TEMA 2 cym

8/11/2019 TEMA 2 cym

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Conservación de jardines y zonas verdes

Juan Vega Caballero 11

TEMA 2: MANEJO DEL SUELO EN JARDINERÍA.

1. Introducción.

2. Clasificación de los suelos según su Textura.

3. Tipos de suelos según su Ph.

4. Correcciones de problemas.

5. Mantenimiento de suelos (abonado), detección de carencias.

INTRODUCCIÓN.

En este tema no tratamos de introducirnos de forma profunda en edafología sino por el contrario

pretendemos dar unas nociones básicas y prácticas para poder solucionar los problemas que nos pudieran

aparecer, no obstante muchos problemas no hubieran aparecido si desde un principio se hubiera observado

y analizado el terreno, pues en la mayoría de los casos las deficiencias que aparecen son causa de una mala

elección de plantas. De todas formas cuando se es contratado para llevar el mantenimiento del jardín,

pocas veces se cambian las especies que en él existen y por ello tendremos que paliar los problemas que

existan siguiendo algunas de las pautas que se darán en el tema.

De todas maneras si contamos con un suelo de buenas características no tienen por que darse

problemas.

Las características que debe de cumplir un suelo ideal son:

Debe de ser un suelo suelto (ni arcilloso, ni demasiado arenoso, sino intermedio lo que se

denominaría como suelo franco franco).

Profundo (que no haya debajo una capa rocosa o impenetrable para las raíces) y con un buendrenaje (que no acumule agua en exceso).

Rico en materia orgánica y nutrientes minerales. con un pH entre 6 y 7.

1. CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS SEGÚN SU TEXTURA.

Una de las clasificaciones más prácticas a la hora de definir un suelo es respecto a su

granulometría ya que tanto el comportamiento físico del suelo como el químico dependen mucho de la

fracción granulométrica de sus partículas.

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Las partículas minerales del suelo cuyo tamaño es inferior a 2 mm constituyen la tierra fina.

Atendiendo exclusivamente al tamaño de las partículas de la tierra fina, éstas se clasifican de la forma

siguiente (USDA):

Arena. Partículas cuyo tamaño está comprendido entre 2 y 0,05 mm. Se llaman arenas gruesas las

comprendidas entre 2 y 0,5 mm, y arenas finas las comprendidas entre 0,5 y 0,05 mm.

Limo. Partículas cuyo tamaño está comprendido entre 0,05 y 0,002 mm.

Arcilla. Partículas con tamaño inferior a 0,002 mm.

La arena seca o húmeda produce una sensación áspera cuando se frota entre los dos. El limo

produce una sensación suave, harinosa, pero no es pegajoso. La arcilla es dura cuando está seca, y pegajosa

y plástica cuando está húmeda.

La granulometría expresa la proporción relativa de arena, limo y arcilla que contiene el suelo. La

textura hace referencia a las características de ese suelo que dependen de la granulometría.

Hay que tener en cuenta que los fragmentos con diámetro superior a 2 mm no se consideran a

efectos de granulometría.

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Las clases de textura se han establecido teniendo en cuenta el comportamiento del suelo frente al

agua y la respuesta de las plantas. A este respecto, la arcilla es más determinante que las otras

fracciones, como se pone de manifiesto en el triángulo de texturas.

Un suelo incluye la denominación de arcilloso a partir de un contenido del 20% de arcilla, mientras

que se requiere un contenido del 40% de limo para que incluya la denominación de limoso, y más del 40% de

arena para que incluya la denominación de arenoso.

En términos generales, los suelos se denominan arenosos (o de textura gruesa), arcillosos (o de

textura fina) o limosos según que predominan, respectivamente, las cualidades de la arena, arcilla o limo.

Estas cualidades se pueden resumir de la forma siguiente:

Los suelos arenosos se suelen denominar suelos sueltos, porque se labran con facilidad, en tanto

que los suelos arcillosos se suelen denominar suelos fuertes, por su dificultad de labranza. Un suelo franco

es aquel que contiene una mezcla equilibrada de arena, limo y arcilla, de tal forma que presenta las buenas

cualidades de las tres fracciones (ojo no tiene un tercio de cada).

Los suelos pedregosos (con gran número de partículas mayores de 2mm) tienen poca capacidad para

almacenar agua y nutrientes. Ejercen un gran efecto abrasivo sobre los aperos de labranza. Los elementos

gruesos de la superficie actúan a modo de cubierta que disminuye la evaporación, lo que tiene un efecto

beneficioso en climas áridos.

Características de distintos tipos de suelos según su textura:

Suelo arcilloso (suelos con alto contenido en arcilla).

Pesados de labrar.

Con tendencia a compactarse.

Se encharcan con las lluvias o con el riego.

Son ricos en nutrientes (tienen amplios "bolsillos").

Suelos arenosos (suelos con altos contenidos de arena).

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Drenan muy bien, no se encharcan.

Buena aireación para las raíces.

Se secan demasiado pronto.

Retienen muy poco el agua y hay que regar con bastante frecuencia.

Retienen muy poco los nutrientes minerales (Nitrógeno, Potasio, etc.). Por tanto son secos y pobres

en elementos fertilizantes.

*A los céspedes les va muy bien un suelo arenoso.

Para determinar la textura de un suelo sin necesidad de un laboratorio actuaremos de la siguiente

manera: se coge un poco de tierra y la humedecemos con agua hasta que su consistencia es semejante a la

que tiene él cemento cuando se va a construir. Con esta masa se intenta hacer un cordón. Pueden ocurrir

los siguientes casos:

1. El cordón se rompe antes de tener 3 mm de diámetro: textura arenosa.

2. La textura es arcillosa cuando conseguimos formar un cordón de 3 mm de diámetro y 10 cm

de longitud y con el se puede formar un anillo sin que la tierra se resquebraje.

3. La textura es franca si el cordón se rompe cuando se intenta formar un cordón de 1 mm de

diámetro pero no se rompe cuando se hace de 3 mm.

También se puede apreciar la textura al tacto:

tacto muy suave: suelo franco limoso.

tacto muy áspero: suelo franco arenoso.

tacto intermedio entre suave y áspero: suelo franco arcilloso.

Cuando existen muchos fragmentos gruesos en un suelo se indica delante del nombre que indica la

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textura del suelo. Ej.: suelo franco arenoso con muchas piedras: suelo pedregoso franco arenoso.

Roca: diámetro mayor a 20 cm., piedra: diámetro 20-2 cm., grava: diámetro 2 cm.- 2 mm.

2. TIPOS DE SUELOS SEGÚN SU PH.

La acidez de un suelo está determinada por la presencia de protones en la solución del suelo y en el

complejo de cambio.

Un suelo se considera neutro cuando su ph = 7, ácido si su ph <7 y básico si su ph >7.

El ph limita el uso de plantas, puesto que cada especie necesita para su desarrollo un tipo de ph, no

obstante la mayoría se desarrollan bien a ph ligeramente ácido (6, 6.5). El ph ejerce también una gran

influencia en la asimilación de elementos nutritivos, ya que facilita o dificulta su disolución y crea, a veces

antagonismos iónicos como se puede ver en la siguiente tabla.

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Tipos de suelos según su ph:

Suelo calizo (Ph>8):

Si el suelo es básico o alcalino es muy probable que escaseen el Hierro, Manganeso, Zinc, Cobre y

boro.

Las plantas acidófilas y otras plantas sensibles a estas carencias, como el Naranjo, el Hibisco, etc.,

amarillearán y darán pocas flores por carencia de Hierro (clorosis férrica). Solución: bajar el pH y

así se liberan los nutrientes insolubilizados en el suelo.

Suelo ácido

Si el suelo tiene un pH muy ácido (pH<5,5) escasearán algunos nutrientes esenciales para las

plantas como Calcio, Magnesio, Fósforo, Molibdeno y Boro y la estructura no suele ser buena.

En Andalucía por lo general nos encontraremos con suelos de tipo básicos puesto que su origen es

de roca caliza.

Las formas de determinar el Ph del suelo son las siguientes:

1. Puedes llevar a analizar la tierra a un laboratorio de suelos. Es lo mejor, pero no se suele

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hacer a nivel de jardín particular, solo para parques y proyectos grandes.

2. Usar unos kíts económicos que traen unos reactivos para echar a una muestra de tierra y

comparando color averiguar el pH. El pH puede ser ácido, neutro o alcalino. Si es alcalino, lo

más probable es que contenga mucha cal (suelo calizo).

3. Otro método consiste en coger un poco de tierra, echarla en un vaso con agua destilada,

remover bien y al cabo de un rato. introducir en el líquido una tira de papel o de cartón

indicadora de pH (venta en farmacias, por ej.). Según el color que tome tendrás si es ácido,

neutro o alcalino.

4. Otro método consiste en verter vinagre, 'Sulfaman' (producto de limpieza) o acido

clorhídrico diluido sobre una muestra de tierra. Esto ofrece una estimación aceptable por

la reacción que produce:

a. Si la efervescencia que se produce es fuerte, se dice que el pH es mayor de 7,5 y el

suelo es alcalino o calizo.

b. Si la efervescencia es pequeña (algunas burbujitas), el pH rondará 7.

c. Si no produce efervescencia (no salen burbujitas) es un suelo de pH neutro (pH

6,5-7) o ácido (pH menor de 6,5).

3. CORRECCIONES DE PROBLEMAS.

Suelo poco profundo (suelo que a poca profundidad tiene roca, este suelo no deja que se

desarrollen las raíces y no drenar bien).

Solución:

Añadir tierra vegetal para recrecer el nivel del terreno.

Romper el suelo si es posible para mejorar el drenaje.

No plantar árboles (Plantar anuales).

Suelo arcilloso:

Solución:

Crea pendientes para que escurra el agua hacia un lado o bien se recoja con una canaleta.

Nivela el terreno con el fin de suprimir las hondonadas o depresiones.

Aportar materia orgánica. La materia orgánica esponja haciendo el suelo mas mullido

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aumentando su porosidad, por lo que es aconsejable en suelos arcillosos incorporar cada año

una buena cantidad de compost, turba o estiércol bien descompuesto para hacerlos más

aireados y esponjosos. Si añades estiércol, aporta 2 Kg./m2; si añades turba, 0,5 a 1

Kg./m2.

En la preparación de el suelo, si este es muy arcilloso, además de la materia orgánica

también es recomendable distribuir arena de río, entre 15 y 30 Kg./m2 (2 ó 3 metros

cúbicos por cada 100 m2 de superficie o más).

En céspedes elimina el fieltro haciendo ESCARIFICADOS (dos veces al año, en primavera y

en otoño) y aireados haciendo PINCHADOS con una horca en superficies pequeñas; con un

rulo de púas o con una máquina profesional llamada "sacabocados", 1 ó 2 veces al año y

recebar posteriormente con una mezcla de arena y turba al 50%, a razón de 1,5 m3 de

mezcla por cada 100 m2 tras el pinchado.

Si se forman charcos, o si algunas zonas están muy mojadas, pincha el suelo con una

horquilla de jardín y muévala ligeramente de un lado a otro. De este modo el agua podrá

drenarse en parte.

Si usando los métodos anteriores no tienes éxito o previendo que no serán de gran utilidad

instala tubos de drenaje.

En suelos con malos drenajes se puede plantar en montículos

o caballones de tierra para que las raíces no queden

empapadas permanentemente. Plantación en caballones.

Elegir especies que resistan las condiciones asfixiantes

(plantas de riberas o pantanos).

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Suelo arenoso.

Solución:

Si el suelo es arenoso, retiene poca agua... también se mejora mezclando la capa superior con

material orgánico (unos 10 kilos por cada 100 m2 de turba, compost, mantillo...) La materia

orgánica da cohesión a los suelos arenosos. También se puede añadir algo de tierra arcillosa.

Haz bancales para evitar la erosión del suelo, si la pendiente es grande.

Mantén cubierta vegetal en toda la zona si dispones de agua (plantas tapizantes tipo uña de

león).

Riega con la misma cantidad de agua pero poniendo mayor número de emisores y de mayor

caudal y aumenta también el número de impulsos de riego al día.

Utilizar microaspersión preferentemente si es posible (el vandalismo puede causar grandes

destrozos y un alto coste).

Suelos básicos.

Solución:

Aplicación de abonos de reacción acida como se muestra en la tabla que sigue.

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Si el jardín es de tamaño reducido se puede añadir turba rubia: es un material muy acido

(ph=3,5), que baja el pH de la tierra. Dosis: 1 kg de turba rubia por metro cuadrado. A los 2 ó 3

años se debe repetir el tratamiento

Añadir azufre en polvo es lo que sale mas económico si hay que acidificar parcelas grandes, por

ejemplo, todo el jardín o todo el huerto. Se mezcla con los primeros 25-30 cm. De tierra a

razón 90 gramos de azufre en polvo por m2., la aplicación debe realizarse durante el otoño,

para que en primavera se note el efecto. A los 2 ó 3 años se debe repetir el tratamiento.

Además de bajar el pH, aplica al suelo un fertilizante especial, rico en hierro llamado quelatos

de hierro y quelatos de otros micronutrientes, como el manganeso, cobre, zinc, etc. Para las

posibles carencias.

Adición de estiércoles. Todos los estiércoles a excepción de la gallinaza tienen reacción ácida.Suelos ácidos:

Solución: Actuar según tabla.

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4. MANTENIMIENTO DE SUELOS (ABONADO).

Una selva es un sistema cerrado donde un grupo de seres vivos, entre ellos plantas, hongos,

animales, insectos y microorganismos subsisten de forma que uno aporta al otro lo necesario para

sobrevivir. Las plantas viven y se desarrollan gracias al aire, nutrientes del suelo y al agua donde estos

nutrientes son disueltos, es decir las plantas sobreviven en parte gracias a los nutrientes que el suelo les

proporciona, Las plantas a su vez aportan cobijo a animales, insectos y además aportan las hojas (materia

orgánica), que una vez caídas serán descompuestas por los microorganismos del suelo, aportando estos

microorganismos en sus secreciones, defecaciones o incluso con su cuerpo una vez muertos los nutrientes

que las plantas necesitan cerrándose una vez más el ciclo.

Los cultivos, jardines, parques o céspedes son sistemas abiertos pues en algún momento del ciclo el

hombre interviene exportando materia orgánica. En los cultivos nos llevamos la cosecha, en los jardines y

parques nos llevamos las hojas, con la poda la madera, y en los céspedes nos llevamos parte del césped cada

vez que lo cortamos, al quedar abierto el ciclo el suelo se va empobreciendo con el paso de los años,

bajando el nivel de materia orgánica y el nivel de nutrientes. Para solucionar este problema habrá que ir

aportando cada año mediante abonado mineral, los nutrientes que exportamos, y además sería conveniente

incorporar algo de materia orgánica para mantener unas buenas propiedades físicas en el suelo.

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En los cultivos agrícolas o en los céspedes están muy estudiadas las extracciones de nutrientes que

se hacen de los suelos (estudios realizados mediante análisis de suelos antes y después de recoger las

cosechas) estando en muchos casos estos valores tabulados.

En el caso de jardines es muy difícil evaluar las extracciones del suelo pues existen numerosas

plantas diferentes, las cuales extraen cantidades distintas y por ello se suele aplicar al año

aproximadamente de 5 a 6,5 Kg./ área de 15-15-15, es decir de 50 a 65 grs./m 2, en otoño

preferentemente, pues es la época donde se suele hacer limpieza a fondo y escardas y aporcados que

facilitarán el mezclado del abono. Posteriormente y repartido en dos aplicaciones durante el resto del año

de 2 a 3 Kg./ área de nitrato amónico (de 20 a 30 grs./m 2).

Para mejorar las propiedades físicas se suele aplicar estiércol a razón de 0,5 a 1,5 m 3/ área. Es

conveniente saber que los estiércoles también reaccionan con el suelo y que aportan nutrientes.(ojo el

estiércol debe de estar maduro).

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La forma de actuar en la aplicación de abono en una superficie será:

1. Medir la superficie a abonar.

2. Calcular a razón de unos 50 -65grs/m2.

3. Dividir la cantidad en dos porciones iguales.

4. Marcar en un vaso 25- 32grs.

5. Avanzar cubriendo con los 25- 32 grs de abono una anchura de un metro aproximadamente

por un metro de avance (aproximadamente una zancada), hasta llegar al final de la parcela,

y volver realizando la misma operación en paralelo a la dirección anterior.

6. Volver a repetir la operación anterior pero tomando una dirección perpendicular a la

anterior (dibujo inferior).

Para poder detectar una carencia deberíamos hacer un análisis de suelo y otro foliar (habría que

saber interpretarlos), la pega radica en que para interpretar análisis foliares se necesitan tablas

estimativas por especies y variedades, cosa poco estudiada para una gran parte de las plantas

ornamentales, un método económico y practico consiste en usar tablas de síntomas carenciales como la

que se muestra, más adelante con ella podremos intuir la carencia y aplicar el elemento que nos falte

mediante pulverización foliar, una vez realizada la pulverización si al cabo de una semana los síntomas han

desaparecido es que hemos acertado en el diagnóstico.

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