22
255 LINGÜÍSTICA Y LITERATURA ISSN 0120-5587 N.º 61, 2012, 255-276 SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETÓRICA DE LA “LIMPIEZA DE SANGRE” Y PROCESOS DE SUBJETIVACIÓN EN EL CAMPO DE LA NOVELA COLOMBIANA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX * Paula Andrea Marín Colorado Instituto Caro y Cuervo Recibido: 30/09/2011 Aceptado: 17/03/2012 Resumen: en este texto analizaré las tomas de posición de Soledad Acosta de Samper (Bogotá, 1833-1913) y Luis Segundo de Silvestre (Bogotá, 1838-1887) en sus respectivas novelas: Dolores (cuadros de la vida de una mujer) (1867) y Tránsito (1886). En ambas novelas, los autores elaboran una crítica al proyecto de modernización de la nación, tal como se presentaba en Colombia a mediados del siglo XIX. De acuerdo con lo anterior, intentaré demostrar que mientras la crítica de Acosta permite avizorar la emergencia de un ser (femenino, en este caso) en busca de su subjetivación, la de Silvestre configura personajes condicionados por factores * Este artículo es parte de los resultados del proyecto de investigación “Establecimiento del campo de la novela en Colombia (1820-2010)”, desarrollado bajo la coordinación de Hélène Pouliquen, con el apoyo del Instituto Caro y Cuervo (período de ejecución: 2010-2014). Linguistica 61 PREPRENSA.indd 255 30/07/2012 10:42:18

Soledad Acosta y Luís Segundo Silvestre

Embed Size (px)

DESCRIPTION

sobre Soledad Acosta de Samper

Citation preview

255LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA DE SANGRE Y PROCESOS DE SUBJETIVACIN EN EL CAMPO DE LA NOVELA COLOMBIANA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX*Paula Andrea Marn ColoradoInstituto Caro y CuervoRecibido: 30/09/2011 Aceptado: 17/03/2012Resumen: en este texto analizar las tomas de posicin de Soledad Acosta de Samper (Bogot, 1833-1913)yLuisSegundodeSilvestre(Bogot,1838-1887)ensusrespectivasnovelas: Dolores (cuadros de la vida de una mujer) (1867) y Trnsito (1886). En ambas novelas, los autores elaboran una crtica al proyecto de modernizacin de la nacin, tal como se presentaba en Colombia a mediados del siglo XIX. De acuerdo con lo anterior, intentar demostrar que mientras la crtica de Acosta permite avizorar la emergencia de un ser (femenino, en este caso) en busca de su subjetivacin, la de Silvestre confgura personajes condicionados por factores *Este artculo es parte de los resultados del proyecto de investigacin Establecimiento del campo de la novela en Colombia (1820-2010), desarrollado bajo la coordinacin de Hlne Pouliquen, con el apoyo del Instituto Caro y Cuervo (perodo de ejecucin: 2010-2014). Linguistica 61 PREPRENSA.indd 255 30/07/2012 10:42:18256PAULA ANDREA MARN COLORADOexternos (raza, gnero). A pesar de esta diferencia, en ambas novelas se legitima el discurso y el proyecto de nacin de un individuo criollo (blanco, letrado y de noble cuna) sobre el de gentes incivilizadas (Silvestre) o el de civilizadas de manera corrupta (Acosta).De esta manera, el mestizaje como utopa nacionalista de la primera mitad del siglo XIX empieza a quedar atrs.Palabras clave: novela colombiana decimonnica, Soledad Acosta de Samper, Luis Segundo de Silvestre, costumbrismo, modernidad.SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER AND LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: THE RHETORIC OF THE PURITY OF BLOOD IN THE COLOMBIAN NOVEL FIELD FROM THE SECOND HALF OF THE 19TH CENTURYAbstract: in this article, I will analyze the position-making of Soledad Acosta de Samper (Bogot, 1833-1913) and Luis Segundo de Silvestre (Bogot, 1838-1887) in their respective novels: Dolores (cuadros en la vida de una mujer) (1867) and Trnsito (1886). Both novels criticize the Colombian modernization project in the second half of the 19th century. According to this, I will try to prove that whereas the criticism from Acosta allows to understand the birth of a subject (feminine, in this case) and her intimacy, the criticism from Silvestre presents characterssubjectedtoexternalconditions(race,gender).Despitethisdifference,both novels justify a nation project based on the superiority of the creoles thought (white race, lettered, noble origin) over the uncivilized people (Silvestre) or over the civilized ones in a wrong way (Acosta). Thus, the mixed race as a nationalist utopia from the frst half of the 19th century belongs to the past.Key words: colombian novel from the 19th century, Soledad Acosta de Samper, Luis Segundo Silvestre, costumbrismo, modernity.1. Dolores (cuadros de la vida de una mujer): la blancura como privilegio y marginalidadEn esta parte intentar probar cmo Soledad Acosta muestra en Dolores1 el proceso de perversin por el que atraviesa el proyecto moderno, segn la percepcin de la protagonista.Este proyecto, originalmente, est asociado con la blancura (limpieza de sangre) como smbolo de poder-superioridad (natural) de las lites criollas; as, si 1Dolores fue publicada como folletn en el peridico El Mensajero y luego, en 1869, como una de las novelas recogidas en el libro Novelas y cuadros de la vida sur-americana (Blgica).Linguistica 61 PREPRENSA.indd 256 30/07/2012 10:42:18257LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... el proyecto moderno se pervierte, la blancura, tambin. La protagonista (Dolores), al ser una mujer que deviene leprosa, encarna la blancura heredada (de su padre), pero pervertida por la tergiversacin del proyecto civilizador que, en ese momento2, est pasando a manos de grupos sociales ilegtimos (los blanqueados, los impuros de sangre, productos negativos de la entronizacin de las reformas liberales) para llevarlo a cabo. El cuerpo de Dolores manifesta la corrupcin del ideal criollo de nacin; el orden social que se percibe como degradado, a su vez, corroe la pureza de los seres ms ptimos para consolidar el proceso de civilizacin.Ante esta situacin, Dolores se reconstruye desde adentro, se funda a s misma comosujetoenvisiblecontradiccinconsumediodegradado.Doloresasume la prdida de su ideal criollo y muere para ese afuera corrupto, pero nace como sujeto, a travs de la escritura y de la renuncia a su papel de mujer en la sociedad tradicional. En Dolores, el ser femenino pblico muere para que nazca el ser ntimo, fundado en el proyecto letrado; de esta manera, Dolores conserva y resguarda la que es considerada (por la autora) como la parte an no corrupta del ideal criollo y, de esta forma, asume el proyecto civilizador como un proyecto asociado con el ideal ilustrado, con la educacin a travs de la cual se forman ciudadanos aptos para construir la nacin.Dolores, al descubrir cul es la herencia la lepra que recibe de su padre (un individuo criollo, blanco, letrado), decide aislarse para constituir su subjetividad sobre la base del proyecto letrado (la lectura, la escritura). Esta eleccin conlleva dosconsecuencias:ladobleexclusinsocialporelegirlaescriturayporestar enferma, y la prdida de su cuerpo pblico, su muerte social.El sujeto propuesto por Acosta, es un sujeto limitado por las constricciones de la poca: la mujer que, para advenir sujeto, debe renunciar a su papel social tradicional en este caso, por el rechazo a su degradacin, a su actuacin aunque mnima en la es-fera pblica; sujeto, entonces, incompleto, quien, sin embargo, enuncia el ideal de Soledad Acosta: una mujer consciente de los poderes que la constrien y de la importancia de educarse para conseguir su ciudadana, su lugar activo dentro de la construccin de la nacin.1.1. Civilizacin vs. barbarie: una fera letrada Dolores es una novela corta (cincuenta y cinco pginas) estructurada en tres partes: laprimeradeellascorrespondealadescripcin delpaisaje rural,lascostumbres y las cualidades de Dolores; esta parte del relato est en manos de Pedro, primo y 2En Dolores es explcita la referencia temporal (1842-1846, fechas consignadas en el diario de la protagonista) en la construccin del relato. Linguistica 61 PREPRENSA.indd 257 30/07/2012 10:42:18258PAULA ANDREA MARN COLORADOamigo de la protagonista. La segunda, al descubrimiento de la enfermedad de Do-lores; aqu, el relato ucta entre la voz de Pedro y la de ella. Finalmente, la tercera parte narra la salida de Dolores de la hacienda de su ta Juana para irse a vivir sola en una choza (en realidad, una casa pequea y sencilla, pero con las comodidades necesarias) ubicada en los confnes de aquella; en esta ltima parte, ser menor la presencia de la voz de Pedro y mayor la palabra directa de Dolores.3De ngel a monstruo se puede sintetizar la transformacin de la protagonista y, an ms importante: de una mujer que posee la cutis tan blanca y el color tan suave, como no se ve en estos climas ardientes (Dolores: 45), a un ser que siente que ya no hace parte de la humanidad (Dolores: 90): cada da siento que me vuelvo cruel como una fera de estos montes, fra y dura ante la humanidad como las piedras de la quebrada (Dolores: 98).La transformacin de Dolores confgura un quiasmo narrativo: mientras los in-civilizados se civilizan a travs de estrategias de blanqueamiento, los verdaderos civilizados (criollos) se barbarizan y pierden su blancura. Los blanqueados salen de la provincia y conquistan la ciudad, mientras que los barbarizados se in-ternan en los montes del fondo de un bosque americano (Dolores: 98). Dolores pierde(aparentemente)suinsensibilidadcivilizada(asociadaalestoicismo) para llegar a la insensibilidad brbara (asociada a la inhumanidad, la crueldad), pierde el logro del proceso de civilizacin que ella, como criolla-blanca, encarna y se opone as a esa civilizacin blanqueada (corrupta), a travs de su conversin en monstruo-brbaro.De esta manera, es claro que la eleccin de la lepra como la enfermedad de Do-lores no es gratuita: en la narracin se hace nfasis en la prdida de la sensibilidad como una de las caractersticas de esta infeccin.4 A pesar de la aparente crueldad de la autora con su personaje, la lepra le permite tres formas de resistencia frente al orden social que se percibe como degradado: exhibir, sin eufemismos, la prdida de la blancura como un privilegio en desuso dentro de la nueva sociedad blanqueada; renunciar a ser un ngel del hogar, representante del bello sexo, reproductora de una sociedad con la que no est de acuerdo; y refugiarse como una fera de los montes en los confnes de la hacienda, negndose a ser parte de ese proyecto de civilizacin corrupto. As, adviene un sujeto femenino defnido a travs de un ox-moron: la fera letrada.3Esta estructura ya haba sido sealada en algunos estudios sobre esta novela de Soledad Acosta. Se pueden revisar los consultados para la realizacin de este artculo en la bibliografa. 4Esta insensibilidad tendr un segundo sentido dentro de la narracin, el cual ser explicitado ms adelante y tiene que ver con la presencia de la ambigedad en el proceso de subjetivacin del personaje.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 258 30/07/2012 10:42:18259LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... Si los individuos no aptos para llevar a cabo el proceso de civilizacin inva-den el espacio reservado slo para aquellos quienes legtimamente pueden hacerlo (loscriollos), entonces la eleccin de Dolores como representante de los criollos es invadir el espacio de los incivilizados, aunque sin mezclarse con ellos. De esta manera, emerge en el personaje una nueva forma de subjetividad en la que se cruzan la civilizacin y la barbarie; sin embargo, resulta claro que, a pesar de este cruce, es el proyecto letrado el que defne esta nueva subjetividad.El proyecto letrado de Dolores valida el deseo civilizador (Rojas, 2001: 185-186) de las lites criollas en dos sentidos: primero, subraya la importancia de la educacin en la formacin de ciudadanos (mujeres y hombres), una forma de cultivo de s que tiene por objetivo la educacin de individuos ilustrados acordes con las exigencias de la consolidacin de la nacin, aunque no tanto en el terreno poltico (aspecto que nunca menciona Dolores), sino letrado (ms genuino y puro que la poltica, que puede ser fcilmente corrompida); segundo, resalta la imposibilidad de la mezcla de razas y grupos sociales, pues aunque Dolores viva en los confnes de la hacienda, an en esa periferia evitar mezclarse con otros marginados como ella. Dolores no se asimila a los otros marginados sociales; por el contrario, subraya su diferencia con ellos a travs de su dedicacin al estudio y a la escritura, de su acceso a la letra, y de su negativa (y la de su primo) a casarse con individuos indig-nos, diferentes a su grupo social. Ni Pedro ni ella logran casarse, lo que confrma la imposibilidad de encontrar seres aptos para una unin legtima (entre criollos) y productiva en la sociedad en la que ellos viven (Sommer, 2004: 41).1.2. Ser nostlgico, ser melanclico: del romanticismo al realismoPedro es el nico sobreviviente tras la muerte de Dolores al fnal de la novelade su familia y su mirada es nostlgica frente a un ideal perdido: el del campo. Al principio de la narracin, cuando habla de sus planes para el futuro, Pedro afrma: Yo pensaba, despus de hacer algunos estudios prcticos con uno de los facultativos de ms fama, casarme y volver a mi pueblo a gozar de la vida tranquila del campo. Forzoso es confesar que N*** no era sino una aldea grande, no obstante el enojo que a sus vecinos causaba el orla llamar as, pues tena sus aires de ciudad y posea en ese tiempo jefe poltico, jueces, cabildo y dems tren de gobierno local. Desgracia-damente ese tren y ese tono le producan infnitas molestias, como le sucedera a una pobre campesina que, enseada a andar descalza y usar enaguas cortas, se pusiese de repente botines de tacn, cors y crinolina (Dolores: 47).A diferencia del discurso de Dolores, el de Pedro s incluye juicios de valor (negativos) sobre el orden social y poltico. Es importante para Soledad Acosta construirsunovelaatravsdelaconuenciaentreestosdospersonajes,pues Linguistica 61 PREPRENSA.indd 259 30/07/2012 10:42:18260PAULA ANDREA MARN COLORADOellos le permiten articular su propuesta tico-esttica a travs de la individualidad masculina y femenina, de acuerdo con sus posibilidades y lmites en el siglo XIX. Pedro, a diferencia de Dolores, no puede sustraerse de su cuerpo pblico, de su cuerpo social (l es un hombre letrado, en todo el sentido de la palabra educado, adems, en la capital; ella es una mujer aldeana); su discurso le permite al lector entender la situacin de Dolores, pues lo que es explcito en el discurso de Pedro, se hace manifesto a travs del cuerpo de Dolores, la crtica hecha por Pedro frente a los cambios sociales es manifestada en la degradacin del cuerpo de Dolores, en la prdida de su blancura.Pedro, al igual que su padre, es mdico, pero, a diferencia de l, hace su carrera en la capital y luego en Europa, aunque al principio de la novela, manifeste su deseo de vivir en el pueblo. De esta manera, cumple el sueo de su padre: Mi padre era el mdico de N*** y en cualquier centro ms civilizado se hubiera hecho notar por su ciencia prctica y su caridad. Al contrario de lo que generalmente sucede, l siempre haba querido que yo siguiese su misma profesin, con la esperanza, deca, de que fuese un mdico ms ilustrado que l (Dolores: 46). Si bien hay un dejo nostlgico en Pedro por esa provincia que empieza a modernizarse, tambin hay una aceptacin de decirle adis a ese orden que ya no coincide con los ideales ilustrados que encarnaban sus antecesores.Ambos personajes hacen un duelo por el mundo perdido, por un orden en el que se sentan seguros, en el que su privilegio de blancos, criollos, no era puesto en duda, sin embargo, mientras que Pedro vive este duelo de manera apenas percepti-ble (su principio masculino lo obliga a que su cuerpo pblico sea mantenido, por encima de su intimidad melanclica), Dolores encarna el proceso de melancola y duelo en su propio cuerpo. As, el duelo de Dolores le permite a Pedro alejarse de la provincia, cortar el puente con ese orden anterior; lo que el lector puede asumir es que Pedro regresar a Europa para seguir en su camino de hacerse un mdico ms ilustrado que su padre sin embargo, la narracin no muestra, explcitamente, un futuro defnido para l.En este sentido, la toma de posicin5 de Soledad Acosta en Dolores se asimila a la situacin descrita por Rojas para la lite criolla despus de la Independencia: Desaparecidalaamenazadeladominacinespaola,loscriollosintentaron identifcarse ms abiertamente con la civilizacin europea (Rojas, 2001: 71). En 5La toma de posicin hace referencia al punto de vista axiolgico (tico-esttico) particular del escritor, puesto en forma en sus obras literarias. La toma de posicin del escritor es su respuesta particular a los condicionamientos sociales de su poca, el conjunto particular de sus prcticas sociales tangibles en el campo literario, su apuesta esttica puesta en forma en el texto artstico (Bourdieu, Las reglas 302-309).Linguistica 61 PREPRENSA.indd 260 30/07/2012 10:42:18261LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... relacin con lo anterior, es importante sealar que en esta novela, la capital no es tampoco un lugar adecuado para la realizacin de los personajes en la obra, en este caso, Pedro. La crtica al proyecto moderno en Colombia es doble, desde el punto de vista de la autora: el orden del campo empieza a quedar atrs y con l los privilegios delaslitescriollasyaristocrticas6;elordenurbanosepercibecomocorrupto, pues otros valores son los que se imponen, principalmente, el dinero que otorga una posicin social, no importa el origen verdadero de quien lo posea.7

Cuando Pedro recuerda el momento en que Antonio hombre que encarna el amorparaDoloresseenteradelaverdaderaraznporlacualellarechazasu propuesta de matrimonio, enuncia lo siguiente: Ese rudo golpe no fue para l causa de desaliento: su carcter enrgico no permita eso, y al contrario procur vencer su pena dedicndose a un trabajo arduo y a un estudio constante.Pronto se hizo cono-cer como un hombre de talento, laborioso y elocuente, y alcanz a ocupar un lugar honroso entre los estadistas del pas (Dolores: 94); poco tiempo despus, Antonio se casa. El carcter enrgico de los hombres letrados, contrasta con el melanclico deDolores,peroesprecisamenteesteltimoelquelepermitirhacerunduelo que, al mismo tiempo que deja abierto el camino para que Antonio y Pedro puedan realizar su cuerpo social con dignidad, le posibilita fundarse (aunque no realizarse plenamente)asmismacomosujetoycomomujerletrada(aunquedemanera incipiente), esto gracias como otro acto reejo de la textualidad novelesca a su contacto con Antonio y Pedro, quienes le permiten entender la importancia del estudio, de la educacin.El lector no asiste aqu a una posicin romntica del hroe, sino realista; aqu el amor no se sobrepone a las miserias de la realidad, sino que la realidad es un llamado para que los personajes asuman de la mejor manera posible su situacin, tratando de 6En la novela, es Julin quien encarna una aristocracia parasitaria (Buenahora, 2005: 87). Este personaje, al principio es blanco de las crticas de Pedro, pero luego se convierte en su aliado cuando Antonio lo reta a un duelo.Se deduce, entonces, que, aunque este grupo social tambin ha perdido sus privilegios en la sociedad actual y ha permitido la degradacin de sus valores, an stos siguen siendo legtimos en comparacin con los que encarnan los blanqueados. 7ElpersonajequeencarnaestadegradacinenlaobraesBasilio,quienintentacortejaraDolores(porsu dote, segn aclara el narrador) al mismo tiempo que Antonio amigo de Pedro; Basilio recibe las burlas de este, de Dolores y de Pedro, por tener semejante atrevimiento. A partir de ah, Pedro y Dolores empiezan asufrirloqueellectorentiende,implcitamente,comounavenganzadeBasilio.Paralosprotagonistas, don Basilio manifesta una mezcla impura tanto en el terreno intelectual (mezcolanza de saberes que se perciben como gregarios) como en el poltico, pues sus principios varan, segn sus intereses econmicos. Aunque don Basilio logra casarse con una seorita de la capital (Mercedes, ex prometida de Pedro), es claro que la narracin no aprueba este aparente triunfo del blanqueamiento social, sino al contrario: Mercedes ha dejado de ser digna del amor de Pedro por su carcter variable, dbil y ftil, por lo tanto, su matrimonio con Basilio slo le confrma su acertada decisin de alejarse de ella.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 261 30/07/2012 10:42:18262PAULA ANDREA MARN COLORADOmantener una posicin distinguida y digna en la sociedad (en el caso de los hombres), tal como lo exige la raza y grupo social a los que pertenecen.As como para Pedro la dosis de realidad es la muerte de Dolores y para An-tonio es la verdad sobre su enfermedad, para ella, es el matrimonio de Antonio, que signifca la prdida del objeto amado y la renuncia completa a su papel tradicional en una sociedad degradada, pero tambin su muerte. Esta simboliza la tragedia de lamujercriollaamediadosdelsigloXIX:elsacrifciodesucuerpopblico(la prdida de su belleza, de su blancura) la asla y le impide una realizacin completa, pues la mujer slo existe para lo pblico a travs de sus roles como esposa y madre; al renunciar a ellos, funda su ser ntimo, su individualidad, pero, en esta poca, esa lograda autonoma an no alcanza pero alcanzar algn da, parece pronosticar Soledad Acostaparasertotalmenteindependienteyactiva,desdeelpuntode vista econmico y social (el lector sabe que Dolores puede recluirse en su choza a estudiar y a escribir porque son otros los que la sostienen econmicamente).De las descripciones amplias sobre el paisaje y las costumbres, en la primera parte de la novela, se pasa, en la segunda y tercera parte, a la narracin sobre las transformacionesdelospersonajesy,sobretodo,sobrelaintimidaddeDolores. De la visin romntica-nostlgica sobre el paisaje y las costumbres del medio actual, lanarracinpasaaconcentrarseenlavivenciamelanclicadeDoloresyenel advenimiento del duelo en su cueva (Gilbert y Gubar, 1998: 110). All, se aduea de su intimidad, de sus contradicciones (su negacin de Dios, sus deseos de suici-darse, sus estados de locura, las uctuaciones de su nimo), reconoce (no elimina) sus impulsos y su sensibilidad, y los canaliza a travs de la escritura (su diario, sus cartas, sus composiciones en prosa y verso).El proceso de ilustracin de Dolores le permite recoger los pedazos del cuerpo desupadre(representantedelblanco-letrado)eintegrarlosatravsdesupropia representacincomosujetoletrado;as,aunquelaherenciadesupadreseala degradacin del privilegio de blancura, conserva de l la letra que contrarresta su propia fragmentacin (aunque no del todo, pues adviene la muerte para ella). Esto explicara la falta de conexin entre Dolores y una tradicin femenina. La presencia de la madre (su recuerdo) es inexistente en la narracin, as como su relacin con otras muchachas, con sus contemporneas.La falta de relacin con esa tradicin femenina hace que la mujer no desarro-lle completa ni conscientemente el papel de docilidad y sumisin que ella debera desempear al haberse plegado a los deseos y la personalidad de su madre, asimi-lando, las constricciones sociales a las que pasivamente se someta su progenitora (Rodrguez-Arenas,1991:151),y,enconsecuencia,quedesarrolle,mayormente, un deseo de dotarse de la fgura masculina por representar esta lo intelectual (Al-zate, 2005: 117), con lo que ella quiere identifcarse. En el caso de Dolores y de Linguistica 61 PREPRENSA.indd 262 30/07/2012 10:42:18263LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... la misma Soledad Acosta8, por ser hija de demasiado pocas madres, la escritora [la letrada] siente que est ayudando a crear una tradicin viable que surge al fn (Gilbert y Gubar, 1998: 65), aunque con las limitaciones propias de su condicin y de su poca.Dolores no es vctima de una de las enfermedades que rinden culto a la invalidez femenina, a su fragilidad: la tuberculosis, las afecciones cardiacas (Gilbert y Gubar, 1998: 69); por el contrario, la enfermedad de Dolores tiene el poder que produce el miedo al contagio segn se pensaba en la poca, pero an ms importante: tiene el poder de obligarla a construir una imagen de s misma como til para s, como responsable de s. Este es el triunfo de una mujer que asume su proceso melanclico por un ideal perdido (el privilegio de la blancura, en este caso) y que, gracias a ese proceso,sefundacomosujeto(negandolasubjetividadquelehasidoimpuesta desde afuera como mujer tradicional e internalizando una norma que elige, que asume como propia, y que instaura su espacio psquico, ntimo), aunque sea sobre la base del sometimiento propio de la mujer colombiana en la sociedad eminentemente patriarcal de mediados del siglo XIX.Este sometimiento a la norma patriarcal introduce una ambigedad en el proceso de individuacin femenino: la identifcacin con el ideal ilustrado ocasiona la desva-lorizacin de s misma al no tener todava las vas y las herramientas necesarias para legitimarse como mujer letrada, como mujer escritora en la sociedad Neogranadina del siglo XIX colombiano. Este ideal se instaura en el interior psquico como un supery severo, como un juez tirnico (Kristeva, 1997: 16) que, al mismo tiempo quefuncionacomomecanismodeindividuacindeDoloresydefensacontraun afuera degenerado, le impide reconciliarse con su espacio de realizacin propiamente femenino, segn los modelos de la poca.Como consecuencia de lo anterior, el instinto de muerte se hace mayor que el instinto de vida (Freud cit. Kristeva: 21-22) y Dolores cae en la asimbolia (Kristeva, 1997), en la incapacidad para dar sentido: Para quin aprendo yo? Mis estudios, mi instruccin, mi talento, si acaso fuera cierto que lo tuviera, todo esto es intil, pues jams podr inspirar un sentimiento de admiracin: estoy sola, sola para siempre (Dolores: 99).A la prdida de la fe en el ideal ilustrado, le sucede la noticia del matrimonio de Antonio y as como el cuerpo de Dolores, literalmente, cae a pedazos, tambin lo hace su Yo, que ya no encuentra identifcacin posible ni con 8En el diario de Soledad Acosta resulta claro que su proceso de identifcacin se da con la fgura del padre y no con la de la madre: [l era] la nica persona que saba lo que era yo porque me pareca en sus sentimientos, en el genio. I [Cuando muri sent] que el apoyo se me haba ido y que estaba sola. Mi madre estaba ah, pero ella no me comprende, no toma inters en mi instruccin, en mi espritu. Su amor hacia m es grande, pero no me conoce.... [18 de noviembre de 1854] (Acosta, cit. Alzate, 2005: 118).Linguistica 61 PREPRENSA.indd 263 30/07/2012 10:42:18264PAULA ANDREA MARN COLORADOel objeto femenino (ser esposa-madre) ni con el masculino (ser lectora-escritora). La aceptacin de la prdida del ideal criollo de nacin se convierte en un proceso melanclico que deriva en duelo, pero la fragilidad del espacio psquico que aquel crea no alcanza an para evitar la muerte del sujeto como triunfo fnal sobre el vaco del objeto perdido (Kristeva, 1997: 14).Si bien el matricidio es la condicin sine qua non de nuestra individuacin (Kristeva, 1997: 30), en el caso de Dolores, ste no sucede de manera ptima, pues aunque ella niega/pierde su objeto de identifcacin femenino (su realizacin en una esfera pblica de manera tradicional) y elige la idealizacin del objeto masculino (mundo simblico, letrado) como sublimacin de la prdida (a travs del ejercicio de lectura y escritura) y fundacin de su subjetividad, esta idealizacin del mundo simblico signifca, a su vez, la idealizacin de una normativa social que le exige recuperar su objeto materno rechazado, a lo que ella se niega por ver ah la traicin al ideal criollo (de all tambin, la prdida de su sensibilidad-cuerpo, asociada siempre con lo femenino, es decir, Dolores ha sacrifcado su sentir femenino para ser fel a su ideal masculino de nacin).As, como un personaje de una tragedia griega, Dolores no puede conciliar lo femenino y lo masculino, su mundo interior y las exigencias del exterior, y muere, negndose a participar en un mundo en el cual ya no cree (la esfera pblica: madre-esposa) y, a la vez, sintindose marginada del mundo en el que cree (el reconocimiento de su talento letrado) y que, por otro lado, est amenazado con desaparecer en medio del que se considera un creciente proceso de blanqueamiento, de mestizaje social.9 A pesar de esto, el fnal de Dolores representa tres formas del triunfo: el devenir sujeto de una mujer con mnimas posibilidades de lograrlo en un medio como el suyo; el hacer posible que Antonio y Pedro s encuentren alternativas de vida al aceptar el veredicto de realidad por un acto reejo: la representacin de su melancola enel cuerpo fragmentado, doliente y en duelo de Dolores y, a su vez, la proyeccinen ellos de la realizacin de su ideal ilustrado, moderno genuino; y, por ltimo, el triunfo sobre un lector que reconoce la fuerza y la presencia de ese sujeto mujer a travs de su narracin y de su palabra propia, de su intimidad escrita (sus cartas, su diario, sus 9Os quieren ilustradas, pero no literatas, dice Josefa Acevedo, y nada ms diciente que esta frase de otra escritora del siglo XIX para explicar la situacin del personaje de la novela de Acosta y de la misma escritora posicionada en un campo literario an no autnomo. A pesar de las campaas para educar a la mujer a me-diados de ese siglo, lo que expresa este proyecto es otra ms de las contradicciones del deseo civilizador: mujer educada (criolla) s, pero no reconocida por ser letrada, tal como podan serlo los hombres (criollos). El ejercicio letrado se circunscriba a la esfera privada y estaba siempre en segundo lugar despus de sus roles como esposa y madre. Aqu el ideal ilustrado no conlleva un ideal de felicidad plena por las limitaciones que tena la mujer de la poca para realizarlo y, por otro lado, porque tal ideal sufre tergiversaciones en manos de grupos ilegtimos, pasando de la erudicin clsica a la mescolanza de saberes (tal como lo ilustra Basilio) o a conocimientos exclusivamente prcticos.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 264 30/07/2012 10:42:18265LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... composiciones en prosa y verso). Por eso no es la imagen de Dolores muerta la que cierra la novela, sino su diario, su palabra; en Dolores, la escritura no busca agotar la historia que se narra, sino producirla a travs de la construccin de una discursividad en la que el sujeto de la enunciacin se hace a s mismo sujeto de su enunciado.2. Trnsito: el cinismo criollo como domesticacin del pensamientoEn esta parte intentar demostrar que en Trnsito10 Luis Segundo Silvestre legitima una concepcin regeneracionista del proyecto de nacin. Con esta novela, Silvestre valida el ideologema11 civilizacin vs. barbarie al contraponer las gentes civili-zadas y las gentes campesinas y, sobre todo, al construir una representacin de estas desde la descripcin de tipo costumbrista. De esta manera, el autor niega la posibilidad del mestizaje como proyecto de nacin en Colombia y responsabiliza a las gentes no civilizadas del fracaso del proyecto de modernizacin, pues al no corresponder al ideal civilizado, se vuelven instancias intiles para alcanzar el pro-greso, y causantes de la pobreza y las guerras civiles que acaecan en el pas. As, la propuesta de Silvestre es ratifcar un proyecto de nacin excluyente, a travs de una propuesta esttica anacrnica12 que busca cerrar los ojos ante la realidad.2.1. El costumbrismo como velo de la realidadTrnsito narra la historia de Andrs, hombre de veintids aos proveniente de Bo-got, de buena familia y criollo-blanco. Andrs trabaja como administrador para su to en Girardot, donde se encuentra una de las sucursales de su factora de tabaco13. 10Al buscar trabajos crticos sobre la obra de Silvestre, el panorama es desolador. A pesar de su cercana al gobierno (fue secretario de gobierno durante la presidencia de Mariano Ospina y la de Antonio Cuervo en el Tolima), el desempeo de diversos cargos pblicos en el entonces estado soberano del Tolima y la incursin en el periodismo en publicaciones como La Patria, La Repblica y El Orden, la obra de Silvestre apenas es mencionada en las historias de la literatura colombiana como representante del costumbrismo.11Remito al trabajo realizado por Irlemar Chiampi sobre lo maravilloso en la literatura latinoamericana. All, Chiampi propone seis ideologemas (unidades cultural-ideolgico-semnticas) para entender la representacin de lo real maravilloso americano en la literatura: Amrica como maravilla, neo-utopa ilustrada, civilizacin vs. barbarie, Amrica latina o mestiza?, europesmo vs. indigenismo y mestizaje cultural (Chiampi, 1983: 127-135).12El auge de la toma de posicin costumbrista se puede ubicar a mediados del siglo XIX (resultado del proyecto de la Comisin Corogrfca llevado a cabo entre 1849 y 1858) y, especfcamente, en la dcada de 1860 con la publicacin de lo ms representativo del gnero costumbrista en Colombia: Museo de cuadros de costumbres (1866), recopilacin realizada por Jos Mara Vergara y Vergara y otros miembros del peridico El Mosaico. 13En Trnsito, la poca en que transcurre el relato se infere a partir de las referencias a revoluciones (Mocho Vargas y Melo, cuando Trnsito es una nia tiene nueve aos cuando sucede la revolucin de Vargas) y al auge de las tabacaleras en Ambalema (se infere, pues, que el presente de la narracin est en la dcada de 18601870).Linguistica 61 PREPRENSA.indd 265 30/07/2012 10:42:18266PAULA ANDREA MARN COLORADOAl regresar de cumplir una de sus tareas en un pueblo ribereo, se le atraviesa en su camino Trnsito, una muchacha aldeana, mestiza y pobre que terminar ena-morada de Andrs.l no es indiferente a su belleza; en la narracin se la describe como una muchacha de tez bastante limpia, ojos muy negros y vivarachos, andar desembarazado, como si toda fuese de goznes y muy bien parecida (Trnsito: 19), tan bien parecida y de color de piel lo sufcientemente claro para que alguien de la capital (acostumbrado a ver verdaderas bellezas, segn se sugiere) se fje en ella. Sin embargo, Andrs evitar su trato y su cercana para cumplir con los mandatos de su to acerca de lo impropio de trabar relaciones con mujeres de menor rango social (econmico y racial). El fnal de Trnsito es trgico: asesinada a manos de uno de los hijos de un gamonal de la regin, quien la acosaba sexualmente.Todo sentido parece obvio en esta novela y, de hecho, lo es. Trnsito presenta un dialogismo mnimo y su discurso se construye a travs de la negacin a apropiarse de toda palabra ajena; las concepciones de mundo de los personajes estn claramente diferenciadasdeacuerdoconsuraza,posicineconmica,gneroyprocedencia (provincia / capital) y esto produce que la narracin se organice a travs de pares dicotmicos:mujer/hombre,mestizo/criollo-blanco,calentano/bogotano,in-moral / moral, incivilizado / civilizado, atrasado / moderno, creencias populares / conocimiento letrado.La interpretacin del mundo que construye la obra reproduce (en un nivel simblico evidente) los discursos polticos de la poca (Regeneracin) y confrma el orden dominante impuesto por las lites criollas; en este sentido, la narracin privilegia el punto de vista de un letrado que elabora una visin negativa sobre la otredad.Unadelasprincipalesestrategiasparalograrlafjacindeestesentidoanti-dialgico de la obra es el uso del costumbrismo para representar la realidad.En el prlogo, la novela es presentada de la siguiente manera (por un autor annimo): Una de las muestras ms simpticas entre las narraciones colombianas de su gnero, pues, a descripciones llenas de color y de verdad, se agregan en ella un argumento interesante y un sentimiento delicado y puro que no desmaya; los caracteres estn biendefnidos,yparaelestudiodenuestrofolkloretienegranvalor(Trnsito: 9). Lo que se destaca es, entonces, la autenticidad de la representacin que logra construir Silvestre, la palabra que fja la comprensin de esa realidad representada.La narracin busca agotar una historia: la de Trnsito, desde el momento en el que se cruza en la vida de Andrs hasta su muerte. Esta narracin es adornada con la descripcin de paisajes y tipos sociales propios de las tierras calientes. Cuvardic Garca (2008) explica, de la siguiente forma, cul es la intencin de los tipos sociales en el costumbrismo latinoamericano:Linguistica 61 PREPRENSA.indd 266 30/07/2012 10:42:18267LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... La intencin de los artculos de tipos sociales es perflar a grandes rasgos un grupo social, un colectivo. Afrman Todorov y Ducrot [] que el tipo se encuentra carac-terizado por su estatismo y que, en l, los atributos no slo permanecen idnticos, sino que tambin son muy escasos y con frecuencia representan el grado superior de una cualidad o un defecto (por ejemplo, el avaro que slo es avaro, etc.). Se trata de describir lo especfco (el individuo) por medio de lo general (el tipo social). Se defne, en todo caso, sociohistricamente: el tipo social remite a un perfl profesional tpico de una sociedad o a las prcticas de sociabilidad cotidianas de los individuos (Cuvardic, 2008: 40).El estatismo y las descripciones generalizadoras (el uso de eptetos, por ejemplo, que asimilan a los individuos con modelos de la cultura letrada: estatua de bronce, cclope, viejo Neptuno, joven Marte, prima donna) son las dos principales caractersticas de este tipo de representacin.Lo que esto produce es la negacin de la subjetividad de los personajes tpicos descritos, es decir, la imposibilidad de que ellos sean particularizados y que tengan un margen de pensamiento y de accin ms libres. Esto lo entiendo como una estrategia de domesticacin del pensamiento. Los autores de artculos de tipos sociales y de relatos costumbristas contribuyeron a esta domesticacin al propagar una interpretacin esttica de la realidad y, sobre todo, de las personas que habitan en ella, pues son concebidas como un otro sin valor dentro de lo que se considera la verdadera sociedad: blanca-criolla, letrada, patriarcal y con sufcientes ingresos econmicos para poner a andar el proyecto progresista que consolidara la nacin.El culmen de esta domesticacin del pensamiento que produce la representacin costumbrista es la confguracin de Trnsito, es decir, del tipo femenino:Lostipossocialesfemeninosseretratandesdeunaelevadsimamisoginia.[]Se describen tipos de mujer sexual y econmicamente improductivos (como es el caso de la coqueta o de la solterona). Se critica desde el patriarcado un tipo social que esta misma ideologa se ha encargado de crear. Por su parte, los tipos sociales masculinos, econmicamente improductivos y sexualmente productivos, aunque tambin reciben unacrticamoral,estaltimaseenmarcaenelmbitodelareprimendaorecon-vencin, ms que en el de la condena, como sucede en el caso de los tipos sociales femeninos (Cuvardic, 2008: 48).Trnsitoesrepresentadacomounacoquetae,implcitamente,sesugiereque es por su forma de ser (caracterizada por una temeridad ingenua) que llega al fnal trgico. Trnsito es un ser improductivo en la sociedad que se desea consolidar, pues, adems de pobre, su carcter conlleva desorden en donde quiera que se encuentre (ya sea en la hacienda o en la factora). Por otro lado, a pesar de que Andrs tambin hayademostradoteneruncomportamientomoralmentedbil(confesaqueha Linguistica 61 PREPRENSA.indd 267 30/07/2012 10:42:18268PAULA ANDREA MARN COLORADOcometido no pocas locuras en las festas de Purifcacin), pasional, la narracin no lo condena por ello, pero s a Trnsito. Trnsito, entonces, aparece como un obs-tculo en la vida de Andrs del que debe liberarse para consolidarse como un ser productivo y ejemplar en la sociedad criolla.La narracin tambin condena a los que se atreven a contradecir o a poner en duda la razn del blanco.Los inferiores deben respetar y aceptar la voluntad de los superiores y, sobre todo, deben actuar segn lo esperado por stos, segn el cdigo de comportamiento ideado por ellos, basado en la virtud cristiana, el servicio, la humildad y el eterno agradecimiento por cualquier accin que un blanco haga por ellos. Este ltimo aspecto es la caracterstica principal de la domesticacin del pensamiento ejercida por los blancos sobre los otros inferiores: se les hace creer en la caridad del blanco como una excepcin que deben agradecer infnitamente, se les hace creer que no merecen este buen trato del blanco, estos favores y, as, se forma una actitud sumisa y dependiente entre el blanco y el que no lo es. El otro se siente agradecido si lo tratan con amabilidad, si lo tratan con familiaridad, si le pagan un servicio o le agradecen por l; lo que debera ser normal en una sociedad democrtica se torna una excepcin y, peor, se naturaliza, por ejemplo, a travs del costumbrismo. Lo normal no es dar y recibir, no es solicitar un servicio y pagar por l, sino es-perar recibirlo porque se tiene el privilegio para hacerlo; esto tambin confrma otro de los propsitos de la construccin de tipos sociales en Trnsito: fjar la bondad, la caridad, la virtud del buen cristiano como un deber de aquellas gentes no blancas para con quienes ellos deben servir: los blancos (como una actitud de rezago de la estructura social de la Colonia), en agradecimiento por los favores recibidos (la construccin y consolidacin de una Repblica).Esta actitud sintetiza el cinismo de los criollos frente a los otros excluidos del proyecto de nacin que ellos idearon desde antes de la Independencia y que espera-ron consolidar despus de ella. La retrica usada para convencer al pueblo de la conformacin de una nacin en condiciones de igualdad, muestra aqu su discurso ideolgicosubyacente:laexclusindelosquepertenecanacastasdistintasala de los criollos, a la de los blancos puros, con la excusa de que ellos no cumplan conlosrequerimientosdelproyectodemodernizacin,laexcusadequenoeran civilizados. Cristina Rojas explica este carcter incivilizado que se atribuy a quienes estaban vinculados con la produccin manual de textiles: los mestizos, los indios, los negros y las mujeres. Sus identidades se defnan con atributos pasionales, lo que descartaba canalizar recursos para aumentar su capacidad productiva. Eran percibidos como brbaros necesitados de la civilizacin antes de ser asumidos por el mundo productivo (Rojas, 2001: 198).Linguistica 61 PREPRENSA.indd 268 30/07/2012 10:42:19269LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... Sin embargo, en Trnsito, lo que se descarta, adems, es la posibilidad de que estosbrbarospuedancivilizarseparaserasumidosporelmundoproductivo: Gentes tan salvajes as no se civilizarn nunca; y aunque se pongan botines como el don Urbano, que blasona caballero, te juro que entre sus progenitores ha tenido que haber por lo menos algn arriero; eso si no son dos (Trnsito: 134). El proceso de mestizaje, entendido como blanqueamiento, se juzga tambin de forma negativa. Los nicos seres dignos son aquellos que han mantenido la pureza de la raza blanca, la limpieza de sangre. La otra cara del cinismo criollo se confgura en Trnsito a travs de la culpabilizacin de los brbaros sobre el fracaso de la modernizacin del campo y el consiguiente y lgico abandono de los blancos puros.2.2. La Regeneracin o todo tiempo pasado fue peorCristina Rojas explica que, hacia mediados del siglo XIX, la regin de Ambalema era la principal exportadora de tabaco y tena la fbrica de tabaco ms grande del pas. Muchos inmigrantes se establecieron en Ambalema. Desde la capital emigraron letrados y comerciantes hacia las tierras bajas en busca de fortuna.[] Durante el auge del tabaco los jvenes abogados liberales y los comerciantes de Bogot se trasladaron a Ambalema, donde se establecieron como hacendados (Rojas, 2001: 248-249). Este es el cronotopo real14 de la novela, pero si miramos de cerca el de-sarrollo de la historia en Trnsito, es claro que lo que hace Silvestre es asimilar el tiempo-espacio real al tiempo-espacio novelesco, a travs de un sistema simblico quedejaintactalaorganizacinsocialyticadelmundorealrepresentadoenel textoliterario,peroquevelalacargaideolgicadeestaorganizacin,pormedio de la suavizacin de las tensiones sociales en la representacin costumbrista; as, el cronotopo artstico permite evidenciar el ideologema civilizacin vs. barbarie presente en la novela.Hacia 1875, Ambalema haba fracasado como regin exportadora de tabaco (Rojas, 2001: 264), y sabemos tambin que en 1885 hubo una revuelta liberal que intentaba oponerse al rgimen regeneracionista de Nez, a causa de la pobreza que reinaba en toda la nacin; esta revuelta fue reprimida. Estos dos hechos permiten entender mejor cul es la toma de posicin de Silvestre en Trnsito, pues ante una 14El cronotopo concentra el problema de la asimilacin del tiempo real, es decir, el problema de la asimilacin de la realidad histrica en la imagen potica (Bajtn, 1989: 402). El cronotopo es un elemento del anlisis textual que permite interpretar la vivencia del tiempo-espacio elaborada en una novela en particular: Vamos a llamar cronotopo (lo que en traduccin literal signifca tiempoespacio) a la conexin esencial de relaciones temporales y espaciales asimiladas artsticamente en la literatura (Bajtn, 1989: 237). El cronotopo artstico enriquece el cronotopo real, pues el autor evala la realidad histrica y construye una nueva signifcacin de ella en el texto artstico.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 269 30/07/2012 10:42:19270PAULA ANDREA MARN COLORADOrealidaddepobrezayfracasodelproyectomodernizador,lanovelaproponeuna vuelta a un pasado desde el cual desea explicarse los motivos de los fracasos del presente. Si la factora de tabaco no funcion es porque quienes trabajaban all eran perezosos, pasionales, adictos al juego, a la bebida, al baile y a las disputas, si el proyecto regeneracionista no funciona es porque la mayora de la poblacin contina manifestando costumbres brbaras.Andrs, como administrador de la factora, se identifcaba totalmente con los intereses y [] costumbres puritanas del dueo (Rojas, 2001: 251). Pareciera que Rojas estuviera hablando de Trnsito, pero, en realidad, est hablando de la situacin de las factoras de la regin de Ambalema a mediados del siglo XIX. La coincidencia entre el administrador descrito por Rojas y la caracterizacin de Andrs permiten hacer evidente la individualidad que ste constituye, sujeta al poder de su to como norma patriarcal incuestionable. A pesar de que la narracin en Trnsito est en manos de un personaje (Andrs), la focalizacin interna y su discurso directo no confguran una subjetividad, sino una norma parlante, pues la intimidad de Andrs no emerge en la narracin; lo que habla a travs de l es el cdigo moral del to (nico representante digno del proyecto modernizador en la regin, lo que deja a los hacendados tambin fuera de este cdigo).Andrs no se hace sujeto de su enunciacin, sino que, al igual que Trnsito, es sujeto del enunciado, cuya enunciacin, realmente, est en manos de la normatividad blanca de la que l acepta ser representante.Andrs se siente cmodo en su situacin privilegiada y cree en ella sin ninguna duda. La prueba de esto est en la construccin del tiempo de la narracin: los aba y los an se repiten incesantemente en la terminacin de los verbos como un pa-sado que no acaba de ocurrir, como unos hechos que no cesan de acaecer, pero all, lejos de la afectacin de quien los recuerda y los narra. La preocupacin de Andrs es recordarlos y describirlos lo ms felmente posible, y entendemos que, adems, fjarlos en su estatismo, en lo que sigue ocurriendo copindose a s mismo hasta la eternidad,enunospersonajesquepertenecenalpaisajeyquedebenpermanecer all, cumpliendo su papel.Esto pasa con Trnsito, con los otros tipos sociales descritos y con la misma natu-raleza: Trnsito es bella, pero incivilizada; aquellas gentes calentanas son buenas en el fondo, pero brbaras; la naturaleza es bella, pero violenta, tan violenta, tan poco apta para el proceso modernizador, que Trnsito muere en un bello paraje: SeranlasochocuandollegamosalarroyodeSanta Ana,quecorreporuncauce arenoso, poco profundo, por entre rboles y matorrales. Al llegar a la banda opuesta, notamos huellas de sangre, y nos internamos por una vereda siguindolas. Llegamos a una casita. Endimin iba adelante; en el patio de ella haba un gran charco de sangre. Linguistica 61 PREPRENSA.indd 270 30/07/2012 10:42:19271LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... Nos acercamos todos, y al mirar hacia la salita, un grito se escap de todas las bocas. Trnsito estaba all moribunda (Trnsito: 137).El arroyo poco profundo que corre entre rboles y matorrales, se convierte en un charco de sangre; el paisaje americano es bello, pero suele tornarse siempre violento, incivilizado. Trnsito, la muchacha dispuesta a sacrifcarse por su patrn (Trnsito: 94), a ser su esclava (Trnsito: 95), consigue de l, ya moribunda, un angelical beso en la frente. Andrs huye de la presencia de Trnsito, sta lo sigue a escondidas y a ella la sigue don Urbano, el hijo de un hacendado, quien le dispara ante su negativa a entregarse a l. La muerte de Trnsito confrma el cinismo de la representacin costumbristaydelmismo Andrscuandoexpresa:Quvillanossomoslos hombres con las mujeres! (Trnsito: 120): Trnsito muere para que nazca a la vida eterna (Trnsito: 140), lo que confrma una estrategia retrica ms, utilizada por las lites criollassobre elpueblo y,anms, por el gobiernode la Regeneracin: la vida verdadera que no est en el aqu y ahora, sino en el ms all, la vida verdadera que los exime de actuar en el presente y deja en manos de otros las decisiones que defnirn sus destinos.El beso de Andrs resume la actitud de los blancos con los no-blancos; se buscan estrategias retricas (propias del bien hablar de la ciudad letrada) para suavizar las tensiones sociales, para continuar manteniendo el velo a travs del cual se cubre larealidadysedomesticaelpensamientodeaquellosaquienessequiereseguir manteniendo en situacin de dominacin.Trnsito legitima una representacin de la realidad que saca del espacio de la accin, sin ruidos, a quienes no pertenecen al grupo letrado y blanco. La tragedia de los dominados recreada en la muerte de Trnsito se suaviza a travs del beso que, al fn, consigue de Andrs; a travs del vestido blanco de desposada con el que visten su cuerpo muerto y que la convierte enestatuasepulcraldemrmol(Trnsito:144),enlanoviadeNuestroSeor Jesucristo, lista para entrar en la Gloria; a travs de la justicia de los hombres que nunca llega para la familia de Trnsito (su padre est en la crcel por culpa de don Urbano asesino de Trnsito y, aunque ella ha dado su testimonio al Alcalde sobre el responsable de su muerte, la condena sobre l nunca se concreta en la narracin), peroqueesperanobtenerdeladivinidad;atravs,fnalmente,delaenredadera que Andrs y Endimin siembran al pie de su tumba. La enredadera que, como un adorno, un objeto distractor, cubre, disfraza, la tragedia que representa su muerte.De esta manera, Trnsito cumple el propsito de la Regeneracin: por un lado, intentar justifcar el fracaso del presente y, por otro, tratar de convencer acerca de laexistenciadeunarealidaddegenerada,deunpueblodegenerado,quehayque regenerar (Melgarejo, 2008: 283), y de un pasado que era de desconcierto y rui-na, equivale[nte] a un descenso moral (1879), mientras que los nuevos son de Linguistica 61 PREPRENSA.indd 271 30/07/2012 10:42:19272PAULA ANDREA MARN COLORADOconcordia y progreso (1885) (Melgarejo, 2008: 291). Positivismo y cristianismo seintegranenloquepodemosllamarunprogramadelprogresivismocristiano: regeneracin poltica (centralismo), regeneracin moral (cristianismo) y regeneracin econmica (tendencia al proteccionismo) (Melgarejo, 2008: 298), dirigido a unas masas incapaces de gobernarse.Este progresivismo cristiano de la Regeneracin se enmarca en lo que Cristina Rojas denomina el deseo civilizador como programa poltico de todo el siglo XIX colombiano. A partir de la mitad del siglo, este deseo se encontr con el laissez-faire y este ltimo fue subordinado al primero. Como la economa poltica estaba fundamentada en el deseo de civilizar a las distintas clases sociales, razas y gneros, laspremisasdellaissez-fairenopodanseralcanzadas(Rojas,2001:185-186). La economa se subsume a la poltica y crea una contradiccin irresoluble para el proyecto de modernidad en Colombia: se desea civilizar a las masas iletradas, pero este deseo realmente no se ejecuta, no se lleva a cabo, pues eso equivaldra a acep-tar el principio del laissez-faire, el principio de respeto por el inters personal y el libre mercado de trabajo, la fuerza de trabajo indiferenciada, lo que acabara con la relacin dominantes / dominados y, as, con el dominio de la lite letrada criolla. Por esta razn, la narracin condena a don Trino, pequeo comerciante que compraba el tabaco en las factoras para venderlo l mismo y cuya moralidad es duramente cuestionada por Andrs y su pariente Endimin.El fracaso del sector exportador [el fracaso de las factoras en varias regiones del pas] tiene que ver con la violencia en las relaciones de produccin y con las formas violentas de la explotacin de la tierra. La cada en las exportaciones estuvo relacio-nada con una reduccin del precio internacional del tabaco colombiano, precipitada por una baja en su calidad. Los mtodos violentos de produccin fueron un obst-culo para ejercer cualquier tipo de control de calidad del tabaco para exportacin (Ocampo cit. Rojas, 2001: 176). Realmente, el entorpecimiento de la productividad no se deba al carcter incivilizado de los trabajadores como sugiere Trnsito, sino a la reproduccin de mtodos coercitivos sobre los trabajadores (Rojas, 2001: 177), a los mtodos de contratacin y vigilancia mediados por consideraciones de raza y gnero (tratadas retricamente como consideraciones morales) y no por la capacidad de trabajo de los individuos (Rojas, 2001: 249). Estos mtodos impidieron que emergiera el inters personal y con l, la posibilidad de echar a andar el proceso de individuacin o subjetivacin de esas masas incivilizadas.Trnsito castiga el deseo de una mujer por ascender en la escala social, por intentar mezclarse con un blanco. El romance frustrado entre Trnsito y Andrs alecciona al pueblo y a los mismos blancos acerca de la impertinencia de querer llevar a cabo un proceso de mestizaje. La estructura de la novela busca tambin aleccionar, no solo Linguistica 61 PREPRENSA.indd 272 30/07/2012 10:42:19273LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... con la construccin de una representacin costumbrista que intenta fjar de una vez y para siempre (naturalizar) el comportamiento de los blancos letrados y los otros iletrados, y normativizar las relaciones (im)posibles entre ellos, sino tambin a travs de los refranes que aparecen como ttulos de los captulos y que funcionan como frmulas fjas que estructuran el pensamiento y reglan las creencias populares, siem-pre, sobre imaginarios de resignacin y confrmacin de la lgica sublevacincastigo. Trnsito funciona, entonces, como enxemplo, como cuento con moraleja para la instruccin de la nacin, con lo cual queda velado el sentido subyacente de dicha estructura: encubrir la verdad de un fracaso y justifcar la imposicin del programa poltico regeneracionista, que se podra sintetizar en una modernizacin neoco-lonialista(sistemacapitalistaenexpansinenelqueColombiaeraproveedorde materias primas para benefcio de la economa y de los procesos de industrializacin de otros pases) que serva nicamente a los intereses de los blancos, pero que para los no-blancos sealaba una doble exclusin: por su naturalizada barbarie y por las violentas estrategias de modernizacin utilizadas con ellos.3. Conclusiones: las paradojas del deseo civilizadorCmo puede entenderse un proyecto de civilizacin slo para las lites criollas del pas? Entre el deseo civilizador y la realidad de su ejecucin podemos entender la paradoja de nuestra modernidad. Dolores y Trnsito exponen esta paradoja que enlaprimerasetraduceenmelancolayenlasegundaencinismo.Doloresse cuestiona la prdida de su privilegio blanco en un orden degradado por lo que ella entiende como la tergiversacin del deseo civilizador, y resguarda dentro de s la parte ms genuina de dicho deseo: el proyecto letrado. Por su parte, Andrs no se cuestiona su privilegio, sino que lo justifca a travs de la condena a los otros sociales por su falta de civilizacin, su exceso de barbarie.Ambas novelas dialogan con la discusin civilizacin vs. barbarie que distingui los discursos sociales de la segunda mitad del siglo XIX latinoamericano, es decir, con los discursos que evaluaban cul era la mejor forma de llevar a cabo el proceso de civilizacin del territorio americano y consolidacin de las jvenes naciones.Durante esta poca (1855) tambin apareci el libro de Gobineau: Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, el cual justifcaba la diferencia entre razas que podan civilizarse y aquellas que no. No afrmo que Acosta y Silvestre leyeron a Gobineau (es informa-cin difcil de confrmar), pero s que el inujo de sus argumentos tuvo que ver en la reiteracin semntica del deseo civilizador de la poca, entendido como posibilidad de construir civilizacin, pero slo desde y para las lites criollas.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 273 30/07/2012 10:42:19274PAULA ANDREA MARN COLORADOAldescartarquelasmasaspopularesygrupossocialesnopertenecientesa estas lites criollas pudieran ser considerados dentro del proyecto modernizador de la nacin, al ser considerados como brbaros a quienes ni siquiera vala la pena intentar, realmente, ilustrar, se los excluye doblemente: no slo desde el punto de vista de su productividad, de su fuerza de trabajo para construir un sistema capitalista no dependiente, sino tambin desde el punto de vista de la confguracin de subje-tividades autnomas. Las masas iletradas, incivilizadas no posean ningn medio para salir de su condicin, pues cualquier tentativa de hacerlo fue sancionado por las lites criollas: sus intentos de independizarse, econmicamente, sus intentos de sublevarse, polticamente, sus intentos de blanquearse, socialmente, fueron siempre blanco de crtica y de juicios negativos.Esta situacin no es frontalmente criticada por ninguna de las dos novelas, sino sutilmente aceptada, en el caso deDolores, y explcitamente justifcada, en el de Trnsito. Dolores, como fera letrada, invierte los valores civilizado / brba-ro,puesella,unaaldeana,habitantedeunprofundobosqueamericano,elige el proyecto letrado para constituirse como sujeto; de esta manera, Soledad Acosta proponeunanuevautopailustradacomoalternativaalideologemacivilizacin vs. barbarie y, aunque censura todo proceso de blanqueamiento social, defende, por medio de su personaje femenino, la posibilidad de devenir sujetos (dignos de la blancura criolla) a travs de la educacin, del saber letrado, como una condicin para poder contribuir y participar ms activamente en la consolidacin de la nacin y en la construccin de un proyecto civilizador sin tergiversaciones.Por su parte, en Trnsito, Luis Segundo Silvestre restringe la interpretacin del orden social representado y lo subsume a la reproduccin simblica del orden social real. El costumbrismo, como toma de posicin del autor en esta obra, obliga a man-tener la dicotoma civilizacin vs. barbarie, es decir, a mantener absolutamente diferenciadas las voces de los otros sociales y del nosotros de las lites criollas (letradas). El uso de coloquialismos, de las descripciones del paisaje y de sus gentes, se convierten en estrategias retricas que insisten en la distincin entre la palabra propia y ajena, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo normal y lo brbaro. La voz de Andrs se subsume a la voz de una norma patriarcal civilizada, letrada, que es incuestionable, infalible.En este sentido, resulta claro que la escritura en las dos obras sea diferente: en Dolores asistimos al relato de una historia que no se agota en la narracin de unos acontecimientos que buscan llegar al fnal, rpidamente y de manera lgica, sino que, adems, sta se hace discurso, busca una retrica particularizante, para dejarnos ver el advenimiento de un sujeto, de su intimidad melanclica, pero triunfante en un medio que aparece como degradado; en Trnsito nos encontramos con la narracin Linguistica 61 PREPRENSA.indd 274 30/07/2012 10:42:19275LINGSTICA Y LITERATURAISSN 0120-5587N. 61, 2012, 255-276SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER Y LUIS SEGUNDO DE SILVESTRE: RETRICA DE LA LIMPIEZA... de una historia que sobrepasa el destino particular de los hombres, pues estos son siempre sujetos de la enunciacin, pero nunca sujetos de su propio enunciado.En este orden de ideas, entendemos que mientras la puesta en forma de la me-lancola en Dolores, ubica a Soledad Acosta en una toma de posicin de tendencia realista,ladeSilvestreseacercaalcinismodelapuestaenformacostumbrista; mientrasSilvestreencubrelarealidad, Acostadescubreladegradacin(desdesu punto de vista criollo, letrado) de su medio social, a travs de la representacin de un cuerpo doliente y en duelo. Ambos autores privilegian la imagen de una indi-vidualidad criolla como modelo del proyecto moderno nacional, pero para Acosta el futuro de esta individualidad privilegiada parece incierto, y para Silvestre est plenamente justifcado. Las posiciones de estos dos autores en el campo literario no pueden desligarse de su fliacin poltica: mientras la novela de Acosta parece darle labienvenidacomprendiendoconlucidez suslimitacionesyadvirtiendo sobre sus contras al advenimiento de un gobierno de individuos (el proyecto liberal de la dcada de 1860), la de Silvestre justifca la imposicin de un gobierno centralista y proteccionista (el regeneracionista).BibliografaAcostadeSamper,Soledad.(2004).Dolores(cuadrosdelavidadeunamujer). En: Novelas y cuadros de la vida suramericana. Bogot: Editorial Pontifcia Universidad Javeriana, Ediciones Uniandes, 45-100.Alzate, Carolina. (2005). El diario ntimo de Soledad Acosta de Samper: confgura-cin de una voz autorial femenina en el siglo XIX. Revista de Crtica Literaria Latinoamericana, 62, 109-123.Bajtn, Mijal. (1989). Teora y esttica de la novela. Trad. Helena Krikova y Vicente Cazcara. Madrid: Taurus.Bourdieu, Pierre. (1997). Las reglas del arte. Gnesis y estructura del campo lite-rario. Trad. Thomas Kauf. Barcelona: Anagrama.Buenahora Molina, Giobanna. (2005). Dolores. Cuadros de la vida de una mujer. Poligramas, 22, 79-94.Cuvardic Garca, Dorde. (2008). La construccin de tipos sociales en el costum-brismo latinoamericano. Filologa y Lingstica, XXXIV, 37-51.Chiampi, Irlemar. (1983). Realismo maravilloso: Forma e ideologa en la novela hispanoamericana.Trad.AgustnMartnezyMrgaraRussotto.Caracas: Monte vila Editores.Gilbert, Sandra y Gubar, Susan. (1998). La loca del desvn. La escritora y la imagina-cin literaria del siglo XIX.Trad. Carmen Martnez Gimeno. Madrid: Ctedra.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 275 30/07/2012 10:42:19276PAULA ANDREA MARN COLORADOKristeva, Julia. (1997). Sol negro. Depresin y melancola. Caracas: Monte vila. Melgarejo Acosta, Mara del Pilar. (2008). Trazando las huellas del lenguaje poltico de La Regeneracin: la nacin colombiana y el problema de su heterogenei-dadexcepcional.En:SantiagoCastro-GmezyEduardoRestrepo(eds.). Genealogasdelacolombianidad.Formacionesdiscursivasytecnologas de gobierno en los siglos XIX y XX.Bogot: Editorial Pontifcia Universidad Javeriana, 278-307.Rojas, Cristina. (2001). Civilizacin y violencia. La bsqueda de la identidad en la Colombia del siglo XIX. Trad. Elvira Maldonado. Bogot: Editorial Norma.Rodrguez-Arenas, Flor Mara. (1991). Soledad Acosta de Samper, pionera de la profesionalizacinenlaescriturafemeninacolombiana:Dolores,Teresala limea y El corazn de la mujer (1869). En: Mara Mercedes Jaramillo et al. (eds.) Y las mujeres? Ensayos sobre literatura colombiana.Medelln: Editorial Universidad de Antioquia, 289-307. Silvestre, Luis Segundo de. [s.f.].Trnsito.Editorial Bedout. Sommer, Doris. (2004). Ficciones fundacionales. Las novelas nacionales de Amrica Latina. Trad. Jos Leandro Urbina y ngela Prez. Bogot: Fondo de Cultura Econmica.Linguistica 61 PREPRENSA.indd 276 30/07/2012 10:42:19