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Escuela Internacional de Coaching Ontológico Consultora Organizacional "Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo.” Mahatma Gandhi Versión 14º Chile Acreditación ICF Tensiones e intenciones Rodrigo Pacheco CyM 2016

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Escuela Internacional de Coaching OntológicoConsultora Organizacional

"Tú debes ser el cambio que

quieres ver en el mundo.” Mahatma Gandhi

Versión 14º Chile Acreditación ICF

Tensiones e intenciones

Rodrigo PachecoCyM 2016

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Tensiones�e�intenciones�Por�Rodrigo�Pacheco�

��Al� amanecer� del� tercer� día,� de� cuatro,� de� una� conferencia� centrada� en� el� tema� de� las�emociones,� �me� levanté�con� la�“intención”�de�escribir�sobre�el�tema�de� las�“tensiones”�y�como� siempre� lo�hago,�antes�de� sumergirme�en�un�proceso� creativo,�decidí� realizar�un�trote�matutino.��La�mañana�estaba�hermosa,�caía�una�lluvia�bastante�intensa,�que�por�algún�momento,�me�hizo�dudar�y�plantearme�otras�alternativas�de�inspiración.�Miré�por�la�ventana,�vi�y�sentí�la�humedad�y�el�frío,�el�volver�a�la�cama�era�toda�una�invitación�y�por�otro�lado,�el�recuerdo�de�notables�momentos�vividos�en� la�naturaleza� lluviosa�me�daba�fuerzas...�y�sabía�que� la�seguridad�pasada�la�incomodidad,�se�transformaría�en�un�gran�momento.�El�suelo�estaba�barroso,� el� ambiente� húmedo� y� en� cada� respiración� sentía� la� grata� sensación� del� aire�limpio� dentro� de� mí.� � Mi� compañero� de� trote� era� el� tema� de� las� tensiones.� En� la�experiencia� lo�tengo�clarísimo,�veo� lo�que� le�ocurre�a� las�personas,�como�a�través�de� los�ejercicios,�van�aumentando�su�conciencia�corporal.�El�desafío�es�cómo�comunicarlo,�cómo�hacer�de�este�“artículo”�un�aporte�de�aprendizaje.��Es�notable�el�fenómeno�que�me�ocurre�mientras�troto.�Las�ideas�e�imágenes�emergen�con��nitidez,� envueltas� de� convicción� y� deseos� de� ser� transmitidas,� también� me� aparecen��preguntas.� Le� doy� coherencia� al� trote,� asociándolo� con� el� grado� de� tensión� de� mis�músculos.�Hay�musculatura�que�no�necesito� tensar,�¿porqué�no�puedo,� relajar�más�mis�hombros,�si�no�los�necesito�para�el�trote?,�¿desde�cuándo�están�tensos,�qué�situaciones�de�mi�vida,� � incluso�que�han�quedado�en�el�pasado�y� �ni�siquiera�recuerdo,�no�terminan�de�afectar� mi� presente?,� ¿qué� pasaría� en� mi� efectividad� actual,� si� lograra� relajar� esa�musculatura?,�¿cuál�es�el�sistema�relacional�que�es�parte�de�mi�estructura�de�vida,�que�me�hace�inconscientemente�contraer�de�manera�desmedida�mis�hombros?.��Todas�estas�preguntas�y�otras�más,�iban�y�venían,�mientras�corría�observando�el�mar,��en�la�costanera�de�Reñaca,�y�asocio�como� lo�que�ocurría�en�mi� interior�se�parecía� tanto�al�movimiento�del�agua:� las�olas� también� iban�y�venían...y�de� repente:� ¡¡¡¡�CONTRACCIÓN�TOTAL� DE�MI� CUERPO!!!!!...¿ARRANCO?,� ¿ENFRENTO?,�MÁS� CONTRACCIÓN,� ¿ATACO?,�SALTO�Y�DECIDO�ENFRENTAR...era�un�perro�dálmata,�que�apareció�de� la�nada�e� intentó�morderme,�nos�quedamos� los�dos�frente�a�frente,�el�me�gruñía�y�yo� lo�paraba�con�gritos�secos,� instantes�“tensos”�para�ambos,�en�eso�se�escucha� la�voz�del�dueño�(del�Perro),�el�dálmata� corrió� alejándose.�Me� doy� vuelta� lentamente� y� continúo� el� trote,�mirando� de�reojo�hacia�atrás�y�sintiendo�como�mi�cuerpo���seguía� tenso.�Me� acordé� del� centramiento� y� fui� soltando,� la�musculatura� comenzó� a�distenderse.�Qué�susto�y�tremendo�ejemplo��me�regala�la�vida,�en�relación�al�tema�de�las�“tensiones”.�Mil�veces�me�han�perseguido�perros,�pero�este�era�distinto,�lo�viví�y�lo�pienso�desde� las� reflexiones�que�me�acompañaban�esta�mañana�de� trote.� �Me�asombra�y� casi�puedo�tocar,�por�lo�cercano�de�la�situación,�la�sabiduría�de�la�naturaleza,�cómo�mi�cuerpo�

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se�predispuso� frente�a� la�amenaza.�A�pesar�de�haber�corrido�más�de�tres�kilómetros,�en�ese� instante,� mi� cuerpo� estaba� ágil,� la� vista� fija� en� los� dientes� del� perro,� la� cabeza�pensando�miles�de�alternativas�posibles�a�gran�velocidad,�los�brazos�al�lado�del�cuerpo,�las�piernas� abiertas,� con� una� pierna� adelante� de� la� otra� y� rodillas� flexionadas,� mis�movimientos�adelante�y�atrás�al� igual�que�el�perro.�Aunque� se�que� fueron� segundos,� lo�veo�todo�con�mucha�claridad�y�de�manera�atemporal.�De�hecho�es�el�momento�de�mayor�nitidez�de�la�mañana.�Una� de� las� razones� que�me� hacen� disfrutar� tanto�mi� trabajo,� es� que� los� temas� están��presentes�en�cada� segundo�de�nuestra�existencia.�Siempre�estamos�con�algún�grado�de�tensión,�no�importa�lo�que�estemos�realizando.���Intenciones�de�las�tensiones�Mi�deseo�es�profundizar�en��el�tema�de�las�Tensiones�Corporales;�siempre�con�la�intención�de�aportar�con��experiencias�y�reflexiones�que�ayuden�a��una�mayor�conciencia�personal.���Introducción�La�historia�personal�de�cada�uno�de�nosotros,�se�construye�dentro�de�los�distintos�espacios�o�campos�emocionales�en�que�hemos�habitado.�Si�hacemos�el�ejercicio�de�recordar�cómo�era� � el� primer� hogar,� podremos� evocar� situaciones� que� se�mantienen� aún� con� nitidez,�aparecen�anécdotas�placenteras�y�dolorosas,�sensaciones,�aromas,�conversaciones,�gestos�de�las�personas�que�compartían�esa�casa�y�las�costumbres�más�repetitivas.�Si�ponemos�el�foco� en� nuestro� cuerpo,� veremos� que� reaccionaba� a� lo� que� sucedía� en� su� entorno,�contrayéndose�o�expandiéndose.�El�mismo�ejemplo�se�puede�hacer� recapitulando� todos�los� lugares,� momentos� o� grupos� sociales� en� que� hemos� vivido,� colegios,� barrio,�vacaciones,�etc.��Uno� de� los� aspectos� interesantes� de� estas� observaciones� es� que� las� reacciones� a� esas�situaciones�generaron�una�forma�de�tensión�muscular,�que�poco�a�poco�fue��esculpiendo�el�ser�humano�que�somos.�Es�decir,�cada�situación�contingente�de�vida�queda�registrada,�en�el�organismo,�sobretodo�si�es�repetitiva.�Veamos�un�nuevo��ejemplo,��si�cuando�éramos�niños,��todas�las�noches�en�el�momento�de�dormir,�mis�padres�discutían�acaloradamente�y�eso���nos� asustaba,� el� cuerpo� � obviamente� se� tensaba,� producto� de� eso� muchas� veces�dormíamos� pésimo� y� amanecíamos� adoloridos.� Con� el� tiempo� una� reacción� que� era�funcional�y�observable,�comienza�a��estructurarse�en��un�cierto�nivel�de�tensión�muscular�que�permanece.�En�esa�reiteración,�la�situación�de�los�padres�desaparece,�pero�el�cuerpo�aprendió�y�el�dormir�en�tensión�continúa.�Como�ese�ejemplo�hay�muchos.�El� cuerpo� está� sometido� a� una� experiencia� cualquiera,� reacciona� de� una� manera�espontánea�y�funcional,�tiende�en�forma�natural�a�recuperar�el�equilibrio.�Si�se� �entra�en�un� ciclo� experiencial� � reiterativo,� la� reacción� se� � registra,� el� cuerpo� aprende� y� al�estructurarse�el� sistema,�especifica�una� forma�de� respuesta�en�el� � futuro�más�allá�de� la�situación�original.��

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Me�comentaba�un�amigo� �con�el�que�practico�y� �me�ha�mostrado�el�arte�del�AIKIDO,�que�los� �seres�humanos,�desde�siempre,�contamos�en�nuestro�organismo�con�un�mecanismo�que�llaman�de�"peleaͲfuga",�mediante�el�cual�el�ser�humano�al�sentir�una�amenaza�sobre�su� vida� genera� adrenalina� y� cortisol� para�mantenerse� alerta,� rápidamente� aumenta� el�ritmo�cardíaco�para�bombear�sangre�a�los�brazos�y�piernas,�se�acelera�la�respiración��y�se�evacua� sangre� del� estómago� para� proteger� las� zonas� más� débiles� del� cuerpo,� como�articulaciones�de� las�extremidades,�columna,�cuello,�etc.�En� la�época�de� las�cavernas�eso�era�muy�útil�y�cumplía�una�función�de�vida�o�muerte,�además�el�movimiento�corporal�de�la�reacción� estaba� asociado� a� la�magnitud� del� estímulo� “real”que� lo� generaba.� Si� era� un�animal�agresivo,� las�opciones�eran�arrancar�o� luchar�contra�él,�o�tal�vez�era�el�ataque�de�alguna� tribu� invasora,� por� tanto,� � había� que� defenderse.� La� acción� permitía� que� se�eliminaran� todos� los�desechos�metabólicos�al� instante� inmediatamente�posterior.�No� se�acumulaba� tensión� y� existía� el� tiempo� para� recuperar� el� equilibrio,� antes� de� que�apareciera�otra�amenaza.�El� problema� es� que� hoy� en� día� recibimos�muchos� estímulos� amenazantes� � � reales� y� a�diferencia�de�antaño,�hemos�aprendido�con�nuestra�mente�a�crear�estímulos�imaginarios.�Construimos�abstracciones�de�la�realidad.�Automáticamente�en�el�ir�viviendo,�aparecen�los�juicios,� imágenes,� expectativas,� conversaciones� internas� y� todo� lo� que� comúnmente�llamamos�“rollos�mentales”.��Además,�nos�imponemos�todo�tipo�de�exigencias�personales�y�nos�exponemos�a�exigencias�sociales.��Todos�estos�elementos�son�presiones��constantes�y�no�esporádicas,�como�en�la�prehistoria,�metafóricamente�cada�una�representa�a�alguna�fiera�de�las�cavernas.�El�cuerpo�sabe�que�para��los�diferentes�estímulos�debe�echar�a�andar�el�mecanismo� de� “peleaͲfuga”,� se� producen� las� necesarias� sustancias� que� se� requieren�para���defenderse.�Y� como� si�esto� fuera�poco� ya�no� �existe� la� “acción�de� la�defensa�o�ataque�contra�el�estímulo�real�y�concreto”.�Como�decíamos�el�animal�salvaje� �o� la� tribu�ha�sido�remplazada� por� un� gran� número� de� estímulos,� la�mayoría� de� ellos�más�mentales� que�observables,� � por� tanto� no� podemos� correr� ni� pelear� físicamente,� � no� realizamos�movimientos��para�reducir�los�efectos�químicos�en�el�cuerpo,�incluso�es�todo�lo�contrario,�vivimos�en�un�paraíso�del�“confort”,�que�cada�vez�nos�hace�más�sedentarios.�El�valor�del�movimiento�oportuno�asociado�al�estímulo,�es�que�permite�un�uso�eficaz�de�las�sustancias�producidas�por�el�organismo�y�de�la�eliminación�natural�de�los�desechos.�En�la�actualidad�todas�esas�sustancias�se�acumulan�en�el�organismo�haciendo�que�nuestros�cuerpos�sean�tensos�y�rígidos.��Los�efectos�con��que�se�ha�encontrado�el�cuerpo�del�hombre�del�siglo�XXI,�son�dos:�Tendencia� a� la� Contracción.Ͳ� Lo� podemos� observar� � en� la� gente� que� ha� decidido�comprometerse� seriamente� con� algún� sentido� de� vida.� Sus� cuerpos� están� � llenos� de�tensiones�inútiles,�que�no�tienen�ni�una�necesidad�de�ser�para�el�vivir�cotidiano.�Viven�con�un� constante� nivel� de� tensión,� con� dificultades� para� descansar,� con� algunos� dolores�corporales,� sobretodo� en� las� partes�más� rígidas.� Es�muy� posible� que� en� sus� redes� de�relación� estén� con� necesidades� de� controlar� las� situaciones� y� tengan� dificultades� para�confiar.� Y� no� es� raro� que� tengan� algunas� obsesiones,� caigan� en� estados� de� rabia�

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desmedidas,�necesiten�crear�artificialmente�formas�rápidas�de�evasión�y�tengan�profundos�temores.�Tendencia�a� la�Expansión.Ͳ�Es�el� cuerpo�expandido,�más�bien� fláccido�que� lo�vemos�en�aquellas� personas� que� no� desean� comprometerse.� Como�mecanismo� de� defensa� a� las�presiones� se� opta� por� la� indiferencia.� Existe�muy� poco� nivel� de� tensión� que� permita�hacerse�cargo�de�las�situaciones�justo�en�el�segundo�preciso.�En�su�mundo�relacional�pocas�cosas�les�importan,�dan�la�sensación�de�ausencia�al�momento�que�estén�viviendo,�no�hay�apego�a�nada,�ceden�el�control�de�las�situaciones�y�se�acomodan�a�lo�venga.��Mientras�escribo,�me�acuerdo�de�un�ejercicio�para�generar�integración,�que�consiste,�en�ir�danzando�con�una�música�suave�y�cada�vez�que�me�encuentro�con�alguien�nos�decimos�la�frase:� “El� Universo� se� contrae� y� expande…¿y� � Tu?”.� Al� decirlo� brotaba� un� instante� de�encuentro,�coronado�con�una�suave�sonrisa.�Para�mí�eso�es�resonancia.�El�nivel�de�tensión�vibra�en�la�misma�sintonía.�Normalmente� las� personas� permanecemos� más� en� una� de� las� tendencias,� ya� sea� de�contracción�o�expansión.��Aspecto�que�es�muy�artificial,�la�naturaleza�tiene�un�ritmo�vital,�secuencial�que�va�alternando�de�la�contracción�a�la�expansión.��Nuestro�organismo�por�el� sólo�echo�de�estar�vivo,� requiere�pasar�a� la� tendencia�menos�cercana.� La�manera� en� que� eso� ocurre,� es� brusca,� gruesa� y� poco� sutil.� Si� vivimos� en�constante�expansión,�lo�más�seguro�es��que�de�vez�en�cuando,�tengamos�reacciones�de�ira�desmedida� y� fuera� de� contexto,� o� si� por� el� contrario� habitamos� sólo� la� contracción�exagerada�y�permanente,�es�muy�posible,�que�en�el�momento�que� soltemos�el�control,�nos�quedemos�dormidos.��El�modelo�de�las�Tensiones.Ͳ�Para�poder�tener�más�conciencia�personal�con�respecto�al�tema�que�estamos�tratando�y�asociarlo�a�la�vida�de�cada�uno,�proponemos�un�modelo�de�trabajo.��Hemos�tomado�un�ejercicio�aprendido�en�un�taller�de�teatro,�con�una�actriz��de�la�escuela�de�Teatro� la�Mancha.�Este�consiste�en�precisar�una�escala�de� siete�niveles�de� tensiones�para�la�musculatura�del�cuerpo.�La�metodología�es�experiencial.�Inspirados�en�una�música�particular,� se� pasa� en� forma� separada,� por� cada� una� de� los� grados� de� tensiones.�Permaneciendo� al�menos� tres�minutos� en� cada� uno� de� ellos.� El� objetivo� primario� es�observar,�en�cual�de�ellos�se�siente��más�reconocido.�Una�vez�que�está�el�reconocimiento�del� nivel� de� tensión� que�más� habitamos,� se� abren� nuevas� preguntas.� ¿De� qué�me� ha�servido� y� qué�me� he� perdido?,� ¿Qué�mundo� de� conductas�me� están�más� a� la�mano� y�cuáles� no� tengo� acceso� con� este� nivel� de� tensión?,� ¿Cómo� lo� puedo� asociar� a� las�Disposiciones� Corporales?,� ¿Según� lo� que� se� esté� realizando,� cómo� puedo� aprender� a�estar�en�la�tensión�o�relajación�precisa?.�Vamos�por�parte.���Escala�de�Tensiones�Corporales.Ͳ�Hemos�querido�evitar�distinguir�con�un�nombre�a�cada�grado�de�tensión�de�la�escala,�para�no� gatillar� asociaciones�mentales.� Sólo� las�enumeramos�del�uno� al� siete.� Siendo�el�uno�

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donde�existe�la�mayor�flaccidez�muscular�y�en�el�siete�el�nivel��máximo�de�contracción.�El��nivel�cuatro�es�la�tensión�de�equilibrio,�es��el�grado�mínimo�y�preciso�que�se�necesita�para�ejecutar� la�acción.�Lo�vimos�en�el�primer�gol�de�Maradona�a� Inglaterra�en�el�Mundial�de�México�1986,� �en�el�baile�de�Fredd�Aster,�en� los�dedos�de� las�manos�sobre� la�guitarra�de�Paco�de�Lucía.��Un� amigo� y� “primo� de� la� vida”,� Raúl� Pacheco,� gentilmente� nos� colabora,� desde� su�experiencia,� con� la� distinción� de� distensión� y�me� provee� de� un� � � ordenamiento,� que�completo�con�los�siguientes�contenidos:���

x T1:�Distensión�máxima:�Descripción�básica.�En�el�mundo�del�teatro�se�le�asocia�al�“borracho”.�No� hay� tensión�muscular.� El� cuerpo� cae� y� toma� la� forma� del� lugar,�tiene� dificultad� para� levantarse,� no� puede� permanecer,� hay� presencia� de�movimientos�involuntarios.�El�gesto�de�la�cara�se�ve�afectado�por�el�mismo�patrón�de� flacidez�muscular,� el� hablar� es� con� la� lengua� traposa� y� sin� poder�modular,�exceso� de� presencia� de� saliva.� Las� frases� son� inconexas� y� su� contenido� es�normalmente�irreverente�y�traspasa�los�límites�acostumbrados�por�la�persona.���

x T2:�Distensión�exagerada:�Descripción�básica.�Lo�podemos�observar�en�los�grupos�de�muchachos�de�raza�negra,�cuando�se�saludan�o�reúnen�a�escuchar�música�en�las�calles�de�un�barrio�de�NY.�También�en�los�grupos�que�gustan�de�la�música�Reggae�o�Regaeton.�Era�el�nivel�de�tensión�de� la�cultura�Hippie.�Sus�cuerpos�están� lentos�y�flojos� de�movimiento,� sobretodo� en� el�momento� del� saludo� y� cuando� caminan.�Existe�alguna�presencia�de�tensión�pero�mínima.�Las�caras�son�de�sueño.�Transmite�la� sensación� de�mucha� flojera.� El� uso� del� lenguaje� es�mínimo,� con�modismo� y�abreviaturas.�

x T3:�Distensión�moderada:�Descripción� básica.� Para� poder� reconocerlo,� tenemos�que�evocar�algún�momento�de�despreocupación.�Por�ejemplo,�un�domingo�en� la�mañana�en�mitad�de� las�vacaciones,�vamos�sin�ningún�apuro�a�comprar�el�diario,�mirando� la�naturaleza�y�silbando.�El�caminar�es�relajado,�con�algunas�pausas�para�saludar� a� alguien.� Existe� una�musculatura� relajada� en� las� piernas� y� hombros.� El�gesto�de�la�cara�es�descansado.�La�conversación�es�lenta,�distendida�y�amistosa.�

x T4:�Equilibrio�tensional:�Descripción�básica.�Es�el�movimiento�donde� la�tendencia�es�a� realizar� la�acción�de�manera�precisa�y� con� la� tensión� justa� (incluso� siempre�esta� la� lucidez� de� estar� extrayendo� la� tensión� que� no� se� necesita).� Muchas��personas�hemos� tenido� la�experiencia�de� realizar�un�movimiento�en�plenitud�de�conciencia,� donde� la� sensación� es� que� el� tiempo� y� el� espacio,� se� detienen� y��transforman� en� el� marco� justo� � para� flotar� ágilmente� sin� ningún� esfuerzo.� La�sensación�es�de�ser�uno�y�fluir�con�el�entorno.�

x T5:� Contracción�moderada:� Descripción� básica.� La� situación� que� creamos� para�poder� reconocer� los� niveles� de�mayor� tensión� es� la� siguiente:� Imaginemos� una�hermosa�casa,�que�siempre�hemos�querido�conocer.�Un�día�vamos�pasando�por�el�frente�de�ella�y� la�puerta�está�abierta,�al�parecer�no�hay�nadie.�Nos�asomamos�y�efectivamente� no� hay� nadie.� Sabemos� que� en� cualquier�momento� puede� llegar�alguien�y�descubrirnos,�pero�la�curiosidad�es�tal�que�entramos.�La�tensión�aumenta�

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en� las�piernas�y�brazos,�para�no�meter� ruido,� la� respiración� se�agita�y� siento� los�latidos�del�corazón.�Los�ojos�se�abren�y�mis�oídos�están��atentos.�

x T6:� Contracción� exagerada:� Descripción� básica.� La� situación� continúa.� Nos�atrevemos�a�explorar�más� la�casa,�subimos� las�escaleras�hasta� llegar�va� la�última�habitación.� De� repente� hay� ruidos.� Nos� movemos� con� mayor� cuidado,� y� más�rápidamente� para� intentar� escapar.� Se� siente� la� musculatura� más� tensa.� La�respiración�y�el�corazón�más�agitados.�Hay�más�ruidos�y�no�logramos�escapar,�nos�escondemos� y� la� tensión� sigue� aumentando� hasta� sentirla� en� todo� el� cuerpo.�Realizo�movimientos�entrecortados�y�torpes.��

x T7:�Contracción�máxima:�Descripción�básica.�Sigo�en� la�casa,�es�tal� la�tensión�que�los� movimientos� son� torpes,� tropezamos� y� nos� descubren.� Nos� persiguen� y�escapamos,�van�a�dos�metros�de�nuestra�espalda,� se�escucha� la� respiración�y� se�siente� la�presencia�del�perseguidor.�Está�más� cerca,� casi�me� toma.�Corro�a� toda�velocidad,�gritando�de�miedo,� �el�cuerpo�está�totalmente�tenso,�apretada�toda� la�musculatura.� El� corazón� está� que� estalla.� Nos� atrapan� y� nos� paralizamos� en�máxima�tensión.�

��Cada�una�de�los�grados�de�la�escala�de�las�tensiones�nos�permite�distinguir�en�nosotros�en�cuál�de�ellos�estamos�habitando,�ver�qué� conductas�están�a� la�mano�y� cuáles� se�hacen�inaccesible.�También�agudizan�la�capacidad�de�observación.�Es�un�espacio�para�enriquecer��la�práctica�del� coaching,�dando� espacio�para�preguntas,� experiencias� y�nuevos�mundos�para�el�coachee.���Asociando�la�Escala�de�las�Tensiones�Corporales�y�las�Disposiciones�al�Movimiento��Tenemos� � en� nuestras� manos� dos� modelos� � de� Cuerpo� y� Movimiento,� que� hemos�experimentado�y�trabajado�por�separado.�Al�unirlos� �nos�encontramos�con� �asombro�con�la�infinita�posibilidad�de�realizar�asociaciones�que�van�teniendo�sentido.�Y�que�no�se�vaya�a�pensar�ni�por�un�momento�que�estamos�acabando�algún�conocimiento.�Por�el�contrario,�recién�estamos�comenzando,�aún�queda�mucho�por� seguir�precisando.�Este�mensaje�va�para� todos�aquellos�que�desean� tenerlo� todo� claro� todo�el� tiempo�o� �que� rápidamente�necesitan�aplicar�o�manipular�lo�aprendido.��Hemos�dicho�que� las�disposiciones�al�movimiento�nos�muestran� la� inercia�en�que�viene�nuestro� cuerpo� y� por� tanto,� tiene� una� tendencia� a� mantenerse� en� esa� inercia� de�movimiento� básico.� Para� poder� distinguirlo� y� ubicarlo� en� algún� lugar� observable,�generamos�el�modelo�de�dos�ejes�que�se�cruzan,�que�muestran�cuatro�grandes�sentidos�y�direcciones� de� movimientos:� ABAJO,� ADELANTE,� ARRIBA� Y� ATRÁS.� Cada� una� de� ellos��especifica�con�su�fuerza�básica�Ͳcomo�si�fueran�los�cimientos�de�un�edificioͲ�una�estructura�dinámica�de�conductas�posibles.�Es�interesante�ver�que�si�no�existe�esa�fuerza�básica,�hay�conductas�que�se�podrán�realizar,�pero�se�verán�con�poca�coherencia�y�serán� imposibles�de�sostener�en�el�tiempo�a�menos�que�se�elija�un�espacio�serio�de�aprendizaje.��Si�el�hacer�

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constante�de�una�persona�tiene�que�ver�con�permanecer�doce�horas�al�día�bajo� �grandes�presiones,� sumergido� en� el� mundo� de� la� resolución,� tomando� decisiones� frías� � y�calculadas,� � siendo�desafiado� con� complejos�problemas� a� los�que�hay�que�encontrarles�solución� inmediata,� es�muy� posible� que� cuando� su� pareja� le� cuente� algo� en� la� noche�(intentando� crear� un� ambiente� de� apertura),� lo� primero� que� aparece� es� una� repuesta�práctica�sobre�lo�que�hay�que�hacer�y�nada�más,�generando�frustración�y�sensación�de�ser�poco�comprendidos�ambos.�Es�posible�que�el�personaje� resuelto�se�de�cuenta�e� intente�ser�más�tierno.�Lo�más�seguro�que�su� intento�será�torpe,�poco�sutil�y�si�no�resulta�no� lo�podrá�sostener�en�el�tiempo.�Lo�que�podrá�generar�el�cambio�es�un�proceso�coherente�e�integral,�al�largo�plazo.�La� escala� de� grados� de� tensiones� corporales� nos� provee� de� nuevas� distinciones.�Metodológicamente�cada�disposición�corporal� la�asociaremos� �a�una�escala�completa�de�grados�de�tensiones.�Donde�la�T4�será�la�presencia�armónica�de�cada�disposición.�De�T3�a�T1�será�no�un�lugar�fijo,�sino�una�zona�gradual�de�menor�a�mayor��Distensión.�De�T5�a�T7�no�será�un�lugar�fijo,�sino�una�zona�gradual�de�menor�a�mayor�Tensión.�������Disposición�hacia�abajo�(Estabilidad)�T1�a�T3:���Zona�de�Abandono,�las�frases�que�la�representa��“no�hay�nada�que�hacer”,�“me�han�abandonado”,�“estoy�solo”.�Detalle:�Es� la� fuerza�básica�que�tiende�a�quedarse�en�el�lugar� y� le� sumamos� la� distensión� corporal.�No� aparecen� las� posibilidades� de� fuerza,� se�pierde� la� capacidad� de� luchar.� Tendencia� a� rendirse.� En� su� grado� máximo� (T1)� dice,�“déjenme�acá�esperando�la�muerte”�T4:�Normatividad,� la� frase� �es� “Las� reglas�están� claras� y� cumplirlas�es�mi� compromiso”:�Detalle:� Es� la� fuerza� necesaria� en� el� grado� de� tensión� justa� que� permite� sin� esfuerzo,�establecer�reglas� �de�una�negociación,� límites�y�compromisos,�siendo�consecuentes�en�el�tiempo.�Una�vez�finalizada�la�situación�vuelve�con�facilidad�hacia�el�centro�(equilibrio).�T5�a�T7:�Zona�de�Obsesión,� � la� frase�se�dice�con�un�exceso�de�energía�“No�permito�que�nadie� cuestione� las� reglas”:� Detalle:� La� fuerza� sigue� con� la� tendencia� a� permanecer� y�gradualmente� se� le� suma� una� tensión� exagerada.� En� su� grado�máximo� (T7)� dice� “Yo�controlo� las� reglas”.� Aparece� la� necesidad� obsesiva� de� controlarlo� todo,� situaciones� y�relaciones.���Resolución�(Disposición�hacia�delante)�T1� a� T3:� Zona� de� Entusiasmo� e� Idealismo.� La� frase� es� “Echémosle� pa´lante,� después�vemos”.� �Detalle:�La� fuerza�básica�empuja�hacia�delante,�con�el�cuerpo� fláccido,�no�hay�conciencia�en� los�detalles.�Tendencia�a�enceguecerse�y�no�querer�escuchar.�En�su�grado�máximo� (T1),� mientras� empuja� a� todos� hacia� delante� hasta� caer,� dice:”Vamos…..�……EEEEEEEEeeeeeeeeEEEEE”.�T4:�Oferta,�la�frase��“Para�lo�que�necesitas,�SÉ�COMO�AYUDARTE”.�Detalle:�La��claridad�con�respecto� a� lo� que� está� sucediendo� en� el� entorno,� conecta� con� las� ganas� de�mostrarse��como�una�posibilidad�que�aporta.�Tenemos�el� foco�y�no� se�pierde� la�perspectiva.�Estoy�

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tranquilo� y� seguro� que� todo� va� a� ser� mejor� con� lo� que� yo� puedo� aportar.� Una� vez�finalizada�la�situación�vuelve�con�facilidad�hacia�el�centro�(equilibrio).�T5�a�T7:�Zona�de�Agresión.�La�frase�es�“la�única�oferta�soy�yo”:�Detalle:�La�fuerza�es�hacia�delante�y�el�cuerpo�está�contraído.�Exageradamente�focalizado.�En�su�grado�máximo,�ojos�desorbitados,�empujando�y�agrediendo�con��todo�el�cuerpo,�(T7):”AQUÍ�MANDO�YO”��Apertura�(Disposición�hacia�atrás)�T1�a�T3:�Zona�de�Sumisión.�La�frase�es:�“aquí�mandas�tú”.�Detalle:�La�tendencia�del�cuerpo�es�a� retroceder�y� sin�presencia�de� tensión�muscular,� cedo� todo�el�espacio�para�que� los�otros� hagan� y� des� hagan.� En� su� grado�máximo� (T1),� retrocede� hasta� hacerse� invisible�diciendo:”me�entrego�totalmente�a�ti,�haz�lo�que�quieras�con�mi�existencia”.�T4:� Receptividad,� la� frase� es:� “Te� escucho,� te� comprendo� y� te� acojo”:� Detalle:� Las�circunstancias�nos�muestran�que�es�necesario�postergar�por�un�momento� los� intereses�personales�inmediatos,�para�dar�espacio�a�otros.�Una�vez�finalizada�la�situación�vuelve�con�facilidad�hacia�el�centro�(equilibrio).�T5�a�T7:�Zona�de�Parálisis.�La�frase�es“No�soy�capaz,�dado�quien�soy”.� �Detalle:�La�fuerza�que�me� empuja� hacia� atrás� unida� a� la� contracción� del� cuerpo,� no� permite� sostener� la�energía�necesaria�para� realizar�nuevas�prácticas.�En�su�grado�máximo� (T7),�arranca�o�se�paraliza�y�queda�en�blanco�con�un�grito�atravesado�en�la�garganta,�que�no�sale.��Flexibilidad�(Disposición�hacia�arriba)�T1a�T3:�Zona�de��Dispersión,�la�frase:�“Así�soy…ahora…mañana�no�sé…�en�buena”:�Detalle:�La� fuerza�hacia�arriba�y�el�cuerpo� relajado,�hace�que�nos�desapeguemos�del� suelo�y�de�cualquier� tipo�de�ataduras.�En�su�grado�máximo� (T1),�se� llega�al�des� Ͳ�compromiso� total�con� la� vida,� viviendo� el�momento� sin� ningún� sentido:� “……me…� da…� lo…�mismo…..no�pesco”.���T4:� Creatividad.� La� frase� es:� “Se� me� ocurre� una� manera� distinta”.� � Detalle:� En� los�momentos�donde� se�cree�que�no�hay� salida.�La� fuerza�hacia�arriba�y� la� tensión�precisa,�permiten�que�no�nos�rindamos,�sostenemos�la�confusión�y�la�oscuridad�hasta�que�aparece�como� una� verdadera� luz,� la� nueva� solución,� la� que� compartimos� con� pasión.� Una� vez�finalizada�la�situación�vuelve�con�facilidad�hacia�el�centro�(equilibrio).���T5� a� T7:� Zona� de� � Locura.� La� frase� es:� “Vivamos� a� concho� hasta� reventar”.�Detalle:� La�fuerza�hacia�arriba�en�contracción,�aparece�como�una�posibilidad�de�escape�momentáneo,�donde� no� mido� ninguna� consecuencia,� traspaso� límites.� En� su� grado� máximo� es� el�desenfreno,�es�un�grito�desgarrador,�desenfocado,�traspasando�los�límites�del�aguante,�la�frase�es:”Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahuuuuuuuuuuuu”.���Concluyendo�esta�etapa�de�aprendizaje��En�lo�que�estamos�principalmente�en�esta�etapa�(de�tensiones�e�intenciones)�es�tomando�conciencia,�reconociéndonos�y�ordenando�esas�observaciones,�con�dos�modelos�que�nos�

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proveen� de� distinciones.� Las� Disposiciones� al� Movimiento� y� La� Escala� de� Tensiones�Corporales.�En�una�las��siguientes�etapas,�nuestro�foco�estará�en�aprender�a�observar�en�otros,�desde�esta�metodología,�para�aplicarla�en� los�procesos�de�Coaching.�Profundizar�e� ir�asociando�cuáles�son�las�conductas�posibles�e�imposibles�de�sostener�en�determinadas�disposiciones�corporales�y�grados�de��tensión.��Como�sugerencia�de�trabajo,�busquen�métodos�de�meditación�y�centramiento� �continuo,�desde�el�movimiento,�por� supuesto;� además�de� realizar� los� �ejercicios�del�proceso.�Eso�permite�generar�una�compensación�biológica,�emocional�y�psicológica�a� la�gran�cantidad�de�presiones�a�las�que�estamos�sometidos.��

Rodrigo�Pacheco,�Octubre�2005�