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32 AFKAR/IDEAS, OTOÑO DE 2010 D urante el periodo 2003-08, en un tiempo de gue- rra y terrorismo mundial y mientras la adminis- tración de George W. Bush intentaba reconstruir Oriente Medio, los reality shows o telerrealidad, tuvie- ron un gran éxito en el mundo árabe. Debido a que los realizadores de estos programas pro- clamaron en las campañas de promoción que sus shows representaban la realidad, y puesto que algunos de ellos incluían bailes y cohabitación entre hombres y mujeres (prácticas desaprobadas por algunos musulmanes con- servadores), programas como Al Rais (versión árabe de Gran Hermano de la cadena MBC, basada en Dubai pe- ro de propiedad saudí), Star Academy (versión árabe de Fame Academy de la LBC de Líbano) y Superstar (versión árabe de Pop Idol, de la Future TV de Beirut) se convir- tieron en ruedos políticos por excelencia. La politización de estos programas de entretenimien- to (en contraste con los informativos) deriva del hecho de que los reality shows eran un reflejo de las grandes cues- tiones que los árabes debatían en esos momentos (y, en al- gunos casos, mucho antes de la llegada de los reality shows): ¿hay una conspiración occidental para controlar el mun- do árabe? ¿Son los formatos importados de la telerrealidad un caballo de Troya de dicha conspiración, sirviendo pa- ra debilitar los valores árabes y facilitando la hegemonía occidental? ¿O muestran los reality shows un modelo de la igualdad de oportunidades y de participación que podría ser occidental en su inspiración, pero del que las socieda- des árabes podrían sacar lecciones sociales y políticas? Los debates que se produjeron a continuación articularon una combinación explosiva de las fuerzas que siguen movien- do a Oriente Medio: el islamismo radical, la geopolítica del petróleo, las tensiones entre Estados Unidos e Irán, el con- flicto político y militar en Líbano y la ocupación y la vio- lencia en Irak y Palestina. Es sobre este terrible escenario en que la polémica de la telerrealidad hace converger entretenimiento y política, con importantes consecuencias para la sociedad y la po- lítica árabes. La calurosa polémica desencadenada por la telerrealidad no ha sido sólo una fuente de confrontación entre detractores y partidarios, que se han servido de la ra- dio y de las páginas de opinión de los periódicos para re- alizar declaraciones a favor y en contra de los efectos de la telerrealidad sobre su sociedad. Más bien, estas contro- versias dieron lugar a un espacio en el que varios actores sociales experimentaron con diferentes versiones de la mo- dernidad. Después de un periodo inicial de hostilidad ha- cia la idea de la telerrealidad, los supuestos guardianes de la moralidad, la religión y la tradición empezaron a pro- ducir programas de este género, enfocados hacia la ora- ción, la poesía y otros contenidos socialmente deseables que, de hecho, adoptaban aspectos de la modernidad. Las páginas de opinión H istóricamente, los medios de comunicación han desempeñado un papel crucial en el acercamien- to de los árabes a la modernidad. Desde el siglo XIX, muchos reformistas árabes y musulmanes han uti- lizado la prensa y otros medios para defender las formas en que los árabes y musulmanes podían, selectivamen- te, adoptar algunos elementos de la modernidad occi- dental. La cuestión de cómo ser moderno mientras se mantenían la autenticidad cultural, las tradiciones so- ciales y las creencias religiosas fue una preocupación cen- tral para clérigos e intelectuales, y los medios de comu- nicación fueron herramientas cruciales para abordar estos temas y movilizar a la opinión pública. Muchos escritores árabes contemporáneos han es- crito sobre esto. Por ejemplo, en su libro Fractured Mo- dernity, el poeta marroquí Muhammad Bennis conside- ra que la prensa árabe es la matrona de la modernidad, difundiendo el “abecedario de la luz” a la población ára- be. Los modernizadores árabes descubrieron en la pren- sa una plataforma efectiva para difundir sus ideas, es- pecialmente a través de las páginas de opinión. Escribiendo sobre su país, el crítico social y literario sau- dí Abdallah al Ghaddhami, argumenta que la aparición GRAN ANGULAR Telerrealidad y modernidad árabe La polémica sobre los ‘reality shows’ hace converger entretenimiento y política y contribuye a abrir un espacio para las opiniones discordantes y los asuntos prohibidos. Marwan M. Kraidy Marwan M. Kraidy, libanés, es catedrático asociado en la Universidad de Pennsylvania. Autor de cinco libros, entre otros, Reality Television and Arab Politics: Contention in Public Life (Cambridge University Press, 2009), galardonado con el premio de Mejor Libro en Comunicación Global y Cambio Social de la Asociación Internacional de Comunicación. 12kraidy2.qxp:bernabefr.qxd 6/10/10 08:32 Página 32

Telerrealidad y modernidad árabe La polémica sobre los

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Durante el periodo 2003-08, en un tiempo de gue-rra y terrorismo mundial y mientras la adminis-tración de George W. Bush intentaba reconstruir

Oriente Medio, los reality shows o telerrealidad, tuvie-ron un gran éxito en el mundo árabe.

Debido a que los realizadores de estos programas pro-clamaron en las campañas de promoción que sus showsrepresentaban la realidad, y puesto que algunos de ellosincluían bailes y cohabitación entre hombres y mujeres(prácticas desaprobadas por algunos musulmanes con-servadores), programas como Al Rais (versión árabe deGran Hermano de la cadena MBC, basada en Dubai pe-ro de propiedad saudí), Star Academy (versión árabe deFame Academy de la LBC de Líbano) y Superstar (versiónárabe de Pop Idol, de la Future TV de Beirut) se convir-tieron en ruedos políticos por excelencia.

La politización de estos programas de entretenimien-to (en contraste con los informativos) deriva del hecho deque los reality shows eran un reflejo de las grandes cues-tiones que los árabes debatían en esos momentos (y, en al-gunos casos, mucho antes de la llegada de los reality shows):¿hay una conspiración occidental para controlar el mun-do árabe? ¿Son los formatos importados de la telerrealidadun caballo de Troya de dicha conspiración, sirviendo pa-ra debilitar los valores árabes y facilitando la hegemoníaoccidental? ¿O muestran los reality shows un modelo de laigualdad de oportunidades y de participación que podríaser occidental en su inspiración, pero del que las socieda-des árabes podrían sacar lecciones sociales y políticas? Losdebates que se produjeron a continuación articularon unacombinación explosiva de las fuerzas que siguen movien-do a Oriente Medio: el islamismo radical, la geopolítica delpetróleo, las tensiones entre Estados Unidos e Irán, el con-flicto político y militar en Líbano y la ocupación y la vio-lencia en Irak y Palestina.

Es sobre este terrible escenario en que la polémica dela telerrealidad hace converger entretenimiento y política,con importantes consecuencias para la sociedad y la po-lítica árabes. La calurosa polémica desencadenada por la

telerrealidad no ha sido sólo una fuente de confrontaciónentre detractores y partidarios, que se han servido de la ra-dio y de las páginas de opinión de los periódicos para re-alizar declaraciones a favor y en contra de los efectos de latelerrealidad sobre su sociedad. Más bien, estas contro-versias dieron lugar a un espacio en el que varios actoressociales experimentaron con diferentes versiones de la mo-dernidad. Después de un periodo inicial de hostilidad ha-cia la idea de la telerrealidad, los supuestos guardianes dela moralidad, la religión y la tradición empezaron a pro-ducir programas de este género, enfocados hacia la ora-ción, la poesía y otros contenidos socialmente deseablesque, de hecho, adoptaban aspectos de la modernidad.

Las páginas de opinión

Históricamente, los medios de comunicación handesempeñado un papel crucial en el acercamien-to de los árabes a la modernidad. Desde el siglo

XIX, muchos reformistas árabes y musulmanes han uti-lizado la prensa y otros medios para defender las formasen que los árabes y musulmanes podían, selectivamen-te, adoptar algunos elementos de la modernidad occi-dental. La cuestión de cómo ser moderno mientras semantenían la autenticidad cultural, las tradiciones so-ciales y las creencias religiosas fue una preocupación cen-tral para clérigos e intelectuales, y los medios de comu-nicación fueron herramientas cruciales para abordar estostemas y movilizar a la opinión pública.

Muchos escritores árabes contemporáneos han es-crito sobre esto. Por ejemplo, en su libro Fractured Mo-dernity, el poeta marroquí Muhammad Bennis conside-ra que la prensa árabe es la matrona de la modernidad,difundiendo el “abecedario de la luz” a la población ára-be. Los modernizadores árabes descubrieron en la pren-sa una plataforma efectiva para difundir sus ideas, es-pecialmente a través de las páginas de opinión.Escribiendo sobre su país, el crítico social y literario sau-dí Abdallah al Ghaddhami, argumenta que la aparición

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Telerrealidad y modernidad árabe La polémica sobre los ‘reality shows’ hace convergerentretenimiento y política y contribuye a abrir un espaciopara las opiniones discordantes y los asuntos prohibidos.Marwan M. Kraidy

Marwan M. Kraidy, libanés, es catedrático asociado en la Universidad dePennsylvania. Autor de cinco libros, entre otros, Reality Television andArab Politics: Contention in Public Life (Cambridge University Press, 2009),galardonado con el premio de Mejor Libro en Comunicación Global yCambio Social de la Asociación Internacional de Comunicación.

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de las páginas de opinión en los años cincuenta, consti-tuyó un cambio radical en la manera en que la gente seconsideraba a sí misma y a la sociedad y, lo que es aúnmás importante, en la forma en que se relacionaba conlas autoridades religiosas y políticas. Las páginas de opi-nión, argumentaba Al Ghaddhami, impulsaron el augesobre la conciencia individual y la creación de opiniónindependiente y crítica. En Arabia Saudí, como descri-be en su libro The Story of Modernity in Saudi Arabia, laspáginas de opinión fueron un espacio vital para la cons-trucción de la modernidad, facilitando el florecimientodel pensamiento y debate, en el que participaron tantohombres como mujeres.

Más recientemente, las intensas controversias surgi-das en Arabia Saudí por los reality shows, como Al Rais,Superstar y Star Academy, se debatieron principalmenteen las páginas de opinión y editoriales de la prensa saudí.Asimismo, en Egipto, Líbano y Marruecos, los medios decomunicación han desempeñado un papel crucial en laelaboración de las versiones locales de la modernidad. EnEgipto, tal como han demostrado los antropólogos, des-de los años setenta, las telenovelas han contado con pro-tagonistas cuya educación, sofisticación y conocimien-tos del mundo les definen como modernos pero, al mismotiempo, sus rasgos les definen como auténticamente egip-cios, reflejando una modernidad egipcia que mira haciael futuro, mientras se mantiene conectada con la historiay la tradición. En la estela de la liberalización económicade Egipto durante las últimas décadas, la televisión ha des-empeñado un papel dual, promocionando la participa-ción en la economía de mercado vía consumo, mientrasadvertía de los peligros de la globalización y enfatizaba lanecesidad de conservar la tradición. De este modo, pro-gramas de televisión, especialmente las telenovelas co-nocidas en árabe como musalsalat, han impulsado de-bates públicos sobre las normas sociales y la identidadcultural. Al procurar diálogos sobre la relación del país conel mundo y al fomentar la subjetividad de la audiencia, latelevisión se ha convertido en la anfitriona del debate na-cional sobre la modernidad y la autenticidad.

Por tanto, a pesar de que las polémicas actuales sobrela telerrealidad surgen de tendencias anteriores, tambiénconstituyen un salto cualitativo. Aunque los columnistasárabes desempeñaron un papel crucial al conectar las ba-tallas de la telerrealidad con temas más amplios de parti-cipación política, justicia social y emancipación individual,hoy los medios de comunicación árabes no son simplestransmisores del debate. Gracias al cuestionable entrete-nimiento que ofrece, la televisión es un importante cata-lizador para discusiones más amplias, públicas y, a me-nudo acaloradas, sobre la modernidad. La telerrealidad haimpulsado los debates sobre temas sociales y políticos devital importancia, y programas como Star Academy han si-do utilizados por varios actores para expresarse en un len-guaje de protesta. Además, a diferencia de las guerras sau-díes sobre la modernidad o las preocupaciones egipciassobre la autenticidad –ambos debates nacionales– las con-

troversias contemporáneas tienden a ser transnacionales,implicando el tráfico de ideas y discusiones en y entre 22países de lengua árabe.

Aunque la telerrealidad ha generado polémica en mu-chos países –Australia, Alemania, Malaui, Turquía y, es-pecialmente, Francia–, la agitación producida en el mun-do árabe ha sido enorme y se ha mantenido en el tiempo,abarcando un amplio espectro de temas relacionadoscon las grandes crisis geopolíticas. No obstante, las di-versas formas en que se manifiestan estas polémicas encada país árabe sugieren que la modernidad se presentade formas distintas y, a veces, contradictorias. Los deba-tes sobre su significado son acalorados fuera de Occidenteporque la “modernidad” está ligada al progreso social, alcrecimiento económico, a la emancipación individual oal modernismo cultural o, por el contrario, porque estáligada al declive cultural, a la pérdida de la autenticidady a la dependencia económica. Para complicar estos de-bates aún más, existe una amplia creencia de que la mo-dernidad es incapaz de deshacerse de su etos occiden-tal. No obstante, si la modernidad implica lo que el filósofoCharles Taylor llamó “la creación de nuevos tipos de es-pacio público”, entonces los apasionados debates sobrela telerrealidad se convierten en una fase crucial del com-promiso árabe con la modernidad.

Sería demasiado fácil concebir el debate árabe sobrela telerrealidad como un enfrentamiento entre tradicióny modernidad. Más bien, bajo el tirón irresistible de lamodernidad occidental, las sociedades buscan lo queTaylor llamó “la adaptación creativa” al adoptar los ele-mentos constituyentes de la modernidad. Los escán-dalos sobre la telerrealidad ilustran cómo se desarrollala lucha entre las versiones rivales de la modernidad.

La adaptación creativa

La telerrealidad árabe presenta un ejemplo fasci-nante de esa adaptación creativa. La adaptación delformato refleja una creciente integración de la te-

levisión árabe en la industria global de los medios de co-municación, visible en la convergencia multimedia, enferoz competencia entre casi 500 emisores vía satélite enárabe y en clara tendencia hacia la especialización y pa-ra crear nichos de mercado. La designación “telerreali-dad” se refiere a varios programas de talento y concur-sos sin guión, con amateurs como protagonistas eimplican la participación del telespectador a través dela votación por los concursantes. Dos empresas euro-peas, Endemol de Holanda y Fremantle en Gran Breta-ña, dominan los formatos globales; las recetas de los pro-gramas estipulan los componentes creativos, técnicos ydramáticos vendidos mundialmente y adaptados cultu-ralmente para las audiencias locales. Star Academy deLBC es una copia del show británico Fame Academy ySuperstar, emitido por Future TV de Beirut, es la versiónárabe de Pop Idol. Ya que adaptar un formato es más ba-rato y menos arriesgado que crear un programa total-

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mente nuevo, la telerrealidad ha cambiado la manera enla que trabajaban productores y realizadores árabes. “An-tes intentábamos crear el siguiente gran programa; aho-ra competimos para adaptar el siguiente gran formato”me explicó un director en Dubai, describiendo clara-mente el cambio desde la creación original hacia la adap-tación inventiva.

Clave en la adaptación de la modernidad a un am-biente social específico, es la reconfiguración de la rela-ción entre lo personal y lo social; entre lo privado y lo pú-blico. Las batallas árabes por la telerrealidad confundieronesta relación al enfatizar la transformación constante dela visibilidad. De hecho, la telerrealidad suministra mo-delos frescos –aunque artificiosos– para reconfigurarse.Las premisas subyacentes de la telerrealidad se centranen el individuo –la exacerbación del deseo y del conflic-to emocional, la exaltación del individualismo y la pro-moción del comportamiento auto revelador. Las emisio-nes sin guión, en directo, a diario y durante horas seguidas,como Star Academy, crean vínculos íntimos con los te-lespectadores, permanentemente pendientes de si unode los concursantes dice o hace algo vergonzoso, sensa-cionalista o subversivo. Al atraer a grandes audiencias du-rante largos periodos de tiempo y predicando el resulta-do de la votación en cada episodio, la telerrealidadconvierte a los telespectadores no sólo en participantesen eventos públicos controvertidos sino también en tes-tigos de los rituales que convalidan las visiones socialesy políticas alternativas. En este contexto social cambian-te, los jóvenes reutilizan los rituales participativos de latelerrealidad para comunicarse fuera de los espacios fa-miliares o sociales férreamente controlados o, alternati-vamente, para el ocio, consumo o, a veces, activismo. Ya

que estos desarrollos chocan con las es-tructuras del poder, la telerrealidad incidesobre los temas sociales, políticos e inclu-so económicos más sensibles del mundoárabe.

En EE UU y Europa, los programas detelerrealidad obligan a los concursantes adesvelar sus detalles personales más ínti-mos ayudando así al diseño de consumi-dores ideales. Asimismo, la telerrealidadárabe contribuye a la creación del bino-mio consumidor-ciudadano. Esta recon-figuración está clara en Star Academy, Su-perstar y Gran Hermano pero también enotros shows menos controvertidos en losque la supervivencia primitiva (SurvivorArabia), la autosuficiencia lúdica (Al-Wa-di / Granja de Celebridades) y la cirugíaplástica (Beauty Clinic, versión árabe deCambio Radical), transforman los cuer-pos árabes literalmente, llevando la con-versión hacia su manifestación más ex-trema y, casi, una farsa. En algunos showsrecientes se pueden detectar las creacio-

nes originales y no las adaptaciones de formato de ins-piración europea o norteamericana bajo el tema de laconversión, basada en la metamorfosis personal. La pro-mesa que ofrece la telerrealidad para la transformaciónindividual tiene también eco en el mundo árabe.

Pero, a diferencia de los shows británicos y americanos,la telerrealidad árabe proporciona una plataforma para re-clamar lo social y lo político. Impulsa debates sobre los va-lores y prácticas liberales –libertades individuales, igual-dad de sexo, pluralismo político– en contraste con elenfoque sobre los valores y las prácticas neoliberales –com-portamiento social de supervivencia del más fuerte, su-misión voluntaria a la videovigilancia y aceptación por elindividuo del papel del Estado que caracteriza la telerrea-lidad en los países occidentales.

Aunque las prácticas neoliberales están presentes, loestán menos que los valores liberales que, a su vez, son amenudo trascendidos por las tradiciones sociales. De he-cho, varios realities árabes reafirman las normas socialespero con ciertas variaciones: Millionaire Poet recrea losconcursos tradicionales de poesía oral de los países delgolfo Arábigo y en Green Light los concursantes realizanbuenos actos de acuerdo con las costumbres religiosas.Star Academy ha sido reapropiado para un concurso derecitación del Corán. Esta mutua apropiación entre tele-rrealidad y costumbres sociales y religiosas, capta de nue-vo la modernidad al vincularla a valores locales.

Cada vez más, la telerrealidad árabe afirma la tradi-ción, pero dentro de un marco moderno. Los programasde concurso de poesía en la televisión de Abu Dhabi Amiral Shuara (Príncipe de Poetas) y Shaer al Malyun (Millio-naire Poet) han cosechado un considerable éxito. Pro-mueven la destreza del individuo y la realización de uno

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Fans del programa Star Academy. /ANWAR AMRO/AFP/GETTY IMAGES

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mismo en una aventura con transcendencia social. Lapoesía tiene un estatus único en la vida pública árabe, esa la vez arte e idioma político; es un lugar de encuentroentre la literatura y las masas. Los poetas han dado voz alos deseos prohibidos, han desdeñado la venalidad de loslíderes (o han cantado sus glorias) y han relatado los pro-blemas humanos como ningún otro cronista de la vidaárabe. No sólo es la poesía una tradición árabe esencial:combina trascendencia estética con instrumentalidadpolítica; creación individual y relevancia social. El am-plio eco del que disfruta la poesía en la cultura árabe notiene igual. Al tener lo que un estudio de mercado des-cribió como “audiencias masivas”, los programas de te-lerrealidad de poesía de Abu Dhabi mostraron la fuerzaactual de la poesía en la cultura árabe. Como reality shows,estos concursos conectaron pasado y presente, revis-tiendo una tradición local de una forma moderna y trans-mitiendo el gusto por la poesía a una generación hiper-mediatizada. Amir al Shuara y Shaer al Malyun son elresultado de una negociación con la modernidad, gra-cias al que los medios de comunicación y los gobiernostienden puentes entre la realidad y la percepción.

La telerrealidad basada en la poesía indica que en laera de la nueva visibilidad, lo personal y lo social son mu-tuamente complementarios, y no contrarios. Los showsbasados en un comportamiento exterior combativo yegoísta como Survivor Arabia tienen una audiencia bas-tante baja y no forman parte de los debates públicos.Programas de telerrealidad centrados excesivamente enla tradición y la comunidad como Green Light y Al Waditampoco reciben una respuesta calurosa. Como con-traste, los shows que exploran los enlaces activos entrelo personal y lo social, entre la ambición individual y lasnormas sociales son los más populares. Tanto en StarAcademy o The Biggest Winner, las transformaciones in-dividuales reflejan el interés por el cambio social o polí-tico, conectando los deseos individuales con las exigen-cias sociales y las aspiraciones políticas. Esta importanterelación entre el individuo y la sociedad es, según Tay-lor, “la esencia de una teoría cultural de modernidad”.

El papel de la religión

El enfoque de Taylor sobre el esfuerzo moralista delindividuo y las conexiones profundas entre la mo-ralidad y la religión nos lleva a la pregunta final.

¿Qué nos dice la evolución de la telerrealidad árabe so-bre el papel de la religión en la vida pública árabe? ¿Nosignifica la modernidad la retirada de la religión haciael dominio privado? Desde finales de los años sesenta,las muestras públicas de religiosidad han estado pre-sentes en la vida pública árabe haciendo uso de variosmedios de comunicación, desde las cintas de cassettehasta Internet. La popularidad de la telerrealidad se haconvertido en un blanco para la “recuperación religio-sa”. A finales de julio de 2008 se presentaron planes pa-ra una “Star Academy Islámica” en Argelia, que se emi-

tió durante Ramadán (septiembre 2008), una época demucha audiencia: se trata de una creación original dela televisión argelina inspirada en Star Academy, TheHoly Qur’an Caravan (La Caravana del Sagrado Corán)con 16 concursantes que compiten en la recitación delCorán bajo el ojo crítico de un jurado compuesto porfamosos oradores del Corán de varios países árabes, deIndonesia y de Turquía. Siguiendo el formato plebisci-tario de la telerrealidad, los telespectadores votan paranombrar un ganador. El nuevo programa es el resulta-do de una política deliberada de medios que busca “equi-librar” la oferta del canal nacional de televisión. Unosaños antes, el libanés Star Academy había sido elimina-do de la programación de la televisión nacional argeli-na en una batalla política entre el presidente, AbdelazizButeflika, y el Parlamento dominado por los islamistas,cuyos miembros acusaron a Star Academy de “desnu-dez” y otros pecados que los islamistas atribuyen a latelerrealidad. La televisión argelina sustituyó en 2006 elpopular Star Academy por una imitación local llamadaAlhan Wa Shabab (Canciones y jóvenes), una versión másconservadora de la producción libanesa. Esta evolucióndesde una controvertida adaptación libanesa de un for-mato holandés hacia una versión “secular” de produc-ción local, de corte conservador, hasta la adaptación to-talmente religiosa de Star Academy, es un claro ejemplodel papel de los medios de comunicación en la “media-tización” de la modernidad.

Por ser un híbrido cultural, retar a las normas socialesy políticas, obligar al telespectador a participar, la telerre-alidad ha forzado los límites de lo que es permisible en eldiscurso público árabe. En toda la región, las guerras dela telerrealidad han contribuido a abrir un espacio paralos deseos suprimidos, las opiniones discordantes y lostemas tabú. Y lo que es aún más importante, al llevar unenfrentamiento entre diferentes visiones del mundo ha-cia un círculo más amplio de gente, incluyendo mujeresy jóvenes, y al ser el escenario del debate sobre los gran-des asuntos a los que los árabes se enfrentan, las polémi-cas más calurosas analizadas aquí ofrecen ejemplos de laexperimentación con diferentes versiones de la moder-nidad. Los debates no reflejan una elección binaria entrela aceptación o el rechazo de la modernidad sino que ha-blan sobre un espectro de apropiaciones selectivas. La lu-cha ha ampliado el abanico de los discursos, acciones eidentidades permisibles, dinamizando así la actual vidapública árabe. Este proceso está siempre en progreso por-que, como dijo elocuentemente el crítico cultural argen-tino-mexicano, Néstor García-Canclini: “la modernidades un tránsito sin fin en el cual la incertidumbre de lo quesignifica ser moderno nunca desaparece. Radicalizar elproyecto de la modernidad supone agudizar y renovar es-ta incertidumbre, crear nuevas posibilidades para que lamodernidad siempre pueda ser otra cosa y algo más”. Alactivar la volátil mezcla entre religión, política, sexualidady comercio, la telerrealidad árabe ha contribuido a esteproyecto de radicalización. ■

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