9
George l. García Sobre la (post-) modernidad filosófica: Las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein. Summary: After a brief characterization of the two main tendencies in modern philo- sophical thought, we try to demonstrate that Wittgenstein 's Philosophical investigations shouldn 't be understood in the sense of a post- modern knowledge. Resumen: Tras caracterizar dos grandes tipos de pensamiento en la modernidad filosófi- ca, intentamos demostrar que las Investigacio- nes filosóficas de Wittgenstein no deben ser en- tendidas en el sentido de un saber postmoderno. Los últimos lustros han presenciado un re- surgir del pensamiento del segundo Wittgenstein en diversos debates filosóficos contemporáneos. Entre éstos, la discusión sobre la modernidad ha tenido en el pensamiento de dicho filósofo un in- sumo importante para el planteamiento de pro- blemas y perspectivas; sus Investigaciones filo- sóficas (Philosophische Untersuchungeny se han convertido en interlocutor privilegiado, tan- to para quienes adversan el pensamiento moder- no, como para quienes pretenden una recupera- ción crítica de él. Ambas posturas se han servido de buena cantidad de conceptos suyos, particu- larmente de nociones tales como juego de len- guaje, forma de vida y parecido de familia. El énfasis de las nuevas corrientes de las ciencias sociales en los estudios a pequeña esca- la, motivado principalmente por las crecientes dificultades para encontrar comportamientos ho- mogéneos en sociedades cada vez más heterogé- neas,2 ha encontrado en los planteamientos de las Investigaciones un medio eficaz para el análisis de los lazos de socialidad cotidianos y para la propuesta de estrategias de convivencia. Desde tales perspectivas la pragmática del lenguaje ha asumido en buena medida las funciones que vi- siones más tradicionales atribuían a ámbitos co- mo los de la economía y la política, convirtién- dose así el lenguaje cotidiano en el cimiento de las relaciones de poder sobre las que se fundan todas las instituciones humanas, entre ellas el mercado y el Estado. Ahora bien, al tener la cuestión de la mo- dernidad alcances políticos tanto como filosófi- cos, los usos del pensamiento del último Witt- genstein nos resultan doblemente llamativos. In- tentamos a continuación una valoración sobre la situación de los planteamientos de las Investiga- ciones filosóficas en el debate modernidad-post- modernidad, a partir de las posturas de Jürgen Habermas (modernista) y de J. F. Lyotard (post- modernista), y sus respectivos usos de la noción de juego de lenguaje. 1 No hemos de referimos aquí a la moderni- dad en términos generales.é nos interesa abordar específicamente la cuestión del pensamiento fi- losófico de la modernidad. Empero, al guardar la modernidad ciertos rasgos unitarios, hemos de recordar algunas características suyas en tanto que se relacionan directamente con el carácter de los discursos filosóficos que en ella han surgido. Ferdinand Tonnies señalaba en su estudio sobre Comunidad y sociedad (Gemeinschaft y Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (93), 395-403, 1999

Sobre la (post-) modernidad filosófica: Las ...inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR/Vol.XXXVII/No... · Wittgenstein 's Philosophical investigations shouldn 't

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • George l. García

    Sobre la (post-) modernidad filosófica:Las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein.

    Summary: After a brief characterizationof the two main tendencies in modern philo-sophical thought, we try to demonstrate thatWittgenstein 's Philosophical investigationsshouldn 't be understood in the sense of a post-modern knowledge.

    Resumen: Tras caracterizar dos grandestipos de pensamiento en la modernidad filosófi-ca, intentamos demostrar que las Investigacio-nes filosóficas de Wittgenstein no deben ser en-tendidas en el sentido de un saber postmoderno.

    Los últimos lustros han presenciado un re-surgir del pensamiento del segundo Wittgensteinen diversos debates filosóficos contemporáneos.Entre éstos, la discusión sobre la modernidad hatenido en el pensamiento de dicho filósofo un in-sumo importante para el planteamiento de pro-blemas y perspectivas; sus Investigaciones filo-sóficas (Philosophische Untersuchungeny sehan convertido en interlocutor privilegiado, tan-to para quienes adversan el pensamiento moder-no, como para quienes pretenden una recupera-ción crítica de él. Ambas posturas se han servidode buena cantidad de conceptos suyos, particu-larmente de nociones tales como juego de len-guaje, forma de vida y parecido de familia.

    El énfasis de las nuevas corrientes de lasciencias sociales en los estudios a pequeña esca-la, motivado principalmente por las crecientesdificultades para encontrar comportamientos ho-mogéneos en sociedades cada vez más heterogé-neas,2 ha encontrado en los planteamientos de las

    Investigaciones un medio eficaz para el análisisde los lazos de socialidad cotidianos y para lapropuesta de estrategias de convivencia. Desdetales perspectivas la pragmática del lenguaje haasumido en buena medida las funciones que vi-siones más tradicionales atribuían a ámbitos co-mo los de la economía y la política, convirtién-dose así el lenguaje cotidiano en el cimiento delas relaciones de poder sobre las que se fundantodas las instituciones humanas, entre ellas elmercado y el Estado.

    Ahora bien, al tener la cuestión de la mo-dernidad alcances políticos tanto como filosófi-cos, los usos del pensamiento del último Witt-genstein nos resultan doblemente llamativos. In-tentamos a continuación una valoración sobre lasituación de los planteamientos de las Investiga-ciones filosóficas en el debate modernidad-post-modernidad, a partir de las posturas de JürgenHabermas (modernista) y de J. F. Lyotard (post-modernista), y sus respectivos usos de la nociónde juego de lenguaje.

    1

    No hemos de referimos aquí a la moderni-dad en términos generales.é nos interesa abordarespecíficamente la cuestión del pensamiento fi-losófico de la modernidad. Empero, al guardar lamodernidad ciertos rasgos unitarios, hemos derecordar algunas características suyas en tantoque se relacionan directamente con el carácter delos discursos filosóficos que en ella han surgido.

    Ferdinand Tonnies señalaba en su estudiosobre Comunidad y sociedad (Gemeinschaft y

    Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (93), 395-403, 1999

  • 396 GEORGE 1. GARCfA

    Gesellschaft), clásico ya, algunas diferencias fun-damentales entre las sociedades modernas y suspredecesoras, las denominadas tradicionales o pre-modernas. Según este sociólogo, "la Gemeinschaft[comunidad] se caracteriza por la voluntad socialen forma de armonía, tradiciones, costumbres yreligión; la Gesellschaft [sociedad], por la volun-tad social como transacción, legislación y opiniónpública"." Lo propio de la sociedad moderna sería,luego, la racionalización de las relaciones sociales,su creciente grado de abstracción.

    y así como en la modernidad se cuestionanlos fundamentos mismos de los vínculos sociales,saldando cuentas con la tradición, igualmente secuestiona la misma racionalidad, de modo que elmétodo se convierte en un aspecto fundamental.fEl escepticismo cartesiano'' y el-llamado de Kanta cuestionar el mundo racionalmente ("sapere au-de")? son manifestaciones de este espíritu moder-no. De allí que la modernidad filosófica sea con-gruente con lo que Lyon'' señala sobre la moder-nidad en general: ésta "cuestiona todas las formasconvencionales de hacer las cosas, estableciendosus propias autoridades basadas en la ciencia, eldesarrollo económico, la democracia o las leyes.[...] La modernidad se propuso conquistar el mun-do en nombre de la razón; la certeza y el orden so-cial se asentarían sobre una nueva base".

    La modernidad, sin embargo, contiene en sítendencias divergentes: es casi un lugar común, através de teorías de la modernidad como las deBerman o Habermas, la distinción entre moderni-dad. modernización y modemismor Los dos pri-meros conceptos se refieren respectivamente auna etapa histórica que sigue una lógica con-gruente y a un proceso socioeconómico que ins-taura esta lógica. Los modernismos, por su parte,son, al decir de García Canclini, "proyectos cul-turales que renuevan las prácticas simbólicas conun sentido experimental o crítico". lO Las concre-siones filosóficas modernas serían parte del mo-dernismo, siendo sus valores a menudo contra-dictorios respecto a los de la modernización; lamodernidad es el escenario de la dialéctica mo-dernización-modernismo. En tanto que dialécti-ca, la relación entre una y otro guarda cierta uni-dad; este asunto, empero, no resulta inmediata-mente atinente para el presente ensayo. 11

    Distinguimos dos grandes tendencias en eldespliegue de la filosofía durante la modernidad.Fechar con precisión este tipo de fenómenos care-ce de mayor importancia; debería ligárseles conlas condiciones históricas que los posibilitan, másque con un período cronológico determinado. Si-guiendo este criterio, hemos de asociar la primeratendencia de pensamiento moderno con el ascensode la burguesía y sus correspondientes discursosideológicos. En esta tendencia la teoría del cono-cimiento se convierte en el centro de la reflexiónfilosófica, al mismo tiempo que en las sociedadescorrespondientes se erige la noción de individuocomo fundamento de la socialidad moderna. Suprimer gran exponente, paradigmático en muchosaspectos, es René Descartes. Lucien Goldmann'?caracteriza por ello a este tipo de pensamiento co-mo filosofía burguesa clásica; aquí, aunque coin-cidiendo con esta definición, lo denominamos filo-sofía moderna temprana, siendo lo más caracterís-tico de ella el planteamiento de filosofías centra-das en la noción de sujeto. Locke, Hume, Kant yFichte son sólo algunos ejemplos de ella.

    La otra tendencia de la modernidad filosófi-ca se consolida a principios del siglo XX, princi-palmente tras la crisis de proyecto del Círculo deViena, aunque tiene sus primeros exponentes enHegel13 y, más claramente, en Marx.l" Esta ten-dencia puede ser denominada filosofía modernacrítica en dos sentidos: primero, en tanto que estáligada y se remite necesariamente a la crisis deacabamiento de la cultura burguesa decimonóni-ea, crisis en la ideología y la sensibilidad que tu-vo su primera gran manifestación en la caída dereferentes de principios de nuestro siglo.'! En unsegundo sentido, llamamos crítico a este pensa-miento moderno por cuanto que sopesa la moder-nidad desde sí misma y emite un diagnóstico so-bre el estado del mismo pensamiento moderno.Coinciden en general en que el carácter profundode la razón se encuentra en lo no racional: toda fi-losofía moderna crítica es una filosofía de la sos-pecha. Pensadores tan diversos como Freud, Hei-degger, Adorno y, como intentamos demostrar, elúltimo Wittgenstein, aunque a partir de distintasperspectivas, entrarían así en este proyecto crítico.

    Recorre a ambas tendencias de la moderni-dad cierta confianza en la razón, acorde con el

  • (POST-) MODERNIDAD ALOSÓFICA

    despliegue de la racionalidad en las sociedadesoccidentales, referida a cierta configuración so-cial (de poder): una razón ingenua respecto a susalcances en la modernidad temprana; una razónautocrítica tras ella, que sin embargo parece se-guir el aforismo nietzscheano de que "quien a símismo se desprecia continúa apreciándose, sinembargo, a sí mismo como despreciador't.I'' Larazón moderna crítica contendría así una contra-dicción de la cual se ha hecho consciente.

    Habermas señala cuatro corrientes de pen-samiento predominantes en la filosofía modernacontemporánea (crítica): el marxismo occiden-tal, el estructuralismo, la filosofía analítica y lafenomenología. Estas corrientes presentaríancuatro motivos de ruptura básicos respecto a lamodernidad temprana.'? a. pensamiento postme-tafísico, en tanto que se abandona la idea de unateoría omnicomprensiva del ser; b. giro lingüís-tico, en tanto que se sustituye el estudio del len-guaje como sistema semantico-sintáctico poruno basado en el lenguaje como uso; c. histori-zación de la razón, en tanto que se ubica la razóndentro de un mundo de vida; y d. inversión delprimado de la teoría sobre la praxis, al mostrar-se la relación determinante de las prácticas so-ciales (trabajo, sexualidad, habla cotidiana, etc.)sobre la producción teórica.

    Esta modernidad crítica desmistifica,pues, el carácter de la teoría y la razón a travésdel reconocimiento de la historicidad de las for-mas de pensamiento en tanto que produccionessociales; la noción burguesa de una razón unita-ria estalla de este modo. Al asumirse las relacio-nes sociales como fundamento del ámbito delespíritu, el anterior paradigma metodológico dela modernidad, el solipsista de raigamen carte-siano, se muestra como ideología. La filosofíamoderna crítica asume, luego, el criterio de ladiferencia, el primado de lo particular sobre lo"(falsamente) universal. Siguiendo a Habermas,la filosofía de las Investigaciones, al reunir loscuatro motivos mencionados, se enmarcaría enla modernidad crítica.

    Por su parte, las posturas que se denominana sí mismas postmodernistas están emparentadasdirectamente con el pensamiento de la moderni-

    397

    dad crítica; siguiendo la tradición de Nietzsche yde Heidegger, se asumen a sí mismas como críti-cas de la racionalidad moderna. Así, por ejemplo,la caracterización por Jean-Francois Lyotard delsaber en las sociedades más desarrolladas es sen-cilla: la postmodernidad consiste en la increduli-dad hacia los metarrelatos, o sea, aquellos discur-sos que legitiman cierto tipo de proyecto de ca-rácter totalizante.P Eagleton señala que el post-modernismo "es un estilo de pensamiento quesospecha de las nociones clásicas de verdad, ra-zón, identidad y objetividad, de la idea de progre-so o emancipación universal, de armazones uni-tarios, grandes narrativas o fundamentos últimosde explicación".'? El postmodernismo sería asíuna tendencia que converge con el nihilismo.é?planteándose a sí mismo como una novedad res-pecto a lo moderno, novedad que disuelve la ca-tegoría moderna de lo nuevo. La postmodernidadsería la modernidad que ya no tiene más nada queofrecer, agotadas ya todas sus posibilidades.

    Según Lyotard, al mostrarse la realidad co-mo un tejido altamente complejo, sólo se puedetener en ella certeza, más de tipo pragmático quecientífico, sobre el comportamiento de los ele-mentos constitutivos del lazo social, las partícu-las lingüísticas cuya heterogeneidad torna suma-mente difícil enunciar proposición alguna sobresus posibles combinaciones como juegos de len-guaje. Más aún, los juegos de lenguaje tienen unadinámica interna que los hace inconmensurablesentre sí: las reglas para cada enunciado provienende contratos (explícitos o no) entre los jugadores.Es una atomización de lo real basada en una re-nuncia consciente al concepto de totalidad; setratará sobre las determinaciones locales, sobrelo fragmentario, sin pretender establecer jerar-quía alguna entre los elementos. Por ello Lyotardafirma que el saber postmoderno afina la sensibi-lidad ante la diferencia y nos fortalece ante lo in-conmensurable.

    He aquí, pues, cómo Lyotard entronca su no-ción de la socialidad postmoderna con los desarro-llos de las Investigaciones filosóficas. Habermas,por su parte, nos ha llevado a planteamos la ideade un Wittgenstein moderno crítico. ¿Wittgensteinmodernista? ¿Wittgenstein postmodernista?

  • GEORGE 1. GARCíA398

    II

    Aventurar hipótesis respecto a las Investi-gaciones no deja de resultar incómodo, teniendoen cuenta la asistematicidad con la que Wittgens-tein deliberadamente escribió este texto. Ahorabien, teniendo en cuenta el carácter preponderan-te de la racionalidad (y, ligada necesariamente aella, el de la filosoñaj?! en medio del debate mo-dernidad-postmodernidad, la asumimos a conti-nuación como criterio básico para la valoraciónde las Investigaciones en dicha discusión.

    Wittgenstein había mostrado ya desde el pe-ríodo del Tractatus cierta animadversión contra lafilosofía, planteándose en este texto incluso unasuerte de pensamiento débil,22 común tanto a lamodernidad crítica como a los planteamientospostmodernos. En el Tractatus encontramos unarelativización del discurso filosófico a partir desus propios postulados ("De lo que no se puedehablar mejor es callar", concluye este texto);23 lametafísica sería un intento por acercarse racional-mente a lo inefable. Sin embargo, todavía halla unfundamento (Grund) último en las cosas a travésde la teoría pictórica del lenguaje; hay allí todavíarasgos de una ontología prekantiana.

    Es por ello a partir de las Investigacionesque se puede hablar de un planteamiento real-mente innovador por parte del vienés dentro delos esquemas de la filosofía contemporánea. Estetexto plantea desde sus primeros parágrafos unacrítica a las filosofías esencialistas del lenguaje,entre las que cabe contar la presente en el Trae-tatus logico-philosophicus. El énfasis de las In-vestigaciones sobre el carácter intersubjetivo dellenguaje y la irreductibilidad de los juegos delenguaje plantea nuevos derroteros para el estu-dio de los fenómenos lingüísticos, a la vez quecuestiona raigalmente el paradigma filosófico in-dividualista; la crítica de Wittgenstein al lengua-je privado rompe los esquemas del pensamientomoderno temprano.

    Congruente con este afán de ruptura, la pro-puesta de Wittgenstein ha sido asumida repetida-mente como una antifilosofía, más aún, comouna antiteoría, en tanto que la inconmensurabili-dad de los juegos de lenguaje entre sí,24 pondría

    en entredicho la posibilidad de la filosofía. El re-chazo de Wittgenstein a cualquier teoría sistemá-tica, sin embargo, no implica por sí solo la impo-sibilidad de articular un discurso racional válido.Las Investigaciones presentan tres caracteriza-ciones básicas del término filosofía: 25 l. mal usodel lenguaje, confusión categorial y falta de dis-cernimiento entre juegos de lenguaje, lo cualcausa la perplejidad; 2. un análisis terapéuticoque resuelve los problemas de 1.; 3. una nueva fi-losofía, tras aplicar la terapia.

    La enfermedad filosófica de 1. surge al con-fundir entre las reglas de diferentes juegos delenguaje, con lo cual creemos hallamos ante pro-blemas muy profundos (Investigaciones filosófi-cas -en adelante IF- §97), pero nos encontramossimplemente enredados entre los hilos de variosjuegos de lenguaje. La filosofía en este sentido esposible porque el lenguaje permite que hayanmalentendidos; este tipo de actividad filosóficatrata de desligarse de la forma de vida de la quesurge, convirtiéndose por ello en un lenguaje quese fue de vacaciones, un intento tan vano comotratar de jugar fútbol sin balón.26

    Ante los malentendido s lingüísticos (surgi-dos a partir del uso de conceptos como Ser, Obje-to, Razón, Tiempo, Nada, todos provenientes delhabla cotidiana pero abstraídos de su uso corrien-te)27lo que cabe es cuestionar sus mismos proble-mas: "el filósofo trata una pregunta como se tratauna enfermedad" (lF, 1, §255). De lo que se trataes de disolver los problemas, no de resolverlos.Una filosofía planteada correctamente sería unacura, como en el Tractatus, mas ahora no comoun medio para traducir una proposición a un len-guaje que corresponda con su verdadera forma ló-gica, sino como un medio para aclarar malenten-didos lingüísticos, la sustancia de los problemasfilosóficos. El lenguaje está bien tal como está(lF, 1, §98); por ello la filosofía ha de buscar lacompleta claridad, no la completa exactitud.

    La terapia en 2. será igualmente una tareapara el filósofo; a él le tocará curarse a sí mismode sus (pseudo-) problemas. Función básica de lafilosofía será aclarar los malentendidos surgidospor el uso indebido de conceptos filosóficos; através de un análisis adecuado de los problemas

  • (POST-) MODERNIDAD FILOSÓFICA

    filosóficos el filósofo aprende a disolverlos, almodo como la mosca puede al fin "salir del mos-quitero" (lF, 1, §309) Yencaminarse hacia afueradel juego de lenguaje que lo había atrapado.

    Mas para ello el análisis no intentará encon-trar todos los usos posibles de un término, cuestiónimposible dada la infinita cantidad de juegos delenguaje posibles, sino que tratará de descubrir elorigen de la confusión, el uso que ha sido malinter-pretado.P Para ello deberá observar los usos deltérmino en cuestión: "los problemas se resuelven,no al aportar nueva información, sino al ordenar loque siempre hemos sabido; la filosofía es una ba-talla contra el embrujo de nuestra inteligencia porel lenguaje" (IF, 1, §109, énfasis nuestro).

    La recolección de hechos significativos res-pecto al lenguaje es parte fundamental de la filo-sofía, mas no agota sus funciones; de ser así, lafilosofía adecuada sería un mero inventario deusos lingüísticos, tal como sostiene Pears, paraquien Wittgenstein habría rechazado cualquierteorización sobre los juegos de lenguaje como unintento por universalizar algo que no es suscepti-ble de tal cosa.29

    Efectivamente, el autor plantea una formadistinta de filosofía: ésta sería una práctica y noun ejercicio de contemplación en vistas a un co-nocimiento de esencias. La piedra de toque delanálisis sería para Wittgenstein, por supuesto, laacción. Empero, esta práctica se regirá por cier-tas reglas de método, o por lo menos, de variosmétodos (lF, 1, §133) que habrían de guardar unparecido de familia entre sí. Este conjunto de re-glas remitiría a un juego de lenguaje (la filosofíaen el sentido 2., que permitiría aclarar los malen-tendidos). La relación de este juego de lenguajecon los demás sería el problema central de la re-flexión epistemológica sobre las Investigaciones,por cuanto que, de haber una renuncia en éstas acualquier jerarquía epistemológica entre los jue-gos de lenguaje, se cuestionaría a la misma teo-ría. Ni siquiera la lógica formal sería trascenden-tal, como lo era en el Tractatus.

    Siguiendo esta interpretación, una vez for-mulada la teoría de los juegos de lenguaje, la mis-ma teoría se convierte en un juego de lenguajemás, perdiendo cualquier primacía sobre los de-más. Esta aparente contradicción ha sido proba-

    399

    blemente una de las razones más importantes porlas que los postmodemistas han encontrado en lasInvestigaciones un sustento para elaboracionesconceptuales relativistas. La multiplicidad de re-ferentes posibles abierta por este singularismo dejuegos de lenguaje plantea un saber contextualque de alguna manera converge con la noción deparadigma en el sentido kuhniano, pero en unsentido más radicalmente relativista, pues los jue-gos de lenguaje no se justifican más que por elcontexto inmediato de los sujetos en disputa.Ciertamente, la ambigüedad de la noción de for-ma de vida permite tal interpretación.

    Ahora bien, Lyotard ha zanjado la cuestiónde la contradicción a su favor al enfatizar en ellala irreductibilidad de los juegos de lenguaje. Per-manece incólume el problema del estatuto episte-mológico de la teoría: si se admite que la teoríano es válida sobre el objeto que ha conceptuali-zado (los juegos de lenguaje), se desvanece elmismo concepto de juego de lenguaje. De ahíque nos parezca insostenible asumir la prerninen-cia de dicho singularismo de los juegos de len-guaje sobre la teoría que 10 ha engendrado.

    Con todo, para las Investigaciones los jue-gos de lenguaje no son arbitrarios; se refieren aformas de vida, de las cuales surgen y en las queson funcionales (el lenguaje sería en ellas un ins-trumento). El propósito de la nueva filosofía es elde devolver los juegos de lenguaje a su forma devida, de la cual múltiples discursos, principal-mente los filosóficos, se intentaron separar. Eldevolverlos a su contexto lingüístico sería un pri-mer paso para posteriormente enmarcarlos en unmodo de vida. Este rasgo, que las acercaría almetarrelato marxista.P se ve desdibujado al nobrindar Wittgenstein mayores determinacionessobre él, tal vez porque esto le hubiera planteadoulteriores problemas de fundamentación. ¿Se re-fiere laforma de vida a una sociedad, una cultu-ra? ¿A una comunidad reducida de sujetos lin-güísticos? ¿Cuál sería la relación entre unaformade vida y la historia (el despliegue espacio-tem-poral de las relaciones sociales), si es que la hu-biera? ¿Se refería a un contexto lingüístico estric-tamente inmediato? Wittgenstein no plantea unrelativismo de los juegos de lenguaje puesto queéstos tienen un fundamento en la forma de vida;

  • GEORGE 1. GARCÍA400

    de lo contrario no sería necesaria una cura parala filosofía, y su crítica a la ontología carecería devalidez. Las Investigaciones, sin embargo, noaclaran de qué índole sería tal fundamento.

    Feyerabend aporta una solución plausible alproblema del estatuto de la filosofía en las Investi-gaciones. Para él, Wittgenstein no pretendió for-mular una teoría filosófica, pero de este texto sedesprende una teoría instrumentalista del lengua-je,3! la cual, sin embargo, perdería toda funciónuna vez que se hubiera logrado la claridad en losjuegos de lenguaje.V La filosofía (en los sentidos2. y 3.) no se encontraría al mismo nivel que losjuegos de lenguaje, tanto como en el Tractatus(§4.111) no estaba en el mismo nivel que las cien-cias naturales.P De no asumirse este desnivel epis-temológico se llegaría a una contradicción insalva-ble.34 La teoría de los juegos de lenguaje sería asíun meta-juego de lenguaje, un juego de lenguajecuya función es aclarar otros juegos de lenguaje;tal nos parece la única salida a la aporía a la que eltexto de Wittgenstein pareciera conducir delibera-damente. A partir de esta consideración podemosdesestimar la idea de que las Investigaciones lle-ven a planteamientos relativistas, como pretendenalgunos autores de tendencias postmodernistas.P

    De este modo, la crítica wittgensteinianasería un cuestionamiento filosófico que interpelaa sus orígenes sin renunciar a la razón como me-dio para transformar lo real; en este sentido sucrítica sería de corte kantiano.Wittgenstein nodesdeña las posibilidades de la razón humana; suintención es más bien delimitarla, remitiéndola aun contexto socio-lingüístico. La formulación desu proyecto de filosofía, entendida como cura,valora la razón al menos como medio para elabo-rar el diagnóstico de las "enfermedades filosófi-cas" y efectuar la terapia correspondiente.

    111

    Evidentemente, Wittgenstein plantea una fi-losofía que no se puede enmarcar en los criteriosde la filosofía tradicional; la suya es una filosofíaque podría calificarse como edificante, siguiendoa Rorty,36 o negativa, siguiendo a la Escuela deFrankfurt.V en contraposición con el pensamien-

    to sistemático y positivo, de el cual las Investiga-ciones serían impugnadoras. Esta impugnaciónconcuerda con el rechazo por las posiciones post-modernistas hacia la búsqueda de teorías totali-zantes, cimentadas sobre presupuestos inamovi-bles; empero, resulta también muy clara la simi-litud de la filosofía de Wittgenstein con el mar-xismo y el psicoanálisis, por mencionar sólo doscasos de teorías modernas críticas en las cuales lateoría tiene validez sólo en función de la transfor-mación de la sociedad y de la cura, respectiva-mente, y habría que recordar, por supuesto, quela modernidad crítica ha desechado los sistemasfilosóficos y sus pretenciones tiempo antes deque se planteara la custión de la postmodernidad,como ya ha apuntado Habermas.V

    Foucault señala que las teorías de Nietzsche,Freud y Marx oscilan entre el peligro del dogma-tismo y el del nihilismo.I? lo propio ha de ser di-cho sobre las Investigaciones filosóficas. De allíse puede llegar, dependiendo de la lectura, tanto aun relativismo de los juegos de lenguaje como alas bases para el planteamiento de una teoría"fuerte" del lenguaje. La filosofía wittgensteinia-na en este aspecto se asemeja al marxismo, el cualal suponer la historia como criterio fundante de lateoría plantea un historicismo'" que cuestiona elestatuto mismo de sus desarrollos; si este histori-cismo se eleva a criterio primordial de la teoría sedisuelve el concepto de historia, así como un sin-gularismo de los juegos de lenguaje disuelve elconcepto de juego de lenguaje.

    La recuperación modernista de las Investiga-ciones, enmarcada básicamente en el ámbito de laética a partir de los desarrollos de K.O. Appel Y J.Habermas, enfatiza el carácter de teoría filosóficade los planteamientos de este texto, sin obviar porello, por supuesto, su carácter práctico. Appel, porejemplo, señala que la reticencia de Wittgenstein aformular una teoría de los juegos de lenguaje nopuede soslayar el hecho de que entre los juegos delenguaje existe necesariamente una unidad de laanalogía, sin la cual no se podría aducir siquieraun parecido de familia. El rechazo total de Witt-genstein hacia tal postura de origen aristotélicoimposibilitaría el propio discurso de las Investiga-ciones, relegándolo a una unilateralidad autodes-tructíva.f El singularismo de juegos de lenguaje

  • (POST-) MODERNIDAD FILOSÓFICA 401

    sería, pues, insostenible; de ahí que sea legítima lapretensión de elaborar una teoría sobre ellos.

    Habermas converge con esta apreciación; siWingenstein pretendió renunciar a la validez uni-versal de su teoría, la naturaleza de ésta no se lopermitió totalmente.S El desarrollo consecuentede la noción de juego de lenguaje sería una teo-ría que trate de cómo se relacionan lingüística-mente los sujetos entre sí y con las cosas, unapragmática universal.43 La renuncia de Witt-genstein a la formulación de una teoría, afirmaHabermas, se debe a que en las Investigacionesse absolutiza el uso comunicativo del lenguaje,pasando por alto su función cognitiva; Wittgens-tein no habría parado mientes en la reflexividaddel lenguaje. Así, para Habermas el pluralismode los juegos de lenguaje sólo cubre una de va-rias categorías de uso del lenguaje.t"

    Esta forma de reasumir la filosofía del vie-nés le parece a Rorty posible, aunque de mal gus-to para con él, pues su pensamiento sería básica-mente impugnador.f Wittgenstein sin duda lo hasido. Empero, la crítica supone por sí misma cier-to grado de positividad; de lo contrario no es crí-tica, sino acaso un discurso nihilista o relativista.En tanto que su función es desmistificar la razóny la filosofía, desenmascarar sus pretensiones, elde Wittgenstein es un pensamiento de la sospe-cha,46 una tentativa por sustituir la racionalidadcriticada y sus concreciones filosóficas por otraconsciente de sus limitaciones, a partir de la cualse rija un distinto tipo de prácticas. La terapia yla consecuente cura son medios para eliminarmalentendidos, para optimizar la comunicaciónentre sujetos lingüísticos. Y tal pretensión es evi-dentemente moderna.

    Lyotard no asume una perspectiva sobre lafilosofía en La condición postmoderna, puestoque en ésta tal actividad sale sobrando; no ha-bría nada que desenmascarar, dado que el mun-do no tendría profundidad, no habría necesidad(ni posibilidad) de explicarlo, sino solamentede operar en él. El saber postmoderno buscaoptimizar las actuaciones del sistema, su efica-cía."? Lyotard valora la racionalidad en la me-dida en que aporta al sistema; la condiciónpostmoderna no sería irracional, sino tecnocrá-

    tica. El criterio fundamental (aunque no único)de la distinción modernidad critica-postmoder-nidad es político, tal como nos lo indican laspretensiones post-históricas de Lyotard.V Ade-más, los juegos de lenguaje serían la base de lasocialidad postmoderna, pero éstos se enrnar-can en un contexto de disputa entre los sujetosque enuncian, no en un esfuerzo comunicativo(como pretende Haberrnas), pues tal intentoviolentaría la heterogeneidad de los juegos delenguaje. Lyotard introduce así veladamente enlos actos de habla ciertos criterios que nos re-cuerdan al metarrelato liberal.

    Lyotard renuncia, pues, al programa witt-gensteiniano de la clarificación del lenguaje, enfavor de una agonística, una técnica para sacarel mejor provecho de la interacción lingüística.Tampoco alude prácticamente a ningún otroconcepto de Wittgenstein; su uso de las Investi-gaciones se limita a postular los juegos de len-guaje como método para el abordaje de los lazossociales. Su postura asume un Wittgenstein re-cortado, mientras que Appel y Haberrnas pre-sentan los planteamientos de aquél a partir de laconceptualización sobre la filosofía de las In-vestigaciones, en congruencia con otros desa-rrollos de la modernidad. Y, aunque el carácterevasivo de la teoría de Wittgenstein permiteciertamente interpretaciones relativamente hete-rogéneas, si hubiera que pronunciarse hacia unau otra tendencia siguiendo el criterio (necesarioracionalmente) de la coherencia, resulta patenteque este texto se ubica en las coordenadas de lamodernidad.

    Finalmente, hacemos nuestras las palabrasde Albrecht Wellmer:49 "Es terrible la idea de queWittgenstein, de cabeza de una escuela -cosa noprecisamente aproblemática- pasase a ser filóso-fo de moda de la postrnodernidad y de los post-modernos. Pero para tal falsa apropiación me pa-rece que su pensamiento quizá resulte de dema-siado volumen y entidad". Más aún, tal vez guar-de todavía demasiada confianza en la razón, enuna razón que se sabe limitada pero útil para unproyecto de mejor socialidad; acaso el esfuerzofilosófico por depurar la comunicación tenga in-cluso un transfondo utópico.P

  • GEORGE 1. GARCíA402

    Notas

    1. Wittgenstein, L. Philosophical investigations.Blackwell, New York, 1969.

    2. Hay quienes sostienen que las explicacionesgenerales sobre 10 social se encuentran en crisis. Dis-crepamos de tales posturas, mas tal discusión nos ale-jaría de los propósitos de este ensayo. Sobre el tema,cfr. Mardones, J.M. Razón comunicativa y teoría crí-tica. Ed. de la Universidad del País Vasco, Bilbao,1994. Stone, L. El pasado y el presente. Fondo deCultura, México D.F., 1981, pp. 95-120. Giddens, A.y Turner, J. (eds.) La teoría social, hoy. Grijalbo, Mé-xico D.F., 1990. Alexander, J. Las teorías sociológi-cas desde la Segunda Guerra Mundial. Gedisa, Bar-celona, 1992.

    3. Aproximaciones de esta índole pueden hallar-se, por citar unos cuantos, en los siguientes textos:Wagner, P. Sociología de la modernidad. Herder, Bar-celona, 1997. Touraine, A. Crítica de la modernidad.Ed. Temas de hoy, Madrid, 1993. Ruano de la Fuente,Y. Racionalidad y conciencia trágica. La modernidadsegún Max Weber.Ed. Trotta, Madrid, 1996. Berman,M. Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experien-cia de la modernidad. Siglo XXI, México D.F., 1991.Lefebvre, H. Introducción a la modernidad. Preludios.Tecnos, Madrid, 1971.

    4. Tünnies, F. "De la comunidad a la sociedad".En Etzioni, A. Los cambios sociales. Fondo de Cultu-ra, México D.F., 1968. p. 72.

    5. Rorty, por ejemplo, plantea que la historiade las filosofías modernas es la historia de las revo-luciones en el pensamiento por las que un métodonuevo cuestiona y sustituye a uno antiguo. Cfr.Rorty, R. El giro lingüístico. Paidós, Barcelona,1990, pp. 47-50. Subyace claramente en este plan-teamiento la teoría de T.S. Kuhn sobre las revolucio-nes científicas.

    6. Cfr. Descartes, R. Discurso del método. Agui-lar, Buenos Aires, 1964.

    7. Kant.L "What is Enlightment?" En Kant, 1.Onhistory. Liberal Arts Press, New York, 1963, p. 3.

    8. Lyon, D. Postmodernidad. Alianza Editorial,Madrid, 1997, p. 46.

    9. Cfr.Berman, M. op. cit, 1-27. Habermas, J. Eldiscurso filosófico de la modernidad. (Doce leccio-nes). Taurus, Madrid, 1989, p. 11-23. Henri Lefebvreutiliza de modo distinto los conceptos de modernidady modernismo, si bien haciendo las adecuaciones ter-minológicas del caso su teoría resulta congruente conlas de los autores recién citados. Cfr.Lefebvre, op. cit,11-15.

    10. García Canclini, N. Culturas híbridas. Es-trategias para entrar y salir de la modernidad. Grijal-bo, México D.F., 1990, p. 19.

    11. Remitimos por ello al lector a Berman, op.cit,81-128.

    12. Cfr. Goldmann, L.lntroducción a lafilosofiade Kant. Amorrortu, Bs. Aires, 1974.

    13. Habermas ha argumentado convincentemen-te que Hegel fue el primer pensador que habría inten-tado quebrar las filosofías de la subjetividad de suscontemporáneos, reflexionando a la vez sobre la mo-dernidad. Cfr. Habermas, op. cit., 37-60.

    14. Roland Barthes ha observado un movimien-to análogo en la historia de la literatura: a una épocapreclásica de la literatura (premoderna, diríamos noso-tros) ha seguido una época clásica, la de la burguesíatriunfante, y posteriormente, tras las crisis decimonó-nicas de la hegemonía burguesa, el predominio de losmodernismos literarios. Cfr. El grado cero de la escri-tura. Siglo XXI, México D.F., 1978.

    15. Caída de referentes tales como el espacio deNewton y de Euclides, el sistema tonal en música y laperspectiva en la pintura, el deterrninismo de la físi-ca clásica, la validez formal de las matemáticas (apartir de los problemas suscitados por el teorema deGodel) , la visión Ilustrada del progreso histórico, lamisma insuficiencia del esquema sujeto-objeto de lafilosofía moderna temprana, etc. Cfr. Lefebvre, H. Lavida cotidiana en el mundo moderno. Alianza, Ma-drid, 1972, p. 141-143.

    16.Nietzsche, F.Más allá del bien y del mal. Or-bis, Barcelona, 1983. § 78.

    17. Habermas, J. Pensamiento postmetafisico.Taurus, Madrid, 1990, p. 16.

    18. Lyotard, J.-F. La condición postmoderna.Cátedra, Madrid, 1992, p. 9-11.

    19. Eagleton, T. The illusions ofpostmodernism.Blackwell, Cambridge, 1997, p. vii.

    20. Cfr. Vattimo, G. Elfin de la modernidad. Ed.Planeta-De Agostini, México D.F., 1994.

    21. La razón, ha señalado Habermas, es el proble-ma fundamental de la filosofía. Habermas, J. Teoríadela acción comunicativa. Taurus, Madrid, 1988, p. 15.

    22. Marconi, D. ''Wittgenstein y las ruedas que gi-ran en el vacío". En: Vattimo, G. y Rovatti, P.A. (eds.)El pensamiento débil. Cátedra, Madrid, 1995. M. Cac-ciari caracteriza la filosofía del Tractatus dentro de latradición del pensamiento negativo. Cfr.Krisis: ensayossobre la crisis del pensamiento negativo de Nietzsche aWittgenstein.Siglo XXI, México D.F., 1982.

    23. Wittgenstein, L. Tractatus logico-philosophi-cus. Alianza, Madrid, 1984. §7.

  • (POST-) MODERNIDAD FILOSÓFICA 403

    24. A esta postura la denominamos ~ntinua- 36. Rorty, R. Lafilósofía y el espejo de la natu-ción singularismo de los juegos de lenguaje.......en raleza. Cátedra, Madrid, 1989, p. 332.cuanto que los juegos de lenguaje no se referiríana~37. Cfr. Adorno, T. Dialéctica negativa. Taurus,algo más allá de ellos, i.e., sus respectivos significa- drid, 1986.dos no se remitirían a otra cosa que a sí mismos y sus eS Cfr. nota 17.respectivas relaciones con la forma de vida; desde 39:--dfud()~ Ferraris, M. "Envejecimiento deesta perspectiva, los juegos de lenguaje serían unida- la "Escuela de la sospechg'?'. En: Vattimo y Rovatti,des particulares de significado, no referidos a uni- op. cit., 171.versales, y relacionados entre sí sólo por un pareci- 40. En sentido gramsciano, no popperiano.do de familia. No serían, por tanto, susceptibles de 41. Appel, K.O. "Wittgenstein y Heidegger: la.,teorización. Nosotros, por el contrario, pensamos pregunta por el sentido del ser y la sospecha de caren-que más que singulares, los juegos de lenguaje son cia de sentido dirigida contra toda metafísica". En: Laparticulares, i.e., susceptibles de teorización, y por transformación de la filosofía , tomo I. Taurus, Madrid,tanto que la postura del vienés es nominalista en el 1985, p. 262-263.nivel de los juegos de lenguaje. Wittgenstein ha afir- 42. Habermas, J. La lógica de las ciencias socia-mado que su posición sobre el lenguaje no es nomi- les. Tecnos, Madrid, 1990, p. 221.nalista (IF, 1, §383), pero se refiere allí al nominalis- 43. Habermas, J. Teoría de la acción comunica-mo tradicional, que considera a las palabras como tiva: complementos y estudios previos. Cátedra, Ma-unidades mínimas de significado. drid, 1989, p. 66.

    25. Cfr. Arregui, J.Y. Acción y sentido en Witt- 44. Ibid., 76.genstein. Eds. Universidad de Navarra, Pamplona, 45. Rorty, op. cit., 336.1984, p. 148 Y ss. 46. Ferraris, op. cit., 169.

    26. Cfr. IF, 1, §§110, 111. 47. Lyotard, op. cit., lO.27. Camps, V. Pragmática del lenguaje y filoso- 48. En esta medida concordamos con Jameson en

    fía analítica. Península, Barcelona, 1976. Pág. 226. caracterizar el postmodernismo como la lógica cultural28. Arregui, op.cit. 157. del capitalismo tardío. Cfr. Jameson, F. Postmodemism,29. Pears, D. Wittgenstein. Grijalbo, Madrid, or the culturallogic oflate capitalismo Duke University

    1973, p. 40. Press, Durham, 1997. Particularmente, pp. 1-54.30. Se ha planteado ya la idea del parentesco de 49. Finales de partida: la modernidad irreconci-

    las Investigaciones con el marxismo. Cfr. Rossi-Landi, liable. Cátedra, Madrid, 1993, p. 265.F. Por un uso marxista de Wittgenstein. En: El lengua- 50. Marcuse y Hinkelammert han presentadoje como trabajo y como mercado. Monte Avila Eds., las posturas de las Investigaciones como plantea-Caracas, 1968. mientos reaccionarios, uno por considerarlos unidi-

    31. Feyerabend, P. "Wittgenstein's Philosophical mensionales, y el otro por verlos como expresión delinvestigations", En: Pitcher, G. (ed.) Wittgenstein: a pensamiento postmoderno. Discrepamos de ambasPhilosophical Investigation, a collection of critical es- posiciones, las cuales nos parece que se dejan llevar,says. Anchor Books, Nueva York, 1966, p. 122. respectivamente, por las interpretaciones neopositi-

    32. Ibid., 146. vistas y Iyotardiana de las Investigaciones. No han33. De idéntica apreciación es A. Kenny. Cfr. de desdeñarse, en todo caso, las filiaciones socialis-

    Wittgenstein. Alianza, Madrid, 1984, p. 28. tas de Wittgenstein. Cfr. Hinkelammert, F. El mapa34. Feyerabend, op. cit, 149. del emperador. DEI, San José, 1996. Marcuse, H. El35. Cfr., por ejemplo, Brill, S. Wittgenstein and hombre unidimensional. Seix-Barral, Barcelona,

    critical theory. Ohio University Press, Athens, 1995. 1976.

    George 1. Garcíatuyog@hotmail. com