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Historia del Mundo Contemporáneo Tema 2: Las revoluciones liberal-burguesas 1 Tema 2: Las revoluciones liberal-burguesas. 1. La Revolución Americana. La independencia de las trece colonias norteamericanas, pertenecientes a Gran Bretaña, dio lugar al nacimiento de un nuevo país, los Estados Unidos. Este triunfo, basado en los principios de la Ilustración, tuvo un gran impacto en Europa. Desde el S.XVII se habían asentado en la costa de Norteamérica colonos ingleses. Durante el S.XVIII la población en este territorio aumentó mucho y dio lugar al nacimiento de las Trece Colonias de Norteamérica, pertenecientes a Gran Bretaña. Gran Bretaña quiso imponerles nuevos impuestos y las colonias se negaron. Las relaciones entre Colonia y Metrópoli empeoraron. Gran Bretaña impuso su autoridad por la fuerza de las armas. Los colonos organizaron un ejército y estalló la guerra de independencia (1776- 1783) El 4 de julio de 1776 los representantes de las colonias publicaron la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, en la que se recogían los principios de los filósofos ilustrados: todos los hombres han nacido iguales y tienen derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Después de 6 años de guerra, el ejército liderado por George Washington derrotó al ejército inglés. Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos. El nuevo país puso en práctica los ideales de la Ilustración: No tendrían rey y en su lugar redactaron una Constitución, siguiendo el principio de soberanía nacional. También establecía la separación de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). George Washington fue elegido el primer presidente de los Estados Unidos. La Constitución de los EEUU será el modelo a seguir por las revoluciones europeas que están a punto de estallar. En el tema anterior vimos cómo estaba estructurada la sociedad del Antiguo Régimen y como la Ilustración empezó a dañar el sistema con sus ideas. En el presente vamos a ver cómo la burguesía va a conquistar el poder político a través de la revolución. Pero no se lo van a poner fácil, los partidarios del Antiguo Régimen se oponen, y tras la caída del poder de Napoleón intentarán volver al Antiguo Régimen. La burguesía volverá a la carga en una serie de oleadas revolucionarias: 1820, 1830 y 1848. Tras ellos el absolutismo habrá desaparecido en Europa. En todas esas revoluciones encontramos dos componentes: el liberalismo en política (separación de poderes, partidos políticos, libertad de expresión) y el nacionalismo (exaltación de la nación y sus señas de identidad para diferenciarse de sus vecinos). Este último ingrediente predomina en los procesos de unidad territorial culminados en 1870 en Italia y Alemania. Declaración de Independencia de los Estados Unidos Sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. (…) cuando una larga serie de abusos (…) dirigida a someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno.

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Historia del Mundo Contemporáneo Tema 2: Las revoluciones liberal-burguesas

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Tema 2: Las revoluciones liberal-burguesas.

1. La Revolución Americana. La independencia de las trece colonias norteamericanas, pertenecientes a Gran Bretaña, dio lugar al nacimiento de un nuevo país, los Estados Unidos. Este triunfo, basado en los principios de la Ilustración, tuvo un gran impacto en Europa. Desde el S.XVII se habían asentado en la costa de Norteamérica colonos ingleses. Durante el S.XVIII la población en este territorio aumentó mucho y dio lugar al nacimiento de las Trece Colonias de Norteamérica, pertenecientes a Gran Bretaña. Gran Bretaña quiso imponerles nuevos impuestos y las colonias se negaron. Las relaciones entre Colonia y Metrópoli empeoraron. Gran Bretaña impuso su autoridad por la fuerza de las armas. Los colonos organizaron un ejército y estalló la guerra de independencia (1776-1783) El 4 de julio de 1776 los representantes de las colonias publicaron la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, en la que se recogían los principios de los filósofos ilustrados: todos los hombres han nacido iguales y tienen derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Después de 6 años de guerra, el ejército liderado por George Washington derrotó al ejército inglés. Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos. El nuevo país puso en práctica los ideales de la Ilustración: No tendrían rey y en su lugar redactaron una Constitución, siguiendo el principio de soberanía nacional. También establecía la separación de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). George Washington fue elegido el primer presidente de los Estados Unidos. La Constitución de los EEUU será el modelo a seguir por las revoluciones europeas que están a punto de estallar.

En el tema anterior vimos cómo estaba estructurada la sociedad del Antiguo Régimen y como la Ilustración empezó a

dañar el sistema con sus ideas. En el presente vamos a ver cómo la burguesía va a conquistar el poder político a través de

la revolución. Pero no se lo van a poner fácil, los partidarios del Antiguo Régimen se oponen, y tras la caída del poder de

Napoleón intentarán volver al Antiguo Régimen. La burguesía volverá a la carga en una serie de oleadas revolucionarias:

1820, 1830 y 1848. Tras ellos el absolutismo habrá desaparecido en Europa. En todas esas revoluciones encontramos dos

componentes: el liberalismo en política (separación de poderes, partidos políticos, libertad de expresión) y el nacionalismo

(exaltación de la nación y sus señas de identidad para diferenciarse de sus vecinos). Este último ingrediente predomina en

los procesos de unidad territorial culminados en 1870 en Italia y Alemania.

Declaración de Independencia de los Estados Unidos

Sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que

son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la

vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que

derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera

que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el

derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos

principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores

probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.

(…) cuando una larga serie de abusos (…) dirigida a someter al pueblo a un despotismo

absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno.

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2. LA REVOLUCIÓN FRANCESA (1789-1800) La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países, en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra del Antiguo Régimen, el absolutismo y los privilegios de la nobleza.

El movimiento revolucionario abierto con la independencia de las Trece Colonias inglesas norteamericanas tuvo su prolongación en Francia donde la revolución logra romper el orden estamental y sustituir el Antiguo Régimen por una sociedad más igualitaria y libre, donde la burguesía logra hacerse con el poder político.

2.1. Las causas del estallido de la revolución.

Una combinación de factores ideológicos, sociales, políticos y elementos condujeron en 1789 al estallido de la revolución:

La Ilustración. Las críticas de los ilustrados proporcionaron los fundamentos ideológicos sobre los que debía apoyarse la revolución. (división de poderes, razón, progreso, monarquía parlamentaria, derechos del hombre). Las ideas de la Ilustración tuvieron una amplia difusión en Francia, sobre todo entre la burguesía.

El ejemplo de EEUU: El nuevo país, los Estados Unidos, será un ejemplo de democracia para los revolucionarios franceses y de que las ideas de los ilustrados podían llevarse a la práctica.

Crisis agrícola: En los años anteriores a 1789 se suceden una serie de malas cosechas debido al mal tiempo. La crisis agrícola provoca falta de alimentos y hambre en el pueblo. El pan es el alimento básico de la población. La falta de cosechas provoca que casi no haya pan en Francia. Los pocos que tienen pan aumentan su precio de un modo exagerado (especulación). Esta crisis de subsistencia produjo un hondo descontento popular.

Crisis financiera del Estado: El Reino de Francia venía atravesando una grave crisis financiera; estaba endeudado y la deuda no deja de aumentar porque los ingresos no eran suficientes para cubrir los gastos. Las guerras en el extranjero y el gasto desmedido de una corte que vive rodeada de lujos y despilfarro vaciaron las arcas del Estado

Privilegios estamentales: El periodo de malas cosechas y el hambre impide cobrar más impuestos a los campesinos. Para que el Estado pudiera contar con más fondos y salir de la bancarrota se propuso a los privilegiados que debían contribuir y pagar impuestos. No lo consiguieron. La nobleza y el clero se aferraban a sus privilegios. La oposición de los privilegiados a pagar impuestos provocará la crisis política que aprovechará la burguesía para iniciar la Revolución.

2.2. Los Estados Generales y la Asamblea Nacional

La imposición de nuevos impuestos en Francia requería la aprobación Estados Generales, una asamblea en la que se daban cita representantes de los tres estados: nobleza, clero y estado llano (tercer estado). En Francia llevaban 200 años sin reunirse. La negativa de los privilegiados a pagar impuestos obligó al Rey a convocar los Estados Generales en 1789.

Según la tradición, cada estamento se reúne por separado para dar su consentimiento a las propuestas del Rey y cada estamento tenía un voto. Los representantes del tercer estado (la burguesía) pedían reunión conjunta y voto por persona. Tras varias sesiones de duras polémicas y ante la negativa de nobleza y clero, los representantes del tercer estado se retiraron a la sala contigua, donde se jugaba a la pelota, y se proclamaron a sí mismos Asamblea Nacional. Junto con algunos miembros del clero que decidieron unirse a ellos proclamaron el Juramento del Juego de Pelota: no abandonar el lugar sin haber dado a Francia una Constitución que garantizase sus derechos y libertades.

En las calles de París, una agitada multitud revolucionaria, saturados de injusticias y de hambre, asaltan la Bastilla, símbolo del régimen absolutista. En el campo los campesinos se levantan en armas y asaltan los castillos de los nobles. La Revolución ha comenzado. Es el fin de la sociedad estamental y de los privilegios de nobles y clero.

El rey en un primer momento manda reunir tropas para retomar el control de París, pero desbordado por los acontecimientos, renuncia a la represión. Ordena la reunión de los tres estados para dar una Constitución a Francia. Nacía la Asamblea Constituyente. Los nobles, el alto clero y el propio rey se suman a los reunidos en juego de pelota. La soberanía ha cambiado de manos. Del rey ha pasado al pueblo

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2.3. Asamblea Constituyente (1789-1791)

La Asamblea Constituyente se había formado para “constituir” una constitución, por eso paso a llamarse Constituyente. Se reconocía que los allí reunidos tenían la capacidad, la potestad, el poder, la SOBERANIA para redactar unas nuevas normas para toda la nación, de crear con sus decisiones un nuevo sistema político y social. Por primera vez se reconocía en Europa el principio de soberanía nacional. El absolutismo se desmoronaba en Francia.

Las dos primeras leyes que aprobó la Asamblea abolían el Antiguo Régimen en Francia:

Eliminación de los privilegios estamentales de la nobleza y el clero.

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Las siguientes medidas de la Asamblea se dirigieron contra la Iglesia. Sus bienes y propiedades fueron expropiados y vendidos, se prohibieron las órdenes religiosas (clero regular) y cerraron los monasterios y se aprobó la Constitución Civil del Clero con la que se quiso crear una iglesia nacional, convirtiendo a los religiosos en funcionarios del Estado al servicio de la Asamblea. Todos los religiosos franceses tuvieron que jurar la Constitución Civil del Clero. En adelante, párrocos y obispos serán nombrados por la Asamblea.

Todas estas medidas fueron consideradas por gran parte de los franceses como excesivamente antirreligiosas. La tensión provocada por la política antirreligiosa de la Asamblea marcará el devenir de la revolución. El Papa condenó la Constitución Civil del Clero y ordenó a los religiosos franceses que no se sometiesen a ella. El rey Luis XVI, profundamente religioso, se sintió muy afectado por estas medidas y por la condena del Papa. En el campo, el ataque a la Iglesia no fue bien recibido por un campesinado muy apegado a la religión.

En realidad, después de unos meses de vida de la Asamblea, media Francia era hóstil a la revolución. Los nobles que pudieron huyeron a los países vecinos y desde allí conspiraban con otros nobles para poner fin a la revolución. Luis XVI, que ya había recibido el apoyo de nobles y otros reyes europeos para restaurar el orden en Francia, decidió dar el paso y acabar con la Asamblea. Para unirse a los contrarevolucionarios intentó huir de Francia, pero fue detenido por las fuerzas de la Asamblea a pocos kilómetros de la frontera. Desde entonces se empieza a cuestionarse la monarquia.

En medio de esta tensión, la Asamblea Constituyente acabó sus trabajos y se publicó la Constitución en 1791 que establecía el principio de la soberanía nacional; Francia se convertía en una monarquía constitucional, basada en la división de poderes: el ejecutivo (en manos del rey), el legislativo (en una Asamblea, llamada Asamblea Legislativa) y el poder judicial (ejercido por los jueces). El sistema electoral que se aprobó era censitario (solo podían votar los ciudadanos que tuviesen un mínimo de riqueza).

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2.4. Asamblea Legislativa (1791-92)

Una vez aprobada la Constitución, la Asamblea Constituyente se disuelve y hay que votar para elegir una nueva Asamblea que, de acuerdo con la Constitución, pasara a llamarse Asamblea Legislativa. Durante las votaciones quedaron patentes dos posturas bien diferenciadas entre los revolucionarios:

Girondinos: moderados, liderados por Danton, consideran que la revolución ya está hecha y ahora hay que buscar el entendimiento con los nobles progresistas y el clero. Defienden un sistema de monarquía constitucional y acusan a los jacobinos de radicales y violentos. Pertenecen a la alta burguesía.

Jacobinos: radicales, liderados por Robespierre, consideran que la revolución solo acaba de comenzar y hay que arrasar con cualquier resto de Antiguo Régimen que quede en Francia, nobleza, Iglesia y monarquía incluidos. Quieren un sistema republicano, sin rey, y acusan a los girondinos de colaborar con los nobles y la monarquía.

La votación la ganan los girondinos pero la asamblea está dividida. En las calles de París se hacen cada vez más numerosos y se dejan notar los sans culottes (los sin pantalones), masas populares pobres y hambrientas de artesanos, campesinos y mendigos que reclaman medidas más radicales y provocan disturbios y graves motines.

Mientras, en el exterior de Francia, los contrarevolucionarios unen fuerzas ante la detención de Luis XVI. Los nobles exiliados con el apoyo de los reyes absolutistas, especialmente de Austria y Prusia, obtienen armas y planean una intervención armada contra los revolucionarios.

En 1792 estalla la guerra entre la Francia revolucionaria que pretendía extender el espíritu revolucionario a toda Europa frente a las potencias absolutistas y la aristocracia unidos en la defensa del Antiguo Régimen. La Asamblea decretó la movilización general de todos los franceses y se desató un gran entusiasmo del pueblo. Se compone La Marsellesa para animar a las tropas revolucionarias, seguras de su triunfo frente al absolutismo.

El enfrentamiento armado fue desastroso para los revolucionarios. Las tropas absolutistas, lideradas por Austria, llegaron a las puertas de París. La situación dio lugar a una insurrección popular protagonizada por las clases populares, los sans-culottes (organizada por Robespierre); El control de la capital estaba en manos de las masas radicales.

Más de 1.600 personas, acusadas de contrarevolucionarios, fueron guillotinadas sin juicio ese día. Asaltaron el palacio de las Tullerias donde estaba el rey y su familia y se los llevaron presos. Se decretó la abolición de la monarquía y la proclamación de la Republica. La Asamblea Legislativa se disolvió y se convocaron elecciones, por sufragio universal masculino, para una nueva asamblea llamada Convención.

2.5. La Convención (1792-95)

Los jacobinos liderados por Robespierre y con el apoyo de los sans-culottes en las calles de París, expulsaron a los girondinos de la Asamblea y se quedaron como únicos dueños del poder. La Convención declaró no someterse a ninguna ley anterior y asumía los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Los radicales jacobinos conformaban de esta manera una dictadura igual de absolutista que el gobierno de Luis XVI contra el que se alzó en origen la revolución.

La revolución se la ha ido de las manos a la burguesía que inicio el movimiento. Ahora esta manos del pueblo llano, tan indeseable para ellos como el absolutismo monárquico, pero de consecuencias aún más impredecibles. Con todo el poder en sus manos, Robespierre actúa como un rey absoluto.

El rey Luis XVI es condenado a la guillotina. La ejecución del rey contribuyó a aumentar los enemigos de Francia en el exterior, formándose una alianza contra los revolucionarios: la coalición internacional.

En el interior de Francia se desata el “Gran Terror”: todos los opositores a Robespierre son guillotinados. Todo aquel sospechoso de ser enemigo de la revolución acabo sin cabeza. Ya no eran nobles o clero, ahora se ejecuta a burgueses moderados, a los girondinos, a los que iniciaron la revolución. La represión de Robespierre no respeta ni a los miembros de su propio partido. Muchos jacobinos que expresasen dudas respecto a la actuación de la Convención o no fuesen fervientes colaboradores eran guillotinados. El Terror impedía cualquier disidencia. Voltaire se debía de estar removiendo en su tumba. Esto es lo contrario que pedían los ilustrados.

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La situación a la que Robespierre tenían sometido al país no podía durar mucho tiempo. En el exterior se seguía perdiendo la guerra contra la coalición internacional. En el interior el miedo paralizaba incluso a jacobinos y sants culottes. La guillotina seccionó la cabeza de más de 50.000 franceses durante el gobierno de Robespierre. La burguesía moderada retomó el control y detuvo a Robespierre. Sin el apoyo del pueblo ni siquiera de los propios jacobinos, Robespierre fue guillotinado y Francia respiró aliviada.

La Convención paso a estar controlada por los moderados. La burguesía había retomado el poder y no estaba dispuesta a cederlo. Una nueva Constitución, más conservadora, restablecía el sufragio censitario solo para las rentas más altas y el poder ejecutivo se entregaba a un Directorio, en lugar de a una Asamblea o Convención.

El objetivo era salvar la Republica de los dos peligros que la acechaban: por la izquierda las masas populares radicales y por la derecha los contrarevolucionarios absolutistas.

2.5. El Directorio (1795-99)

El Directorio era un gobierno formado por cinco miembros. El poder ejecutivo, en vez de estar en una Asamblea de 750 miembros como antes, pasa a estar controlado por un pequeño grupo de cinco miembros elegidos por sufragio censitario, es decir, con los votos de los más ricos, la burguesía. Dentro del Consulado destacaba el joven general Napoleón Bonaparte, un héroe de la guerra contra los absolutistas en Europa.

El Directorio se vio acosado desde ambos lados y tuvo que recurrir al ejército para frenar tanto un intento de levantamiento popular de los radicales (jacobinos y sans–culottes) como un intento de sublevación realista a favor de restablecer la monarquía absolutista. En el exterior se rompía la paz y volvía la guerra contra la coalición internacional.

Napoleón Bonaparte, con el apoyo del ejército, la burguesía y los sectores más moderados, daba un golpe de Estado en 1799 y ponía fin a la República francesa. 10 años después del inicio de la Revolución, el poder en Francia recaía en un dictador, que gobernara como Emperador de Francia, con unos poderes superiores a los que tenía en su día Luis XVI.

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3. El Imperio napoleónico (1800-1814)

Napoleón, apoyado por el ejército y la burguesía adinerada, consolidó los principios básicos de la Revolución y anuló cualquier intento de restauración monárquica o de radicalismo jacobino. En el exterior llevo a cabo campañas victoriosas que le llevaron a conquistar prácticamente toda Europa.

Su gobierno fue personal y autoritario; el régimen constitucional con separación de poderes logrado por la Revolución se olvidó. La etapa napoleónica fue considerada para muchos una verdadera contrarrevolución.

Con la Iglesia llego a un acuerdo con el Papa (Concordato) por el que Francia reconocía que la religión católica era la mayoritaria del pueblo francés y el Papa olvidaba los agravios cometidos durante la revolución.

Napoleón pretendió extender por Europa las ideas revolucionarias de libertad y de igualdad, pero sus conquistas despertaron sentimientos nacionales en contra de Francia. Su proyecto albergaba una contradicción: pretendía llevar la libertad a los pueblos, pero éstos defendían su propia soberanía para decidir por ellos mismos.

El objetivo final de Napoleón era establecer una Europa unida, bajo la hegemonía de Francia, mediante la creación de reinos satélites que encomendó a miembros de su familia (Nápoles, Holanda, Westfalia, España). A estos proyectos se opusieron distintas potencias (Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña) agrupadas en diversas coaliciones. Se impuso a Austria y Prusia, pero fracasó ante Gran Bretaña y Rusia.

Contra Gran Bretaña ideó, inicialmente, su invasión para lo que contó con la armada española. Sin embargo, este plan se vino abajo tras la derrota franco-española en la batalla de Trafalgar (1805). Napoleón pensó entonces en la guerra económica contra Gran Bretaña. Se trataba de impedir su comercio con Europa: en 1806 publicó un decreto prohibiendo la importación de artículos británicos en cualquier parte de Europa. Para aplicar el bloqueo Napoleón tenía que ocupar Portugal (1807), país aliado de Inglaterra. Tropas francesas atravesaron España rumbo a Portugal; ahora bien, Napoleón, aprovechando la crisis interna de la monarquía española, decidió ocupar también nuestro país y tras lograr la abdicación de Carlos IV y Fernando VII entregó la corona española a su hermano José, que empezó a reinar como José I. La respuesta fue la Guerra de la Independencia (1808-1813), cuando el pueblo de Madrid decidió levantarse contra las tropas francesas el 2 de mayo de 1808, ejemplo que fue seguido por el resto de España.

El principio del fin del Imperio se inició con la campaña de Rusia, cuando Napoleón decide invadir este territorio (1812) y ese fue su gran error.

En 1813, ante el fracaso francés en Rusia y la derrota en España, la coalición derrota a Napoleón. Desterrado a la isla de Elba, en el trono de Francia se reinstaura a Luis XVIII, hermano el guillotinado Luis XVI. Sin embargo, en 1815, Napoleón regresó a Francia y restableció el Imperio (el Imperio de los Cien Días) pero fue definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo. Desterrado a la isla de Santa Elena puso fin a sus días en 1821.

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4. La Restauración (1815-1820)

Una vez derrotado Napoleón, las potencias vencedoras se reúnen en Viena para restaurar el absolutismo y devolver a los reyes absolutos los tronos perdidos por la Revolución y Napoleón. En Francia los Borbones recuperan el trono en la persona de Luis XVIII, heredero de Luis XVI; en España, el rey Fernando VII volvió al sistema de monarquía absoluta.

Todos los Estados de Europa enviaron representantes al Congreso de Viena (1814-1815), pero las cuestiones importantes eran decididas por los “cuatro grandes” vencedores de Napoleón (Austria, Rusia, Gran Bretaña y Prusia), a las que se une Francia. Del Congreso de Viena sale un nuevo mapa europeo en función de los intereses de las monarquías victoriosas, sin contar con las aspiraciones y sentimientos nacionales, lo que precisamente ayudaron a derrotar a Napoleón.

5. La independencia de la América española (1808-1824)

Varias causas explican el estallido revolucionario en América que desembocará en su independencia de España:

Difusión de las ideas de libertad propagadas por la Revolución Francesa y, sobre todo, el ejemplo de los EE.UU. separados de Inglaterra.

El descontento de los criollos (descendientes españoles nacidos en América), que desempeñan en América el papel que la burguesía había jugado en Europa. Enriquecidos por el comercio y la propiedad de la tierra, los criollos desean ocupar los altos cargos del gobierno americano que acaparan los peninsulares.

El apoyo interesado de Gran Bretaña y EE.UU. que aspiran a controlar el comercio americano.

La alianza con Napoleón (antes de que decidiera invadir España) provocó la guerra contra Gran Bretaña y la perdida de la mayor parte de la flota española en Trafalgar.

El movimiento independentista aprovecha el momento en el que España se encuentra invadida por las tropas de Napoleón

Tras la victoria de España contra los franceses en la Guerra de Independencia se recuperó la mayor parte del territorio americano.

En 1816, sin embargo, se abre otra fase que será definitiva para la independencia: José de San Martín y Simón Bolívar inician una serie de campañas victoriosas. Esta segunda oleada cogió desprevenido a Fernando VII que ingenuamente pensaba que el movimiento independentista había surgido contra los franceses. Con su vuelta al trono, los criollos americanos ya no pretenderían la independencia. El ejército que se formó en la península para salir rumbo a América para sofocar la rebelión tardó 2 años en estar preparado y se amotinó en el puerto antes de embarcar. La América española estaba perdida. Los restos del ejército español en América, sin refuerzos, abandonados a su suerte, se batieron con honor en la batalla de Ayacucho, 1824, que puso fin a la presencia española en el Nuevo Mundo.

Sólo Cuba y Puerto Rico siguieron unidas a la metrópoli hasta 1898.

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6. LIBERALISMO Y NACIONALISMO

En el siglo XIX, en la Europa de la Restauración, se producirán sucesivas oleadas revolucionarias, dirigidas por la burguesía para en su lucha por acabar con el Antiguo Régimen. Estas revoluciones se basaran en los dos ideales característicos del S. XIX: el liberalismo y el nacionalismo.

El liberalismo, recogiendo las ideas de la Ilustración, defendía una serie de principios fundamentales (derechos individuales, división de poderes, soberanía nacional, derecho al voto, etc.) que debían quedar recogidos en una Constitución, convertida en la norma principal que obligaba a todos. Por ello, la palabra “constitución” se convirtió en un símbolo, en cuyo nombre se harían los levantamientos revolucionarios de la primera mitad del siglo XIX.

El nacionalismo es el sentimiento de pertenecer a una misma nación, a un mismo pueblo que comparte lengua, cultura, religión e historia. El nacionalismo surge con la Revolución Francesa. Cuando la soberanía paso de residir en el rey a ser nacional, los miembros de esa nación empezaron a tener conciencia de pertenecer a un mismo pueblo. Hasta entonces, lo que unía a los habitantes de un mismo lugar era la condición de súbditos de mismo rey. Del concepto de soberanía nacional surgió el nacionalismo.

EL objetivo del nacionalismo fue proporcionar un estado propio a las comunidades que tuviesen un sentimiento nacional.

Este nacionalismo fue totalmente ignorado en el Congreso de Viena y los grandes se repartieron Europa a su antojo sin tener en cuenta los sentimientos nacionales de los pueblos.

En este momento, el nacionalismo se planteaba ante dos situaciones diferentes:

Pueblos que aspiran a unirse: aquellos que, sintiéndose una nación, se encontraban divididos (alemanes e italianos)

Pueblos que deseaban independizarse de los Estados a los que estaban sometidos (griegos, belgas, polacos…).

Por último, el romanticismo, movimiento cultural y artístico que se impone en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, contribuyó a que se valorase el pasado nacional al redescubrir las raíces culturales y lingüísticas de los diferentes pueblos europeos.

7. Las revoluciones burguesas: 1820,1830 y 1848. La primavera de los pueblos.

En 1820 una nueva oleada revolucionaria afectó a dos países de Europa: España y Grecia. En España la revolución tiene un carácter liberal; Fernando VII tras su vuelta había reimplantado el Antiguo Régimen e iniciado una caza de liberales. El comandante Riego, con las tropas preparadas para sofocar la rebelión de las colonias americanas, se amotina y se niega a zarpar hasta que el rey apruebe una Constitución liberal para España. Fernando VII accede obligado mientras en secreto recurre a su primo el rey francés Luis XVIII que envía a España un fuerte contingente militar, los Cien Mil Hijos de San Luis, para restablecer a Fernando VII como rey absoluto.

En Grecia la revolución tiene un carácter nacionalista, siglos de dominación del Imperio turco no han acabado con la lengua griega y la religión cristiana, que se convierten en las señas de identidad del nacionalismo griego. Tras proclamar su independencia (1822), los turcos aplican una dura represión. La opinión pública europea reacciona contra los excesos turcos y Rusia, Francia y Gran Bretaña deciden intervenir a favor de los griegos. Los turcos son derrotados y Grecia obtuvo su independencia.

En 1830 muere Luis XVIII de Francia. Su sucesor, Carlos X, intenta reimplantar el absolutismo. En respuesta, en París estalla un levantamiento popular que desemboca en la abdicación del rey y en la proclamación de Luis Felipe de Orleans como rey constitucional. En Francia se instauraba nuevamente un régimen liberal.

Bélgica, días después de la revolución en París, un levantamiento contra el dominio holandés triunfa y se proclama la independencia. Los países europeos la reconocen oficialmente y nace una nueva nación.

En Polonia, el ejemplo francés y belga animó a proclamar la independencia contra el dominio ruso, pero en este caso los rusos se imponen y deciden aplicar duras medidas en contra del nacionalismo polaco sin que el resto de los países europeos se impliquen en el caso.

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En 1848, Francia vuelve a ser el epicentro de la revolución que luego se extenderá por otras partes de Europa. La monarquía de Luis Felipe de Orleans era constitucional pero daba satisfacción a la alta burguesía, en cambio la clase media aspiraba al sufragio universal, esto es, a la democracia. Los pequeños propietarios y los obreros proletarios se unieron para pedir el sufragio universal y mejoras sociales, laborales y económicas. Montaron barricadas y tumultos en París, enfrentándose al ejército.

El rey Luis Felipe de Orleans, al fin y al cabo un invitado en el trono de Francia, abdicó y se proclamó la II República. Las elecciones dieron el triunfo a la burguesía moderada, hostiles a los obreros proletarios. Tras las elecciones los obreros alzan barricadas en París pero son aplastados sin piedad por el ejército (murieron más de 3.000 trabajadores y 12.000 fueron deportados a Argelia). De la durísima represión los obreros aprenderían a no confiar en la burguesía. Fue el primer enfrentamiento social violento entre los obreros y la burguesía.

La revolución de 1848 significó el divorcio definitivo entre burguesía y clase obrera. Precisamente en 1848, Marx publica su Manifiesto Comunista donde animaban a la clase proletaria a organizarse para luchar contra la burguesía.

El nuevo presidente electo en Francia paso a ser Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón, que terminó organizando un golpe de Estado, que puso fin a la II República y dio paso al II Imperio, proclamándose emperador con el nombre de Napoleón III.

Siguiendo el ejemplo de París, otras capitales europeas vivieron en el verano de 1848 movimientos revolucionarios que fueron reprimidas por las monarquías. Dentro del Imperio Austriaco surgieron reivindicaciones nacionalistas. La unificación de Italia y Alemania le debe mucho al movimiento de 1848.

8. Las unificaciones de Italia y Alemania.

Estos dos territorios permanecían fragmentados en Estados independientes, pero existía en ellos la ida de pertenecer a una sola nación y la aspiración a convertirse en un Estado unificado. En las dos zonas habían fracasado las revoluciones de 1830 y 1848, que allí habían tenido un alto contenido nacionalista. Además de la lengua como elemento común, las dos naciones contaron con intereses económicos comunes (conveniencia de un mercado amplio sin fronteras...) y la existencia de líderes indiscutibles que encarnaron la voluntad de independencia: en Italia Cavour y Garibaldi, y en Alemania Bismarck. La coyuntura internacional también favoreció estos procesos por el apoyo de Francia y la indiferencia de Gran Bretaña.

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Historia del Mundo Contemporáneo Tema 2: Las revoluciones liberal-burguesas

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8.1. La unificación italiana.

El motor de la unidad fue el reino de Piamonte-Cerdeña. Allí su rey Víctor Manuel II y el primer ministro Cavour dirigieron la lucha contra Austria que ocupaba Lombardía y Venecia. Con el apoyo de la Francia de Napoleón III derrotaron a Austria y la expulsaron de Lombardía. Poco después, los ducados del norte de la Península (Parma, Módena y Toscana) se incorporaron al Piamonte. El paso siguiente fue la incorporación del reino de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia). Giuseppe Garibaldi al frente de una expedición formada por voluntarios, los “Mil camisas rojas”, conquistó el reino de Nápoles. Víctor Manuel II se proclamaba rey de Italia.

El proceso de unificación se completó a remolque de la unidad alemana. La guerra Austria-Prusia sirvió a Venecia para librarse de Austria y unirse a Italia. Faltaban los Estados Pontificios, liderados por el Papa contrario al proceso de unificación. Los Estados Pontificios estaba protegido por las tropas francesas de Napoleón III. La guerra Francia-Prusia y la derrota francesa dejaron el camino libre al recién creado ejército italiano. Roma pasa a ser la capital del reino de Italia.

8.2. La unificación alemana.

El Congreso de Viena creó la Confederación Germánica integrada por 39 Estados, entre los que sobresalían Austria y Prusia. Al plantearse el proceso de unificación, uno de ellos sobraba.

Desde el punto de vista económico, Prusia inició antes la industrialización e impulsó una unión aduanera con los Estados alemanes del Norte que permitió a Prusia reforzar su crecimiento económico frente a la lentitud con que Austria se industrializaba.

Prusia sabrá ponerse por delante, gracias a la habilidad del canciller Otto von Bismarck autentico artífice de la unidad alemana. En el camino hacia la unidad era inevitable una guerra con Austria y el canciller lo sabía. Dedico sus esfuerzos a hacer del ejército prusiano una maquinaria de guerra moderna y bien organizada. Cuando llego el momento, la guerra contra Austria fue un paseo para los prusianos frente a un ejército que seguía anclado en el S.XVIII.

La Confederación Germánica desaparece y los Estados alemanes del norte se unían, con capital en Berlín, con la exclusión de Austria.

Para incorporar los Estados alemanes del sur Bismarck volvió a hacer uso de la guerra. Napoleón III, molesta por el engrandecimiento de Prusia, mordió el anzuelo y entro en guerra. El resultado de la guerra franco-prusiana de 1870 fue humillante para Francia. El campo de batalla demostró que había un abismo entre los países. Las consecuencias de esta humillación provocarán un odio mutuo entre ambos países durante los próximos 70 años y arrastraran al mundo a dos guerras mundiales.

En Versalles, en el trono de los antiguos reyes de Francia, Guillermo I es proclamado Emperador de los alemanes. Nacía así el II Reich Alemán, al que se incorporaron los Estados alemanes del sur. Además, Francia estaba obligada a ceder los territorios de Alsacia y Lorena al Imperio Alemán.