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TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN
Las técnicas de intervención psicológica comprenden un conjunto heterogéneo de métodos y
sistemas estructurados. Su finalidad es conseguir los objetivos marcados en el tratamiento y como
fin último la superación del problema motivo de intervención psicológica.
En estas páginas se exponen algunas de las técnicas utilizadas en el tratamiento con niños y
adolescentes.
Técnicas de Intervención expuestas:La Modificación de Conducta Técnicas de la modificación
de conducta aplicadas a niños
Entrenamiento en Autoinstrucciones (Meinchenbaum)
1-Orígenes de la Modificación de la Conducta 2-Características generales del Modelo Conductual3-Análisis funcional de la Conducta. B.F.Skinner (Condicionamiento Operante)Algunos términos y conceptos de los métodos operantes4-Críticas al modelo conductual5-La Modificación de la Conducta hoy en día: El
1- Introducción2- La Retirada de Atención3- La Técnica del "Tiempo Fuera" 4- Economía de Fichas - Coste de la respuesta
1- Introducción2- Fundamentos conceptuales de la técnica3- Procedimiento Aprendizaje de Autoinstrucciones4- Aplicaciones prácticas de la técnica:ImpulsividadFalta AutocontrolDificultades Aprendizaje
Modelo Cognitivo-Conductual
LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA
1-Orígenes de la Modificación de la Conducta
2-Características generales del Modelo Conductual
3-Análisis funcional de la Conducta. B.F.Skinner (Condicionamiento Operante)
Algunos términos y conceptos de los métodos operantes
4-Críticas al modelo conductual
5-La Modificación de la Conducta hoy en día: El Modelo Cognitivo-Conductual
Algunas técnicas de la Modificación de Conducta aplicadas en niños
Modificación de Conducta aplicada en la escuela
1- Orígenes de la Modificación de Conducta
-Las diferentes técnicas de Modificación de Conducta se basan en el denominado Modelo
Conductual. Dicho modelo surgió como una reacción y renovación de los postulados psicológicos
vigentes a principios del siglo XX. En esos momentos el objeto de estudio predominante de la
psicología era la mente o la conciencia y su contenido, siendo la introspección su método. El
psicoanálisis freudiano contemplaba la existencia de muchos elementos inobservables tales como el
inconsciente, los conflictos intrapsíquicos, etc...y surgía la necesidad de cambiar estos conceptos
por otros más acordes con las nuevas tendencias, que apostaban por desplazar a la mente cómo
objeto de estudio a favor de la conducta, y la introspección cómo método por el utilizado en la
ciencia experimental.
-El postulado fundamental de la nueva psicología conductual era que la conducta es
fundamentalmente una consecuencia del aprendizaje que tiene lugar en el medio social en el que
crece y se desenvuelve el individuo.
La Psicología, por fin, podía constituirse en una disciplina experimental donde su objeto de estudio,
la conducta, podría ser cuantificada, observada objetivamente y manipulada para producir
igualmente cambios susceptibles de verificación.
-La base teórica en la que se sustentan los diferentes enfoques del modelo conductual, se remontan
a los estudios pioneros (a principios s.XX) de la escuela rusa a través de autores tan relevantes
como Paulov (Condicionamiento Clásico), Sechenov o Betcherev (Reflejos) o de psicólogos
experimentales como Watson o Thorndike. Sus trabajos comprendían rigurosos estudios de
experimentación animal con los que intentaban llegar a encontrar las bases científicas para poder
explicar la conducta humana.
2- Características generales del modelo conductual
1- La Conducta, tanto normal como anormal, es principalmente una consecuencia del aprendizaje en
las condiciones sociales del medio
2- El modelo concede una especial importancia a las influencias del medio como causa o
determinante de la conducta y un menor protagonismo a los factores innatos o hereditarios, si bien
no ignora, en absoluto, la posible influencia sobre la conducta de determinados factores genéticos o
constitucionales.
3- El objeto de estudio del enfoque está centrado sobre la conducta, normal o anormal, como
actividad medible o evaluable. Hay que señalar que por medible no debe entenderse
necesariamente observable, ya que algunas mediciones se efectúan sobre variables
psicofisiológicas que no son observales directamente pero sí medibles a través de ciertos
instrumentos (presión arterial, resistencia eléctrica, ritmo cardíaco, etc...)
4- El modelo Conductual concede una importancia especial al Método Científico Experimental. En
este sentido puede afirmarse que cualquier intervención dentro del modelo puede ser considerado
esencialmente como un experimento.
5- La mayoría de técnicas y métodos utilizados por el enfoque conductual, tanto en evaluación como
tratamiento han sido derivados de los procedimientos experimentales, una vez comprobada su
eficacia.
6- Señalar que, contrariamente a lo difundido por otros enfoques (más humanistas), el modelo
conductual, especialmente en las versiones actuales del mismo, es igualmente sensible hacia el
bienestar del paciente. El rigor experimental no es incompatible con un adecuado trato al paciente.
3-Análisis funcional de la Conducta. B.F.Skinner
-Sin duda, fue Burrhus Frederic SKINNER (1.904-1.990) quien dio un mayor impulso al modelo
conductual, a partir de los años 40-50 con su teoría del Análisis Funcional de la Conducta, y su teoría
sobre el Condicionamiento Operante, introduciendo conceptos y términos actualmente vigentes
como los de refuerzo, extinción, castigo, etc...
-Este enfoque está centrado, en primer lugar, en el estudio de la conducta externa o manifiesta y en
las relaciones funcionales de ésta con los estímulos del medio (tanto antecedentes como
consecuentes de la misma). De esta forma podemos obtener una descripción y explicación tanto del
desarrollo, como del mantenimiento y modificación de la conducta humana, tanto de la normal
como la anormal.
-El modelo apuesta por la conducta como actividad medible y cuantificable, centrando su atención,
más específicamente sobre la conducta manifiesta y relegando los procesos o manifestaciones
cognitivas (aun sin negar su existencia) por no considerarlos susceptibles de ser estudiados
experimentalmente ni apropiados para lograr uno de sus objetivos básicos: la constitución de una
ciencia de la conducta. De este modo se sostiene que los procesos cognitivos no ejercen un efecto
causal sobre la conducta, sino que, por el contrario, son el producto de ella. La conducta humana
está controlada por las influencias exteriores del medio, si bien, también se admite la influencia de
factores genéticos o hereditarios.
-El estudio psicológico debía, pues, basarse, según Skinner en el análisis experimental de la
conducta, centrado en el estudio intensivo de casos únicos, en lugar del establecimiento de
comparaciones estadísticas entre grupos.
Algunos conceptos de los métodos operantes
A continuación se exponen algunos de los términos más utilizados en la modificación de conducta.
Todas estas técnicas van encaminadas a establecer las conductas que deseamos pero también a
eliminar o minimizar la ocurrencia de las disruptivas.
Como se ha comentado antes, éstas técnicas se centran en el aquí y ahora, en el análisis de
conductas manifiestas y formulando hipótesis funcionales acerca de sus causas. Son buenas
herramientas para tratar síntomas y aspectos conductuales concretos en población infanto-juvenil,
sin perjuicio de que ante ciertas patologías se requiera un abordaje más profundo.
1- Condicionamiento Operante:
Es un procedimiento por el que se busca aumentar la probabilidad de una respuesta al ser seguida
ésta por un reforzador (positivo o negativo). El Condicionamiento Operante o instrumental es
distinto al condicionamiento clásico o pauloviano ya que éste último consiste en aumentar la
probabilidad de que un determinado estímulo provoque una respuesta al emparejar ese estímulo
con uno que ya provoca esa respuesta (reforzadores primarios: comida, agua, etc...).
2- Reforzador:
Cualquier estímulo que aumente la probabilidad de una respuesta a la que le sigue temporalmente.
No está especificado el tiempo que tiene que tardar el reforzador en seguir a la respuesta con el fin
de aumentar su probabilidad de ocurrencia; sin embargo, normalmente se supone que la efectividad
de un reforzador decae rápidamente conforme aumenta el tiempo que transcurre entre la respuesta
y el reforzador.
a) Reforzador positivo: es cualquier estímulo cuya presentación después de una respuesta
aumenta la probabilidad de esa respuesta. Por ejemplo el halago verbal o la entrega de algún
premio físico (juguete, "chuches", fichas intercambiables por regalos, etc...) son reforzadores
positivos ya que aumentarán la probabilidad de aparición de las conductas deseadas (hacer los
deberes, portarse bien, etc...). A veces el reforzador positivo puede ser, en niños pequeños, el
conseguir la atención del adulto, aunque sea de una forma inadecuada (gritos, pataletas, lloros...).
b) Reforzador negativo: es cualquier estímulo cuya eliminación después de una respuesta
aumenta la probabilidad de esa respuesta. Normalmente se trata de un estímulo aversivo o no
deseado que no se presenta si se produce la respuesta adecuada. Una respuesta que ha sido
reforzada por un reforzador negativo se denomina a menudo respuesta de escape, porque
proporciona un escape al reforzador negativo. Por ejemplo, podemos escapar de los sonidos
molestos de un equipo de música muy ruidoso desconectándolo, o un niño puede evitar un castigo
más severo por algo que ha hecho mal, si lo explica a sus padres sin mentir y mostrándo
arrepentimiento.
3-Reforzamiento:
Consiste en presentar un reforzador positivo o eliminar un reforzador negativo, inmediatamente
después de una respuesta. Se dice que la respuesta ha sido reforzada (ver técnica "economía de
fichas").
4- Castigo:
El término castigo se refiere a una clase de situaciones en las que existe una contingencia positiva
entre la respuesta y un estímulo desagradable. Si el sujeto efectúa la conducta recibe el estímulo
aversivo. Por ejemplo, un profesor puede suspender a un alumno por un mal examen o una madre
reñir a su hijo pequeño por correr por la calle. Todas estas consecuencias negativas y contingentes a
la aparición de la conducta no deseada tienden a reducirlas.
El castigo, pues, se produce por la aparición contingente a la conducta no deseada de un estímulo
aversivo (reprimenda, suspenso, expulsión, etc...), pero también puede aplicarse mediante la
retirada de un reforzador positivo (ver "coste de la respuesta"). Así a un niño se le puede castigar
dejándole sin poder hacer alguna actividad de su interés (salida con amigos, juegos ordenador,
etc...). Este último sistema siempre es más aconsejable.
Otros tipos de castigo:
La Sobrecorrección.
Consiste en pedir a un individuo no sólo que rectifique lo que ha hecho mal, sino que corrija los
efectos de la falta. Por ejemplo un niño que se ha metido algo inadecuado en la boca, se le puede
pedir que saque el objeto y, además, que se lave la boca con algún antiséptico. En situación de aula,
si un niño presenta una conducta disruptiva de lanzamientos de objetos deberá, después de haber
recogido los mismos, ordenar la clase según criterio del maestro. La idea general es que el coste del
acto disruptivo vaya más allá de la simple reposición del daño hecho.
5-Moldeamiento e imitación:
La conducta que no se da nunca no puede ser reforzada y, por consiguiente, no puede aumentarse
por medio del reforzamiento. El Modelado consiste en presentar una conducta que se ha de imitar
con el propósito de enseñar y provocar esa conducta en otra persona. El procedimiento implica el
reforzar aproximaciones cada vez más cercanas a la respuesta objetivo. Al principio puede
reforzarse prácticamente cualquier respuesta parecida a la deseada para progresivamente ir sólo
reforzando las que constituyen el objetivo final. Estas técnicas se han utilizado con cierto éxito en
población con discapacidad mental y autistas.
Con estas técnicas podemos propiciar también, el aprendizaje de una nueva secuencia de conductas
a partir de la imitación de un modelo.
6-Extinción:
Se trata del método operante más utilizado para disminuir la conducta. Consiste en disminuir la
probabilidad de una respuesta reforzada dejándola de reforzar. En primer lugar deberemos
determinar qué es lo que está reforzando la conducta objetivo (la que queremos eliminar, rabietas,
desobediencia, etc...) y seguidamente eliminar ese reforzamiento. Si dejamos de prestar atención
(refuerzo) a una conducta disruptiva (rabietas, llantos...) es probable que disminuyamos la
frecuencia e intensidad de la misma (ver técnica del "tiempo fuera"). En muchas ocasiones nos
encontramos con conductas realmente extrañas que se mantienen debido a que consiguen captar la
atención de los demás y resultan extraordinariamente reforzantes para el individuo que las realiza.
Esto puede ser especialmente notorio en niños que presentan discapacidades cognitivas de lenguaje
o comunicación que les lleva a desarrollar sistemas inadecuados y alternativos de de interacción
con los demás que se ven reforzados por la atención que se les presta.
En ocasiones están implicados otros reforzadores distintos a la atención o bien añadidos a ella,
como cuando se refuerzan las pataletas de un niño cediendo a sus peticiones de caramelos,
helados, juguetes, etc... Es importante reconocer que la conducta no deseable puede ser muy
penetrante y persistente, incluso aunque el reforzamiento que la mantiene pueda ocurrir de forma
tan infrecuente que sea difícil descubrirlo. El programa de reforzamiento puede haber proporcionado
originalmente un reforzamiento frecuente y luego haberse reducido gradualmente.
Además de reducir la conducta, la extinción tiene varios efectos importantes que hay que tener en
cuenta:
1-La conducta que está sometida a extinción puede aumentar en intensidad, frecuencia y duración
al principio del proceso (justo cuando procedemos a la retirada del reforzador) y antes de empezar a
disminuir. De esta forma las pataletas pueden hacerse más violentas, frecuentes y duraderas el
inicio de la extinción.
2-La extinción puede producir temporalmente conducta emocional como conductas agresivas o
destructivas.
3-La conducta que se ha extinguido y ya no es reforzada, puede ocasionalmente volver a ocurrir. Es
lo que se conoce con el nombre de "Recuperación espontánea".
7-Generalización:
Muchas conductas se empiezan a reforzar para lograr su instauración o eliminación, pero ello
supone añadir unas contingencias artificiales (suministrar o retirar fichas, o premios) en situaciones
controladas. Con la generalización lo que se pretende es que las conductas inicialmente reforzadas
se trasladen al ambiente natural y que sean mantenidas por los propios reforzadores naturales. Por
ejemplo, un niño puede ser reforzado con fichas, en un primer momento, por comportarse bien en
clase; posteriormente es de esperar que ese buen comportamiento repercuta en la calidad de la
relación con sus compañeros o profesores y ello constituya refuerzo natural suficiente para seguir
manteniendo dichas conductas sin necesidad de mantener los refuerzos "artificiales". Afirmamos
entonces que se ha producido la Generalización.
4- Críticas al Modelo Conductual
1-La crítica más frecuente hace referencia a que el Modelo Conductual ignora o no concede
suficiente importancia a los aspectos subjetivos de los humanos en general, y a la propia identidad
personal de cada individuo, en particular, limitándose a estudiar la conducta externa adquirida con
su relación con el medio. Evidentemente esta crítica es sólo aplicable a los enfoques conductuales
más radicales pero no a otros más actuales que integran perfectamente conducta y elementos del
mundo subjetivo (enfoque cognitivo-conductual).
2-Otra crítica hace referencia a que el modelo conductual sólo es aplicable o válido para solucionar
problemas relativamente simples y restringidos a ciertas manifestaciones de la conducta. De nuevo
habría que alegar que éstas limitaciones han sido también superadas en los actuales enfoques.
3-La validez de los principios o conceptos en los que se sustenta han sido también criticados, en
base a que no se han establecido, las bases sobre las que el modelo se sustenta por parte de los
diferentes enfoques. Esto hace referencia más bien a una cuestión de forma en la que cada posición
teórica trata de justifica los principios del aprendizaje desde sus propios postulados (p.e. posiciones
conductista y cognitivistas dentro del propio marco del Modelo Conductual).
4-Finalmente, señalar la crítica centrada en la aplicabilidad de muchos de los principios del modelo
conductual, derivados de investigaciones en laboratorio con animales a la explicación y modificación
de conducta humana. A este respecto, hoy en día, no existe ninguna duda, que la modificación de
conducta ha dotado a la Psicología Clínica de valiosos instrumentos de intervención que,
independientemente del enfoque teórico de cada clínico, pueden aplicarse a multitud de trastornos,
especialmente en los conductuales, y en población tanto normal como en casos de niños con retraso
mental u otras discapacidades.
El Modelo Cognitivo-Conductual
Hoy en día, el modelo conductual ha evolucionado hacia un modelo integrado en el que conducta y
cognición han equiparado prácticamente su estatus y asumen su papel de agentes causales
recíprocos entre sí. Por tanto, los primeros modelos más radicales (conductismo) en los que la
conducta manifiesta era el elemento principal de estudio han quedado relegados.
El enfoque cognitivo-conductual, en términos generales puede conceptualizarse según el conocido
esquema A-B-C. Donde "A" representa los acontecimientos de la vida que están relacionados con
determinadas consecuencias emocionales o conductuales que definen un problema o trastorno
psicológico representado por "C". Ahora bien, entre ambas, se sitúa "B", elemento que integra las
creencias, las imágenes, los pensamientos y que media entre las partes.
-Tal como señalan algunos autores, actualmente: " la Modificación de Conducta se caracteriza
por ser una terapia breve, directiva, activa, centrada en el problema, orientada al
presente, que supone una relación colaboradora y en la que el cliente puede ser un
individuo, una pareja, una familia, un grupo o una comunidad." (Marino Pérez Álvarez en
"Caracterización de la Intervención Clínica en Modificación de Conducta". Manual de Terapia de
Conducta, Volumen 1, Dykinson Psicología).
-Por terapia breve se entienden aquellas que se sitúan alrededor de las 15 sesiones. Sin embargo,
hay que matizar que hay ciertas terapias dentro del modelo conductual como las terapias cognitivas
de los trastornos de personalidad que suelen necesitar más sesiones.
Las sesiones son de 1 hora por término medio a excepción de las sesiones iniciales que pueden
prolongarse un poco más (90').
Otras características:
1-Son activas en cuanto se supone que el paciente tiene que hacer algo respecto a la postura de
que algo ocurre en ellos.
2-Se centran en el problema como objetivo a resolver sin suponer la necesidad de otros cambios
"estructurales".
3-Sitúa el análisis y solución del problema en el aquí y ahora, es decir, en el presente, en
contraposición a otras teorías que necesitan seguir el hilo evolutivo de ciertos signos y síntomas en
el pasado.
4-La relación terapéutica se construye desde una relación colaboradora y de participación activa con
el paciente. No es, por tanto, una relación directiva en la que se produzca la imposición de un
determinado camino.
5-Finalmente, el cliente de una terapia psicológica puede ser un individuo, una pareja, una familia o
un grupo.
TÉCNICAS CONDUCTUALES APLICADAS A NIÑOS
1- Introducción
2- La Retirada de Atención
3- La Técnica del "Tiempo Fuera"
4- Economía de Fichas - Coste de la respuesta
5- La Intención Paradójica
Modificación de la conducta en el aula (escuela).
1- Introducción
-Las técnicas que se describen a continuación están basadas en los principios de la Modificación
de la Conducta. Este campo de la psicología ha aportado a partir del estudio sistemático del
Aprendizaje animal, numerosas técnicas eficaces para instaurar, corregir o modificar conductas en
niños y jóvenes. Se han aplicado con éxito en diferentes campos, situaciones y personas, tanto en
población normal como en población con trastornos severos. Hoy en día, siguen siendo aplicadas en
niños con Trastornos Generalizados del Desarrollo, Autismo, etc, como forma de aliviar
muchos de los síntomas. También se aplican en centros escolares de forma individual o en grupo.
-Algunas de estas técnicas puede parecer simplistas o insuficientes pero insistimos en el amplio
soporte experimental con el que cuentan. Otra ventaja es que aportan soluciones prácticas
aplicadas en el aquí y ahora, utilizando la observación y medición de la conducta como variable
fundamental y en detrimento de otras técnicas más subjetivas. No se trata de eliminar la
introspección o el análisis de otros factores de riesgo existentes (entorno social, familiar,
enfermedades orgánicas, factores emocionales...) sino de aportar soluciones inmediatas y eficaces
para el control o modificación de la conducta, en especial cuando existen problemas
conductuales específicos que provocan gran malestar o desadaptación del niño en su entorno
próximo ya sea en la escuela o en el seno de la familia.
A modo de ejemplo podemos citar su uso por parte de educadores o maestros dentro de la clase. Es
evidente que delante un colectivo numeroso de niños, el maestro necesita pautas de actuación
concreta delante de episodios de desobediencia, agresividad, etc. En esos momentos no hay tiempo
para un análisis pormenorizado de las circunstancias de cada niño y se imponen medidas concretas.
Es aquí donde las técnicas conductuales cobran mayor importancia.
-Las técnicas que se exponen a continuación, aunque se describen de forma separada, pueden
utilizarse individualmente o en combinación, según el caso, para aumentar los resultados.
-Destacar también que hay que conceptualizarlas como herramientas puntuales (para su uso por
parte de maestros, educadores o padres en situaciones concretas) pero que a nivel de intervención
psicológica el uso de dichas técnicas debe ser complementada con un análisis más detallado del
caso en la que se incluyan todos los factores de riesgo para su debido tratamiento psicológico.
Recordemos que, ante conductas más severas, persistentes y/o con presencia de
agresividad, éstas técnicas no deben ser aplicadas sin la evaluación previa de un
profesional de la salud infantil.
2- Retirada de la Atención
Sinceramente creo que se trata de una de las técnicas más eficaces para el control de la conducta
infantil, en especial, para aquellas conductas que se manifiestan con rabietas, pataletas, lloros, pero
sin manifestaciones agresivas.
La técnica no puede ser más sencilla en su concepción: Se trata de que, ante las manifestaciones de
gritos, rabietas u otros, dejemos automáticamente de prestar atención al niño. Este modo de actuar
se justifica bajo la hipótesis de que el niño efectúa tales manifestaciones para reivindicar ciertas
demandas o llamar la atención del adulto. El niño puede estar acostumbrado a conseguir lo que
desea mediante este comportamiento (refuerzo positivo). Así, puede haber aprendido que si efectúa
cualquier petición acompañada de lloros o pataletas, la atención de los padres es mucho mayor y es
atendido antes en sus peticiones. Esto llega a convertirse en un hábito, en un circulo vicioso que
crea malestar en la familia.
Antes de poner en marcha esta técnica, hay que analizar la situación con tranquilidad y verificar que
se está produciendo realmente la conducta del niño por la supuesta demanda de atención. Para ello
podemos valorar como reaccionamos nosotros ante la demanda, en qué momentos sucede y qué es
lo que ocurre. ¿Le presta la atención y el tiempo que necesita el niño? ¿Normalmente cede ante sus
demandas? ¿Se dirige con frecuencia a él cuando se porta "bien" para decírselo y premiarlo o sólo lo
hace cuando lo castiga? Los episodios de rabietas, desobediencia, etc, son, en gran medida
aprendidos (ver causas de los problemas de conducta), y, por tanto, podemos efectuar un
desaprendizaje.
Esta técnica no es aplicable en conductas que cursen con fuerte agresividad verbal o física, con
episodios de lanzamientos de objetos o, en general, para aquellos comportamientos que signifiquen
peligro potencial para el niño u otros. En estos casos consulte siempre a un especialista antes de
actuar.
Para utilizar la técnica debemos tener claros los objetivos y el método que debemos utilizar:
1- OBJETIVO: Enseñar al niño que efectuando las peticiones de forma inadecuada (rabietas, lloros,
etc.) no va a conseguir nada.
2- MÉTODO: Si retiramos la atención que prestamos al niño (refuerzo positivo) inmediatamente
después de la aparición de las respuestas inadecuadas, éstas tenderán a desaparecer.
3-FORMA: ¿Cómo hay que hacerlo?
Cuando aparezcan las conductas inapropiadas actuar de la siguiente manera:
1- Retirar la atención inmediatamente.
Evite el contacto ocular o la emisión de cualquier recriminación, palabra o gesto. Haga como si la
conducta no estuviera ocurriendo (salvo en las conductas mencionadas anteriormente que pudieran
suponer peligro para el niño u otros). Si sucede en casa puede volverse de espaldas o salir de la
habitación o estancia donde se encuentre. En situaciones fuera de la casa, dependiendo del lugar,
deberemos adaptarnos a las circunstancias. La regla general es mantenernos a cierta distancia sin
prestar atención, pero esto dependerá si estamos en un lugar abierto con peligro potencial para el
niño (circulación de coches, paso de muchas personas, etc.) o si nos encontramos en un lugar
cerrado (tienda, supermercado, etc...). Si la rabieta tiene lugar en un sitio público donde no puede
separarse físicamente de su hijo, permanezca a su lado pero siga retirándole la atención como se ha
mencionado antes (retirada contacto ocular, sin gesticular, sin hablar).
En niños pequeños, si hay peligro de que se escape y está en vías públicas puede ser necesario
retenerlo físicamente. En estos casos, si opta por retenerlo, concéntrese sólo en ejercer la fuerza
necesaria para evitar su huida pero mantenga (aunque entiendo que es una situación
comprometida) toda la tranquilidad posible, es importante que el niño no vea al adulto alterado
emocionalmente, debemos transmitirle una sensación de que tenemos el control de la situación y
que con su actitud no va a conseguir nada. Siga sin dirigirle palabra y espere a que la situación se
calme. Diríjale toda la atención cuando el niño se tranquilice.
Una vez calmado puede entonces intentar explicarle (si el niño tiene suficiente capacidad de
comprensión verbal), y sin recriminaciones, lo que ha sucedido en tono calmado.
La idea no es transmitirle: "Te has portado mal, te desprecio y paso de ti", sino: "Puedes
conseguir algunas cosas si lo pides de otra forma".
2- Está totalmente contraindicado verbalizar cualquier manifestación de reproche, sermonearlo o
advertirle de que no le vamos hacer caso por mucho que insista. De esta forma lo estamos retando
a una discusión dialéctica y puede empeorar las cosas. Simplemente: No le diga nada. Sí puede
decirle con una frase escueta y con voz lo más calmada posible que se siente triste y
decepcionada...
3- Una vez que la conducta empiece a bajar de tono puede progresivamente prestarle atención de
nuevo.
4- Se trata de una técnica que produce efectos de mejoría de forma progresiva. Nos llevará cierto
tiempo (dependiendo de las variables propias del niño y su entorno) el conseguir resultados claros.
RECUERDE QUÉ:
1- Estamos utilizando técnicas para conseguir que el niño desaprenda hábitos mal adquiridos y este
proceso llevará un tiempo. Paralelamente debemos trabajar y potenciar las conductas alternativas
que nos interesa que el niño utilice. Insistimos en que los padres intenten mantener la calma ya que
el niño va interiorizando estos estados emocionales. Si la respuesta a sus malas conductas es sólo
más ruido y reproches fuera de tono, es muy probable que esto nos venga devuelto al ir el niño
interiorizando estos patrones.
2- Debemos ser constantes en la aplicación de la técnica y coherentes en su aplicación. Para ello es
necesario que ambos padres y el resto de figuras relevantes para el niño (abuelos, tíos, etc) actúen
de igual forma ante las mismas conductas.
3- Al inicio de aplicación, estas técnicas suelen producir un aumento en la frecuencia e intensidad de
las conductas que precisamente intentamos eliminar. Es un hecho normal e indicador de que vamos
por el buen camino. No se desanime tras los primeros fracasos. Necesitaremos un poco de tiempo.
POR QUÉ DEBEMOS ACTUAR:
Hay una creencia extendida de que ciertas conductas infantiles son propias de la edad y que con el
tiempo tienden a desaparecer. Ciertamente, así puede suceder en muchos casos. Sin embargo, es
muy arriesgado pasar por alto ciertos comportamientos con la esperanza de que el tiempo lo
mejorará. Una intervención en la etapa infantil, no hecha a tiempo, puede suponer la consolidación,
perpetuación y agravamiento del problema en la adolescencia. Las normas, valores y referentes
deben construirse desde la temprana infancia. Es una irresponsabilidad dejarlo en manos del futuro
para evitarnos los costes del presente.
3- La técnica del Tiempo Fuera
Esta técnica supone una variación de la anterior en tanto es una técnica que utiliza básicamente la
retirada de atención, por lo que muchos de los principios allí expuestos son válidos aquí pero con
algunas matizaciones.
Delante episodios de lloros, rabietas o travesuras más subidas de tono (por ejemplo, cuando se
produce el descontrol), puede utilizarse la técnica de "tiempo fuera", en el que el niño se le retira
físicamente del espacio actual para trasladarlo a su habitación u otro lugar, por un breve espacio de
tiempo. También pueden ser los padres los que se retiran del lugar donde esté el niño (cuando es
posible, p.e. en el comedor de la casa).
Veamos algunas orientaciones para proceder adecuadamente:
1- El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio en el que no tenga al alcance juegos u
otras compañías para entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil sino un sitio que sea
aburrido con escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el tiempo.
2- Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha
llegado a un punto insostenible (por ejemplo, discusión entre hermanos que llega a un punto de
descontrol).
3- No discuta con él, no entre en recriminaciones ni calificativos despectivos como: "Eres muy malo
y te voy a castigar" o "Me tienes harta, no tienes remedio... " Sí puede explicarle, con un tono
calmado pero seguro y imperativo, el motivo de su retirada. Para ello dígaselo concretando su queja
"Como has pegado a tu hermanito no vas a poder jugar con él". Haga caso omiso de sus protestas o
promesas. Recuerde que debe mostrarse enfadada pero no fuera de control. La idea es lanzarle un
mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados con él. Al respecto y de
forma muy breve puede también decirle (ajustando el mensaje a la edad del niño) algo así como:
"me has decepcionado tanto que, en estos momentos no quiero estar contigo. Me siento muy triste".
4- No permita que salga antes de tiempo del lugar de aislamiento. Si lo hace adviértale de
consecuencias más negativas como que deberá estar más rato en esta situación.
5- El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño con un
máximo de 20 minutos. Sin embargo, esto debe ser valorado por los padres. No se aconsejan
tiempos más largos ya que pueden producir la conducta contraria a la que queremos eliminar.
6- Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle
que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas. Manténgase firme en la
decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda
probabilidad.
7- En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o
roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.
8- Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio indirecto al
niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo que no le gusta, lo que
haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La efectividad de la
técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es que estamos despertando,
contingentemente con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los "fantasmas infantiles"
más presentes en la etapa infantil: la ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad
para saber que no será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede
dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la
emotiva. De tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones de los
padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).
-Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse
momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El
refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún premio, etc.).
4- Ecomía de fichas. Coste de la respuesta
No nos ayuda nada que el niño obtenga regalos o juguetes de forma fácil pese a que presenta
comportamientos disruptivos o desobedientes. Formando parte de un tratamiento más global, la
técnica de denominada de "economía de fichas" suele funcionar muy bien para regular los refuerzos
que recibe el niño. Para obtener un premio (juguete, salida a parque temático, excursión, etc...)
deberá efectuar una serie de conductas deseadas (o dejar de hacer otras) que deben concretarse
(portarse bien, obedecer, estudiar, ordenar sus cosas, etc...).
Tras efectuar esta conducta se le dará inmediatamente un reforzador (puntos, fichas...) que el niño
ira recogiendo hasta llegar a una determinada cantidad, momento en el que se le entregará el
premio final. También se pueden pactar pequeños premios inmediatos para ciertas conductas
deseadas al tiempo que se acumulan puntos para el premio mayor (refuerzo demorado). Lo
importante es conseguir que el niño se dé cuenta que obtiene mayores beneficios y privilegios
actuando de forma correcta.
Veamos algunos puntos claves para el buen funcionamiento:
1- Dichos premios deben estar pactados de antemano, ser claros y atractivos para el niño. Busque
realmente cosas que le gusten (no sirve pretender que se gane algo que necesita, por ejemplo, unos
nuevos lápices para el colegio).
2- Asegúrese de que al principio puede ganarlos más fácilmente para motivarle. La entrega de estos
premios debe ir acompañada de un halago sincero "estoy muy contento", "lo haces muy bien...." y,
evidentemente, nunca deben ir acompañados de verbalizaciones negativas del tipo "a ver cuanto
dura..." Cuanto más pequeño sea el niño o más inquieto, más cortos deben ser los períodos en los
que se evalúa la conducta (no funcionará prometerle algo si aprueba el curso dentro de tres meses).
3- En el caso de niños hiperactivos tenga en cuenta que hay especial dificultad para posponer las
cosas. En todos estos casos, si se entrega una ficha como reforzador, ésta podrá ser intercambiada
(al menos al principio) inmediatamente por algún objeto de su deseo (pequeño juguete, golosinas,
etc...). Deberá procederse de igual modo con niños que presenten discapacidad intelectual.
4-Es importante que se cree una lista o cartel donde se puedan visualizar el estado de los puntos
obtenidos y los que le faltan para llegar al premio, cuando éste se demora según el plan establecido.
En caso de la aparición de mala conducta puede también utilizarse la retirada de alguno de los
puntos (coste de la respuesta).
5- Sea constante en la aplicación de ésta técnica y no se deje llevar por la frustración en el primer
contratiempo. Se necesita tiempo para cambiar hábitos mal adquiridos y no hay soluciones mágicas
al respecto.
6-Recuerde que cuando dé instrucciones a su hijo, debe hacerlo de forma clara y concreta, sin
contradicciones y de forma que sean comprensibles para su edad. Procure no hacerlo acompañado
de contacto físico instigador (la utilización de la instigación ha demostrado ser un gran potenciador
del incumplimiento).
-Estas técnicas suelen ser muy efectivas para el control de las conductas tanto en el ámbito familiar
como en el escolar. No se trata de que el niño aprenda a funcionar siempre a base de premios sino
de darle, al principio, motivos para iniciar un cambio en sus conductas. Lo que se espera en el futuro
es que las conductas adecuadas se mantengan no por los premios sino por lo que llamamos
"reforzadores naturales". Por ejemplo, un niño puede empezar a no efectuar determinadas
conductas disruptivas por ganarse el premio, pero este cambio de comportamiento puede hacer que
funcione mejor con sus amigos y esto convertirse a medio plazo en un reforzador más potente que
el premio inicial. Las conductas pasan a ser controladas por las consecuencias positivas que se
generan en su entorno.
Pulsar aquí para ver la Economía de Fichas aplicada en el aula
5- La intención paradójica
-Es una técnica que bien utilizada puede tener un efecto fulminante sobre la conducta que queremos cortar. Explicado en pocas palabras se trataría de pedrirle al niño o al alumno que haga aquello que precisamente queremos evitar. Imaginemos una situación en un aula donde un niño se niega sistematicamente a efectuar cualquier actividad escolar. El niño cada día entra en una dinámica de provocación hacia al maestro, sometiéndolo a una dura prueba de paciencia. ¿Qué ocurriría si un día el maestro le dice: "Hoy quiero que no hagas nada, te voy a dar permiso para que estés todo el tiempo sin hacer ninguna actividad. No quiero ni que me escuches. Sólo debes permanecer callado y sin hacer ruido en tu sitio".
-Unas instrucciones de este tipo pueden crear en el niño una situación de perplejidad, aunque al principio pueda vivirlo de forma gratificante. El hecho de que se inviertan los roles, es decir, siempre la desobediencia se producia para dejar de hacer la actividad concreta. Ahora para no hacer la actividad debo de obedecer las instrucciones, con lo cual el niño pasa a perder su papel de desobediente. Para este día podemos planificar unas actividades gratificantes para el resto de los niños y en las que no podrá participar el niño que tenemos bajo las instrucciones de "no hacer nada". Debemos procurar que se aburra lo máximo posible e incluso si interviene en alguna atividad recordarle que él no puede hacer nada ese día.
Con esta actuación es de esperar que el niño haga un cambio de planteamientos y que sus conductas negativistas en el aula disminuyan. Evidentemente la técnica tiene sus limitaciones y debe valorarse antes su idoneidad según el perfil del niño. Suele funcionar bien en niños de entornos problemáticos pero con un perfil cognitivo normal.
ENTRENAMIENTO EN AUTOINSTRUCCIONES
1- Introducción
2- Fundamentos conceptuales de la técnica
3- Procedimiento Aprendizaje de Autoinstrucciones
4- Aplicaciones prácticas de la técnica:
Impulsividad
Falta Autocontrol
Dificultades Aprendizaje
1- Introducción
El Entrenamiento en Autoinstrucciones se remonta a los primeros trabajos llevados a cabo por
Meinchebaum en la década de los 60 con niños hiperactivos y agresivos. Las técnicas que puso en
marcha surgieron con motivo del estudio de los modelos soviéticos de Luria y Vygotsky y, más
tarde, del trabajo de Piaget.
La idea central del modelo es que el lenguaje de los niños tiene, al menos de inicio, la función de
guiar y ordenar su propia conducta externa. El reconocimiento del lenguaje interno como “director
y controlador” del comportamiento por parte de Meinchenbaum, le lleva a describir un
procedimiento general que permita modificar las verbalizaciones internas del sujeto y, en
consecuencia, la conducta manifiesta.
El entrenamiento autoinstruccional es una técnica cognitiva de cambio de comportamiento en la que
se modifican las autoverbalizaciones (verbalizaciones internas o pensamientos) que un sujeto realiza
ante cualquier tarea o problema, sustituyéndolas por otras que, en general, son más útiles para
llevar a cabo dicha tarea. Estas nuevas instrucciones, que el propio sujeto se da a sí mismo,
coinciden en gran parte con la secuencia de preguntas de la “Técnica de Solución de Problemas”.
El objetivo es que el sujeto introduzca inicialmente un cambio en sus autoverbalizaciones para que,
finalmente, se modifique su comportamiento manifiesto.
2- Fundamentos conceptuales de la técnica
Hay que señalar que las instrucciones no se refieren a todas las cogniciones en términos de
“lenguaje interno” sino a las verbalizaciones internas que acompañan a la actividad del sujeto. Son
instrucciones u órdenes que el sujeto se da a sí mismo, dirigiendo su actuación (“voy a ponerme a
estudiar”, “no puedo seguir corriendo”, etc.).
Se supone que en la medida en que los sujetos se enfrentan con tareas más complejas, en las que
les resulta complicado actuar o no saben por donde empezar, las verbalizaciones, las
autoinstrucciones, se hacen más evidentes. Dicho de otra forma, el pensamiento, que en otros
momentos podría parecer rápido o automático, ahora se enlentece y se transforma en lenguaje
que guía con cuidado la actuación del sujeto.
El modelo de Luria sobre el que se basa Meichenbaum (descrito en libro “El papel del lenguaje en la
regulación de las conductas normales y anormales”) señala que se pueden distinguir tres etapas
para explicar la iniciación e inhibición de la conducta motora de los niños a través del lenguaje:
1ª Etapa: La conducta del niño está dirigida por otras personas. Los adultos a través del lenguaje o
de la instigación, controlan la iniciación e inhibición de las conductas.
2ª Etapa: Los niños guían, en gran parte, su propia conducta a través de verbalizaciones en voz alta,
hablándose a sí mismos mientras actúan y diciéndose lo que hacen o quieren hacer y cómo lo
podrían conseguir.
3ª Etapa: Los niños guían su propia conducta a través de un lenguaje encubierto (subvocal). Estas
verbalizaciones persisten en los niños y podemos observarlo también en adultos en ciertas
ocasiones.
Los resultados presentados más tarde por Vygotsky, ponen de manifiesto que, efectivamente, las
verbalizaciones audibles y comprensibles van disminuyendo con la edad, pero aumentan en la
medida que los sujetos se enfrentan con una tarea de mayor relevancia o complicación.
Meichenbaum, tras varias investigaciones, describió como afectan las verbalizaciones a la ejecución
de la tarea en función de algunas variables:Su efecto depende de la edad del sujeto (los niños más
pequeños realizan más verbalizaciones sobre la tarea).
Otro factor importante es la dificultad de la tarea o problema. Independientemente de la edad, las
verbalizaciones se hacen más patentes a medida que aumenta el nivel de dificultad.Finalmente de
la calidad de las instrucciones. Si éstas son con contenido distractor o contrario a la tarea
evidentemente tendrán un efecto negativo; si por el contrario, guían correctamente la ejecución,
entonces mejorará.
Meinchebaum utiliza como marco general las instrucciones relativas a la “solución de problemas”
añadiendo dos aspectos importantes: las verbalizaciones de autorrefuerzo y las de
autocorrección.
3- Procedimiento Aprendizaje de Autoinstrucciones
El procedimiento completo consta de cinco pasos:
1º- El terapeuta o monitor actúa como modelo y lleva a cabo una tarea mientras se habla a sí mismo
en voz alta sobre lo que está haciendo (Modelado cognitivo).
2º- El niño lleva a cabo la misma tarea del ejemplo propuesto por el terapeuta, bajo la dirección de
las instrucciones de éste (Guía externa en voz alta).
3º- El niño lo vuelve a hacer mientras se dirige a sí mismo en voz alta (Autoinstrucciones en voz
alta).
4º- Ahora el niño lleva a cabo la tarea de nuevo, pero sólo verbalizando en un tono muy bajo
(autoinstrucciones enmascaradas)
5º- El niño guía su propio comportamiento a través de autoinstrucciones internas, mientras va
desarrollando la tarea (autoinstrucciones encubiertas).
Para entender el tipo de instrucciones que el autor sugiere como marco general para cualquier
tarea, se describe a continuación un ejemplo de tarea escolar, como pintar un rectángulo en la
pizarra (Santacreu, 1.983). En este caso, el terapeuta tiene como objetivo reducir la impulsividad y
mejorar el enfrentamiento a los fracasos de un niño hiperactivo. De acuerdo con el procedimiento
señalado anteriormente, el terapeuta comenzará la tarea (fingiendo cometer errores igual que el
niño) diciéndose a sí mismo:
Vamos a ver.......¿qué es lo que tengo que hacer?. Tengo que pintar un rectángulo en la pizarra. Muy
bien. ¿Cómo puedo hacerlo? Tengo que ir despacio y con cuidado. Primero pinto una línea hacia
abajo.....un poco más....bien....eso es.... Después tengo que ir hacia la derecha.....eso es... Lo estoy
haciendo bastante bien. Recuerda que hay que ir despacio. Ahora tengo que ir hacia arriba. ¡No! No
tan desviado a la derecha.....Bueno no pasa nada......ahora borro la línea y veamos.....aunque
cometa un error puedo continuar. Lo borro y voy más despacio. Recto hacia arriba....eso es. Tengo
que ir con cuidado para hacer los dos lados iguales. Muy bien, ya lo tengo. Ahora tengo que unir los
dos lados por aquí. Despacio....Bien, ya he terminado. ¡Lo he hecho!
Lo que el modelo trata de enseñar al niño a través de estas instrucciones puede concretarse en:
1º- Definir el Problema: ¿Qué tengo que hacer?
2º- Guía de la Respuesta: ¿Cómo tengo que hacerlo? (despacio, pinta la raya hacia abajo....).
3º- Autorrefuerzo: Lo estoy haciendo bastante bien.
4º- Autocorrección: En el caso de que no se alcance el objetivo propuesto, afrontar el error (si
cometo un error puedo continuar. Iré mas despacio.
Hay que recordar que el objetivo de esta técnica es modificar las verbalizaciones internas que el
sujeto utiliza ante aquellos problemas o situaciones en los que habitualmente fracasa, realizando
respuestas inadecuadas para alcanzar el objetivo. Así, pues, el éxito de la técnica viene
determinado, no sólo por el cambio de verbalizaciones internas del sujeto, sino por el cambio de
comportamiento ante dichas situaciones.
Es muy importante adecuar la técnica a las características del niño. Se aconseja aplicarla de una
forma lúdica para que el niño lo viva como un juego.
Se considera el modelado como el procedimiento más eficaz para enseñar las autoinstrucciones.
No obstante, existen otros métodos como pueden ser el uso de comics o manuales de
procedimiento.
La pregunta fundamental es ahora en qué tipo de problemas o trastornos infantiles la técnica de
entrenamiento de autoinstrucciones es la opción más idónea.
4- Aplicaciones prácticas de la técnica
a) Impulsividad (T.D.A.H.)
Tal como se ha mencionado, Meichenbaum la utilizó originalmente con niños hiperactivos, impulsivos o agresivos ya que las autoinstrucciones tienen un papel enlentecedor de la acción y propicia una mayor reflexividad. Afirmaba que el éxito en este tipo de trastornos radica primero, en la utilización del modelo y en segundo lugar, la repetición de las autoinstrucciones, mientras el niño hace las tareas. Estos dos factores resultan ser los componentes más eficaces del programa de tratamiento.En el tratamiento de los niños hiperactivos Meichenbaum plantea que las terapias que utilizan procedimientos operantes no suelen tener éxito debido a la acción altamente motivadora de dichos procedimientos, de tal manera, que en lugar de endentecer la actividad y permitir una actitud reflexiva, logran todo lo contrario. Sin embargo, la asociación de procedimientos operantes y cognitivos (autoinstrucciones) mejora los resultados.
Finalmente señalar que si el entrenamiento se efectúa con autoinstrucciones generales frente a instrucciones específicas se facilita la generalización. Es decir, el llevar a cabo lo aprendido en otras situaciones externas.
b) Falta de Autocontrol La falta de autocontrol hace referencia a la dificultad por anticipar las consecuencias de la actuación, por parte del propio sujeto. En conductas adictivas o violentas, los sujetos actúan impulsivamente sin mediar cogniciones o verbalizaciones internas en las que se evalúen todas las consecuencias. En estos casos la técnica se ha utilizado para intentar demora la actuación de los sujetos.
Sin embargo, la eficacia en este tipo de problemas viene muy condicionada por los aspectos sociales. Si el sujeto se mueve en ambientes marginales o de riesgo (violencia, agresión) no se alcanzan resultados positivos.Cuando los problemas se reducen a un ámbito clínico en concreto como puede ser la obesidad, los resultados indican una razonable eficacia.
c) Dificultades de Aprendizaje
En el caso de niños con “dificultades en el aprendizaje” o de “retraso mental”, se han llevado a cabo numerosos estudios que han demostrado la eficacia del procedimiento. Se ha utilizado con buenos resultados en niños con problemas de escritura, comprensión y cálculo. También se han diseñado programas para mejorar la atención en clase. Sin embargo, se apuntan como requisitos previos para obtener resultados óptimos que:
1- El niño tenga la capacidad para articular las verbalizaciones necesarias.2- Capacidad para comprender su significado.3- Los comportamientos motores implicados estén en el repertorio del niño.
-Finalmente apuntar que la técnica no ha mostrado resultados positivos y consistentes en su uso en trastornos de ansiedad y fobias específicas en niños. Son necesarios más estudios para concretar los aspectos a modificar en su utilización en este ámbito.
LA INTENCIÓN PARADÓJICA
1- Introducción
2- ¿Cómo funciona?
3- Su utilización en población infantil y juvenil
4- Ejemplos prácticos
5- Conclusiones y limitaciones de la técnica
1- Introducción
La intención paradójica es uno de los métodos más rápidos, más poderosos y menos comprendidos
para cambiar la conducta. Mediante una serie de instrucciones que llamamos “paradójicas” se han
conseguido éxitos significativos en trastornos concretos como pueden ser la dificultad para dormir,
el morderse las uñas y el tartamudeo (disfemia) entre otros.
Los principios teóricos se basan originalmente en las técnicas de la Terapia Breve del psiquiatra
Milton H. Erickson y la logoterapia de Victor Frankl.
La denominación de “paradójica” no es gratuita sino que delata la auténtica naturaleza del sistema.
Se trata de pedirle al paciente que haga precisamente lo que es objeto de malestar psicológico. Si
una persona no puede dormir le pediremos que deje de hacerlo durante un tiempo o unas horas
determinadas. Si un niño se muerde las uñas le exigiremos que lo haga durante más tiempo o
durante intervalos más largos. Si un joven tartamudea y eso le crea gran ansiedad, le obligaremos a
que tartamudee con mayor frecuencia y durante más tiempo de forma voluntaria.
Son procedimientos construidos para sorprender. Son contrarios a las expectativas de los pacientes
sobre su visión de la naturaleza de la función de la terapia.
La técnica parece de entrada irresponsable y contraria al sentido común. No se entiende como
potenciando lo que se intenta erradicar se va a solucionar el problema. Esta es la gran paradoja de
la técnica que a continuación exponemos.
2- ¿Cómo funciona?
La eficacia de la Intención Paradójica se basa en el principio fundamental de que los pacientes
intenten llevar a cabo la conducta que están evitando. De esta manera, el proceso circular, que se
mantiene a sí mismo, se rompe, puesto que el intentar realizar la conducta no deseada es
incompatible con la ansiedad anticipatoria y, por tanto, la neutraliza.
Imaginemos una persona que sufre insomnio. Se acuesta puntualmente pero no logra conciliar el
sueño hasta una determinada hora de la madrugada. Ello le comporta problemas para despertarse
por la mañana. Además, cada día, al acercarse la hora de ir a dormir, manifiesta mucha ansiedad ya
que anticipa su fracaso en el intento de dormir. Pues bien, la técnica consiste precisamente en
pedirle, como parte del tratamiento, que no trate de dormirse hasta más tarde de lo que lo hace (las
horas deben concretarse según las circunstancias). ¿Qué conseguimos con ello? De entrada
situamos el origen del problema en una causa externa al paciente (ahora ya no duerme debido a
que no logra conciliar el sueño, sino porque así se le ha exigido). El primer efecto es disipar la
ansiedad de anticipación con lo cual es muy probable que el resultado sea la aparición del sueño
antes de lo esperado.
En el caso de las disfemias (tartamudeos) al permitir e incitar a que el niño tartamudee
voluntariamente, durante un tiempo controlado, puede tener también unas consecuencias
reductoras de la ansiedad y producirse una mejora.
Otro ámbito de aplicación puede ser en el de la cama mojada (enuresis). ¿Qué sucedería si le
diéramos permiso o le pidiéramos a un niño que se hiciera pipi cada día durante un tiempo?
Probablemente si ese problema va asociado a unos altos niveles de ansiedad por parte del niño, el
sentirse liberado del mismo podría significar una mejora.
No estamos afirmando que esta sea una técnica milagrosa sino que tiene una gran capacidad
terapéutica si se sabe utilizar con creatividad y en combinación con otras técnicas mas usuales.
Evidentemente tiene sus límites. El principal es que su mayor eficacia está condicionada a que junto
con el problema que queremos tratar se de un cierto nivel de ansiedad en la persona o niño. Como
se ha expuesto la técnica incide directamente sobre las propias cogniciones al invertir los roles.
Otra limitación importante es que debe utilizarse con preferencia en aquellos casos en que las
técnicas convencionales han resultado inútiles. Por ejemplo, en un caso de insomnio, donde se ha
podido utilizar un entrenamiento en relajación con mal resultado, podría ser un buen candidato a la
intención paradójica. Ahora no hablaríamos de intentar dormirse relajándose progresivamente sino
preparar la habitación con la intención de mantenerse el máximo tiempo despierto posible. En
concreto, los máximos beneficios se lograrán en aquel tipo de paciente que experimente “esfuerzos
para dormir” y que padecen una ansiedad considerable sobre las consecuencias negativas de la
perdida de sueño.
En general, pues, podemos afirmar que la técnica funcionará mejor con personas con
preponderancia de síntomas cognitivos que no con aquellos en los que predominen los
conductuales.
3- Su utilización en población infantil y juvenil
No está muy documentada su utilización en niños por lo que debemos ser muy prudentes al
respecto.
Se han apuntado ya intervenciones concretas en el caso de las disfemias, enuresis, morderse las
uñas, etc. En el caso de niños mayores hay alguna referencia a tratamientos de fobias específicas en
donde los principios de intervención coinciden o se complementan con las denominadas técnicas de
inundación.
Sabemos de las peculiaridades y limitaciones de la intervención psicológica con población infantil y
juvenil. Las técnicas paradójicas, dentro de este contexto, pueden aportarnos en casos y momentos
concretos soluciones ingeniosas para problemas puntuales. No se trata tanto de una aplicación
estándar de la técnica sino de aprovechar sus principios como una herramienta más dentro del
cajón de sastre que constituyen todas las técnicas de intervención, en especial, cuando las
habituales resultan ineficaces.
Con frecuencia nos encontramos con conductas disruptivas de menores que obedecen a la
necesidad de comunicar algo o efectuar una demanda. A veces es la costumbre que ha impuesto un
repetido quehacer diario que aunque desadaptado y no deseado se mantiene en un circulo vicioso
difícil de romper. En otras ocasiones la situación o el contexto no nos permite actuar de la forma
convencional y necesitamos de la creatividad. Es en todos estos casos cuando la intervención
paradójica adaptada puede aportarnos alguna salida.
A continuación se exponen algunos casos en los que se podría valorar la inclusión de estas técnicas.
Sin embargo, se insiste en la necesidad de entenderlas como un instrumento complementario y
dentro de un marco terapéutico más amplio (vamos a tratar básicamente síntomas). Por lo tanto, en
población infantil, lo entenderemos como intervenciones puntuales cuando las necesidades de la
situación lo requieran y técnicas más convencionales no acaban de funcionar.
Además deberá valorarse la edad del niño, su nivel cognitivo y las posibles consecuencias negativas
de su aplicación a la que más adelante nos referiremos.
4- Ejemplos prácticos
Veamos algunos ejemplos prácticos susceptibles de la aplicación de la técnica :
Ejemplo 1:
Supongamos que J. es un niño de 9 años con buen nivel intelectual pero con muchas limitaciones en
su funcionamiento social debido a que presenta obsesiones recurrentes acerca de lo bien o mal que
realiza sus actividades. De forma repetitiva necesita de la aprobación constante del adulto y si no la
obtiene o considera que ésta no ha sido suficientemente clara le crea un gran desasosiego y
ansiedad. Aquí la intervención iría encaminada a pedirle al niño que ejecute mal deliberadamente
alguna actividad, a que deje de ser por un momento perfeccionista. En definitiva, a que se
enfrentara con sus temores de una forma controlada y que aprendiera que no se producen las
temidas consecuencias catastróficas.
Ejemplo 2:
P. es una niña con 7 años de edad. Su nivel intelectual es normal pero ha aceptado muy mal la
separación de sus padres. Su rendimiento escolar ha bajado mucho hasta el punto que su profesora
está muy preocupada. Han aparecido ciertos comportamientos disruptivos y autolesivos que antes
no estaban presentes en el repertorio de la niña. Actualmente sigue un tratamiento cognitivo-
conductual, pero una de las conductas que más preocupa a sus padres, es la de morderse los dedos
o uñas de la mano hasta el punto de provocarse erosiones. Es evidente que la intervención
psicológica se está produciendo a diferentes niveles, sin embargo, en la conducta concreta de
morderse las uñas (si no hay avances) podemos intentar una solución drástica con la intención
paradójica.
En una situación controlada, vamos a pedirle que no deje de morderse los dedos (siempre vigilando
la intensidad de la misma y en el caso de que no haya contraindicación médica o lesiones en la zona
afectada) durante períodos cada vez más largos. Se le recriminará si deja de hacerlo antes del
tiempo previsto. El acto deja de convertirse en voluntario, pierde su capacidad de llamar la atención
y se vuelve desagradable. Es posible que su frecuencia disminuya después del tratamiento si se han
seguido los tiempos y las formas adecuadas.
Ejemplo 3:
F. Es un niño de 8 años. Presenta enuresis primaria y no parece haber factores orgánicos o
ambientales que justifiquen el mantenimiento del problema. El niño es muy responsable y lo vive
con mucha angustia. Teme especialmente que sus compañeros se enteren y se rían de él. Además
las colonias están cerca y su nivel de ansiedad ha aumentado anticipando las posibles
consecuencias. El tratamiento habitual no está resultando eficaz y dado el alto componente de
ansiedad asociado parece un buen candidato a la intención paradójica. Como parte del tratamiento
vamos a darle permiso para que se haga pipi en la cama durante un tiempo (los padres deberán
tomar las precauciones pertinentes). Es más, vamos a insistirle que creemos que para poder
ayudarle seria importante que se le escapara alguna noche. De lo que se trata no es de que
voluntariamente lo haga en la cama (en caso que se despertara con la necesidad de ir al servicio así
debería hacerlo) sino que si se le escapa no tan sólo no pasa nada sino que es un señal que estamos
avanzando en la solución.
En la base de esta paradoja está la intención de descargar emocionalmente al niño de la
culpabilidad de hacerse pipi en la cama. La ansiedad anticipatoria en esos días no tiene razón de
existir. En estas circunstancias es muy posible que el niño disminuya los episodios de cama mojada
y que afronte con mayor éxito posteriormente el tratamiento convencional.
5- Conclusiones y limitaciones de la técnica
1- La técnica está orientada principalmente a atenuar síntomas. Debe, pues, utilizarse básicamente
como una herramienta complementaria dentro del marco general del tratamiento.
2- Es especialmente útil cuando hay un componente de ansiedad anticipatoria asociado ya que la
ataca directamente. En niños debe utilizarse con prudencia ya que mal empleada podría comportar
un aumento de las conductas no deseadas al fomentar directamente la que queremos eliminar.
3- Debe valorarse a fondo las peculiaridades de cada niño antes de utilizarlas.
4- Su uso está más justificado cuando las técnicas convencionales no acaban de funcionar.
5- No tenemos actualmente estudios rigurosos que nos orienten en cuanto a su eficacia, ámbito de
aplicación y otros aspectos sobre las diferentes variantes de su uso en niños.
6- A pesar de estas limitaciones, creo que la intención paradójica resulta especialmente interesante,
dado que el niño lo vive de forma novedosa, contrario a sus expectativas, pero a la vez puede
motivarle mucho hacia la solución de problema.
7- Estas técnicas sólo pueden ser utilizadas por profesionales especializados.
EL DIARIO EMOCIONAL
1- Introducción
2- Su justificación
3- Cómo funciona
4- Ventajas de su aplicación
5- Problemas habituales en su aplicación
6- Cuando utilizarlo
1- Introducción
El Diario Emocional que proponemos no es una técnica de intervención propiamente dicha sino más
bien un instrumento de gran utilidad para ser utilizada conjuntamente por padres e hijos bajo
supervisión del terapeuta. Por tanto, se trata de un herramienta que suele incorporase como un
elemento más dentro de un paquete de medidas más amplio para ayudar en ciertos problemas de
índole o base emocional en algunos niños.
2- Su justificación
En la base de muchas de las conductas disruptivas en jóvenes y niños se encuentran problemas de
tipo afectivo, de vinculación, historia de malos tratos (físicos o psíquicos), poca atención emocional,
separaciones, etc.
Al igual que resulta vital para la supervivencia desde la primara infancia, la provisión de alimentos,
también lo es la atención afectiva. La integridad psicológica del niño a lo largo de su desarrollo va a
depender de ello.
De no ser debidamente atendidas estas necesidades primarias estamos introduciendo un factor de
riesgo para la aparición o incremento de la inseguridad, los miedos y, más adelante, las conductas
agresivas.
(Para más información visitar nuestras páginas: Trabajando el vínculo afectivo con nuestros
hijos y Trastorno del vínculo).
El instrumento que proponemos no supone una solución magistral a un problema complejo sino que
pretende acercarnos a algo que consideramos fundamental en el tratamiento y prevención de
algunas conductas disruptivas con base emocional: Abrir una puerta de comunicación entre padres
e hijos para que las emociones y sentimientos fluyan y se expresen dentro de un marco controlado y
amigable en lugar de hacerlo de otras formas (somatizaciones, depresión, miedos, ansiedad,
agresividad, intolerancia, etc.).
3- Cómo funciona
1º- Hay que delimitar un tiempo cada día para poder estar con el niño. Un buen momento es por la
noche justo antes de acostarse (siempre que el niño no esté excesivamente cansado). El tiempo
puede ser variable según edad y circunstancias. Normalmente con 15 o 20 minutos puede ser
suficiente.
2º- El niño tendrá una libreta (diario emocional) que previamente ha escogido y sea de su gusto.
3º- Los padres conjuntamente o uno de ellos (u otro en su ausencia) pedirán al niño que haga un
pequeño balance del día (empezar por las cosas positivas y dejar para el final las negativas). Ahora
es el momento de sacar aquellas cosas que no han ido bien y tratarlas relajadamente, con sentido
positivo y compartiendo estrategias comunes para superarlas.
Según la edad y/o capacidad verbal del niño puede que tenga cierta dificultad para expresarse o no
comente aspectos relevantes. Los padres deberán tener la habilidad suficiente para irlo guiando
hacia el terreno que deseamos con sutileza. No se trata de recriminar sino de hacerle ver en qué
puede mejorar y cómo hacerlo. También de alabar sus cosas buenas.
4º- Si el niño ya sabe escribir y según su capacidad, deberá anotar muy brevemente aquellas cosas
que considere relevantes (positivas y negativas) en su diario y lo que es más importante: cómo se
ha sentido.
Por ejemplo: “Hoy el maestro me ha castigado y me he sentido triste”.
Los padres deben guiarlo en la expresión verbal de lo que ha pasado, cuales han sido las
consecuencias y sus sentimientos. No se trata tanto de consolarlo y minimizar los problemas que
haya podido tener para tranquilizarlo sino de hacerle saber que formamos un equipo con él y que
estamos ahí para ayudarle en lo que necesite.
Tampoco se trata de que le hagamos cada día un interrogatorio sino que nos habituemos a hablar
acerca de nuestras experiencias diarias. No forzarlo si no lo desea. En este caso recordarle que
estamos allí para escucharle y que cuando lo desee estamos disponibles.
5º - El objetivo fundamental no es tanto la solución de sus pequeños problemas diarios sino la de
trabajar la expresión emocional de los mismos para consolidar el hábito de compartir y
comprendernos mejorar para minimizar los conflictos.
A pesar de que el niño se muestre (normalmente al inicio del programa) reticente a manifestar sus
emociones más intimas, el mensaje que recibe es muy contundente: “Mis padres están ahí para
escucharme”. Ello supone un afianzamiento de su seguridad emocional y de los lazos afectivos e
indirectamente se reducen las posibilidades de conductas disruptivas.
6º- Cuando analicemos el día, destacar especialmente los aspectos positivos, los pequeños avances
en aprendizaje o conducta. Para finalizar la sesión podemos introducir un pequeño juego o actividad
(leer un cuento, etc.).
7º- El registro de todas estas experiencias por parte del niño incrementan su percepción de las
diferentes situaciones y el modo correcto de hacerles frente. Igualmente ofrece a lo largo del tiempo
información relevante acerca de la evolución del niño en los aspectos trabajados.
8º- El Diario emocional puede tomar diferentes formas y debe ajustarse a las necesidades y
peculiaridades de cada familia e hijos. Aquí sólo exponemos algunos rasgos generales como punto
de partida.
El Diario no es un tratamiento en sí mismo sino la excusa, el motivo aparente de algo que es más
profundo: Un vehículo para la expresión de los sentimientos y emociones de nuestros hijos como
paso previo para comprenderles y hacer que crezcan más fuertes psicológicamente.
Para los niños más pequeños que no pueden todavía escribir, pueden utilizar igualmente una libreta
y en lugar de escribir colocaran la pegatina que refleje mejor el estado emocional de ese día.
Pueden utilizarse diferentes modelos que expresen diferentes niveles de alegria o tristeza. A
continuación, a modo de ejemplo, mostramos los Gomets Mr. Smiley comercializados por la empresa
Apli en España.
4- Ventajas de su aplicación:1 Regularizar un espacio de comunicación diario y de calidad con el niño.
2 Aumentar su seguridad emocional y autoestima al sentirse escuchado y acompañado.
3 Mejorar la vinculación afectiva con los padres.
4 Reducir miedos y ansiedad ante situaciones nuevas.
5 Reducir enfermedades somáticas.
6 Aprender a resolver los problemas (con la guía de los padres).
7 Saber identificar las emociones y autocontrolarlas.
8 Tener un registro de la evolución del niño en los aspectos que trabajemos.
5- Problemas habituales en su aplicación1 Falta de tiempo por parte de los
padres.Normalmente las tareas familiares se condicionan a las disponibilidades que nos deja el trabajo. Debemos tomar este tiempo como prioritario y anteponerlo a otras cuestiones si queremos avanzar.
2 No ser constantes en su aplicación. Podemos apoyarnos, si los padres no podemos un día, con algún familiar próximo de confianza (abuelos, etc.).
3 Negación del niño a colaborar. Hay que intentar motivarle. Como todo necesita su tiempo.
4 Cansancio o sensación de estar perdiendo el tiempo.
Los efectos no siempre son inmediatos y pueden desanimarnos si no llegan rápido. No obstante una vez llegan suelen hacerlo para quedarse.
5 Necesidad de otras intervenciones. Se ha comentado ya que este instrumento suele formar parte de un conjunto más ámplio de medidas de intervención dependiendo del caso y bajo el control del psicólogo infantil.
6- Cuando utilizarlo
El Diario emocional puede utilizarse en todos los niños que disponiendo de la suficiente capacidad
de comprensión y expresión verbal, estén expuestos a su vez a problemas de origen emocional,
especialmente aquellos derivados de situaciones estresantes, a veces, imprevistas o incontrolables.
Separaciones, malos tratos, abandonos, adopciones, celos, falta de atención afectiva por parte de
los padres como consecuencias diversas (desplazamientos por trabajo, falta de recursos propios,
incompetencia parental, enfermedades crónicas u hospitalización prolongada, familias
monoparentales, etc.).
También puede resultar útil en cualquier niño con situación familiar normalizada pero en el que se
desee potenciar la vinculación, mejorar su autoestima o reducir miedos y ansiedad.