Gerard

SIN IDENTIDAD CONTINUACIN

6 AOS DESPUS

QUIQUEMe llamo Quique Vergel. Acabo de cumplir los 18 aos y ya estoy preparado. Llevo casi seis aos esperando este momento. Quiero vengarme de la muerte de mi abuelo Enrique a manos de mi ta Mara.

Recuerdo que sta apareci de la nada tras estar muchos aos encerrada en una prisin y volvi sin recordar nada. O eso deca. Ella ha sido la causante de todo desde que lleg. Mi padre muri de un accidente de coche y mi abuelo se suicid en Mjico. Recuerdo muy bien aquel momento en que abandonamos la casa donde haba pasado los mejores momentos con todos ellos y nos fuimos al pueblo de mam. Sucio y sin nada especial. La verdad es que no he vuelto a tener amigos desde entonces. Mi madre se pasaba las noches fuera de casa para ganar algo de dinero. Lo nico que saba hacer, claro. De Luisa no se nada. Mi madre siempre dice que seguro que fue con aquella mujer del trabajo, que tenan algo, pero nunca llam ni pregunt nada sobre nosotros.

Ahora estoy preparado. Una vez recuperado todo el dinero en Suiza ha llegado mi momento. A Mara le espera un gran final tal y como tuvo mi padre y mi abuelo.

Ella est felizmente casada con Pablo y hasta tienen una nia pequea de un ao, Laura. Su hermana sigue viviendo con ellos.

Esta es mi venganza

Una vez recuperado todo el dinero que Enrique tena en una cuenta de Suiza regresa a casa con la maleta cargada. Abraza a su madre y le da un beso. Ella no sabe lo que va a hacer. Nadie lo sabe. Quique se sienta en el sof an con la mochila agarrada fuertemente en su mano.

-Djame verlo- Amparo se sienta a su lado. l deposita la maleta encima de la mesa y la abre poniendo el cdigo. Ella se levanta nerviosa y lo observa mientras fuma.

-Vamos a ser muy felices juntos con todo esto, podemos ir a Madrid a vivir otra vez.

-Comprar otra vez la casa donde vivamos- se atrevi a decir el chico

Los dos se miran y sonren

Aquella noche, mientras se oa a Amparo roncar, casi todas las noches roncaba, Quique decide salir a dar un paseo. Abre el cajn de la mesa de noche y agarra su libreta. All tiene apuntado todo lo que necesita para empezar la venganza. Decide llamar a los propietarios de la finca donde residan antes en Madrid pero no contestan. Obviamente, son las cinco de la maana. Pero insiste y vuelve a llamar hasta que finalmente una dbil voz contesta.

-Si?

-Hola, perdona que le moleste a estas horas, pero quiero comprar esta casa. Le ofrezco dos millones.

-Quin es usted? Son las cinco de la maana.. Esta casa no est en venda!!!!

No tiene tiempo de contestar que la mujer cuelga el telfono. Se lleno de ira pero no la vuelve a llamar. Coge el bolgrafo de la libreta y dibuja un crculo alrededor de un nombre. Es el nombre de aquella mujer propietaria de su casa, que lo ser por muy poco tiempo.

MARAMara y Pablo an estaban durmiendo. Viven en el piso donde Mara (Mercedes Dantes), viva durante la venganza. La nia, Laura, estaba dentro de la cuna pero tena los ojos despiertos. Empez a hacer ruidos y en la habitacin aparece Mara nia, con la ropa puesta. Coge a la nia en brazos y despierta a su hermana con cuidado.

-Buenos das!!!- Ella da un beso a su hermana y despus coge a su hija en brazos y se acerca a la cocina. Pone a la nia en su silla y prepara el desayuno. A los cinco minutos su hermana se marcha al colegio y Pablo se levanta dndole un beso. Saluda a su hija y abre el ordenador.

Mientras est en Facebook y en Twitter Mara se acerca con un plato. Tostadas y un zumo en la mano.

-Gracias cario- se vuelven a besar.

-Joder!- Pablo hace un gesto sealando a la pantalla del ordenador y Mara se acerca ms.

Asesinado el matrimonio que resida, desde hace seis aos, en el chale de los Vergel. En esta casa parece que todo son desgracias

-Quin ha podido hacer algo as?- pregunta Pablo

-Mi to Enrique- responde con tono gracioso Mara.

Los dos se ren a carcajadas. Pero muy pronto se darn cuenta de las consecuencias de aquel suceso.

LUISA

Una mujer, vestida con lo que parece ser una tnica violeta est andando en el cementerio. Lleva un ramo de flores muy bonitas de color amarillo. De pronto se para enfrente de una tumba con unas vallas negras y flores rojas alrededor.

Ella retira las flores rojas y deja encima las amarillas. Se arrodilla enfrente y podemos ver la tumba de Enrique Vergel y a la mujer. Se trata de Luisa y parece que an no se olvidado de Enrique, es ms, cada da decide ir a verle y a cambiarle las flores.

Pasado unos minutos con los ojos cerrados se levanta y se aleja.

Aparece en la puerta de una parroquia y llama dos veces.

-Buenos das Luisa!!

-Buenos das padre- dice Luisa mientras entra.

-Cada da ms temprano eh!- Los dos sonren.

Al subir las escaleras hacia su habitacin oye a una mujer chillando. Acaba de subir el ltimo tramo y ve a una mujer pobre, dando a luz. Sigue caminando y escucha otra mujer, ms adelante, llorando.

-Lo siento muchsimo, no hemos podido hacer nada- Luisa ve como el mdico de la parroquia le ensea a la pobre mujer su hijo recin nacido muerto tapado con una pequea sbana.

Ella sigue andando y entra en su habitacin. En ella podemos ver tres cunas con tres nios recin nacidos en cada una. Cierra la puerta despacio y sonre framente.