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« Estómago, asimilación…
Necesidad futura, obesidad »
¿Ofendido, agraviado?: sinusitis
noviembre 9, 2008 por Luis Flores Cornejo
Para que el aparato óseo de la cabeza no pese tanto –y de
ese modo no sea tan difícil mantenerla erguida- se han desarrollado unas cavidades en él,
los llamados senos faciales que tienen la particularidad de estar conectados con la nariz, y
que son llamados también senos nasales accesorios. Estas pequeñas cavidades están
situadas en los huesos de la cara a ambos lados de las aletas de la nariz, en la base de ella,
y encima de los ojos. Estos senos, según la literatura médica, tienen varias funciones -
aparte de aligerar el peso-, entre ellas la de ser una caja de resonancia de magnífica
calidad, para ayudar en la audición y en la ubicación de la procedencia de los sonidos;
sirven para la vocalización de ciertos sonidos, dependiendo del idioma; entibian el aire
que entra por la nariz hacia los pulmones, o sea sirven como aparatos intercambiadores
de calor; y filtran el aire a través de los minúsculos filamentos de las mucosas, además de
humectarlo.
La sinusitis es la inflamación de las membranas que recubren estos senos, y ello provoca
obstrucción, producción de mucosidad verdosa, y dolor o sensación de presión facial.
Produce también otros hechos importantes como son dolores de cabeza, pérdida del
olfato, halitosis –mal aliento-, decaimiento general, tos, dolor de garganta, congestión
nasal, en algunos casos fiebre, y dolor de oídos. Recuerdo a ustedes que el sufijo «itis»
significa inflamación, y se utiliza en la medicina para la descripción de las enfermedades.
Por ejemplo hepatitis significa inflamación del hígado. Lo inútil de esto es que mucha
gente se conforma con el nombre y no se adentra en lo que significa la enfermedad,
abocándose a luchar contra ella, sin detenerse en su comprensión.
Los síntomas de la sinusitis son variados y muy decidores.
Llama la atención antes que nada el significado de la obstrucción. Al estar los senos
obstruidos no pueden ellos cumplir sus funciones. Y la obstrucción y congestión del
paciente es la misma congestión y obstrucción en algún aspecto de su vida, que lo lleva a
estar “hasta las narices”, como dicen en España, con algo o en alguna relación con alguien.
La obstrucción no permite que el refrescante aire nuevo llegue a la cabeza, renovando la
energía de esa zona tan especial, de comunicación con el sexto sentido, con la intuición, y
sumerge al paciente en una irritación emocional permanente, especialmente cuando la
sinusitis es crónica. ¿Existe algún conflicto emocional –con mi pareja, con mi desarrollo laboral o profesional, con mi desarrollo personal, con mi familia- que se arrastre y no sea capaz de manifestarlo, de expulsarlo? Los mocos en la sinusitis
hay que expulsarlos violentamente, con fuerza, para despejar las vías respiratorias, para
que nos dejen respirar. En la vida la situación es la misma: ¿qué queremos o necesitamos
expulsar con fuerza para poder respirar libremente? Puede que el conflicto entre lo
aceptable interior y exteriormente sea fuerte, y manifestemos un compromiso ambiguo,
es decir, aceptar por fuera lo que no aceptamos por dentro, ya sea por comodidad o por
conveniencia, o por ego.
Se suma al síntoma la pérdida del olfato. Esto es también un buen indicio del significado
de la sinusitis. Cuando no podemos olfatear el ambiente no podemos darnos cuenta de
para dónde van las cosas, cuando no podemos oler lo que puede venir no tenemos
capacidad de ver los caminos futuros, cuando no podemos oler la caca en la que estamos
sumidos debemos seguir en ella, ya que no identificamos que es caca. La pérdida del
olfato, uno de los sentidos primarios del hombre es perder la capacidad de identificar lo
bueno, o, al afectado por la sinusitis todo lo que olía le apestaba, entonces renuncia al
olfato, renuncia a la intuición y se convierte en un devoto de la razón, de los juicios y de
las consideraciones racionales y científicas. Por medio del olfato el hombre es capaz de
identificar asuntos tanto nauseabundos como placenteros. Dentro de estos últimos
tenemos los olores provenientes de las comidas, de la naturaleza y sus productos, y de las
señales sexuales del sexo opuesto. Negarse a ellos puede indicar una falta de capacidad de
gozar las cosas buenas de la vida, las placenteras, para seguir sumidos en la rabia.
La halitosis, que frecuentemente acompaña a la sinusitis nos habla de la incapacidad de comunicación del paciente, ya que sus pensamientos se pudren en la boca y no llegan a la garganta para ser expresados,
aumentando la sensación de agravio, de injusticia. ¿Hay alguna situación que no
se puede digerir, y que se pudre en la boca, sin poder hablar de ella?
La sinusitis es también prima hermana del resfrío, que sabemos está relacionada con la
pena, con la necesidad de caricias, protección y cobijo, como nos brindaba nuestra madre
cuando pequeños. Entonces, cuando estamos ofendidos, especialmente por estos
problemas emocionales que no queremos ni oler, cuando nos sentimos agraviados por
ellos, y no tenemos el aire suficiente para movernos con energía desde donde estamos
prisioneros, cuando perdemos la libertad para ir donde nuestra Alma nos ha dicho que
vayamos, previa expresión de lo que nos pasa, aparece entonces la manifestación por
medio de la obstrucción, llena de mocos, de la sinusitis, con su secuela de dolor. Este dolor
hace evidente que se necesita echar afuera la rabia, para dejar ver a los otros la necesidad
de reafirmarse en el entorno, en el plano de las ideas especialmente, para confrontar a
quien o a quienes se les ha dado por mucho tiempo la autoridad o el poder de decisión
de asuntos que nos involucran.
Esta situación es la que nos mantiene ofendidos, agraviados, especialmente cuando la
sinusitis es crónica.
Debo mencionar que existe una similitud entre el significado de la alergia y la sinusitis, y es
que en la alergia se percibe el mundo exterior como amenazante, agobiante, inmanejable,
o francamente agresivo, y se pretende expulsarlo violentamente de nosotros –por eso los
estornudos frecuentes, tratando de expulsar algo, o a alguien-, y en la sinusitis tratamos
de sacar también violentamente los mocos que nos tienen “hasta las narices”.
Que Dios nos bendiga a todos.