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1 1 TEMAS DE FORMACIÓN UNER C ARPETA Nº 20 P P r r e e s s e e n n t t a ac ci i ó ón n : : Presentamos la carpeta de temas nº 20, para la formación permanente de la UNER, correspondiente al curso 2014-2015. Estos temas pretenden ser un instrumento que permita descubrir y vivir el proceso al que somos convocados a partir del lema: «Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir» El Beato Manuel González invitó a los miembros de la UNER a adentrarse en el proceso de «hacerse pan», como itinerario humano y teologal. Durante este curso seguiremos el siguiente proceso: Redescubrir a Cristo Eucaristía como Vida plena desde quien podemos vivir. Descubrir nuestra Misión, que es la de dar vida identificándonos con: o la tierra que se deja sembrar; o los granos de trigo que mueren; o la espiga que se deja cortar, moler, o el pan tierno, nuevo y partido, cuya Misión es la de darse a todos los hombres. “Florecillas de Sagrario” del Bto. Manuel González será el libro de apoyo y trabajo propuesto para este curso. En sus páginas descubriremos nuestro estilo de vida y misión carismática; misión que podemos llevar a cabo sin importar que seamos jóvenes o mayores, estemos enfermos o sanos, motivados o desanimados. La lectura del libro nos hará vibrar, al proponernos lo que es y debe ser una María, es decir un miembro de la UNER, que entra en el proceso dinámico de «hacerse pan», es decir: de transformarse en eucaristía, en la Iglesia y para el mundo. E Ex x p pl l i i c ca ac ci i ó ón n d de e l l c c a a r r t t e el l El cartel que ilustra el lema «Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir» aspira a poner color e imagen al proceso humano-teologal que viviremos durante este curso. Los colores que predominan son: para el fondo, el naranja, color cálido, que sugiere alegría y entusiasmo; y el verde, color de la vida y el crecimiento para las letras del lema. Podríamos “leer” el cartel en cuatro pasos: 1. La forma con el anagrama JHS: simboliza a Cristo Eucaristía como Vida plena desde quien podemos vivir. 2. Las espigas y los granos que ponen de manifiesto nuestra vocación eucarística-reparadora, como proceso de eucaristización de la propia vida. Estamos llamados a ser granos de trigo que mueren para convertirse en espigas que dan fruto, se dejan cortar, moler, amasar para convertirse en pan partido. 3. El logo de la Familia Eucarística Reparadora (FER): en él se incluyen la Eucaristía, el mundo y la cruz, y quiere poner de manifiesto el culmen del proceso para «hacerse pan»: ser pan partido para el mundo. 4. El escudo, que expresa la identidad como familia carismática, pues el lema de cada curso es para todas las ramas de la FER: UNER (Marías de los Sagrarios, Discípulos de San Juan, RIE y JER)-MEN-MENS- MED. P P r r o oc ce e s s o o p pa ar r a a h h a ac ce e r r s s e e p pa an n . . Tema 1: Eucaristía: Pan de Vida que hace vivir. Tema2: Nuestra vida: tierra amada y fecunda (preparar la tierra y sembrar) Tema 3: La ofrenda ya es fruto, la ofrenda ya es cosecha (cosechar)

TEMAS DE FORMACIÓN UNER CARPETA Nº 20 · bienvenida de los pueblos eslavos que involucra el pan y la sal, etc… Los griegos al conocer la existencia del pan, lo adoptaron inicialmente

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TEMAS DE FORMACIÓN UNER CARPETA Nº 20

PPrreesseennttaacciióónn::

Presentamos la carpeta de temas nº 20, para la formación permanente de la UNER, correspondiente al curso 2014-2015. Estos temas pretenden ser un instrumento que permita descubrir y vivir el proceso al que somos convocados a partir del lema: «Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir»

El Beato Manuel González invitó a los miembros de la UNER a adentrarse en el proceso de «hacerse pan»,

como itinerario humano y teologal.

Durante este curso seguiremos el siguiente proceso:

Redescubrir a Cristo Eucaristía como Vida plena desde quien podemos vivir. Descubrir nuestra Misión, que es la de dar vida identificándonos con:

o la tierra que se deja sembrar; o los granos de trigo que mueren; o la espiga que se deja cortar, moler, o el pan tierno, nuevo y partido, cuya Misión es la de darse a todos los hombres.

“Florecillas de Sagrario” del Bto. Manuel González será el libro de apoyo y trabajo propuesto para este curso. En sus páginas descubriremos nuestro estilo de vida y misión carismática; misión que podemos llevar a cabo sin importar que seamos jóvenes o mayores, estemos enfermos o sanos, motivados o desanimados. La lectura del libro nos hará vibrar, al proponernos lo que es y debe ser una María, es decir un miembro de la UNER, que entra en el proceso dinámico de «hacerse pan», es decir: de transformarse en eucaristía, en la Iglesia y para el mundo.

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El cartel que ilustra el lema «Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir» aspira a poner color e imagen al proceso

humano-teologal que viviremos durante este curso.

Los colores que predominan son: para el fondo, el naranja, color cálido, que sugiere alegría y entusiasmo;

y el verde, color de la vida y el crecimiento para las letras del lema.

Podríamos “leer” el cartel en cuatro pasos:

1. La forma con el anagrama JHS: simboliza a Cristo Eucaristía como Vida plena desde quien podemos

vivir.

2. Las espigas y los granos que ponen de manifiesto nuestra vocación eucarística-reparadora, como

proceso de eucaristización de la propia vida. Estamos llamados a ser granos de trigo que mueren para

convertirse en espigas que dan fruto, se dejan cortar, moler, amasar para convertirse en pan partido.

3. El logo de la Familia Eucarística Reparadora (FER): en él se incluyen la Eucaristía, el mundo y la cruz, y

quiere poner de manifiesto el culmen del proceso para «hacerse pan»: ser pan partido para el mundo.

4. El escudo, que expresa la identidad como familia carismática, pues el lema de cada curso es para

todas las ramas de la FER: UNER (Marías de los Sagrarios, Discípulos de San Juan, RIE y JER)-MEN-MENS-

MED.

PPrroocceessoo ppaarraa hhaacceerrssee ppaann..

Tema 1: Eucaristía: Pan de Vida que hace vivir.

Tema2: Nuestra vida: tierra amada y fecunda (preparar la tierra y sembrar)

Tema 3: La ofrenda ya es fruto, la ofrenda ya es cosecha (cosechar)

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Tema 4: Radicalidad Carismática y discernimiento (cribar)

Tema 5: El dolor transforma el trigo en harina (de dejarse moler)

Tema 6: Cristo y nosotros amasados en comunión (amasar)

Tema 7: El horno del Amor Reparador (cocer)

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Los temas pueden ser trabajados y profundizados en una o en dos sesiones o pueden ser uti lizados como proceso formativo en otros momentos a nivel personal o grupal.

Al igual que en los cursos anteriores, los temas seguirán el siguiente esquema:

1- Introducción 2- Desarrollo. 3- Textos bíblicos y eclesiales. 5- Trabajo personal y grupal. 6- Estilo de vida como compromiso. 7- Momento orante.

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El presente itinerario, siguiendo las pautas propuestas por el Rito de Iniciación Cristiana Adultos (RICA), pretende que la formación de los miembros de la UNER, posea las siguientes notas características:

Formación Gradual: Una formación que acompañe el crecimiento en la fe por etapas, en coherencia con la pedagogía divina, por la que Dios se ha revelado de manera progresiva y gradual.

Formación Integral: Una formación que abarque la totalidad del ser humano y esté centrada en lo nuclear de la experiencia cristiana, en las certezas más básicas de la fe y en los valores evangélicos fundamentales.

Formación Cristocéntrica: Una formación que propicie el encuentro con Cristo vivo en la Eucaristía, a quien se adhiere y recibe en los sacramentos de iniciación y cuya vivencia se profundiza en la comprensión del carisma eucarístico-reparador. La formación de un miembro de la UNER, como la de todo cristiano, debe posibilitar el conocimiento de la persona de Jesucristo, su seguimiento y la vida en comunión con él. Esta vivencia cristocéntrica llevará a la confesión de la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Formación en la comprensión de los signos: Una formación que esté al servicio de la explicación de todos de signos implícitos en las celebraciones litúrgicas, a través de los cuales el Dios Invisible se revela y se comunica.

Formación Comunitaria: Una formación que permita crecer en comunión eclesial. La vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado. Las enseñanzas de Jesús sobre la vida comunitaria reclaman algunas actitudes evangélicas que la catequesis deberá fomentar, entre ellas, la sencillez y la humildad, la corrección fraterna, el perdón mutuo, la oración en común, el amor fraterno, el dinamismo misionero.

Formación Inculturada: Una formación que, siguiendo el ejemplo de la Encarnación del Hijo de Dios hecho hombre en su momento histórico concreto, integre la realidad cultural de los individuos y pueblos.1

1 Cfr. Pbro. ALFREDO MADRIGAL SALAS. El RICA y el documento de Aparecida, aportes a la catequesis con adultos

en

http://www.cenacat.org/uploads/2aportes_a_la_catequesis_con_adultos_desde_rica_y_aparecida-

pbro._alfredo_madrigal_2008.pdf.

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Formación UNER 20

Formación Misionera: Una formación que mueva a recuperar el camino misionero de las primeras comunidades cristianas. El Cardenal brasileño Claudio Hummes explica esta característica de la formación así: “El verdadero discípulo que hace experiencia de Dios en Jesucristo, siente dentro de sí la pasión misionera de anunciar a otros lo que vive, lo que ha experimentado, para conducir siempre más personas a un encuentro con Cristo... La catequesis, por tanto, debe formar misioneros muy sensibles a la necesidad de una evangelización misionera.”2

Una formación con énfasis social: Una formación que, iluminada por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, ayude a dar respuesta evangélica a la los problemas planteados por la dura realidad socioeconómica fruto de los procesos de globalización en nuestro.

Una formación de discípulos-misioneros Una formación que haga de cada miembro de la UNER un discípulo-misionero, en palabras del Bto. Manuel González: «apóstoles, en cuanto testigos. Testigos en cuanto amigos. Amigos en cuanto íntimos»3 desde el encuentro con la Palabra y el testimonio personal y comunitario del Evangelio y de la Eucaristía.

Equipo Delegación General de la UNER.

2 Conferencia dada a los responsables de las delegaciones de catequesis de España en el 2008, sobre el papel de los

sacerdotes en este importante servicio evangelizador ver en

http://6865.blogcindario.com/2008/03/05184-cardenal-claudio-hummes-la-decisiva-responsabilidad-de-los-

presbiteros-en-la-catequesis.html. 3 Bto. MANUEL GONZÁLEZ, Así Ama Él en OOCC I, 290.

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Redescubrir el valor de la entrega de Cristo en la Eucaristía, para gustar la Vida que de ella brota, dando razón y sentido a nuestra vida. El don de la Eucaristía es la invitación a compartir el estilo de vida entregada de Cristo en la Eucaristía, más allá del cálculo, la medida, o la cautela. La forma con el anagrama JHS. Cristo Eucaristía todo lo ilumina dando sentido a nuestra vida. Es la invitación a entrar en el proceso de «hacerse pan» para los hermanos en la Iglesia.

Historia del Pan

El pan ha sido tan importante en la alimentación humana que se considera como sinónimo de alimento en

muchas culturas. Los primeros habitantes del planeta en elaborar el pan, fueron los egipcios.

Debido a la importancia dada por los diversos pueblos el pan aparece en muchos rituales religiosos y

sociales: como el matzoh, pan ázimo en la pascua judía, la hostia en la Eucaristía cristiana, el rito de

bienvenida de los pueblos eslavos que involucra el pan y la sal, etc…

Los griegos al conocer la existencia del pan, lo adoptaron inicialmente como un alimento ritual.

Cuando el pan llegó a Roma, éste sólo es consumido por la clase pudiente, pero con los avances en los

hornos y en los molinos, Roma utilizó el pan, como alimento para sus legiones; ya que era duradero y fácil

de transportar.

El cristianismo también ha utilizado el pan como símbolo religioso, Jesús nació en Belén (Bet Lehem), que

significa “cada del pan”. El pan fue el alimento de la última cena y luego de su Pasión y muerte se quedó

presente bajo las especies de pan de trigo y vino.4

1.- Comer la Vida, para vivir

El pan satisface el hambre, da fortaleza, y es símbolo de la misma vida Comer implica, en primer lugar, la

posibilidad de alimentarse y de reparar las fuerzas. Pero a la vez tiene connotaciones simbólicas muy

4Cfr. Estudio de los símbolos del cristianismo (pan) en www.animacionrecursiva.wordpress.com/2012/01/17/estudio-

de-simbolos-del-cristianismo-el-pan/

Objetivo

Idea esencial

Referencia al cartel

Desarrollo

Introducción

Tema 1 Eucaristía:

Pan de Vida que hace vivir

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Formación UNER 20

expresivas: comer como fruto del propio trabajo, comer en familia, comer con los amigos, comer en clima

de fraternidad, comer con sentido de fiesta.

En el contexto cristiano, comer es el gesto central de la Eucaristía. Si el Antiguo Testamento empieza con

el “no comas” del Génesis, en el Nuevo Testamento escuchamos el mandato: “tomad y comed”. Y si

entonces la consecuencia era: “el día que comas de él, morirás”, ahora la promesa es la contraria: “el que come… tiene vida eterna”.

Cristo, en la Última Cena: “Tomó el pan, dijo la bendición, lo partió y se lo dio…”. Más aún: fue este gesto

el que más impresionó a los discípulos de Emaús en su encuentro con Jesús Resucitado. “Le reconocieron al partir el pan”. Y fue este el rito simbólico que vino a dar nombre a toda la celebración Eucarística en los

primeros tiempos del cristianismo.

La fracción del pan tiene, ante todo, un sentido de cara a la Pasión de Cristo. El pan que vamos a recibir es

el Cuerpo de Cristo, entregado a la muerte, el Cuerpo roto hasta la última donación, en la Cruz.

Al comer el pan eucarístico, sabemos que nos alimentamos con el Cuerpo de Cristo. Su palabra (“esto es mi Cuerpo”) sigue eficaz y su Espíritu es el que ha dado a ese pan que hemos depositado sobre el altar

su nueva realidad: ser el Cuerpo del Señor glorificado, que ha querido ser nuestro alimento.

2.- Vida que se transforma

Estamos llamados a ser pan para la vida del mundo. El pan de nuestra vida se amasa a lo largo de la existencia, con nuestra disponibilidad hacemos posible que Jesús se “haga vida en mi” y nos haga pan (nos haga eucaristía), para que “demos de comer” a otros. Es un proceso para vivir de la Vida que brota de la Eucaristía. Cristo trabaja con nuestra vida, con nuestro pan entregado y nos convierte en pan nuevo para que anunciemos a los demás, la novedad de la Vida eucarística.

Celebrar la Eucaristía nos invita a vivir abiertos a la presencia de Dios en nuestras vidas y a hacerlo con actitud de ofertorio, sabiendo que todo lo recibimos como don. Vivir así, ofreciéndonos como lo hizo el Maestro quien vino a “servir y dar la vida”.

3.- Nuestra Misión

Ser eucaristía nos disponen para vivir en actitud de comunión, superando barreras, rutinas, dispersiones. Comulgar al Señor Jesús implica saber que se lleva un tesoro en vasijas de barro, pedir al Padre que nos libre del mal que no crea fraternidad y luego ofrecer la mano y el corazón… Sólo entonces la vida se puede celebrar como vida entregada, como pan roto y repartido. Comer a Jesús es entonces de verdad celebrar un mismo estilo de vida que sólo nos viene de Él, el Pan de Vida. Jn. 6, 35:« Yo soy el pan del Vida.» Jn. 10,10: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.»

Jn. 6, 32-35: «Jesús dijo: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí, jamás tendrá hambre.”»

1Cor. 11,24:«Tomad Y comed todos de él, porque esto es mi cuer-po, que será entregado por

todos vosotros.»

Juan Pablo II:

«La misión de la Iglesia se encuentra en continuidad con la de Cristo y obtiene fuerza espiritual de la

comunión con su Cuerpo y con su Sangre.»5 5 Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, Año 2004, punto 2.

Sagrada Escritura

Magisterio de la Iglesia

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Benedicto XVI:

«Renovemos… nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. ¡No hay que dar por descontada

nuestra fe! Hoy se da el riesgo de una secu-larización que penetra también dentro de la Iglesia, que

puede traducirse en un culto eucarístico formal y vacío, en celebraciones a las que les falta esa

participación del corazón que se expresa en la veneración y respeto de la liturgia. Siempre es fuerte la

tentación de reducir la oración a momentos superficiales y apresurados, dejándose dominar por las

actividades y por las preocupaciones terrenales.»6

Papa Francisco:

En el Cenáculo dijo: «Aquí nació la Iglesia, y nació en salida. Desde aquí salió con el Pan partido entre las

manos, las llagas de Jesús en los ojos y el Espíritu de amor en el corazón… El Cenáculo nos recuerda, con

la Eucaristía, el Sacrificio. En cada Celebración Eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que

nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestros

dolores…»7

Catecismo de la Iglesia Católica:

«En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentra el pan que, por las palabras de Cristo y por

la invocación del Espíritu Santo, se convierte en el Cuerpo de Cristo… Al convertirse misteriosamente en el

Cuerpo de Cristo, el signo del pan sigue significando también la bondad de la creación. Así, en el

ofertorio, damos gracias al Creador por el pan, fruto “del trabajo del hombre”, pero antes, “fruto de la

tierra”, dones del Creador. La Iglesia ve en el gesto de Melquisedec, rey y sacerdote, “que ofreció pan”

una prefiguración de su propia ofrenda.» (nº 1333)

Con sus palabras “Hagan esto en memoria mía” (1Cor. 11,23-25), les encomendó la misión de celebrar

este misterio hasta el fin de los tiempos. A partir de entonces, la Iglesia fue fiel a la orden del Señor.» (nº

1342)

1. ¿Podría realizar la Iglesia su propia vocación sin cultivar una constante relación con la Eucaristía? ¿Por qué?

2. ¿Qué relación tiene el proceso para “hacerse pan” con la acción misionera de la UNER? Da tres razones.

3. El Bto. Manuel González nos dijo que un miembro de la UNER “es un enterado del Sagrario por dentro y por fuera.” ¿Cómo lo explicarías a los hombres y mujeres de hoy?

El don del Pan partido y entregado es una invitación a compartir el estilo de vida que nos enseña Cristo en la Eucaristía. Es decir viviendo más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es... «ante todo un enterado del Sagrario.»8

6Solemnidad del Corpus Christie de 2009 en http://eucaristia.wordpress.com/2009/06/14/

7 Homilía en el Cenáculo, 26/05/2014 en http://www.news.va/es/news/aqui-nacio-la-iglesia-y-nacio-en-salida-el-papa-

en 8 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 30 y en OOCC I, 612.

Reflexión personal y grupal

Estilo de vida

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Formación UNER 20

Monición:

Muchas veces no sabemos cómo orar y la mejor manera de hacerlo es convertir cada momento de nuestra vida en una encarnación de Cristo en nosotros, para que Él pueda ser el centro de nuestra vida y de todos cuantos encontremos en el camino. Ser eucaristía es:

Ser manos que se abren, capaces de compartir, de sostener al otro, de apoyar, de colaborar, de acariciar, de abrazar. Ser manos tendidas sin ruido, que hacen el bien.

Ser mirada que contempla y descubre la realidad como cuerpo de Cristo. Ser memoria que reconoce a Jesús allí donde el más pequeño signo de sus bienaventuranzas está

presente. Ser boca que bendice y canta y anima la fiesta de la vida, que descubre en todo la posibilidad de

decir “gracias”.

Palabra de Dios

«Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:"Tomad y comed, esto es mi Cuerpo". Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, diciendo: "Bebed todos de ella, porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados."» (Mt. 26, 26-28)

Silencio

Aclamaciones

Señor, los discípulos de Emaús estaban tristes. Tú te cruzaste en su camino y les explicaste las Escrituras. Es al partir el pan cuando te reconocieron y tú desapareciste.

Señor, cuanto más ausente estás en nuestra vida, es cuando más presente te haces. Señor, que nuestro que corazón desee con todas sus fuerzas vivir el Evangelio, para descubrirte

vivo en la Eucaristía y en los hermanos. Señor, nosotros también necesitamos ser alimentados de tu Pan de vida, para poder partirnos y

repartirnos los unos por y para los otros.

Padrenuestro

Momento orante

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Acoger el don del Espíritu, agua que fecunda la tierra de nuestro corazón, para que Dios, con su amor infinito y misericordioso, actúe en el campo de nuestra vida y nos haga fecundos. Nuestra vida es la “tierra” pobre, frágil y débil donde se deposita la buena semilla, pues en cada comunión se siembra en nosotros el mismo Jesús. Nuestra tarea principal consiste en “dejar a Dios ser Dios”. La tierra, en la que el trigo echa sus raíces para recibir los nutrientes que le permitan desarrollarse y madurar. El diablo y el labrador

“Erase una vez un labrador tan listo como astuto, de cuyas tretas podrían contarse no pocas historias, aunque la más graciosa de todas es la burla y mala pasada que le hizo al diablo. Un día en que el campesino había terminado su labor y se disponía a regresar a su casa a la hora del crepúsculo, vio, en medio del campo, un montón de carbones encendidos. Acercóse muy extrañado y vio a un negro diablillo que estaba sentado encima.- ¿Estás sentado sobre un tesoro? - pregúntale el labrador. - Sí - respondió el diablo -. Sobre un tesoro en el que hay más oro y plata que jamás viste en tu vida - El tesoro está en mi campo, y, por tanto, me pertenece - dijo el labrador. -Tuyo será - replicó el diablo - si durante dos años te comprometes a darme la mitad de lo que produzca tu campo. Dinero me sobra, pero me gustan los frutos de la tierra. El campesino aceptó el trato, con una objeción: - Para que no haya peleas a la hora de repartir, tú te quedarás con lo que haya sobre el suelo, y yo, con lo que haya debajo. Parecióle bien al diablo, sin saber que el astuto labrador había sembrado nabos. Cuando llegó el tiempo de la cosecha presentóse el diablo para llevarse su parte; pero sólo encontró marchitas hojas amarillas, mientras el labrador, alegre y satisfecho, se quedaba con los nabos. - Esta vez has llevado ventaja - protestó el diablo -, pero a la próxima no te valdrá. Será tuyo lo que crezca encima del suelo, y mío lo que haya debajo. - Conforme - dijo el campesino. Pero a la hora de la siembra no plantó nabos, como la vez anterior, sino trigo. Ya maduro el cereal, el hombre se fue al campo y segó los tallos a ras del suelo, y cuando se presentó el diablo, al no encontrar más que rastrojos, enfurecido se precipitó por un despeñadero. - Así se caza a los zorros - dijo el campesino mientras se llevaba el tesoro”9

Esta historia nos ayuda a pensar en la sagacidad evangélica de no dejarse robar el tesoro que Dios tiene preparado en el campo de cada uno, es decir en la propia vida.

9 Los HERMANOS GRIM http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_labrador_y_el_diablo

Tema 2 Nuestra vida: tierra amada y fecunda

(preparar la tierra y sembrar)

Objetivo

Idea esencial

Referencia al cartel

Introducción

Desarrollo

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Formación UNER 20

1.- Disponer el “campo”, acogiendo el don del Espíritu (agua que fecunda la tierra)

Nosotros, seres humanos frágiles y débiles, somos la tierra. Y quien nos empapa, y nos hace fecundos es el Espíritu, mediante la Palabra que sale de la boca de Dios. (Cfr. Is. 55,10) Nuestra responsabilidad, como hijos de Dios, consiste en disponer la tierra, limpiarla, mantener la siembra y, luego de la cosecha, entregar los frutos. La responsabilidad de que la semilla crezca y se multiplique es totalmente del Señor. Es preciso dejar que Dios actúe en el “campo” de nuestras vidas.

2.- Tierra herida, amada y redimida

Debemos reconocer que “nuestra tierra” muchas veces está “herida”. Las heridas son parte de la existencia marcada por la condición vulnerable de la humanidad. Hay acontecimientos externos, que no dependen de nosotros, y que, sin embargo, pueden influir negativamente en nuestras vidas: guerras, catástrofes, violencia, pobreza, marginación, rechazo social. Pero existe, también, en nuestra realidad personal la posibilidad del rechazo a Dios y a su proyecto, esto es el pecado. Pero nuestra tierra-humanidad herida es, a la vez, una tierra-humanidad amada infinitamente por Dios. ¿Quién sino Él nos conoce tal y como somos10 y sin embargo nos ama sin límite?11 Amor, misericordia y bondad infinitas, estas son las palabras que definen al Creador. Un Padre tierno que se preocupa constantemente por sus hijos. Un Padre que está cerca, que nos escucha, y que nos ha hecho el don más grande: su Hijo Jesús,12 quien ha entregado su Vida para que tengamos vida abundante (Jn.10,10) y ha prometido quedarse con nosotros « todos los días hasta fin del mundo» (Mt 28,20) Así es nuestra tierra: herida, amada y redimida. Donde cada acontecimiento, vivido como Historia de Salvación, nos dispone para ser fecundos.

3- El grano sembrado

En nuestra tierra herida, amada y redimida, se siembran cada día la Palabra y la Eucaristía.

Habrá ocasiones en que el grano esparcido será condenado a la esterilidad prematura por los afanes, las prisas, los ruidos, el atractivo de lo inmediato, que son enemigos sutiles del proceso de crecimiento y de maduración del grano, que ha de crecer en silencio, con paciencia y sin agobios

La figura de la siembra no es sólo una metáfora para describir nuestra respuesta a la siembra de la Palabra. Es también un aviso, previo y consolador, para todos los discípulos-misioneros, que reciben la vocación de proseguir, en el tiempo, con la tarea del anuncio de la Buena Nueva. Sembrarán entre lágrimas y cosecharán entre cantares, dice la Escritura (Sal 126).

Jn. 7,37-38: «Si alguno, tiene sed venga a mí y beba, el que crea en mí, como dice la Escritura: De sus

entrañas manarán ríos de agua viva». Mc. 4, 1-20: «Los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y

dan fruto». Is. 55,10-11: « Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la

tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé semilla al sembrador y pan para comer, así será mi Palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo».

Jn. 12,24: «Os aseguro que, si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto».

10 «Señor tú me sondeas y me conoces…» (Sal. 139)

11 «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único… » (Jn 3,16a)

12 «… para que quien crea en él no perezca, sino tenga vida eterna». (Jn. 3,16b)

Sagrada Escritura

Magisterio de la Iglesia

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Papa Francisco:

«Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (Cfr. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (Cfr. Mt 13,18-23). Queridos jóvenes, eso significa que el verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida. Y es en la vida de ustedes donde Jesús pide entrar con su palabra, con su presencia. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca».13

«Si el grano de trigo no muere no puede dar fruto». (Jn 12,24) 1. ¿A qué tengo que morir para que sea “Cristo quien viva en mi”(Gal 2,20), y pueda ser capaz de

amar desde el Corazón de Dios? 2. ¿Descubro y vivo cada acontecimiento de mi vida como “historia de Salvación”? ¿Por qué?

El don del Pan partido y entregado es una invitación a compartir el estilo de vida que nos enseña Cristo en la Eucaristía. Es decir, una llamada a vivir más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es… «un enterado de que, siendo el Sagrario lo mejor de la tierra, es lo peor tratado en la tierra.»14

Oración inicial

Bendice, Señor, con tu presencia este momento en el que voy a meditar en tu Palabra. Envía tu Espíritu para que me ilumine, me ayude a hacer silencio y me dé la fuerza para poner por obra lo que me quieras pedir.

Lectura Bíblica

Mc. 4,1-20: “Los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto”

Para la reflexión personal 1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído? 2.- ¿Cómo ilumina mi vida? 3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Meditación

«En una célebre parábola, Cristo se compara con el sembrador y explica que la semilla es la Palabra (ver Mc 4, 14): quienes oyen la Palabra, la acogen y dan fruto (ver Mc 4, 20), forman parte del reino de Dios, es decir, viven bajo su señorío; están en el mundo, pero ya no son del mundo; llevan dentro una semilla de eternidad, un principio de transformación que se manifiesta ya ahora en una vida buena, animada por la caridad, y al final producirá la resurrección de la carne. Este es el poder de la Palabra de Cristo. María es el signo vivo de esta verdad. Su corazón fue “tierra buena” que acogió con plena disponibilidad la Palabra de Dios, de modo que toda su existencia, transformada según la imagen del Hijo, fue introducida en la eternidad, cuerpo y alma, anticipando la vocación eterna de todo ser humano. Ahora, en

13

PAPA FRANCISCO, Discurso del papa Francisco en la Vigilia de oración con los jóvenes – JMJ Río 2013

http://www.vidanueva.es/2013/07/28/discurso-del-papa-francisco-en-la-vigilia-de-oracion-con-los-jovenes-jmj-rio-

2013/#sthash.0yEMzffV.dpuf 14 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 32 y en OOCC I 613.

Reflexión personal y grupal

Estilo de vida

Momento orante

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Formación UNER 20

la oración, hagamos nuestra su respuesta al ángel: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38), para que, siguiendo a Cristo por el camino de la cruz, también nosotros alcancemos la gloria de la resurrección».15

Acción de gracias y peticiones personales

Te doy gracias Señor por este momento de encuentro contigo. ¡Qué bendición que seas Tú mismo quien me explica la parábola del sembrador! Quiero que mi corazón sea como esa tierra buena en la que la semilla de la fe germine y dé mucho fruto para mayor gloria tuya y servicio de mis hermanos.

Padre Nuestro

15 BENEDICTO XVI, Ángelus 15/11/209 en

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/angelus/2009/documents/hf_ben-xvi_ang_20091115_sp.html

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Identificar, en nuestra propia vida, los signos de madurez (los frutos) en el proceso de “hacernos eucaristía” Acoger la llamada a implicarnos en la misión de la Iglesia. Estamos llamados a cosechar, y a dejarnos cosechar, no alcanza con que el grano ondule hermoso en el campo. Cuando llega el momento de la siega, el grano no es para sí, es para otros, dándose es como se consigue, muriendo es como resucita. Las espigas maduras para la cosecha El labrador y la providencia

Un labrador cansado, en el ardiente estío, debajo de una encina reposaba pacífico y tranquilo. Desde su dulce estancia miraba agradecido el bien con que la tierra premiaba sus penosos ejercicios. Entre mil producciones, hijas de su cultivo, veía calabazas, melones por los suelos esparcidos. -¿Por qué la Providencia -Decía entre sí mismo,- puso a la ruin bellota en elevado y preeminente sitio? ¿Cuánto mejor sería que, trocando el destino, pendiesen de las ramas calabazas, melones y pepinos?- Bien oportunamente, al tiempo que esto dijo, cayendo una bellota, le pegó en las narices de improviso. -Pardiez!- prorrumpió entonces el labrador sencillo.- ¡Si lo que fue bellota algún gordo melón hubiera sido, desde luego pudiera tomar a buen partido, en caso semejante, quedar desnarigado, pero vivo! Aquí la Providencia manifestar quiso que a supo a cada cosa señalar sabiamente su destino. A mayor bien el hombre todo está repartido: Preso el caracol en su caparazón, y libre por el aire el pajarillo.

Moraleja: Cosechar cada fruto a su tiempo y los frutos de la semilla que se ha sembrado

1.- La ofrenda ya es fruto

Al referimos a la semilla enterrada en el surco lo hacemos en una doble dimensión, por un lado, reconocemos que es Cristo -desde la Palabra y la Eucaristía- quien se siembra en nuestras vidas y por otra parte, nos vemos a nosotros mismos, cual grano de trigo, urgidos a entregar la vida, a dejarnos transformar, a morir para dar fruto abundante.

Cuando hemos sido capaces de morir a nosotros mismos, llega un momento en el que reconocemos, a la luz de los acontecimientos iluminados por la Palabra de Dios, que hay, en nuestra existencia, frutos de

Objetivos

Idea esencial

Referencia al cartel

Introducción

Desarrollo

Tema 3 La ofrenda ya es fruto, la ofrenda ya

es cosecha (cosechar)

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Formación UNER 20

vida: «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí» (Gál. 5,22-23) y reconocemos que es puro don de Dios.

Dios se sembró a sí mismo en cada uno de nosotros. Y, por ello, nos hace capaces de descubrir su verdadero rostro, una imagen de sí mismo que se realiza en la Eucaristía. Los frutos presentados sobre el altar, pan y vino, son la ofrenda misma del hombre y la humanidad ofreciéndose a sí mismos para ser transformados en Cristo.

2.- La ofrenda ya es cosecha

Para que el pan llegue a todos no alcanza con que el grano, muerto y convertido en espiga ondule hermoso en el campo, es necesario que sea cosechado y trillado.

Entramos en esta parte del proceso para «hacerse pan», si somos capaces de “dejarnos cortar”, es decir, si comprometemos los sueños personales en favor de la construcción del Reino de Dios. Si nos convertimos en seres-para-los demás. Abiertos a la acogida de todas las realidades humanas, por duras que estas sean. Y estamos dispuestos al perdón, a la compasión y a la reconciliación.

3.- Discípulos-misioneros: Cosechados y cosechadores

Cuando nos descubrimos amados compasiva y misericordiosamente por Dios, como el hijo menor de la parábola (Cfr. Lc. 15,11-32), experimentamos un gozo indescriptible que nos convierte en discípulos-misioneros de la Buena Nueva del Reino.

Hemos sido amados compasivamente, por lo tanto somos invitados a “hacer lo mismo” (Lc. 10,37), como expresó, con tanta hondura, el sacerdote Henri Nouwen, en su libro El sanador Herido, «por medio de la compasión es posible reconocer que el ansia de amor que siente el hombre reside también en nuestros propios corazones, que la crueldad que el mundo nos hace tan patente está arraigada en nuestros propios impulsos. Poseídos por la compasión, también vivimos en los ojos de nuestros amigos la esperanza de ser perdonados. Cuando matan, sabemos que también nosotros podríamos hacerlo; cuando dan la vida, nos hacemos conscientes de que nosotros podemos hacer lo mismo. Para un hombre lleno del sentido de la compasión, nada humano le resulta ajeno: ni el gozo, ni la pena, ninguna forma de vida o de muerte».16

Como discípulos-misioneros somos enviados al inmenso campo del mundo, y convertidos en segadores de la mies que es abundante (Cfr. Mt.9, 37), teniendo «la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús…espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino».17

Lc. 10, 1-12. 17-20: «La mies es mucha y los obreros pocos…» ¿Cómo pueden surgir más obreros que vayan a todas naciones? Jesús dio la respuesta: Alguien debe orar para que haya obreros suficientes. “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” Mt. 28,19-20 «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre

del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo...» Papa Francisco:

«En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de “salida” que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: “Ve, yo te envío” (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el

16 http://henrinouwenblog.blogspot.com.es/2014/05/el-sanador-herido-el-lider-del-manana-3.html 17 PAPA FRANCISCO, Evangelli Gaudium, 127

Sagrada Escritura

Magisterio de la Iglesia

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio»18. 1. ¿Qué personas conocimos y recordamos como ejemplo de buenos misioneros? Compartir testimonios

de personas concretas. 2. ¿Cómo debe ser el misionero que necesita nuestro mundo de hoy? 3. ¿Dónde nos pide el Señor hoy que llevemos su Evangelio? ¿Qué situaciones, lugares, grupos

sociales… de nuestro tiempo claman por la presencia y acompañamiento de misioneros que hagan cercano al Dios de la Vida?

El don del Pan partido y entregado es una invitación a compartir el estilo de vida que nos enseña Cristo en la Eucaristía. Es decir viviendo más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido”. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es…«un transformado que transforma..»19 Para orar juntos

Señor, id es tu mandato, para anunciar el Reino y su presencia en medio nuestro. Para ser signos de Evangelio y hermanos de todos. Id es tu enseñanza, abriendo camino para el paso del sembrador, delante tuyo, eco y mensaje del que va a venir porque ya está-con-nosotros. Id es tu ejemplo, de dos en dos, en caminada compartida, vivencia comunitaria, testimonio fraterno aprendiendo juntos a vivir en estado de misión.

Amén

18 Ibídem, 20. 19 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 67 y en OOCC I, 647.

Reflexión personal y grupal

Estilo de vida

Momento orante

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Formación UNER 20

¿

Potenciar el discernimiento, como elemento imprescindible de crecimiento personal y comunitario. La centralidad de la Eucaristía es el criterio de discernimiento para nuestra vida y misión y se expresa fundamentalmente mediante el seguimiento, la imitación y la configuración con Cristo. Los colores del fondo, que se van aproximando a la Eucaristía de oscuros a claros hasta perderse en ella, en el mismo tono La historia del lápiz El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento le preguntó ¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? Es una historia sobre mí? El abuelo respondió: estoy escribiendo sobre ti pero más importante que lo que escribo es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que fueses como él cuando crezcas. El niño miró el lápiz intrigado y no vio nada en especial. ¡Pero si es igual que todos los lápices que he visto en mi vida! Todo depende del modo en que mires las cosas, dijo el abuelo. En este lápiz hay ciertas cualidades que si consigues entenderlas harán de ti una persona que viva en paz con el mundo. 1) Puedes hacer grandes cosas, pero nunca olvides que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios y El siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 2) De vez en cuando se necesita dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado y escribe mejor. Por tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores porque te harán mejor persona. 3) El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia. 4) Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por tanto cuida siempre lo que sucede en tu interior. 5) El lápiz siempre deja una marca, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, así que intenta ser consciente de cada acción. El discernimiento requiere de una base para medir si algo es correcto. Las Escrituras forman la base del discernimiento. Cuando no hay una base objetiva, sino que todo es subjetivo, no hay de dónde obtener verdadera seguridad. La opinión de uno es tan válida como la de otro. Para saber si una pared es recta se debe poner una plomada, porque si sólo estimamos «a ojo» seríamos engañados. Como cristianos, únicamente podemos tener seguridad cuando hemos «medido» o examinado un asunto cuidadosamente a la luz de la Palabra de Dios.

Objetivo

Idea esencial

Referencia al cartel

Introducción

Tema 4 Radicalidad Carismática y

discernimiento (cribar)

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Damos ahora un paso significativo en la comprensión del proceso de «hacerse pan», luego de reconocer que somos tierra herida, amada y redimida, en la cual Dios mismo se siembra y somos, a la vez, semilla llamada a morir para dar vida, convirtiéndose en espiga madura dispuesta para la siega. Nos encontramos con el siguiente paso: el momento de la criba, que en este tema identificamos con la necesidad de descubrir la importancia del discernimiento espiritual para nuestra vida comprendida en su totalidad.

1.- El ser humano, ser de discernimiento.

El ser humano, crece y madura haciéndose consciente de su propia vida. Se da cuenta, en primer lugar de que es un ser ubicado en tiempo y espacio, que pertenece a una cultura y a una generación determinada. En un segundo momento descubre que necesita conocer el sentido de su existencia. De esta necesidad surge, en el proceso de maduración humana la necesidad de buscar el bien y distinguirlo del mal, la necesidad de descubrir incluso más el bien que el mal, de distinguir entre lo bueno y lo menos bueno, entre lo más bueno y lo óptimo, a partir de indicios que vienen dados por la misma realidad desde fuera y que no son simplemente elegidos desde cada uno. Esto parece que es algo esencial, constitutivo, del ser humano como ser orientado a actuar con libertad y responsabilidad en relación con Dios, si es creyente, y en relación con el entorno y con los demás aunque no fuera creyente. Vivir actuando humana y responsablemente es vivir discerniendo en una u otra forma. El discernimiento es una tarea permanente de todo hombre en toda situación. 20 Discernir es aprender a reconocer por dónde nos quiere llevar Dios para "dejarnos llevar por Él". Es un proceso que supone, en primer lugar, que como personas, nos hayamos acostumbrado a optar por la vida, requiere tener el hábito de buscar y elegir lo que nos da vida y lo que da vida a otros; implica que nos importen los demás y, sobre todo, que son mayoría en este mundo: los pobres.

2.- Discernimiento cristiano.

Para que esta opción por la vida sea posible, es necesario descubrirla en nuestro interior sobre todo, dejarla brotar desde nuestro propio pozo, desde el manantial que tenemos dentro, desde el Agua Viva que hay en nuestro interior y que es la vida misma de Dios en nosotros. Es desde ese descubrimiento tan interno, tan hecho carne en nosotros mismos, como de verdad podemos abrirnos a la experiencia de Dios, que es vida para todos y vida en abundancia. Pero, reconocer esa fuente de vitalidad en nuestro interior, exige haber hecho previamente un proceso de sanación de los traumas y los golpes personales, haber sanado las heridas.

3.- Discernir el Dios de Jesús: En primera instancia necesitamos descubrir cuál es la imagen de Dios que tenemos, pues los miedos y compulsiones pudieron fabricar en nuestro inconsciente fetiches, falsas imágenes de Dios. Por eso un primer examen, un primer discernimiento, tiene que encaminarse a verificar si eso que yo llamo "Dios"', refleja en realidad, la imagen del Dios que Jesús nos revela, o es una pobre percepción de Dios producto de mi propia fragilidad humana. Así podemos comprender que discernir es una lucha: una lucha por reivindicar el verdadero rostro de Dios que es el Padre de la Alegre Misericordia que ama, espera, libera. Es el Dios del Reino, es decir, que tiene proyecto histórico para con la humanidad, proyecto que nos compromete en el trabajo por la paz, la justicia, la concordia, la solidaridad, la igualdad, el respeto entre todas las personas y el equilibrio con el universo. Debemos descubrir que es el Dios que escoge lo débil, lo pobre, lo pequeño como espacio y oportunidad de revelación

4.- Los personajes del discernimiento Es importante caer en la cuenta de que en el discernimiento intervienen tres “personajes”: la persona con su libertad - con el peso de sus heridas y la riqueza de interioridad -; el Espíritu de Dios, cuyas invitaciones llamamos "mociones", y el espíritu del mundo cuyas invitaciones se denominan "tretas" o trampas.

20Los contenidos de este tema están basados en la Revista «Sal Terrae», tomo 86/11 1018(diciembre 1998), pp. 897-

907 de CARLOS RAFAEL CABARRÚS P. SJ.

Desarrollo

17

Formación UNER 20

5.- Las columnas vertebrales del proceso del discernimiento: Todo eso que hemos ido presentando son elementos constitutivos del discernimiento. Pero, si quisiéramos pormenorizar sucintamente su proceso tendríamos que decir que consta de seis partes esenciales:

1. la experiencia que se vive, es necesario tomar en cuenta lo que en realidad nos está pasando, no lo que quisiéramos que nos suceda.

2. la ocasión que la provoca, Las cosas espirituales, como las simplemente psíquicas, se generan, se gestan, no están desvinculadas de una serie de acontecimientos previos.

3. la vinculación psicológica que tiene. Aun cuando las cosas de Dios son invitaciones suyas, sin embargo, no se nos comunica el Señor sino empleando nuestro material propio. Es decir, utiliza nuestro ser golpeado y potente como material para su revelación y para darle cuerpo a sus invitaciones.

4. el derrotero, todo discernimiento debe dar razón de «adónde me lleva» lo que experimento. Si, me compromete en construcción de Reino y me guía la imagen del Dios de Jesús, eso proviene de Dios, de lo contrario su origen está en el espíritu del mundo.

5. la reacción, todo discernimiento implica una respuesta de nuestra parte. La invitaciones que Dios nos hace –mociones- deben ser acogidas y puestas en práctica, por lo contrario, las invitaciones del mal espíritu. -tretas- deben ser rechazadas; una ayuda fundamental es el examen cotidiano, como ejercicio de discernimiento, pues examinar es adiestrarse para configurar la vida desde la Gratuidad.

6. la confrontación, no hay discernimiento sin cotejamiento con alguien que sepa optar por la vida y sepa reconocer, en su propia historia, y en la historia del mundo, los deseos de Dios, sus gustos, su modo.

6.- El modelo cabal del discernimiento

María de Nazaret, la mujer humilde, la madre de Cristo, la figura de la Iglesia. Ella, cual campo dispuesto, expropiada de sus propios planes, acoge sin reservas la lluvia fecundante de Dios y ofrenda su vida en fe a la voluntad de Dios. Ella, la que supo “guardar en el corazón” y esperar la hora de su Hijo, es el modelo cabal del discernimiento.

7.- Importancia del discernimiento para un miembro de la UNER

Los miembros de la UNER estamos llamados a cribar, a discernir, a descubrir por dónde y de qué manera es necesario que cada grupo, en la realidad socio-cultural que vive, dé su respuesta reparadora. El primer discernimiento que necesitamos hacer, como movimiento que vive la espiritualidad eucarística-reparadora, debe llevarnos a distinguir si adoramos ídolos o nos hemos dejado seducir por el Dios de Jesús. Vale entonces, preguntarnos, ¿a quién buscamos, a dios o a Dios -así, entre minúscula y mayúscula-? ¿Qué Eucaristía buscamos? ¿Un símbolo o la Vida? Vivir la Eucaristía y vivir queriendo ser eucaristía, pan partido y repartido para la vida del mundo es el principio básico de nuestro discernimiento en todos los niveles: personal y comunitario, espiritual y misionero, litúrgico y social. Los “gustos” de Dios y su modo de actuar quedan patentes en una imagen simbólica que sintetiza lo que significa Reino: el Banquete, la comida compartida alegremente. Algo es de Dios cuando se pueden encontrar los cuatro pedestales de la mesa del banquete del Reino:

1. Realizar las obras de justicia solidaria: Mt. 25,31ss 2. Aceptar la invitación a la misericordia de Dios: Lc. 6,36 3. Asumir que por realizar estas dos tareas venga la incomprensión y hasta la persecución y muerte

Mc. 8,38 4. Cuidar de mí mismo con la misma dedicación que quiero y cuido de los demás: Mt. 19,19

Palabra de Dios

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Juan Pablo II «El discernimiento hecho por la Iglesia se convierte en el ofrecimiento de una orientación, a fin de que se salve y realice la verdad y la dignidad plena del matrimonio y de la familia… los seglares por razón de su vocación particular tienen el cometido específico de interpretar a la luz de Cristo la historia de este mundo, en cuanto que están llamados a iluminar y ordenar todas las realidades temporales según el designio de Dios Creador y Redentor»

Benedicto XVI: «¿Cómo podemos discernir la voz de Dios entre las mil voces que escuchamos cada día en nuestro mundo? Yo diría que Dios habla con nosotros de muchísimas maneras. Habla por medio de otras personas, por medio de los amigos, de los padres, del párroco, de los sacerdotes —aquí, os habla a través de los sacerdotes que se encargan de vuestra formación, que os orientan—. Habla por medio de los acontecimientos de nuestra vida, en los que podemos descubrir un gesto de Dios. Habla también a través de la naturaleza, de la creación; y, naturalmente, habla sobre todo en su Palabra, en la sagrada Escritura, leída en la comunión de la Iglesia y leída personalmente en conversación con Dios».21

Papa Francisco

«La libertad cristiana y la obediencia cristiana consiste en ser dóciles a la Palabra de Dios y tener la valentía de convertirse en odres nuevos para este vino nuevo que viene continuamente. La valentía de discernir siempre. Discernir, no relativizar. Discernir siempre qué hace el Espíritu en mi corazón». 22 1-¿Tengo experiencia en la práctica del discernimiento espiritual? 2-¿Me ayuda a mejorar mi comunicación grupal? 3-¿Me ilumina a romper los esquemas de orgullo e individualismo? 4-¿Descubro la necesidad de la comunicación grupal, comunitaria, plena y profunda? 5-¿Me motiva a participar en las responsabilidades comunes, grupales haciéndome disponible para participar en ellos? 6-El Bto. Manuel González, nos invita, usando el icono de la lámpara encendida, a iluminar las oscuridades ¿Qué lugares de la realidad en la que vivo están esperando esa luz?

El don del Pan partido y entregado es una invitación a compartir el estilo de vida que nos enseña Cristo en la Eucaristía. Es decir, viviendo más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido”. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es: «una lámpara siempre encendida delante de su Sagrario.»23 Orar para discernir la voluntad de Dios Lectura orante de la Parábola del buen samaritano Lc. 10, 25-37

Proclamar el texto, luego se relee en silencio de manera personal Dejar un momento largo de silencio, luego del cual se pueden hacer resonancias. Concluir con la siguiente oración de Karl Rahner24

21 Preguntas de los seminaristas del Seminario Romano Mayor durante la visita del Papa, el 17 de febrero de 2007 22 Homilía en Santa Marta, 20/01/2014. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-

francesco_20140120_dios-sorpresas.html 23 Bto. MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 53 en OOCC I, 635.

24 KARL RAHNER, Oraciones de vida, Publicaciones Claretianas, Madrid, 1989, pág. 98.

Reflexión personal y grupal

Estilo de vida

Momento orante

Magisterio de la Iglesia

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Formación UNER 20

Señor Jesucristo: Tú mismo me has enseñado un camino hacia una fe realmente determinante para mi vida. En el cotidiano, activo y solitario camino de amor al prójimo. En ese camino te encuentro a ti, desconocido y conocido. Llévame, Luz de la vida, por ese sendero. Concédeme andarlo con paciencia creciente y renovada. Dame la incomprensible fuerza de arriesgarme en la entrega a los hombres y de donarme a mí mismo en el don. Entonces Tú mismo sales a mi encuentro en el prójimo, ya que formas una incomprensible unidad con quienes reciben mi amor. Tú eres quien puede asumir la vida eterna de los hombres y, al mismo tiempo, eres Aquel cuyo amor, devuelto al Padre, no deja de ser amor al hombre. Mi fe en ti está en camino, y con el hombre del Evangelio te digo: «Creo, Señor, ayuda mi incredulidad». Tú que eres el camino hacia el prójimo, guíame por tu camino. Tú eres el hermano desconocido y buscado, y en él eres Dios y por siempre.

Amén.

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Descubrir las actitudes personales que no nos dejan vivir en clave eucarística.

Morir para construir, mirada al presente, ofrecer la vida en el servicio a los hermanos.

La espiga madura, cuyos granos serán molidos y transformados en harina, simboliza la vida que espera a transformarse en Eucaristía.

EL MOLINERO QUE SE OLVIDÓ DE MOLER En las afueras de aquel pueblo, a la orilla de un hermoso río, existía un viejo molino que había ido pasando de generación en generación. Ya nadie se acordaba de quien fue su primer propietario. En su interior el molinero andaba en su faena, de aquí para allá, vaciando sacos de grano en la torva. Mientras trabajaba pensaba para sí: ¡Qué afortunado soy!; Me encanta mi trabajo, parece como si hubiera nacido solo para ser molinero. El molinero era amante de la vida serena y sencilla, gustoso de disfrutar de todos los buenos momentos que esta le ofrecía, como ir de pesca al río con su hijo mayor, o como disfrutar de una agradable tertulia con sus amigos bajo la fresca sombra de las moreras. Un día paso por allí un rico comerciante que acababa de comprar cien kilos de trigo en una granja cercana, y, pensando en conseguir beneficios lo antes posible, decidió molerlo en este molino que le cogía al paso. Se acercó al molinero y le pregunto: -¡Oiga, buen hombre! ¿podría molerme hoy mismo este trigo que acabo de comprar? - Pues claro; si se espera usted un ratito en seguida empiezo a molérselo y antes del medio día podría recoger ya su harina. Y así sucedió. Volvió el comerciante cerca de la hora de comer, y el molinero ya estaba esperándole en la puerta para despacharlo y poder marcharse a casa: -Me asombra la rapidez con que me ha podido atender, ¿es que tiene usted poco trabajo?- -No, en absoluto; muelo cada día desde la mañana hasta el mediodía, y por la tarde me quedo en casa cuidando de mi huerta y jugando con mis hijos- - ¿Pero cómo, no muele por la tarde?- Volvió a preguntar el apresurado forastero- Qué tiempo tan desperdiciado. ¿No se da cuenta de que otros molineros de los alrededores tienen trabajo acumulado?- -El molinero respondió que en su pueblo eran pocos vecinos, y no era extremadamente abundante el grano que traían a moler, prácticamente el necesario para su uso domestico. Pero a él le parecía suficiente trabajo y sueldo. Tanto le dijo que acabó convenciendo al humilde molinero. Al día siguiente decidió ir al pueblo vecino a ofrecer sus servicios, para lo cual, tuvo que pedir prestado el burro a un amigo, pues él no tenía. Así poco a poco fundó una empresa de harinas y no tenía tiempo de ver a su familia, ya no era importante moler, sino los beneficios que se obtenía. La familia compraba todos los caprichos que querían y la gente de la aldea se fue alejando de ellos.

Objetivo

Idea esencial

Referencia al cartel

Introducción

Tema 5 El dolor transforma el trigo en harina (dejarse moler)

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Formación UNER 20

El molinero comenzó a enfermarse de estrés y recordaba los tiempos en que moler era importante, lo mismo que la relación con los vecinos o disfrutar con su familia. En casa su mujer se quejaba de que ya no le ayudaba a traer agua del pozo, ni le acarreaba la leña... Empezó a comprender el verdadero sentido de la vida, y vio todos esos años perdidos en "aprovechar bien el tiempo". Se echó a llorar... Esa misma mañana vendió la fábrica de harina y los caballos, quedándose solo con uno, el que consideró que precisaba para su trabajo. Dejo de recorrer caminos y pueblos, y volvía a realizar el mismo trabajo como al principio. Sus vecinos lo consideraron loco por deshacerse de tan próspero negocio, pero después agradecieron haber recuperado su molino y un buen amigo. Y lo más importante es que de nuevo regresó cada tarde a casa, y allí comenzó de nuevo a moler y a vivir.

1.- Perder para ganar

Nuestra vida, la mayor parte del tiempo, transcurre aparentemente sin nada “interesante” que hacer, o que contar. Sin embargo en esta supuesta rutina, y desde los acontecimientos más simples ponemos en juego nuestra llamada a la plenitud del amor. Podemos vivir desde el egoísmo, encerrados en los estrechos límites de nuestra propia subjetividad, sin más horizontes que “lo mío, lo que me gusta, lo que me satisface”. O podemos hacerlo s iendo hombres y mujeres en éxodo, es decir siempre dispuestos a salir de sí mismos para comprometerse en la construcción de un mundo más humano y fraterno. Es, en las coordenadas de nuestro aquí y ahora, donde somos llamados a entrar en la dinámica de la entrega, de la donación de la vida, del “morir para vivir”, del dejarnos moler, que es la respuesta a la invitación de Jesús al “Quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga» (Mc 8,34). «No es fácil aceptar que el negarse a sí mismo sea una condición inevitable del seguimiento…pero se trata de una sabiduría absolutamente novedosa que no ofrece más garantía que un “por mi y por el Evangelio” que convierte su persona en la referencia última y definitiva»25. Es la invitación a entrar en el juego de perder para ganar.

2.- Mirada al presente… las ruedas del molino

Somos como el grano de trigo llevado al molino, los acontecimientos, tanto los ordinarios, que aparentemente no tienen importancia, como los extraordinarios, en especial los dolorosos, son como las piedras que muelen el grano para convertirlo en harina limpia, destinada a ser Eucaristía. Nuestros grupos UNER están ubicados en los lugares más diversos del mundo, en realidades muy diferentes, los formamos personas de distintas razas y culturas, sin embargo estamos unidos por la misma vocación, la misma llamada a vivir eucarísticamente. Por eso, si bien la manera de entender el mundo y la misión pueden ser distintas, la respuesta es, o debe ser, la misma: «que se haga tu voluntad» (Mt 26,42), asumiendo nuestra existencia, con todo lo que ello implica, en clave eucarística. Eucarística por lo que tiene de acción de gracias y por lo que comporta de entrega y disponibilidad a la voluntad amorosa y providente del Padre.

3.- Ofrecer la vida en servicio a los hermanos

«El Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos» (Mc 10,45). La ofrenda de la propia existencia, la entrega en disponibilidad a la voluntad de Dios, no tiene sentido si no es realizada en el amor a Dios, que se confirma en el servicio a los hermanos. Un miembro de la UNER, fascinado por Cristo Eucaristía, es un ser-para-los-demás. Comprometido con su realidad, centrado en Cristo y entregado al servicio de los hermanos, en especial de los predilectos del Padre, los pobres, los enfermos, los que experimentan soledad y marginación.

25 DOLORES ALEXANDRE rscj., Contar a Jesús, Ed.CCS, pág. 242.

Desarrollo

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Mc. 8,31-38 «Quien pierda su vida por mí la encontrará» «Dentro de cada sufrimiento experimentado por el hombre, y también en lo profundo del mundo del sufrimiento, aparece inevitablemente la pregunta: ¿por qué? Es una pregunta acerca de la causa, la razón; una pregunta acerca de la finalidad (para qué); en definitiva, acerca del sentido. Esta no sólo acompaña el sufrimiento humano, sino que parece determinar incluso el contenido humano, eso por lo que el sufrimiento es propiamente sufrimiento humano».26

1. ¿Cuáles son hoy las ruedas del molino que transforman nuestro trigo en harina? 2. ¿Qué actitudes personales que no me dejan vivir en clave eucarística? 3. ¿Qué necesitamos hacer a nivel personal para impulsar que un “miembro de la UNER, sea ante todo un

alma honda para sentir, larga para hacer y corta para contar” según nuestro fundador? Como expresa el lema del curso: “Cristo Eucaristía Vida que hace vivir” nuestro estilo de vida personal, y grupal implica dejarse moler para ser transformados. Entran el proceso de «hacerse pan», es decir, de hacerse Eucaristía. El don de la Eucaristía es la invitación a compartir el ESTILO DE VIDA DE LA EUCARISTÍA, más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER «debe tener un alma, honda para sentir, larga para hacer y corta para contar.»27

Monición:

Lector 1: Oramos con la experiencia de los mártires que llegaron ante el molino y asumieron, con alegría, entregar la vida. Lector 2: Queda él en la celda oscura…solo…un compañero al pasar junto al postigo de hierro le susurra, oye amigo, nos llevan a matar, prepárate. Se queda en silencio. Ve que acaban los minutos para él. Ve que va a morir pronto será mártir de Cristo. Suprema alegría, él quisiera expresarlo; coge del suelo un pedazo de papel y escribe a lápiz su anhelo más vivo, su suerte deseada, su himno de gloria, su vida hecha amor y su amor hecho hostia de amor inmolada.

Oramos juntos: Señor, aquí estoy Grano de trigo soy

Segado y trillado en tus eras Señor cuando quieras Me puedes moler

Que yo quiero ser Polvillo de harina

26 JUAN PABLO II, Salvifici Doloris, 9.

27 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 45 y en OOCC I, 627.

Reflexión personal y grupal

Momento orante

Estilo de vida

Magisterio de la Iglesia

Palabra de Dios

23

Formación UNER 20

Que forme tu Eucaristía de amor

No tardes, si quieres Señor Oh mi Dios molinero

Echa a andar tu molino harinero Y muele tu trigo Que quiero ser hostia de amor

Señor, que te espero Empuja la rueda, dolor Y muele tu trigo que quiero ser Eucaristía de amor

Señor, aquí estoy Señor, aquí estoy

Silencio

Escribe en tu interior un pequeño poema en que le digas a Jesús ¡Aquí estoy! 28

Padre Nuestro

Nota: Se puede entregar una vela a cada participante, se enciende antes de iniciar la oración ¡Aquí estoy! y colócalo al pie del sagrario o en el centro de la sala de reuniones.

28 Canto compuesto por JOSÉ Mª CAMPOS GILES, autor de la primera biografía del Bto. Manuel González.

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Profundizar en el sentido de la llamada a la comunión, que construimos al dejarnos “amasar” por el mismo Jesucristo.

La harina, para convertirse en pan necesita ser amasada. De igual manera, asumiendo e integrando nuestra realidad, experimentamos la transformación de la vida que se convierte en ofrenda a Dios como reparación con Cristo. La Eucaristía nos urge a vivir en comunión.

La “e” del logo de la FER, es la letra «que aúna todas las ramas de la Familia Eucarística Reparadora. De

hecho, la “e” es la única letra que se repite en todas las siglas (RIE, JER, UNER, MEN, MESN, MED). Además, es la inicial de la palabra Eucaristía, eje de nuestro carisma, y fuente y culmen de la vida cristiana»29

Libertad

Un grupo de esclavos estaban eran vendidos en un mercado en el sur de EEUU. Un distinguido y elegante señor pasaba por ese mercado, de pronto ve a esa familia de esclavos, se acerca para verlos, entonces el padre de familia le dice con rabia: “si usted me compra yo no lo serviré jamás”.

Se veía el dolor y el sufrimiento en sus ojos. El caballero no respondió, solo fue hacia el vendedor y dijo: “quiero comprar a toda esa familia”, llegó hasta donde estaban y soltándoles las cadenas que los ataban les dijo: “los he comprado para darles su libertad, son libres”, dirigiéndose al padre le dice: “eres libre puedes marcharte…” El hombre temblando de emoción cayó de rodillas y replicó: “Señor gracias, muchas gracias, mi familia y yo le serviremos toda la vida”.

a) ¿Qué actitudes del “comprador” te llaman la atención y por qué? b) ¿Qué ha provocado el cambio en el esclavo liberado? c) ¿Qué nombre le pondrías a este breve relato?

1.- Integrar y asumir

Para elaborar un buen pan hacen falta, además de la harina, otros ingredientes –agua, levadura, sal, azúcar- elementos distintos pero que “hacen buena química”. El amasado puede parecer una etapa muy sencilla pero posee una gran influencia en la calidad final del producto.

Amasar no es sólo mezclar los ingredientes, sino que es preciso emplear fuerza –solo la necesaria- y saber esperar, dar tiempo de reposo para que la levadura pueda fermentar. El maestro panadero conoce muy 29Una familia con identidad, una familia con imagen. Nuevos logos de la Familia Eucarística Reparadora.

http://eucaristia.wordpress.com/2011/07/23/una-familia-con-identidad-una-familia-con-imagen-nuevos-logos-de-la-

familia-eucaristica-reparadora/

Objetivo

Referencia al cartel

Introducción

Desarrollo

Idea esencial

Tema 6 Cristo y nosotros

amasados en comunión (amasar)

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Formación UNER 20

bien los ingredientes, la fuerza y el tiempo que cada tipo de pan necesita para llegar a convertirse en un “buen pan”.

De la misma manera, en el proceso de “hacerse pan”, si verdaderamente queremos llegar a convertirnos en hombres y mujeres eucarísticos y eucaristizadores, es necesario que permitamos al verdadero “maestro panadero” nos haga capaces de integrar-asumir nuestra vida como historia de salvación, aceptando el tiempo de nuestro propio proceso, y admitir que esta historia no es solo personal e individual sino también comunitaria. Somos convocados no sólo a buscar la unidad, sino a construir la comunión.

2. La Eucaristía nos exige vivir en comunión

Debemos promover una Espiritualidad de comunión, proponiéndola como principio educativo. Espiritualidad de comunión que es una mirada del corazón hacia el misterio del Dios amor, la Trinidad que nos habita, cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado. Espiritualidad de comunión que es capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo Místico, y, por tanto, como alguien que me pertenece, para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad. Espiritualidad de comunión que es capacidad de ver todo lo positivo que hay en el otro para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: «Don para mí», además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. Espiritualidad de comunión que es saber dar espacio al hermano ayudándose mutuamente a llevar las cargas (Ga. 6,2), y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asedian y generan competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianzas y envidias.30

3.- Implicación real en la construcción de la comunidad y en el anuncio de la Salvación

La Iglesia está marcada por la comunión en Cristo, bajo la acción del Espíritu Santo, según la voluntad del Padre, compartimos la vida misma que hay en Dios, entramos en comunión con Dios. Y gracias a esa comunión con Dios reconocemos que todo hombre y toda mujer es nuestro hermano, nuestra hermana. Vivir en esta comunión con Dios y los hermanos nos lleva a ser testigos de la Salvación que Dios ofrece y que hemos recibido por Jesucristo, de manera que nos convertimos en signo e instrumento de esa Salvación. Esto quiere decir que estamos invitados a comunicar, a todos cuantos se cruzan en nuestro camino, la salvación que hemos recibido para que las personas, de cualquier lugar puedan también reconocer a Jesucristo y entrar en la comunión con Dios.31

Benedicto XVI:

«…la “mística” del Sacramento (de la Eucaristía) tiene un carácter social, porque en la comunión sacramental yo quedo unido al Señor como todos los demás que comulgan: “El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan”, dice san Pablo (1Co. 10, 17). La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos “un cuerpo”, aunados en una única existencia.»32

Papa Francisco:

«El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. En diversos países resurgen enfrentamientos y viejas divisiones que se creían en parte superadas. A los cristianos de todas las

30

Cfr. JUAN PABLO II, Novo millenio ineunte, 43 31 Cfr. JUAN JOSÉ LLAMEDO GONZÁLEZ, o.p. en mercaba.org/FICHAS/IGLESIA/la_iglesia_comunidad_de_amor.htm

32 Deus Caritas Est, 14.

Magisterio de la Iglesia

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros» (Jn. 13,35). Es lo que con tantos deseos pedía Jesús al Padre: «Que sean uno en nosotros […] para que el mundo crea» (Jn 17,21). ¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos».33

La Espiritualidad de Comunión implica hacer de la Iglesia “casa y escuela de la comunión” éste es el gran desafío que tenemos los miembros de la UNER. 1. ¿Qué te parece lo esencial de la espiritualidad de comunión? 2. ¿La entiendes como algo fundamental para vivir y trabajar como grupo apostólico de laicos? Da tres

razones. 3. ¿Qué acciones y actividades concretas podéis realizar, como grupo para hacer realidad la

comunión? 4. ¿Qué quiere decir nuestro fundador con la expresión “Suma unidad”?

Un gran compromiso como miembros de la UNER, es vivir la comunión con Cristo Eucaristía y con los hermanos, una tarea a la que nos invita Nuestro Fundador Manuel González para que este compromiso sea una realidad de vida. Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es… «La variedad suma en la suma unidad.»34

Señor, hoy queremos orar por nuestros hermanos de la UNER. Tú los conoces personalmente, conoces sus nombres y apellidos, sus virtudes y defectos, sus alegrías y penas, sus fortalezas y debilidades; sabes su historia personal, los aceptas como son y los vivificas con tu Espíritu.

R/Jesús, dame tu mirada para amarlos

Tú, Señor, los amas no porque sean buenos, sino porque son hijos tuyos. Enséñanos a reconocernos como hermanos, con un vínculo mayor que el de la sangre.

R/Jesús, dame tu mirada para amarlos

Son vida de tu vida, tu rostro, tu presencia, tu sacramento... en ellos quieres ser reconocido, amado, servido. Danos ojos de fe, que sepamos trascender, reconocer, amar.

R/Jesús, dame tu mirada para amarlos

Tú, Señor, los valoras a todos y a cada uno, con una escala diferente a nuestro mundo. Para ti los más importantes son los más pequeños, los primeros son los últimos, todos somos necesarios. Tú perdonas, comprendes, dignificas y ennobleces a todos y cada uno.

R/Jesús, dame tu mirada para amarlos

Enséñanos, Señor, a valorarnos, a entender que cada uno es un auténtico regalo de Dios, un don, una gracia, un verdadero “sacramento” del amor.

R/Jesús, dame tu mirada para amarlos

33 Evangelii Gaudium, 99 34 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed. Pág 63 y en OOCC I,644

Estilo de vida

Reflexión personal y grupal

Momento orante

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Formación UNER 20

Señor para que llegue un día en que el universo entero viva la comunión; que todos nos sepamos reconocer, acoger, valorar y vivir haciendo la vida posible, digna y divina; que se haga realidad un cielo y tierra nuevos en los que habite la justicia (2Pe 3,13).35

Padre Nuestro

35 misionescordoba.org/oracion/

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Propiciar un acercamiento a la comprensión del sentido profundo del término Reparación.

Sólo cuando te sientes amado, todo empieza a funcionar

«Vivimos en una sociedad donde se sufre mucho por la falta de amor, por la incomprensión y la incomunicación. Cuando la persona se encierra en sus heridas y frustraciones acaba por vivir de una manera disfuncional; poco a poco, las diferentes facetas de su vida se van deteriorando, como una máquina a la que se le van desgastando las piezas. La persona siente que vuelve a ser válida solo cuando se siente amada. Esta es una lección que se aprende ya desde pequeños. La reparación es, en definitiva, la experiencia de sentirse amado por Dios a pesar de todos nuestros errores y fracasos. Al sentirse así uno empieza a ver las cosas de otra manera. Empieza a funcionar como persona plena. Cuando te has sentido reparado no puedes menos que contagiar ese sentimiento a otros. Por eso la reparación tiene una doble vertiente: la reconciliación con uno mismo y la gran obra de la reconciliación. Nuestro mundo está necesitado de diálogo y de reconciliación, y solo los que han experimentado el amor reparador pueden ayudar a otros a que se sientan reparados».36

1. ¿Te has sentido alguna vez amado y salvado? Comparte, si así lo quieres, tu experiencia. 2. ¿Qué realidades de tu entorno necesitan experimentar el amor que sana y reconcilia?

El amor reparador va más allá…

La cuestión del dolor y del sufrimiento será siempre un tema difícil de abordar. La solidaridad de Cristo con esta dimensión humana es esencial para acercarnos a dicha realidad y para comprender de fondo el acontecimiento mismo de Cristo. Los sufrimientos, el dolor, la muerte, todo lo asumido en su hacerse «en todo semejante a nosotros», es como el «molde» donde Cristo ha conseguido la transformación de la naturaleza humana, no solamente para sí, sino también y principalmente para nosotros. El corazón de Cristo, es el nuevo espacio del encuentro del hombre con Dios, sólo habrá alcanzado la plenitud cuando toda criatura se haya incorporado a Él. De esta manera es posible afirmar que estamos llamados a «reparar el corazón de Cristo», o sea a reconducir y reorientar hacia él, hacia su corazón a toda la humanidad.37

Las imágenes de la Reparación

1.- La reparación: retorno de amor (redamatio)

Todo aquel que ama, –como decía Agustín- no ama sino “re-ama”, retorna el amor. La redamatio, por tanto, es la respuesta de Amor a Aquel que “me amó y se entregó por mí” (Gal. 2,20), es decir, el “ágape” percibido en la perspectiva de la entrega de la propia vida, “del amor hasta el extremo.” (Jn. 16) Esta idea es retomada por la Iglesia en Egipto hacia finales del s. II, y la encontramos en Clemente de Alejandría: que afirma “Debemos corresponder en el amor a quien amorosamente guía nuestros pasos hacia una vida mejor”.

2.- El plus de amor: La lógica del amor hasta el extremo 36 http://www.jovenesdehonianos.org/lemaReparado.htm

37 Los contenidos de este tema son una síntesis del capítulo II del libro de NURYA MARTÍNEZ-GAYOL

FERNÁNDEZ, Retorno de amor, Ed. Sígueme, Salamanca 2008.

Objetivos

Introducción

Desarrollo

Tema 7 El horno del Amor Reparador (cocer)

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Formación UNER 20

La reparación es siempre el fruto de un exceso, de un exceso de amor. Por eso, me parece sabiamente adecuada para referirnos a ella la imagen del “plus de Amor”. Una imagen que nos habla de exceso y de desbordamiento. La expresión es de Benedicto XVI, en una interesante aportación al concepto reparación que realizó en el contexto de un diálogo abierto con los párrocos y sacerdotes de Roma (marzo 2007). Allí el Papa fue interrogado sobre el tema de la reparación eucarística. Tras reconocer que es «un discurso que se ha hecho difícil», subrayaba que el modo de profundizar en él, era «llegar al Señor mismo, que ha ofrecido la reparación por el pecado del mundo, y buscar los modos de reparar».

«Por lo que puedo entender, este es el sentido del sacrificio eucarístico. Contra este gran peso del mal que existe en el mundo y que abate al mundo, el Señor pone otro peso más grande, el del amor infinito que entra en este mundo… Cristo se hace presente aquí y sufre a fondo el mal, creando así un contrapeso de valor absoluto».

Aquí, se encuentra la clave esencial de la propuesta del Papa. Miramos al mundo, y lo que constatamos es dolor, guerra, hambre, división, violencia, desigualdad, muerte… El Papa nos invita a comprometernos, a no desentendernos de estas situaciones, y al mismo tiempo a no dejarnos ahogar por «este gran plus negativo», sino a determinarnos a poner en el mundo “un peso de amor, un peso de bien». Y esta idea la apoya en todo lo que Cristo hizo: «Cristo se hace presente aquí y sufre a fondo el mal, creando así un contrapeso de valor absoluto». Es decir, Cristo repara desde dentro, asumiendo la realidad.

3.- Reparación como reconciliación

Este plus de amor de Cristo, no es más que el reflejo en su vida de un Dios que es Abba, un Dios de vida, que quiere entrar en relación con sus criaturas no desde los méritos, ni el contracambio, sino desde su amor desbordante y gratuito. Y este amor desbordante y gratuito es el que se nos brinda en esta tercera imagen de la reparación. La imagen del perdón. Es la imagen del Padre de la parábola lucana (Lc. 15) ¡tan trasgresor y tan insólito como patriarca oriental!, que sólo entiende de misericordia gratuita y superabundante, que expresa en un perdón que nos introduce en una dinámica de gratuidad que se desmarca de la lógica del mérito, de la justicia racional y de las relaciones de mera reciprocidad.

4.- Reparación como curación “Ni el pecado, ni la trasgresión de las normas, ni la exclusión social, ni la supuesta impureza que conllevan, son capaces de hacer que el Dios del Reino pase de largo ante el sufrimiento humano. Así lo reconoce el Papa en su encíclica Spe salvi:

“Dios revela su rostro precisamente en la figura del que sufre y comparte la condición del hombre abandonado por Dios, tomándola consigo». (nº 43).

A partir de esta imagen que nos brinda la praxis curadora de Jesús, podemos tratar de comprender en qué puede consistir nuestra participa-ción en su obra reparadora. No se trata de hacer milagros o curaciones, pero sí es posible participar en esa nueva forma de relacionarse que, a través de su manera de situarse, Jesús establece con los enfermos y con la sociedad. Cambiando también nosotros las relaciones con aquellos que sufren y se sienten abandonados, amando también nosotros hasta ese “extremo” que hace que el amor se convierta en “peligroso”.

5.- La reparación como reconstrucción (1Pe. 2,5)

Somos imagen de Dios, pero esta imagen en cada persona está siempre necesitada de ser fortalecida, o re-construida, re-formada, re-figurada. Este “cambio de imagen” supone un proceso de conversión que no es sólo personal sino que implica la reconstrucción de la fraternidad, de la comunidad, del pueblo, de la Iglesia, del planeta degradado... hasta inaugurar una nueva creación.

6.- Reparación como recapitulación

La reparación no es un concepto meramente antropocéntrico. Radicado en Dios que lo posibilita, además de la atención por la humanidad, se siente retado por la totalidad de lo creado. Todo debe ser reconducido y transfigurado en Nueva Creación. Por eso todo es importante para un corazón reparador. La imagen de la “recapitulación” de todas las cosas en Cristo” (Cfr. Ef. 1,10) ilumina el fin hacia el que apunta toda la misión reparadora.

7.- La reparación una misión eclesial El carácter fuertemente eclesial de la misión reparadora, también destacado por Benedicto XVI en varias ocasiones. De una forma muy bella aborda esta dimensión en las palabras que dirige a los jóvenes en Asís con ocasión del VIII centenario de la conversión de san Francisco de Asís:

Cristo Eucaristía: Vida que hace vivir

Nos encontramos aquí claramente, con la imagen de la reconstrucción. El Papa pone el fundamento último de esta llamada y misión a “reparar la Iglesia” en la estrecha relación y en la profunda configuración que se había ido produciendo entre Francisco y Cristo. Pero además resalta una idea: el hecho que, de alguna manera, en esta llamada “particular” que recibe Francisco, todos los cristianos estamos llamados a participar. El Papa Francisco, durante la Semana Santa del 2013, nos conminó a aprender a salir de nosotros mismos al encuentro de los demás: a ser los primeros en movernos hacia nuestro hermanos y hermanas, especialmente los que están lejos, los que han sido olvidados, los que están más necesitados de comprensión, consuelo y ayuda. El Papa nos recordó, también, que Jesús, quien vino hacia nosotros, vivió la realidad cotidiana de la gente común: lloró y sufrió la traición de un amigo. Acompañar, pues, a Cristo requiere un “salir” de nosotros mismos y no “contentarse” con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, significa ‘”salir” a buscar con Él “la oveja perdida, la más lejana”. En suma, ser ese fermento en la masa, en un mundo materialista por antonomasia, es el liderazgo que nos pidió Francisco, no ‘chicos buenos’, sino hombres que hagan la diferencia en un mundo indiferente a la pobreza y al “olor de la oveja”.38

El don del Pan partido y entregado es una invitación a compartir el estilo de vida que nos enseña Cristo en la Eucaristía. Es decir viviendo más allá del cálculo, la medida, o la cautela. Es el total despilfarro del amor en lo más cotidiano y escondido” Desde nuestro carisma somos llamados a vivir eucarísticamente al descubrir que un miembro de la UNER es…«ante todo y sobre todo la reparación viviente.»39

1. De las imágenes de reparación ¿Cuál te ha llamado más la atención y por qué? 2. ¿Qué entiendes por reparación viviente? 3. ¿Habías pensado y profundizado que la reparación es una misión eclesial? ¿En qué sentido nos

sentimos comprometidos en esta misión? 4. Programar alguna actividad concreta que abarque esta misión.

Oración

Señor, quiero iniciar esta oración haciendo un acto de humildad. Tú eres grande, yo soy muy pequeño, pero Tú puedes hacer que mi amor crezca uniéndose a tu amor reparador. Señor, a fin de que podamos cooperar según tu deseo, a la llegada de tu Reino, haz que, respondiendo al deseo de tu Corazón, seamos un día consumados en la unidad y terminemos, así la obra que tú has comenzado.

Los miembros de la Familia Eucarística Reparadora, como herederos de un carisma eclesial, somos llamados a vivir una doble fidelidad: al carisma recibido por mediación de Bto. Manuel González y al tiempo en que nos toca vivir.

Nuestro carisma tiene una palabra para el hombre de hoy. Y a nosotros, que transitamos el siglo XXI, nos compete hacerlo comprensible a nuestros contemporáneos.

Por eso en estos espacios de formación que, como laicos de la FER, recibimos hemos ido profundizando e actualizando el lenguaje para permitir una mejor comprensión del carisma eucarístico-reparador.

Os recomendamos, de manera especial, que recordéis lo que trabajamos en el curso 2011-2012 (carpeta 17) y que podéis encontrar en el siguiente link:

http://www.uner.org/data/temascurso10_12/carpeta17_2010-12.pdf

38 Cfr. PAPA FRANCISCO, Audiencia General del 27 de marzo de 2013.

39 MANUEL GONZÁLEZ, Florecillas del Sagrario, 5ª Ed., pág. 41 y en OOCC I,623.

Momento orante

Nota final

Reflexión-estilo de vida

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Formación UNER 20

Notas