Yuening (Rose)HeProfesora Laura Lucena BlasSpanish 31825
September 2015 Durante mi primer da en la biblioteca como
voluntario en el programa local de lectura, distingu una nia
levantndose inmvil entre un grupo de nios saltando emocionalmente.
Exprimido como un pez en este enorme y impredecible estanque,
Isabella fij sus ojos sobre mi, esperando alguna mano que pudiera
rescatarla. Incapaz de resistir esta mirada, la lleve a un lado
para escoger un libro que le gustara. Cuando lemos El Principe
Rana, un cuento de hadas escrito por los hermanos Grimm. Isabella,
con una cara roja y una mirada en blanco, tartamude a travs de las
slabas. La gui mientras lei, explicando laboriosamente cada
detalle. En un momento vi una luz tenue de comprensin brillando en
sus ojos. Ella finalmente se da cuenta del gozo perpetuo cuando la
rana se metamorfose en un principe excelente. Con este aumento de
comprensin, un tinte de meloda se filtraba a travs de su voz,
disminuyendo sus tartamudeos vacilantes. En ese instante, una
fuente de alegra fluy en mi corazn. Sus primeros pasos exitosos y
tentativos al mar infinito de libros continuaron de manera
constante. Mientras su fe en mi creca, empez a hacer muchsimas
preguntas sobre el libro y hablar a menudo conmigo sobre su inters.
Su interminable charla me hizo creer que su entusiasmo pudo
comenzar en la lectura. Mientras le ayud a leer travs de las
historias, sus ojos brillaron de alegra. A pesar de que algunos de
los libro que eleg son un poquito por encima de su nivel de
lectura, los leemos juntos, superando dificultades y satisfaciendo
su bsqueda constante de conocimiento. Lentamente, su alcance de la
conciencia ampli mientras su inters en diferentes libros creca,
Eventualmente, ella tuviera tantas historias que burbujean en su
cabeza que no poda esperar para compartirlas con los dems. Sin
embargo, cuando ella estaba transmitiendo su alegra trada por
nuestra lectura a otros nios, su discurso embarullado les dej
haciendo una mueca de confusin y consternacin. Isabella, con su
fuente desbordante de entusiasmo detenida, fij los ojos de nuevo en
m, esta vez con ms desesperacin que antes. Su dolor despert en m la
simpata por su dilema y determinacin para llevar a ella a travs del
mundo social. La llev a una esquina y comenc a ensearle la
pronunciacin de palabras comunes. Isabella fij sus ojos en mis
labios, imitando sus movimientos muchas veces. Conmovido por su
afn, quebr cada palabra en slabas para que ella pronunciara mejor.
A travs de nuestro esfuerzo bilateral, su pronunciacin mejor sin
cesar. Escuchando sus palabras progresivamente claras, poda
imaginarla ganar el respeto de otros en el futuro con lenguaje
fluido. Motivado para activar esta imaginacin en realidad, la gue a
ensamblar palabras que saba en oraciones, fortaleciendo la
sintaxis, la gramtica y la semntica. Inicialmente coloc mal las
palabras y expres ideas incoherentemente, pero con mi recordatorio
y orientacin, ella gradualmente se separ de frases fragmentadas y
comenz a comunicarse con frases sofisticadas, gramaticales , y
significativas. Un jueves por la tarde, pareca que todos nuestros
esfuerzos haban dado sus frutos. Vi a Isabella, vestida con una
falda de color amarillo brillante y un sombrero de color rosa,
contando a los otros hijos las fascinantes historias que habamos
ledo juntos. Liderados por ella en el maravilloso mundo de la
ficcin y de cuento de hadas, otros nios se acercaron ms a ella.
Mirando su cara irradiando alegra, me sent muy conmovido por sus
sinceros esfuerzos y podra regocijarme con ella por este avance
.
