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Tomo XXI - Año 42 - Nº 315 Setiembre 2009 Boletín Sagrados Corazones - Perú

Teología Laical

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Nuestra Familia Nº 315

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Page 1: Teología Laical

Tomo XXI - Año 42 - Nº 315 Setiembre 2009

Boletín Sagrados Corazones - Perú

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Sumario

Hermanos: Provincia del PerúHermanas: Provincia del Perú-Brasil-México

Laicos: Rama Secular-Sector Perúwww.ssccperu.com

RESPONSABLESP. Raúl Pariamachi, ss.cc.

Hna. Candelaria Núñez, ss.cc.

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOSra. Haydeé de la Puente

REDACCIÓNHna. Graciela Zúñiga, ss.cc.Sra. Haydeé de la Puente

CARÁTULA Y WEBSr. Fredy Caballero B.

DIBUJOSSr. Manuel Lozano

COLABORADORESHno. Wilber Onofre, ss.cc.

Hna. Teresa Lazcano, ss.cc.

APORTES Y SUGERENCIASSecretaría Hermanos

[email protected]ía Hermanas

[email protected]

Editorial

Poder hablar de Dios ........................................................................... 3

Reflexión

Hacer teología en el mundo que nos toca vivir ..........................................4

Teología Laical

En la construcción de una identidad y una teología laical ............................8

Reflexión sobre la vida .........................................................................9

Mi experiencia como laico ................................................................... 11

Educadores en la fe ............................................................................ 12

Mi experiencia de comunidad laica - Fermento sscc. ................................. 14

Programa de encuentro de padres ......................................................... 15

Vida de las Provincias

Misión en Ayacucho.............................................................................. 17

Experiencia de la catequesis familiar en la parroquia de La Ensenada.......... 18

90 años de vida parroquial .................................................................... 19

Canonización del Padre Damián ss.cc. ...................................................... 21

Exposición de Arte

A través del arte, ayer y hoy ................................................................ 23

Noticias

Héctor de Cárdenas ............................................................................. 10

Desde Putina Punco ............................................................................. 25

Pastoral Juvenil ss.cc.

Encuentro Nacional ss.cc. ..................................................................... 26

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3Editorial

Poder hablar de Dios

S er cristiano y bautizado ya parece ser suficiente para hablar de Dios, no deberíamos aña-

dir nada para poder hacerlo y hablar de Dios es por supuesto hacer teología, y aunque

muchos sientan diferencias entre un simple bautizado, los consagrados y la jerarquía, hacer

teología es una labor de la Iglesia entera. La debilidad de este pensamiento ha logrado hacer

que los laicos seamos sujetos pasivos o secundarios en la creación teológica, porque muchos

olvidan que somos nosotros los que tenemos que instaurar los valores evangélicos en la socie-

dad y en la historia, contribuyendo de esta manera a la consagración del mundo.

En un espacio tan asimétrico, en donde aparentemente sólo se permite una jerga exclu-

siva para hablar de Dios, el peligro es dejar fuera de esta práctica la vida de los laicos, donde

se da, por su puesto, un encuentro singular y rico con Dios. No hablar de Dios desde esta rea-

lidad favorece la sumisión y la carencia de opinión sobre lo que se oye desde la teología más

académica. En cambio, darle oportunidad al laico de hacer teología y construir un lenguaje

propio facilitará una aproximación a la posibilidad de hablar de Dios con el objetivo de comu-

nicar nuestro encuentro con Él.

En esta edición del Boletín Nuestra Familia nos encontraremos con varios laicos vincu-

lados a la Congregación de los Sagrados Corazones, que se permiten narrar su encuentro con

Jesús en palabras que podremos reconocer como nuestras, por el estilo de hacer teología des-

de la casa, el trabajo, el país, la comunidad y los diversos espacios donde hay siempre un laico

presente. Ellos, sin ser necesariamente expertos pero con mucho esfuerzo y gran sencillez nos

comparten sus certezas y dudas, sus agradecimientos y reparos al Dios que han conocido en

su camino y a través de las diversas circunstancias de sus vidas.

Prestemos atención que, entre líneas, se esconde la posibilidad de encontrar al Dios

cotidiano que nos ama aunque no lo veamos fácilmente justo cuando padecemos situaciones

de injusticia y desventaja, pobreza e ignorancia, violencia y olvido, lo mismo que cuando se

manifiesta cercano en la mirada de los que nos aman, en la intimidad del hogar, en realización

laboral, en la combi y en el templo.

Hablar de Dios para muchos de los laicos que creemos que no podemos hacer teología

será siempre un desafío, pero asimismo una potencialidad que hay que ensayar con entusias-

mo y perseverancia.

Fredy Caballero Bernabé

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4 Reflexión

“En el camino que va de la combi al desierto”Hacer teología en el mundo que nos toca vivir

Por Eduardo Ortiz CoronadoTeólogo y Profesor UNALM

La combi limeña: una metáfora urbana

Quién no se ha visto más de una vez forza-do a viajar parado en una combi porque

no pasaba otra o llegar tarde a su trabajo, en medio del desatinado sonsonete del co-brador que dice: “carro vacío… comódate hí flaquito; doble pasamano ñora, vancen al fondo los que van a óvalo, colabora pe fla-quiita…”, y una vez que alcanza acomodar-se en medio de los cuerpos ensardinados que respiran apenas el aire enrarecido re-tenido por las ventanas cerradas de la gente que va incómoda entre sueño y salto, empieza el malabarismo de meter la mano en el bolsillo para sacar su “luca ” y pagar al tipo que zumba en su oído: “pasae con sencillo los quian subío”, al tiempo que se agarra como gato asustado para no caer encima de alguien tras las salvajes frenadas del chofer que va escuchando algún estridente tema de Dady Yankee en la radio que su hermano menor, diskjockey de turno, sube cada vez que se emociona. Así viajamos diariamente mu-chos limeños para ir al trabajo, al mercado o simplemente de paseo.

Un prejuicio: la teología no es para laicos

Estas líneas quieren ayudarnos a reflexionar sobre la posibilidad de que nosotros, los laicos hagamos teología en medio de la cotidianidad de nuestra vida y preguntar-nos si así, “trepados en la combi” con sus idas y venidas, sus incomodidades y ruidos, estamos en el mejor lugar, si necesitamos bajarnos o si – después de haber viaja-do en ella-, debemos enrumbar hacia otros lugares “dife-rentes”, más propicios para hacer teología. Seguramente, nos hemos preguntado en más de una ocasión si alguien que no es especialista, es decir, un laico en su comunidad de fe, en su vida diaria, que ha participado o no de al-gún taller de teología, está en condiciones para ello. Y lo digo porque yo me topo diariamente con gente que piensa que no es posible que alguien ajeno al ámbito académico pueda hacerlo. Me preocupa que el prejuicio exista en-tre los laicos, probablemente fruto de la experiencia de ver que la teología se desarrolla profesionalmente en el ámbito eclesiástico, por teólogos que normalmente son sacerdotes o por algunas religiosas más valientes. Eso me

pasó hace algunos años, cuando al dejar la vida religiosa, a la mitad de la carrera

de teología, fueron más las personas que me aconsejaban no continuarla que los que me animaban a hacerlo. Por mi parte, yo estaba descubrien-do, dicho en palabras de la teóloga brasileña María Clara Luchetti, que la teología, más que profesión es una vocación y estoy feliz de ha-ber descubierto la mía, pero lo iró-

nico de esto es que quienes más me desanimaban eran sobre todo laicos.

Indudablemente estarían preocupados por mí, en el sentido de creer que no ten-

dría muchas oportunidades laborales como teólogo en mi país, pero considerando esa su-

posición, me parece que en el fondo yacía más bien una definición de teología que aquí quiero poner en cuestión. ¿Puede un laico hacer teología? Eso depende. Si por teo-logía entendemos únicamente la filosofía de la fe o -como se pretendió en otros tiempos- la ciencia de la fe, enton-ces está restringida a los pocos laicos iniciados en ella y a los sacerdotes y religiosas con formación teológica. Pero si descubrimos que la teología es un tipo de expresión particular, un lenguaje o un género de escritura entonces estamos frente a una posibilidad prometedora y una tarea ineludible. Si la teología es un lenguaje tendremos que considerar su uso en la actualidad y en el pasado, su gra-mática propia, su terminología, sus giros particulares, sus metáforas, su habla o uso local y hasta sus propios dejos y jergas. Pero sobre este punto volveremos más adelante. Ahora quiero mostrar de qué manera el contexto en que hacemos teología favorece y limita nuestra reflexión, así como la narración de nuestra experiencia de fe.

Entre la “combi urbana” y el “desierto bíblico”

La experiencia diaria ocurre en este lugar simbóli-co representado por “la combi”, donde los laicos pasamos diariamente varias horas viajando y donde corremos el riesgo de acostumbrarnos a un viaje de corrupción y vi-veza criolla, de discursos ideológicos y competencias des-leales, de individualismo y de muerte. Sin embargo, si creemos que Dios está presente allí tenemos la tarea de expresar y desarrollar esta intuición y con ayuda de la co-

1Transporte urbano común en varias ciudades peruanas2 Jerga para decir: un nuevo sol, equivalente al costo de un pasaje de ida en combi

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5Reflexión

munidad de narradores buscar otro espacio alternativo, ya no de velocidad y ruido, de agresión y desconfianza, sino de pausa y silencio, de acogida y confianza. Si no lo hacemos así no podremos cultivar la sensibilidad nece-saria para percibir a Dios en la “combi urbana” que nos lleva hacia donde, indudablemente, no queremos ir.

El problema no es que Dios no hable, sino la forma cómo podemos hacer para escuchar entre piques y para-das, de las cosas más triviales a las más trascendentes, por ejemplo las sugerencias de Dios. Yo creo que si esa es la intención habría que incentivar el deseo de dejar un poco “la combi urbana” para ir hacia el “desierto bíblico”, ese otro lugar donde Dios lleva al corazón humano para hablarle en la intimidad del encuentro personal (Os 11). Efectivamente, el desierto en la Biblia es aquel lugar de la infidelidad del pueblo que ha perdido la confianza en Dios liberador y que desea retornar al país de la esclavi-tud, pero al mismo tiempo es el lugar de la fidelidad de Dios, del alimento y la bebida gratuitas cuando toda es-peranza y dignidad ya se han perdido; el desierto es un lugar inhóspito, donde la fieras y el mal ponen a prueba a Jesús durante cuarenta días, pero además es el lugar donde los compañeros que se debaten entre la frustración de la muerte y la esperanza en el caminante misterioso Jesús, lo invitan a quedarse en su hogar y a sentarse en su mesa; el desierto es el lugar tortuoso por donde corre Felipe hablando de Dios a un extranjero que en plena ari-dez del desierto, termina recibiendo el agua y el Espíritu de Jesús.

Así que no creo que hablar de Dios sea un lugar exclusivo ni capitalizable, ni creo que los ámbitos con-fesionales, la iglesia oficial, los grupos religiosos, sean los únicos autorizados para ello. Creo que la “combi” y el “desierto” son dos lugares teológicos entre los que hay que moverse, dos símbolos que hablan de Dios, dos lugares propicios para hablar de él. Yo creo que el con-texto o “lugar teológico” sobre el que un laico debe hacer teología hoy en día es ese, el amplio territorio que se recorre a veces en combi, otras a pie, intercalando entre la urbe moderna y el desierto bíblico, intercalando ideas e imágenes, conceptos y símbolos, definiciones y metá-foras, que ayuden a hablar de Dios, a hablar de nuestra experiencia de fe.

Hablar de Dios con un lenguaje propio

Lo que planteo es que debemos reconocer que efectivamente, no sólo tenemos que hacer teología, como si esto fuera una imposición sino que de hecho la hacemos cuando buscamos las formas y maneras de expresar nuestra fe a otras personas que van a enten-derla, porque nos sentimos necesitados de compartirla,

de narrar la ternura y la fuerza de Dios intuidas en medio de nuestra fragilidad y soledad humanas, y así narradas volver a creer en ellas. De modo tal que, hacer teología no es sólo dar razón de nuestra fe, es sobre todo hablar de Dios sensiblemente, sabiendo que el lenguaje usado es un camino de acercarse otra vez a la experiencia que lo originó. Así que no tenemos que emplear precisamen-te la jerga especializada del teólogo académico, ni el sis-tema conceptual de la filosofía de la fe, ni las categorías doctrinales del depósito de la fe. Es preciso liberar el lenguaje teológico, extrayendo de su fuente los símbolos más profundos que moran en la experiencia sensible, para que nos digan lo que han visto y oído y sólo enton-ces echar mano de la tradición teológica con la finalidad de llegar a descifrar lo que se pueda de aquello que la fe ha vislumbrado.

Así lo hizo Jesús, un teólogo original, en el contex-to socio-religioso de erudición y soberbia donde creció, buscando una forma evocativa de hablar de Dios para la gente sencilla y humilde de su tiempo y de su entor-no; de pronto un día, con total naturalidad, se puso a hablar con él, hablaba con sinceridad, con el corazón abierto, familiarmente, hablaba de Dios como hace un hijo amado por su padre. El lenguaje de la narración y discurso teológicos tienen una dialéctica propia, que se mueve entre mimesis (imitación o reproducción de la realidad) y poiesis (creación a partir de ningún elemento preexistente), es decir, un proceso que consiste en usar las ideas, explicaciones, conceptos, símbolos e imágenes que otros ya han usado y paralelamente ir encontrando una forma de lenguaje propio, como propia es la expe-riencia de Dios en la vida. Jesús creció en el horizonte judío y desde esa tradición fue descubriendo sus propias formas para hablar de Dios, su propio acento para refe-rirse a él como su propio padre.

Como vemos, no es fácil encontrar una manera auténtica para hablar de Dios, pero hay que hacerlo, ya que la experiencia de fe es una vivencia subjetiva que sino la hago explícita mediante la narración no será com-prendida por nadie y carecerá de relevancia incluso para mí, no podré verla reflejada en nadie ni podré verificar su validez en contraste con la gran narración de fe de mi comunidad.

Yo presiento que hacer teología es sentarnos una vez más, al igual que el pueblo de Israel lo hizo, a la en-trada de la carpa en “el desierto”, para contarnos nuestra experiencia de Dios y decir una palabra acerca de ella. Ahora bien, esas palabras serán teológicas en la medida en que tengan la fuerza y la persuasión suficientes para provocar en los interlocutores las ganas de caminar ha-cia allí, hacia la misma experiencia fundante que permi-

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te a Dios hablarles también a ellos. Aquí tenemos un criterio que indi-ca si estamos ha-ciendo teología o hablando de Dios y de la fe de una manera significa-tiva: toda imagen,

concepto, símbolo, idea, metáfora o definición que no sea capaz de retornarnos más lúcidos a la experiencia que los originó será vacua, infértil, inútil. Hablar de Dios no puede ser palabrear, empalagarse de categorías teológi-cas para henchir el ego académico de los especialistas. Si al hablar de Dios no hay diálogo con él y no hay compren-sión de los otros, ni participación del lenguaje de los otros entonces hay pedantería pero no teología que importe.

La teología es el humilde intento motivado por la gran necesidad de hablar del sentido descubierto cuan-do el Padre bueno, el dios hermano, el compañero de camino nos susurra al oído palabras de vida. Hablar de nuestra experiencia nos permite comprenderla mejor, profundizar en ella, anhelar una relación más estrecha con ella o su prolongación, nos permite descubrir nue-vas dimensiones que no habíamos percibido cuando la vivimos. Por eso debemos seguir compartiéndola en la comunidad de hermanos en la fe y a partir de allí contar historias de consuelo y de sentido a quienes viven más allá de sus límites. Compartir la propia experiencia de fe es hacerme consciente de su significado, de cómo es que me ha dado sentido, me ha “herido” en los espacios más sensibles de mi existencia, y preso de esa fuerza contar historias nuevas a los que aún no las conocen.

Imágenes del Dios verdadero: contra la imposición de imágenes falsas

Pero, ¿qué cosa está en juego al hacer teología? ¿Qué sucede si no hacemos teología? La autenticidad de nuestra vida cristiana, que pasa por la ineludible tarea de interpretar la propia experiencia. Eso está en juego. Está en juego la personalización de la fe, el hacerla cons-ciente, el adquirirla activamente y conquistar la herencia de la gracia constante de Dios que se revela en nuestra vida “entre la combi urbana y el desierto bíblico”. Clara-mente, no puedo usar todas las formas con las que otros han dicho la fe en el pasado sin alienarme sino que ten-go la labor responsable de interpretar la experiencia con nuevas categorías e imágenes: de lo contrario dejarán de ser significativas y válidas para mí y para quienes me rodean. Por otro lado, tenemos que hacer teología para que nadie nos imponga imágenes falsas o alienantes de

Dios, el dios del proyecto individualista de vida, el dios del cumplimiento y del rito sin Espíritu, el dios del temor y del control, el dios de la teología profesional y concep-tual. Como dice el teólogo uruguayo Juan Luis Segundo, una teología que importe a los hombres y mujeres de este tiempo, deberá nacer no de un interés científico sino de un compromiso humano pre-teológico de cambiar y mejorar el mundo.

No hay que reducir tanto el espacio del quehacer teológico porque nuestros relatos pueden tener resonan-cia también en el mundo que está vacío de sentido y de historias significativas. De allí que otra tarea teológica sea saber escuchar las voces de la gente con la que vi-vimos, en los distintos niveles en que se comunican con nosotros, para intercambiar con ellos nuestras historias y devolvérselas enriquecidas con imágenes de sentido.

América Latina creyente, en medio de situaciones de pobreza, injusticia y violencia que no cesan es capaz de contar hoy sus relatos con imágenes de liberación, como la del Señor que conduce la historia a pesar de que la vista engaña o la de Jesús con su aplomo para evitar el apedreamiento de una pobre mujer; los pequeños de este continente, concretamente, se identifican con el Je-sús del Huerto de los Olivos a la vez que con el Señor Resucitado que prepara de madrugada, en la orilla de la playa el desayuno para sus amigos o con la compañía del viajero misterioso que comparte el pan y la palabra en el hogar de Emaús.

Así es, Dios no habla cuando nosotros lo dispo-nemos y sin embargo, suele hacerlo desde las experien-cias marginales y las situaciones extremas, seguramente porque en ellas se han perdido todas las seguridades dejando a la existencia desnuda de poder, de querer y de hacer, como le sucedió al buen Job que “habló bien” (teo-logía) de Dios cuando permitió que sea puesto a prueba. Para descubrir tales experiencias como teológicas, es de-cir, como oportunidades para hablar de Dios se necesita de su mirada, que no es como la nuestra, hay que poner-se en su perspectiva para percibir el ruido y la frenada de la combi o la aridez e infidelidad del desierto a partir de su agudeza y sensibilidad y así poder captar la misma vida, pero de forma nueva. El trasfondo de esta conversión de la mirada radica, como dice la teóloga norteamericana Sally McFague, en la disposición y apertura a que Dios sea de modo distinto a como lo hemos imaginado.

Una gramática de imágenes nuevas para los nuevos desafíos que hay que afrontar

La teología es la forma natural en que los creyen-tes necesitamos hablar y hablamos del paso de Dios en

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nuestra vida, de las cuatro de la tarde en que, al igual que los discípulos del Bautista, le hemos preguntado tí-midamente por su hogar y nos ha dicho “ven y verás”. La teología es el gozo de la mujer samaritana que va corriendo a contar cómo Dios calmó su sed en pleno de-sierto y la ternura con que la miró, aquella que ningún hombre había sido capaz de dársela. Hacer teología es escuchar la historia no contada de Zaqueo luego que Je-sús lo invitó a su propia casa para compartir la mesa del perdón y de la coherencia. Hacer teología es vivir con el mismo corazón inquieto del viejo Nicodemo que se arriesgó a cruzar la otra orilla para bus-car en el joven Jesús al nuevo maestro que le ayudase a nacer de nuevo. Ha-cer teología es tener la libertad para ser francos como Marta que repro-chó al dios ausente por su aparente inclemencia, cuando el cincel del dolor se llevaba un trozo del alma por el hermano perdido.

Nuevas situaciones en diver-sos contextos tenemos que afrontar hoy en día, nosotros los laicos para ha-cer teología de manera significativa. Como vemos, hacer teología no es viajar físicamente “de la combi urbana al desierto bíblico”, moverse de lugar o realizar actividades nuevas sino descubrir con paciencia otra forma de percibir, aprender a expresar sensiblemente la presencia de Dios con un lenguaje de imágenes nuevo, una mirada contemplativa y un silencio consciente. En este “lugar teológico ampliado” tenemos que movernos los laicos, ponderando las cualidades per-sonales de los hermanos de nuestra comunidad o sus modos de afrontar la realidad en medio de situaciones muy distintas: la lucha por conseguir un trabajo sin tirar la toalla y mantenerse con astucia sin malicia en una institución donde hay que padecer explotación, abuso o injusticia; el ánimo para no deprimirse ante la pobreza padecida o la solidaridad frente a quienes la viven; la resistencia a la viveza criolla y la corrupción que después de hacernos sus víctimas quieren que colaboremos con ellas; la libertad para no alienarse ante el mercado que inventa cada día necesidades nuevas para que consu-mamos más; los malabares y “otras artes” para no atra-sarse en el pago del préstamo bancario; la integridad para no dejarse atrapar por el poder que oprime a los que tienen, pueden o saben un poco menos que uno; la fortaleza para no permitir que la violencia y el irrespeto se conviertan en parte de nuestro estilo cotidiano de re-lación; la renovación del amor que se ha desgastado y el compromiso fidelidad a la pareja; el cultivo de la amistad como una importante experiencia de amor y aceptación

frente a la manipulación y el individualismo crecientes; el desprendimiento para dejar crecer a los hijos que de-ben irse de casa para hacer su propio hogar; la templan-za para no derrumbarse ante el fracaso del proyecto que parecía exitoso pero que se rompió; la compasión hacia uno mismo ante los objetivos no alcanzados; la dignidad y la alegría frente al dolor y la enfermedad propias; el humor desenfadado en medio del cansancio y la fragili-dad de la tercera edad que llega a veces con soledad y

sentimientos de incomprensión; la voluntad para no dejarse abatir ante la tristeza por el amigo

que murió trágicamente dejando un vacío que no se va a llenar jamás; la com-

prensión frente a la incomprensión de los hermanos de la comunidad o la incapacidad de la propia familia frente a nuestros proyectos em-prendidos y nuestras opciones en la vida; la apertura y ampliación de nuestros reducidos límites per-sonales en el contexto de la dis-

criminación socioeconómica, étnica, religiosa o de género.

La teología como compañera de la mujer y el hombre modernos

¿Qué “lugares“ serán propicios en el mundo de hoy para hacer teología, además del altar y el convento, la doctrina y el dogma, a los laicos que quieren narrar la fe en sus comunidades y más allá de ellas? ¿Podrán serlo acaso el trabajo esforzado, la mesa familiar, el afecto y la sexualidad, la naturaleza agredida, los nuevos discur-sos ideológicos, los espacios interculturales e interreli-giosos?

Tras el individualismo de la modernidad, la per-sona ha sido conminada a la solitariedad y abstraída de sus tradiciones con ausencia de los símbolos y discursos que le daban sentido en otras épocas. Es aquí que, en palabras del teólogo brasileño Joao Batista Libanio, la teología aparece, respondiendo a su vocación de ir a su lado por el camino, como la compañera de las mujeres y los hombres de esta época y de contarles las más her-mosas historias de aliento y consuelo que tanto nece-sitan oír. Quién sabe si hacer teología hoy en día tenga que ver con esa vocación de los laicos de los Sagrados Corazones de ser madres y padres, hermanas y herma-nos del mundo que ya no escucha porque está lleno de ruido; quién sabe si los laicos de los Sagrados Corazones no estén llamados a ser el silencio contemplativo y la narración susurrante de Dios “entre la combi urbana y el desierto bíblico”.

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8 Teología Laical

En la construcción de una identidad y una teología laical

E n estos últimos tiempos la Rama Secular

Sagrados Corazones –Sector Perú ha ido

tomando conciencia sobre su identidad y su

vocación en el mundo y en la Iglesia.

Antes eran otros quienes definían

lo que era el laico pero llegó el tiem-

po en que el laico reflexione y defina

su ser y su quehacer en la Iglesia y en

el mundo. El término laico por ser una

construcción es histórico, dinámico y va-

riable. Por lo tanto, también susceptible de

ser recreado.

La Rama secular pensando sobre su identidad

y su misión en estos últimos tiempos quería responder a

la interrogante ¿Qué son los laicos? Y en su Asamblea del

2007 respondía de la siguiente manera: “Los laicos son

mujeres y hombres felices que siguen a Jesucristo en el

mundo, acogiendo y construyendo el Reinado de Dios.”

Llegar a esta conclusión ha supuesto años de reflexión, de

búsquedas, de encuentros y desencuentros y de mucha

oración. De esta definición se desprende lo siguiente:

a) Conciencia del discipulado. Los laicos consagra-

dos por el bautismo están invitados a configurarse con

Cristo y participar ya de su triple función: sacerdote, pro-

feta y rey. Los laicos también toman conciencia que son

discípulos de Jesús y como tal tienen que vivir. Es decir,

desde su vocación laical tienen que dar testimonio del Se-

ñor. Y son seguidores felices porque han conocido el amor

de Dios revelado en Jesús. Esta felicidad brota desde el

encuentro personal con Jesús, porque descubre su pre-

sencia en su historia y en su vida, en el compartir cotidia-

no con la gente y en la comunidad.

b) Misión del laico. Como discípulos de Jesús los

laicos tienen como misión llevar la Buena Nueva de Jesús,

el amor de Dios a todos, preferentemente a los más po-

bres. Anunciar el Reino de Dios y trabajar en la construc-

ción de un mundo mejor desde su vocación laical.

c) En el mundo. Vivir el discipulado en el mundo, se

entiende por mundo aquel lugar “propio” del laico, la fa-

milia, el trabajo, la sociedad. Siempre desde su particular

vocación tiene que evangelizar a un mundo cada vez más

secularizado y que promueve otros valores contrarios a

los del Reino. Los laicos no somos especialistas de Dios y

José Luis PozoMiembro de la Rama Secular

no pretendemos serlo, sino que somos testigos

que Dios nos ama y queremos comunicar

esta Buena Noticia a los otros.

d) Comunidad. Los laicos son

hombres y mujeres que viven la expe-

riencia de fe en comunidad, grupo de

reflexión, etc. Donde se comparte la

vida a la luz de la fe, se vive la oración,

y como lugar privilegiado para discernir

la voluntad del Señor.

Laicos SS.CC.

A fines del 2007 recibimos una Declaración

de los Gobiernos Generales sobre la Rama Secular. Este

documento en resumen aclaraba que jurídicamente los

miembros de la Rama Secular no pertenecían a la Congre-

gación, lo cual causó diversas reacciones. Nuestro sec-

tor, compartió este documento en su asamblea de verano.

Costaba entender por qué recién los Gobiernos Genera-

les se pronunciaban sobre esto, ya que en nuestro sector

como he ido compartiendo arriba, estaba en otro proceso.

Quedamos en seguir reflexionando sobre el tema. Pero nos

quedaba claro que formamos parte de esta familia ss.cc.

cuyo parentesco es espiritual, compartimos una misma

espiritualidad con los religiosas y religiosos ss.cc. de quie-

nes hemos ido aprendiendo esta espiritualidad ss.cc. y

que vivimos desde nuestra particular vocación laical.

Nuestra comunión con las hermanas y los herma-

nos ss.cc. con el tiempo ha ido profundizándose, nos sen-

timos valorados y apoyados.

Teología laical

La Rama Secular, se siente comprometida en la

promoción de la vida laical y aportar con una teología lai-

cal. Creo que el hablar de Dios brota de la experiencia del

encuentro personal y comunitario con el Señor y desde

un contexto histórico determinado. Los laicos también nos

sentimos llamados a hacer teología y para eso también

creemos que es necesario que nos formemos.

Como parte de la promoción laical, se han orga-

nizado jornadas con otros laicos que no pertenecen a la

Rama, pero que igual se sienten ss.cc. porque comparten

también esta espiritualidad.

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9Teología Laical

Inicio estas líneas señalando que uso el término laical

para ser comprendido, pero no por convencimiento.

Creo que uno de los problemas que ha tenido y sigue

teniendo nuestra teología cristiana a pesar de algunos

avances, es la distinción entre clérigos, religiosos y lai-

cos que oculta lo que es fundamental: que somos una

iglesia (comunidad) de discípulos de Jesús con un solo

Señor, una sola fe, un solo bautismo. Dentro de esta

comunidad de discípulos hay diferentes ministerios que

surgen de las necesidades mismas de cada comunidad,

y que son desempeñados por aquellos que sienten el

llamado y tienen los carismas. Hay también distintas

opciones de vida que obedecen a diversas vocaciones

y situaciones, pero todas enmarcadas en lo esencial:

ser discípulos de Jesús. Un ministro ordenado o una

religiosa no dejan de ser parte de esa comunidad de fe;

si algo rechazó Jesús fue la separación (el término fari-

seos viene de “separados”) de un grupo que atrinche-

rado en su concepto de “pureza” y el manejo de ritos

se creía mejor que el resto; también rechazó a quienes

se erigieron como intermediarios de Dios a partir del

control del culto. No en vano el evangelio hace notar

que al morir Jesús el velo del templo se rasgó: el Cristo

convoca a otra manera de ver la fe centrada en el amor,

el respeto a la persona, la justicia y la verdad. Con un

llamado universal al seguimiento.

El texto de Aparecida (tan rápidamente olvida-

do) tiene como tema central los discípulos y misione-

ros; engloba a todos los creyentes en esas categorías,

aunque reconoce vocaciones específicas. Todo su de-

sarrollo, fuera de las catorce páginas del apartado 3

del capítulo 5, está dirigido a la totalidad del pueblo de

Dios.

No estaríamos hablando de teología laical si an-

tes, por razones históricas, la mayoría de bautizados

no hubiese sido excluido en la práctica de la tarea de

pensar su fe y construir la comunidad. De no haber

ocurrido eso, estaríamos hablando de teología cristia-

na; pero es válido levantar este término por un tiempo,

hasta que volvamos a la normalidad perdida (como es

válido el feminismo mientas subsista el predominio del

varón).

En este marco quisiera señalar la importancia de

mirar el tiempo que vivimos, la vida cotidiana, lo social,

político y cultural, como el primer paso para hacer teo-

logía. La observación atenta y crítica de lo que sucede

(signos de los tiempos) nos dará los puntos de partida

para desarrollar una reflexión de fe cristiana auténtica.

Es claro en los textos de los profetas y en los evangelios

que la sistematización teológica no pueden ignorar ni

desarrollarse al margen de la vida.

No es siempre fácil, pues el ritmo que llevamos

en la sociedad actual es intenso y no nos deja espacios

para documentarnos, para conocer, y menos para re-

flexionar. De allí que una de nuestras tareas para hacer

teología es reconocer las condiciones en que vivimos, y

partiendo de ellas buscar (y luego defender) espacios y

tiempos de reflexión personal y grupal. Una vez conse-

guido esto, hay que ir a la búsqueda de la información;

tarea difícil porque hoy tenemos abundancia de datos,

REFLEXIÓN SOBRE LA VIDAJuan Borea Odría

Miembro de la Rama Secular

Su misión propia y específica (la de los laicos) se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyan a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio. (Aparecida Nº 210)

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pero presentados por los medios de comunicación de manera banal o buscando “lo que le gusta a la gente”. En esa abundancia deberemos hacer un proceso de discer-nimiento para encontrar lo que es significativo, aquello que nos permite la aprehensión del mundo. Ya seleccio-nada la información veraz y pertinente hay que proce-sarla, relacionarla con nuestros conocimientos previos; analizarla, buscar las relaciones de causa y efecto.

En este proceso debe estar siempre presente la Palabra de Dios; hacerla presente requiere tener cierto conocimiento de los textos, de cómo fueron escritos y lo que nos quiere decir. Habrá entonces que buscar capacitación para aprovechar al máximo la luz de la Palabra para que ilumine lo que vivimos.

Esto nos compromete también a estar inmer-sos en la vida, vibrando con los gozos y esperanzas, y sufriendo con las tristezas y los fracasos del mundo (recordemos Lumen Gentium, uno de los textos más

motivadores del Concilio Vaticano II). Un cristiano ali-mentado por su reflexión, por la oración, por la vivencia comunitaria de la eucaristía, actúa sobre el mundo des-de el lugar que tiene en la sociedad, y también desde la política. El fuego interior que da el sentirse amados y llamados por Jesús impulsa necesariamente a ser testi-gos del Evangelio y a dar nuestro aporte en la construc-ción del Reino de Dios.

La acción sobre el mundo nos lleva a cerrar el círculo virtuoso buscando la reflexión teológica que dé sentido a lo vivido y nos impulse a continuar con nues-tra presencia en el mundo.

El reto es grande, pero por eso mismo atracti-vo; para afrontarlo debemos ir destruyendo paradig-mas heredados del clericalismo. Como dice el profeta, “para edificar destruirás y plantarás”. Hay que destruir primero, y plantar a continuación. Que el Señor nos acompañe en este camino.

Aniversario de la Comunidad – El 2 de se-

tiembre, fecha del cumpleaños del P. Héctor de Cárde-

nas, la Comunidad celebra simbólicamente su aniver-

sario. Aunque no hay fecha exacta del inicio,

se calcula que la experiencia comunitaria se

inició en 1972, con lo que serían 37 años

de existencia. Con tal motivo, los comu-

nos tuvieron una fiesta el día viernes 4 en

casa del Coordinador General, Francisco

Rodríguez: todas las generaciones (desde

adolescentes hasta abuelos) se reunieron a

bailar, reír, brindar y jugar divertidos juegos inspirados

en la comunidad y sus personajes. Una torta con la

foto de la comunidad en pleno fue compartida.

Misa de Aniversario – Dos días después, el

domingo 6, Gastón presidió una misa en la que los

recuerdos y proyecciones comunitarias se unieron en

ofrenda. Terminada la Eucaristía (y compartiendo un

traguito en ronda), se realizó una tertulia en la que los

miembros más antiguos fueron uniendo sus reminis-

cencias para dar forma a la historia comunitaria que se

transmitía a los más jóvenes. Las figuras de Héctor de

Cárdenas, José Luis Ramírez y Juan Scheepens fueron

particularmente evocadas.

Confirma – El programa de Confirmación avan-

za; como paso previo al retiro de los confirmandos (pre-

visto para inicios de Octubre) , se tuvo una jornada en

que cada grupo eligió un nombre, mismo que presen-

taron en la misa final, compartida con la comunidad. El

que muchos animadores hubieran estado participando

del Encuentro Nacional de Jóvenes SS.CC. complicó un

poquito las cosas en términos logísticos, pero también

llenó de significado el compartir.

Cineforum – El sábado 19 a las 7:30

p.m. está previsto un espacio de cineforum

alrededor de la película “Jesús”, que plantea

al Jesús histórico como hombre verdadero

(que ríe, comparte con los demás y convo-

ca a la gente) y Dios verdadero a partir de

ello. La convocatoria se ha hecho a todos los co-

munos y el horario es particularmente cómodo para

quienes terminan a esa hora catequesis de confirma-

ción y ensayo de Coro Comuno.

Retiro de la Comunidad – La junta de ase-

sores está planificando un próximo retiro comunitario

para trabajar de manera particular el proyecto de vida

personal a partir del Evangelio de San Juan. La idea

es estimular la participación de todas las generaciones

comunas.

Retiro con jóvenes de La Ensenada - El gru-

po 197, que está trabajando en Ensenada desde hace

un par de años, está programando para el próximo

mes un retiro para los jóvenes de las comunidades de

la zona, mismo que se realizará en la casa de Juanito

en San Bartolo.

Noticias de la Comunidad ss.cc.Héctor de Cárdenas

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Boletín “Nuestra Familia” Perú Septiembre Nº 315 2009 / www.ssccperu.com

11Teología Laical

Diría que más del ochenta por ciento de mi vida, de mi vida como laico, la he

vivido cerca a los Sagrados Corazones. Allá por los años 70, junto con Alejandro Lugon, Daniel Gushiken, Juan Carlos Townsend, Jai-me Galvez (ahora miembros de mi grupo de reflexión, Lebab, de la Comunidad Héctor de Cárdenas) ingresé a los primeros años al co-legio Recoleta. Mis padres buscaban darme la posibilidad de una educación cristiana en el marco de un colegio católico. Han pasado casi 40 años desde ese momento y sigo mi bús-queda por el mismo camino.

Los católicos exteriorizamos nuestra relación con Cristo a lo largo de nuestra vida a través de los sacramentos; en mi caso me tocó recibir el Bautismo muy pequeño, tenía pocos días de nacido, y fueron mis padres los que tomaron el compromiso por mí y ellos se comprometieron a educarme en la Fe, cosa que hicie-ron con mucho cariño, pero sobre todo con su ejemplo. Durante mi infancia participaron en el grupo “los 18 con José” (donde nueve parejas compartían su experiencia de vida, acompañados por José Serrand ss.cc.) lo que me acercó más a los SSCC. Luego la Eucaristía, una es-pecial preparación para recibir la primera comunión con el alegre padre Armel Becquet; la Confirmación, con la preparación en el colegio La Recoleta; el Matrimonio, en donde José Luis Ramirez ss.cc. nos acompañó a Mariella y a mí en una muy especial preparación para juntar nues-tras vidas y ser bendecidos por Dios; y la Reconciliación, importante y retadora, reconfortante. Cada uno de estos sacramentos, ha sido y es importante en mi relación con el Señor. Cada uno es un signo en mi vida y cada uno implicó también un cambio. Cada una de estas experien-cias de vida de Fe nos recuerda que somos hijos de Dios, muy queridos, cada uno especial en algo, cada uno con una misión.

Mi historia y mi relación con los SS.CC. está llena de la presencia de los hermanos de la Congregación y, aunque en menor proporción, también de las hermanas. Además a lo largo de esa historia está la presencia de los laicos, primero en el grupo “Desde la Vida”, cuando Héc-tor de Cárdenas estaba en Ramón Zavala y Adrián Revilla era un joven que nos acompañaba a “evangelizar a los jóvenes desde los jóvenes” (siguiendo la opción preferen-cial propuesta por Puebla) en los programas de confirma-

ción. Ahora en la Comunidad HdC, Lebab y el Grupo de Oración (que es un grupo de reflexión con Pilar Zúñiga, Fernando Montalban, Carlos Benavides y Pepe Borea) son mis referentes en el camino de Fe. Motivado por los te-mas que trabajamos en el grupo revisé algunos artículos del derecho canónico y encontré algunas líneas que ha-cían referencia a los deberes y derechos del laico, líneas que reforzaban la idea de que cada uno de nosotros, los laicos, tenemos un encargo del Señor en el ambiente en el que nos desenvolvemos.(*)

La buena nueva es AMOR, y el amor al Señor se materializa en mi caso, en el amor a mi pareja, a mis hijos, hermanos, comunos, compañeros de trabajo, em-pleados, a mi entorno. El Señor me pide actuar en cada momento de mi vida en busca de la construcción del Rei-no, es allí donde me toca “vivir y anunciar el evangelio”, en mi vida diaria.

“Los laicos ejercen su propio apostolado tanto como fieles de la Iglesia y como ciudadanos del mundo”.

(*) “Puesto que, en virtud del bautismo y de la con-

firmación, los laicos, como todos los demás fieles, están des-

tinados por Dios al apostolado, tienen la obligación general,

y gozan del derecho tanto personal como asociadamente,

de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea co-

nocido y recibido por todos los hombres en todo el mundo;

obligación que les apremia todavía más en aquellas circuns-

tancias en las que sólo a través de ellos pueden los hombres

oír el Evangelio y conocer a Jesucristo.”……” Quienes, según

su propia vocación, viven en el estado matrimonial, tienen

el peculiar deber de trabajar en la edificación del pueblo de

Dios a través del matrimonio y de la familia”.

Mi experiencia como laicoEduardo Serpa

Com. SSCC. Héctor de Cárdenas

Los fieles laicos son “los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo”. Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”. (Aparecida Nº 209)

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12 Teología Laical

Q uienes nos encontramos trabajando en la escue-

la tenemos la ventaja de sentir el pulso de los

tiempos al encontrarnos día a día con las inquietudes

de los niños, adolescentes, y de sus familias. Vemos

ahí lo que el hombre y la mujer de hoy buscan, lo que

sienten, lo que piensan. Nos encontramos cara a cara

con los nuevos gozos y esperanzas de la gente, y con el

espacio que ocupa Dios en ellos.

Descubrimos en el diálogo y en las demandas de

nuestros alumnos, alumnas, padres y madres de fa-

milia, los miedos ante la incertidumbre, el relativismo

y las exclusiones de un mundo plural y globalizado;

los escapismos hedonistas reales o virtuales; las su-

perficialidades y deseos de no pensar pues solo existe

lo que sientes o puedes experimentar; las dificultades

para proyectarse en el futuro porque “la vida es ahora”;

las urgencias del mundo pragmático y economicista que

no da espacio a la trascendencia ni a la reflexión (Just

do it); las necesidades e inquietudes de nuevos grupos

sociales y culturales emergentes; el descrédito de las

instituciones como Estado, Familia e Iglesia; el valor de

nuevas espiritualidades efectistas y sentimentales que

ofrecen la paz interior cerrando los ojos al mundo exte-

rior; la admiración ante los avances de la tecnología y

la ciencia; y la abrumadora cantidad de informaciones

que nos dificulta la identificación o creación de conoci-

mientos relevantes para la vida.

Como hombres y mujeres del mundo en el cora-

zón de la Iglesia, nuestra tarea es recoger todo esto y

mirarlo con los ojos de la fe, e incorporarlo en nuestras

reflexiones. Es preciso mirarlo con ojos misericordio-

sos, no para lamentarse o condenar, sino para redimir-

lo, para repararlo, para descubrir entre tanta oscuridad,

los signos de los tiempos. Necesitamos laicos que desde

su vida profesional, familiar, política y ciudadana ayu-

den a la Iglesia a estar cerca de la gente, a encarnarse,

a descubrir los nuevos rostros del Cristo sufriente, a re-

cordar que el ser humano es el camino del Evangelio y

que sin promoción humana, de todo el hombre y de to-

dos los hombres, traicionamos la esencia del mensaje y

práctica de Jesús. Necesitamos laicos bien preparados

–profesional y pastoralmente- que ayuden al conjunto

de la Iglesia a recrear su lenguaje y sus prácticas, de

tal modo que siendo fieles a Jesucristo, respondan a los

anhelos más profundos del hombre y la mujer de este

mundo posmoderno que vivimos.

Como hombres y mujeres de la Iglesia en el co-

razón del mundo, es nuestra tarea ser capaces de hacer

creíble el inmenso amor de Dios, no solo con gestos es-

pirituales y cariñosos, sino con capacidad profesional y

política para crear un mundo mejor. “En efecto, el laico

se ubica, por su vocación, en la Iglesia y en el mundo.

Miembro de la Iglesia, fiel a Cristo, está comprometido

en la construcción del Reino en su dimensión temporal”.

(Puebla 787) Necesitamos laicos que asuman su vida

profesional, familiar, política y ciudadana –y no solo su

tiempo libre- como el espacio fundamental donde encar-

nar y predicar el evangelio. Laicos que asuman que “Para

cumplir su misión con responsabilidad personal, … nece-

sitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual

y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de

Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida

social, económica, política y cultural”. (Aparecida, 212)

De ahí que tengamos que revisar, en América

Latina a la Luz de Aparecida, la misión de la escuela ca-

tólica y en ella la específica de la Educación en la Fe.

La escuela católica no se define porque ahí se

celebran los sacramentos, o porque se reza al inicio

EDUCADORES EN LA FE

Prof. Luis Felipe González del Riego

Colegio Sagrados Corazones “Recoleta”

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Boletín “Nuestra Familia” Perú Septiembre Nº 315 2009 / www.ssccperu.com

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instituciones católicas sea integral y

transversal en todo el currículum…

(Aparecida 338)

- Asimismo se recomien-

da que la comunidad educativa,

(directivos, maestros, personal ad-

ministrativo, alumnos, padres de

familia, etc.) en cuanto autén-

tica comunidad eclesial y centro

de evangelización, asuma su rol

de formadora de discípulos y mi-

sioneros en todos sus estamentos.

(Aparecida 338)

Finalmente, me parece importante,

por lo anteriormente dicho, y por los marcos legales y

de defensa del consumidor, que los colegios de la Igle-

sia, y particularmente los de la Congregación, explici-

ten su tarea, revisen sus prácticas y se renueven según

el llamado de los obispos latinoamericanos reunidos en

Aparecida:

- La Escuela católica está llamada a una profun-

da renovación. Debemos rescatar la identidad católica

de nuestros centros educativos por medio de un impul-

so misionero valiente y audaz, de modo que llegue a

ser una opción profética plasmada en una pastoral de

la educación participativa. Dichos proyectos deben pro-

mover la formación integral de la persona teniendo su

fundamento en Cristo, con identidad eclesial y cultural,

y con excelencia académica. Además han de generar

solidaridad y caridad con los más pobres. El acompa-

ñamiento de los procesos educativos, la participación

en ellos de los padres de familia, y la formación de do-

centes, son tareas prioritarias de la pastoral educativa.

(Aparecida 337).

En estos tiempos donde se cree que la religión

es un asunto privado o un asunto de opinión personal,

donde se afirma que todas las religiones dan lo mismo

y se las busca como refugio en medio de tanta agita-

ción, la educación en la Fe en un colegio de Iglesia con

un plan pastoral tiene que ser el espacio privilegiado

para compartir la fe y pensar lo que se siente en las

relaciones con los demás y con Dios. Teniendo cuida-

do de no caer en el fundamentalismo, debe ofrecer un

espacio para la comprensión doctrinal cristiana y para

el discernimiento de nuestra fe, que recoja la expre-

sión de la fe que se da en el conjunto de la vida, para

ubicarnos en el mundo plural, con tolerancia y respeto,

pero teniendo claro qué significa creer en el Dios de

Jesucristo.

de cada clase, o por los retiros y jornadas que ofrece.

Eso está bien, pero no es lo que le da su identidad. Lo

propio de la escuela católica es brindar una educación

de calidad que responda a las exigencias del mundo

de hoy, ofreciendo una formación integral y una visión

cristiana del conjunto de la vida, siendo un espacio co-

munitario de diálogo fecundo entre fe y vida y entre fe

y cultura, que permite el encuentro transformador de

todos los integrantes de la comunidad educativa con

Jesucristo.

Las conclusiones de Aparecida al respecto son

muy claras:

- … es necesario insistir en el auténtico fin de

toda escuela. Ella está llamada a transformarse ante

todo, en lugar privilegiado de formación y promoción

integral, mediante la asimilación sistemática y crítica

de la cultura, cosa que logra mediante un encuentro

vivo y vital con el patrimonio cultural… De esta manera

las distintas disciplinas han de presentar no sólo un

saber por adquirir, sino también valores por asimilar, y

verdades por descubrir. (Aparecida 329)

- Cuando hablamos de una educación cristiana,

por tanto, entendemos que el maestro educa hacia un

proyecto de ser humano en el que habite Jesucristo con el

poder transformador de su vida nueva. (Aparecida 332)

- …no se concibe que se pueda anunciar el Evan-

gelio sin que éste ilumine, infunda aliento y esperanza,

e inspire soluciones adecuadas a los problemas de la

existencia; ni tampoco que pueda pensarse en una pro-

moción verdadera y plena del ser humano sin abrirlo a

Dios y anunciarle a Jesucristo.(Aparecida 333)

- … en el proyecto educativo de la escuela cató-

lica, Cristo, el Hombre perfecto, es el fundamento, en

quien todos los valores humanos encuentran su plena

realización, y de ahí su unidad. … capacitando al hom-

bre y a la mujer para … pensar, querer y actuar según el

Evangelio, haciendo de las bienaventuranzas la norma

de su vida. Precisamente por la referencia explícita, y

compartida por todos los miembros de la comunidad

escolar, a la visión cristiana —aunque sea en grado di-

verso, y respetando la libertad de conciencia y religiosa

de los no cristianos presentes en ella— la educación es

“católica”, ya que los principios evangélicos se convier-

ten para ella en normas educativas, motivaciones inte-

riores y al mismo tiempo en metas finales. Éste es el

carácter específicamente católico de la educación. Je-

sucristo, … es la mejor noticia, propuesta a los jóvenes

por los centros de formación católica. (Aparecida 335)

- Se propone que la educación en la fe en las

Teología Laical

Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores. (Aparecida Nº 211)

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14 Teología Laical

M e inicié en el 2001 en el Programa de Fermen-

to SS.CC., a cargo de la hermana Marcela de Ta-

boada, ss.cc. acompañada de las/os hermanas/os de

la Congregación; en el 2003, al concluir el Programa,

fuimos invitadas a formar Comunidades, en pequeños

grupos. Empezamos cuatro Comunidades, actualmente

somos cinco. Pertenezco a la “Comunidad Niña María”,

conformada por siete miembros, teniendo en la actuali-

dad cinco años de experiencia de Comunidad.

Este compromiso adquirido ha transformado mi

vida. Me he dado cuenta que la vida no significa sola-

mente satisfacer las necesidades que como ser humano

tenemos. Más bien, he conocido el gran amor de Dios

Padre, “Dios es amor, y quien permanece en el amor,

permanece en Dios y Dios en él” 1 Jn 4,16.

Encontrarme con su Palabra, ha sido una cons-

tante búsqueda, para meditarla y reflexionarla, sir-

viéndome de alimento espiritual, ayudándome a crecer

como persona, y de esta manera poder compartirla en

Comunidad.

Estar en Comunidad, fraternalmente, me ha ser-

vido para relacionarme en forma positiva con quienes

me rodean en mi diario vivir y también ser una lai-

ca comprometida. La Comunidad me estimula a servir

a los demás, procurando ser agente de comunión en

el mundo y sobre todo participando de la Misión de la

Congregación “Contemplar, Vivir y Anunciar el amor de

Dios”. También me ha ayudado a descubrir que hay mu-

chos corazones generosos que se solidarizan para lle-

var un poco de alegría a los más pobres y darme cuenta

que hay mucha gente que necesita amor.

En nuestra Comunidad tenemos una Coordina-

dora, un Proyecto, tanto personal como comunitario y

un Cronograma de Reuniones. Procuramos realizarlo lo

mejor que se pueda, teniendo momentos de oración

(personal y comunitaria), momentos de reunión comu-

nitaria para compartir e intercambiar ideas, experien-

cias, y ayudarnos mutuamente a crecer humana y espi-

ritualmente. Hay momentos de solidaridad, en los que

MI EXPERIENCIA DE COMUNIDAD LAICA

FERMENTO SS.CC.Sra. Marjorie Bullón de Córdova

Profesora del Colegio SS.CC. Belén

compartimos momentos de alegrías y tristezas, tratan-

do de conocernos un poco más. Cada año, en Navidad,

vamos a Laderas a compartir con los niños/as de allí

una Jornada de alegría y fiesta con ellos/as. Organiza-

mos esta Jornada con mucho cariño, con la colabora-

ción de las otras Comunidades y de las personas que

están en el Programa Fermento SS.CC. Siempre hemos

regresado felices y enriquecidas interiormente por el

contacto con la gente sencilla de este Pueblo Joven.

No es fácil, porque como ser humano, soy vulne-

rable y a veces me siento como el hijo pródigo (Lc.15,

11-32) o como la oveja que se pierde del rebaño.

(Ez.34,5) Pero lo más hermoso es que Dios se hace

presente y nunca me abandona, Él siempre está con-

migo. Su amor misericordioso me envuelve y me invita

a seguir adelante.

Doy gracias por haber encontrado este camino

de equilibrio, de amor a Dios, de enriquecimiento de mi

vida, junto con mi Comunidad.

Comunidad “Niña María”

Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los laicos necesitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural. (Aparecida Nº 212)

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15 Teología Laial

Desde el año 2000, en la Iglesia

SS.CC Recoleta de Plaza

Francia, el equipo del Programa

Encuentro de Padres, se reúne

cada tercer domingo para pla-

nificar y realizar un trabajo

pastoral muy especial: pre-

parar a los padres de los ni-

ños, adolescentes y jóvenes

que asisten a los programas

de Primera Comunión y Confir-

mación.

En este año 2009 nuestro

equipo está formado por Manuel Lo-

zano Lesma, Mary Girón de Lozano, Mario

Astuquipán Guzmán, Hilda Zúñiga de Astuqui-

pán, Daniel Pichilingue, Amalia Valeriano de Pichilingue

y quien escribe Lorena Huaco de Cerna. En años ante-

riores hemos contado con la participación de Anselmo

Mosquera y Juana Manrique de Mosquera, matrimonio

muy comprometido con el trabajo que se desarrolla en

la parroquia.

Recuerdo que me incorporé al programa, por in-

vitación de Manuel Lozano, a quien me une una amis-

tad desde el tiempo de colegio.

En ese momento estaba alejada del trabajo pas-

toral en la parroquia y mi familia se encontraba atrave-

sando una crisis. Esto y otras circunstancias generaron

en mí ciertas reflexiones: ¿cuál podía ser mi aporte en

un programa para padres? ¿Estaría en condiciones de

brindar una experiencia significativa, auténtica y po-

sitiva?

Pues bien, lo primero que descubrí, fue que es-

tar viviendo una crisis familiar no es algo de lo que un

cristiano se deba avergonzar, y mucho menos te inva-

lida para seguir trabajando pastoralmente, sino que se

convierte en una oportunidad para crecer y madurar en

la Fe. Es a partir de la fuerza de los tes-

timonios de vida que encuentras en

los matrimonios del equipo, que

vas interiorizando y reflexionan-

do sobre aquello que Dios quie-

re para tu familia.

También he aprendido,

que nuestro programa tiene

un carácter inclusivo y muy

católico, pues en éste se nos

convoca desde nuestra condi-

ción de padres; no se excluye a

nadie, evangelizamos a partir de

la experiencia familiar.

En las reuniones que programamos para

cada cuarto domingo de mes, con temas: como familia

y comunicación, ser padre y ser madre, autoestima, los

valores en la familia y los sacramentos, vamos estable-

ciendo líneas comunes de reflexión, análisis y compro-

miso para desempeñar nuestro rol adulto de padres.

El ambiente de entusiasmo y dedicación en el

cual se desarrollan nuestras sesiones, logra que los

asistentes, participen de las dinámicas, elaboren pa-

pelotes y afiches para compartir sus vivencias y sus

reflexiones. Procuramos crear un clima de alegría, res-

peto y confianza en el cual se pueda practicar la escu-

cha activa. En más de una ocasión, el testimonio es-

pontáneo y sencillo de nuestros padres y madres, nos

ha conmovido e interpelado profundamente.

Al terminar, compartimos la Palabra de Dios y a

la luz de ésta, revisamos nuestro actuar desde nuestra

experiencia cotidiana, oramos juntos y nos despedimos,

invitando a todos a participar de la misa dominical y por

supuesto a la siguiente reunión.

¿Qué es lo más valioso que este trabajo pastoral

nos ha dado? Entre otras cosas: el estar cerca de las

Programa de Encuentro de Padres Iglesia Sagrados Corazones La Recoleta

“El matrimonio y la familia constituyen el primer campo para el compromiso social de los

fieles laicos. Es un compromiso que sólo puede llevarse a cabo adecuadamente teniendo la

convicción del valor único e insustituible de la familia para el desarrollo de la sociedad y de

la misma Iglesia”. Carta a los laicos, Christideles fideles laici

Lorena Huaco

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16 Teología Laical

familias y crecer juntos, el compartir lo que somos y recibir más de lo que damos, el acercar a las familias cristianas

a nuestra Iglesia, por ello nuestro agradecimiento a los padres y madres que han compartido con nosotros y a los

que actualmente asisten, así como a todas las personas en especial los padres de la Recoleta, que nos acogen y

permiten la continuidad de esta experiencia.

Oración por el hogar

Señor: Haz de nuestro hogar un sitio de tu amor:

Que no haya injuria, porque Tú nos das comprensión.

Que no haya amargura porque Tú nos bendices.

Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas

Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.

Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros.

Que sepamos marchar hacia Ti en nuestro diario vivir.

Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio.

Que cada noche nos encuentre con más amor de esposos.

Haz Señor de nuestras vidas que quisiste unir, una página llena de Ti.

Haz Señor de nuestros hijos lo que lo que Tú anhelas:

ayúdanos a educar, a orientar por Tu camino.

Que nos esforcemos en el consuelo mutuo.

Que hagamos del amor un motivo para amarte más.

Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar.

Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro

nos concedas el hallarnos unidos para siempre en Ti.

Amén.

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17Vida de las Provincias

Desde el mismo momento de haber asumido la gra-cia, sin mérito alguno, de ser llamada y escogida

a CONTEMPLAR, VIVIR Y ANUNCIAR el AMOR de DIOS, encarnado en Jesús y plenamente compartido por María, supe y sentí la necesidad de vivir una espiritualidad pro-funda, rica y valiosa al servicio de la Iglesia y los pueblos a lo que soy enviada como misionera para colaborar en la dinamización del Reino de Dios.

El Carisma de la Congregación encarnada en mi persona, me posibilita una experiencia multifacética. Día a día se me presenta la oportunidad de ser lo que soy-misionera de los SS.CC., “estar con Él y ser enviada”, es así, que cuando el primer día que llegué a la CONFER mis ojos se fijaron en el anuncio colgado por el panelógrafo. “Misión en Ayacucho…”, mi corazoncito se me conmovió, de inmediato. Hice un discernimiento y consultando con mis hermanas de comunidad entendí que era sí, una lla-mada a vivir más allá, la compasión y la misericordia desde el “dinamismo interior del amor de Cristo…” con unos hermanos desconocidos en el momento, sin em-bargo cercano a mi sensibilidad desde una experiencia de llamada y enviada, allí donde Dios clama encuentro para descubrir con otras personas, otras culturas, otras realidades la misma opción de Jesús, la opción por el Reino.., “para que todos tengan vida y vida en abundan-cia” (Jn 10,10)

El 24 de julio, se celebró la misa de envío con la alegría inmensa que brotaba de nuestros corazones. Es-tábamos los dieciocho misioneros/as, diecisiete de votos temporales y dos del programa de formación junto con los/as acompañantes y algunos/as provinciales. Al día siguiente, sábado 25 partimos rumbo a Cabanas. Fueron veinticuatro horas de rica experiencia de viaje, disfru-tando del hermoso paisaje que ofrece parte de la costa y la sierra peruana. Llegando a Cabanas, nos recibió el párroco P. Miguel con un rico desayuno de bienvenida, seguido de un buen descanso; luego celebramos con el pueblo la misa de acogida. Inmediatamente después nos distribuimos en cuatro comunidades de misión; Ca-banas, Chipao, Andamarca y Huaycahuacho; a mí me tocó esta última, que queda como a tres kilómetros más adentro de la sierra, situado junto con dos pueblos Ishua y Guacaña. Hemos podido abarcar las tres comunidades. En cada uno de estos pueblos tuvimos espacios de ricos encuentros y compartir fraterno entre nosotros/a mis

Misión en AyacuchoHna Celsa Medina Espinola sscc.

“Nuestra misión nos urge a una actividad evangelizadora. Esta nos hace entrar en el dinamismo interior del Amor de Cristo por su Padre y por el mundo, especialmente por los pobres, los afligidos, los margi-nados y los que no conocen la Buena Noticia…El espíritu misionero nos hace libres y disponibles para ejercer nuestro servicio apostólico allá donde seamos enviados a llevar y acoger la Buena Noticia”. Constituciones Art.6.

PArTICIPACIÓN eN lA CONFer

mos como comunidad de misioneros/as y con las fami-lias, visitando sus casas, celebrando la Palabra de Dios y compartiendo el Evangelio con adultos, jóvenes y niños simultáneamente, en talleres.Ciertamente fueron tiem-pos muy cortos los compartidos con ellos, sin embargo como grupo, sentimos que han sido de transcendencia. Constatamos que las personas acogieron el mensaje con gratitud y la presencia de misioneros/as católicos/as cer-ca de ellos, les ha alegrado sus corazones. Con certeza hemos podido sembrar semillas de esperanza y compar-tir frutos del AMOR COMPASIVO Y MISERICORDIOSO DE DIOS entre hermanos de diferentes nacionalidades, cul-turas y carismas.

La pasión por el Evangelio y el celo misionero nos animaba y motivaba a la creatividad, pues, no todo era fácil, todo se nos hizo desafiante, por ello mismo tam-bién todo fue fascinante!!!, pues, era motivo para recor-dar los primeros pasos de nuestros Fundadores y de los/as primeros/as hermanos/as, que extendieron el Evan-gelio por todos los continentes.

Termino simplemente agradeciendo de corazón al Señor de la Vida, a la CONFER, a mis hermanas de co-munidad por esta rica experiencia y por la vida y misión de la Congregación. Cada miembro de esta familia es misionero/a allí donde ha sido enviado/a.

“La disponibilidad para las necesidades y urgen-cias de la Iglesia, discernidas a la luz del espíritu, así como la capacidad de adaptación a las circunstancias y acontecimientos, son rasgos heredados de nuestros

Fundadores”

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18 Vida de las Provincias

EXPERIENCIA DE LA CATEQUESIS FAMILIAR EN LA PARROQUIA DE LA ENSENADA

Hno. Wilber Onofre ss.cc.

La Catequesis Familiar es un don de Dios a su Iglesia

en respuesta al hombre de su pueblo. Para nosotros

como agentes de la pastoral, aquí en La Ensenada, es

una respuesta preferencial, la tarea de evangelización

a las familias; en estos momentos de crisis y pérdida

de valores evangélicos en la sociedad. Las familias se

encuentran desinteresadas por los bombardeos nega-

tivos de los medios de comunicación que provocan la

deshumanización de la persona.

La Catequesis Familiar para nosotros, es una

experiencia gratificante, donde compartimos gratuita-

mente lo que hemos recibido en el caminar de la evan-

gelización para llegar al núcleo y corazón de la familia.

El programa de la Catequesis Familiar se adecua a las

diversas realidades del país, acogiendo a parejas y fa-

milias, cualquiera sea su situación o realidad concreta

de cada una de ellas, acompañándolas paso a paso en

su proceso de formación personal; al ritmo de su con-

dición o de su formación de vida cristiana.

En ella, se descubre la fuerza de la Palabra de

Dios que acogida y reflexionada en grupo, va transfor-

mando vidas y familias en un proceso de conversión

con los demás miembros de familia. Así se comienza a

valorar el diálogo como esposos y con los hijos; se va

superando el machismo a través de nuevas actitudes.

Con el diálogo surge el respeto, el amor, la comprensión

y todo lo bueno que va más allá de su propia familia y

se opone a lo negativo que está en el ambiente.

Compromete a los padres de familia a ser los

evangelizadores de sus hijos, asumiendo así su rol de

educadores en la fe. También se abre camino al inter-

cambio fraterno con su pareja, hay más diálogo, co-

munión, participación; los hijos se sienten amados y

atendidos gozando de

la presencia de sus

padres; la casa se

va haciendo una

verdadera escuela

de amor. Se de-

vuelve al niño la

presencia signifi-

cativa en un hogar

que vive en la pre-

sencia de Dios. La ca-

tequesis familiar ayuda

a que muchos hogares

formalicen su vida familiar a

través del sacramento del matrimonio, otros renuevan

el verdadero sentido del matrimonio. La celebración de

los sacramentos es vivida con una nueva dimensión y

convicción de fe.

La Catequesis Familiar es un semillero que va

formando y preparando a las personas para que asu-

man su compromiso de cristianos activos en su parro-

quia. También es importante señalar que los coordina-

dores de EPAP, parejas guías, animadores de zonas o

mensajeros, son personas que han vivido el programa

de Catequesis Familiar, desde esa experiencia, su tarea

evangelizadora es muy eficaz, logrando así avanzar en

los diferentes sectores de la parroquia. Siendo nuestro

objetivo principal formar comunidades de base, para

formar la gran comunidad cristiana.

Equipo coordinador:

Hna. Gregoria Diaz Mego,

Sra. María Vidaurre,

Sr. Roger Villanueva,

Sr. Víctor Asencios.

Ellos (los laicos) han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, quien por su bautismo y su confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo. (Aparecida Nº 213)

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19Vida de las Provincias

A l cumplirse el 15 de

agosto, el 90o aniversa-

rio de vida parroquial a tra-

vés de la Parroquia “La Re-

coleta”, me viene a la mente

la enorme tarea desplegada

por los sacerdotes, religiosos

y laicos que dieron vida a la

comunidad recoletana.

La Parroquia entre-

gada en 1919, para restau-

rarla luego del incendio que

sufrió, fue el preámbulo del

inicio de una labor ardua y dinámica que se cristaliza

en una comunidad con ansia del amor a Jesucristo.

Indudablemente, no podré abarcar lo que cada

sacerdote, párroco, religioso o laico hizo durante su

época, pero sí puedo dar fe que a través de su historia

se caracteriza por:

• Anunciar la necesidad del compromiso con Je-

sús a través del Hermano.

• Contemplar la tarea de formar comunidad y

anunciar la buena nueva a todos.

• Vivir la entrega, el amor y la fidelidad de Dios

a través del sacramento del sacerdocio.

No se puede dejar de mencionar a los fundado-

res de la Congregación, Pierre Coudrin y Henriette Ay-

mer, que bajo la inspiración del Espíritu Santo, inician

una vida religiosa con el compromiso de dar testimonio

de fe, en Cristo vivo, resucitado, en Cristo sacerdote,

en Cristo identificado en el hermano necesitado.

El haber asistido al museo de los SS.CC. es don-

de pude apreciar la historia, cómo fue el inicio de la

vida religiosa y la labor encomendada a la Recoleta.

Cabe mencionar los enormes sacrificios, que

tuvo que hacer, la Congregación de los Sagrados Co-

razones, para poder realizar la tarea comunitaria, esto

sirvió para que nos animaran con su presencia muchos

sacerdotes como Monseñor Luciano Metzinger, el padre

Alfredo a los que pude conocer, a un sacerdote amigo,

a un padre, a un hermano presto a escuchar; como

también a corregir cuando las

circunstancias así lo determi-

naban.

La oportunidad que ten-

go de dedicar estas líneas es

para dar gracias a Dios por la

Congregación de los SS.CC., a

Jesús y al Espíritu Santo, por

estar siempre a lado de su pue-

blo, sobre todo, en una comu-

nidad que necesita del amor de

Dios, de la presencia de un sa-

cerdote; porque una comunidad

de creyentes, vive de la palabra de Dios, de los sa-

cramentos, pero sobre todo, de Jesús Eucaristía que

se celebra en la Misa diaria, siendo el día domingo de

especial significado para un cristiano creyente y prac-

ticante. Como lo mencioné antes, muchos sacerdo-

tes, muchos religiosos dieron lo mejor de sí, para que

la comunidad recoletana pueda sentirse respaldada

y con la confianza de empezar a conocer a Dios, así

como a la Virgen María, la Madre de Cristo y de todos

nosotros durante estos 90 años, llenos de anécdotas

y recuerdos.

Vivo en la Plaza Francia, donde se encuentra la

Parroquia “La Recoleta”, en donde un día me sentí aco-

gido por un sacerdote llamado Alfredo, al que tengo

un enorme agradecimiento porque fue como mi padre,

me corrigió cuando lo debió hacer, supo escucharme,

me ayudó a ir al sacramento del matrimonio, hizo una

catequesis con mi familia, mi esposa, mis hijos.

Al partir el padre Alfredo a la Casa del Señor, me

dolió y me alejé de la parroquia.

Volví a través de la convocatoria del Santo Padre

Paulo VI, del Tottus Too, donde el padre Germán y el

padre Juan Luis, me animaron a participar; ahí conocí

o me integré a personas de mi barrio o comunidad que

formaban un grupo que todavía no tenía nombre, pero

que comenzaban a través del programa de catequesis

familiar, donde también participaba un grupo de reli-

giosas, encabezada por la madre Julia Oliveri, de las

Esclavas del Sagrado Corazón.

90 Años de Vida ParroquialAnselmo Mosquera

Agente Pastoral

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20 Vida de las Provincias

Empecé a notar cómo un grupo de personas re-

zaba el rosario diario, y supe después que eran los de

la Asociación Sagrados Corazones.

Luego conocí a José Kuwae, el que preparaba a

un grupo de liturgia, donde compartí con la Sra. Rosa

Medina, la Sra. Graciela Zárate, la Sra. Hilda Zavala y

muchas más.

Empezaba a integrarme a una comunidad junto

con mi esposa, y así fueron avanzando los años, hasta

que un día nos anunciaron que llegaba el padre Enrique

a ser el nuevo Párroco de los SS.CC., al comienzo sen-

timos la ausencia del padre Germán, pero poco a poco

nos fuimos compenetrando con el padre Enrique, y que

gracias a su empuje pudimos amortiguar la crisis eco-

nómica en nuestro país, ayudando a formar pequeñas

ollas comunes en los diferentes sectores, así como un

comedor para personas necesitadas.

Después del padre Enrique, tomó su cargo el pa-

dre Sixto; nos alegró, puesto que lo habíamos visto

como seminarista en nuestra comunidad, para luego

ser ordenado sacerdote, y después párroco en la parro-

quia Recoleta. Luego se empezó a ampliar los grupos,

lo que era acción social, pasó a ser pastoral de salud.

Se formó el grupo Oración, el grupo de las Misiones, la

Legión de María, el grupo Perseverancia.

Con el paso de los años, llegó como párroco el

padre Hilario, que nos ayudó a crecer en espiritualidad,

al exponer al Santísimo todos los primeros viernes de

cada mes, creciendo nuestra comunidad de hermanos

en Cristo.

Luego retornó el padre Sixto, como párroco y el

padre Raúl como Provincial de los SS.CC., avocándose

en la enseñanza a través de programas de evangeliza-

ción, así como a mejorar el aspecto arquitectónico de

la Iglesia como fue el pintado interior de la parroquia,

el arreglo de sus bancas y demás mejoras que sirven

para dar otro matiz a nuestra Casa Parroquial y poder

brindar un mejor servicio.

Este resumen tomado bajo una visión de un laico

comprometido, hace ver que los sacerdotes de todas

las épocas durante estos 90 años, fueron verdaderos

guías, pastores de una comunidad, que poco a poco ha

empezado a sentirse parte de una tarea de evangeliza-

ción. Muchos sacerdotes han dejado huella en nuestra

comunidad, a tal punto de sentirnos honrados de poder

celebrar la canonización de un sacerdote santo, llama-

do Damián de Molokai, el 11 de Octubre próximo, y

sentir que todo su esfuerzo, su entrega, su sacrificio,

sirvió de modelo a los sacerdotes de la Congregación

de SS.CC. en su paso por la parroquia La Recoleta. Hoy

finaliza un ciclo como Parroquia, hoy empieza un nuevo

ciclo como Iglesia de la Recoleta, esto nos invita a for-

talecer lazos de compromiso, como nos anuncia Jesús

al decirnos “Yo soy el camino, la verdad y la vida” Jn.

4., y que es el compromiso de todos los grupos de la

comunidad recoletana, conforme lo está llevando ahora

el padre Rafael, el padre Pedro, el padre Raúl, ayuda-

dos por los seminaristas Lucio, Richard. Vamos a dis-

tintos lugares, realizando diversas labores; sobre todo,

juveniles, como el grupo Damián Joven.

Finalizo, diciendo que la labor desplegada como

Parroquia, sirvió para:

Conocer a Jesús, a través de los sacramen-•

tos y testimonio de fe.

Seguir la huella de Jesús como comunidad.•

Llevar adelante la tarea de evangelización, a •

través de la misión de Lima.

A la Congregación de SS.CC., a nombre de todos

los grupos, le digo gracias, por haber dado testimonio

de fe en sus 90 años de vida parroquial, y a Jesús, Ma-

ría y José por haber permitido ser parte de la Familia de

los SS.CC. Recoleta.

Muchas gracias.

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21Vida de las Provincias

cional para amar a los hermanos de diversas culturas y

pueblos. En el Perú estamos desde 1848 y en Arequipa

desde 1878. Actualmente, en esta ciudad somos una

comunidad de nueve hermanas dedicadas a la educa-

ción en los colegios Padre Damián y Sagrados Corazo-

nes, donde impartimos una formación integral y libera-

dora con una conciencia de transformación social desde

los valores del Evangelio y la experiencia de Jesús vivo

en el hermano, preferencialmente en los excluidos y

excluidas de la sociedad.

El mejor medio para llegar a Jesús es donar la

vida al prójimo como lo hizo Damián de Molokai, quien

“se entregó hasta el extremo”, identificándose con los

sentimientos, actitudes y opciones de Cristo, convirtién-

dose en un leproso más con los leprosos de Molokai.

Damián ingresó a la Congregación a los 19 años,

y con su espíritu misionero se ofreció para ir a las

islas de Hawai. A los 23, fue ordenado Sacerdote en

Honolulú.

Durante estos años se expandió la lepra. En aque-

llos tiempos era incurable: una enfermedad de muerte;

por tal razón la sociedad los recluyó violentamente en

una cárcel natural llamada “Molokai”, considerada por

los contemporáneos como la Isla Maldita.

Sus palabras fueron: “estoy dispuesto a sepul-

tarme vivo con los leprosos”. Organizó para ellos la

vida social, les devolvió el sentimiento de su dignidad y

los contagió con su fe y esperanza, y tras once años de

permanencia allí, se contagia de la enfermedad. El 15

de abril de 1889 muere consumido por la lepra.

El testimonio y la entrega incondicional de Da-

mián de Molokai ha sido y sigue siendo a nivel mundial

testimonio e inspiración de humanidad y radicalidad en

el seguimiento de Cristo, en el compromiso con los ex-

cluidos de la sociedad de todos los tiempos. Damián es

un gran misionero que inspira no sólo a jóvenes que

asumen el seguimiento de Jesús en la vocación reli-

giosa y sacerdotal, sino también a todos los hombres y

mujeres que luchan por una vida más humana y más

digna, independientemente de su confesión religiosa.

Nuestro querido hermano Beato Damián de Mo-

lokai será canonizado el día 11 de Octubre del

año en curso en Roma por el Papa Benedicto XVI, es

decir nuestra Iglesia universal reconoce públicamen-

te su Santidad. El milagro para su canonización fue la

sanación de Audrey Toguchi, una enferma de cáncer

(liposarcoma pleomórfico metastalizado) sin posible

curación. Esta mediación ante Dios, nos permite descu-

brir la inmensa misericordia de nuestro Señor a través

de nuestro hermano. Damián es el primer Santo de la

Congregación.

Nuestra familia religiosa la integramos herma-

nos, hermanas y la rama secular. Dios inspiró a nuestros

fundadores Enriqueta Aymer y Pedro Coudrin fundar la

Congregación desde una necesidad concreta: colaborar

en la recuperación de la humanidad de las personas

destruidas por la realidad social violenta; es así que

nacimos en Francia en plena revolución francesa. Des-

de nuestros inicios tenemos la misión de “Contemplar,

Vivir y Anunciar el Amor Misericordioso de Dios”, que

lo traducimos en hacer nuestros los sentimientos, op-

ciones y actitudes del Corazón de Jesús y del Corazón

de María.

Nuestra familia religiosa está presente en los

cinco continentes, lo que nos da un espíritu Interna-

DIFuNDIDO POr el ArzOBISPADO De ArequIPA

Canonización del Padre Damián ss.cc.11 de Octubre de 2009

Hna. Lucía Huamaní ss.cc.

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22 Vida de las Provincias

Hoy nuestra Congregación sigue asumiendo este

desafío de humanizarnos desde los Sagrados Corazo-

nes de Jesús y de María. Desafío que realiza de diver-

sas formas y obras universales, desde la educación, pa-

rroquias, centros asistenciales que llevan su nombre,

recuperación de adolescentes, jóvenes y adultos en

constante riesgo, dignificación de la mujer, etc.

Esta misión la vivimos en constante búsqueda

y discernimiento desde el evangelio de Jesús, como lo

hizo Damián, nuestro hermano.

La Canonización de Damián como familia religio-

sa de los Sagrados Corazones, nos llena de profundo

agradecimiento a Dios por nuestra vocación y misión.

Por tal acontecimiento, estamos realizando en la

cuidad de Arequipa, distintas actividades en nuestras

instituciones educativas, que nos lleven a un mayor co-

nocimiento de Damián y reflexión, en torno a su vida

entregada al evangelio.

Tendremos también celebraciones y actividades

que nos permitirán encontrarnos como familia Sagrados

Corazones y como Iglesia con el pueblo arequipeño.

Invitamos a toda la comunidad mistiana para

que compartan con nosotras la vida de Damián de Mo-

lokai, y que de esta manera, juntos, identifiquemos

las “lepras “ actuales que consumen la dignidad del ser

humano como son: la violencia, la competencia por el

poder, la corrupción, el consumismo, las drogas, el al-

cohol, el SIDA, la prostitución, entre otras que nos des-

humanizan.

Todos los que integramos esta sociedad, tene-

mos la responsabilidad de reparar estas lepras sociales,

para vivir una sociedad más justa y solidaria.

03 de Octubre:

Verbena en la plaza de Yanahuara

17h00: Pasacalle

17h30: Paseo de antorchas

18h00: Espectáculo artístico. Diferentes colegios y orquestas de nuestra ciu-dad presentarán su homenaje a Damián.

10 de Octubre:

19h00: Eucaristía de Acción de Gracias en la Basílica Catedral, celebrada por el Arzobispo Monseñor Javier del Rio Alba

22h00: Vigilia en el Colegio Padre Damián de los Sagrados Corazones (San Juan de Dios 538)

11 de Octubre

04h00: Ceremonia de Canonización desde Roma y a través de pantalla gigante (Auditorio del Colegio Padre Damián de los SS.CC.)

Programa por la Canonización del Padre DamiánArequipa

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23Exposición de Arte

El objetivo de la exposición fue dar a conocer y

difundir la Vida y Misión del Padre Damián de Veuster

que será canonizado el 11 de octubre en Roma.

Con esta sencilla exposición, las hermanas de los

SS.CC., hemos querido rendir un homenaje a nuestro

hermano Damián, ofreciendo a todos nuestros invitados

y visitantes una pequeña muestra de lo que fue su vida

y su entrega incondicional en las islas de Hawaii y es-

pecialmente en Molokai. Dimos apertura a la exposición

con un brindis de honor.

La primera parte de la exposición, pretendía pre-

sentar en líneas generales la familia religiosa de Da-

mián: nuestros Fundadores y el testimonio de Herma-

nos y Hermanas SS.CC. de ayer y hoy que han dejado a

su paso huellas del Amor de Dios y su entrega incondi-

cional en la misión que Dios les confió.

En la segunda parte, se pudo apreciar, el itinera-

rio de Damián, hijo de los Sagrados Corazones, que en

su vida y misión supo encarnar el carisma de la Congre-

gación, contemplando, viviendo y anunciando el Amor

de Dios encarnado en Jesús y plenamente compartido

por María, hasta el extremo de dar su vida por sus ami-

gos leprosos.

En la tercera parte, un viaje a través del arte: es-

culturas, pinturas, tapices, vitrales. Medios que invita-

ban a conocer más su vida y misión. La vida de Damián

ha inspirado a muchos artistas a nivel internacional.

Un medio que nos ha ayudado es la Revista “Reinado

Social” editada en Madrid por nuestros Hermanos de

los SS.CC, que publica regularmente artículos sobre el

Padre Damián: reseñas, biografías, trabajos artísticos,

carta y favores obtenidos gracias a su intercesión. No-

sotras hemos aprovechado dicho material y el de otras

revistas y publicaciones de la Congregación, para reali-

zar dicha exposición.

En la última parte de la exposición, quisimos pre-

sentar, el espíritu del Padre Damián hoy presente en

nuestra vida y misión. Para lo cual, contamos con el

aporte de nuestras obras y zonas de inserción, aunque

no fue posible presentar todo, por el tiempo y las dis-

tancias.

Exposición sobre la vida y Misión del Padre Damián

A TRAVÉS DEL ARTE AYER Y HOY7 al 9 de septiembre- Casa de Espiritualidad Hermasie Paget

Juanita Gómez Loayza,ss.cc.

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24 Exposición de Arte

Aprovecho la ocasión, para agradecer a todas las

personas que han contribuido a su preparación y reali-

zación de dicho evento, especialmente a las directoras

de nuestros cuatro centros educativos SS.CC., que a pe-

sar de la distancia enviaron su colaboración de fotogra-

fías y trabajos de las niñas / niños.

Toda la ceremonia de apertura, se realizó de una

manera sencilla y cálida, con la presencia de delega-

ciones del personal, alumnas/os de los dos colegios

de Lima, la Comunidad Laica SS.CC- Belén, Hermanas

ss.cc., todo el personal de la casa de Espiritualidad Her-

masie Paget y un pequeño grupo de exalumnas quienes

también nos colaboraron de alguna manera en la prepa-

ración del mencionado acontecimiento.

Las niñas pequeñas de los colegios de Belén y Reina de la

Paz, nos alegraron en la inauguración con danzas típicas del país.

La exposición ha tenido buena acogida, fue bien

concurrida y aprovechada por una cantidad de visitan-

tes, entre ellos, hermanas de la comunidad de Belén y

del Prenoviciado de Laderas, por alumnas y alumnos,

personal de los colegios Belén, Reina de la Paz y equipo

Pastoral del colegio de la Recoleta.

¡Oh! Padre Damián,tú dejaste todo por cuidar a los leprosos

siempre estuviste con ellos,nunca los dejaste, siempre cuidándolos y protegiéndolos, nunca los discriminaste,

aunque tú tenías esa penosa enfermedad, no dejaste de luchar.

Fuiste tan valiente al cuidarlos,no te importó el desagradable olor

que ellos tenían.Fuiste muy caritativo, solidario y agra-

decido,siempre creíste en Dios y

nunca perdiste la fe.¡Oh! Padre Damián,

te mereces tu canonización.Padre Damián siempre te seguiremos

hasta el final de nuestras vidas.Gracias por todo Padre Damián.

Amén

Oración ganadora en el

concurso interno del Co-

legio Reina de la Paz por

cinco niñas del cuarto

año de primaria: Ales-

sandra Bracamonte, No-

elia Egúsquiza, Carolina

Capcha, Sofía Gutiérrez

y Ximena Muñoz

Palabras de la Profesora Silvia Ezcurra

Coordinadora de Activida-

des del Coleg. Reina de la

Paz ss.cc.

…………….

Damián trasciende en nues-

tras vidas siendo:

Un hombre de espíritu noble, firme, leal e •

igual a los demás; contagió esperanza, col-

mó de paz, amor, y gozo los corazones de

los leprosos, aún cuando el resto de sus

cuerpos estuvieran en proceso de descom-

posición.

En segundo lugar, Damián lleva a su más •

alto grado la virtud más común y más exal-

tada en nuestro mundo: El AMOR

Finalmente Damián va al fondo, a lo esen-•

cial, a la síntesis de toda la vida en Cristo:

El Amor. Un amor activo, concreto, real,

practicado día a día sin descanso, sin lími-

tes y sin aparentar; ni siquiera él mismo se

da cuanta de la radicalidad de su entrega.

El Padre Damián, nos deja pues una gran en-

señanza, nos dice que demos prioridad al amor vivi-

do por encima de los ritos y apariencias. Que seamos

esos Cristos jóvenes que irradien esperanza y fe a

los leprosos de hoy, es decir, ser agentes de amor en

nuestros alumnos, alumnas, padres de familia y de

todo el personal.

Sólo así el mundo crecerá y vivirá la Buena Nueva.

Gracias

Padre Damián siempre siguiéndote

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25NoticiasDesde Putina Punco

Reciban un cariñoso saludo de quienes estamos en la co-munidad de Putina Punco, queremos compartirles algunas vivencias para estar en mayor comunicación y sentirnos más unidas en una misma misión Sagrados Corazones

El sábado pasado coordinamos con los abogados de derechos humanos otro taller para la formación de los ron-deros. Es una tarea lenta y agotadora porque es tratar de hacer coincidir la vida agitada de los abogados y el tiempo de las autoridades del pueblo que se reúnen una vez por mes: los tenientes gobernadores de los 57 sectores (re-cintos) y a los que cuesta localizar porque están en sus chacras. Gracias a Dios esos días había asamblea en las cooperativas cafetaleras y pudimos repartir oficios a todos. Luego correr para entregar oficios a las instituciones públi-cas, estamos apoyando esta tarea hasta que los que están al frente tomen experiencia y confianza.

Tenemos la esperanza de que las rondas campesinas sean la respuesta de hacer justicia desde las costumbres que tienen los aymaras y los quechuas, justicia que brota de la misma comunidad organizada y que no exige gastar dinero en pasajes y coimas a las autoridades, ni te deja agachado frente al que tiene poder.

Finalmente todo se llevó a cabo con éxito. Ahora es-tamos en otro problema: todo el distrito de Putina Punco unido a San Juan del Oro y Yahahuaya organizamos una marcha para exigir que las autoridades regionales refaccio-nen las carreteras que en lo que va del año se han teñido de sangre varias veces y además han hecho que se pierda varios camiones con fruta y café, agravado esto con que el mal clima, ha provocado una baja producción.

Cada viaje se convierte en un desafío a la muerte ya casi nos acostumbramos a saber que sales pero no sabes si regresas viva.

La marcha estuvo muy bien organizada, cada sector llevó un número de manifestantes. A nivel de los sectores hubo comisiones de abastos (víveres), vianderas (cocina), economía, salud, otros. En nuestro centro poblado nos orga-nizamos por barrios de igual manera con sus comisiones.

El comité de lucha estaba armado con un represen-tante de cada institución, magisterio, salud, los agricultores, transportistas de buses, combis , camiones, mercado, come-dores, vaso de leche, club de madres y la parroquia.

En la comunidad nos organizamos para que Liz y Nélida vayan a la marcha en Puno y apoyen desde las comi-siones. Como otra manera de sacrificio nos quedamos Lidia y yo, apoyando en la paralización que se vivió en todo el Valle como signo de unidad en toda esta lucha.

La plataforma de lucha tuvo dos puntos: rehabilitar la carretera desde el Puente San José hasta Punta carrete-ra en Pampa Grande, para lo que se pide se la declare en emergencia por lo menos 180 días, debido al mal tiempo la hace cada vez más peligrosa. El otro punto es la construc-ción del tramo de carretera prometido hace 20 años atrás, Sina Yanahuaya, que nos permitiría ya no viajar todo un día para salir del Valle.

Contamos con el apoyo de los abogados de derechos humanos que nos ayudaron en lo que corresponde a rea-lizar los trámites pertinentes para evitar problemas, sobre todo cuando lo de Bahua (la masacre en la selva peruana) está latente. Se pidió también el apoyo de la defensoría del pueblo. Nos apoyarron los estudiantes del Valle que están en las universidades de Puno y los residentes del Valle que están en Juliaca y Puno.

Estamos convencidas de que es una lucha justa, el resto del Perú ignora que existimos, ni siquiera se imaginan que Puno tenga una selva alta; sin embargo estamos en los límites del gran parque Reserva Nacional Bahuaja Sonene, producimos el mejor café de calidad en Perú se paga im-puestos para su exportación, aportamos con nuestras cítri-cos, pero nuestras carreteras son intransitables.

Salimos a la marcha el sábado 5 de septiembre en buses y camiones de café pernoctando en la afueras del edificio del gobierno regional, hicimos ollas comunes con el apoyo que nos dieron los pobladores, las diferentes institu-ciones y el municipio.

Les ruego hermanos, sigan orando por este pueblo, tenemos derecho a una carretera que por lo menos tenga-mos las mínimas garantías para entrar y salir del valle, es una causa justa, es una lucha por la vida y la dignidad de nuestros pueblos.

Noticias último minuto: sábado 12Luego de tres días de sacrificio de la gene en el fío,

creemos que no se logró el objetivo al 100 %, hay muchas cosas qué decir que no podemos resumir, en la gente hay diversas reacciones y sentimientos, sin embargo, tienen la capacidad de expresar alegría en medio del desconcierto. Gracias a Dios, todas las personas han regresado ya desde ayer por la tarde hasta hoy en la madrugada que llegaron los últimos. Para variar la carretera nos hizo sufrir un rato, ya que ha llovido y la parte de Yanacocha estaba mal. Al lle-gar hubo gestos muy lindos de recibimiento a toda la gente que se había quedado aquí en Putina Puno, eso gracias a la organización de Rocío que se quedó aquí. Se está pensando realizar una asamblea para hablar sobre este acontecimien-to. Por lo pronto, nos despedimos y muchas gracias por acompañarnos con sus oraciones.

Con cariño, Nélida, Lidia, Liz, Rocío.

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26 Pastoral Juvenil SS.CC.

E l Encuentro Nacional se llevó a cabo el día sábado 12 de septiembre por la tarde y concluyó el domingo 13

después del almuerzo. Este año el tema del encuentro fue: “El celo apostólico en la misión de los Sagrados

Corazones. Participaron 52 Jóvenes de las distintas comunidades; esta vez hubo mayor participación de Plaza

Francia y Héctor de Cárdenas. Agradecemos el esfuerzo de las tres jóvenes de Arequipa por su asistencia al

encuentro, especialmente por su participación y colaboración en el desarrollo de los temas. Agradecer de una

forma especial a nuestro hermano José Serrand por aceptar nuestra invitación, por transmitir de una forma

tan sencilla y con mucha convicción su experiencia de vocación y el amor de Dios en nuestra familia SS.CC..

El poder escucharlo me ayudó a renovar mi opción y compromiso como hermana SS.CC. Creo también que

motivó los corazones de los jóvenes por la manera tan simple, pero muy profunda de transmitir su experiencia

de Dios.

Queremos agradecer a cada una de nuestras Provincias, tanto de hermanas como hermanos por hacer

posible que se realice este encuentro. Esto es una manifestación clara de nuestra opción por los jóvenes.

Encuentro Nacional SS.CC.Edith Paredes, ss.cc

Imágenes de l Encuent ro SS.CC.

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27Les compartimos algunos testimonios de los jóvenes

Carmen Vivas Castillo

Pastoral Juvenil

Plaza Francia

Bueno, para ser since-

ra no estaba con ánimos para

asistir al Encuentro Nacional,

por mis responsabilidades que

tenía para el siguiente día. Sin

embargo sentía que tenía que ir porque algo iba

a encontrar, y así fue.

Rumbo al colegio Belén, estuve emocionada

porque fuimos un gran número de animadores de

Plaza Francia, años anteriores sólo iban dos a tres

personas.

La expectativa con la que llegué al encuen-

tro, fue la de conocer más sobre el carisma de

los Sagrados Corazones, pero encontré algo más

y fue el redescubrir mi espiritualidad. Creo que

lo que más me fascinó fue poder ver una mayor

integración de mi comunidad.

Además, comprendí que más que seguir

modelos, Jesús nos pide ser originales, auténti-

cos con cualidades y con defectos, así es como

Él me quiere y me pide ser testimonio de vida

para otros.

Comprendí que seguirá siendo difícil ayu-

dar a otros a encontrarse, si no me encuentro

primero y más que todo si no me despojo de las

cosas que me atan y me privan de la libertad es-

piritual.

Los temas que vimos durante el encuen-

tro me ayudaron mucho para hacer un alto en

mi vida y pensar qué estoy haciendo con ella y

qué tanto afecta al resto. El tema de “ser joven

hoy” a cargo de mi profesor Juan Bosco me hizo

reflexionar.

Es un reto que no pienso dejarlo en el aire,

recién comienza: cumplir con el compromiso con-

traído con Dios, mi espíritu y con ustedes. Sé que

allí estarán para acompañarme con sus oracio-

nes diarias para no decaer, siguiendo los pasos

de nuestra Buena Madre María y su Hijo Jesús.

Muchas gracias por el encuentro.

Miluskha Chávez Pinto

Este año el encuen-

tro nacional lo percibí con

muchos ánimos al integrar

e iniciar una nueva etapa.

Mi sentir fue el de reafirmar

mi fe y la espiritualidad en la

que me formé como SSCC., identificando que si

nuestra fe no está solida en Cristo, nuestra fe

no vale la pena; hay que darse por lo mucho o

poco que tengamos, interviniendo y difundiendo

que vivir en amor a Dios no es difícil ni tampo-

co imposible pero es muy satisfactorio. Cuando

abres tu corazón verdaderamente las cosas se

ven con mayor claridad y no hay obstáculo que

detenga todo lo que se anhele. Que los próxi-

mos encuentros sean para mejorar y que sean

motivadores para que esa espiritualidad de los

SS.CC. no pierda la esencia que con tanto amor

y esfuerzo se ha ido formando y creciendo du-

rante tanto tiempo. Que Jesús y María siempre

reine en sus corazones. Un cálido abrazo desde

Arequipa, Gracias.

Pastoral Juvenil SS.CC.

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Boletín “Nuestra Familia” Perú Septiembre Nº 315 2009 / www.ssccperu.com

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