11
SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES Ana Alicia Solís de Alba, Max Ortega, Abelardo Mariña Flores y Nina Torres Baños (coordinadores) ITACA

SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICAY MOVIMIENTOS SOCIALES

Ana Alicia Solís de Alba, Max Ortega,Abelardo Mariña Flores y Nina Torres Baños

(coordinadores)

ITACA

Page 2: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

Ana Alicia Solís de Alba, Max Ortega,Abelardo Mariña Flores y Nina Torres Baños (coordinadores),Soberanía nacional, crisis política y movimientos sociales

Primera edición, 2005.

Editorial ItacaPiraña 16, Colonia del MarC. P. 13270, México, D. F.Tel. 58 40 54 [email protected]

Portada: diseño de Efraín Herrera

© 2005 Editorial Itaca

ISBN 968·7943·57·2

Impreso y hecho en México

~

ÍNDICE

NOTA SOBRE LOS AUTORES .INTRODUCCIÓN .

913

ECONOMÍA

SOBERANÍA NACIONAL Y POLÍTICAS DE EMPLEO:LA NECESARIA DISCUSIÓN DE UN PROYECTO ALTERNATIVODE NACIÓNMarco Antonio del Río Chivardiy Abelardo Mariña Flores 19IMPACTOS SOCIALES DE LA CRISIS AGROALIMENTARIA:SOBERANÍA ALIMENTARIA Y EL USO DE TRANSGÉNICOSPARA SATISFACER LAS NECESIDADES ALIMENTARIASDE LA POBLACIÓNLuis Kato Maldonado ..'..... 35DE LA ECONOMÍA POSITIVISTA A LA REACTIVACIÓNECONÓMICA DE LA NACIÓNGraciela Andrade 61PÉRDIDA DE LA SOBERANÍA MONETARIA Y FISCALY ESTANCAMIENTO ECONÓMICO Y SOCIAL EN MÉXICOVíctor M. Soria 81ACUMULACIÓN, SOBERANÍA Y MIGRACIÓN EN LOS TIEMPOSNEOLIBERALESJ. Javier Contreras Carbajal 113

POLÍTICA

FOBAPROA·IPAB Y SOBERANÍA NACIONALDolores Padierna 133

Page 3: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

...

SOBERANÍA NACIONALY POLÍTICAS DE EMPLEO:LANECESARIADISCUSIÓN DE UN PROYECTO

ALTERNATIVODE NACIÓN

Marco Antonio del Río Chivardi*Abelardo Mariña Flores**

Uno de los mitos más extendidos en la actualidad es que, comoresultado de la globalización neoliberal-fase contemporáneade la mundialización del capital-, las fronteras y soberaníasnacionales tienden a desaparecer. Este mito se sustenta en unaconcepción ideologizada -falsa y sesgada- de lo que es la so-beranía nacional. Entendida como autonomía de los Estados-nación modernos, ya esto se refieren los defensores del neoli-beralismo, ésta es un resultado necesario del desarrollo delcapitalismo; aunque sólo puede tener una existencia limitadadentro del mismo, no puede desaparecer por completo. Si sehabla de la soberanía nacional como soberanía del pueblo, enel capitalismo ésta sólo puede tener una existencia restringi-da y subordinada a los propios intereses del capital. La sobe-ranía de los pueblos de seguro tiende a desaparecer en esta épo-ca de globalización neoliberal; pero esto, por supuesto, no es alo que se refieren los paladines del neoliberalismo.

Capital y soberanía nacional

Desde sus orígenes en el seno de los sistemas feudales euro-peos, el capital opera en escala mundial y con vocación univer-sal; sin respetar fronteras ni culturas, ni reconocer nacionali-

* Estudiante de Economía y Ayudante de Investigación del Área de Socie-dad y Acumulación Capitalista del Departamento de Economía de la UAM-Az-capotzalco.** Doctorante en Economía en la Universidad Nacional Autónoma de Mé-

xico; profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana en elDepartamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco; Jefe del Área de In-vestigación Sociedad yAcumulación de Capital y miembro del Programa Univer-sitario de Investigaéión de la UAM"Integración en las Américas".

Page 4: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

20

dades. Sin embargo, en el ámbito de la competencia el capitalsiempre existe y opera de manera fragmentaria: constituidocomo empresa individual ya partir de espacios geoeconómicosrelativamente autónomos del mercado mundial. La formaciónhistórica de los Estados nacionales implica la delimitación deun mercado interno (y una moneda "nacional") y la consolida-ción de un poder coercitivo centralizado; ambos hegemoniza-dos y funcionales a los intereses y objetivos de grupos de capi-tal con base local. Los Estados nacionales constituyen la basede enfrentamiento de estos grupos -los denominados "capita-les nacionales"- en el mercado mundial.El despliegue de un mercado mundial capitalista de crecien-

te amplitud e integración ha pasado por sucesivas fases de pro-fundización y retroceso cuyas modalidades específicas han sidodeterminadas por las particularidades, intereses y estrategiasde las sucesivas potencias capitalistas hegemónicas en sus tra-yectorias de ascenso y descenso.' Al finalizar la segunda. gue-rra mundial, el capitalismo inició una fase mundializadora quese ha desarrollado de manera prácticamente ininterrumpidahasta la fecha. En una primera etapa, esta fase de mundiali-zación se desarrolló en el marco de una onda larga expansivade la economía mundial; de consolidación de la modalidad for-dista-taylorista-keynesiana de acumulación y de subordinacióndel capital financiero al capital industrial; de hegemonía eco-nómica de Estados Unidos, aunque con un creciente peso de laseconomías de Europa Occidental y Japón; de existencia del blo-que de economías centralmente planificadas, que constituíanun obstáculo a la expansión universal del capital.Tres sucesos modificaron de modo radical el desarrollo de la

fase de mundialización de la posguerra: la crisis estructural derentabilidad del capital que, a finales de la década de 1960 yprincipios de la de 1970, puso fin a la onda larga expansiva dela posguerra; las transformaciones en las maneras de operardel capital como respuesta a su crisis estructural; el derrum-be del bloque soviético.La segunda etapa de la mundialización de posguerra -la

globalización neoliberal-, que se inició a partir de la década

1 Flores Otea y Mariña, 1999, pp. 241·242.

21

de 1970, se caracteriza por el lento crecimiento de la actividadeconómica; la agudización de la competencia que ha propicia-do amplios procesos, tanto de destrucción de los capitales másdébiles, como de concentración y centralización del capital,ambos de magnitudes sin precedentes en la historia; la rees-tructuración de empresas y corporaciones que han renovadosus bases tecnológicas y sus formas de organización del traba-jo y la producción; la reorganización de los procesos de trabajocon el objetivo de disciplinar a la mano de obra para intensifi-car su trabajo, lo que se ha favorecido por el creciente desem-pleo y la consiguiente presión de los desocupados sobre los em-pleados; la hegemonía progresiva de formas no productivas devalorización del capital; la relocalización internacional de lasgrandes corporaciones industriales, comerciales y financierasque, apoyadas por los organismos económico-financieros (FMI,Banco Mundial, OMe), han impulsado la apertura de las peri-ferias a los flujos comerciales y de inversión.Así, los pilares de la mundialización del capital en su etapa

actual son:

I. Una precarización extrema del trabajo, fuente de toda lariqueza social, que por la vía de la flexibilización del tra-bajo, los bajos salarios y el desempleo masivo ha resulta-do en su superexplotación generalizada. En este sentido,la soberanía del pueblo, efectivamente, se ha erosionadoa lo largo y ancho del planeta en las últimas décadas.

n. Una extracción masiva de excedente de los países peri-féricos (y neoperiféricos) por parte de las potencias ca-pitalistas centrales. Esta extracción no es nueva, si bienes cierto que las autonomías nacionales de los países pe-riféricos se han debilitado, al profundizar sus lazos desubordinación con los centros capitalistas.

La defensa de ¿qué soberanía?

Al capital no le interesa defender ninguna soberanía, exceptola suya. Los empresarios "nacionales" que aparecen impulsan-do el fortalecimiento del mercado interno lo hacen sólo con elobjetivo de proteger espacios oligopólicos y monopólicos de ob-

Page 5: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

22

tención de ganancias; las condiciones de trabajo y de vida delos trabajadores les tienen totalmente sin cuidado. Basta revi-sar las declaraciones de YeidckolPolevnsky, ex presidenta de laCANACINTRA y candidata del PRD al gobierno del Estado de Mé-xico: crítica de algunos aspectos de la política económica neoli-beral, es, sin embargo, férrea defensora de las propuestas fle-xibilizadoras de la legislación laboral. 2 O bien las de CarlosSlim, que aunque declara la necesidad de fortalecer la econo-mía interna, es experto en someter a sus trabajadores a regí-menes laborales absolutamente precarios (Sanborns, las filia-les de TELMEX y la propia TELMEX).3Por ello, una defensa real de la "soberanía nacional" -como

autonomía real del Estado-nación mexicano y como autoridadefectiva del pueblo- es esencialmente una lucha contra el ca-pital. Esta defensa es de suma relevancia en estos tiempos. Enprimer lugar, para preservar las identidades culturales localesy regionales frente a los embates depredadores de las e{Ilpre-sas capitalistas. En segundo, para defender y mejorar las con-diciones de trabajo y de vida de los habitantes del país frentea la lógica del capital, que se traslada de un lugar a otro sóloen función de sus expectativas de rentabilidad y nunca de losintereses de las poblaciones locales.La defensa de la soberanía nacional en el marco del orden

capitalista, en el mejor de los casos, lleva a un aligeramientode las condiciones de explotación de los trabajadores pero, deninguna manera, a eliminar la propia explotación. Para lostrabajadores es indistinto ser explotados por un capitalista"nacional" o por uno extranjero; además, de hecho, es cada vezmás dificil (y ocioso)hacer dicha distinción. Sin embargo, es im-prescindible luchar para modificar las políticas entreguistasde los neoliberales, aún en el marco del sistema existente, pa-ra defender los intereses de los trabajadores y mejorar nues-tras condiciones de trabajo y de vida.La defensa de la soberanía nacional no puede tener, paradóji-

camente, sólouna base nacional. Frente al poder de los capitales

2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003.

3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo, 2004, pp. 177·203.

23

transnacionales Y multinacionales, y sus socioslocales, debe opo-nerse una fuerza que sea al mismo tiempo local, nacional e inter-nacional. El carácter internacionalista de la lucha de los trabaja-dores, impulsado por marxistas y anarquista s desde el siglo XIX,no es una ocurrencia romántica, sino una necesidad objetiva.Por todo lo anterior, la defensa de la soberanía nacional de-

be pasar por una permanente redefinición y reelaboración teó-rica y práctica que se sustente en:

1. El reconocimiento del carácter multicultural y multiétni-co de nuestro país y, por tanto, en la defensa, desarrolloy consolidación de las autonomías locales y regionales.

lI. El impulso de un proyecto nacional alternativo que, si-multáneamente, sintetice los planteamientos de esasautonomías y exprese los intereses y aspiraciones ge-nerales de los trabajadores.

lII. La resistencia permanente contra las imposiciones del ca-pital transnacional, sus instituciones y sus socioslocales.

IV. La confluencia programática, organizativa y de accióncon los trabajadores de otros países, particularmente deAmérica Latina.

V. La lucha por el replanteamiento de la política económi-ca y el mejoramiento inmediato de las condiciones devida de la población pero, al mismo tiempo, con el plan-teamiento claro de que sólo con la ruptura del sistemacapitalista será posible organizar la vida social sobrebases distintas a la explotación del trabajo.

Las políticas laborales y de empleo neoliberales

Las políticas laborales neoliberales constituyen uno de los pun-tales de la estrategia de recomposición de las bases de acumu-lación capitalista. No sólo en el plano material, sino tambiénen el ideológico. La flexibilización de las condiciones de contra-tación, trabajo y remuneración de los trabajadores aparece comouna necesidad porque con la desregulación de los flujos inter-nacionales de comercio e inversión, las periferias se ven obliga-das a competir entre sí para atraer capitales. Con los programasde productividad e intensificación del trabajo y con los esque-

Page 6: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

24

mas salariales asociados a ellos, el capital busca que los traba-jadores se conviertan en sus propios capataces y que defiendana sus propios explotadores en la medida en que la remunera-ción a su fuerza de trabajo se disocia de la satisfacción de susnecesidades para articularse a la eficiencia operativa y renta-bilidad de la empresa donde laboran.Frente a la necesidad del capital de aumentar los rendimien-

tos del trabajo para contrarrestar la caída de la rentabilidad" sehan dado dos tipos de respuestas: innovaciones tecnológicas yorganizativas, por un lado; reducción de costos laborales a tra-vés de la creación de empleos precarios, de tiempo parcial ypor lo general, sin prestaciones sociales, por otro. En México larespuesta se ha dado de manera prioritaria a través de la re-ducción de los costos laborales: abatiendo los salarios, hacien-do flexible los términos de contratación y despido, ajustando lajornada laboral; en suma, precarizando y flexibilizando el em-pleo comoventaja comparativa para volver más competitivo alpaís en el mercado mundial.Los procesos de flexibilización laboral se justifican con la pro-

mesa de mayores niveles de crecimiento económico, menoresíndices de desempleo y mejores condiciones de trabajo. Sin em-bargo, la evidencia empírica más bien muestra resultados con-trarios. En América Latina estas reformas han deteriorado lacalidad del empleo como consecuencia de la creciente inestabi-lidad, de la desprotección en materia de seguridad social y de laheterogeneidad salarial, sin que se haya impulsado el creci-miento o disminuido el desempleo."

La situación laboral en México

Como resultado de las políticas neoliberales, y aunque no haavanzado la pretendida contrarreforma a la Ley Federal del

'.Mariña, 2003, pp. 138·156.5 Weller, 2000. Bensunsán (2003, pp. 277-30) señala cómo en Argentina, a

pesar de la ampliación del trabajos temporal y de la fuerte disminución en lascontribuciones a la seguridad social, entre 1995 y 1999 el empleo formal decli-nó un 5.6%; asimismo, cómo en Chile y Perú la descentralización de la nego-ciación colectiva se tradujo en una mayor dispersión salarial y en estructurassindicales más débiles.

25

Trabajo, en México el trabajo se ha flexibilizando fuertementeen los últimos veinte años. Esto se expresa en la fuerte reduc-ción del poder de compra de los trabajadores, en la crecientediversidad de las remuneraciones, en el decreciente poder denegociación de los sindicatos y en la mala calidad de los esca-sos puestos de trabajo generados.El poder de compra del salario mínimo se redujo de manera

constante desde 1977 hasta 2000, manteniéndose en los últi-mos cuatro años en un nivel que es apenas 27% del que teníaen 1976.6 El poder de compra promedio de los salarios en lamanufactura de transformación (no-rnaquiladora) también secontrajo a partir de 1977 -con una recuperación cíclica entre1989 y 1993- hasta alcanzar su mínimo en 1995. Aunque hamostrado una leve recuperación a partir de 1996, en la actua-lidad es un 50% menor que en 1976.7 Un comportamiento si-milar muestra el poder de compra de las remuneraciones pa-gadas en el comercio, la 'construcción y en las maquiladoras.La progresiva heterogeneidad en las remuneraciones por ocu-

pado se expresa en el incremento sostenido en las diferencias sa-lariales interindustriales en la manufactura de transformacióna partir de 1984,8lo mismo que en la diferencia entre los sala-rios medios y mínimo. Esta creciente desigualdad está asociadaa la modificación en el régimen de fijación de las remuneracio-nes: por un lado, a la incorporación de las negociaciones salaria-les en los esquemas de "productividad"; por otro, a la decrecientecapacidad de negociación del sindicalismo resultante de la acep-tación de las políticas neoliberales por parte de las cúpulas cor-porativas (CTM, Congreso del Trabajo) y neocorporativas (UNT).9

6 Según datos de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y del Índice na-cional de precios al consumidor. Guillén (2001, p. 245) señala que, según estu-dios de la UNAM,este salario sólo permite comprar 24% de la canasta básica.

7 Según datos de la Encuesta industrial mensual y del Índice nacional deprecios al consumidor.

8 Véase González y Mariña, 1995, y Mariña, 2000.n Bensunsán (2003, pp. 290-291) señala, con base en los datos de la Encues-

ta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares de 1989, que, aunque la disper-sión de las remuneraciones de los sindicalizados era menor que la de los no-sindicalizados, la remuneración media de los sindicalizados era tan sólo 10.4%mayor que la de los no sindicalizados (estandarizada por diferencias en edu-cación, experiencia, sexo y sector de actividad).

Page 7: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

26

La creciente precarización del empleo se evidencia, no sólo enlas bajas remuneraciones, sino en la mala calidad de los pues-tos de trabajo creados, en la inestabilidad laboral y en la caren-cia de prestaciones y seguridad social. En el nivel urbano, el vo-lumen de trabajadores que laboran más de 48 horas y gananmenos de un salario mínimo -es decir, que están contratadosilegalmente- se ha sostenido en niveles promedios del 11% enlos últimos siete años; más de la mitad de los ocupados no tie-nen ninguna prestación; casi la mitad laboran en estableci-mientos de una a cinco personas, es decir, en negocios que, en sumayoría, son informales; asimismo, ha aumentado la propor-ción de trabajadores que no recibe remuneración alguna. ioEn suma, la evolución de los salarios y el empleo en México

refleja el avance de la flexibilidad laboral, para adaptar el tra-bajo a los intereses estratégicos y cíclicos del capital, a costa deuna violación sistemática a la legislación laboral vigente. Lainsistencia de los empresarios para reformar la Ley Federaldel Trabajo!' apunta, tanto a "legalizar" lo que se ha hecho demanera ilegal, como a eliminar los últimos obstáculos a la fle-xibilización del trabajo.

Hacia una política alternativa laboral y de empleo

Una política laboral y de empleo alternativa debe fundamen-tarse en un principio muy sencillo y no negociable: empleo ybuenas condiciones de trabajo y remuneración para todos. Elcumplimiento de este principio implica, por supuesto, un re-planteamiento integral de la forma en que opera en la actua-lidad la economía y, por tanto, una modificación radical de lapolítica económica: no sólo laboral, sino comercial e industrial(incluyendo la agropecuaria), de inversión, fiscal y monetariay de deuda interna y externa. Implica, asimismo, una reformasustancial del Estado; no sólo para recuperar márgenes de so-

10Aguilar, Barrios yMariña, 2004, yMariña, 2004. Estos indicadores de "pre-cariedad" laboral son, por supuesto, mucho más elevados cuando se considera laocupación total, tanto urbana como no-urbana. Bensunsán, 2003, p. 293.

II Consejo Coordinador Empresarial (CCE), comunicado de prensa, "J.P eco-nomía mexicana 2001-2004". www.cce.com

27

beranía política y económica y para retomar su función social(expropiada por el neoliberalismo), sino para impedir los viciosinherentes a los viejos estatismos (burocracia, corrupción, et-cétera), tanto de derecha como de supuesta "izquierda".

Una política laboral y de empleo para los trabajadoresy para la satisfacción de las necesidades de la población

La política laboral debe tener como eje central el precepto cons-titucional sobre el carácter remunerador del salario, desechan-do su articulación con la llamada "productividad" que sólo hagenerado sobreexplotación y polarización del ingreso. Comoprioridad inmediata debe aspirarse a una mejora sustantiva delsalario real, abandonando los topes salariales y estableciendoincrementos en las remuneraciones por encima de la inflación.Esto no sólo por razones de justicia social, sino de eficiencia eco-nómica, ya que sólo con un sostenido aumento del poder adqui-sitivo de la población (y no con declaraciones de empresarios conaspiraciones políticas) puede efectivamente fortalecerse el mer-cado interno, condición indispensable para expandir el empleo.La política de empleo debe garantizar la generación de

puestos de trabajo suficientes y de calidad; esto es, estables,con jornadas de duración e intensidad acordes con una buenacalidad de vida, bien remunerados, y, sobre todo, productivos.Esto implica, no sólo rechazar los proyectos neoliberales de re-forma a la Ley Federal del Trabajo, sino exigir el cumplimien-to de sus preceptos básicos.La democratización efectiva de las relaciones laborales y de la

vida sindical, y, por tanto, la extinción de las prácticas corpora-tivas (CTM) y neocorporativas (UNT), son imprescindibles paraque los propios trabajadores controlen los procesos de trabajo.

Una política industrial orientada al empleo y a la satisfacciónde las necesidades de la población

El desarrollo de una política salarial y de empleo expansiva re-quiere la reconstrucción del aparato productivo nacional, ma-

Page 8: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

28

quilizado, desarticulado y precarizado tras veinte años de neo-liberalismo.P En ninguna experiencia histórica los procesos deindustrialización han sido el resultado de la operación de lasfuerzas del mercado. Para avanzar en la construcción de un sis-tema productivo eficiente, integrado y generador de empleo, serequiere de una política industrial activa orientada a garanti-zar el abastecimiento de los productos que requiere la pobla-ción, a restablecer las cadenas productivas internas, a promoverun desarrollo equilibrado entre las distintas regiones de nues-tro país y a elevar efectivamente la eficiencia y productividad(sin mayor desgaste de la fuerza de trabajo), a través de la in-corporación sistemática del progreso científico y tecnológico alos procesos productivos.Ello no implica, de ninguna manera, renunciar a la actividad

exportadora, pero sí redefinir las bases de la competitividad in-ternacional de nuestros productos que, en la actualidad, son bá-sicamente estáticas: bajos salarios, permisividad ambiental ylaboral. En sentido contrario, deben impulsarse activid~des ex-portadoras que se sustenten en ventajas competitivas dinámi-cas: tecnológicas, de diseño de producto, etcétera.

Una política comercial reindustrializadora

La reindustrialización del país hacia objetivos nacionales y po-pulares requiere una reorientación profunda de la política co-mercial. La apertura indiscriminada a los flujos comerciales y deinversión impulsó, sin duda, las exportaciones.P Pero lejos demodernizar el conjunto de la planta productiva y de arrastrar alresto de los sectores, como planteaba el discurso neoliberal, hasido factor fundamental de la progresiva segmentación, polari-zación y desarticulación de la economía. En primer lugar, porqueel sector exportador se concentra en unas cuantas ramas y em-

12 Mariña, 2004a.13 Los esfuerzos en materia de exportaciones no son desdeñables. Sin em-

bargo, si solamente medimos el valor agregado de las exportaciones, esto es,el valor de las exportaciones no maquiladoras más el valor agregado de lasmaquilas, el resultado no es tan sorprendente, ya que avanza de 8.4% a 20.2%entre 1981 y 1997. Guillén, 2001, y Mariña, 2004a.

29

presas ligadas, en su mayor parte, al capital extranjero. En se-gundo lugar, porque las importaciones se han incrementado almismo ritmo que las exportaciones gracias a la propia aperturay a las estrategias de aprovisionamiento de insumos y partes delas empresas exportado ras (con el caso extremo de la maquila-dora, que importa más de 90% de sus insumos).La instrumentación de una política comercial reindustriali-

zadora debe partir de una renegociación del TLCAN que tengacomo criterios el reconocimiento de las asimetría s entre lospaíses firmantes del mismo, la prioridad de los objetivos de laspolíticas laboral, de empleo e industrial nacionales, así como elcarácter estratégico, en términos de soberanía nacional, de sec-tores como el agropecuario, el energético y el financiero. No setrata de aislarse del mercado mundial, sino de buscar esque-mas comerciales que complementen las actividades producti-vas internas y que resulten benéficos para todas las partes. Enparticular, debe darse prioridad a la integración económicacon el resto de América Latina por motivos, tanto geográficos,como históricos y culturales.Deben recuperarse los instrumentos tradicionales de pro-

tección, como los aranceles, subsidios e incentivos fiscales se-lectivos, para promover una sustitución progresiva y selectivade importaciones en aquellos sectores que se consideren estra-tégicos en términos de la rearticulación de cadenas producti-vas y/o de soberanía nacional.El sector agropecuario es uno de los sectores más afectados,

negativamente, por el TLCAN. SU protección y recuperación sejustifica en diversos planos: rescatar la autosuficiencia alimen-taria, sobre todo en granos básicos, es un asunto de soberaníapolítica y cultural, de seguridad nacional y de simple eficienciaeconómica. La reestructuración agropecuaria debe estar acom-pañada de una reorganización productiva de la pequeña pro-ducción campesina, bajo los criterios centrales de elevar los ni-veles de consumo y de vida al interior de las comunidades, y deelevar la eficiencia a partir de la inversión en infraestructura. 14

Una política de tipo de cambio realista, complementaria de la

14 En ambas direcciones, la reestructuración de las deudas de los produc-tores del campo es tarea urgente. Cámara de Diputados 2003.

Page 9: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

30

política comercial reindustrializadora y de la política industrialgeneradora de empleo, debe evitar tanto la sobrevaluación, queperjudica a las exportaciones y subsidia a las importaciones, co-mo la subvaluación que, al subisidiar a las exportaciones, tensalas relaciones con los socios comerciales.

Una política de inversión para el desarrollo

Para reindustrializar el país se requiere de fuertes montos deinversión productiva, que se orienten a los intereses y necesi-dades comunitarios. En un contexto de redefinición de las re-laciones económicas internacionales, en que seguramente ha-bría represalias por parte de grupos de capital extranjeros ynacionales, la inversión pública es estratégica. El Estado debereasumir sus funciones de fomento a la producción, pero no demodo preferente en un esquema de propietario, sino de meca-nismo que canalice el ahorro social a proyectos productivos co-munitarios diseñados, instrumentados y efectuados desdelas soberanías locales y regionales. A este esfuerzo de inver-sión productiva debe convocarse a los inversionistas privados(PYMES, sobre todo) que estén dispuestos a sumarse a la re-construcción de la nación.

Una política de financiamiento de la inversiónpara el desarrollo

El financia miento del desarrollo debe descansar en la amplia-ción y mejor utilización del ahorro interno. En el corto plazo,se requiere: para elevar el ahorro interno, reducir los pagos alcapital extranjero; para incrementar el ahorro canalizado a lainversión productiva, disminuir las tasas de interés y los cos-tos financieros; para aumentar los recursos para las inversio-nes pública y comunitaria, reducir los pagos a los tenedores dela deuda interna pública. En el largo plazo, es fundamentalacelerar el crecimiento de la economía, a partir de la propiaelevación de la tasa de inversión productiva, para expandir demanera sostenida el volumen de ahorro.

31

En el modelo neoliberal, donde se favorece la inversión es-peculativa en detrimento de la productiva, estos objetivos sonimposibles. El principal problema de los países subdesarrolla-dos no es el bajo excedente generado internamente, sino suinadecuada utilización. Por ejemplo, en México una alta pro-porción del excedente económico se transfiere al exterior me-diante el servicio de la deuda externa, con lo que se reduce elahorro interno. Asimismo, una parte importante del ahorro in-terno se desvía como renta financiera apropiada por el capitalfinanciero y especulativo, con la fuga al exterior de capitales in-ternos y, en el caso de los recursos fiscales, con los rescatesbancario y carretero.Una política de financiamiento del desarrollo implicaría,

por un lado, cancelar las deudas ilegítimas (por haberse paga-do el principal varias veces) e ilegales (contratadas para cubrirfraudes e ineficiencias de agentes privados) externas e inter-nas para liberar el ahorro social hacia la inversión productivay el empleo; por otro, una profunda reforma del sistema finan-ciero -en los hechos su re-nacionalización- para que cumplasu única función justificable, que es la de canalizar el ahorrohacia proyectos productivos.

Una política fiscal para recuperar las funciones socialesy productivas del Estado, fortalecer los mercados localesy extinguir a los rentistas

Una política fiscal alternativa, en primer lugar, debe dotar alEstado y, con su mediación, a la comunidad de recursos sufi-cientes para realizar los gastos corrientes y de inversión nece-sarios para el desarrollo. Además, debe redistribuir de formaprogresiva el ingreso hacia la población necesitada y hacia losagentes económicos que producen la riqueza: trabajadores einversionista s productivos; finalmente, debe extinguir a losrentistas que, comohan señalado David Ricardo, Marx y Key-nes, son una clase absolutamente parasitaria.El rezago de México en recaudación tributaria es enorme:

mientras en el conjunto de países miembros de la OCDE alcan-za 37.1% del PIB, la Unión Europea 41%y Canadá 35.1%,Mé-

Page 10: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

32

xico apenas logra 18.8% del PIE (incluyendo en todos los casoslas contribuciones a la seguridad social y los impuestos petro-leros);" Se necesita, por tanto, de una reforma fiscal integralque despetrolice los ingresos públicos y que aumente la recau-dación sobre la base de impuestos progresivos y no regresivos(como el IVA). En esta dirección se requiere, entre otras medi-das, incrementar la progresividad del impuesto sobre la rentaa los estratos de altos ingresos; mantener el IVA actual pero co-brando una sobretasa a los bienes de lujo, en especial los im-portados; establecer un gravamen para los dividendos reparti-dos a los accionistas, con el fin de estimular la reinversiónproductiva de utilidades; establecer impuestos a las operacio-nes bursátiles y a los flujos externos de capital de cartera a cor-to plazo (esto es, aplicar la tasa Tobin).

Una política monetaria orientada a fomentar la producción .y una política cambiaria que proteja los recursos de la nacióJ

En los últimos veinte años, la política monetaria en México seha subordinado a los intereses del capital financiero y especu-lativo en detrimento de las actividades productivas y de la ge-neración de empleo. Las altas tasas de interés reales pasivas-pagadas a los "ahorradores"- han sido una condición indis-pensable para atraer el capital externo que se requiere para fi-nanciar el déficit en cuenta corriente y sostener el tipo de cam-bio en un marco de libertad cambiaria absoluta. Las altastasas de interés reales activas, comisiones y tarifas de servicioscobradas a los usuarios y deudores de la banca, garantizan al-tos niveles de rentabilidad a un sistema bancario-financieroque sigue sin cumplir, desde hace ya un cuarto de siglo, su fun-ción de intermediación financiera.Una política monetaria alternativa debe equilibrar las ta-

sas de interés en función, por un lado, del fomento al ahorro(no especulativo) y,por otro, de los requerimientos de financia-miento de la inversión productiva y de generación de empleo.Debe reconstruirse la banca de desarrollo, prácticamente des-

15 Calva, 2003.

33

truida en los últimos veinte años, enfocada a financiar a losagentes que no son sujeto de crédito de la banca privada y aproyectos de inversión comunitarios.Evidentemente, la instrumentación de una política moneta-

ria de fomento a la inversión productiva requiere de una políti-ca de control de cambios, único mecanismo (comose ha demos-trado en Venezuela) para enfrentar con éxito los chantajespermanentes del capital que, ante cualquier intento de medi-das que afecten sus ganancias, amenazan (y periódicamentecumplen) con vaciar las reservas de divisas de la nación.

Bibliografía

Aguilar Legaria, Loth, Miguel Ángel Barrios y Abelardo Mariña Flo-res, "El ejército industrial de reserva en México en el contexto delimperialismo contemporáneo", en Alicia Solís, Max Ortega, Abelar-do Mariña y Nina Torres (coord.), Imperialismo, crisis de las insti-tuciones y resistencia social, Itaca, México, 2004, pp. 95-121.

Bensusán, Graciela, "Flexibilidad versus protección laboral: situaciónactual y propuestas en torno a la reforma de la legislación mexica-na", en Ernesto Soto Reyes, Jaime Aboites Aguilar y Etelberto Or-tiz (coord.), Estado versus mercado ¿ruptura o nueva forma de regu-lación?, Porrúa-UAM-x, México, 2003, pp. 277-301.

Calva, José Luis, "Modernización tributaria", en El Universal, 21 denoviembre, 2003, p. 24.

Cámara de Diputados, "Informe de la comisión de agricultura y ga-nadería, del grupo de trabajo para examinar la regulación agrope-cuaria nacional a la luz del Tratado de Libre Comercio, así comosu comercialización e impacto en el desarrollo rural", en Gacetaparlamentaria, núm. 1177-1, lunes 27 de enero 2003.

Flores Olea, Víctor yAbelardo Mariña Flores, Crítica de la globalidad.Dominación y liberación en nuestro tiempo, FCE,México, 2003.

González Martínez, Jaime y Abelardo Mariña Flores, "Reestructura-ción de salarios en la industria manufacturera: 1982-1991", enEconomía: teoría y práctica, nueva época, núm. 4, UAM,México,1995, pp. 53-83.

Guillén Romo, Arturo, México hacia el siglo XXI, UAM-Plaza y Valdés,México, 2001.

Page 11: SOBERANÍA NACIONAL, CRISIS POLÍTICA Y MOVIMIENTOS …2 "Polevnsky: urge la reforma laboral", La Jornada, miércoles 29 de octu-bre de 2003. 3 Para el caso de TELMEX, véase Sotelo,

34

Mariña Flores, Abelardo, "Salarios, sueldos y empleo en el sector ma-nufacturero en México (1980-1998)", en Alicia Solís, Enrique Gar-cía Márquez y Max Ortega (coord.), La sucesión presidencial en elaño 2000 y su contexto, Itaca, México, 2000, pp. 53-61.

-, "Crisis estructural capitalista y globalización neoliberal: unaperspectiva desde México", en Ernesto Soto, Jaime Aboites y Etel-berto Ortiz (coord.), op. cit., pp. 139-156.

-, "Las condiciones actuales del empleo urbano en México: agrava-miento coyuntural de una situación de precariedad estructural", enEl Cotidiano, núm. 126, UAM,México, julio-agosto, 2004, pp. 83-89.

-, "La reestructuración de la industria manufacturera mexicana enel marco del tratado del libre comercio de América del norte. Unaperspectiva de largo plazo", mimeo, UAM-A,México, 2004a.

Sotelo Valencia, Adrián, Desindustrialización y crisis del neolibera-lismo. Maquiladoras y telecomunicaciones, UOM-ENAT-Plazay Val-dés, México, 2004.

Weller, Junger, "Tendencias del empleo en los años noventa en Amé-rica Latina y el Caribe", en Revista de la CEPAL, núm. 72, ~OOO.

IMPACTOS SOCIALES DE LA CRISIS AGROALIMENTARIA:SOBERANÍA ALIMENTARIA

Y EL USO DE TRANSGÉNICOS PARA SATISFACERLAS NECESIDADES ALIMENTARIAS DE LA POBLACIÓN

Luis Kato Maldonado*

Introducción

Este ensayo tiene como propósito explicar las ventajas que hoyse aducen para que nuestro país utilice de manera indiscrimina-da semillas transgénicas. A saber: solventar los problemas de ali-mentación del país, elevar la productividad agrícola y controlarel deterioro ambiental por el uso indiscriminado de insecticidasy pesticida. Descontextualizadas de la problemática agrícola na-cional, provocarán que se acentué la incapacidad estructural delpaís para mejor adaptar y desarrollar la tecnología de produc-ción agrícola de punta y orientarla, una vez hecho lo anterior, asolventar las necesidades alimenticias de la población, lo cualconstituye en sí mismo el objetivo fundamental de la soberaníaalimentaria. En el plano social, ésta significa disminuir la polari-zación en cuanto al abasto de alimentos entre el sector rural y laszonas urbanas, ya que en tanto se abren nuevos centros de abas-to dirigidos principalmente a los estratos medios y altos de la po-blación, los sectores de economía de subsistencia cuentan cadavez con menos abasto de productos alimenticios y posibilidadesde adquisición. Asimismo, implica desarrollar una cultura nutri-cional, independiente de la condición social. 80% de los niños na-cidos en el país son engendrados por 20% de las familias más po-bres, en este momento en algunas comunidades se alcanza uníndice de 80% de niños con problemas severos de desnutrición.

* Maestro en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México;profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana en el De-partamento de Economía de la Unidad Azcapotza1co; integrante del Area deInvestigación Sociedad y Acumulación de Capital y Miembro del Sistema Na-cional de Investigadores.