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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL 81 Tema 11.- Compromiso Social FUNDAMENTACIÓN La Doctrina Social de la Iglesia se remonta al propio Cristo y forma parte inseparable de su mensaje salvador y liberador. Perteneció desde el principio a la enseñanza de la Iglesia misma, a su concepción del hombre y de la vida social y, especialmente, a la moral social elaborada según las necesidades de las distintas épocas. La Doctrina social-cristiano se desarrolla, de una parte, como reacción a las injusticias y a las desastrosas consecuencias del régimen capitalista, y de otra parte a las doctrinas anticristianas del marxismo. En toda la historia humana, la Iglesia se coloque como Cristo, a favor del que sufre, del oprimido, del explotado, pues como Madre su misión no es sólo enseñar, sino actuar eficaz y concretamente a aliviar al hombre, por eso, sostiene obras a favor de los derechos inalienables del ser humano. Analiza las enseñanzas que transmiten los documentos de la Iglesia, valorando sus enseñanzas sociales, por lo que se siente comprometido ante la problemática social. Mateo 11, 28-30 Mateo 12, 13-17 CONOCEMOS LA REALIDAD Despertando el interés Escuchamos el relato: “Gavillas de trigo”. Dos hermanos poseían unas tierras. Uno estaba casado con varios hijos. El otro era soltero. Aquellas tierras eran buenas para el trigo y las trabajaban juntos. Al llegar la época de la cosecha, los dos hermanos se repartieron el trigo cosechado. Hicieron dos montones de gavillas de trigo. Cada montón con el mismo número de gavillas: cien. Por la noche el hermano soltero se dijo a sí mismo: “El reparto es justo, pero mi hermano está casado y tiene que alimentar a sus hijos. Yo estoy solo, y por tanto necesito menos para vivir”. Esa noche de su parte pasó 20 gavillas a su hermano. Aquella misma noche, el hermano casado pensaba lo siguiente: “El reparto es justo, pero mi hermano está solo y necesita más dinero para poder pagar la mujer que cuida de su casa, el restaurante donde come… Yo puedo pasar con menos porque mis hijos ya trabajan y ganan dinero”. Entonces le pasó 20 gavillas a su hermano. Al día siguiente los dos hermanos se quedaron asombrados al ver los dos montones con el mismo número de gavillas. La operación del traspase de gavillas se repitió en noches sucesivas, hasta que una noche ambos hermanos se encontraron en pleno intercambio de gavillas. Ni que decir tiene que la fábula termina con abrazos y emoción. La caridad nos lleva a pensar en el bien de los demás, con olvido de uno mismo. Recogiendo los saberes previos ¿Conoces a hermanos que también se ayudan entre ellos? ¿Cómo lo hacen? Y aquí en tu colegio, ¿también has encontrado ayuda de unos a otros? Y en la sociedad en qué vivimos, ¿en qué momentos has encontrado que se ayudan unos a otros? Y los empresarios o comerciantes con sus empleados, ¿creen que también les ayudan siendo justos en sus horarios de trabajo y en sus remuneraciones? Confrontando los saberes Si el reparto de las gavillas fue justo, ¿por qué se sentían en la necesidad de ayudar al otro? ¿Cómo le llamarías a esta forma de actuar? ¿Crees que es de justicia ayudarse unos a otros en los momentos de necesidad? ¿Crees que es justo que quien tiene más necesidades tenga mejor remuneración, independientemente del trabajo que realice? ¿Crees que en nuestra sociedad existe esta justicia social? ¿Qué sabes de la Doctrina Social de la Iglesia?

Tema 11.- Compromiso Social

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Page 1: Tema 11.- Compromiso Social

TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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Tema 11.- Compromiso Social

FUNDAMENTACIÓN

La Doctrina Social de la Iglesia se remonta al propio Cristo y forma parte

inseparable de su mensaje salvador y liberador. Perteneció desde el principio a

la enseñanza de la Iglesia misma, a su concepción del hombre y de la vida

social y, especialmente, a la moral social elaborada según las necesidades de las distintas épocas.

La Doctrina social-cristiano se desarrolla, de una parte, como reacción a las

injusticias y a las desastrosas consecuencias del régimen capitalista, y de otra

parte a las doctrinas anticristianas del marxismo. En toda la historia humana, la

Iglesia se coloque como Cristo, a favor del que sufre, del oprimido, del explotado, pues como Madre su misión no es sólo enseñar, sino actuar eficaz y

concretamente a aliviar al hombre, por eso, sostiene obras a favor de los

derechos inalienables del ser humano.

Analiza las enseñanzas que transmiten los documentos de la Iglesia, valorando sus

enseñanzas sociales, por lo que se siente comprometido ante la problemática social.

Mateo 11, 28-30

Mateo 12, 13-17

CONOCEMOS LA REALIDAD

Despertando el interés

Escuchamos el relato: “Gavillas de trigo”.

Dos hermanos poseían unas tierras. Uno estaba casado con varios hijos. El otro era soltero. Aquellas tierras eran buenas para el trigo y las trabajaban juntos. Al llegar la época de la cosecha, los dos hermanos se repartieron el trigo cosechado. Hicieron dos montones de gavillas de trigo. Cada montón con el mismo número de gavillas: cien. Por la noche el hermano soltero se dijo a sí mismo: “El reparto es justo, pero mi hermano está casado y tiene que alimentar a sus hijos. Yo estoy solo, y por tanto necesito menos para vivir”. Esa noche de su parte pasó 20 gavillas a su hermano. Aquella misma noche, el hermano casado pensaba lo siguiente: “El reparto es justo, pero mi hermano está solo y necesita más dinero para poder pagar la mujer que cuida de su casa, el restaurante donde come… Yo puedo pasar con menos porque mis hijos ya trabajan y ganan dinero”. Entonces le pasó 20 gavillas a su hermano. Al día siguiente los dos hermanos se quedaron asombrados al ver los dos montones con el mismo número de gavillas. La operación del traspase de gavillas se repitió en noches sucesivas, hasta que una noche ambos hermanos se encontraron en pleno intercambio de gavillas. Ni que decir tiene que la fábula termina con abrazos y emoción. La caridad nos lleva a pensar en el bien de los demás, con olvido de uno mismo.

Recogiendo los saberes previos

¿Conoces a hermanos que también se ayudan entre ellos? ¿Cómo lo hacen?

Y aquí en tu colegio, ¿también has encontrado ayuda de unos a otros?

Y en la sociedad en qué vivimos, ¿en qué momentos has encontrado que se ayudan unos a otros?

Y los empresarios o comerciantes con sus empleados, ¿creen que también les ayudan siendo justos en sus horarios de trabajo y en sus remuneraciones?

Confrontando los saberes

Si el reparto de las gavillas fue justo, ¿por qué se sentían en la necesidad de ayudar al otro? ¿Cómo le llamarías a esta forma de actuar?

¿Crees que es de justicia ayudarse unos a otros en los momentos de necesidad?

¿Crees que es justo que quien tiene más necesidades tenga mejor remuneración, independientemente del trabajo que realice?

¿Crees que en nuestra sociedad existe esta justicia social?

¿Qué sabes de la Doctrina Social de la Iglesia?

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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CONSTRUYENDO EL APRENDIZAJE

Iluminando con la Palabra de Dios

La Doctrina Social de la Iglesia es el conjunto de principios que ordenan la conducta moral del hombre en sus relaciones con los demás. Se basa en las Sagradas Escrituras, en la tradición cristiana y en las leyes de la naturaleza.

La Doctrina Social de la Iglesia, quiere responder a un proceso creciente de secularización que conquista las fuerzas de la naturaleza por la ciencia y la técnica, sin ninguna referencia a Dios. Pero quiere ser también, respuesta al ateísmo humanista que acusa a la fe de alienar al pobre e impedirle que tome conciencia de sus derechos. La Doctrina Social permite comprender la misión evangelizadora de la Iglesia como contribución al cambio efectivo de las condiciones de la sociedad.

La doctrina social de la Iglesia se desarrolló en el siglo XIX, cuando se produce el encuentro entre el Evangelio y la sociedad industrial moderna, sus nuevas estructuras para la producción de bienes de consumo, su nueva concepción de la sociedad, del Estado y de la autoridad, sus nuevas formas de trabajo y de propiedad. Su desarrollo en materia económica y social da testimonio del valor permanente del Evangelio y de la Iglesia viva y activa.

La iglesia no enseña una doctrina ideal, con una sociedad feliz ausente de dolor y sufrimiento, sino que presenta el camino de felicidad posible en la tierra, no ausente de la real presencia de la cruz, siguiendo a Cristo el ¨ Hombre perfecto ¨ y su mensaje de salvación.

La doctrina social tiene un carácter formativo, al ofrecer principios de reflexión, criterios de juicios, invocación a la prudencia y directrices de acción, que aplican la moral y la ética a los problemas sociales.

Los Papas han dado a conocer su pensamiento social a través de Encíclicas, que surgieron a partir de la Revolución Industrial. Es una carta escrita por el Papa sobre un tema determinado y está dirigida a los católicos, incluso a veces, a todos los hombres de buena voluntad. En el caso de la Encíclica Social, dice relación con la doctrina moral del Evangelio aplicada a los problemas sociales de la convivencia humana

En el año 1891, el Papa León XIII publicó la Encíclica “Rerum Novarum”. Fue el primer documento que se preocupó de materias sociales, en especial de la situación de los trabajadores a fines del siglo XIX. Los sucesivos pontífices han ido actualizando y enriqueciendo el magisterio social de la Iglesia.

Veamos ocho piedras de construcción sobre las que descansa toda la doctrina social de la Iglesia:

1.- El principio de la dignidad de la persona humana

Todo ser humano, por haber sido creado a imagen de Dios y rescatado por Jesucristo, no tiene precio y es digno de respeto, como miembro de la familia humana. Es el principio básico de la doctrina social católica.

Cada persona, cualesquiera que sean su raza, su sexo, edad, su nacionalidad de origen, su religión, su orientación sexual, su estatus con relación al empleo, su nivel económico, su salud, su inteligencia, sus logros o cualquier otra característica que sea causa de diferencias, es digna de respeto. No es lo que ustedes hacen o tienen lo que les da derecho a ser respetados, sino el simple hecho de ser un ser humano es el que establece su dignidad. Debido a esta dignidad, la persona humana, en la óptica católica, no es nunca un medio, sino siempre un fin.

El conjunto de la enseñanza social católica comienza con la persona humana, pero no termina ahí. Las personas individuales tienen una dignidad, sin embargo el individualismo no tiene lugar en el pensamiento social católico. El principio de la dignidad humana da a cada persona un derecho de pertenencia a una comunidad, a la familia humana.

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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2.- El principio del respeto a la vida humana

Toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, tiene una dignidad inherente y un derecho a la vida en conformidad con esta dignidad. La vida humana, en cada etapa de su desarrollo y de su declinar, es valiosa y, por tanto, digna de protección y de respeto. Siempre es culpable atacar directamente una vida humana inocente. La tradición católica ve el carácter sagrado de la vida humana como algo que forma parte de toda la visión moral de una sociedad justa y buena.

3.- El principio de asociación

Nuestra tradición proclama que la persona no solamente es sagrada sino social. La manera como organizamos la sociedad a nivel económico y político, legal y jurídico, afecta directamente a la dignidad humana y a la capacidad de los individuos para crecer en comunidad.

La familia es el punto central de la sociedad, por lo que se debe proteger siempre la estabilidad familiar y jamás ha de ser devaluada. Al asociarse con otros, en familia y en otras instituciones sociales que favorezcan el crecimiento, protejan la dignidad y promuevan el bien común, las personas humanas alcanzan su plenitud.

4.- El principio de participación

Creemos que las personas tienen el derecho y el deber de participar en la sociedad, buscando juntas el bien común y el bienestar de todos, especialmente de los pobres y de las personas vulnerables. Sin participación, no pueden obtenerse los bienes que cualquier institución social pone a la disposición de la persona. La persona humana tiene derecho a no ser privada de participar en esas instituciones que son necesarias para el desarrollo humano.

Este principio se aplica, de manera especial, a las condiciones relativas al trabajo. EI trabajo es más que una manera de ganarse la vida; es una forma de participación continua en la creación de Dios. Si debe protegerse la dignidad del trabajo, deben respetarse también los derechos fundamentales que son el privilegio de los trabajadores: el derecho a un trabajo productivo, a un salario conveniente y justo, el derecho a organizar sindicatos y a adherirse a ellos, el derecho a la propiedad privada y a la iniciativa económica.

5.- El principio de la protección preferencial de los pobres v de las personas vulnerables

Encontramos a Cristo cuando encontramos a las personas necesitadas. Desde sus orígenes, la Iglesia ha enseñado que seremos juzgados por lo que hayamos escogido hacer o no hacer ante los hambrientos, los sedientos, los enfermos, las personas sin techo, los presos... Hoy la Iglesia expresa esta enseñanza mediante los términos: opción preferencial por los pobres.

¿Por qué un amor preferencial por los pobres? ¿Por qué poner en primer lugar las necesidades de los pobres? Porque el bien común, el bien de la sociedad en su conjunto, lo exige. Lo contrario de rico y poderoso, es pobre y sin poder. Si el bien de todos, el bien común debe prevalecer, debe orientarse una opción preferencial hacía los que sufren por ausencia de poder y por los efectos de la privación. De otro modo, el equilibrio necesario para mantener el tejido de la sociedad se romperá en detrimento de todos.

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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6.- El principio de solidaridad

La enseñanza social católica proclama que somos los guardianes de nuestros hermanos y hermanas allí donde se encuentren. Formamos una sola familia humana. Aprender a practicar la virtud de la solidaridad significa aprender que amar a nuestro prójimo tiene dimensiones globales en un mundo interdependiente

El principio de solidaridad conduce a opciones que aseguran la promoción y la protección del bien común. Y la comunidad nacional tiene la obligación de hacer algo para resolver esos problemas sociales. Al pagar los impuestos, contribuimos a que se establezca la justicia social.

7.- El principio de la igualdad humana

La igualdad de todas las personas viene de su dignidad esencial. Si las diferencias de talentos forman parte del plan de Dios, la discriminación social y cultural frente a los derechos fundamentales no es compatible con el designio de Dios.

Tratar a los iguales con igualdad es una manera de definir la justicia, que de manera clásica se ha comprendido como el hecho de dar a cada uno lo que le corresponde. Subyacente a esta noción de igualdad está el simple principio de justicia. Una de las más precoces sensaciones éticas que siente el ser humano en crecimiento, es el sentido de lo que es justo y de lo que no lo es.

8.- El principio del bien común

EI bien común es comprendido como el conjunto de condiciones sociales que permiten a las personas alcanzar su plena potencialidad y realizar su dignidad humana. Las condiciones sociales en las que piensa la Iglesia, presuponen el respeto a las personas, el bienestar y el desarrollo social del grupo y el mantenimiento de la paz y de la seguridad por parte de la autoridad pública. El principio del bien común conduce a la necesidad de estructuras internacionales que pueden promover el justo desarrollo de las personas y de las familias, por encima de las fronteras regionales y nacionales.

Lo que constituye el bien común será siempre materia de discusión. La ausencia de sensibilidad para el bien común es un signo cierto de decadencia de una sociedad. Cuando se erosiona el sentido de la comunidad, disminuye la inquietud por el bien común. Una buena preocupación comunitaria es el antídoto a un individualismo desenfrenado que, como el egoísmo ilimitado de las relaciones personales, puede destruir el equilibrio, la armonía y la paz en el seno de los grupos, de los vecindarios, de las regiones y de las naciones.

Es magnífico hacer entrar estas enseñanzas sociales católicas en el centro de la Fe. Al realizarlo afirmamos que lo que creemos está a la fuente de los que hacemos. Para los cristianos, no hay solamente verdades que creer, sino también verdades que hay que poner en práctica

Hace ya varios años, el Papa Pablo VI y todos los obispos del mundo hacían un llamado urgente: “son ustedes los jóvenes los que van a formar la sociedad de mañana; la salvarán o morirán con ella”. Estas palabras tienen tal vez hoy mayor vigencia. La situación nos presenta nuevos retos. El mundo aparece lleno de injusticias y dolorosas divisiones. No somos espectadores sino protagonistas.

En su última visita al Perú. El Papa Juan Pablo II se dirigía a los jóvenes peruanos, con las siguientes palabras: “Solo el Evangelio y la doctrina social que de él emana, puede ser fuente de salvación para América Latina. Todas la ideologías extrañas a la Iglesia carecen de ese dinamismo interior capaz de dar paz y justicia a esta querida América”.

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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Contexto de la Lectura

La vida de la gente en tiempos de Jesús era muy difícil, por varias razones. El Imperio Romana dominaba en esta tierra y era abusivo con la gente, con las instituciones y con las pocas normas a las que podían acogerse la población. Los impuestos estaban pensados para recaudar el máximo de dinero que se destinaría a Roma, la capital del imperio, sin importar la necesidad y la pobreza de la gente. Por eso eran tan odiados los recaudadores, porque además de ser de su pueblo, no les importaba dejar en la miseria a sus propios ciudadanos. Las deudas pasaban de padres a hijos, por lo que si el padre moría, la deuda pasaba a la familia. A veces, para pagar una deuda, tenían que vender como esclavo a algún miembro de la familia.

Todas estas causas y varias más, hacían de la tierra de Jesús, un lugar de pobreza, de resentimiento y de violencia grandes, por lo que resultaba difícil la convivencia de unos y otros.

Por eso se entiende que Jesús hable de yugo y carga. El yugo se colocaba a los animales para poder trabajar en el campo; así les obligaban a ir donde el agricultor quería. Y para transportar cargas de un lado a otro, se utilizaban los caballos, las mulas y los burros. La gente entendió bien el ejemplo de Jesús, porque ellos sentían que la carga y el yugo romanos eran insoportables.

Y también se entiende cuando quieren hacer trampas con Jesús para acusarlo con su respuesta. Decir sí, equivalía a estar con los romanos y, por tanto, en contra del pueblo judío; decir no, equivalía a ponerse en contra de la ley, y a ser acusado ante los romanos. La respuesta de Jesús les deja a todos sorprendidos: si la moneda tiene la cara del César, lo lógico es que sea de él, por tanto hay que devolvérsela. Pero la justicia y el amor de Dios hay que cumplirlos, lo que implica ponerse al lado de los más pobres y abandonados.

Escuchamos la Palabra

Enviaron donde Jesús a algunos fariseos, junto con

partidarios de Herodes. Ellos preguntaron a Jesús:

_ Maestro, sabemos que eres sincero y no te

preocupas de quién te oye, ni te dejas influenciar por

él, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios.

Dinos, ¿está permitido pagar el impuesto al César o

no? ¿Debemos pagarlo o no?

Pero Jesús, que veía su hipocresía, les dijo:

_ ¿Por qué me ponen trampas? Tráiganme una

moneda para verla.

Le mostraron un denario, y Jesús les preguntó:

_ ¿De quién es esta cara y lo que está escrito?

_ Del César.

Entonces Jesús les dijo:

_ Lo que es del César, devuélvanselo al César, y lo que

es de Dios a Dios.

Y quedaron muy sorprendidos de esto. (Marcos 12, 13-17)

Vengan a mí los que se sienten cargados y agobiados,

porque yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y

aprendan de mí, que soy paciente y humilde de

corazón, y sus almas encontrarán alivio. Pues mi yugo

es suave y mi carga ligera”. (Mateo 11, 28-30)

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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Interiorizando la Palabra

Desde los orígenes de la Biblia, nos encontramos con una enseñanza que lleva a desarrollar la idea de que el hombre es el Rey de la Creación y que no es un objeto al que se puede manipular de acuerdo a los propios intereses egoístas. Está hecho para someter la tierra y dominar a todos los animales. Por eso, que toda trasgresión a este plan inicial del Creador es una injusticia y Cristo nos presenta criterios y principios básicos para que las personas puedan relacionarse en fraternidad dentro de la sociedad donde viven, ya que todas están llamadas al desarrollo pleno de sus facultades y así lograr la felicidad temporal y eterna.

En el Evangelio se contienen claramente algunas verdades fundamentales que han forjado profundamente el pensamiento social de la Iglesia en su camino a través de los siglos. Así, por ejemplo, Jesús afirma y proclama una esencial igualdad en dignidad entre todos los seres humanos, hombres y mujeres, cualquiera que sea su etnia, nación o raza, cultura, pertenencia política o condición social.

Mensaje para hoy

A la Iglesia, nada de lo humano le es ajeno. Es por esto que siempre ha sido constante la preocupación por responder a todas las necesidades de los hombres y mujeres concretos de cada época histórica. Esta preocupación se plasma en iniciativas de gran creatividad y realismo en todas las áreas de la vida del ser humano. En toda la historia humana, será necesario que la Iglesia se coloque como Cristo, a favor del que sufre, del oprimido, del explotado, pues su misión, además de enseñar, es actuar eficaz y concretamente en aliviar al hombre de sus sufrimientos y preocupaciones, por eso sostiene obras a favor de los derechos inalienables del ser humano, hospicios, misiones, hospitales… Pero será con la Encíclica Rerum Novarum, que la Iglesia inicia intervenciones sistemáticas dirigidas a todos los hombres de buena voluntad.

Para cada uno de nosotros cristianos, Jesús nos recuerda una esencial igualdad en dignidad entre todos los seres humanos, hombres y mujeres, cualquiera que sea su etnia, nación o raza, cultura, pertenencia política o condición social.

De la fundamental igualdad en dignidad entre todas las personas y de su intrínseca natural sociabilidad, nace necesariamente la exigencia de que las relaciones en la vida social se establezcan según criterios de una eficiente y humana solidaridad, esto es, según criterios de justicia, vivificada e integrada por el amor.

Por tanto, no podemos ser insensibles a las injusticias que ocurren a nuestro alrededor y, cada uno, desde su condición y sus posibilidades, deberá luchar para que exista una justicia social que alcance a cada ser de nuestro planeta.

Conversamos

¿Qué entiendes por Doctrina Social de la Iglesia y a quién va dirigida?

¿Qué misión social realiza la Iglesia, en virtud de su misión evangelizadora?

¿Cuál es tu misión frente a la Doctrina Social de la Iglesia.

¿Cuál es la finalidad de la Doctrina Social de la Iglesia?

¿Cuál es tu percepción de la práctica de la Doctrina Social en tu ciudad o comunidad?

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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Recordamos

La convivencia en paz es posible si vivimos la justicia social.

El trabajo es una tarea bendecida por Dios para desarrollar nuestras capacidades a favor de los demás.

El capital debe estar al servicio del trabajador y nunca puede ser su injusto explotador.

Cada uno de los cristianos debe ser la voz de aquellos que no tienen voz.

Jesús pide vivir en justicia, ya que todos tenemos la dignidad de hijos de Dios.

APLICAMOS LO APRENDIDO

Actuando en la vida

En grupos reflexionan la siguiente pregunta: ¿Cómo debería actuar la Iglesia de Yurimaguas en el campo

social? Cada grupo elige un problema social y presenta una solución cristiana al mismo. Toda la reflexión es

presentada al resto por medio de una escenificación.

Se forman ocho grupos y cada uno de ellos elige un principio de la Doctrina Social de la Iglesia. Preparan un mural donde se refleje la violación a ese principio y las medidas que se podían tomar para cumplirlo.

Con los mismos grupos de la actividad anterior, se prepara un lema que anime a practicar un principio de la

Doctrina Social de la Iglesia.

Se prepara un panel sobre la problemática social que existe en el lugar donde vivimos. Se invita a las

autoridades o personas que puedan informar sobre estos hechos (regidor, profesor, médico, político,

sindicalista, empresario, trabajador, estudiante…) y luego se hace una ronda de preguntas sobre aquellas

cuestiones que no hayan quedado claras. Al final, se redactan las propuestas para solucionar los problemas.

Teniendo como realidad que los principios de la Doctrina Social de la Iglesia no se cumplen en su totalidad, se realiza la dinámica de “Juego de Roles”. Un grupo hace de activistas a favor de los principios de la

Doctrina Social; otro grupo se presenta como detractor de esos principios; el tercer grupo hace de jurado.

Se forman grupos y cada uno de ellos elige una música de su gusto y le acoplan una letra de su creación, que

haga referencia a la Doctrina Social de la Iglesia o a alguno de los principios propuestos. Luego la presentan.

Reflexionan sobre las siguientes frases e imágenes.

Todo sistema, según el cual, las relaciones sociales deben estar determinadas, enteramente, por los factores económicos, resulta contrario a la naturaleza de la persona humana y de sus actos.

Una teoría que hace del lucro la norma exclusiva y el fin último de la actividad económica, es moralmente inaceptable. El apetito desordena del dinero no deja de producir efectos perniciosos.

Un sistema, que sacrifica los derechos fundamentales de la persona y de los grupos, en aras de la organización colectiva de la producción, es contrario a la dignidad del hombre.

Toda práctica que reduce a las personas a no ser más que medios, con vistas al lucro, esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo.

Jesús dice: “Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero”.

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TEMA XI: COMPROMISO SOCIAL

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Compromisos

Personal: Me informaré mejor sobre la Doctrina Social de la Iglesia.

Social: Practicaré el principio de solidaridad con los demás.

Eclesial: Oraré por las personas que les han quitado su dignidad de hijos e hijas de Dios.

Ecológico: Defenderé la vida corporal y espiritual de aquellos que me acompañan.

Viviendo la Celebración

En este momento vamos a colocar una mesita en el centro del aula, con una Biblia y una vela encendida,

significando que Dios está en medio de nosotros. Delante del pesebre, realizamos esta celebración.

Iniciamos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Entonamos el canto: “Trópico de Cáncer”.

Como es que te vas Salvador de la compañía si todavía hay mucho verdor. Si el progreso es nuestro oficio y aún queda por ahí mucho indio que no sabe lo que es vivir en una ciudad... Como la gente. Que no ves que eres un puente entre el salvajismo y el modernismo. Salvador el ingeniero, Salvador de la humanidad. Está muy bien lo que tú piensas pero por qué no, tú te acuerdas que la nuestra es una civilización muy avanzada... Como dice la gente. Que no ves que nuestra mente no debe tomar en cuenta: ecologistas, indigenistas, retrograditas, y humanistas. Ay mis ingenieros civiles y asociados, no crean que no me duele irme de su lado, pero es que yo pienso que ha llegado el tiempo de darle lugar a los espacios sin cemento. Por eso yo ya me voy. No quiero tener nada que ver con esa fea relación de acción, construcción, destrucción, ahha. Como es que te vas Salvador de la compañía si todavía hay mucho verdor. Hay mis compañeros petroleros mexicanos, no crean que no extraño el olor a óleo puro. Pero es que yo pienso que nosotros los humanos, no necesitamos más hidrocarburos. Por eso yo ya me voy. No quiero tener nada que ver Con esa fea relación de acción, construcción, destrucción, ahha. Por eso yo ya me voy. No quiero tener nada que ver... Por eso yo ya me voy. No quiero tener nada que ver...

Recordamos brevemente la lectura bíblica de hoy.

A continuación se realiza un pequeño comentario sobre el mensaje que nos deja el Evangelio para nuestras vidas.

En forma espontánea los alumnos y alumnas hacen una oración de petición o de agradecimiento, relacionada con el tema de hoy. Después, recitan la siguiente oración.

Señor, te pido:

Que mis ojos vean lo mejor de la gente.

Que mi corazón perdone.

Que mi mente olvide lo malo.

Que mi alma nunca pierda la fe en Ti. Amén.

Al finalizar las peticiones, oramos con el Padre Nuestro.

Terminamos la celebración con el canto: ...