eso es erróneo», «eso es
peligroso», «van ustedes por buen camino». Incluso, puede tratarse de una fuente sólida que esté en el
otro lado de la información -en el terreno oficial- y colabore en la supervisión del texto ya redactado
para decir «no encuentro nada irregular», «este párrafo lo quitaría», «aquella afirmación no está
comprobada en la investigación oficial», etc. En estos casos, hablamos de una investigación
periodística que corre pareja a una investigación oficial, pero sin tubos comunicantes entre las mismas,
al menos así no aparece como fuente presentada a los lectores.
La 2ª fase P o pesquisa podrá durar mucho o poco, lo que demande el corpus del material investigado y
sus dificultades.
3ª fase P: la publicación.- Una labor de periodismo investigador se puede desarrollar durante meses de
trabajo minucioso y llevado con mucha precaución o se puede realizar vertiginosamente en pocos días,
a lo sumo un par de semanas, según la maduración del asunto. En cualquier caso, llegada la hora de la
redacción, por lo general en textos que aparecerán en serie, a lo largo de diferentes ediciones del medio,
todo lo que se diga y se afirme habrá de estar debidamente verificado, pues es un serio problema dejar
cabos sueltos sin la necesaria y prudente comprobación. Es igualmente natural que el proceso de
publicación de este material, rico para el periódico y supuestamente una primicia para sus lectores, se
presente, se maquete en página, con alguna distinción, diferenciado de los textos informativos
ordinarios y redundantes de la edición normal de cada día.
En casos de duda, será mejor dejar algunos detalles fuera del texto publicable. Aquí se tendrá una cierta
seguridad de que, a medida que avanza la edición pública de los primeros resultados, podrán aparecer
nuevas fuentes colaterales que antes ni se conocían y nuestra labor se beneficiará por el mero hecho de
empezar a desvelar un asunto turbio. Igualmente, se ha de tener muy claro que paralelo a la 3ª fase P de
publicación surgirá la 4ª fase P, de presión.
4ª fase P: la presión.- Desde el instante inicial de aparición de los primeros resultados de la pesquisa,
los afectados harán presión y pondrán en entredicho la labor del periodista investigador: con eso hay
que contar siempre y estar preparado para la embestida. Ésta puede tener fundamentalmente dos formas
de presentación: directa e indirecta. La primera, a su vez, puede tener diferentes maneras de
manifestación, desde la acción violenta contra el periodista investigador a la presión personificada de
los afectados en la propia redacción. En cualquier caso, como quedó dicho, se ha de colocar en estado
de prevención para cualquiera de estas presiones, que siempre aparecen en algún momento. Está claro
que la presión indirecta pasa por el desmentido de todo lo que se ha empezado a publicar, a la vez que
se amenaza con llevar al medio y al periodista ante los tribunales. En cualquier desmentido siempre
queda muy bien acabarlo con mensajes de esta guisa: ‘Llevaremos el asunto a los tribunales’ o ‘Nos
reservamos el derecho de acudir’ a los mismos. Es fácil interpretar si este aviso es una advertencia de
algo que van a hacer o una simple amenaza sin más.
Paralelamente a este envío de denuncias verbales o formas diversas de presión, la investigación
madurará a medida que se va dando a conocer y nos van llegando nuevas fuentes que enriquecen el
material que se está publicando. Durante la delicada 4ª fase P, de presión, el periodista investigador
deberá estar muy seguro y convencido de que todo lo que está diciendo en el periódico está
demostrado, debidamente verificado, voz que, recordemos, procede del latín verificare, que significa
presentar como verdad, evidentemente tras la correspondiente comprobación que demuestre que lo que
se comunique es verdad, presentar como verdad lo que es verdad. Ha de ser un fracaso personal
empezar a comprobar que la otra parte empieza a desmontar lo que él ha dicho y peor aún que lo haga
con pruebas que el periodista investigador no tuvo o no pudo verificar. Si sucede tal cosa, la adversidad
habrá sido cosechada por él mismo, por no seguir las pautas recomendables en cualquier proceso de
periodismo investigador. También sucederá a lo largo de la 4ª fase P, de presión, que en los
desmentidos o alegaciones que haga la parte investigada podrá desvelar algunos de los flecos
informativos a los que no pudo acceder. En estos casos, estos detalles servirán a su vez para enriquecer
los textos que están por escribirse o publicarse, de modo que la sensación de éxito profesional se
afianza, todo ello a la espera de la fase terminal o 5ª fase P, de prisión.
Digamos antes de pasar de fase, que el periodista investigador publicará su historia de principio a fin,
pero con la seguridad de que el final de su investigación no será tal, sino cuando haya una decisión
oficial sobre el asunto, por mediación de un juzgado o de la intervención de cualquier tipo de autoridad
que cambie el status de las personas afectadas en la investigación periodística. Por eso, la 2ª fase P de
pesquisa acabará coincidiendo con la aparición de la 5ª fase P, de prisión, que pasamos a ver.
5ª fase P: la prisión.- No tiene porqué ser siempre esta última y definitiva fase 5ª la entrada física y
personal en prisión o en la celda de una comisaría o juzgado de las personas investigadas. De lo que se
trata es de un cambio de situación; el más radical de ellos es, sin duda, la pérdida de la libertad y su
ingreso en una prisión. Pero, que conste, esta última fase no implica de forma tajante la prisión -aunque
eso sucede en la mayoría de los casos- sino un cambio radical de status del afectado. Sobre este
particular, el periodista investigador Pepe Rodríguez señala que en estos casos, la persona investigada
acaba «procesado, encarcelado, expedientado administrativamente y/o con importantes pérdidas
económicas y de imagen muy importantes». Estas son diferentes formas de manifestarse una 5ª fase P.
El significado de esta fase no ha de afectar ni interesar personalmente al periodista, quien en todo
momento ha de guardar un comportamiento profesional y frío ante los acontecimientos, como si no
fueran con él, como sucede -o debe suceder- en realidad. Se ha de limitar a cumplir su papel, a dar
cuenta de los hechos investigados y probados.
Lo que sí debe quedar claro es que decretado el cambio de status, la investigación se ha de dar por
concluida. Sucederá de ese modo, aunque después de cerrada aparezcan nuevos datos que todavía
acabaran por reforzar más la investigación publicada. Insistir podrá fácilmente ser interpretado por
algunos lectores como un deseo injustificado de hacer leña del árbol caído, según el dicho popular, en
una imagen en la que no debe caer el periódico. Es muy probable, digámoslo de paso, que un asunto
publicado y juzgado siga recibiendo datos y más datos, todos en el mismo sentido. Aquí, el periodista
investigador debe resignarse a recibirlos, sí, pero a no seguir haciendo uso de los mismos. Tras finalizar
un partido de fútbol, cualquiera puede ir a una de las porterías y meter el balón contra las redes cuantas
veces quiera, pero esos goles ya no valen. Lo mismo sucede en el periodismo de investigación, una vez
cerrada la 5ª fase P, de prisión y fuentes que estaban en silencio despiertan y ofrecen lo que no
propusieron antes, cuando hubieran sido muy bien recibidas y eran necesarias.
Anexo #2: Algunas herramientas aplicables en el proceso de investigación, según William Gaines
-Uso de entrevistas: mediante la escucha y la formulación de preguntas adecuadas, el periodista logra
conocer los hechos y la visión que tienen otras personas del suceso investigado. Pueden realizarse cara
a cara, como por teléfono.
-Uso de la inspección: la aplicación de la observación directa por parte del periodista otorga mayor
veracidad a la historia investigativa, y permite revelar aspectos importantes más allá de lo documental.
-Uso del estudio: estriba en realizar un examen sistemático e integral de cuestiones concernientes al
tema de investigación.
Anexo #3: Otras clasificaciones de las fuentes en el PI, propuestas por el investigador y periodista español Pepe Rodríguez Según la temporalidad:
-asiduas: aquellas que tienen un trato más o menos continuado con el periodista
-ocasionales: aquellas cuyo contacto con el investigador solo se haya producido de modo eventual.
Según el contenido informativo:
puntuales: fuentes asiduas utilizadas por el reportero en un estrecho y definido marco
generales: empleadas con diversos fines para obtener los datos.
Según la estructura de la comunicación:
públicas: accesibles para todos o buena parte de los periodistas
privadas: pueden ser consultadas por un limitado número de profesionales
confidenciales: solo brinda información a contados periodistas por la singularidad de los datos que
posee.
Anexo #4: Guía de preguntas temáticas discutidas en el grupo focal
Partiendo de los productos comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario
Juventud Rebelde, —aquellos temas que han sido menos tratados por otros medios y por ello, causan
gran impacto social— y teniendo en cuenta sus experiencias profesionales en la realización de tales
materiales:
1) ¿Sugieren los corresponsales temas para trabajos de este tipo al periódico, o simplemente
reciben las propuestas de periodistas o equipo de periodistas de la redacción central?
2) ¿Cómo se integran ustedes desde provincia a la investigación?
3) ¿Confeccionan un proyecto de investigación? ¿De qué modo?
4) Durante el proceso de trabajo, ¿qué relaciones mantienen con el equipo de la Redacción
central?
5) ¿Qué intención persiguen desde un inicio: denunciar, explicar, argumentar? ¿Siempre revelan
algo oculto u ocultado?
6) ¿Qué tiempo le dedican al trabajo de campo con las fuentes? ¿Se dificulta la interacción con
algunas fuentes en provincias?
7) ¿Qué métodos y técnicas emplean para obtener los datos en el trabajo con las fuentes:
observación directa, estudio de documentos, búsqueda de información en soporte digital,
aplicación de encuestas, grupos de discusión o consulta de expertos?
8) ¿Aplican algunas de estas estrategias para el trabajo y contraste de las fuentes: utilización de
confidentes, infiltración del propio periodista o de terceros, hacerse el ingenuo, suplantar la
personalidad?
Corresponsales participantes en el grupo focal:
- Odalis Riquenes Cutiño - Yahily Hernández Porto - Hugo García Fernández - Juan Morales Agüero - Luis Raúl Vázquez Muñoz - Julio Martínez Molina - Lisván Lescaille Durán - Osviel Castro Medel
Estuvieron presentes, además, los periodistas Mileyda Menéndez Dávila, jefe del equipo de
corresponsales de JR, y Ricardo Ronquillo Bello, subdirector editorial del periódico que atiende temas
nacionales.
Anexo #5: Cuestionario de entrevista estructurada que se aplicó a periodistas que participaron en el proceso de realización de los materiales periodísticos analizados
Partiendo de los productos comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario
Juventud Rebelde, —aquellos temas que han sido menos tratados por otros medios y por ello, causan
gran impacto social— y teniendo en cuenta sus experiencias profesionales en la realización de tales
trabajos, responda las siguientes preguntas:
1) Al realizar productos comunicativos de esta naturaleza, ¿qué intención persigue desde un inicio:
denunciar, explicar, argumentar?
2) ¿Siempre se devela en los trabajos algo oculto u ocultado intencionalmente?
3) ¿Qué métodos y técnicas emplea para obtener los datos en el trabajo con las fuentes:
observación directa, estudio de documentos, búsqueda de información en soporte digital,
aplicación de encuestas, grupos de discusión o consulta de expertos? Explique en cada caso.
4) ¿Aplica algunas de estas estrategias para el trabajo y contraste de las fuentes: utilización de
confidentes, infiltración del propio periodista o de terceros, hacerse el ingenuo, suplantar la
personalidad? Explique de qué modo las aplica.
5) Hay fuentes de las que el periodista recibe datos durante el proceso de realización y sin
embargo, luego no aparecen explícitas en el trabajo, o en el mejor de los casos, el periodista
suele incorporar dicha información a su discurso. ¿Cuáles son estas fuentes? ¿Por qué no se
declaran?
6) A su juicio, ¿qué particularidades tiene el proceso de realización de esos trabajos, si se compara
con la elaboración de otros materiales periodísticos?
Periodistas entrevistados:
• Dora Pérez Sáez
• Margarita Barrio Sánchez
• Yailín Orta Rivera
• Alina Perera Robbio
• Marianela Martín González
• Mileyda Menéndez Dávila
Anexo #6: Cuestionario de entrevista estructurada realizada al Dr. José Ramón Vidal, otrora director del periódico Juventud Rebelde
A partir de la segunda mitad de la década de los años 80 del pasado siglo, en JR comenzó a realizarse
un periodismo diferente por la profundidad con que se abordaron los temas y el lenguaje de los
trabajos:
2) ¿Qué propició hacia lo interno del periódico el desarrollo de ese tipo de periodismo?
3) ¿A qué se debió la decisión de tratar temas tan interesantes y desconocidos como la historia del
Barrio Chino de La Habana, o la de la Virgen de la Caridad del Cobre, o la del mítico personaje
habanero Alberto Yarini?
4) ¿En qué contexto socioeconómico y sociopolítico se desarrollaron tales investigaciones?
5) ¿Qué caracterizaba estilísticamente los trabajos?
Anexo #7: Guía semiestructurada de entrevista en profundidad aplicada a Rogelio Polanco Fuentes y Ricardo Ronquillo Bello, director y subdirector editorial de Juventud Rebelde, respectivamente
Teniendo en cuenta los productos comunicativos publicados a dos páginas en la edición dominical del
diario Juventud Rebelde, —aquellos temas que han sido menos tratados por otros medios y por ello,
causan gran repercusión social— y partiendo de sus experiencias profesionales sobre el proceso
editorial de tales materiales periodísticos, responda las siguientes preguntas:
1. A su juicio, ¿qué particularidades tiene el proceso de realización de estos trabajos, si se
compara con la elaboración de otros materiales periodísticos?
2. ¿De qué modo se seleccionan y aprueban los temas? ¿Qué aspectos se tienen en cuenta?
3. ¿Cómo se organiza internamente el proceso investigativo (confeccionan un proyecto, trazan
objetivos, planifican los recursos y el tiempo a emplear)?
4. ¿Qué tipifica la edición de estos trabajos si se compara con la de otros materiales periodísticos?
5. Cuando consideran que un trabajo de este tipo no es publicable, ¿siguen algún criterio especial
para ejercer la censura y ordenar la reestructuración del material?
6. ¿Qué es lo que ha hecho posible que JR, a diferencia de la mayoría de los medios de prensa
cubanos, realice tales productos comunicativos?
Anexo # 8: Guía de análisis cualitativo aplicada a los productos comunicativos seleccionados 1. Metodología y organización del trabajo
1.1. Trabajo propio del periodista o equipo de periodistas
1.1.1. Trabajo propio de un periodista
1.1.2. Trabajo realizado por un equipo de periodistas
1.2. Temas tratados
1.2.1. Económicos
1.2.2. Políticos
1.2.3. Sociales
1.2.4. Diversidad de aristas en el tratamiento de un tema
1.3. Fuentes consultadas
1.3.1. Documentales
1.3.2. Personales
1.3.2.1. Oficiales (directivos, dirigentes administrativos)
1.3.2.2. Oficiosas (personas sin responsabilidades de dirección)
1.3.3.3. Implicadas
1.3.3.4. Ajenas
1.3.3.5. Favorables
1.3.3.6. Neutrales
1.3.3.7. Técnicas (especialistas)
1.3.3. Gradación de fuentes (orden en que se consultan)
1.3.3.1. Se accede primero a fuentes no institucionales
1.3.3.2. Se accede primero a fuentes institucionales
1.3.4. Formas de introducir las fuentes en los textos
1.3.5. Contraste de fuentes
1.3.5.1. En función de la veracidad
1.3.5.2. En función de la multiplicidad de criterios
1.4. Evidencia (prueba) de la aplicación de métodos y técnicas
1.4.1. Observación directa
1.4.2. Estudio documental
1.4.2.1 Revisión bibliográfica y consulta a internet
1.4.3. Entrevista
1.4.4. Trabajo con grupos de enfoque
1.4.5. Consulta a expertos
1.5. Declaración de algunas estrategias empleadas en los textos
1.5.1. Utilización de confidentes o informantes (personas que le brindan una información al periodista
en el área de investigación)
1.5.2. Infiltración del periodista
1.5.3. Infiltración de terceros
1.5.4. Participación en los hechos investigados
1.5.5. Periodista ingenuo
1.5.6. Suplantación de la personalidad
2. Elaboración del producto comunicativo
2.1. Estructura del texto
2.1.1. Presentación de una tesis, punto de vista o juicio de valor en la entrada
2.1.1.1. Expuesta en el sumario
2.1.1.2. Expuesta en alguna otra parte de la entrada
2.1.1.3. No planteada en el sumario
2.1.2. Exposición lógica de datos que argumenten la tesis inicial
2.1.2.1. Organización del tema por subtítulos
2.1.2.2. Coherencia y relación temática bajo los subtítulos
2.1.3. Conclusión que viene a reforzar el planteamiento de la tesis
2.1.3.1. Refuerza o complementa el planteamiento de la tesis
2.1.3.2. Se da a través de una entrevista a especialista (fuente técnica u oficial)
2.1.3.3. La brinda el propio periodista
2.1.4. Presencia de antecedentes, contexto y hechos colaterales al suceso investigado
2.1.4.1. Enunciados durante todo el texto
2.1.4.2. Enunciados fuera del texto
2.2. Estilo
2.2.1 Claridad
2.2.2. Concisión
2.2.3. Naturalidad
2.2.4. Sencillez
2.3. Lenguaje
2.3.1. Directo o tropológico (enveresamientos lingüísticos por el empleo de diversos recursos literarios)
2.3.2. Contemporáneo, fresco (sin anacronismos)
2.3.3. Estructura sintáctica predominante
2.4. Formas elocutivas empleadas
2.4.1. Narración
2.4.1.1. En la entrada
2.4.1.1.1. Se les da seguimiento en el cuerpo de la investigación
2.4.1.1.2. En el cuerpo
2.4.2. Descripción
2.4.2.1. En la entrada
2.4.2.2. En el cuerpo
2.4.3. Diálogo
2.4.3.1. En la entrada
2.4.3.2. En el cuerpo
2.5. Títulos
2.5.1. Llamativos
2.5.2. Genéricos
2.5.3. Noticiosos
2.6. Recursos gráficos
2.6.1. Imágenes de archivo
2.6.2. Fotografía de documentos
2.6.3. Imágenes relativas al suceso y a las fuentes
2.6.4. Gráficos y estadísticas
2.6.5. Mapas
2.6.6. Caricaturas
Anexo # 9: Cuestionario aplicado a los especialistas consultados:
1) A su juicio: ¿Se hace en Cuba periodismo de investigación? ¿Qué rasgos lo diferencian del
modelo que teóricamente distingue a esta modalidad, muy definida en otros contextos?
2) ¿Establecería usted marcadas diferencias entre la investigación propia del periodismo de
investigación y la que necesariamente debe realizar un reportero para emprender sus trabajos
periodísticos?
3) ¿Pudiera referirse a los elementos del periodismo de investigación presentes en algunos
materiales periodísticos publicados a dos páginas en la edición dominical del diario Juventud
Rebelde?
4) Desde su punto de vista, ¿cuáles son los factores que dificultan el ejercicio sistemático del
periodismo de investigación en la prensa cubana?
A continuación aparecen los textos de los 11 productos comunicativos analizados: Anexo #10: «Dame la maleta que me voy del campo (I)» (publicado el 29 de junio de 2008) Por: Yailín Orta y Dora Pérez
El país está ante el imperativo de equilibrar los desajustes en el desarrollo territorial acumulados
en estos años, y restablecer, en la medida en que se recupera la economía, la política que en este
sentido inauguró la Revolución
Giolkys Rodríguez llegó a La Habana con apenas la muda de ropa que vestía. A los tres días ya
manejaba un bicitaxi y dormía en casa de un amigo. Dos años atrás había estado en la capital como
joven llamado al Servicio Militar General. Creía conocer bastante de las posibilidades que le ofrecía la
ciudad, y decidió probar suerte.
«Vine a levantar cabeza y me las he arreglado como sea. He sido de todo: panadero, zapatero; he
chapeado patios, cargado agua, cuidado animales... Menos robar, he hecho cualquier cosa que me dé
unos pesos para seguir luchando».
Giolkys vive en el barrio Las Piedras, en el municipio de San Miguel del Padrón, muy lejos de su natal
Guantánamo.
Hace algo más de un año conoció a una muchacha habanera y vive con ella. Anteriormente había
estado alquilado y en ocasiones durmió donde lo sorprendió la noche.
Durante sus años como bicicletero tuvo que pagar innumerables multas por trabajar sin licencia. Pero
eso nunca lo frenó. Pagaba el dinero y al otro día seguía pedaleando. Lo más difícil fue cuando en una
ocasión la policía lo detuvo y le pidió los documentos de identidad. Al no tenerlos en regla, fue
conducido en un ómnibus hacia su provincia natal. Al día siguiente regresó.
«Hay personas que me preguntan por qué no viro para Guantánamo. Allá tú cuentas con tu sueldo y
nada más. Aquí en La Habana, aunque pases trabajo, siempre hay más posibilidades. Ahora estoy
haciendo los papeles para cambiar mi dirección legalmente».
A Jorge Luis Ramos también lo cautivó la capital. Con solo 14 años se atrevió a hacer las maletas, para
nunca más volver a su natal Pinar del Río. Aspiraba a tener más de lo que sus padres podían darle y era
La Habana el lugar ideal para lograrlo.
«Quería hacer mi propia vida y he “arañado” la tierra para conseguirlo.
He tenido momentos duros, porque me he visto sin dinero, sin comida, solo y durmiendo en los
parques. Hace unos años pude hacerme de mi casita, tener mis papeles al día, y hasta estudié para ser
asistente de enfermería. Ya mi vida ha cogido un rumbo.
«Conozco historias semejantes a la mía. Como yo hay muchas personas que llegan por razones
económicas, pero existen otros que vienen porque han tenido problemas en sus provincias y aquí
pretenden seguir estafando y robando.
«También los hay que emigran para acercarse a su familia y otros a los que la provincia donde viven
les queda chiquita para realizarse profesionalmente».
Ciudad de La Habana sigue siendo el principal punto de atracción para la gran mayoría de los cubanos
que deciden mudarse. Y es que, como sucede en el resto del mundo, la gran urbe ofrece encantos —a
veces sobredimensionados en el pensamiento popular— que seducen y atrapan a las personas, aunque
tengan que atravesar múltiples aprietos.
Las cifras del último Censo de Población y Vivienda, realizado en 2002, muestran que la capital
absorbe el 40,8 por ciento del total de los inmigrantes del resto del país.
Históricamente la población de la Isla se ha movido de oriente hacia occidente. Las principales
corrientes migratorias que se establecen son cinco y van desde Santiago de Cuba, Granma, Villa Clara,
Holguín y Pinar del Río, con un único destino: Ciudad de La Habana.
En Cuba, desde el triunfo del 1ro. de Enero se comenzaron a trazar políticas para reajustar las
desproporciones que existían entre los diferentes territorios, lo que tuvo impacto significativo sobre las
corrientes migratorias.
Pero la crisis económica detuvo las estrategias de desarrollo que llevaba el país. En medio de esas
difíciles circunstancias, en los años 90 ocurrió una gran explosión demográfica en la capital, provocada
por el éxodo espontáneo y desmedido desde otros territorios.
Ahora, cuando se vislumbran otras condiciones, la nación se enfrenta al reto de diseñar y aplicar
nuevos instrumentos que reanimen la vida de otras localidades y reviertan esta tendencia.
El país está ante el imperativo de equilibrar los desajustes en el desarrollo territorial acumulados en
estos años, y restablecer, en la medida que se recupera la economía, la política que en este sentido
inauguró la Revolución.
Distorsiones heredadas
La migración interna ha sido definida por varios especialistas como un componente del crecimiento
demográfico, de rápida y sensible variación en su tendencia, que impone modificaciones apreciables y
a corto plazo a la distribución territorial de la población.
Según la doctora Blanca Morejón, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La
Habana (CEDEM), tanto este proceso como la distribución territorial de la población tienen una
naturaleza económica, porque han estado sujetos a la acción determinante del emplazamiento
geográfico de la producción y los servicios.
«Mas otros mecanismos de naturaleza psicosocial explican la intensidad y dirección de la migración en
las condiciones del socialismo, entre los que no deja de encontrarse el efecto demostrativo que todavía
ejercen las áreas más urbanizadas.
«Los flujos migratorios suelen continuar incluso después de haberse satisfecho los requerimientos y
necesidades de un área de desarrollo económico, pues las expectativas sociales de muchas personas
prevalecen y superan los límites de las exigencias de esa área en desarrollo», precisó.
La Revolución heredó una capital cuyos moradores constituían el 21 por ciento de la población urbana,
que a su vez era el 35 por ciento de la población total del país. Al alto grado de concentración de las
poblaciones citadinas se oponía un elevado grado de dispersión de la población rural, donde las
inversiones eran muy precarias.
Después del triunfo de enero de 1959 se orientaron medidas para el control de la metropolización y
revitalización de las zonas rurales que tuvieron efecto sobre la migración, especialmente en la
detención de esta en determinadas áreas y el desvío de las corrientes hacia otras regiones.
En 1966, durante el discurso por el XIII aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Fidel hacía
referencia a los propósitos de tales esfuerzos, cuando manifestaba que «si nosotros no nos ocupamos de
desarrollar el interior del país, si nosotros no llevamos a cabo una política de crear condiciones que
hagan agradable la vida en el interior del país, el fenómeno de querer mudarse para La Habana seguirá
manteniéndose y el problema de la capital será cada vez peor».
Como resultado de una política de equilibrio capital-resto del país, la Revolución cambió las
desproporciones heredadas del sistema precedente.
Las leyes de Reforma Agraria, el mejoramiento de los servicios rurales, la disminución generalizada
del desempleo y las políticas de equilibrio de los ingresos de los obreros agrícolas e industriales,
terminaron por crear las bases para la reducción del éxodo rural-capitalino. Además, se aplicaron el
diseño y control del Plan Director de la Ciudad de La Habana y los planes de desarrollo e inversiones
regionales.
En 1975 y 1980, en los dos primeros congresos del Partido, se formularon de manera precisa objetivos
en materia de política migratoria y distribución territorial de las fuerzas productivas.
El segundo de estos eventos incluyó en su Informe Central, presentado por Fidel, una indicación
precisa al respecto: la distribución de las fuerzas productivas debe tener como objetivo una profunda
transformación de las estructuras territoriales, con una distribución más eficiente de las actividades
productivas, el aprovechamiento más racional de los recursos naturales y humanos, un desarrollo más
balanceado y acelerado de las provincias más atrasadas y el progresivo igualamiento en las condiciones
de vida de los distintos territorios del país, la adopción de medidas de orientación de las migraciones
internas y la estructuración consecuente del sistema urbano.
Tendencias revertidas
La revitalización de las ciudades medianas y pequeñas, que asumieron nuevas funciones
administrativas, especialmente desde 1976; la creación de nuevos planes de desarrollo agropecuario e
industrial a escala regional, y la construcción de más de 300 nuevos poblados rurales o comunidades,
elevaron la importancia de los movimientos migratorios locales.
Así lo ratificó Blanca Morejón, para quien fue vital el proceso de institucionalización de esos años.
«En 1976 —comentó— se convierten en cabeceras provinciales ocho ciudades. Una capital provincial
requiere servicios que no requiere una municipal. Por tanto lleva un hospital provincial, una escuela de
arte, una universidad... y ese proceso de institucionalización hizo que las corrientes migratorias se
acomodaran, y empezara a ser más intensa esa migración a nivel local. Las personas, en vez de ir
directamente hacia La Habana, se iban para su cabecera provincial».
«Recuerdo, por ejemplo, en el Primer Congreso del Partido, un lineamiento que decía que habría
provincias donde si usted desempeñaba un puesto de trabajo igual a otro de Ciudad de La Habana, a lo
mejor el sueldo era más alto. Eso se hizo en la ciudad camagüeyana de Nuevitas. Se usaba el salario
como estímulo para que la población se asentara allí, al igual que la posibilidad de tener una vivienda
más rápidamente».
No fue casual que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) evaluara, de acuerdo con un
estudio realizado por ella sobre las políticas económicas y sociales en Cuba, que «ha sido el único país
de América Latina que ha revertido las tendencias prevalecientes en otras partes mediante políticas
deliberadas».
La Habana no aguantaba más
La crisis económica en los más duros años del período especial impidió llevar a cabo muchas de
aquellas estrategias. En medio de fuertes tensiones económicas tuvo lugar una gran migración hacia la
capital.
«En aquellas condiciones —señaló Juan Carlos Alfonso, director del Centro de Estudios de Población y
Desarrollo—, la ciudad no podía satisfacer la alta demanda de viviendas, transporte y otros servicios.
No poseía una infraestructura capaz de resistir aquel flujo demográfico. Había que tomar algún tipo de
medida para controlar y ordenar ese proceso».
En abril de 1997 se puso en vigor el Decreto Ley 217 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros
sobre Regulaciones Migratorias Internas para Ciudad de La Habana, como medida para detener el
incremento sostenido de la migración que de manera desordenada venía registrándose, y complicaba
aún más la situación de su población residente.
Esta regulación, según se refleja en una investigación de la doctora Norma Montes, especialista del
CEDEM, no significó en modo alguno impedir las migraciones internas hacia Ciudad de La Habana,
sino controlarlas. Su aplicación no solo redujo la magnitud de los migrantes hacia el territorio, sino que
de forma general impactó a todo el movimiento interno del país.
«El decreto, con su justeza económica —señaló el doctor Omar Everleny, del Centro de Estudios de la
Economía Cubana—, frenó el fenómeno. Lo que pasa es que luego las personas vuelven a rearticularse
y buscan la manera de llegar hasta la gran urbe. Es frecuente que el recorrido de las migraciones no se
haga directamente hacia el destino final, sino de forma escalonada por otros territorios.
«Estamos conscientes de que las migraciones se acomodan al desarrollo económico, y los lugares de
mayor atracción van a ser siempre los de mejores condiciones de vida. Por eso, en la misma medida en
que el país se vaya recuperando, se tienen que renovar las estrategias de desarrollo proporcional de
todas sus regiones, porque esta será la mejor manera de encaminar las migraciones».
Juan Carlos Alfonso ilustró la tendencia: «En el crecimiento poblacional del año 2007 se evidencia
claramente la relación lineal que se establece entre población-actividad económica. Ejemplos de ello
son los municipios de Morón, en Ciego de Ávila, y Rafael Freyre y Moa, de Holguín, así como
Cienfuegos. En estos lugares, donde se han reanimado diversos sectores económicos, su población ha
aumentado notablemente»
Rescatando equilibrios
Blanca Morejón, especialista del Centro de Estudios Demográficos, consideró que ya se está
recuperando la perspectiva que se tenía sobre este proceso demográfico.
«Tenemos un horizonte a mediano y a más largo plazo. Ya hay ciertas condiciones para volver a
rescatar políticas que regulen la tendencia, sobre todo invirtiendo en los territorios más emisores».
Para Juan Carlos Alfonso, si la gente se va de un lugar a otro es por alguna razón, no por placer,
«porque existe algún tipo de presión que los conduce a ello», puntualizó.
«La solución del problema pasa necesariamente por el desarrollo de las iniciativas locales. Todavía las
decisiones son muy centralizadas. En la medida en que la gente participe en las producciones y en las
decisiones de su entorno, va a ser más armónico el desarrollo y se va a ir regulando también la
migración.
«Es una estrategia diferente a la que había antes. Todo no puede venir del centro, de la capital. Tiene
que haber iniciativa municipal, tiene que haber vida municipal para que sean otras las motivaciones de
su gente».
El doctor Omar Everleny insistió en que hay que ir reanimando poco a poco esos lugares, porque el
recurso tiene que generarse lo más pegado a la base que sea posible y un porciento debe quedarse ahí.
Las producciones y los resultados tienen que irradiar hacia el territorio.
«Hay que recuperar los polos industriales sin pretender hacer cosas gigantescas».
Al respecto, Luisa Iñiguez, investigadora del Centro de Estudios de Salud y Bienestar Humano de la
Universidad de La Habana, advirtió que no se debe descuidar el hecho de que aunque sean unidades
territoriales del mismo nivel, no todos los municipios son homogéneos.
«Los hay de 8 000 habitantes y otros de más de 400 000, o los tenemos de mil kilómetros cuadrados y
otros de 3,2 kilómetros cuadrados. Por esta razón, a pesar de que se potencia el desarrollo local, puede
que existan lugares a los que haya que ayudar durante un buen tiempo».
Los especialistas alertaron acerca de otras complejidades que pesan sobre la regulación del proceso
migratorio.
«A pesar de las necesidades económicas, Cuba ha logrado un desarrollo educacional e intelectual
significativo de su población. Por eso muchas veces existen contradicciones reales para quien un día
salió de Yateras a formarse en la universidad y cuando regresa a trabajar, lo que encuentra no lo
compensa. Son mayores los niveles de expectativas que se crean que lo que puede solucionarse»,
sostuvo Juan Carlos Alfonso.
Impacto de la iniciativa local
«Creo que fundamentalmente nos faltan objetivos de desarrollo local, lo que incidiría fuertemente sobre
las migraciones. Por ejemplo, cuando la producción de azúcar empezó a dejar de ser eficiente y
desaparecieron centrales azucareros, dondequiera que esos centrales dejaron de existir, había cadenas
productivas de más de 200 años y se perdieron. Los pobladores sintieron que desaparecía su fuente de
empleo, y aunque les estás pagando por estudiar, su aspiración no es únicamente esa. Y empiezan a
emigrar.
«Si le agregas los polos turísticos cercanos, donde hay otra oferta de empleo, el joven se va para allá.
Para resolver ese problema hay que buscarle un sentido al desarrollo económico de esa localidad, que
antes lo tuvo en la industria azucarera.
«Pienso que los municipios que son de corte agropecuario, por ejemplo, pueden tener un desarrollo
fuerte, y no hablo solo de la producción agrícola de alimentos, sino de la industrialización de esa
producción».
Así expresó Alfredo Jam, quien está al frente de la Dirección de Análisis Macroeconómico en el
Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
«El desarrollo local puede generar un encadenamiento productivo de varios territorios, que repercuta
finalmente hasta en exportaciones para el país. A veces las personas piensan solo en la potencialidad
específica de la zona, pero esa producción puede encadenarse a otro lugar y generarse una industria.
Esto reanimaría las condiciones de vida de los territorios.
«Este proceso ocurriría sin restarle importancia a las grandes empresas nacionales, porque hay
determinadas actividades que tienen que ser de subordinación nacional y que están enclavadas en
territorios donde existen otras de tipo local. Ambas tienen que coexistir.
«Si definimos determinados recursos como locales, ese gobierno debe incluirlos en su programa de
desarrollo. Que no es lo mismo que considerar que toda la actividad que está en el territorio,
independiente de su subordinación, sea posible dirigirla desde allí.
«Creo que en la producción de alimentos se han dado pasos en este sentido. Lógicamente esos procesos
no se organizan en un día, pasan por la actitud de la gente ante ese tipo de trabajo, por motivar a las
personas, crear condiciones reales. Son cadenas productivas que hay que establecer.
«Hay un mundo por desarrollar en esto. El día que lo logremos, la gran preocupación entonces no serán
los recursos materiales y tecnológicos, sino la gente».
— ¿Por qué la gente?
— Existen jóvenes que hoy no encuentran su lugar y que abandonan sus sitios de residencia, que están
pensando en otra cosa y preparándose para otro futuro.
«Es muy frecuente ir a un municipio agrícola y encontrar que no hay nadie que estudie para ser
agricultor. No quieren ser ni ingenieros agrónomos, ni veterinarios... Y muchas veces hasta los mismos
padres que son agricultores no desean que estudien nada relacionado con eso.
«El problema es muy complicado. Hay quien dice: “vamos a aumentar las capacidades para estudiar las
carreras de Ciencias Agropecuarias”, pero que se aumenten las plazas no significa que los muchachos
se interesen.
«Tienes que empezar con ese niño desde que está en primer grado a crearle vocación por esas labores,
con sus mismos juguetes, sus hábitos, para que cuando crezca sienta compromiso con la realidad de su
comunidad y no quiera irse de su lugar natal.
«Tenemos un poco más del 60 por ciento de la población en edad laboral. Eso es una ventaja. Claro,
están pegándose más a los cuarenta y pico de años, y rápidamente se van transformando en un grupo de
edad avejentado.
«Pero pocos quieren los trabajos que hay: la agricultura, la construcción... Porque son sectores que no
poseen altos niveles de mecanización ni de tecnología, como para que sean atractivos. Por ejemplo,
menos del diez por ciento del hormigón se bombea, hay que palearlo. Hay que transformar las
condiciones de trabajo de esos sectores. Eso es un reto, tan importante como comer.
«Y no se puede olvidar el desarrollo social que hemos alcanzado. Estamos tratando con personas que
cada vez son más educadas y con expectativas mayores».
— En los últimos años, el país ha llevado una migración ordenada hacia sectores laborales
específicos en la capital (policías, constructores, maestros...) Muchas de esas personas después se
quedan aquí. ¿No hay otra forma de resolver ese problema de Ciudad de La Habana?
— Esas son decisiones puntuales sobre carencias muy concretas. En Ciudad de La Habana hay fuerza
laboral para suplir esos trabajos. Esa gente no trabaja por miles de razones.
«El primer obstáculo para que la gente acceda a las profesiones que se ofertan es la seguridad de que
aquí nadie por su trabajo vive o se muere de hambre.
«Si no protegiéramos tanto al que no trabaja, estoy seguro de que tendríamos gente para eso y
resolveríamos esas cosas puntuales de otra manera. Hay que ir tomando medidas que garanticen que la
gente viva de su trabajo. Premiar el trabajo, lo que significa no premiar el «no trabajo».
«El exceso de protección de la sociedad ha traído como consecuencia estas cosas, e influye en que la
gente se deforme y tenga conductas sociales inadecuadas. Eso hay que revisarlo, pero no hay dudas de
que lo que tiene que salir privilegiado es el trabajo».
— Usted se refería a potenciar el desarrollo local. Sin embargo, las personas se quejan
precisamente de la falta de autonomía de los gobiernos provinciales y municipales para disponer
de sus recursos y tomar decisiones.
— En un territorio hay diferentes actores productivos, unos dependen de una empresa vertical, otros de
la actividad local. Realmente tenemos un proceso de centralización excesivo en estos años debido a
determinadas carencias.
«Hay un desarrollo social porque el presupuesto equilibra los gastos sociales a nivel nacional, no es por
municipio. Que eso requiera un programa de desarrollo y una definición correcta de qué debe ser de
patrimonio local como recurso, es otra cosa.
«Para que un municipio gobierne tendría que tener sus planes, sus objetivos de desarrollo local, definir
antes qué es local y qué no, así como fijar cuáles son sus atribuciones y hasta dónde pueden llegar.
«En la misma medida en que ellos tengan un programa con esos objetivos, podrán defenderlo».
Anexo #11: «Dame la maleta que me voy del campo (II). La Habana sumergida» (publicado el 3 de agosto de 2008) Por: Yailín Orta y Dora Pérez La rearticulación de procesos migratorios hacia la capital y problemas sociales asociados,
sugieren cambios en el análisis y enfrentamiento a este fenómeno
Las «casas» se agolpan con su frágil aspecto. Sus paredes, de latones viejos y oxidados, cartones y
pedazos de tablas, dejan en quien las mira una sensación de tristeza, de desamparo.
El carro de este diario no pudo avanzar. Las grietas y el estrechamiento de lo que algunos llaman calle,
no lo permitieron. Hubo entonces que remangarse los pantalones hasta las rodillas y andar por
complicados vericuetos.
Apenas se podía divisar el panorama, entre cuestas, atajos y cercas irregulares que iban delimitando el
territorio, «conquistado» por quienes un día decidieron marcharse de sus provincias para asentarse, sin
ningún tipo de condiciones, en Ciudad de La Habana.
«Mi esposo se vino pa’ acá y yo tenía que estar con él. Y aunque a veces me entra un gorrioncito
tremendo por ir a Santiago, vivo contenta en mi cucuruchito», nos dijo Estrella Alarcón, quien nos
regaló detalles de su historia.
Mujer voluminosa, vestía ropas ligeras y estaba acomodada en una especie de cajón en el patio. El
«ranchito», como ella lo nombra, lo edificaron con tablas de pallets (cajas de madera) que encontraron
dondequiera. Así, poco a poco fueron armando su pequeño espacio.
«Un hermano de mi esposo —comentó— nos cedió el terrenito en este “llega y pon”. No tenemos
libreta, ni cambio de dirección. Soy ama de casa, pero con el dinerito que hace mi marido en la tarima
del mercado nos las arreglamos».
Según narró, en ese asentamiento todos viven como una gran familia. «Si hay que correr con alguien,
se corre; todos nos llevamos bien. No porque vivamos así somos conflictivos», resaltó.
El barrio de los asombros
En Las Piedras los vecinos han construido sus casitas con materiales que han recogido en basureros, y
los pisos son de tierra. Allí no existen calles, sino trillos. No hay tendidos eléctricos, sino extensas
tendederas. Y el agua la obtienen de unas tuberías que pasan a unos metros del «llega y pon».
Así viven cerca de 2 000 personas en ese caserío ubicado en San Miguel del Padrón, según afirmaron
los entrevistados en el lugar. Todos vieron en Ciudad de La Habana el territorio luminoso donde se
podía alcanzar lo que era imposible en sus lugares de origen.
Mas Las Piedras es solo uno entre 46 asentamientos ilegales dispersos en los 15 municipios de la
ciudad; casi la mitad de estos, concentrados precisamente en San Miguel del Padrón.
Aunque en 1997 se implantó el Decreto 217 sobre migraciones internas hacia la capital, las «oleadas»
parecen no cesar, y las autoridades de la urbe no han podido cuantificar el número de personas que han
llegado a ese territorio violando esa norma jurídica.
Lo confirman no pocas historias recogidas por este diario. «En Guantánamo, por pintar uñas ganas tres
pesos, y aquí, de cinco en adelante», dijo La Mora, de 29 años, que emigró hace cinco años.
«Aunque no tenemos los documentos en regla —precisó— mis hijos van a la escuela, porque eso es un
derecho de todos los niños en este país».
La madre de La Mora, Ana Iris Neira del Toro, contó que ella fue la primera de su familia que emigró,
a finales de los 80. Al principio vivió en Las Piedras. Después se casó y se mudó para otro barrio de
iguales características: El Mirador, en el mismo municipio.
«Allá en Guantánamo trabajaba en una cooperativa sembrando frijoles. Ese tipo de labor es la que se
sobra. Cuando vine pa’ acá me puse a hacer esta casita. ¿Ves eso? —señaló la parte de abajo de una de
las paredes laterales—. Es un tanque metálico que yo misma piqué y abrí».
Luego llegó su nuera, Maricela Ricardo, y se unió al diálogo. «Yo vivía en Cauto Cristo, Granma, un
lugar muy parecido a esto. Hace siete años me decidí y vine sola para La Habana.
«Primero encontré trabajo en la agricultura, como parte de un contingente. Después fui a trabajar en un
negocio particular de hacer caramelos largos y los vendía en la calle. Un día me sorprendieron, y como
no enseñé documentos, me mandaron para mi provincia. Al otro día ya estaba aquí de nuevo».
Según cifras ofrecidas por Luis Carlos Góngora, vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder
Popular de Ciudad de La Habana, y quien se encarga de este tema en esa instancia, en lo que va de año
2 397 personas que estaban ilegalmente en la ciudad se han enviado de regreso a sus provincias de
origen.
Desde que comenzó a desarrollarse este proceso, en 2006, suman más de 20 000 personas, entre los que
se incluyen reincidentes.
En el recorrido por el asentamiento de inmigrantes ubicado en Las Piedras conocimos a Inaidi B., que
vino por iguales motivaciones a la capital.
Hoy es agente de Seguridad y Protección, pero antes estuvo vendiendo en la calle lo que le cayera en
las manos. Vivía alquilada. «Por suerte —contó— ya me hice de lo mío. Traje a mis hijos y pude
hacerles el cambio de dirección para la casa de unos amigos que tengo en Santiago de las Vegas».
Desde 1993 llegó también Abel de Armas, con su pequeño de tres meses de nacido y su esposa.
Primero trabajó como constructor de un contingente; luego se le «apretó la cosa» y decidió dedicarse a
vender en la calle lo que apareciera.
Abel confiesa sentirse muy esperanzado con que algún día los legalicen. «En este lugar ya no puede
construir nadie más así como así. Está prohibido».
Cuenta que en mayo de 1996 vinieron las autoridades, «y se acordó que no podíamos permitir que más
gente llegara al asentamiento a instalarse».
La doble cara de la moneda
Este diario realizó un sondeo periodístico a un centenar de personas en Ciudad de La Habana, entre los
días 23 de junio y 1ro. de julio del presente año, sobre el tema de la migración.
Fueron abordados cubanos de diversas edades, lugares de nacimiento y categorías ocupacionales.
Muchos de ellos observaron las contradicciones y dificultades que entrañan los procesos migratorios.
Rita Linares, de la capital, compartió que sus amigas universitarias que están becadas no quieren irse
cuando se gradúen. «Dicen que pa’ atrás ni pa’ coger impulso, porque aquí hay más ofertas de trabajo.
Pero si la situación de la vivienda es compleja para los habaneros, imagínese para los que desean
quedarse. Alquilado no se puede vivir eternamente, y las permutas casi nunca se dan».
Entre las causas migratorias expresadas en el sondeo resaltan las escasas propuestas culturales y la
búsqueda de mejores oportunidades económicas. Así piensa Aracely Bermúdez, de 32 años, residente
en Plaza de la Revolución. «Si tu familia es de monte adentro, como es mi caso, puedes darte cuenta de
la diferencia».
Pero los entrevistados reconocen que los migrantes llegan a una ciudad sin condiciones de
infraestructura para asimilarlos.
«La migración es buena porque cada quien busca estar donde se sienta mejor, pero es mala si, cuando
vienen, no tienen condiciones y se hacinan en una casa, hacen barbacoas, o viven en cualquier “llega y
pon”; eso no está bien», sostienen.
Otros encuestados relacionan estos procesos con el incremento de las conductas marginales. La
estudiante de Medicina Valia Martínez, quien reside desde hace 15 años en La Víbora, Ciudad de La
Habana, considera que la migración ha traído consigo el aumento de esos comportamientos.
Entre los aspectos positivos de las migraciones, los entrevistados destacaron que las provincias
receptoras se benefician con aquellas personas que poseen un alto nivel profesional.
En el caso de la capital, mencionaron como ventajas que algunos empleos generalmente son ocupados
por esa fuerza que inmigró. Al mismo tiempo se coincidió en que eso será bueno en la medida en que
sea un proceso controlado.
Otros apuntaron que resultaba negativo que los territorios emisores se queden sin fuerza laboral. «En el
campo es donde se produce. Si todos emigran, ¿quién trabaja la agricultura?», reflexionó Danny Pérez,
trabajador por cuenta propia, natural de Artemisa, en La Habana.
David Pérez, quien habita en Ciudad de La Habana hace 20 años, aportó otro elemento: «La migración
es negativa para la capital, porque esta no puede garantizarle condiciones de vida a todo el mundo. Pero
gran parte de los emigrantes vienen por necesidades de este territorio, y luego esas personas se
quedan».
Tan cubanos como tú y yo
Durante el sondeo se destacó la preocupación porque se expanda la idea de que los inmigrantes son los
culpables de todo lo malo que sucede en la capital.
«A ellos no se les puede culpar de que aumenten los delitos, las barbacoas o de la escasez de vivienda.
Y es lamentable que se les ofenda con términos peyorativos, porque son tan cubanos como tú y como
yo».
Lo anterior lo consideró el capitalino Raymundo González, de 60 años, quien refirió que para él fue
triste escuchar, en la euforia popular de un juego de pelota de Industriales contra Santiago de Cuba,
cómo la gente insultó a los contrarios diciéndoles «palestinos», como si llevar esa nacionalidad fuera
algo denigrante.
«No solo deslució el espectáculo; lo que más me preocupa son los sentimientos que pueden estar detrás
de este calificativo», opinó.
El estudio muestra que existe una tendencia generalizada a identificar el término «palestino» con las
personas del oriente del país que emigran a la capital sin tener creadas las condiciones básicas para ello.
Un número menor no tiene claro si el término es usado también con emigrantes de otras provincias. Y
existió consenso en considerarlo como una forma despectiva de llamar a quienes llegan en busca de
oportunidades. Una lamentable ignorancia de las causas y consecuencias del conflicto de ese pueblo
árabe.
Parte de los entrevistados apuntó, sin embargo, que aunque la migración puede resultar molesta, esas
personas siguen siendo un segmento desfavorecido de nuestra sociedad, que busca mejorar sus
condiciones de vida, empleando medios en correspondencia con su nivel cultural y socioeconómico.
«La migración se vuelve negativa porque no existe una infraestructura diseñada para soportar esa carga
poblacional. A eso se le suma la cuestión cultural, en la que se produce un choque subjetivo, pues a
pesar de que se dice que Cuba es un ajiaco, los cubanos no siempre estamos preparados para asumir la
convivencia Occidente-Oriente», manifestó Nayibis Díaz, de Villa Clara.
Redes «invisibles»
Cuando en 1997 se puso en vigor el Decreto 217 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros sobre
migraciones internas hacia la capital, este intentaba contener el desproporcionado arribo de inmigrantes
que la inundaba.
Pero los especialistas coinciden en que una norma jurídica amortigua, pero no frena los procesos.
Según explicó a JR Rosa Oliveras, psicóloga del Grupo de Desarrollo de la Ciudad, la migración actual
es directa.
«Antes la gente iba del campo al municipio, de ahí a la cabecera provincial, y por último hacia otra
provincia. Hoy vienen del campo directo para acá, sin sitios intermedios. Y la vida prueba que no hay
decreto que los contenga».
Para Luis Carlos Góngora, vicepresidente del gobierno en la Ciudad, el Decreto, como mecanismo
regulatorio, tiene plena vigencia. «Quizá se le podrían hacer algunas modificaciones relacionadas con
los trámites, para que sean más expeditos, como en el caso de las personas que antes residían y ahora
deciden retornar.
«También el principio de la excepcionalidad podría tener mayores especificidades y se pudieran
introducir otras variables que nos puedan describir causas y razones, o conocer cuáles eran sus
profesiones antes de mudarse.
«El Decreto puede perfeccionarse y se han venido haciendo propuestas en esa dirección. Es importante,
por ejemplo, que no solo se consideren los metros cuadrados de una vivienda o las relaciones de
parentesco, sino también el estado constructivo de esa edificación.
«Se han presentado fisuras a la hora de analizar las excepcionalidades, porque interviene el factor
subjetivo; por eso hay que fortalecer el sistema de inspección para reevaluar los casos que se aprueban.
«Ahora se piensa automatizar el sistema de registro de vivienda, lo que permitirá tener un trabajo más
eficiente, y se podrán evitar ciertos problemas, como vecinos que, por una suma de dinero, han inscrito
en reiteradas ocasiones en sus casas a inmigrantes que no viven ahí».
— ¿Cuáles son las mayores contradicciones que ha generado la aplicación del Decreto 217?
— El principal problema que nos hemos encontrado es que algunos violan la regulación, o se dejan
sobornar. Se han generado dificultades con niños cuya familia está ilegal, pero aun así tienen que ir a la
escuela, o está el recién nacido que no recibe los productos normados porque sus padres no poseen
libreta de abastecimiento. Todos esos casos se atienden casuísticamente por el presidente del Gobierno
municipal.
Para Miguel Coyula, arquitecto del Grupo de Desarrollo de la Ciudad, esas personas vienen buscando
oportunidades económicas. «Él sabe que va ilegalmente a La Habana, por tanto, lo primero que hace es
desmarcarse del sistema legal. Entonces tú no sabes lo que llega a la ciudad, porque entra en la
oscuridad, a sabiendas de que está violentando lo establecido.
«Son personas osadas. Se convierten en ciudadanos invisibles ante la ley y ante todo. Como no se
pueden incorporar a la economía formal, se quedan en la informal, y venden alguna cosa, ponen en su
casa un tallercito... Los recursos salen de la economía formal», expresó Coyula.
Un pedacito para vivir
Según explicó a JR el doctor Pablo Rodríguez, del Instituto de Antropología del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, toda comunidad humana genera un sistema de normas de convivencia,
que a veces no tienen nada que ver con las instituidas legalmente.
«Las personas que viven en asentamientos ilegales se mueven por redes de apoyo. En algunos de esos
sitios hay hasta toponimias vinculadas a grupos familiares: la zona de los Sánchez, la de los González...
«Si sigues la ruta de los cordones de electricidad, hallarás vínculos familiares o de amistad. Ellos
vienen, se enganchan a la electricidad, la tiran para una casa, y desde allí se empieza a ramificar.
«Igual ha pasado con los terrenos. “Esta área la cogí, para acá viene mi familia, y le doy un pedazo para
construir”. Pero llegó el momento en que el terreno comenzó a escasear y empezaron a venderlo.
«Hace cuatro años, un grupo de especialistas realizamos una investigación en el asentamiento Alturas
del Mirador, en San Miguel del Padrón. En aquel entonces un terreno para construir una choza valía 5
000 o 6 000 pesos. Posiblemente ahora esos precios estén más altos, porque tienen la expectativa de
que los van a legalizar».
— ¿Qué consecuencias ha traído la implantación del Decreto para estas comunidades?
— Estas personas están en un vacío legal, viven en una suerte de hueco negro de ciudadanía. Las
autoridades no pueden darles estatus legal, pues la ley lo prohíbe, y ellos están ahí, han ocupado un
espacio que debe haber sido propiedad de alguien.
Para Pablo Rodríguez, en la capital existe una tendencia a etiquetar a esas personas. «No hablo de las
barreras legales que tienen para acceder al trabajo, a servicios básicos, sino de las representaciones de
la gente y de la conducta que hay detrás de las representaciones.
«Eso no se puede permitir. Por encima de cualquier complejidad que tenga el problema, ellos son
cubanos. A partir de ese principio, cualquier cosa es negociable. Nunca contribuir a reproducir más
etiquetas».
El cascabel del gato
Para el doctor Rodríguez, una de las formas para intentar resolver la situación de esas comunidades
sería establecer un diálogo con sus habitantes. Él considera que la peor variante es eternizar en el
tiempo el espacio ilegal, porque puede acarrear peores consecuencias.
Una variante, según el especialista, puede ser la propuesta de reinserción en zonas de desarrollo en
otros territorios del país, donde se necesita fuerza laboral a partir de las nuevas inversiones.
La clave del asunto —opina— sería darle participación a esas personas que llevan numerosos años en
un limbo legal. «Hay que evitar tomar decisiones que generen reacciones o mecanismos
disfuncionales».
Para Pablo Rodríguez, además pueden aplicarse otras fórmulas intermedias, como proponerles
proyectos con un mínimo de recursos que promuevan su reorganización, incluso su regreso en otras
condiciones. De lo que se trata es de no hacer un análisis esquemático del problema.
Luis Carlos Góngora explicó que se prevé enfrentar a largo plazo el problema de esas personas, porque
la ciudad tiene otras prioridades pendientes.
«Los asentamientos se han estudiado y el principio es tratar de que no crezcan, esa es una condición en
que estamos haciendo partícipes a los mismos moradores.
«De manera experimental se han escogido algunos barrios para ir haciendo algunas transformaciones
con la participación de quienes lo habitan. Pero primero hay que trasformar esos asentamientos y
después se pensará en qué hacer legalmente con esos moradores».
Otras aristas
Ante la evidente rearticulación de los procesos migratorios hacia la capital, Góngora y su asesor
Ricardo Aportela coinciden en que el desarrollo en otras provincias modificará este comportamiento,
como sucederá también entre los municipios de la ciudad.
«Si no se hacen más cosas en otros municipios de la propia capital, señaló Aportela, las personas se van
a trasladar hacia aquellos que crean más luminosos».
Sobre la escasez de fuerza laboral en aquellos sectores que hasta el momento se han cubierto con
trabajadores de otras provincias —algo que de alguna manera ha estimulado también las corrientes
migratorias hacia Ciudad de La Habana— Góngora comentó que se trazan estrategias para revertir esa
situación.
«Estamos empeñados en lograr una mayor atracción hacia las áreas que presentan déficit laboral con
residentes en la ciudad.
«Recientemente se crearon tres grupos de trabajo integrados por miembros del Gobierno y las
organizaciones políticas y de masas para captar a esas personas. El trabajo se desarrollará a nivel de
territorio. Ya se conocen las cifras de necesidades por municipio y se está definiendo qué hay que
transformar desde el punto de vista educacional para que se asegure la formación continua de los
oficios de más demanda laboral.
«En la construcción, por ejemplo, se propone que las escuelas de oficios de la ciudad preparen de
manera masiva a ese tipo de obrero. Están previstos además los aseguramientos que acompañan estos
procesos de captación, porque en el caso de los policías se les tiene que hacer un chequeo médico y hay
otro tipo de requisitos.
«Igualmente se trazan estrategias de comunicación para que esos trabajadores tengan mayor nivel de
reconocimiento social».
— ¿Tiene la capital suficiente capacidad laboral para asumir la retirada de esas fuerzas?
— La tiene, lo que sucede es que muchos de los que viven aquí no quieren ocupar esos puestos y la
demanda en la capital en esos sectores siempre es mucho mayor que en el resto del país. Las
inversiones en la construcción son mayores y el aseguramiento policial para mantener la seguridad
pública en la capital de una nación siempre es más elevado. Esa migración organizada hacia estas
profesiones se debe a esta realidad.
Anexo #12: «Yo apruebo, tú apruebas… ¿Todos aprendemos?» (publicado el 23 de marzo de 2008) Por: Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio, Yahily Hernández Porto y Julio Martínez Molina Un nuevo modelo evaluativo, concebido para valorar al alumno en un sentido mucho más
integral y eficiente, se aplica en las secundarias básicas del país, de la mano de las
transformaciones desarrolladas durante estos años en ese nivel educativo. Sin embargo, el
promocionismo, el paternalismo familiar y la confianza en que siempre se va a aprobar conspiran
contra ese propósito
«Todo el mundo aprueba, hasta los que no asimilan nada. A ellos se les repiten las evaluaciones una y
otra vez, y no salen del seis, aprueban “por los pelos”».
Anie Peña, alumna de la secundaria Álvaro Morell, y Alejandro Bebert, de la Gertrudis Gómez de
Avellaneda, ambas de la ciudad de Camagüey, sienten que algo no anda bien en las aulas, al referirse a
la inadecuada promoción que persiste pese a los cambios en esta enseñanza, que apuestan al logro de
una formación académica más integral.
Mientras algunos padres agradecen que sus hijos no tengan que enfrentar un examen final, otros en
cambio consideran un facilismo el método de preguntas diarias.
El nuevo rumbo de la Secundaria Básica motiva una marcada disparidad de opiniones respecto a la
calidad del aprendizaje. Para algunos, es indudable que dos profesores en un aula de 30 estudiantes —
uno para cada 15— es una ventaja. Otros añoran aquellos tiempos en que cada asignatura era impartida
por un maestro.
El nuevo método de evaluación en la Secundaria Básica está recogido en la Resolución 226 de 2003 del
Ministerio de Educación. En ella se deja claro que el proceso de medir los conocimientos tiene que ser
de retroalimentación. Es un sistema que trabaja con el adolescente, requiere de un buen diagnóstico y
una adecuada estrategia de intervención.
Durante una indagación periodística de este diario en escuelas de Ciudad de La Habana, Camagüey y
Cienfuegos, los estudiantes se refirieron a la asimilación del contenido.
«La verdad es que con esta fórmula no todos captamos igual ni lo suficiente, aunque al final eso no
importa mucho, pues siempre vas a aprobar», dijeron algunos.
Los nuevos métodos deben garantizar una valoración sistemática e integral del alumno a partir de
evaluaciones orales y escritas, y trabajos prácticos que propician la búsqueda de información sin ayuda
del profesor.
Un sondeo entre un centenar de padres de alumnos de Secundaria en los territorios mencionados, arrojó
que, aunque la mayoría ponderan sus beneficios, algunos consideran riesgoso que dependa
esencialmente de la preparación y vocación ética y pedagógica de los profesores.
Benito S. Chávez, profesor de una sede universitaria y padre de un alumno de noveno grado en
Cienfuegos, defiende el actual modelo pedagógico de la Secundaria porque, en su opinión, acrecienta el
autoaprendizaje del alumno, su independencia y el estudio individual.
«Es bueno —afirma— pero necesita muy buena preparación del personal docente, que no siempre la
tiene, como tampoco la experiencia para aplicarlo en toda su dimensión. Supone un cambio de
mentalidad para él, estudiantes y padres.
«Por otro lado, requiere del escolar un alto nivel de concentración al cual no está acostumbrado. Se
enfrenta a un proceso de aprendizaje inédito, que será efectivo en la medida en que se afiance por parte
de pedagogos y alumnos».
Benito se declara en contra de repetir una y otra vez una pregunta hasta que el muchacho sepa la
respuesta, y acota: «Hay diferentes niveles de aprendizaje. El educando debe transitar del reproductivo
al productivo, y de ahí al creativo. Hay que adecuar la interrogante para que el niño vaya asimilando los
niveles de asignaciones en dependencia del objetivo. No se trata de reiterar lo mismo, sino de buscar
otras maneras para que interiorice el conocimiento».
La cara oculta de una resolución
Los resultados del sondeo aplicado por este diario en las tres provincias mencionadas apuntan que el
nuevo método evaluativo ha despertado confianza en que siempre se va a aprobar, además del
paternalismo familiar y el promocionismo, fenómeno este último que hizo sus mellas en otras épocas
en el sistema educacional del país.
Odalis Rodríguez, profesora general integral (PGI) de la escuela Álvaro Morell, y con más de 20 años
de experiencia, explicó que «la Resolución 226 posibilita la participación de docentes y alumnos, de
manera individual y colectiva, en la toma de decisiones acerca del criterio de evaluación del escolar,
tanto cualitativo como cuantitativo».
Comentó que el sistema tiene un carácter permanente y sistemático. «El pionero es evaluado en su
componente instructivo a través de la observación del desempeño dentro del aula, preguntas escritas,
tareas, revisión de libretas, trabajos prácticos y experimentales».
— Entonces, ¿el sistema no admite desaprobados?
—La 226 está diseñada para que ningún alumno desapruebe. Si él asiste a la escuela y recibe las clases,
por lógica debe aprender y pasar de grado. Son tres invariantes de la resolución: asistes, aprendes y
promueves.
— ¿Invariantes que aseguran que siempre se aprende?
— Hemos ganado en que el alumno esté ocupado dentro del aula recibiendo un contenido, adquiriendo
hábitos y habilidades; incluso que no esté en la calle, pero realmente esto no significa que siempre se
aprenda.
«La Resolución ha sido efectiva en el logro de muchos objetivos, pero, también, junto a ella ha
renacido cierta confianza en que siempre se va a aprobar, el paternalismo familiar y el promocionismo,
incluso en aquellos casos que sabemos que poseen un bajo coeficiente de inteligencia y que necesitan
una atención especializada».
A esta opinión se sumaron los puntos de vista de otros profesores, entre ellos, la PGI Gladis Sarmiento,
de La Avellaneda, en Camagüey: «Hay que atender la diversidad del estudiantado y esto no siempre
funciona así. Tenemos escolares con serias dificultades en el aprendizaje, y con una apropiación del
contenido más lenta que la generalidad».
Criterios contrapuestos
La indagación periodística de Juventud Rebelde también arroja que debe valorarse la implementación
nuevamente de trabajos parciales o intersemestrales que evalúan un período, arrojan resultados
generales y preparan al alumno para futuras pruebas.
Para Magalys Chaviano, periodista cienfueguera y mamá de una estudiante de séptimo grado, repetir la
misma pregunta hasta que el niño domine el contenido no es un facilismo. «Al revés —dijo— es un
método de enseñanza por repetición».
Con ella coincide Ismaray Isaac, PGI de la José Luis Arruñada, de la capital, quien afirma que al
evaluarse periódicamente, sus alumnos tienen que estudiar a diario.
«Con una prueba final, les sería más trabajoso, porque tendrían que estudiar la materia de todo un
curso. Para nosotros también es mejor, pues nos damos cuenta temprano cuál estudiante domina el
contenido, si tiene dificultades para expresarse o si aún es insuficiente la base que traen de otros
grados. Con eso se puede trabajar cotidianamente».
La PGI agramontina Gladis Sarmiento, aunque no deja de reconocer esas virtudes, sostiene que está
probado que ello no es suficiente.
«Se necesita implementar de nuevo los trabajos parciales o intersemestrales. Ambos, recorrido y
examen, pueden integrarse al escalafón final y mostrar el conocimiento real del niño».
Entrevistas realizadas al azar a padres y estudiantes tocaron el escabroso tema de la preparación del
PGI. «Les falta mucha profesionalidad. El que tiene experiencia dentro de un aula resiste, pero ¡cuántos
jóvenes se van de Educación, porque no aguantan “el tren de pelea!”», comentó Mario, padre de dos
niños de Secundaria.
Otra madre, Migdalia Socarrás, agregó que «hay quien es muy bueno en Ciencias, pero en Letras no, y
este es uno de sus principales problemas. Por algo los profesores que dan clases por la televisión sí son
especialistas».
Pero Aracelis Campanioni, metodóloga, aportó un detalle interesante: «A veces no se hace una correcta
entrega pedagógica por parte del maestro de Primaria. Luego llegan a las secundarias niños con
problemas, que requieren una atención especializada que no está en manos del PGI».
Confesiones de un director
La mayoría de los participantes en el sondeo de JR opinaron que lo más preocupante es que el nuevo
sistema evaluativo tiene una dependencia esencial de la preparación del maestro.
En la secundaria José Luis Arruñada, de la capital, la mayoría de sus profesores son muy jóvenes.
Según el criterio de su director, Osvel Gómez, ellos aún requieren de una mayor preparación para
impartir varias asignaturas, lo cual también frena el aprendizaje de los alumnos e incide en la calidad y
alcance de los procesos evaluativos.
«Los PGI reciben clases metodológicas, más la ayuda de los que poseen mayor experiencia docente.
Pero es un proceso lento. Cuando se sistematice el trabajo con ellos, se podrá lograr un poco más de lo
que se tiene ahora».
— Hay alumnos que alegan que es difícil mantener la atención a las clases por televisión.
— Cada video dura 35 minutos. El resto del turno es para que el profesor refuerce ese conocimiento
que el niño no entendió, o en el que se quedó atrás. Él tiene que haberse preparado con anterioridad,
debe haber visto las videoclases, no puede improvisar en el aula.
— Pero algunos profesores refieren que no tienen tiempo para verlas antes de la clase...
— Es cierto, el tiempo es bastante corto para los profesores, sus responsabilidades son muchas.
— Las clases prácticas de años atrás se han perdido...
— Antes, la clase práctica era en vivo, ahora se ve por televisión o en el software educativo. Según las
posibilidades de la escuela y el profesor, se puede hacer algún experimento.
«Años atrás teníamos un especialista para cada materia. Hoy un PGI las imparte todas, y puede ser, por
ejemplo, que tenga potencialidades en Español y no en Química, y no sepa cómo realizar un
experimento. Con este método se han ganado cosas y se han perdido otras».
Todos para uno... ¿uno para todos?
Otra forma de medir el aprendizaje de los estudiantes es el trabajo práctico. En las secundarias
visitadas, los alumnos coincidieron en que todas las asignaturas los tienen, pero que muchas veces hay
que realizarlos al mismo tiempo y allí es donde comienzan los problemas.
«Si es en equipo nos ayudamos y nadie desaprueba. El profesor nos diferencia en la exposición, hay
quien coge seis y siete, pero el diez hay que ganárselo en la defensa del trabajo. Cada quien pone lo que
puede: unos, las hojas; el otro, la carátula... y queda de maravillas.
«Pero si es personal, allá va eso. Es como un concurso por traer el trabajo más lindo. Incluso hay papás
que pagan a particulares para que se lo impriman en una computadora. Por suerte, a muchos de
nosotros nos los exigen manuscritos», dijeron buena parte de los encuestados.
Varios estudiantes de la Gertrudis Gómez de Avellaneda, en Camagüey, criticaron esa práctica de
ciertos padres. «Lo triste es que hay maestros que solo miran la presentación», afirmaron molestos.
En sentido general, los estudiantes consideran que el trabajo práctico establece una variación sustancial
con la Primaria, donde rige el sistema de pruebas finales, y eso los hace sentirse más maduros y
responsables.
Pero hay quienes no están de acuerdo con esta fórmula. Sobre todo los más aventajados, quienes se
sentirían seguros ante el reto de una prueba final, que establecería jerarquías cognitivas y los situaría en
un lugar cimero del escalafón.
La queja fundamental es que mediante el trabajo práctico se favorecen con «la técnica de poner en nido
ajeno», como acuñó un muchacho, «los menos inteligentes o estudiosos, quienes en realidad no aportan
nada a tales materiales».
Armando Sáez, alumno del centro Luis Pérez Lozano, del barrio de Pastorita, en Cienfuegos, explica:
«El aula de 30 alumnos es dividida en dos subgrupos de 15 para determinados trabajos prácticos. Pero
realmente solo uno o dos participamos en su elaboración.
«Luego, al discutirlo —si es que se hace—, de reunir todos los requisitos docentes, obtienen el máximo
lo mismo el que se “quemó las pestañas”, que quien solo hizo número».
Una alumna de octavo grado de la escuela Juan Olaiz, del barrio de La Juanita, también en Cienfuegos,
resumió una inquietud que se hizo palpable en la investigación de este diario: «Está sucediendo algo en
verdad penoso. Algunos profesores califican mejor a quienes les llevan un refresco o una merienda,
aunque sepan que no hicieron nada en el trabajo práctico, que a quienes lo hacen y defienden».
Magalys Chaviano, mamá cienfueguera, sostiene que «los niños inteligentes, a quienes les gusta buscar
datos y analizar, asimilan más con este método. Son mucho más independientes, desarrollan
habilidades por sí mismos, pues la forma de evaluación los incita a la investigación.
«Aunque por lo general es solo uno el que hace el trabajo. Ese aprende, pero la mayoría se fija por él.
Otros les encargan el texto a sus padres, que se los dan ya acabado, escrito e impreso en computadora.
Hay profesores que no ponen ningún reparo a ello.
«Así el estudiante no pone a juicio ni su ortografía, ni su redacción. Pienso que debería exigirse, por
ley, la redacción a mano del trabajo. Esto ha llegado a un nivel que incluso ciertos maestros consideran
el manuscrito como un desinterés del niño, y no como un valor agregado de que lo hizo él, con su puño
y letra, y no otra persona».
Independencia vs. paternalismo
Otro fenómeno, a tenor con la pesquisa de JR, es el creciente paternalismo familiar.
Para la joven Miklay, «ayudar no es cometer un fraude. Depende también de lo que el padre entienda
por “ayudar”, que no es hacerle el trabajo a su hijo, sino orientarlo. La familia en esos casos le corta el
aprendizaje al muchacho».
Hasta dónde se pueden complicar situaciones como esas, fue narrado por Doraisy Cutiño, PGI de la
escuela Noel Fernández, de Camagüey: «Hace unos meses una madre “ayudó” tanto a su hijo que este
obtuvo en la discusión seis puntos. Ella reclamó que cómo era posible esa nota, si prácticamente lo
había hecho ella. Hubo que demostrarle su error y se fue apenada. Pero ¿actuarán así todos los PGI?».
El profesor Oslery Barrios, de Ciudad de La Habana, asegura que sus alumnos obtienen seis o siete
puntos por participar en la confección del texto. El resto va en su exposición. «Eso los obliga a
estudiar, porque el trabajo lo pueden hacer por un compañero, pero si aspiran a coger diez, saben que
deben estar preparados».
Al respecto, Natividad Ramos, jefa de grado de la Noel Fernández y con 32 años de experiencia,
aseguró: «El rol principal lo juega el maestro, de él depende que se materialicen actitudes fraudulentas.
A veces la familia ha equivocado su papel convirtiendo la ayuda en un fraude».
«Creo —señaló la PGI Gladis Sarmiento— que si bien los padres están más comprometidos con sus
hijos, pues estos deben estudiar diariamente, se ha abierto la puerta al fraude familiar, al falso
compañerismo y a una competencia de quién lo hace más bonito».
Los puntos sobre las íes
El cambio más radical y profundo de las transformaciones educacionales se realizó en la Secundaria
Básica. Esta afirmación la sustenta Berta Fernández, viceministra de Educación, quien afirma que en el
centro de todo está la nueva figura del Profesor General Integral (PGI). De su actuar dependerá en
buena medida el éxito del modelo.
Acerca del sistema de evaluación, la funcionaria aseguró que ese es un elemento complejo en cualquier
metodología. Para regirlo se estableció la Resolución 226 de 2003, en la cual queda bien claro que un
docente con 15 alumnos puede brindar una atención más personalizada.
«Teóricamente ese PGI debe transitar con sus estudiantes de séptimo a noveno. No siempre ocurre así,
estamos en el quinto año de las transformaciones, y es un proceso.
«La evaluación debe ser integradora. Decimos que tenemos que preparar al pionero para la vida, y la
vida no se da en partes, es un todo. Si en una pregunta vinculo la Historia con la Geografía, estoy
integrando contenidos».
— ¿Qué ventajas y dificultades posee la nueva evaluación?
— Es más sistemática e integradora. Es permanente y por concepto cada día debemos evaluar a todos
los estudiantes, lo que no significa que tiene que ser la misma asignatura.
«Un alumno puede tener tantas evaluaciones como las que necesite. Quizá en un mes uno tenga 12 y
otro 15, porque nuestra aspiración es que todos los estudiantes venzan los objetivos del grado, y todos
no lo hacen en igual tiempo.
«¿Hoy todos los alumnos de Secundaria promueven? No. ¿Hay algunos que deben repetir? Sí. ¿Ha
decrecido esa cifra? Sí. El sistema será eficiente el día en que todos aprendan con calidad y por ende,
promuevan. Es un deseo, hoy no es así».
— ¿Por qué es todavía un deseo?
— En las visitas que hacemos a las escuelas, hemos comprobado que no todo lo que dice la Resolución
se hace. En las secundarias hay más de 35 000 PGI que están frente a un grupo, y no todos logran
aplicarla con la eficiencia que se quiere, porque no la interpretan de la misma forma.
«Lo primero que es necesario mejorar es el diagnóstico integral del estudiante, que es clave para
diseñar el sistema de evaluación. Yo tengo que conocer qué sabe y qué no sabe ese niño, cómo vive,
con quién, su salud. Esos son elementos que influyen en el aprendizaje.
«Debe ser una valoración sistemática. Cuando uno mira el registro de un profesor y ve que todos sus
alumnos poseen la misma cantidad de evaluaciones, es que no hubo individualización, porque cada cual
requiere de un número de preguntas acorde con sus objetivos no vencidos.
«Tampoco se desarrollan todas las vías establecidas para evaluar. Se ve un predominio de las preguntas
orales y escritas y se emplean menos el seminario integrador, la revisión de la libreta y las tareas
integradoras.
«La 226 habla de trabajos experimentales y hay quien cuestiona: “¿Y dónde está el laboratorio?”. Pero
si yo mando a una pionera a que me describa cómo su mamá lava el arroz en su casa, ella está
observando el proceso de separación de mezcla que se llama decantación. Eso es una tarea
experimental. La vida está llena de fenómenos, y actúan leyes de la naturaleza, pero eso se emplea
poco.
«El profesor debe evaluar también el aspecto educativo a través de indicadores como asistencia, actitud
ante el estudio, disciplina, uso adecuado del uniforme y los atributos pioneriles, las actividades
patrióticas, el cuidado de la propiedad social y del medio ambiente.
«Los exámenes escritos no se eliminaron totalmente. De hecho, el director de la escuela puede
determinar hacerlos a criterio en los grupos y con la frecuencia que estime».
— Un buen número de escolares y padres ven en los trabajos prácticos una nueva forma de
fraude...
— El docente muchas veces se acomoda a recoger el trabajo práctico sin exigir la exposición, aunque
esta no es obligatoria. Debe ser escrito a mano para medir la ortografía, la redacción, la caligrafía. Así
es como lo estamos pidiendo.
«Si yo tengo 15 alumnos, conozco sus formas de expresión. Si tengo dudas de que alguno no haya
participado en la elaboración del texto, puedo hacerle otra comprobación aparte. Incluso, puedo
orientar que el trabajo se realice entre varios alumnos o de forma individual».
— Hay criterios diversos acerca de las teleclases y las videoclases...
— Un PGI puede impartir todas las asignaturas porque cuenta con esos medios, además de los
softwares educativos. Hay que añadir que en estos momentos se preparan otras video-clases (las
actuales ya tienen cinco años), para actualizarlas, con nuevos elementos de la ciencia y la técnica, y
vincularlas a los softwares educativos.
«No todo se está haciendo bien», dijo la viceministra. Significó que existen vías para que los jóvenes
educadores perfeccionen sus métodos evaluativos. «En su formación hay una nueva asignatura en la
que aprenden a trabajar con los documentos normativos de la Secundaria.
«Esta nueva iniciativa se une a que, a partir de segundo año de la licenciatura, el PGI tiene un tutor que
lo enseña en la práctica a aplicar esto, además de la responsabilidad del jefe de grado y el director de la
escuela con ellos».
Acerca del concepto manejado por numerosos encuestados de que el nuevo sistema evaluativo está
diseñado para que ningún alumno desapruebe, Berta explicó que, «si se hace bien, todos los estudiantes
deben vencer los objetivos. Quizá no todos lo hagan con los mismos niveles, porque tienen diferentes
aptitudes. El éxito del profesor sería llevar a sus 15 niños a las máximas potencialidades.
«La Resolución 226 tiene invariantes, es decir, contenidos que no deben dejar de evaluarse en cada
asignatura. El alumno que domine todas las invariantes de un grado, es porque conoce los libros de
texto de ese curso, y precisamente una de las dificultades que vemos es que no se miden todos los
objetivos.
«Hay una tendencia ascendente en el aprendizaje, pero no hemos llegado a cuatro veces más, como se
pretende. Matemática, por ejemplo, está en 1,8 veces más.
«Darle un tratamiento diferenciado al alumno no es repetirle lo mismo múltiples veces, sino tener
identificados los contenidos que no domina y llevarlo, con métodos adecuados, a que logre apropiarse
de ellos. ¿Cuántas interrogantes necesito para eso? Depende del alumno. No tienen que ser siempre
preguntas, pueden ser otras actividades.
«Antes había dos trabajos de control y una prueba final. Pero eso no era garantía de que no hubiera
fraude. Había maestros que, días antes de la prueba, daban un “repaso” que incluía las preguntas que
iban a salir en el examen.
«La clave está en el docente. Este sistema lleva más trabajo para todos. He visto a profesores de
experiencia aplicar bien el método y a otros mal, porque en su aplicación tienen presente el viejo
modelo.
«Lo mismo sucede con los jóvenes. El 47 por ciento de nuestra fuerza laboral está en formación. Los
tenemos que enseñar. Por lo regular, cuando se visita a uno que está en cuarto o quinto año de la
licenciatura, observa condiciones en su trabajo distintas a los de primero o segundo, a quienes les
cuesta más esfuerzo. Eso es real. Hay algunos que despuntan muy bien, pero no es la regularidad».
Anexo #13: «Yo apruebo, tú apruebas… ¿Todos aprendemos? (II). Repasador por cuenta ¿impropia?» (publicado el 30 de marzo de 2008) Por: Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio Sánchez, Yahily Hernández Porto y Jesús Arencibia Lorenzo
Hay padres que lo ven como mal necesario, otros como un lujo que sus hijos no pueden darse.
Algunos maestros como un aporte de conocimientos que les permite mayores ingresos
económicos, otros como una herejía ética. Los repasadores particulares se hacen cada vez más
visibles en el panorama educativo cubano
«Se ha puesto de moda el asunto de los profesores particulares. Yo mando a mi hija, porque todos van.
El que no va, saca notas más malas».
— ¿Porque aprende menos, o porque la maestra condiciona la nota al repaso?
— Bueno, el maestro dice que no ir a su repaso demuestra falta de interés. Y de hecho, los que no van
tienen problemas. Todo es muy subjetivo. No puedo decirte qué pasaría si mi hija no asistiera, solo sé
que quienes no van, salen peor. Si la nota está condicionada, o si los otros aprenden menos, no lo puedo
saber.
Angelita Domínguez, residente en el municipio capitalino del Cerro, tiene una hija en Secundaria
Básica. Aunque la adolescente aún no cursa el noveno grado y no sabe qué estudiará en el futuro, su
madre quiere garantizar un buen aprendizaje. Para ella, con un esposo cuentapropista, no es un
problema pagar 40 pesos al mes.
Pero para María Elena Cabrera, una madre trabajadora de bajos recursos que cría sola a su hijo Yasell,
no es ninguna «gracia» pagarle clases extras a la propia profesora de su hijo. «El niño no pasaba de seis
en la evaluación —contó. Yo me disgusté con aquello y fui a hablar con la maestra. Ella me explicó
que él no asistía a los repasos, y que eso influía.
«Cuando llegué a la casa me lo quise “comer”. ¡Cómo no iba a ir a los repasos! Entonces me dijo que
no eran los de la escuela, sino los que su maestra daba en la casa de estudios, que eran un día a la
semana y costaban diez pesos.
Las evaluaciones habituales no se parecen a los exámenes de ingreso, opinan los estudiantes. «Él no
había querido planteármelo, porque yo podía pensar que no estudiaba suficiente y que tendría que hacer
ese gasto. Entonces conversé con las madres de otros compañeritos de su aula, y me dijeron que ellas
estaban pagando, porque así los niños salían mejor. Al final, también caí en eso. Ahora él va
semanalmente, excepto cuando no puedo dar los diez pesos».
Historias como estas son cada vez más frecuentes en el panorama educativo cubano. Así lo corroboró
este diario en conversación con padres de Ciudad de La Habana y Camagüey. Estos, en su mayoría, ven
al maestro repasador como un mal necesario. Tal consideración la sustentan «en la falta de confianza
en la preparación que reciben sus hijos en la escuela».
Algunos acuden a maestros retirados o profesionales de otras ramas con suficiente experiencia. Otros
en cambio, prefieren a los mismos docentes de sus hijos.
Aceptar el reto
María Antonia Díaz, pedagoga con más de 20 años de experiencia, no admite que ningún maestro en
ejercicio cobre por sus repasos. Ella asegura que esta práctica es nociva, pero no es algo que se pueda
controlar, ni reprimir. «No hay que caer en prohibiciones absurdas que todo el mundo puede vulnerar».
— ¿Cómo podría eliminarse este sistema?
—Con el compromiso de que la calidad de la educación cada vez sea mayor, y que nadie encuentre en
las insuficiencias escolares la razón para hacer ese tipo de acto que, en mi opinión, perjudica a los
hijos, y de alguna manera también releva la responsabilidad familiar.
«Es un deber de los padres repasar a los hijos. Toda la vida lo fue.
— En escuelas buenas también hay padres que contratan los servicios de un particular.
— Porque se ha convertido también en un modo de vida, una forma más de «especulación» de familias
que poseen recursos. Personas que tienen el concepto de que un servicio es siempre mejor si hay dinero
de por medio.
Un IPVCE cuesta caro
Sin dudas, las pruebas de ingreso a los Institutos Preuniversitarios de Ciencias Exactas son hoy uno de
los mayores retos que enfrentan los pioneros al terminar el noveno grado. La preparación que allí
reciben aquellos que desde pequeños aspiran a ser profesionales es superior.
Por ello, desde hace años es común que estos muchachos acudan a los servicios de un repasador. Lo
curioso, sin embargo, es que estas clases ya no se inician, cuando el pionero llega al noveno grado, sino
desde el comienzo de la Secundaria.
Según explicaron a JR padres de alumnos de tres secundarias básicas de las ciudades de Camagüey y
Ciudad de La Habana visitadas por este diario, a las lagunas en la preparación docente se une el hecho
de que sus hijos no se enfrentan, como años atrás, a trabajos de control parcial y pruebas semestrales,
que constituían una preparación para afrontar con éxito el dilema que supone un riguroso examen de
selección.
Así lo confirmó Mireya Rodríguez, quien tiene a dos de sus hijos en Secundaria, y una que ya pasó por
los «nervios» de una rigurosa prueba de ingreso a la Vocacional de Ciencias Exactas. «No es fácil —
expresó— tus hijos tienen diez puntos de recorrido y al final se quedan en el aire. Yo tuve suerte con la
mía, pero pagué, mes tras mes, durante dos cursos, a los profesores particulares en Matemática y
Español. Es muy triste ver estudiantes de una trayectoria excelente desaprobar sus pruebas de ingreso
hasta con cero puntos».
Marina González, abuela de un pionero de séptimo grado, de la secundaria Javier de La Vega, agregó:
«Hay quienes graban las teleclases para repasar a sus hijos, o pagan a particulares desde séptimo grado
para que el contenido no quede en el aire. Sin embargo, muchos no tenemos los medios para eso y nos
preocupa qué pueda suceder en las pruebas de ingreso».
Algunos alumnos sondeados por este diario refirieron nuevas aristas del problema:
• Hay estudiantes que no se deciden a hacer las pruebas de ingreso, y no siempre son los de menos
escalafón. Los hay de buen recorrido y sin embargo no se sienten preparados. Casi siempre los que
aprueban están respaldados por un profesor particular.
• La verdad es que las tareas evaluativas, los trabajos prácticos, las preguntas escritas y las pruebas del
Sistema de Evaluación de la Calidad de la Educación (SECE), no se parecen en nada a esos exámenes.
• Los profesores particulares repasan con profundidad. Incluso guardan pruebas de ingreso de otros
años, para que te acostumbres a los enfoques y a la complejidad de las preguntas.
• No todos podemos asistir a un repasador, y el que no puede sabe que va en desventaja con respecto a
los que lo hacen. Siempre queremos estudiar con los particulares, porque tienen una especialización
que no encontramos en el PGI.
Al respecto, la profesora Odalis Rodríguez, quien lleva cerca de una década revisando exámenes de
ingreso a los IPVCE, valoró: «Es triste cuando llega el noveno grado y muchos escolares desaprueban
teniendo un alto índice. Se impone un análisis ante esta situación».
PGI a domicilio
No son solo jubilados o maestros que dejaron el aula los que dan clases particulares. Algunos jóvenes
en ejercicio se suman a esta práctica con sus propios alumnos. Ese es el caso de una licenciada en
Educación en la especialidad de Inglés, que labora en una secundaria básica del municipio de Plaza de
la Revolución. Ella asiste a las casas de dos de sus discípulos, donde se reúnen varios de ellos.
«Les doy clases en una casa los lunes y en la otra los martes. Dos horas cada sesión a 25 pesos cada
una. Hay dos niños de Primaria que van a una de las casas, hermanitos de mis alumnos, y las madres
quieren que vayan cogiendo oído. A esos no les cobro nada. Yo no condiciono la nota a la clase
particular, pero de todos modos influye, porque los que van están mejor preparados».
Una PGI de Secundaria Básica realiza los repasos en su propia casa. Según ella, este método ayuda a
sus alumnos a superar deficiencias de años anteriores, a la par que le supone un ingreso económico
extra.
«Yo no los obligo a ir, pero ellos saben que mejoran la nota. Tienen muchos problemas que vienen
arrastrando. Dedico una jornada entera de repaso una vez al mes. El resto del tiempo lo dedico a hacer
ejercicios y a explicar. Sobre todo, bajo el nivel a otros grados, para que puedan entender lo que luego
les voy a enseñar en el aula».
— ¿Qué matrícula tienes?
— Son diez alumnos fijos. Les cobro 40 pesos al mes.
— ¿Qué piensan los padres?
— Ellos están muy contentos, porque ven que sus hijos avanzan.
— ¿Les das mejores calificaciones a los que repasan?
— Yo no hago trampas con las notas. Lo que pasa es que los que repasan salen mejor, porque estudian
más y entienden más las clases. De los que no van, hay dos que sacan muy buenas notas también,
porque sus padres les repasan.
— ¿No das repaso en la escuela?
— Lo hago, los que están en el programa. Pero no es suficiente. Ellos traen muy mala base, y tienen
problemas para fijar la atención en la televisión. Necesitan de clases extras.
— Pero no hay dudas de que hay un interés material tuyo...
— A nadie le alcanza el dinero. Eso no es un secreto. Si yo soy maestra no puedo estar vendiendo
coquitos en la esquina, como otra gente. Lo que hago no le hace mal a nadie, todo lo contrario. Ayudo a
esos niños. Si los padres no tienen dinero, imparto la clase gratis, y luego me lo dan, en eso no hay
problema. Pero igual que costean otras cosas, que me paguen a mí no me parece un pecado. Si quiero
algo, lo tengo que comprar. Nadie piense que por ser maestra me dan las cosas gratis en el agro o en las
tiendas de divisa, ni aunque allí trabaje el papá de un alumno. No robo, no le quito tiempo a mis
obligaciones, es solo un trabajo más».
En el sondeo, la necesidad económica prevaleció como la principal razón por la que los repasadores
cobran.
Una forma de manutención
«En mi edificio, que es grande, les repaso Español e Historia a niños de Primaria y de Secundaria. Los
ayudo con las tareas, sobre todo con la ortografía. Lo hago los miércoles y jueves por la noche, después
de las seis, y a veces los sábados por la tarde. Es el tiempo del que dispongo.
«Les pido diez pesos por sesión de clases. Es la manera más fácil de cobrar, pues si pongo un precio
fijo al mes, y luego no vienen a todas las clases, es un problema. Además, cada cual acude si lo
necesita».
Este es el testimonio de un joven que estudia una carrera de Letras en la Universidad de La Habana que
prefirió no identificarse. Según reveló en su edificio vive una profesora de un tecnológico que repasa
Matemática, Física y Química.
«Los niños están completos. Ella los atiende días diferentes a los míos, así que tienen con quien
estudiar todo el tiempo».
— Pero entonces, el que vaya todos los días a una clase gastaría 50 pesos a la semana.
— Eso va en dependencia de las dificultades del niño y de las posibilidades de la mamá.
— ¿Repasarías gratis?
— Bueno, no ha sucedido. Ellos saben el precio y yo lo hago porque tengo necesidades económicas, si
no, utilizaría el tiempo en otra cosa.
¿Y la tradición ética y pedagógica?
No todos los docentes del país aceptan con tranquilidad el paso dado por algunos de sus homólogos. La
mayoría, de las decenas que dialogaron con JR prefieren esforzarse con todos sus estudiantes y no
beneficiar a unos cuantos con clases particulares, pues violentarían sus percepciones éticas. Apuestan a
que habrá una reevaluación estatal sobre la atención al maestro, y ponen por encima de las necesidades
económicas la tradición pedagógica cubana, que apuesta a una educación para todos, igual y gratuita.
«A mí me daría vergüenza ponerme a pedirle dinero a un padre para repasarle a su hijo. Si yo no soy
capaz de que aprenda en el aula, lo ayudo aparte, le pongo tareas especiales», afirma Vanesa León, PGI
de una secundaria básica del capitalino municipio de Plaza de la Revolución.
«Ya sabemos que todos los muchachos no son iguales, que unos tienen más dificultades que otros, ahí
es donde tiene que estar mi mayor dedicación.
«Yo no critico a quien da clases particulares, ese es su problema. Yo no lo hago, ni lo haré, porque me
parece que sería un abuso con la familia de mis pioneros».
Marta Figueroa es una profesora de experiencia en un tecnológico capitalino. Ella sabe que algunos de
sus colegas realizan esa práctica, pero no se ha sumado.
«Yo respeto la opinión de cada cual, pero nunca le pagaría a un profesor particular para que mi hijo
tuviera mejores notas. Creo que hay que ganar la confianza en la escuela y valorar las capacidades del
niño.
«A veces los muchachos no atienden las clases, porque en el fondo no les interesa lo que están
haciendo. Los padres no deben pagar un maestro para que les enseñe lo que ellos no aprenden en clases
por estar “bobeando”. Creo que por una parte la escuela debe rescatar su autoridad profesional, y por la
otra la familia debe orientar mejor a sus hijos, inculcarles el respeto a la escuela y al maestro, así
aprenderán más.
«Yo he tenido alumnos que en el aula no son capaces de contestar una pregunta, porque están todo el
día “en las nubes”. Luego el padre le paga un repasador, y ni así logran que apruebe. Pienso que falta
mucho por hacer en la escuela y también en la educación por parte de la familia, eso es fundamental».
Entre los que no conciben cobrar por una clase se encuentra Raquel González Matías, quien se ha
mantenido en el sector durante 40 años. De ellos, 31 los ha dedicado a dirigir la secundaria Noel
Fernández, una de las de mejores resultados integrales en Camagüey y con tradición de incorporar a sus
alumnos a la vocacional de Ciencias Exactas Máximo Gómez de ese territorio.
«La gran mayoría de los profesores particulares no están en correspondencia con los métodos que
utiliza la Secundaria Básica, ni con las transformaciones que hoy están implementadas.
«Sin faltar a la ética, pienso que muchos de ellos persiguen un objetivo puramente económico. ¿Quién
asume gratuitamente diez, 12 y hasta más estudiantes los fines de semana y hasta en horas nocturnas en
la sala de su casa?
«Esto no quiere decir que los profesores particulares no sepan lo que enseñan, sino cómo lo enseñan.
Es aquí donde el alumno se enfrenta a una contradicción, entre la manera en que aprende con el
profesor particular y cómo lo hace en la escuela. Esa falta de cordancia trae como consecuencia que el
estudiante no pueda aprender correctamente.
«En mi centro tenemos experiencias preocupantes. Hemos tenido que interrumpir una clase porque un
estudiante dice en medio de un turno: “Mi profesor particular no me dio eso así, profesora. Eso no es
así...”. Y eso no es una sola vez al día, ni en un solo grupo, sino en varios grupos y en varios
momentos.
«Hay que buscar soluciones dentro de nuestras escuelas, implementarlas eficazmente y no esperar al
final del curso. En la secundaria que dirijo, por ejemplo, aparte de trabajar individualmente con el
alumno desde la clase, que es lo principal y lo que persigue la Resolución 226, hemos implementado
horarios para atender las necesidades específicas de los estudiantes».
Opciones al pizarrón48
En el sondeo de este diario entre medio centenar de padres y maestros, una parte, aunque minoritaria,
apreció como adecuado que maestros en retiro incrementen sus ingresos, a partir de ofrecer
conocimiento a quienes puedan requerirlo, pues ello no perjudica a la sociedad. Con ello ayudarían a
resolver los reales déficits formativos existentes hoy, o potenciarían los conocimientos que se
adquieren en la escuela. Otros consideran que el sistema educativo podría estimular fórmulas en las que
las instituciones docentes aprovechen este sector, dándoles una nueva dimensión a su vida en una
sociedad que envejece, a la vez que los profesionales retirados aumentan sus ingresos.
Pilar Herrera tiene 70 años y toda su vida la ha dedicado al magisterio. Durante mucho tiempo impartió
Matemática o Física en un pre urbano, pero cuando estos se cerraron decidió jubilarse.
«No me sentía con deseos de irme para una beca ni para una secundaria, que era un nivel diferente al
que yo había dado siempre. Desde entonces me dedico a dar clases particulares en mi casa. Lo mismo a
muchachos que quieren la Lenin, a los que están en el pre y tienen dificultades para las pruebas de
ingreso a la universidad, e incluso a los que estudian carreras de ciencias y tienen problemas».
— ¿Cómo hace con los programas de estudios?
—Tengo mucho material guardado. Pruebas de ingreso anteriores, de la Lenin y de la universidad. En
fin, la Matemática y la Física siempre son las mismas.
— ¿Cuáles son las principales dudas que presentan los estudiantes cuando llegan a usted?
— La mayoría llega con problemas de razonamiento. No ven qué camino seguir para resolver un
problema. Así no pueden aprender.
— ¿Cómo establece el precio?
— Eso depende de la frecuencia de las clases y las asignaturas. Doy repasos casi todos los días, y los
sábados para los becados. La preparación para las pruebas de ingreso a la universidad, por ejemplo,
cuesta cien pesos al mes.
— ¿Se siente satisfecha con lo que hace?
48 Esto aparece en un recuadro aparte
— De mis muchachos es difícil que alguno no apruebe. Incluso aquí han venido suspensos y los he
encaminado. Hay a quienes he «cogido» en séptimo y los he llevado hasta el título universitario.
Particularmente gratis49
Desde mucho antes de que surgieran en la Isla los Profesores Generales Integrales, este maestro —
geógrafo y filósofo de formación— ha explicado a sus alumnos lo mismo un problema matemático que
un experimento químico. En sus clases de Historia se aprende la similitud del proceso revolucionario
cubano con un haz de luz: onda y corpúsculo, y se ven los fenómenos sociales como la sístole y
diástole del corazón.
Profesor por varios años del IPUEC Antonio Guiteras, fundador de la Vocacional Federico Engels,
docente en la Escuela Provincial de Instructores de Arte y actualmente Jefe de Carrera de Historia en la
Universidad pinareña Hermanos Saíz, Roberto del Sol Jordán es, hace ya tres décadas, repasador
particular, particularmente gratis.
Eso sí: exige a los alumnos una remuneración alta: 95 puntos o más en cada evaluación a la que se
enfrenten. Y es muy raro que alguno deje de «pagarle».
Para él educar «es conocer las identidades permisibles de la persona que necesita de nosotros. Es
disponer del tiempo que requieren los demás; es comprender a los jóvenes, saber que tienen derecho a
aburrirse si luego de varios turnos de clase uno no se las ingenia para motivarlos. Es, ante todo,
convencer».
Repasa «extra» desde el año 1973. Entonces era al mismo tiempo estudiante de Filosofía y le impartía a
sus compañeros Economía Política. Y para las pruebas de ingreso, desde que comenzaron, tanto las de
entrar al IPVCE, como las que dan acceso a la Universidad.
«Jamás cobraría un centavo a nadie porque yo soy un producto de esta Revolución, porque el tiempo no
tiene precio a no ser el disfrute de una realización personal. Quienes más consumen nuestro tiempo son
las personas que más apreciamos. Esto tiene un fruto inapreciable: sentirse vivo después de muerto en
el recuerdo instantáneo o perdurable de las personas a quienes les dedicamos parte de nosotros».
— ¿Cómo logra integrar tantos saberes y ponerlos en función de la clase?
49 Esto aparece en un recuadro aparte
— Cuando el hombre llega a la conclusión de que Cultura es todo, de que no hay rama profesional que
no se relacione con las demás, encuentra las fórmulas de qué decir frente al aula. Ese criterio te da el
hecho de que la diversidad es una. Si yo voy a explicar determinado contenido y le doy solamente el
enfoque histórico, el estudiante presente que aspire a ser abogado se aburre. Si hablo de Martí le digo
que fue el organizador de la Guerra del 95, pero también que sobresalió como una de las principales
figuras de la literatura latinoamericana y que sus ideas las difundió a través de la prensa... Es hablar del
jardín sin mencionar ninguna flor específica, para que cada oyente escoja la preferida.
— ¿Cuáles son, a su juicio, las causas de que existan repasadores particulares pagados?
— A pesar de la debilidad de los que cobran, la causa fundamental son las dificultades reales y visibles
de nuestro Sistema Nacional de Educación. Puede que me equivoque, pero entonces preguntémosle a
los que acuden a dichos repasos, a sus padres, o en último caso a los profesores universitarios que notan
las diferencias en la preparación de los alumnos que reciben.
«Para educar hay que amar lo que se hace y amar con quién se hace, ofreciendo lo positivo que uno
posee con una enorme paciencia, con una empatía a toda prueba. El maestro, más que el contenido
tiene que enseñar el método. La forma de apropiarse de los contenidos. Así los alumnos siempre serán
mejores que el profesor. Y esto, en nuestro oficio es el mayor orgullo».
— ¿Qué opinión le merecen las transformaciones actuales en la enseñanza, sustentadas en las
tecnologías?
— Todo procedimiento educativo tiene sus limitaciones y sus ventajas: por eso hay que combinarlos.
El 85 por ciento del conocimiento se adquiere a través de la vista, pero la técnica nunca puede sustituir
al hombre. El concebir la televisión como una panacea es un error. Negarla como apoyo es también
erróneo.
«Lo moderno no puede negar totalmente a lo antiguo. La palabra, la tiza, la pizarra, son insustituibles.
Cuando un profesor que ama lo que hace explica, se emociona y transmite esa emoción.
«Lo más importante a mi juicio —empléese la vía que se emplee— es el papel activo del estudiante. Él
no constituye solo una esponja. Tiene que desarrollar su pensamiento. Tiene que buscar. Tiene que
crecer. Y para eso el profesor debe saber orientarlo».
Anexo # 14: «Antes que te duela » (publicado el 28 de octubre de 2007)
Por: Norge Martínez Moreno, Osviel Castro Medel, Zenia Regalado, Luis Raúl Vázquez, Nelson García Santos y Julio Martínez Molina
El amplio y bien estructurado servicio estomatológico levantado por la Revolución se resiente
ahora ante la escasez material, los problemas organizativos y manifestaciones que atentan contra
la ética que debe primar en el sector
No aguanta más. Salta de la cama y comienza a caminar desesperado de un lado a otro de la habitación,
mientras oprime fuerte con un puño el lado derecho de su cara. Toma un trago de alcohol puro. Hace
buchadas con él mientras se viste. Son las doce y media de la noche y el dolor de muela no le permite
pegar los ojos.
Decide buscar ayuda. Llega caminando a su policlínico que está aproximadamente a un kilómetro y
medio. La oscuridad del lugar le da mala espina. Alguien le dice que allí no hay estomatólogos de
guardia y que tiene que ir a una clínica ubicada a casi diez kilómetros.
El dolor se incrementa. Siente unos fuertes latidos que le nacen en el cerebro y parecen no morir nunca.
Lleva más de una hora esperando un ómnibus que no pasa. Regresa quejumbroso para su casa. Cargado
de malestar sustituye las buchadas de alcohol por las de agua salada, y estas por cuantas pastillas
encuentra. Por fin se queda dormido.
Temprano en la mañana vuelve a su policlínico con la intención de solucionar el problema. Sorpresa:
«Hoy no atenderemos porque no hay agua en el salón», dice una suave voz femenina.
Se dirige hacia otra clínica donde espera hasta el mediodía para que le pongan una curita. «Es lo único
que podemos hacer. No tenemos anestesia para extraer, ni material para empastes».
La historia anterior la contó a este diario Gustavo Pedroso, un joven del capitalino municipio de San
Miguel del Padrón, quien en su peregrinaje para eliminar el dolor de muela sufrió las deficiencias en la
atención estomatológica.
Entre clínicas
Las preocupaciones de este joven y otras llegadas a la redacción fueron punto de partida para que este
diario realizara una investigación sobre el tema. Se visitaron 22 clínicas estomatológicas en las
provincias de Pinar del Río, Ciudad de La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Ciego de Ávila y Granma,
y entrevistamos a decenas de pacientes y estomatólogos.
Muchos estomatólogos entrevistados reclamaron más atención e instrumental para servir a más
pacientes.
La indagación periodística arrojó deficiencias con los aseguramientos materiales y humanos que,
unidos a otros de tipo organizativo, conducen a incipientes manifestaciones que afectan la ética que
debe primar en el sector.
De las 22 clínicas visitadas la mayoría presenta déficit de personal técnico y profesional, más de la
mitad ha vivido duros períodos de crisis por el deficiente abasto de agua, escasez de sillones, falta de
resinas para la reparación de los dientes, atrasos significativos en la elaboración de prótesis dentales y
en la atención a los turnos de los pacientes, ausencia de vestuario adecuado, difíciles condiciones de
trabajo, problemas con el almuerzo y déficit de baños.
Un sondeo entre pacientes en las clínicas visitadas en Ciudad de La Habana confirmó además que una
parte de la población percibe la expansión del sociolismo y del favoritismo para poder alcanzar
determinados servicios de manera rápida y eficiente. Varias personas manifestaron haber acudido a
esos métodos o conocer a otros que los habían utilizado.
En la clínica del Vedado capitalino a veces tienen disponibles hasta siete sillones y un solo especialista,
lo cual provoca que se concentre mucho personal en las consultas y el consiguiente disgusto por las
extensas demoras.
«En estos momentos me faltan al menos tres estomatólogos y tengo otros aquí que están a punto de
retirarse, lo que empeoraría la situación», afirmaba por su parte Odrey Landa Bencomo, jefe del
departamento de estomatología en la clínica de California, en San Miguel del Padrón, donde no hay
técnicos para hacer los aparatos que necesita la especialidad de ortodoncia.
Esta carencia de profesionales se apreció también en la oriental provincia de Granma, donde cuentan
con 241 estomatólogos para más de 800 000 habitantes. Es decir, uno cada 3 460. «Uno de nuestros
especialistas atiende por lo menos ocho consultorios», reconoció Rolando Morales Soto, jefe del
Departamento Provincial de Estomatología.
En determinados lugares el déficit se antoja asombroso. En zonas como la de Mabay y sus barrios
adyacentes, con unos 36 000 ciudadanos, según el directivo, labora ¡un estomatólogo! Y en todo el
municipio de Cauto Cristo (21 320 habitantes) trabajan cuatro profesionales de esta rama.
Sin embargo, en muchas zonas del Plan Turquino, que cuenta con 18 puestos para las consultas
dentales, «se mantiene un especialista permanentemente». Por eso en algunas regiones de la montaña
las quejas son menores que en el llano.
En Villa Clara el déficit de especialistas impide que se elabore el número de prótesis necesarias. Según
Cedalys Pérez, jefa del Departamento de Estomatología en la Dirección Municipal de Salud en Santa
Clara, debe existir uno por cada unidad y en todo el municipio trabajan nada más que cuatro para
atender a una población de más de 250 000 habitantes.
La ruta del agua
La escasez de agua afecta sobremanera el servicio estomatológico a juzgar por las instituciones que
visitó este diario. Por ejemplo, en la provincia de Granma, en el policlínico René Vallejo, uno de los
más grandes de Bayamo, a menudo se pierden horas de atención por la carencia del líquido. En febrero
hubo inconvenientes 24 días del mes; en junio 11; en agosto 21 y en septiembre 19.
«El personal de Higiene y Epidemiología siempre nos advierte que para prestar el servicio debe haber
agua corriente; que no se puede cargar en cubo, como a veces se hace, para atender a un paciente. Por
lo general se gestionan pipas. Pero ese policlínico requiere 17 pipas de agua para poder trabajar más o
menos», aduce.
Según estadísticas del Departamento Provincial de Estomatología, en el primer semestre de 2007 se
dejaron de atender 2 161 personas, casi todos por dificultades con el abasto de agua a las instituciones.
En la capital, de las 12 clínicas a las que acudió el equipo periodístico la mayoría ha tenido
afectaciones con el servicio de agua en algún momento, como es el caso de las clínicas, California, San
Francisco de Paula y Abel Santamaría.
Sillón de espera
A la clínica estomatológica del policlínico Pedro Borrás en Pinar del Río —remodelada hace poco
tiempo— se le ubicaron sillones nuevos, sin embargo, hoy solo tiene dos en servicio. A los otros no les
funciona la lámpara.
En la mayoría de los policlínicos reinaugurados en Granma están esperando, por una razón o por otra,
los sillones nuevos desde hace meses. Esto explica por qué en el Jimmy Hirzel, de la capital provincial,
solamente funciona uno y en el 13 de Marzo, de la propia Ciudad Monumento, apenas prestan servicios
tres.
En la central provincia de Villa Clara también está afectando la falta de equipos. Allí hace más de dos
años se remodelan tres policlínicos y una clínica a la vez, lo que determinó reducir y reubicar las
prestaciones en otros sitios, sin las mejores condiciones, explica Cedalys Pérez.
«En el policlínico Celia Sánchez antes funcionaban 15 sillones, ahora solo contamos con cinco; en el
Chiqui Gómez, que debe tener 11, hay cuatro; el Marta Abreu hace un año trabaja con cuatro, de 11,
destinados a las diferentes especialidades y las urgencias», manifiesta la especialista.
Voluntad contra escasez
La doctora Ada Machín Martínez ama su trabajo. Se graduó hace 37 años y en todo ese tiempo se ha
desempañado como directora de la clínica estomatológica Enrique Sáenz Casado, más conocida como
San José y ubicada en el capitalino municipio de Centro Habana.
Esta doctora considera que los directivos de clínicas estomatológicas que no tengan materiales para
trabajar hoy es por falta de gestión de ellos. «Materiales hay, lo que hace falta es buscarlos en los
almacenes centrales que se encuentran en el municipio de Guanabacoa. A veces ellos tienen transporte
y lo distribuyen, pero la mayoría de las veces uno tiene que conseguir un carro y garantizarle a los
estomatólogos lo que les hace falta para trabajar», dice la doctora.
«En mi caso busco apoyo de los mismos pacientes que tienen transporte y casi nunca me falta material
de trabajo. La semana pasada trajimos 36 sacos de yeso para la confección de prótesis y lo repartí en
varias unidades del municipio; si me hubiese sentado a esperar a lo mejor todavía no los tuviera. Lo
que hace falta es mucha disposición para contrarrestar las necesidades», manifiesta Ada Machín.
Según esta doctora su clínica no deja de brindar servicios por ningún motivo. Tienen 13 sillones
disponibles para la población y no solo atienden a cuantos pacientes llegan allí, sino que también
realizan labor preventiva con los niños de varias escuelas ubicadas en el territorio.
El trabajo preventivo y la aplicación de medicamentos adecuados a los niños posibilita que estos
crezcan con una dentadura sana y evita la aparición de enfermedades en la cavidad bucal.
«Atendemos a 12 escuelas primarias, cinco secundarias y ocho círculos infantiles. A todos esos niños
les aplicamos varios productos estomatológicos destinados a conservar un buen estado bucal, y además
les inculcamos la importancia de mantener una adecuada higiene dental para que en el futuro tengan
una dentadura sana y linda», explica la doctora Ada Machín.
Solución emergente
Para tratar de paliar los déficit actuales se ha puesto en práctica en casi todo el país una iniciativa que
tiene como objetivo la prestación de servicios en aquellas comunidades más alejadas de los centros de
las ciudades en casi todo el territorio nacional.
El proyecto se lleva adelante bajo el emblema Todo por la Salud, y consiste en la creación de brigadas
de estudiantes de estomatología, quienes acompañados de sillones móviles y de sus instructores
dedican los fines de semana a atender a sus pacientes.
Este diario comprobó en el terreno la eficacia de la propuesta. Solamente en un fin de semana casi un
centenar de estos jóvenes atendieron a cientos de personas de los barrios más alejados de la capital.
Los futuros estomatólogos extrajeron piezas, empastaron, hicieron diagnóstico, llenaron historias
clínicas y realizaron labor preventiva, lo que evidencia su buena preparación docente.
«Este movimiento es muy efectivo porque además de resolver el problema estomatológico de muchos
pacientes, sirve como una práctica sin igual para los estudiantes. Ellos han acogido la idea con mucho
entusiasmo porque todos pueden demostrar lo aprendido en las aulas, en correspondencia con el grado
que cursan», dijo el doctor Jeydel Abull, funcionario de la Dirección Provincial de Estomatología de la
capital.
A pesar de todo, se mueve
La Dirección de Estomatología en el Ministerio de Salud Pública está al tanto de estos dilemas en el
país. «Conocemos esos problemas. Es verdad que en ocasiones nuestras unidades no cuentan con todo
lo necesario para ofrecer un mejor servicio, pero también lo es que la mayoría de nuestros profesionales
realizan un gran esfuerzo para solucionar el problema de cada paciente», sostiene el doctor Armando
Mojaiber de la Peña, director nacional de la especialidad, quien tuvo la gentileza de responder durante
varias horas las inquietudes de este diario.
Para el funcionario, pese a las deficiencias que aún persisten, el país exhibe mejores índices en la
prestación de servicios estomatológicos que años atrás.
«Antes del período especial esta especialidad recibía hasta 12 millones de pesos anuales para su
desarrollo, y en los años duros de la crisis económica esa cifra se redujo hasta 300 000 pesos, en igual
período.
«Sin embargo, el año pasado realizamos más de 6 millones de empastes, una cifra que no se lograba
desde la década del 80. Además, hoy mostramos índices comparados con países desarrollados. El 68
por ciento de los niños cubanos entre cero y cinco años no tiene caries y el 90 por ciento de la
población con menos de 18 años conserva su dentadura completa.
«Otro dato que demuestra las mejoras en los servicios estomatológicos es que nuestra población
comprendida entre los 35 y 44 años solo pierde hoy 5,4 dientes, y en la década del 80 ese mismo grupo
de pacientes perdía 12».
Estos datos no le impiden reconocer las fallas presentes en la prestación de este vital servicio. «El
problema con los guantes es complejo porque varias entidades deben cumplir con su parte para que no
fallen. Hay veces que los proveedores se demoran; otras, no tenemos transporte para distribuirlos a
tiempo, entre otras deficiencias.
«Con respecto al agua, hemos orientado que cada clínica cree su reserva para que, aunque en la zona no
haya, el servicio no se detenga. En los centros donde ocurre esto es por responsabilidad de sus
directivos».
— La escasez de personal médico en algunas clínicas es otro de los principales problemas que
afectan el servicio. ¿A qué se debe esto?
— Existe una inadecuada distribución de los estomatólogos en algunos territorios, si ubicamos mejor
nuestros profesionales en todos los municipios esta situación cambiaría considerablemente.
«En estos momentos estamos formando miles de profesionales que cubrirán todas las plazas del país y
permitirá mantener la cooperación con otras naciones.
«Este curso comenzaron a estudiar estomatología 2 439 jóvenes. Sumando los estudiantes de todos los
años la cifra llega a 6 100, algo muy significativo si tenemos en cuenta que en 1986 solo ingresaron
410 a nuestras facultades».
—Varios entrevistados dijeron que en algún momento han pagado por sus servicios...
—Sabemos que hay unos pocos de nuestros trabajadores que se dedican a cobrar por un servicio que la
Revolución dispuso que se realice gratuitamente. En los últimos dos años hemos separado a ocho de
estas personas del sistema nacional de Salud por incurrir en este tipo de hechos.
—Últimamente se habla con frecuencia de clínicas particulares...
—Hace poco realizamos una inspección a los servicios estomatológicos del país y detectamos varias
clínicas particulares donde se realizan trabajos sin la autorización y condiciones sanitarias necesarias.
Ya estamos aplicando las disposiciones pertinentes para erradicar esas infracciones.
«En la medida en que seamos más eficientes en nuestros servicios, la población no tendrá que acudir a
ninguna de estas consultas clandestinas. Eso es un reto que tenemos que alcanzar lo más pronto posible
y para eso trabajamos».
— ¿Todas estas consultas particulares son ilegales?
— No. Hay algunas —muy pocas— que tienen licencia para funcionar. Esas pertenecen a especialistas
que se graduaron antes de 1965. Las otras funcionan de manera ilícita, y hemos comprobado que en
muchas prestan servicios violando las principales normas higiénico-sanitarias que tiene que cumplir el
personal de esta profesión.
«Recientemente tuvimos que cerrar cinco consultas particulares en la capital que, a pesar de estar
autorizadas a funcionar, no reunían las condiciones higiénico-sanitarias».
— ¿Dónde obtienen los materiales los dentistas particulares?
—A los que tienen licencias se les venden recursos para que laboren. Los que ejercen la disciplina de
manera encubierta por lo general los obtienen a través de personas que los sustraen de nuestras clínicas,
de los almacenes, en la transportación. Hay otros que reciben esos materiales de familiares y amigos
residentes en el exterior.
—Los atrasos en la reparación de algunas clínicas provocan largas demoras para atenderse en las que
están en funcionamiento.
—En estos momentos estamos inmersos en la reparación de decenas de servicios estomatológicos en el
país para devolverle el esplendor de años atrás, pero reconocemos que existen demoras en estas
acciones, lo cual provoca que todavía tengamos muchos pacientes adicionados a otras clínicas que no
les corresponden, y eso conlleva a la demora del servicio en esos sitios.
«Hasta ahora hemos terminado de reparar y habilitar con equipamientos nuevos, un total de 108
servicios y esperamos que en lo que resta de año y el próximo concluyamos casi 200, lo que redundará
en una mejor atención a la población en todos los sentidos».
Las demoras en la confección de prótesis fue una de las principales deficiencias encontradas en la
investigación periodística. Foto: Heriberto González Brito
— La población se queja por las demoras en la elaboración de prótesis...
— Ese es uno de los principales problemas que tiene la especialidad. Este año debemos confeccionar
alrededor de 180 000, pero esa cifra no es suficiente. Tenemos una demanda mucho mayor. Esa
situación cambiará cuando terminemos de reparar todos los policlínicos.
«Cuando eso ocurra dispondremos de más laboratorios para la elaboración de las prótesis y podremos
llegar a realizar las 300 000 unidades que se necesitan.
«Es importante recordar que lo mejor para evitar la necesidad de prótesis, es cuidar los dientes, para lo
cual tenemos un programa de promoción y prevención que incluye la fluoración de la sal de consumo,
lo que disminuye en un 60 por ciento la aparición de la caries dental en un período de cinco años».
— Algunos estomatólogos consideran que es una violación de las normas técnicas laborar sin aire
acondicionado...
— Eso no es así. Lo ideal es que todas cuenten con aire acondicionado, pero que no lo tengan no
impide que puedan funcionar. Nosotros tenemos la aprobación para ir resolviendo ese conflicto por lo
menos en los policlínicos reparados y los que aún se encuentran en esa fase.
«Ahora hemos priorizado los salones quirúrgicos, las clínicas de impedidos físicos, los departamentos
de rayos X y otro grupo de instalaciones».
— ¿Cree que exista una adecuada labor preventiva?
— Es preciso insistir en el adecuado cepillado de dientes y encías, por lo menos cuatro veces al día.
Cambiar el cepillo dental cada tres meses preferentemente. En el caso de los niños, limpiarle los dientes
desde que comiencen a salirle. A las madres es bueno recomendarles que eviten que sus hijos se chupen
los dedos, y tomen leche en biberón. Además se les aconseja que sus pequeños consuman los alimentos
sin batirse y duerman sin almohada.
«La mejor manera de enfrentar los problemas estomatológicos es evitándolos. Para eso se necesita
sobre todo una adecuada higiene bucal y visitar los especialistas frecuentemente, no solo cuando
aparece el dolor».
Nacer de la nada50
Los servicios estomatológicos antes del triunfo de la Revolución eran casi inexistentes. Así lo
demuestran las cifras y los documentos consultados para esta investigación. Solo había una facultad de
estomatología en la Universidad de La Habana. Allí se formaban unos pocos profesionales. En cuanto
al número de clínicas, la situación era similar.
Después del triunfo revolucionario el país comenzó de inmediato a cambiar esa cruda realidad. Los
logros fueron cosechándose uno a uno y la población disfrutó de las bondades de un sistema de salud
que hoy es referente para muchos países.
En estos momentos Cuba forma estomatólogos en todas sus provincias, y hasta en muchos municipios,
algo que posibilita que cada territorio prepare a los profesionales necesarios. Ahora la Isla cuenta con
casi 500 policlínicos y la mayoría presta servicios estomatológicos. Además tiene 156 clínicas
estomatológicas y otros casi mil servicios en escuelas, hospitales, unidades militares y otros centros. En
total Cuba dispone de casi 1 700 departamentos estomatológicos.
El país no solo ha creado una gran red estomatológica a lo largo de casi 50 años, sino también colabora
con otras naciones y asiste gratuitamente a miles de personas en el mundo.
50 Esto aparece en un recuadro aparte
Cifras del 2006
Consultas estomatológicas 17 623 000
Consultas por habitantes: 1,6
Habitantes por estomatólogo: 1 049
Fuente: Anuario Estadístico de Cuba 2006
Anexo #15:« La vieja gran estafa (I)» (publicado el 1 de octubre de 2006) Por: Yailín Orta Rivera y Norge Martínez Moreno
Algunos servicios estatales están siendo usados para lucro personal por insensibles que alteran
precios y normas de los productos, traspasando falazmente la frontera entre lo estatal y lo privado.
Un equipo de este diario, junto a inspectores integrales, lo comprobó durante una indagación en
unidades de servicios
La canícula reverberaba en las calles habaneras y el paladar exigía algún líquido para contrarrestar los
efectos del calor. La cafetería El Manzanares semejaba un oasis en la populosa esquina de Infanta y
Carlos III.
Los atractivos no eran palmeras ni cocoteros, sino aquellas jarras de cerveza heladas chocando en el
aire que animaban al transeúnte a detener el paso y degustarlas.
Los ardores del mediodía nos invitaron a entrar. El bullicio nos da la bienvenida a un sitio donde casi
todos nos examinan con ojos extraviados.
Los encantos del lugar se limitan a rústicos atavíos, mesas y sillas que se amparan del balbuceo y las
confesiones de bebedores. Algunas carcajadas y gritos pululan en el ambiente mientras los fumadores
se encargan de poner un velo grisáceo al escenario.
Una camarera de andar apresurado nos hace un gesto combinando los dedos índice y del medio para
señalarnos el servicio de dos «frías». Gustosos aceptamos. La expectativa se congela cuando vemos
que priorizan la mesa de al lado, luego se aprestan a complacer nuestro pedido.
De pronto se interrumpen las acciones gastronómicas, un inspector integral toma las jarras servidas a la
citada mesa para examinar si corresponde la norma establecida con la suministrada.
Sorpresa, y mala para los consumidores. A la jarra le faltan 90 mililitros, debe tener 350 y a
cuentagotas llega a 260. La probeta certifica el delito y el lente del fotógrafo lo corrobora. Cuando la
espuma desaparece vemos el ultraje, el lado oscuro de la protección al consumidor.
Las jarras con las que sirven tienen la marca de hasta dónde tiene que llegar el líquido —y yo estoy
cansado de decirlo— precisa Alberto Osorio Ramos, administrador del local, quien parece enfadado
por la estafa de sus subordinadas.
Las camareras se escudan alegando que casi nunca suceden hechos de este tipo. Y mientras el fotógrafo
continúa acopiando evidencias del fraude, la que despacha prepara indiferente otra jarra para atacar
nuevamente el bolsillo de algún usuario.
En esa unidad se expenden diariamente hasta cuatro toneles de cerveza; cada uno tiene 144 jarras. Si a
cada envase le faltan 90 mililitros, quiere decir que en una jornada laboral las dependientas pueden
embolsillarse hasta 222 pesos, el salario promedio de cualquier trabajador durante todo un mes.
A la cara del cubano
En la epidermis de la sociedad cubana aflora un mal perceptible. Algunos servicios estatales están
siendo usados para lucro personal por insensibles que alteran precios y normas de los productos,
traspasando falazmente la frontera entre lo estatal y lo privado.
La protección al consumidor parece puro slogan. En la práctica esta condición está tan en desuso como
las soluciones que dan algunas instituciones a las quejas y sugerencias que guardan en aquel viejo libro
de la esquina del mostrador, destinado a esos fines.
Diariamente salimos a la calle a perder. Una buena parte de quienes deben brindarnos un buen servicio
se concentran más en cómo herir la integridad de tu cartera que en cumplir su encomienda, coinciden
varios entrevistados.
El problema va desde el simple vuelto del «camello» —que casi nunca aparece— pasando por el
barbero, que de 80 centavos cobra hasta diez pesos, terminando por el cobro de 55 pesos por solo
ponerle la liga a una grabadora.
Hace solo unos días un equipo de este diario se vistió de cliente y en compañía de los inspectores
integrales provinciales Luis Enríquez Luis Isac y Milagros Caridad Escalona visitó diversos lugares de
la capital para verificar lo que estaba sucediendo.
Tras la huella
A las 10:20 a.m. del pasado martes 19 llegamos a la cafetería Tropical, ubicada en las calles 12 y 21, en
el municipio de Plaza de la Revolución. En menos de tres minutos los inspectores advirtieron varias
violaciones, todas concebidas para cobrar de más.
Compramos un bocadito al precio de 3,50, que debía tener 29 gramos de jamón. Como el contenido del
pan era tan diminuto pedimos al vendedor que lo pesara. No pudo ser. «Yo solo vendo, buscaré al que
prepara los panes», se justificó el dependiente.
«Aquí no tenemos equipo para comprobar el peso de los alimentos. Yo voy a otra unidad y lasqueo una
libra de jamón; luego la distribuyo en 16 panes y se los entrego al vendedor», manifiesta Iván
Castillero, elaborador del centro donde no pudimos ver a la administradora.
En esa misma unidad los verificadores midieron un vaso de refresco con la probeta y de los 232
mililitros que debía tener, la comprobación arrojó que tampoco se cumplía lo requerido.
«El problema es que estos vasos hechos con botella no son idóneos para esta función, por eso está
prohibido trabajar con ellos. Es que no todos están cortados a la misma altura, por eso hay algunos que
aunque los llenes no llegan a la medida», explica la inspectora Milagros Caridad.
«Trabajamos con muchas necesidades. Yo llevo varios meses aquí y nunca han dado ni insumos para
trabajar. Casi todo lo que hay en esa unidad para prestar servicio lo hemos traído nosotros, desde los
vasos hasta las espumaderas», se queja el elaborador.
Las investigaciones continuaron descubriendo grietas en la calidad de los servicios gastronómicos. El
equipo solo cruzó la calle para percatarse. En este caso fue en el comedor comunitario ubicado también
en 12 y 21, el cual presta ayuda a personas con problemas sociales.
El testimonio de Violeta Guzmán fue conmovedor: «Aquí me dan poca comida y con mala calidad. No
le echan especias, no sabe casi a nada. Es cierto que la compro a bajo precio, pero luego tengo que ir al
agro a comprar condimentos y hacerle una buena sazón en la casa para que mi hijo que está enfermo
pueda comérsela. No ahorro nada de dinero, y el objetivo de la Revolución es ayudarnos».
Como sucedió en la mayoría de las entidades visitadas, no estaba tampoco el administrador, violando
así un decreto del Ministerio de Comercio Interior que les prohíbe salir del centro en horario laboral.
La unidad no contaba con pesas ni manera alguna de comprobar que los beneficiados recibieran la
cantidad de comida establecida, pues ni el mismo cocinero sabía qué gramaje —en el caso del arroz—
debía servir.
Fue deprimente observar las condiciones en que se freían las papas rellenas; pudimos comprobar in situ
las condiciones de aquel aceite, que ponían el producto negro como carbón. Es que se fríe y refríe en el
mismo ¿aceite? hasta que se gaste en el caldero, no importa que sus componentes se deterioren y al
final se vuelvan dañinos a la salud.
Los instrumentos de medición también nos alarmaron, al ver un pequeño cucharón con el que se servía
el espagueti; es muy fácil cerciorarse por qué los usuarios se quejan de la cantidad ofrecida.
Jarras engañosas
El Centenario, sito en la calle Infanta, fue la próxima cafetería que recorrimos. Parecía responder a las
exigencias gastronómicas. Los clientes complacidos degustaban la cerveza, que en su criterio «era una
de las mejores de la zona», pero... todo lo que brilla no es oro.
Una vez más sometimos las cervezas que compramos al examen de la probeta. Estuvimos esperanzados
en descubrir un servicio sin problemas, porque aquellas jarras estaban a punto de desbordarse.
Craso error, ni llenos hasta el tope aquellos recipientes contaban con la medida establecida. A todas les
faltaban 50 mililitros, y por ello indagamos con su administradora, Mercedes Suaso, sobre el origen de
los envases.
«Compramos estas jarras porque no nos dan otras y tenemos que vender. Está prohibido suministrar
cerveza en vasos, por ello las compramos desde hace cuatro meses y ningún superior objetó al respecto.
Ahora, como los inspectores nos señalan el error, las retiraremos».
La venta diaria en esta unidad es de tres toneles. Si a cada jarra le faltaron 50 mililitros, se apropiaron
de 17 280 pesos aproximadamente durante los cuatro meses que se vendió la cerveza en estas jarras.
Reloj no marques la hora
«Hace como un mes mi reloj se detuvo. Las pilas se rindieron después de varios meses. Imagina que
cada vez que tengo que cambiarlas me cuesta unos 25 pesos con los particulares, porque por el Estado
también te sale en igual precio», expresa Kenia Santos, vecina de La Habana Vieja.
Quisimos comprobar su planteamiento en la relojería ubicada al lado de El Centenario, pero el listado
de precios no estaba visible al cliente en ninguna parte, lo que constituye una violación de las normas,
según confirmación de los inspectores que nos acompañaron.
Cuando preguntamos a uno de los relojeros por la lista de precios, nos respondió que estaba en manos
de la administradora, quien tampoco se encontraba en su centro de trabajo. De esta forma el cliente está
expuesto a las exigencias de precio regidas por los relojeros.
A varias cuadras de allí, en el taller de relojería El Universal, comprobamos que los operarios cobran
20 pesos por cada pila que sustituyen, cuando en realidad ese servicio cuesta 15,50, explicaron los
inspectores.
¿En qué se parecen el queso, el ron y los taxis?
En la cafetería perteneciente a la cadena de restaurantes de lujo El Biki, en Infanta y San Lázaro,
pesamos varias libras de queso y ninguna llegaba a la norma establecida. Los trabajadores del local
insistieron en que la pesa tenía problemas, por lo que buscaron otra... Al final ninguna les dio la cuenta.
También en esta unidad la botella de ron Bocoy, que siempre se vende por el precio de 57 pesos, tenía
un valor en tablilla de 60 pesos.
Después de tanto andar por estos establecimientos, el equipo de JR continuó la investigación sobre
ruedas; optamos por los taxis estatales pensando que habría que pagar menos, pero nos equivocamos.
A las 5:00 p.m. le hicimos seña al carro con matrícula HSL 660 frente al Palacio Central de
Computación, ubicado en Centro Habana.
— ¿Pasa por Carlos III, chofe?
— Sí, monta.
— Solo tengo cinco pesos.
— ¿En fula?
— ¡No!, ¿cómo en fula, si voy hasta ahí mismo?
— Cierra, no voy para allá.
Diez minutos antes paró en el mismo lugar el taxi HVX 655. Uno de los integrantes del equipo de
trabajo montó supuestamente hasta Belascoaín. En el trayecto le preguntó el precio y el conductor
contestó que le diera lo que quisiera, el carro no tenía taxímetro.
Mientras, otro del equipo se trasladaba desde el Capitolio hacia el mercado de Cuatro Caminos por un
valor de diez pesos en el taxi con matrícula HSU 138. Este sí poseía el contador y la cifra marcada
describía un valor de dos pesos con 36 centavos por tal recorrido.
Otra de las deficiencias de este servicio apuntó a que los taxis no te llevan hacia donde uno desee sino a
donde el chofer le convenga, casi siempre en tiradas cortas y en lugares donde haya gran demanda.
De zapatos y otros demonios
Por último llegamos al taller de servicios La Llama I, sito en la calle Monte. Arribamos con el pretexto
de arreglar un par de zapatos, para darle una costura a toda la suela.
«Ese trabajo te cuesta 25 pesos, dice sin rodeos el zapatero… Bueno si no estás de acuerdo ve para la
esquina, que allí hay un particular para que veas cuánto te va a cobrar. ¿Tú no sabes que esta botella de
pegamento yo la compré en 150 pesos y este rollo de hilo me salió en 50 más?».
«Aquí no me dan nada para trabajar. Tengo que conseguirlo todo por fuera, ¿y cómo recupero ese
dinero que invierto? Además, diariamente entrego 30 pesos al administrador de aquí, imagínese»,
continúa el zapatero.
Mientras hablaba, uno de los integrantes del equipo se percata de que en una pared ubicada frente al
operario había un listado de precios con grandes letras, que indicaba que la costura a mano costaba solo
siete pesos con 50 centavos.
Al identificarnos como periodistas e inspectores, el zapatero trató de enmendar su error; dijo que
cosería el calzado por el precio estatal. Solicitamos hablar con el administrador, pero no estaba. La
muchacha que nos atendió, de nombre Tahimí, se negó a darnos el apellido y manifestó que el
reparador de calzado no tenía obligación de pagar 30 pesos diariamente.
«El zapatero no está autorizado a cobrarle a nadie 25 pesos por arreglar un par de zapatos. Haya o no
materiales, tiene que regirse por el listado estatal de precios. Nosotros le damos hilo y otros recursos
siempre que se pueda, y es incierto que está obligado a pagarle a la empresa 30 pesos diariamente»,
afirma Santiago Malagón, subdirector de la unidad básica de servicios de la Empresa Provincial de
Transporte.
Punto y aparte
«El problema del aumento de los precios estatales y las alteraciones en las normas de productos nos
agobia desde hace mucho tiempo. No se resolverá solo con inspectores, talonarios y multas», expresa
Isabel Hanze, directora provincial de Inspección Integral en la capital, uno de los territorios del país
donde se reportan mayores deficiencias.
«Para mejorar la situación es necesario, además, que la población tenga más cultura sobre este asunto.
Cada cliente debe conocer sus derechos para así poder exigirles a quienes tratan de vulnerarlos. Desde
las edades infantiles deberíamos enseñarles a nuestros niños sus derechos y deberes como
consumidores», afirma Isabel.
Urge el fortalecimiento de la conciencia general en contra de estas ilegalidades, bajo el principio de que
en nuestra sociedad los servicios estatales son para beneficio de la población. Corresponde, en primer
lugar, a las administraciones velar porque se cumplan las disposiciones establecidas y que estén
garantizadas las condiciones laborales mínimas para el desempeño de estos servicios con la calidad
requerida. Nunca habrá justificación para robar o maltratar al pueblo.
La impunidad de estos hechos apunta no solo contra la economía nacional y el nivel de vida y de
satisfacción de los ciudadanos, sino también contra los principios morales que la Revolución siempre
ha defendido.
Cifras que hablan51
Hasta agosto del presente año los inspectores integrales capitalinos realizaron 22 692 verificaciones y
en 11 692 centros encontraron violaciones de precios y alteraciones en la norma de los productos. El 52
por ciento de los centros examinados tuvo problemas, afirma la Directora provincial de Inspección
Integral en la capital.
Las entidades con más problemas fueron los mercados agropecuarios, donde el 68 por ciento de los
inspeccionados presentaron dificultades. Les siguieron centros de gastronomía popular, comedores
obreros, unidades de servicios, panaderías y farmacias, corroboró la Directora.
51 Esto aparece en un recuadro aparte
Anexo #16: « La vieja gran estafa (II). El mango de la sartén» (publicado el 15 de octubre de 2006) Por: Yailín Orta Rivera, Norge Martínez Montero y Dilbert Reyes Rodríguez, estudiante de Periodismo
Responsables administrativos y trabajadores sostienen que deben garantizar de su bolsillo la
vitalidad de los servicios. Sus superiores empresariales manifiestan lo contrario. Mientras la
polémica se calienta, persisten los resquicios para el descontrol, la falta de organización y la
desmoralización
«Este pomo de pegamento me costó 150 pesos. El cono de hilo 50 más. Los implementos de trabajo
que usted ve en esta mesa, también son míos. Todos los compré con mi dinero. La empresa no me da
nada para trabajar. Por eso es que tengo que cobrarle 25 pesos por coserle sus zapatos. Si no le
conviene vaya a la esquina, allí trabaja un particular, verá cuánto le cobra».
Esa fue la explicación que recibimos hace unos días por parte de un zapatero, en un taller ubicado en el
municipio de Centro Habana, cuando reclamamos por el alto precio que establecía por prestar su
servicio.
Ese mismo día, en Plaza de la Revolución, otro municipio capitalino, un elaborador de cafetería
atestiguaba que su unidad funciona porque ellos —los trabajadores— han traído de sus casas casi todos
los insumos y utensilios necesarios. «Si no fuera así este lugar estuviera cerrado todo el tiempo, la
empresa no nos abastece con casi nada», asegura.
Dos semanas después, en otra cafetería del municipio de Cerro, en Ciudad de La Habana, un vendedor
nos comentó que ellos dieron dinero de su bolsillo hace como un año para tratar de reparar el motor del
agua, que aún está averiado, y todavía la empresa continúa sin arreglarlo.
También un taxista manifestó que gastó mucho dinero para alistar un vehículo que la base le iba a dar
baja, y ahora —gracias a su billetera— está «al kilo» para el servicio y a disposición permanente del
citado conductor.
¿Cómo el zapatero, los vendedores de cafetería y este chofer recuperarán el dinero invertido en
comprar insumos, piezas y materiales para trabajar? ¿Qué implicaciones socioeconómicas y morales
pueden reportarle al país que los propios trabajadores tengan que buscar lo necesario para laborar en
una entidad estatal?
Juventud Rebelde visitó durante varios días decenas de unidades gastronómicas y de servicios, en la
capital y la provincia de Granma, durante una investigación para tratar de encontrarle respuestas a esas
interrogantes.
El que tenga tienda…
En la mayoría de las unidades visitadas comprobamos que son los trabajadores quienes garantizan con
su dinero la compra de utensilios como vasos, ollas, calderos, espumaderas, cucharones, en lo que a
gastronomía se refiere.
Pero estos costos son menores en comparación con las reparaciones constructivas, eléctricas o de
plomería que han encauzado debido a la falta de presupuesto por parte de la empresa.
Ulises Morales, dependiente de la cafetería La Casa Pérez aseguró que frecuentemente ellos compran
los vasos a dos pesos en moneda nacional para vender refrescos.
«Ahora tenemos problemas con el motor del agua, todos los trabajadores pusimos dinero hace como un
año para tratar de repararlo. Buscamos un mecánico particular pero no se resolvió el problema
finalmente», señala.
Pedro Diezcabezas de Armada Campos, administrador del Bar Moral, en la conocida Esquina de Tejas,
admite que también compran vasos con frecuencia al mismo precio, y que tuvo que hacer un trabajo
constructivo en la unidad, para el cual tuvo que desembolsar parte de su dinero. Él gana 370 pesos
mensuales.
Juan Ramón Sánchez Villavicencio es administrador de una cafetería en el capitalino municipio del
Cerro y nos confesó que hace 15 días compró diez vasos a dos pesos cada uno para despachar refresco
gaseado. Él cobra 225 pesos por mes y con frecuencia tiene que hacer estos desembolsos.
En lo que va de año, la Empresa Provincial de Comercio y Gastronomía en la capital ha abastecido con
insumos a muy pocas de sus unidades, explicó a este diario Raúl Benedit, director técnico de dicha
entidad.
Benedit reconoció que presentan dificultades también con los equipos de refrigeración de algunas
unidades. En este momento tienen más de 200 en mal estado.
Las tijeras de mamá hacen chiqui chiqui cha
«Todo eso que tú ves aquí es mío. Aquí todo lo que utilizo para trabajar lo compro con mi sudor. La
directiva de nuestra empresa te exige mucho, pero no te da nada. Y eso que somos una de las mejores
barberías del país, Vanguardia Nacional varias veces y reportamos dinero como casi ninguna otra»,
manifestó Leoni Fraga, barbero del combinado Bulevar, de San Rafael.
«Aquí la empresa pone solo el local, todo lo demás tengo que traerlo de mi casa. Todos los
implementos son míos. Diariamente entrego unos 55 pesos y creo que nos merecemos un poquito más
de condiciones para trabajar», dijo Osiris Castellano, otro barbero.
Un colega suyo, René Socarrás, agregó que este año solo le han dado cuatro sobrecitos de talco y dos
pequeñas toallas para laborar. «El resto corre por mi cuenta. Tengo tres máquinas particulares para
pelar, pero todas las he comprado. Y la mayoría de las barberías en La Habana están en las mismas
condiciones. Deposito de 45 a 50 pesos diarios a la administración».
«Para trabajar este año solo me dan una sonrisa amplia. Creo que la administración no es la más
indicada para pedirle nada. Hace rato que estamos pidiendo que se arregle el aire acondicionado. Aquí
deberían de darlo todo, pero solo me dan sillón, local y corriente», denunció Damaso Santa Cruz, otro
fígaro del Combinado Bulevar.
Cuando JR trató de interpelar a la administradora del local, esta no accedió, alegando que debíamos
contar con una carta del administrador del Bulevar para atendernos.
Compro, luego trabajo
Bien alejado del centro de la capital, en el municipio de Marianao, hace solo dos días conversamos con
los técnicos y obreros de un pequeño complejo de servicios conocido con el nombre de Foto Libertad.
La situación con los materiales, herramientas y utensilios para laborar, no varió en nada en
comparación con los barberos del Bulevar.
«Desde esta pistola de soldar rústica que inventé, hasta el último tornillito que está aquí, lo he
conseguido yo con mi esfuerzo personal. Este es un taller estatal, pero en lo que va de año nunca me
han dado nada para trabajar. Ahí está mi administradora que no me va a dejar mentir», dice con mucha
seguridad Jaime Pérez, electromecánico del taller.
Nos relató cómo se hace de piezas gracias a que muchos clientes llevan dos o tres equipos viejos para
que le armen uno bueno, y a cambio él se queda con el resto de los agregados que luego utiliza en tratar
de reparar otros equipos.
Este trabajador manifiesta que esa está muy lejos de ser la solución ideal para prestar un servicio con
calidad como merecen los clientes. «Más de la mitad de quienes vienen a tratar de arreglar sus equipos
tienen que llevárselos rotos, porque no contamos con la piezas necesarias para solucionarles su
problema», revela Jaime.
Diariamente, al igual que los restantes trabajadores de su taller, él entrega a la administración una
cantidad de dinero que varía en correspondencia con el número de servicios que presten. El viernes
último, por ejemplo, Jaime Pérez depositó 30 pesos.
A dos metros de Jaime se encuentra laborando Juan Antonio Catalano. Es zapatero del lugar y al igual
que el electromecánico tiene que traer de su casa todos los materiales y utensilios que diariamente
utiliza para reparar el calzado de sus clientes, a quienes, asegura Juan Antonio, les cobra según el
listado de precios oficiales.
«Los trabajadores tienen razón. Este año no han recibido ningún instrumento para trabajar ni tampoco
materiales. Ellos arreglan con sus propias piezas y las que les traen en muchas ocasiones los clientes.
Antes trabajaban vinculados. Ahora, como no hay piezas, la empresa quitó ese sistema y les puso un
salario fijo, y que entregaran lo que pudieran diariamente», explicó Juana Mora, administradora del
local.
La Meca no escapa
Ni la mejor provincia del país en cuanto a la prestación de servicios y gastronomía escapó a las
irregularidades. Según una investigación realizada en el territorio de Granma, también hay muchos
trabajadores que tienen que costearse los utensilios indispensables para trabajar.
Así ocurre en La Mariposa y el Salón Moderno, centros referenciales de servicios a la población en la
Ciudad Monumento. Allí la intensa actividad de barberos, peluqueras y otros cuidados, más el
numeroso público en espera, requieren un elevado gasto de materiales.
Los dirigentes administrativos coinciden en que el suministro de insumos no alcanza para nada.
Productos como el tinte, el champú, las cremas, el talco y los esmaltes faltan a menudo. ¿Cómo es
posible que el servicio no se detenga?
Resulta que la mayoría de las materias primas se las procuran los especialistas por sus propios medios...
¡y de su bolsillo! JR supo que la de cuidados faciales compra cremas imprescindibles que cuestan 1.40
pesos convertibles, y la manicuri, a la que le asignan dos o tres colores, adquiere las pinturas más
baratas por 70 centavos de CUC, además del quitaesmaltes. También los barberos del Salón Moderno
tienen que costearse cuchillas y todo lo demás.
Si la institución no corre con estos gastos y está prohibido el beneficio de comisiones personales aparte
del salario, ¿qué motivaba a los obreros a tanto?
Sergio Peña, administrador de La Mariposa, asegura que «ellos mismos buscan los materiales de
trabajo para no detener el servicio y ganar aproximadamente 300 pesos mensuales».
No hay que ser un estratega económico para determinar que siendo así, no había razón para la empresa
en no sufragar las materias primas, que sí existen, pero con otros precios. Picado por la incertidumbre
de las piezas que no encajan, este rotativo se confundió entre la clientela del Salón Moderno.
Allí observó que un barbero, aprovechando el entretenimiento de la recepcionista, encargada de dar
turnos y cobrar, sentó a un usuario, lo peló y le cobró él mismo, ofreciendo el cambio desde su propio
bolsillo.
La teoría de cómo funciona la resumió un obrero que negó su nombre y taller: «Cada cual le saca lascas
a lo suyo. Yo mismo soy técnico de refrigeración. Empecé hace poco en un taller del Estado, y estoy
esperando levantar cabeza allí, hacer relaciones con la gente del material y las herramientas, para
después montar mi propio negocito».
El lucro personal, escondido —a veces ni eso— en los servicios estatales, goza de ciertas «ventajas»
respecto al trabajo por cuenta propia; pues los que incurren en estas violaciones se libran,
paralelamente, de los impuestos de la ONAT, del pago del área, de los gastos de corriente, la compra de
materias primas y el uso de las herramientas.
Gastronomía en la mira
La indagación permitió al equipo de JR concluir que el funcionamiento de la mayoría de las entidades
de servicios visitadas atraviesa por un mal momento. Se necesita de nuevos análisis que le den un
vuelco a la situación.
Por desgracia, no solo en las unidades de servicios detectamos deficiencias, en las gastronómicas
también existen filones que posibilitan la comisión de violaciones, como la introducción de productos
ajenos a esos centros, aprovechando, en primer lugar, el desabastecimiento de que a veces son víctimas
muchas unidades y el descontrol de sus directivos.
Por ejemplo, la cafetería Zas, ubicada en el municipio del Cerro, este viernes solo ofrecía cigarros,
cerveza y escasos cartones de huevos que la gente agotó rápidamente.
«La semana pasada tuvimos varias ofertas alimenticias para la población. Hoy solo nos dieron huevos
en el almacén. Ahí tengo carne de puerco pero no cuento con un elaborador que la prepare», dijo el
segundo administrador del local. Este centro debe funcionar 24 horas ¿Valdrá la pena?
A pocas cuadras de esa cafetería se encuentra otra llamada Chiqui Jai, que también es atendida por la
empresa del Cerro, y que a la misma hora exhibía en pizarra diez productos alimenticios, lo que
demuestra que en ocasiones, la poca gestión y responsabilidad de algunos administradores provoca que
sus unidades permanezcan con muy pocas ofertas para la población.
En nuestras agendas quedan muchos ejemplos que demuestran que es insuficiente el abastecimiento
gastronómico a muchas unidades inspeccionadas. Este fenómeno provoca, en primer lugar, el
descrédito por parte de la población hacia esos servicios y, en segundo, condiciona la ocurrencia de
diversas violaciones.
En lo que va de año, los inspectores del Departamento de Fiscalización y Control de la Unión de
Empresas de Comercio y Gastronomía de la capital detectaron que en 112 unidades sus trabajadores
introdujeron productos ajenos al centro, para utilizar la entidad como puente de lucro personal.
«Los municipios donde más irregularidades se detectaron fueron Arroyo Naranjo, La Lisa, Marianao,
Diez de Octubre y Boyeros», dijo en entrevista a este diario Jesús Surdanivia, director del citado
departamento de fiscalización y control.
Ningún trabajador tiene que comprar nada
Aunque administradores de unidades afirman que están desabastecidos, el director general de la Unión
de Comercio y Gastronomía en la capital, Jorge Almaguer, sostiene lo contrario: «Hay recursos para
garantizar varios productos alimenticios en todas nuestras unidades gastronómicas. El problema es que
falta cuidado y atención por parte de los directivos en la base. Eso lo hemos discutido en muchísimas
ocasiones con ellos».
«Ningún administrador, ni otro trabajador nuestro, tiene que poner dinero de su bolsillo para reparar
nada o brindar servicio. Esa no es la indicación. Si una unidad no cuenta con las condiciones para
ofrecer servicio debe cerrar. Eso es lo que está estipulado.
«No fomentamos la política de que los trabajadores traigan de sus casas instrumentos para elaborar, y
mucho menos que pongan su dinero para resolver problemas del centro. Eso es más bien una
justificación utilizada por algunos para seguir inventando y estafando al pueblo», añadió el directivo.
Sin embargo, hace dos años —como mismo explicó este funcionario— el Ministerio de Auditoría y
Control realizó un diagnóstico de la gastronomía en Ciudad de La Habana y demostró que hacía 20
años no se les daba insumos a las unidades y 15 que no se les suministraba medios de limpieza.
«Aparte de las deficiencias hay que decir también que tenemos muchos trabajadores chapuceros que se
escudan en las carencias para lucrar. Tenemos condiciones para que todo nuestro personal trabaje en
otro sitio o se supere profesionalmente mientras le reparamos y dignificamos su unidad para que reabra
con todo lo que lleva», aseguró Almaguer.
Según el directivo, en la capital se trabaja a ritmo acelerado para devolverle a la gastronomía el
esplendor de otros años. Antes de finalizar el 2006 la mayoría de las unidades deben quedar
remodeladas completamente, afirma.
«El financiamiento para esas obras constructivas, y para el completamiento de insumos de cocina y
servicios de las unidades reparadas, y hasta los uniformes, corre a cargo del Estado. No se le está
pidiendo ni un grano de arena a ningún trabajador», aseguró Jorge Almaguer.
¿Quién tiene la razón?
Directivos y subalternos no coinciden. Los primeros fundamentan que la falta de seriedad de algunos
trabajadores es el principal problema que afecta el buen funcionamiento de la mayoría de los servicios,
al menos en las unidades inspeccionadas. Mientras, los segundos, se quejan de que la solución de
varios problemas en sus entidades pasa por sus carteras.
La polémica puede durar años en zanjarse. Mientras esto ocurre, persisten los resquicios para el
descontrol, la falta de organización y la desmoralización. Y los clientes siguen bailando con la más fea.
Deformación52
«Hay una deformación. Si una persona es cantinero y va a ofrecer un servicio con sus propios recursos,
existe una carencia de orden interno de ese colectivo. Falla la organización de las relaciones
económicas», asegura la Dra. Idalia Romero, profesora del Departamento de Ciencias Empresariales de
la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
«La gente está buscando su satisfacción personal al margen de la del cliente, menoscaba la imagen de
la entidad. El usuario no cree en ella porque hay un clima de deterioro. Casi todo el que asiste a ese tipo
de servicios asume muchas veces que lo van a timar. Admite que no le van a dar el gramaje estipulado
u otro tipo de violaciones», analiza la doctora.
«No siempre se trata de una falta de recursos sino de cómo se organizan. Lo más importante es
organizar a ese colectivo, y nosotros tenemos paradigmas de éxito. Tenemos experiencias positivas del
sector que pueden generalizarse. Hay que revertir ese orden, pero revertirlo teniendo en cuenta el papel
fundamental del liderazgo».
52 Esto aparece en un recuadro
Anexo #17: «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (I)» (publicado el 26 de febrero de 2006) Por: Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio Sánchez y Sara Cotarelo Prieto
Las canciones infantiles han desparecido del repertorio de nuestros niños. Ante la alarma y la
indiferencia, otros ritmos y canciones de moda desplazan la fantasía de los primeros años
“A ella le gusta la gasolina. Papi, dame gasolina”, repetía la menuda voz de una pequeñita que no
rebasaba los cinco años. Ella era el eco de la música que se escuchaba en el cumpleaños de Néstor, un
vecinito que celebraba sus cuatro años. No era la única. Más grandes o más chicos, con movimientos
pélvicos incluidos, la mayoría de los invitados disfrutaban del reguetón de moda.
Los padres, felices de lo “adelantaditos” que estaban sus hijos, se deleitaban con la demostración.
Yoandra Montes, mamá de un niño de seis años, asegura que el fenómeno va más allá. En la escuela de
su hijo, para amenizar las actividades también el reguetón está presente.
“Los niños suelen participar en coreografías, desfiles de modas, además de la propia fiesta que se hace
en cada grupo. No solo no ponen música infantil, sino que otros ritmos cubanos tampoco se escuchan,
nada más el dichoso reguetón, con sus vulgaridades y agresividad.
“A ellos les gusta, porque realmente el ritmo es contagioso, pero con él va el veneno de la letra.
Además, la promoción que se le hace en los medios influye mucho. ¿Por qué desaparecieron todos
aquellos programas de canciones infantiles, como Arcoiris Musical o El Patio de Gabriela? La
televisión nada más que pone muñequitos, que a ellos les gustan mucho, pero no debe ser lo único.
“En mi tiempo, estaban Tía Tata cuenta cuentos, Que siempre brille el Sol, Escenario escolar y
Caritas, que los niños esperaban y donde se aprendían muchas canciones”.
La evidente crisis de la canción infantil en los medios, y por lo tanto en el gusto de los más pequeños,
nos hizo emprender un sondeo para llegar al porqué del fenómeno.
Gasolina para el tren de azúcar
El Parque de la Maestranza, ubicado en La Habana Vieja, es lugar preferido por los niños. Allí JR
pudo conversar con medio centenar de infantes y sus familiares. Diversas opiniones confirmaron la
teoría de que el barquito de papel está a punto de naufragar.
Gretel, una pequeña de cinco años que esperaba su turno en la canal, aseguró que su canción preferida
es Amar sin ser amada, de Thalía. Y aunque refirió que en su escuela no la quieren poner, ella la
escucha en su grabadora.
Eduardo León, su papá, dijo que ha grabado algunos programas de La Sombrilla Amarilla para
complacer a la pequeña. “Pero realmente, en la casa lo que más se oye es lo que pone mi hijo mayor, de
15 años. Conseguir música infantil me resulta muy difícil”.
Un grupo de pequeños, de ocho años como promedio, nos reveló algunos títulos y cantantes favoritos.
Para Ernesto y Arlette lo mejor es el grupo español Rebelde; a Angélica le gusta el tema Dos hombres
y un destino, de David Bustamante; mientras Yanara prefiere a David Bisbal, y Yessica, al dúo
reguetonero de Wisin y Yandel.
Ellos comentaron que en sus escuelas oyen canciones infantiles cuando hay alguna actividad, pero
también salsa y reguetón, para bailar. Como la música la garantizan los propios padres, cada cual lleva
lo que tiene, sin restricciones por parte de las autoridades del centro.
La pequeña Dense refirió que le gustan las melodías infantiles como Sueño de un guajirito, que la ha
escuchado en la teleclase de música. También Yoana hizo alusión a ese programa, e incluyó entre sus
preferidos el tema del Capitán Plin.
Rosa, una abuela que acudió al parque con sus dos nietos, refirió que ella les canta las mismas baladas
que le dedicó a su hija: La pájara pinta, Arroz con leche... “Ya no se hacen rondas, como antes, pero
yo las recuerdo y se las enseño, porque me parecen más adecuadas que esas otras, con letras que ellos
no entienden.
“En la casa, mi hija pone reguetón y todas esas cosas que se usan ahora. Los niños lo oyen y lo bailan,
por supuesto. Sería bueno que en la televisión transmitieran más programas para ellos”.
Solo Madelaine Montes, una madre de dos pequeños de visita en La Habana, refirió tener un casete con
canciones de Teresita Fernández, que compró en Holguín.
La ranita loca, animado que se repite a menudo en la TV, tuvo el primer lugar en el sondeo realizado
por JR aquel día en el parque. Barquito de papel, El gatico Vinagrito, La palangana vieja y Pin
Pon es un muñeco, fueron de los pocos títulos infantiles mencionados por los niños, quienes
expresaron su preferencia hacia los temas de moda dedicados a los adultos.
La pájara pinta canta un rap
“No pienso que a los niños les hayan dejado de interesar las canciones infantiles. Lo que habría que
buscar es qué les estamos ofreciendo, y por qué razón ellos han desarrollado ese interés tan marcado
por la música para adultos”, afirmó Yamila Peñalver Rodríguez, especialista del Centro de
Investigaciones Sociales del ICRT (CIS).
Según ella, esa preferencia por géneros que no están dirigidos a los niños, debe ser una preocupación
de las personas que trabajan para ellos.
“Los medios, en estos momentos, difunden poco la música infantil. Salió del aire Arcoiris Musical,
que tal vez no era un gran programa, pero al menos existía, y sobre todo, contribuía con el festival
Cantándole al Sol, que tiene gran popularidad entre los pequeños. En estos momentos la programación
de música para ellos es muy pobre”.
Actualmente Cubavisión transmite cada día, cerca de las 5:00 p.m., un programa infantil de factura
nacional. Entre ellos cabe mencionar Sopa de palabras, Colorimágico, Don Polilla, Yo quiero decir
y Barquito de papel, aunque solo en algunos de ellos la música es parte del diseño.
Desde hace varios meses, el CIS realiza una investigación relacionada con la difusión musical en el
país. No solo abarca la preferencia del televidente, sino también qué se difunde y la política existente al
respecto. Por supuesto, está incluido el sentir del público infantil, y el trabajo que se hace para ellos.
Yamila, especialista en este tema, refirió a estas reporteras que ya se realizó un primer acercamiento a
niños de escuelas primarias y secundarias.
“Se les pedía, a modo de juego, que cantaran la primera canción que les venía a la mente. Solo una
pequeña entonó Barquito de papel, el resto fueron números de Andy y Lucas, de Haila, y también
salsa y mucho reguetón.
“Las canciones preferidas fueron aquellas que están dirigidas a los adultos, muchas veces temas de
programas de factura extranjera que se han exhibido. No es que sean malos dramatizados, porque aquí
se seleccionan con mucho rigor, pero no es la música propia de ellos, no tiene quizá los valores en los
que queremos formarlos”.
— Existe preocupación entre algunos adultos por la fascinación de los más pequeños por el
reguetón...
— Es cierto que lo aprenden con facilidad. Sin embargo, creo que no hay que prejuiciarse, sino ver la
otra cara del asunto. Una canción infantil puede asumir ritmos bailables o más modernos, sin tener que
renunciar a una letra inteligente. Puede ser salsa, pop o rock, pero con un buen texto. Así los atraen y
además, les educan el oído musical en otras cadencias.
“En ese sentido es meritorio el quehacer de La Colmenita, al insertar ritmos tradicionales cubanos.
También La Sombrilla Amarilla realizó una labor muy buena rescatando composiciones viejas con
arreglos más movidos —apelando a géneros como el rap o la rumba— e introduciendo otras nuevas,
escritas especialmente para el programa, y con letras y melodías excelentes. De esa forma, logró sumar
a gran cantidad de niños, incluso adolescentes. A mí me parece que por ahí está el camino”.
La joven investigadora aseguró que es muy importante la factura de los materiales que se pasan por la
TV. “Hay que jugar con elementos que pueden ser atractivos. Por ejemplo, los videos de Liuba son
muy bellos, se necesita más trabajo de este tipo.
“Los niños de hoy no son los mismos de hace 15 o 20 años. Estamos en la era de Internet, con videos
realizados con efectos especiales que resultan muy llamativos. A La ranita loca, por ejemplo, la
adoran. Les atrae por la realización, la tercera dimensión, el diseño del personaje, no solo por la
música. ¿Por qué no podemos apelar a eso también, con creatividad?”.
— Usted se refirió a la televisión, pero hay otros medios, como la radio, encargados de difundir
música.
— De la radio no tenemos datos actualizados, aunque sí conocemos que existen programas para los
niños que incluyen canciones. Sin embargo, estudios realizados con anterioridad reflejan que no poseen
una gran audiencia.
“Los niños no tienen costumbre de escuchar la radio. A veces, por las mañanas, mientras sus padres los
preparan para la escuela, la oyen. Pero son espacios informativos, como los de Radio Reloj o Haciendo
Radio, los que ocupan la preferencia.
“También está el video. Los padres, con tal de que los hijos estén entretenidos, les ponen cualquier
cosa. Puede ser un material malo, pero que por su factura sea atrayente. Por eso, la TV debe contar con
programas que le hagan competencia, porque la calidad siempre se impone”.
Un país de niños musicales
“La música puede ser un complemento, un acompañamiento importante a lo largo de la infancia, antes
de nacer y durante toda su vida”, afirmó la doctora en Ciencias Psicológicas Aurora García Morey.
La también profesora de la Universidad de La Habana, trabaja la línea de Técnicas Creativas no
Verbales, que incluyen las Artes Terapias como la expresión corporal y la música, entre otras.
Según explicó a JR, en la edad preescolar la música no solo sirve para sedar al niño, sino que puede ser
un mediador entre él y su familia, o la persona que trabaja con él.
“Por ejemplo, si las canciones infantiles en la etapa preescolar hablan de reconocimiento de partes del
cuerpo —algunas identifican los ojos, las manos, la nariz, la boca—, están contribuyendo al
reconocimiento del esquema corporal, mediante un elemento agradable.
“De igual manera, puede propiciar otros elementos de contacto si se estimula que el juego se realice
con otros niños —en una ronda, dándose la mano—, o si saltan o bailan al compás de un ritmo. Esto
favorece la educación, no solo musical, sino la educación de su propio cuerpo en cuanto a la expresión
de determinados elementos. Por suerte, eso no se ha perdido en nuestros círculos infantiles”.
— En su criterio, ¿cómo debe ser una canción para la edad escolar?
— En ese período, el niño no se contenta con una canción sencilla. Esta puede ser más compleja, con
una letra más elaborada y que facilite otras actividades propias de su edad, como la escolarización, y
valores como el patriotismo o el compañerismo”.
— A veces los adultos estimulamos que los niños den una imagen de más edad...
— Es cierto. Hay ocasiones en que el “diseño” del niño ante el público es muy adulto, no solamente
por la canción que canta, sino por la forma en que se desempeña.
“Se le pone maquillaje, las niñas con tacones altos, los varones con ropa que no es la común, a veces
hasta con chalecos y trajes que no son las formas habituales de la cotidianidad. Parecen hombres y
mujeres recortados. Eso no educa.
“También las personas mayores ven como una gracia que el pequeño ejecute o baile números que no
están diseñados para él, en vez de tener una expresión corporal acorde con las necesidades y los
requerimientos de su edad. Por ejemplo, movimientos pélvicos, gestos y maneras de pasarse las manos
por los genitales o por otras partes del cuerpo, que por supuesto no se corresponden para nada con su
edad.
“No quiero atacar al reguetón, pero pienso que con los niños no procede. A ellos les encanta, porque es
rítmico. Es lo que sucede con las ‘fórmulas’ de los grandes éxitos de adultos. La letra no es compleja,
no es un poema, y precisamente lo fácil de ese texto hace que todo sea muy pegajoso y atractivo.
“Hay textos que incluyen malas palabras, groserías; eso no es educativo, y en mi opinión no hay por
qué facilitar que los niños tengan contacto con esa música. Estoy pensando en instituciones educativas,
círculos infantiles, escuelas, casas de cultura, donde no tienen por qué ponerla”.
— ¿Es beneficioso que el niño escuche otros tipos de música?
— Por supuesto, si es buena, siempre va a facilitar alguna estimulación, creatividad, fantasía,
exaltación de determinados elementos de la espiritualidad.
“Lamentablemente, vemos con frecuencia que en las fiestas infantiles, sobre todo en los cumpleaños, lo
que más se utiliza son grabaciones para adultos. Los pequeños que conocen las canciones infantiles, se
las saben porque la familia las ha rescatado y mantenido.
“El hogar tiene un papel muy importante, así como la escuela y los medios de comunicación. Es
fundamental que en los horarios en que ellos están sentados frente al televisor, se tenga conciencia de
que el niño está recibiendo lo que se transmite. Por eso, es necesario que la música cumpla un objetivo
educativo, formativo y de recreación.
“Como ejemplo puedo citar los animados. Las imágenes de mayor peso tienen una fuerza superior
cuando están acompañadas por una buena melodía. Por eso, muchos animados emplean la música
clásica”.
— ¿Qué puede suceder en la psicología del niño que oye constantemente música inadecuada?
— Si los contenidos de determinada canción son agresivos, pueden provocar irritabilidad. La
estridencia y la música demasiado alta, que no permiten entender lo que se está escuchando, también
agreden al sujeto.
“A mi consulta han llegado madres con quejas porque sus niños, de edad preescolar, realizan
movimientos grotescos. Los han aprendido por diferentes vías. No es una generalidad, pero hay que
estar vigilantes; basta que pase una vez para que digamos ‘ojo’, porque eso no tiene un contenido
educativo.
“Nuestro pueblo es musical. Los niños cubanos desde muy pequeños mueven el cuerpo, tienen ritmo, la
música les entra por todas partes. Por ello es imprescindible la calidad de lo que escuchan”.
Anexo #18: «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (II)» (publicado el 5 de marzo de 2006) Por: Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio Sánchez, Sara Cotarelo Prieto y Julio Martínez Molina La creación de canciones infantiles en Cuba no está en crisis. El país cuenta con excelentes
compositores que no encuentran espacio para promover sus obras
— Buenas, ¿no tendrá algún disco de música infantil?
— ¡¿De qué?!
— De música para niños.
— Ah... qué va señora, eso no se vende. Los muchachos de ahora son muy “adelantaditos”. Mire, este
de Chapeando, de los Van Van, es lo que les gusta a ellos.
Así transcurrió este diálogo en una de las más concurridas calles del municipio de Centro Habana, en la
capital, donde vendedores ambulantes ofertan discos “quemados” o pirateados a partir de sus
originales.
La propuesta es muy variada: lo mismo autores cubanos que extranjeros, y con géneros diversos como
salsa, reguetón y balada. Los precios oscilan entre 30 y 60 pesos. Oferta “clandestina” que si bien causa
perjuicios a nuestra industria musical —algo común en todas partes del mundo— resulta,
indudablemente, una posibilidad más accesible para el público que la de las tiendas. Pero ni siquiera
allí, estos reporteros encontraron lo que nuestros niños necesitan.
Un recorrido por la red de tiendas en divisas nos permitió conocer que entre la escasa propuesta de
obras infantiles están los tres discos de Nanas para ti, de Kiki Corona, a 5.00, 4.00 y 6.50 pesos
convertibles, respectivamente, mientras Travesía mágica, de Liuba María Hevia, se eleva a 10.25.
La posibilidad de encontrar casetes con estas piezas es prácticamente nula. Solo los dos primeros
volúmenes de Nanas... a 15 pesos, aparecieron en un pequeño stand, situado en la sede de los Estudios
de Grabación Abdala.
La culpa no es del reguetón
“Es tonto pensar que la culpa la tenga el reguetón. A mí no me gusta, porque me parece muy agresivo.
Pero ese ritmo no es el responsable de lo que sucede con la música infantil”, afirmó el trovador Kiki
Corona.
“Cuando yo era niño no había reguetón, pero existían la balada, el yeyé y el mozambique. Sin embargo,
los mayores, que tenían esas preferencias, respetaban nuestro espacio.
“Como compositor y como padre, no puedo culpar al reguetón. No tiene nada que ver que la música
para adultos haya cambiado, la responsabilidad es de los administradores de la cultura, que deben
escuchar a los artistas.
Kiki Corona, quien tiene en su haber conocidas composiciones para los más pequeños, opina que es
muy peligroso y alarmante que la música infantil se haya deprimido tanto.
“Omitir es una agresión, porque los niños tienen un grupo de expectativas que consumir, desde el punto
de vista de su fantasía y de su recreación. Si con siete años oyen temas de adultos, cuál puede ser su
frontera de ambiciones o sueños personales a los 17. Eso es quemar etapas”.
— ¿Esto ha mellado la creación de música infantil?
— Los compositores se han sentido muy desalentados, porque no ven su trabajo. Yo tengo un arsenal
de canciones para niños, y se las canto a mi hijo más pequeño. Y soy el menos dañado, tengo cinco
discos, pero me siento en la piel de Rosa Campo, de Liuba María Hevia o de Rita del Prado.
“No es que Cuba carezca de creadores, el problema es cómo potenciar su obra, ahí se traba el paraguas.
No hay condiciones para que los padres accedan a esas grabaciones, y por lo tanto los niños no ven los
frutos.
“Los programas para niños desaparecieron. ¿Dónde están los espacios como Tía Tata cuenta cuentos,
Despierta Dominguín o Amigo y sus amiguitos? ¿Y los cancioneros?
“Si los padres no conocen las canciones, no irán a buscarlas. Es cierto que los discos son caros, pero si
otro tipo de música se compra, se graba y se escucha, igual podría ser con esta. No obstante, pienso que
hay que subsidiar la música para niños”.
— Si quieres hacer un disco, ¿cuál es el mecanismo?
— No existe. Tiene que ser con mucho esfuerzo. Yo tengo un coeficiente verbal alto y convenzo a la
gente. Los discos de música para niños que tengo han sido debido a eso, casi por lástima te los hacen.
Los Estudios Abdala, por ejemplo, nunca me llamaron para hacer la presentación de las Nanas..., que
son tres volúmenes con 30 canciones.
“¿No sería un error el no haber nominado proyectos infantiles en el Cubadisco 2005, cuando había
cuatro posibles CD para esa categoría?”.
— ¿Tienes alguna música infantil que no hayas grabado?
— Tengo musicalizados diez cuentos de Dora Alonso, esperando que alguna disquera se interese por
ellos. También realicé una compilación de mis primeras piezas para niños, que compuse en los 80, a las
que les hice arreglos actuales”.
— ¿Por qué no se hacen más video clips?
— Porque tenemos que pagarlos de nuestro dinero, nadie nos ayuda, ni nos auspicia. Con la música
popular es diferente, porque las empresas disqueras ponen el capital como vía para lograr que se
vendan sus discos.
— Entonces, ¿el principal problema es la difusión?
— Los medios masificadores de la cultura crean el gusto estético del público. Si no existe un espacio
para que ese tipo de estética se promueva, no existirá quien demande ese producto. Por tanto, la
disquera piensa que es arte menor y el compositor se desestimula.
“El primer CD de las Nanas…, que fue premio Cubadisco, es el que tiene el video clip. Y se ve el
resultado. Cuando lo ponen en televisión —también pasa con Granito de Canela, de Liuba— los niños
lo piden. No es que la gente esté reticente; es un problema de difusión e infraestructura”.
Amanecer feliz con la tía Rosa
Amanecer feliz, Chivirico rico y Danzonero son temas tarareados por niños de toda la nación. La
autora, no obstante su calidad y talento probados, prefiere seguir en su natal Cienfuegos, aunque esto
implique no tener igual reconocimiento que otros colegas de la capital.
En la Perla del Sur, sin embargo, Rosa Campo es un mito para los pequeños. Tiene dos fonogramas
premiados en Cubadisco: Amanecer feliz y Parampampín, la Tía Rosa.
Ella considera que la música infantil tiene un público permanente, que es el niño. Pero este depende del
gusto de mamá y papá, por eso es un auditorio en cierto modo manipulado.
“Eso cobra dimensión y con ello peligro —opina— debido a las escasas posibilidades de poner a sus
hijos en contacto directo con la música infantil. Creo que todavía es ínfima la dosis de esta en
espectáculos, presentaciones, discografía y sobre todo en los medios, para que repercuta en su
destinatario básico, al cual le resulta imprescindible para la formación de su cultura artística”.
— ¿Por qué es imprescindible?
— El niño no se puede meter en una campana de cristal. Desde que despierta está recibiendo todo tipo
de información, verbal, gestual... Si no le enriquecemos el patrón musical, no tendrá la dicha de
apreciar el arte en toda su magnitud.
— ¿Resulta equiparable la cantidad de compositores infantiles cubanos y su conocimiento entre
el público?
— Para nada, existen muchos creadores de textos bellísimos que ningún niño puede tararear por falta
de promoción.
“En Cantándole al Sol todos los compositores tienen la posibilidad de asistir con su obra, y además se
genera algo tan bello como que es el niño quien la canta. Pero todo es momentáneo, el Sol alumbra
radiante solo durante el evento, y el resto del año va tornándose un poquito más nublado, hasta que
llega un momento en que tú dices: no hay Sol hoy.
“Los rayitos deben irradiar siempre. Una vez que se hace la obra, todo lo que en ella se invierte debe
usarse.
“Tampoco hay espacios para que los creadores interactúen, ni en la capital, ni en las demás provincias.
¿Por qué no es posible fijar bases para que podamos hacer presentaciones múltiples donde regalar
nuestro arte a los pequeños?”.
Esta compositora cuenta con un espacio radial infantil diario, El rincón de la Tía Rosa, en el aire
desde hace una década, con el cual amanecen miles de niños cienfuegueros; y por dos años Perlavisión
produjo el programa Parampampín, que tuvo difusión nacional.
“Aunque no tengo promoción en todo el país, no me molesta ser una compositora de provincia; lo
mismo canto mis textos en el último pueblito del Escambray, que en la calle más céntrica de
Cienfuegos”.
— Sabemos que tienes una nueva propuesta para los niños...
— Sí, con el tema musical M con A, N con I: Maní. Con esta canción va a suceder lo mismo que
ocurrió con Estela, granito de canela. Tendrá su promoción en mochilas, souvenires; y lo
fundamental, un clip en dibujo animado con la voz de Haila, en compañía del Coro Diminuto. Y
asómbrate: en tiempo de reguetón. Será algo polémico de veras.
— ¿Un reguetón infantil?
— Sí, pero será diferente, porque partirá de un texto didáctico, simpático, signado por su cubanía, y
cuyo destinatario primero son los pequeños.
“No se puede esquivar el hecho de que este es un género bailable, fuerte y muy popular. Solo que no se
han hecho temas para todas las edades y gustos. Se ha insertado dentro de un código. Ojalá lo que
hicimos sirva para que los niños sean favorecidos por esa música contagiosa, pero carente en sus
presupuestos de un texto que soporte el más mínimo análisis literario”.
Un sol que no alumbra todo el año
El Festival Cantándole al Sol es una valiosa fuente de temas para los niños. Desde su inicio en 1993,
tuvo tanto éxito que quedó como el evento capaz de proyectar la canción infantil cubana, a partir de la
convocatoria de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM).
Así continuó ininterrumpidamente hasta este momento, en que ya se han grabado 825 canciones. Según
explicaron a JR Rafael La’O, director artístico de la Presidencia Nacional de la OPJM, y Jorge Ramos,
jefe de actividades de dicha organización, el problema fundamental está en la difusión posterior del
evento, pues aunque los niños lo siguen esperando con ansias, concluye al bajar el telón.
— ¿Cómo se elige a los concursantes?
— El evento comienza en la base. Se hace una selección provincial de temas, sin limitación en cuanto a
cifras, y luego un jurado escoge las que van al nacional. El concepto fundamental es que el intérprete
sea un niño —dijo La’O.
— Hemos notado que hay muchas composiciones para niños pequeños y muy pocas para
adolescentes...
— Es cierto, no hay un balance —apuntó Jorge—. Igualmente queremos mejorar el trabajo con los
autores. Les hemos pedido al Consejo Nacional de Casas de Cultura y a la UNEAC que organicen
talleres para elevar el nivel de los creadores, porque a veces hay números con buenos textos, que tienen
problemas con la melodía, y viceversa”.
— ¿Quién se ocupa de realizar las grabaciones?
— La Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM). También se hizo un CD titulado
Bailando con el Sol con las canciones más solicitadas, incluidos los premios de la popularidad. En él
están representados todos los géneros y provincias.
— ¿Qué sucede con ese material discográfico?
— Lo donamos al ICRT, tanto a la televisión como a la radio municipal y provincial. Ellos deciden
cuándo usarla. Sabemos que se transmite poco, pero solo podemos reiterarles la importancia de su
difusión, nada más.
“Después que la EGREM graba viene la distribución, que corre a cargo de ARTEX, y que no siempre
se hace inteligentemente. Por ejemplo, en lugares de gran afluencia de público infantil, como las ferias
en el Malecón, se pone reguetón, salsa, o cualquier otra cosa.
“Lo importante es que debe existir una política y un control de esto. Las casas de cultura no los
compran, tampoco el Ministerio de Educación. Quizá no han entendido que es importante. En las
actividades escolares, la música la traen los padres, y no siempre es la adecuada.
“Lo que queremos es que se sienta que existe la música infantil, que padres e instituciones comprendan
su importancia, y que se estimule al creador, y a todas aquellas personas que entran en el proceso
productivo: la EGREM, el Ministerio de Cultura, el Instituto de la Música”.
La’O subrayó la necesidad de hacer una mejor conformación sonora del producto musical, que se
acerque más a los gustos de la época. “Aunque un objetivo es usar los ritmos cubanos, dentro de una
guajira, por ejemplo, puede haber un pedacito de rap. Eso es un gancho para los muchachos.
“No obstante, estoy convencido de que la parte más débil es la promoción. Con este no sucede como
con otros eventos musicales, donde se emplean orquestas propias, y esas piezas quedan como parte de
su repertorio. Como cada año se organiza una nueva agrupación musical, todo lo que se monta para el
Festival, queda en saco roto.
“En la promoción de la música influye el interés del autor y el intérprete. En el caso del Festival, el
equipo de trabajo no está integrado solo por profesionales de la música, sino por personas que no se
dedican netamente a eso. Es para ellos una tarea más. Por eso, lo ideal sería que existiera un personal
propio del concurso”.
Los dirigentes pioneriles anunciaron que se prepara un nuevo evento, el cual estará dedicado a
incentivar la interpretación de la música para los niños.
“Nos dimos cuenta de que había canciones con las que crecimos, y que se habían perdido: El gatico
Vinagrito, Niñito cubano... A partir de este año el Cantándole al Sol, que es un evento de creación,
alternará con uno de interpretación, donde competirán las de Cantándole... y las tradicionales. La
primera edición será en abril y ya elegimos 21 piezas”.
Amiguitos, vamos todos a cantar… 53
“Un día iba por la calle y me encontré a un joven bigotudo, que paró su bicicleta, y me besó. En otra
ocasión, me tropecé con una muchacha embarazada, que me saludó con emoción. Esto me ocurre a
menudo. Y es que todos los adultos tienen recuerdos de su infancia. Si pensáramos más en nuestra
niñez, seríamos más buenos”, expresó a JR la conocida cantautora Teresita Fernández.
Encontrarse con esta mujer, sin dudas paradigma de la cancionística infantil cubana, fue un momento
muy especial, pues Teresita, con su habitual afabilidad y simpatía aseguró que “ustedes son mis niños”.
Y es cierto, pues ¿qué cubano no creció escuchando temas como El gatico Vinagrito o Tin tin, la
lluvia cayó?
53 Esto aparece en un recuadro
“Muchas veces se difunde, no por su valor, sino porque es lo que más pega. Como ahora lo que se oye
es el rap y el reguetón, la gente compra eso y se lo ponen a los niños.
“Se han perdido las canciones tradicionales, y ya no se ven las rondas en los parques. Ha habido mucho
olvido por parte de los medios de difusión para divulgar música buena, como por ejemplo, la de María
Álvarez Ríos, de quien ni se habla; la de Enriqueta Almanza e incluso, la mía. Sin embargo, estoy entre
las cinco cubanas que recibieron un premio especial en el Cubadisco, por la venta de mi obra en el
extranjero.
“Hay una crisis en la música para niños en Cuba, y no debe ser, porque además de las autoras que te
mencioné, están Rita del Prado, que es magnífica; Kiki Corona y Liuba, que es mejor que yo”.
Con la experiencia de Teresita, y a partir de tanta obra poco difundida y nada arraigada en los más
pequeños, le pedimos una receta para la composición musical infantil.
“Los niños no son tontos, por lo tanto, les pones una canción que es una tontería, pero con un ritmo de
rap, reguetón, o cualquier otra música de esas movidas, y la prefiere, porque no tiene que sentarse a
oírla.
“Quien hace canciones para niños debe tener claro que eso no es una bobería. Qué pasa: con tal de
gustar, de hacerse famoso, se escribe cualquier cosa y ese producto mediocre se le da al menor. Hacer
piezas infantiles no es fácil. El niño es más sensible que el adulto”.
Anexo #19: «Vinagrito naufragó en un barquito de papel (III)» (publicado el 12 de marzo de 2006) Por: Dora Pérez Sáez, Margarita Barrio Sánchez, Sara Cotarelo Prieto Las dificultades de promoción y difusión del disco infantil en Cuba son tantas que casi es
imposible resumirlas en su diversa y profunda complejidad. Pero hay al menos dos verdades
ineludibles: la urgencia de presupuestar esa discografía y la necesidad de buscar los mecanismos
efectivos para que lleguen a los niños
“El pasado 22 de diciembre, en la actividad por el Día del Educador en mi escuela, les llevé a los
alumnos un disco de Liuba María Hevia. Un papá me dijo: “Profe, hoy es día de fiesta, no de trabajo;
ponga otra cosa”. Y pretendieron escucharon nada menos que La gasolina. Desde mi posición de
especialista, con mucha ética, les expliqué que esa, llena de groserías, no era la música adecuada. Por
suerte, triunfé; pero es una lucha muy grande. Nuestro trabajo no puede ser solo en la escuela, tenemos
que extenderlo a la casa, hacerle entender a la familia que sus hijos no deben quemar etapas, que deben
vivir su infancia como tales”.
La anécdota la contó Yanara Pestano, instructora de arte de la escuela primaria “José Carlos
Mariátegui”, del municipio capitalino de La Lisa. Su historia no es única. En un intenso debate
realizado en nuestra redacción, instructores de varios municipios afirmaron haber vivido experiencias
similares en escuelas primarias, secundarias y especiales.
Estos jóvenes, en su quehacer diario, desarrollan talleres de creación y apreciación musical, apoyan a
los maestros en las teleclases de música y plástica, y preparan a los pioneros para matutinos, festivales
y otras actividades. Por todo ello, son imprescindibles a la hora de divulgar la canción infantil.
Yanara, por ejemplo, formó un coro con niños de distintos grados, cuyo repertorio incluye Lo feo, de
Teresita Fernández; Nana de las mariposas, de kiki Corona, y El dulcero, tema del festival Cantándole
al Sol.
“Cuando nos graduamos, recuerda, nos entregaron un módulo de trabajo: una grabadora, una guitarra y
unas claves. También dos discos y tres casetes en blanco. Para grabar algo dependemos de los padres y
amigos. Tengo un disco de Liuba que me presta la maestra de preescolar y mi tutora me consiguió dos
casetes de Cantándole al Sol”.
Otro de los entrevistados, Michel Mena, es también compositor. Recientemente escribió una guaracha
dedicada a los maestros y una balada. Acompañado de su guitarra, comparte las piezas con sus alumnos
de la escuela primaria “Juan Triana”, de Plaza. El resto del material lo obtiene gracias a un estudiante
que integró La Colmenita, quien conserva una buena colección de discos y casetes.
“Este asunto es más importante de lo que muchos creen. Nosotros los instructores, intercambiamos lo
que tenemos. Por eso, al participar en festivales de aficionados, es frecuente encontrar a dos niños que
compiten con la misma canción”.
El trabajo comunitario fue señalado como otro aspecto en el que se debe hacer énfasis. Así opina Sami
Muñoz, de la escuela primaria “Conrado Benítez”, de Playa, para quien las potencialidades que ofrece
la labor de los instructores – además de autores, muchos hacen arreglos- son aún poco aprovechadas.
“Nosotros debemos participar en las actividades de las casas de cultura, rescatar viejas costumbres y
tradiciones. Si se motiva al niño por el arte le pedirá al padre que lo lleve. El gusto artístico se inculca.
En edades tempranas los infantes son como esponjas, todos lo absorben; por eso hay que mostrarles lo
bueno, para que aprendan a disfrutarlo”.
Por último, Jorge Víctor González, de la escuela primaria “José Gervasio Artigas”, de Cojímar,
reconoció que, a pesar de la escasez de “herramientas”, cuenta con el respaldo de los profesores y la
directora del centro.
“Nosotros tenemos mucho por hacer y deseos de trabajar, pero tienen que apoyarnos. Quienes tienen
que ver con la música infantil en el país deben reunirse, ponerse de acuerdo y darnos participación. Las
potencialidades están, solo falta llevarlas a vías de hecho”.
A la rueda, rueda
En una visita al círculo infantil Seguidores del Che, del municipio de Plaza, comprobamos que la
música es vital para desarrollar el intelecto en las primeras edades.
Así lo ratificó Rosa Miriam Echazábal, con 22 años de experiencia en el sector, quien tiene a su cargo a
25 pequeñines de tercer año de vida.
“Con las canciones infantiles les desarrollamos el oído musical. Además, hacemos juegos,
dramatizaciones y reafirmamos los conocimientos que deben adquirir en esas edades para su posterior
desenvolvimiento social”.
Rosa María Llamó la atención sobre los pocos recursos que posee para las clases musicales. “No
tenemos grabadora; dependemos de que alguien la traiga. Y la música… bueno una mamá me presta
sus discos y un papá me grabó uno de Liuba y otro de canciones tradicionales. También tenemos una
cancionero: Cantemos y aprendamos: rimas, poesías y canciones, que está aquí desde hace dos años.
Está deteriorado, pero lo cuidamos mucho, pues nos resulta muy útil. Además, hay algunos
instrumentos de percusión: maracas, claves, triángulos y tambores. Ojalá hubiera una guitarra”.
La directora del centro, Silvia Blanco, refirió que allí les explican a los padres la importancia de la
música infantil, para que en la casa continúen la labor de las educadoras. “En el círculo, afirmó, el
apoyo de los padres en este empeño es evidente. Los problemas empiezan cuando pasan la enseñanza
primaria. Ahí se pierde todo lo logrado”.
En el mundo del disco
“Hay problemas de carácter sociológico que rebasan las buenas intenciones que puedan tener los
hacedores de música; pero quizá lo que más influye en el gusto de la población es el divorcio entre
determinadas entidades culturales que la promueven: la falta de un mecanismo que aglutine todas esas
piezas sueltas, para lograr una coherencia en la propuesta final que llega al público”.
Así expresó Lázaro García, gerente general de los estudios de grabación Abdala, al abordar las
dificultades de promoción y difusión del disco infantil en Cuba. Aunque Abdala no es un a discográfica
en sí, presta servicios de grabación y su catálogo incluye más de cien títulos. La música infantil está
presente. Allí se grabaron los tres volúmenes de las Nanas para ti, de Liuba María Hevia.
“La situación de la música infantil es neurálgica desde hace años, porque no logran cubrirse las
expectativas. Existen varias razones. En primer lugar, las discográficas cubanas, sus artistas y sus
catálogos no pueden promocionar esta música, no tienen mecanismos para influir la sobre los medios
de difusión. El CD no está al alcance de dos pesos convertibles y tanto, y no es producto que las
personas prioricen. No obstante, cada disquera, en particular Abdala, trata de cubrir un abanico de
expresiones: el jazz, la trova, la música infantil, la coral y la bailable. Pero a la hora de promover, no
tenemos medios para hacerlo”.
— ¿Los medios de difusión tienen acceso a los discos?
— Nosotros entregamos un ejemplar gratis a las emisoras. No se trata de que no tengan el material,
sino de cómo lo usan. Además, vendemos una parte de las producciones en moneda nacional, aunque
perdamos dinero.
— Si el Ministerio de Ecuación Superior necesitara un número de grabaciones para las escuelas,
¿ustedes pudieran asumirlas?
— Se puede hacer. De hecho, con el Ministerio de Cultura, a través del Instituto de la Música, hemos
firmado algunos convenios para imprimir partituras, porque nosotros también somos editores. Son
textos para las escuelas de arte. Pienso que es necesario trabajar en dos direcciones: presupuestar esa
discografía y buscar los mecanismos efectivos para que llegue a los niños.
— Si un autor infantil quiere hacer un disco en Abdala, ¿cuál es su mecanismo?
— Desde hace un año, por tener muchas limitaciones como discográfica, estamos incentivando la
utilización de los estudios – que son los mejores del país- para otras firmas. Tal fue el sentido con que
se creó Abdala.
“Antes los autores traían sus proyectos o se hacían determinadas audiciones para valorar la calidad de
la obra y decidir si se grababa o no. Además, en Cuba no tenemos una fábrica de discos. Hay que
confeccionarlos en el extranjero, por lo cual a la grabación hay que sumarle ese gasto”.
El camino de los juglares se quedó sin sombrilla
Nadie duda que la televisión es el medio difusor por excelencia. Ella llega cada día a las casas, y como
dueña y señora de nuestros ratos libres, hace que toda la familia se siente a su alrededor, pendiente de
cuanto emite.
Según Alain Finalé, psicólogo que trabaja como asesor de espacios infantiles y juveniles, y que ha sido
guionista de varios de ellos, un programa para niños debe ser, primero, entretenido; después, didáctico.
“Hay una tendencia a priorizar lo didáctico. Y no está mal, debe haber una enseñanza en las cosas que
el niño ve. Pero si no logras que él se siente frente a la pantalla, no sirve de nada. Sobre todo con las
posibilidades que existen hoy: la computadora, el videojuego… los muchachos no miran tanta
televisión como antes”.
— ¿Por qué han desaparecido tantos programas infantiles?
— Hay varias razones. Arcoiris Musical dejó de salir al aire porque ya no tenía la calidad necesaria.
Era estéticamente viejo, su factura era de los años ochenta. Se decidió sustituirlo, pero su asesor nunca
llegó. La Sombrilla Amarilla y El camino de los juglares fueron producciones por paquete. Como hay
pocos estudios, elaborar un habitual – así se denominan los espacios semanales- es muy complicado.
La capacidad de producción – cámaras, estudios, luces, cámaras, estudios, luces, vestuario,
escenografía- es muy poca. Lo que se hacía para que tuviera una calidad mínima, era garbar un paquete
de 30 o 40 programas, a los que se les dedicaban todos los recursos: 12 horas diarias de estudio, meses
de edición, recursos para escenografía, vestuario… hasta que se acababa ese paquete.
— ¿No hay otro programa en perspectiva?
— En abril o mayo saldrá al aire un nuevo espacio semanal, que se llamará Alánimo. Es como un Piso
6 o Colorama, pero infantil, con dos niños que presentan números musicales. Hasta el momento, solo
tenemos “enlatados”: piezas de La Sombrilla Amarilla, de El camino de los juglares, de Cantándole al
Sol… La principal dificultad que enfrento como director, es que no hay producción televisiva
audiovisual dirigida a esa edad. El problema de este medio es ese: tienes las canciones pero, ¿qué haces
con ellas, si no tienes imagen que poner?
— ¿Y ustedes no pueden llevar niños a un estudio a cantar?
— Esa podría ser la solución, pero no es lo que nuestros pequeños esperan. El videoclip es uno antes
que Lucas y otro después. Ellos consumen materiales de adultos y ya no se les puede poner menos que
eso. Claro, esos materiales los hacen las disqueras y los intérpretes, no la televisión. Un músico puede
gastar 5000 dólares en un video, el ICRT no. Además, ellos cuentan con un grupo freelance con una
estructura muy efectiva; cuatro personas que con una cámara, una computadora y 3000 dólares hacen
maravillas. La mayoría de los clips se graban en uno o dos días, y en una semana se hace el resto.
— ¿Qué importancia le concedes a un proyecto como Alánimo?
— Este programa puede convertirse en el lugar de la televisión donde los músicos –no solo los que se
dedican al tema infantil- puedan mostrar sus videoclips para niños. Así se incentivaría la producción de
esos materiales.
— ¿Y por qué esperar por la iniciativa de artistas que no se dedican a este género, cuando hay
excelentes cantantes de canciones de música infantil, con apenas uno o dos videoclips?
— Porque serían ellos quienes los hicieran. La televisión no puede. Solo posee tres estudios para grabar
y tres o cuatro cámaras que salen a la calle.
— ¿Es Alánimo el único proyecto? — En este momento, sí. Aunque hay otras ideas. Por ejemplo, se pretende recopilar música y hacer
videoclips animados, con una técnica denominada flash, más sencillamente que la se emplea
actualmente. Pero eso sería a largo plazo. Las dificultades de promoción y difusión del disco infantil en Cuba son tantas que casi es imposible
resumirlas en su diversidad y complejidad. Pero hay al menos dos verdades ineludibles: la urgencia de
presupuestar esa discografía, y la necesidad de buscar los mecanismos efectivos para que llegue a los
niños.
Vamos a cantar
“Me propuse un libro que rescatara tradiciones, que incluyera canciones, poemas, reflexiones y obras
de arte. Además, que inculcara el interés por la belleza, la poesía y el espíritu patrio, junto a otros
valores culturales y éticos”, explicó Nerys Pupo, autora de Vamos a cantar, un cancionero presentado
en la última feria del Libro.
“Esta idea surge de la necesidad y de los sentimientos. Primero, porque notaba la ausencia de temas
para niños en sus juegos; incluso sé de maestras y madres que emplean textos mecanografiados por
ellas para educar a sus hijos. Segundo, porque lamento verlos entonando canciones que nada tienen que
ver con el desarrollo de su psiquis y que poco les aportan”.
Nerys asegura que este no es un cancionero tradicional, sino un libro que incluye a 47 autores, y en el
que trabajaron o cedieron sus derechos tres virtuosos de la plástica: Choco, Flora y adagio Benítez.
También recoge obras del Museo Nacional de Bellas Artes.
“Hay canciones de Silvio Rodríguez, con arreglos de Frank Fernández, así como aportes de la doctora
María Dolores Ortiz y Carlos Alberto Cremata, que colaboraron, junto a otros muchos, con el amor de
sus corazones”.
Un granito de canela para Liuba54
“Un niño que tiene acceso a la canción infantil, la realmente buena, la que respeta su inteligencia y se
sumerge en ese mundo lleno de fantasía e ingenio, que lleva valores, moralejas, desde la sugerencia y
no desde la imposición, será un hombre más pleno, un ser humano mejor, un niño permanente”, dijo
Liuba María Hevia a Juventud Rebelde.
Los criterios de la trovadora nos llegaron por correo electrónico. Entre sus reflexiones, no faltó aquella
referencia a lo negativo que puede ser para los pequeños el consumo de algunos productos que los
medios difunden.
“Como en estos momentos está de moda el reguetón, apelamos a él como punto de referencia. Pienso
que influye negativamente tanto un programa cargado de violencia como uno kitsch; incluso, uno
atractivo para adultos, pero ubicado en un horario que les pertenece a los niños. En fin, no creo que
haya que alarmarse demasiado por el reguetón.
“Los niños tampoco deben estar ajenos a los diferentes géneros o ritmos que se mueven en su tiempo,
lo bueno y lo malo que compone su entorno sonoro. Lo que sí pienso es que los medios de difusión, los
padres, los educadores y todos los que los rodeamos, debemos enseñarles altura y vuelo, raíz y semilla;
luego ellos sabrán distinguir”.
—Muchos pequeños no tienen entre su música preferida la infantil. ¿A qué crees que se debe
esto?
— Imagino varias causas: desconocimiento de lo compuesto en Cuba e Hispanoamérica, insistencia en
divulgar en los medios modas que casi nunca rondan la música infantil, imitación del gusto paterno e,
incluso, el rechazo temporal al universo del niño por parte de aquel que quiere ser ya adulto.
— ¿Por qué no tienes más videoclips de temas infantiles?
—Yo tendría los 20 temas que componen el disco Travesía mágica, con animados. Los tres que hemos
realizado se deben a un esfuerzo mío y de un grupo de amigos que destinamos ahorros para lograrlo; y
a los realizadores que, sin percibir económicamente lo que un trabajo así demanda, ofrecieron su
talento y su tiempo en función de los niños. Me encantaría decir que varias instituciones se acercaron
para apoyar proyectos de este tipo, pero no puedo hacerlo”.
54 Esto aparece en un recuadro aparte.
— Es muy difícil adquirir discos de música infantil.
— Aquí entraríamos a discutir sobre precios, distribuciones de discos e incluso, interés de las
discográficas por esas grabaciones. Sería un tema para mil páginas.
Anexo # 20: «¿Quién le pone un cascabel al “gato”?» (publicado el 22 de enero de 2006) Por: Hugo García Fernández y Amaury E. del Valle La expansión del pez gato africano (Clarias gariepinus) por los acuatorios cubanos constituye un
alto riesgo para la supervivencia de especies nativas o introducidas. Los especialistas consideran
que ahora no se trata de buscar culpables de su introducción, sino de salvar los ecosistemas
amenazados
Angustiado por lo que a todas luces parecía una tupición enorme, y calculando de antemano cuánto le
costaría el “problemita” si tenía que romper la tubería, Humberto Navarro echó mano a una cinta
metálica para tratar de limpiar el desagüe de las aguas albañales de su casa.
Cuál no sería la sorpresa de este hombre al descubrir que el causante de todo el embrollo sanitario de su
vivienda, ubicada en el barrio de Versalles, en la ciudad de Matanzas, era nada menos que un pez de
color negrusco, aproximadamente de tres libras, que lo miraba con sus ojos pequeños mientras sus
“bigotes” chorreaban lodo.
“No sé de qué manera ese pez gato llegó a la fosa y luego se introdujo en la tubería que iba para el
baño”, rememora aún sorprendido este trabajador de servicios del Comité Provincial de la UJC.
Lo más curioso es que su caso no es único, pues este peculiar “pez gato”, como se le conoce
popularmente, desde que llegó a Cuba hace apenas unos siete u ocho años se ha expandido con tal
rapidez por casi toda la Isla, que según los especialistas hoy no es raro encontrarlo en ríos, estanques,
presas, micropresas, o hasta cuevas subterráneas, lugares contaminados como el río Almendares, el
Luyanó, e incluso zonas salinas como la desembocadura del Cauto o la bahía de Cienfuegos.
El pez gato africano (Clarias gariepinus) se ha hecho famoso en Cuba, pero no precisamente por llegar
a la mesa, como se pensó cuando se introdujo en el país con fines económicos y para elevar el nivel
proteico de la alimentación de la población.
Su notoriedad, realmente lamentable, se la ha ganado porque se estima que amenaza potencialmente en
el medio natural a 242 especies de la fauna cubana, de las cuales 75 son endémicas, 29 raras o con
distribución local, y 25 introducidas.
El peligro no termina ahí. Aunque aún no existe un estudio completo sobre su verdadero impacto,
algunos especialistas consideran que de forma indirecta puede generar variaciones en la vegetación
acuática al depredar especies herbívoras, por lo cual constituye un peligro para cualquier ecosistema.
Cabría entonces preguntarse cómo llegó ese animal a Cuba; si no se sabía su potencial impacto dado
que se trataba de una especie altamente invasiva, al poder adaptarse a casi cualquier medio, y tener una
alta voracidad; y más aún, qué se está haciendo para evitar que el fenómeno siga expandiéndose.
Come, come, come
La Ciénaga de Zapata, ubicada al sur de la provincia de Matanzas y colindante con Cienfuegos,
constituye una reserva de la biosfera de incalculable valor ecológico, entre muchas otras razones por
ser un reservorio de especies en peligro de extinción como el manjuarí o el cocodrilo, y a la vez
constituir un corredor migratorio para las aves que surcan nuestros cielos.
Ese santuario natural ha sido violado por la Clarias, que con su presencia amenaza la existencia de
nuestro antiguo manjuarí o de la biajaca criolla, e incluso el descanso de pájaros como el pato o los
flamencos, a los cuales picotea sus patas cuando se posan en el agua.
“Hasta restos de pequeñas aves, jicoteas, tilapias o cocodrilos muy pequeñitos se han encontrado al
examinar el contenido de los estómagos de Clarias capturadas en esa zona”, afirma Aylem Hernández
Ávila, especialista en Áreas Marinas Protegidas del Centro Nacional de Áreas Protegidas.
El licenciado Mario Gutiérrez Padrón, especialista del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio
Ambiente (CITMA) de la provincia de Matanzas, recuerda que los primeros reportes en esa provincia
de la fuga de este pez al medio natural se produjeron por las intensas lluvias que inundaron los
estanques de la Estación de Alevinaje Hanábana, en el municipio de Calimete.
Desde ese centro, a través de los canalizos, se trasladaron a los cenagales y cuevas hasta dispersarse por
toda la Ciénaga de Zapata, y ya lo mismo se encuentran en abundancia en la Laguna del Tesoro que en
cualquier pantano de esa región del sur de la provincia o en zonas protegidas como el río Hatiguanico,
de significativa biodiversidad.
Su crecimiento en condiciones naturales, afirman los expertos, en ocasiones aventaja a las especies
autóctonas, que son de tallas pequeñas y presas fáciles para la Clarias, además de poder comer casi
cualquier cosa y vivir fuera del agua, enterrada en el fango, o llegar a “caminar” más de un centenar de
metros en la tierra, asegura la especialista Aylem Hernández.
En esta zona protegida ha sido tal su dispersión, que los espeleólogos de los grupos Félix Rodríguez y
Orlando Soles reportaron por primera vez en el país la presencia de ejemplares en el sistema
espeleolacustre del sur de Matanzas, donde en cavidades sumergidas, sin luz alguna, se encontró al
molesto huésped. En estas investigaciones, que incluyeron una cueva y dos cavernas con lagos freáticos
internos, ubicadas en las localidades de Agramonte y Jagüey Grande, se detectó la disminución de la
fauna propia como peces y camarones ciegos.
Clarias, la exterminadora
La Ciénaga de Zapata, sin embargo, no es el único lugar amenazado. Reinaldo Estrada, director del
Centro Nacional de Áreas Protegidas, explica que la Clarias, especialmente la gariepinus, una de las
dos variantes difundidas en Cuba, está distribuida en todo el país, quizá con la excepción de zonas
montañosas de aguas altas y limpias, donde no ha podido llegar todavía.
Así se le puede encontrar en los ríos de la Sierra del Rosario, en Pinar del Río, o en el gran humedal del
norte de Ciego de Ávila, que incluye, entre otros lugares, la Laguna de La Leche.
Depredadora y caníbal, todo parece indicar que los especialistas encargados de la preservación
medioambiental tienen razones de sobra para alarmarse. Estudios diversos realizados sobre las fuentes
de alimentación de este pez indican que el platillo preferido de los juveniles de Clarias gariepinus son
los peces pequeños y los insectos en sus diferentes estadios.
En el caso de los adultos, los peces representan el 22 por ciento de su alimentación, el plancton 13,6,
los insectos 11,9, los moluscos 6,8, los crustáceos 6,8, las aves 6,8, las plantas 6,8 y las frutas 5,0, lo
que refleja su tendencia carnívora depredadora, pero también su amplio espectro cuando de satisfacer el
apetito se trata.
Los estudios en Cuba reportan que en condiciones naturales consume peces, frutas, semillas, moluscos,
ranas e insectos, fundamentalmente. Además, al presentar un órgano respiratorio adicional que le
permite tomar el aire bajo condiciones de sequía es capaz de sobrevivir a la sequedad, enterrándose en
el barro húmedo, lo que demuestra que tolera situaciones medioambientales extremas.
Alevines escapistas
Versiones recogidas por JR sostienen que el africano Clarias gariepinus y el asiático Clarias
macrocéfalo llegaron a Cuba en 1999 procedentes de Tailandia, donde se reproducen en estanques,
viven en el medio natural y cuentan con una alta demanda entre los habitantes de esa nación.
Especialmente la Clarias gariepinus, por su talla que puede sobrepasar fácilmente más de un metro, el
peso que llega a los 60 kilogramos, su rápida reproducción, el hecho de que come casi cualquier cosa y
que tiene una carne muy sabrosa, fue la más utilizada para fomentar su entrada en la acuicultura
cubana.
La primera introducción en Cuba se realizó desde Malasia en julio de 1999 para investigación
científica, con un lote de alrededor de 2 000 animales que fueron recibidos en el Centro Nacional de
Investigaciones de Mampostón, en la provincia de La Habana, lugar en el que se desarrolló un estudio
de alimentación y crecimiento en las condiciones cubanas.
Poco después el Ministerio de la Industria Pesquera (MIP) haría una diseminación a mayor escala en
todo el territorio nacional, de las dos especies de pez gato destinadas a los cultivos intensivos en
estanques de las estaciones de alevinaje del país.
¿Fue un error entonces la introducción de la Clarias? La respuesta hay que buscarla ante todo en las
leyes y regulaciones que norman la entrada al país de cualquier especie animal y vegetal, y
especialmente en lo estipulado en el Decreto Ley 190, referido a la Seguridad Biológica, así como en
una serie de normativas emitidas al respecto, entre ellas la Resolución 76, que explica el proceso a
seguir para traer a Cuba cualquier planta o animal exótico, incluso cuando este sea destinado a un
jardín botánico u zoológico.
El Centro Nacional de Seguridad Biológica fue el organismo que expidió en 1999 la autorización al
Ministerio de la Industria Pesquera para introducir la Clarias, sobre la base de traer 14 millones de
alevines que debían ser híbridos, o sea, incapaces de reproducirse.
Además, dijo Miguel Lorenzo, especialista en Seguridad Biológica de esta institución, se estipularon
una serie de parámetros a cumplir por el centro seleccionado para el experimento en cada provincia,
entre los cuales se incluía la colocación de trampas de diversos tamaños en los desagües para evitar que
se escaparan los alevines o ejemplares adultos, así como condiciones específicas en los estanques, entre
otras disposiciones; a la par de exigir un plan de emergencia a seguir ante posibles escapes.
“Nosotros sí sabíamos que era una especie altamente invasiva y por eso hicimos la alerta”, afirma
Miguel. Pero, evidentemente, ni los alevines que llegaron fueron híbridos ni los planes de contingencia
pasaron en muchas ocasiones del papel.
Las que sí pasaron por las puertas de muchas instituciones fue la Clarias, aprovechando las fallas en la
seguridad biológica. Cuando comenzó su reproducción en estanques, con éxito por su buena adaptación
y el veloz crecimiento, algunos encargados de esta actividad subestimaron la magnitud del daño que
podía producirse si se trasladaba al medio natural y se apresuraron a extenderla por todas partes.
Los hubo también que, inescrupulosamente, vendieron los alevines para criarlos en estanques
particulares, y hasta en no pocas peceras acabó con otras especies al usarlos como peces ornamentales.
Ante los ojos de todos, la dispersión incluyó el escape de los centros de cría, la siembra en presas para
cultivo, la introducción por campesinos y pescadores no profesionales en micropresas, al punto de que
la Clarias se le fue de las manos y de las sartenes a los responsables de velar porque no llegara a
nuestros ríos, embalses y pantanos.
Como explica la médico veterinaria Mercedes Montenegro, de la Empresa Pesquera de Matanzas, en el
municipio de Jovellanos llegó a procesarse industrialmente y se vendía a la población, con buena
aceptación. “Al romper el equilibrio ecológico hubo que cambiarlo todo”, precisa Montenegro.
“Se sabían los beneficios, que son indudables, pero los riesgos no se tuvieron totalmente en cuenta”,
sostiene Juan Carlos Menéndez, director del Centro Nacional de Seguridad Biológica. “Ahora hay que
aceptar la realidad de que la Clarias forma parte del medio ambiente cubano. Cuando una especie se
adentra en un ecosistema no se puede sacar. Por eso se imponen las medidas para su control”.
Fugado del plato
La gran paradoja del pez gato parece ser que está en todas partes menos en las pescaderías.
Diseminadas por ríos, lagunas y cuanto charco hay, sus niveles de producción comercial, por la
cantidad de pienso que necesitan, todavía no son suficientes para lograr convertirlas en un alimento
cotidiano.
El Ministerio de la Industria Pesquera, principal entidad encargada de fomentar la acuicultura en el
país, aunque no la única, produce junto a la Clarias otras especies como la tilapia o la tenca, ambas
también importadas y que hoy se pasean por los ríos cubanos después de ser sembradas en ellos con
fines comerciales.
Wilfredo Acuña Bravo, recién nombrado al frente de la Dirección de Pesca y Acuicultura del
Ministerio de la Industria Pesquera, nos explicó que su entidad quiere colaborar con las demás
instituciones, como el CITMA, para resolver el problema creado con la Clarias.
El directivo cree que si bien es real que como cualquier otra especie el pez gato impacta el medio
ambiente, mientras no se haga un estudio a profundidad del tema no se sabrá su verdadero impacto
negativo. De hecho, comercialmente se trata de una especie demandada en el mercado, aunque los
costos de criarla en un medio artificial son altos, por lo que muchas veces para paliarlos se vende al
turismo, e incluso no se puede satisfacer toda la demanda del sector.
El MIP ha adoptado una serie de medidas en los últimos tiempos destinadas a intensificar la extracción
del medio natural, así como a controlar su reproducción y evitar la fuga de nuevos peces a los ríos,
“pero a mi juicio en ocasiones se exagera esa voracidad de la Clarias, porque nosotros tenemos
estanques donde se crían junto a otras especies como la tilapia, y cuando hacemos capturas cogemos
ejemplares de ambas.
“Cuando se introdujo la tilapia o la tenca se dijeron cosas parecidas, pero estas se adaptaron al medio
natural y ahora se explotan comercialmente. Así que hasta que no haya un estudio profundo, en lo cual
se está trabajando, no se puede dar una conclusión definitiva”.
¡Cuidado con el jamo!
Por lo pronto, informaciones recopiladas por JR evidencian que en Matanzas y Sancti Spíritus ya fue
suspendida su reproducción. En otros lugares también se han adoptado algunas medidas para su
disminución en el entorno natural, principalmente mediante la captura con nasas, palangres, redes de
enmalle, anzuelos u otras artes de pesca.
Sin embargo, esta solución podría también acarrear nuevos problemas. En marzo de este año los
especialistas del CITMA, Parque Nacional Ciénaga de Zapata, Veterinaria Estatal y la Pesca
desarrollaron un estudio de las poblaciones de Clarias en el río Guareiras y sus afluentes, en la Ciénaga,
con el objetivo de experimentar métodos para su disminución y analizar los ejemplares capturados.
Se emplearon la nasa y la piscina, y ambas técnicas pesqueras demostraron que son poco selectivas, al
engrampar cualquier especie. En doce días, el 40,86 por ciento de la captura fue Clarias (172
ejemplares que pesaron 674 kilogramos), observándose la fase de maduración en 32 hembras a las
cuales se les efectuó un muestreo y 21 de ellas estaban listas para desovar.
La captura incluyó 107 jicoteas (25,42 por ciento); 102 tilapias (24,22 por ciento); 28 manjuaríes (6,65
por ciento), y en menor cuantía cuberas, sábalos y róbalos.
Los números dicen que esta no puede ser la solución, pero también ratifican que, al menos en la
Ciénaga de Zapata, la Clarias se ha convertido en una especie muy fuerte; sino cómo explicar que de
todo lo capturado el 40 por ciento fue de este ejemplar y el resto de los demás animales, tradicionales o
autóctonos de la zona.
Actualmente los especialistas coinciden en que la cuestión no es buscar culpables, sino dilucidar
“claramente” cuál es el verdadero impacto de la Clarias en los ecosistemas cubanos y tomar medidas al
respecto. Para eso ya se creó un grupo nacional para estudiar este fenómeno, integrado por instituciones
del CITMA y otras entidades, incluida la Pesca.
Igualmente se entiende que la vía no es tampoco eliminar la producción de este pez, que bien hecha
puede dar excelentes resultados por sus niveles de reproducción y la exquisitez de su carne; o declararle
la muerte de cualquier forma con capturas desenfrenadas que harían caer en el jamo a otros animales
“inocentes”.
Ahora, mientras no se concluya el estudio definitivo y los expertos den sus conclusiones, obviamente
hay que intensificar entre todos las medidas para evitar que la Clarias se siga expandiendo y devorando
todo a su paso, pues solo la intervención multisectorial podrá suprimir el daño y logrará al fin ponerle
un cascabel a este “gato” que hoy nada libremente.